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LA SITUACIÓN DE LA FLOTA CERQUERA VENEZOLANA EN LA PESCA DE TÚNIDOS DEL OCÉANO PACIFICO ORIENTAL (OP

Alvin Delgado M.- FUNDATUN - 09 de enero de 2024

INTRODUCCIÓN

La pesca venezolana en el Océano Pacífico Oriental (OPO), dentro del marco de la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT), comienza en el año 1973 con la embarcación cerquera “Las Aves” de capacidad 298 toneladas, operada por los armadores de la Empresa Pesquera Cannavo. Esta embarcación solo operó en ese año con bandera venezolana porque comenzando el año 74 se hundió. Posteriormente en el año 1975 comenzó a operar con la embarcación “Lucille” por el Grupo VENATUN y desde esa fecha Venezuela ha tenido de forma permanente presencia en esta área tan remota y de la cual no somos país ribereño

EVOLUCIÓN DE FLOTA

En el período de 1975 a 1983 la flota pesquera de bandera venezolana, pescando en el OPO, pasó de esa única embarcación hasta alcanzar los 7 cerqueros operando allí. En el período de los tres años siguientes (1986), ya la flota duplica el número de embarcaciones operativas en esa área, alcanzando las 15 embarcaciones. Al año siguiente, y hasta el 2009, la flota pesquera venezolana supera, con pocas excepciones, la veintena de embarcaciones operativas en el área; siendo el año 2005, donde se alcanza el máximo de embarcaciones con 26 cerqueros operativos. Posterior a este período, la flota venezolana entra en un declive con los números más bajos en 2017, con 13, y 2020, con 12; sin embargo, lejos de una recuperación a los niveles previos a 2009, pues cierra con sólo 14 operativas el último año (2023). De igual manera, la capacidad de acarreo de la flota muestra similares variaciones; pues pese a realizarse algunas pocas actualizaciones de capacidad en la flota (sustitución o ampliación) no se ha avanzado en compensar la capacidad por pérdida de flota y disminuir la capacidad vacante del total disponible para el país.

EVOLUCIÓN EN LAS CAPTURAS

En cuanto a las capturas totales anuales de túnidos, por parte de la flota venezolana, se tiene que las mismas fueron representativas; aun cuando el país que operaba en el OPO no siendo país ribereño y distante de los caladeros de pesca del área. Entre las flotas cerqueras atuneras que pescaban atunes tropicales en esta área, ya para el año 1986 el país alcanzaba tercera posición con más capturas; ascendiendo en 1991 al segundo puesto de las capturas cerqueras de atunes tropicales, sólo por detrás de México que, teniendo más barcos y caladeros importantes dentro de sus aguas jurisdiccionales o muy cercanas a estas, más que duplicaba las capturas alcanzadas por Venezuela en esos años. En 1995, se retorna al tercer puesto ante el auge de la flota cerquera de Ecuador; siendo que a partir del año 2005 comienza el franco retroceso en esta calificación hasta el quinto puesto por detrás de países como Colombia, Panamá, México y Ecuador (actual líder). Hasta 2004, el país tenía una participación porcentual de la captura cerquera total de dos cifras porcentuales (>10%); punto luego del cual se produce un retroceso hasta cifras inferiores al 5% (2017-2020), con la peor participación registrada en este último año 2023; donde se calcula de manera provisional un valor cercano al 3,7%.

En este punto es bueno recordar que las flotas de pesca de cerco atunero son solo una de otras muchas dedicadas a la captura de atunes tropicales; las cuales incluyen las flotas cañeras, palangreras, de sedal y anzuelo, entre algunas otras. En esa suma de flotas pesqueras atuneras, esta última posición puede llegar a retroceder dos a tres puestos, dependiendo del año, ante las capturas de las flotas de países como Estados Unidos, Perú y China.

Desde sus inicios, la flota cerquera venezolana estuvo fuertemente orientada hacia la captura del atún Aleta Amarilla (YFT- Thunnus albacares); ubicándose ya para 1985 como la tercera flota cerquera en capturas de esta especie. Para el año 1991 y hasta el 2004 se mantuvo un segundo lugar entre las flotas cerqueras que la capturaban, solo por detrás de México; cuyas ventajas de poseer más barcos y caladeros dentro de sus aguas jurisdiccionales o cercanas a esta ya fueron señaladas antes. La flota venezolana fue considerada como una de las más eficientes y una de las primeras que incursionó más allá del Área de Regulación de la Comisión para el Aleta Amarilla (ARCAA) establecida en 1962. En cuanto a los años con más capturas fueron en el año 2001 y el 2002, donde se superaron las 100 mil toneladas; donde, de igual manera, fue la mayor contribución de la flota venezolana a las capturas totales, superando un 24% de las capturas totales de esta especie. Las capturas de atunes tropicales de esos años para la flota venezolana estuvieron compuestas de más de un 97% de Aleta Amarilla, el resto de atún Barrilete y Patudo pero en muy baja proporción.

CAPACIDAD PESQUERA DEL PAÍS

Como se observó con anterioridad, a partir del 2006 comienza la disminución en el número de embarcaciones venezolanas operativas en el OPO; sin embargo, en el periodo previo (1987-2005), predominantemente se mantuvieron activas más de 20 embarcaciones(22,11 ± 2,56), con un máximo de 26 en el 2005 y un mínimo de 17 en 1992. En el periodo posterior también se vio como hay una marcada tendencia a la disminución de embarcaciones hasta las 14 del último año, siendo el 2020 el año de menor cantidad de embarcaciones activas con 12. Pese a todo ello, la capacidad activa registrada del país en el Registro Regional de Buques de la CIAT se mantuvo relativamente estable desde el 2012, con 28.430 m3; valor al cual se le añadió un incremento en 2017 que la elevó a 30.098 m3, con la recuperación de la capacidad de 1.668 m3 de la embarcación “Napoleón”, y que posteriormente disminuye a 28.994 m3, por el retiro de 1.104 m3de la embarcación “La Rosa Mística”. Sin embargo la capacidad de la flota operando en ese mismo periodo se ubicó entre 21.558 m3 y 16.986 m3.

SITUACIÓN ACTUAL

Al cierre del año 2023, los datos de las capturas anuales acumuladas de la flota cerquera evidencian que, de manera preliminar, este ha sido el mejor año pesquero del OPO desde el 2003; al capturarse 738.553 toneladas (ver el reporte adelante). Según esos datos preliminares, las capturas de Aleta Amarilla se situaron en las 302.704 ton, el valor más alto desde los obtenido en el período 2001-2003, y para el caso de Barrilete se ubicaron en las 388.591 ton, estableciendo el valor más alto desde que se inició la pesquería con cerco; sin embargo, para el Patudo, las mismas se ubicaron en las 34.032 ton, siendo este el valor más bajo desde 1994.

Dentro de ese panorama de valores, las capturas totales de la flota venezolana se ubicaron en 26.691 ton, dato muy cercano en magnitud a los de 2017 y 2018; valores los cuales no se registraban en la flota venezolana desde antes de 1985, inicio de los registros de la flota venezolana en esa área. De igual manera se observa un importante retroceso en el porcentaje de contribución a las capturas totales del área, la cual sigue en un franco retroceso y se ubica con tan solo un 3,6% del total; valor más bajo registrado y solo comparable con el inicio de la participación del país en los registros de capturas de la CIAT en el período 1980-82. Examinando la tendencia de las capturas de las principales especies en 2023, con respecto al año inmediato anterior, se observa un retroceso ligeramente superior al 37% para Aleta Amarilla, del 60% para Barrilete, y cercano al 98% para Patudo. Atendiendo la salvedad que en el reporte del mes de enero del presente año no se le computaron valores al país en el reporte semanal de capturas del OPO de la CIAT, por solo tener una embarcación pesquera operando ese mes y para no divulgar las operaciones de un armador en particular, eso no aleja las sombras de la situación de deterioro de las capturas por la flota.

ANALIZANDO LA SITUACIÓN

Las razones del porque esta disminución en el número de barcos y la capacidad de pesca es muy variada y se tratará de explicar algunas de las principales causas:

1.       La flota venezolana registrada como activa, en Registro Regional de Buques de la CIAT, en su gran mayoría es obsoleta; detallando que once barcos fueron construidos en la década de los 70´s, cinco en la de los 80´s, uno en los 90´s y solo uno es de reciente construcción (2014). Esto causa que los barcos estén realizando reparaciones y mantenimientos mayores continuamente.

2.       De inicio, los puertos base de la flota están alejados de los caladeros en el OPO, por lo que se les hace más largos los viajes de pesca y teniendo que sumar el tiempo de cruce del Canal de Panamá. Aunque en los últimos años han operado desde puertos de países ribereños al Océano Pacífico Oriental (OPO), el arribo a descargar normalmente se les retrasa por la tramitación de documentación solicitada por parte de las autoridades marítimas del puerto receptor, al ser una embarcación de bandera extranjera, y a lo que se suma costos de puerto más onerosos que los buques de los respectivos países.

3.       Los costos del combustible son más altos que los que gozan los barcos de bandera nacional de los países donde son abastecidos.

4.       Costos agregados, en tiempo y dinero, surgen al tener que solicitar continuamente permisos para poder pescar en las aguas jurisdiccionales de algunos países por donde se mueven naturalmente los cardúmenes de atunes; algunos de los cuales, si la embarcación debe salir a pescar a otra área porque no hay atún o éste se movió a una zona contigua, deberán regresar a puerto a solicitar permiso, lo cual retrasa las operaciones de pesca.

5.       Otros costos adicionales, que elevan la materia prima proveniente de los buques venezolanos y la hacen menos competitiva, están relacionados a los precios más altos que se deben costear, como buque de bandera extrajera, para la adquisición de insumos, mantenimientos y avituallamientos de cara a la operación pesquera; también para el reemplazo de tripulantes, donde los precios de los boletos de traslados, los trámites migratorios, las exigencias de custodios en algunos países, entre otras, han hecho mucho más costosa esta operación de recambio de tripulación.

6.       Los buques de la flota no son acreedores del acceso a los beneficios de subsidios de los que gozan algunas otras flotas.

7.       Los costos financieros para préstamos y seguros son adicionalmente más altos por la categorización del riesgo país de Venezuela.

8.       La flota evidencia una falta de apoyo gubernamental para conseguir préstamos para reparar/actualizar equipos y poder operar de manera más eficiente.

9.       Esa falta de apoyo gubernamental, en materia marítima y comercial, también se ve reflejada en la indefensión que sufre la flota venezolana en distintas actuaciones legales no adaptadas a la realidad de la actividad pesqueras en algunos de los países ribereños.

10.       Adicional a los costos más elevados ya señalados, el precio del producto también se ve afectado porque para poder exportar a la Unión Europea hay que sumar el pago del arancel respectivo.

11.       La vía de reducción de costos descargando la producción en el país, se ve obstaculizada por una serie de problemas estructurales y coyunturales, los cuales van desde las instituciones hasta las infraestructuras del país.

En general hay una serie de factores como los antes mencionado que han incidido en que nuestra flota ha de dejado de ser una de las más eficientes en el OPO. Al principio del año 2020 se evidenció una leve mejora de la situación; sin embargo este año que finalizó volvió a evidenciar la tendencia a decaer. En este año muchas embarcaciones estuvieron en reparaciones y, en una situación nunca vista en OPO, la piratería afectó dos embarcaciones; en una de las cuales hubo 2 delincuentes muertos y los procesos judiciales dejaron a la embarcación sin poder operar gran parte del año.

CONSIDERACIONES

Con alguna recurrencia, el público en general desmerita la importancia de poseer una flota pesquera pescando en aguas no ribereñas al país, por lo que debe recordar las siguientes consideraciones:

1.       El tener una flota operando en el Océano Pacífico Oriental (OPO), desde los años 70´s y de manera permanente, nos da Derechos Históricos como país para operar en esta área; por lo que se deben hacer esfuerzos para que esta flota se mantenga y aumente sus capturas.

2.       Esos derechos le permiten al país acceder a una zona más cercana (≈1.500 mn) y más productiva de túnidos que el equivalente ribereño del Atlántico centroccidental; de otra manera tendrían que trasladarse a las costas africanas (≈4.000 mn - Gran Ecosistema Marino de la Corriente de Benguela - BCLME).

La flota cerquera atunera de bandera venezolana que opera en el Área del AcuerdoCIAT, mantiene un nivel de escrutinio del 100% de observación para el cumplimiento de las resoluciones emanadas por la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT) y por el Acuerdo sobre el Programa Internacional para la Conservación de los Delfines (APICD); a través de personal a bordo directo de la CIAT o del Programa Nacional de Observadores de Venezuela (PNOV).

RECOMENDACIONES

Ya desde el 2011 se recogían en este boletín algunos de los problemas de competitividad de la flota atunera que operaba en el Océano Pacífico Oriental (Baloa, 2011) y en un artículo del Dr. Carlos Giménez (2013) relata los altibajos en cuatro décadas de historia de la pesquería de atún en Venezuela. Sin embargo, no es sino hasta 2018 que, por iniciativa del entonces ministro de pesca Dante Rivas, se convocan las denominadas “Jornadas de Detección de Nudos Críticos y Enunciado de Acuerdos de Acción” con el objetivo de elaborar un plan a corto, mediano y largo plazo para el reimpulso de la pesca atunera industrial (Riera, 2018); jornadas sirvieron para evaluar los problemas más álgidos que enfrentaba el sector y que estaban impidiendo el libre desenvolvimiento de la actividad y el desembarco de producto en puertos venezolanos. Esta actividad en conjunto con representantes e instituciones del sector atunero permitió identificar un total de veinte nudos críticos en los que se buscó el entendimiento de su relevancia y se esbozaron las líneas de acción conjuntas a los efectos de buscarles solución. Sin embargo, persistieron la mayoría de estos cuellos de botella en materia atunera (Giménez & Riera, 2019), que evidenciaron la pérdida de las ventajas competitivas del país, y que son necesarios superar para que la flota retome un esquema de trabajo con retorno de los barcos al país. La situación, de la pérdida de las ventajas competitivas del país para esta flota, quedó refrendada en la evaluación que se realizó en la actual gestión del Ministerio del Poder Popular de Pesca y Acuicultura (MinPESCA), a cargo del actual ministro Juan Carlos Loyo, luego de la realización de una Matriz de Debilidades, Oportunidades, Fortalezas y Amenazas (Matriz DOFA) en 2023. En tal sentido, algunas de las recomendaciones más evidentes pasan por:

1.       Hacer que Venezuela recupere todas las facilidades (ventajas competitivas) como en el pasado para que  la flota cerquera en el OPO descargue, se procese el atún, se aprovisione, se realicen operaciones y se cargue combustible y así volver a convertir a nuestro país en un país productor, procesador y sobre todo consumidor de atún como lo fue en el pasado; lo cual requiere un plan con inversiones a mediano y largo plazo, pero por sobre todo con un compromiso de todas las partes en lograr el objetivo común.

2.       Se recomienda tratar de firmar acuerdos con países ribereños, donde actualmente descargan las embarcaciones de bandera nacional en el OPO, a los efectos de agilizar los trámites y hacer más rápidos los procesos de las descargas; con lo que se liberan días operativos que pueden ser utilizados en pesca.

3.       Se debería tratar de obtener un mayor respaldo de las autoridades nacionales para conseguir y/o avalar desde préstamos, de tal manera que se repotencien/actualicen las embarcaciones para mejorar su operatividad y hacerlas más efectivas, hasta apoyos marítimos y comerciales que agilicen procesos o actuaciones legales que se presentan en algunos países ribereños y que dificultan a actividad de la flota.

4.       En materia de acceder a una disminución de costos de producción y en el tema de combustible, se pudiesen llegar a acuerdos con algunos de los países ribereños que actualmente brindan puerto a la flota venezolana o tratar por algún otros mecanismo lograr suministrar el combustible a esta flota.

Esperemos que el 2024 se mantengan las capturas generales en él OPO y la flota de bandera venezolana pueda empezar a ser más competitiva y productiva.

FUENTES DE INFORMACIÓN

Baloa R. (2011). “Competitividad de la Flota y la Industria Pesquera Venezolana”. Boletín COFA convivencia pesquera (Junio 2011). Fundación para la Pesca Sostenida y Responsable de Túnidos (FUNDATUN). Caracas–Venezuela. pág.: 14-19. Disponible en: https://issuu.com/fundatun/docs/2011_06_rev_cofa

CIAT (2023). “OPO captura estimada por año, pabellón, arte de pesca, especie (Sep 2023)”. Archivo digital CatchByFlagGear.zip. Comisión Interamericana del Atún Tropical. La Jolla (CA – USA). Disponible en: https://www.iattc.org/es-ES/Data/Public-domain

Giménez C. (2013). “La Pesquería de Atún en Venezuela: altibajos de una larga historia de cuatro décadas”. Boletín COFA convivencia pesquera (Mayo 2013). Fundación para la Pesca Sostenida y Responsable de Túnidos (FUNDATUN). Caracas–Venezuela. pág.:16-21. Disponible en: https://issuu.com/fundatun/docs/2013_05_rev_cofa

Giménez C. & Abelardo A. Riera F. (2019). “Venezuela y la Importancia de su Flota Atunera en el Océano Pacífico Oriental”. Boletín COFA convivencia pesquera (Septiembre 2019). Fundación para la Pesca Sostenida y Responsable de Túnidos (FUNDATUN). Caracas–Venezuela. pág.:4-7. Disponible en: https://issuu.com/fundatun/docs/2019_09_rev_cofa/s/148459

PNOV (2023). “Reporte de la captura estimada e información de la flota del Océano Pacifico Oriental (Diciembre 2023)”. Fundación para la Pesca Sostenida y Responsable de Túnidos (FUNDATUN). Caracas–Venezuela. Disponible en este Boletín.

Riera F. Abelardo A. (2018). “Reuniones MINPESCA-Sector Atunero: jornadas de detección de nudos críticos y enunciado de acuerdos de acción”. Boletín COFA convivencia pesquera (Julio 2018). Fundación para la Pesca Sostenida y Responsable de Túnidos (FUNDATUN). Caracas–Venezuela. pág.: 20-21. Disponible en: https://issuu.com/fundatun/docs/2018_07_rev_cofa/s/7721

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