Alhambra
Filosofía del Proyecto
The Project s Philosophy
La Alhambra ha sido y será un monumento de constante referencia para el mundo del arte. Su silueta recortada en lo alto de la montaña roja, su perfil de torres y balcones que surge al amanecer con los primeros susurros del Albaicín o su tortuoso trazado islámico, modificado a lo largo de los siglos, han supuesto una inagotable fuente de inspiración para literatos, artistas, poetas y músicos.
The Alhambra has been and will always be an immensely significant reference for the art world. Its silhouette, cut out above the red mountain, and its profile of towers and balconies that rise above the morning light with the first murmurs from the Albaicín, the labyrinthine Islamic neighborhood, modified over the centuries, have been an inexhaustible source of inspiration for writers, artists, poets and musicians.
Su historia jalonada de reformas y ampliaciones, comienza en el siglo IX, cuando los primeros reyes de Granada los Ziritas, construyeron, en el siglo IX, varios palacios en las colinas del Albaicín. Desde entonces los Ziries, y más tarde la dinastía Al-Ahmar, retomarían el antiguo fortín para dotarlo de un conjunto de ricas dependencias rodeadas, eso sí, de amplias murallas reforzadas con puertas, como la denominada de la Justicia. La llegada de los monarcas cristianos no supuso el declive del monumento que muy a l c o n t r a r i o, c o n t a r í a c o n n u e v a s incorporaciones como el conocido Palacio de Carlos V, todo ello hasta configurar un conjunto donde la fusión de espacios culturales diversos, ha dado como resultado una simbiosis arquitectónica única en el mundo.
Its history of restorations and additions begins in the 9th century when the first kings of Granada, the Ziritas built various palaces on the hills of the Albaicín. After that, the Ziris and later the Al-Ahmar dynasty would rebuild the old fortress area providing it with a complex of rich surrounding buildings and reinforced walls with entry gates such as the one known as the gate of Justice. The arrival of the Catholic monarchs did not mean any decline for the monument; on the contrary, they incorporated new structures to it such as the Palace of Charles the V, so that the Alhambra came to be a fusion of different cultural spaces. The result is an architectural symbiosis that is unique in the world.
En esta ocasión el creador internacional Cristóbal Gabarrón se acerca al monumento para dedicarle su personalísimo tributo. Hombre de marcado carácter internacional, su aportación no se circunscribe a la impronta de una creación puntual. Sus obras se insertan en el medio, constituyendo un aporte, un modo de interrelación entre el sujeto y el objeto que es el monumento, en este caso la Alhambra. Sus creaciones de arte público se adaptan al medio en que se disponen, mimetizándose con él, generando nuevas perspectivas de reflexión estética para el espectador, que sorprendido ante la ruptura
On this occasion, the international creator Cristóbal Gabarrón has approached the monument to dedicate his own personal tribute to it. A man of a markedly international nature, his contribution is not limited to the imprint of a single, time inscribed creation. His works are inserted in the environment, constituting a contribution, and establishing a form of interrelation between the subject and the object, which is the monument, in this case the Alhambra. His creations of public art are adapted to the environments in which they are placed, entering into a mimesis with them and generating new perspectives of aesthetic reflection for the viewer who, surprised by the break in the traditional reading of the space, finds his or her own personal view enriched by
en la lectura tradicional, enriquece en la comparación su particular visión del mismo. El fuerte compromiso de Cristóbal Gabarrón con la creación contemporánea le ha llevado a realizar obras de arte público en diferentes emplazamientos y lugares, siempre buscando la cercanía del espectador y la mejora del medio urbano en que el hombre desarrolla su faceta de convivencia diaria. La lucha contra la deshumanización del urbanismo actual, la frialdad de las urbes modernas, o la pérdida de valores cívicos y culturales, constituyen la premisa bajo la que elabora nuevos modos de convivencia en la ciudad moderna. Desde las primeras esculturas realizadas en los años setenta donde el hierro convivía con el aire y la materia pétrea, serie Cubos y Viento , la evolución tanto material como conceptual ha supuesto un cambio de considerables dimensiones. La denominada Puerta de Valladolid y el Conjunto Atlanta Star , realizado como resultado de la vinculación del creador con organismos internacionales como el COI, dio como resultado la realización de una gran estrella compuesta por veinticinco monumentales obeliscos de fibra de vidrio, como recuerdo de la vigésimo quinta edición de los juegos de la era moderna, ejemplo todo ello del cambio de escala realizado por el artista. El acercamiento al urbanismo moderno se produce de la mano de las monumentales esculturas para nuevas áreas de desarrollo de ciudades como Madrid, donde realiza la escultura Homenaje a Felipe II ; Murcia, para la que ejecuta la obra Frouida o las piezas Tecnus y La Cúpula Celeste para Boecillo y Arroyo de la Encomienda en Castilla y León. Consciente de igual modo de la distancia que en ocasiones separa al hombre de lo monumental, ha ejecutado diversas series de esculturas como Homenaje al Quijote
the comparison. Cristóbal Gabarrón s strong commitment to contemporary creation has led him to make works of public art for different sites and places, and he always seeks both closeness with the viewer and an improvement in the city environment where his or her daily existence evolves. The fight against the dehumanization of current city planning, the coldness of modern urban centers and the loss of civic and cultural values constitute the premise under which he prepares new ways of living in the modern city. From his first sculptures made in the 1970 s, series entitled Cubes and Wind , in which iron was worked along with air and rocky matter, both the material and the conceptual evolution of his work have undergone a change of considerable dimensions. The socalled Gate of Valladolid and the Atlanta Star complex, made as a result of the creator s ties with international organisms such as the International Olympic Committee and consisting of a huge star made up of twentyfive monumental obelisks in fiberglass to commemorate the twenty-fifth edition of the Olympic Games in the modern age, reveal the change of scale in the artist s work. His growing interest and dedication to modern city planning take shape at the same time he makes his monumental sculptures for new areas of development in cities like Madrid, where he made the sculpture Homage to Philip II , Murcia where he made the work Frouida and the pieces Tecnus and the Celestial Dome for Boecillo and Arroyo de la Encomienda in the region of Castilla y León. Equally conscious of the distance that sometimes separates man from the monumental, Gabarrón has made several series of smaller sculptures such as his Homage to Don Quixote and The Mysteries of Columbus ; in which the human scale plays
o Los Silencios de Colón , en ellas la escala humana juega con el medio urbano, adoptando las más diversas formas y colores. La monotonía y ausencia de color, tienen su contrapunto en las piezas que bajo el guión de la culturalidad y el conocimiento, y por medio del colorido y la forma libre y abierta, invitan al espectador a reflexionar, a realizar un pequeño paréntesis en la rutina diaria y observar con perspectiva como el arte rompe los muros de la intransigencia y la intolerancia. En esta ocasión Gabarrón aporta una nueva serie escultórica en homenaje a la Alhambra, donde el color y la forma constituyen las líneas maestras que la inspiran, al igual que la silueta y el cromatismo son dos de las características peculiares de uno de los monumentos más destacados del patrimonio mundial, La Alhambra. Las diferentes torres de la Alhambra fueron determinantes en su historia y en sus diferentes usos de su recorrido histórico. Cristóbal Gabarrón hace una interpretación mágica sobre los acontecimientos, que imagina o inventa, ocurridos a través del tiempo en esas torres de defensa o vigía. Torres: 1-Comares 2-de las Infantas 3-de las Damas 4-de la Justicia 5-de la Rauda 6-de la Cautiva 7-del Cabo de la Carrera 8-de las Armas 9-de la Vela 10-de los Picos 11-del Agua 12-de los 7 suelos 13-del Cadí 14-del Mihrab 15-Quebrada 16-Bermejas
with the urban environment, adapting the most varied forms and colors. Monotony and the absence of color have their counterpoint in these pieces which, under the standard of culture and knowledge and by means of an open and free color scheme and form, invite the viewer to reflect, to make a small parenthesis in his or her daily routine and to obser ve how art breaks the walls of intransigence and intolerance. On this occasion Gabarrón contributes a new sculpture series in homage to the Alhambra, in which color and form constitute the masterstrokes that inspire it, just as silhouette and color scheme are two of the peculiar characteristics of one of the most outstanding monuments of world heritage, the Alhambra. The different towers of the Alhambra helped to determine its history and the different uses it served over time. Cristóbal Gabarrón makes a magical interpretation of the events, which he imagines or invents, that occurred over time in these watch towers. Towers: 1-Comares Tower 2- Las Infantas Tower 3 Las Damas Tower 4- la Justicia Tower 5- la Rauda Tower 6 - La Cautiva Tower 7- El Cabo de la Carrera Tower 8- Las Armas Tower 9- La Vela Tower 10- Los Picos Tower 11-El Agua Tower 12-Tower of the Seven Floors 13- Cadí Tower 14- Mihrab Tower 15-Quebrada Tower 16-Bermejas Tower
Cristóbal Gabar rón y la Alhambra
Cristóbal Gabarrón and the Alhambra
Mi padre de pequeño me habló de la Alhambra haciéndome imaginar que era un sitio de cuento oriental.
When I was little my father told me about the Alhambra, making me imagine it was a place out of an Oriental tale.
Con estas palabras Gabarrón nos narra sus primeras impresiones de uno de los monumentos -conjunto histórico-artístico- más importantes de la arquitectura árabe en el mundo. Cristóbal todavía niño, descubre como sus cuentos de infancia se ubican en la Alhambra, su magia, el mundo oriental y las culturas se convierten por medio de las palabras de su padre en leyendas que él imaginaba y dibuja en su mente.
With these words, Gabarrón tells us his first impressions of one of the most important historical-artistic monument compounds of Arab architecture in the world. Still a boy, Cristóbal discovers that these childhood stories are located in the Alhambra, as its magic with theirs, the Oriental world and cultures, by means of his father s words, become legends that he imagined and drew in his mind.
Años más tarde y por medio de una excursión escolar de juventud tiene el creador ocasión de comparar la silueta imaginada con la realidad de un monumento: Me pareció superior a lo que me había imaginado porque no había añadido otros sentidos que por siempre fueron unidos a mi recuerdo: La visión desde arriba de Granada, sus jardines, el olor mezclado de sus flores, el arrayán, el viento, los claroscuros de la Torre de Comares, las sombras, el ruido del agua y !tantas sensaciones nuevas! . La inquietud de esa juventud recién estrenada le hará regresar en diversas ocasiones e investigar sobre el tema, todo ello incrementando sin duda su admiración por el entorno y las sensaciones que en él propiciaba su visión. Hoy en día sus rincones favoritos son como el nos indica: Muchos. En el Palacio, la torre de Comares. En el exterior el paseo de cipreses del Generalife . Todos ellos y muchos otros recorridos bajo su aroma favorito, el peculiar olor del riego al anochecer en los jardines de la Alhambra. Sus vivencias y anécdotas son como es de suponer variadas y ricas en matices, pero sin duda una nos llama poderosamente nuestra
Years later, and thanks to a school trip in his youth, the creator has the opportunity to compare the imagined silhouette with the structure s reality: It struck me as far superior to what I had imagined because I hadn t added the other senses, which from then on were united to my memory: the view of Granada from above, its gardens, the mixed aroma of its flowers, the myrtle, the wind, the chiaroscuros of the Comares Tower, the shadows, the sound of water, and so many new sensations! The restlessness and interests of that youth would make him return many times to investigate the subject, each time adding to his admiration for the compound and the sensations it produced in him, stimulating his vision. Today his favorite corners are as he tells us: Many. In the Palace, the Comares Tower. Outside, the cypress walk in the Generalife gardens. All of them and many others, he had wandered under his favorite aroma, the peculiar smell of watering at nightfall in the Alhambra gardens. His experiences and anecdotes are as one may imagine, varied, rich and nuanced, but without a doubt one powerfully calls our attention, as it is especially revealing of his
atención, por ser especialmente significativa de su personalidad: ...recuerdo una en el año 65, en el que (confundido por un guía) una señora muy mayor me pidió la mostrara el recinto y sin yo decir que era otro visitante más se lo mostré y acompañaba el recorrido de historias que había leído . Hoy, medio siglo después, presentamos aquí dieciséis esculturas monumentales que el propio autor nos clarifica el germen de esta obra: Las 16 Torres son mi homenaje particular al hecho de la existencia de la Alhambra, ilusión de un pueblo por su pervivencia y lo uno a los 15 años de la creación de la FCG, otra ilusión de unos cuantos, por su continuidad .
personality: I remember one in 1965 when a very old lady (confusing me for a guide) asked me to show her the grounds, and without telling her that I was just another visitor, I showed her around, telling her the stories I had read. Today, a half a century later, we are presenting sixteen monumental sculptures here which we ll let the artist himself explain: the 16 Towers are a personal homage to the fact of the Alhambra s existence, the hope of a people for its survival and continuity, and I unite this to the fifteen years since the creation of the Fundación Cristóbal Gabarrón (FCG), another hope and dream of a few people, for its continuation.
ALHAMBRA de Cristóbal Gabarrón Alfredo Mateos Paramio
ALHAMBRA by Cristóbal Gabarrón Alfredo Mateos Paramio
En su libro Tawq al-ham ma, el Collar de la tórtola, el poeta Ibn Hazm de Córdoba dice: Cuando mis ojos ven a alguien vestido de rojo, mi corazón se rompe y desgarra de pena. ¡Es que ella con su mirada hiere y desangra a los hombres y pienso que el vestido está empapado y empurpurado con esa sangre!
In his book Tawq al-ham ma, The Ring of the Dove, the poet Ibn Hazm of Cordoba says:
Cristóbal Gabarrón ha erigido dieciséis esculturas a la Alhambra, Al Hambra, la Roja, dieciséis torres de homenaje que cercan un palacio invisible de modo similar a ese collar de sombra que portan las tórtolas turcas de nuestros parques. Atalayas flamantes en las que arde una paleta mediterránea, y cuyas superficies no cesan de empaparse en recuerdo vivo: Alhambra de nuestra memoria común, Alhambra de los paseos juveniles del artista. Voy a sustraerme, sin embargo, a la efusión a que convocan estas obras. Prefiero señalar tres claves que, a mi juicio, contribuyen a provocarla, claves que han ido configurando la evolución de la escultura al aire libre de Cristóbal Gabarrón en los últimos años y que encuentran en esta serie de Alhambra su expresión más nítida: la apropiación del volumen por el color, la intervención de las obras en el espacio, el uso secular de la alegoría. 1.- El arranque artístico de Cristóbal Gabarrón como pintor, como es el caso también de Pol Bury o Donald Judd, le otorga una perspectiva diferente como escultor. La afirmación de Matisse de que el color es el elemento constituyente del espacio pictórico, que el expresionismo aplicó abundantemente en sus lienzos, experimenta en estas esculturas un desarrollo en tres dimensiones: las manchas de color sobrepasan los bordes de la escultura, contaminando sus ángulos, desvaneciendo sus huecos y en definitiva deformando desde dentro los planos sobre los que se asienta. Arquitectos como Luis Barragán o Antonio Gaudí habían aplicado antes los resplandores mediterráneos a sus obras, pero sin llegar a subvertir las fronteras entre los planos. Tal y como esa camisa roja que veía el poeta Ibn Hazm, en estas esculturas es el color quien constituye finalmente los volúmenes de estas obras. Sombras azules del mediodía granadino, verdes en vergel, amarillos terrestres y esos rosas y rojos que otorgan profundidad Kandinsky dixit y también la más desollada de las superficies.
Whenever my eyes descry a person clad in red, My heart is split in agony and sore discomforted. Because she wounds with her eyes and sheds men s blood And I think her dress is soaked all saffron with that blood! Cristóbal Gabarrón has erected sixteen sculptures to the Alhambra, Al Hambra, la Roja ( the red palace ), sixteen towers in homage that surround an invisible palace, like that shaded ring the Turkish turtle doves wear in our parks. Splendid watchtowers in which a Mediterranean palette burns and whose surfaces do not cease to be imbued with living memory: the Alhambra of our shared memory, the Alhambra of the artist s youthful wanderings. Nonetheless, I am going to remove myself from the feeling these works inspire. I prefer instead to point to three keys that in my judgment contribute to producing it, keys that have been shaping the evolution of Cristóbal Gabarrón s open air sculpture in recent years and that find in this Alhambra series their clearest expression: the appropriation of volume by color, the intervention of the works in the space, and the secular use of allegory. 1. Cristóbal Gabarrón s beginnings as a painter, as is the case of Pol Bury and Donald Judd, grant him a different perspective as a sculptor. Matisse s claim that color is the constituent element of pictorial space, this expressionism applied abundantly in his canvases, is developed in three dimensions in these sculptures. The stains of color spread over the edges of the sculpture, contaminating its angles, blurring its openings, and in short, deforming from within the planes on which it is established. Architects like Luis Barragán and Antonio Gaudí had applied the Mediterranean brightness to their works earlier, but without subverting the boundaries between planes. Just like that red blouse that the poet Ibn Hazm saw, here it is color that finally constitutes the volumes of these sculptures. The blue shadows of Granada s noon hour, the greens of its fruited gardens, the earthy yellows and those pinks and reds that provide depth- Kandinsky dixit- as well as the most flayed of surfaces.
2.- Sin embargo, esa aleación de colores y perfiles no hubiera sido posible si, al mismo tiempo, el cuerpo de la obra no hubiera sido trabajado por el artista de un modo singular, anatómico, alejándose de la geometría cultivada por otros escultores y que rige los edificios y objetos reemplazables de nuestro mundo contemporáneo, donde un vaso que cae al suelo se reencarna en otro exactamente igual en nuestra mano, y se dice que no hay nadie imprescindible. Cristóbal Gabarrón pone en pie esculturas que se rebelan a la perspectiva frontal, y que se alzan como un cuerpo vivo, a la manera de los caminantes de Boccioni, como los árboles o pájaros o elefantes que evocan varias de las torres de esta Alhambra. La realización por Cristóbal Gabarrón de proyectos sociales, como la transformación de las fachadas de las casas molineras del Barrio España de Valladolid, evidencia su voluntad de crear objetos únicos al alcance de los ciudadanos para que éstos afirmen su propia singularidad y se resistan a la uniformización de su destino. Sin embargo, muy pocas esculturas públicas consiguen que el territorio colectivo las acoja. Desde que con Les Bourgeois de Calais de Rodin se rompió la relación entre la ciudad y el escultor, las estatuas que han ocupado las ciudades son percibidas como elementos ajenos, aunque la mayor parte intentan un mimetismo figurativo de épocas pretéritas. Gabarrón, a pesar de utilizar un lenguaje plenamente contemporáneo, logra sin embargo con éxito el transplante de sus esculturas en calles y plazas, de modo que esos espacios urbanos, lejos de rechazar el nuevo órgano, comienzan a latir en torno suyo. ¿Cual es la explicación? El Sakuteki, tratado japonés para la construcción de jardines escrito en el s. XI, establece que hay que poner el máximo cuidado en la selección de las piedras porque ellas son las montañas menores que hacen girar el paisaje a su alrededor. Hay que encontrar aquellas rocas, dice, cuyos perfiles parezcan limados por los siglos y que, aun en su dimensión reducida, evoquen el aliento de los precipicios y la majestad de las cordilleras ante los visitantes del jardín. De manera intuitiva Cristóbal Gabarrón ha ido combando así los lomos de sus esculturas, alojando en sus perfiles una monumentalidad íntima, a escala y contorno humanos, que rehace las coordenadas de los espacios en que se asienta. Esa cualidad es la que permite que las esculturas de Gabarrón, desde las Puertas de Valladolid hasta el Homenaje al Quijote o Los silencios de Colón, interaccionen de modo
2. However, that alloy of colors and outlines would not have been possible if, at the same time, the body of the work had not been worked by the artist in an extraordinary manner, anatomically, departing from the geometry cultivated by other sculptors and that governs the buildings and disposable objects of our contemporary world, in which a glass that falls to the floor reincarnates into another, exactly the same, and in which it is said that no-one is indispensable. Cristóbal Gabarrón erects sculptures that rebel against frontal perspective and that rise like a living body, in the manner of Boccioni s marching figure, like the trees and birds and elephants that several of the towers of this Alhambra depict. Cristóbal Gabarrón s social projects, such as transformation of the façades of the milling houses in Barrio España neighborhood in Valladolid, reflect his aim to create unique objects within the reach of all citizens so that they may affirm their own individuality and resist the enforced destiny of their sameness. However, very few public sculptures succeed in being accepted by the collective territory. Since Rodin s Les Bourgeois de Calais broke the relationship between the city and the sculptor, the statues that have occupied cities are perceived as foreign elements, even though most seek a figurative mimesis from past ages. While using a fully contemporary language, Gabarrón is nonetheless successful in transplanting his sculptures onto streets and into public squares, so that these urban spaces, far from rejecting the new organ, begin to beat like a heart around them. How can this be explained? The Sakuteki, the Japanese treatise on garden construction written in the 11th century, establishes that the utmost care must be taken in the selection of stones because they are the minor mountains that make the landscape revolve around them. One must find those rocks, it says, whose outlines appear polished by the centuries and that even in their reduced dimensions evoke the breath of cliffs and the majesty of craggy ranges to the garden s visitors. Intuitively, Cristóbal Gabarrón has bent the backs of his sculptures in that way, housing a monumental intimacy in their outlines, on a human scale and form, which resets the coordinates of the spaces in which they are located. That quality is what permits Gabarrón s sculptures, from the Puertas de Valladolid [Gates of Valladolid] to the Homenaje al Quijote [Homage to Don Quixote] and Los silencios de Colón [The Mysteries of Columbus], to interact in a privileged manner with the places in which they find themselves. Whether in the United Nations Plaza in New York or the Sabatini Gardens of Madrid, his works effect a change of scale and grant a different tonality to the space. Conceived polyphonically, this new ensemble of sixteen sculptures intervenes in
privilegiado con los lugares en los que recalan. Sea en la plaza de Naciones Unidas de Nueva York o en los Jardines de Sabatini de Madrid, sus obras realizan un cambio de escala y otorgan una tonalidad distinta al espacio. Concebido de forma polifónica, este nuevo conjunto de dieciséis esculturas interviene en el lugar de modo más poderoso porque aplica además el principio primordial del Sakuteki: que el jardín reproduzca otro paisaje existente, que sea su evocación y enseña. Collar de torres luminosas. Alhambra. 3.- La escultura contemporánea ha buscado en la multiplicidad un modo de otorgar consistencia a piezas aisladas del tiempo y del entorno, estableciendo un sistema de referencias en su interior pensemos en Kiki Smith o Jeff Koons. En el caso de Cristóbal Gabarrón, sin embargo, la multiplicidad se revierte al exterior y se convierte en un modo de amplificar el pasado y la memoria compartida. Ello es posible gracias a la actualización de un mecanismo retórico medieval que el artista pudo ver actuando en los retablos de las iglesias vallisoletanas durante su adolescencia y juventud: la alegoría. Una figura que ya Walter Benjamin reivindicó como superación de la metáfora surrealista, cuya hipérbole de sentido no llega a integrarse en un discurso colectivo. La creación de un archipiélago artístico en el que resuena otro sistema geográfico o literario permite, en cambio, disparar las referencias y ofrecer al espectador una habitación narrativa en la que albergar sus propias evocaciones. Esa invocación cuantiosa tiene en las torres de esta Alhambra un alojamiento que va más allá de sus espléndidos nombres: cual espejos distantes, los torsos de estos edificios de memoria reflejan arcos, tracerías, estrellas de muros y de otros cielos, penumbras inabordables. Lejos de uso irónico del texto que preside el conceptualismo de Bruce Nauman, la inclusión de un alfabeto derrumbado, incomprensible, en los cuerpos de esta fortaleza remite al cauce mudo de la escritura cúfica nazarí y advierte que siempre queda algo que no puede ser convocado en este aquí y este ahora. Que siempre hay una pérdida junto a la ganancia de luz y de espacio, que esa Al hambra granadina, mora y cristiana, se rompe y desgarra en cada sitio donde Cristóbal Gabarrón la instale, roja del sol poniente, roja de tantas sangres mezcladas circulando dentro de nosotros.
the place even more powerfully because the primordial principle of the Sakuteki is also applied: that the garden reproduce another existing landscape that inspired it and that it shows. Ring of luminous towers. Alhambra. 3. Contemporary sculpture has sought in multiplicity a way of granting consistency to pieces isolated from time and their surroundings, establishing a system of references within their interior; we might recall Kiki Smith or Jeff Koons. In the case of Cristóbal Gabarrón, however, the multiplicity reverts to the outside and becomes a way of amplifying the past and shared memory. That is possible thanks to the way the artist brings up to date a medieval rhetorical device that he saw operating in the altarpieces of the Valladolid churches during his youth: allegory. A figure that Walter Benjamin already reclaimed as going beyond the surrealist metaphor, whose hyperbolic feeling doesn t succeed in integrating into a collective discourse. In contrast, the creation of an artistic archipelago in which another geographic or literary system can be heard allows references and allusions to open and offers the viewer a narrative room in which to house his or her own evocations. That substantial invocation finds a home in the towers of this Alhambra that goes beyond their splendid names: whose distant mirrors, the torsos of these buildings of memory reflect arches, buttresses, stars of walls and of other skies, and inaccessible shadows and penumbra. Far from any ironic use of the text presiding the conceptualism of Bruce Nauman, the inclusion of a defeated, incomprehensible alphabet in the bodies of this fort refers to a mute source of the Nasrid Kufic writing and intimates that there is always something that cannot be summoned in this here and this now. That there is always a loss along with a gain of light and space, that Granada s Al hambra, Moorish and Christian, breaks and tears in every place that Cristóbal Gabarrón installs it, the red of the setting sun, the red of so much mixed blood circulating within us.
Cristóbal Gabarrón o la estética del reencuentro Las grandes obras de arte no sólo desafían a su tiempo sino que continúan desafiando a las generaciones posteriores. Nada ni nadie logrará jamás volver a pintar la Mona Lisa, aunque muchos puedan pintar a Mona Lisa. La diferencia estriba en que la de Leonardo de Vinci es única y las de sus imitadores no pueden ser sino una pálida reproducción. Cuando Manet intentó volver a pintar la Maja Desnuda, sabía que de ningún modo podía rivalizar con Goya; sabía que tenía que hacer una cosa diferente, con el mismo tema: Olympia es el resultado de esa renovación. Y es que el arte es por definición lo opuesto a la imitación, como tampoco puede limitarse a una simple reproducción. Drama infinito para el fotógrafo que, haga lo que haga, y por muy artista que sea, es prisionero del equipo técnico que le permite reproducir fielmente la imagen. Por esa razón, cuando un gran artista como Cristóbal Gabarrón, se enfrenta a ese increíble monumento universal que es la Alhambra es consciente de los escollos que deberá evitar: la imitación y la reproducción. El conjunto escultórico de la Alhambra que ahora nos presenta, es un ejemplo de lo que todo autor consciente de los misterios de la creación artística sabe que hay que hacer: es decir, la obligación imperativa de no copiar o reproducir fielmente, sino de recrear totalmente, íntegramente, la obra elegida como pretexto. Pues el verdadero creador sólo conoce la innovación, que rompe con lo que es, con lo que ha sido, sabiendo también que está condenado a verse superado por lo que será. André Malraux decía que la diferencia entre Picasso y Leonardo da Vinci puede reducirse a una cosa: si Picasso ve una obra de Da Vinci, puede comprenderla; por el contrario, no es nada seguro, incluso es improbable, que si Da Vinci viera una obra de Picasso fuera capaz de entenderla. Pues los tiempos han cambiado, los útiles conceptuales no son los mismos, las representaciones se han metamorfoseado. Cuando Cristóbal Gabarrón se consagra a edificar sus Torres de la Alhambra no es para rendir homenaje a los ingenieros y arquitectos musulmanes que concibieron esas formas tan poderosas y, al mismo tiempo, tan frágiles en su fuerza, sino para que los ingenieros y arquitectos del siglo XXI y de los siglos venideros, puedan comprender cómo se crea hoy una torre y lo que significa una torre en la era de la física cuántica y de la teoría de la relatividad. La forma no es ya la misma, las Torres han dejado de ser redondas, las líneas rectas no son necesariamente la distancia más corta entre dos puntos. Las Torres de Gabarrón son a las de la Alhambra lo que el Museo Guggenheim de Bilbao, creado por Frank O. Gehry es a la arquitectura moderna: una desviación, una deconstrucción, una ruptura, una reinvención de la forma, un nuevo objeto en suma. ¡Y sin embargo es un museo! ¡Y sin embargo son torres! Y es más: cuando se trata de la Alhambra, uno se enfrenta a otra cultura, e incluso a otra civilización. La diferencia entre la cultura desde la que habla Gabarrón, la del siglo XXI, y la que subyace en la creación, a partir del siglo XI, de las torres de la Alhambra es la diferencia que separa lo profano de lo sagrado. Pues el palacio iniciado por los ziríes y remodelado hasta que el fino e inofensivo Boabdil fue derrotado es también una obra en la que siempre está presente el lenguaje divino. Gabarrón dibujará en sus torres los recuerdos de esa simbiosis entre la forma y lo sagrado mediante la evocación de las letras del lenguaje sagrado del Corán.
Es sabido que Europa se construyó a través del rechazo, o al menos de la diferencia, y sobre todo de la dominación del Otro, y especialmente del Islam. Pues el Islam contestaba su preeminencia en el espacio mediterráneo y le oponía una civilización que no solo la sometía sino que también podía abatir definitivamente las bases del cristianismo occidental. Desde el siglo VII es una historia de conflictos y encuentros, de fusión y disociación, de amor y odio, de fascinación y rechazo. Una historia mutua, por supuesto. ¿Saldremos de ella? Si creemos en el significado profundo del trabajo de Gabarrón, es posible que sí. Pues él retoma esas torres como si no pertenecieran a tal o cual cultura, sino a un patrimonio común, el del área de civilización mediterránea. Tomemos Alhambra II, la torre de las Armas, se ve una forma poliédrica o emparentada con ella recortada que se escota hacia lo alto dibujando una v y dejando escapar una especie de diente hacia un destino incierto. Su significado ya no es el de una torre de defensa, y menos aún un símbolo del que puede emanar fuego y muerte. Es más bien un juego de colores, en este caso un rosa rojizo frenado por un azul luminoso coronado, a su vez, por un conjunción de rosa, amarillo, azul, primero oscuro y luego deslavado, de verde, de gris --una anarquía de tonos que recuerda tanto la luminosidad mediterránea como la infinita diversidad de suelos, mármoles, rocas que habitan las dos orillas del Mare Nostrum. Esa torre ha perdido todo su significado funcional --el de vigilar, defender y eventualmente castigar--, por el contrario adquiere una forma totalmente nueva, la de la alianza de los tonos de un espacio dado y de un encuentro anunciado entre las culturas. Se convierte en arte. O más bien, era arquitectura y pasa a ser un objeto de contemplación plástica. El artista ha pasado por ella. Ha desempeñado el papel de un desviador de significado, de un recreador de sentido. De un pasador de culturas. Todas las torres de Cristóbal Gabarrón pertenecen a la misma veta: buscan lo que une, transforman en apertura plástica lo que podría enclaustrar, hacen del arte un instrumento de superación, de encuentros, de esponsales culturales. Son una creación nueva, que se apoya en esa joya inconmensurable que es la Alhambra, y le rinden el mejor de los homenajes al recrearla con los ojos del siglo XXI. Hay una estética de Cristóbal Gabarrón, la del encuentro de las formas, de los colores, de las culturas. Una estética de la vida.
Proceso Creativo del conjunto escultórico de la Alhambra
Conjunto Escultórico Alhambra de Cristóbal Gabarrón
Alhambra I, Torre de CadĂ Mixta/fibra de vidrio policromada Combination of Fiberglass with polychrome finish 425 x 190 x 160 cm. 2007
Alhambra II, Torre de las Armas Mixta/fibra de vidrio policromada Combination of Fiberglass with polychrome finish 450 x 235 x 195 cm. 2007
Alhambra III, Torre de la Vela Mixta/fibra de vidrio policromada Combination of Fiberglass with polychrome finish 330 x 137 x 208 cm. 2007
Alhambra IV, Torre de la Cautiva Mixta/fibra de vidrio policromada Combination of Fiberglass with polychrome finish 360 x 185 x 130 cm. 2007
Alhambra V, Torre de la Rueda Mixta/fibra de vidrio policromada Combination of Fiberglass with polychrome finish 365 x 200 x 150 cm. 2007
Alhambra VI, Torre Bermejas Mixta/fibra de vidrio policromada Combination of Fiberglass with polychrome finish 370 x 180 x 160 cm. 2007
Alhambra VII, Torre de las Infantas Mixta/fibra de vidrio policromada Combination of Fiberglass with polychrome finish 590 x 165 x 140 cm. 2007
Alhambra VIII, Torre de los Picos Mixta/fibra de vidrio policromada Combination of Fiberglass with polychrome finish 310 x 160 x 130 cm. 2007
Alhambra IX, Torre de Abu I Hayyay Mixta/fibra de vidrio policromada Combination of Fiberglass with polychrome finish 350 x 145 x 220 cm. 2007
Alhambra X, Torre del Agua Mixta/fibra de vidrio policromada Combination of Fiberglass with polychrome finish 340 x 210 x 120 cm. 2007
Alhambra XI, Torre de la Justicia Mixta/fibra de vidrio policromada Combination of Fiberglass with polychrome finish 480 x 125 x 193 cm. 2007
Alhambra XII, Torre Comares Mixta/fibra de vidrio policromada Combination of Fiberglass with polychrome finish 350 x 190 x 145 cm. 2007
Alhambra XIII, Torre de las Damas Mixta/fibra de vidrio policromada Combination of Fiberglass with polychrome finish 360 x 160 x 175 cm. 2007
Alhambra XIV, Torre de los Siete Suelos Mixta/fibra de vidrio policromada Combination of Fiberglass with polychrome finish 565 x 220 x 170 cm. 2007
Alhambra XV, Torre Quebrada Mixta/fibra de vidrio policromada Combination of Fiberglass with polychrome finish 370 x 180 x 160 cm. 2007
Alhambra XVI, Torre del Mihrad Mixta/fibra de vidrio policromada Combination of Fiberglass with polychrome finish 490 x 140 x 148 cm. 2007