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Premios Gabarrón 8 OCTUBRE 2010
ARTES PLÁSTICAS Álvaro Siza
LETRAS Juan Marsé
PENSAMIENTO R. Borja Cevallos
ARTES ESCÉNICAS Fernando Trueba
RESTAURACIÓN Jonathan Brown
DEPORTES Alberto Contador
CIENCIA Eq. de Atapuerca
ECONOMÍA José Antolín
TRAYEC. HUMANA Antonio Garrigues
Una lección
de esfuerzo y superación
Valladolid acoge hoy la entrega de los Premios Internacionales de la Fundación Cristóbal Gabarrón. Nueve relevantes personalidades recibirán el reconocimiento por su trayectoria ejemplar HERAS
ABC Premios Gabarrónš 2 VIERNES 8š10š2010
Bieito Rubido Director de ABC
GRATITUD Y GENEROSIDAD «Las manifestaciones reservadas en exclusiva a la excelencia humana están representadas en los Premios Cristóbal Gabarrón, comprometidos con las más nobles conquistas de la persona y con su legítimo afán de superación»
U
no de los peores rasgos de la condición humana es la ingratitud. Y frente a esa tara de la personalidad, está el espíritu generoso. El que se identifica en Cristóbal Gabarrón al querer reconocer, desde el desprendimiento al otro, a los demás. Las mejores obras de Gabarrón no se encuentran en el Chelsea Art de Nueva York, el IVAM de Valencia, el Museo Olímpico de Lausana o el Parlamento Europeo. Las mejores obras de Cristóbal tampoco están pintadas sobre lienzo o mural, ni han sido esculpidas. Siendo muy buenas, extraordinarias en algunos casos, sus mejores creaciones están mol-
deadas a base de generosidad y agradecimiento, de responsabilidad y compromiso con su sociedad. Las obras maestras de Cristóbal Gabarrón son las que este viernes toman forma de nuevo en la entrega de los Premios que llevan su nombre y que, en nombre de todos los lectores de ABC, tengo el honor de celebrar desde estas líneas. Sufrimos días de nerviosismo y zozobra. Gobiernos, universidades, periodistas, analistas... buscan con desespero el prozac que sanee este mundo de la profunda depresión económica que padece. Frente a esta persecución obsesiva y desquiciada del beneficio, admiro todavía más la serenidad y luci-
Los nueve galardonados volverán a sentarse, un año más, en estos sillones creados por Cristóbal Gabarrón
dez de quien dedica su tiempo, sus bienes y, sobre todo, su impagable talento a propiciar el deleite colectivo de la belleza, a estimular el desarrollo intelectual e inmaterial del hombre, a fomentar esos valores humanos que los tiempos modernos cuestionan por falta de rentabilidad en el corto plazo.
«Sólo los hombres son capaces de hacer cultura, pero sólo la cultura nos hace humanos»
F. HERAS
Ejemplo imponente de tan encomiable honradez es Cristóbal Gabarrón, consciente y consecuente con la deuda que sabe contraída con la sociedad. De ella toma la inspiración y a ella le debe el privilegio de ver el fruto de sus manos elevado a la categoría de obra maestra y colgado de las paredes de las más célebres pinacotecas. Sólo los auténticos genios como él entienden que el arte es un don reservado a las personas y que, por tanto, dejarán de disfrutarlo quienes pretendan trascender de su dimensión humana para acceder al olimpo de los dioses. El aura del éxito no ha cegado a Cristóbal Gabarrón. Desde la humildad y la honestidad, tanto el artista murciano como su familia devuelven a su tiempo cuanto reciben de él: a través de su colección, en forma de museos, fundaciones y de unos premios que llegan a su novena edición consolidados como prescriptores de prestigio. Artes plásticas y escénicas, Ciencias e Investigación, Deporte, Economía, Letras, Pensamiento y Humanidades, Restauración y Conservación... Las manifestaciones reservadas en exclusiva a la excelencia humana están representadas en los Premios Cristóbal Gabarrón, comprometidos con las más nobles conquistas de la persona y con su legítimo afán de superación. Cegados en hacer avanzar la tecnología y los mercados, corremos grave riesgo de olvidarnos de evolucionar nosotros mismos como humanidad. De ahí mi felicitación a los distinguidos, pero sobre todo a la Fundación Cristóbal Gabarrón, por tener la sensibilidad de aunar en unos premios la gratitud y el reconocimiento, dos valores que indefectiblemente acompañan a las grandes conquistas de cualquier tiempo y lugar y que dibujan con trazo maestro, como el de Cristóbal Gabarrón, el rostro más noble y digno del ser humano. Sólo los hombres son capaces de hacer cultura, pero sólo la cultura nos hace humanos, sensibles, permeables a la estética, adictos al conocimiento y dignos de perpetuidad. Y la generosidad y su reconocimiento nos hace más felices.
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EL JURADO ARTES PLÁSTICAS: S. Andrés Ordax, Catedrático de Historia del Arte de la UVA; Vidal Arranz, dtor. de El Mundo de Castilla y León; A. Gutiérrez Alberca, viceconsejero de Cultura; Catalina Luca de Tena, presidenta-editora de ABC. ARTES ESCÉNICAS: Mercedes Cantalapiedra, concejala de Cultura; Germán Camarero, delegado general de la Agencia EFE en Castilla y León; J. L. Martín, delegado de ABC en Castilla y León; Juan Vidal, dtor. de Centros Territoriales de TVE. CIENCIA E INVESTIGACIÓN: A. Aguirre de Cárcer, dtor. editorial de La Verdad Grupo Multimedia; J. Ballesta, catedrático de Medicina de la UM; Luis Jaramillo, director de COPE Castilla y León; R. Revilla, directora de RR. EE. de Merck, Sharp & Dohme; A. RoyoVillanova, presidente de El Norte de Castilla DEPORTES: J. de Arriba Crego, director regional de la SER en CyL; M. Erice, subdtor. de Expansión Territorial de ABC; Mª Carmen Izquierdo, pta. de la As. Española de la Prensa Deportiva; J. M. Ortega, pte. de la Federación de la Prensa Deportiva de Castilla y León; A. Rodríguez Manso, delegada de EP Castilla y León. ECONOMÍA: A. Catalán, pte. de AC Hotels; Santiago González, dtor. de TVE; A. M. Méndez Pozo, pte. Grupo Promecal; J. M. Vargas, consejero delegado de Vocento; T. Villanueva, vicepresidente segundo y consejero de Economía. LETRAS: C. Aganzo, dtor. de El Norte de Castilla; M. Monmany, crítica literaria; R. Pereda, escritora y periodista; J. M. Santiago Castelo, subdirector de ABC; J. M. Silva, consejero de Administración de RTVE. PENSAMIENTO Y HUMANIDADES: Ó. Campillo, dtor general de RTVCYL; I. Fernández Sobrino, dtor. regional de Onda Cero y de Antena 3 TV; Demetrio Madrid, pte. de la Sesión 2ª del Consejo Consultivo de Castilla y León; Jesús Núñez, Pte. de la U. Alfonso X el Sabio; Enrique Ybarra e Ybarra, pte. Fundación Vocento. RESTAURACIÓN Y CONSERVACIÓN: M. Á. Cortés, diputado por Valladolid del Grupo Parlamentario Popular; F. Checa, catedrático de Historia del Arte de la UCM y Director del Museo del Prado (1996-2001); Carlos Escudero, pte. de la Fundación Carlos III; Ubaldo Sedano, director de Restauración del Museo Thyssen-Bornemisza. A UNA TRAYECTORIA HUMANA: Ángel Expósito (ABC); Jesús Fonseca, director de La Razón Castilla y León; F. J. León de la Riva, alcalde de Valladolid; Santos Villanueva.
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LA CEREMONIA
La sombra de los sueños Gabarrón reflexiona sobre los «monstruos» producidos por el letargo de la razón Como en una ceremonia ancestral del profundo anochecer, el artista invoca a través de la escenografía los atributos del incontrolable deseo de continuar del hombre y todos los impulsos que le hacen «morir por vivir» NADIA DEL POZO
«L
as multitudes oyen mejor los gritos que las razones», di-
jo una vez Goethe. Y es que nos hallamos sumergidos en una extraña sensación que confunde formas y rumbos, que desvirtúa el colorido de un mundo plural. Un presente sin ilusión, inundado por el miedo y el desánimo que se cuela en el hogar, en el trabajo y en los ideales, haciéndonos olvidar que a las verdaderas batallas se acude con las manos desnudas, con el corazón abierto. Este aliento, este pecho, y todos los rasgos que nos humanizan no sólo nos unen y descubren en este transitar, sino que nos brindan la oportunidad de ver y mirar, de escuchar, reflexionar y sentir. Porque sólo apreciando la naturaleza de
nuestras aptitudes podremos valorar y disfrutar del privilegio que todavía vivimos en esta pequeña parte del planeta. Que «el sueño de la razón produce monstruos» no es tan solo una leyenda, como tampoco lo es que la «sinrazón crea problemas que la razón resuelve». Menos mal que todo siempre regresa por segunda vez. Que afortunadamente todo vuelve a ocurrir, otorgándonos de nuevo el tiempo para emerger y reinventarnos. Y ésta señores…«¡Ésta es la Gala en la que queremos vencer al Gigante!». Porque en este renacer, y como un año más, la obra de Cristóbal Gabarrón invade la escena haciéndose eco del momento, concibiendo en la negrura del ambiente, la danza de los «monstruos de la razón o de la sinrazón». Espectros que al ser descubiertos por la claridad… proyectan las «Sombras de los Sueños».
La gala volverá a congregar este año a grandes personalidades de la cultura y la política
F. BLANCO
En un fondo de oscuridad los entes acechan la vigilia; las nuevas ilusiones y los fantasmas de lo que fue, deambulan esta noche por el escenario como testimonio del anhelo de felicidad, como símbolo de la eterna capacidad de sorpresa y superación del hombre que formando parte del mundo, lo trasciende y domina por medio de la inteligencia, el coraje y la libertad. Mientras, en el aire, las preguntas se entrelazan y urden en la penumbra un solemne acto del teatro de la vida, en el que todos interpretan su papel hasta la llegada de la luz; la luz que revela las siluetas de las voces. Y es en este telar en el que se trama la gran mascarada, un carnaval en el que la risa y la alegría, la energía, la creatividad, la belleza, la comprensión, la paz y la solidaridad, la justicia, la honestidad, la calma y el pensamiento, el amor, la naturaleza y el equilibrio, se cruzan, se acarician y bailan. Como en una ceremonia ancestral del profundo anochecer, el artista invoca los atributos del incontrolable deseo de continuar, creando un ritual en el que conjura todos los impulsos que hacen al Hombre «morir por vivir». Así, las esculturas que constituyen los Premios le otorgan también un especial sentido a esta gala. Dice Cristóbal Gabarrón que son «vanitas hechas añicos» que, como espejos rotos, reflejan las infinitas rutas hacia el país de nunca jamás; caminos frágiles e inaccesibles sin sacrificio, por los que a veces se avanza a tientas, deslumbrado y aturdido. Pues como en urnas de cristal, nos hallamos a menudo encerrados; inmóviles ante los destellos y el fulgor de esas múltiples direcciones, que siempre existen y reaparecen para poder arribar al lugar… donde se cumplen los sueños.
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LA ACTUACIÓN
A ritmo de jazz La escenografía inspira al músico José Luis Gutiérrez H. DÍAZ
L
a escenografía diseñada por Cristóbal Gabarrón, donde el artista reflexiona sobre los «monstruos» producidos por el sueño de la razón y las armas del ser humano para enfrentarse a estos espectros, sirve de inspiración a José Luis Gutiérrez para componer la obra que abrirá la ceremonia de entrega de estos Premios Internacionales. Mientras el artista murciano cincelaba en su taller el trabajo que hoy se podrá ver en el escenario, el saxofonista vallisoletano trataba de poner notas a «la sombra de los sueños», un «amplio» concepto que, según explica el artista, le ha permitido disponer de «total libertad» a la hora de componer esta pieza original, que formará parte de su ecléctico repertorio, en el que suele ahondar en las culturas musicales de diferentes países.
en la ciudad como el Café España, iniciativas que, según este intérprete, lo que hacen es «democratizar un poco este género», es decir, «permite escuchar a los músicos de nuestra tierra y también a los aficionados, que siempre nos sugieren muchas ideas». Preocupado, como demuestran sus continuas reflexiones, de cultivar el gusto por el jazz —desde 1997 es profesor de saxofón del Conservatorio de Zamora— ha celebrado más de mil conciertos didácticos por toda España.
José Luis Gutiérrez estará acompañado en el escenario por Jesús Parra, Gerardo Ramos y Tommy Caggiani, sus compañeros de cuarteto, la formación con la cual este músico se presenta habitualmente en los escenarios. Juntos han recorrido más de medio mundo participando en los más importantes festivales internacionales, tales como el Festival de Jazz Europeo de México, el Festival Iberoamericano de Jazz de Trujillo (Venezuela) o el Festival Internacional de Milán, además de en algunas de las programaciones del género más consolidadas en España, como el Festival Internacional de Jazz de San Sebastián, que este año cumplió su 45 edición, o el realizado en Vitoria-Gasteiz, en cuya memoria ha reivindicado un sitio de honor este intérprete vallisoletano.
«Un honor y un reto»
Para José Luis Gutiérrez, poner música a una gala donde se reconoce la trayectoria de tan grandes personalidades supone «un honor y un reto». El intérprete de jazz regresa de la mano de estos galardones al Teatro Calderón de Valladolid, un escenario que conoce bien y en el que puso el broche de oro a la clausura de la 51ª edición de la Semana de Cine de Valladolid. Dice el músico que el jazz es un género que poco a poco ha ido ganando su público en España, también en la capital vallisoletana. Prueba de ello es el festival Universijazz, del que él es director artístico desde 2002, y la reapertura de locales
Dice el intérprete vallisoletano que el jazz es un género que ha ido ganando público en España Sombra del artista, que última en su estudio la escenografía
F. HERAS
D. ARRANZ
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LA CEREMONIA
Premios con sabor
Un sello de garantía agroalimentario comprometido con la excelencia
La Consejería de Agricultura y Ganadería vuelve a aprovechar el escaparate internacional que le brinda la entrega de los Premios de la Fundación Cristóbal Gabarrón para promocionar «Tierra de Sabor», una marca cada vez más conocida
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a entrega de los Premios Gabarrón concita cada año en Valladolid a importantes personalidades del mundo de la cultura, la ciencia, el deporte y el pensamiento. Por eso la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León entendió en 2009 que era el escaparate perfecto para dar a conocer la marca «Tierra de Sabor», un sello que desde 2008 busca relanzar la industria agroalimentaria de esta Comunidad Autónoma, que absorbe el 10 por ciento de la producción sectorial española, con más de 9.000 millones de facturación al año. Doce meses después este marchamo de calidad se en-
cuentra totalmente consolidado entre los consumidores españoles. Prueba de ello es que, según un reciente informe de la consultora Nielsen, la marca de garantía agroalimentaria es conocida ya por el 60 por ciento de los consumidores españoles y por el 98 por ciento de los castellano y leoneses. Jamón de Guijuelo, vino de alguna de las nueve denomina-
ciones de origen de la Comunidad, chorizo de Cantimpalos o quesos de las diferentes zonas de Castilla y León, acogidos dentro de «Tierra de Sabor» bajo el paraguas «Queso Castellano», serán algunos de los productos que podrán degustar los invitados a la conclusión de la gala. Si algo tienen en común los productos amparados por «Tie-
rra de Sabor» con la Fundación Cristóbal Gabarrón es su compromiso con la excelencia y con el buen hacer. En línea con esa búsqueda de la excelencia, el sello trabaja por lograr aumentar la competitividad del sector. Como testimonio, las sucesivas campañas emprendidas desde el departamento que dirige la segoviana Silvia Clemente. Primero tuvieron como objetivo promocionar la patata, luego el lechazo —cuya venta se incrementó hasta un 62 por ciento en los cinco primeros meses del año— y desde el pasado mes de septiembre se trabaja en el impulso de la venta de hortalizas.
451 empresas adheridas
Los productos reunidos bajo esta marca comparten con los premios la búsqueda del buen hacer
La Junta de Castilla y León pretende, con esta presencia, potenciar el marchamo en el marco internacional
La consejera de Agricultura y Ganadería, Silvia Clemente, en uno de los actos de promoción de la marca
D. ARRANZ
En la actualidad existen 451 empresas adheridas con más de 2.900 productos y alimentos adscritos al marchamo de calidad. Para ello también ha sido fundamental la labor de algunas grandes superficies que han colocado estos alimentos en sus vitrinas. La cadena de supermercados El Árbol fue la primera compañía que se sumó a esta campaña de comercialización. A ella se unieron poco después Hipercor, El Corte Inglés, Carrefour, etc., y con la nueva campaña de promoción dedicada a las hortalizas ya son más de una decena de superficies comerciales incorporadas. Su apuesta y vinculación con este marchamo de calidad ya consolidado supone un fuerte impulso para el sector agroalimentario castellano y leonés, que también se busca en el marco internacional. De ahí que repita presencia esta noche en la entrega de unos galardones con los que esta Comunidad Autónoma, y por extensión, el resto de España, se hacen un hueco en el mundo. Un objetivo al que contribuye también la vinculación de «Tierra de Sabor» con otras destacadas iniciativas, como el Hay Festival recientemente celebrado en Segovia, donde patrocinó la presentación del último libro de Chris Stewart, o el macrofestival Músicos en la Naturaleza, que este año brindó a los asistentes al bello paraje de Gredos la posibilidad de escuchar al gran Mark Knopfler.
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LOS PRESENTADORES
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«Cualquiera de los premiados es un auténtico líder social» Fernando ÓnegašPeriodista H. DÍAZ VALLADOLID. «Estos premios son una expresión supranacional de la promoción de valores científicos, culturales, artísticos y, sobre todo, humanos», dice Fernando Ónega. El periodista gallego se estrena esta noche, junto a la también periodista Olga Viza, en la pre-
sentación de la gala de entrega de los Premios Internacionales de la Fundación Cristóbal Gabarrón. Unos galardones que, para el informador, cobran especial importancia hoy, cuando «existe una crisis de casi todos los valores». ¿Las razones?, «se han ido acumulando a lo largo del tiempo: una
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«Hay un denominador común en todos los grandes: su humildad» Olga VizašPeriodista H. DÍAZ VALLADOLID. Aunque ya conocía la labor de la Fundación Cristóbal Gabarrón, dice que ha sido preparando esta gala cuando ha podido dimensionar todavía más la importancia del trabajo que realiza. Lejos de ser pesimista, la periodista catalana Olga Viza, conductora de la ceremonia
junto a Fernando Ónega, asegura que los valores que promociona la entidad con sede en Valladolid «siguen cotizando», aunque «conviven» con otros «fenómenos» que la sociedad ha adquirido: «Se diría que hemos apretado el acelerador para conseguir el triunfo efímero, la compensación a cambio del mínimo esfuerzo, grandes
sociedad hedonista, una pérdida de referentes y de líderes éticos, un retroceso de la cultura del mérito y del esfuerzo, un nocivo papel de algunos medios informativos que han glorificado lo cutre, un individualismo creciente, una solidaridad de fachada y la progresiva imposición del “todo vale”». Además,
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dosis de vanalidad o poca vocación por la reflexión. Pero estoy segura de que todos quisiéramos tener el talento espacial de Álvaro Siza, la imaginación y dominio del lenguaje de Marsé, la capacidad de contar historias, sencillamente perfectas, de Trueba, los conocimientos de la gente de Atapuerca, el prestigio de Garrigues, la “talla” social de Borja Cevallos o la fortaleza física y mental de Contador. Y todo el mundo sabe que estos “excelentes” son quienes son por todo lo contrario a la superficialidad». Su profesión le ha brindado el «privilegio» de coincidir con alguno de los galardonados, el último, Contador. Lo entrevistó en Pinto. «Me enseñó la casa que acababa de comprar. Alguien podría pensar que sería
poco menos que una mansión. Nada de eso. Alberto es un tipo que huye de los alardes. Recuerdo que me mostró con orgullo una gran jaula llena de jilgueros, ahí estaba su gran hobby... Me llamó la atención su fortaleza mental. Es un tipo con gran capacidad de introspección, seguridad en sí mismo y una sanísima ambición. Hablamos de esa “libertad condicional” con la que viven los ciclistas a cuenta del dopping. Y ya ves, ¡la sospecha se ha vuelto a cruzar!» Al margen de sus infinitas capacidades, dice la periodista catalana, «en todos los grandes hay un denominador común: cuando se les notifica un premio, cuando lo recogen, hay un gesto visible de humildad. ¿acaso no es otra lección?».
añade, «ahora la crisis económica está fomentando algunos defectos: hay un sálvese quien pueda y un desencanto, una falta de esperanza y una renuncia a la superación que lleva a resultados tan aberrantes como el nacimiento de la Generación Ni-Ni, que es el reflejo de la derrota y la renuncia a la superación». Afortunadamente, en la otra cara de la moneda están las nueve personalidades que hoy serán reconocidas. A Ónega le resulta «imposible» decantarse por alguna de las trayectorias. «Cada uno en su género es insuperable. Por proximidad, siempre me ha impactado Juan Marsé. Por relevancia social en España, Antonio Garrigues. Y porque todo ciclista profesional me parece un superhombre, tengo en un pedestal a Alberto Contador. Pero... ¿alguno de ellos hizo más por el conocimiento de la Humanidad que los investigadores de Atapuerca? No. ¿Alguien hizo más aportaciones a nuestra calidad de vida y a la belleza que Álvaro Siza? ¿Alquien nos deleitó más que las creaciones de Trueba? Tampoco». Dice que su lección es «hermosísima». «Es la lección del esfuerzo, del ansia de ser útiles a la sociedad. Es la lección de que hay alguien que, en la soledad de un estudio o sometido al examen del público, quiere hacer cada día algo mejor». Por ello considera que «cualquiera de los premiados este año es un auténtico líder social, en el mejor sentido del término: personas que son capaces de hacer escuela, de marcar rumbos, de suscitar la admiración, de sobresalir por encima de toda la bazofia que nos rodea. Y de dejar un legado insuperable».
Una «delicia» de gala
Esta noche cada una de las personalidades brillará con luz propia en una gala que, según el periodista gallego, «tiene cuatro ingredientes para ser una delicia: una presentadora excepcional, que es Olga Viza; unos premiados que lucen con sólo citarlos, un escenario magnífico y la garantía de la Fundación Cristóbal Gabarrón. Yo, abrumado por todo eso, me conformo con no molestar».
«Su lección es la del esfuerzo; la del ansia de ser útiles a la sociedad y querer hacer cada día algo mejor»
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ARTES PLÁSTICAS
Álvaro Siza
Arquitecto
El Poeta de Matosinhos Arturo Franco Arquitecto Director de la revista Arquitectura COAM
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a primera vez que visité el Restaurante Boa Nova, cerca de Matosinhos, tenía menos de veinte años. Recuerdo que mi padre me iba abriendo, una a una, las puertas de la arquitectura contemporánea. Era invierno y aquel lugar al borde del Atlántico parecía un refugio para aquellos que buscábamos respuestas. Entonces no sabía nada de la modernidad, ni de los tics, ni de la moda, tampoco tenía ningún referente con el que comparar aquella pequeña pieza sobre las rocas. Ahora sé que allí se reunía todo lo que la arquitectura puede ofrecer. Un rincón donde soñar, un rincón en algún lugar, un rincón al abrigo de los arquitectos. En aquel promontorio escogimos nuestro espacio, entre una piedra y un trozo de madera, bajo el quiebro de una cubierta de teja, mirando al mar desde una ventana imponente de madera noble que aparecía y desaparecía bajo el suelo. Tengo que reconocer que nunca me he vuelto a sentir tan identificado con ningún otro espacio del maestro portugués. Tal vez por mi inocencia de entonces, tal vez porque él ha sido cada vez más arquitecto. La forma de acomodarse al entorno de aquella casa de té me recuerda hoy a cualquier arquitectura de siempre, a cualquier casa de pueblo, a
«Las nuevas generaciones, representadas por Ricardo Carvalho, reconocen en Siza un valor que trasciende las fronteras de la arquitectura» «La facultad de Arquitectura de Oporto, la biblioteca de la Universidad de Aveiro o el centro meteorológico de la Villa Olímpica de Barcelona le llevaron a conseguir el Premio Pritzker ya en 1992»
mi casa o a la de cualquiera. Un cobijo sin imposturas, amable, eterno, anónimo. Aquella fue la primera obra que él construyó entre 1958 y 1963, siendo casi un estudiante, y la primera que yo visité. Una obra sin lenguaje, sin estilos importados, sin dobleces, frente a un joven visitante sin prejuicios culturales, sin referentes y sin apenas recuerdos. Éste parece ser el estado ideal para enfrentarse a los espacios de Álvaro Siza y disfrutar de su poética, de la luz y de la «saudade». Es preferible vaciar la memoria y estar dispuesto a sentir. A partir de ahí vinieron las piscinas de Leça de Palmeira, tres años después, con lo justo para convertir el encuentro violento del mar contra la tierra en un pedazo pequeño de costa domesticada, respetuosa y tranquila. Láminas de agua y muros de hormigón resolvían todo lo necesario.
Un guiño a la historia
Una serie de casas y sedes administrativas locales le llevaron a consolidar una mirada sensible hacia su entorno, una manera de resolver con Gracia y sentido los pequeños problemas de su tierra. Años después ganó el primer premio del concurso de la Exhibición Internacional de la Construcción (IBA) con un bloque de viviendas en esquina en el barrio berlinés de la Kreuzberg. Entonces respondió al programa social con su trabajo más comprometido cultural y políticamente. Un guiño a la historia de la propia ciudad haciendo referencia a dos arquitectos de su pasado reciente: Scharoun y Mendelson. Allí Siza, puntualmente, demostró que también podía ser un fino estilista de la disciplina, un arquitecto de vanguardia, un arquitecto capaz de proponer respuestas culturales, no sólo emocionales. Todavía hoy no he encontrado ni un solo arquitecto portugués que no hable bien y con cariño de Álvaro Siza Vieira, ni su maestro, Fernando Távora, ni su mejor alumno, Eduardo Soto de Moura, al que llama de cuando en cuando, para consultarle el color de su último muro. Con ellos comparte edi-
Obras en España - Centro meteorológico de la Villa Olímpica, Barcelona (1992) - Centro Galego de Arte Contemporáneo. Santiago de Compostela (1993) - Edificio del Rectorado de la Universidad de Alicante (1997) - Rehabilitación del Café Moderno en Pontevedra (sede de la Fundación Caixa Galicia en Pontevedra) (2000) - Paraninfo de la Universidad del País Vasco, Bilbao (2010, en construcción)
ficio de trabajo, confidencias y consejos desde casi el principio. Sólo he oído palabras de admiración de sus colegas. Gonzalo Byrne, Carrilho da Graça, Aires Mateus, Paulo David y las nuevas generaciones, representadas por Ricardo Carvalho, reconocen en el Poeta de Matosinhos un valor que trasciende las fronteras de la arquitectura. Algo muy poco común en este gremio. A partir de Berlín adquirió una dimensión global, a pesar de que sus primeras obras ya proponían principios universales. La facultad de Arquitectura de Oporto, la biblioteca de la Universidad de Aveiro o el centro meteorológico de la Villa Olímpica de Barcelona le llevaron a conseguir el Premio Pritzker ya en 1992. A partir de ese momento siguió dibujando, de pie, sobre la pared blanca de su estudio, en silencio, pensando y soñando en cómo acomodar el Centro Gallego de Arte Contemporáneo en el corazón medieval de Santiago de Compostela, en cómo rescatar el carácter de un imperio lacónico en el Pabellón de Portugal de la Exposición Universal de Lisboa o en cómo representar el «percurso» misterioso de la Fundación Serralves, en Oporto. Éstas son sólo algunas de las últimas obras en las que sus primeros croquis, sus primeros gestos, sus intuiciones, se convierten, sin querer, en espacios llenos de luz, en rincones, en lugares donde la inocencia es más importante que la memoria.
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LETRAS
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Juan Marsé Escritor
El marsismo de Marsé Fernando Conde
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JULIÁN DE DOMINGO
na deuda con Marsé» se titulaba aquella columna que, con motivo de la concesión del Cervantes al cronista oficial del barrio de Guinardó, firmara para ABC un servidor. Entonces, hace un par de años, uno se sinceraba deudor del escritor catalán y, por tanto, justificadamente no marsista. Este tiempo después no es que el acreedor pueda sentir satisfecha esa deuda, pero al menos sí algunas cuotas. Releídas aquellas «Últimas tardes con Teresa», trasegada la medio lisérgica, medio genialoide «Si te dicen que caí», embaulados y consumidos algunos relatos, y amputados y servidos en frío esos «Rabos de lagartija» —para quien suscribe la más interesante de sus obras—, uno puede decir que conoce ya la literatura de Marsé en cierta medida. Hay quienes afirman que Marsé es escritor de una sola obra, y hay quienes critican que siempre haya escrito la misma. Tienen razón, pero nadie puede negarle a Marsé una voz propia, una rotundidad estilística y un personalismo indudable a la hora de esgrimir una pluma y dar mandobles al papel. Marsé escribe como es: vehemente, bravucón, sin cortapisas, dando pases de pecho al morlaco-lector y soltando derechazos a la mandíbula sin atenerse a normas o a dictados arbitrales. Marsé es un escritor que siempre parece recién llegado de una pelea a muerte con Cassius Clay. Ese aspecto físico de boxeador retirado es el reflejo exacto de sus palabras. Palabras como golpes que van y vienen tratando de esquivar y de esquivarse para no chocar con estruendo; frases que se escorzan y se retuercen, a veces de dolor, a veces de rabia, a veces, simplemente, por pura
estética. Un baile sobre la lona del escenario, siempre el mismo, siempre el cuadrilátero irregular de Guinardó, que convoca a una caterva de jóvenes, siempre jóvenes, desarrapados, rebeldes y malhablados, frente a la majestad impertérrita y desfasada de viejos franquistas, de impostados memoristas, de perversos falangistas y de tantos «istas» como al marsista Marsé le gusta atribular en sus novelas. La concesión del Gabarrón de las Letras a Marsé es la constatación de una vida que desde aquel engaste de sus primeras piezas literarias ha ido aquila-
tando las formas y los modos a un decir y contar irrenunciablemente marsista. Antes fueron el Biblioteca Breve, el Planeta, el Juan Rulfo, el de la Crítica, el Nacional de Narrativa y el Cervantes que mencionaba al principio. Premios todos ellos que dan cuenta del magisterio de un escritor nacido al calor de unos acontecimientos, los de la posguerra civil, que se pintan y se dibujan al fondo de cada una de sus novelas, de cada uno de sus relatos, de cada palabra escrita, de cada momento de su vida. Este premio es, sin duda, un paso más hacia el marsismo triunfante.
SIGEFREDO
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PENSAMIENTO Y HUMANIDADES
Rodrigo Borja Cevallos
Ex presidente de Ecuador
Un político sólido y franco Inocencio F. Arias Diplomático
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n las brillantes Memorias («A journey») que Tony Blair ha publicado hace poco, libro que, dado su éxito, lo haría millonario si no hubiera cedido los derechos a una institución de asistencia a los militares de su país, el político británico sostiene que una lección verdadera que ha aprendido es que «para triunfar en política, uno debe sentirlo». Tengo dudas de cómo lo siente el respetado ecuatoriano Rodrigo Borja Cevallos. Es un animal político, envuelto en los avatares públicos de su país a lo largo de cuatro décadas, pero su pálpito, en hombre conocido por su franqueza, es levemente diferente: «No es amor lo que siento por la política. Es un deber de servicio a los demás, de solidarizarme con otros…». Una interesante tarjeta de visita. Borja Cevallos fue presidente de su país de 1988 a 1992 después de haber intentado conquistar la Presidencia en un par de ocasiones. En 1984 fue, incluso, el candidato más votado en la primera vuelta y disputó la segunda con el populista Febres Cordero que ganaría con el 51 por ciento de los votos. Hay ecuatorianos que afirman que el debate televisivo entre los dos, con un Febres más populachero y desgarrado frente a un Borja más templado e intelectual, inclinó la balanza. Desde el histórico duelo entre Kennedy y Nixon hace ahora cincuenta años la historia de las democracias está llena de ejemplos en que el impacto de un torneo o aparición televisiva sirve para arañar unos votos que resultan decisivos.
Orador elegante
No es que Borja fuera un orador desvaído. Al contrario, era articulado, comprensible y elegante. Pudimos comprobarlo en las dos primeras Cumbres
ABC
De ideología progresista, fue fundador y, durante años, principal figura del Partido Liberal
iberoamericanas, la de Guadalajara en 1991 y la de Madrid en 1992. Sus compañeros elogiaron el verbo mesurado y la claridad de ideas del ecuatoriano pero la televisión, en una discusión, a veces se casa con el que es más telegénico o agresivo. Borja se desmelenó un tanto en la elección de 1988, en la que triunfaría en la primera vuelta y acabaría imponiéndose en la segunda con un 54 por ciento
de los votos frente a Bucaran. Es una de las veces en que perdió la compostura. Insultado por su rival que le llamó beodo —Bucaran fue un personaje pintoresco que salió de la política con una pobre reputación—, Borja replicó tildándolo de «narcotraficante fascista». De ideología progresista, admirador de Felipe González, fundador del Partido Liberal y su principal figura durante años, el flamante mandatario prometió en su discurso inaugural «honestidad, austeridad y sacrificio», cualidades que veían en su persona muchos de sus compatriotas. Trató de tranquilizar a los empresarios, bastantes de los cuales barruntaban peligros con la llegada de un «izquierdista» al poder, restableció las relaciones con Cuba, abogó por la no injerencia y el no alineamiento y
admitió con coraje que Ecuador no podía asumir su deuda externa (unos 10.000 millones de dólares de la época), que tendría que ser reescalonada. En ésta y en varias ocasiones, Rodrigo Borja parecía abrazar el dicho de Keating: «El liderazgo no es tratar de ser simpático. Se trata de tener razón y ser sólido».
Su mandato
La herencia que recibió no era rosada. El precio del petróleo, parte vital de los ingresos ecuatorianos, se había desplomado y un reciente terremoto había destrozado el principal sistema de oleoductos del país. En su mandato habría éxitos, la economía mejoró en cuanto se entonó el precio del petróleo, un importante grupo guerrillero depuso las armas («Alfaro vive, carajo»), concluyó obras
šPremios Gabarrón ABC
ARTES ESCÉNICAS públicas vitales, inició un ambicioso programa de alfabetización y la iniciativa de los desayunos escolares fue muy apreciada. En el debe, según sus críticos, habría contradicciones en la política económica. El mandato fue agitado por cuatro huelgas generales y un levantamiento indígena generalizado que paralizó el país. Queja recurrente de los indios de diversos países iberoamericanos es que la independencia trajo beneficios para la clase criolla blanca, pero pocos para ellos, ni siquiera transcurridos 190 ó 200 años desde la emancipación. Borja, fiel a su espíritu dialogante y solidario, abordó el asunto, desoyendo voces intransigentes que pedían mano dura, con guante de terciopelo. Llegó a un acuerdo con los indios por el que les entregaba miles de hectáreas en el Amazonas, aún negando la petición maximalista de algunos caciques: los derechos del subsuelo. De joven, Rodrigo Borja Cevallos se pagó los estudios trabajando en una radio y escribiendo en el «El Comercio». Fue un mediocre estudiante de Bachiller y excelente, con copiosas matrículas, en la Universidad Central de Ecuador, en la que ha enseñado muchos años en su época de opositor o cuando la Democracia había sido sofocada en el país. Enseña frecuentemente en prestigiosas universidades de Estados Unidos. Reputado jurista y tratadista, ha alumbrado interesantes obras —«El asilo diplomático», «La ética del poder», «Enciclopedia de la política»…— y es doctor Honoris Causa por universidades de solera, la Sorbona, Buenos Aires…
I. GIL
Fernando Trueba Director de cine
La nota musical de un cinéfilo E. Rodríguez Marchante
Apasionado del tenis
Nuestro catedrático tiene una costilla astillada producto de un duelo en su juventud. Eso no le ha impedido jugar apasionadamente al tenis (es también aficionado al automovilismo, a los toros y le gusta ver a diestros españoles en la feria decembrina de Quito). En su despacho hay una foto con Bush padre, el secretario de Estado Baker y el argentino Menem. Van a iniciar un «match» de tenis que ganarían los iberoamericanos. Parece que Borja, buena raqueta, y Menem ofrecieron jugarse la deuda iberoamericana a tres sets. Los yanquis declinaron. Dice el bueno del ex presidente que no le acaba de convencer Nadal. Que no es un tenista, que es una fuerza de la naturaleza. Lo que demuestra que Borja era un honrado y competente hombre de Estado, pero que nadie es perfecto.
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E
n su Diccionario de Cine, un libro de opiniones sobre películas y directores que hizo Fernando Trueba sin más pretensiones que las de enumerar sus gustos cinematográficos por orden alfabético, afirma en el prólogo que «hay infinitas formas de amar el cine. Todas distintas. Según he leído, parece que existen personas que se revuelcan de placer con Antonioni, otras que alcanzan una especie de éxtasis con Tarkovski y hasta quienes levitan con Kieslowski. Pues bien: están en su derecho. Y lo que es peor: puede que tengan razón. Y lo que aún es más grave: si ellos escriben la historia, así quedará hasta que otro venga y la reescriba. Cosa que, inexorablemente, ocurre siempre».
Y este párrafo dice tanto del director y cinéfilo Fernando Trueba como toda su obra, sea escrita o filmada; pero también sugiere que es un hombre que dice lo que piensa, y especialmente si ello creará controversia, debate. Hay que considerar que Fernando Trueba, además de gran éxito nacional e internacional con su cine, es uno de los personajes que han modelado parte del pensamiento cinéfilo de las últimas décadas, que creó a principio de los años ochenta una de las revistas de cine con mayor aura, «Casablanca», y que ha sido crítico prestigioso en diarios como El País. Es decir, que es una figura poliédrica del cine espa-
ñol, que tiene y no oculta opiniones enérgicas y valientes sobre el cine y el arte en general, y que no ha dudado en exponerlas en cualquiera de sus muchas atalayas, desde la crítica o incluso desde la Academia del Cine que presidió en 1988 durante el sospechoso plazo de cuatro meses.
En los últimos años se ha dedicado a explorar en otros caminos, más cercanos al musical y al documental
«Es un hombre que dice lo que piensa, y especialmente si ello creará controversia, debate»
La influencia de Wilder
Como director de cine, Fernando Trueba ha seguido una línea lo más próxima posible al género de la comedia y de sus cineastas admirados, como Wilder, Lubitsch o Sturges, y que arrancó ya en su primera película, «Ópera prima», y que ha ido desarrollando en algunos
de sus títulos posteriores de mayor éxito, como «Sal gorda», «Sé infiel y no mires con quién», «El año de las luces», «La niña de tus ojos», «Two much» o «Belle Époque», con la que conseguiría el Oscar a la mejor película en lengua no inglesa que le serviría, entre otras cosas, para dedicárselo a su admirado Wilder en aquella célebre comparación con Dios. Aunque, a pesar de ser el de la comedia su terreno más próximo y propicio, dos de sus títulos que más halagos, reproches y polémicas le han ocasionado están justo en los antípodas de ella, «El sueño del mono loco» y «El embrujo de Shangai», dos adaptaciones de novelas poderosas y oscuras (de Christopher Frank y de Juan Marsé, respectivamente) que le dieron tantos premios en el caso de la primera como quebraderos de cabeza la segunda. En los últimos años, Fernando Trueba se ha dedicado a explorar en otros caminos, más cercanos al documental y al musical, de donde han salido obras como «Calle 54» o «El milagro de Candeal», y su última incursión cinematográfica la ha realizado junto al artista Xavier Mariscal, con quien ha urdido una película de animación titulada «Chico y Rita», en la que también deja que vuele su obsesión por el jazz. Y esta fijación por sus temas, dioses y gustos, unida a su curiosidad, su heterodoxia y su capacidad de vuelo, animan a pensar que lo mejor de Fernando Trueba está por ver.
ABC Premios Gabarrónš 12 VIERNES 8š10š2010
RESTAURACIÓN Y CONSERVACIÓN
Jonathan Brown Catedrático de Bellas Artes de la Universidad de Nueva York
El maestro Fernando Checa Catedrático de Historia del Arte de la UCM
L
a personalidad científica de Jonathan Brown (Springfield, Massachussets, 1939) resulta imprescindible para conocer
el desarrollo de los estudios acerca de la pintura española del Siglo de Oro durante los últimos cuarenta años. Desde su cátedra Caroll and Milton Petrie del Instituto de Bellas Artes de la Universidad de Nueva York, dedicada especialmente a los estudios de arte español, ha ejercido un amplísimo magisterio que, naturalmente, no sólo se refiere a la docencia y a la formación de decenas de estudiosos, sino a la publicación de investigaciones, dirección de tesis doctorales, comisariado de exposiciones, etc., de ma-
nera que, si nos referimos a los trabajos de Jonathan Brown, bien puede decirse que existe un antes y un después respecto a los estudios de la pintura española de los siglos XVI y XVII. La importancia de estos estudios reside fundamentalmente en el enfoque con el que fueron planteados desde un principio. La tradición de las aproximaciones al campo científico de la pintura española era, todavía a finales de los años 60 e inicios de los 70 del pasado siglo, predominantemente formalista y en buena medida atribucionista. Había, no obstante, excepciones como la del español, exiliado en EE.UU., José López Rey, precisamente el maestro de Jonathan Brown, al que sucedió en la cátedra de Nueva York, cuyos estudios sobre Francisco de Goya y, sobre todo, de Diego Velázquez marcaron nuevas orientaciones metodológicas desde muy tempranas fechas.
Precisos análisis
Es de la figura de López Rey de la que debemos partir para entender la de Brown. Su tesis doctoral «Imágenes e ideas en la pintura española del Siglo de Oro», desarrollaba brillantemente algunas de las ideas del maestro, sobre todo en la aproximación a obras capitales como «Las Meninas», e introducía aspectos teóricos y contextuales en el estudio de las pinturas de Velázquez o de Zurbarán de extraordinaria novedad en el horizonte de 1978 (traducción española 1981). Para Jonathan Brown la riqueza y el interés de la pintura española de los siglos áureos viene no sólo de la extraordinaria calidad de las aportaciones de El Greco, Zurbarán, Ribera, Ve-
Conservar una obra de arte desde el punto de vista museístico no es sólo una cuestión de técnica, sino también de contextualización ABC
lázquez o Murillo, sino de los apasionantes problemas que suscitan desde el punto de vista conceptual y social. Por ello integra en su exposición no sólo apurados y precisos análisis formales y técnicos, sino que los inserta en las polémicas estéticas, religiosas y políticas de la España de la época de los Austrias. No es éste el espacio para intentar resumir su carrera y sus publicaciones sino para explicar porqué un historiador del arte ha sido galadornado con un premio en la modalidad de Restauración. Si leemos atentamente una de sus obras capitales, «Velázquez, pintor y cortesano», publicado en 1986, nos daremos cuenta de cómo en el análisis de todas las pinturas de Brown, siguiendo en esto los pasos de López Rey, realiza apurados estudios de la técnica pictórica del maestro, teniendo siempre en cuenta el estado de conservación, las restauraciones y lo que podríamos denominar «estado material» de la obra. Un tipo de apreciaciones que no siempre es tenido en cuenta en los estudios artísticos procedentes de la Universidad y que resultan imprescindibles desde el mundo de los museos. Brown siempre ha tenido muy en cuenta este segundo ambiente, especialmente un lugar tan fundamental para su carrera como el Museo del Prado, sede de la mejor colección posible de pinturas de Velázquez, El Greco o Murillo: resultado de esta aproximación «técnica» a la obra de arte es, sobre todo, su «Velázquez, la técnica del genio», publicado en colaboración con Carmen Garrido y el propio Museo del Prado. Conservar adecuadamente una obra de arte desde el punto de vista museístico no es sólo una cuestión de técnica, sino también de adecuada contextualización. Desde este punto de vista los estudios de Brown han resultado fundamentales y él es uno de los protagonistas del resurgir de los estudios acerca del coleccionismo y el mecenazgo de la pintura española del siglo XVII. Su mencionado libro sobre Velázquez nos introduce de manera rotunda en el complicado mundo de la colección de pinturas de Felipe IV en Madrid o en El Escorial y su libro «El triunfo de la pintu-
šPremios Gabarrón ABC
DEPORTES ra», de 1995, producto de una serie de conferencias en la National Gallery de Washington, es la mejor introducción posible al estudio comparado de las colecciones de Felipe IV con las de Carlos I de Inglaterra, las de Luis XIV de Francia o las reunidas en los Países Bajos y Austria en el siglo del Barroco. La contextualización a la que nos referimos sirve para una mejor conservación y exposición de las obras de arte en los museos e instituciones que los atesoran. Desde este punto de vista, el libro de Brown más famoso y citado, escrito con el historiador inglés Sir John Elliott, «Un palacio para el Rey: el Buen Retiro y la corte de Felipe IV» (1985, 2003), constituye una referencia capital. En él sus autores escudriñan las razones políticas, culturales y estéticas de la decoración de este palacio, que albergaba, entre otras muchas obras capitales, «La rendición de Breda», de Velázquez, en su mayoría conservadas en el Museo del Prado. El libro sirve de punto de partida imprescindible para todo intento de recuperación y de restauración de un conjunto de pinturas tan importante que pueda hacerse en un futuro en el todavía hoy conservado Salón de Reinos, tan próximo al Museo del Prado.
Últimos trabajos
Los últimos trabajos de Brown se dirigen hacia la pintura virreinal novohispana y una serie de exposiciones de próxima inauguración nos mostrarán no sólo los resultados históricos de esta investigación, sino la recuperación y restauración, a iniciativa de nuestro personaje, de un sin fin de pinturas de un patrimonio en trance de ser olvidado o, directamente, destruido. Desde la publicación de mis primeros trabajos a mediados de los 80, he de decir que siempre gocé del apoyo primero y la amistad después de Jonathan Brown, especialmente firme en los años de mi dirección del Museo del Prado. El tema no dejaría de ser una agradable anécdota personal si no se supiera que éste es el trato que Jonathan Brown ha dispensado en Nueva York o Princeton (y también en España) a cuanto español, historiador del arte o no, se acerca a pedirle apoyo o consejo. Quiero resaltar esta faceta humana, sin la cual su personalidad resultaría incompleta: Jonathan Brown no solo ha resultado ser maestro de historiadores en el campo profesional, sino amigo de los españoles, impulsor de carreras, vocaciones por el estudio y proyectos de todo tipo en ambas orillas del Atlántico.
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ANGEL DE ANTONIO
Alberto Contador CiclistašEste año ha ganado su tercer Tour
«Mi estilo se parece más al de Perico Delgado» JOSÉ CARLOS J. CARABIAS MADRID. El mejor ciclista del mundo también es un coleccionista de trofeos. Alberto Contador ha ganado este año su tercer Tour de Francia y también el Premio Gabarrón, que recogerá hoy. Encarna al deportista con valores, con ética profesional en su trabajo, como este año cuando pidió disculpas públicas después de atacar a su rival Andy Schleck después de un salto de cadena. Contador es uno de los cinco grandes del deporte español, junto a Gasol, Nadal, Alonso y Casillas.
—¿Ha ganado tres Tour? ¿Cuánta motivación le queda para seguir ganando?
—Toda. Eso no es cuestión de número.
—¿Qué es lo que más le gusta del Tour?
—Es la carrera más importante del mundo y donde todos los corredores y equipos llegan al cien por cien.
—Lo único seguro es que 2010 ha sido más tranquilo, sin Armstrong a su lado. —Ha sido una temporada en la
que pude centrarme en preparar mis objetivos deportivos y en la que he dispuesto de un equipo enteramente volcado conmigo. No ha habido dudas.
—Demostró en 2009 que ser un campeón no es sólo dar pedales, sino aguantar la presión que viene de fuera...
—Lo único que sucede es que las experiencias de cada año te sirven para madurar y saber afrontar mejor los retos del futuro.
—Además de Andy Shleck, ¿en quién debe fijarse el aficionado español como enemigo suyo?
—Hay una decena de corredores con posibilidades de ganar. Basso, por ejemplo, que ganó el Giro y también es un gran corredor. Su compañero Nibali, que ha demostrado su fortaleza en la Vuelta. Pero hay otros, todo el mundo los conoce, y eso sin contar con los más jóvenes.
—¿Cómo ha mejorado tanto en la contrarreloj?
—He mejorado poco a poco y a base de mucho trabajo, de muchas horas de entrenamiento en la bici.
—Este año ha estrenado una bici galáctica de Specialized. ¿Qué características especiales tiene?
—Lo que sucede es que este año el equipo ha cambiado de marca y Specialized se ha volcado para conseguir ofrecerme una gran bicicleta, tanto la de carre-
Días complicados Cuando esta noche Contador recoja el Premio recibirá seguro un cariñoso aplauso que le insuflará ánimos en estos días difíciles. El 30 de septiembre el madrileño confirmaba que tenía una notificación de la Unión Cicilista Internacional (UCI) según la cual dio positivo por clembuterol por un ínfimo margen, que el corredor achacó a la alimentación de un día. De momento la UCI ha admitido las alegaciones del ciclista, que está dispuesto a luchar para demostrar su inocencia. «No lo voy tolerar porque estamos hablando de una injusticia», declaraba.
tera como la de contrarreloj.
—¿En quién se refleja más, en Perico Delgado o en Induráin?
—Como escalador, mi estilo se parece más al de Perico, pero de Indurain siempre me gustó su carácter y su personalidad en la bicicleta.
—¿Cuántas veces al año piensa en el Tour?
—No es ninguna obsesión, pero está claro que muchas veces, aunque sólo sea por la cantidad de etapas que voy a reconocer antes de la carrera.
—¿Qué es lo que menos le gusta del Tour?
—Los hoteles. Hay algunos con las habitaciones tan pequeñas que apenas puedes abrir la maleta...
—Ha reactivado el interés por el ciclismo, ¿es su mayor conquista en España?
—No lo sé, eso lo tienen que ver los demás, pero espero poder contribuir en lo que pueda.
—¿No cree que el ciclismo se ha convertido en el chivo expiatorio del dopaje, como si sólo hubiera corrupción aquí?
-No, tal vez lo que sucede es que en el ciclismo se lucha contra el dopaje de una manera muy estricta. En los últimos años se está mejorando mucho y la mentalidad de los corredores ha cambiado.
—¿Qué otros deportes le gusta seguir como aficionado?
—Me gustan mucho los deportes de motor, especialmente los coches.
ABC Premios Gabarrónš 14 VIERNES 8š10š2010
CIENCIA E INVESTIGACIÓN
Emiliano Aguirre (arriba) y Eudald Carbonell
ABC
José María Bermúdez de Castro (arriba) y Juan Luis Arsuaga
ABC
Equipo de Atapuerca Emiliano Aguirre, J. L. Arsuaga, J. M. Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell
«Este yacimiento es hoy el campeón del mundo en fósiles humanos» HENAR DÍAZ
E
l paleontólogo español Emiliano Aguirre llegó a los yacimientos de Atapuerca en 1976 de la mano del ingeniero de minas Trinidad de Torres. Nadie podía decir a este último que su intensa búsqueda de fósiles de osos daría como fruto algunos de los hallazgos más importantes que se han hecho en la historia de la Paleontología. Aguirre recuerda que cuando Trinidad de Torres acudió a él, «había encontrado tres mandíbulas y unos cuantos dientes y, como hasta entonces, donde se había estado buscando apenas se había encontrado nada, el hecho de que hubiera cuatro individuos sin apenas buscarlos pa-
«El conocimiento científico es un beneficio para la Humanidad, que nos dice muchas cosas de nosotros mismos y de lo que nos rodea»
ra mí era señal de que había mucho más». Así que estos primeros restos hallados en la Sima de los Huesos dieron pie al paleontólogo español a pensar que estaba ante un «hito importante». Prueba de ello es que sólo dos años más tarde, en 1978, se elaboró el primer proyecto de investigación y comenzaron las excavaciones en esta sierra burgalesa, en una enorme trinchera que había sido dinamitada en la roca décadas antes para construir una vía férrea que nunca llegó a existir. Preguntado Aguirre por si auguraba que esos primeros hallazgos iban a cobrar las dimensiones que hoy tienen, con el Museo de la Evolución Humana recién inaugurado, el experto responde de forma clara: «Ya en 1976 predije que sería el yacimiento de fósiles humanos más importante de Europa para conocer y estudiar la evolución de nuestros antepasados y sus condiciones ecológicas». Además, añade, «estaba seguro de que se convertiría en un lugar para la formación de es-
pecialistas españoles en Paleontología, y se ha cumplido». Emiliano Aguirre estuvo al frente de las excavaciones hasta 1991, año en el que se jubiló y dejó la dirección del Proyecto de Investigaciones de Atapuerca a Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell. Los tres codirectores crearon un equipo de excavaciones multidisciplinar, cuyos avances ha seguido de forma minuciosa desde entonces Aguirre, que destaca la importancia del trabajo en equipo en este tipo de investigaciones: «Ellos me han seguido enseñando y sacando “cosas estupendas” para la ciencia mundial», sostiene el paleontólogo, para quien «el ser humano es el único animal que no sólo puede aprender de sus predecesores, sino también de sus hijos y discípulos». Los primeros hallazgos realizados en el yacimiento de Atapuerca —en 1994 se descubrían en la Gran Dolina los restos del que luego se llamaría Homo Antecessor— sirvieron también para que España adquirie-
se presencia en el mapa de los estudios realizados en el campo de la Paleontología. Cuando se iniciaron las excavaciones en la sierra burgalesa, recuerda el también doctor en Ciencias Biológicas que, aunque en España se había hecho mucho en Arqueología, «no había paleontólogos ni paleontropólogos», un hueco que se ha ido llenando con el paso de los años, al tiempo que se ha ido logrando la colaboración con otras disciplinas como la Paleontología, la Arqueología, la Geología, la Paleobotánica, etc., uno de los objetivos que desde el principio persiguió Aguirre.
Patrimonio de la Humanidad
Ya con el paleontólogo jubilado, en 1999 se iniciaron las excavaciones en la llamada Cueva del Mirador, y al año siguiente el yacimiento recibió la calificación de Patrimonio de la Humanidad, lo que «sin duda» contribuyó a su conocimiento en el mundo, aunque el llamado «padre» de Atapuerca insiste en que nada más confirmarse los primeros hallazgos, comen-
šPremios Gabarrón ABC
ECONOMÍA zaron ya las primeras publicaciones en revistas internacionales y las tesis en las más prestigiosas universidades. De la mano de Aguirre cimentó en Atapuerca su tesis la profesora del departamento de Paleontología de la Universidad Complutense de Madrid, Pilar Julia Pérez, que a su vez luego dirigiría las tesis de Arsuaga, Bermúdez de Castro y José Miguel Carretero. De esta forma, en torno a los yacimientos burgaleses se han formado generaciones y generaciones de nuevos doctores «con metodologías nuevas en campos inéditos de investigación».
Lugar en la Evolución
Pero... ¿Qué lugar ocupa Atapuerca en la secuencia de la evolución humana? «En Atapuerca —explica Aguirre— se han encontrado cuatro sitios con fósiles humanos con edades comprendidas entre los 300.000 y 1.200.000 años, con algún periodo intermedio, como el encontrado en el nivel 6 de la Gran Dolina, que es de casi 800.000 años». Hallazgos por los que el doctor Honoris Causa por la Universidad de Burgos considera que este yacimiento «es, hoy en día, el campeón del mundo en fósiles humanos». No obstante, es consciente de que aún quedan muchas «lagunas» por rellenar, sobre todo entre el 1.200.000 y los 780.000 años, y es lo que precisamente siempre ha entusiasmado al paleontólogo: «A mí, más que encontrar el fósil más antiguo, lo que me ha gustado siempre es rellenar lagunas en el conocimiento. Donde había tramos en los que no existían datos, ahí es donde me gustaba ir y dirigir una tesis. Mis alumnos me hicieron famosa la frase de “aquí hay tesis”». Por eso está convencido de que, aunque Atapuerca ha dado mucho de sí, «todavía queda un “montón” más», al tiempo que destaca el «trabajo multidisciplinar» que siempre se ha llevado a cabo en el yacimiento burgalés, poniendo como ejemplo el proyecto realizado por Eudald Carbonell sobre arqueología experimental. De esta forma, recuerda, se ha probado la práctica de canibalismo. Hoy Aguirre y los tres actuales co-directores del yacimiento recibirán el reconocimiento de la Fundación Cristóbal Gabarrón. Un galardón que, para el mayor de los paleontólogos, supone que «se va avanzando en el conocimiento científico en España», algo que le satisface, ya que «el conocimiento científico es un beneficio para la Humanidad, que nos dice muchas cosas de nosotros mismos y de lo que nos rodea».
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José Antolín Toledano Empresario
Emprendedor, trabajador y comprometido con Castilla y León Tomás Villanueva Vicepresidente económico de Castilla y León
E
mprendedor, trabajador y comprometido con la Comunidad. Éstas son para mí las señas de identidad que definen a un gran amigo y empresario burgalés como es José Antolín, presidente y fundador del gran proveedor global de componentes de interior para el automóvil, el Grupo Antolín. José Antolín es uno de los empresarios más relevantes de Castilla y León en los últimos años. Tanto es así que en estos momentos resulta muy difícil sentarse en un vehículo que no contenga una pieza fabricada por el Grupo Antolín. Su firma opera ya en 22 países y cuenta con un total de 86 plantas distribuidas por todo el territorio internacional y más de 10.000 trabajadores. La Fundación Cristóbal Gabarrón lo ha reconocido con el Premio Internacional de Economía 2010, decisión que considero acertada por la importancia que ha tenido y tiene para esta Comunidad la actividad emprendedora e innovadora desarrollada a lo largo de toda su trayectoria profesional, y que lo convierte en uno de los empresarios más respetados a nivel regional y un modelo a seguir para los jóvenes emprendedores.
Sus inicios
Si me preguntasen por un ejemplo exitoso de empresa familiar consolidada a base de esfuerzo, dedicación y tradición generacional, Grupo Antolín sería sin duda uno de los nombres que aparecería rápidamente en mi mente. Y es que José comenzó su andadura laboral en un campo muy alejado de lo que refleja ahora su currículo profesional. Todo comenzó con un carrito y unas cántaras de leche. Jo-
F. ORDÓÑEZ
«Antolín es hoy uno de los empresarios más respetados a nivel regional y un modelo a seguir para los jóvenes»
«Desde sus comienzos, el Grupo Antolín ha demostrado que el I+D+i es uno de sus ejes fundamentales»
sé, junto con su hermano Avelino, cada día a la salida de la escuela debían vender la leche que su padre les dejaba a las puertas de su casa entre los vecinos de su pueblo para sostener la economía familiar. Por las tardes ayudaban a su padre a desmontar motores y otras labores relacionadas con el taller de automoción que poseían. Poco a poco, y con mucho sacrificio, ese taller se convirtió en una pequeña fábrica de rótulas de caucho de patente propia a la que se asoció la alemana Lemforder (absorbida después por ZF), que les ayudó a saltar al mercado internacional tras conquistar al nacional y hoy en día estar presentes en cualquier lugar de fabricación de automóviles. Desde sus inicios, Grupo Antolín ha demostrado que la I+D+i es uno de los ejes fundamentales de su proyecto empresarial que, a pesar de la internacionalización, no ha perdido su presencia en la capital burgalesa, donde se ubica uno de sus Centros de Excelencia en Innovación que es el referente tecnológico de la compañía. De las 700 personas que trabajan para Antolín en I+D+i en todo el mundo, más de la mitad se encuentran en sus instalaciones en Burgos. Agradezco el compromiso de esta multinacional con la Comunidad que la vio crecer y felicito a su presidente, José Antolín por su contribución a la actividad económica y empresarial en el sector del automóvil, por su impulso a la investigación y a la internacionalización, por su papel como generador de empleo y por la consolidación de modelos económicos.
«A pesar de la internacionalización no ha perdido sus instalaciones en la capital burgalesa»
ABC Premios Gabarrónš 16 VIERNES 8š10š2010
A UNA TRAYECTORIA HUMANA —En épocas de crisis las cosas son así. Pero la gente empieza a darse cuenta de que las industrias culturales van a ser las más enriquecedoras no sólo espiritualmente sino económicamente. España en concreto es un país que podría desarrollar las industrias culturales de una forma excepcionalmente positiva y la Fundación Gabarrón lo viene demostrando.
—¿Se debe a esta escasa apuesta por incentivar la cultura y la educación esa crisis de valores que hoy caracteriza a la sociedad?
J. L. NOCITO
Antonio Garrigues Jurista
«Esta crisis no se va a resolver sólo con dinero, sino con una profunda regeneración ética» HENAR DÍAZ Letrado vinculado a las finanzas y a la cultura como patrono vitalicio de la Fundación Ortega y Gasset, el presidente del bufete Garrigues disecciona en esta entrevista, concedida con motivo del galardón a una Trayectoria Humana que esta tarde le entregará la Fundación Cristóbal Gabarrón, la crisis económica y la necesidad de nuevas ideas y valores para poder superarla.
—Mientras otros países europeos como Alemania vuelven a la senda del crecimiento en este último trimestre del año, España sigue con más de cuatro millones de parados, ¿Se verá la luz al final del túnel?
—¡Claro que veremos la luz al final del túnel! Hemos superado ya muchas crisis y lo hemos hecho bien y lo volveremos a hacer bien. Dependemos no sólo de nosotros, sino de una reactivación económica mundial que ya se está empezando a producir. Lo reitero: lo hicimos bien y lo haremos bien. Somos gente capaz.
—El año pasado, de sus intervenciones en distintos foros se deducía que confiaba en un pacto en-
tre las dos fuerzas políticas principales del país para salir de la actual situación económica. A estas alturas, ¿sigue creyendo en esa posibilidad?
—Si el PP y el PSOE hubieran llegado a acuerdos en materias decisivas para nuestra actividad económica, la crisis sería ahora mucho más llevadera. No lo han hecho y posiblemente no lo harán y por eso la ciudadanía ha situado al estamento político en el tercer lugar de sus preocupaciones después del paro y la crisis económica. Hay mucho de irresponsable en esa resistencia absoluta al diálogo, que es la clave democrática básica. No hay que aspirar a que todos estemos de acuerdo, pero sí a convivir en desacuerdo.
—Usted ha destacado por su labor como asesor legal de inversores extranjeros en España. Otro de los principales problemas derivados de la crisis es la huida de estos inversores. ¿Cómo volver a hacer creíble a España?
—Creo que España es creíble para las inversiones extranjeras, lo que sucede ahora es que ya no podemos aspirar a que vengan a nuestro país las gran-
des empresas industriales —que irán a buscar salarios más bajos, como en su día sucedió con España—, pero sí podemos intentar atraer empresas de servicios y sobre todo empresas tecnológicas. Lo que sí es verdad es que a estos temas les dedicamos poco tiempo.
—Creció en una familia rodeada de ambiente cultural. De hecho es conocido su gusto por el teatro e incluso se ha atrevido con alguna obra. ¿Qué le aportan las artes escénicas?
—Parto de la base de que todas las personas somos multidimensionales y de que todos en concreto tenemos algún tipo de talento artístico. No se trata de ser perfecto ni alcanzar niveles profesionales, se trata de equilibrar todas nuestras potencias. Llevo escribiendo una obra de teatro al año desde hace más de 50 años y he descubierto actores y actrices maravillosos. El arte amateur es una fuente de placer y de enriquecimiento.
—Sin embargo, los gobiernos, en estos momentos, de lo primero que se acuerdan a la hora de hacer recortes es de la cultura. ¿Cómo lo valora?
—Esta crisis económica no es otra cosa que una crisis de valores y no se va a resolver sólo con dinero, sino con una profunda regeneración ética. Sin ética y sin valores, pura y simplemente no hay futuro. O aprendemos eso de verdad o no hemos aprendido nada de esta crisis.
—Ortega y Gasset, de cuya filosofía se ha declarado un gran admirador, se empeñó en abrir y actualizar nuestra cultura. Si levantase ahora la cabeza...
—A Ortega y Gasset hay que seguir leyéndole con verdadera pasión. Las Obras Completas que está editando la Fundación Ortega y Gasset son realmente estupendas. Yo creo que si él levantara la cabeza, estaría contento de la modernización sociológica que ha tenido España, su internacionalización y de otras muchas cosas. Pero también insistiría en que lo importante de un país es darse cuenta y afrontar sus déficits, y el de la educación es el más visible y el más importante porque afecta también al déficit de innovación, de productividad y de competitividad. En todo eso vamos mal y eso es muy malo.
— El Premio Gabarrón subraya su labor a la hora de colocar el Derecho al servicio de la acción humanitaria. Usted asumió la dirección del despacho cuando su padre fue nombrado embajador en Washington. ¿Qué aprendió de él?
—Mi padre me dio —lo digo sin exageración— todo, pero especialmente tres cosas: una cultura ética y una curiosidad intelectual, y sobre todo un espíritu liberal. Fue de verdad un gran hombre.
—Su despacho perdurará como marca de la cultura de la moderna abogacía, pero... ¿Qué recuerda de sus orígenes?
—Cuando entré en el despacho que fundaron mi padre y mi tío Joaquín no éramos más de 15 abogados y ya se decía que era un despacho enorme. Ahora somos más de 2.000, pero la esencia sigue siendo la misma. Yo no he hecho otra cosa —y no lo digo con falsa humildad— que seguir el ejemplo de los fundadores.
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LOS PATROCINADORES
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NUEVE RAZONES PARA EL OPTIMISMO «Sólo la exclusiva inteligencia humana puede rescatarnos de un colapso de la magnitud del que nos castiga. Sólo el talento unido al trabajo, al empeño, al sacrificio o a la perseverancia» José Manuel Vargas Consejero delegado de Vocento y ABC
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a sociedad está triste. Cuando este verano nuestra selección de fútbol demostró ser la mejor del mundo, España entera se echó a la calle, tapizó balcones y ventanas de rojo y amarillo y pasó la noche en vela para no despertar del sueño. Queríamos festejar la victoria de la Roja, pero también que, por fin, había un gran motivo para sentirse orgullosos del país y, sobre todo, de la conducta ejemplar de unas personas, para mayor dicha, jóvenes. Saber, y padecer, que uno de cada cuatro españoles está en paro, que tres de cada diez a duras penas llega a fin de mes, que uno de cada cinco jóvenes acabará su contrato laboral en menos de seis meses, que uno de cada dos ocupa un empleo inferior a su nivel de estudios... nos sume en un inevitable pesimismo. El ánimo se deprime a la vez que la economía. Se hunden los mercados y la moral. Amenazan la indiferencia, la apatía, la desilusión, estados de emoción colectiva de los que resulta mucho más difícil recuperarse que de la peor recesión: porque de las crisis se sale inyectando capital, sí, pero humano. No esperemos a que el aparato del Estado o la locomotora alemana nos devuelvan a la prosperidad. Sólo la exclusiva inteligencia humana puede rescatarnos de un colapso de la magnitud del que nos castiga. Sólo el talento unido al trabajo, al empeño, al sacrificio o a la perseverancia. Valores todos que aúnan en extraordinarias proporciones las nueve personas, personalidades, que este año ha tenido el acierto de premiar la Fundación Cristóbal Gabarrón. Cada uno de los galardonados acredita sobrados motivos para merecer esta noble distinción y, además, la gratitud de los ciudadanos. Por su generosa y valiosa contribución al saber, a las bellas artes, a la economía, al deporte o al desarrollo. Pero, sobre todo, por su ejemplaridad en un tiempo acelerado y difuso en el que, con demasiada frecuencia, parece que cualquier atajo conduce a la felicidad.
Como consejero delegado de Vocento y de ABC, entiendo que auspiciar los Premios Internacionales Cristóbal Gabarrón constituye un privilegio, y también un deber. Los medios de comunicación informamos a diario de conductas vergonzantes, nefastos datos económicos, dolorosos sucesos... Nos obliga a ello nuestro compromiso con la actualidad y la verdad. Ahora bien, de igual forma es responsabilidad nuestra contribuir a la dignificación y humanización de nuestro mundo, alentar y auspiciar el afán de superación y de conocimiento de las personas, mostrar, aplaudir y premiar las
conquistas de la razón, del buen gusto, el esfuerzo y la tenacidad. Reivindicar las emociones y los sentimientos como salvaguardas de la magnífica naturaleza humana y como valores de futuro: los únicos que evitarán una quiebra de la sociedad que debe temerse mucho antes que la del Estado. El momento de crisis y pesimismo actual nos da tristemente la razón. Durante los locos tiempos de bonanza, hemos admitido pagar por una casa cifras fuera de toda lógica, pero, con la ambición sin techo y la dignidad a veces por los suelos, aún han sido más desorbitados los precios que se han llegado a pagar por el éxito o el poder: hasta con el propio honor y el respeto a la condición del hombre. El afán de consumo, de acumular bienes y parabienes, el
monopolio del ego y el interés particular acaban por abocar a la más miserable de las miserias, la humana. Por eso, los Premios Cristóbal Gabarrón, ya en su novena edición, regalan hoy a todos un impagable motivo de optimismo y alegría; revalidan nuestra confianza en las personas. Demuestran que seguimos teniendo capacidades y bondades sobradas para salir del túnel y recuperar la larga y prometedora senda del progreso, de la mano firme de la ética, el compromiso y el intelecto. Porque no existe mejor forma de salvar los obstáculos que desde la superación personal para el bienestar general. Porque ninguna felicidad particular puede ser comparable a la de contribuir a la de todos. Porque uno sólo progresa si avanza con él la humanidad.
ABC Premios Gabarrónš 18 VIERNES 8š10š2010
LOS PATROCINADORES
COMPROMETIDOS CON LOS
VALORES ESENCIALES
«A través de estos Premios se distingue la trayectoria ejemplar y las valiosas aportaciones a la Humanidad de particulares e instituciones» Juan Vicente Herrera Presidente de la Junta de Castilla y León
A
L examinar las causas del progreso humano y del dinamismo social, nos encontramos siempre en un lugar destacado con la iniciativa personal, con la voluntad del hombre por ser más y aportar cosas nuevas. Algunas de las más positivas dimensiones del espíritu humano se concretan en el valor del sacrificio y del esfuerzo de muchas personas para crear, para investigar, para pensar, para ac-
tuar. Con ellas se plasma una inclinación latente en la gran mayoría de los hombres para ayudar a los demás y contribuir al progreso de la sociedad desde muy diferentes motivaciones, englobados en los conceptos generales de filantropía, altruismo o solidaridad. Por supuesto, alentar este tipo de iniciativas debe ser un objetivo primordial de los poderes públicos, pero aún más importante sería conseguir que la propia sociedad cuente con instituciones que las impulse, reconozca, difunda y premie. Y es que, con ellas, se desarrolla el principio de subsidiariedad, orientando a los ciudadanos hacia la solidaridad. Se alivian las cargas de las Administraciones públicas, permitiéndoles ampliar, así, sus horizontes de actuación, y se aporta más eficacia en la prestación de servicios a la sociedad porque, aprovechando con inteligencia y generosidad su contribución, las aportaciones sociales de todo tipo ganan en eficacia, amplitud y humanidad, disminuyendo el protagonismo de la política y ganando el de la sociedad.
Ejemplos de buen hacer
En Castilla y León, por fortuna, contamos con organizaciones como la Fundación Cristóbal Gabarrón, que asumen como propios tan esenciales objetivos. A través de sus Premios Internacionales, de creciente prestigio y reconocimiento, se distingue la trayectoria ejemplar y las valiosas aportaciones a la Humanidad de particulares e instituciones, comprometidos con los valores esenciales del hombre y la sociedad como ejemplos de buen hacer, humildad, esfuerzo, honestidad y solidaridad. Así, esta iniciativa nos permite reconocer hoy la arquitectura transparente, armónica con los espacios y la luz y respetuosa con su entorno de Álvaro Joaquim de Melo Siza Vieira. Nos permite premiar la labor de renovación, de impulso y de difusión del cine español realizada por Fernando Trueba, labor que ya ha sido reconocida al más alto nivel nacional e internacional. Nos permite valo-
rar el impagable trabajo de Emiliano Aguirre y los actuales codirectores del yacimiento de Atapuerca para asegurar el liderazgo presente y futuro del mismo en la investigación paleontológica mundial, desde su condición de Patrimonio de la Humanidad. Nos permite difundir el ejemplo de sacrificio y superación personal de Alberto Contador, capaz de sobrellevar graves problemas de salud para convertirse en el único ciclista español que ha ganado ya las tres grandes Vueltas. Los Premios 2010 de la Fundación Cristóbal Gabarrón dan cumplido reconocimiento también a la contribución que José Antolín ha hecho a la actividad económica y empresarial en el sector del automóvil, generando empleo y consolidando modelos económicos de futuro en unos momentos especialmente complejos. Galardonan la admirable capacidad de Juan Marsé para retratar al ser humano con toda su riqueza y sus contradicciones, desde su inserción, muchas veces difícil, en la sociedad que le rodea. Valoran las aportaciones de Rodrigo Borja al mundo del pensamiento y de las ideas políticas y su compromiso efectivo con la democracia y la paz, las libertades públicas y los derechos humanos. Expresan nuestro agradecimiento a Jonathan Brown por décadas de trabajo dedicadas al estudio de la pintura española del Siglo de Oro y su contribución a su conservación y puesta en valor. En fin, reconocen la trayectoria humana de Antonio Garrigues Walker y su empeño para poner el derecho al servicio del hombre, desde el respeto a la ética política y la primacía que otorga a la sociedad civil.
Cordial enhorabuena
El Gobierno de Castilla y León quiere dar la más cordial de las enhorabuenas a todos los premiados y reconocer el acierto que, una vez más, la Fundación Cristóbal Gabarrón ha tenido en su selección. Asimismo, deseo expresar una vez más mi agradecimiento personal a esta querida Fundación por su trabajo y, especialmente, por seguir proyectando por todo el mundo una imagen de calidad y de cultura de Castilla y León, junto con mis mejores deseos de éxito para el futuro.
šPremios Gabarrón ABC VIERNES 8š10š2010 19
VOCACIÓN, ESFUERZO Y SERVICIO Javier León de la Riva Alcalde de Valladolid
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N el calendario local de Valladolid, octubre es el mes elegido por la Fundación Cristóbal Gabarrón para entregar sus premios internacionales, gracias a una cita plenamente consolidada que sirve para confirmar, una vez más, la estrechísima relación de la cultura, las artes, la ciencia, el deporte y el pensamiento con esta ciudad. El Teatro Calderón, engalanado para la ocasión, será escenario un año más de la ceremonia, que reunirá a los galardonados en las nueve modalidades. Los tiempos de crisis y zozobra actuales, de temores e incertidumbres, todavía nos permiten albergar un margen de confianza en el ser humano al conocer las biografías de los premiados. Vidas consagradas por entero a una profesión en la que han logrado sobresalir, vocaciones profundas de servicio a los demás, espíritus incansables que han hecho del sacrificio y del esfuerzo la única «receta» para triunfar en sus trabajos. Algo que constituye un ejemplo admirable a seguir en nuestra sociedad, a la vez que merece un justo reconocimiento.
Capacidad creadora
El Teatro Calderón, durante la gala de la sexta edición
F. BLANCO
Con una trayectoria docente que le ha llevado por algunas de las universidades más prestigiosas del mundo, el arquitecto luso Álvaro Siza, que ha logrado el Premio de Artes Plásticas, deja ver en su obra una capacidad creadora que va más allá del hecho de construir edificios. La preocupación por la luz y el respeto al entorno más inmediato son algunos de los rasgos inequívocos de su obra, que en España se puede contemplar en Santiago de Compostela, Pontevedra, Barcelona y Bilbao. Más allá del Oscar conseguido en 1994 por «Belle Époque», Fernando Trueba ha dirigido una docena de películas como «El año de las luces», «Two much» o la conocida «Sé infiel y no mires con quién». Gran renovador de la comedia
española, el director madrileño ha confirmado su compromiso con el cine no sólo desde esa posición, sino como crítico en prensa, presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España y autor del «Diccionario del Cine». Emiliano Aguirre y los tres co directores del yacimiento de Atapuerca —Juan Luis Arsuaga, Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Cas-
tro— son reconocidos en el ámbito de Ciencia e Investigación, por su labor al frente del paraje de Ibeas de Juarros, que se ha convertido en una referencia internacional en Paleontología. Un proyecto de investigación riguroso que ha realizado infinidad de aportaciones sobre la evolución humana y que seguirá concitando el interés de generaciones venideras. A sus veintisiete años, Alberto Contador atesora en su haber tres Tour de Francia, un Giro de Italia y una Vuelta a España, logros que confirman el soberbio nivel del ciclista de Pinto, galardonado con el Premio de Deportes. Hay que destacar el fondo humano de este joven, que tras superar un ictus ha dado ejemplo al crear una fundación para el estudio de esta dolencia y se ocupa de entregar bicicletas como medio de transporte práctico y saludable. La dilatada trayectoria humana de Antonio Garrigues Walker le ha hecho merecedor
de este galardón. Hombre de talante conciliador, incansable defensor del diálogo para resolver los conflictos y del papel de la sociedad, este reputado jurista ha contribuido notablemente a consolidar en España el modelo de la abogacía moderna y ostenta numerosas condecoraciones dentro y fuera de nuestras fronteras.
Justo reconocimiento
Por su parte, el empresario José Antolín Toledano recibe el galardón de Economía, justo reconocimiento a un castellano emprendedor, trabajador infatigable, que ha sabido conciliar tradición y modernidad en el sector del automóvil para encaramar a su compañía a los puestos de liderazgo desde la fabricación de componentes. Y, cómo no, con la lógica generación de empleo y riqueza. Figura relevante de la generación del 50 y perspicaz retratista en sus novelas de la intrahistoria de Barcelona, Juan Marsé será galardonado con el Premio de Letras. El autor de «Últimas tardes con Teresa», «Si te dicen que caí» o «El amante bilingüe» ha contribuido notablemente a la renovación de nuestra literatura, desde una perspectiva muy humana, donde descuellan esos personajes fracasados de los que tanto podemos aprender. El ex presidente de Ecuador Rodrigo Borja Cevallos, acreedor del galardón de Pensamiento y Humanidades, hizo de la defensa de la paz y de la vía diplomática los rasgos de su gestión, plenamente democrática, sin olvidar aspectos tan cruciales en Iberoamérica como los derechos humanos y la lucha contra la exclusión, la pobreza y el analfabetismo. Por último, el premio de Restauración y Conservación ensalza la dedicación de Jonathan Brown, catedrático de Bellas Artes de la Universidad de Nueva York, tanto a la figura de Velázquez, el genial pintor del Barroco, como a otros artistas del Siglo de Oro. Su empeño en estudiar y difundir esta época ubérrima en la creación artística de España resulta encomiable, al tiempo que permite conocer mejor una centuria tan decisiva en nuestra historia.
ABC Premios Gabarrónš 20 VIERNES 8š10š2010
LOS PATROCINADORES Antonio Catalán Presidente de AC Hotels
TRAYECTORIAS PARALELAS
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a colaboración y patrocinio que desde AC Hotels realizamos con la Fundación Gabarrón es una mezcla de dos factores: Por un lado, mi afición al arte, y por otro lado el paralelismo que puedo encontrar entre nuestras trayectorias, cada uno dentro de nuestro trabajo. Mientras que Gabarrón ha creado un estilo propio con sus trabajos, la labor que realizamos cada día en AC Hotels nos ha permitido dotar a nuestros hoteles de una personalidad y carácter que todos nuestros clientes identifican y valoran. Después de haber recorrido España con sus exposiciones acumulando éxitos, Gabarrón muestra sus creaciones en el extranjero. Sin duda, otro aspecto más, el de la expansión internacional, que también nos une. Además de este paralelismo, la Fundación Gabarrón nos hace partícipes día a día de su contribución al conocimiento y difusión del arte, la ciencia y la cultura, su promoción e impulso de la educación y la enseñanza en las artes, y todo dirigido a niños, jóvenes, adultos. Por todas estas razones es una enorme satisfacción poder participar en esta iniciativa, en la que estamos orgullosos de formar parte desde la primera edición.
Antonio Vázquez Presidente de Iberia
EJEMPLOS A SEGUIR
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no de los pilares sobre los que se sustenta la responsabilidad social corporativa en Iberia es el patrocinio de instituciones públicas y privadas que apoyan el arte, la cultura y la educación a través de diferentes proyectos. En ese sentido la Fundación Cristóbal Gabarrón es ejemplar, pues lleva casi 20 años fomentando el desarrollo e intercambio de ideas, promocionando la educación y la enseñanza, y contribuyendo al conocimiento y difusión del arte, la ciencia y la cultura en sus más variadas manifestaciones. Otro año más, y ya van nueve, Iberia tiene la satisfacción de participar en los Premios Internacionales de la Fundación Cristóbal Gabarrón, galardones que reconocen el trabajo y la trayectoria de particulares e instituciones. Desde Iberia queremos enviar nuestra más sincera felicitación a los premiados. Todos ellos son ejemplos a seguir, y los valores que representan deberían calar hondo en nuestra sociedad como contribución a una mejor formación de generaciones futuras. Detrás de sus logros e investigaciones, de sus aportaciones al arte y la cultura, al conocimiento de la evolución humana, al desarrollo político y socioeconómico de nuestra sociedad, hay esfuerzo, dedicación, innovación y espíritu de superación; valores que siempre deben presidir nuestro comportamiento diario. Esos son, precisamente, los valores con los que Iberia quiere comprometerse activamente, y la razón de ser de su patrocinio de la Fundación Cristóbal Gabarrón.
CASTILLA Y LEÓN INTERNACIONAL Óscar Campillo Director de RTVCyL
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ste año Castilla y León Televisión se estrena con la producción y realización de la ceremonia de la gala de los Premios Internacionales Fundación Cristóbal Gabarrón. Por primera vez se emitirá en directo en la televisión de Castilla y León y, como en
ediciones anteriores, Televisión Española retransmitirá la señal de RTVCyL al resto del mundo por su Canal Internacional. Es un honor y un desafío para una televisión recién nacida y con vocación de identificarse con las personas de la Comunidad a la que pertenece y con la que está comprometida. También una oportunidad de demostrar los buenos resultados que proporciona la colaboración y el trabajo en común, en este caso el de la Fundación y los miembros de los jurados que elijen a los premiados, el de
la televisión de la Comunidad y TVE. Olga Viza y Fernando Ónega son los presentadores de excepción encargados de transmitir al público los valores que significan estos extraordinarios Premios que en su novena edición se han convertido en uno de los acontecimientos culturales más importantes de nuestra tierra. En muy pocas ocasiones visitan Castilla y León al mismo tiempo personajes de semejante talla nacional e internacional. Ellos serán la cabeza visible de un equipo de decenas de personas que hacen posible la retransmisión. Castilla y León Televisión opera desde hace apenas un año y medio, pero ya ha probado su compromiso de prestar especial atención a la cultura y
a las manifestaciones de las instituciones culturales que desarrollan una destacada labor en la Comunidad. No podía ser menos en este caso. Por el humanismo y la universalidad que inspiran las nueve categorías de estos Premios, directamente nacida del artista Cristóbal Gabarrón, de donde toma su nombre la Fundación que hoy nos trae a Valladolid personalidades de Europa y América. Pero también por la innegable relevancia y envergadura de los premiados: Álvaro Siza, Fernando Trueba, Emiliano Aguirre y el equipo del yacimiento Atapuerca, Alberto Contador, José Antolín, Juan Marsé, Rodrigo Borja Cevallos, Jonathan Brown y Antonio Garrigues. Nada menos. ¡Cuánto talento sumado!
šPremios Gabarrón ABC VIERNES 8š10š2010 21
Casa Pintada de Mula
La ampliación de la Fundación verá la luz en 2012 H. DÍAZ
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esde que en el año 2005 los Príncipes de Asturias inauguraran la sede de la Fundación Casa Pintada en Mula, este lugar ha veni-
do desempeñando en el municipio murciano un papel básico como espacio cultural y foro para la interpretación de la cultura contemporánea. A ello contribuyen tanto la muestra permanente que alberga del artis-
La Bodega aceitera del siglo XVIII, perfectamente conservada, alberga el espacio joven de la Casa Pintada
«Es de agradecer que Cristóbal no haya olvidado sus raíces» Diego CervantesšAlcalde de Mula y pte. de Honor de la Fundación Casa Pintada —¿Qué supone para Mula albergar la Fundación Casa Pintada?
ABC
—Una oportunidad como ésta no se presenta todos los días, y Mula no ha desaprovechado que un muleño universal como Cristóbal Gabarrón conviva con todos nosotros a través de su Fundación y sus innumerables visitas a la ciudad, con la
ta, donde Cristóbal Gabarrón subraya especialmente su visión del universo, como su activo programa de creación de becas, que van desde estancias en Nueva York, a producciones para el espacio joven de la Casa
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proyección que supone colocar a este municipio en un nivel destacado del arte contemporáneo. Es de agradecer que Cristóbal no haya olvidado sus raíces, sino todo lo contrario, y se identifique como un muleño más en todos los proyectos de desarrollo de este municipio.
—¿Qué papel juega la Casa Pintada para los artistas?
—Indudablemente para los artistas de Murcia, por estar situada Mula en el centro de la región, es una referencia y un punto de encuentro que satisface las necesidades de creadores emergentes, y especialmente en el caso de los autores muleños, con los que se han establecido convenios de colaboración. Respecto a los artistas que vienen de fuera, la Casa Pintada siempre muestra una
Pintada, la Bodega aceitera del siglo XVIII, perfectamente conservada. Hoy, cinco años después, los requerimientos necesarios para el correcto funcionamiento del museo han ido incrementándose, principalmente en lo que se refiere al espacio museístico. De ahí que se haya puesto en marcha un proyecto de ampliación, resultado del cual la actual ubicación de la Casa Pintada, un palacete de la calle Mayor del siglo XVIII y perteneciente a la familia Blaya, verá casi duplicada su actual superficie con la incorporación de una gran casa solariega cuya entrada principal se sitúa en la calle del Caño, «un lugar privilegiado en un entorno de casonas y palacetes como fruto de la ampliación de Mula en el Renacimiento», explica el alcalde del municipio murciano y presidente de Honor de la Fundación Casa Pintada, Diego Cervantes. «La idea es presentar públicamente el proyecto durante las próximas semanas, con el fin de que a principios de año se puedan iniciar las obras cuya ejecución está prevista en 18 meses», añade. Del proyecto se encargará la firma neoyorquina de arquitectura K/R (John Keenen y Terence Riley), junto al estudio español de Antonio Fernández Estevez. La nueva construcción se concibe estructuralmente independiente de los edificios existentes. Así, el proyecto en su conjunto agregará más de 330 metros cuadrados al actual.
especial sensibilidad, incorporando en su programación anual la presencia de personalidades no sólo del ámbito de la pintura y la escultura, sino también del mundo de las letras, como es el caso de la reciente muestra «Homenaje a Vicente Aleixandre», que estuvo en Mula el pasado verano.
—¿Se identifican los muleños con el trabajo de la Fundación?
—Como seña de identidad, la Casa Pintada siempre programa actos abiertos a todos los muleños, y éstos día a día van mostrando un mayor conocimiento de la misma y una sintonía especial con Cristóbal que, generosamente, no sólo ha donado obras a la ciudad de Mula ubicadas en la exposición de la Fundación, sino en el gran parque que lleva su nombre.
ABC Premios Gabarrónš 22 VIERNES 8š10š2010
La artista sueca Karin Oldfelt posa junto a cuatro de sus acuarelas, el pasado martes en Valladolid
Karin Oldfelt No mostrar, sino hacer ver Coincidiendo con la gala de los Premios Internacionales de la Fundación Cristóbal Gabarrón, su sede vallisoletana alberga una muestra dedicada a la pintora sueca, que propone la superación de los viejos conceptos de «figura» y «fondo»
JAVIER RUBIO NOMBLOT Crítico de Arte
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n coincidencia con la gala anual de los Premios Internacionales de la Fundación Cristóbal Gabarrón se desarrolla en su sede vallisoletana una muestra dedicada a la pintora sueca Karin Oldfelt Hjertonsson, artista que actualmente vive a caballo entre Estocolmo y Nueva York y que, tras formarse en la Academie des Beaux Arts de Bruselas estudió xilografía en Chile, donde conoció a Pablo Neruda e ilustró su poemario
«Maremoto». En los noventa se estableció en La Habana, donde realizó trabajos litográficos, serigráficos y xilográficos dedicados a la flora y la fauna salvaje, y en los últimos años viene dedicándose exclusivamente a la acuarela, pudiéndose destacar entre sus trabajos, por ejemplo, el libro «Ekman y sus plantas», dedicado al eminente biólogo sueco Erik L. Ekman (1883-1931), quien empeñó diecisiete años de su vida en la clasificación de variedades de plantas en las Antillas Mayores y cuyo estudio de campo nunca ha sido superado. «Quintaesencia», la extensa
serie de acuarelas que puede contemplarse en la sala de exposiciones temporales del Museo Gabarrón, está dividida en cuatro epígrafes —Agua, Fuego, Aire y Tierra— y es un con-
La extensa serie de acuarelas es un conjunto mágico, que parece surgido, literal y enteramente, de la inspiración
junto mágico, inasible, que parece surgido, literal y enteramente, de la inspiración —término éste esquivo y hoy devaluado, pero que intuitivamente tendemos a relacionar con la historia de la acuarela, desde su arcano entronque con el Tao hasta su moderno maridaje con la impresión, la inmediatez y la irreversibilidad—, pero cuya perfección y exquisitez formal debe explicarse, más bien, acudiendo a esos años en el Trópico dedicados al análisis de la flora y al desarrollo de una cierta concepción del paisaje.
El género de paisaje
El concepto, «el género de paisaje, es un invento, por excelencia, moderno (…), hay que esperar al siglo XIX, concretamente al Romanticismo, para una exaltación total del paisaje» (Calvo Serraler) y no se vincu-
šPremios Gabarrón ABC VIERNES 8š10š2010 23
«Son los artistas quienes fabrican “el paisaje”, porque éste no es “la naturaleza”, sino su percepción estética»
FOTOS: FERNANDO BLANCO
la tanto, como suele pensarse, con la naturaleza cuanto con el arte o, por usar la expresión de Alain Roger en su «Breve tratado del paisaje» (1997), con la «artealización» del mundo: «Cuando de un territorio o de un paraje predicamos que es un paisaje es porque lo estamos contemplando con ojos estéticos, porque estamos en disposición de disfrutar con el mero acto de su contemplación; por tanto, el paisaje no es algo que está en el territorio o en la naturaleza, que en sí mismos no son ni bellos ni feos, sino que se encuentra en la mirada de quien contempla con ánimo de disfrutar de la contemplación» (Javier Maderuelo). Son los artistas —y singularmente, para nosotros los occidentales, los pintores del XIX, románticos, realistas, impresionistas..., y del XX, fauves, posimpresionistas, luministas, expresionistas, hiperrealistas, abstractos, fotógrafos…— quienes literalmente fabrican «el paisaje», porque éste no es «la naturaleza», sino su percepción estética: «Es la intencionalidad estética puesta en la contemplación la que transforma un lugar en paisaje y una mirada estética es, ante todo, cultural, es decir, está sometida a las convenciones propias de la época, el lugar, la clase social y el
nivel de formación de quien contempla» (Maderuelo). Los pintores fabrican, pues, nuestra percepción estética de la naturaleza; sin ellos no hay paisaje, sino sólo cosas «ni bellas ni feas». ¿Qué nos aporta, en ese sentido, esta serie maravillosa de pinturas, «Quintaesencia»? Sobre cualquier otra cosa, la posibilidad de imaginarla —y tal vez de concebirla— como un todo. El medio acuoso, la acuarela, es el verdadero argumento de esta pintura, y en esa materia paradójicamente densa se funden, como si el aire traslúcido que confundimos con la nada o el vacío fuese tan real y tangible como la roca, luz, tierra, volcán, tallo, agua, pétalo, llama, horizonte, calor, pájaro, viento, tronco, nube, relámpago, tornado. La flor no es sin el sol, la nube no es sin el aire, el pájaro no es sin la flor: mientras nuestra moderna ciencia —triunfante y urdidora, ella también, de paisajes o, lo que es lo mismo, de formas de percibir el mundo—, opera por disección, por separación —o por «desaceleración», como proponían Deleuze y Guattari—, Karin Oldfelt propone, situándose por lo demás en la estela de la tradición plástica contemporánea, la superación de los viejos conceptos de «figura» y «fondo», una reelaboración del espacio sobre otras bases, ajenas a la arcaica distinción entre lo cercano y lo lejano, que heredamos de esa construcción renacentista que es la perspectiva, y que el arte moderno —como lo demostró Werner Hoffman en su libro homónimo— ha tratado, desde el collage cubista hasta el Op-Art pasando por el informalismo, de derribar (recuperando así las percepciones espaciales antiguas y medievales): «Pasó de fijar los detalles de una apariencia a captar los movimientos, fluctuaciones y transformaciones de la naturaleza», escribe Olle Granath en el catálogo; y es, efectivamente, «la nueva técnica la que le reveló otras caras de esta naturaleza con la que tanto se había familiarizado», porque del —y en el— vehículo, el agua, surge mágicamente un paisaje poblado, no de cosas, sino de relaciones entre cosas. Su «quintaesencia».
Tres de las obras que se pueden contemplar en la sede vallisoletana del Museo Gabarrón