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Premios
VIERNES 8 DE NOVIEMBRE DE 2013 WWW.ABC.ES
Gabarrón
ARTES PLÁSTICAS RICHARD MEIER
ARTES ESCÉNICAS BERKLEE
CIENCIA L. ROJAS MARCOS
DEPORTES T. P. ROSANDICH
LETRAS F. ARRABAL
PENSAMIENTO DONALD KUSPIT
RESTAURACIÓN MICHAEL DUFFY
ECONOMÍA A. BANERJEE
TRAYECTORIA ELDIARIO/LAPRENSA
ESCULTURA DISEÑADA POR CRISTÓBAL GABARRÓN PARA LOS PREMIOS / F. HERAS
Fulgor en Manhattan
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Especial Premios Gabarrón VIERNES 8 DE NOVIEMBRE DE 2013 abc.es
UN TRIBUTO ANUAL A LA EXCELENCIA POR CATALINA LUCA DE TENA PRESIDENTA-EDITORA DE ABC «Un año más, en estos galardones están representadas personas e instituciones comprometidas con las más nobles conquistas humanas y su afán de superación»
Catalina Luca de Tena felicita a Lynn Margulis en la edición de 2008
a cultura es un estado de ánimo. Ahora que algunas cifras indican que la economía nacional empieza a repuntar, nos llega la buena nueva anual, desde 2002, de los Premios Internacionales Cristóbal Gabarrón. Estamos, pues, ante la edición número doce, que es número de carácter perfecto y notable, altamente estimado en la antigüedad, acaso por las doce particiones del gran círculo del cielo, con ceremonia de entrega a los premiados en Nueva York el 8 de noviembre, fecha formidable en la memoria de la hispanidad
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F. HERAS
por el encuentro, en 1519, de Cortés y Moctezuma en la confluencia de las calles de República del Salvador con la Avenida Pino Suárez, según la traza actual de la Ciudad de México. En la nómina de los premiados figuran los españoles Luis Rojas Marcos (Ciencia e Investigación), psiquiatra sevillano afincado en Nueva York, y Fernando Arrabal (Letras), eterno heterodoxo melillense afincado en París, aunque español de corazón y, sobre todo, de tertulia, que es palabra cervantina, como bien contado tiene él por ahí. Fernando Arrabal, que deslumbró y renovó la escena europea
con su «teatro del pánico», fue Premio Mariano de Cavia en 1998. —Igual que hoy hay lo que se llama intelectuales porque citan a Freud, a Althusser o a Marx, en el siglo dieciocho estos mismos intelectuales citaban a Tertuliano, un padre de la Iglesia que escribió libros tan inteligentes como los de Freud o Marx. En la España dieciochesca, los vanguardistas que acudían al teatro eran colocados en un palco que se conocía como «el desván de la inteligencia». Y concluye Arrabal: —Pero hubo un actor morcillero que, al ver que la gente colocada en el desván de la inteligencia citaba siempre a Tertuliano, les llamó los tertulianos, y al palco, la tertulia, y de ahí viene la cosa... El acta del jurado para el Gabarrón de las Letras 2013 destaca «la luz moral y la libertad radical que han alentado y alientan su obra a lo largo de seis decenios tanto en novela como en teatro, poesía y ensayo», «uno de los más puros ejemplos de continuidad del espíritu de la modernidad europea en nuestro tiempo», alabando su «talante y ejemplo de entrega a una carrera al servicio de las letras y en permanente estado de vanguardia». Acompañarán a los dos españoles en la pasarela del reconocimiento un arquitecto estadounidense, Richard Meier (Artes Plásticas); el fundador de la Universidad Americana del Deporte, Thomas P. Rosandich (Deportes); un economista indio, Abhijit Banerjee (Economía); un crítico de arte norteamericano, Donald Kuspit (Pensamiento y Humanidades); un restaurador del Museo de Arte Moderno de Nueva York, Michael Duffy (Restauración y Conservación); un representante de Berklee College of Music (Artes Escénicas), la mayor universidad privada de música del mundo, y el periódico El Diario/La Prensa (Trayectoria). Un año más, en estos galardones están representados personas e instituciones comprometidos con las más nobles conquistas humanas y su afán de superación. Cristóbal Gabarrón, que a lo largo de su vida ha conseguido un magisterio singular con sus obras de arte, alza de nuevo el vuelo desde Valladolid a Nueva York para honrar a todos estos valedores de la belleza y de la inteligencia. Un tributo justo a la excelencia institucionalizado por la Fundación Gabarrón con el apoyo de ABC.
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Desde el corazón de la Gran Manzana Gala y escenografía La sede neoyorquina de la Fundación acogerá la entrega de los premios, donde los galardonados serán arropados por un centenar de personalidades Por H. DÍAZ Valladolid
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ueva York es la ciudad y Estados Unidos el país que me ha hecho lo que soy, que me ha dado las mayores oportunidades, donde he aprendido y sigo aprendiendo, donde he entendido lo que es la democracia más real del mundo», contesta Cristóbal Gabarrón cuando se pregunta al artista qué encontró al otro lado del Atlántico. Aquella Nueva York que le ayudó en la década de los ochenta a consolidarse como artista y que sigue siendo fuente de inspiración será de nuevo hoy escenario de la gala de entrega de una nueva edición de los Premios Internacionales de la Fundación Gabarrón. Han pasado ya doce años desde que el artista murciano con vocación internacional, en su empeño por trascender a la sociedad y reconocer el trabajo bien hecho en tan diversos ámbitos como la ciencia, la cultura, el pensamiento, las artes y el deporte de nuestros días, pusiera en marcha estos premios que desde el inicio han contado con el apoyo de ABC. Por segundo año consecutivo, y tras diez ediciones celebrándose en Valladolid, la ceremonia se traslada a la «Gran Manzana», donde a la Fundación se le brinda un gran respeto artístico y humanístico. Allí, en el mismo corazón de Manhattan, un histórico edificio construido en 1902 por el arquitecto Ralph S. Townsend, sede de la institución en Nueva York, se reconocerán nueve trayectorias ejemplares: Richard Meier (Artes Plásticas); Berklee College of Music (Artes Escénicas); Luis Rojas Marcos (Ciencia e Investigación); Thomas P. Rosandich (Deportes); Abhijit Banerjee (Economía); Fernando Arrabal (Letras); Donald Kuspit (Pensamiento y Humanidades); Michael Duffy (Restauración y Conservación), y El Diario/La Prensa (Trayectoria). Serán los protagonistas de la ceremonia, pero no estarán solos, sino arropados por un centenar de personalidades del mundo de las artes, las ciencias, la economía y las más altas instituciones en un acto que se
La maestra de ceremonias La presentadora del informativo de la noche NY1 Noticias, Carleth Keys, volverá este año a ejercer como maestra de ceremonias de la gala. La Fundación Gabarrón siempre ha dejado el evento en manos de reconocidos profesionales. Si durante las ediciones que se celebraron en Valladolid fueron Olga Viza, Fernando Ónega, Mara Torres o la actual presentadora de Los Desayunos de Televisión Española, María Casado, quienes ejercieron de presentadores, la institución internacional vuelve a confiar este año para la celebración neoyorquina en esta periodista venezolana que desde hace años ejerce su profesión en el único canal 24 horas de noticias en español de Nueva York. Sofía Vergara, Drew Barrimore y Jessica Alba son algunas «celebrities» que se han sometido a las preguntas de la joven presentadora, que además de cubrir las últimas tendencias de la alfombra roja de eventos como los Grammy, ha sido testigo en directo de algunos de los más importantes sucesos ocurridos en Estados Unidos en los últimos años, como el huracán Sandy de 2012.
desenvolverá, una edición más, de manera dinámica, sobria y formal. La gala comenzará minutos después de las 18.15 –cuando está prevista la recepción de invitados– de la mano de una excepcional maestra de ceremonias, la estrella de los informativos de la noche NY1 Noticias, Carleth Keys. Será ella quien ceda la palabra al presidente de la institución internacional, Cris Gabarrón, quien tras un breve recorrido por la historia de la institución, entregará una medalla de honor y una escultura diseñada por el artista a cada uno de los galardonados, cuyos valores –recordará–, están llamados
a «apuntalar» la necesaria regeneración de la sociedad.
Matarromera, en la cena Sobre estas líneas, fotografía de familia de la gala de 2012 y la fachada del histórico edificio The Carriage House Center for the Arts, ubicado en Manhattan
Concluida la ceremonia, los asistentes serán agasajados con un cóctel de honor, donde el espíritu de Valladolid regresará de la mano de los mejores vinos del grupo bodeguero Matarromera, asentado en Estados Unidos desde finales de 2011, que además, obsequiará a cada uno de los galardonados con una botella. Todo para pasar, desean desde la institución, «la más agradable de las veladas».
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bito mundial en el que cabe moverse para lograr la renovación de los mejores valores, esto es, la apertura de nuevos espacios de encuentro sin barreras físicas o geográficas. Con esta visión global se toma la capital de España, Madrid, como punto de referencia en la Unión Europea, y Nueva York, centro político y financiero mundial, como eslabón primero de la cadena americana. El nuevo eje Madrid-Nueva York, que asume el extraordinario acervo gestado durante decenios en la meseta castellana, forma ese embrión de la unidad deseada en la búsqueda y propuesta de iniciativas conjuntas. Los dos Hemisferios comparten de este modo un nexo que la Fundación Gabarrón quiere reforzar con la celebración de los XI Premios Internacionales Cristóbal Gabarrón».
Consagrados intelectuales
Fuego y magia en la 38 «La flor y nata de la sociedad neoyorquina volverá a darse cita en una histórica velada, un acto de afirmación, de optimismo y rabia, fundado en la creencia de que los hombres, por terribles que sean las circunstancias, encuentran siempre una luz» oel Shapiro, Stanley Crouch, Mikhail Baryshnikov, George Bisacca, Siri Hustvedt, Michele Bachellet, José Baselga y Matthew Bishop, editor de la edición estadounidense de la revista The Economist. Los galardonados con el Premio International Gabarrón 2012 sonreían en el escenario. Fue una velada elegante y, sí, histórica. Un acto de afirmación, de optimismo y rabia, fundado en la creencia de que los hombres, por terribles que sean las circunstancias, encuentran siempre una luz. El fuego al que se refería Cormac McCarthy en La carretera. El que no puede apagarse. El que ese fulgurante puñado de elegidos había frecuentado con pasión y esfuerzo durante años. La noche, 27 de noviembre de 2012, caía sin ostentación ni pompa. Se celebraba la undécima edición de los Premios, pero no había coba, laureles, vanidad, en el ánimo de sus organizadores. Sólo esfuerzo e ilusión. Justificados porque era la primera vez que, lejos del Teatro Calderón de Valladolid, saltaban el Atlántico para entregarlos en Manhattan. Una plaza glamurosa, cosmopolita, visceral, rauda, y también dura, y áspera. Donde es muy posible que coincida un trallazo en el Madison de los Rolling Stones, una suntuosa ópera de Verdi en el Met y exposiciones de Picasso, los prerrafaelistas, Chagall y Leibovitz en sus muchos museos y galerías. Esa a la que cierta prensa española, dopada de narcisismo, se refiere como tierra tomada; ya saben: «la moda espa-
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ñola, el aceite español, etc., conquistan Nueva York». No, verán. No hay forma de conquistar la Babilonia del siglo XXI. Si acaso asomarse a la barrera y, con paciencia, trabajarse sus mecanos. Justo lo que la Fundación Gabarrón ha hecho desde que en 2001 abrió su sede en el Carriage House Center for the Arts, un bello caserón restaurado, obra del arquitecto Ralph S. Twonsend, levantado en 1902 y declarado en 1997 bien de interés histórico-artístico por la Comisión de Preservación del Patrimonio de Nueva York.
Latido universal Remodelado para ser centro cultural y de exposiciones, el Carriage House Center es el centro neurálgico de la Fundación junto al Hudson, semilla de un latido universal y, ya lo dijimos, refugio durante aquella helada noche de noviembre de 2012, mientras nevaba y la confluencia de la 38 con Lexington se vestía de raso, de unos premios que saludan lo mejor de las artes, la ciencia y el pensamiento. En su discurso, Cris Gabarrón, presidente de la Fundación, explicó que «la actuación del Proyecto Gabarrón se extiende ahora de modo natural «en ambos Hemisferios», tal como proclamaron aquellos diputados de Cádiz; un ám-
Fue, ¿lo he escrito ya?, una noche vertiginosa. De latido eléctrico. En la que no costaba imaginarse a los gigantes del pasado, a los espíritus de Duke Ellington o Truman Capote brindando con un cáliz de whisky a la salud de sus pares. Uno, en funciones temporales de colaborador de la Fundación, igual que este año, o sea, encargado de la oficina de prensa durante unas semanas, uno, decía, amigo y compañero, y lo explico aquí y ahora para evitar recelos, o sea, subjetivo hasta las cachas del alma, que no hay otra forma de hacer periodismo, lo contrario es mentir, pero bueno, decía que uno levantaba la vista y distinguía entre los invitados al escritor Paul Auster, al artista Christo, al premio Nobel de Economía Eric Maskin, Chaim Litewski, jefe del servicio de prensa, radio y televisión de Naciones Unidas, Laura Prechter, Noguchi Museum, Guillermo Linares, congresista del Estado de Nueva York, o el oncólogo Carlos Cordón-Cardo. Todos ellos, y muchos más, son lo que los cursis llamarían la flor y nata de la sociedad neoyorquina. Los que de verdad cuentan. Los intelectuales consagrados. Los grandes mandarines de las artes y las ciencias, las humanidades y la política, la banca y la literatura, el periodismo y el deporte. Esos que en Nueva York sólo acuden a las convocatorias importantes, y lo afirmo sin vanagloria porque yo allí era apenas un peatón, un turista de paso, y el aplauso corresponde a quienes tuvieron el cuajo de trasladar los premios hasta la sombra del Empire State Building y no morir en el intento. Igual que en 2013, hoy, a unas horas de que comience la gala, a un paso o dos de que todo arranque, contemplo la escenografía diseñada por el artista Cristóbal Gabarrón. La ha bautizado El mundo al revés. Tiene mucho que ver con las contradicciones de un mundo asolado por la codicia y la desigualdad, y también con la esperanza de la cultura, el conocimiento, logren enderezarlo. A tan noble tarea se han dedicado los premiados de esta edición XII, y Nueva York, la guapa Nueva York, la fiera Nueva York, los espera con la emoción reservada a quienes realmente quieres. JULIO VALDEÓN BLANCO
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Richard Meier, el arquitecto visionario Premio Artes Plásticas Admirador de referentes como Le Corbusier o Mies Van Der Rohe, algunos aspectos de sus iniciales proyectos como la claridad y la apertura acabaron siendo totalmente asumidos en la arquitectura Por FREDY MASSAD Arquitecto y crítico
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n reconocimiento «a una larga y genial trayectoria en el mundo de la arquitectura, artes y diseño», Richard Meier ha sido escogido ganador dentro de la categoría de Artes Plásticas de los Premios Internacionales Gabarrón 2013. El jurado destaca de la obra de este arquitecto norteamericano nacido en 1934 su continua investigación «en la crea-
ción de espacios, en busca de la luz, la claridad, la belleza, la practicidad, el equilibrio en formas y espacios»; cualidades que, añade, le otorgan una vigencia que hace su obra elemento de «estudio obligado en todas las grandes escuelas de arquitectura del mundo». Formado en la Universidad de Cornell, Meier estableció su propio estudio en Nueva York en 1963. Ya a finales de esa década, su nombre formaba parte junto al de Peter Eisenman, Charles Gwathmey, John Hedjuk y Michael Graves de los denominados
«New York Five»: arquitectos, por entonces treintañeros, cohesionados por un profundo respeto hacia la modernidad, la priorización de las cuestiones formales sobre aspectos como contenido y función. Conceptos que materializaron en refinados edificios, caracterizados por un énfasis en la delgadez, lo plano y la transparencia. Meier ha señalado a Le Corbusier, Alvar Aalto o Mies Van Der Rohe como algunas de sus referencias fundamentales, pero destaca particularmente su fascinación por la Casa de la Cascada de Frank Lloyd Wright como una fuerza de inspiración crucial, decisiva en la concepción de su primer proyecto: una vivienda para sus padres. Aunque su apellido tiende a asociarse con importantes edificios públicos, localizados en Estados Unidos, Europa y Asia, fue la Casa Smith en Connecticut, una de las residencias privadas con las que comenzó su trayectoria profesional, la que en 1965 le convirtió en un arquitecto reconocido en su país. Cuando en 1984 recibía el Premio Pritzker (a la sazón, el arquitecto más joven laureado con ese galardón), evocaba cómo aspectos que entonces resultaban innovadores tales como «la claridad, la apertura, la directa articulación entre espacios públicos y privados, su relación con el paisaje» habían acabado deviniendo rasgos totalmente asumidos por la arquitectura apenas dos décadas después. Su celebrada conversión de los antiguos Laboratorios Bell Telephone en Greenwich Village en 383 apartamentos fue el indicio de que las cualidades de Meier podrían desplegarse de manera más interesante en edificios de mayor escala.
Comprometido con la calidad
En busca de la luz Su afán por dotar de luz y belleza a los espacios creados sin que pierdan su «practicidad» y equilibrio ha hecho que el trabajo de este arquitecto, siempre a la vanguardia en su campo, sea objeto de estudio obligado en todas las grandes universidades de arquitectura del mundo. Reconocido en 1984 con el Premio Pritzker, el llamado Nobel de la Arquitectura, la Fundación Gabarrón le incorpora en esta edición a su elenco de personalidades premiadas en Artes Plásticas, «por su larga y genial trayectoria profesional» y «su estilo original, personal y único». ABC
The Atheneum en 1979 (New Harmony, Indiana) y el High Museum of Art (Atlanta) en 1983 corroboraron a Meier como uno de los más deseados y conocidos arquitectos de la década de los 80, particularmente para la realización de museos. El Museo de Artes Decorativas (Frankfurt), la sede del MACBA (Barcelona), el Getty Center (Los Ángeles) o el Museo del Ara Pacis (Roma) destacan con la racionalidad formal y el resplandeciente blanco que caracterizan inconfundiblemente el estilo de este arquitecto. Una arquitectura a la que si bien se le pudo reprochar en algún momento un cierto exceso de neutralidad y cierta falta de riesgo merece, retrospectivamente –y a la luz de las consecuencias de excesos de estilo gratuitos por mor de «lo icónico» que han perseguido colegas tan próximos a Meier como Eisenman–, el reconocimiento de no haber perdido por completo de vista el deber de un compromiso con unos principios de calidad arquitectónica. Obras esenciales en su trayectoria son la Casa Douglas, la sede de Canal + (París), el Ayuntamiento de la Haya, los palacios de justicia de Islip y Phoenix, la Iglesia del Jubileo en Roma. Entre sus más recientes trabajos, en oposición a proyectos como la Torre Rotschild (Tel Aviv) o un club privado (Schenzen), que aparecen quizá como débiles concesiones al pedido de un edificio de «marca Meier», destacan otras de notable corrección como el Centro Italcementi (Bérgamo) y el Tribunal de la Ciudad Verde (Praga) como muestras de la trayectoria de una arquitectura que su autor escogió construir en blanco, por ser síntesis de todos los colores y porque permite expresar con plena claridad la esencia de un edificio.
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Testimonio de la modernidad europea De su obra, el Premio Nobel Vicente Aleixandre dijo en una ocasión que desprendía «luz moral». Esta máxima, así como la «libertad radical» que ha guiado a lo largo de seis décadas todos los géneros que ha cultivado -novela, teatro, poesía y ensayo- le han hecho merecedor del Premio de las Letras. Dice el fallo que su escritura, una de las más conocidas del panorama internacional, «constituye uno de los más puros ejemplos de continuidad del espíritu de la modernidad europea en nuestro tiempo».
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Fernando Arrabal, el espíritu libre Letras La producción literaria de este Lope ultramoderno es casi un imposible. Inconformista crítico, ha tenido la suficiente autoridad para denunciar la impostura desde cualquier página Por FERNANDO CONDE Crítico literario
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asta qué punto un chusco episodio mediático puede llegar a eclipsar la genialidad y hondura de un personaje? En la mente de muchos españoles se conserva vívido aquel recuerdo vivido: un hombre trompicado en medio de un plató de televisión; un San Pablo beodo y enredado en el piafé de sus propias palabras; un díscolo desentonando la canción de lo políticamente correcto; un heterodoxo mordiéndole las pantorrillas a la ortodoxia. Como un árbol despojado de toda majestad y hendido por el rayo (al igual que su propia «torre» o como el olmo de Machado) del exceso. Un árbol que como el sauce, cuanto más majestuoso, más deja caer sus ramas hacia el suelo. Y, sin embargo… un árbol que, quizá, haya impedido siquiera intuir el frondoso y fértil bosque que se esconde tras lo trivial, lo circense, lo grotesco de una figura y una compostura.
Fernando Arrabal, protagonista (quién sabe si voluntario o no; con Arrabal nunca se sabe) de aquel recuerdo, es ese árbol al que el rayo de Baco fulminó una noche ya lejana, en otoño del 89. Un espíritu libre en el más libre de los sentidos, un hombre único, singular, extraordinario. Un escritor de huella profunda, un río alimentado por infinitos afluentes, un ser distinto con un estar distinto. En cierto modo, un «hápax», que en griego clásico quiere decir «lo que sucede una sola vez». Resultaría muy torpe quedarse en ese «arrabal» y no penetrar en la ciudad y conocer la riqueza y ornamentación de su mercado teatral –tal vez el más representado en nuestra lengua en las últimas décadas–, el rupturismo de su novelística, el color afrancesado y chic de su cinematografía, o la prolijidad –también excesiva– de sus versos. Porque Arrabal va, como sólo los locos o los dioses van, del exceso a lo excelso. Su producción literaria es casi un imposible. Como un Lope ultramoderno pareciera ocupar todas las horas en escribir. Cómo explicar si no una obra en trance de inabarca-
ble dimensión. Arrabal es además un lenguaraz ácido, un inconformista crítico y cítrico. Clarividente casi siempre, con la suficiente autoridad para denunciar la impostura desde cualquier página, en cualquier circunstancia; como cuando en su libro Un esclavo llamado Cervantes se atreve a lanzar este preterible: «En España, si hubiera existido el Premio Cervantes en el siglo XVII, se lo hubieran dado a Alonso Fernández de Avellaneda, el autor del falso Quijote. Cervantes no lo hubiera merecido».
Alabado por sus contemporáneos Pocos autores pueden presumir de haber obtenido el aplauso de sus iguales y haberse ganado el respeto de sus contemporáneos. Pocos han merecido –y cosechado– la alabanza de otros colegas. Aleixandre, Beckett, Kundera, Ionesco, Goytisolo (Juan), Luis Alberto de Cuenca, Jodorowsky o Houellebecq son algunos de los nombres que se han rendido a la literatura y el pensamiento de este mirobrigense nacido en Melilla. Una pléyade de admiradores conformando un babel en el que las lenguas se confunden para amalgamar una admiración unánime. Mientras tanto, Arrabal espera al futuro amarrado a su pluma. Un futuro que, como sucede casi siempre, nos dará la justa medida de sus méritos. Mientras tanto, Arrabal juega a la espera, a esperar que alguien de su estatura muera y le preste el frac de recoger los grandes galardones. Pero de momento, a los Nabokov y Nadales ya puede sumar otro de largo alcance, el que le sitúa, como a aquel buda en una lejana noche de televisión, en el sillón de las Letras de los Premios Gabarrón 2013. Torpe juicio el de quienes se quedaron en los arrabales de Arrabal, porque en él todo es puro núcleo, médula nutricia, corazón de tinta que nunca acabará de secarse. Y si no, tiempo al tiempo.
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Abhijit Banerjee
Otra manera de pensar la economía Formado en la Universidad de Calcuta y en Harvard, el profesor del prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts forma parte de esa nueva generación de economistas que combinan teorías con trabajo de campo. Su particular manera de pensar sobre la economía, viéndola como una vía «significativa» para erradicar la pobreza y haciendo partícipe al resto del mundo del «gran debate» sobre la desigualdad, le han valido este galardón. El fallo llama la atención sobre las «acertadas visiones» del experto económico en microsoluciones, nuevos modelos que tiene un gran impacto en los países en vías de desarrollo.
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«Nos guste o no, China es el ejemplo canónico de reducción de pobreza» Economía Su mentalidad práctica le ha convertido en un economista de referencia, en especial en la lucha contra las desigualdades Por MARÍA G. PICATOSTE Corresponsal en Nueva York
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uando Abhijit Banerjee era un estudiante universitario de Matemáticas en India, su país natal, un día se dio cuenta de que el tipo de vida asociado a esa profesión no era del todo de su agrado. Obligado a escoger una vía alternativa de estudio, el joven Banerjee se planteó las limitadas opciones disponibles. Una de ellas era la Economía, una disciplina a la que su padre y su madre se dedicaban profesionalmente como profesores universitarios. Banerjee optó por esa ciencia, aunque confiesa que no lo hizo desde el entendimiento de lo que implicaría esa decisión, sino como «una forma de solucionar un problema a corto plazo». Esta mentalidad práctica es quizá la clave de que hoy Abhijit Banerjee (Calcuta, 1961) se haya convertido en un economista de referencia, en especial en la lucha contra la pobreza a partir de las herramientas de análisis que ofrece la Economía. Banerjee, de trato afable y personalidad modesta, empezó a interesarse por la economía de la pobreza desde muy joven. A una edad temprana comenzó a preguntarse de forma inocente por qué muchas de las personas que lo rodeaban parecían ser perfec-
tamente funcionales e inteligentes; pero a pesar de ello eran pobres. Durante toda su carrera, al tiempo que se doctoraba en Harvard, se convertía en catedrático del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) o cofundaba el Laboratorio de Acción contra la Pobreza Abdul Latif Jameel, Banerjee siguió formulándose esas mismas cuestiones. La diferencia es que ahora tenía la preparación para analizar la base de esas incógnitas y los recursos para poder plantear soluciones viables. Gran parte de su aprendizaje a lo largo de los años está condensado en el libro Poor Economics, un volumen escrito junto a la también profesora de MIT Esther Duflo, en el que ambos economistas demuestran la efectividad o nulidad de varias posibles soluciones contra la pobreza a través de modelos económicos basados en datos objetivos. Para Banerjee, el gran logro de este libro ha sido «demostrar que el problema de la pobreza no es irresoluble».
«Responsabilidad de todos» Según el economista, un error común que cometemos al hablar de pobreza es diferenciar el tipo de pobreza común en los países en vías de desarrollo con la que hay en el primer mundo. «Es responsabilidad de todos que haya una sola persona en el mundo que
se encuentra en una situación que consideramos moralmente inaceptable, que haya una sola persona que muere de hambre», defiende Banerjee. Sin embargo, este experto señala una abismal diferencia entre la pobreza en uno y otro contexto. En el caso de los países en desarrollo, para Banerjee las razones de la pobreza pueden rastrearse hasta los fracasos del gobierno a la hora de gestionar sus recursos y entregar un nivel adecuado de servicios a su gente; mientras que en los países desarrollados, donde los recursos son abundantes, el mayor problema es «la ausencia de suficiente voluntad política para redistribuir la riqueza», algo que según este economista, se puede detectar, por ejemplo en Estados Unidos, en el absoluto rechazo que causa la idea de aumentar la carga impositiva de las grandes fortunas. Entre los objetos actuales de estudio de Banerjee se encuentra China, un país que para él, es el «ejemplo canónico de reducción de la pobreza, nos guste o no». Tras esa clarificación se esconde la constatación de que China es un caso polémico. Donde unos economistas ven un modelo de crecimiento insostenible a largo plazo, entre otras razones porque implica la prosperidad de una élite política corrupta; otros ven a una China con capacidad para seguir creciendo al tiempo que camina hacia una sociedad más abierta. Para Banerjee, el mayor quebradero de cabeza es «que no entendemos muy bien cuáles son las potenciales vulnerabilidades a las que se enfrenta». Por ello, este economista confiesa que seguirá estudiando al gigante asiático, ya que cree firmemente en que debemos comprender su ejemplo.
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Berklee marca el rumbo de la música Artes Escénicas Sting, Paul Simon o Quincy Jones son algunos de los importantes artistas que pasaron en su juventud por esta escuela asentada en Boston liderada por el mítico Roger Brown Por JAVIER LIMÓN
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ace como unos cinco años conocí a Larry Monrow, un genial músico de jazz consagrado. Fuimos jurado en unas audiciones donde se otorgaban becas a socios de la SGAE para ir a estudiar a Berklee College of Music. Conocía de oídas la famosa universidad pero no era aún consciente de la grandeza de la institución y de lo que iba a suponer para mí en los próximos años. Mi siguiente encuentro con ellos fue cuando me pidieron organizar el concierto homenaje a Paco de Lucía en la ceremonia de entrega de su honoris causa. Viajé a Boston para buscar entre los estudiantes a algunos músicos capaces de tocar la música del maestro. Al principio lógicamente buscaba músicos convencionales, guitarristas, bajistas o baterías, sin embargo por error me metí en una habitación diferente y todo cambió. En ella tocaba un grupo de muchachos del Medio Oriente que me dejó extasiado. Chicos de culturas totalmente diferentes entrelazaban su raíces y, con la música como único vínculo y lenguaje común, hacían de sus diferencias la mayor de las virtudes, el motivo para querer conocerse más y apren-
der unos de otros. Lógicamente ellos, junto con la genial pianista Ariadna Castellanos, fueron los que interpretaron la música del guitarrista de Algeciras de manera magistral. Paco quedó encantado. A partir de ahí se nos ocurrió la idea de empezar con algunas clases de flamenco y composición de canciones en español, y decidí trasladarme por un par de años a Boston. En este tiempo he aprendido tanto de los alumnos que ahora me parece no haber sabido nada durante mucho tiempo. Hemos creado el Instituto de Músicas del Mediterráneo, donde se estudian músicas antiguas y se realizan proyectos especiales como «Promesas de Tierra» (con músicos palestinos e israelitas), y hemos empezado el proyecto Berklee Latino, que hará posible la enseñanza de música con sus modernas técnicas didácticas por primera vez en castellano. En las calles de Berklee puedes encontrar todo tipo de músicos, de todas las nacionalidades, más de cien países diferentes. Tocan en la calle, en las escaleras, en los pasillos, puedes encontrarte a un violinista de clásico tocando una pieza metal, o a un pianista de jazz componiendo la nueva banda sonora del mejor videojuego de moda. Es como un parque de atracciones del arte, sus
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estudios son los mejores equipados del mundo y por ellos han pasado los artistas más importantes: Quincy Jones, Paul Simon, Sting, Esperanza Spalding, la lista es infinita. Entre todos los alumnos han ganado más de 300 Grammys durante estos 70 años de historia musical.
Líder de la industria Berklee es hoy en día un líder indiscutible en la industria musical, con más de 4.000 alumnos en Boston y otros tantos en su increíble campus de Valencia. Liderado por el mítico Roger Brown no solo nutre de profesionales todos los estratos y capas de las compañías, estudios, bandas y productoras, sino que marca el paso de dónde y cómo debe hacerse la música, qué equipos usar, qué referencias escuchar, y sobre todo qué camino es el mejor y el más corto para que un músico joven pueda lograr sus sueños. Ahora mismo estoy sentado en mi ordenador escuchando los arreglos que algunos de los estudiantes han preparado para la ceremonia de honoris causa de otro grande, Alejandro Sanz. En unos días se le entregará la misma distinción que hace cinco años recibió Paco de Lucía y que a mí me hizo viajar hasta allí. Será otro momento de emoción y, de nuevo, los chicos de Berklee demostrarán al mundo que con la música por bandera todo es posible. Os recomiendo el videoclip que hicieron sobre su canción La música no se toca (Berklee Music Students), es la mejor manera de entender el espíritu del que os hablo, un espíritu de libertad, cultura, futuro, evolución y amor. Ahora recibe el premio de la Fundación Gabarrón a las Artes Escénicas, un reconocimiento merecido que subraya el tremendo valor que para la cultura mundial tiene la mejor universidad musical de la historia, Berklee College of Music. *Javier Limón es compositor, productor y director artístico de Berklee College of Music
Granero de Grammys Con alrededor de 10.000 alumnos de más de 150 países, su «revolucionaria filosofía» y su «adaptación permanente a la evolución social» le ha servido a esta universidad musical para cosechar más de 231 Grammys y 71 Grammys Latinos entre sus alumnos. Con casi siete décadas de historia, Berklee se ha convertido en «un laboratorio de excelencia mundial para la música contemporánea y del futuro», dice el fallo, que recuerda su expansión más allá de EE.UU. con su sede permanente en Valencia. ROBER SOLSONA
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«El valor del arte como algo útil es cada vez más incierto» Donald Kuspit
Pensamiento y Humanidades Pesimista con la evolución de la crítica de arte en las últimas décadas, el pensador americano cree que su futuro pasa por «vertir luz» sobre la creatividad Por HENAR DÍAZ Valladolid —¿Qué sintió al conocer que era el nuevo Premio Gabarrón del Pensamiento y Humanidades? —Me sentí honrado y agradecido, sobre todo por mi larga relación con la Fundación y la familia Gabarrón, y por mi admiración y respeto por el arte de Cristóbal Gabarrón. A nivel personal, el premio es importante porque reconoce mi contribución a las artes y humanidades, y a nivel general porque supone un reconocimiento a la importancia del pensamiento crítico sobre el arte. —¿Ha sufrido muchos cambios la crítica de arte desde que usted comenzó en los setenta? —Sí, casi siempre negativos. Cuando comencé, Clement Greenberg, Harold Rosenberg y Leo Steinberg era las figuras más influyentes. Todos habían sido educados como intelectuales con una profunda comprensión del arte y un minucioso conocimiento de su historia, y estaban seriamente comprometidos con el arte de su tiempo. Eran brillantes teóricos con diferentes puntos de vista y discutían sobre los conceptos artísticos. Los artistas jóvenes me dicen que echan de menos un debate serio sobre el arte contemporáneo, y sobre todo un análisis intelectual del arte, que reflexione sobre su condición humanística y el valor y
lugar que ocupa en la sociedad. En mi opinión, esto se debe al menos a dos factores: la idea posmoderna de que «todo vale», que supone la supresión de cualquier jerarquía de los valores artísticos y el colapso del típico cliché del arte «avant-garde» o experimental, y el hecho de que escribir sobre el arte se haya convertido en un tema más propio de los medios de comunicación que de análisis y reflexión. Otro artista que conozco ha dicho que el mejor lugar para encontrar crítica seria de arte es en los catálogos, no en las revistas ni en los periódicos. —¿Los críticos disfrutan hoy de libertad o viven condicionados por la «industria cultural»? —La crítica de arte, los artistas y todo el mundo están condicionados por la industria cultural, y por la globalización y popularización del arte como un bien de primera necesidad. En Nueva York se dice lo siguiente: «el dinero no tiene valor, los fondos de inversión tampoco, el arte es el nuevo valor seguro». Parece acertado, para bien o para mal. Y quizá más importante aún sea el hecho de que todos quieren ser artistas o pensar que son «creativos», lo que ha llevado a una eclosión de pseudoartistas, o lo que Allan Kaprow llamó «post-artistas». Cuando que alguien se cepille los dientes es una obra de arte, como dijo Kaprow, o se puede convertir un urinario en una obra de arte, como hizo Duchmap, el concepto del
Psicoanalista del arte Inquebrantable desde los años setenta, el fallo destaca su capacidad para «navegar contracorriente y mantener firme el timón» a la hora de analizar las tendencias artísticas
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CUANDO QUE ALGUIEN SE CEPILLE LOS DIENTES ES UNA OBRA, EL CONCEPTO DE ARTE SE VE AMENAZADO POR SU PÉRDIDA DE SENTIDO»
arte queda en entredicho y el arte se ve amenazado por su pérdida de sentido. —En ocasiones caemos en la nostalgia de pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. ¿Cree que esa máxima también es aplicable en su tarea? —Sí, creo que la crítica de arte en el pasado era mejor que la contemporánea. Si comparas a Baudelaire, los hermanos Goncourt, Apollinaire, Greenberg, Rosenberg o Steinberg, entre otros, con los críticos de arte del New York Times, New York Magazine, New Yorker, Los Angeles Times o el Washington Post, etc. comprenderá lo que quiero decir. —¿Considera que el mundo del arte ha roto todos los límites éticos? —Si un supuesto «artista» dice que cualquier cosa que él ha presentado oficialmente como arte es arte, entonces lo artístico estaría más allá del bien y del mal, parafraseando a Nietzsche. Algunos filósofos del arte creen que el valor de ser expuesto ha sustituido al valor de la utilidad y puede aportar al arte un valor añadido, a nivel socioeconómico, que no artístico. El valor del arte como algo útil es cada vez más incierto y confuso, llegándose a sugerir que la importancia reside más en la exposición, que puede aportar o no un valor añadido en el mercado del arte. Cuanto más expone un artista, más valor adquiere su trabajo, alcanzando su punto álgido cuando llega a convertirse en una marca; es lo que el psicoanalista Erich Fromm llamó «personalidad de marketing» (como sucede con Warhol o Koons). Conseguir eso quizá sea la mejor y única vía para alcanzar la inmortalidad en estos días, o al menos para que el arte perdure. —¿La crítica de arte todavía conserva su función pedagógica para el gran público? —Sí, la crítica de arte tiene un valor pedagógico para el público, pero todo depende de quién sea el pedagogo y quién sea el público, de lo que la crítica de arte tenga que enseñar y de lo que el público esté dispuesto a aprender. —¿Cuál es, en su opinión, el gran reto de la crítica de arte hoy? —Aportar luz. —¿Cuáles serían sus consejos para las nuevas generaciones de críticos de arte? —Que se conviertan en historiadores del arte y de la cultura. Sin conocer su historia, no se puede hacer una evaluación ni una interpretación crítica del arte. —Ahora que las nuevas tecnologías están integradas en el arte, ¿cree que son una ayuda o un límite para la creatividad? —Todo depende del artista y de lo que uno entienda por «creatividad». Salvo que definamos esto con cautela, se trata de un concepto sospechoso. Para simplificar, que «hagas arte» no quiere decir que seas un «artista creativo». —Como comisario, ¿cuáles son sus artistas contemporáneos de referencia? —Vincent Desiderio, Lucian Freud, April Gornik, Odd Nerdrum, Joseph Raffael, Paula Rego, Jenny Saville o Michael Zansky, entre otros.
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Luis Rojas Marcos, el psiquiatra que enseña a ser feliz
gó su libro Más allá del 11 de septiembre, donde vomitaba su experiencia y daba las claves para superar aquel trauma que a él también le llegó hasta la médula. «Ha muerto mi madre, mi padre, he perdido amigos y he presenciado tragedias, pero nunca nada comparable con lo que sucedió el 11 de septiembre. Fue traumático», explicaba en una entrevista. Ahora este profesor de Psiquiatría de la Universidad de Nueva York prefiere escribir de la felicidad, de cómo luchar contra la tristeza sin «prozac». «La tristeza normal forma parte de la vida. Sólo debería dejarse la medicación para los casos de depresión grave», acostumbra a decir. Las claves para conseguirlo son recetas sencillas que este psiquiatra ha desgranado en su último libro Secretos para ser feliz. Hablar sobre nuestros problemas, hacer ejercicio físico y, sobre todo, querer serlo. «La felicidad requiere entrenamiento, hay que trabajárselo como el deporte», ha escrito. Los beneficios son innumerables hasta para la propia salud. Recientemente en un encuentro con José Antonio Marina en Madrid ambos recordaban el gran potencial que esconde un pequeño gesto como la sonrisa. Sonreír fortalece el sistema inmunitario, fomenta los estados emocionales saludables y estimula las relaciones sociales, aseguraba Luis Rojas quien cree que la cultura de la sonrisa podría ser hoy un buen antídoto para una sociedad en tensión como la actual. El instinto de la felicidad, el querer ser feliz funciona en las situaciones más difíciles porque nacemos con esa necesidad de sentirnos bien. Sin embargo, Rojas Marcos también cree que la depresión es el peor veneno y el más frecuente. El que roba la esperanza en algún momento de su vida a un 12 por ciento de la población occidental, una situación para la que existen tratamientos y medicinas y por la que siempre hay que pedir ayuda.
Ciencia e Investigación Testigo directo del drama que supuso el 11-S, ahora prefiere escribir sobre cómo luchar contra la tristeza sin «prozac» Por NURIA RAMÍREZ DE CASTRO Jefa de Sociedad en ABC
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s nuestro psiquiatra más internacional, el hombre que ha tenido en sus manos la salud mental de Nueva York, la ciudad que se convirtió en su refugio y después transformó en su hogar. Luis Rojas Marcos (Sevilla 1943) era ese niño «malo» e hiperactivo que no conseguía encajar bien en ningún sitio. Al que le perseguían problemas y suspensos mientras luchaba por nivelar su autoestima. A medida que creció consiguió canalizar ese exceso de energía para estudiar más y pudo aprobar Medicina. Pero su vocación no parecía estar en curar los problemas de los órganos vitales. Tampoco quería resolver los problemas del alma de los demás. Si se decidió por Psiquiatría lo hizo porque quería entenderse a sí mismo. Así fue como Rojas Marcos o el «Dr. Marcos», como se le cono-
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ce al otro lado del Atlántico porque Rojas resulta impronunciable, acabó enseñando a los demás a conocerse y también a ser feliz. Nada más doctorarse, emigró a Nueva York en 1968. Allí descubrió una ciudad tolerante, donde no se tiene miedo a ir al psiquiatra. Fue responsable de los servicios de Salud Mental de la ciudad y dirigió durante siete años el Sistema de Sanidad y Hospitales Públicos de Nueva York, hasta que sucedió el 11-S. Rojas Marcos estaba al frente de la sanidad de la ciudad cuando se produjeron los ataques terroristas. Esa mañana estuvo a punto de morir aplastado bajo los escombros de las Torres Gemelas en dos ocasiones. Vio escenas estremecedoras de dolor masivo que durante meses siguió sintiendo en tantas víctimas. Su despacho estaba muy cerca de la Zona Cero y durante semanas olfateó la muerte física y humana. Después de aquello el psiquiatra se recetó «pasar página» y dejar el sistema sanitario de Nueva York. Algunos años más tarde lle-
Un pionero de gran humanismo Sus investigaciones a lo largo de cuatro décadas en el campo de la psiquiatría y sus contribuciones científicas han permitido aportar importantes avances en el tratamiento de las enfermedades mentales. Fue pionero en el estudio de los efectos de la barrera del lenguaje en la comunicación con estos pacientes y sus investigaciones permitieron poner en marcha en Nueva York el primer servicio médico móvil para atender a este tipo de enfermos que además no disponen de un hogar. De gran humanismo, el fallo destaca su papel como gestor. Entre 1995 y 2002 tuvo a su cargo en la capital neoyorquina a dieciséis hospitales y una extensa red de ambulatorios que dirigió «ejemplarmente». ERNESTO AGUDO
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Michael Duffy
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«Es entretenido meterse en la mente del artista» Restauración y Conservación El MoMA ofreció al conservador el mayor reto profesional que podía imaginar: restaurar «Las señoritas de Avignon», de Picasso Por MARÍA G. PICATOSTE Corresponsal en Nueva York
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ientras Michael Duffy estudiaba Historia del Arte se dio cuenta de que su curiosidad por la ciencia lo convertía en una rara avis. Esa atípica combinación de intereses le permitió descubrir fácilmente en la figura del conservador de arte un molde perfecto en el que comenzar a dar forma a su carrera profesional. Tras trabajar con importantes nombres del sector como la reconocida Margaret Watherston, Duffy recaló en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, una institución que le ofreció uno de sus mayores retos profesionales: restaurar Las señoritas de Avignon, de Picasso. —Cuando se incorporó al MoMA en 1993 coincidió con el momento en que el museo empezaba a plantearse la restauración de Las señoritas de Avignon. —La restauración de esta obra era algo que el museo llevaba considerando mucho tiem-
po. Obviamente si hubieran decidido hacerlo el mismo año que entré en el museo, nadie me hubiera asignado el proyecto porque cualquiera de mis colegas tenía mucha más experiencia. Sin embargo, en la década que tardaron en encontrar la ocasión para emprender esta restauración tuve oportunidad de trabajar en otras obras de Picasso como Pesca nocturna en Antibes, así que recabé cierta experiencia. —¿Por qué fue seleccionado para hacer el trabajo? —Mi jefe me preguntó si estaría interesado y por supuesto lo estaba. Para ser honesto, dio la coincidencia de que el museo estaba buscando en el restaurador un componente de relaciones públicas, ya que querían hacer llegar al público este trabajo de conservación a través de un blog y una web dedicada al tratamiento. Era una de las primeras veces que el museo hacía algo así. La idea era informar de todo lo que hacíamos y creyeron que yo podría desempeñar esa tarea. —¿Hasta qué punto está documentada esta restauración?
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CADA UNO TENEMOS UNA FORMA DE OBSERVAR UNA OBRA. COMO CONSERVADOR, TIENDO A FIJARME EN LOS ERRORES DE EJECUCIÓN»
Siempre con un enfoque innovador De excelencia académica y siempre con un enfoque innovador, el conservador del Museo de Arte Moderno de Nueva York ha sabido combinar en su justa medida la investigación tradicional más ortodoxa con las técnicas propias de cada artista que restaura, «uniendo ténica, ciencia y arte» en cada trabajo. Una de sus obras maestras, la intervención de «Las señoritas de Avignon», de Picasso.
—Hubo un gran escrutinio de nuestro trabajo. Aunque normalmente documentamos cualquier proceso de restauración, en este caso no solo cumplimos los estándares básicos. Entre otras cosas, decidimos hacer una radiografía completa de la obra, ya que hasta el momento solo se habían radiografiado detalles de las cabezas porque era una parte que Picasso había retocado. También hicimos un análisis científico de los tipos de pintura que Picasso utilizó, analizamos las diferentes capas de óleo y observamos las anteriores restauraciones. —¿Encontraron algo que no esperaban? —No en términos de la pintura y los materiales que Picasso utilizaba. Lo más interesante era la forma en la que aplicaba la pintura. Es único y supone un gran salto respecto a sus trabajos tempranos. Y eso era algo difícil de apreciar porque la pintura había sido barnizada, retocada y cubierta con cera, lo que neutralizaba su textura y oscurecía los tonos de la pintura. —Así que parte del trabajo fue desandar los pasos de anteriores conservadores. —Sí. Es cierto que los retoques anteriores no eran muy extensivos, pero en algunos casos cubrían la pintura original y no encajaban. Eliminamos aquello que estaba claro que habían sido restauraciones y no un retoque del propio Picasso.
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—Cuando trabaja en restauraciones de tal envergadura, el mundo del arte al completo tiene sus ojos fijos en usted. ¿Trabaja bien bajo presión? —Al final la mayor presión que tenemos es la de la fecha de entrega de la obra, que normalmente coincide con la de la inauguración de una exposición. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones la conocemos, así que no tenemos tanta presión como para forzarnos a ir con prisa. —¿Podría darse que con algún paso de la restauración en vez de progresar, pudieran dañar la obra? —Hay que entender que absolutamente todo lo que hacemos es reversible. Cualquier añadido que hacemos tiene que poder ser retirado sin dañar la obra. Cuando pensamos en trabajar en un óleo de Picasso que tiene 100 años de antigüedad, la ventaja es que sabemos que la pintura es robusta porque Picasso utilizaba muy buenos materiales, así que los riesgos son menores. Sin embargo, para obras contemporáneas hechas con, por ejemplo, acrílicos, hay algunos riesgos. Por eso trabajamos con un equipo de científicos para preparar fórmulas específicas para cada nuevo material. —El trabajo de restauración está dividido entre la química y el arte. ¿Cómo equilibra usted estos dos aspectos? —Como estás entrenado en ambas disciplinas siempre tienes en mente los requisitos y necesidades de ambos. Es como coordinar dos cerebros que trabajen simultáneamente como si fueran uno. Otro requisito es meterse en la mente del artista. Para mí esa es una de las partes más entretenidas. Si el artista estuviera vivo, lo hubiéramos entrevistado e invitado a ver el trabajo y asesorarnos. —Aunque trabaje restaurando obras de arte moderno, usted es el conservador principal de artistas contemporáneos como Chuck Close y Jasper Johns. —Lo que suele suceder es que me encargo de obras de artistas modernos como Picasso o Magritte cuando vamos a preparar una exposición. Pero también me interesan los artistas contemporáneos porque parte de mi labor reside en entrevistarles y trabajar mano a mano con ellos. —En estos casos, su trabajo va mucho más allá que el de conservar su arte. —Es fascinante porque te permite ver la obra a través de los ojos del artista. Cada uno tenemos una forma personal de mirar una obra. Como conservador, quizá yo tiendo más a fijarme en los errores de ejecución. Pero en el caso del artista esas no tienen por qué ser sus mayores preocupaciones, así que cuando miras una obra junto a ellos empiezas a entender sus prioridades, sus deseos de conservación. Y una vez que esta información está registrada, ayudará a futuros conservadores a mantener la integridad de la obra. —¿Asesora a estos artistas sobre los materiales que usar para ralentizar su deterioro? —Tendemos a promover el uso de materiales archivísticos que son más duraderos. En ocasiones podemos sugerir al artista qué materiales son mejores o recomendarle formas para hacer que materiales perecederos puedan ser fácilmente conservables. No nos gusta inmiscuirnos, pero una vez que hay un diálogo con los artistas es más fácil hacer sugerencias.
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Rosandich, un gran valedor del olimpismo Deportes Vinculado durante diez años a los Juegos, ha sido una de las figuras más destacadas, a nivel mundial, en el ámbito del entrenamiento
rante un tiempo como director de atletismo de la universidad, como en todos aquellos países donde ha trabajado –llevó el Cuerpo de la Paz a Indonesia convirtiéndolo en Cuerpo del Deporte–, se ha dedicado con pasión a impulsar diversos programas para mejorar el entrenamiento deportivo. Consciente de la necesidad de inculcar el espíritu del deporte desde muy temprana edad en el ámbito educativo, pero también con el fin de reciclar a los profesionales del deporte, fundó en 1966 la Villa del Deporte Olímpico en el norte de Wisconsin. Seis años más tarde, en 1972, creó la Academia del Deporte de Estados Unidos, considerada la «Universidad Americana del Deporte», hasta la fecha la escuela de formación en su ámbito con mayor número de graduados en el mundo. Ofrece programas de grado, máster y doctorados reconocidos en diferentes países. Su papel central en la fundación de los Juegos del Sudeste Asiático en la década de los sesenta y su experiencia en diez Juegos Olímpicos –desde 1956 hasta 1996, que ejerció como presidente del equipo estadounidense de balonmano en Atlanta–, le han convertido, con permiso del español Juan Antonio Samaranch, en uno de los principales valedores del olimpismo, una filosofía de vida que pone el deporte y sus valores de excelencia, trabajo, esfuerzo y superación al servicio del desarrollo del hombre y la sociedad. Como testigo de esos valores a lo largo de la historia de un país que ha roto registros olímpicos década tras década, fundó en 1984 en el propio campus de la Academia el Museo Americano del Deporte. El centro dispone actualmente de la colección más grande de arte que existe en este ámbito, con más de 1.700 obras, una gran parte correspondiente a la cartelería que ha ido acompañando a los Juegos Olímpicos. Hoy, a las más altas condecoraciones concedidas por el Comité Olímpico Internacional y el Comité Olímpico de Estados Unidos, suma el Premio Gabarrón del Deporte «por su continua dedicación y su contribución a la creación de varias generaciones de deportistas, educadores y gestores deportivos en los cinco continentes».
Por HENAR DÍAZ Valladolid
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esde que se graduara en la Universidad de Wisconsin-La Crosse, hace ya casi 60 años, la vida de Thomas P. Rosandich ha estado íntimamente ligada al deporte, difundiendo sus valores allí donde ha ejercido su labor, primero como entrenador de atletismo tras ingresar en el cuerpo de la Marina de las Fuerzas Armadas estadounidenses, y décadas más tarde, como seleccionador nacional de varios países del Sudeste Asiático y de Oriente Medio para los Juegos Olímpicos, en los que participó de forma muy activa desde 1956 en Melbourne hasta 1984, en Los Ángeles. Nativo de Sheboygan Falls, una pequeña localidad de apenas 7.000 habitantes en el condado de Wisconsin, a donde llegaron un día sus padres tras abandonar su Croacia natal, tanto en su tierra, donde ejerció du-
Más allá de la élite La retirada de primera línea del deportista profesional suele ser complicada. El fallo del jurado destaca el «fundamental papel» que Thomas P. Rosandich ha jugado en la segunda etapa de estos deportistas de élite, ofreciendo una educación superior que ha permitido formar a miles de deportistas seguir integrados en este mundo. ABC
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¡Viva El Diario La Prensa! En el océano impreso inglés asoma esta isla hispana valiente que lleva un siglo publicando noticias de todo el país y de Iberoamérica Por INOCENCIO ARIAS Diplomático
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a población hispana de Estados Unidos está llena de paradojas. No es la menor que, siendo desde hace una década la minoría claramente más numerosa del país –superó claramente a la de color o afroamericana, como se dice allí para evitar la palabra «negro»– tiene una influencia relativamente reducida en relación a su número. Si la comparamos con la minoría judía, integrada por unos siete u ocho millones, su peso sería ridículo.
La segunda nota llamativa es el baile de cifras. Por llamar la atención sobre la existencia de inmigrantes no legalizados, más de once millones en su mayoría hispanos –según cálculos hechos un poco a ojo–, por la lógica avidez que tiene los alcaldes en poner gentes en el censo, ya que eso significa más ayuda federal, y por el comprensible orgullo de muchos hispanos en decir «aquí estamos nosotros para quedarnos», las cifras son con frecuencia hinchadas. La última afirmación que circula con alegría es la de que los hispanos en Es-
El periódico que toma el pulso a la actualidad neoyorquina «en español» A lo largo de sus más de cien años de historia, el diario estadounidense decano de los medios en español ha sido testigo del paulatino avance del impacto latino en la vida cultural, social y política de la «Gran Manzana», y por extensión, en todo el país. Pegado a la urgente actualidad del día a día, ha contribuido al entendimiento inter-americano desde esta particular ventana al mundo. El fallo del jurado, además, liga los más recientes éxitos del diario a su editora desde 1999, Rossana Rosado, una de las primeras en apostar por la renovación «consciente de que la epopeya hispana requiere de los mejores reporteros para que no se olvide».
Sobre estas líneas, la editora Rossana Rosado
tados Unidos son la segunda nación hispano parlante del mundo. No parece correcto, hoy por hoy los hispanos no sobrepasan los 45 millones de España, pero deben estar muy cerca y nos rebasarán en un futuro muy próximo. No sólo por su mayor fertilidad en relación a las otras minorías, sino porque si Obama consigue su propósito y se inicia la legalización de los irregulares, aunque el proceso legislativo y la implementación han de ser forzosamente lentos, el salto va a ser enorme. Esperemos que los legisladores estadounidenses se percaten de que, como dijo el propio Obama, «aquí, si uno no es un indio aborigen, todos tenemos bastante de emigrantes». Sería interesante saber cuántos en esa cantidad actual, ya ingente, ¿36, 38, 40 millones?, de gente de nuestra familia se sienten hispanos. Cuántos de los llegados hace sesenta años han olvidado sus raíces y cuántos nietos de aquellos no las han encontrado. El número de hispanos, a pesar de las restas, sigue siendo impresionante. En contra de lo que se cree, los hispanos estudian. Un 62 por ciento de los mayores de 25 años ha terminado «High School» (Bachillerato). Y casi un 14 por ciento ha hecho estudios universitarios. Estos porcentajes pueden ser inferiores a los de otras minorías, la coreana, la judía, pero no son despreciables. De aquí deduzco, otra gran paradoja, que la minoría hispana puede ver, y ve, televisión hispana pero consume poca letra impresa en español. Reducida venta de libros en español y pocas publicaciones, además de magra tirada, en nuestra lengua. Aquí, en el océano impreso inglés, asoma la isla hispana valiente, animosa, de calidad de El Diario-La Prensa. Lleva un siglo trayendo a los hispanos no sólo las noticias de Nueva York, donde nació y vive, sino las de todo el país, las relevantes que afectan a la comunidad hispana y las referentes a Iberoamérica. Lo ha hecho con tenacidad en épocas de bonanza y de escasez, ofreciendo a la gente de nuestra etnia, en nuestra lengua, sin desfallecer en momentos en que los consumidores no acudían, un alimento noticioso nutritivo.
Con hitos de todo tipo Tiene hitos de todo tipo, insólitos como ser quizás la primera publicación de Estados Unidos editada por mujeres (1942), hasta luctuosos, su editor Unanue fue asesinado por razones político-periodísticas, pasando por los festivos, La Prensa jugó su papel en la propagación del día de «La raza», una conmemoración, la de la llegada de Colón, que los italianos sibilinamente nos venían hurtando. Todo esto lo ha hecho el diario, y su edición digital www.eldiario.ny.com, de útil consulta para el quien quiera seguir los avatares de la comunidad hispana en el Imperio yanqui, desde hace la friolera de 100 años. El periódico galardonado se une a premiados tan meritorios como Ernesto Zedillo, Belisario Betancour, Michelle Bachelet… Enhorabuena por un justo reconocimiento.
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Cristóbal Gabarrón Pintor y escultor
El artista en su taller de Valladolid, trabajando en una de sus obras F. HERAS
«Un país inculto es costosísimo» Convencido de la necesidad de la educación para ser «más libres y tolerantes», el artista cree que la regeneración llegará cuando la sociedad se preocupe más por lo colectivo que lo individual HENAR DÍAZ VALLADOLID
—Una edición más, la Fundación Gabarrón vuelve a premiar a personalidades que encarnan excelentes valores del mundo de las ciencias, la economía, las artes y el pensamiento. ¿Son ejemplo de que una mejor humanidad es posible? —Siempre hay que intentar hacer lo que uno cree. Pienso que la sociedad tiene que perseguir ser lo más justa, equilibrada y solidaria posible. La Fundación intenta con estos premios aportar su «granito de arena» mostrando todos esos valores con los que nos podría ir un poco mejor ante ese objetivo de regenerarnos y dulcificar la sociedad. —En esa necesaria regeneración, ¿qué papel considera que debe jugar el arte? —El arte es un fragmento de la cultura y ésta es la consecuencia necesaria de la educación. La atención y los medios necesarios para que esta cadena se ponga en marcha deberían ser prioridad en la sociedad y en las políticas de los gobiernos. La educación, la cultura y el arte nos hacen más libres, menos manipulables, más tolerantes, más ciudadanos, más soñadores y, a la vez, más analíticamente realistas. —Desde fuera, ¿le ha dolido ver a España tan «tocada» por una crisis que trascendía lo puramente económico? —La imagen social de España ha salido mal parada y desprestigiada, no por la crisis que están sufriendo todos los países del mundo en este momento, sino por la incapaci-
dad social para dar respuesta y plantar cara a la adversidad. Hemos pasado de ser un «pueblo increíble» a ser una sociedad incapaz de reconocer los errores y tozuda por mantenerlos. —¿Y de qué manera la cultura puede contribuir a dar la vuelta a esa imagen? —Es un recurso con el que aportar numerosos remedios a nuestra actual situación, aunque muchos colectivos políticos crean que es un problema. Nuestra cultura, una de las más ricas del mundo en términos de «Nuestra bienes culturales y patrimoniales, cultura tiene el entre otros, es capaz de mover el turismo, la gastronomía, el disepoder suficiente ño, el espectáculo... con el poder para generar suficiente para generar a su alindustrias que rededor un sinfín de industrias representen para colaterales que representen para España tanto como los España tanto como los ingresos ingresos del petróleo del petróleo para Arabia Saudí. para Arabia —Sin embargo, el sector cultural ha sido uno de los más damniSaudí» ficados de las medidas para la recuperación. —Casi de manera general nuestros representantes políticos no solo ningunean la cultura, sino que su sensibilidad les hace ignorar lo que desconocen, no profundizando en la forma adecuada en que debieran de tratarla y cayendo, entre otras cosas, en la incapacidad de crear una ley de mecenazgo. Por el contrario, se posicionan a favor de los recortes en todos los sectores culturales y educativos, llegando incluso hasta el campo de la investigación. Como otros grandes
pensadores, defiendo la teoría de que un país inculto es un pueblo ignorante, improductivo y costosísimo. El tratamiento con el IVA es un buen ejemplo, porque lastra sin disculpas el desarrollo de la cultura, y la infinidad de sectores y espacios que puede abarcar. —Haciendo alusión a la escenografía de la gala, ¿Cómo enderezar el rumbo? — Tengo mis dudas. A veces pienso que nuestra sociedad ni es tan culta, ni tan solidaria, ni comprometida. Si esto fuera así, no tendríamos estos males. La obra que he realizado se llama El mundo al revés y refleja una de mis contradicciones. Su base argumental está precisamente en la involución, en el legado a nuestros hijos de un mundo que cruje por la intolerancia, la insolidaridad y por la malversación de los valores anteriores a favor del consumo y la premisa de que «todo vale». La obra de este año quiere poner el objetivo en tantos gritos de desesperación de muchísima gente que ha perdido la confianza en la política y en la sociedad como conjunto y ve que su desgracia se va nutriendo con la falta de credibilidad de las instituciones y por las ataduras cada vez mas tirantes de la sociedad civil. —Hablando de relevo generacional... España tiene a los jóvenes más preparados de la historia reciente y, sin embargo, se teme que ya sea una generación perdida. —Evidentemente ya hay una generación perdida. Hemos engañado a nuestros jóvenes en el espíritu del contrato que les aseguraba tener una vida a desarrollar si estudiaban, se esforzaban y sacrificaban. Ellos son las víctimas de este mundo caótico, insolidario y sin esperanza. La solución se basa en la catarsis social. En empezar a decirnos la verdad, a recuperar los valores y aplicarlos, a preocuparnos de lo colectivo y no de lo individual…, pero esto llevará mucho tiempo.
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Puente entre hemisferios
dor murciano con la memoria, íntima y colectiva, personal e histórica. Y es que ya el Su Majestad Rey de España, con motivo del mural que Gabarrón creó para la Exposición Universal de 1992, subrayaba su empeño por «asumir las raíces de la humanidad, rescatar las huellas de la historia y alumbrar un futuro en paz y concordia».
Una escultura de Gabarrón recordará en Miami los 500 años de la llegada a Florida de Ponce de León. Una muestra exhibe los trabajos preparatorios del proyecto
Asomado al Atlántico
D. C. L. Valladolid
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el 15 de noviembre al 25 de enero, el Koubek Center del Miami Dade College de Florida, presenta la exposición Encuentro de dos hemisferios (Encounter of two hemispheres) del artista Cristóbal Gabarrón. Organizada por la Fundación España-Florida 500 Años y la Fundación Gabarrón, muestra bocetos y maquetas escultóricas realizados en los últimos dos años, que son trabajos preparatorios para su proyecto de creación de una escultura monumental para la ciudad de Miami. Una obra icónica, que celebrará los
cinco siglos desde la llegada a la Florida de Juan Ponce de León. De esta forma, las huellas de la historia, desconocidas para buena parte del público norteamericano, son restauradas, mientras la población hispana trabaja para enriquecer el conocimiento del pasado común. Encuentro de dos hemisferios se compone de diez esculturas únicas, tres bocetos en papel, tres pinturas en lienzo de gran formato, un mural en lienzo de siete metros y un vídeo con una selección de dibujos y fotomontajes de la obra conmemorativa, homenaje al vínculo entre Florida y España, Hispanoamérica y Estados Unidos. Un proyecto alumbrado por el diálogo del crea-
Fotomontaje de la escultura icónica de Gabarrón propuesta para Miami
EMILIO C. SÁNCHEZ
LA OBLIGADA MIRADA A AMÉRICA
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orprende el cierto desdén con que en España todavía se mira a América. Quizás fruto del desconocimiento histórico o de la falta de interés por conocer la importancia de la dimensión americana de España. Sin la presencia en América desde hace más de 500 años, España hubiera sido otro país. Su influencia en Europa y en el resto del mundo habría sido bien diferente. Qué decir del peso cultural, y como consecuencia económico y comercial, de un idioma hablado por más de 400 millones de perso-
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nas. Un idioma que refuerza todavía más el legado hispano en un país clave: Estados Unidos. Por todo ello es obligado que España vuelva de manera consistente su mirada a América. Se está haciendo, aunque pareciera que hoy es más fruto de las penurias económicas del momento que de una convicción profunda. Pero nunca es tarde y no se debe perder la oportunidad que representa el V Centenario de Florida. Con Juan Ponce de León, nacido en Santervás de Campos (Valladolid), comenzó en 1513 la exploración
Uno de los trabajos que pueden verse en la muestra
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Cristóbal Gabarrón ha trabajado siempre asomado al Atlántico. Trotamundos reacio a cualquier pasaporte, y no sólo por sus experiencias biográficas (con prolongadas estancias a orillas del Hudson), o pictóricas (repleto el zurrón de un crisol de influencias), sino por la propia naturaleza de sus creaciones, ejerce casi sin pretenderlo como glorioso inconformista. Así como el mural de la Expo 92 dio pie a más de doscientos bocetos originales en papel, lienzo y tabla, la escultura para Miami ha generado ya centenares de obras relacionadas, incluídos varias dípticos, trípticos, cuadrípticos y obra mural. Entre los asuntos tratados por Gabarrón en estas obras se encuentra la figura de Juan Ponce de León. También la búsqueda de las Siete Ciudades Perdidas de Cíbola; la mezcla de miedo y júbilo cuando avistaron aquella naturaleza feraz y salvaje; el pasmo ante una fauna tropical cuya variedad cromática desafiaba todo lo conocido en Europa. Gabarrón, en definitiva, toma la arcilla mítica, los mimbres de las crónicas de Indias, los sueños excesivos y grandiosos de unos marinos que vivieron entre la exploración cartográfica y las fiebres de la leyenda. Luego todo lo mezcla y agita. Entona así la canción de una Miami que proyecta en el océano un pasado grandioso y un presente envidiable. Eso es su escultura a Ponce de León, y eso rezuma este Encuentro de dos hemisferios.
continuada de lo que luego seria Estados Unidos. Ponce de León, entonces gobernador de Puerto Rico, dio el nombre de Florida a un territorio repleto de una fauna exuberante, pero también inhóspito por los pantanos y las complicadas condiciones para asentarse. La figura de Ponce de León ha quedado unida en la historia al mito de la fuente de la eternal juventud. Para nada Ponce de León exploró Florida buscando esa fuente mítica. Lo que tuvo verdadera trascendencia fue que descubriese la llamada corriente del golfo que modificó para siempre la ruta de navegación entre Europa y América. Para ensalzar la importancia de Ponce de León en la historia de Estados Unidos, la Fundación España-Florida 500 años ha constituido el Premio Ponce de León que será entregado por Sus Altezas Reales los Príncipes de Asturias el próxi-
mo dia 18 de noviembre en Miami. El premio recaerá en una personalidad que ha destacado por la defensa de los valores culturales y educativos de la herencia hispana en Estados Unidos. El reconocido escultor y pintor Cristobal Gabarrón ha creado la escultura de Ponce de León que será entregada por los Príncipes Don Felipe y Doña Letizia. Una escultura concebida por Gabarrón, que junto a otras obras conmemorativas suyas del V Centenario, se exhibirá en la exposición del Centro Koubek de Miami, para realzar un Premio cargado de simbolismo para que España mantenga vivo el interés por América y Estados Unidos. Para que la conmemoración del V Centenario de Florida nos empuje a conocer y amar más a América. * EMILIO C. SÁNCHEZ PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN ESPAÑA-FLORIDA 500 AÑOS
Especial Premios Gabarrón
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Tercera década: nuevo eje Asia-Pacífico Nuevas exposiciones en la región emergente Cristóbal Gabarrón dará en 2014 el salto definitivo al continente asiático con dos muestras públicas en Hong Kong y Shanghái D. C. L. Valladolid
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a Fundación Gabarrón, que nació en España y a los diez años de vida trazó su primer eje, abriendo sede en el «Carriage House Center for the Arts» de Manhattan, Nueva York, alcanza la madurez global al rebasar las dos décadas de vida con la aparición de un segundo eje complementario. Conectada a la región emergente de Asia/Pacífico, establecerá los primeros puentes a través de dos exposiciones proyectadas para 2014. Podemos decir que la institución que recibe el nombre del artista de origen murciano hace el movimiento contrario de esos creadores retirados a su cueva, y presenta dos exposiciones que conectan con la oceanografía mental y global de un siglo XXI que en Oriente ha visto nacer un continente hambriento de prosperidad. Siguiendo la ruta inversa de la seda, la Fundación se acerca hasta esa cuna de mercados para multiplicar sus posibilidades y proyectos. La primera gran exposición tendrá lugar en Hong Kong y será de carácter público, marcando nada menos que la apertura del Nuevo Año Chino. Hasta el icónico Star Avenue viajarán una docena de esculturas de la serie Las Torres de la Alhambra de Cristóbal Gabarrón. De febrero a mayo, las obras saludarán a millones de visitantes locales y turistas, y compartirán agenda con el resto de eventos culturales de la ciudad, clausurándose poco después del cierre de la feria de arte más importante de Asia, Art Basel HK y sus satélites. Las aguas turquesas que reflejan los grandes ras-
Una de las obras de la serie Los Silencios de Colón. Debajo, una maqueta del proyecto de Shanghái
cacielos y los museos con forma de puñal o cohete beberán de las geometrías arabigoandaluzas, precolombinas, cubistas y abstractas del artista. Un Gabarrón plenamente volcado a su mandato de universalidad, ciudadano del mundo que toma la inspiración de una máscara africana, un brochazo impresionista en la pared del metro o una vieja historia de conquistadores para hacer otra cosa, líneas muy puras asomadas a Hong Kong, urbe biofronte entre el capitalismo y el comunismo, la herencia colonial europea y la riquísima tradición cultural china. La segunda exposición, con motivo de la Bienal de Escultura de Shanghái, la «JISP», también será de arte público y constará de diez esculturas del artista. Su inauguración coincidirá con la apertura del nuevo museo
de Shanghái, el Natural History Museum, en cuya plaza, doscientos treinta metros cuadrados al servicio del arte, se emplazarán las imponentes obras del artista español. Hay que detenerse a contemplar como los colores y formas de la serie Los Silencios de Colón se complementan con la riqueza arquitectónica, la naturaleza y el paisaje de una ciudad a la vanguardia mundial del arte y el dinero, Atenas de ojos rasgados desde la que China irradia su imparable ascenso.
Arte global Ambas exposiciones marcan una nueva etapa de la institución. Si la economía y la información son globales, «tenemos que esforzarnos porque el arte también lo sea», detalla el director de la Fundación Gabarrón en Nueva York, Juan Gabarrón, quien recuerda que uno de los fines de la institución, «con sus centros y alianzas por todo el mundo», es trabajar «para que este flujo cultural se extienda de forma efectiva por los distintos continentes, acercándonos a cuantas personas están interesadas en el arte». «Acaso seamos unos ilusos, pero creemos que no existe otro camino hacia la fraternidad universal que reclamaban los ilustrados que el del conocimiento, sea este científico o artístico», añade. Este flujo cultural global, –sentido Asia-AméricaEuropa–, ya se ha iniciado este año introduciendo tres exposiciones de arte asiático en Nueva York; y la última, Sobin Park, llegará a su centro de Barcelona a partir del 25 de noviembre. Dice el lema fundamental de la Fundación que hay que crear conciencia a través de las artes, o sea, educar mediante el lenguaje común, políglota, de la creación. Ahora, con su salto definitivo hacia Asia, hace honor a este objetivo. En este sentido, Juan Gabarrón recuerda algo esencial: «Los artistas plasman las incertidumbres y anhelos de sus sociedades, pero luego son los espectadores quienes pueden y deben descodificar las obras según su particular idiosincrasia». «De ese diálogo siempre fecundo», apunta, «nace una corriente mundial que habla a todos los seres humanos, haciendo de la cultura «una herramienta global. Nunca un monólogo plano o unánime», y añade: «Sólo así, apoyada en la cultura, puede aspirar a ser vehículo de la razón y semillero de riqueza».
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Arte para defender los derechos humanos La Fundación se suma a la celebración del 70 aniversario de la ONU con una exposición colectiva de fotografía y cartelería en su sede neoyorquina D. C. L. Valladolid
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Sede de la Fundación Gabarrón en Mula
Casa Pintada: un espacio para la savia nueva La Fundación Casa Pintada-Museo Cristóbal Gabarrón de Mula (Murcia) se ubica en una antigua casa palaciega construida en el siglo XVIII, situada en el centro histórico de la localidad. El acuerdo unánime del pleno municipal, el artista y su familia, hizo posible la constitución de la Fundación Casa Pintada y de la instalación en su sede actual, dotando a la localidad de un espacio cultural destinado a dar forma a la filosofía humanista del artista. Entre sus fines tiene los de difundir, exhibir e investigar, la obra y personalidad del artista muleño. La colección permanente, cedida por el creador y que el museo alberga en sus salas principales, constituye una visita obligada para todas aquellas personas que deseen conocer más sobre la dilatada trayectoria creativa del artista. La reciente puesta en marcha de la Cátedra Cristóbal Gabarrón de la Universidad de Murcia, a cuyo frente se ha situado el profesor Miguel Ángel Hernández Navarro, contribuirá a incrementar el ámbito docente e investigador de la Fundación. El fomento de la creatividad desde los más jóvenes constituye otro de los elementos vertebradores con el programa Pinacoteca Infantil Reina Sofía, así como la convocatoria anual de arte emergente, destinada a artistas menores de 35 años.
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n 2015 la ONU celebra su 70 aniversario. Para conmemorarlo, la Fundación Gabarrón, en colaboración con Naciones Unidas y la Biblioteca y Museo Presidenciales Franklin D. Roosevelt, presentó el 29 de octubre en su sede de Nueva York la exposición Unearth. Comisariada por Chaim Litewski, Renata Morteo, Antonio Silva, Mark Garten y Ziad Al-Kadri, e inaugurada por Peter Launsky-Tieffenthal, subsecretario general de Naciones Unidas. Junto a él, periodistas, intelectuales, diplomáticos, artistas y otros representantes del mundo cultural, económico y político estadounidense. Durante estos dos meses se realizará un encuentro con el secretario general, Ban Ki-moon y todos los embajadores de la ONU, cuatro debates en cada uno de los pilares de la ONU, así como un ciclo de películas históricas, conciertos y audiciones originales. Tras su clausura en Nueva York, el 27 de diciembre, Unearth viajará por diferentes museos y centros de arte de todo el mundo. A través de un exquisito catálogo de fotografías, archivos y documentos, la exposición traza la historia de Naciones Unidas, los grandes proyectos y actividades de la institución, la defensa de los derechos humanos, la ayuda al desarrollo de las naciones, la prestación de ayuda humanitaria y el fomento de la paz y la seguridad. Para lograrlo, muestra imágenes tomadas en Ruan-
da, los Balcanes, Sudán, China, Buenos Aires o el Congo; los procesos de descolonización, los programas de intervención durante las grandes catástrofes humanitarias, las campañas en favor de los derechos humanos y la igualdad o la Sudáfrica del Apartheid recorren como un grito las paredes de la exposición. Unearth, de paso, muestra los carteles realizados para la Organización de Naciones Unidas por pintores tan reconocidos como Victor Vasarely, Robert Rauschenberg, Joan Miró, Jean-Micheal Folon, Hans Erni, Marc Chagall, Keith Haring, Oswaldo Guayasamin o el propio Cristóbal Gabarrón, y diseñadores de la talla de de Jan Arnesen, Matías Delfino, José Castiñeira, Ziad AlKadri, Allan Murkman, Tadahiko Ogawa, Ricardo Ernesto Jaime de Freitas, Armando Milani, Martin Samaan, Coco Masuda, Ole Hammann o Michel Granger. Y nada más coherente que celebrar Unearth en la Fundación Gabarrón, pues Cristóbal Gabarrón ha trabajado con Naciones Unidas de forma brillante a lo largo de tres décadas. En 1986 fue designado por la Federación Mundial de Asociaciones de las Naciones Unidas para celebrar el Año Internacional de la Paz con su obra Nuestra esperanza para la paz. Posteriormente, en 1999, fue comisionado por Naciones Unidas para elaborar el cartel de la Campaña del Milenio. Aquella obra, Amanecer en el Nuevo Milenio, integrada en el proyecto GabarrónMillenium, crecería hasta inspirar la Capilla del Milenio, en Medina del Campo.
La muestra, abierta hasta el 27 de diciembre, girará por todo el mundo
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Cuando la excelencia se transforma en leyenda.
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