Entrevista a
Esperanza Bosch nero y la máxima expresión de la desigualdad entre mujeres y hombres. Tiene que ver con el abuso de poder de quien ha sido educado y socializado en el seno de una sociedad patriarcal, con la creencia de que por nacer varón se es superior y que puede ejercer esta supuesta superioridad mediante el recurso a la violencia. ¿Es lo mismo violencia de género, violencia machista o violencia doméstica? Existe una cierta confusión en cuanto a la denominación, pero podríamos decir que violencia de género y violencia machista se refieren a lo mismo, mientras que violencia doméstica es una definición que está en desuso, ya que hace referencia a un ámbito muy restringido. Dado que seguimos viviendo en una sociedad donde parece que predomina una ideología sexista, ¿cuál le parece que es la causa principal? y ¿cómo le parece que sería la mejor manera de combatir esta ideología? Como ya he dicho antes, vivimos en una sociedad patriarcal que alienta el pensamiento misógino y, por tanto, la cosificación y desprecio hacia las mujeres.
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oy Doctora en Psicología y Profesora titular de Psicología Básica en la UIB. Dirijo un grupo de investigación sobre estudios de género desde hace ya bastantes años. Nuestras investigaciones se centran, especialmente, en la construcción del pensamiento misógino y en la violencia de género. Soy feminista porque creo, profundamente, en los derechos humanos y porque creo que el feminismo ha proporcionado, y sigue haciéndolo, fortaleza y pilares sólidos a la construcción de una auténtica democracia.
En mi opinión, solo existe una manera de combatir el sexismo y a la vez trabajar por los valores de igualdad y justicia: la educación, tanto la reglada, es decir la que se da en los centros educativos, como todos aquellos ámbitos que participan activamente en la socialización de las personas. Nuestra sociedad actual sigue siendo muy sexista a pesar de que existan leyes a favor de la igualdad. Pero debemos tener presente que es mas fácil hacer una ley que cambiar mentalidades, por lo tanto, queda mucho trabajo por delante.
Para empezar, podría decirnos, por si hubiera alguien que lo desconociera, ¿qué debemos entender por violencia contra las mujeres?
Desde que apareció la Ley orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, empezaron a crearse recursos y apoyos a víctimas y campañas de prevención, pero los datos reflejan que sigue siendo una lacra. ¿Qué es lo que le parece que ha fallado para que sigan cometiéndose tantas agresiones contra las mujeres?
Es aquella violencia que se ejerce contra las mújeres por el hecho de serlo. Es, por tanto, una violencia estructural, basada en el gé-
Bueno, no creo que sea la ley la que haya fallado. Es verdad que es una ley muy ambi-
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Vivimos en una sociedad patriarcal que alienta el pensamiento misógino y, por tanto, la cosificación y desprecio hacia las mujeres ciosa, que para desarrollarse plenamente requiere tiempo y muchos recursos y que, desgraciadamente, ahora menos que nunca, parece que no se podrá disponer de ellos. Pero en mi opinión, es una buena ley aunque, como todo en esta vida, mejorable. Debemos entender que la violencia de género es un fenómeno muy complejo, muy enraizado en una cultura machista y para combatirlo, hay que actuar en muchos frentes y, muy especialmente, tiene que haber un auténtico compromiso político. Me preocupa mucho que con los recortes actuales y las graves dificultades económicas asistamos a un repunte de este tipo de violencia y que muchas mujeres, por carecer de recursos, no puedan separarse de sus parejas agresoras, con todo lo que ello significa. Según los datos presentados por el Observatorio contra la Violencia de Género, los Juzgados de Violencia sobre la Mujer han instruido, desde su puesta en marcha en el 2005 hasta junio del presente años, un total de 963.471 delitos y las estadísticas no hacen más que crecer. ¿Hacia dónde tienen que ir dirigidas las políticas de prevención de la violencia? Ante todo recordar que el aumento de denuncias tiene una lectura en positivo y es que son más las mujeres que se atreven a dar el paso, hacer pública su situación y pedir ayuda. Aunque no podemos ignorar que también
puedan existir repuntes. Como ya he comentado, la violencia contra las mujeres es la máxima expresión de la desigualdad entre sexos. Por tanto, si existe realmente la voluntad de actuar contra ella, es imprescindible poner en marcha las políticas de igualdad y programas educativos en todos los niveles formativos, desde la educación infantil hasta la universitaria, y ofrecer una formación completa a profesionales que tengan contacto con esta problemática. En definitiva, la educación es el camino. Yo diría el único posible para prevenir este tipo de violencia y, desgraciadamente, parece que con la crisis todo esto se ha olvidado. La Ley orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, parece que tampoco ha permitido conseguir lo que se proponía. ¿Cuál le parece que es la causa? En justicia tenemos que reconocer que esta ley ha tenido un recorrido muy corto, que apenas se pudo poner en marcha y que con la crisis y los cambios de gobierno, aunque sigue vigente, parece que nadie se acuerda de ella. Yo creo que deberíamos recordar a nuestros gobernantes que las leyes están para cumplirlas y que en épocas dificiles como las que estamos viviendo, invertir en igualdad es invertir en futuro y en progreso.
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A partir de lo que nos acaba de exponer y trasladándonos a nuestra comunidad autónoma, ¿cómo le parece que se han desarrollado las políticas de prevención de la violencia de género? Bueno, en las legislaturas pasadas creo que se empezaron a poner en marcha programas y actividades muy interesantes, pero actualmente el panorama ha cambiado mucho para peor. Incluso L’ Institut Balear de la Dona, que debería ser el organismo encargado de abanderar todas estas politicas y estar más activo que nunca porque la situación lo requiere, está desaparecido en combate, invisible e inactivo y a mi esto me parece muy grave. ¿Qué considera que se debería hacer para mejorar la actual situación? Pues ante todo, creer firmemente en ello. Sin voluntad política no se pueden producir los cambios necesarios, al menos no a la velocidad requerida. No podemos dejar de proteger a las mujeres víctimas porque se estaría dando un mensaje muy peligroso a los posibles maltratadores. Hay que priorizar los recursos existentes a pesar de la crisis económica. No nos podemos jugar vidas humanas, ni nos podemos saltar los derechos de ciudadanía de todas las mujeres que están viviendo atemorizadas por alguien que dice que las ama y que, en realidad, solo quiere dominarlas. Hay que invertir en educación y en igualdad. Hay que tomárselo muy en serio y, créame, observo con mucha preocupación que esto no es así.
Solo existe una manera de combatir el sexismo y a la vez trabajar por los valores de igualdad y justicia: la educación muy alertas y como psicólogas y psicólogos denunciar estos procesos de involución que afectan a la vida y a las legitimas expectativas de tantas y tantas mujeres.
y todos los mitos adheridos a ellos. Trabajar activamente para su empoderamiento. En fin, es un trabajo muy exhaustivo pero a la vez muy apasionante y gratificante.
¿Y con las mujeres víctimas de la violencia? Ante todo, asegurarles comprensión, atención y protección a ellas y a sus hijos e hijas, eliminando la falsa creencia que son ciudadanas de segunda categoría.
Por último, me gustaría preguntarle su opinión sobre qué tipo de intervención se debe llevar a cabo con esas víctimas silenciosas que suelen ser los/as hijos/as de las mujeres que sufren violencia.
En mi opinión, la intervención con estas personas debe ser muy especializada y llevada a cabo por profesionales con una sólida formación en este tipo de situaciones. Debemos ayudar a las mujeres que sufren esta violencia a entender que son víctimas no solo de un individuo (al que, por cierto, hay que considerar plenamente responsable de sus actos porque muy pocas veces son enfermos mentales u hombres con sus facultades disminuidas), sino también de una sociedad que lo ha permitido. Habrá que revisar con ellas el concepto de amor y enamoramiento
Es verdad que los hijos e hijas a menudo han sido víctimas silenciosas, incluso se ha llegado a creer que si no presenciaban directamente los malos tratos no tenían porque recibir ayuda. Naturalmente, esto no es así. La intervención integral de las mujeres víctimas debe incluir a sus hijos e hijas, adaptando las estrategias a la edad y grado de afectación. Por otra parte, muchas veces tambien hay que ayudar a reconstruir las relaciones madre-hijos/as de una manera saludable, ya que una situación de violencia mantenida lo puede emponzoñar todo.
Parece ser que existe la sensacion de renunciar a denunciar, ¿por qué se produce esto? Pues, posiblemente por lo que he comentado antes. Por falta de recursos económicos y por lo de siempre, por miedo. Miedo a la reacción del matratador y de su entorno, miedo a no sentirse protegida, falta de confianza en la respuesta que se de a su problema y miedo a no ser ni entendida ni atendida. Para concluir, y dado que es usted doctora en psicología, ¿qué considera que se puede hacer desde la psicología para combatir esta lacra social? Se puede hacer mucho en investigación y en formación. Desde hace unos años dirijo un máster universitario en “Políticas de Igualdad y Prevención de la Violencia de Género” que está siendo muy bien acojido por el alumnado. Pero me preocupa mucho que, y nuevamente por los recortes, los nichos profesionales que existían precisamente en cumplimiento de la ley que antes hemos mencionado, desaparezcan y retrocedamos varías décadas. Deberíamos mantenernos
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Tu salud no es ningún juego Apreciados lectores de Enki: Para Profitness la profesionalidad es un principio clave. Trabajamos para las personas con el objetivo de mejorar su salud. Por este motivo pensamos que debemos asumir un gran compromiso con la selección, capacitación y formación de nuestros trabajadores, pues son ellos quienes cuidan la salud de nuestros clientes. Desde hace 5 años la ACSM (American College of Sports and Medicine) -institución más importante del mundo en deporte y medicina- destaca que la primera tendencia de mercado en fitness es contar con profesionales debidamente formados, certificados y con experiencia. Por curioso que parezca, hoy en día, cualquier persona sin titulación puede ejercer de entrenador personal, técnico de sala fitness o instructor de actividades dirigidas. Además de la falta de reglamentación en el sector, debemos hacer frente a una situación actual complicada debido a la crisis generalizada, el cambio de IVA y la penetración del modelo Low Cost. Desde Profitness nos gustaría orientar al lector para que pueda reconocer cuales son las características de un técnico profesional cuando acuda a un centro de fitness. -Buena presencia: Tenemos que ser congruentes con el tipo de trabajo al que nos dedicamos; debemos estar en forma y predicar con los buenos hábitos tales como, una buena
alimentación o la evitación de factores de riesgo como el tabaco. En definitiva, ser un modelo en el estilo de vida, con el objetivo de ser el motor de arranque en el cambio que buscamos en nuestros clientes. -Seriedad: Cumplimiento de compromisos y promesas, ser puntuales, alcanzar los objetivos que establezcamos con nuestros clientes y solicitar el mismo grado de responsabilidad. -Afabilidad: Saber escuchar y observar al cliente y estar pendiente de sus necesidades. -Sensibilidad y empatía: Todos los días no podemos entrenar de la misma forma. Debemos captar todo lo que el cliente no quiere o puede decirnos y adaptar el entrenamiento a ello. -Comunicación: Es de vital importancia comunicar sin abusar de tecnicismos, de manera que el cliente lo comprenda. Al final, el mensaje que vale es el que la gente pueda interpretar. Ser un maestro y un educador. Debemos evitar generar dependencia, pues nuestros clientes no estarán siempre con nosotros, aunque sí podrán llevarse consigo nuestras enseñanzas. -Capacidad de trabajo en equipo: Por norma general, en todos los centros de fitness se trabaja en equipo, por lo que un aspecto clave es trabajar todos por el bien de un objetivo común, procurando ser lo más homogéneos en el servicio y en el mensaje. -Capacidad de reflexión y de autocrítica: Con el objetivo de mejorar día a día, debemos abandonar nuestro ego y ser más humildes, ya que todo lo que hacemos puede hacerse mejor si lo intentamos. -Creatividad: Nuestros clientes vienen a nuestro Club por diversos motivos, pero no conocemos ninguno que quiera aburrirse. De hecho, el aburrimiento es el principal motivo de abandono de un programa de actividad física. Por lo tanto, seamos creativos, variados e imaginativos en nuestro trabajo. -Formación continua: El profesional del sector de fitness debe estar en constante formación. Tenemos que saber que el auge de este negocio arranco a principios de este siglo, por lo que apenas llevamos 10 años en él y eso genera que esté en constante cambio. Debido a ello, nuestras técnicas, nuestros servicios y nuestro papel tienen que adaptarse a todos los cambios para seguir adelante. Por Carlos Moyá y su equipo de Profitness.
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