EL ARAGONÉS DE BAIXO PEÑAS. Localidades de Sobrarbe situadas en las faldas de Peña Montañesa.

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2. Diccionario de las hablas de la Baja Ribagorza Occidental. María Luisa Arnal Purroy. 3. Las hablas de la Alta Ribagorza. Günther Haensch. 4. Fraseología en chistabín. Diccionario de refranes, modismos, locuciones y frases hechas en aragonés del Valle de Chistau. Fernando Blas Gabarda y Fernando Romanos Hernando. 5. Elementos de fonética y morfosintaxis benasquesas. José Antonio Saura Rami.

L RETROCESO QUE HA SUFRIDO EL ARAGONÉS en las últimas décadas pone de manifiesto una situación fragmentaria, dispar y a veces poco estudiada, que ofrece un mosaico de variedades locales aparentemente lejanas entre si y separadas por zonas blancas donde no hay variedad reconocida y tipificada. El estudio profundo de estas zonas, donde la castellanización ha sido mayor pero todavía quedan hablantes que conservan las estructuras y el vocabulario de la lengua, nos permite comprobar que la cohesión y unidad de la lengua es mucho mayor y que las diferencias, a medida que se estudia, se profundiza y se conoce de forma integra el aragonés, son menores y debidas en gran parte a la castellanización y a veces al aislamiento. El conjunto de localidades que se extienden bajo las faldas de la Sierra Ferrera y su promontorio la Peña Montañesa representa un modelo lingüístico muy uniforme y prácticamente similar al utilizado en A Fueba y las aldeas más conservadoras de Sobrarbe, siendo el puente de unión entre el chistabín y el fobano. El presente trabajo es el resultado de varios años de investigación en la zona de Baixo Peñas. En él se recoge un amplio vocabulario y una descripción de los principales rasgos fonéticos, morfológicos y gramaticales de la zona. Se consigue así una aportación al conocimiento global del aragonés desde el estudio de una zona no investigada hasta ahora, donde todavía se ha conservado un patrimonio lingüístico muy rico que refleja la cohesión y unidad de la lengua en los tiempos en que el deterioro poblacional, cultural y lingüístico no había aún asolado nuestras comarcas pirenaicas.

Fernando Blas Gabarda y Fernando Romanos Hernando

1. Autas, actas, actes, actas d’as primers chornadas sobre a traduzión. O papel d’a traduzión en o desembolique d’as luengas: o caso de l’aragonés. Conzello de lo Grau, 1997.

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EL ARAGONÉS DE BAIXO PEÑAS

COLECCIÓN AINAS

El ARAGONÉS de BAIXO PEÑAS

Localidades de Sobrarbe situadas en las faldas de Peña Montañesa Fernando Blas Gabarda Fernando Romanos Hernando

Fernando Blas Gabarda y Fernando Romanos Hernando han dedicado muchos años a investigar la lexicografía y tradición oral en el Pirineo aragonés, especialmente una de las variedades del aragonés con más vitalidad, el chistabín. En 1999 obtuvieron Mención Especial en el XVIII Premio de Investigación Cultural «Marques de Lozoya» del Ministerio de Educación y Cultura por el trabajo titulado Dizionario Aragonés: Chistabín-Castellano/ Castellano- Chistabín, estudio que recoge en torno a 10.000 registros en aragonés chistabín con su correspondiente versión en castellano. Una beca del Instituto de Estudios Altoaragoneses les permitió iniciar la investigación titulada L’aragonés bibo de Baixo Peñas, sobre el aragonés hablado en A Espuña y en las aldeas que rodean Peña Montañesa, la cual posteriormente fue continuada por estos autores dando lugar a este libro. Otro de sus estudios es Fraseología del Chistabín. Diccionario de refranes, modismos, locuciones y frases hechas en aragonés del valle de Chistau. Se trata del primer diccionario de fraseología del aragonés que contiene un detallado repertorio, el cual supone una importantísima aportación a la dialectología y lexicografía aragonesa. Han participado como articulistas en el libro Tradición: cien respuestas a una pregunta, editado por la Diputación Provincial de Salamanca. Son autores del Archivo Audiovisual del Aragonés, un trabajo de grabación audiovisual en el que se recoge la filmación de hablantes de diferentes comarcas del Alto Aragón donde mayor vitalidad tiene el aragonés, habiendo realizado grabaciones en los valles de Ansó, Echo, Bielsa, Chistau y Benás, con el apoyo de la Diputación General de Aragón. También han participado en el Archivo de Tradición Oral de Aragón a través de grabaciones y encuestas realizadas en la comarca de Sobrarbe, trabajo financiado por la DGA. En el ámbito audiovisual destaca también la elaboración de dos videos en colaboración con la productora Modélika: La falleta y el diya d’a cultura chistabina, con guión y locuciones en aragonés chistabín, y O día d’o traje d’Ansó, con guión y locuciones en aragonés ansotano. Ambos son miembros del Consello d’a Fabla Aragonesa y del Instituto Aragonés de Antropología. Han participado en jornadas, seminarios y coloquios, difundiendo los resultados de sus investigaciones a través de comunicaciones y ponencias.


2. Diccionario de las hablas de la Baja Ribagorza Occidental. María Luisa Arnal Purroy. 3. Las hablas de la Alta Ribagorza. Günther Haensch. 4. Fraseología en chistabín. Diccionario de refranes, modismos, locuciones y frases hechas en aragonés del Valle de Chistau. Fernando Blas Gabarda y Fernando Romanos Hernando. 5. Elementos de fonética y morfosintaxis benasquesas. José Antonio Saura Rami.

L RETROCESO QUE HA SUFRIDO EL ARAGONÉS en las últimas décadas pone de manifiesto una situación fragmentaria, dispar y a veces poco estudiada, que ofrece un mosaico de variedades locales aparentemente lejanas entre si y separadas por zonas blancas donde no hay variedad reconocida y tipificada. El estudio profundo de estas zonas, donde la castellanización ha sido mayor pero todavía quedan hablantes que conservan las estructuras y el vocabulario de la lengua, nos permite comprobar que la cohesión y unidad de la lengua es mucho mayor y que las diferencias, a medida que se estudia, se profundiza y se conoce de forma integra el aragonés, son menores y debidas en gran parte a la castellanización y a veces al aislamiento. El conjunto de localidades que se extienden bajo las faldas de la Sierra Ferrera y su promontorio la Peña Montañesa representa un modelo lingüístico muy uniforme y prácticamente similar al utilizado en A Fueba y las aldeas más conservadoras de Sobrarbe, siendo el puente de unión entre el chistabín y el fobano. El presente trabajo es el resultado de varios años de investigación en la zona de Baixo Peñas. En él se recoge un amplio vocabulario y una descripción de los principales rasgos fonéticos, morfológicos y gramaticales de la zona. Se consigue así una aportación al conocimiento global del aragonés desde el estudio de una zona no investigada hasta ahora, donde todavía se ha conservado un patrimonio lingüístico muy rico que refleja la cohesión y unidad de la lengua en los tiempos en que el deterioro poblacional, cultural y lingüístico no había aún asolado nuestras comarcas pirenaicas.

Fernando Blas Gabarda y Fernando Romanos Hernando

1. Autas, actas, actes, actas d’as primers chornadas sobre a traduzión. O papel d’a traduzión en o desembolique d’as luengas: o caso de l’aragonés. Conzello de lo Grau, 1997.

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El ARAGONÉS de BAIXO PEÑAS

Localidades de Sobrarbe situadas en las faldas de Peña Montañesa Fernando Blas Gabarda Fernando Romanos Hernando

Fernando Blas Gabarda y Fernando Romanos Hernando han dedicado muchos años a investigar la lexicografía y tradición oral en el Pirineo aragonés, especialmente una de las variedades del aragonés con más vitalidad, el chistabín. En 1999 obtuvieron Mención Especial en el XVIII Premio de Investigación Cultural «Marques de Lozoya» del Ministerio de Educación y Cultura por el trabajo titulado Dizionario Aragonés: Chistabín-Castellano/ Castellano- Chistabín, estudio que recoge en torno a 10.000 registros en aragonés chistabín con su correspondiente versión en castellano. Una beca del Instituto de Estudios Altoaragoneses les permitió iniciar la investigación titulada L’aragonés bibo de Baixo Peñas, sobre el aragonés hablado en A Espuña y en las aldeas que rodean Peña Montañesa, la cual posteriormente fue continuada por estos autores dando lugar a este libro. Otro de sus estudios es Fraseología del Chistabín. Diccionario de refranes, modismos, locuciones y frases hechas en aragonés del valle de Chistau. Se trata del primer diccionario de fraseología del aragonés que contiene un detallado repertorio, el cual supone una importantísima aportación a la dialectología y lexicografía aragonesa. Han participado como articulistas en el libro Tradición: cien respuestas a una pregunta, editado por la Diputación Provincial de Salamanca. Son autores del Archivo Audiovisual del Aragonés, un trabajo de grabación audiovisual en el que se recoge la filmación de hablantes de diferentes comarcas del Alto Aragón donde mayor vitalidad tiene el aragonés, habiendo realizado grabaciones en los valles de Ansó, Echo, Bielsa, Chistau y Benás, con el apoyo de la Diputación General de Aragón. También han participado en el Archivo de Tradición Oral de Aragón a través de grabaciones y encuestas realizadas en la comarca de Sobrarbe, trabajo financiado por la DGA. En el ámbito audiovisual destaca también la elaboración de dos videos en colaboración con la productora Modélika: La falleta y el diya d’a cultura chistabina, con guión y locuciones en aragonés chistabín, y O día d’o traje d’Ansó, con guión y locuciones en aragonés ansotano. Ambos son miembros del Consello d’a Fabla Aragonesa y del Instituto Aragonés de Antropología. Han participado en jornadas, seminarios y coloquios, difundiendo los resultados de sus investigaciones a través de comunicaciones y ponencias.


FERNANDO BLAS GABARDA FERNANDO ROMANOS HERNANDO

EL ARAGONÉS DE BAIXO PEÑAS Localidades de Sobrarbe situadas en las faldas de Peña Montañesa (municipios de Laspuña y El Pueyo de Araguás)


Diseño de portalada: Fernando Lasheras

EL ARAGONÉS DE BAIXO PEÑAS. Localidades de Sobrarbe situadas en las faldas de Peña Montañesa (municipios de Laspuña y El Pueyo de Araguás).

Publicación número 2.496 de la Institución Fernando el Católico (Excma. Diputación de Zaragoza) Plaza de España, 2 E-50071 ZARAGOZA Tlf.: (34) 976 28 88 78/79 Fax.: (34) 976 28 88 69 ifc@dpz.es http://www.ifc.dpz.es © Para esta edición: Gara d’Edizions Abda. Nabarra, 8 E-50010 ZARAGOZA www.garadedizions.com gara@garadedizions.com Deposito Legal: ZI.S.B.N.: 84-8094-054-9

Impresión: Ino Reproducciones Impreso en Aragón-Printed in Aragon.


FERNANDO BLAS GABARDA FERNANDO ROMANOS HERNANDO

EL ARAGONÉS DE BAIXO PEÑAS Localidades de Sobrarbe situadas en las faldas de Peña Montañesa (municipios de Laspuña y El Pueyo de Araguás)

GARA D’EDIZIONS * INSTITUCIÓN «FERNANDO EL CATÓLICO» (C.S.I.C) Excma. Diputación de Zaragoza Zaragoza, 2005


A toda la chen que charran l’aragonés y han sabiu conserbar ixe tresoro milenario ta goyo d’as futuras chenerazions A toda la chen que nos han aduyau en toz os lugars de Baixo Peñas, nos han dau a suya espitalidá y han feito posible este troballo


PRÓLOGO Fernando Blas e Fernando Romanos fa una ripa d’años que amallancan de conchunta ta salbar-mos as parolas de ra luenga aragonesa en una terne luita contra ro tiempo –os millors fablans son cuasi siempre os más biellos. Dica güei eban enfilau as suyas rechiras más que más ta ra Bal de Chistau, an bi han replegato diez mil parolas en un dizionario encara inedito. En Gara d´Edizions, en a mesma colezión an se publica ro presén libro, publicoron l´año 2003 una Fraseología en chistabín con más de mil dentratas. Han feito bideos de caráuter etno-lingüistico sobre as bals de Chistau e Ansó. E en bella ocasión tampó no han ixuplidau as redoladas de ro dialeuto ozidental an l´aragonés se troba más acotolau: Al límite: el aragonés en el norte de la provincia de Zaragoza. Agora mos ofrexen os resultaus de cuasi un año de treballo de campo, de nobiembre de 2000 a otubre de 2001, con l´aragonés bibo de ra comarca de Baixo Peñas. Ta fer ixo como cal, no solamén teneban ra suya luenga esperenzia d´imbestigadors de l´aragonés, e en espezial de ro dialeuto chistabín –que dominan como fablans patrimonials–, sino tamién o suyo entusiasmo por a luenga aragonesa, ixa luenga en a que biben siempre que ye posible. O poblema con que se troba en muitos casos qui estudia l´aragonés bibo ye que os fablans tienen una mui baixa language loyalty ta l´aragonés, e por ixo, más que más fren a chens foranas, tienden a castellanizar a suya fabla de forma más u menos sistematica. Ya lo meyo-albertió W. D. Elcock, un de ros grans imbestigadors de l´aragonés de ra primer metá de ro sieglo XX: “le béarnais diffère de l’aragonais en ce qu´il constitue encore une langue vivace. Les parlers du versant nord des Pyrénées sont toujours loin d’atteindre à cet état de déchéance que nous avons remarqué en Aragon. En effet les Béarnais sont presque sans exception bilingues, alors que les Aragonais ne connaissent q’un seul idiome, c’est à dire, un castillan marqué d’une forte empreinte d´archaïsmes de provenance locale”. Con más gran prezisión Blas e Romanos han comprebau ixa autitú en os fablans de Baixo Peñas: “la percepción al oír hablar es lamentable, dado que la voluntad del hablante no es utilizar correctamente su idioma, sino hablar el castellano, así se mezcla de una forma inverosímil y se evitan las formas aragonesas excepto en situaciones muy concretas como la caza, la vida pastoril, los días de fiesta, elevados grados de alcohol en el cuerpo, o las discusiones incontroladas. El subsconsciente no engaña y el aragonés aflora cuando las barreras impuestas o autoimpuestas se relajan”. Qué cal fer debán d’una situgazión como ixa, que por atra parti no ye esclusiba de l´aragonés? Describir toda ixa bariazión que cambea de fablán a fablán, e tamién en un mesmo fablán? Replegar solamén l´aragonés? Blas e Romanos trigan ixa zaguera posibilidá, porque ers lo que quieren ye decumentar, e asinas salbar, l´aragonés de Baixo Peñas, en cuenta de presentar ro suyo prozeso d´acotolamiento. Ye más, replegan no solamén l´aragonés que emplegan ros fablans, sino tamién l´aragonés que conoxen pero ya no usan, u que solamén recuerdan que lo fablaban os suyos antipasaus, e antismás as bozes que replegó Saroïhandy, o primer gran imbestigador de l´aragonés, a prenzipios de ro sieglo XX por Baixo Peñas. Con tot y con ixo, os autors gosan replegar tamién bel castellanismo, más que más cuan os fablans 7


Prólogo

cuasi ya no conoxen atra forma, e una bentena de galizismos. Ixa triga ye perfeutamén lezita, e ye platero que unicamén ixos materials, dispués de separar os castellanismos e galizismos, se pueden fer serbir ta fer l´estudio de ra eboluzión de ro latín en Aragón –cosa que muitos ispanistas, ay!, gosan ixuplidar–. O resultau ye ra presentazión agora d’un dialeuto que ofrexe en a fonetica, a morfolochía e ra sintasis, con cuasi a sola eszeuzión de ros condizionals –os autors no rechistroron os condizionals en -arba, -erba, -irba–, un modelo de luenga mui prosimo a l´aragonés común. Espezialmén interesán ye a bitalidá de ra x (a prepalatal fricatiba xorda), que se troba mesmo en posizión inizial e final: ixolifrar, ixartigar, ixafegar, ixarruego, peix ..., u ra de ras desinenzias berbals en -nos: baixabanos, baixaríanos. Os prenombres aberbials en/ne e i/ie –ixe zaguer nomás que en bellas aldeyas– se fan serbir amplamén con todas as suyas muitas bariazions –augua no en quiero, me´n boi, entrarse-ne, mete-te-ie, no i beigo, ya te i farás ...– e ro mesmo s’oserba en ras costruzions negatibas: antes que no yo, ye más caro que no pensaba, no pas yo... Ye en o lesico de Baixo Peñas, d’unas cuatro mil parolas, an encara se fa más ebidén o fondo común de ros dialeutos zentrals aragoneses. No cal insistir-ie, ye un feito prou conoxito. Astí, seguindo l´estilo de ra suya Fraseología chistabina, os autors precuran dar muitos exemplos con frases feitas –fer la ploramica; tirar de beta; fer o morro clo; más flaco que una aguineu; más amargo que l’ixenzo...–, refrans –o cañizo a fambre lo fizo; ta’l puerto y ta’l molino pe´l maitino...–, u, si ixes faltan, con frases no lesicalizadas, pero reyalmén senditas en a bida cutiana: me´n boi a fer una clucadeta; que graziosa ye esta zagala, se te claba en a chanada y nos espatachina a toz; que bien te cosira mama!... As parolas se fan más bibas e trasparens e conforman un bocabulario de buen leyer. Belunas, no rechistradas dica agora, fan a letura encara más goyosa, como faixenga: faixa de terreno alargado y estrecho, y que además se encuentra en un sitio escarpado y de difícil accesos u calzin(s): zona baja de la montaña, llaman así a los pueblos de la comarca que se encuentra justo debajo de Peña Montañesa, que corresponde esautamén a ro conzeuto piedemonte de ros cheografos. Cal continar fendo treballos como ixe dica que no quede sin imbestigar denguna redolada an l´aragonés siga –encara– bibo. Treballadors de ra parola como Fernando Blas e Fernando Romanos son una puerta ubierta a l´asperanza.

Artur Quintana Universidad de Heidelberg La Codonyera, chulio de 2004

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1. INTRODUCCIÓN 1.1. La zona de estudio Sobrarbe es una de las comarcas que a pesar de su despoblación y del expolio social que ha supuesto la emigración, la expropiación masiva de tierras para grandes obras hidráulicas que en algunos casos nunca se hicieron y desestructuraron la comarca, la aculturación generalizada impuesta por un desprestigio de lo rural y lo autóctono junto a un desinterés de los poderes públicos y privados por los valores tradicionales, a pesar de todo ello, Sobrarbe ha mantenido una riqueza excepcional en cuanto a cultura inmaterial y ha conservado un auténtico tesoro en cuanto a su patrimonio lingüístico, teniendo arraigo y uso en la comarca, algunas de las modalidades mejor conservadas y con mayor vitalidad de la lengua aragonesa. Así, al norte, en la zona de Sobrarbe denominada “As Balles”, tenemos el chistabín, bien conservado con un rico léxico e importantes estructuras gramaticales y con mucha vitalidad en cuanto a su uso, incluso entre los más jóvenes; el belsetán, muy bien conservado y configurado por los rasgos más representativos y auténticos del aragonés por su riqueza léxica pero sobre todo por su fonética densa y bien conservada, pero con menor número de hablantes aunque muy motivados por su recuperación y muy emprendedores; el bergotés en el valle de Broto y alrededores, con rasgos tan interesantes como el belsetán, pero en fase agónica y conservado de forma muy residual por muy pocas personas de edad muy avanzada en determinadas localidades; aragonés de Ballibió, Tella y alrededores, con un sistema lingüístico vivo y con rasgos muy bien conservados, pero con muy poca población que lo siga utilizando habitualmente, incluso los pocos jóvenes que quedan en dichos valles. Más al sur tenemos el Biello Sobrarbe y A Fueba, junto a las riberas del Cinca y del Ara, ambas zonas han conservado el aragonés especialmente en las localidades más pequeñas, si bien el abandono del aragonés en Biello Sobrarbe (o “Tierra de Buxo”) ha sido mayor, tanto en el uso y vitalidad como en la castellanización de los rasgos más propios de la lengua, como atestigua Chabier Tomás en su estudio El aragonés de Biello Sobrarbe editado por el Instituto de Estudios Altoaragoneses. El fobano conserva mayor vitalidad y mayor número de rasgos, destacando que por dicho valle pasa la isoglosa del uso del perifrástico, en concreto en la localidad de Arro. Pero también el fobano está acusando en los últimos años los efectos de la castellanización y el abandono progresivo aunque en menor medida que lo que ha sucedido al otro lado del Cinca, en la Tierra de Buxo o Biello Sobrarbe. Se puede decir que, a diferencia de las comarcas occidentales, donde la vitalidad del cheso, frente al abandono y castellanización de las zonas colindantes, transmite a los chesos la percepción de que “sólo ellos hablan así”, el aragonés en Sobrarbe se utiliza o se ha utilizado en todo el ámbito geográfico de la comarca de Sobrarbe, sin “zonas blancas” exceptuando la cabecera comercial de la comarca, L’Aínsa, no siendo extraño oírlo entre los habitantes de los pueblos de la comarca, incluso cuando van a comprar y también a 9


Fernando Blas Gabarda y Fernando Romanos Hernando

actividades de ocio a L’Aínsa y Boltaña, lo que da la sensación de cercanía de la lengua, no obstante, aunque lo hablen en mayor o menor medida, atribuyen a “los montañeses” la forma más “cerrada” de hablar. Esta riqueza lingüística de Sobrarbe ha sido objeto de estudio de muchos estudiosos que han investigado zonas concretas, publicando estudios monográficos de las mismas, artículos en revistas especializadas o vocabularios locales, como: Antoni Badía Margarit del valle de Bielsa, Brian Mott del valle de Chistau, Fernando Romanos y Fernando Sánchez de A Fueba, Chabier Tomás del Biello Sobrarbe, Mariano Coronas de A Buerda, Migalanchel Martín de Ballibió, Chusé Raúl Usón, Chorche Cortés y Chesús Vázquez en Bal de Broto, Carlos Baselga en A Solana, Francho Rodés y Chusé Noguero en Mundot, junto a las obras no publicadas aún, que esperamos vean pronto la luz para deleite de estudios, dignificación de los hablantes y clarificación de la uniformidad de la lengua, obras como las de Chabier Lozano en Tella y pueblos próximos, Ánchel Luis Saludas del belsetán, Emilio Gracia de la cuenca del Ara gracias a las aportaciones de Pablo, el batanero de Lacort, o el diccionario chistabino que los autores que suscriben este libro tenemos recopilado, y especialmente las amplias anotaciones de muchísimos pueblos de Sobrarbe que hizo el incansable lingüista francés Saroïhandy a finales del siglo XIX, gran parte de las cuales hemos podido confirmar en las localidades de la zona de estudio, y cuyo testimonio se ha podido rescatar gracias al esfuerzo, dedicación y empeño de Óscar Latas Alegre. Dichas aportaciones demuestran la vitalidad generalizada en toda la comarca ya a finales del siglo XIX y la mayor unidad lingüística, desfigurada por la castellanización del último siglo. Dentro de este tesoro lingüístico que es Sobrarbe existe una zona a la izquierda del río Cinca, entre el valle de Chistau y A Fueba, que no había sido estudiada todavía, excepto un breve vocabulario publicado en Fuellas en 1991 por Luis Cavero Abadías, que ejerció de maestro en la escuela de Laspuña, en dicha zona abrupta y boscosa de robledales y encinares, un conjunto de aldeas y localidades se desperdigan por las faldas de la impresionante Peña Montañesa, cabecera visible de la Sierra Ferrera. Esta zona sería el nexo de unión, desde el punto de vista lingüístico, entre el fobano, el chistabín y el aragonés de Sobrarbe hablado en las localidades de la margen derecha del Cinca, una encrucijada muy interesante para detectar el “continuum” lingüístico del aragonés, en forma de degradado suave como ocurre en todo el conjunto de la Romania. Se denomina Baixo Peñas o Baixo As Peñas al territorio constituido por los municipios de Laspuña/A Espuña y El Pueyo de Araguás/O Pueyo. A su vez, estos municipios están formados por los siguientes núcleos poblacionales: Laspuña/A Espuña, El Casal/O Casal, Ceresa/Zeresa, Socastiello, Araguás, Los Molinos/Os Molins, La Muera/A Muera, Oncins/Onzins, San Lorién, Torrelisa/Torrolisa, La Caixigosa/A Caixigosa y El Pueyo de Araguás/O Pueyo. Excepto Laspuña, que agrupa gran parte de la población, y O Pueyo, el resto son aldeas muy pequeñas, algunas de ellas de dos o tres casas habitadas y que, sin embargo, no han sufrido tanto el abandono poblacional que ha azotado y diezmado otras zonas de Sobrarbe como Sobrepuerto o A Solana y Ballibió, o la ribera del río Ara, donde valles enteros y localidades de muchas casas, han perdido toda la población; aquí son aldeas pequeñas, de pocas casas pero todas o casi todas sus casas están habitadas. En un principio, propusimos la denominación de Baixo Peña a esta comarca pensando que se llamaba así a los pueblos situados debajo de la Peña Montañesa. Tras haber 10


El aragonés de Baixo Peñas

contactado con sus gentes y preguntar cómo llamaban ellos a su propia comarca, hemos ajustado de forma más acertada la definición de la zona de estudio y del presente libro que recoge los materiales recopilados a lo largo de dos años en estas localidades. En realidad esa formación montañosa está compuesta por más de una peña, siendo Peña Montañesa la punta visible de un conjunto rocoso mayor denominado Sierra Ferrera, verdadero espacio geográfico y vital de los habitantes. Por esta razón sus habitantes siempre la denominan Baixo Peñas, Bajo As Peñas o Baixo As Peñas en el caso de las personas más mayores, que conservan mejor la fonética del idioma. Lamentablemente, la palabra baixar y sus derivadas permanecen hoy únicamente en el recuerdo de los más mayores, utilizándose sólo en ocasiones, y por supuesto en la toponimia viva de la zona. Sin embargo, a pesar de esto, a la hora de denominar la comarca, esta voz se sigue empleando, puesto que ha sido la forma patrimonial hasta hace bien poco y microtopónimos –como por ejemplo Esplugas Baixas, muy cerca de Zeresa y A Espuña– así lo atestiguan. El volumen poblacional de la zona no es muy elevado, alrededor de 350 personas viven de forma habitual en la zona de estudio; si bien, en épocas festivas o especialmente en verano el número de vecinos se ve duplicado con familiares, habitantes de la comarca que viven fuera y turistas muy vinculados a estas familias. Una gran parte de estos habitantes se concentran en Laspuña, que es la localidad mejor comunicada y la que cuenta con los servicios, comercios y recursos comunitarios y de la administración pública. La zona de estudio, al norte limita con los valles de Chistau, especialmente con la localidad de Sarabillo, y de Bielsa, al oeste con el valle de Añisclo, Ballibió, con localidades como Bestué, Santa María, Nerín, Puyarruego, Puertolás y sus valles colindantes como el río Yaga con localidades como Tella, Lamiana, Arinzué, Estaroniello, Rebilla, al este con la Alta Ribagorza y el valle de Biu, con las localidades de Senz y Biu y al sur con el valle de A Fueba. Se accede a esta zona por dos ejes principales: el eje norte-sur es la carretera autonómica A-13, llamada eje del Cinca, y el eje este-oeste es la N-260, llamada también eje transpirenaico. Se entra por un desvío localizado tras pasar Escalona, que es el mejor acceso de todos a la zona de estudio. Se puede llegar por otra carretera tortuosa, estrecha y descuidada que, a veces en invierno, se vuelve intransitable, que da acceso desde L'Aínsa, por O Pueyo. Finalmente, otra carretera de acceso procede desde A Fueba por la localidad de Os Molins, Fosau y la cual, a pesar de ser estrecha y sinuosa, resulta más accesible que la anterior. Sólo el recorrido por estas vías da una visión de la realidad amplia, boscosa y ondulada que ofrecen todos estos pueblos, custodiados por la mirada pasiva y centenaria del monasterio de San Beturián. El conjunto de edificaciones de las localidades en su gran mayoría conserva la arquitectura tradicional, con casas de piedra cubierta de grandes losas calizas extraídas por sus habitantes del terreno, unidas al empleo de la madera en las construcciones confieren una agradable visión acorde con el entorno. Las nuevas edificaciones gracias, a una adecuada planificación urbanística, mantienen las características de la arquitectura tradicional de la zona. Tradicionalmente es una zona que ha vivido de la explotación del sector primario, de la ganadería, la madera, la explotación de subsistencia de terrenos cultivables, de actividades menores como la apicultura, así como del sector servicios, concretamente de oficios derivados de las industrias hidroeléctricas ubicadas en la zona, las cuales han gene11


Fernando Blas Gabarda y Fernando Romanos Hernando

rado en el siglo pasado numerosos puestos de trabajo, tanto en la construcción de las instalaciones, como en su posterior funcionamiento. La caza es una actividad de gran arraigo en la zona, que reúne a vecinos, personas de la zona que viven fuera y forasteros vinculados a las localidades, combinando actividades cinegéticas y disfrute de la naturaleza. Es precisamente en las cacerías, comidas de cazadores y reuniones, donde el uso de aragonés cobra especial vitalidad, más si cabe al usarse en contextos donde las conversaciones hablan de microtopónimos que están únicamente en aragonés y predispone por lo tanto a continuar la conversación en esta lengua, hasta tal punto que cazadores que vienen de fuera son conscientes de la existencia de “algo distinto del castellano” tras oír dichas conversaciones cinegéticas. Actualmente, el turismo y las actividades derivadas del mismo, así como algunos puestos de trabajo vinculados a la administración pública completan la ocupación de los habitantes. Esta zona de encrucijada geográfica y lingüística se encuentra situada a las puertas del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y del Parque Natural Posets-Maladeta, y también se beneficia del potencial turístico de los valles colindantes. Esta estratégica situación es la que ha motivado una gran atracción del turismo y, como consecuencia de ello, también se han originado nuevas formas de vida. Además, habría que destacar que ésta ha sido una zona cuna de nabateros, contando con un museo de la madera y un museo de las nabatas. Cada año Laspuña acoge el descenso de nabatas, un fenómeno social, cultural y turístico que ha ido adquiriendo cada año un auge y una acogida que da prestigio a la localidad y sirve como punto de dinamización turística y cultural. Cabría también hacer algunas consideraciones sobre los topónimos mayores de la zona, ya que aparecen en numerosas ocasiones a lo largo del texto tanto en su versión oficial como en su versión popular, con el fin de aclarar su significado y posible etimología y de justificar la forma de escritura. Laspuña/A Espuña. La palabra “espuña” en aragonés significa un tipo de arena gruesa que se obtenía en algunas de las “plachas” y que servía para fregar utensilios domésticos cuando se encontraban muy sucios de grasa; la pronunciación popular más generalizada de este macrotopónimo es /aspuña/, que representa la asimilación en la pronunciación del artículo determinado /a/ (la) y del sustantivo /espuña/ (arena basta), así la denominación popular concordante con la lengua hablada debería representarse con la trascripción gráfica “A Espuña” (pronunciado, evidentemente A’spuña). El Casal/O Casal. Se trata de un agrupamiento de varias casas localizado entre Laspuña y Ceresa, muy cerca del desvío que conduce al monasterio de San Beturián y al resto de localidades de Baixo Peñas. Casal en aragonés significa casona o casa solariega de cierta relevancia, lo que indica un origen de casa aislada de familia con mayores recursos económicos. El nombre autóctono conserva el uso del artículo determinado aragonés. Ceresa/Zeresa. Es un bello pueblo en el cual termina la carretera bajo la mirada de la Peña Montañesa y que comunica con A Espuña por una estrecha carretera. Se trata de un topónimo transparente: “zeresa” y “zereseras”, fruto y árbol abundante en la zona, denominado en castellano “cerezo”. 12


El aragonés de Baixo Peñas

Socastiello. Aldea de dos casas, de las cuales una todavía permanece habitada todo el año, se comunica con un estrecha pista que enlaza con la carretera que une Ceresa con Laspuña; “Castiello” es la denominación propia del aragonés para el castillo, derivada de la diptongación de la /E/ latina >CASTELLU(M)>Castiello. En el Alto Aragón ya contamos con topónimos aún oficiales donde figura la denominación autóctona, como Castiello de Jaca, Castiello de Guarga, si bien este último ha sido vilipendiado y se ha eliminado la denominación original, que era la oficial. En el caso de Socastiello, su traducción sería “bajo el castillo” lo cual prueba, la existencia en tiempos de una fortaleza o recinto fuerte, del cual quedan unas ruinas muy cerca de dicha aldea. Araguás. La etimología de este pueblo podría ser como han apuntado muchos estudiosos para localidades de similar nombre, ARA OTZ (valle frío), de procedencia prerromana. Los Molinos/Os Molins. También existe la denominación popular más reciente Os Molinos, pero los informantes de más edad nos han confirmado sin ninguna duda que el nombre antiguo era Os Molins, con la pérdida de /o/ final propia del aragonés, aunque ya en la lengua viva estas formas han desparecido, como por ej. “molín, camín, mardán”, las cuales han evolucionado a “molino, camino, mardano”. La Muera/A Muera. Esta pequeña aldea se encuentra muy cerca de O Plano y Os Molins, y su fama se debe a que en ella apareció uno de los pocos ejemplares de gaita aragonesa del Sobrarbe. Allí vivía Clemén, o Gaitero, que alegraba las fiestas y carnavales con su instrumento de viento. El significado de Muera, quizás haga referencia a la “mora, fruto del moral”, con una diptongación que esporádicamente se produce en otras zonas cercanas, como la Bal de Bielsa. Oncins/Onzins. Otro topónimo en el que en la nomenclatura oficial aparece un rasgo morfológico propio del aragonés todavía vivo en la zona como es el plural en NS, y de nuevo la pérdida de la /o/ final. Un “onzín” es un aparato utilizado antiguamente para el transporte de la mies; nos encontramos con que en la zona se daban cultivos de cereales y de vid que han influido en la denominación de las localidades. San Lorién. De nuevo, la denominación oficial ha mantenido el nombre autóctono en aragonés, “San Lorenzo”. Se trata de una aldea con dos casas, ambas habitadas, y una bonita ermita, en la cual se habla el aragonés con gran vitalidad y alto grado de conservación, siendo quizás la localidad que mejor conserva el uso de la lengua de la zona estudiada. Torrelisa/Torrolisa. De etimología relacionada con “torre”. Al igual que ha sucedido en otras localidades del Alto Aragón, en la forma popular evoluciona la /e/ final a /o/ al agruparse con un adjetivo u otro sustantivo. Tenemos ejemplos como Torrozilla, Torrolluela, Torrobato. La Caixigosa/A Caixigosa. El sufijo aragonés –osa, con vigencia en la zona, hace referencia a colectividades o a cualidades de una colectividad o terreno, de ahí que la traducción podría ser “zona con abundancia de robles”, lo cual representa claramente la vegetación de la zona. El “caixigo” es el roble, un árbol que inunda las laderas, montañas y alturas de la zona de estudio. SanVictorián/San Beturián. Complejo de edificaciones, formadas por el monasterio, la iglesia y una vivienda anexa con corrales y bordas. El monasterio data del 506, y fue para Sobrarbe durante la Edad Media, un centro religioso y cultural de gran importan13


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cia. Hasta hace pocos años la casa anexa al monasterio ha estado habitada, en ella vivían los miembros de una familia. Hoy ya se encuentra deshabitada y los últimos vecinos se trasladaron a vivir a San Lorién. El Pueyo de Araguás/O Pueyo. Pueyo en aragonés significa “elevación, altura en el terreno”. Esta localidad se encuentra situada en un altozano y su nombre hace referencia a su ubicación. La coletilla “de Araguás” oficial responde a un interés de la administración por diferenciar en los mapas de la provincia, los muchos “pueyos” que salpican nuestra geografía, sin embargo para los habitantes de la zona, simplemente es “O Pueyo”. 1.2. Justificación No deja de sorprender que los primeros estudios del aragonés, ignorando la existencia de una lengua común en todo el Alto Aragón, hicieran referencia a zonas, valles concretos, aislados, con modalidades peculiares en las que se acentuaban las diferencias, creando el espejismo de “islotes” lingüísticos en medio de zonas “blancas”. Conforme se van estudiando todas las zonas entre esos “islotes” y ven la luz documentos con visión de conjunto, como los trabajos de Saroïhandy, nos vamos dando cuenta de la gran unidad léxica, morfológica y sintáctica que ha tenido el aragonés y que, en el pasado, fue mayor todavía, y así, gran parte de las diferencias entre zonas son fruto de la castellanización del último siglo, acrecentada por el papel de la escuela y por una administración carente de respeto hacia cualquier forma de expresión y cultura distinta de la oficial, y de las influencias del occitano en determinados valles, fruto del aislamiento y los intercambios comerciales, sociales y culturales tan frecuentes con el otro lado de los Pirineos. Las conjeturas sobre el aragonés, tanto a favor de su unidad como de su inexistencia, están basadas en estudios puntuales de determinadas variedades a las que se ha atribuido la representatividad del idioma, mientras que amplias zonas, precisamente las que presentaban modelos de aragonés más uniforme, eran ignoradas o quedaban sin investigar. El debate sobre la existencia o inexistencia de la lengua se ha hecho al margen de los hablantes, y lo que es peor, con la mayoría del territorio donde se conservaba la lengua sin estudiar, dando a entender que sólo existe la lengua donde se ha estudiado y constatado sus rasgos, creando así el espejismo de los “islotes” y las “zonas blancas”. Así, con esta investigación, en primer lugar pretendíamos contribuir al conocimiento del aragonés en su conjunto, investigando y sacando a la luz una zona no estudiada en la que supuestamente no existía ninguna “modalidad lingüística autóctona”, y por imperativo legal era el castellano la única forma de expresión entre sus vecinos. Una zona, la de la investigación que tienes en tus manos, que precisamente demuestra un modelo muy homogéneo y uniforme, tanto de léxico como de estructuras, casi idéntico al utilizado en A Fueba, y en el resto de Sobrarbe. En segundo lugar, la zona de Baixo Peñas era el nexo de unión entre el chistabín, que habíamos estudiado profundamente desde hacía muchos años y cuyo amplio léxico queda documentado en nuestro diccionario chistabín de más de 10.000 registros, y el fobano, estudiado por Fernando Sánchez y Fernando Romanos, de modo que el modelo de lengua conservado o recordado en determinados casos, ayudaría a configurar la continuidad de determinadas isoglosas a lo largo del dominio lingüístico del aragonés, precisamente en una zona de Sobrarbe de encrucijada lingüística. 14


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El objeto de la investigación era una recopilación lexicográfica, que dado el tiempo dedicado y la gran cantidad de localidades, no permitía mayor profundización; no obstante, se ha realizado de forma escueta un resumen de los principales rasgos de la lengua utilizada en la zona. Quiere decir esto que el léxico que se utiliza es sin duda mucho más amplio, y que si todo lo que se ha recogido ha sido documentado, no todo lo que se dice ha sido recogido, quedando gran cantidad de léxico y palabras derivadas, además de una extensa fraseología, en el acerbo desconocido de los informantes. Además de ello, muchas localidades sólo se encuestaron una o dos veces y algunas situadas más al sur, las más cercanas a L’Aínsa, quedaron sin encuestar. Es pues, el presente estudio una primera fotografía de una zona sin estudiar de Sobrarbe, que plasma el conjunto de sus rasgos y una recopilación lexicográfica de una zona puente entre el valle de Chistau y A Fueba, como contribución a la dignificación del habla de la comarca y de la zona, y como aportación al estudio del aragonés en su conjunto. Que sirva, no sólo a los estudiosos para conocer en profundidad el aragonés y motivar a estudiarlo más y mejor, sino también como instrumento de recuperación y dignificación de la lengua a los propios habitantes de la zona, que utilizando una lengua en una situación fragmentaria y en proceso de castellanización tengan un referente global y extenso, un material que contribuya a facilitar la recuperación que ya se atisba entre las generaciones más jóvenes, que ya no desean perder su lengua, que ya la consideran como parte de su patrimonio cultural y social y no como un lastre vergonzoso del pasado, como un estigma de ridiculización como ha ocurrido durante tantos años. 1.3. Metodología de trabajo Para la realización del estudio que ha dado lugar a la publicación del presente libro, hemos utilizado diversas técnicas, tanto de investigación lexicográfica y sociolingüística como antropológica, lo cual precisaba por nuestra parte un conocimiento previo de la comarca y de los temas sobre los cuales se iba a investigar, además de un conocimiento y una competencia lingüística en el idioma de los informantes. Esto, lejos de ser un freno, ha resultado todo lo contrario, ya que contábamos con la experiencia de llevar muchos años conviviendo e investigando en los valles cercanos, por lo que se ha visto facilitada nuestra tarea, mucho más por expresarnos además con fluidez en la lengua de la zona. Podríamos estructurar en cinco bloques de metodología el proceso de registro de información recogida: A.- Entrevista libre Consiste en mantener con los interlocutores conversaciones sobre aspectos de la vida cotidiana, de las costumbres actuales y de la vida pasada, así como de anécdotas o narraciones con el fin de crear, dentro de un clima de cordialidad y confianza, situaciones que posibiliten el uso del idioma. B.- Entrevista por oficios Se trata de entrevistar a personas con oficios muy concretos que interesan por su peculiaridad, porque habían desaparecido o estaban a punto de hacerlo. Esto permite la agrupación de un léxico muy preciso que prácticamente sólo era conocido por aquellas 15


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personas que habían dedicado su vida a realizar esa labor (nabatero, ferrero, picador, furnero, pastor, etc.). C.- Entrevista estructurada Un cuestionario de preguntas predeterminadas ha sido elaborado, tanto con preguntas abiertas como preguntas cerradas, muy concretas y previamente organizadas, que nos permiten, de forma sistemática y objetiva, un acopio de datos específicos e incluso diatópicos de la estructura gramatical, fonética y sintáctica de la lengua de estos pueblos y de los distintos sustratos sociales de población y la creación de campos léxicos y situaciones idiomáticas que nos ayudan a detectar las formas indagadas. D.- Entrevista diacrónica Consiste en conocer no sólo cómo se habla hoy el aragonés en esta comarca, sino cómo se hablaba en la generación anterior, siendo conscientes de que la mayor parte del idioma se ha perdido en las dos últimas generaciones. El contacto con personas de edad avanzada ha puesto de manifiesto la existencia de formas que han sido corrientes hasta hace pocos años pero que en la actualidad no se utilizan, aunque todavía permanecen en la memoria de quienes las han oído o empleado cotidianamente. En este sentido hemos comprobado la forma de hablar de las personas mayores y las formas que ellos ya recuerdan como antiguas y hemos verificado las investigaciones que realizó Saroïhandy al recorrer esta zona de estudio y todo el Alto Aragón hace más de un siglo. E.- Convivencia con los habitantes La integración dentro de la comunidad es muy importante para la realización de una investigación de este tipo, ya que nos ha permitido recoger información que no hubiéramos podido registrar a través de una entrevista. Tantos años recorriendo los valles adyacentes nos han servido para contar, en numerosas ocasiones, con amistades comunes a los habitantes de la comarca, de manera que la integración ha resultado más sencilla, ya que no nos veían como a un extraño sino todo lo contrario. El alojamiento en casas de turismo rural también ha favorecido el contacto con nuevas personas, que a su vez nos han integrado en otros grupos dentro de la comunidad. Por lo tanto, el acceso a la información ha sido constante bien a través de personas conocidas, de las amistades que surgían en las casas donde nos alojábamos o gracias a la inestimable colaboración de alcaldes y concejales de los municipios investigados, que nos han apoyado en todo momento en esta tarea. En definitiva, la acogida en general ha sido muy buena tanto en el ámbito institucional como en el personal. 1.4. Vitalidad del idioma Al igual que en las demás zonas de uso del aragonés, el nivel de conservación del idioma es mayor entre las personas de más edad, así como entre las personas que no han salido nunca de la comarca o aquellas que tienen pocos contactos personales con el exterior. También influye mucho el nivel de conciencia lingüística, que hace que los hablantes tengan o no la voluntad y deseo de expresarse en su forma tradicional o que, por el contrario, intenten evitarla por considerarla una forma inculta, despreciable y no adecuada para expresarse en público. 16


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Por otro lado, el uso fragmentario y patuesizado del idioma hace que en todo caso se hable siempre mezclado con el castellano en mayor o menor medida, y que se utilice más en determinadas situaciones sociales que otras; así, en las tarea agrícolas, en las fiestas y sobre todo en la caza, la vitalidad y cohesión del idioma es mayor que en el resto de actividades de la vida diaria. En los contactos con la administración pública y con personas de fuera de la zona, se evita, se oculta el uso del idioma de forma inconsciente o deliberada. Hemos constatado que la voluntad de hablar “como siempre se ha hablado” produce más competencia lingüística que el factor edad; las personas mayores, aun sabiendo mejor la modalidad local, conociendo perfectamente las estructuras y una mayor caudal léxico lo hablan peor, porque tienen intención de evitar hablarlo. Habría que diferenciar dos zonas de nivel de uso: 1.- Una formada por los pueblos cercanos a A Espuña, que se caracteriza por la existencia de un nivel de uso más castellanizado, presentando en muchas ocasiones una convivencia entre formas que produce la desaparición de la forma aragonesa. 2.- Otra formada por las aldeas que se encuentran más al sur, donde su nivel de uso es bastante mayor. Esta zona coincide con los núcleos de más difícil acceso, en los que hay menos población y de edad más avanzada. A pesar de todo, el nivel de uso también depende de la voluntad del hablante por mantener su lengua; por ejemplo, en las personas educadas en la escuela franquista pervive, de una manera obsesiva, la idea de que el aragonés es una forma de hablar basta, inculta y retrasada, la cual hay que eliminar para prosperar. Esta conciencia de autodesprecio ha sido transmitida a hijos y nietos sin haber dado lugar a otra visión más positiva, ni en el ámbito familiar, ni en el entorno, ni a través de las instituciones públicas que deberían haber inculcado estos valores culturales y sociales, igual que se han inculcado otros como la igualdad de sexos, la tolerancia, la multiculturalidad, el respeto al medio ambiente, el respeto de los derechos humanos. La escuela en los últimos años ha intentado invertir el proceso de autodesprecio de la lengua, gracias a maestros que han transmitido nuevos valores de dignificación de lo propio y que incluso han recuperado y difundido este patrimonio inmaterial, actitud que les engrandece y que ha contribuido sin duda a evitar una mayor desaparición de la lengua entre los jóvenes y niños que han sido educados en este nuevo marco de tolerancia y respeto. 1.5. Aspectos sociolingüísticos En el tiempo que hemos estudiado esta zona, hemos comprobado la existencia de una gran riqueza fonética, gramatical y léxica (casi 4.000 registros conforman la investigación). No obstante, hay que tener en cuenta que todos los habitantes ni utilizan ni conocen todas estas palabras. Existe un acervo de léxico vivo que todo el mundo conoce y utiliza (caixigo, ixordiga, fiemo, campanal, ixolomar, bazcoya, orache, chabalín, meligo, fizar), un léxico pasivo que la gran mayoría conoce pero que no utiliza de forma habitual (buixiga, fierro, coixo, chemecar, blandera, zenisa, faixa), un léxico pasivo en vías de morir, que sólo utilizan las personas de edad más avanzada y en determinados contextos (fillo, baixar, brenca, chen, res) y, por último, un léxico muerto o voces ya extintas que sólo las personas 17


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más mayores recuerdan habérselas oído a sus padres o sus abuelos (maitino, chermano, biello, puyar, chapel, redoma, pomo, dientes de lei, reloch). Casualmente este léxico muerto es uno de los nexos de unión que más coherencia da al aragonés como idioma y permite detectar que gran parte de las diferencias actuales entre las variedades son fruto de la reciente castellanización de finales del siglo XX. A pesar de todo, hemos comprobado que algunos hablantes pertenecientes a las generaciones más jóvenes se están interesando por su lengua y están incorporando a su vocabulario palabras y expresiones que habían desaparecido o se consideraban ya demasiado "bastas". A ello ha contribuido la actitud de los maestros de la escuela de Laspuña de los últimos años y la conciencia positiva hacia la lengua que, en general, se ha producido en Sobrarbe en los últimos años, con referentes culturales y musicales como La Ronda de Boltaña, La Orquestina del Fabirol, la señalización realizada por Prames y las actividades culturales de asociaciones de la zona como A Ixena, O Gurrión o Fendo Traña, y muy especialmente los programas en aragonés realizados por Radio Sobrarbe en los últimos años. Sin embargo, la conciencia generalizada entre las personas mayores y de mediana edad es que esta forma de hablar es basta e inútil y todavía se relaciona con un tiempo pasado en el cual la penuria y las calamidades eran lo normal. Olvidar la lengua y despreciarla supone inconscientemente despreciar y olvidar aquella forma de vida pasada y durísima. Además, el hecho de estar rodeados de variedades más vitales les hace pensar que no hablan de manera distinta, que simplemente hablan como siempre han hablado, y que los que hablan "mal" son los fobanos, los chistabinos, los montañeses (refiriéndose a las personas que viven en los valles más al norte de la comarca). Incluso la gente que tiene algo de conciencia dice que los que "hablan fabla" son los chistabinos y los ribagorzanos. “hombre... aquí fabla, fabla, no hablamos, sólo decimos palabras de aquí, como os clabillons d’o chabalín, me’n boi t’o caixigar a fer leña, como ixoloman as crabas, qué fumera fa ixa chuminera... pero fabla no hablamos, más bien lo hablan los chistabinos...” (opinión de una informante de mediana edad... si esas “palabras” mezcladas con estructuras gramaticales y fonética no son aragonés pues...). En definitiva, se percibe que la voluntad del hablante no es utilizar correctamente su idioma sino hablar el castellano. Incluso se percibe que el propio hablante no es consciente que habla o se expresa en una lengua distinta, simplemente considera que es lo que siempre se ha dicho, como siempre se han nombrado las cosas, sin plantearse si llamarlas así o expresarse así era otra lengua distinta. Solamente los de fuera lo perciben como distinto y los ridiculizan, exterminando de forma inconsciente el patrimonio lingüístico generación tras generación. De ahí que surja una mezcla inverosímil entre las dos lenguas y que se eviten las formas aragonesas, con la excepción de situaciones concretas (como la caza, la vida pastoril, los días de fiesta, discusiones incontroladas o elevados grados de alcohol en el cuerpo) en las que se escuchan voces aragonesas. El subconsciente no engaña y el aragonés aflora cuando las barreras impuestas o autoimpuestas se relajan.

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2. FONÉTICA A continuación presentamos un breve repaso de los principales rasgos del aragonés vivo de esta comarca, que coinciden a grandes rasgos con los utilizados en cualquier variedad del aragonés bien conservada; todos los ejemplos aportados para cada uno de los rasgos están extraídos del vocabulario, fruto de las encuestas y conversaciones con los habitantes de la zona de Baixo Peñas: A) Conservación de la f latina: tanto en posición inicial como interior, es un rasgo fonético muy persistente que se extiende a la práctica totalidad de las palabras cuyo precedente latino lo posee y que en castellano ha derivado en h. Ejemplos de conservación de f inicial: fumo, fumarro, fumoso, fullín, fuyir, fosco, forno, falaguera, falz, fambre, forniga, follarasca, fongo, figuera, fierro, ferradura, farina, farto, faba, fayera, fender, fer, ferrero, filo, folgazano, fondura, forca, forau, fuir. Ejemplos de conservación de f interior: esfullinar, afogar, afalagar, afondar, afumar, bafo, desfer, enfarinar, esbafar, esfonar-se, esfumarriar. B) Conservación de la j/g latina palatalizada: en posición inicial sigue la solución fonética aragonesa a través del fonema africado palatal sordo /ch/: Ejemplos de conservación: chabalín, chanzana, chazer, chelar, chemecar, chendarme, chermano, cheso, chesanco, chinestra, chelo, chen, chinebro, chirar, choben, chobenastro, chugar, chubo, chuguete, chunir, chunco. (Incluso en los antropónimos de las casas y en toponimia: Chulián, Chorche, Chusta, Chazinto, Chaime). C) Cconservación de los grupos iniciales latinos cl, pl, fl, cr: en posición inicial e interior sigue la solución fonética aragonesa de conservar dichos grupos latinos. 19


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Ejemplos: flama, flamera, aflamar, plorar, pleber, ploramica, plegar-se, clabillar, clamar, clau, esclamenziar, cremar, cremallo, crepa, crepaza. D) Existencia de sordas intervocálicas: aparecen algunas oclusivas sordas intervocálicas, pero son más bien escasas frente al fenómeno generalizado de la sonorización, incluso en la toponimia. Sin embargo, sí que aparecen algunos ejemplos de oclusivas sordas intervocálicas mantenidas. Ejemplos: crepa, potrecón, ripa, ripazo, sapia, forato, cazata, baranato, batallo. E) Vitalidad de la x (prepalatal fricativa sorda): aparecen con gran vitalidad vocablos donde se mantiene este sonido propio del aragonés, tanto de forma inicial como interior e incluso final; a continuación escribimos un gran número de palabras que conservan este sonido tan propio del aragonés y que no existe en castellano. Este sonido prepalatal fricativo sordo desarrolla en algunas ocasiones, delante del mismo, una semivocal /i/ que facilita la pronunciación y que se da siempre en posición inicial y delante de las vocales a, e, o, y en menor medida delante de la vocal u, que a veces presentan ambas soluciones, por ej. muxinegro, muixinegro, buxo, buixo, con tendencia a no pronunciar la /i/ delante de esta vocal u) Ejemplos: ixolifrar, ixordiga, escarramaixón, ixalamandrons, escruxinar, ixufre, uxar, ixorellar, ixartigar, boticaixada, buixiga, caixal, caixigo, coixo, debaixo, engardaixina, faixa, freixe, raixoso, tixidor, pixacán, quixilón, guixa, ixaburiu, ixafegar, ixamanzau, ixambre, falandraixo, ixarbotar, ixarruego, ixeco, pixoso, paixariqueta, moixera, ixamplar, ruxar, ruxinar, ixordar, ixalau, boticaixada, garbaixonada, bruxina, buxaroala, buxiga, empuxón, enfaixengau, peix, recaixo, baixo, buxo, muxinegro. F) Palatales procedentes de grupos latinos ly, c'l, g'l, t'l: aparecen también con gran vitalidad ejemplos de esta derivación propia del aragonés, mantenidos en multitud de palabras y por supuesto en todo su campo semántico, palla, paller, palluzo, pallada. Ejemplos: budillo, clabillar, corbillo, cubillar, batallo, estallo, fillo, follarasca, muller, palla, estallar, güella, barribiello, colgallo, cocollo, cascallo, orella, ensortillar, enrullar, entalleta, gralla, arbelleta, caramuello, chazillón, cagallón, mallar, amallatar, borbullar, amollonar, mollón, abella, palluzo. G) Pérdida de vocales finales: aunque no es un fenómeno generalizado, hay suficientes ejemplos que demuestran que fue la característica fonética propia de esta modalidad del aragonés, como lo atestigua el hecho de que el pueblo de Os Molins sea llamado así hoy en día incluso hablando en castellano, y del topónimo mayor Onzins, que conserva dicho rasgo junto con el plural aragonés en la nomenclatura oficial. Existen casos de pérdida antes de n, pero no hay registrado de momento ninguno antes de l. Ejemplos: Os Molins, Onzins, camín, fozín, gallín, robín, bolturín, zelemín. G) Diptongaciones en ie-ue: todos los casos de diptongaciones de vocales breve latinas, incluso delante de yod, dan lugar a diptongos en ie (diptongación de e breve latina) o de ue (diptongación de o breve latina). 20


2. Diccionario de las hablas de la Baja Ribagorza Occidental. María Luisa Arnal Purroy. 3. Las hablas de la Alta Ribagorza. Günther Haensch. 4. Fraseología en chistabín. Diccionario de refranes, modismos, locuciones y frases hechas en aragonés del Valle de Chistau. Fernando Blas Gabarda y Fernando Romanos Hernando. 5. Elementos de fonética y morfosintaxis benasquesas. José Antonio Saura Rami.

L RETROCESO QUE HA SUFRIDO EL ARAGONÉS en las últimas décadas pone de manifiesto una situación fragmentaria, dispar y a veces poco estudiada, que ofrece un mosaico de variedades locales aparentemente lejanas entre si y separadas por zonas blancas donde no hay variedad reconocida y tipificada. El estudio profundo de estas zonas, donde la castellanización ha sido mayor pero todavía quedan hablantes que conservan las estructuras y el vocabulario de la lengua, nos permite comprobar que la cohesión y unidad de la lengua es mucho mayor y que las diferencias, a medida que se estudia, se profundiza y se conoce de forma integra el aragonés, son menores y debidas en gran parte a la castellanización y a veces al aislamiento. El conjunto de localidades que se extienden bajo las faldas de la Sierra Ferrera y su promontorio la Peña Montañesa representa un modelo lingüístico muy uniforme y prácticamente similar al utilizado en A Fueba y las aldeas más conservadoras de Sobrarbe, siendo el puente de unión entre el chistabín y el fobano. El presente trabajo es el resultado de varios años de investigación en la zona de Baixo Peñas. En él se recoge un amplio vocabulario y una descripción de los principales rasgos fonéticos, morfológicos y gramaticales de la zona. Se consigue así una aportación al conocimiento global del aragonés desde el estudio de una zona no investigada hasta ahora, donde todavía se ha conservado un patrimonio lingüístico muy rico que refleja la cohesión y unidad de la lengua en los tiempos en que el deterioro poblacional, cultural y lingüístico no había aún asolado nuestras comarcas pirenaicas.

Fernando Blas Gabarda y Fernando Romanos Hernando

1. Autas, actas, actes, actas d’as primers chornadas sobre a traduzión. O papel d’a traduzión en o desembolique d’as luengas: o caso de l’aragonés. Conzello de lo Grau, 1997.

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EL ARAGONÉS DE BAIXO PEÑAS

COLECCIÓN AINAS

El ARAGONÉS de BAIXO PEÑAS

Localidades de Sobrarbe situadas en las faldas de Peña Montañesa Fernando Blas Gabarda Fernando Romanos Hernando

Fernando Blas Gabarda y Fernando Romanos Hernando han dedicado muchos años a investigar la lexicografía y tradición oral en el Pirineo aragonés, especialmente una de las variedades del aragonés con más vitalidad, el chistabín. En 1999 obtuvieron Mención Especial en el XVIII Premio de Investigación Cultural «Marques de Lozoya» del Ministerio de Educación y Cultura por el trabajo titulado Dizionario Aragonés: Chistabín-Castellano/ Castellano- Chistabín, estudio que recoge en torno a 10.000 registros en aragonés chistabín con su correspondiente versión en castellano. Una beca del Instituto de Estudios Altoaragoneses les permitió iniciar la investigación titulada L’aragonés bibo de Baixo Peñas, sobre el aragonés hablado en A Espuña y en las aldeas que rodean Peña Montañesa, la cual posteriormente fue continuada por estos autores dando lugar a este libro. Otro de sus estudios es Fraseología del Chistabín. Diccionario de refranes, modismos, locuciones y frases hechas en aragonés del valle de Chistau. Se trata del primer diccionario de fraseología del aragonés que contiene un detallado repertorio, el cual supone una importantísima aportación a la dialectología y lexicografía aragonesa. Han participado como articulistas en el libro Tradición: cien respuestas a una pregunta, editado por la Diputación Provincial de Salamanca. Son autores del Archivo Audiovisual del Aragonés, un trabajo de grabación audiovisual en el que se recoge la filmación de hablantes de diferentes comarcas del Alto Aragón donde mayor vitalidad tiene el aragonés, habiendo realizado grabaciones en los valles de Ansó, Echo, Bielsa, Chistau y Benás, con el apoyo de la Diputación General de Aragón. También han participado en el Archivo de Tradición Oral de Aragón a través de grabaciones y encuestas realizadas en la comarca de Sobrarbe, trabajo financiado por la DGA. En el ámbito audiovisual destaca también la elaboración de dos videos en colaboración con la productora Modélika: La falleta y el diya d’a cultura chistabina, con guión y locuciones en aragonés chistabín, y O día d’o traje d’Ansó, con guión y locuciones en aragonés ansotano. Ambos son miembros del Consello d’a Fabla Aragonesa y del Instituto Aragonés de Antropología. Han participado en jornadas, seminarios y coloquios, difundiendo los resultados de sus investigaciones a través de comunicaciones y ponencias.


2. Diccionario de las hablas de la Baja Ribagorza Occidental. María Luisa Arnal Purroy. 3. Las hablas de la Alta Ribagorza. Günther Haensch. 4. Fraseología en chistabín. Diccionario de refranes, modismos, locuciones y frases hechas en aragonés del Valle de Chistau. Fernando Blas Gabarda y Fernando Romanos Hernando. 5. Elementos de fonética y morfosintaxis benasquesas. José Antonio Saura Rami.

L RETROCESO QUE HA SUFRIDO EL ARAGONÉS en las últimas décadas pone de manifiesto una situación fragmentaria, dispar y a veces poco estudiada, que ofrece un mosaico de variedades locales aparentemente lejanas entre si y separadas por zonas blancas donde no hay variedad reconocida y tipificada. El estudio profundo de estas zonas, donde la castellanización ha sido mayor pero todavía quedan hablantes que conservan las estructuras y el vocabulario de la lengua, nos permite comprobar que la cohesión y unidad de la lengua es mucho mayor y que las diferencias, a medida que se estudia, se profundiza y se conoce de forma integra el aragonés, son menores y debidas en gran parte a la castellanización y a veces al aislamiento. El conjunto de localidades que se extienden bajo las faldas de la Sierra Ferrera y su promontorio la Peña Montañesa representa un modelo lingüístico muy uniforme y prácticamente similar al utilizado en A Fueba y las aldeas más conservadoras de Sobrarbe, siendo el puente de unión entre el chistabín y el fobano. El presente trabajo es el resultado de varios años de investigación en la zona de Baixo Peñas. En él se recoge un amplio vocabulario y una descripción de los principales rasgos fonéticos, morfológicos y gramaticales de la zona. Se consigue así una aportación al conocimiento global del aragonés desde el estudio de una zona no investigada hasta ahora, donde todavía se ha conservado un patrimonio lingüístico muy rico que refleja la cohesión y unidad de la lengua en los tiempos en que el deterioro poblacional, cultural y lingüístico no había aún asolado nuestras comarcas pirenaicas.

Fernando Blas Gabarda y Fernando Romanos Hernando

1. Autas, actas, actes, actas d’as primers chornadas sobre a traduzión. O papel d’a traduzión en o desembolique d’as luengas: o caso de l’aragonés. Conzello de lo Grau, 1997.

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EL ARAGONÉS DE BAIXO PEÑAS

COLECCIÓN AINAS

El ARAGONÉS de BAIXO PEÑAS

Localidades de Sobrarbe situadas en las faldas de Peña Montañesa Fernando Blas Gabarda Fernando Romanos Hernando

Fernando Blas Gabarda y Fernando Romanos Hernando han dedicado muchos años a investigar la lexicografía y tradición oral en el Pirineo aragonés, especialmente una de las variedades del aragonés con más vitalidad, el chistabín. En 1999 obtuvieron Mención Especial en el XVIII Premio de Investigación Cultural «Marques de Lozoya» del Ministerio de Educación y Cultura por el trabajo titulado Dizionario Aragonés: Chistabín-Castellano/ Castellano- Chistabín, estudio que recoge en torno a 10.000 registros en aragonés chistabín con su correspondiente versión en castellano. Una beca del Instituto de Estudios Altoaragoneses les permitió iniciar la investigación titulada L’aragonés bibo de Baixo Peñas, sobre el aragonés hablado en A Espuña y en las aldeas que rodean Peña Montañesa, la cual posteriormente fue continuada por estos autores dando lugar a este libro. Otro de sus estudios es Fraseología del Chistabín. Diccionario de refranes, modismos, locuciones y frases hechas en aragonés del valle de Chistau. Se trata del primer diccionario de fraseología del aragonés que contiene un detallado repertorio, el cual supone una importantísima aportación a la dialectología y lexicografía aragonesa. Han participado como articulistas en el libro Tradición: cien respuestas a una pregunta, editado por la Diputación Provincial de Salamanca. Son autores del Archivo Audiovisual del Aragonés, un trabajo de grabación audiovisual en el que se recoge la filmación de hablantes de diferentes comarcas del Alto Aragón donde mayor vitalidad tiene el aragonés, habiendo realizado grabaciones en los valles de Ansó, Echo, Bielsa, Chistau y Benás, con el apoyo de la Diputación General de Aragón. También han participado en el Archivo de Tradición Oral de Aragón a través de grabaciones y encuestas realizadas en la comarca de Sobrarbe, trabajo financiado por la DGA. En el ámbito audiovisual destaca también la elaboración de dos videos en colaboración con la productora Modélika: La falleta y el diya d’a cultura chistabina, con guión y locuciones en aragonés chistabín, y O día d’o traje d’Ansó, con guión y locuciones en aragonés ansotano. Ambos son miembros del Consello d’a Fabla Aragonesa y del Instituto Aragonés de Antropología. Han participado en jornadas, seminarios y coloquios, difundiendo los resultados de sus investigaciones a través de comunicaciones y ponencias.


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