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ANDREI CRISTIAN MEDELEANU
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La calle del agujero en la media. Todos bailan. RAÚL GONZÁLEZ TUÑÓN
En La Calle del Agujero en la Media (1930) y Todos bailan (1934), pueden observarse los rasgos más significativos de su propuesta poética: la presencia de ámbitos y personajes populares, una mirada cosmopolita, la interrogación sobre el paso del tiempo y la participación humana en el devenir de la historia y la constante innovación formal. Raúl González Tuñón condensó en la creación de Juancito Caminador su actitud ante la realidad y la poesía. Con curiosidad y asombro se interna en la atmósfera particular de cantinas y bares, se codea con los marineros o participa en una reunión de obreros. Su voz rescata hacia 1930 los personajes característicos de las grandes ciudades que devinieron vertiginosamente en urbes modernas. Así deambulan por estas páginas prostitutas, gitanos, borrachos, mujeres amadas y deseadas, bailarinas del music-hall, músicos de jazz y blues y algunos personajes célebres, menos anónimos. En medio del fervor del viajero que contempla París, Barcelona o San Francisco, asoma también el tono ácido, corrosivo y la alusión a la guerra. Tal como ocurre con la buena literatura, estos poemas de Raúl González Tuñón siguen siendo contemporáneos, innovadores, sugerentes. Transmiten la mirada del aventurero observador y la fuerza inconfundible de un poeta que supo cantarle tanto a los rincones de Buenos Aires como a los suburbios de París o a los bajo fondos españoles.
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LA CALLE DEL AGUJERO EN LA MEDIA TODOS BAILAN RAÚL GONZÁLEZ TUÑÓN
RAÚL GONZÁLEZ TUÑÓN
El gris recuerdo de los cuervos. Otros huesos, otros restos.
LA CALLE DEL AGUJERO EN LA MEDIA / TODOS BAILAN
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COLECCIÓN MARETA
Raúl González Tuñón (Buenos Aires, 1905-1974) es uno de los escritores más representativos de la generación que renovó la poesía argentina a partir de 1920. Muchos de sus escritos fueron publicados por primera vez en las revistas Inicial, Martín Fierro y Proa; colaboró además como periodista en los diarios Crítica y La Nación. Superó las diferencias que distanciaron las propuestas de los grupos Florida y Boedo, tomando del primero las renovaciones formales y del segundo, la militancia social. Entre sus libros se cuentan: El violín del diablo (1926), Miércoles de ceniza (1928), La Calle del Agujero en la Media (1930), Todos bailan (1934), La rosa blindada (1936), Las puertas del fuego (1937), La muerte en Madrid (1939), Canciones del tercer frente (1941), Caprichos de Juancito Caminador (1943), Primer canto argentino (1945), Todos los hombres del mundo son hermanos (1954) y Demanda contra el olvido (1963). Al igual que otros escritores de la época, transgredió las fronteras de los géneros literarios y acercó la poesía a la narrativa. Incursionó también en el ámbito teatral y algunas de sus obras se estrenaron en el Teatro del Pueblo. Representó a los escritores argentinos en el Primer Congreso de Escritores celebrado en París, en el Congreso de Escritores Antifascistas y en el Segundo Congreso Internacional de Escritores.
Mareta: nombre que en lengua aragonesa se les da a las sirenas de mar.