Cuando fui mortal El fuego prometeico o la conciencia de existir (Reflexiones, 4ยบ B/BX)
La existencia desde mi punto de vista es estar vivo, porque no me gusta pensar qué pasará cuando todo acabe, eso ya vendrá y se verá. Yo lo que sé sobre la existencia es que venimos de nuestra madre y que cada uno vive como decide. La palabra existencia proviene de la palabra latina existere, que quiere decir aparecer. La existencia humana como tal no fue objeto de especial consideración respecto a la existencia de los demás objetos del mundo y el sentido de la vida se enfocaba bien desde un sentido de elevación de lo humano por encima de los demás seres de la naturaleza considerando lo trascendente después de la muerte, como salvación; bien como un sentido de trascendencia moral, como distintos de los demás seres naturales que se manifiesta en los valores morales. De una forma o de otra, creo que la vida es muy corta y hay que aprovecharla y no perder el tiempo. Es cada uno el que escribe el sentido de su propia historia. Alberto Caballero Pérez
Todos nos preguntamos en la vida el porqué de nuestras
existencias, no sabemos dónde vamos ni de dónde venimos, solo sabemos que existimos en un lugar del universo llamado Tierra. No sabemos nada del futuro pero sí podemos elegir el más adecuado para cada uno. Aunque la muerte llegará en un futuro tarde o temprano, nunca hay que pensar en ella, ¿para qué? Si siempre acabarás en sus manos quieras o no. La vida es muy dura, muchas veces se van seres queridos que están a tu lado a lo largo de tu vida como tus padres y abuelos, te ven crecer pero tú los verás irse desgraciadamente. Así es la vida, muchas veces te regalará y otras veces te quitará lo que más quieres en el mundo. Sin duda la vida hay que disfrutarla de la manera que más nos guste quieran o no otras personas, aunque a veces haya que luchar por todo aquello que nos importa tener o mantener en ella. Y en la vida no se trata de ser el mejor, sino de demostrar cada día lo mejor de ti. Álvaro Pardo Madrid
EXISTIR
¿Por qué existimos? ¿Con qué fin? ¿Quién nos ha traído al mundo?... Todo son
incógnitas, preguntas sin resolver y que posiblemente nunca resolveremos. Nadie sabe por qué, nadie sabe para qué, nadie sabe nada de nada, simplemente estamos. Vivos. El ser humano como especie única y compleja, incomprensible e incomparable. Muchos hablan de un tal “Dios”, alguien todopoderoso que nos creó y puso en la Tierra con un fin desconocido. Pero, según pienso yo, eso es solo una forma de inventar nuestro pasado, de dar razón a nuestra existencia. Porque existimos. ¿Qué significa existir? Es difícil… Y digo yo, ¿para qué? Venimos a este mundo a dar un paseo, corto o largo, dependiendo del optimismo, ¿no? Y finalmente nos vamos. Se acabó nuestra visita al mundo, señores, la salida al fondo hacia arriba a un lugar al que llaman “cielo”. ¿Es este el fin? Puede que sí, puede que no. Quizá nos vayamos a otro mundo, mejor o peor, pasemos a otra vida o como algunos dicen nos reencarnemos en cualquier otra persona, animal o algo. Quizá hayamos acabado, hayamos dejado de funcionar, nuestro motor se haya caducado… En ese caso hemos dejado de existir. Nada. Negro. Cero. Ya vendrán otros a visitar lo que les hemos dejado para luego irse a hacernos compañía, quizá, en nuestro viaje a la no existencia. Pero cómo saber nada de esto si ya decía un sabio: “pienso luego existo”. Y vaya, qué razón tenías, hombre. Y, ¿para qué pensar en todo esto? Dime, ¿de qué sirve rayarse la cabeza con estas preguntas? Preguntas en blanco, más que la nada. De nada sirve. Pues oye, ya que estamos aquí, por suerte o por desgracia, ya que pensamos, ya que existimos… ¡Vivamos! Disfrutemos de la visita a este extraño museo, el único que solo puedes visitar una vez. Porque después de todo y antes de nada, existimos. Ángela García López
¿Merecerá la pena existir? Parece que nuestro reloj biológico está preparado para apagarse como si fuéramos unos robots a los que las pilas o la batería se les vacía. Pero estas no se recargan, al menos para esta "vida". Lo peor es cuando ves que a una persona esa "batería" se le está acabando poco a poco y con lentitud. Sobre todo si esos momentos de agonía son los únicos recuerdos de esa persona y siendo tú una niña de tan solo 6 ó 7 años; sabiendo desde más de un año atrás que poco a poco se iba a ir apagando sin poder hacer nada para evitarlo. Y en ese momento es cuando empiezas a pensar, entonces... ¿Para qué existimos? Porque nacemos y morimos, pero no tenemos un propósito ni una regla escrita que seguir, cada uno hace su voluntad como seres libres y capaces de hacer lo que deseen, pero nunca terminamos de realizar nuestros sueños. Así que pongo como referencia que cuando dormimos es como si de alguna forma estuviéramos en otro lugar dulce y tranquilo que al despertar no recordamos, pero nos levantamos nuevos y relajados. ¿Será la vida un sueño? Asunción Jumilla Montesinos
La existencia
o el porqué de la existencia, ha sido una de las preocupaciones y cuestiones que se ha planteado el ser humano desde siempre. Es un tema universal que todos los artistas han tenido siempre en cuenta y han plasmado en sus obras. Y con artistas me refiero a todos los ámbitos del arte: música, literatura y pintura. Así, poetas como Rubén Darío escribieron poemas expresamente dedicados a sus reflexiones sobre la existencia humana y el porqué de la misma. En su poema “Lo fatal” podemos observar que el tema principal es el dolor de vivir y el sentido de la existencia. Personalmente creo que la existencia humana no tiene ni un sentido ni una dirección ya dada. Cada uno es responsable de vivir su vida y de descubrir para qué ha venido a este mundo, para qué está aquí y cómo ha de vivir su vida. El ser humano como ser vivo no tiene ninguna razón por la cual existir predeterminada, cada uno tiene su propia razón y debe encontrarla para ser feliz. Y en el caso de que el ser humano como especie tuviese algo que hacer en este mundo, algo que explicase el porqué de nuestra existencia, estoy muy seguro de que no estamos cumpliendo esa función. Estoy seguro de que para lo que no hemos venido al mundo es para destrozarlo, contaminarlo y explotarlo. Estoy seguro de que tampoco hemos venido para asesinarnos mutuamente entre nosotros ni provocar guerras. Estoy seguro de que tampoco hemos venido para
discriminarnos los unos a los otros por razones de creencias ni culturas. Podría decir mil y una cosas de las que estoy seguro que no forman parte del porqué de la existencia humana. Pero no sabría decir ni una sola que explicase en la más mínima medida el porqué de esta duda universal. Respecto al final de la existencia no creo que haya nada. No creo que haya un cielo, no creo que haya un infierno, ni creo que exista un alma que se desvincule del cuerpo. Y creo que la única razón que tiene el ser humano para tenerle miedo a la muerte es la de sentir que no ha vivido su vida con total plenitud. El ser humano debería de preocuparse más de cómo vivir su vida, en vez de preocuparse en cómo escapar de la muerte. Porque si vive toda su vida con miedo al final, no podrá disfrutarla, ni habrá tenido razón por la cual vivir, ni razón de su propia existencia. Carlos Alberto Navarro Zapata
Dichoso el árbol que es apenas sensitivo, y más la piedra dura, porque esa ya no siente, pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, ni mayor pesadumbre que la vida consciente. Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, y el temor de haber sido y un futuro terror… Y el espanto seguro de estar mañana muerto, y sufrir por la vida y por la sombra y por lo que no conocemos y apenas sospechamos, y la carne que tienta con sus frescos racimos y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos, ¡y no saber adónde vamos, ni de dónde venimos…! Rubén Darío
EXISTIR. Todos sabemos que somos seres humanos, por lo tanto, seres vivos y existimos, pero, ¿qué significa que existimos? Pocas veces nos planteamos esa pregunta. Existir no significa que estamos vivos, porque hay muchas cosas u objetos que existen y no están vivos. Realmente, ¿qué significa? Yo pienso que existir significa ocupar un hueco en el planeta, ser reconocido o visto por los demás. Nunca nos damos cuenta de lo valioso que es existir, lo valioso que es tener vida, formar parte de algo. Deberíamos valorar más el gran regalo de la vida, disfrutarla y quedarnos con la parte buena de las cosas, no con lo negativo. La vida pasa y si no sabemos aprovecharla es tiempo perdido. Un día más es un día menos. Cuando somos pequeños nos solemos hacer muchas preguntar del por qué de las cosas, pero con el paso del tiempo vamos perdiendo el interés de la existencia. Es algo muy importante e interesante, y no podemos olvidar qué somos y de dónde venimos. Nuestra familia es única, cada uno tiene la suya. Nuestros amigos son nuestros. Pero, ¿por qué yo aquí, con esta familia y estos amigos, en este país, con esta cara y este cuerpo? Dios nos creó como quiso, cada uno de una manera, diferentes. Todos tenemos nuestros defectos y nuestras virtudes, nuestros gustos y personalidades, nuestras manos y nuestros pies. De nada sirve lamentarse por las cosas malas que te han tocado, eso no va a cambiar nada, sólo que tú mismo estés mal. Hemos de aceptarnos como somos, dar gracias por lo que tenemos, por existir y ser felices. Carolina Isabel Morales Delgado
Podríamos decir que existir es estar vivo, sin embargo, ¿las
cosas que no están vivas no existen? Esta pregunta ya nos hace dudar con respecto a la definición anterior y por lo tanto nos damos cuenta de que en realidad no significa eso, sino que la existencia sería “la estancia en el mundo”. Nosotros existimos pero también todas las cosas que nos rodean, es decir, todo lo que podemos ver, sentir, tocar, oler, oír… pero también hay cosas que no podemos ver, ni tocar, ni oler, ni sentir, ni oler, ni escuchar que también existen. Es algo extraño pero es cierto.
Muchas veces pensamos, ¿existiremos en otra vida cuando nos muramos? ¿o desapareceremos? Nos entra miedo al no tener ninguna respuesta sobre todo esto, como otras muchas preguntas inexplicables y sin respuesta que nos hacemos a lo largo de nuestra vida. Pero por otra parte, si las personas no muriésemos, cada vez habría más gente en este mundo y todo sería un desastre, o nos cansaríamos de estar siempre aquí, porque a veces la vida es muy injusta y puedes llegar hasta tal punto en el que pienses que por qué existes si todo es tan injusto contigo mismo. Desear no existir. ¿Quién sabe si cuando no existamos seremos siempre felices? Pero los malos momentos se pasan con el tiempo y te vas dando cuenta de que no todo es malo, hay cosas muy bonitas que merece la pena vivir, pero vivir felices, mirando el lado positivo de las cosas y siempre sonriendo. Yo pienso que existir es un regalo que tenemos y que la vida es preciosa, por eso hay que aprovechar cada momento por si de repente, y sin saber cómo, no haya un mañana, nos llegue la hora y dejemos de existir. Cristina Torres Zapata
La razón
del existir es muy compleja, como tema en general
da mucho que pensar; si existimos en realidad, si vivimos por algún motivo en concreto o qué. Yo personalmente me he replanteado varias veces si en verdad existimos o es simplemente un sueño. Tampoco entiendo la razón que hay en vivir, ya que si no todas las personas son felices en este mundo ni ven una razón por la que luchar, ¿por qué justamente fueron ellos los que existieron y no otros? Por ejemplo yo no tengo claro cuál es el motivo del que yo exista y qué es lo que tengo que hacer en esta vida si luego me iré y no servirá de nada todo lo que haya hecho en ella, porque en verdad pasaré más tiempo allí que aquí, y desde mi punto de vista no creo que exista otra cosa después. Desde un punto de vista religioso a veces sí pienso que hay algo más después de la muerte, pero me lo replanteo y me nace la duda. Y ya que aún sigo viva debería hacer buenas acciones si de verdad después nos espera un infierno donde va la gente mala o un cielo donde va la buena. El pensar qué hay después de la muerte no es algo que me preocupe demasiado porque no le encuentro mucho sentido a que lo haga ahora debido a que aún me queda mucho tiempo de vida si hablamos de vejez, pero nunca se sabe lo que nos prepara el destino. Por eso hay que vivir todos los días como si fueran el último, porque nunca sabremos si nos despertaremos al día siguiente. Dayana Silva Qiñónez
Muchas
inquietudes sobre la
vida y la muerte han pasado por nuestra cabeza.
cosas que nosotros pensamos que son verdad, solo serán una equivocación más del ser humano.
Yo me pregunto muchas veces, ¿qué pasará cuando yo me muera?, ¿esto será real? O es tan solo una película en la que cuando me muera, realmente no estaré muerta porque solo era parte de la imaginación de otro ser… Me es extraño pensar que un día cerraré los ojos y no los volveré a abrir, que no podré ver cómo van a ser mis bisnieto, cómo avanzará la tecnología, si el ser vivo desaparecerá como aquellos dinosaurios que de un día para otro ya no quedó ni uno solo vivo. Pero… ¿y si realmente somos un experimento de un ser superior o formamos parte de la imaginación de otro ser? Y ¿si hablamos de nuestra evolución? Nuestra evolución durante toda la historia ha sido extraña y a la vez tan sorprendente, cómo hemos pasado de ser monos inconscientes a ser personas tan avanzadas. O de ser una simple célula que ha evolucionado solo durante nueve meses, hasta ser una persona con un millón de células que al cabo de los años envejecen. Y, ¿por qué tener cinco dedos, dos piernas, una cabeza? ¿Quién decide todo eso? Nosotros nos ceñimos a lo que nos enseñan y a lo que saben los científicos pero… ¿y si solo es una equivocación como aquella teoría de que la tierra era plana? Quizás dentro de unos años muchas de las
Una duda que me invade y de la cual nadie sabe es ¿qué habrá después de la muerte? Habrá un infierno, un purgatorio, un cielo, un dios o simplemente no habrá nada. Preguntas que pasan por nuestra cabeza durante toda nuestra vida, en las que nos paramos a pensar solo un rato y no le dedicamos más tiempo pues no encontramos respuesta. El futuro está por venir y nada ni nadie sabe realmente qué será de nosotros.
Elizabeth FeijoóBeltrán
ENCRUCIJADA DE DUDAS En el camino de flores por el que camino sereno, feliz y alegre sobre el regazo materno. Al final de aquel camino inocente y de cuento de hadas, me encuentro una encrucijada de guijarros adornada. Un hombre de dolido y taciturno mirar, se encontraba en el centro con impasibilidad. “Solo un camino recto hay que solo tú elegirás, cuando lo elijas tu ser se realizará.” Dicho esto a aquel hombre la tierra tragó, se convirtió en polvo y al polvo volvió. Y mientras pensativo y dudoso me quedé, si solo había un camino “¿Cuál elegiré?” Quería volver a aquel camino florido, pero triste permanecí al ver que ha desaparecido. Asustado, tenía que elegir un camino ya, angustiado pensando cuál el recto será. Cansado, no sabía qué hacer sabiendo que habiendo elegido no podría volver. Derrotado y aquejado por el frío y el hambre solo podía pensar en el puñal y en la sangre. Cuando el pensamiento del fin me venció, alguien de radiante mirada la mano me tendió. Aquella persona a levantarme me ayudó, y en la encrucijada elegida me acompañó. ISMAEL SAMPER NAVARRO
Nuestra vida es un lienzo en blanco esperando a ser llenado con memorias y sensaciones, pero ¿Y si hay algo más? ¿Qué hace que existamos?, ¿los recuerdos, nuestra familia o nuestro futuro? Quizás no sea ninguna de estas cosas, quizás seamos nosotros los que nos hacemos existir unos a otros, ya que una persona sola no es nadie, es incapaz de existir por sí sola. Desde el primer momento de nuestra vida somos ayudados por alguien: nuestros padres, nuestra familia, nuestros amigos y un largo etcétera. Muchos creen que podemos hacer todo solos, que somos autosuficientes pero es imposible, al final por mucho que quieras te verás dependiendo de alguien. Quizás la existencia sea esa necesaria dependencia de los demás. Jesús García Mateos
La existencia
del
ser
humano es algo efímero. Nuestras vidas, cortas e insignificantes, apenas dejan huella en la historia y el tiempo, quien ha visto vivir a millones de personas antes de nosotros, una tras otra, todas iguales. Porque a pesar de la fama o poder que se tenga en vida nadie es lo suficientemente importante como para pervivir en el tiempo, éste es el único ser inmortal. Nacemos destinados a morir, como animales que somos es inevitable. Y algún día desapareceremos, o si dejamos algún resto de este planeta sin destrozar puede que demos paso a otra especie más evolucionada que quizás sepa convivir mejor con las demás, en vez de aniquilarlas y destruir sus hogares. Porque seremos los más inteligentes del mundo, pero lo estamos matando poco a poco, a él y al resto de especies que lo habitan. Somos seres que no saben convivir ni con ellos mismos, nos dedicamos a matarnos entre nosotros, nosotros mismos nos buscamos nuestra desdicha provocando guerras sin sentido, torturándonos simplemente por tener
ideas diferentes, oprimiendo a los demás bajo nuestra propia voluntad cuando cada uno debería ser libre de ser y hacer lo que quiera. Nuestra sociedad está infectada de egoísmo, envidia, insensatez y narcisismo, carente de empatía. Somos unos materialistas que con tal de tener nuestra propia felicidad (que suele ser sinónimo de dinero) somos capaces de extinguir especies indefensas y talar bosques enteros, de ver cómo otros se mueren de hambre mientras nosotros tiramos la comida por diversión, de irnos a veranear a la casa de la playa mientras leemos en la prensa cómo desahucian a familias que se quedan en la calle. Cuando la finalidad de nuestra existencia debería ser ayudarnos entre nosotros y dejar un mejor mundo para los próximos. No digo que yo sea mejor que el resto de personas, pero al menos intentaré evitar que estos hechos sigan ocurriendo. Porque es muy fácil decir que no te parece bien, pero no tanto luchar y enfrentarte a los demás para que no se continúe haciendo. José Miguel Pérez Aparicio
La existencia para mí es la forma en la que sentimos
que estamos vivos, de manera que estamos contentos con nosotros mismos y con lo que nos rodea. yo siento que existo cuando estoy feliz conmigo mismo y cuando mi alrededor, mi familia y amigos, lo está conmigo; es decir, para mí el existir es ser feliz. Sin felicidad la vida no tiene sentido y es como si no existieras. Y la felicidad consiste en estar a gusto con lo que haces, libre de preocupaciones, pero también en ser consciente de que los demás comparten eso contigo. Existir es por lo tanto un acto de conciencia de ti mismo que se refleja en los demás. Juan Antonio Marín Bueno
Las veces que me he preguntado si de verdad existo son infinitas. Creía que era la única loca que se cuestionaba estas preguntas una y otra vez. ¿Somos el juego de otras personas o sus pensamientos? ¿Soy la única que no está presente y la gente que me rodea existe de verdad? Difícil de responder estas preguntas con total verdad y sinceridad, puesto que la mitad de las cosas que nos cuentan son mentira. Mirarme al espejo y preguntarme: ¿Cómo por arte de magia aparecí? ¿Cómo es que sin ser una máquina y sin que nadie me haya programado pueda hacer tantas cosas sin morirme? ¿Por qué estoy pensando así? O más bien, ¿este uso de la razón, de dónde sale? Una vez, tampoco es que sea mucho tiempo atrás, me toqué las manos y me sentí. Cogí mi mano izquierda con la derecha y pude sentir con el tacto cómo era la textura de mi piel, el movimiento... Fue algo muy extraño. Al igual me ha pasado con todas las partes de mi cuerpo, espalda, piernas... Mi mayor problema no es el anterior que he contado, sino el que vas a oír a continuación...
Esta sensación tan extremadamente rara que viví hace solo unos día, nunca antes la tuve. Para ponernos en situación, en una clase de historia, en la que el tema no me interesaba del todo, desaparecí de la clase. Sí, como lo oyes. Como bien diría mi madre: "Estás en la luna" o en las musarañas. Pues no. Esto era como entrar en otra dimensión. Era como...estar soñando la vida real sin conocer a los personajes. Mirar a la profesora y preguntarme quién era... Incluso con compañeros míos me pasó lo mismo... Tocar un bolígrafo y preguntarme para qué servía, incluso rozar el borde de la libreta y descubrir la suave textura que tenía. Lo peor de esto fue que sentía una fuerte presión en la cabeza. Parecía que el cráneo me iba a estallar. Mirar tal panorama y ocurrirme esto, fue lo que me hizo pensar que en ese mismo momento iba a desvanecerme. Me hizo darme cuenta de los increíbles detalles que nos presenta la vida, y que en el día a día pasan desapercibidos.
Laura Zapico Coulon
Existir
es un verbo para muchos, pero para mí es más
que eso. Existir es saber mantenerte en pie en lo bueno y en lo malo, pues si no dejaría de hallarse en nosotros esa estabilidad que nos mantiene. Uno siempre ha de saber por qué existe, y por qué cree existir. “Pienso, luego existo”, pero a veces por culpa de pensar de más dan ganas de no existir y a veces por pensar de menos nos perdemos cosas que solo se aprecian una vez vividas. Existir parece que no es más que un sinónimo de vivir; pero yo creo que no, pues hay veces que vivo feliz pero dentro de mí existe un dolor que ni yo mismo puedo explicar. Yo pienso que existir es el elixir de vivir, y con esto quiero decir que uno puede dejar de vivir pero sigue existiendo dentro de sus seres queridos y de la gente más cercana a él, en sus recuerdos. Y otras veces que una persona vive pero para la gente, sea culpa de uno, de otro o de ambos, es como si no existiera. Por eso digo que hay que tener cuidado con no confundir estas dos palabras. Por lo tanto yo vivo y para algunos existo, ya sea en sus recuerdos o en sus corazones, y ¿cómo sé que existo yo a mi parecer? Porque siento, siento dolor, alegría, placer, desesperación, etc... Y todos esos sentimientos ligados o no a momentos específicos que he vivido y en los que a ratos he querido existir más o menos. Por lo tanto yo pienso que una persona ha existido cuando muerto o vivo su ausencia proporciona tanta tristeza como felicidad su presencia. Francisco Mª Serrano Gómez
Lo primero
que se me viene a la cabeza cuando escucho ‘la existencia’ es por qué vive el ser humano, por qué somos nosotros la única especie inteligente que puede comunicarse y manipular el mundo. Y por qué existe la vida si después vamos a morir y les dolerá a las personas que aún siguen vivas. Hay bastantes cosas extrañas que ya nos parecen normales porque nos hemos acostumbrado y hemos oído hablar de ellas desde pequeños, como por ejemplo, por qué nacemos siendo bebés. Yo opino que deberíamos nacer siendo ancianos porque tendríamos la sabiduría de las personas mayores y nos enfrentaríamos mejor al mundo, aunque también tendríamos más problemas de salud; pero con el paso del tiempo nos haríamos bebés, nuestra salud iría mejorando poco a poco y a la hora de la muerte no nos enteraríamos porque los bebés no tienen conocimientos suficientes. La existencia se basa en los recuerdos y experiencias vividas por el ser humano, yo recuerdo una vez que estuve mirándome al espejo fijamente hasta el punto que dije, ¿quién es la que tengo delante y por qué se mueve a la vez que yo? El ser humano es consciente de que existe y de que está vivo y por eso tiene miedo a la muerte, pero la muerte es algo que no sabemos lo que es porque nunca la hemos vivido directamente, sólo hemos visto cómo mueren las personas de nuestro alrededor. Entonces, cómo podemos tener miedo de algo que no sabemos lo que es. A lo mejor es por eso mismo, porque no sabemos qué va a pasar después y a dónde vamos a ir. Yo pienso que la vida no se acaba después de la muerte, yo creo que hay algo más porque si no la existencia no tendría sentido, para qué íbamos a nacer y vivir una vida durante cien años como mucho, si luego vamos a desaparecer del todo. Pero al igual que la muerte quizá no sea real, puede que la vida tampoco, y que nosotros no estemos vivos y sólo seamos fruto de la imaginación de alguien o de algo; o que estemos viviendo un sueño. Yo creo que casa persona tiene dos vidas, la que vive físicamente y la que vive en los sueños; lo físico desaparecerá, pero los sueños nos hacen de alguna manera inmortales. Violeta Morcillo Moreno
Nacer es comenzar a morir, toda persona se encuentra
en cada instante en un permanente proceso de muerte. La vida es puro fluir compartido, la vida no es de nadie, ni tan siquiera la nuestra nos pertenece. Cabe preguntarse no qué nos dará la vida, sino qué seremos capaces de recrear con ella, hemos de comenzar por aceptarnos incondicionalmente tal y como nos encontremos, con nuestras luces y sombras. El ser humano se crea libremente a sí mismo, es su libertad. El destino decidirá qué hacer con nuestra vida, cuando nos hacemos mayores nos damos cuenta de que el tiempo pasa rápido. El existir para mí es desde que nacemos hasta que morimos, después no somos dueños de nosotros mismos. Yolanda Morales
Todo ser humano
nace, crece y muere, algunos
tienen una vida más corta y otros más larga, pero todos nosotros nos hemos preguntado alguna vez, ¿cómo se creó el primer ser humano? Y ¿qué pasará cuando mi vida se acabe? No hay respuestas a estas preguntas, hemos descubierto grandes logros para la humanidad como el fuego, la electricidad, los medicamentos o internet, pero seguimos sin saber cómo fuimos creados o qué ocurre cuando nuestra vida llega a su fin. Aunque no se sepa a ciencia cierta, hay teorías como la teoría de la evolución de Darwing. Por otro lado, aunque sea el mismo Dios pero con nombres cambiados, según los cristianos fuimos creados por Dios, según los judíos por Jehová y según los musulmanes por Al-láh. Antiguamente la religión se utilizaba para justificar cosas o fenómenos que sucedían pero actualmente casi todo tiene una respuesta científica. Visto desde otro punto, nosotros hemos logrado evolucionar más que los animales, desarrollar sentimientos y utilizar el sentido común, por lo que Dios debe de estar detrás de ello. Nadie conoce la realidad, incluso podríamos ser los personajes de un juego de simulación como los famosos "Sims" y que alguien decida cómo serán nuestras vidas según le apetezca. Aunque no sepamos qué pasará después, nosotros tenemos una vida y hay que aprovecharla y disfrutarla hasta su final. Juana Jiménez Sánchez
Yo vi a Prometeo Yo vi a Prometeo el bueno dando desinteresado su amor incondicional y vi el águila descendiendo el vuelo devorando su hígado con un hambre voraz. Yo vi a Prometeo en Cristo compasivo y perdonando los males de los demás y vi el águila en los enemigos que lo crucificaron sin que él hiciera mal. Yo vi a Prometeo en el Mahatma muriéndose de hambre para que hubiese paz y vi el águila en el inglés sin alma mostrándose superior ante los que lo pasan mal. Yo vi a Prometeo en Luther King luchando sin armas por la utopía de la igualdad y vi el águila en el maletín del blanco pisoteando al negro con desalmada superioridad. Yo vi a Prometeo en la buena gente los que quieren un mundo mejor para la humanidad y vi el águila en la mala gente que quiere entorpecer a los buenos su buena voluntad.
ISMAEL SAMPER NAVARRO
Prometeo robó el fuego divino para propiciar el progreso de las criaturas humanas que él mismo hizo surgir vivas del barro amasado con sus propias lágrimas. Con ese fuego les regalaba un don que representaba mucho más que la mera subsistencia; el fuego traía la luz, la luz de la conciencia de sí mismo. Y de igual modo que Prometeo se vio condenado a presidio eterno para expiar su blasfemia, el ser humano debió sufrir la maldición que pesa sobre sus hombros: la conciencia de existir, el padecimiento de saberse vivo. …pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, ni mayor pesadumbre que la vida consciente….
Con absoluta transparencia reflejan esta idea los hermosos versos de Rubén Darío como tantos otros versos que nos regalaron los grandes poetas, nacidos para esclarecer los rincones más íntimos, y al mismo tiempo comunes, del sentimiento humano. Así el tortuoso castigo de Prometeo aflora igualmente como metáfora explícita de ese dolor en las palabras de Unamuno: Este buitre voraz de ceño torvo que me devora las entrañas fiero y es mi único constante compañero labra mis penas con su pico corvo…
La luz de la conciencia trajo consigo la sombra dolorosa de saberse mortal, y en un intento de desvanecer su presencia buscamos rodearla de amor como contrapartida. El hermano, el amigo, el compañero; el otro, en definitiva, promete el alivio de lo compartido y la salvación que supone el reconocer la propia existencia perdurando en la memoria de aquellos a quienes queremos y nos entregamos. Yo sé que existo porque tú me imaginas… escribía el poeta Ángel González, a quien podemos contestar con la alegría de la reciprocidad “…y que yo soy porque te pienso”. El consuelo de la perdurabilidad en la conciencia del que a nosotros es semejante y cercano viene a redimirnos de nuestro padecimiento, como el auxilio de Hércules vino por fin a liberar a Prometeo. Tanto es así que podemos romper nuestras cadenas y compartir con Juan Ramón que verdaderamente la eternidad no es más que “lo que sigue, lo igual” a lo terrenal, comunicados ambos por la armonía y por la luz; y de lo uno y de lo otro entramos y salimos sonriendo, llenos los ojos de totalidad. Y en la frontera de las dos verdades exaltando su última verdad, el chopo de oro contra el pino verde, síntesis del destino fiel, nos dice qué bello al ir a ser es haber sido. Garcilaso.poeta