Eran 3 hermanos que no podían estar juntos y llegaron a la conclusión de que tenían que estar por separado. Uno de ellos empezó a tener problemas porque no podía vivir sin sur hermanos, pero su orgullo no lo dejó pedir perdón (nunca más se supo de él). El segundo sí pidió perdón pero con condiciones y el primero no quiso aceptar las disculpas de su hermano y de él no se supo tampoco. La moraleja de esta fábula es que el orgullo es traicionero y que por él perdemos todo lo importante.
Anaís Fernández Ruiz, 1º D