Vallisoletvm (Marzo-Septiembre 2010)

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Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)


Dedicado a todos los que aman Valladolid

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Contents La antigua fábrica de "La Cerámica" de Eloy Silió

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El desaparecido Hospital de Esgueva

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El desaparecido salón de billares La Catedral

10

Fernando III, proclamado Rey de Castilla en Valladolid (1217)

12

Iglesia de Jesús el Nazareno

14

El colegio de San Albano o de los ingleses

18

El café "El Minuto"

20

El Hospital y la Iglesia del "Rosarillo"

22

El escudo de la ciudad de Valladolid

25

Goma-2 en el Esgueva

27

El Monasterio de las Huelgas Reales

29

La churrería La Catedral

33

Valladolid, de villa a ciudad. 1596

34

La Plaza de Portugalete

35

La antigua Escuela de Comercio

37

El grabado "Civitates orbis terrarum", de Franz Hogenberg

38

El Almirante Cristobal Colón y la ciudad de Valladolid

39

Cervantes en Valladolid

42

Emilio Ferrari

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¿Apareció incorrupto el cuerpo de Gregorio Fenández?

49

Alimentación Heras.

50

El patronazgo taurino de San Pedro Regalado

52

La Monja Alferez y su paso por Valladolid

53

El antiguo Hotel Conde Ansúrez

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4

El colegio García Quintana

55

El desaparecido corral de boteros

57

La Casa Revilla

58

La iglesia de San Juan Bautista

59

Un entierro, simulado por el Duque de Lerma.

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La Antigua recupera la salud

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La estatua de Miguel de Cervantes

62

El Círculo de Recreo

64

Real iglesia de San Miguel y San Julián

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Valladolid. Mundial 82. El jeque que anuló un gol.

69

La estatua del Conde Ansúrez

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Y La Esperanza volvió a ser un barrio

73

La Casa Luelmo

74

El convento de los Agustinos Filipinos

76

El colegio San José

79

Ladrillos de sabiduría

83

Desaparición de murallas y puertas

85

El Monumento a los Heroes de Alcántara

88

El Colegio San Juan de la Cruz. Un estercolero en el centro de la c...

89

La desaparecida harinera El Palero. De fábrica a museo.

92

Breve historia de la Policía Municipal de Valladolid

93

El Teatro Carrión

97

El aterrizaje del Concorde en Villanubla

98

El edificio del Seminario Diocesano

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La tienda del señor Leandro

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El asilo de la caridad

103

La Plaza del Rosarillo

105

Día de Reyes sangriento. El atentado contra el café "El largo adios...

107

Las Cartillas de la Catedral de Valladolid

109

El puente de Puente Duero

111

La estatua de Felipe II

112

El derrumbe de la torre de la Catedral

113

Un O.V.N.I. sobre Valladolid. El avistamiento de 1965.

118

La Plaza de Los Ciegos y la leyenda de la Casta Susana

120

Los «ojos» ocultos de la Plaza Mayor

121

La desaparecida harinera La Perla

123

El Puente del Cubo o de Isabel la Católica

124

La momia de Don Rodrigo Calderón

126

Los judíos de Valladolid

128

El desaparecido Convento de San Juan de Dios

131

De como Alfonso Niño defendió la Puerta del Campo (1464)

132

El desaparecido Palacio del Almirante

133

El convento de las Descalzas Reales

134

El Colegio de los Escoceses

137

Historia de las Ferias y Fiestas de Valladolid

139

La puerta del Palacio de María de Molina

141

La desaparecida estación del Pinar de Antequera

143

El día que Michael Jackson estuvo en Valladolid

144

La controversia de Valladolid

146

Sucesos paranormales en la casa natal de Jose Zorrilla

148

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6

La torre del fielato

150

La desaparecida harinera La Palentina

151

El desaparecido Convento de San Diego

152

La Iglesia de San Nicolรกs

154

Los primeros hipermercados de Valladolid

157

Las pajareras del Campo Grande

159

Teresa Gil

160

Iglesia de San Juan de Letrรกn

162

El Alcazarejo

163

El retorno de la Corte (1601-1606). Espejismo y decadencia

165

La desaparecida Iglesia del Val

167

La Fuente de la Fama

168

ร rboles para la ilustraciรณn

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La antigua fábrica de "La Cerámica" de Eloy Silió Wednesday, March 03, 2010 Eloy Silió -padre de César Silió- fue un industrial cántabro afincado en Valladolid, y uno de los representantes más característicos de la burguesía de dicha ciudad, fundador de la Tejera Mecánica y de La Cerámica, miembro de la Junta Directiva de la Cámara de Comercio vallisoletana, accionista de la cervecera El Águila y de la Sociedad Industrial Castellana. Fundó Cerámicas Silió, una de las empresas más destacadas, dedicada a la fabricación de materiales de construcción que incorporó una avanzada tecnología de origen francés muy apropiada para satisfacer las necesidades que en este sentido provocó el crecimiento urbano en el Valladolid de comienzos de siglo en el que el ladrillo tenía un papel muy importante no sólo en lo referente a la construcción, sino también por su uso como material decorativo muy frecuente en Valladolid. El edificio antes de su rehabilitación (año 1997) En 1908 se convierte en la Sociedad Anónima "La Cerámica", construyéndose una nueva fábrica de gres proyectada por el Ingeniero Luis Silió Cortés al que acompaña la firma de Modesto Coloma, en los terrenos que iba dejando aprovechables el desvio del ramal sur del Esgueva en torno al barrio de los Vadillos. El conjunto edificado tiene, como parte principal, la chimenea y una gran nave rectangular cubierta a dos aguas, adosándose un cuerpo mimético más pequeño a uno de sus costados. El material de construcción es ladrillo prensado cara vista y teja plana para las cubiertas. En 1915 se funde con La Progresiva de Castilla, antigua fábrica de tejas, y en 1926 se extiende a Madrid y Reinosa.

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Acuarela de Félix Tamayo Silió es el nombre de la calle donde se sitúa la antigúa fábrica de cerámica. Durante la priméra década de este siglo la fábrica fué rehabilitada y reutilizada, albergando en la actualidad un supermercado.

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El desaparecido Hospital de Esgueva Saturday, March 06, 2010 Fundado a finales del siglo XI por los Condes de Castilla y Señores de Valladolid, Don Pedro Ansúrez y su mujer Doña Eylo, tuvo como finalidad prestar asistencia sanitaria a los menesterosos de la entonces Villa. Juntamente con el Hospital de San Miguel de los Caballeros y el de Todos los Santos, de los Abades, formó parte del legado dejado por el Conde Ansúrez, en cuyo epitafio se recoge que, entre otras grandes obras, "dexó el Hospital de Esgueva con otros dos hospitales". El último espacio que ocupara el hospital de Esgueva, muy inferior a sus instalaciones iniciales, disponía de un patio con columnas y galerías donde los enfermos y ancianos que residierno durante sus últimos años, podían disfrutar de los beneficios del aire y del sol. (A.M.V.Serie Asociación de la Prensa de Valladolid. 376-1) No se limitaron los condes a ceder su palacio para fines asistenciales, sino que además se creó una fundación de patronato real, iniciada por el Rey D. Alfonso VI de Castilla y dotada con una renta de seis mil ducados, administrada y dirigida por una cofradía integrada por insignes vallisoletanos que actuó como vice-patrona. 8

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El punto rojo señala la situación del hospital según el plano de Bentura Seco Dicha cofradía se fue llamando sucesivamente: cofradía de Santa María de Esgueva, de los Escuderos de Santa María de Esgueva. Durante su historia, los miembros siempre formaron un grupo reducido cuyo número oscilaba entre 24 y 30 cofrades, a los que exigía limpieza de sangre y el estricto cumplimiento de las normas por las que se reglaba la fundación. Mientras se realizó el desalojo de los asilados y enseres del hospital, y debido a su avanzado estado de deterioro, la fachada fue apuntalada, como muestra la fotografía, y las imágenes de la Anunciación y los dos leones que sujetaban sendos escudos entre sus garras, ya habían sido desmontados. (A.M.V.Serie Asociación de la Prensa de Valladolid. 412-1) A lo largo de más de ochocientos cincuenta años, el hospital conoció, además de patronazgo de todos los reyes reinantes en dicho periodo, la unión en sí mismo de los tres hospitales iniciales; la desaparición de la cofradía al ser sustituida por la Junta Municipal de Beneficencia en el año 1848; su transformación de asociación privada en asociación de carácter público, rebautizada con el nombre de Hospital Municipal de Santa María de Esgueva en 1864; su incorporación al Hospital de la Resurrección en 1865; y su transformación en Instituto de Puericultura y Meteorología hasta 1932, fecha en que se inició un periodo de desintegración y ruina, que finalizó con su derribo en el año 1970. El edificio construido sobre el solar del que fuera Hospital de Esgueva, acogió en sus bajos las instalaciones del importante Centro Farmaceútico Vallisoletano, desaparecido hace años. (Colección Joaquín Martín de Uña) El derribo del Hospital de Esgueva no sólo supuso su desaparición, sino también la de varias viviendas y pequeñas tiendas instaladas en su entorno, edificaciones que marcaron una época entrañable para muchos vecinos del barrio de La Antigua, que en pocos años vieron cómo el antiguo solar –la manzana de casas que existe entre las calles de Esgueva, de los Mozos, de la Piedad y Marqués del Duero- se convertía en el actual conjunto de modernas edificaciones que configuran dicho espacio, al tiempo, que desaparecía el trazado de la calle. La referida remodelación supuso la construcción de Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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las actuales viviendas y locales comerciales, entre los cuales cabe recordar el ya inexistente Centro Farmacéutico. En la actualidad Todo lo expuesto es una consecuencia del siempre discutido proceso de crecimiento y progreso de la ciudad, pero el recuerdo de lo que fue el Hospital de Santa María de Esgueva, no puede quedar reducido a los restos depositados en distintos museos de Valladolid y su memoria debería permanecer, al menos, a través de una inscripción que recordara su emplazamiento y existencia.

Ver mapa más grande -Fuente: Valladolid, una ciudad contada. (Joaquín Martín de Uña) Editado por el Ayuntamiento de Valladolid. ISBN: 84-95389-01-0

El desaparecido salón de billares La Catedral Monday, March 08, 2010 Este antiquísimo local situado la calle Cascajares nº 2, enfrente mismo de la Catedral fue el clásico escenario de las mejores partidas del billar vallisoletano. En esta foto de antes de la guerra, vemos a Salvador Díez atento a una partida que disputan unos jóvenes Comenzó su andadura en el año 1919, siendo regentado por Salvador Díez y ha seguido como negocio familiar hasta nuestros días. Originalmente denominado "Billares Salvador", cambió su nombre por el de "Billares La Catedral". 10

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A mediados de los años 90 se hizo cargo del local su hijo Luís, hasta su jubilación, siendo su mujer Conchi quien lo regentó hasta su cierre en el mes de febrero de 2011. En esencia el local no cambió apenas desde su apertura, con cinco mesas, un pequeño mostrador para bebidas, y una pizarra donde controlar el tiempo de las partidas. Eso si, tuvo que adaptarse a las nuevas modas ya que originalmente tan solo ofrecía billar tipo carambola, teniendo que incorporar en los últimos años el billar americano dada su demanda. El local abría todo el año, incluso domingos y festivos, como hizo su padre en los buenos tiempos, cuando había que esperar turno para ocupar alguna de las mesas porque siempre, mañana y tarde, estaban ocupadas. Su privilegiada situación era aliciente más para visitarlo, ya que a su alrededor se puedenen contrar las mejores tapas y los locales más animados de la ciudad. Ver mapa más grande

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Fernando III, proclamado Rey de Castilla en Valladolid (1217) Wednesday, March 10, 2010 Doña Berenguela Por Pascual Martínez Sopena La Crónica Latina de los Reyes de Castilla debió ser escrita por el obispo Juan Osma, que había regido la colegiata de Santa María de Valladolid hasta 1232. Tal vez por eso relata con tanto detalle ciertos sucesos que debió vivir directamente, los cuales condujeron a la proclamación de Fernando III el 2 de Julio de 1217. Sin entrar en grandes detalles, conviene recordar que el trono había quedado vacante por la inesperada muerte de Enrique I. ¿Quién le sucedería? Una parte considerable de la nobleza castellana –encabezada por la casa de Lara-, era hostil a la heredera legítima, la Infanta Berenguela. Alfonso IX de León (en otro tiempo marido de la propia infanta, y padre de sus vástagos, había cruzado la frontera en son de guerra, instigado por los Lara. Fernando III Entre las ciudades, Palencia y Valladolid habían acogido con calor a la infanta y a sus 12

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hijos Fernando y Alfonso. No así las villas y ciudades del sur del Duero, cuyo apoyo era imprescindible. Estas regiones eran las mas aguerridas del reino y sus concejos solo dependían del rey; pero también se hallaban muy influidos por los Lara. En este momento estaban convocados en Segovia para tratar la sucesión al trono. Allí llegaron los emisarios de la infanta Berenguela, que convencieron a los reunidos para proseguir sus deliberaciones en Valladolid. Y aquí se alcanzó el acuerdo, en un descampado donde después se construyó el monasterio de San Francisco. La muchedumbre congregada pidió a Berenguela que se acercara al mercado, donde hoy está la Plaza Mayor. En nombre de todos, alguien le explicó que reconocían sus derechos y la acataban como reina, aunque le pedían que renunciara al trono a favor de su hijo mayor, Fernando. La infanta accedió y Fernando III se convirtió en rey con 16 años. Su solemne investidura se celebró a continuación, en la colegiata de Santa María. Plaza Mayor

Placa conmemorativa situada en la fachada de la Casa Consistorial de Valladolid El futuro deparó sorpresas a los actores y figurantes del drama. Al cabo de un par de días, Alfonso IX llegaba a Arroyo con sus tropas, pero cuando supo lo que había pasado en Valladolid, vio prudente regresar a León. Los Lara desaparecieron por largo tiempo de la escena política del país, lo que facilitó su pacificación. Berenguela, que había tenido que abdicar de sus derechos porque se consideraba que el cargo regio era demasiado para una mujer, fue llamada siempre reina y, actuó como tal hasta su muerte en 1246. -Fuente: Conocer Valladolid. Curso de Patrimonio Cultural 2007/08 Editado por el Ayuntamiento de Valladolid. ISBN: 978-84-96864-26-9

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Iglesia de Jesús el Nazareno Friday, March 12, 2010 La iglesia dedicada canónicamente a Ntro. Padre Jesús Nazareno está situada en la calle de Jesús, junto a la plaza mayor. En ella tienen lugar todos los actos y cultos que celebra ésta cofradía. Con forma de cruz latina, consta de una sola nave rematado el crucero en una cúpula sobre pechinas. La fachada es de ladrillo prensa, el mismo utilizado en la construcción del Ayuntamiento. Consta de cuerpo central y dos laterales rematados con sendas espadañas donde se alojan las campanas. A continuación detallamos brevemente cómo se construyó y cómo ha ido transformándose hasta ser como es a día de hoy. Adquisición de los terrenos La Cofradía se fundó en el año 1596 en el antiguo convento de San Agustín, cuya iglesia es hoy el archivo municipal. En esta sede residió durante los primeros 75 años de su historia, en relaciones por lo general, bastante poco amistosas con los religiosos. Se sabe que era deseo de la Cofradía adquirir terrenos para construirse una iglesia propia, pero la precariedad económica y la dificultad de encontrar unos solares en el centro de la ciudad, hicieron la gestión muy difícil. En el año 1627, Andrés de Cabezón, vecino y regidor de Valladolid, ofreció unos solares que poseía en la zona de la Rinconada junto a otros que tenía la cofradía para que ésta pudiese edificar en ellos su templo, obra a la que ayudaría económicamente a cambio de ser nombrado patrono. 14

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Otros personajes más o menos ligados a la hermandad cedieron terrenos colindantes a los de Cabezón. No es, sin embargo, hasta noviembre de 1663, en que se lleva a cabo la limpieza del solar y se levantan algunas tapias previas a la obra. El por entonces alcalde de la cofradía, Francisco Herrero, expuso su deseo de que las obras de la iglesia comenzasen a la mayor brevedad posible, puesto que las otras cuatro penitenciales de la ciudad tenían templo propio donde celebrar sus misas y de donde salían sus procesiones. Construcción de la iglesia No se conoce la fecha exacta del comienzo de las obras, pero sabemos que en septiembre de 1665 se habían hecho gran parte de los cimientos. A partir de este momento, el procedimiento habitual para sufragar los gastos de la construcción de la iglesia fue la de reservar el cargo de alcalde a cambio de un donativo generoso, aunque se conocen también casos en que, siendo nombrado alcalde un hermano, éste rechazaba el puesto, compensando a la cofradía con el correspondiente cargo económico para la realización de las obras. Debido a estas reservas, podemos seguir en cierto modo el transcurrir de las obras, puesto que en los libros de actas se especificaba la cantidad y el fin concreto para el que se aplicaba el donativo.En el año 1673 debieron aparecer dificultades económicas, puesto que el cofrade Francisco García ofreció hacer una ermita si se le entregaban 1500 reales, aprovechando la portada y alguno de los muros laterales ya construidos, puesto que entendía que no iba a poder concluirse la obra en su totalidad. Pero el Obispado ordenó que se construyese la iglesia como estaba dispuesto en anteriores cabildos. Esto nos da la idea del deseo que se tenía en el seno de la cofradía de independizarse de los agustinos y de la impaciencia que surgía por la lentitud con que, en algunos periodos de tiempo, se desarrollaban las obras. El 5 de enero de 1675, Vicente de Salcedo dio 700 reales para ayudar a cubrir la iglesia, por tanto suponemos que por esas fechas ya se estaban comenzando las obras en la cubierta del templo. El 3 de abril de 1676, Viernes Santo, salió la procesión de la cofradía desde el convento de San Agustín y regresó a la iglesia de Jesús Nazareno, quedando en ella todos sus pasos y enseres, siendo alcaldes de la misma Claudio Pita de Andrade Montenegro y Andrés de Medina. Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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Reformas posteriores En noviembre de 1686 la cofradía vuelve a embarcarse en una obra de importante envergadura, ya que encargó al maestro José Gómez la construcción de la sacristía, quien la terminó a finales del año siguiente. El 1 de junio de 1691 se manifestó en un cabildo que las bóvedas corrían riesgo de derrumbe, por lo cual era preciso proseguir la obra y buscar los fondos para ello. Esto nos puede dar la idea de que a pesar de estar inaugurada, aún no había sido terminada por completo. En junio de 1693 se concluyó la primera parte de la obra. El 27 de junio del año siguiente se acordó reanudar las obras hasta su conclusión definitiva, para lo cual habría de trasladarse la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno hasta la iglesia de Santiago, lo que se realizó el 30 de junio de este año 1694, quedando la penitencial de Jesús cerrada al culto. El 23 de noviembre de 1695 se celebró un cabildo para tratar sobre la construcción de la sacristía y casa del capellán, adjudicándole el encargo a Pablo Mínguez. Por tanto, suponemos que la anterior realizada por José Gómez era provisional. Esta nueva sacristía es la que conservamos aún hoy. El 2 de marzo de 1696, Bernardo Jiménez presentó un estudio detallado sobre las obras que aún quedaban por realizarse para la conclusión de la iglesia, que eran “la parte superior y cerramiento, consistente en la cornisa, cañones y bóvedas, además de otras menos importantes, como revoco de fachada y dos nichos o huecos en los muros laterales para colocar las imágenes de la Soledad y del Cristo del Despojo”. En junio del año siguiente la imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno vuelve a su iglesia, terminadas ya todas las obras. Avanzado el siglo XVIII se realizó una nueva obra en la iglesia: el camarín. El mismo Bernardo Jiménez había indicado la necesidad de la realización de esta obra, pero fue finalmente Pablo Mínguez el que la llevó a efecto. Sin embargo, la relación entre éste y la cofradía fue poco amistosa, entrando en pleitos por problemas de pagos y de incumplimientos de plazos respectivamente. Así, la cofradía prescindió de los servicios de Mínguez para las mejoras de la obra del camarín y se las encargó al maestro Manuel Marcos. Posteriormente se construyeron dos casas adyacentes a la iglesia; una, en el lado de la epístola, para el capellán, concluida a finales de 1721; la segunda, junto a la sacristía, construida por José Fernández entre 1734 y 1735, y que se componía de una habitación 16

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para el sacristán y un entresuelo para la sala de cabildos, pintada por Ignacio de Prado. Así, y con pequeñas obras de retejado, llegamos al año 1800, cuando el incendio del retablo del Cristo del Despojo, situado en el lado de la epístola, obligó a cerrar la iglesia al culto y realizar algunas obras de reparación de los daños causados por el fuego. Las obras comenzaron en junio de dicho año y terminaron en noviembre, abriéndose de nuevo al culto el día 16 del citado mes. Las obras consistieron en la sustitución del retablo incendiado por uno nuevo, blanqueo del crucero y la decoración de las pechinas a cargo del pintor Leonardo Araujo, quién pintó en ellas cuatro ángeles con los atributos de la pasión, pinturas que se conservan intactas hoy en día. En estos años, y a medida que se adentraba el siglo XIX, las cofradías se iban empobreciendo, no pudiendo sufragar más gastos que los imprescindibles para la conservación de sus templos. En estas condiciones, en el año 1858 se decide entarimar el suelo de la iglesia, gracias a las ayudas económicas de las comisarías pertenecientes a los titulares de la cofradía. Para dicha reforma, la imagen de Jesús Nazareno volvió a trasladarse a la parroquia de Santiago, esta vez junto a la Virgen de la Soledad. En 1876 el arquitecto municipal denuncia el mal estado del cuerpo voladizo de la calle del peso, y el depositario de la cofradía, Gabino Rojo Estalayo manifestó la incapacidad económica de la cofradía para llevar a efecto la reparación, por lo cual el Ayuntamiento traspasó la responsabilidad al párroco de Santiago. Por este motivo, durante los años siguientes, aparece dicho párroco representando a la cofradía en los temas económicos. La reforma de 1885 Es en este año cuando la iglesia sufre su más profunda modificación, a consecuencia de las reformas urbanísticas que se produjeron en el entorno de la Plaza Mayor de Valladolid, y que apuntamos brevemente al inicio de este texto.En diciembre de 1880, el arquitecto municipal D. Joaquín Ruiz Sierra presentó un proyecto de reforma de las alineaciones de las calles de Sandoval, Cebadería, Manzana, Jesús y plaza de la Rinconada, y la apertura de una nueva calle que uniese la de Sandoval y la Rinconada, a propósito de la construcción del mercado del Val. Como consecuencia, la iglesia de Jesús se pretendía expropiar en su totalidad, y fue tasada en 108.000 pesetas, apuntándose que estaba al borde del derrumbe. Pero la reforma no se llevó a cabo en su totalidad, ya que fue modificada por el arquitecto municipal D. J. Benedicto, que optó por expropiar una parte de la iglesia y darle un corte para la alineación de la calle de Jesús, con lo que adoptó la forma que tiene en la actualidad. También afectó la reforma a la casa que da a la calle del Peso, y desapareció la del otro lado, llamada del capellán. El 9 de marzo de 1885, el ayuntamiento concedió la licencia al arquitecto Ruiz Sierra para ejecutar las obras en la iglesia, que consistían principalmente en levantar una nueva fachada y añadir un piso de altura a la casa de la calle del Peso. La cofradía recibió como compensación 18.500 pesetas, pero este dinero no bastó para sufragar los gastos de la obra, y la falta de presupuesto tuvo que ser obviada por el arquitecto D. N. Aguilar, quien adelantó los fondos necesarios a cambio de que el sacerdote celebrase cinco misas al mes por su intención.

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Últimas intervenciones En el año 1955 se reformó la subida al camarín a cargo de Germán Miranda del Hoyo, lo que conllevó una reestructuración casi completa de éste, pasando a accederse por debajo del retablo del altar mayor. Esto supuso la reducción de tamaño del camarín, pasando la parte eliminada a formar parte del edificio colindante. La última intervención fue realizada en el año 2004, y consistió en la reforma completa de la casa de Hermandad, la que se sitúa sobre la sacristía, que también fue restaurada. La obra consistió en la adaptación de la casa, que contiene los despachos y salas de cabildos, a las necesidades actuales, así como la sustitución de estructura en mal estado, escalera, suelos, etc. En la iglesia también se hizo una pequeña intervención en el presbiterio con el fin de cambiar los conductos de calefacción, además de la construcción de un columbario bajo el camarín, justo tras el retablo, para el enterramiento de cofrades y devotos de Jesús Nazareno. Como vemos, nuestra penitencial sigue estando en continua transformación, y cuando un edificio que contiene los sentimientos de tantos hermanos va cambiando de forma progresiva, es señal inequívoca de que está vivo. Por eso podemos estar satisfechos, porque nuestra casa, nuestra sede, sigue albergando las mismas ganas de crecer que cuando nació, allá a mediados del siglo XVII. Alberto Muñoz González. Boletín informativo de la cofradía. Año 2008 -http://nazarenovalladolid.com/nv/

El colegio de San Albano o de los ingleses Saturday, March 13, 2010 Tras la imposición de la autoridad real sobre la iglesia nacional de Inglaterra –la Iglesia anglicana independiente de Roma-, sus soberanos iniciaron una persecución contra los súbditos que no aceptaban su acta de supremacía, entre los que se encontraban especialmente los católicos. Por ello, fue necesario que los centros de formación de sacerdotes ingleses se trasladasen a la Europa católica, iniciando su camino en la Castilla de Felipe II desde 1589 en que Robert Persons, jesuita inglés, fundaba este colegio de San Albano en Valladolid. Su misión, bajo la dirección y administración de los Jesuitas, sería la de formar sacerdotes católicos ingleses que regresasen a Inglaterra para ejercer su misión. Así, pues, un elemento fundamental para sostener a los católicos perseguidos era la formación del clero autóctono en el extranjero. Para que estos seminarios fuesen eficaces, los jesuitas que los dirigían y administraban eran una pieza esencial. Tras la expulsión de los jesuitas de España en 1767, se colocó bajo patronato real. Iglesia 18

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La iglesia, considerada una de las mejores muestras del barroco vallisoletano, custodia una imagen de la Virgen María bajo la advocación de «Nuestra Señora de la Vulnerata», salvada del saqueo de Cádiz de 1596 y profanada por las tropas inglesas. Las dependencias colegiales están repartidas alrededor del claustro.ue ampliada entre los años 1672 a 1679, con el patronazgo del padre Manuel de Calatayud, con los diseños del Padre Pedro Matos y ejecución de Pedro de Vivancos. La fachada, de ladrillo y paños de mampostería, está dividida en dos cuerpos unidos por arbotantes curvos. El nº 35, señala en el Plano de Bentura Seco de 1738 la ubicación del colegio de San Albano La planta de la iglesia es octogonal alargada con cúpula ovalada y decorada con yeserías y pinturas de Diego Díez Ferreras. Dispone de capillas rectangulares abiertas en sus lados, con pasos entre los contrafuertes. La capilla mayor escuadrada, con cúpulas sin pechinas, visible desde el exterior. El retablo mayor, obra de Francisco de Villota, tiene como motivo central la imagen de «Nuestra Señora de la Vulnerata» del siglo XVI. A sus lados se encuentran esculturas de San Albano, Tomás Beckett y Eduardo el Confesor, todas de Francisco Rincón. Las capillas laterales presentan retablos barrocos con esculturas de Pedro de Ávila y Juan Antonio de la Peña. Refectorio En el refectorio destaca la pintura Éxtasis de María Magdalena de Pazzis de Francisco Solís. Tribunas Sobre las tribunas se encuentran grandes lienzos de Diego Díez Ferreras sobre la profanación de La Vulnerata.

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-Fuente: Guía Misteriosa de Valladolid. (Javier Burrieza Sánchez). ISBN: 978-84936875-6-4 -Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Real_Colegio_de_San_Albano -Fondos documentales de la biblioteca y archivo del Colegio de los Ingleses de Valladolid

El café "El Minuto" Monday, March 15, 2010 Al fondo se puede ver el primer local que albergó a "El minuto", en la plaza de Portugalete. Como contexto de la imagen una de las comunes riadas del Esgueva “El Minuto” data de finales del XIX, al menos el primero de los tres locales que ocupó en el mismo barrio. Hay varias versiones sobre la razón del nombre con el que siempre se le ha conocido pero la más sólida es la que apunta al apodo con que fue conocido su primer propietario, un torero llamado “El Minuto”, como Enrique Vargas González, que fue quien inauguró este mote y que después copiaron al menos otros ocho o diez diestros de desigual fortuna. El “Minuto” original nació en Sevilla en 1870 y estuvo en los carteles hasta 1914, gozando de cierta popularidad ya que suplía las limitaciones de su baja estatura –de ahí su apodo- con un valor grande y una sorprendente habilidad para estoquear a los toros en el hoyo de las agujas. El minuto de la taberna debió de ser un subalterno, porque su nombre de pila era Segundo y no hay nadie llamado así que llegase a tomar la alternativa. El primer local estuvo situado en la Plaza de Portugalete Se trataba de un local amplio y presumiblemente propicio para las tertulias taurinas, siendo quien era su dueño.

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Segundo local en la Plaza de la libertad Algunos años después se pasó a un local más pequeño en la plaza de la Libertad. La razón social de esta nueva ubicación fue “Cafetín del Minuto”. Allí se siguió despachando vino como primera opción y por eso se interesó por el local Vicente Villar, un hombre vinculado a este negocio porque se dedicaba a comprar y vender vino al por mayor. Vicente Villar no tardó en echar el ojo a otro establecimiento en la calle Macías Picavea, que hasta poco antes se había llamado de Cantarranas. Y allí se trasladó en los años treinta dejando el negocio en manos de sus hijos Abdón y Vicente. El local en la actualidad Vicente Villar murió hace mas de veinte años y su mujer y sus hijas, que nunca estuvieron en sintonía con este negocio, vendieron el piso y el local. Desiderio García Pérez, cogió el traspaso y realizó un profunda reforma, derribando tabiques y procurando con su hermano Jesús mantener el estilo de la taberna, pero se nos hace difícil reconocer en el nuevo local a la vieja taberna tan cargada de recuerdos felices.

Ver mapa más grande -Fuente: Historia de 100 tabernas vallisoletanas. Jose Miguel Ortega Bariego. ISBN: 84-611-2626-2

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El Hospital y la Iglesia del "Rosarillo" Thursday, March 18, 2010 La primitiva portada del hospital daba a la plaza del Rosarillo, siendo posteriormente trasladada a la calle San Juan de Dios y colocada como entrada de la actual Residencia Sacerdotal Corresponde a la iglesia de la Cofradía del Rosario y de los Santos Cosme y Damián, que atendían un hospital. El culto a los Santos Cosme y Damián aparece en fecha temprana en Valladolid. Hay que distinguir entre la cofradía de San Cosme y San Damián, que es la que crea el hospital, y los frailes de San Basilio, bajo la advocación de dichos santos. En tanto la cofradía data de la época de doña Urraca, los monjes basilios se establecen según Canesi en 1585, precisamente en una ermita que pertenecía a la cofradía, lo que va a hacer surgir problemas por la posesión de las reliquias de los Santos. Residencia Sacerdotal, donde podemos contemplar la portada original del hospital En el siglo XV la cofradía poseía un hospital en la plazuela de la Piñolería (actual del Rosarillo). El obispo de Segovia, don Juan Arias Dávila, dio fondos para la reconstrucción de la referida ermita, pero en 1499, por acuerdo de don Pedro de Arias, sobrino y heredero del obispo, y la cofradía de los mártires Cosme y Damián, se estableció que no necesitando la ermita reparaciones y sí por el contrario el hospital de la plazuela de la Piñolería, se destinasen a esta finalidad. El acuerdo se firmó el 16 de 22

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julio de 1499. La cofradía quedaba obligada a colocar las armas del obispo en el hospital, y a decir una misa cantada y otra rezada por su ánima. Con independencia se desarrolla la cofradía del Rosario. En 1503 esta cofradía había recibido un donativo de doña Catalina de Corral, segunda mujer de don Rodrigo de Villadrando, de unas casas para destinarlas a hospital atendido por la cofradía. El edificio estaba situado junto al palacio del Marqués de Camarasa, en la parte posterior. Cuando en 1601 la Corte vuelve a Valladolid, ocupa para su residencia el palacio de dicho Marqués. Se pensó entonces en convertir la iglesia del Rosario en capilla real, uso que ya venía siendo desempeñado por la familia del Marqués. Se llegó a una avenencia, en virtud de la cual la Corona compró la iglesia, compensando económicamente a la cofradía, por lo que ésta llega a ostentar el escudo de la monarquía. Pero para subsistir se llegó a la fusión de la cofradía del Rosario con la de los Santos Cosme y Damián, pasando a ocupar el edificio de estos últimos. Se acordó que la Virgen del Rosario habría de colocarse en el centro del retablo mayor, portada y patio del edificio. Las imágenes de San Cosme y San Damián se colocarían al lado del retablo. El acuerdo se firmó el 13 de abril de 1603.

Entrada a la Iglesia frente a la residencia sacerdotal (Calle San Juan de Dios) Aunque el hospital de San Cosme y San Damián se dedicaba a atender a mendigos, prevaleció la función que venía siendo desempeñada por el del Rosario, de dedicarse a viudas necesitadas. En 1635 pasó a la atención de enfermos convalecientes. Su misión consistía en prestar socorro a enfermos a los que se daba de alta en otros hospitales y merecían una ulterior atención. En 1737 el Hospital General de la Resurrección pleiteó con éste, demandando para sí la atención de enfermos convalecientes. Con motivo del pleito se describe la forma de realizar la misión hospitalaria. Había dependencias separadas para hombres y mujeres. En 1786 desaparece el hospital, haciéndose cargo del edificio la Venerable Congregación de Sacerdotes de la Presentación, situada en la iglesia de San Lorenzo, que es donde se encuentra su archivo. La cofradía se extinguió asimismo por

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orden real, lo que no ha impedido que haya existido hasta hace muy poco tiempo una Hermandad de San Cosme y San Damián. La iglesia se encontraba en las inmediaciones del Palacio del Almirante de Castilla. Con frecuencia se suscitaron pleitos con éste, que ambiciona la propiedad. En 1634 se procedió a la venta de la mitad del coro de la iglesia, con objeto de que sirviese de tribuna a la familia del Almirante. Gozaba de diversas indulgencias el hospital y había imágenes veneradísimas, como el Cristo del Refugio, de suerte que hasta hace muy poco tiempor ha sido uno de los santuarios más venerados de Valladolid. Hoy está cerrado al culto. El hospital La puerta que sirve de acceso a la Residencia Sacerdotal, era la antigua portada del desaparecido hospital del Rosarillo y los Santos mártires Cosme y Damián. Realizada en piedra, con arco de medio punto y rosca de hojarasca gótica, data del último decenio del siglo xv. Envuelta la portada en su alfiz quebrado, dispone de tres hornacinas de arco conopial, donde habían de ubicarse la Virgen del Rosario, san Cosme y san Damián. Hornacinas que hoy están vacías aunque se mantiene el escudo del Obispo, Juan Arias, con el sombrero episcopal. Patio del hospital del Rosarillo La iglesia El arquitecto Juan de Nates intervino en la realización de la Sacristía y el Camarín de la Virgen del Rosario. La capilla es cuadrada y se cubre con una cúpula. Los otros tramos se cubren con bóveda de arista. El coro que cierra la parte de atrás fue utilizado por el Almirante de Castilla como tribuna. La portada de la fachada es de piedra y adintelada, con frontón partido y bolas sobre pedestales; se cree que también se debe a Juan de Nates por el estilo clasicista vallisoletano. Sobre el frontón se encuentra el escudo real de FelipeIII, como propietario de la nueva institución. Escudo Real de Felipe III Al lado del Evangelio existe una capilla-hornacina, protegida con reja. En el copete portaba un escudo de la familia de los Mendoza. La capilla de la derecha entrando desde el claustro, debajo del coro, posiblemente perteneciera a Juan Martínez de Repela, pues en su testamento figuraba el deseo de adquirirla. El fondo de la capilla estaba decorado con azulejería y al igual que la reja eran del último cuarto del siglo XVII. Allí se encontraba la pintura de la Virgen del Rosario con el niño pudiendo pertenecer a la primera iglesia de la de esta cofradía. La Virgen sostenía una corona de rosas y el Niño Jesús ofrecía una rosa a la donante. El donante llevaba en sus labios una rosa, símbolo de la devoción del rosario. Cerca del retablo mayor, en la capilla mayor se sitúa un retablo del último cuarto del XVII, con columnas salomónicas pobladas de sarmientos y racimos a los lados y un gran copete de hojarasca. El retablo es del pleno barroco y sobre las hornacinas se encuentra representado el milagro de los santos hermanos Cosme y Damián que están colocando la pierna de un negro a un enfermo blanco que estaba necesitado de ella. 24

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Al final del siglo XVII, se llevó a cabo una renovación del mobiliario de la iglesia y se doró el retablo mayor. En las hornacinas laterales se ubicaron los santos Domingo de Guzmán y Francisco de Asís. El retablo es coronado por la escena del Calvario. En los laterales del ático encontramos dos ángeles portadores de estandartes. En el lado de la Epístola aparece otro retablo idéntico que alberga a San Joaquín, Santa Ana y la Virgen, del último decenio del siglo XVII. En el mismo lado de la Epístola existía otro dedicado a la Sagrada Familia con el Padre Eterno y el Espíritu Santo y en los costados San Joaquín y Santa Ana. Sobre el arco central, destacaba un medallón sostenido por tres ángeles, con el anagrama del nombre de Jesús. Este retablo obra de Pedro de Sierra y realizada en 1736 preside actualmente la Capilla del Colegio de las Jesuitinas de Valladolid, pues la fundadora de la Orden recibió en esta Iglesia del Rosarillo la inspiración de su obra. Al quitar este retablo aparecieron unas pinturas al fresco con el mismo tema de la Sagrada Familia, pinturas que datan del primer decenio del siglo XVII. Hasta hace unos años se tenía una gran devoción al Cristo del Refugio, especialmente en las horas centrales del Viernes Santo. Concluido el Sermón de las Siete Palabras y con la procesión de los llamados "Docentes" las mujeres de Valladolid, sobre todo las jóvenes, se encaminaban hacia la Iglesia para rezar treinta y tres credos, tantos como los años de Cristo, y a la misma hora que expiraba Jesús en la Cruz. Con el cierre de la Iglesia, la Congregación Sacerdotal decidió su traslado a San Felipe Neri.

Ver mapa más grande -Fuente: Catálogo Monumental. Monumentos Religiosos de la Ciudad de Valladolid (Parte I) Por Juan José Martín González y Jesús Urrea Fernández

El escudo de la ciudad de Valladolid Friday, March 19, 2010 Las formas heráldicas del escudo de la ciudad de Valladolid tienen un origen incierto. La representación más antigua conocida del escudo de Valladolid data del año 1454, aunque en ese momento solo aparecían en él los jirones ondulados. El escudo pudo haber sido otorgado por el rey vallisoletano Enrique IV de Castilla. Se cree que los diferentes elementos tienen su origen en acontecimientos importantes de la historia de la ciudad.

Descripción El origen de las llamas que en él aparecen podrían hacer referencia al incendio de 1561, que destruyó la décima parte de la ciudad y especialmente su centro comercial; la Plaza del Mercado y las calles gremiales que rodeaban a la plaza. No obstante, si este

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acontecimiento histórico fue el que determinó la inclusión de las llamas en el escudo lo más lógico sería que estas nacieran de la parte inferior y no de la parte derecha. Otro dato en contra de esta teoría es que estos girones aparecen presentes ya antes de dicha catástrofe, en el mencionado escudo de 1454. Otra teoría, vinculada a un origen "legendario" se correspondería con la bandera oriflama , guión guerrero de Castilla. Este pendón estaría terminado en diferente número de puntas, aunque finalmente se establecerían en cinco, pues era el número que figuraba en la heráldica de las dos familias más importantes e influyentes del municipio: los Tovar y los Reoyo. Dejando a un lado estas explicaciones, lo cierto es que estas puntas eran muy habituales en la heráldica europea medieval, presentes en los escudos de alguna de las grandes familias de la nobleza castellana, como los Girón. En la Casa Consistorial se puede ver el escudo original antes de ser incorporada la Cruz Laureada de San Fernando La corona real es abierta, de origen medieval, más antigua que la corona real cerrada. Habría sido otorgada por los Reyes Católicos, como símbolo de villa de realengo, con fueros propios. La bordura de gules con los ocho castillos de oro se incorporaría al escudo en 1596, cuando Felipe II otorgó a la villa el título de ciudad. El rey procuró que el título de ciudad, que estaba implícito en el proceso de creación del obispado de Valladolid llevado a cabo un año antes por el Papa Clemente VIII, fuese responsabilidad suya desligando ambas cuestiones, litigando con el Vaticano, y recayendo sobre él la responsabilidad de ese honor para con su ciudad natal. Hay que hacer notar el paralelismo que puede establecerse entre la actual bordura heráldica y el antiguo sello medieval de la ciudad en donde también aparecían ocho muescas o torres formando parte del cerco o muralla que envolvía simbólicamente a la villa. Así, se han venido a identificar estos castillos como las ocho puertas de las dos cercas o murallas que llegó a tener la población representadas por la bordura.

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Escudo sito en uno de los laterales del pedestal de la estatua del Conde Ansúrez de la Plaza Mayor Por último, la Cruz Laureada de San Fernando, máxima condecoración militar española, creada en el siglo XIX, le fue otorgada por decreto de 17 de julio de 1939 al municipio de Valladolid. En 1962 el ayuntamiento de Valladolid permitió la incorporación de la Cruz al escudo del club de fútbol de la ciudad, el Real Valladolid.

Fuente del texto y dibujo del escudo: http://es.wikipedia.org/wiki/Escudo_de_Valladolid -La Cruz de Valladolid (Andoni Esparza)

Goma-2 en el Esgueva Wednesday, April 07, 2010 Fue casi por ahora, uno de aquellos años en los que Valladolid buscaba (y necesitaba) inventarse cada día con la esperanza de dejar atrás horrores, dolor y sombras. Eran tiempos de ilusiones a la intemperie, de sueños vigilados, de frustraciones latentes, pero aún ignoradas, de una paz coagulada y dudosa en cuyos bordes nos sentábamos todos los amaneceres sin dejarnos acunar ni por el silencio ni por los peligros. Hacía ocho meses que se habían celebrado las primeras elecciones democráticas y palabras como “Constitución”, “Libertad” y “Autonomía” poblaban periódicos y conversaciones. Para muchos, como anhelo y redención; para algunos, como enemigo y diana. Plenamente inmersas en aquel aluvión excitante e incierto, las gentes dábamos una vez más por supuesto que el hombre, y sólo el hombre, era el centro, el eje y el devenir del mundo. Una vez más nos equivocamos. La naturaleza volvió a reclamar su ración eterna de protagonismo. Y en Valladolid, lo hizo conforme a historia y tradición: mandando por delante con sus protestas y reivindicaciones al Esgueva, el río femenino caprichoso y díscolo. Aquella sociedad que quería huir de penumbras, abatimiento y provincianismo Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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había olvidado que, como escribió Borges, el destino no hace acuerdos, o, en palabras de Onetti, el destino es, como las multitudes, impresionable por formas y grandezas. Y aquí, en aquel lluvioso febrero del 78, formas y grandezas parecían reclamar al destino un acontecimiento a la altura de la fama del riachuelo, pacífico desde la crecida del 63. Así publicó la noticia El Norte de Castilla Puntual a su cita, la inundación llegó y pilló a los hombres mirándose el ombligo. Valladolid no esperaba (ni ya casi temía) algo parecido. Años ha, el río rebelde, con sus brazos dañinos, había sido desviado hacia el norte y encauzado entre hormigón y desprecio. El descuido y la soberbia humana hicieron el resto. En la tarde del 17 de febrero, viernes, sonó la alarma. La inusual cantidad de agua y fango que venía de Renedo y demás pueblos del valle no llegaba al Pisuerga. La mayor parte permanecía retenida en una presa construida antes de la Guerra Civil en el tramo final del Esgueva. Hubo allí una central hidroeléctrica; sólo quedaba ya abandono, excrementos y paredes que reclamaban la piedad del derrumbe y el desescombro. Pero las compuertas no se habían enterado del paso del tiempo y permanecían recias, firmes, invencibles. Todos los intentos por alzarlas fracasaron. Como si estuvieran vivas y se jugaran en aquel lance su honor y su futuro, resistieron a poleas, manivelas y blasfemias. Y el agua seguía subiendo, aliada, además, con ramas, plásticos, chapas y otras maravillas del progreso, y amenazaba con desbordarse hacia los barrios cercanos. En el lugar, incrédulos y desesperados, se hallaban el alcalde, Manuel Vidal, recién llegado al cargo, concejales, policías, y algún vecino. No tardamos en incorporarnos varios periodistas y fotógrafos, que pronto observaron con sorpresa y expectación, que a la comitiva se sumaban unos cuantos militares en traje de faena. El Esgueva en la actualidad. -Son artificieros; van a volar compuertas, dijo un funcionario municipal tras dialogar con el comandante (o quizás fuera teniente coronel) que mandaba aquel grupo castrense. Era un hombre enjuto, que daba órdenes rotundas a los soldados y se dirigía a los civiles con laconismo y desprecio aristocrático, como diciendo: “Bah, os apuráis por nada; esto para nosotros es pan comido”. Nos permitió, eso sí durante unos segundos, tocar las pastillas de goma-2 que iban a colocar. ¡Joder, qué impresión! 28

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Las instalaron, con sus cables y detonadores. El Comandante nos obligó a escondernos mientras él permanecía de pié, impasible, soberbio. Sonó la detonación. Tremenda. Fuimos a ver el resultado. Apenas dos minúsculas piteras en una compuerta; la otra: intacta. Los espectadores, bien, gracias. A salvo, excepto el comandante, que presentaba una herida en la frente que manaba sangre. Se la limpió sin mirar; nos miró con altivez y rabia y ordenó que volvieran a colocar explosivos, ahora en mayor cantidad. Justo entonces un policía comunicó al alcalde que el estallido había roto decenas de cristales en la Rondilla, Barrio España, XXV años de Paz y otras zonas cercanas. La gente estaba asustada y quería saber qué sucedía. Se dio la orden de advertir a los vecinos, de informarles, pero antes de que acabara esta operación ya había estallado la segunda carga contra la presa. Más ventanas destrozadas, más susto…y otras dos o tres miserables rendijas en las compuertas. Esta vez el militar-jefe, incrédulo y humillado en su orgullo, montó en cólera, aunque no se sabía contra quién. Alguien comentó por lo bajinis: -“Es que los hierros son del tiempo de la II república…” Tras una noche de perros, en la que, sin embargo, no subió más el caudal del Esgueva, a las 06:30 de la madrugada del día 18 se decidió no provocar la tercera explosión. Antes, con poleas y cables apoyados en los árboles de la ribera, se había logrado doblar algo las chapas. Lo suficiente para que aumentara la salida del agua y fuera amainando el peligro. A mediodía de ese mismo sábado, el río ya andaba manso, trémulo, arrepentido, disculpándose. Desde entonces, no ha vuelto a dar sustos, como si aún tuviera miedo de aquella goma-2 y le escociera el recuerdo. Escrito por: Luis Miguel de Dios. El Mundo. El Día de Valladolid. 7 de marzo de 2010.

El Monasterio de las Huelgas Reales Thursday, April 08, 2010 El monasterio Santa María la Real de Huelgas es especialmente famoso en los Anales de la Orden Cisterciense debido principalmente a su historia, el empaque de sus construcciones, las joyas artísticas que contiene, la importancia de su Archivo documental, y hasta la nobleza de sus orígenes. A pesar de ello resulta muy difícil encontrar documentación sobre la vida de esta casa tan noble. Su nombre, proviene de su emplazamiento en un lugar destinado a recreo y solaz de quien se cree fue su fundadora, la reina doña María de Molina. Cuando en 1282 sufre el monasterio el fatal incendio que lo destruyó totalmente, lo mismo que sus Archivos, sería ya cisterciense la comunidad y, según Ortega, lo habría fundado doña Sancha, la hermana de don Alfonso VII. En esa época, la llamada TIERRA DE CAMPOS, era un lugar fronterizo muy codiciado, de manera que Alfonso VII el Emperador se la concedió a su hermana. Al ser nombrada gobernadora, disponía de tierras y dinero y por ello fue fundadora de varios monasterios La que sería gobernadora de Castilla, cedió su alcázar como nuevo convento para las beatas de la orden del Cister y eligió ya desde entonces el monasterio para su sepultura. Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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Todavía hubo de sufrir el monasterio una parcial destrucción en 1328, causada por las tropas de Alfonso XI, quien, en parte quizás por esto mismo, quiso compensarlo con la confirmación y ampliación de sus privilegios. A partir de entonces, la comunidad desenvuelve sin mayores avatares su vida plácidamente y de manera prácticamente ininterrumpida hasta hoy. Con el tiempo, irían afluyendo con normalidad las vocaciones y, a la vez, iría redondeándose el extenso dominio territorial de las Huelgas con fincas rústicas y urbanas, así como con privilegios y derechos señoriales. La primera de sus abadesas conocidas, fue doña Teresa Gil, y consta lo era aún en 1298. Tras ella, ocupa el cargo abacial otra gran abadesa, doña Isabel de Herrera, hija de don García de Herrera y doña Elvira de Guzmán. Ella fue quien primero se sometió a la Congregación cisterciense reformada de Castilla, en la persona de su Reformador General en 1482, reinando los Reyes Católicos. Con esta abadesa, comienzan los años de plenitud del monasterio hasta pasado el primer tercio del siglo XVII. Cuatro grandes abadesas llenan todo este tiempo. Todas ellas pertenecerían a un mismo linaje, el de los Mendoza: Isabel de Mendoza (1510-1543); Ana Quijada y Mendoza (1543-1590); Ana de Mendoza y Cerda (1596-1599) y por último Isabel de Mendoza II que lo presidió sin interrupción de 1608 a 1614, de nuevo de 1620 a 1626, y el trienio 1629-1632. Ana de Mendoza Quijada, es quien comienza la obra de la Iglesia, que acabará veinte años mas tarde (1579-1599). Por referencias documentales de 1537, sabemos la exacta ubicación del antiguo monasterio antes de su incendio, que motivó su traslado a los alcázares junto a la Iglesia de la Magdalena, donde sigue hoy. Parece pro tanto que las "Huelgas viejas" se encontraban localizadas en el Arrabal de la Magdalena, Arrabal de la Cerca (junto a la calle Renedo) y algo del Arrabal de San Juan. La comunidad cuenta en 1665 con un total considerable de 42 religiosas, 20 criadas, 2 religiosos, 2 criados y 1 ama. Serán particularmente dramáticos los avatares de la comunidad en el siglo XIX, con los sucesivos desastres de la Guerra de la Independencia, y después del bienio progresista y de la legislación desamortizadora de Mendizábal que acabó con el considerable patrimonio territorial del monasterio. Es ahora cuando demuestra su temple religioso, su capacidad de reacción y su vitalidad para salir 30

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adelante. Tras estos acontecimientos, la comunidad vuelve a ser floreciente. Prueba de ello es la aparición del Colegio, durante el abadiato de Pilar Oña (siete veces abadesa en la casa), quedando formalmente erigido en 1895 con las primeras profesoras tituladas, siendo abadesa Teresa Veneciano. La comunidad regida por la abadesa Sagrario Martín (1921-1947), capea el temporal de la guerra civil y siendo abadesa la madre Purificación Carlón, puede erigir un Colegio de nueva planta en 1959 que comienza a funcionar desde 1966. La comunidad fortalecida y bastante numerosa, pudo igualmente hacer frente, en 1980 y siendo abadesa la madre Teresita García, a la restauración por Bellas Artes de la Iglesia Mayor. Muerta la madre Teresita, el 14 de septiembre de 1989, fue elegida el día 17 del mismo mes para sucederla la madre Mª Ángeles Valle. El 28 de diciembre de 2002 fue elegida abadesa del monasterio sor Mª de Mar (Elena Martínez López) que gobierna ahora a su comunidad. Fachada Mudejar Hay que comenzar hablando de una huella insigne de los tiempos mismos de la segunda fundación de las Huelgas: la fachada mudéjar (único ejemplar en su estilo que se conserva hoy en la ciudad), con la puerta de entrada al palacio de la reina fundadora, doña María de Molina, de comienzos del siglo XIV. Este elemento arquitectónico construido con ladrillo, es lo único que nos depara esa primera época del monasterio. Archivo Documental Posee el monasterio un espléndido archivo documental con un total de más de 200 pergaminos, algunos de ellos con notables miniaturas y sellos, diversas pinturas de valor, y la original colección de ramos de plata. Retablo Mayor de la Iglesia El retablo mayor de la Iglesia fue realizado por el maestro Gregorio Fernández y contratado por la abadesa doña Isabel de Mendoza II el 15 de abril de 1613, exigiendo al autor que estuviese terminado en el plazo de un año. La madera había de ser de madera de pino de Hontalvilla (Soria), blanca, sin nudos y Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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cortada en buena luna. Así mismo, las figuras debían ser huecas, para evitar que se hendieran. El retablo mide diez metros de ancho por otros tantos de alto. El cuerpo principal tiene dos pisos, separados por un sencillo friso. Ostenta cuatro relieves muy hermosos con los evangelistas echados, cada uno con su animal heráldico. Centra el primer piso el famoso relieve de Cristo desclavándose de la cruz para abrazar a San Bernardo. A ambos lados, se disponen sendos lienzos, como los del piso superior obra de Tomás de Prado. En las calles laterales aparecen las figuras de San Juan Bautista y San José con la vara florida y el niño cogido en la mano. La misma composición aparece en le segundo piso, con el relieve central de la Asunción de María y en los laterales, con las figuras de San Benito y San Bernardo. Retablo del Nacimiento Capilla del Nacimiento Existe un segundo retablo del mismo autor conocido como Retablo del Nacimiento (1614), en la capilla que fuera de San Juan, junto al coro, que da a la Sacristía. En el centro del relieve está el Niño en cuna, la Virgen lo adora con las manos plegadas y hay un pastor ofreciendo un cordero. Junto al Niño hay un ángel de rodillas y más arriba están San José y otro pastor. En el fondo, se divisa la choza, con techa de ramaje, y un fondo arquitectónico. Sepulcro de Doña María de Molina Sepulcro de Doña María de Molina Otra importante obra de escultura es el sepulcro de doña María de Molina, reina fundadora del monasterio. Está hecho de alabastro y se sitúa en el centro del crucero de la Iglesia, delante del altar mayor. Los costados están decorados con escudos de castillos y leones. En el de la derecha hay un relieve de la Virgen con el Niño y un santo benedictino en el de la izquierda. En el lado menor de la cabecera aparecen dos relieves, uno de San Juan Bautista y otro de San Cristóbal. Iglesia Otro elemento importante es la iglesia del monasterio (1579). Esta fue edificada en un breve periodo de tiempo y de una sola vez. El exterior es de una gran austeridad y de corte clasicista. El interior es realmente amplio y lleno de la luz que le viene de los vanos termales. La planta es rectangular, afectando sin embargo la forma de cruz latina, con un amplio crucero. En el ábside cuadrado se sitúa el espléndido retablo de Gregorio Fernández, uno de los mejores del artista. La nave única se continua con el coro, en el mismo eje longitudinal situándose tres capillas laterales a cada lado de ella. Sobre el entablamento se sitúan los vanos termales y todo ello cubierto con una bóveda de cañón, con arcos fajones y lutenos. El crucero se corona con una media naranja de ocho cascos. La bóveda se decora mediante triángulos y óvalos , y sencillas placas en la media naranja del crucero, sobre pechinas. La capillas laterales se conforman con sencillas cupulillas y bóvedas. Una de ellas abre al exterior la única puerta de la iglesia. El templo carece de fachada, sustituída esta de hecho por el coro, dispuesto en tres 32

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naves, la central techada con bóveda de cañón rebajada, y de arista en las laterales.

Ver mapa más grande -Fuente: http://www.huelgasreales.es/monasterio.htm

La churrería La Catedral Friday, April 09, 2010 Este establecimiento, pervive en un hermoso ejemplo de tradición familiar. Esta churrería siempre ha estado donde aún está, en la calle de la Catedral, entre las de los Tintes y Cascajares, desde que en 1903 la fundara Inocencio Baciero, un churrero nacido en la localidad burgalesa de Campillo de Aranda que supo intuir el buen negocio de un establecimiento de este tipo en las inmediaciones del mercado del Portugalete, porque allí se hacía la subasta del pescado y eran muchos los que con la escarcha de esas horas intempestivas necesitaban entrar en calor. María, la dueña, junto a Luis Miguel, uno de sus nueve hijos, a la puerta de la churrería de La Catedral. Foto Col. Baciero A Inocencio le sucedió su hijo, Eugenio, y a éste el suyo, Fernando, que es quien actualmente permanece al frente de este establecimiento centenario, el más antiguo de Valladolid en su género, que además de los industriales del mercado y asentadores de pescado, tenía clientela fija de estudiantes de la universidad y gente que después fue famosa por diversos motivos, como el ministro José Antonio Girón, el escritor Paco Umbral o los actores Emilio Laguna y Lola Herrera. “La Catedral” abría a las cinco de la mañana y cerraba a la una de la madrugada, con una incesante producción de churros, buñuelos, cohombros y patatas. Las patatas fritas de esta casa siempre fueron reputadas y aún hoy se mantiene la demanda por mucho que los tiempos y los utensilios hayan cambiado.

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Fuente bibliográfica: Valladolid Cotidiano. (1939-1959). Autor: José Miguel Ortega Bariego. ISBN:84-95917-40-8

Valladolid, de villa a ciudad. 1596 Monday, April 12, 2010 Felipe II ordena la reconstrucción de la parte incendiada Durante el siglo XVI, Valladolid vivió una época de esplendor, gracias a la actividad mercantil y artesanal, que consiguió reunir entorno a la capital del mundo hispánico a importantes personalidades de su época. Entre ellos la ciudad del Pisuerga vería el nacimiento del que sería el gran rey del Imperio Español, Felipe II en 1527 en el Palacio de Pimentel, quien daría el título de ciudad en 1596 a lo que hasta este momento era villa. Durante todo el siglo se llevarían a cabo una serie de reestructuraciones urbana, incrementadas por el gran incendio de 1561 que destruyó el centro urbano y que daría pie a la nueva construcción de la Plaza Mayor, la cual serviría de modelo para el trazado regular de muchas plazas españolas, entre ellas la de Madrid y Salamanca y su posterior exportación a Sudamérica. También comenzaron las obras de la nueva catedral, que quedó inconclusa debido al declive que sufrió la ciudad cuando Felipe II decidió el traslado de la corte a Madrid debido a su localización geográfica estratégica y por encontrarse cerca de El Escorial, la obra más representativa de su reinado. El desmantelamiento del entramado administrativo afectaría al comercio lo que originó la decadencia de la ciudad. Documento por el que se concede a la villa de Valladolid la categoría de ciudad Fuente: revcyl.com

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-Fuente: http://bayuca.hijodeblog.com/2009/12/29/valladolid-cortesana/

La Plaza de Portugalete Tuesday, April 13, 2010 Market-Place (Valladolid). Harry Fenn (Dibujante). Charles Whyper (Grabador). Se desconoce el origen del nombre "de Portugalete" aplicado a esta plaza, viéndose por primera vez esta denominación en el plano de 1788. Antes de levantarse la actual Catedral, este paraje tenía forma y disposición muy distintas a las de ahora, pero siempre, en toda su longitud, iba el río Esgueva descubierto. La Plaza según el Plano de Bentura Seco de 1738 El paraje varió mucho con la construcción de la Catedral, y tambien con el cubrimiento de esta zona del ramal del Esgueva. Sobre la gran explanada que con tal motivo se formó se hizo un mercado con casetas de madera y una plazoleta central, tambien de madera; éste se substituyó por el de hierro que, edificado a la vez que se construyeron los del Val y Campillo se le llamó "de Portugalete". El Mercado de Portugalete se edificó gracias a una cesión de terrenos del Cabildo, jústamente en el espacio de Herrera había destinado para el claustro de la Catedral y fué inaugurado en 1884 siguiendo mas o menos el proyecto original del arquitecto municipal Joaquín Ruiz Sierra. Fue derribado en el año 1974. Foto de julio de 1974 (el día exacto es desconocido) realizada por Antonio Nieto. Escombros procedentes del derribo del antiguo mercado de Portugalete El paso del tiempo hizo desaparecer del entorno del espacio formado por la Catedral, además del conjunto de viviendas adosadas a la seo y a la antigua Colegiata, uno de los primeros garajes de automóviles -Garaje Zurbano-, una fábrica de hielo, un taller de reparación de carros y bicicletas, uno de los emplazamientos de la desaparecida Galería Castilla, quedando como único superviviente de los años cincuenta del pasado siglo la Churrería de la Catedral que proporcionó calor y desayuno a los trabajadores del mercado de abastos. -Montaje fotográfico: Rincones con fantasma (Juan Carlos Urueña Paredes). ISBN: 8495389-97-5 Tambien se derribaron viejas edificaciones como las que se encontraban aledañas a la Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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Iglesia de la Antigua y que conformaban la desaparecida Plaza del Bolo. Las importantes obras que se ejecutaron para la construcción de un aparcamiento subterraneo de vehículos automóviles, así como las posteriores de adaptación de la zona al cambio experimentado en el entorno histórico-artístico del lugar, supuso la desaparición (temporal) de las zonas ajardinadas que cubrieron el hueco por el demolido Mercado de Portugalete. Antigua Plaza del Bolo La construcción de dicho aparcamiento subterraneo estuvo envuelto en una gran polémica a causa de la aparición de restos arqueológicos. Se cerró la plaza al tráfico y en 2007 se inauguró el nuevo espacio peatonal del que disfrutamos en la actualidad. La plaza en la actualidad Foto de Antonio Nieto 1970 Foto de Antonio Nieto 2007

Ver mapa más grande -Bibliografía consultada: Las Calles de Valladolid (Juan Agapito y Revilla). ISBN-84-9761-142-X http://www.nortecastilla.es/pg060313/prens a/noticias/Valladolid/200603/13/VAL-VAL017.html

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La antigua Escuela de Comercio Thursday, April 15, 2010 Foto: Valladolid Web Tras la cesión de terrenos, la subsecretaría del Ministerio de Instrucción Pública convoca un concurso para construcción del edificio universitario para Escuela de Comercio que ganan los arquitectos Pelegrín Estellés y Emilio Moya. La fecha de realización es entre 1929-1939 aunque fue finalizado por Emilio Cuadrillero. La fachada es asimétrica, con torre sobre pórtico de entrada. El edificio tiene en cuenta el torno el entorno y responde e escala próxima con un cuerpo-puerta de tres arcadas monumentales que recuerda la arquitectura ferroviaria adyacente al lugar y supone un recuerdo de la composición decomonónica tradicional. La escuela de comercio en la década de los 30 En alzado, dos piezas de flanqueo laterales unifican en cornisas en impostas con el cuerpo de arcadas, contrastando con la composición piramidal y jerarquizada de los huecos de la torre, que remata el chapitel herreriano. Estilísticamente, la forma debe mucho al eclecticismo (articulación general) y a la Secesión (composición de huecos). En 1902 se publicó el ascenso de los estudios de comercio vallisoletanos a la categoría de superiores. Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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En 1932 se eleva a la escuela al grado de "Altos Estudios Mercantiles". Durante este periodo (concretamente en 1929) se logra también un emplazamiento fijo para la escuela en el edificio sito en la calle Estación nº5 (él de la foto). A partir de 1971 los estudios económicos y empresariales se separan de las ciencias políticas dando lugar a un título independiente (y creándose las Facultades de Ciencias Económicas y Empresariales). En 1972 se integran las Escuelas Profesionales de Comercio en la universidad adoptando la nueva denominación de Escuelas Universitarias de Estudios Empresariales y pasando a constituir el primer ciclo (o Diplomatura) de la Licenciatura de Ciencias Económicas y Empresariales. El edificio en la actualidad Debido al incremento del alumnado, la E.U.E.E. se vio obligada a trasladarse (el 24 de Enero de 1994) a un nuevo edificio situado en el Campus de la Magdalena y Esgueva. La Universidad de Valladolid vendió en 2003 el edificio al Registro de la Propiedad de Valladolid. En 2008 se finalizó la restauración del edificio, que desde 2009 alberga la sede de dicho Registro.

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El grabado "Civitates orbis terrarum", de Franz Hogenberg Saturday, April 17, 2010 El Grabado que ilustra la cabecera de este blog corresponde a una obra de George Braun titulada “Civitates orbis terrarum” (Coloniale Agrippinae, 1572). Se hicieron de esta obra numerosas ediciones. Los grabados de las ciudades se deben a Franz Hogenberg, quien primero trabajó en Malinas y luego en Colonia, que es donde se imprimió este libro. El pasó a la plancha los dibujos que obtuvo Georg Hoefnagel, quien tomó sus apuntes recorriendo numerosas ciudades de Europa. En esencia es lo mismo que hiciera Wyngaerde, aunque éste se concretara en España.

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La vista de Valladolid aparece debajo de la de Toledo, para aprovechar el espacio. De 1572 es el ejemplar de la Biblioteca Reina Sofía, de nuestra Universidad. El de la Biblioteca de Palacio de Santa Cruz está coloreado a mano y se imprimió en 1593. Es una representación de formato apaisado, a lo que se presta la horizontalidad del paisaje (33,3 por 47,7). En la parte superior se lee “Vallisoletvm”; en la parte izquierda hay una cartelita, con leyenda en latín, que empieza así: “Vallisoletvm, Aliis Pincia, conmuniter Valladolid dicitur”. Se exalta el ser residencia de rey y de ilustrísimos próceres. Estaba adornada con magníficos edificios, tanto religiosos como civiles. Era lugar de suelo ubérrimo, con mercado influente. El párrafo concluye con un recuerdo al Pisuerga, que ya se consideraba orgullo de la ciudad. La panorámica está captada del lado de levante. En primer término se ve una era, con escenas de trilla, aparvamiento y ensacado del grano. Hay numerosos huertos encerrados en tapias. Siguen los “arrabales”, caserío humilde. Hay muralla con torres, no mera cerca. En la parte central se aprecia a la izquierda la torre de la Antigua. Junto a ella, el alto bloque de la colegiata. Se cuentan siete torres descollantes, la más extrema la de la iglesia de Santiago. Otro edificio con dos sólidos torreones será San Benito, conservando todavía la imagen de alcázar real. La perspectiva se propaga por la parte izquierda, con una línea curva de fincas que siguen al rió Pisuerga. El fondo corresponde al horizonte de páramos. El dibujante suministró al grabador una idea muy veraz de Valladolid. Aunque no es una perspectiva topográfica, no hay duda de que se ha captado el escenario natural, con ese primer término agrícola que corresponde a la realidad, y una arquitectura en la que las torres dieron una peculiar fisionomía a Valladolid. Por eso no extraña que una definición tan cabal de lo que era Valladolid perdura hasta llegara al siglo XIX, en creciente proceso de simplificación. -Fuente: Valladolid, grabados y litografías. Editado por el Grupo Pinciano ISBN: 84-505-8215-6

El Almirante Cristobal Colón y la ciudad de Valladolid Tuesday, April 20, 2010 Por Jesús VARELA MARCOS La Historia de una ciudad tiene momentos brillantes que sus habitantes recuerdan con cariño y de los que se sienten orgullosos. Mantener la vigencia de esos momentos, a veces olvidados, es labor de los cronistas. Como vallisoletanos debemos de recordar unos de esos momentos brillantes para la Historia de Valladolid, una de esas fechas que sitúan a nuestra ciudad en el escaparate mundial de la Historia por la trascendencia universal del personaje, Cristóbal Colón. En el año 2006 se celebró en Valladolid la muerte del Almirante de las Indias, que acaeció “en esta villa miércoles víspera de la Ascensión 20 de mayo de 1506”. Conoce la ciudad El histórico personaje conoció nuestra ciudad años antes, y en ella estuvo varias veces. Recordemos como en 1486 acompañando a la corte de los Reyes Católicos salía de

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Arévalo el 8 de agosto, y el 10 pernoctaba en el monasterio de la Mejorada,1 en la provincia de Valladolid. La jornada siguiente la comitiva real viajó hasta Valladolid por el camino interior que lleva a Puente Duero y Simancas hasta el monasterio de Prado, perteneciente a la orden de fray Hernando de Talavera e importante centro de información, donde pasaron la noche del día 11. En esta noche tiene su origen la tradición vallisoletana que narra la presencia de Colón rezando bajo la Virgen románica “de Colón,” mientras Talavera hablaba del proyecto colombino con la reina Isabel . A la mañana siguiente Colón siguió con la corte hasta Medina de Rioseco por Torrelobatón y Castromonte, llegando a la ciudad de los Almirantes el 12. Casa Museo de Colón Los avatares históricos de su turbulenta vida le tuvieron entretenido en el oficio de navegar y descubrir hasta el año 1496, diez años después de su primera visita a Valladolid. En estas fechas Colón estaba triste y pesaroso, por el resultado de su segundo viaje y no sintiéndose querido por las autoridades. Sufría su alejamiento real mientras se dirigía a Burgos al encuentro de los monarcas cuando, en una obligada etapa del camino, entre los calores de agosto Colón y sus amigos llegaron por segunda vez a la ciudad del Pisuerga. De compras en Valladolid En Valladolid se encontraba el séquito del genovés el miércoles 9 de agosto, y en esta ciudad van a vivir un tiempo, pues fue más que una parada en la ruta a Burgos. El grupo residirá en este centro económico, de comercio de telas ricas, con numerosos talleres de confección y sastres, hasta el viernes 8 de septiembre. Prácticamente un mes completo. ¿Cuál fue la causa o razón que tuvo el Almirante para permanecer en esta ciudad castellana tanto tiempo? Resulta difícil saber los motivos por no disponer de correspondencia oficial, o haberse producido encuentros oficiales con personas que dejasen documentación que se conservase, sin embargo existe un documento denominado Memorial del Oro, que se refiere a una etapa 40

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de Colón coincidente con estos días y que nos puede dar mucha luz. Plaza de Colón Este documento recoge como el sábado 12 de agosto Colón ordenó a Carbajal que vendiese “2 marcos, 6 uncias, 4 ochavas y 3 tomines” de oro para pagar una cantidad de ropa que había comprado en las tiendas de Valladolid. La noticia resulta cuando menos curiosa, trasmitiéndonos una actividad del Almirante, como era el adornar su persona, que tenía precedentes. Recordemos cuando en su estancia en la Rábida, en diciembre de 1491, se gastó otra cantidad de dinero remitido por la reina Isabel, para comprar ropas dignas con que presentarse en la corte. Parece que ahora en Valladolid vuelve a efectuar semejantes compras y con similar propósito: el poderse presentar en la corte de los Reyes Católicos con la mayor dignidad posible. Por la cantidad gastada de dos marcos, seis onzas, cuatro ochavas y dos tomines, que es incluso mayor que lo cambiado en Sevilla para todo el viaje, deducimos que la inversión fue grande. Además sabemos que todo lo invirtió en ropa como aparece en el escrito que dice .“y lo dio casi todo en ropa que compró.” Y de ello es fácil deducir dos cosas. Que en la ciudad de Valladolid había tiendas donde poderse gastar tanto oro en ricas ropas y así parece ser por la presencia de un buen número de sastres con sus cuadrillas, que cobraban a razón de 40 maravedíes por un capote y 10 por sayas guarnecidas de lienzo; o la presencia de jubeteros, y calceteros . En general y según opinión de Rucquoi Valladolid era una villa donde una gran parte de su población se dedicaba a la industria textil y derivados. En segundo lugar, que Colón estaba decidido a aparecer ante la corte con un aspecto radiante, lejos ya del penitencial con la saya franciscana empleada en el desembarco en Cádiz. Tampoco fue esta la última vez que el Descubridor visitó Valladolid, debieron transcurrir otros 10 años hasta 1506 para que Colón volviese a nuestra ciudad, en esta ocasión para quedarse mucho tiempo. Nos estamos refiriendo a la muerte del Almirante que le sobrevino en Valladolid durante una estancia siguiendo a la corte en momentos políticos muy tumultuosos, cuando se esperaba a los jóvenes monarcas Juana y Felipe. Muere en Valladolid La última presencia de Colón en Valladolid siempre ha resultado difícil de explicar. Los motivos han sido la falta de noticias concretas que trasmitan algún tipo de vivencias del descubridor en la ciudad del Pisuerga. Tan sólo disponemos de tres documentos, dos oficiales, como es la carta que dirigió a los reyes Felipe y Juana que llegaban a España, que las Casas nos trasmite, de la que no conocemos la fecha exacta; el codicilo de su testamento redactado el 19 de mayo; y otro documento privado, de tipo periodístico, como es la noticia de su muerte en el diario de los Verdesoto. No disponemos de ningún documento más. Llegados a este punto, podemos decir que todos los escritos que se han hecho sobre su estancia, criados y personas que le acompañan, lugar de la muerte, fallecimiento, misas o enterramientos son hipótesis. También las hipótesis pueden ser tenidas en cuenta si se aproximan a la verdad cubriendo huecos documentales. Y Así, el 2 de abril, veíamos llegar a Colón por Puente Duero a Valladolid. Al reproducir la escena debemos verle rodeado de criados que le ayudaban en su traslado, porque estaba muy enfermo, porque su estatus así lo determinaba y requería, y porque su disponibilidad económica se lo permitía. Ya en la ciudad debió alojarse en un palacio, o casa palaciega, de algún amigo o conocido, caso de D. Luis de la Cerda, que tenía una casa en la calle Teresa Gil. En este domicilio dedicó sus días a proseguir la gestión de sus negocios familiares en la corte, único motivo de su existencia desde la vuelta del cuarto viaje. Esta decidida ocupación nos la Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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confirma la carta que desde la ciudad del Pisuerga envió a los jóvenes Reyes Felipe y Juana, que llegaban de Alemania, y donde les ofrecía su persona para realizar nuevos descubrimientos en un quinto viaje. Así pues, este es el círculo en que los Colón operarían en la ciudad castellana, ante los miembros de la corte que les fuesen favorables, tratando de orientar sus disposiciones hacia el reconocimiento pleno de todas las concesiones hechas al genovés desde 1492. En tales afanes se debió producir el agravamiento de la enfermedad de Colón lo que le obliga a ser internado en un hospital de los de la época, o su equivalente, como era el convento franciscano situado en la actual Plaza Mayor de Valladolid, en la calle que lleva aún su nombre, el de ”San Francisco“. Portada del desaparecido Convento de San Francisco En este establecimiento sus amigos los frailes tratarían de aliviar su dolor y consolar sus últimos días. Estaba ya bien entrado mayo y la enfermedad del Almirante de la Mar Oceana se agravaba, hasta tal extremo que se ve en la necesidad de despedirse, dictando un último codicilo al testamento elaborado en Segovia. Junto al notario estarían sus seres queridos, caso de sus hijos Diego y Hernando, Diego Méndez, el bachiller Miruela, el ayudante del escribano Gaspar de Misericordia. Probablemente también los marineros Bartolomé del Fiesco, Alvar Pérez, Juan de Espinosa, Andrea y siete criados que asistían al Almirante y que figuran como testigos. Parece lógico pensar que también estarían presentes miembros de los franciscanos.10 Este acto de la firma del codicilo se produce el martes día 19 de mayo, y al día siguiente “El almirante Colón que descubrió las Indias y otras muchas tierras murió en esta villa [de Valladolid] miércoles víspera de la Ascensión 20 de mayo de 506.”

Jesús VARELA MARCOS Universidad de Valladolid jvarela@ieip.uva.es

Cervantes en Valladolid Thursday, April 22, 2010 Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) nació en Alcalá de Henares (Madrid). Instalado en la capital, desde 1568 cursó estudios en la escuela de López de Hoyos, donde escribió sus primeras poesías. Después, hirió en duelo a un tal Antonio de Sigura, lo que pudo pagar con diez años de destierro y con su mano derecha, pero huyó de España. En 1570, se halla en la Roma del cardenal Acquaviva, entre lujos y refinamientos. Pronto, cambia de vida, alistándose en la expedición contra los turcos. Así quedaría absuelto de su crimen. En 1571 participó, enfermo, en la batalla de Lepanto, donde perdió el uso de su mano izquierda. Aun así, continuó en otras expediciones navales. 42

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Cuando decide regresar a España en 1575, con cartas de recomendación de Juan de Austria, piratas berberiscos atacan su galera cerca de Barcelona. Lo capturan, junto a su hermano Rodrigo, y encierran en las prisiones -baños- de Argel. Por sus cartas de recomendación o por su atractivo personal, sobrevivió a cuatro intentos de fuga -157677-78 y 79-, cada uno de los cuales se castigaba habitualmente con pena de muerte. Cuando sus hermanas y los frailes trinitarios lo rescatan en 1580, Miguel se encuentra confundido en su propio país, del que se ausentó doce años antes. En 1584 nace Isabel, de sus relaciones con Ana Franca, y contrae matrimonio con Catalina Salazar. Un año después publica La Galatea (1585), novela pastoril, con éxito, lo que no logró en el teatro. Tras algunos tanteos, acepta en 1587 requisar trigo en Sevilla para la Armada Invencible y otras comisiones por Andalucía. La falta de puntualidad en el pago de su salario y la inestable fortuna en el juego le llevan en 1597 a la cárcel de Sevilla, donde debió conocer personajes que retrató en sus obras.

En 1604, vive en Valladolid, ultimando la primera parte de su gran obra. Un penoso episodio, en el que murió Gaspar de Ezpeleta, hace que la familia Cervantes quede arrestada y se insinúe que algunas de sus mujeres mantienen relaciones con ciertos personajes. Liberados, deciden instalarse en 1607 definitivamente en Madrid, donde ya en 1605 había aparecido la primera parte de El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha. Su éxito fue arrollador y animó a Cervantes a publicar otros escritos: en 1613, las Novelas Ejemplares, primera obra que en castellano se adscribe al género novela. Enseguida, su poema Viaje del Parnaso y sus Ocho comedias y ocho entremeses nunca antes representados, ambos de 1614. La publicación en 1615 de la segunda parte de El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha confirma el éxito obtenido con la primera. Sin embargo, la situación económica de su autor era aún precaria. Nunca olvidó su idea de marchar a Nápoles como secretario de su virrey, el Conde de Lemos, al que dedicó su novela póstuma Los trabajos de Persiles y Sigismunda (1617). Un año antes fallecía en Madrid el 22 de abril. D.Miguel Pérez Rosado. Doctor en Filología

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Primera estancia en Valladolid La primera ocasión que Miguel de Cervantes residió en Valladolid contaba solamente 4 años. Acompañando a sus padres (Rodrigo Cervantes y Leonor de Cortina) y hermanos, habitó en una casa situada en la entonces denominada Acera de Sancti Spiritus (hoy Paseo de Zorrilla), próxima al monasterio del mismo nombre, situado enfrente del convento del Carmen Calzado y muy alejada del centro de la por entonces villa del Pisuerga. Barrio de Sancti Spiritus.Valladolid. Diego Pérez.1780 Segunda estancia en Valladolid En 1601 la Corte de Felipe III se estableció en la ciudad del Pisuerga. El 8 de febrero de 1603 Cervantes todavía se encontraba en Madrid, pero en la primavera de aquel año, una vez concluida su novela El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha iniciaría los trámites para su publicación, recurriendo al librero alcalaíno Francisco de Robles, establecido en 1601 en la calle de La librería de Valladolid. Es posible que Cervantes le entregara su manuscrito durante un viaje que el librero hizo a Madrid en junio de 1604 para que lo presentara al Consejo de Castilla y obtuviese privilegio de impresión, vendiéndole a Robles sus derechos. A finales de agosto o principios de septiembre de 1604. El escritor se encuentra establecido en Valladolid con su familia, en el cuarto principal de una vivienda ubicada en el Rastro nuevo de los Carneros, extramuros de la ciudad y muy próxima al cauce del río Esgueva. La Casa Museo de Cervantes en la actualidad Durante esta segunda estancia Cervantes coincidió, entre otros, con los escritores Francisco de Quevedo, Luis de Góngora, Luis Vélez de Guevara y Tomás Gracián Dantisco, reencontrándose con sus amigos el doctor y escritor Pedro Sanz de Soria y Cristóbal Suárez de Figueroa. Todavía residía en Valladolid el 7 de noviembre de 1605 y no se sabe cuándo exactamente abandonó la ciudad. El 4 de marzo de 1606 los Reyes volvieron a Madrid y al poco se trasladó el resto de la Corte. Se supone que Cervantes se dirigió a Toledo, donde en 1606 escribe la Ilustre fregona, pero en el otoño de aquel mismo año la familia 44

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Cervantes ya vivía en Madrid. En la noche del 27 de junio de 1605, cerca de la vivienda de Cervantes, D. Gaspar de Ezpeleta, caballero de la Orden de Santiago, fue gravemente herido por un desconocido embozado, y murió dos días más tarde. De las averiguaciones procesales que se siguieron se desprende que dicho caballero pidió auxilio y fue socorrido por los vecinos, entre ellos Miguel de Cervantes. Ante la confusión de los diferentes testimonios tomados en el lugar de los hechos, el alcalde Villarroel detuvo a varios testigos, uno de ellos el escritor. (Ver: Cervantes Calumniado-El proceso Ezpeleta) Valladolid en su obra Durante su estancia en Valladolid Miguel de Cervantes no cesó en su actividad literaria, escribiendo varias de sus Novelas Ejemplares como El Casamiento engañoso, El Coloquio de los Perros o El Licenciado Vidriera. También se pueden encontrar en sus obras referencias a distintas circunstancias históricas acaecidas en Valladolid, a parajes de la ciudad y también de sus alrededores. Su novela El Casamiento engañoso comienza: "Salía del Hospital de la Resurrección, que está en Valladolid, fuera de la Puerta del Campo, un soldado que, por servirle su espada de báculo y por la flaqueza de sus piernas y marillez de su rostro, mostraba bien claro que, aunque no era el tiempo muy caluroso, debía de haber sudado en veinte días todo el humor que quizá granjeó en una hora. Iba haciendo pinitos y dando traspiés, como convaleciente; y al entrar por la puerta de la ciudad, vio que hacia él venía un su amigo, a quien no había visto en más de seis meses; el cual, santiguándose como si viera alguna mala visión, llegándose a él, le dijo: -¿Qué es esto, señor alférez Campuzano?..." Esta placa está situada en la actualidad en la Casa Mantilla, lugar donde en su día estuvo el Hospital de la Resurrección El desaparecido Hospital de la Resurrección En El Licenciado Vidriera (a finales de otoño de 1605) se puede leer: "No pregunto eso, sino que cuál es mejor lugar: ¿Valladolid o Madrid?. Y respondió: De Madrid, los estremos; de Valladolid, los medios. No lo entiendo repitió el que se lo Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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preguntaba. Y dijo: De Madrid, cielo y suelo; de Valladolid, los entresuelos. Oyó Vidriera que dijo un hombre a otro que, así como había entrado en Valladolid, había caído su mujer muy enferma, porque la había probado la tierra..." En su novela La gitanilla se integra el romance a la reina Margarita y en él se hace referencia a la iglesia parroquial de San Lorenzo: "Si me dan cuatro cuartos, les cantaré un romance yo sola, liadísimo en estremo, que trata de cuando la Reina nuestra señora Margarita salió a misa de parida en Valladolid y fue a San Llorente; dígoles que es famoso, y compuesto por un poeta de los del número, como capitán del batallón...." "Salió a misa de parida / la mayor reina de Europa, en el valor y en el nombre / rica y admirable joya./ Como los ojos se lleva / se lleva las almas todas / de cuantos miran y admiran / su devoción y su pompa/...." Resulta también muy verosímil que en Valladolid redactara, a finales de 1604, el prólogo de su Ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Iglesia de San Lorenzo En otras obras suyas Cervantes menciona parajes de Valladolid como el Espolón (Coloquio de los perros), los ríos Pisuerga (El Quijote, I, 18 y II, 44; La Galatea) y Esgueva (Viaje al Parnaso, VIII), la fuente de Argales o el Caño Dorado. Tampoco faltan alusiones a las localidades de Tordesillas (Persiles y Segismundo, IV y El Quijote, II, 62 y 70), Alaejos (El licenciado Vidriera), Valdestillas (La ilustre fregona) y Medina del Campo (El Quijote, II, 31 o Rinconete y Cortadillo). Sus estatua y otros recuerdos En 1876 el cervantista Mariano Pérez Mínguez encabezó una suscripción pública para erigir una estatua a Cervantes, que fue realizada por el escultor Nicolás Fernández de la Oliva e inaugurada el 29 de septiembre 1877 en el entonces denominado Campillo del Rastro. Monumento a Cervantes. Plaza del Rastro de Valladolid. Foto: Adolfo Eguren, 1877 La figura del escritor se dispuso sobre un pedestal, aprovechado de la desaparecida 46

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fuente de la Rinconada, y en él se instalaron cuatro relieves realizados por Pablo Santos de Berasategui, además de cuatro bustos de mármol igualmente reutilizados. En 1889, debido a las obras de urbanización que se llevaron a cabo en la zona del río Esgueva y la calle de Miguel Iscar, se acordó, trasladar el monumento a la plaza de la Universidad, construyéndose con tal motivo otro pedestal más sencillo en que ya no se colocaron los relieves con episodios cervantinos, que ahora se conservan en el Museo Casa de Cervantes. La estatua en la actualidad (Plaza de la Universidad) Posteriormente la memoria de la figura u obra de Cervantes se ha continuado honrando mediante varias lápidas situadas en distintos parajes de la ciudad. Así figuran recuerdos evocadores de su estancia en Valladolid colocados en el solar que ocupó el Hospital de la Resurrección en la Acera de Recoletos, en los muros de la torre de la Iglesia Parroquial de San Lorenzo o en el pretil del Puente Mayor. Igualmente la ciudad cuenta con calles dedicadas al Licenciado Vidriera (nombre concedido en 1965 a la prolongación de la denominada en 1855 c/ Mendizábal, hoy c/ Menéndez y Pelayo), a La Galatea (concedido en 1965 a la prolongación de la antigua c/ del Candil, hoy c/ de doña Marina de Escobar) y a Dulcinea (al acceso desde la c/ Miguel Íscar a la c/ del Rastro). Identificación de la vivienda La publicación de un extracto del proceso por Juan Antonio Pellicer, en su esmerada edición de El Quijote (1797), y su reproducción en 1819 por el historiador cervantista Martín Fernández Navarrete, suscitó la curiosidad por averiguar si todavía existía la casa donde había vivido Cervantes. Grabado de las casas de Juan de las Navas (J. Morán, Vida de Cervantes, III. El Quijote. 1862-1863). Aunque la documentación referente a este suceso no fue entonces suficiente para fijar con seguridad la casa donde habitó el escritor, en 1862 el profesor D. José Santa María de Hita fue capaz de localizar la ubicación exacta de las estancias habitadas por Cervantes, que fue aceptada oficialmente por todas las instituciones culturales y políticas el 23 de junio de 1866. -Fuente:http://museocasacervantes.mcu.es/jsp/plantilla.jsp?id=32 -Vease también el artículo "Casa Museo de Cervantes"

Emilio Ferrari Sunday, April 25, 2010 Vallisoletano, fue doctor en Derecho y Filosofía y Letras. Ingresó en el cuerpo de Archiveros y se trasladó a Madrid, donde le protegió decididamente Gaspar Núñez de Arce. Ferrari fue uno de los primeros poetas en leer sus obras en el nuevo Ateneo de la calle del Prado; el 22 de marzo de 1884 leyó, por ejemplo, su poema Pedro Abelardo, que tuvo un éxito apoteósico entonces a juzgar por la prensa y vendió varias ediciones del mismo en pocos meses, de forma que el poeta se convirtió en toda una celebridad. Años después contó a un amigo en una carta cómo se sintió: "Pecaría de ingrato si no Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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confesara el ruido estrepitoso que movieron en torno mío aquellos versos. La audición se convirtió en un alboroto, en una locura que rayó en extremos que no acierto a explicarme. Durante muchos días, la algarada siguió en la prensa. Los diarios de más circulación, que suelen escatimar el espacio a la literatura, llenaron sus columnas con juicios, reseñas, anécdotas y versos de la afortunada lectura. Llovieron sobre mí banquetes, serenatas, invitaciones; todas las puertas se me abrieron, todas las sociedades literarias me agasajaron en su seno. En fin, lo que soy lo debo a aquella noche en que de un golpe, en unas horas, mi nombre salió de la oscuridad para flotar en el favor público ." Sin embargo recibiría duras críticas por parte de Leopoldo Alas, "Clarín", a partir del 12 de noviembre de 1881, fecha en que estrenó en el madrileño teatro de La Alhambra su drama en tres actos y en verso La justicia del acaso, octava y última de sus piezas teatrales, que obtuvo un gran éxito de público aunque dividió a la crítica. Clarín atacó esta obra en su libro escrito en comandita con Armando Palacio Valdés, La literatura en 1881, y continuó con sus críticas desfavorables en el futuro; así, por ejemplo, en Sermón perdido (1885), donde consagra casi cincuenta páginas a observaciones condenatorias para su Pedro Abelardo . Así Ferrari se constituyó, junto a José Velarde y Antonio Fernández Grilo, en una de sus dianas preferidos entre los poetas.

Lápida conmemorativa del nacimiento de D. Emilio Ferrari No obstante, Ferrari ingresó en la Real Academia Española en 1905 y fue secretario de la Asociación de Escritores y Artistas, y volvió a leer poemas suyos en el Ateneo de Madrid el 24 de mayo de 1891. Ofreció esta vez, junto a algunas poesías breves, dos poemas de cierta extensión: los titulados Consummatum y En el arroyo, que luego publicaría dentro de sus Poemas vulgares (1891), en la órbita naturalista de su amigo y maestro Núñez de Arce. Como firma en la nota previa que puso a este volumen, se pretende vindicar para la poesía parcelas de la realidad hasta el presente no tenidas como aptas o convenientes para aquélla, "aspectos comunes y sencillos de la vida,

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sistemáticamente desdeñados o proscritos por algunos" y que, sin embargo, "reclaman la atención del pensador y del artista"; este último debe proponerse "extraer de ellos la belleza que contengan, destilar, si así cabe decir, su substratum poético". Ferrari, excelente lector y recitador, volvió a triunfar en el mismo sitio de su revelación. Habituamente, sin embargo, se le considera un seguidor de la escuela pseudofilosófica que tuvo por corifeo a Gaspar Núñez de Arce. -Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Emilio_Ferrari

¿Apareció incorrupto el cuerpo de Gregorio Fenández? Tuesday, April 27, 2010 JOSÉ DELFIN VAL Floranes cuenta que cuando en 1721 se abrió la tumba de Gregorio Fernández en la iglesia del Carmen Calzado para enterrar a uno de sus nuevos dueños “se halló entero el cuerpo” del escultor. No es por inquietar ni malmeter pero habían pasado 85 años y el cuerpo del artista no se había corrompido. Que un forense busque una explicación a esta cuestión mortuoria. Cuando comenzaron las obras de readaptación del antiguo Hospital Militar en el primer tramo de Paseo de Zorrilla, aparecieron muchos restos humanos. Sin duda alguna pertenecerían a hombres, mujeres y niños que recibieron sepultura en la iglesia del convento del Carmen Calzado, sobre cuyo suelo se levantó el hospital. Aquellos restos humanos fueron analizados para conocer su antigüedad, pero el resultado no ha trascendido. Lo que sí ha trascendido es la curiosa circunstancia que se daba en aquellos terrenos sagrados. La iglesia del Carmen coincidía con el lugar donde aparecieron los huesos. En aquella derruida iglesia fue enterrado el escultor Gregorio Fernández que tenía su vivienda-taller enfrente, pasada la Puerta del Carmen, en la margen derecha del paseo. Allí estuvo su tumba y sobre ella el retrato que el hizo el pintor Diego Díaz, conservado actualmente en el museo (el del Colegio de San Gregorio). Fragmento de la lápida sepulcral de Gregorio Fernández. Museo de Valladolid En su momento se advirtió que entre aquellos restos encontrados accidentalmente podrían hallarse los del sensible imaginero. Pero no debió ser así, porque nada se supo después. Del enterramiento de Fernández (que murió el 22 de enero 1636) solamente se conserva en el Museo de Valladolid (Palacio de Fabio Nelli) la lápida de su sepultura. Según consta en la inscripción, la tumba fue comprada en 1622 por Gregorio Fernández, su esposa y herederos; y en 1721 por Don Francisco Hogal y Doña Theressa de las Dueñas para sí y sus herederos.

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Al morir uno de los nuevos propietarios se encontró incorrupto el cuerpo de Gregorio Fernández. Palabra de Floranes. -Fuente: Joyas de la Semana Santa de Valladolid. Publicado por Diario El Mundo

Alimentación Heras. Saturday, May 01, 2010 Otro clásico del comercio de ultramarinos fué y sigue siendo Juan Benito Heras. El Fundador de la dinastía, originario de Fuentes de Béjar, se estableció en 1917 en la calle Pasión con enorme éxito porque era zona muy transitada y enfrente había un hotel y parada de coches de caballo. Con ese comercio cercano a la Plaza Mayor se quedó después uno de los hijos, Silvestre, que lo tituló "La Salmantina" en honor a sus orígenes, remozando la fachada para convertirla en un pequeña obra de arte por su cuidada marquetería. La tienda de Silvestre Heras era una botillería excepcional que además vendía todo tipo de productos de alimentación. El otro hermano, Juan Benito como su padre, decidió establecerse en la calle Panaderos, cuando se llamaba Pí y Margall en memoria del presidente del Poder Ejecutivo de Ia República. Fué en 1934 cuando esta tienda que permanece con idéntica estructura y decoración desde entonces, comenzó su andadura con el enunciado de "Ultramarinos Heras. Gran Economato", seguramente para contrarestar la competencia del economato de la RENFE, en el que compraban todas las familias ferroviarias del barrio. Desde el primer momento sus señas de identidad fueron el bacalao de importación, de Escocia, islandia, Noruega y sobre todo, de las Islas Feroe que pasa por ser el de mayor calidad del mundo. Javier Heras es quien regenta el establecimiento en la actualidad También ofrecía legumbres selectas de la región, embutidos de Salamanca, conservas en aceite, vinos y licores a muy buen precio y además fiado, porque los tiempos eran muy duros. También lo fueron sus comienzos ya que en el 36 hubo dos riadas de la Esgueva, una 50

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en Enero y otra en Febrero, que anegaron las casa y comercios situados en el antiguo cauce del río. Y después, la guerra. En la difícil época del racionamiento fué descubriendo los secretos del negocio su hijo, también Juan Benito de nombre, que lo ha llevado a buen puerto hasta nuestros días en los que pasa por ser la mejor tienda especializada en bacalao de toda la ciudad. En ese viejo y entrañable local que hace esquina con la plaza del Caño Argales parece que el tiempo se hubiera detenido... Dibujo de Miguel Angel Soria Javier Heras. Presente y futuro de la tienda. Es historiador de arte, pero le gusta el negocio familiar. «Como dice mi padre, hay que especializarse y evolucionar. Nosotros lo hemos hecho. Yo me he introducido en el mundo del vino, y vendemos los mejores que hay en el mercado. La verdad es que el carrito ha hecho mucho daño al los ultramarinos pequeños, pero la calidad y la seriedad nos han ayudado hasta ahora». (20 minutos.es) Juan Benito Heras y su hijo Javier (Foto: 20 minutos.es)

Ver mapa más grande -Fuente: www.alimentaciónheras.com

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El patronazgo taurino de San Pedro Regalado Sunday, May 02, 2010 El conocido milagro del toro le ha otorgado a San Pedro Regalado un patronazgo muy popular. “Un día, que en Valladolid se corrían toros, salió el Santo de el Abrojo para el Aguilera, con su compañero a pie, y descalzo como acostumbraba. La ferocidad de un bruto no pudo sujetarse en la plaza, con que atropellando gente, y derribando tablados huyó de el Coso con el coraje, que se puede inferir a un animal bravo agarrocheado, y herido. El camino que tomó fue el de Valladolid al Abrojo: a corta distancia de la ciudad vio venir hacia él, dos viuientes, túbulos por contrarios, y se previno para ofenderlos, como a enemigos. Eran Nuestro Santo y su compañero, venían rezando y no habían reparado en el toro. A los gritos que dio la gente que el seguía, advirtieron el peligro a tiempo que el feroz bruto partía carrera para cebar en ellos su furia y satisfacer su cólera. Sin alientos vitales se quedó el compañero pasmado, y el Santo elevando los ojos al cielo, sin temor con fe y sobrenatural esperanza le aguardó figuro. Llegó a el bruto horrible, y en vez de maltratarle enojado, se le postró rendido: puso las rodillas en tierra, besó el suelo que pisaban del Regalado las plantas, y como un corderillo se estuvo. Alagole el Santo, quitole con suavidad los hierros, que le ofendían y hechándole la bendición, le mandó se fuese. Obedeciole el toro, y en apartándose de el Santo contra la gente que se le acercaba mostró su natural fiereza. Dejaron los hombres ir libre al bruto, por seguir al Regalado aclamando su santidad, y publicando el suceso”. Todo ello tuvo su repercusión, cuando en octubre de 1951, el Grupo Taurino del Sindicato Nacional del Espectáculo acordó proponerle como patrono a la Asesoría Eclesiástica Nacional del Sindicato, con la aprobación del obispo de León y asesor eclesiástico sindical. Resultó fundamental el apoyo que a su candidatura presentó el Secretario Nacional del Sindicato del Espectáculo, el vallisoletano Enrique Revuelta. Éste escribió, en noviembre de 1951, a uno de sus familiares en Valladolid: “algo tenía que hacer yo por mi tierra y bien valgan estas “cacicadas”, ya que San Pedro Regalado no tiene que figurar en ninguna nómina y, por lo tanto, no se le quita el puesto a nadie, ni tiene que cobrar puntos. “Eran muchos los santos recomendados que aspiran al patronazgo, y yo tenía el mío guardado”. En julio de 1952, el Ayuntamiento de Valladolid instauraba el Trofeo de San Pedro Regalado, de gran prestigio en el mundo de la tauromaquia. -Fuente: Guía Misteriosa de Valladolid. Autor: Javier Burrieza Sánchez ISBN:978-84-936875-6-4 52

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La Monja Alferez y su paso por Valladolid Thursday, May 06, 2010 Catalina de Erauso En la época en la que Valladolid era Corte, entre 1601 y 1606, habitaba el palacio sito en lo que es la actual Casa Revilla, Don Juan de Idiáquez, Presidente del Conséjo de Órdenes. En aquella época entró a su servicio un mozo jóven llamado Francisco Loyola, mozo que resultó ser una muchacha huida de un convento de monjas de Vitoria, que se llamaba Catalina de Erauso y que fue conocida en su vida militar como "la monja alférez". Después de peregrinar por varias ciudades se embarcó en San Lucar de Barrameda rumbo a América, donde acabó enroládose en el ejército después de varios lances pendencieros y desapareció al desembarcar en Veracruz. Se conoce una autobiografía titulada Historia de la Monja Alférez Doña Catalina de Erauso , escrita por ella misma, que algunos han considerado apócrifa. Este es el párrafo en el que relata su estancia en Valladolid: "Entrado en Valladolid, donde estaba entonces la Corte, me acomodé en breve por el paje de don Juan de Idiáquez, secretario del rey, el cual me vistió luego bien. Allí me llamé Francisco Loyola y estuve bienhallado siete meses. Al cabo de ellos, estando una noche a la puerta con otro paje compañero, llegó mi padre, preguntándonos si estaba en casa el señor don Juan. Respondió mi compañero que sí. Dijo mi padre que le avisase que estaba él allí, y subió el paje, quedándome yo con mi padre, sin hablarnos palabra ni él conocerme. Volvió el paje, diciendo que subiese, y subió, yendo yo tras de él. Salió con Juan a la escalera, y, abrazándole, dijo: «¡Señor capitán, qué buena venida es ésta!» Mi padre habló de modo que él conoció que traía disgusto, y despidiendo una visita con que estaba, volvió y sentáronse, preguntándole qué había de nuevo. Mi padre dijo cómo se le había ido del convento aquella muchacha, y esto le traía por los contornos en su busca. Don Juan mostró sentirlo mucho, por el disgusto de mi padre y por lo que a mí me quería, y de otra parte, por aquel convento, de donde él era patrono por fundación de sus pasados, y por lo que tocaba a aquel lugar, de donde era él natural. Yo, que oí la conversación y sentimiento de mi padre, salime atrás y fuime a mi aposento. Cogí mi ropa y salí, llevándome cosa de ocho doblones con que me hallaba, y fuime a un mesón, donde dormí aquella noche y donde entendí a un arriero que partía por la mañana a Bilbao. Ajusteme con él, y partimos a otro día, sin saberme yo qué hacer ni adónde ir, sino dejarme llevar del viento como una pluma."

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Casa Revilla

El antiguo Hotel Conde Ansúrez Saturday, May 08, 2010 Joaquín Martín de Uña A los seis meses de terminar la Guerra Civil, en sesión celebrada el 12 de septiembre de 1939, la corporación municipal aprobó el proyecto presentado por su alcalde, Luis Funoll, para la construcción de un hotel de lujo que reforzara las escasas y anticuadas instalaciones hoteleras de la ciudad. La penuria de las arcas municipales y el gran volumen de las obras públicas, que después del conflicto debía afrontar el Consistorio, determinó al regidor a pedir la colaboración de industriales y vecinos para la construcción del mencionado hotel. A dicho fin se había constituido en junio la Sociedad Anónima Hotel Conde Ansúrez, cuyo consejo de administración estuvo presidido por el hombre de negocios Francisco Mateo e integrado por industriales y comerciantes como Teodoro de Uña y Ángel Chamorro, entre otros. El singular hotel se inauguró el 12 de setiembre de 1943 entre una gran expectación en el primer tramo de la actual calle Doctrinos, esquina con María de Molina. El objetivo pretendido con la construcción del hotel, disponer de un alojamiento adecuado para las personas de marcada categoría social, política o económica, se alcanzó plenamente: 75 habitaciones con baño, 60 baños, 8 departamentos de lujo y "La mas moderna técnica en instalaciones y servicios", junto al cariño y celo de los accionistas, consiguieron superar el reto propuesto. Por ello, cuando en nuestra ciudad se asentaron hoteles de mayores proporciones y de instalaciones más modernas el Viejo "Conde", cedió el testigo a los nuevos restauradores. El edificio en la actualidad Quizás date de su inauguración la publicación de un 'Plano y Guía Turística de Valladolid' que , en tamaño cuartilla y doblado dos veces, sirvió para difundir el lujoso hotel. En la portada del pequeño folleto, impreso a dos tintas (marrón y verde), estaba encabezado por el emblema del hotel, bajo el que se situaba, al parecer, una acuarela de su fachada rematada por una gran bandera nacional. 54

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Las páginas dos y tres recogían de forma sucinta los 'Edificios religiosos más importantes' y los 'Museos y palacios de mayor importancia'. La contraportada recogía una condensada 'Historia del Conde Ansúrez' que, a pesar de carecer de firma, denota la autoría de un concienzudo investigador de la vida del personaje.

El colegio García Quintana Tuesday, May 11, 2010 BREVE HISTORIA DEL CENTRO Se sabe que nuestro colegio en origen estaba vinculado a la Escuela Normal o seminarios de primeras letras. Estos importantes centros docentes, en los cuales se seguía hasta su terminación la carrera de Magisterio, se hallaban instalados en edificios distintos al que se encuentran ahora. El de Maestros se instaló en el edificio que fue convento de PP. Premostratenses (Mostenses), calle de Teresa Gil. Después de la exclaustración de 1835 se destino este convento a varios fines y allí se instalaron la Escuela Normal de Maestros, la primer casa de socorro que hubo en Valladolid, el Orfeón Pinciano... La escuela Normal o Seminario de Maestros de Primeras Letras fue creada en el año 1.845, siendo su primer director D. Simón A. Aranda hasta el año 1.855; desde 1.855 a 1.891 D. José María Lacort. La Escuela Normal o Seminario de Maestras estuvo instalada primeramente en el exVallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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convento de San Diego, en la calle de este nombre, desde 1.861; luego se trasladó al citado convento de Mostenses, y en enero de 1.902 al número 3 de la calle de Francos, siendo Directora de este Centro Dª Petra Martínez desde su fundación hasta el año 1.868. Desde la primera década del siglo XX se quería dotar a la Escuela Normal de un edificio adecuado, por eso se derribaron la iglesia y el convento de los P.P. Mostenses y ubicarla allí; en 1.912 se tiene el propósito de construir un grupo escolar en el solar, pero al surgir dificultades se propone que se ceda al Estado con la condición de que sobre el mismo se construya un edificio destinado a la enseñanza. En 1.915 se inician las gestiones para el derribo de los mencionados iglesia y convento, el cual se termina en 1.917. En un principio se piensa en construir en dicho solar la Escuela de Comercio. Por R. O. Del 2 de Febrero de 1926 se dispuso la construcción de este edificio, para ubicar en él la Escuela Normal de Maestros y de Maestras. EL EDIFICIO ACTUAL Ya en 1.926 y por una Real Orden de 2 de Febrero se dispuso la construcción del edificio, recibiendo el encargo el arquitecto D. Eduardo Callejo, natural de Valladolid y patrocinador de la Escuela El solar del antiguo convento de Montenses era de forma triangular irregular y estaba situado entre las calles Teresa Gil, de José Mª. Lacort y de López Gómez. Escuela Normal. 1927 (Foto: Valladolid hace 100 años. Joaquín Díaz) El edificio fue concluido en 1.930, y en el que se instalaron, separadas, las Escuelas Normales de Maestros y de Maestras, aunque en 1.932 tuvieron que adaptarse a la nueva legislación republicana que ordenaba fundirlas en una única Escuela Normal. Durante la Guerra Civil fue utilizado como Hospital Legionario y, durante algún tiempo, 56

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como sede transitoria de la Universidad. Al acabar la guerra recuperó su función original. El edificio fue reformado en 1.978, después del traslado de la Escuela Universitaria del Profesorado a un nuevo edificio, habilitándose para dar cabida a los antiguos colegios de prácticas, que han venido funcionando por separado. En 1.987, según orden del B.O.E. de 5 de Mayo, se fusionan los dos centros y pasa a denominarse Colegio Público de Prácticas García Quintana, domiciliado en: Plaza de España nº 7. -Fuente: http://centros4.pntic.mec.es/cp.de.practicas.garcia.quintana/proyecto1.htm

El desaparecido corral de boteros Thursday, May 13, 2010 Foto: Grupo Pinciano Por Máximo Regidor Era una calle con entrada por los soportales de la de Ferrari y sin salida, por lo que antiguamente se la llamaba “corral”, como a todas las que tenían esa circunstancia. De los “corrales” que existían, este era el de mayor importancia, aunque sus casas eran casi todas accesorias de las de Ferrari y Teresa Gil.(1) El Corral de Boteros es algo familiar para los vallisoletanos, aunque desde 1863 el Ayuntamiento decidiera retirar lo de corral para incluirlo en el callejero con el rótulo de Calle de Boteros. Fue un rincón típico en la vida de la ciudad, hurtado ahora a la vista y a las tertulias de los ciudadanos, que en los años setenta del siglo XX nos acercábamos a pasar el rato, discutiendo de lo divino y de lo humano, en una tasca situada al fondo del corral. El Corral de Boteros en la actualidad Lo de "Corral de Boteros" le viene a este lugar porque en él tuvieron sus talleres, en muchos casos al aire libre, los artesanos del cuero. Allí dieron vida a la bota de vino, un recipiente del que se sirvieron durante siglos las gentes del campo y de la ciudad para apagar la sed y, de paso, alegrarse un poco la vida. Al "Corral de Boteros" acudieron arrieros de todas las latitudes para surtirse de elemento tan útil. Peregrinos y andarríos se dieron cita en estos obradores del corral y, con ellos, los maragatos que hacían la ruta del pescado del Cantábrico, de Laredo a Valladolid, en cinco días. Nunca fue el "Corral de Boteros" un punto de reunión para las clases privilegiadas, pero sí consiguió no poca fama entre los que nunca tuvieron nada que perder. El soportal que todavía existe, aunque su acceso hasta él hoy parece imposible, dio sombra y refugio a los propios boteros y a su clientela variopinta. en su conjunto, el corral tuvo vida, por sí mismo y por la que le prestaban los vecinos de Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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las viviendas que lo configuraban, aunque la entrada a las mismas se hiciera por las calles de Teresa Gil y de Ferrari. Hoy es solo una sombra dentro de la ciudad. (1)-Las Calles de Valladolid. Autor: Juan Agapito y Revilla (ISBN:84-9761-142-X)

La Casa Revilla Friday, May 14, 2010 Por la plaza de Federico de Wattenberg y atravesando el pasaje que nos conducirá a la calle Torrecilla, llegaremos a la Casa Revilla. Fue residencia de los Infantes de Granada, hermanastros del rey Boabdil. Aquí vivieron don Bernardino de Granada y su esposa doña Cecilia de Mendoza, en 1571, año en que establecieron su mayorazgo. En la época en la que Valladolid era Corte, entre 1601 y 1606, habitaba el palacio Don Juan de Idiáquez, Presidente del Conséjo de Órdenes, y entró a su servicio un mozo jóven llamado Francisco Loyola, mozo que resultó ser una muchacha huida de un convento de monjas de Vitoria, que se llamaba Catalina de Erauso y que fue conocida en su vida militar como "la monja alférez". El periodista comediógrafo y director del Museo de Bellas Artes de Valladolid, embrión del Museo Nacional Colegio de San Gregorio, Francisco de Cossío y Martínez-Fortún, vivió en ésta casa-palacio (era de sus abuelos) y de aquí salió para el destierro, impuesto por el Presidente del Gobierno, el General Miguel Primo de Rivera, a las islas Chafarinas. La Casa Revilla es hoy biblioteca y sala de exposiciones. Horario: De martes a domingo y festivos de 12 a 14 h. y de 18:30 21:30 h. (Lunes cerrado) C/ Torrecilla, 5. Tfno.: 983 426 246 Ver mapa más grande 58

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-Fundación municipal de cultura. Casa Revilla

La iglesia de San Juan Bautista Monday, May 17, 2010 La iglesia de San Juan Bautista cuya existencia databa del siglo XII fue cedida a la Orden de San Juan del Temple para que organizase junto a ella su vida conventual. Al desaparecer la Orden templaria en el siglo XIV la iglesia se convirtió en parroquia. Conocemos el aspecto exterior que tuvo la vieja iglesia. Constaba de tres naves de una torre no muy alta. En 1621 se efectuaron obras en su capilla mayor y en la sacristía; en 1660 el arquitecto Felipe Guerrero demolía la nave denominada del Santo Cristo y hacía la bóveda de la nave de Santa Lucía, tal vez cubiertas ambas primitivamente por artesonados. La bóveda de su nave central se fabricó en 1704 y en ese momento se proyectaban nuevas reformas en la capilla mayor. Fue reedificada por don Juan Fernández de Santa Cecilia cuyo retrato y letrero se encontraba en la nave de Santa Lucía junto al "hueco en la pared donde están las dos imágenes de San Cristobal y San Esteban". El retablo mayor fue contratado en 1613 por Cristóbal Velázques que se ayudó de sus hijos Francisco y Juan; no se concluyó hasta 1622. Tenía tres cuerpos en los que se distribuían esculturas de los cuatro Evangelistas e historias de la vida de San Juan que primeramente fueron proyectadas como relieves (Bautismo de Cristo, Degollación del Bautista, Predicación en el desierto, Zacarías con San Juan niño, la Visitación y el Nacimiento de San Juan) y finalmente se hicieron en lienzo; en su ático el Calvario flanqueado por dos de estas pinturas. No se policromó hasta 1629 y la obra del dorado la hizo el pintor Jusepe de Angulo. Este retablo sustituyó a la custodia que había hecho en 1610 el ensamblador Diego de Basoco. Sospechamos que a fines del siglo XVII se realizó otro retablo, ya que en esa época se puede fechar la escultura de San Juan Bautista conservada en el Museo Diocesano y que procede de este tempo. Además sabemos que los pintores Amaro Alonso (1687) y Pedro de Calabria (1704) hicieron varios cuadros para el altar mayor.

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Los colaterales estaban dedicados a Santa Lucía, a la que se tributaba una especial veneración y a Ntra.Sra.de la Consolación, esta última colocada en el lado del evangelio. Su retablo fue realizado en 1678 por Blas Martínez Obregón y dorado por Pedro de Mondragón. Además había otros retablos dedicados a la Quinta Angustia y Nuestra Señora de la Espectación. El Santo Cristo de las Injurias tenía una capilla propia situada debajo del coro. La parroquia permaneció en su propio templo hasta el año 1841, momento en el que pudo haberse hundido, los cultos se trasladaron a la iglesia que había pertenecido al monasterio de monjas bernardas de Ntra.Señora de Belén, situado en terrenos ahora ocupados por el Colegio de San José. También este templo se hundió en 1924 y la parroquia nuevamente se trasladó de sitio, en esta ocasión a la iglesia de San Esteban, actual Santuario Nacional. Con motivo de celebrarse el veinticinco aniversario de la consagración episcopal del arzobispo don Remigio Gandásegui, se inició una suscripción popular. El arzobispo rechazó cualquier homenaje personal y publicó una pastoral en la que manifestaba que el dinero recaudado se destinara para construir de nuevo la iglesia antigua de San Juan que se conocía popularmente con el nombre de San Juan caído. A la suscripción acudieron más de 5000 donantes y la primera piedra se colocó el 16 de julio de 1930. Los planos fueron dados por el arquitecto Manuel Cuadrillero, dirigiendo las obras Julián Varona. El templo, que fue descrito como "de estilo moderno, con reminiscencia del románico, tiene una sola nave, con un crucero y la armadura del tejado es aparente", fue inaugurado el día 23 de junio de 1932.

Ver mapa más grande -Fuente: Monumentos Religiosos de la ciudad de Valladolid. Tomo XIV, parte Primera. Juan José Martín González y Jesús Urrea Fernández

Un entierro, simulado por el Duque de Lerma. Tuesday, May 18, 2010 Doña Catalina de la Cerda En 1603 murió Doña Catalina de la Cerda, esposa del Duque de Lerma. Las discusiones sobre si la enterraban en Medinaceli —como ella había deseado— o en Valladolid —como al duque le convenía— fueron muy largas, el camino de Buitrago a Valladolid muy penoso y, al llegar al convento de Belén, el cadáver despedía un hedor tal que fue preciso enterrarlo aquella misma noche. Pero el duque de Lerma no podía renunciar a la pompa y el boato de que, por lo menos el ataúd, pasara por las calles de la capital de España, seguido de dignidades, potestades y grandezas. Imagen obtenida de http://domuspucelae.blogspot.com

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El día 10 de junio de 1603 pasaba por las calles de Valladolid un entierro que se dirigía desde el convento de padres dominicos de Belén a la iglesia de San Pablo. La noche anterior había llegado el ataúd de Buitrago, y ahora iban a su lado los representantes de todas las órdenes del clero, del cabildo de la ciudad y, tras ellos, vestido de pontifical, el obispo de Valladolid seguido de los presidentes y miembros de los Consejos, los grandes de España, el arzobispo de Zaragoza y el cardenal de Toledo. Pero, ¿Quién iba dentro de aquel ataúd? Sólo unos ladrillos cuyo peso correspondía aproximadamente al del cadáver de la duquesa de Lerma, la cual había sido enterrada la noche anterior, siete días después de su fallecimiento. Duque de Lerma ¿Quién era aquel duque de Lerma? Era Don Francisco Gómez de Sandoval Rojas y Borja, grande de España y gentilhombre de cámara de Felipe III, ‘I Duque de Lerma’, ‘I Marqués de Cea’, ‘Sumiller de Corps y de los Consejos de Estado y de Guerra de Felipe III’, primer ministro y válido de Felipe III. Aquellos ladrillos que ocupaban el ataúd eran un símbolo de lo que había dentro de las cabezas del valido y sus acompañantes.

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La Antigua recupera la salud Friday, May 21, 2010 Nueva imagen de la iglesia, cuya piedra contrasta con la de la torre La iglesia de Santa María de La Antigua, una de las joyas patrimoniales de la ciudad, ya está curada. Después de un año de obras, el templo luce sin andamios y con una salud renovada. Una inversión de la Consejería de Cultura superior al medio millón de euros ha servido para acabar con las patologías que afectaban a este inmueble situado en pleno corazón de la ciudad. Desde hace años La Antigua sufre problemas de humedades y goteras como consecuencia del mal estado de su cubierta y de las canalizaciones de la parte superior. Concretamente, en la zona del ábside las gárgolas de evacuación no podían absorber todo el volumen de agua y además estaban más altas que los canalones. También se han sustituido las tuberías de bajada que discurren por el interior de las pilastras, antes agrietados y en muy mal estado. A esto se ha sumado el retejado completo del templo y la consolidación de los pináculos y la piedra de la balaustrada, que había sufrido desprendimientos en alguna ocasión y que obligaba a mantener vallada la parte baja del templo en su zona trasera para evitar posibles accidentes con los viandantes. En esta intervención también se han recuperado cresterías, pináculos y gárgolas, que estaban muy deteriorados. Así, dos de éstas últimas han tenido que ser sustituidas por réplicas. La intervención se ha completado con una limpieza integral del exterior del templo con excepción de la torre. La obra se ha llevado a cabo sin interrumpir el culto ni la actividad de la Cofradía de la Preciosísima Sangre durante la Semana Santa. El nuevo aspecto del templo contrasta con el vallado que aún protege los jardines que dan a las calles Magaña y Arzobispo Gandásegui. El Ayuntamiento espera la decisión de la Dirección General de Patrimonio para excavar un aparcamiento para residentes de tres plantas y con capacidad para 336 vehículos. Los técnicos de la Junta han dado el visto bueno a la obra, pero han exigido algunas correcciones como alejar el muro pantalla de la torre. Urbanismo prevé que la obra puedan comenzar en septiembre tras las ferias. -Fuente: Nortecastilla.es

La estatua de Miguel de Cervantes Saturday, May 22, 2010 Emplazamiento original en el campillo del Rastro Las grandes reformas que el Ayuntamiento llevó a cabo en el entonces denominado campillo del Rastro (en XI-1873 dan comienzo las primeras obras de encauzamiento del río Esgueva por esta zona, al tiempo que surgía la calle de Miguel de Iscar) permitieron que por los años de 1877 se desarrollara delante de las casas que fueron de Juan de la Navas una plazuela que adoptó el nombre del Rastro, la cual hizo retomar al cervantista Marino Pérez Mínguez la idea surgida en 1862 de erigir un monumento que “recordara 62

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sólo que vivió en esta ciudad de Valladolid el Manco de Lepanto” y que presidiera este paraje. En 1876 solicitó de las autoridades locales el oportuno permiso para levantar una estatua a Cervantes. Se lograron reunir 14.588 reales de diversos donantes de la ciudad. Con tan exigua cantidad de dinero se iniciaron las obras de cantería dirigidas por el arquitecto municipal don Joaquín Ruiz Sierra y ejecutadas por el maestro Jacinto Peña. El inspirador del monumento tuvo muy en cuenta el que se había erigido en Madrid en 1835, muy próximo a la vivienda en que murió Cervantes. En cada frente del pedestal se colocaron cuatro relieves, modelados por don Pedro de Berasategui. La estatua en su nuevo emplazamiento en la plaza de la Universidad El monumento vallisoletano se inauguró el 29 de septiembre de 1877 y fue la primera estatua pública que tuvo Valladolid y la segunda que se dedicó a Cervantes en España. Pero como se levantó sobre solar enajenado por el municipio esta circunstancia, unida a las críticas que recibió el diseño del pedestal, condujo a la aprobación, el 11 de julio de 1879, del diseño de otro pedestal nuevo hecho por el arquitecto Joaquín Ruiz Sierra y a que su emplazamiento se modificase ligeramente. La estatua en la actualidad En 1889 se acordó trasladar el monumento a la Plaza de la Universidad, momento en que la estatua de Cervantes se pintó imitando al acero, instalándolo en el centro de los jardines próximos a la Catedral.

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El Círculo de Recreo Monday, May 24, 2010 La prosperidad agrícola, industrial y comercial de Valladolid se fue traduciendo a lo largo del siglo XIX en la creación de entidades culturales y recreativas. La que alcanzó mayor renombre ha sido el Círculo de Recreo. Sus miembros utilizaron primeramente un edificio en la calle Teresa Gil, y luego otro en la Acera de San Francisco. En 1853 decidió la sociedad construir edificio propio, y para ello se buscó un solar situado en la calle del Duque de la Victoria, esquina a la de Constitución, que había pertenecido al Convento de San Francisco. Dio los planos el arquitecto don Antonio de Iturralde y Montel. Este primer casino tuvo corta vida, pues aparte de la ruina que se presentó, la sociedad había experimentado un empuje tal que requería un edificio adaptado a sus poderosos medios. Sala de billar Fue promotor del casino don José Antonio Pintó, quien presentó la petición ante el Ayuntamiento el 18 de abril de 1900. Los planos corresponden al arquitecto don Emilio Baeza Eguiluz, y se custodian en el archivo del ayuntamiento, como un ejemplo de admirable delineación. Hay plantas y alzados de sus fachadas, reproducidos en negativo. La planta baja se reservó para tiendas, en orden a obtener una rentabilidad, pero posteriormente el casino ocupó también este espacio. La entrada la tiene por la calle del Duque de la Victoria.

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Don Juan Agapito y Revilla, arquitecto municipal, dio informe favorable al proyecto, sobre todo teniendo en cuenta el notable papel que en él se daba a la ornamentación, con lo cual el edificio constituiría “un elemento de ornato público de alguna estimación, ya que por lo general se deja relegado a segundo término tan importante particular”. Aprobado el proyecto, las obras se llevaron con celeridad, concluyéndose en mayo de 1902. Biblioteca El arquitecto valoró debidamente el emplazamiento del edificio en una esquina, y por eso la definió con torreón, cubriéndolo con cúpula bulbosa. Consta de cuatro alturas, graduadas con flexibilidad para no incurrir en monotonía. El piso principal ofrece un balcón corrido; las festividades de la ciudad ofrecían a los socios la posibilidad de contemplar los espectáculos desde allí. Los balcones se separan por pilastras y encima vienen ojos de buey de forma ovalada. En el cuarto piso el balconaje se muestra aislado. Aún viene un ático con barandillas y tejado de pizarra muy inclinado, todo de gusto francés. Se combina la piedra con el ladrillo, y hay proliferación de adornos de talla, como concierte al estilo ecléctico. Para valorar la fachada principal, en la cumbre el balcón se flanquea por dos estatuas femeninas a manera de cariátides, con los atributos de la industria y la agricultura. Cierra en el ático el escudo del Círculo, sostenido por dos niños. En el interior reúne las distintas funciones de un casino. Hay biblioteca, salas de juego, pero sobre todo destaca el gran salón de fiestas. Para la decoración de estos interiores se efectuó un concurso, con gran concurrencia de ofertantes. De todo ello da cumplida información González GarcíaValladolid. Ganó el concurso don Eugenio Oliva Rodrigo, quien se encargó, como señalaban las condiciones, de le ejecución de toda la obra. Lo más notable es la pintura del salón de fiestas, donde se ha figurado la apoteosis del poeta Zorrilla, y se ha retratado a personajes ligados a la historia de Valladolid, con el conde Ansúrez.

Ver mapa más grande Fuente: Monumentos civiles de la ciudad de Valladolid. Por J.J. Martín González

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Real iglesia de San Miguel y San Julián Wednesday, May 26, 2010 Ocupa el edificio de la iglesia profesa de la Compañía de Jesús, tras la expulsión de ésta. Residen en ella desde 1775 las parroquias de San Miguel y San Julián. Es conocida habitualmente por San Miguel. Antolinez de Burgos, Canesi y Sangrador se han ocupado del establecimiento de la Casa Profesa de la Compañía de Jesús en Valladolid. Parece ser que se funda en 1543 por los Padres Pedro Fabro y Antonio Araoz, los cuales habían llegado a Valladolid desde Lisboa, para asistir al matrimonio de Felipe II (entonces principe) y María de Portugal. El templo fue colocado bajo la advocación de San Antonio de Padua, el santo portugués. Estuvo situado en una casa propiedad de los Blanco, en la Redecilla, como decía una inscripción que Canesi menciona. Un paso hacia delante viene dado por la llegada a Valladolid en 1551 de Francisco de Borja, marqués de Lombay, miembro del equipo fundacional con Ignacio de Loyola. Atrajo a numerosos devotos, de suerte que la fundación en Valladolid quedó consolidada. Don Alfonso Pérez de Vivero, vizconde de Altamira, y su mujer, María de Mercado, donaron a la Compañía sus casas principales, situadas donde hoy está la actual fábrica, comenzándose de esta suerte la edificación del templo. Pero el hecho decisivo para el engrandecimiento artístico fue la adquisición del patronato de la Casa Profesa por parte de los Condes de Fuensaldaña. Las diferentes escrituras nos dan una cumplida información.

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La fundación del patronato la realiza doña Magdalena de Borja Oñez y Loyola, viuda ya de don Juan Urbán Pérez de Vivero, Conde de Fuensaldaña y Vizconde de Altamira, quien le había dejado poder para testar a favor de los dos. La escritura de testamento, que autorizaba la fundación del patronato, lleva la fecha de 21 de diciembre de 1610. Lo que se acuerda es la fundación de una casa de Probación para Novicios, unida a la Casa Profesa ya existente, con un fondo de 4000 ducados de renta al año. Deseaba la fundadora que la Casa de Probación quedara bajo la advocación de Francisco de Borja, en el caso de que éste llegara a ser beatificado o canonizado. Ella era nieta de éste, como hija de Juan de Borja, hijo del Duque de Gandía. En cuanto a la Casa Profesa, ésta debería tomar la advocación de San Ignacio, del cual ella era sobrina. Al ser beatificado Ignacio de Loyola, se halló motivo para cambiar la advocación que hasta entonces tenía como templo de San Antonio de Padua. La Compañía quedaba obligado a destinar la capilla mayor a entierro de los fundadores. Según se estipula, el sepulcro sería colocado en la pared del lado del evangelio, no en el centro, para que no estorbara a la liturgia. No hay duda de que la fundación tuvo su cumplimiento, realizándose el sepulcro de los Condes. El 20 de diciembre de 1625, doña Magdalena de Borja firmaba un codicilo, dejando encargada a su costa una colgadura para adorno de las paredes, con un fondo de 3000 ducados. El 22 de diciembre de 1625, dejó un testamento cerrado, falleciendo el mismo día. Con las formalidades habituales, se procedió a la apertura del testamento cerrado. En él doña Magdalena, como patrona de la Casa Profesa de Valladolid, reconocía a ésta como heredera de todos sus bienes, dejando encargado el que se realizara la Casa de Probación, todavía sin comenzar. Entre los testamentarios figura su hermano don Francisco de Borja, Príncipe de Esquilache y Conde de Mayalde. Este se sintió ofendido por el testamento, pues había tratado con doña Magdalena que le instituyeran a él como patrono, por el hecho de poseer familia, ya que los Condes de Fuensaldaña carecieron de hijos. Según los documentos que presenta al Príncipe de Esquilache, parece que la propia doña Magdalena había intercedido ente el General de la Compañía para que el patronato fuera transferido a favor de aquél. Pero lo único legal que permanece a la muerte de doña Magdalena es el testamento último, declarando heredera a la Casa Profesa de Valladolid. Sin embargo la reclamación, aunque tardía, Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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fue escuchada por la Compañía. El Prepósito General de la Compañía de Jesús, con fecha de 2 de mayo de 1652, reconoció al patronato a favor del Príncipe de Esquilache. El día 13 de febrero de 1653, en nombre del Príncipe tomó posesión el patronato en Valladolid el Duque de Medina Sidonia. En el testamento realizado por don Francisco de Borja, hermano del príncipe de Esquilache, manifiesta su voluntad de establecer el panteón de su familia en la iglesia de Valladolid, en una bóveda que se habría de hacer bajo el suelo de la iglesia y adonde se trasladarían los cuerpos de su esposa y otro miembros, que yacían en el convento de Carmelitas Descalzas de Zaragoza, el llamado de las Fecetas. Pero pese a todo, este cambio de patronato no tuvo la menor efectividad. No se hizo el panteón, ni se pusieron los escudos de los Borja. En toda la documentación de esta Casa Profesa siguió mencionándose a los Condes de Fuensaldaña como patronos y fundadores del templo. Sin embargo, la función propia de Casa de Probación no tuvo cumplimiento. El papel de Seminario de Jesuitas siguió asumido por el colegio de Villagarcía de Campos, y en la ciudad de Valladolid, por el Colegio de San Ambrosio. Otros benefactores ha tenido esta Casa Profesa. Así el licenciado Juan Martínez Cabeza Leal, que había ejercido como deán en la catedral de Plasencia. En su testamento de 25 de abril de 1628 dejó determinado que lo sepultaran en la iglesia de la Casa Profesa de Valladolid, donde dejó establecida una capellanía. Donó su librería al Colegio de Villagarcía, precisamente porque no se había realizado la Casa de Probación de San Ignacio. Una notable fundación es la de la Marquesa de Viana, doña Magdalena Pimentel y Fajardo. Por escritura de 4 de enero de 1666 establecieron su sepulcro los Marqueses de Viana en la sacristía de Colegio de San Ignacio, cediendo en compensación a éste un censo que les correspondía, de 20.000 ducados. El sepulcro tenía que situarse en la pared de la sacristía, detrás del altar mayor, con los bultos de los Marqueses, imitando la disposición que tenían en la iglesia los de los Condes de Fuensaldaña. Enfrente estaría un altar. Sin embargo este sepulcro no llegó a realizarse; incluso en 1702 se redimió el censo de 20.000 ducados sobre los bienes del Marqués de Vega de Boecillo, cuyos beneficios se habían dado al Colegio. Sin embargo, la marquesa de Viana mantuvo su buena disposición hacia el Colegio, y en virtud de testamento de 8 de noviembre de 1702 dejaba a éste como heredero de sus bienes, una vez que se hubiera efectuado almoneda de los mismos. Figura la relación de bienes y la tasación, efectuada por el Hermano de la Compañía Francisco Mauleón. Una parte de estos bienes no se vendieron y se conservan en la iglesia. Disponía que ardiese perpetuamente una lámpara en el altar de Nuestra Señor de Loreto, que tenía juntamente la imagen de María Magdalena, patrona de la Marquesa. Este altar se encuentra en el lado del evangelio, y aunque no lleva escudos, es evidente que se mandó hacer a expensas de la Marquesa, la cual falleció el 12 de octubre de 1703. Esta capilla por tanto se puede considerar como la propia de los Marqueses de Viana. Canesi refiere que el Reverendo Padre General “dio sufragios de fundadores de Colegio”, a los Marqueses de Viana, es decir, a Don Rodrigo Pimentel Ponce de León y Doña María Pimentel Fajardo, precisando que ambos yacen en él. Presumiblemente se hallarán bajo el suelo de la capilla citada. El mismo Canesi habla de otras instituciones. Así la Congregación de ciudadanos del 68

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Niño Perdido, regentada por los congregantes de los Niños del Albergue. También una Congregación de Sacerdotes. El Padre Villar, ye en el siglo XVIII, creó la Hermandad de la Buena Muerte y otra junto con ella del Corazón de Jesús. Ambas advocaciones reciben culto en la capilla del Cristo de la Buena Muerte. Como es sabido, los jesuitas figuran entre los impulsores del culto a los Sagrados Corazones. La capilla de San Antonio de Padua fue fundada y dotada por los señores Juan de Benavente y Antonia de Benavente, el año 1632. Por su parte los señores Gabriel de Valdés y su mujer doña Magdalena de Santa Cruz establecieron la fiesta de las Esclavas, en 1632. La iglesia y Colegio mantuvieron una vida muy activa. En 1733 se renovaba toda la botica y en 1765 se hacía un nuevo tabernáculo. Sin embargo, el año de 1767 la Compañía de Jesús quedó extinguida en todos los dominios españoles, y sus bienes fueron confiscados. El día 18 de abril de dicho año, Ángel de Bustamante, juez subdelegado para la ocupación de Temporalidades, realizaba el inventario de los bienes que contenían en el Colegio de San Ignacio, en todas sus dependencias e incluso en la finca que la Compañía poseía en Villanueva de Duero. La política de Carlos III se dirigía a potenciar la vida parroquial. En virtud de ellos, por decreto de 12 de noviembre de 1775, las parroquias de San Miguel y San Julián, que poseían edificios viejos, se unifican y destinan al templo de San Ignacio. Como consecuencia de esto se trasladan al templo de San Ignacio los objetos e imágenes de las parroquias indicadas. Del altar mayor se quitó la figura de San Ignacio y se reemplazó por la de San Miguel; de igual suerte, en el tabernáculo se colocaron las figuras de San Julián y Santa Basilisa. El Rey mandó dar el nombre de Real al templo de San Miguel. Fueron retirados los símbolos de la Compañía y se colocaron los escudos reales en la fachada del templo. La parroquia de San Miguel era una de las más antiguas del Valladolid medieval. Empezó como iglesia de San Pelayo y ya existía desde el siglo XI. Después del derribo, se hizo plaza, quitándose la cruz de piedra, que se encuentra en el panteón del Cabildo Metropolitano, en el cementerio de la ciudad. La parroquia de San Julián se hallaba a la esquina de las actuales calles de San Ignacio y de la Encarnación.

Ver mapa más grande Fuente: Monumentos religiosos de la ciudad de Valladolid. Parte Primera. Por Juan José Martín González y Jesús Urrea Fernández

Valladolid. Mundial 82. El jeque que anuló un gol. Wednesday, May 26, 2010 Cartel Oficial del Mundial España 82. Sede Valladolid El avispado presidente pucelano, Don Gonzalo Alonso, supo aprovechar el retorno del Real Valladolid entre los grandes, para solicitar a la federación que la capital castellana fuera elegida sede para los venideros Mundiales de 1982. La elección o no de nuestra ciudad quedó supeditada a la construcción de un Nuevo Estadio, moderno y acorde al acontecimiento mundialista. Una vez aprobada la propuesta, el ayuntamiento vallisoletano recibió importantes ayudas y subvenciones públicas (del Consejo Superior de Deportes y de la Real Federación española de fútbol) para acometer las obras. Unos meses más tarde, concretamente en Junio, el nuevo Zorrilla vivió 3 partidos Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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mundialistas y contó incluso con la presencia del presidente de la FIFA, el doctor Havelange, entre sus espectadores más destacados. El grupo “D” del mundial debía disputarse entre Bilbao y Valladolid. En San Mamés jugaba siempre el cabeza de grupo, Inglaterra, mientras que los otros 3 componentes del grupo, Francia, Checoslovaquia y el exótico Kuwait ,jugarían entre sí en Zorrilla. Con un calor aplastante y un sol de justicia, y siempre a las cinco y cuarto de la tarde de los días 17, 21 y 24 de Junio, se diputaron en Valladolid los siguientes partidos del Mundial: -Checoslovaquia 1 (Panenka, de penalti)- Kuwait 1 (AlBakhhed). -Francia 4 (Genghini, Platini, Six y Bossis)Kuwait 1 (Al- Buloushi). -Francia 1 (Six)-Checoslovaquia 1 (Panenka, de penalti). A pesar de lo inapropiado de la hora, El Nuevo Estadio presentó buenas entradas y rondó o superó los 25.000 espectadores en cada partido. La Francia de Platini deslumbró en Valladolid, sobre todo en su partido ante los kuwaitis, a los que el público vallisoletano alentaba más a que a ninguno de los otros 2 equipos. La anécdota 21 de junio, corría el minuto 35 del segundo tiempo del partido Kuwait-Francia . Alain Giresse, delantero de “les bleus” recibe un balón y marca el cuarto tanto para su selección. Inmediatamente, todo el equipo asiático se abalanza sobre el colegiado. Alegan haber escuchado el silbato del arbitro y que por ello el gol no debe subir al marcador. Hasta ese momento todo puede entrar en la normalidad de un partido de fútbol. Lo sorprendente y único sucede a continuación. Desde el palco de autoridades del estadio José Zorrilla de Valladolid, un individuo ataviado con vestimentas árabes y turbante rojo hace aspavientos indicando al equipo kuwaití que abandonen el terreno de juego. Tras varios minutos de incertidumbre, el hombre del turbante aparece sobre el césped entre el tumulto de jugadores y acompañado por varios escoltas. Es el jeque Fahid Al Ahmad Al Sabah, hermano del emir de Kuwait. El público en las gradas y los jugadores franceses, tranquilos por una victoria segura, observan con estupor la insólita escena. Tras una conversación con el arbitro soviético Miroslav Stupar rodeada de jugadores y policías, Fahid Al Ahmad Al Sabah amenaza de nuevo con retirar a sus jugadores del terreno de juego si no se anula el gol. Pasan varios minutos de desconcierto cuando el colegiado toma la sorprendente decisión de anular el gol. Stupar no había pitado, el gol era legal, pero inexplicablemente las presiones del jeque surten efecto y el tanto no sube al marcador. La historia juzgó este hecho como anécdota ya que el partido terminó 4-1 pero el hecho en sí era muy grave por lo que la FIFA castigaría duramente a Miroslav Stupar, que 70

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nunca volvió a arbitrar un partido.

Por aquel entonces, el aforo del Estadio Zorrilla era de 33.000 espectadores, reducidos hasta los 26.512 actuales en posteriores reformas. -Fuente: El blog de la ciudad de Valladolid -Fuente: http://helektron.com/espana-82-como-un-jeque-rearbitro-un-partido/

La estatua del Conde Ansúrez Sunday, May 30, 2010 Se levanta en el centro de la Plaza Mayor. Un prurito historicista reclamaba el deber de erigir un monumento al Conde Ansúrez, el repoblador de la ciudad. Consta de un pedestal en piedra, de planta cuadrada, con relieves de bronce en cada cara. En la cima está la figura del personaje. Parece en actitud de proclamación. Está armada con espada y escudo. Sostiene un pendón y un pliego enrollado, y diríase a punto de “fundar” la ciudad. La estatua, como se ve, responde al cándido narrativismo decimonónico. Es obra del escultor Aurelio Carretero, quien se ofreció en 1900 para realizarla. La estatua a principios del siglo XX, con el Ayuntamiento en construcciòn al fondo Según explicaba el autor en la memoria, quería hacer una estatua que destacara la nobleza del conde “con líneas vigorosas”, sin elementos que distrajeran. La fundición de la estatua se realizó en 1901, pero aún habría de demorarse hasta el 30 de diciembre de 1903 la colocación del monumento en la Plaza Mayor. El pedestal fue hecho por el arquitecto municipal: figuran cuatro relieves de bronce firmados por A. Carretero, con la inscripción de dedicación del monumento en 1903, el escudo de la ciudad y dos episodios de la vida del Conde: su presentación ante el Rey y la construcción de la iglesia de Santa María la Mayor. Los relieves del pedestal -Fuente:CATÁLOGO MONUMENTAL DE LA PROVINCIA DE VALLADOLID Monumentos civiles de la ciudad de Valladolid. J.J. MARTÍN GONZÁLEZ

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Y La Esperanza volvió a ser un barrio Wednesday, June 02, 2010 Zona en la que se encontraba el antiguo poblado 'La Esperanza' F o t o : http://barriobuenosaires.wordpress.com/ «Casi no hemos podido pegar ojo en toda la noche de la contentura», relataba una mujer al Norte de Castilla el 15 de enero de 1979. Ella y otras 108 familias acababan de dormir por primera vez en sus flamantes 'chalés adosados', los primeros construidos en la ciudad, en la parte alta de Pajarillos. Nacía así el barrio de La Esperanza, un ambicioso proyecto social que enseguida se tornó en un error garrafal y que, al final, le costó a las arcas municipales más de cinco millones de euros en realojos a lo largo de sus 24 años de existencia. Niños jugando en la plaza del Poblado de la Esperanza. Sin fecha. AMVA Serie Asociación de la Prensa (178x126 mm). Sig. U 221. Pero todo aquello forma ahora parte de la historia, puede que la más negra, de la ciudad. Nada queda ya del barrio que acabó convertido en poblado y del poblado que degeneró en un gueto después de que los operarios de la constructora que urbanizó los terrenos a raíz del derribo de la última vivienda, el 17 de enero del 2003, tiraran a la escombrera el monolito inaugurado por el alcalde, placa incluida este elemento es el único que se conserva en el colegio Don Bosco-, para conmemorar la efemérides un mes después. Recordar el pasado Sentenció el filósofo Jorge Santayana a principios del siglo XX que «aquellos que no recuerdan su pasado están condenados a repetirlo». Hoy resulta difícil pensar que la historia pueda volver a repetirse, al menos a esa escala, pero tampoco conviene borrarla del mapa como ha ocurrido con un poblado del que sólo queda una placa en la fachada de la antigua Asociación Juvenil Gitana -abandonada a su suerte desde el 2006-, en la entrada por la carretera de Villabáñez, que reza: 'Barrio de La Esperanza'. El gueto volvió a adquirir la categoría de barrio con la construcción de los dos bloques de 158 pisos de protección levantados por Covipro. Los edificios de cuatro alturas más planta Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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baja dan la bienvenida a los visitantes de una urbanización que oculta un gran parque con juegos infantiles y campos deportivos que une La Esperanza con la calle Santa María de la Cabeza. Entrada al solar de lo q antes era el Poblado de la Esperanza. Nada que ver con las destartaladas casas de lo que fue el mayor supermercado de la droga del noroeste del país en los años noventa. De vuelta a los callejeros La entrega de llaves para los nuevos vecinos hizo que el barrio vuelviese a figurar como tal en los callejeros de la capital. El único pero a la remodelación de La Esperanza radica en el edificio municipal que acogió a la Asociación Juvenil Gitana O Ujaripen, que dirigió el realojo entre 1985 hasta su cierre en el 2006, y que permanece abandonado desde entonces. «Estamos muy contentos con el resultado final, pero llevamos tres años pidiendo que devuelvan el uso social como centro de día para mayores sin que nos respondan», lamenta la presidenta de la asociación de vecinos La Unión, María José Larena. La nueva plaza construida en el lugar antes ocupado por 'La Esperanza' Foto: http://barriobuenosaires.wordpress.com/ El que fuera presidente de aquella asociación, Ángel Ramírez -hoy dirige una similar en Parque Alameda-, recuerda cómo el Ayuntamiento «se portó muy mal y casi nos obligó a cerrar». Él fue el único que se preocupó de salvar de la quema la placa del monolito.

Ver mapa más grande -Fuente: NorteCastilla.es

La Casa Luelmo Sunday, June 06, 2010 Fue construida a principios del siglo XX, entre 1907 y 1912, según los planos firmados por el arquitecto vallisoletano Antonio Ortiz de Urbina y Rufo Luelmo. Es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura modernista vallisoletana, dentro del denominado art nouveau. La casa tiene una superficie de 1.000 metros cuadrados, repartidos en tres plantas, una torre mirador de dos alturas más que el resto de la construcción, una 74

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capilla neogótica anexa y un sótano. Aunque ahora la edificación se encuentra en medio de uno de los nuevos barrios de la capital, Parque Alameda, en su momento la casa estuvo rodeada por la finca en la que se extendía la granja Minaya, propiedad de José María Luelmo. La casa no sufrió grandes transformaciones hasta 1956, año en el que se la sometió a una importante reforma interna y se la dotó de un sistema de calefacción. La propiedad de la casa, tras el fallecimiento del intelectual en 1991, pasó a manos del Ayuntamiento que se lo cedió a la Junta de Castilla y León el 18 de febrero de 2003, para que se convirtiera en la sede de la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León. Después de su restauración realizada entre los años 2004 y 2006, según el proyecto del arquitecto Marco Antonio Garcés, conserva las cerámicas o las tejas y escamas de sus tejados, que salieron de la antigua fábrica de cerámica vallisoletana de D. Eloy Silió. Sus estancias ahora albergan: oficinas, almacenes, salas de reunión, salón de actos y una biblioteca.Actualmente la Casa Luelmo es la sede de la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León y de la Fundación Jorge Guillén. La Casa está situada, como ya hemos dicho, en el barrio de Parque Alameda, a unos 200 metros del centro comercial Vallsur.

Ver mapa más grande Fuente:http://ciudaddevalladolid.blogspot.com/2009/01/lacasa-luelmo.html

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El convento de los Agustinos Filipinos Tuesday, June 08, 2010 El convento de los Agustinos Filipinos es un convento que se encuentra en Valladolid, en el borde del Parque del Campo Grande, en las proximidades de la iglesia de San Juan de Letrán. Fue diseñado por Ventura Rodríguez entre 1759 y 1760. La construcción del edificio se realizó entre 1759 y 1930. Es la sede del Museo Oriental, consagrado al arte de Extremo Oriente, el mejor de España en su género. Orígenes En 1732 nace en Manila la idea de proporcionar sacerdotes católicos formados en España con destino a las islas Filipinas. La orden de San Agustín fue la que elaboró esta idea. En 1735 se obtiene licencia del general de la Orden para fundar en España un seminario para formar sacerdotes misioneros para las Filipinas. El Papa Clemente XII también autorizó la creación de este seminario. En 1743, el rey Felipe V ampara bajo patronato regio el seminario, debido a la importancia que tenía el proyecto para el Estado, y decide que se localice en Valladolid, debido al gran número de estudiantes que se encontraban en esta ciudad. Tras una serie de vicisitudes, la orden de San Agustín se asienta en el terreno que hoy ocupa en 1758 y Ventura Rodríguez viene a Valladolid y proyecta el edificio durante los dos años siguientes. Iglesia de San Juan de Letrán El proyecto de Ventura Rodríguez Pese a lo que tradicionalmente se ha afirmado acerca de que este arquitecto posee dos fases, una barroca romana y otra neoclásica, actualmente su obra se mira desde otra perspectiva. En sus edificios aparecen muchas veces los mismos temas de investigación arquitectónica desde sus primeras obras hasta las últimas. Sus formas de composición, sobre todo, sus plantas y espacios, son herederos del barroco romano y nunca son totalmente neoclásicos. De este modo, la planta, organización y parte de la espacialidad de este edificio de los Filipinos de Valladolid podrían derivar de la Superga de Filippo Juvara. Púlpito de la Iglesia de los Filipinos a principios del S-XX

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Ventura Rodríguez hace la planta partiendo de un rectángulo en proporción 2x1 y dividiéndolo en dos cuadrados: uno para el claustro y otro para la zona de la iglesia. La iglesia se sitúa delante y el claustro detrás, como en la Superga. El claustro es cuadrado, de unos 30 metros de lado, con cuatro crujías de dos pisos que se resuelven con arcos de medio punto y pilastras toscanas en los entrepaños del piso bajo y jónicas en el alto, todo con gran austeridad y con mucha influencia de Juan de Herrera en los alzados. Alrededor del claustro se encuentran diversas dependencias del convento y seminario, junto con la escalera principal, que se comunica con el claustro, formando todas las piezas un todo compacto. La iglesia responde a un modelo por el que Rodríguez fue seducido desde su juventud: la iglesia de planta aparentemente centralizada y cupulada. Rodríguez investigó durante toda su vida estos espacios, llegando a solucionar el enfrentamiento entre la planta centralizada del Renacimiento, pagana, y la planta focalizada del Barroco, contrarreformista. El problema estaba en el rechazo del Concilio de Trento a los espacios sacros de planta centralizada por su escasa adecuación a la liturgia. Rodríguez varía el camino de jerarquizar y focalizar el espacio centralizado a través de hacer un presbiterio profundo, camino que ya fue seguido en el Barroco por otros arquitectos que muchas veces llegaron a soluciones que enmascaran en demasía la planta centralizada. Ventura Rodríguez obra aquí con gran sutileza: para focalizar el espacio sin que pierda su centralidad, dispone el coro conventual, con su sillería, detrás del altar, en alto. En el altar coloca un retablo que llega hasta la altura del arranque del arco que comunica la iglesia con el coro, con lo que queda una oquedad que une iglesia y coro, aunque muy disimuladamente. En la pared del fondo del coro, situada enfrente de la oquedad que hemos dicho, se abre una gran ventana, que ilumina el coro, pero cuya luz también se ve desde la iglesia a través del la abertura entre el remate del retablo y el arco de comunicación. Al estar la ventana orientada al sur, esta luz es muy fuerte y esta claridad derramada desde encima del altar es la que focaliza la iglesia, sin que se pierda la percepción del espacio de esta como centralizado. También el que la música de órgano y coral se filtre a través de ese hueco contribuye al efecto. Este altartrascoro se encuentra mucho en la arquitectura de Ventura Rodríguez, aunque pocas veces tan perfecto y tan meditado. La iglesia, como venimos diciendo, está cubierta con cúpula con óculos en la membrana (influencia una vez más de Juvara) y linterna. Esta cúpula se sostiene en ocho grandes machones con pilastras toscanas adosadas. Las Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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oquedades abiertas entre los machones (capillas, tribunas, puertas) contribuyen a quitar pesadez al interior de la iglesia. La integración de la iglesia, de planta circular, con en edificio rectilíneo se efectúa mediante cuatro patios de luces que rodean al templo e iluminan el interior del edificio. A los lados de la iglesia se disponen también dependencias del convento-seminario. En las fachadas, como ya hemos anticipado, hay una gran influencia del estilo de Juan de Herrera. Parece que Rodríguez ha querido desnudar la arquitectura de ornamentos superfluos y reflejar solamente lo tectónico y constructivo, como pocos años antes de que este edificio fuese proyectado declaraba Marc-Antoine Laugier. Así, las fachadas laterales tienen como únicos motivos de decoración el ritmo que crea la sucesión de ventanas seriadas, que copian el modelo de ventana de Juan de Herrera del Monasterio de El Escorial, las cornisas que protegen la fachada de las aguas de lluvia y los refuerzos de las esquinas. En la fachada principal, la entrada de la iglesia se jerarquiza y se señala mediante un pórtico tetrástilo toscano con una pesada cornisa. A los lados de la fachada se encuentran sendas torres campanarios. Para dar la sensación de que las torres son sujetadas y pesan, el arquitecto ha recurrido a colocar sendas pilastras toscanas en el paño de la fachada que se encuentra debajo de cada torre. De esta forma, la decoración sólo es arquitectónica y refleja la tectónica (las torres pesan y las pilastras aparentan sujetarlas) y a la vez, organiza la fachada, la jerarquiza y la da valor. No cabe duda de que nos encontramos ante un edificio capital dentro de la arquitectura española del siglo XVIII y, concretamente, dentro de la de Ventura Rodríguez, sin duda el arquitecto más destacado del periodo. Construcción El edificio empieza su construcción en 1759. Tras una parada en la actividad constructiva entre 1762 y 1778 por falta de dinero, a finales del siglo XVIII están terminados el piso bajo del claustro y el segundo de la crujía sur del mismo, así como la escalera principal y otras dependencias. Durante la Guerra de la Independencia Española, lo entonces construido del edificio sufrió daños al estar ocupado por el ejército francés. Grabado de 1788 Tras el fin de la contienda, se repararon los daños. La Desamortización de Mendizábal respetó el seminario debido a su labor en Filipinas y el interés que ofrecía esto al Estado. En 1853 se retoman otra vez los trabajos de construcción y se empieza la iglesia, aunque las obras transcurren muy lentamente. A finales del siglo XIX, bajo la dirección del arquitecto Jerónimo Ortiz de Urbina y prácticamente siempre siguiendo los planos de Ventura Rodríguez, se construyeron la iglesia, hasta el arranque de la cúpula, y el tercer piso del edificio. En 1924 se cierra la cúpula y en 1927 se concluyen las torres. El interior de la iglesia de decora y en 1930, el edificio es finalizado y se consagra la iglesia el 4 de mayo de ese año. Había tardado la construcción casi 171 años. Obras de arte en su interior En la iglesia se encuentran varias esculturas y pinturas de los siglos XVI, XVII, XVIII, XIX y XX, en general no demasiado sobresalientes, aunque tampoco exentas de cierto interés. En el coro se encuentra una gran sillería de coro de madera filipina de tres órdenes de sillas (de las que hay pocos ejemplares) y un buen órgano de estilo romántico construido en 1930 en Barcelona por la Casa Xuclà. Parte del edificio sigue estando ocupada como convento y seminario, con una interesante biblioteca sólo abierta a investigadores. 78

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Ver mapa más grande -Fuente:Wikipedia

El colegio San José Wednesday, June 09, 2010 El Colegio San José es un colegio católico dirigido por la Compañía de Jesús, en Valladolid. El edificio, —cuyo autor fue el arquitecto Ortiz de Urbina— está considerado como un gran exponente del eclecticismo de la época. Historia En 1881 la Compañía de Jesús recibió una importante donación de Justa López Martínez gracias a la cual se pudo fundar de manera provisional el Colegio de San José en la antigua y desaparecida Plazuela del Duque nº 7, junto a la Iglesia de San Juan. Un año más tarde, en 1882, los jesuitas obtuvieron los terrenos del antiguo monasterio de Belén regentado por las monjas bernardas que se encontraba frente a la plaza del Colegio de Santa Cruz. El 17 de febrero de ese mismo año el promotor Gregorio Remós pidió una concesión al Ayuntamiento para tomar de la vía pública el espacio conocido como Plazuela de Belén, con el fin de ampliar el recinto del colegio; una vez otorgada la concesión comenzaron las obras, colocando la primera piedra el 8 de junio de 1882, festividad del Corpus Christi; fueron finalizadas en 1884, inaugurándose el edificio el 30 de enero de 1885. Retrato de Justa López Martínez, mecenas del colegio. En 1931 el Congreso de los Diputados de España decretó la disolución de la Compañía de Jesús y el 24 de enero de 1932 se incautaron sus bienes. Para no interrumpir la enseñanza se impartieron clases distribuidas por algunos pisos y chalés dentro de Valladolid. En 1936 se abrieron de nuevo las aulas del Colegio, conviviendo con los militares que habían ocupado algunas dependencias. Dos años después fue restablecida la Compañía de Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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Jesús en toda España. El colegio comenzó su andadura bien amueblado y con aulas (gabinetes, se llamaban en aquella época) especializadas para las asignaturas de Física, Química, Historia Natural; había también sala de dibujo, sala de música con varios pianos y salón de actos. Se construyó además una capilla. Sobre la puerta principal que se abre en arco de medio punto hay un balcón muy amplio, con frontón y barandilla de piedra que a su vez está flanqueado por pilastras acanaladas. Premios y celebraciones En 1956 el Ayuntamiento de Valladolid concedió al Colegio la medalla de oro de la ciudad. En el año 2006 se celebró el 125 aniversario del Colegio. En 2007 el Colegio obtuvo el sello de Excelencia Europea 400+ según el modelo de gestión de calidad EFQM. Descripción del edificio Sobre la puerta principal que se abre en arco de medio punto hay un balcón muy amplio, con frontón y barandilla de piedra que a su vez está flanqueado por pilastras acanaladas. El autor del edificio fue el arquitecto Jerónimo Ortiz de Urbina, profesor de la Escuela de Bellas Artes y académico de la Purísima Concepción, ayudado por su hijo Antonio Ortiz de Urbina y Olasagasti, maestro de obras. Lo concibió en estilo ecléctico. Esta construcción llegó a ocupar dos manzanas una de las cuales fue vendida en el último tercio del Siglo XX dando paso a una serie de viviendas. El edificio, inscrito en un rectángulo, se articula alrededor de dos patios. Su fachada principal (la que da a la plaza del Colegio de Santa Cruz) se divide en dos cuerpos y las tres restantes en tres cuerpos, aunque la altura final sea la misma en todo el edificio. Se utilizaron como materiales de construcción el ladrillo y la piedra. El edificio a principios del S.XX Foto: Valladolid hace 100 años (Joaquín Díaz)

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Sobre la puerta principal que se abre en arco de medio punto hay un balcón muy amplio, con frontón y barandilla de piedra que a su vez está flanqueado por pilastras acanaladas. Arriba en el ático puede verse una estatua de tres metros de altura, en piedra, que representa a San José, fabricada en la casa Mayer de Munich. A ambos lados y en sendas pequeñas peinetas se ven los escudos que simbolizan con sus atributos, las Ciencias y las Artes. Las ventanas están separadas por pilastras. Tienen frontón y sobre él un óculo ovalado enmarcado con piedra. La entrada es amplia y conduce a un patio con jardín. El patio está rodeado por cuatro galerías como si fuera un claustro y en sus paredes, además de la ornamentación de cuadros, se han ido colgando año tras año fotografías del alumnado y de distintos eventos. La capilla Fue inaugurada el 8 de diciembre de 1885. Tiene una gran riqueza ornamental. El escenógrafo, pintor y escultor español Luis Muriel López, pintó el techo con el tema de la apoteosis de San José. Los muros laterales se decoraron con pinturas al óleo, con pasajes de la Sagrada Familia. Las vidrieras policromadas presentan el tema de la vida de San José en estilo japonés. Preside el altar mayor una talla de madera de la Purísima y un Niño Jesús obra esta última del escultor catalán Francisco Font. Las vidrieras, el retablo y la imagen de la Virgen proceden de la casa Mayer de Munich. Fiestas escolares El día 19 de Marzo, dia de San José son las fiestas patronales del Colegio San Jose. Publicaciones Anualmente el Colegio publica "El Catálogo" en el cual aparecen los miembros del consejo escolar la Organización Académica y Clautro de profesores así mismo salen las fotos de todas las clases del colegio y una lista alfábetica de los alumnos. Deportes El Colegio San José tiene numerosos títulos en fútbol, baloncesto y voleibol. Ha participado varias veces en los Campeonatos Nacionales. Los rivales tradicionales locales son los colegios de Nuestra Señora del Lourdes, La Salle y La Inmaculada (maristas). Símbolos Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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Su escudo esta dividido en dos cuarteles, primer: una caldera colgada de un llar sostenida por dos lobos, y segundo, las llamas representativas del escudo de Valladolid. Su bandera es rectangular, azul claro, con el escudo en el centro. Los colores del colegio son el rojo (definido como Pantone 485), y el blanco. Los uniformes deportivos con los que el colegio participa en competiciones federadas son de rayas rojiblancas con el escudo del colegio a la derecha o en el centro, mientras que el pantalón así como el dorsal son negros. El uniforme deportivo general es un pantalón azul con una raya roja, un polo de manga larga de color rojo con las letras del colegio en vertical en el lateral izquierdo y el escudo del colegio en el derecho. Una clase de música en el colegio Foto: Valladolid hace 100 años (Joaquín Díaz) El uniforme escolar es obligatorio en todos los cursos salvo en bachillerato. Se compone para los alumnos de un pantalón gris oscuro con un polo blanco con una raya azul y otra roja y con el escudo del Colegio finalizando con un jersey azul marino de pico con el escudo del colegio y 2 rayas rojas en los puños y al final de la cintura. Para las alumnas se usa una falda de cuadros azules y rojos con calcetines de color azul. Escudo del Colegio Asociacion de Antiguos Alumnos Fue fundada en 1915 por un grupo de alumnos su finalidad principal es no perder el contacto ni con los antiguos compañeros ni con el Colegio. A lo largo del año la asociación convoca tres reuniones generales: * En el día de la Inmaculada. * En la Fiesta de San José. * En la Asamblea General Anual. En la Asamblea General Anual se nombra un "Antiguo Alumno Distinguido", aquel que por sus méritos y por su trayectoria personal y humana se haga merecedor de esta designación. La asociación fomenta las reuniones y los encuentros de los Antiguos Alumnos por promociones. En especial al cumplir las llamadas Bodas de Plata y Bodas de Oro, a los 25 y 50 años de la salida del Colegio, respectivamente. Últimamente la Asociación ha puesto en marcha una Liga de Futbito entre equipos de Antiguos Alumnos. Se ha creado el "Premio Especial de Antiguos Alumnos" en el Concurso de Felicitaciones de Navidad y en el Concurso de Villancicos que se realiza entre Alumnos que se encuentran en el Colegio. Actualmente el Presidente de la Asociacion es Marceliano Serrano Chamorro.

Ver mapa más grande -Fuente: Wikipedia

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Ladrillos de sabiduría Saturday, June 12, 2010 Instituto José Zorrilla R.Gris Valladolid cuenta con multitud de centros educativos de la primera mitad del siglo XX con el ladrillo como base de su edificación Entre 1920 y 1936, la arquitectura escolar fue ideada y redactada por la Oficina Técnica de Construcciones Escolares del Ministerio de Instrucción Pública. Durante estos años, se ejecutaron proyectos de escuelas estatales y se inspeccionaron multitud de edificios y locales para destinarlos a la enseñanza primaria, tanto públicos como privados. Este impulso en la construcción de nuevos centros de enseñanza dejó en Valladolid un amplio repertorio de colegios edificados por el mismo patrón, con el ladrillo como base de las edificaciones. La política educativa del Gobierno de la II República intentó acabar con la situación de analfabetismo que reinaba en todo el territorio nacional, ya que la penuria educativa y el penoso estado de las escuelas era una realidad latente. La mayoría de los centros educativos de Valladolid estaban ubicados en edificios inapropiados, alquilados por el Ayuntamiento vallisoletano a particulares. Tan sólo entre 1903 y 1907 vio la luz la construcción del emblemático Instituto José Zorrilla, con un proyecto del arquitecto Teodosio Torres. Pero Valladolid no permaneció ajena al movimiento que, a partir de la ley Cortezo (aprobada en 1095), se dejó sentir en todas las capitales de provincia españolas para conseguir un número suficiente de centros escolares de nueva planta. Sin embargo, como era habitual en aquellas épocas la falta de recursos económicos obligó al Ayuntamiento vallisoletano a apretarse el cinturón y acometer el plan de la forma más prudente posible. Se encargó al arquitecto municipal, Juan Agapito y Revilla, el proyecto de los modelos de escuelas, pero «desgraciadamente se quedó sólo en eso, en proyectos porque nunca fueron construidos». Colegio Macías Picavea A partir de 1927 se inició en Valladolid una segunda fase de construcciones escolares Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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«motivada por la colaboración entre el propio Ayuntamiento y el Estado». Al mismo tiempo, la capital gestaba el edificio más importante que se edificó en la capital durante los primeros 30 años del siglo XX. Se trataba de la Escuela Normal de Maestros y Maestras (el actual colegio García Quintana), que se llevó a cabo entre los años 1927 y 1930 de la mano del arquitecto Antonio Flórez. Este edificio se convertirá en un referente para los futuros proyectos que la Oficina Técnica lleve a cabo en la ciudad del Pisuerga. Gracias a la colaboración existente entre las administraciones fue posible la firma de un convenio de colaboración para la construcción de nuevos grupos escolares. La corporación local debería ceder los locales y además aportar el 35 por ciento del coste de la construcción, mientras que la Oficina Técnica se encargaría del resto del presupuesto. Colegio García Quintana En el año 1928, el arquitecto Joaquín Muro se encontraba al frente de los planes escolares de la Oficina Técnica en Valladolid y bajo su mando se proyecto la Escuela Graduada para niños y niñas más conocida en la actualidad como grupo escolar Miguel de Cervantes, en el barrio de Las Delicias. Pero además, como arquitecto escolar de la provincia vallisoletana fue el autor de numerosos proyectos como los grupos escolares Cervantes (1928), Manuel B. Cossío (1931), Pablo Iglesias (1931), Joaquín Costa (1932) y Fructuoso García (1932), según refleja el libro Aquellos Colegios de Ladrillo del autor Francisco Javier Rodríguez. Colegio Ponce de León El primer solar en el que se decidió construir el primero de una serie de cinco grupos estaba enclavado en el barrio de Las Delicias, mientras que los restantes centros educativos también fueron emplazados a las afueras del recinto urbano. De esta forma, el grupo Miguel de Cervantes se tuvo que realizar en una parcela irregular que forzó a Joaquín Muro a componer un edificio en forma de U compuesto por seis clases de niños y seis más de niñas con sus correspondientes dependencias auxiliares. El siguiente proyecto redactado por Joaquín Muro fue el Manuel B. Cossío, que se aprobó en vísperas del advenimiento de la II República. «El programa era más completo que el anterior, ya que a las seis clases de niños y las seis de niñas se añadía ahora la cantina escolar y dos talleres para los trabajos manuales y para las labores». Su altura era de dos plantas, pero posteriormente en el año 1963 respetando el proyecto original se añadió una tercera. En la actualidad, este grupo escolar se ha convertido en el Colegio Ponce de León. En 1931 nace también el grupo del barrio de La Victoria - después denominado Pablo Iglesias y en la actualidad Gonzalo de Córdoba- con dos plantas de tipología lineal, que se divide en tres cuerpos, central y dos extremos. La división por sexos de las clases no 84

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responde a las alturas, sino que cada sección se distribuye a los lados, con una clara ruptura en el centro. Contaba con cuatro clases para niños y otras cuatro para niñas hasta un total de 348 alumnos. En 1932, el edificio fue ampliado a petición del Ayuntamiento para construir un pabellón destinado a dos clases de párvulos y una cantina escolar. «El presupuesto total, de las dos fases, ascendió hasta las 447.716 pesetas, con un coste por alumno de 895 pesetas». Colegio Isabel la Católica En 1932, se llevaron a cabo otros dos grupos escolares. El primero fue el denominado Joaquín Costa (en la actualidad es el colegio Isabel la Católica) ubicado en un solar irregular limitado por el Puente Mayor y la calle Imperial. El centro escolar está compuesto en forma de V. Y es que el conjunto fue edificado en, al menos, cuatro fases debido a problemas financieros y administrativos que afectaron al desarrollo de las obras. Antes del comienzo de la Guerra Civil, vio la luz el proyecto escolar de la calle Padre Claret (el último de los proyectados por Joaquín Muro) el 20 de octubre de 1932, aunque las obras no finalizaron hasta 1943 debido al comienzo de las hostilidades. «La irregularidad es la marca predominante del edificio debido a los numerosos cambios que sufrió el proyecto durante los años de posteriores al conflicto». Finalmente, adoptó forma de U con cuatro plantas, sótano, baja, primera y ático. Mismo patrón de ladrillo. Este fue el último centro educativo que se levantó enteramente de ladrillo, aunque durante los años posteriores también se edificaron varios inmuebles con partes de ladrillo, como el Instituto de Enseñanza Obligatoria Juan de Juni, que nace en el curso 1987-88, como décimo Instituto de Bachillerato de la capital y el Colegio Marista La Inmaculada, construido cuando la primitiva Provincia de Anzuola toma la decisión de abrir una obra en Valladolid en 1943 y en el verano de 1944 se consigue la aprobación del nuevo colegio La Inmaculada y en octubre de este mismo año comienzan las clases. En definitiva, la capital vallisoletana cuenta con multitud de centros educativos repartidos por toda la ciudad que tienen en el ladrillo la sabiduría de su edificación . -Fuente: El Día de Valladolid Digital

Desaparición de murallas y puertas Monday, June 14, 2010 Vista de la Puerta del Puente desde la Plaza de Bartolomé A lo largo de los siglos, el progresivo desarrollo demográfico agravará la falta de espacio en las ciudades, facilitando el que éstas procedan al derribo de sus murallas en busca de espacio sobre el que expanderse. En Valladolid las últimas murallas se construyen en el siglo XVII. Comprendía el recinto la zona edificada y tuvo cuatro puertas, agregándose luego cinco portillos. No se destruyen posteriormente por falta de espacio sino que paulatinamente van cayendo; en 1944, cuando Narciso Alonso Cortés Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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evoca el estado de la ciudad cien años antes, dice que “tenía el recinto cuatro puertas, aunque claro es ya no había murallas”, ello viene ratificado por un documento de 1850, encontrado en el archivo municipal, en el que se da la relación “del estado en que se hallan las cercas y murallas del resguardo de esta ciudad”, en él se ve con claridad que lo que quedaba apenas se podía denominar muralla. A lo largo de esta segunda mitad de siglo se procederá a la demolición de las puertas y portillos todavía existentes. De 1858 es el expediente sobre el derribo de las Puertas del Puente Mayor. La causa a la que se aduce es fundamentalmente su mal estado y que carecía de utilidad alguna su permanencia allí. A este le sigue el arco de Santiago, cuyo derribo será más conflictivo puesto que en palabras de Alonso Cortés, “podía calificarse del más vallisoletano”. Se había construido en 1626, en sustitución de la primitiva puerta del Campo, en la calle Santiago entre las antiguas de Alfareros y Boariza (Mª de Molina). Era de estilo grecoromano pero sin gran mérito artístico; tenía en la parte alta y sobre el arco una hornacina rectangular, con la efigie de San Miguel Arcángel, por la parte del Campo Grande y por la calle Santiago una imagen de la Virgen. Arco de Santiago En 1861 comienzan las primeras dificultades a causa del obstáculo que suponía para la circulación de carruajes al estar en sitio tan céntrico. El 14 de Enero de este año se recibe en el Ayuntamiento un informe del Regidor D. Martín Sanz en el que se propone o la construcción de dos arcos laterales para que puedan pasar los peatones y si no es viable esto que se demoliera. A raíz de esto se pide consejo a Bellas Artes y se recogen opiniones de vecinos dando su parecer; en un principio predomina la opinión negativa, defendida por la Hermandad de Nuestra Señora de San Lorenzo y por un número considerable de vecinos, piden no se estime el proyecto de demolición y se respete el arco “como monumento de decoración arquitectónica, como recuerdo histórico y como edificio que sostiene en su cima una capilla dedicada al culto de la Virgen”. A pesar de todo ello el arco se ve cada vez más como un obstáculo y en 1864 se recibe ya la R.O. autorizando su demolición. En sesión de 21 de mayo se lee para que se propongan los medios más a propósito para realizarlo; se pide al arquitecto Municipal que redacte las condiciones facultativas y económicas y una vez elaboradas, se aprueban en su totalidad en el mes de Junio. Antes de proceder al derribo el Arzobispo da orden al párroco de la Iglesia de Santiago para que se haga cargo del modo más conveniente de las imágenes, gestiones que por el interés general popular que suscitaban vemos recogidas en el Norte de Castilla de estos días. 86

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Una vez ultimadas todas estas cosas se derriba el arco con gran pesar del pueblo vallisoletano. No son pues exactas las fechas que da García-Valladolid de 1862 para el recuerdo del derribo y 1863 para el inicio de éste; como hemos visto no es hasta el año siguiente cuando se realizará. Unos años después, en 1873, se demolerán las Puertas del Carmen, también llamadas de Madrid y algunos de los portillos construidos. Las razones son idénticas en todos ellos, la necesidad de facilitar el tránsito y en el caso de las Puertas del Carmen también el “dar ensanche y hermosear la población”. La primera propuesta para el derribo de estas puertas es ya de 1854, junto al proyecto de construcción de una entrada en la nueva carretera de Madríd, se piensa también en el derribo de “todo el edificio de piedra que constituye la entrada por la carretera antigua, dejando sólo un portillo bien decorado”. Puerta del Carmen Ninguna de las dos cosas prospera, quizás porque siempre se habían considerado aquellas puertas, construídas en 1780, como las más notables y ricas en valor artístico de toda la ciudad. Posteriormente vuelve a plantearse y el Ayuntamiento decide que se realice el derribo, resolviendo que se llevase a cabo mediante contrata. En Noviembre de 1873 la comisión de obras informa sobre la necesidad de que no se haga así “considerando que debe hacerse la demolición de las referidas puertas de suerte que se conserven las numerosas preciosidades artísticas que hoy ostentan en sus fachadas y esto no puede conseguirse fácilmente ejecutando la obre por contrata y sí por la administración. Votado el dictamen se rechaza por una pequeña mayoría volviendo el asunto a la comisión para que redactase las condiciones a fin de contratar en subasta la demolición de las expresadas puertas. La urgencia y la seguridad del Ayuntamiento respecto a la necesidad del derribo, contrasta con la prudencia de la Comisión de Monumentos Artísticos; ésta propone que el Ayuntamiento nombre unos representantes para estudiar conjuntamente las ventajas y los inconvenientes de esta obra, alegando un triple aspecto, científico, artístico y económico. Algunos concejales quieren desestimarlo, mientras otros apoyan el aplazamiento del derribo hasta que se vieran las razones que daba respecto al mérito histórico o artístico que las puertas pudiesen tener. Es curioso resaltar que, aunque posteriormente se señale siempre el valor de estas puertas, así García.-Valladolid se lamenta del derribo “que no tuvo en cuenta ni respetó el inmenso valor artístico que representaban”, en aquel momento la mayoría de los concejales defiende que ni bajo el punto de vista, ni histórico tenían nada de notables, apoyándose para ello en testimonios de Matías Sangrador, “que solo cita el año que se construye sin referir nada acerca de su mérito” y de D. A.Ponz que, según exponen, al referirse a ella la ridiculiza en su construcción: “aunque es nueva no la hallé correspondiente a lo que piden estos edificios, así en la forma como en la robustez característica de las entradas de las ciudades. Encima corre un balaustre y antepecho que para nada ha de servir y en el medio han colocado una estatua de Su Majestad, lugar inapropiado para ella pues semejantes alturas sólo parecen figuras alegóricas”. De estos testimonios deducen que “hay que convenir en que vale muy poco y no merece la pena conservarla”, terminando por proponer su derribo por administración y cuanto antes posible. Junto a su poco valor se señala también la necesidad “para poder hermosear la población por esta parte, haciendo de las afueras de las puertas un extenso boulevard como existe en otras poblaciones de importancia”. No hay ninguna duda por tanto de la conveniencia de la obra y tras esta sesión se Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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iniciará ya el derribo de estas puertas. Como ya hemos señalado antes, también en este año se derriban las Puertas de Tudela, la puerta denominada de “La Feria” y el Portillo del Prado. --Fuente: Desarrollo urbanístico y arquitectónico de Valladolid (1851-1936). María Antonia Virgili Blanquet.

El Monumento a los Heroes de Alcántara Tuesday, June 15, 2010 Son prácticamente nulas las referencias documentales que tenemos de este grupo escultórico. Sin embargo conocemos sus avatares y la génesis del proyecto por los datos que aparecen en la obra sobre Benllliure escrita por C. de Quevedo. En los Libros de Actas aparece sólo en 1924 la comunicación de que, tras la entrevista con el director de la Academia de Caballería, se muestra la satisfacción por parte del Ayuntamiento de las buenas disposiciones de aquél para levantar en la Plaza de Zorrilla un monumento a los héroes de Alcántara. La iniciativa partió del arma de Caballería, nombrándose una comisión que iniciara las gestiones. Se abrió una subscripción e inmediatamente se hizo la propuesta a Mariano Benlliure (1826-1947) para que fuera él quien realizara el proyecto. La cantidad recaudada fue menor de lo que se esperaba y eso hizo que se tuviera que variar la primera idea de Benlliura, el grupo definitivo fue de menor tamaño, excesivamente pequeño para su emplazamiento, pues se pierde en la gran avenida, hecho fácilmente comprobable por conservarse la maqueta original en el Museo Militar de Madrid. Inauguración del monumento La fórmula del conjunto es, como la mayoría de las suyas, grandilocuente. Sobresale en el modelado el detallismo, que hace olvidar incluso que el material usado es el bronce y el virtuosismo técnico. Representa cinco jinetes con uniformes de distintas épocas de la Caballería, desde el que era usual cuando se creó con Felipe IV la Caballería de Flandes, hasta el más modesto de la campaña de Marruecos, que había desencadenado la erección de este monumento,van colocados sobre un bloque de granito pulimentado en el que van las fechas de los hechos salientes. Se pretende, de 88

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alguna manera, exaltar en este regimiento a la Caballería española. En un primer momento se pensó colocarlo en el interior de la Academia pero se desistió inaugurándose el 25 de junio de 1931 en su definitivo emplazamiento del Paseo de Zorrilla, delante de la Academia. Al acto asistió el propio Benlliure. -Fuente: Desarrollo urbanístico y arquitectónico de Valladolid (1851-1936). María Antonia Virgili Blanquet. -Fuente: Monumentos Civiles de la Ciudad de Valladolid. J.J. Martín González

El Colegio San Juan de la Cruz. Un estercolero en el centro de la c... Thursday, June 17, 2010 El antiguo grupo escolar San Juan de la Cruz de la calle Cardenal Torquemada, frente al Río Hortega, continúa en estado de ruina después de once años de tiras y aflojas entre el Ayuntamiento y los vecinos. Unos por otros y el colegio sin barrer, tanto que las instalaciones acogen ahora un uso muy distinto al educativo que tuvo un buen día después de que indigentes y toxicómanos hubieran forzado la puerta principal para campar a sus anchas por las destartaladas aulas y pasillos del desmejorado centro. Las lúgubres estancias del viejo templo del saber juvenil son ahora un estercolero de consecuencias imprevisibles -léase plagas, infecciones,...- que ha superado en los últimos años varios incendios, alguno de ellos intencionado, en unas clases en las que los colchones sustituyen a los pupitres. El fuego ha conseguido que el negro sea el color predominante en un inmueble de dos plantas en el que cuesta encontrar un cristal entero, un marco de las ventanas e, incluso, un radiador. Hace seis años el Ayuntamiento, tapió puertas y ventanas para evitar que el colegio se convirtiera en una alternativa al albergue municipal de García Morato. En la actualidad, la acumulación de colchones, ropa y toda suerte de enseres dicen más bien lo contrario. Las pintadas en las paredes y en las escasas pizarras que permanecen en el colegio dan fe también del uso compartido

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que tuvo un bloque que se cae literalmente a cachos. La ausencia de una decisión firme sobre el futuro del centro educativo de La Rondilla parece haber condenado al San Juan de la Cruz a desaparecer del paisaje urbano de la entrada principal del barrio desde la Rondilla de Santa Teresa. En fechas recientes el alcalde Fco. Javier León de la Riva manifestó que el consistorio está en conversaciones con el INSS, que ha mostrado su interés por este edificio. La intención del Ayuntamiento es cedérselo mediante compensación económica o permuta, aunque hubiera preferido en principio una actuación similar a la de Arca Real llegando a un acuerdo con un supermercado, pero no parece que les convenza a los vecinos que ya paralizaron la intención de Sacyl de instalar allí un ambulatorio, y tienen claro que tampoco quieren un centro comercial. La propuesta de los vecinos de construir un aparcamiento subterráneo de 300 plazas para descongestionar el entorno, además de levantar un centro de día para mayores, sigue en la mente de la asociación que representa los intereses del barrio. El colectivo dice que la pérdida de aparcamientos y el envejecimiento del barrio avalan sus propuestas. Es obligación de los gestores públicos y de las gentes que constituyen una colectividad mantener símbolos identitarios y demostrar que se pueden ir readecuando los edificios a fines nuevos para que el paisaje urbano no tenga que sufrir el trauma de perder una referencia perfectamente reutilizable. Además, el San Juan de la Cruz se constituye, donde está, en una especie de “puerta” urbana del barrio, pues por aquí se accede a La Rondilla si se viene desde el casco histórico tan próximo: plaza de San Pablo. Y qué mejor tarjeta de presentación que un viejo edificio público y de trazas tan propias y características del barrio en el que se está entrando: materiales (ladrillo), color, proporción y coherencia con el entorno urbano, como es este caso. Lo que está claro es que nadie, a buen seguro, volverá a pisar el suelo pulido que un día 90

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tuvieron las aulas y despachos que acogieron a profesores y alumnos hasta su cierre definitivo en 1999. Cronología Septiembre de 1999 La falta de alumnos lleva a Educación a decidir el cierre del colegio San Juan de la Cruz de la calle Cardenal Torquemada, en La Rondilla. 11 de octubre del 2001 Un proyecto municipal prevé la construcción de un aparcamiento subterráneo de 300 plazas en el subsuelo del viejo centro escolar y de un centro de día para mayores -propuesta acogida con satisfacción por la asociación vecinal. 21 de febrero del 2003 Los vecinos acusan al Ayuntamiento de incumplir su promesa tras enterarse de que Sacyl había pedido usar el inmueble para abrir el centro de salud de San Pablo. 29 de noviembre del 2003 Primera protesta vecinal frente al centro escolar para reclamar la construcción del aparcamiento. Foto: Asociación Vecinal Rondilla 8 de junio del 2004 El Consistorio rechaza el proyecto de centro de salud de Sacyl. 25 de octubre del 2004 El Ayuntamiento tapia puertas y ventanas para evitar la entrada de indigentes y jóvenes al interior. 11 de marzo del 2005 El Consistorio ofrece el suelo para albergar una superficie comercial. 2 de abril del 2005 Nuevas protestas vecinales para pedir el aparcamiento subterráneo y el centro de día. Las movilizaciones continuaron hasta fin de año. 8 y 27 de junio del 2005 Se producen los dos primeros incendios en aulas usadas de habitación por indigentes. Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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A pesar del tapiado y enrejado de puertas y ventanas siempre es posible encontrar o "forzar" algún acceso al interior del edificio. 9 de junio del 2006 Tercer fuego en una habitación ocupada de nuevo por indigentes. 16 de abril de 2010 Un grupo de vecinos del barrio de La Rondilla participa en la 'fiesta reivindicativa' organizada por la asociación vecinal para reiterar su petición de que el antiguo colegio San Juan de la Cruz se convierta en un espacio útil para el barrio. La asociación recuerda que hace ya mucho tiempo que el colegio se quedó vacío y que el paso del tiempo y la «desidia del Ayuntamiento han hecho que el deterioro del edificio sea más que evidente».

Ver mapa más grande -Fuente: Nortecastilla.es, 20minutos.es y Federación de asociaciones de vecinos de Valladolid

La desaparecida harinera El Palero. De fábrica a museo. Tuesday, June 22, 2010 Situada en la finca de Vistaverde, a orilla del Pisuerga, la última fábrica que aquí existió se asentaba sobre una primitiva que ya funcionaba en 1846, cuyos dueños eran R. y P. Pardo, los cuales reforzaron las 3 ruedas hidráulicas con un generador de vapor. La fábrica se creó en 1912, adosada a la primitiva que es usada como almacén. Se construyó según planos suministrados por Daverio Henrici, S.A. Hacia 1930 la propiedad de la fábrica pasó a Eugenio Pardo, hijo y sobrino de los primitivos dueños -Ramón y P. Pardo- hasta 195657 en que la razón social pasa a ser de Hijos de Eugenio Pardo S.A. En los años cuarenta se construye una nave de almacén de carga y grano con sótano para ampliación de la maquinaria y un cuerpo de silos. En 1975 el edificio sufre un grave incendio que provoca su ruina De la primitiva fábrica solo se conserva la fachada principal que ahora forma parte del Museo de la Ciencia La fachada (de la cual se conserva la principal) era de ladrillo macizo de asta y media y,

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con ocho ventanales altos en el almacén de carga. Los huecos de las ventanas van separados por pilastras de ladrillo adosadas a fachada, que en cubierta se transforman en pináculos. Destaca sobre todo la riqueza de los dinteles de los huecos: arcos de medio punto y rebajados, así como la mezcla de ambos, que realzan la perfecta simetría de la fachada. En el lugar que ocupaba la fábrica en 2003 abrió sus puertas el Museo de la Ciencia de Valladolid, creado por iniciativa municipal. La elaboración de los primeros proyectos para convertirlo en Museo de la Ciencia es paralela a la aprobación definitiva del Plan Parcial para el Sector 22 “el Palero” en septiembre de 1992; plan parcial que asumirán tanto el PGOU de 1997 como el de 2004. Como recuerdo de su pasado como fábrica de harinas, el Museo de la Ciencia recoge un área dedicada a la molinería harinera tradicional, enmarcada dentro de una sala de actividades educativas para los más pequeños. -Fuente: Las fábricas de harina en la provincia de Valladolid. (Miguel A. Carrera de la Red) ISBN: 84-404-6267-0 -Fuente: http://harineras.blogspot.com/ -Fuente: http://www.ub.es/geocrit/sn/sn247.htm

Breve historia de la Policía Municipal de Valladolid Wednesday, June 23, 2010 Guardia de la Sección de Caballería, de principios del S.XX Foto: Sala- Museo de la Policía Municipal cortesía de Javier Yañez 'Qué lejanos los tiempos románticos, plácidos y amables donde el mantenimiento del orden urbano era un simple problema doméstico', relata un cronista municipal de los primeros años del franquismo en alusión a la creación muchos años atrás de la génesis Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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de la actual Policía Municipal. Aquel cuerpo, constituido bajo el nombre de Partida de Capa en 1826, estaba formado por 16 hombres 'autorizados para hacer guardar, ya de día ya de noche, el orden y la quietud pública de este honrado vecindario'. Dicha partida, establecida por el entonces Capitán General de Castilla la Vieja y presidente de la Real Junta de Policía, D. Prudencio Guadalfara Aguilera Duque de Castroterreño, se convertiria años despues en una incipiente Guardia Municipal, aprobándose su creación por el pleno del Ayuntamiento el 29 de Diciembre de 1856, siendo sus componentes iniciales un Jefe y ocho Guardias. En 1952 vuelve a cambiar la denominación del Cuerpo, por el actual de Policía Municipal. Por todo ello podemos afirmar, que la actual Policía Municipal de Valladolid es la segunda mas antigua de España.

Foto: Sala- Museo de la Policía Municipal, cortesía de Javier Yañez De aquella Partida de Capa solo queda ya el recuerdo, y de los medios que utilizaba la posterior Guardia Municipal (1898-1979), es decir, el coche de San Fernando hasta 1947 y bicicletas desde entonces hasta 1960, solo nos quedan como testimonio las fotografías históricas que algunos agentes conservan. Corría 1944 cuando el alcalde Fernando Ferreiro Rodríguez no reparó en gastos -369.478 pesetas en cinco años, al cambio 2.221 euros- para modernizar el cuerpo y duplicar su plantilla hasta los 228 agentes en 1949. Nada que ver con las cifras que maneja ahora la actual corporación de Francisco Javier León de la Riva -casi 24 millones de euros solo en el 2009 para 489 policías locales. Carnet Profesional de los años 30 Donación de un particular a la Sala Museo de la Policía Municipal, cortesía de Javier Yañez Sus misiones de entonces (la Sección Ciclista creada en 1947 fue el germen diurno -por la noche 'iban a pata'- de la actual Policía de Barrio) ya se asemejaban en cierto modo a las actuales, como muestran tres significativas instantáneas de los años cincuenta, sesenta y setenta donde aparecen guardias municipales mandando parar un carro en la calle Regalado, interviniendo en la colisión frontal de dos seiscientos frente a San Benito o regulando la salida del fútbol en el viejo estadio de la calle Ultramar. Con el paso de los años, aquella primera Policía Local fue adquiriendo poco a poco sus medios actuales, como recogen algunas de las fotografías de la época en las que 94

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aparecen los dos primeros motoristas -el sargento Iglesias y el agente Polo, ambos ya jubilados-, la primera grúa (1961), las primeras motocicletas 'modernas' (unas vespas de 1963) o las cuatro primeras mujeres que accedieron al cuerpo en 1972. Sección motorizada de la Policía Local en formación. Sin fecha. AMVA Serie Asociación de la Prensa (121x90 mm). Sig. U 288. Figura de bronce homenaje a los Policias Municipales, sita en la calle María de Molina Los datos comparativos entre la actividad policial del Valladolid de 130.000 habitantes de 1949 (2.749 servicios y 179.965 pesetas de recaudación de multas en cinco años, es decir, 1.080 euros) y la de la capital actual de 317.000 vecinos en el 2009 (94.208 intervenciones y más de 2.000.000 euros en multas) no dejan lugar a dudas sobre la evolución de un cuerpo que abandonó los pedales hace más de medio siglo y ha incorporado ahora modernos sistemas de navegación GPS en sus patrullas. En 2009 la policía municipal estrenó nueva uniformidad A pesar de la modernización que ha llevado a cabo el parque automovilistico, ciertos modelos de vehículos oficiales van pidiendo a gritos la jubilación Ya decía el cronista de 1949 que 'la complejidad que entraña la vida actual, el aumento de la población y el progreso traen como consecuencia irremediable, al lado de numerosas ventajas, un aumento de la infracción punible'. En 2011 se publicará un libro que tratará sobre la historia de este cuerpo, con motivo de la conmemoración del 185 aniversario de la creación del mismo. El polémico multacar Las modernas motocicletas. Foto. Europa Press -Fuente: Terra Actualidad -Policía Municipal. Memoria 2009 Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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Mi agradecimiento a Javier Ya帽ez por su colaboraci贸n y la informaci贸n y fotograf铆as aportadas.

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El Teatro Carrión Saturday, June 26, 2010 En los años de la posguerra reaparece el arquitecto de origen ovetense Ramón Pérez Lozana (1889-1954), con este relevante edificio destinado a teatro inaugurado un 25 de marzo de 1943, que según sus dueños –los hermanos Carriónera la más suntuosa sala de Valladolid. “La octava mujer de Barba Azul”, con Gary Cooper y Claudette Colbert, contribuyó a dar brillo a la premier. Reconstruido tras sufrir un incendio en el año 1956, cuenta con dos plantas, para la misma sala. Parte de la fachada y la escalera interior están consideradas como patrimonio histórico. Un teatro con historia, reformado hace pocos años y con una acústica excelente. El edificio enlaza con una vieja tradición que ha dejado buenas muestras en la ciudad, afortunadamente conservadas, en la centuria anterior: teatro Lope de Vega (1861) y Calderón (1863), ambos de Jerónimo de la Gándara o el Teatro Zorrilla (1884), de J. Ruiz Sierra. Entrada principal del teatro en el año 1967 El teatro Carrión posee menos pretensiones que cualquiera de los citados, y una más discreta, aunque céntrica, localización. Es una arquitectura moderna, sin llegar a poder definirse de racionalismo estricto, que obliga a poner las agujas históricas de los primeros años cuarenta en una franja horaria histórica concordante con los ensayos compositivos y de lenguaje de tres lustros antes.

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El aterrizaje del Concorde en Villanubla Monday, June 28, 2010 Foto: Rafael Alvarez Cacho. http://usuarios.multimania.es/ralvarezcacho /

Publicado en El Norte de Castilla el 27-062010 Hace ocho años que el 'Concorde' dejó de surcar los cielos. El primer avión supersónico comercial no pudo superar los efectos de la crisis aérea provocada por los atentados del 11-S y las compañías Air France y British Airways empezaron a perder a los viajeros del 'pájaro blanco' dispuestos a desembolsar alrededor de 5.000 euros por billete. A la lista de sus ilustres pasajeros -Margaret Thatcher, la reina de Inglaterra y el Papa Juan Pablo II, entre otros- se unieron el 1 de julio de 1988 los nombres de 400 castellanos y leoneses que, gracias a los llamados 'viajes sociales' de la cooperativa azucarera Acor, pudieron sentir en primera persona la sensación de volar a 2 .405 kilómetros por hora. Su destino no era en aquella ocasión Nueva York, sino la isla de Gran Canaria. Para ello, Acor destinó alrededor de treinta millones de las antiguas pesetas. «Acor pasa la barrera del sonido», rezaba un anuncio de media página en EL NORTE DE CASTILLA del 5 de julio de 1988. «Siguiendo una carrera más rápida que la del Sol, a dos veces la velocidad del sonido, han volado hacia Canarias nuestros socios con el único fin de que puedan disfrutar también de las técnicas aeronáuticas más avanzadas del momento», decía el texto que acompañaba aquel titular. 98

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Y así fue. 200 socios y trabajadores de la cooperativa vallisoletana subieron al 'Concorde' el 2 de julio de 1988 en el aeropuerto de Villanubla -100 en un vuelo por la mañana, y otros 100, por la tarde- para iniciar una estancia de once días en la playa del Inglés. A su llegada al aeropuerto de Gran Canaria, otros 200 cooperativistas que ya habían disfrutado de sus vacaciones en la isla se subieron al mismo 'pájaro blanco', también en dos turnos, rumbo a Valladolid. Una noche en Villanubla «Cuando aterrizamos recuerdo que nos quedamos esperando allí una hora para ver despegar el avión. El despegue era lo que más no había impresionado, así que todos queríamos ver cómo salía. Parecía que iba a necesitar mucha más pista de la que había y salió sin apenas utilizar un trozo pequeño», recuerda José Luis Muñoz, uno de los privilegiados socios de Acor que tomó uno de aquellos dos vuelos Valladolid-Gran Canaria del 'Concorde Sierra Delta' de Air France. Aunque el primer viaje del Concorde desde Valladolid no saliera hasta la mañana del día 2 de julio, la tarde anterior la nave ya aterrizó en el aeropuerto de Villanubla. «Expectación y curiosidad en Villanubla ante el aterrizaje de un Concorde», titulaba EL NORTE DE CASTILLA en su portada del 2 de julio de 1988. «Varios centenares de personas se congregaron desde primeras horas de la tarde para presenciar de cerca este moderno aparato que, por primera vez, aterrizaba en el aeropuerto de Villanubla y la quinta en toda España», se podía leer en el artículo con el que se abría la sección de Valladolid aquel día. «La presencia de un 'Concorde' en Valladolid creó ayer expectación y curiosidad en Villanubla, a cuyo aeropuerto y sus inmediaciones se trasladó numeroso público, que dio lugar a que en algunos momentos se organizase un verdadero embotellamiento en la carretera de León», describía el redactor que cubrió la noticia para este diario. En la portada del Norte de Castilla del 2 de julio de 1988 se hacía mención del destacado acontecimiento. «Lo que mejor recuerdo es la expectación que había en el aeropuerto de Valladolid con tanta prensa. Parecía que iba a viajar el Príncipe o el Rey», rememora Mari Cruz Torres, otra de las afortunadas cooperativistas que viajó en uno de aquellos cuatro vuelos del 'Concorde'. «El avión era muy elegante, estrechito y muy largo. El viaje fue tan rápido -en hora y media ya estábamos en Canarias- que no nos dio tiempo a enterarnos de mucho, pero el ruido de los motores lo recuerdo muy bien», explica esta socia de la localidad salmantina de Cantalapiedra. Una pieza de museo Aquel avión, el 'Sierra Delta', descansa hoy en el Hall Concorde del Museo del Aire y el Espacio de la localidad francesa de Le Bourget, junto al primer prototipo (001) F-WTSS. La última noticia publicada hace tan sólo unos días en la prensa sobre este modelo es que sus cuatro motores Rolls Royce serán sometidos a unas primeras pruebas para intentar poner otra vez en el aire este avión supersónico. Uno de los objetivos del Grupo británico Salvar al Concorde (SCG), de quien parte esta iniciativa, es que un vuelo del 'Concorde' tenga lugar en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. «Hoy marca la fecha más crítica en la historia del 'Concorde' desde que fue retirado hace casi siete años», dijo Ben Lord, vicepresidente de SCG, a finales de mayo, cuando dio a conocer esta noticia. En Valladolid, el 'Concorde' ya había hecho historia 22 años antes cuando, por primera vez, tomaba tierra en el aeropuerto de Villanubla. Eusebio Peláez fue otro de los socios agraciados con uno de estos viajes 'relámpago'. «No recuerdo mucho de aquel viaje, sólo que se iba muy bien y muy rápido. También me acuerdo de que el piloto nos dijo Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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que iba a dar una vuelta más despacio por encima del Teide para que pudiéramos verlo desde el aire. Pero por muy despacio que quisiera ir, con lo rápido que era ese avión fue muy difícil ver nada», cuenta este vallisoletano de Villanueva de Duero. El 14 de junio del 2003, el 'Concorde', con matrícula F-BTSD (con el número de serie 13), despegó por última vez del aeropuerto de Roissy (París) en dirección a Le Bourget. Antes de aterrizar efectuó un vuelo en bucle sobre el Atlántico. A continuación, el general Marc Alban, director del Museo del Aire, recibió a Jean-Cyril Spinetta, presidente de Air France, que entregó oficialmente al museo este avión. El 'Sierra Delta' entró en la flota de la compañía el 9 de mayo de 1980 y tiene en su posesión el mayor número de récords: el récord de velocidad comercial alrededor de la Tierra hacia el oeste, en octubre de 1992, y el récord alrededor de la Tierra en sentido inverso, en agosto de 1995. Realizó 11 vueltas al mundo. En total, este aparato voló 12. 974 horas y realizó 5.136 vuelos. -Fuente: Nortecastilla.es http://aerovalladolid.blogspot.com/

El edificio del Seminario Diocesano Tuesday, June 29, 2010 Por Enrique García Martín En el año 1956, la Universidad de Valladolid, pasó a interesarse por los terrenos que ocupaba el Seminario Mayor de la calle de Sanz y Forés por la proximidad a la Facultad de Medicina y al Hospital Provincial con la intención de edificar allí nuevas instalaciones universitarias. Para ello, el 19 de julio el Rector de ella, ofrece al arzobispo García Goldáraz una permuta del terreno del Seminario por una finca propiedad de la Universidad denominada "Ribera de Leca" y del edificio a medio construir del Colegio Mayor "Felipe II", cuyas obras llevaban paralizadas siete años, y que se encontraba próxima al Seminario Menor". Una vez aceptado el trato, comenzaron a surgir imnumerables problemas de tipo administrativo que retrasaron el acontecimiento de la permuta cuatro arios, lo que provocaba la impaciencia del Arzobispo que mostraba sus quejas en multitud de cartas enviadas a todos los ministerios relacionados con el tema, llevándose a la práctica, finalmente, el 24 de noviembre de 1961. Una vez efectuada la permuta de terrenos, había que reiniciar las obras del Colegio Mayor "Felipe II", que, como se ha dicho, llevaban siete arios paralizadas según el proyecto original realizado el ario 1941 por el arquitecto Constantino Candeira Pérez. La continuación de la obra y su adaptación para Seminario fue dirigida el año 1962 por los arquitectos Isaías Paredes Sanz y Angel Ríos 100

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Gómez con un presupuesto de 44.848.411 pts. Para recaudar esta cantidad, el Arzobispado recurrió a todo tipo de colectas. Así, el 24 de febrero de 1963 el Arzobispo exhorta con "una apremiente llamada a favor del nuevo Seminario Mayor". El 1 de marzo del mismo año se inicia la primera campaña "pro-seminario" consistente en premiar con un viaje a Lourdes al muchacho o muchacha que más limosnas recogiera a favor del Seminario. Aún así, el día 8 del mismo mes, el mismo periódico publicaba que la conservación de ambos seminarios, Menor y Mayor, hacía que los gastos se disparasen y que, debido a ello, lo que aportaban los alumnos no cubría el 40% del presupuesto y las ayudas recibidas hasta ese momento sólamente llegaban al 50% de dicho presupuesto. Debido a la insuficiencia de medios económicos, el 14 de marzo del mismo ario se inició una campaña de repartición de sobres por las casas de la ciudad que serían posteriormenre recogidos por "algunas señoras" provistas de tarjetaautorización, pues surgieron algunos desaprensivos que pasaban a recogerles sin tener nada que ver en el asunto, mientras que en los barrios de Delicias, Rubia, Pajarillos y Pilarica eran recogidos por miembros de la J.O.C. Sin embargo, la campaña más eficaz fue la iniciada el 13 de marzo de ese mismo año de 1963 y que se denominó "campaña de celdas": esta consistió en que cada persona que quisiera colaborar en la construcción del edificio debería pagar 10.000 ptas por cada celda o habitación que quisiera. Con ello, se construirían las 224 celdas de los Seminaristas además de la Capilla y utensilios de culto, Biblioteca, Salón de Actos con sus accesorios (butacas, escenario...), Sala de Visitas, Sala de Recreo para los días de lluvia, Hogares de Seminaristas, Secretaría de Estudios, Aulas, Sala de Música, Utensilios de Enfermería, Gabinete de Física y Química, y Museo de Historia Natural. Como recuerdo peremne, cada celda o departamento llevaría en su exterior el nombre del misterio del Señor, de privilegio o advocación de la Virgen que eligiera el donante así como su nombre, cartela que las habitaciones continuan conservando en la actualidad. A todas estas aportaciones se unieron 8.000.000 que aportó el Cabildo de la Catedral y 20.000.000 que dio la Santa Sede. Al mismo tiempo el Gobernador General del Banco de España hizo un préstamo de 20.000.000 de pts. añadiendo el Ministro de Justicia que además habría que dedicar más cantidad de dinero para la "inacabada catedral herreriana". Finalmente, y con las facilidades que dio la empresa "Agromán" para el pago de 9.000.000 de pts. la obra fue finalizada y el edificio inaugurado solemnemente el 3 de mayo del año 1965 con la asistencia del Prefecto de la sagrada Congregación de Ritos, Cardenal Lacarra, y del Ministro de Justicia, Señor Iturmendy, como ya era habitual. Su arquitectura obedece al estilo "escurialense" que fue rescatado en los primeros años del Régimen de Franco como símbolo de "arquitectura imperial", cuyo principal exponente es el Ministerio del Aire de Madrid en el cual el Seminario está claramente inspirado. La fachada consta de tres torreones, uno en cada extremo y otro en el centro. En alzado muestra semisótano, planta baja, entreplanta, cuatro plantas más y ático. En el ario 1970 se vio ampliado por laboratorios, aseos y sala de juegos. Finalmente, la primera planta se vio alterada en el año 1976 al ser adaptada para aulas del Seminario Menor que vendría a ocupar el mismo edificio junto con el Mayor al disminuir el número de seminaristas de ámbos, aspecto que presenta en la actualidad. En la actualidad alberga el Colegio Mayor de Castilla y León

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Ver mapa más grande -Fuente: Edificios históricos del Seminario Diocesano de Valladolid. Enrique García Martín

La tienda del señor Leandro Tuesday, July 06, 2010 Desde el pequeño pueblo de Matilla de los Caños, a seis kilómetros de Tordesillas, lugar donde la familia poseía una tienda de comestibles, llegaron a Valladolid en 1898 los hermanos Alejandro, Joaquín y Leandro Medrano González, quienes en unión fraterna instalaron una tienda de comestibles en la calle de la Estación de nuestra ciudad. Dibujo de Miguel Ángel Sória Pasados unos años cada uno de los hermanos buscó independientemente la solución de su vida. Leandro decidió permanecer en el barrio de San Andrés e instaló su propio negocio en la calle del Nogal, próxima a una finca rústica, propiedad de D. Miguel Alvarez Sánchez, situada en la esquina de la entonces Travesía de San Luis y la calle de la Asunción, donde en 1910 se edificó el inmueble en el que se fijó su domicilio y en el que estableció su negocio el "Señor Leandro", como fue conocido por todos los vecinos del citado barrio y para quien el propietario de la tienda de comestibles siempre tenía dispuestas, durante las fiestas del patrón del barrio, su sabrosa limonada acompañada de mantecados o pastas y que seguían al tradicional acto de "las hogueras". El señor Leandro cuando aún regentaba el establecimiento El local en la actualidad En nuestros días, salvo las necesarias obras de mantenimiento, la vieja tienda de comestibles sigue manteniendo su casi centenario aspecto (incluída su fresca bodega) decididamente conservada y mantenida por su hija Dª. Clotilde Medrano Rogero, ayudada por su madre D. María Petra Rogero Gil, quienes continúan la lucha iniciada por un vecino de Matilla de los Caños que llegó a nuestra ciudad hace más de cien años. 102

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Ver mapa más grande -Fuente: Aquellos entrañables comercios de Valladolid (Tomo III). Miguel Angel Soria, Angel Allue Horna. ISBN:84-8783113-3

El asilo de la caridad Saturday, July 10, 2010 El Asilo estuvo en un inicio en la calle Pi y Margall. En la casa nº 32 de esta calle se reune en 1907 lo que había sido la antigua Tienda-Asilo y el Asilo de la Mendicidad. Sin embargo el edificio no reunía las condiciones debidas y en 1911 se inician las gestiones para construir otro. Colocación de la primera piedra el 22 de septiembre de 1911. Foto: Norte de Castilla El presidente del asilo firmando el acta de colocación de la primera piedra. Foto-Diario ABC La casa de Pi y Margall no se derribará hasta 1919 cuando ya se habían finalizado las obras del nuevo Asilo y llevaba un año funcionando. El Norte de Castilla recoge la noticia de la colocación de la primera piedra del nuevo asilo. En el artículo que publica se transcribe íntegra el acta, que decía así: "Colocación de la primera piedra del edificio Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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para Asilo de la Caridad, Institución benéfica dedicada a la extinción de la mendicidad que se construirá en terrenos cedidos para este fin por el Excmo. Ayuntamiento entre las calles de Chancillería, Gondomar y Empecinado. El solar que ocupó fue donde primitivamente estuvo instalado el edificio que cobijó a los Huérfanos del Colegio de Santiago. Al ser notorio el mal estado de la construcción y correr rumores de la posible traslación del colegio a Zaragoza, se decide por parte del Ayuntamiento instalarlo en unos locales pertenecientes a Caballería. El primitivo colegio se derribó y en octubre de 1910 el Ayuntamiento decide cederlo gratuitamente para Asilo. Comedor del Asilo. 1933 Foto: Norte de Castilla El edificio es todo él en su exterior de ladrillo, aunque no sigue el autor un estilo definido. La inauguración fue en plenas ferias de la ciudad el 23 de septiembre de 1918 y en los artículos que se publican en los periódicos locales se califica de higiénico y confortable. En los años siguientes se adquieren solares contiguos y se finalizan obras pendientes como las de la cocina. En las décadas de los 50 y 60 se reparan la galería y se restauran las paredes, siendo evidente las deficientes instalaciones de muchos servicios. En el año 1962, el antiguo Asilo de la ciudad cambia de nombre por “Residencia Nuestra Señora del Carmen”, cuya tutela pertenece a la Asociación Vallisoletana de Ayuda a la Ancianidad y a la Infancia ASVAI, nombre actual que adoptó en 1972. Entonces se decide la total renovación del edificio. Reparto de juguetes en el Asilo en el año 1933 Foto: Norte de Castilla

Daños causados en la techumbre de la fachada de Chancillería por el incendio del Asilo, recogido por El Norte de Castilla el 1 de diciembre 1933

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El retoño del Asilo, la Residencia de Nuestra Señora del Carmen, supone haber tocado fondo y empezar a ilusionarse con una nueva meta: la mejora asistencial de los ancianos acogidos, pues, mirando al vecindario, habría que responder al naciente problema de la tercera edad. Lo que singulariza a la Asociación Vallisoletana de Ayuda a la Ancianidad y a la Infancia, el nuevo jalón histórico desde primeros de enero de 1972, es comenzar arropada por las señas de identidad legadas por el Asilo. Patio de la residencia en la actualidad Los fines para los que se constituyó ASVAI se realizan en el centro “Residencia Nuestra Señora del Carmen” en Valladolid, así como también en el resto de la ciudad y su provincia por medio de la Fundación Social ASVAI, gracias al trabajo que realizan cotidianamente las religiosas, los directivos, voluntarios, profesionales, personal y colaboradores. Todos ellos han hecho posible que las ideas surgidas hace más de cien años, sean hoy en día una palmaria realidad, con el ferviente deseo y propósito de continuar otros tantos años. Tenemos la seguridad de que siempre existirán personas necesitadas de ayuda que le será aportada por otras que tienen un “corazón de oro” para dedicarse a la asistencia de los demás.

Ver mapa más grande -Fuente: Desarrollo y urbanismo arquitectónico en Valladolid (María Antonia Virgila Blanquet)

La Plaza del Rosarillo Wednesday, July 14, 2010 Se la denominó primitivamente plazuela de la Piñolería, o piñonería. Pero lo que ha dado el título actual a la "Plaza del Rosario" es "el Rosarillo". Desde tiempos muy antiguos la cofradía de San Cosme y San Damián tenía un hospital en la plazuela de la Piñolería, además de una ermita, que cedió a los monjes de San Basilio en 1499 por habérseles quedado arruinada la iglesia, del otro lado del Pisuerga.

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El hospital, así como la iglesia de la cofradía, eran muy humildes y, del mismo modo la ermita. Gracias a una donación del obispo de Segovia Don Juan Arias Dávila se reconstruyó la iglesia y se reformó y amplió el hospital (año 1499), construyendo la curiosa portada que daba a la plazuela (y trasladada posteriormente al calle San Juan de Dios). Vease: "El hospital y la iglesia del Rosarillo" Fué acreciéndose la cofradía y aumentándose el hospital paulatinamente, hasta que en 1602 se le unió el hospital del Rosario. Entonces empezó a llamarse "el Rosarillo" y se hizo una iglesia nueva. La plazuela recibió ya el título "del Rosario" y la inmediata, calle del Rosario", constando así en el plano de Bentura Seco de 1738. (1) Portada de la Casa Natal del Padre La Puente (Hacía esquina con la calle San Blas) Tal como puede observarse en estas fotografías antiguas era la Plazuela del Rosarillo, como podrían atestiguar todavía muchos vallisoletanos. Pero salvo el nombre, todo ha sido arrasado, y su estado actual bastaría para justificar que Valladolid es la ciudad más deteriorada de España. Sin guerras, sin terremotos, sin avenidas torrenciales, la Plazuela ha desaparecido a manos del conturbenio del mal gusto con la prosperidad repentina, de la ignorancia satisfecha de sí misma y remachada por la insolencia del poder y el palurdismo del rascacielos sobre el alvéolo del palacio o del antiguo hospital de Nuestra Señora del Rosario.(2) La plaza según el plano de Bentura Seco de 1738

Ver mapa más grande -(1). Las Calles de Valladolid. Autor: Juan Agapito y Revilla (ISBN:84-9761-142-X) -(2). Santiago de los Mozos

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Día de Reyes sangriento. El atentado contra el café "El largo adios... Saturday, July 17, 2010 El café El Largo Adios en la actualidad Hacía las seis y media de la tarde del seis de enero de 1981, tres jóvenes de unos 17 o 18 años irrumpieron en el bar -El largo adiós-, conocido en Valladolid por la ideologia progresista de su propietario, y en el que anteriormente se habían producido enfrentamientos y atentados prótagonizados por elementos extremistas de derecha. Tras romper los cristales de la puerta y del escaparate del bar, penetraron en el establecimlento e inmediatamente procedieron a disparar sobre los clientes (unes 30 personas), que corrieron a parapetarse detras de las mesas y del mostrador. El café El Largo Adios en la actualidad

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Jorge Simón Escribano, estudiante de quinto curso de derecho, resultó gravemente herido durante el tiroteo. La policía trasladó al herido al Hospital Clínico, donde un equipo de urgencia le Intervino quirúrgicamente para extraerle un proyectil. Posteriormente hubo de ser intervenido de nuevo. Fuentes médicas informaron que el herido tenía alojada una bala en la columna vertebral, que pudo afectar a la movilidad de las extremidades inferiores y que presentaba heridas de diversa índole en la cabeza y el pecho. Así publicó la noticia "El Norte de Castilla" al día siguiente del atentado Una llamada anónima a la redacción de El Norte de Castilla atribuyó el atentado a los -Grupos Revolucionarios Armados-.; (el mismo que el mes de noviembre anterior lanzó varios coctales Molotov contra la sede de ese mismo periódico, que quedó completamente destruida). La voz anónima finalizó su mensaje con un .iArriba España!-. Se sabe que Jorge Simón Escribano estuvo vinculado al Partido del Trabajo de España; aunque familiares del herido manifestaron que en ese momento no militaba en ningún partido político y fue alcanzado casualmente por los disparos. Autores y gestación del atentado Alfonso Milans del Bosch Jordán de Urriés, de 24 años, legionario y sobrino del ex general condenado por el intento golpista del 23 de febrero de 1981, fue condenado a cuatro años y cinco meses de prisión por su intervención en el atentado ultraderechista contra este bar. Alfonso Milans fue sido considerado autor de un delito de asesinato frustrado y otro de tentativa de incendio, pero se le aplicó la atenuante de ser menor de edad en la fecha del atentado. El 3 de mayo de 1984, la Audiencia Nacional ya había condenado a los ultras Luis Alfonso Esteban Rebollo y Francisco José García Ruiz por el asalto al bar. Alfonso Milans del Bosch fue condenado a indemnizar, conjuntamente con los otros dos ultraderechistas condenados anteriormente, con nueve millones de pesetas a la víctima. Los hechos probados de la sentencia de 1984 fueron recogidos en la nueva sentencia, que precisaba que Alfonso Milans del Bosch fue el jefe del grupo que dirigió la denominada "operación de castigo", que tenía el doble objetivo de atentar contra la vida de drogadictos y afiliados a organizaciones de izquierda y de causar daños en el bar, que según los condenados los acogía.

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La operación, fue preparada a las doce de la mañana de ese día, y a las seis de la tarde, los ultraderechistas se reunieron en las escalinatas de la catedral, próxima al bar. Al poco rato, y de acuerdo con el plan convenido, Milans del Bosch dio la señal de puesta en marcha a los acordes de un himno elegido como contraseña. Al llegar al bar, simultáneamente, García Ruiz rompió las cristaleras con una barra de hierro enguantada y Alfonso Milans del Bosch arrojó precipitadamente al interior una botella que contenía gasolina. Milans se olvidó de encender la mecha, y por eso, al romperse la botella, la gasolina se derramó, pero no llegó a prenderse. Mientras tanto, Esteban Rebollo realizó varios disparos hacia el interior del local, a través de otra cristalera, que alcanzaron a Jorge Ignacio Simón, entonces estudiante de Derecho y deportista, que era desconocido para los agresores y no estaba significado por sus ideas políticas. Una de las balas le produjo hundimiento craneal, aunque no llegó a afectarle el cerebro, y la otra se le incrustó en la quinta vértebra, lo que le produjo paraplejia irreversible, con pérdida de movimientos en la pierna derecha y le causa dolores al andar. Después de la agresión Milans y su grupo se dieron a la fuga y se reunieron más tarde en la cafetería Oxford. Los miembros del grupo fueron localizados y detenidos al poco tiempo, aunque Milans consiguió huir y fue declarado rebelde. El 15 de abril de 1986 estaba alistado en el tercio Alejandro Farnesio de la Legión, con base en Ronda, y comunicó a sus superiores jerárquicos que él era la persona que había intervenido en el atentado contra el bar El Largo Adiós, por lo que fue puesto a disposición del juez. -Fuente: La Vanguardia (08-01-1981). El País (12-02-1988). -Fotografía de Jorge Simón obtenida del Norte de Castilla (09-01-1981)

Las Cartillas de la Catedral de Valladolid Wednesday, July 21, 2010 Por Luis Resines [Profesor del Estudio Teológico Agustiniano de Valladolid] Las cartillas de Valladolid son un frágil documento, del que se conocía su existencia, pero escaseaban los datos sobre ellas e incluso el objeto en sí era un desconocido para el clero, y curiosamente las personas que más sabían del tema estaban relacionadas con el mundo de la enseñanza. Tras una profunda investigación en el archivo de la inacabada Catedral de Valladolid conocí la importancia que tuvieron estas cartillas de doctrina, no sólo desde el punto de vista de la catequesis, sino también desde el aprendizaje a leer y escribir de generaciones y generaciones de personas. Estas cartillas surgen como consecuencia de una petición del Cabildo vallisoletano al rey Felipe II, solicitando la autorización para imprimirlas en exclusiva, de forma que sirvieran como financiación a las obras de la Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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nueva catedral. El privilegio que autorizaba la impresión en exclusiva de las cartillas tiene fecha del 23 de septiembre de 1583 y ya en diciembre de ese mismo año aparecerán las primeras, indicándonos la seguridad que tenían de su concesión y cómo todo estaba ya dispuesto. En el privilegio se dice que debían contratar imprentas en cinco ciudades: Salamanca, Madrid, Sevilla, Burgos y por supuesto Valladolid, con la intención de difundirlas de forma masiva por todo el reino de Castilla, de manera que todo el mundo pudiera utilizarlas para aprender a leer y a escribir, al tiempo que conocían la doctrina. Las cartillas se fueron imprimiendo con muchas dificultades: se debía contratar a intermediarios que gestionaran la impresión en las distintas ciudades, y como era de esperar siempre hubo falsificadores por lo que se necesitaba un control muy preciso y unas sanciones severas que evitaran la pérdida de unos ingresos fundamentales en la financiación de la Catedral. Estas cartillas se estuvieron imprimiendo durante más de dos siglos y medio, desde 1583 a 1844 y, gracias a la documentación que se conserva en el archivo de la catedral, se ha podido precisar la cantidad impresa: ¡70 millones de cartillas!. Estamos ante el principal instrumento para que los ciudadanos de los reinos de Castilla y América, mediante un método sencillo, claro y barato, aprendieran a leer, a escribir –si lo precisaban-, la doctrina más elemental como son las oraciones, incluido el ayudar a misa en latín y finalmente la tabla de multiplicar como remate a un aprendizaje básico y muy útil para esas épocas. Los objetivos de estas cartillas se resumen en tres, difundir el conocimiento de la doctrina, cultivar al pueblo y financiar una gran obra arquitectónica, la catedral de Valladolid. Al ser un producto que generaba ingresos, pronto surgieron cartillas falsas, por lo que desde el primer momento aparecerá en la portada una firma a mano para autentificarlas como legítimas. A pesar de ello, se ha calculado que aproximadamente se realizaba una falsificación cada diez años. De los 70 millones que se imprimieron solamente se han conservado veinte cartillas. La catedral de papel. Historia de las Cartillas de Valladolid Libro del profesor Dr. D. Luis Resines Llorente 110

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El D. Luis Resines se embarca en un estudio exhaustivo del tema. Hace una historia muy pormenorizada, analiza los aspectos sociales y económicos, explica su relevancia cultural e importancia religiosa. De forma detallada revisa veintisiete cartillas que se fueron sucediendo, desde la primera de 1583 hasta la de 1818, así como otras cartillas falsas que se publicaron. La obra recoge una reproducción fotográfica de algunas de las cartillas. Además, la de 1752 se adjunta con el libro en reproducción facsímil. Todo un detalle del Servicio de Publicaciones de la Diputación de Valladolid que ha realizado un excelente trabajo. Hacer click sobre la portada: -Fuente: Conocer Valladolid. Segundo curso de patrimonio cultural 2008/2009 ISBN: 978-84-96864-38-2

El puente de Puente Duero Sunday, July 25, 2010 Se sitúa sobre una antigua vía romana citada en el itinerario Antonino, la que desde el Puerto de la Fuenfría, en Navacerrada, alcanzaba Simancas. Si bien es cierto que el emplazamiento, en un cómodo vado, puede ser romano, no se puede atestiguar que parte alguna de la obra lo sea. El puente ha mantenido su importancia desde la época medieval por ser también paso por la Cañada Real Leonesa Oriental de ganados, y en la Edad Moderna, cuando unía Valladolid y las villas de Medina y Olmedo, y posteriormente con la capital Madrid. La construcción actual, totalmente de sillería irregular caliza, se orienta de norte a sur con pronunciadas rampas de acceso, y consta de 3 arcos y dos pilas datables en diferentes épocas. La parte más antigua es la pila y estribo del lado norte, unidos por arco apuntado. Puede datarse este conjunto como de época medieval, con trasdós irregular en el arco y base de tajamar y espolón escalonada. En época posterior, posiblemente en el cambio del siglo XVI-XVII, se elevarían tajamar y Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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espolón hasta la rasante dejando apartaderos. Del siglo XVIII parece la gran pila y arco sur. El arco central fue volado, como los de toda la comarca, en la retirada francesa después de la derrota de Los Arapiles siendo reconstruido hacia 1850, fecha en la que se abrirían las embocaduras y se rectificaría la rasante haciéndola más horizontal. Pero en el grabado de la primera mitad del siglo XIX (Souvenirs Pittoresques) se aprecia un pontón de madera en la rotura del arco y una torre con cierto aire militar junto al estribo norte, donde estuvo la iglesia del pueblo. Su estrechez no permite el cruce sobre él de dos vehículos, y el trazado en alzado del tablero, en lomo de asno, impide la visión de un extremo desde el otro, por lo que es necesaria regulación por semáforos para el paso. El 5 de septiembre de 2002 entró en funcionamiento la variante de la población correspondiente a la carretera C-610, que en parte coincide con la Ronda Super-Sur de Valladolid, y que incluye un nuevo puente sobre el Duero, por lo que el tradicional ha quedado únicamente para tráfico local.

Ver mapa más grande -Fuente: Guía de Arquitectura de Valladolid. Juan Carlos Arnuncio Pastor. ISBN:84-85022-66-1 -Ver el artículo: Puente Duero, un barrio entre pinares

La estatua de Felipe II Sunday, July 25, 2010 La estatua es un duplicado de la que fundieran los Leoni para Felipe II, y que sería trasladada a Madrid, con otras obras del taller milanés en 1564. Pertenece al primer periodo de producción para la corte española y representa al monarca idealizado como un héroe. El original madrileño, remata en la actualidad el eje entre el Patio de Armas del Palacio Real y La Almudena. El lugar elegido en Valladolid para situar la copia de bronce de los Leoni se justifica por 112

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sí mismo: frente a la casa donde naciera el monarca en 1527. Sin embargo, su posición en la plaza tiene más que ver con el magnífico telón de fondo que crea el arbolado, sobre el que la escultura se recorta, que con las relaciones que pudiera plantear con los significativos edificios que conforman la plaza. El efecto teatral de cedro de Líbano se completaba en origen con un estanque a los pies de la escultura. La plantación posterior del estanque obligó a duplicar la altura de la peana siguiendo la arraigada tradición vallisoletana de variar los pedestales de las esculturas de la que no se libraron ni Zorrilla, ni Cervantes ni el propio Conde Ansúrez.

Ver mapa más grande Fuente: Guía de Arquitectura de Valladolid. Juan Carlos Arnuncio Pastor. ISBN:84-85022-66-1

El derrumbe de la torre de la Catedral Tuesday, July 27, 2010 Fotomontaje de Juan Carlos Urueña Paredes (www.azulín.es), portada del libro La buena Moza de Miguel Ángel Galguera El mes de mayo de 1841 había comenzado en Valladolid con muy mal tiempo, con lluvias torrenciales y vientos de mucha fuerza. Durante todo el mes siguió más o menos la lluvia y el viento. El día 31, segundo día de la Pascua de Pentecostés, se celebraron en la catedral los Oficios correspondientes y los vallisoletanos se disponían a ir a la romería del Carmen, según la costumbre. A las 12 de la mañana arreció el temporal de agua, viento y granizo y los ciudadanos tuvieron que ponerse a refugio en sus casas. A las 3 de la tarde cesó la tormenta y la vida volvió a su quehacer diario. Horas después, cerca de las 5 de la tarde Valladolid se vio conmocionada con un ruido terrible y las casas cercanas sintieron una gran trepidación como consecuencia del derrumbe de la torre que se había venido abajo casi por completo, a partir del último cuerpo, el ochavado, donde estaban colocadas las campanas, arrastrando gran parte del tercer y segundo cuerpo, con el reloj incluido. Parte del derrumbe cayó a plomo sobre la fábrica de la catedral, sobre la capilla del Sagrario, destrozando la bóveda, y parte cayó sobre el lado que daba a poniente, cegando momentáneamente el cauce del río Esgueva. En su caída se llevó por delante las bóvedas, vigueteados, escaleras, balaustradas y cornisamientos y el antiguo rollo conocido como el león de la catedral que había sido trasladado desde la plaza de Santa María al atrio de la catedral. Tanto el historiador Matías Sangrador y Vítores como el periodista José Ortega Zapata narraron punto por punto estos acontecimientos. Ortega Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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Zapata lo comentaba así: […] fue como si hubiesen disparado muchos cañones a la vez; y la ciudad y las habitaciones de las casas se vieron envueltas en densísima nube de polvo, casi impalpable, pero que asfixiaba […] Grabado de Fournier que muestra la fachada de la catedral de Valladolid antes de la caída de la torre en 1841 No hubo ningún muerto y sólo dos personas resultaron dañadas: el campanero Juan Martínez y su esposa Valeriana Pérez que tenían su vivienda en la torre en un cuarto junto al campanario. Al campanero le dio tiempo de cobijarse en uno de los vanos del tercer cuerpo que por fortuna no cayó con el derrumbe, pero la campanera cayó junto con los elementos de la torre que la “depositaron” entre escombros en la capilla del Sacramento, protegida por una viga. La mujer pasó 30 horas en aquella posición hasta que fue rescatada; estaba maltrecha y muy golpeada pero con vida. Intervención de las autoridades Las autoridades municipales, civiles, militares y religiosas acudieron sin demora al lugar de los hechos y se reunieron para decidir urgentemente los pasos a seguir. Llegó el alcalde Mariano Campesino, las tropas de guarnición, organizaron grupos de observación para estar alertas a posibles nuevos desprendimientos, otros grupos para el orden público, otros para salvaguardar el resto de la catedral y evitar el pillaje. También fue incluido como ayuda y mano de obra un grupo de presidiarios de los que estaban confinados en las dependencias del monasterio de San Pablo. A continuación llegaron los arquitectos, los maestros de obra y varios albañiles provistos con sus herramientas. Decidieron trasladar todos los objetos de la iglesia a otras parroquias y el alcalde tomó posesión de las llaves de las puertas para dejarlas bien cerradas y abrirlas sólo para que los obreros pudieran entrar y salir en el transcurso de las obras que empezarían muy pronto. El Cabildo catedralicio agradeció a todos su presencia y ayuda y así lo hizo constar en el Libro de Actas. Dibujo de Isidoro Domínguez Díez que muestra el derrumbamiento de la torre de la catedral de Valladolid. 114

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Desmantelamiento de las ruinas El informe de los arquitectos a la vista de cómo había quedado la torre fue desalentador. “El estado que presenta la torre es completamente desesperado”. El Ayuntamiento tenía prisa por emplear medidas eficaces para evitar daños mayores de futuros desprendimientos de las ruinas que aún quedaban en pie. Se procedió en primer lugar a despejar toda la zona de los escombros caídos y una vez realizado este trabajo y siguiendo los consejos de los profesionales, se tomó la decisión de hacer el desmonte de la parte de la cúpula y del octógono que se mantenía en pie de forma muy insegura. Tanto el Ayuntamiento como el Cabildo se encontraban bastante escasos de fondos pero además no era fácil encontrar gente que quisiera hacer un trabajo tan peligroso. Fue entonces cuando se presentó voluntario Francisco González, un presidiario que cumplía condena por homicidio y que presentó un plan para proceder al derribo, con un presupuesto bastante bajo de 10.500 reales y como pago de su trabajo, la exención de su pena; los arquitectos estudiaron y aprobaron el plan que se fue desarrollando con éxito y que concluyó el 14 de agosto de 1841. Pero las autoridades no se conformaron con el desmonte de lo estrictamente ruinoso considerándolo insuficiente y decidieron que debía continuarse hasta llegar al primer cuerpo de la torre, es decir a la misma altura en que se encontraba la base de la torre de la parte este. Francisco González estuvo de acuerdo en seguir con la obra emprendida, pero esta vez cobrando, ya que había cumplido con lo pactado anteriormente. El Ayuntamiento le entregó 170.000 reales y la demolición continuó hasta la altura en que puede verse en la actualidad. Mientras tanto se iba haciendo muy despacio la labor de despejar los escombros acumulados de nuevo, salvando en lo posible los materiales que pudieran servir. Los compró el Ayuntamiento y se ocupó de su traslado, pero el resto de cascotes y escombro inútil permaneció en el sitio hasta el año 1843. También se fueron abriendo las calles afectadas, para que la ciudad volviera poco a poco a la normalidad. Restos de la torre hundida en 1841 tras el proceso de demolición, con la cornisa destrozada por el efecto de la caída de las piedras. Así quedó la primera y única torre de la catedral que nunca más fue levantada de nuevo. Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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La catedral se vio sin torre, sin campanas y sin reloj. Las campanas y el reloj eran todo un símbolo y una necesidad para la población que confiaba tanto en unas como en otro, para los acontecimientos religiosos y de otra índole y para la distribución de su tiempo. La torre de la catedral y su reloj se veían desde cualquier punto de Valladolid y esa referencia se había perdido para siempre. Así, la vecina Universidad tuvo que construir una torre propia en 1857 para poder colocar un reloj en ella, pues hasta 1841 se había regido por el reloj catedralicio. Torre del lado de la epístola La segunda torre, la que se conserva, es obra del siglo XIX. Su primer cuerpo, de planta cuadrada, estaba ya edificado en simetría con la torre de poniente. En 1848 hubo un primer intento de reconstruir la torre perdida, pues el Cabildo pidió al arquitecto Epifanio Martínez de Velasco un estudio sobre el particular. Esto no siguió adelante hasta que en 1861 el Cabildo pidió al arquitecto Vicente Miranda un informe para levantar la torre en el mismo lugar que la anterior. El arquitecto, abrumado por la responsabilidad, pidió la creación de una comisión de arquitectos para ello, lo que se llevó a cabo. Estaba formada por Miranda, Jerónimo Ortiz de Urbina, Segundo Rezola y José Fernández Sierra, bajo la dirección de Antonio Iturralde Montel. Decidieron llevar a cabo una serie de catas en la base de la torre perdida y en la del lado de la Epístola. Un año después, en 1862, firmaban el proyecto. Éste trataba de construir ambas torres de la fachada de la Catedral siguiendo la forma de la torre desaparecida (es decir la torre trazada por Herrera más el remate ochavado) pero suprimiendo el segundo cuerpo de la torre, que tenía en los alzados dos ventanas superpuestas. Así, las torres proyectadas eran notablemente más bajas que la desaparecida, pero más económicas. No obstante, el proyecto no se pudo realizar por falta de fondos. En 1878 se decidió construir la torre del lado de la Epístola siguiendo el proyecto de 1862. La dirección recayó en Antonio Iturralde Montel. En 1879 se subastaron las obras y empezaron a agruparse materiales en la Plaza de la Universidad. En 1880 se iniciaron las obras, con gran fuerza. Para subir las piedras, se instalaron dos máquinas de vapor. A finales de año, el cuerpo de base cuadrada con los grandes arcos (el segundo piso) estaba ya a la altura de los arranques de los arcos y se empezaban a montar las cimbras para realizarlos. Sin embargo, la falta de fondos hizo que las obras se pararan poco después. En la primavera de 1884 las obras comenzaron de nuevo. A finales del verano, estaba ya 116

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concluido el segundo piso, con sus grandes arcos, hasta la barandilla. Durante el otoño e invierno, se construyó el cuerpo octogonal y se subieron las campanas el 27 de marzo. La Catedral sin las dos torres La torre, sin la cúpula de remate ni el cuerpo ochavado finalizado (de los ocho arcos para las campanas sólo tenía terminados dos), se inauguró el 4 de abril de 1885, día de Sábado Santo, en la Vigilia Pascual, que antes de 1951 se celebraba el sábado por la mañana en vez de por la noche. El acto comenzó con el toque a Gloria de la campana dedicada a San Miguel Arcángel, que procedía de la antigua torre derrumbada y que se había guardado y conservado.En agosto de este mismo año de 1885 se terminaron los arcos restantes y a las 5 de la tarde del día 11, el arzobispo de Valladolid Benito Sanz y Forés, en otra solemne ceremonia bendijo los arcos concluidos y la colocación de las otras cinco campanas. La torre durante la fase de construcción Pronto empezaron las críticas por la escasa esbeltez y altura de la torre (es fácil imaginarse el efecto sustrayendo de la torre actual la estatua del sagrado Corazón, cúpula, y el piso del reloj y tercer piso del cuerpo ochavado) y porque las campanas no se oían por ser demasiado baja la torre. Así, Antonio Iturralde se vio obligado a hacerla más alta que lo proyectado en un principio. A principios de 1886 se aprueba el proyecto de reforma de la torre, que añadía sobre lo construido dos pisos más, ochavados, uno con el reloj y otro con una nueva sala de campanas, rematando con cúpula. A principios de la primavera de 1887 se terminaba el cuerpo del reloj y a finales del verano se estaban terminando los arcos del último piso ochavado, la nueva sala de campanas. En ese momento, surgen dudas sobre la estabilidad de la torre, pues Iturralde no había hecho cálculos de pesos ni de resistencia de materiales. Solventados estos problemas, en 1888 se subían las campanas al tercer piso del cuerpo ochavado, donde hoy se siguen encontrando. La torre se remató en 1890 con un tejado de escasa pendiente en lugar de la cúpula proyectada y un pararrayos. Todavía quedaba por terminar el remate de la balaustrada, la cúpula y una linterna con que debía rematarse el proyecto. La falta de recursos hizo que de momento se cubriera de forma provisional a la espera de su culminación que llegaría años después. Fachada de la catedral de Valladolid. La fotografía es anterior a 1923 por lo que la torre se encuentra sin la estatua del Sagrado Corazón. Fin de las obras En 1911 se instaló en la torre un reloj de cuatro esferas. En 1923 continuaron las obras para la culminación. Se construyó la cúpula, pero la linterna proyectada fue sustituida por la estatua del Sagrado Corazón, obra del escultor Ramón Núñez y en 1924 con la instalación del pararrayos en la estatua, se dio por finalizada la obra de la construcción de esta torre que se había iniciado en 1880.

Estado actual de la Catedral Es lunes de Pentecostés del años 1841, mientras la gente regresaba de la romería del Carmen de Extramuros, la torre de la catedral de Valladolid -a la que los ciudadanos llamaban con orgullo la Buena Moza- se vino al suelo con gran estrépito arrastrando en su caída a Valeriana, la mujer del campanero. Recuperando algunos personajes reales e inventando otros, Miguel Ángel Galguera nos traslada, a partir de este singular episodio de la historia, a una época de bravucones y señores, guapas y trabajadores, gitanos y alguaciles, que verán cómo un gallego es el único capaz de tumbarse él solo a la Buena Moza de Valladolid. -Descarga el 1er capítulo en PDF Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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-Fuente:http://es.wikipedia.org/wiki/Torres_de_la_catedral_de_Valladolid

Un O.V.N.I. sobre Valladolid. El avistamiento de 1965. Thursday, July 29, 2010 La Plaza Mayor mostraba este aspecto en aquella época. Montaje digital Eran aproximádamente las cuatro de la tarde del 16 de septiembre de 1965. En la Plaza Mayor de Valladolid habían comenzado a reunirse numerosas personas que fijaban su vista en los cielos. A una altura aproximada de 9000 pies (2740 m) parecía evolucionar un artefacto gigantesco de forma triangular que era totalmente desconocido para las miles de personas que también lo vislumbraban desde otros rincones de Castilla. Los cálculos que se realizaron posteriormente estimaron que su altura llegaría a los 23000 metros (1). En ese mismo instante, el piloto civil Heliodoro Carrión sobrevolaba Tordesillas. Eran las 17:35 horas cuando, en su pequeña radio, sonaban las palabras nerviosas de los controladores del cercano aeropuerto de Villanubla. "Hemos detectado un artefacto brillante y triangular entre las poblaciones de Villanueva de los infantes y Tudela de Duero...", repetían una y otra vez. Con gran arrojo, el piloto se situó a la altura indicada y emprendió rumbo hacia el ovni para vivir una inolvidable experiencia. "Me situé debajo del aparato. Era blanquecino y parecía oscilar lentamente, como un péndulo, girando en ocasiones sobre sí mismo. Posteriormente, observé la presencia de un reactor DC-8, posiblemente de la línea Lisboa-París, que pasaba muy cerca del triángulo. Era increible [...]; aquello tenía una envergadura tres veces superior a la del avión." La noticia fue publicada en la primera página del diario El Norte de Castilla (parte inferior de la portada) En esos mismos instantes, el padre dominico Antonio Felices, experto en Astronomía y sacerdote del monasterio vallisoletano de Arcas Reales, salía al patio central avisado por varios testigos que, atropelladamente, requerían. Montó de inmediato su potente telescopio de 180 aumentos, con la ayuda de un compañero y se dispuso a mirar por el visor: allí aparecía un impresionante aparato metálico y triangular que estaba

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bamboleándose ligeramente de un lado a otro. "Calculamos que debía tener un kilómetro cuadrado de superficie." El padre Antonio Felices durante una entrevista realizada por Iñaki Gabilondo Teófilo Álvarez y Francisco Rodriguz, profesores del seminario de Valladolid, que viajaban en motocicleta hacia la población de Trapa de Dueñas (Palencia), tambien fueron "acompañados" por el misterioso artefacto. Lo mismo ocurría en poblaciones distantes como Noriaga o Boecillo, donde centenares de personas salieron intrigadas a las calles y caminos para contemplar el inusual fenómeno. Algunas de ellas, como Nemesio Platón, de setenta y tres años, o Severiano Gómez, de setenta y cinco, no dudaron en afirmar a la prensa: "Sentimos inquietud, pero no miedo [...]. ¡Nos están acostumbrando a cosas tan raras los científicos!

Según coincidieron todos los testimonios, el objeto desapareció de un modo fulgurante, como si se "apagara" repentinamente, sumiendo a toda la región en una comprensible duda: ¿Qué habían tenido sobre sus cabezas durante más de hora y media? ¿Cómo fue capaz de esfumarse de aquel modo? La aparición del ovni triangular produjo un fuerte impacto en la prensa nacional. El corresponsal de la revista Semana, desbordado ante la cantidad de testigos, realizó un cálculo sorprendente: trescientas mil personas habían sido testigos del paso de un artefacto triangular sobre los cielos de la vieja Castilla. Una cifra récord que volvía a colocar el asunto de los ovnis en lo más alto de la palestra informativa española.

-Fuente: Encuentros Ovni. La historia de los O.V.N.I en España. ISBN: 978-84-414-11036 - (1) Fuente: http://www.cosasdetudela.galeon.com

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La Plaza de Los Ciegos y la leyenda de la Casta Susana Sunday, August 01, 2010 Plaza de los Ciegos Esto era una vez un rico y bien considerado judío que en la Edad Media vivía en el puro centro de lo que era la aljama o barrio de los judíos de la ciudad de Valladolid. Estando Salomón (que así se llamaba) felizmente casado, enviudó muy joven y se quedó él solo al frente de su hacienda y al cuidado de su única hija Susana. Susana era una preciosidad de niña, dulce y educada que adoraba a su padre. Susana creció y se convirtió en una linda jovencita que además de adorar a su padre, llevaba la casa con rigor y sabiduría. La belleza de la muchacha, con aquellos ojos color de miel era ya fama entre los habitantes de Valladolid, judíos y cristianos, aunque a decir verdad, la muchacha apenas salía más allá de la aljama. Pero Satán vino a enredar y derritió la cera en los oídos de cuatro varones judíos (tres comerciantes y un rabino), al susurrarles muy quedo ciertas tentaciones. Los cuatro amigos se pusieron de acuerdo para cometer el rastrero oficio de voyeur al estilo de la época. Así que una tarde de verano en que hacía bastante calor se dirigieron hasta las tapias de la casa de Salomón. La casa de Salomón era una de esas propiedades que se presentan austeras por fuera pero que por dentro son grandiosas y suntuosas. Estaba rodeada de un jardín que era el orgullo del propietario que cuidaba él mismo con gran amor y deleite pues era un gran aficionado a la botánica y sabía muy bien cómo mimar sus plantas. El jardín tenía árboles frutales y setos de mirtos, macizos de geranios y alguna que otra planta traída del lejano oriente y milagrosamente adaptada a la dura tierra de la ciudad castellana. En el jardín había un rincón con una pequeña alberca de mármol que los criados llenaban cada día con agua cristalina y que servía para el baño diario de Susana en tiempo caluroso. Naturalmente la muchacha se sumergía desnuda sin que nadie de la casa viniera a importunarla nunca. Todo este espacio estaba rodeado por una cerca lo suficientemente alta como para evitar el fisgoneo de los intrusos y paseantes, por encima de la cual asomaban las copas de los árboles, cosa que atraía siempre al transeúnte y le hacía imaginarse el soberbio jardín que se ocultaba tras los muros. Todavía existen en Valladolid tapias por la que asoma algún árbol. Son restos de pasadas grandezas y es mejor no investigar más allá pues por lo general ese pobre árbol se mantiene perseverante en medio de escombro e inmundicia. Volvamos a la historia. Los cuatro hombres se dirigieron pues a la casa de Salomón y se

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detuvieron ante un postigo de madera que daba directamente al jardín pero que no era la entrada principal. Era una puerta sin importancia, hecha con tablas que no ajustaban muy bien y que dejaban rendijas bastante considerables. ¡Ah, el vanidoso de Salomón! Lo había hecho a posta, como con descuido, para que los curiosos pudieran ver y admirar su gran obra: el vergel. Apostados allí los cuatro personajes, cada uno en su rendija, esperaron el momento tan ansiado de ver a la bella Susana sumergirse desnuda en la piscina medieval. Y apareció en todo su esplendor juvenil y fue como un relámpago, visto y no visto, porque un segundo después los cuatro hombres no tenían más que oscuridad en su entorno. Yahvé les castigó y les dejó ciegos para siempre. La historia se difundió por el barrio y acabó siendo una leyenda contada de padres a hijos, un cuento que nunca se olvidó, hasta tal punto que aquel espacio donde estaba ubicada la casa de Salomón tomó el nombre de Plaza de los Ciegos en una época tardía en que se fue modernizando y estructurando todo aquel entorno que antaño había sido barrio judío. Existe la placita. Se accede a ella desde la calle de Isidro Polo (que viene de la plaza de la Trinidad) o por la calle Imperial. La placita tiene un rincón en ángulo, simpático y tranquilo, con unas casas de una cierta antigüedad, en algún momento rehabilitadas. Acercaros hasta allí en uno de vuestros paseos y echad a volar vuestra imaginación hasta situarla en la Edad Media que fue cuando sucedió esta historia que os acabo de contar.

Ver mapa más grande -Fuente: http://eltaller.us.es/index.php/Plaza_de_los_Ciegos

Los «ojos» ocultos de la Plaza Mayor Wednesday, August 04, 2010 Los últimos ejemplos, concentrados en la antigua Acera de San Francisco, hoy Ferrari, intentan salvarse de las reformas de los edificios. Las cavidades, que conectan el primer piso de la vivienda con el exterior porticado, eran trampillas desde las que los propietarios «vigilaban» su comercio. Pocos habían reparado en estos pequeños detalles que a lo largo de los siglos han escapado a la mano del hombre y a los brazos de las palas ,hasta que una petición de IU elevó las miradas de muchos hacia los techos de los soportales de la Plaza Mayor. Las mirillas han atraído la atención y la mirada de muchos paseantes como ya hiciera entre los siglos XVII, XVIII y XIX, durante los que cumplió una función muy importante en la gran vida social y económica que rodeó a la Plaza Mayor vallisoletana. Estos elementos, pequeñas oquedades en los suelos de los primeros pisos de cada casa, eran trampillas que sus propietarios abrían para vigilar y controlar el comercio o taller de su propiedad en la parte baja de la vivienda. La intensa actividad mercantil que concentraba el zoco pucelano llevaba a las tiendas gentes de toda índole y a unas horas a las que el establecimiento podía encontrarse cerrado. Entonces, la mirilla hacía la función de «portero» desde el que el inquilino atendía las demandas de clientes sin necesidad de bajar al comercio ni abrir de par en par el enorme portón doble. Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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Reconstrucción tras 1560 Aunque la bibliografía y alusiones a ellas es muy escaso, por no decir casi inexistente, su número debía ser igual o superior al de edificios que se erigieron tras el incendio que destruyó en 1560, entre otros, el Monasterio de San Francisco y la Sala del Ayuntamiento que ocupaban los frontales de la Plaza Mayor que ahora se corresponden a la calle Ferrari y al propio edificio consistorial. Un cálculo que podría superar el centenar considerando que las puertas y ventanas que daban al gran patio vallisoletano sobrepasaban las 300 y 3.000, respectivamente. Estas cifras, reflejadas en algunos textos de la época, dan idea de la importancia que tenía la vida pública de la Plaza Mayor y la necesidad, por lo tanto, de controlar cada resquicio de ella, incluso a través de una minúscula rendija. Precisamente, los inmuebles que hoy ocupan el lugar del convento franciscano, y bajo los que aún permanecen enterrados a cinco metros de profundidad los pozos con los que los frailes regaban las huertas, son los únicos que aún conservan estos pequeños recovecos que salpican el techo aporticado, quizá porque el resto fueron demolidas o porque en su restauración no se respetaron y fueron tapadas. Estas viviendas, construidas a principios del siglo XIX tras la demolición del monasterio en la popular Acera de San Francisco en 1837, siguieron la tradición de acecho de sus vecinos predecesores y añadieron estos peculiares elementos a sus casas. La razón que les llevó a heredar este curioso recurso es que las columnatas de granito seguían cobijando el centro mercantil y los establecimientos o talleres más lujosos de Valladolid, especialmente tras la edificación del actual consistorio de la ciudad, a principios del siglo XX, en 1908, que sustituyó a la antigua Sala del Ayuntamiento. Hoy, en un rápido vistazo, las mirillas más deterioradas pueden parecer algún tipo de nido o incluso una arcaica ventilación, pero su verdadero sentido esconde un fuerte significado en la memoria histórica de la ciudad. De ahí que la Comisión de Gobierno aceptara la propuesta para exigir a las constructoras que las incorporen en sus planos de rehabilitación y respeten como parte de la estructura. -Fuente: BEATRIZ REVILLA. http://www.abc.es/hemeroteca/historico-25-112002/abc/CastillaLeon/los-ojos-ocultos-de-la-plaza-mayor_145764.html -Nota del editor: Mi agradecimiento a Pablo Vidal por darme la idea de publicar este 122

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artículo sobre las curiosas trampillas, cuya existencia yo ignoraba por completo.

La desaparecida harinera La Perla Wednesday, August 04, 2010 La última fábrica que allí existió se asentaba sobre otra establecida por D. Lorenzo Semprún y Hnos. que se incendió en la madrugada del 5 de julio de 1912. De esta primitiva fábrica se encuentra la reseña en el Diccionario de Pascual Madoz: "Fábrica estableciada por los Sres. D. Lorenzo Semprún y Hnos., en el camino de Zaratán, sobre el arroyo de este nombre". Según una escritura de 1841 el Estado Español vendía esta fábrica a la Compañía del Canal de Castilla. Ya existía, pues en 1841. El mismo año del incendio (1912) D. Plácido Sánchez Repiso, solicita, como administrador de la compañía del Canal de Castilla, licencia para instalar una fábrica de harinas sobre el tercer salto del desagüe del Canal al Puente Mayor, a la izquierda de la Crta. de León, en el ángulo con la de Salamanca. La antigua fábrica convertida en hotel de 5 estrellas. El Ayuntamiento en vista de esta petición concede licencia para reconstruir la fábrica "aunque la planta baja no tiene los 3,80 m. de altura que marca el artículo 432 de las ordenanzas". Posteriores dueños de la fábrica fueron: Fidel Recio, Antíoco Ubierna y su hijo político Emilio Calvo hasta el años 1940, en que la vendieron a la sociedad "Achirica y Cía, S. R. C.". En 1946 figura "Achirica Hermanos, S. R. C.". En 1961 "Achirica Hermanos, S.A.". Posteriores dueños fueron: Bernardo Achirica Gaminde, J. Luis Achirica Prieto (1977), y "Harinera La Perla S.A." en 1988. Foto: El blog de la ciudad de Valladolid La fábrica de cerró sus puestras en 2006, ya que su estado de deterioro y el estar casi en el centro de la ciudad hacían que su rehabilitación para fábrica fuera casi imposible. El edificio fue rehabilitado y en la actualidad alberga el Hotel Marqués de la Ensenada, Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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único de 5 estrellas de la ciudad.

Ver mapa más grande -Fuente: Las fábricas de harina en la provincia de Valladolid. (Miguel A. Carrera de la Red) ISBN: 84-404-6267-0

El Puente del Cubo o de Isabel la Católica Sunday, August 08, 2010 Foto. Wikipedia El Puente del Cubo, en su nombre habitual, o Puente de Isabel la Católica en su denominación oficial, es un puente sobre el río Pisuerga en el centro de la ciudad de Valladolid. Une el Paseo de Isabel la Católica y la Calle de San Ildefonso con la Avenida de José Luis Arrese en el Barrio de Huerta del Rey. El puente del Cubo toma este nombre corriente del de otro puente anterior, existente aproximadamente en el mismo emplazamiento, pero sobre la desembocadura del ramal sur de la Esgueva. Desapareció a comienzos del siglo XX, al ser cubierto el cauce, pero su nombre, debido probablemente a que ese paraje se utilizaba como lavadero para la ropa y las mujeres transportaban allí la colada en cubos, ha permanecido aplicado al nuevo puente sobre el Pisuerga. El Plan Cort, de 1939, había dado un trazado para la expansión de la ciudad al otro lado del río, barrio de Huerta del Rey, que requería la construcción de tres nuevos puentes. Las dificultades de la postguerra determinaron el retraso del proyecto hasta que en 1948 el Ayuntamiento decide iniciar los trámites para la expropiación de la finca de la Huerta del Rey, encargando a continuación los proyectos de los dos puentes más cercanos al centro de la ciudad –Poniente y Cuboproyectos que son firmados con fecha 5 de mayo de 1950 por el ingeniero Luis Díaz Caneja.

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Al tratarse íntegramente de conexiones locales, los gastos fueron abordados por el Ayuntamiento. En la Comisión Municipal de fecha 15 de junio de 1949, y posteriormente en el Pleno del 28 de junio, se adoptó el acuerdo de encomendar los trabajos necesarios para la construcción de estos dos puentes a la Sección de Vías y Obras. Las obras comienzan en 1954 (dirigida por Francisco J. de Quevedo López, ingeniero jefe de la Sección de Vías y Obras, y ejecutada por la empresa Agroman) y se terminan en 1957 con la recepción definitiva, si bien las pruebas de carga no se verifican hasta 1960. Está constituído por un arco rebajado, que se empotra en los estribos, de 4 nervios de hormigón armado con espesor decreciente hacia la clave, volteados de orilla a orilla para salvar límpiamente 65 metros de luz. La parte superior del tablero y las barandillas han sido rehabilitadas en los años 1990.

En las dos pilastras de piedra de arranque de la barandilla está fechado el puente en 1956. Ver mapa más grande Fuente: Fuente: Guía de Arquitectura de Valladolid. Juan Carlos Arnuncio Pastor. ISBN:84-85022-66-1 y Wikipedia Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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La momia de Don Rodrigo Calderón Sunday, August 08, 2010 Una de las imágenes más perdurables asociadas al ocaso del valimiento del duque de Lerma fue la del favorito don Rodrigo Calderón camino del cadalso. Mitificado en la muerte, de una trayectoria política y personal plagada de desaciertos y excesos pero singular y meteórica. Marqués de Siete Iglesias y conde de la Oliva, capitán de la Guarda Alemana, secretario de cámara del rey y embajador extraordinario en los Países Bajos, don Rodrigo fue uno de los más poderosos y controvertidos ministros de Felipe III. Su notoria influencia cimiento de un asombroso patrimonio, amasado no siempre de manera lícita, conseguida por ser un apoyo imprescindible para el duque de Lerma, le permitió erigirse en poco tiempo en el alter ego del valido. Sucumbió, como un Faetón destronado del cielo que rimase Quevedo, a la pérdida del favor regio de su patrón y a las presiones de una oposición nacida en el propio seno del clan dirigente. Sometido a un largo proceso judicial en 1619, a tormento y privaciones, fue hallado culpable de decenas de delitos y condenado a la pena capital. Fue arrestado y el día 7 de enero de 1621 fue salvajemente torturado para conseguir que confesase los cargos que contra él pesaban de asesinato y brujería. Su ejecución pública en la Plaza Mayor de Madrid el 21 de octubre de ese mismo año fue, en palabras de Andrés de Almansa y Mendoza, «el día más famoso que ha mirado este siglo».

La momia En Valladolid se conserva – o quizá sería mejor decir sobrevive– la momia de D. Rodrigo Caldéron, que vela con justificado celo la comunidad dominica de Porta Coeli, las “Calderonas” (c/Teresa Gil, 20). Sala Capitular donde se encuentran los restos de Don Rodrigo Calderón. A la derecha se puede ver la celosía de madera tras la que se guardan dichos restos El que fuera todopoderoso ministro de Felipe III, Rodrigo Calderón, marqués de Siete Iglesias, conde de la Oliva, comendador de Ocaña, capitán de la Guarda Alemana de Su Majestad, secretario de cámara del rey, regidor perpetuo, alguacil y registrador mayor de 126

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la Chancillería de Valladolid, embajador extraordinario en Francia y los Países Bajos, fue ajusticiado en la Plaza Mayor de Madrid, el 21 de octubre de 1621, acusado de numerosos delitos (asesinatos, fraude, cohecho y malversación de caudales públicos). La degollación fue el método de ejecución aplicado al reo, circunstancia que permitió tras una hemorragia masiva y su posterior inhumación sobre tierra, que su cuerpo de momificase de manera natural. Trasladado pocos años después a Valladolid, se conserva en el mismo arcón en que vino de Madrid. Desgraciadamente, los restos perviven muy deteriorados al paso del tiempo, pese al cuidado de las madres dominicas. El desaparecido doctor Federico Carrascal realizó en 1984 un interesante estudio forense del cuerpo. Sus conclusiones han resultado muy valiosas para determinar los rasgos físicos del que fuera valido del duque de Lerma. Las horrendas huellas de la degollación – como también las de las torturas a las que fue sometido durante su proceso judicial– son hoy perfectamente visibles en el cuerpo. La importancia de un personaje tan relevante de la Historia de España obligaría a proceder de inmediato a aplicar las medidas necesarias para la mejor conservación de los restos y a realizar un análisis más moderno que determinase cuestiones igualmente interesantes como las enfermedades que padeció, su alimentación, su talla (dado que las piernas fueron quebradas a la altura de las rótulas para poder introducirlo en el arcón de metro y medio de longitud) e incluso sus facciones (que hoy conocemos idealizadas a través de varios retratos de época). Si estuviéramos en cualquier otro país de Europa, más sensible e interesado de su Historia, el cuerpo de D. Rodrigo gozaría de mucha mayor atención y cuidado. Acaso no han merecido recursos y atención de los medios los transitados despojos de Cristóbal Colón. ¿Por qué no tratar a la momia de don Rodrigo con la misma atención que han merecido las de San Juan de la Cruz (Segovia), Sor María de Jesús de Ágreda (Soria), Enrique IV (Guadalupe), el infante don Sancho (Toledo), Fernando III (Sevilla) o San Diego de Alcalá (Alcalá de Henares), entre otras?.

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-Fuente: Diezsantos.es -Fuente del texto "La Momia de Rodrigo Calderón": SANTIAGO MARTíNEZ H E R N á N D E Z . http://servicios.nortecastilla.es/tunoticia/tu_noticia_ver/momia-RodrigoCalderon-marques/33022/1.htm -Mi agradecimiento al Vicario del Arzobispado de Valladolid D. Félix López Zarzuelo, así como a las hermanas del Convento de Porta Coeli por su amabilidad y entrega a la hora de facilitarme la visita a los restos de D. Rodrigo.

Los judíos de Valladolid Tuesday, August 10, 2010 Expulsión de los judíos en 1492. Grabado del S.XIX En el año 2002, durante la remodelación de la Acera de Recoletos y el Paseo Central del Campo Grande fue descubierta una necrópolis judía que pertenecía a un gueto creado en 1411, cuando musulmanes y judíos fueron separados de los cristianos. Fueron hallaron 26 esqueletos tanto de adultos como de niños, en disposición oeste-este, con los brazos extendidos junto al cuerpo y las palmas hacia arriba siguiendo la forma de un ritual judío. En el lugar donde descansan hay una placa firmada por Mosheh Ibn Ezra: Son tumbas de tiempos antiguos, en las que unos hombres duermen el sueño eterno. No hay en su interior ni odio ni envidia. Ni tampoco amor o enemistad de vecinos. Al verlas mi mente no es capaz de distinguir entre esclavos y señores. Dicho hallazgo nos incita a pensar que los judíos de los siglos XIII al XV pueden ser los cerca de 800 enterramientos que se calcularon. Uno de los esqueletos encontrados en la necrópolis. Foto: Carlos Arranz (Diario de Valladolid. 16-05-2002 Placa hebrea que señala la ubicación del cementerio judío de la edad media 128

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Foto: Wikipedia Golda Meir, siendo primera ministra del gobierno de Israel, quiso comprar el monte próximo a la capital segoviana en donde aparecieron las tumbas de sus antepasados españoles. No fueron los Reyes Católicos quienes metieron en guetos a los judíos. La cosa vino de antes, en la minoría de edad del rey Juan II y por disposición de la regente doña Catalina de Lancáster. El ordenamiento sobre el encerramiento de los judíos y de los moros se firmó en Valladolid, posiblemente en el palacio cuyos restos se han encontrado en las inmediaciones de las ruinas del convento de San Agustín, el 2 de enero de 1412. La orden iba dirigida a todos los judíos “de mis reinos y señoríos” para que “sepan y vivan apartados de los cristianos en un lugar aparte de la ciudad, villa o lugar donde fueren vecinos, y que sean cercados de una cerca en derredor y tenga una puerta sola por donde se manden en tal círculo y que en el dicho círculo los que así fueren asignados, moren los tales judíos y judías, y moros y moras, y no en otro lugar ni casa fuera de él”. La trinchera excavada, con la Plaza de Zorrilla al fondo. Foto: Carlos Arranz (Diario de Valladolid. 16-05-2002) Calle Isidro Polo Para hacer su aljama, los judíos de Valladolid pidieron al convento de San Pablo que les vendieran los terrenos del Campillo de San Nicolás que era de su propiedad, como así ocurrió. Los dominicos vendieron esos terrenos a los judíos, otorgándose escritura el 18 de agosto de 1413 ante el escribano Juan Alonso de la Rua, comprometiéndose los compradores a abonar el convento “en dos plazos y por los cuatro primeros años, treinta y cinco florines de oro del cuño de Aragón en cada uno de los dichos años, y cuarenta en cada uno de los sucesivos”. De manejar dineros ya sabían los judíos y no les preocupaban los plazos ni las obligaciones contraídas, pese a que entre las prohibiciones que les impusieron había algunas verdaderamente vergonzosas: No podían ejercer la medicina, ni la cirugía, ni la farmacia, ni dedicarse al comercio con gentes de otra raza o religión, ni tener criados cristianos, ni llevar armas, ni optar a cargos públicos y se les prohibía la higiene más elemental: afeitarse y cortarse el pelo. El barrio tenía su cerca, su pozo, su sinagoga, su horario impuesto y, por tanto, una vida apartada, relativamente, de la convivencia con los cristianos. La puerta por la que Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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entraban y salían se cerraba al anochecer y la llave se entregaba al Corregidor o a un representante de su autoridad. Siempre se ha pensado que esta puerta estaba en el llamado postigo de San Nicolás, al final de la actual calle Imperial. El llamado Barrio Nuevo de los Judíos (lo de “nuevo” nos induce a pensar que antes, quizá en el siglo XIII, hubo otro no muy lejos de ese lugar y próximo al alcázar, hoy San Benito, no cercado) tenía en la plaza de los Ciegos su principal núcleo de convivencia y en la plaza de Carranza su complemento. Las calles Sinagoga (nombre que ha mantenido desde entonces), Lecheras, Pozo, Moral, Tahonas, Bodegones, Espejo, Luis Rojo, Isidro Polo, Paz y Mirabel constituían el resto de la aljama o judería. Calle Sinagoga La población hebraica tenía en Valladolid su propia carnicería junto al postigo de la sinagoga vieja en la “calle del ilustre rey que va al alcázar” y es posible que en su entorno se formara una barriada judía de personas de buena situación económica, no coincidente en el tiempo con la creación del llamado Barrio Nuevo. Es probable que allí viviera el famoso Yago Verrox, hombre muy rico y uno de los prestamistas que movía el dinero en la villa. Otro judío famoso fue Mosed Sem Tob de León, escritor y filósofo, admirado luego por que vino de Palestina. Otro que dejó honda huella entre los judíos y cristianos fue el converso Abner de Burgos, bautizado con el nombre de Alfonso de Valladolid en recuerdo de la ciudad donde abrazó el cristianismo a los 60 años. Fue médico y astrólogo y acabó de sacristán de la iglesia Mayor (Santa María la Mayor, cuyos restos se conservan detrás de la Catedral), teniendo por el primer templo cristiano del Valladolid de aquel siglo XV, pues Alfonso de Valladolid murió en 1346. Cualquiera puede pensar que alguno de los esqueletos hallados en el Campo Grande pueda ser el suyo. O el de algún español de Valladolid, nacido judío, que no vio más paisaje que el de nuestra ciudad y el de su aljama del Barrio Nuevo. Así vivieron los judíos de Valladolid durante 78 años hasta que los Reyes Católicos en 1492 decretaran su expulsión de España, que ellos llamaban Sefarad, de ahí que a los judíos desperdigados por el mundo y procedentes de España se les conozca como sefarditas. Pero muchos se quedaron, pasando de judíos a marranos. Y no porque fueran unos guarros, sino porque marrano se denominaba al cristiano converso que judaizaba ocultamente. -Fuente: Wikipedia y el libro: Conocer Valladolid. Curso de Patrimonio Cultural 2007/08 Editado por el Ayuntamiento de Valladolid. ISBN: 978-84-96864-26-9

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El desaparecido Convento de San Juan de Dios Thursday, August 12, 2010 Montaje fotográfico de Juan Carlos Urueña Paredes. Rincones con fantasma. ISBN: 84-95389-97-5 En terrenos cercanos a la Academia de Caballería estuvo el convento de San Juan de Dios, antes Hospital de Nuestra Señora de los Desamparados, creado y atendido por la cofradía de su mismo nombre den 1591. Casi a la vez llegaron a Valladolid los hermanos hospitalarios de san Juan de Dios, ocupándose de atender el Hospital de la Resurrección. Situación del Convento según el plano de Ventura Seco A principios del siglo XVII pasaron a regentar también este de los Desamparados a causa de la muerte de don Luis de Mahudes, su administrador y benefactor. Este hombre fue mentado por Cervantes en el “Coloquio de los Perros”, donde Cipión y Berganza son llamados los “perros Mahudes”. Antigua foto donde se puede ver el convento tras la estatua de Zorrilla En 1615 se unificaron algunos pequeños hospitales con el de la Resurrección, pasando a ser administrados por un seglar, siendo los frailes relegados al de los Desamparados que comenzó entonces a conocerse como de San Juan de Dios. Los frailes abandonaron el convento a causa de la Desamortización y el edificio fue destinado a diferentes usos, sobreviviendo hasta 1929 en que se construyó la Academia de Caballería. El convento según el plano de Ventura Seco Dibujo del convento obra de Ventura Pérez La Academia se levanta muy cerca del solar del desaparecido convento, que estaba prácticamente en lo que hoy ocupan las casas militares situadas en su parte trasera. Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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Don Hilarión Sánchez nos dejó la noticia de que: “se ha descubierto en un hoyo enfrente del convento de San Juan de Dios, un sepulcro de ladrillo, cuyos huesos estaban tan apolillados que se deshacían al tocarlos, y se mandó tapar sin examinar el sitio. En el año 1818, estando en el mismo sitio de San Juan de Dios armando la plaza de toros, en la parte de los toriles inmediata a dicho convento, a uno de los armadores que hacía un agujero para meter una viga con una vara de hierro, se le agarró ésta entre las piedras, y mucho trabajo costó a aquel sacarla a tirones. Observaron que había un agujero profundo, y metieron por curiosidad una regla de albañilería de 8 a 10 pies de larga (sobre los dos metros y medio) mas no hallaron tierra; tampoco se examinó entonces, como debía haberse hecho…” -Fuente: Rincones con Fantasma (Juan Carlos Urueña Paredes). ISBN: 84-95389-97-5

De como Alfonso Niño defendió la Puerta del Campo (1464) Saturday, August 14, 2010 El Arco de Santiago sustituyó a la primitiva Puerta del Campo Por Pascual Martinez Sopena El 15 de septiembre de 1464, don Alfonso Niño hermano del afamado almirante D. Pero Niño, conde de Buelna, defendió él solo la Puerta del Campo, que se hallaba donde la calle Santiago sale a la actual Plaza de Zorrilla. En recompensa, el rey Enrique IV le hizo “merino mayor de Valladolid” a título hereditario. El privilegio de concesión relata que, dominada la villa por los partidarios del infante Alfonso, el merino se encerró por sorpresa en la torre que protegía la puerta, provisto de pan y vino, y armado con una ballesta. Declaró que solo entregaría la puerta al Rey, y allí se mantuvo, pese a que los atacantes disparaban con “serpentinas y lombardas”, los cañones de la época. Herido como estaba, llegó a escribir su última voluntad: que le enterrasen con las llaves de la Puerta del Campo entre sus manos. Pero al día siguiente –cuenta el Doctor de Toledo en el Cronicón de Valladolid-, “se levantó la comunidad contra los dichos [Juan

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de Vivero y Alfonso Enriquez, jefes del bando del infante Alfonso] y los echaron de la villa, e despojaron todos los mas que eran de su opinión…e la dicha comunidad sacó al Merino de la dicha torre". -Fuente: Una historia de Valladolid. Segunda Parte: El Valladolid Medieval (Pascual Martinez Sopena) . ISBN: 8495389-80-0

El desaparecido Palacio del Almirante Tuesday, August 17, 2010 Montaje fotográfico de Juan Carlos Urueña Paredes . Rincones con fantasma. ISBN: 84-95389-97-5 En el lugar entonces conocido como Plazuela Vieja, nacimiento de la Corredera de San Pablo, heredando actualmente los dos parajes el único nombre de la calle de las Angustias, tuvo su casa fuerte, coronada por dos torreones, la familia Enríquez, cuyo jefe ostentaba el título de Almirante de Castilla. Era un palacio relativamente fuerte, con grandes resabios moriscos, como dan a entender los restos de azulejería y rosetones y ataurines que se conservan, muy fragmentados en el Museo Arqueológico.

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Dibujo conservado en la Biblioteca Nacional obra de Valentín Carcedera 1836 En él pararon alguna vez los hijos de los Reyes Católicos, y aun estos, y en homenaje a Don Fadrique Enriquez, se colocó, sobre la puerta principal del Palacio la conocida inscripción grabada sobre lápida de mármol negro, repetida en todas las historias locales y que recordaba el apoyo del Almirante al emperador Carlos V durante el levantamiento de los Comuneros y que decía así: Viva el Rey con gran victoria Esta casa y tal vecino Quede en ella por memoria La fama, renombre y gloria Que por él a España vino. Edificio de todos modos vetusto, no era ni correspondía a los poseedores de él, una de las primeras dignidades de España. El plano de Bentura Seco de 1738 nos da una idea de las grandes proporciones del edificio En él se estableció la Diputación provincial de 1850 a 1856, y luego se derribó y se construyó el Teatro Calderón de la Barca en 1864, que dio todavía espacio para la calle de Alonso Berruguete y casas colindantes al costado del teatro. -Fuentes consultadas: Rincones con Fantasma de Juan Carlos Urueña Paredes y Las Calles de Valladolid de Juan Agapito y Revilla.

El convento de las Descalzas Reales Saturday, August 21, 2010 Como muchos otros conventos, tuvo su origen en un punto alejado de la población, siendo el desarrollo de Valladolid lo que motivó su establecimiento. Diversos historiadores, entre ellos Sangrador, establecen la fundación del convento hacia 1550 en Villasirga, provincia de Palencia, es decir, Villalcázar de Sirga. De su traslado a Valladolid se encargaron los Condes de Osorno, cosa que sucedió en 1552. El Conde les preparó acomodo en una casa en la Puerta del Campo, y de ella pasaron al emplazamiento definitivo, frente a la Real Audiencia y Chancillería. El convento ocupa un conjunto de varias casas nobles, que fueron sucesivamente compradas.

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Aquí se menciona en 1552 el palacio de don Alonso de Argüello, secretario de Su Majestad, que lindaba con casas del licenciado Galarza, del Consejo de Su Majestad, y con las del licenciado Ortíz, catedrático de la Universidad. Dichas casas principales pasaron a propiedad de Beatriz de Argüello, hija de don Alonso, casada con Gómez de Portillo. Estos la vendieron a los marqueses de Villafranca, don Fadrique Osorio de Toledo y doña Inés Pimentel. A su vez en 1572 la marquesa de Villafranca, ya viuda, vendió dichas casas al boticario Juan López de Medrano, casado con María Ortiz, por precio de 5.500 ducados, entrando con la casa la huerta y corrales. Pero en rigor estos señores no las adquirieron para ellos, sino para la comunidad de Descalzas Franciscanas de la orden de Santa Clara “de Nuestra Señora de la Piedad, que son las que al presente viven y han vivido desde el día que se compraron”. Por esta razón, dichos señores en 1585 otorgan escritura de renuncia de las casas a favor de las madres descalzas. En 1595 se suscribió escritura de patronato, adquiriendo la capilla mayor para su enterramiento, con bóveda y bultos funerarios, los señores don Francisco Enríquez de Almansa y su esposa doña Marina de Zúñiga y Velasco. El compromiso suponía obligación de construir “una casa, iglesia y monasterio de edificio decente, suntuoso, de la traza y foír conveniente”. Además entregarían una renta anual de doscientos mil maravedís”. El nuevo patrono era caballero del hábito de Santiago y gentilhombre de la Boca de Su Majestad. La escritura es firme, pero sin que sepamos las causas, al llegar a Valladolid la Corte, con los Reyes Felipe III y doña Margarita de Austria, son éstos quienes se hacen cargo del patronato y de la edificación del nuevo monasterio. Durante los años de la estancia se inició la construcción del nuevo monasterio, pero la escritura definitiva del patronato no se firmó hasta el 26 de junio de 1615. En ella se dice que el monasterio había cambiado la advocación de la Piedad por de la Asunción. Quedaba la comunidad obligada a decir la misa conventual de cada día por el alma de la reina doña Margarita, que había fallecido en 1611. Se fijaba en treinta y tres el número de religiosas, todas las cuales habían de ingresar por designación expresa de los reyes y sin dote; y se prohibía enterrar a nadie en la iglesia sin expreso consentimiento de Su Majestad. La Corona había de entregar quinientos ducados anuales para el servicio del monasterio. Datos muy valiosos acerca del proceso de construcción ofrece un artículo de Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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don Juan José Junquera. Fotografía tomada desde el Hospital Clínico Universitario en los años 70 En una relación de 26 de febrero de 1614 se menciona lo que faltaba por hacer en el edificio, que “lo dejó trazado Francisco de Mora”. Así queda documentado el nuevo monasterio, como obra del arquitecto del Rey, como había ya indicado Llaguno. En rigor fue la reina doña Margarita la que tomó sobre sí el patronato, como se menciona en la Vida de ésta escrita por don Diego de Guzmán. Pero Francisco de Mora era fundamentalmente tracista; no se aplicaba a la ejecución. Era como tal tracista el verdadero prototipo de arquitecto. Con arreglo a sus trazas dirigió la obra Diego de Praves, quien era maestro mayor de las obras de Su Majestad en Castilla la Vieja. En 1615 estaban adelantadas, pero para acelerar la edificación la Corona ayuda con dos mil ducados. Poco después se efectuaría la ocupación del nuevo convento, levantado en el mismo edificio anterior, en el que se respetaron determinados elementos. El convento quedó asistido por la ayuda económica permanente de la Corona. En 1628 el Rey Felipe IV ordenaba costear ciertos reparos. En 1657 se compran dos casas que poseía don Fernando de Rojas y Argüelles, regidor de la ciudad, situadas “en la calle que llaman del Prado…junto al convento de las Franciscanas Descalzas”, por cuantía de dos mil ducados. De esta suerte el convento pudo extender su huerta por esta parte. El convento ofrece hoy un vasto dominio, que no ha sufrido merma, frente a la plaza de Chancillería, con vuelta a las calles San Martín y del Prado. Comprende iglesia, delantera, dos claustros y huerta.

Se perciben restos de los palacios que fueron comprados; dos grandes portadas de piedra, con arcos de medio punto, corresponden a las casas principales de don Alonso de Argüelles, que luego fueron a parar a la Marquesa de Villafranca y de ésta a las descalzas franciscanas. Hay además un torreón, símbolo palacial, con tres planas. Al pasar al uso conventual, los balcones se cerrarían, resultando actualmente celosías en las ventanas. Posee excelentes maderamientos. El tejado se dispone a cuatro vertientes, siendo visible la trama en la última planta, hecha como mirador.

Ver mapa más grande 136

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-Fuente: Monumentos religiosos de la ciudad de Valladolid, parte segunda. (Juan José Martín González y Fco. Javier de la Plaza Santiago). ISBN: 84-5055518-3

El Colegio de los Escoceses Wednesday, August 25, 2010 En 1771 se instaló en Valladolid este Colegio Seminario de Escoceses, al ser trasladado desde Madrid. El carácter de la ciudad como centro de enseñanza superior experimenta de esta manera un sintomático refuerzo, por el hecho de que el alumnado que acude es de origen extranjero. Recuérdese un Valladolid con Universidad, Colegio de San Gregorio, Colegio-seminario de Jesuitas, Colegio de Ingleses, Colegio-seminario de Filipinos y finalmente Colegio de Escoceses. El colegio se funda en Madrid por el caballero Guillermo Semple, noble escocés, coronel del Ejército, que sirvió la causa católica en inteligencia con el rey Felipe II, conocedor de la situación de su patria, impulsó la idea de establecer un seminario para la formación de clero escocés. La fundación tuvo lugar en Madrid, el 10 de mayo de 1627, haciéndose cargo de la dirección del colegio los Padres jesuitas. Semple estaba casado con la española doña María de Ledesma. Al suceder la expulsión de los jesuitas en tiempos de Carlos III, por estar regentado por éstos el Colegio Escocés madrileño fue inmediatamente cerrado y luego incorporado al Colegio de Irlandeses de Alcalá de Henares. Tuvo lugar entonces un providencial suceso: la llegada a España del escocés don Juan Geddes. Había nacido en 1735, recibiendo instrucción sacerdotal en Roma. Su llegada estaba motivada por el propósito de reclamar las propiedades de los escoceses. Pero hay que ligar los acontecimientos a lo que sucedía por entonces en Valladolid. Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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El colegio de Ingleses había sido acogido al patronato regio, concediéndosele el edificio de San Albano, que fuera de los jesuitas. En Valladolid había quedado desocupado el Colegio de San Ambrosio. Lo que fueron Generales se destinó a Convictorio, es decir, residencia de estudiantes y aulas para enseñanza de Gramática y Primeras Letras; la iglesia se convirtió en parroquia de San Esteban. El bloque intermedio fue cedido al Hospital de Esgueva, pero el centro no aceptó la donación por considerarla no apropiada. Se pensó en concederla para ampliación de los Generales, ahora pasados al servicio real. En esto fue recibida la petición de don Juan Geddes, que deseaba establecer en Valladolid el Colegio de Escoceses, trasladando para ello el de Madrid. El Rey Carlos III estudió la propuesta y decidió en 1771 conceder al Colegio la parte del extinguido Colegio de San Ambrosio, es decir, la zona de celda de Padres, relicario, refectorio y otras dependencias. En la motivación para la concesión, se aduce la petición de los obispos católicos de Escocia, que se inclinaban a fundar en Valladolid sobre todo por "estar más inmediata a los puertos por donde deben venir y volver los alumnos escoceses a su Patria y no ser los víveres tan caros. Para hacer la distribución examinaron el terreno don Juan Geddes y don Felipe Perry, rector del Colegio de los Ingleses, que tan vivos deseos tenían de ver instalados en Valladolid a coterráneos. Se manda levantar un plano de todo el Colegio de San Ambrosio al arquitecto don Manuel Godoy, marcando con tinta azul la zona que pasaría a poder de los escoceses. El 12 de enero de 1772 se hizo la toma de posesión del edificio, asistiendo don Juan Geddes, don Felipe Perry, don Manuel Godoy, el Corregidor y otras autoridades. En torno a la iglesia, se quiso levantar todo un centro espiritual de referencia nacional. Un nuevo proyecto inconcluso para Valladolid Pero pronto se dieron cuenta los escoceses que el edificio les resultaba pequeño. Por eso hicieron una serie de peticiones para ocupar parte de lo restante. En primero lugar demandaron la Capilla de la Concepción, que se les da en 1773; de esta suerte pudieron contar con la iglesia. Después incrementaron las dependencias con un patio central y lo que le envolvía, para poder disponer de aulas. Y en 1783, don Juan Geddes, que había dejado de ser ya rector del colegio pero que a la sazón era obispo titular de Marruecos, 138

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solicitó otra zona de la parte central, que le fue concedida. Juan Geddes desempeñó el rectorado del Colegio durante diez años, de 1770 a 1780; fue la época crucial, pues hubo que resolver los problemas de instalación. Naturalmente fue un periodo de obras, para procurar el debido acomodo. Contaban, naturalmente, con que una comunidad substituía a otra, de suerte que la iglesia, refectorio, celdas y aulas eran dependencias similares, aunque con la particularidad de que se disponía de menor espacio, pues eran tres los ocupantes del viejo Colegio de San Ambrosio. Sucedió al Padre Geddes en el rectorado al Padre Alexander Cameron. El hecho más reseñable durante su periodo fue la obtención de una finca de recreo. El Ayuntamiento de Boecillo vendió a los escoceses dos obradas de terreno, con el fin de que pudieran construir casa. El edificio ya estaba concluido en 1798. Se halla en un emplazamiento envidiable, pues se percibe el valle del Duero, con la vista sobre El Abrojo. En 1988 los escoceses deciden trasladarse a Salamanca y ponen a la venta el inmueble, la Diócesis de Valladolid lo adquiere y desde 1991 establece en él el actual Centro Diocesano de Espiritualidad del Corazón de Jesús.

Ver mapa más grande Fuente: Monumentos religiosos de la ciudad de Valladolid. Parte Segunda. Juan José Martín González y Fco. Javier de la Plaza Santiago. ISBN: 84-505-5518-3

Historia de las Ferias y Fiestas de Valladolid Sunday, August 29, 2010 Este fue el primer programa de las fiestas. Las Ferias y Fiestas de San Mateo, remontan sus orígenes al Privilegio Real otorgado a la ciudad el día 11 de enero de 1156 por el Rey Alfonso VI- confirmado por Alfonso X "El Sabio"-, por el que se autorizaba, el día 15 de Agosto, una feria mercantil. Las Ferias de San Mateo no tuvieron esa advocación "desde siempre". La fuentes documentales indican que los sucesivos Ayuntamientos de Valladolid entre 1877 (año en que se publicó el primer programa de las fiestas) y 1939 (año en que finalizó la Guerra Civil) no asumieron -o no se hicieron eco en caso de existir- de sentimiento popular alguno relacionado con honras al santo. Es demasiado banal concluir que la advocación a San Mateo parte de la jornada en la que fue sofocado el voraz incendio de la ciudad el 21 de septiembre de 1561, ya que el Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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destructor incendio no concluyó sino que se inició ese día, y además la convocatoria ferial correspondiente a la segunda mitad del año no tuvo lugar en el mes de septiembre hasta 1843, cuando a propuesta de los rectores del municipio quedó sancionado así por Real Orden. Según todos los indicios documentales, el progresivo adelanto de fechas desde octubre tuvo razón de ser en la superación de una climatología adversa -lluvia y baja temperatura otoñales-, que arruinaba con frecuencia espectáculos de tanta aceptación como los taurinos. La advocación a San Mateo se refleja por primera vez en la documentación municipal cuando discurre el año 1939. A pesar de la novedad absoluta, figura como intitulación interior del programa de festejos bajo la formula "Tradicionales Ferias de San Mateo". Entre 1939 y 1959, las manifestaciones en acta de los concejales continuaron aludiendo indistintamente a la Feria de Septiembre y a la Feria de San Mateo, si bien fue esta última la que figuró en el interior de los programas de mano de esos años. En sesión plenaria de 29 de abril de 1959, el Ayuntamiento acordó que a partir del siguiente año de las ferias se celebraran "durante unas fechas fijas en las que se incluya el día de San Mateo, y que las mismas diesen comienzo "el tercer domingo del mes de septiembre". Estadística de pluviometría. En 1910, un grupo de comerciantes e industriales solicitó al Ayuntamiento que en años sucesivos la feria diese comienzo el día 8 de septiembre. La razón aludida prevenía deun singular estudio de los tipos de tiempo en Valladolid desde 1870, conforme al cual siempre había llovido del 20 al 30 de septiembre y en cambio no había caído una sola gota del 8 al 15. Finalizada la feria de ese año, el Consistorio acordó abrir un periodo de información pública para que los ciudadanos diesen opinión sobre el particular, pero la proposición no cuajó, sin que para el desestimiento se argumentase en ningún momento ni el día de San Mateo ni ninguna otra santidad. Programa de ferias del año 1948 Bastante despues, en 1957, sin debate previo en sesiones decisorias, la Feria de Valladolid fue convocada del 7 al 22 de septiembre -lo que se repetiría al año siguientecon una leyenda en el interior del programa impreso en la que se lee: "Programa oficial de festejos...con motivo de las Ferias y Fiestas de Nuesta Señora de San Lorenzo y de San Mateo". Pero la experiencia de ese bienio resultó negativa desde el punto de vista de los organizadores, quienes esta vez sí dejaron huella documental con un debate en la 140

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Permanente de abril de 1959, en la que se juzgó que tan larga duración del programa suponía un elevado coste para la municipalidad, y además se había constatado una disminución de la concurrencia de público por coincidir las fechas con idénticas celebraciones en Palencia y Salamanca. Con el fin de "evitar arbitrariedades", el 29 de abril de 1959 se acordó en sesión plenaria que la Feria de San Mateo diera comienzo el tercer domingo del mes de septiembre, y así fue hasta el año 2000 desde la que la feria vallisoletana se celebra en honor a la Virgen de San Lorenzo en vez de a San Mateo, coincidiendo esta festividad con el día 8 de septiembre. La distintas ubicaciones El cambio de ubicación del Real de la Feria se inicia en 1914 al pasar de los jardines y paseos del Campo Grande a su Paseo Central, donde permaneció hasta el año 1947. En 1948 se lleva al Paseo Alto de las Moreras, donde se instaló durante veinte años. En 1969 se traslada a la Cañada de Puente Duero -a continuación de los jardines de La Rubia- y de allí a su actual emplazamiento en el Paraje de Caño Hondo, junto al Nuevo Estadio José Zorrilla. La Feria de Día Desde el año 1999 se viene desarrollando la llamada "Feria de Día". Una feria singular en la que los bares y restaurantes participantes sacan a las calles unas casetas repletas de tapas, pinchos y bebida, aunque también hay establecimientos que participan sin poner caseta en el exterior. Feria de Día -Fuente: Ferias y Fiestas de San Mateo 1877-1960 (Paz Altés Melgar y Rosa Mª Calleja Gago). ISBN: 84-86808-40-5 -Fuente: Valladolid, una ciudad Contada. (Joaquín Martín de Uña). ISBN: 84-95389-01-0

La puerta del Palacio de María de Molina Monday, August 30, 2010 Constituye el resto militar más importante de la ciudad. Y se dice militar, porque aunque perteneciente al palacio de la reina, no es sino una puerta de la muralla que le protegía, lo cual ha podido evidenciarse a lo largo de la restauración llevada a cabo por la Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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Dirección General de Bellas Artes. Doña María de Molina había tenido predilección por la villa, donde se construyó un palacio. Se edificaría en los tiempos de su reinado, siendo esposa de Sancho IV (1284-1295). Muerto su esposo continuó gobernando, de suerte que habría de seguirle ocupando. Al aproximarse el término de su vida, el palacio lo cedió para el establecimiento del Convento cisterciense de las Huelgas, por ella fundado y donde fue sepultada. Lo que se conserva evidentemente tiene un aire palacial, pero con un tono defensivo. Es una puerta del cinturón que protegía al palacio, pero con arrogancia de portada monumental. Siempre ha sido clasificada como resto mudéjar. El convento de las Huelgas dio continuidad a parte de los restos, y naturalmente interesaba salvaguardar este trozo de la muralla, pues servía como protección al recinto. Sabemos que en 1328 fue atacado por las tropas de Alfonso XI e incendiado, pero se salvó este fragmento entre otros. Del libro recuerdos y bellezas de España. 1861. Litografía de S.Isla Tiene planta rectangular. Se alinea con un trozo de muro por el lado derecho, resto del cinturón. Como la mayor parte de las edificaciones mudéjares, está hecha de ladrillo, sabiamente aparejado. Conforme al esquema mudéjar, forma una fachada rectangular en sentido de la vertical. Dos pilastras en los flancos soportan unos canecillos de piedra, que recibiría una cornisa o alero. Pero ha de tenerse presente que encima vendría un almenado. La fachada se decora con monumental arco túmido, con despiezo a la base del mismo. El acceso se efectúa por una puerta de arco también túmido, pero con despiezo horizontal a partir de los riñones. Encima hay una ventana. Todos los arcos están envueltos de un recuadro en rehundido, a modo de alfiz. La puerta se alza con sus cuatro paredes exentas. En el interior de la torre, a ambos lados de la puerta, hay unos huecos, que serían habitación para la guardia. La salida de la torre se efectúa en acodo, conforme al sistema militar oriental. Todo esto ha quedado reflejado en la restauración. Sería utópico dejar exenta la iglesia de la Magdalena para poder contemplar desde las calles Estudios y Colón una bella y nueva perspectiva urbana de nuestra ciudad formada por una iglesia del siglo XVI y una puerta mudejar del siglo XIII.

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El grupo de expertos que elaboró la Guía de Arquitectura de Valladolid considera que puertas como ésta solamente se conservan cuatro en España: en Granada la puerta del corral del carbón; en Denia la puerta de Mig; en la localidad de Niebla, en Huelva, la puerta del agua; y en Coca, en la provincia de Segovia, otra sin bautizar. El paso principal del arco, que no quisieron abrir los técnicos de la anterior restauración, fue abierto en esta última, con lo que ha dejado de ser una puerta ciega. Soliciten en la portería del convento autorización para verla y no se cansen estirando el cuello desde la acera de enfrente: liberarán las cervicales y crecerán unos centímetros.

Ver mapa más grande -Fuente: Monumentos civiles de la ciudad de Valladolid. J.J. Martín González. ISBN: 84500-8462-8 -Fuente: Aire de siglos. José Delfín Val. ISBN:84-95389-82-7 y 84-96186-05-9

La desaparecida estación del Pinar de Antequera Wednesday, September 01, 2010 F u e n t e f o t o : http://www.skyscrapercity.com/showthread. php?t=321518&page=71 El 20 de noviembre de 2008 una retroexcavadora comenzaba a derribar un edificio, derribo planificado unos años antes ya que este se encontraba en parte del trazado de lo que en el futuro sería la línea soterrada de alta velocidad. Y es que el edificio en cuestión era la mismísima estación de El Pinar de Antequera, un edificio histórico, y no solo por su antigüedad (que supera los 100 años) si no porque en un pequeño pueblecito pocos lugares existen como la estación de tren. F u e n t e f o t o : http://www.skyscrapercity.com/showthread. php?t=321518&page=71 En el año 1902 concluyeron las obras de edificación de la estación de tren del Pinar de Antequera, un edificio de planta Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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rectangular y dos alturas, de estilo similar al del resto de las estaciones de la época, de hecho durante el trayecto que hago a diario se pueden ver algunas de ellas, siendo prácticamente idénticas. Pero precisamente esta era especial, en el resto de pueblos la estación suele estar alejada del núcleo urbano, ya que por conveniencias del trazado así se decidió, algo olvidadas. En el Pinar no, porque el pinar creció en torno al tren y el tren ha sido uno de los motores del pueblo, dando a conocer el nombre y lugar de este mismo. Nombre que lucía de manera orgullosa en cada uno de sus cuatro costados. Maqueta de Dionisio Manzano Urdiales La estación además albergaba un restaurante, no muy grande, pero era uno de esos lugares en los que el paso obligado de gente generaba multitud de historias. Su proximidad con la capital vallisoletana hace además que sea lugar de esparcimiento dando una mayor vida al lugar. El ferrocarril dio la vida a este paraje, de igual manera parece que se la fuese a quitar, el primer paso esta siendo el soterramiento de las vías, haciendo (esperemos que no sea así) que caiga en el olvido, y el segundo y definitivo es la realización de una variante para el tráfico de ferrocarriles de mercancías. Fuente foto: http://www.arqueologiaypatrimonioindustrial.com/2008/11/lamentablederruida-la-estacin-de-pinar.html Es una verdadera pena que desaparezcan edificios como este, imagínense que por la realización de una infraestructura se decidiese terminar (salvando las distancias) con la existencia de la catedral de Valladolid, la sagrada familia de Barcelona (quien sabe) o cualquier lugar que sea emblemático para sus habitantes y más cuando este derribo pudiera evitarse con tan solo mover un par de metros el trazado. -Fuente: http://brigo.es/blog/?p=34

El día que Michael Jackson estuvo en Valladolid Friday, September 03, 2010 Foto: Ramón Gómez Por Benito Carracedo. El Mundo.es Seis días antes había fallecido Diana de Gales. Con unas imágenes de su gran amiga se iluminó el escenario del Estadio José Zorrilla un 6 de septiembre de 1997 para anunciar el inicio del concierto de Michael Jackson en Valladolid. El del millón de dólares de aquella época, más de 160 millones de las extintas pesetas, la moneda que aún 144

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funcionaba. 7.000 pesetas fue el conste de la entrada; 20.000 se vendieron. Por tanto, 20.000 personas para ver en directo al 'Rey del pop'. Sobre todo para ver. Sólo en las primeras filas a pie de escenario, un par de miles, pongamos, se gritaba, aplaudía, algunos/as se desamayaban, vivían el concierto, se entregaban a Michael al que habían esperado durante tres o cuatro días a las puertas del Estadio. El José Zorrilla albergaba su primer concierto de la eramandato Javier León de la Riva (y su 'factotum' Alberto Gutiérrez) a lo gran capital con una de las grandes estrellas de la música pop. Tardó un poco, el Ayuntamiento, en volver a usar este escenario, dado el tembleque, es un decir, por las pérdidas que ocasionó pagar esa cifra a Jackson e intermediarios. Foto: Ramón Gómez Después vendrían, y vendrán, Luis Miguel, Valladolid Latino, el fallido de los Rolling, el fracaso de Julio Iglesias, Depeche Mode, Springsteen... Fue una noche fría de septiembre, de temperatura y de respuesta del público, salvo el calor de aquellos fans. Un vacío se abría entre ellos, junto al escenario, y los de las gradas (José María Íñigo, Ana Obregón, entre los vips). Vacío era lo que empezaba a engullir al pequeño de la familia Jackson. Pero aún navegaba entre las estrellas, evitando el agujero negro, el horizonte de oscuros sucesos que estaban por llegar. Así, atravesando el espacio en una nave espacial aparecía él, pero en pantalla. Decir video-clips es decir Michael Jackson. Otro mérito suyo, el éxito de este género-formato. Y de las pantallas saltó al escenario del Zorrilla, surgiendo de un cohete como un forastero en tierra extraña (traje espacial plateado). Comenzó el show de 'Jacko', el de su última gran gira, que se cerraba en esta ciudad, tras cancelar otro en Barcelona. Pega de carteles. Foto: Norte de Castilla Valladolid punto y final, cementerio para viejas glorias. Mucho le falta a la ciudad para ser primera parada de grandes actuaciones. El montaje escénico que trajo aquí Jackson era como ver La guerra de las galaxias 20 años después. Pasado de moda. No tanto como su repertorio que aún aguantaba, con los Thriller, Billie Jean, Beat i, Wana be starting something, Black or white, sonando junto a otros más actuales, entre ellos los del más que interesante disco Blood on the dance floor, con el que Jackson se ponía el día, tomaba el rumbo musical adecuado, el natural, el de la música house. Su enorme calidad interpretativa le hará perdurar, con los Sinatra y Elvis. En Valladolid poco se pudo degustar, los ojos se imponían a los oídos ("Pero si no tiene culo". No se me olvida este 'comentario' en boca de unas chicas).

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Michael mostró todos sus pasos de baile, sus coreografías, y eso alegró la vista. Fue un repaso a su HIStory. Sacó a alguien del público al escenario, sacó a los niños (We are the world), las banderas, el tanque, los fuegos artificiales. Sólo dijo I love you, al comenzar, a los allí presentes. Tuvo algo de triste, como la noticia de su fallecimiento, aquel concierto. Decepcionante para otros, los menos fans, los menos mirones, los menos chismosos (engendro se le ha llamado, entre otras despectivas lindezas). Triste por el vacío, por la falta de calor humano reinante en el José Zorrilla, por lo lejano y pequeño que parecía Michael Jackson sobre el escenario. Como el Aloha, de Elvis. Valladolid no es Hawai, pero como que cumplió parecido papel. Haz click sobre la imagen para descargarte el especial que publicó El Norte de Castilla aquel día (Formato PDF) Vino gente de toda España y Europa. "Es la fantasía real", dijeron dos fans (Maite y Angélica) a este periódico, mientras hacían guardia para entrar al concierto de aquel chico que nació en 'Sin city' ('La ciudad del pecado': Gary, Indiana), conquistó el mundo con sus canciones, sus video-clips y su talento incuestionable. Tal vez ahora pueda residir en el país de Oz, no como el espantapájaros que interpretó en la versión de 1978 dirigida por Sydney Lumet. Y descanse en paz. -Fuente: El Mundo.es

La controversia de Valladolid Sunday, September 05, 2010 Fotografía obtenida de domuspucelae.blogspot.com Sinopsis En un convento de Valladolid , en 1550, se debate una cuestión fundamental: ¿Los Indios del Nuevo Mundo son hombres como los otros? Es preciso responder de una vez por todas. Dos hombres se enfrentan. Uno de ellos es un filósofo llamado Juan Ginés de Sepúlveda, para él, como para Aristóteles, ciertos hombres son esclavos natos, lo que importa es la salud del alma. El otro es Bartolomé de las Casas, ardiente protector de los Indios. Debate inflamado, barroco, profundo y premonitorio. De la decisión tomada por el Legado del Papa va a depender, por los siglos, la suerte de decenas de millones de hombres.

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Breve reseña histórica En 1538 el padre Las Casas y su secretario el padre Rodrigo de Ladrada, viajaron a México para participar en el capítulo de la orden dominicana. Concluido éste, ambos se embarcaron con rumbo a España. Allí, a principios de 1540, Las Casas obtuvo que se expidieran varias reales cédulas que favorecían los trabajos de su misión en Tezulutlán. Por ese tiempo escribió su célebre Brevísima relación de la destrucción de las Indias, así como la obra que se conoce como "Los dieciséis remedios para la reformación de las Indias." Residiendo en Valladolid, estuvo en contacto con el emperador Carlos V (el rey español Carlos I), al que había conocido veinte años antes. Éste, prestando oídos a las demandas de Las Casas, convocó a las que se conocen como Juntas de Valladolid en las que fray Bartolomé, según se dice, presentó su Brevísima relación de la destrucción de las Indias y los ya mencionados Dieciseis remedios . En 1550 en el convento de San Gregorio se debate sobre si los pobladores del nuevo mundo tienen alma o no , Fray Bartolome de las Casas y D. Gines Sepulveda son los protagonistas de este debate. Ginés de Sepúlveda comenzó su exposición manifestando su oposición a las Nuevas Leyes de Indias de 1542, proponiendo en su tesis " De justis belli causis apud indios " (Foto superior) Resolución del debate (1) Tras la enconada discusión de las dos partes, la Junta que debía resolver el conflicto no estableció una resolución final a favor de ninguna de las teorías, por lo que ante la falta de un veredicto los dos bandos se consideraron vencedores, aunque con el tiempo acabarían prevaleciendo las ideas "lascasistas". Esta falta de resolución pone de manifiesto que el trasfondo del debate no respondía a la mala conciencia de unos monarcas a los que una serie de clérigos con buenas intenciones exponían su visión, sino al deseo del rey de justificar ante las monarquías europeas la verdadera colonización de América. Es cierto que tras la Controversia de Valladolid se produjeron en algunos territorios las llamadas "pacificaciones" y que se pararon las conquistas, pero en ese momento las importantes civilizaciones precolombinas de Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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México y Perú ya habían sido conquistadas y se habían consumado los oscuros sucesos por parte de algunos conquistadores. Fotografía obtenida de domuspucelae.blogspot.com No obstante, un hecho muy destacable fue la celebración de la controversia en sí misma, puesto que supuso un debate público sobre el sometimiento de pueblos en otras latitudes por parte de los colonizadores. Un hecho muy importante, sobre todo para un país como España, que después sería tan defenestrado por la leyenda negra. En definitiva, un debate pionero sobre derechos humanos que nunca se produjo en otros países colonizadores, tales como Francia, Holanda o Inglaterra, del que la ciudad de Valladolid fue testigo y escenario en la histórica controversia que con el tiempo ha sido recreada en el cine y el teatro.

-Fuente: http://www.rayuela.nu/controversia.htm - (1): http://domuspucelae.blogspot.com/2009/12/historias-de-valladolid-lacontroversia.html

Sucesos paranormales en la casa natal de Jose Zorrilla Tuesday, September 07, 2010 Uno de nuestros más conocidos y preciados poetas y dramaturgos, José Zorrilla, no sólo se dedicó a deleitarnos con sus obras. Sino que además tuvo un gran interés por cuestiones esotéricas, escribía en estado de sonambulismo, tuvo experiencias precognitivas y hasta llegó a presenciar apariciones de espectros. Ahora estos sucesos se dan a menudo en la que fue su casa natal, hoy convertida en museo y que trae al borde de la locura a sus trabajadores. Objetos que se mueven, cajones que se abren o luces que se encienden, son algunos de los sucesos que se han visto entre esas paredes. Parece ser que dichos fenómenos extraños se acentuaron a partir del momento en el que se apartó del circuito turístico de visitas una habitación que solía ocupar la abuela Nicolasa y a la que se accede por un estrecho pasillo. Habitación en la que precisamente Zorrilla vio de niño uno de esos espíritus. Recientemente ha sido de nuevo incluída en dicho circuito. Todo apunta, y eso es lo que creen los testigos, que se trata de la abuela del autor, Nicolasa. Es precisamente a ella a quién vio de niño Zorrilla, en esa habitación clausurada, según las palabras del propio autor. Aunque no supo hasta cumplir los doce

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años que se trataba de ella, ya que nunca la había conocido. Imagen extraída del programa Cuarto Milenio Un retrato de ella reveló que era su abuela la que había visto y la que le había acariciado el pelo. Zorrilla está seguro de haber vivido esta experiencia, ya que recordaba las caricias y las palabras de su abuela diciéndole: “Soy tu abuelita; quiéreme mucho, hijo mío, y Dios te iluminará.” Puerta de acceso a la habitación de la abuela Nicolasa Los testimonios cuentan que el supuesto fantasma de la abuela no es malo si no travieso y se dedica a abrir las puertas las veces que haga falta hasta que se canse el trabajador que se empeña en cerrarlas. Este espejo según el testimonio de uno de los vigilantes de seguridad se desprendió sólo y se rompió tras caerse al suelo. Tira espejos, y mueve floreros. Además mantiene en forma al guardia de seguridad que tiene que ir a apagar las luces del inmueble unas cuantas veces por noche. Otra estancia de la casa que parece estar rodeada de misterio es “el cuarto oscuro”, en el que seguramente se encerraría con cierta frecuencia al pequeño Zorrilla.

El cuarto oscuro Todo razones de peso para ir a visitar ese emblemático y misterioso lugar situado en Valladolid, ciudad natal de José Zorrilla. ¿O son más bien razones para dejar de ir, no vaya a ser que tengamos que compartir paseo con un la abuela Nicolasa...? Habitación de la abuela Nicolasa Apunte personal de interés. En la mañana del día 11 de septiembre de 2010, me dispuse a realizar una visita guiada a la Casa Museo y me ocurrió una anécdota cuando menos curiosa. Justo cuando me disponía a realizar una fotografía de la puerta de acceso a la habitación de la abuela Nicolasa al ir a presionar el disparador se me apagó la cámara de fotos. De esto fue testigo la chica que servía de guia. Lo más seguro que al estar la cámara encendida se apagase al haber transcurrido unos minutos sin realizar ninguna fotografía, pero ahí Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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queda la anécdota y el hecho de que ocurriese justo al disponerme a pulsar el botón.

-Fuente: http://laradiodeanabel.com/mas-alla/sucesos-paranormales-en-la-casa-natal-dejose-zorrilla/ -Fuente: http://www.absolutvalladolid.com/la-noche-de-don-juan-2010/ -Vease tambien: La casa de José Zorrilla

La torre del fielato Wednesday, September 08, 2010 La torre despues de ser rehabilitada Respecto al origen del torreón poco sabemos. No existe, o al menos no ha podido ser localizado todavía, ningún documento relacionado con la proyección de esta peculiar edificación. A día de hoy, no cabe ninguna duda de que el torreón perteneció a una de las villas o casas de campo que desde finales del siglo XIX y, sobre todo, durante los primeros años del XX se construyeron en el barrio de La Rubia. Diseñado por Manuel Cuadrillero por encargo de un particular. Pudo ser construido entre 1910, aproximadamente, y 1912. La torre del fielato antes de su rehabilitación La torre del fielato antes de su rehabilitación Existen diversas razones para llegar a esta conclusión; desde el análisis artístico de la obra hasta cierta documentación muy relacionada con el asunto. Es un torreón circular con fachadas en ladrillo caravista y dos plantas de reducidas dimensiones. Fue en la década de los treinta cuando se construyó el fielato que le prestó el apellido, pese a estar situado a 25 metros. Se encuentra dentro del catálogo de bienes protegidos por su valor arquitectónico. Plaza de las Ciudades Hermanadas, con la torre del fielato al fondo El edificio fue rehabilitado en el verano de 2010 y en la actualidad alberga las oficinas que canalizan los hermanamientos de la ciudad de Valladolid (Morelia (México), Lille (Francia), Orlando (EE UU), Florencia y Lecce (Italia)). En su entorno tambien se ha inaugurado la plaza de las Ciudades Hermanas, que simboliza el reconocimiento de la capital del Pisuerga a las ciudades con las que 150

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comparte estos lazos.

Ver mapa más grande F u e n t e : http://www.nortecastilla.es/20091206/valladolid/torrefielato-sera-sede-20091206.html -La Torre del Fielato será la sede de las ciudades hermanadas con Valladolid.

La desaparecida harinera La Palentina Friday, September 10, 2010 Foto-C.González García VAlladolid. Valladolid sus recuerdos y grandezas. Se localizaba en el primer salto del Canal de Castilla, junto a la dársena de Valladolid. En el año 1846 en Palencia se puso en marcha la sociedad que fundó la fábrica,

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presidida por la viuda de José Suárez Conti, “La Palentina, de José Suárez Conti, tiene 18 operarios y un capital de 800.000 pesetas”. En 1851 se traslada esta fábrica de Palencia a Valladolid, siguiendo con la denominación de La Palentina. En 1856, el día 22 de Junio quedó totalmente destruida por un incendio, provocado por las multitudes que protestaban por la escasez y subida del pan. Asimismo en un documento aparecido en el Ayuntamiento de Valladolid se habla de “una indemnización a los herederos de José Suárez Conti de 335.120 reales por las harinas y las tres barcazas, quemadas en 1856, pertenecientes a la fábrica La Palentina”. En 1858 se reedificó la fábrica, y continuó elaborando harina, con Aquilino Sánchez Serrano como dueño de la misma, que tenía como maquinaria: 10 piedras de moler, 16 cedazos, 10 ventiladoras, 4 batidoras y 6 cribas; cambiada toda ella más tarde por molinos Büher, ciclones plansichter, etc. Hacia 1902 los dueños de la fábrica son Arturo y Eladio Yllera. En el plano de Francisco Coello esta fábrica es citada como almacén de Salvados. En las fotos se puede ver que el cuerpo principal tenía tres pisos muy perforados en sus fachadas, (cinco huecos por planta), con cubierta a cuatro aguas, y paños de ladrillo con encintados de piedra en esquinas y en los enmarques de las ventanas. No existe en la actualidad, pues en su lugar se ha levantado un grupo de viviendas. Edificio de viviendas actual en el lugar que ocupó la harinera. -Fuente: Las fábricas de harina en la provincia de Valladolid. (Miguel Angel Carrera de la Red). ISBN-84-404-6267-0

El desaparecido Convento de San Diego Monday, September 13, 2010 Fotocomposición de Juan Carlos Urueña Paredes (Rincones con fantasma ISBN: 8495389-97-5) De la Plaza de las Brígidas sale una callejuela a la espalda del Palacio Real, hoy dependencias militares. Se trata de la calle de San Diego, así llamada por estar en ella el 152

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desaparecido convento franciscano de ese nombre. La calle en la actualidad Fue patronato de la casa de Lerma, fundado a pesar del monumental enfado de la comunidad de San Francisco de la Plaza Mayor. Entre las crónicas que aluden a San Diego destaca por lo anecdótico la contenida en el libro de J.M. Quadrado, que sobre la historia de Valladolid escribió en 1885 y donde cita: “Para completar la fisonomía de aquella Corte, en la misma plazuela se fundó con la protección del de Lerma un convento de recoletos franciscanos de San Diego, en una de cuyas celdas cuéntase que solía encerrarse Felipe III a hacer penitencia hasta salpicar de sangre las paredes” Una última curiosidad sobre San Diego nos la relata Canesi en su “Historia de Valladolid”, al tratar de las cosas con que lo dotó en duque de Lerma cuando fue fundado. Cuenta que mandó hacer: “…un oratorio, adornado con muchas reliquias y efigies de escultura muy primorosas; entre ellas, tres muy especiales, que son un Cristo crucificado, un San Lázaro y un San Lorenzo en las parrillas; hechuras de Rodrigo Moreno, de Nebrija, natural de Granada, que siendo manco del brazo izquierdo (dígolo por cosa singular) se valía de un muchacho que le aseguraba el escoplo para dar los golpes…” Este es uno de los pocos vestigios que quedan del convento de San Diego, que tras la desamortización sirvió como depósito de libros, cuartel de la Guardia Civil, parvulario hasta que en 1895 se procede a su derribo. Tan curioso artífice vino a Valladolid para solicitar una pensión por los servicios que prestó su padre durante ciertos disturbios en la ciudad de Granada, y se le ocurrió que podría conseguirla agrandando el duque, y así… “…ejecutó estas tres alhajas con tan raro primor que regaló al duque de Lerma con ellas, por ver si así podría lograr su intento; mas fue tan infeliz que malográndose su esperanza, murió en Valladolid con tal miseria, que fue preciso enterrarle de limosna la cofradía de las Animas de la parroquia de San Juan, donde era feligrés..”

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Imagen del claustro durante su derribo Tras varios usos y restauraciones, san Diego fue derribado a principios del siglo XX.

Ver mapa más grande -Fuente: Rincones con fantasma (Juan Carlos Urueña Paredes). ISBN: 84-95389-97-5

La Iglesia de San Nicolás Tuesday, September 14, 2010 La primitiva iglesia de San Nicolás, mandada construir por el Conde Ansúrez en las inmediaciones del Puente Mayor, fue sin duda una iglesia pequeña que a juzgar por los restos -"algunos trozos de dovelas de una archivolta con los clásicos billetes"- localizados por Agapito y Revilla, era de estilo románico. La primitiva iglesia de San Nicolás estaba situada junto al Puente Mayor. En esta fotografía podemos verla al fondo a la izquierda La primitiva iglesia de San Nicolas junto al Puente Mayor. Fotocomposición de Juan Carlos Urueña Paredes. (Rincones con fantasma. ISBN:84-95389-97-5) El viejo edificio subsistiría hasta la segunda mitad del siglo XVI, ocupándose de su patronato el Ayuntamiento de la Villa. La actual Iglesia de San Nicolás 154

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Las relaciones no debían ser muy cordiales entre el patrono y la feligresía, por no cumplir aquél con sus obligaciones, decidiendo el cura y parroquianos desligarse de la tutela municipal y construir un edificio nuevo porque "la dha yglesia era pequeña y la parrochia grande". En 1584 Juan de Nates y Pedro de Solórzano dieron las trazas para el templo y se comenzó a construir al año siguiente, prolongándose todavía las obras en 1595. En 1591 el matrimonio formado por don Juan de la Moneda, mayordomo del Ayuntamiento, y doña Juana Sanz de Salcedo determinaron fundar en un "corral y campillo" situado junto a esta iglesia un monasterio "para que se recivan donzellas nobles sin dote por monjas" encomendándolo a la orden jerónima bajo la advocación de la Concepción. Los planos para este edificio se encargaron a Diego de Praves, que trabajaba en la obra en 1595, dando inmediatamente trazas para su coro bajo, sala de profundis, refectorio, etc., trabajos que ejecuta Gaspar Guisado. El detalle más peculiar de este monasterio consistía en que la comunidad de religiosas se servía para sus cultos de la iglesia parroquial de San Nicolás, estableciéndose una inteligente servidumbre mutua para mayor beneficio de las ceremonias litúrgicas. Se volvía a repetir el proyecto establecido en 1578 entre la comunidad de monjas del Sacramento y la parroquia de San Ildefonso. Curiosamente esta última congregación abandonaría en 1606 su primitiva ubicación y se fundiría con las monjas concepcionistas jerónimas, colocándose ambas comunidades bajo la advocación de San Nicolás y aceptando la regla de San Agustín. El claustro del monasterio fue diseñado igualmente, en 1600, por Diego de Praves y de su fábrica se encargaron primeramente Juan de Riaño y Gaspar Guisado, trabajando en 1607 Pedro Rodríguez, que hacía "los dos paños que tornó hazer a su costa" y cuya obra proseguía en 1612 el cantero Antonio de Arta. Por su colaboración económica en la conclusión del templo, a los patronos del Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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monasterio se les concedió el patronazgo de la capilla mayor de la iglesia, permitiéndoseles enterrar en el presbiterio en un sepulcro cuya cama realizó en 1600 Diego de Praves y sobre la que se colocaron los dos bultos funerarios. Todavía se conserva en pie la cabecera de la iglesia, englobada en el almacén de maderas de don Jaime Cuadrado, y en ella se puede leer la inscripción que copió Agapito y Revilla, situada debajo del escudo de los patronos. La iglesia era "de una nave, en forma de cruz latina, con capillas a los lados". En 1597 Diego de Praves y Juan Vila hicieron por encargo del canónigo don Diego de Toro y Castillo el retablo de San Miguel. A la cofradía del Santísimo Sacramento y Animas donó en 1620 don Bernardo de Salcedo, cura párroco de San Nicolás, la escultura original de Gregorio Fernández que representa al Ecce Homo y que actualmente se exhibe en el Museo Diocesano y Catedralicio. En 1748 se fabricó un nuevo retablo mayor que fue dorado en 1763. La iglesia y el monasterio fueron desmantelados durante la guerra de la Independencia y en 1837 su solar y edificaciones subsistentes se habilitaron como fuerte; fue en aquel momento cuando la parroquia se trasladó definitivamente al templo que había pertenecido a los trinitarios descalzos y las monjas se acomodaron en el monasterio de Sancti Spiritus que también era de monjas agustinas. La Orden de los Trinitarios Descalzos se instaló en Valladolid en 1606 "al pie de la cuesta de la Maruquesa". En 1670 adquirieron varias casas en la plazuela de San Quirce próximas al palacio del Conde de Benavente y trasladaron entonces su convento, cuya iglesia se demolió en 1715. El templo que desde 1841 sirve como parroquia de San Nicolás se estaba edificando en 1732 y en 1750 los frailes "trasladaron a su Magestad en la capilla mayor nueva". En 1764 se estaba haciendo el convento porque Ventura Pérez anotó en su Diario "un religioso lego de la Santísima Trinidad descalza se cayó de la obra nueva del convento que al presente se estaba haciendo. Precisamente en ese año residía en Valladolid el trinitario descalzo Fr.José de la Santísima Trinidad, fraile arquitecto de su Orden a quien tal vez corresponda la sobria fachada de la iglesia, similar a la del convento de la misma Orden en Hervás (Cáceres). Del convento solamente se conservan las dependencias adosadas a la nave del 156

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evangelio del templo y que corren por encima de la primitiva sacristía y de la citada nave. Es un edificio sumamente sencillo construido en ladrillo y tapial. Lo más importante y de un efecto teatralmente barroco, es la caja de su escalera; cubierta con una bóveda poligonal decorada con yeserías de marcos muy quebrados, indudablemente es uno de los conjuntos más interesantes del barroco vallisoletano aunque su estado de conservación, hoy consolidado, no es muy satisfactorio. Sobre una de las puertas que conducían a las celdas de los religiosos se puede leer una inscripción que permite fechar este conjunto: "HIC EST ORDO APPRO/BATVS ON...ANCTIS / FABRICATVS SED A SOLO SUMMO EO / INNOCS...III P.MXS". El Papa Inocencio XIII gobernó la Iglesia entre 1721 y 1724. La iglesia ha perdido su nave de la epístola y la capilla que se habría en este brazo del crucero. Sin embargo el templo es de los más monumentales, por su gran escala. Sumamente sencillo, su nave principal se cubre mediante bóveda de cañón con lunetos y la del evangelio mediante bóvedas de arista. La separación de las naves se realiza por pilares que sostienen arcos de medio punto. Sobre el tramo central del crucero se montó una cúpula. La fachada enteramente edificada en piedra de sillería resulta excesivamente sencilla.

Ver mapa más grande -Fuente: Monumentos Religiosos de la Ciudad de Valladolid (Juan José Martín González y Jesús Urrea Fernández). Tomo XIV, parte primera.

Los primeros hipermercados de Valladolid Friday, September 17, 2010 Por Santiago Martín La tentación era demasiado grande como para no caer en ella. La tentación, con sus 57.500 metros cuadrados de superficie comercial, se había instalado frente al Nuevo Estadio, en la Autovía Puente Colgante, y el domingo 22 de diciembre de 1981, en la última página de El Norte de Castilla, los vallisoletanos leían que “El Hipermercado de Valladolid ¡merece la pena!”. EL hipermercado, no UN hipermercado o ESTE Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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hipermercado: “el”, porque no había otro (e iba a tardar en haberlo). El centro comercial Continente (al fondo) al poco tiempo de ser inaugurado Una obra hecha en 120 días, inaugurada por Tomás Rodríguez Bolaños, a la sazón alcalde de la ciudad. El hipermercado, que hacía temblar al comercio tradicional. Y quizás en aquel momento la situación era para tener miedo a casi todo: el informe de la Cámara de Comercio de Valladolid señalaba que la situación del sector era de estancamiento. Y frente a esta inmovilidad comercial: ¡la oferta! Así, entre exclamaciones. Y no era para menos. De lunes a sábado, de 10 de la mañana a 10 de la noche, se podían encontrar 250 artículos “¡al costo!”. El hipermercado tenía para todos. La mamá se extasiaba ante el sujetador a 99 pesetas , aunque al lado había un mucho menos tentador delantal a 95 pesetas, que le recordaba que tenía que pasarse por los congelados, donde por 130 pesetas se llevaría a casa dos estuches de ocho empanadillas para arreglar la cena. El hijo mayor rebuscaría entre los LP`s a 120 pesetas. Si el padre se desesperaba ante la revolución familiar, podía matar las penas al modesto precio de tres duros, que daban derecho a un pincho de tortilla de patata y una cerveza. Por otra parte, el sistema aquél de compra no era tan malo. Uno se pasaba toda la tarde del sábado fuera de casa y, si se tenía un poco de control, el dinero se gastaba en cosas al fin y al cabo útiles. Los niños se lo pasaban bien y podían toquetear cuanto les venía en gana…hasta que llegaba un vigilante. El gasto final se podía pagar con tarjeta; sería cuestión de acostumbrarse. ¿Llega la competencia? Durante unos años, la hegemonía de Continente fue absoluta. En 1988, el panorama se amplía: El Corte Inglés llega a Valladolid, tras generar grandes expectativas y colas en las oficinas del Inem de ilusionados aspirantes a un puesto de trabajo en alguna de sus múltiples secciones.

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Obras de cimentación de lo que sería El Corte Inglés El gigante desembarca el 26 de febrero de 1988, y si Continente se emplazó frente al Nuevo Estadio, los grandes almacenes se encuentran donde años atrás estuvo el Estadio José Zorrilla. Una doble página en El Norte de Castilla señala la jornada como “Gran estreno. Primer día de la historia del Corte Inglés en Valladolid” y anuncia “Sesión continua de 10 de la mañana a 9 de la noche”. Aquello es una atracción fatal, como la que en esas fechas lleva cinco semanas en la cartelera vallisoletana. Valladolid es una ciudad en pleno proceso de transformación, a todos los niveles, y las costumbres comerciales no escapan a la tónica general. Grandes superficies y grandes almacenes alcanzan una coexistencia sin problemas, sirviendo a distintas necesidades de un público que discierne y valora aspectos más allá del simple precio. -Fuente: La transición en Valladolid 1974-1982 (Julio Martínez, ed.) ISBN: 84-930571-5-0

Las pajareras del Campo Grande Sunday, September 19, 2010 La faisanera Las más antiguas de las tres edificaciones de esta índole que existen en el Campo Grande es la situada más próxima al paseo de Filipinos. Es también por su arquitectura la más interesante. Se construyó en 1914 siendo alcalde A. Infante. Se le dio entonces el nombre de “Faisanera”, sin duda porque se instalaron en ella esta especie de aves. El 10 de junio de dicho año se hizo la recepción de la obra. El contratista fue Juan Cormell. La construcción, concuerda con el estilo de otros elementos ornamentales del Campo. En 1969 la Sociedad Colombófila solicitó su cesión, que se otorgó. Entonces se dijo: “La original construcción necesita arreglo, así mejoraría la perspectiva de esa zona”; en efecto fue restaurada. El Palomar

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El palomar, situado cerca de la entrada por el Paseo de Zorrilla a la altura de la Academia, de Caballería fue construido en 1932, inaugurándose el 24 de septiembre “Fiesta de niños y paloma”. Perteneció desde el principio a la Sociedad Colombófila Castellana. Sus trazas fueron debidas a la Sociedad Colombófila Castellana. Sus trazas fueron debidas al arquitecto Jacobo Romero, de acuerdo con el estilo imperante en el resto del Campo Grande. La Pajarera No hemos podido concretar la fecha de construcción de la tercera de estas edificaciones, la situada más próxima a la Fuente de La Fama. Todavía no estaba construida en 1932, pero suponemos que su creación se puede situar en la década de los años 30 o 40.

Ver mapa más grande -Fuente: Desarrollo urbano y proceso histórico del Campo Grande de Valladolid (María Antonia Fernández del Hoyo). ISBN:84-500-4970-9

Teresa Gil Monday, September 20, 2010 Por Margarita Torremocha Hernández Sobre esta mujer, a la que la población vallisoletana recuerda insistentemente, por llevar su nombre una de sus calles más céntricas, no es mucho lo que podemos decir, a pesar de la gran consideración que se la tiene en la ciudad. Poseía los títulos de Infanta de Portugal y Ricahembra de Castilla. Era hija natural del rey Alfonso III de Portugal y hermana de Gil Alonso, que llegaría a ser el bailío de San Blas de Lisboa y del rey Dionis de Portugal. Ella fue señora de Zaratán y de Arroyo, villas que originariamente pertenecieron a la Orden de San Juan y del Temple, respectivamente, y que fueron a parar a sus manos en 1283. A raiz de su muerte y de la disolución del Temple, Arroyo volvió a San Juan, mientras que Zaratán se convertía en señorío del monasterio de las Huelgas de Valladolid. Su nivel socioeconómico se pone de relieve también en otras manifestaciones, pues 160

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como señala la historiadora A. Rocquoi, esta rica hembra contaba con algunos esclavos entre sus propiedades, siendo en esta época la presencia de esclavos o moros en Valladolid aún muy escasa. Portada de la iglesia del Convento de Sancti Spiritus de Toro Falleció en la villa de Valladolid en 1307 y a esta localidad, a la que debió favorecer en vida, la benefició con su riqueza y generosidad después de su muerte. Agapito y Revilla, en su obra sobre Las Calles de Valladolid, nos dice de ella: Por su testamento, otorgado el 16 de septiembre de 1307 legó 400 maravedís al monasterio de San Quirce de Valladolid, cuando bajo la advocación de Santa María de las Dueñas tenía su asiento al otro lado del Puente Mayor y junto al Pisuerga. Señora muy piadosa en el mismo testamento mencionado dispuso que se fundase en Toro un convento de dominicas bajo la advocación de San Salvador, que luego varió por la de Sancti Spiritus, siendo la primera priora una infanta llamada Leonor, que no se ha aclarado quien pudiera ser. Se supone que en los sencillos féretros de madera en nichos modernos de los lados del presbiterio de Sancti Spiritu de Toro, serán los de una incierta reina Doña Beatríz y Doña Teresa Gil. Enterramientos de Teresa y la Reina Beatriz. Convento del Sancti Spiritus de Toro Además de estas fundaciones, Teresa Gil, en este testamento de comienzos del siglo XIV dejó a cada uno de los conventos dominico y franciscano de la villa, mill maravedís por a faser libros para la iglesia con que digan las oras y para los franciscanos también "un missal mio e un breviario que yo e, e que son fechos segunt el ordenamiento dellos. Teresa Gil. Cadáver con vestimenta exhumado en 2002 Asimismo por estas mandas dejó diversas indemnizaciones para los pobres de los pueblos y ciudades deonde residió, siendo así beneficiada Valladolid (2.000 maravedís para vestir pobres). Pero quizás tuvo una mayor presencia de su generosidad la villa aunque temporal- a través de lo que también en sus disposiciones testamentarias dejó al convento de San Juan, que poseían los templarios extramuros, donde probablemente acogían a enfermos y peregrinos. A ellos les dejó las casas que poseía en Valladolid en la calle de su nombre. Sin embargo, este hospital debió desaparecer pronto, en 1311, cuando la Orden fue disuelta en Castilla. Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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Retrato de Teresa Gil en el convento de las Huelgas Reales Poco más podemos añadir a estos datos fundamentalmente póstumos- de una mujer acomodada, piadosa y generosa. En el ámbito familiar sólo es factible reseñar que, siguiendo ese mismo testamento, sabemos que no dejó hijos, ni marido.-Fuente: Mujeres Ilustres en Valladolid (Siglos XIIXIX). Excmo. Ayuntamiento de Valladolid. ISBN: 84-95389-61-4 Retrato de Teresa Gil. La historia de esta gran dama contada por José de Castro. Obra del médico José de Castro Lorenzo. Este libro, editado por el Ayuntamiento de Valladolid, versa sobre la vida de Teresa Gil, fundadora del convento toresano por testamento otorgado en Valladolid el 16 de septiembre del año 1307. Hacer click sobre la imagen -El Ajuar funerario de la Abadesa

Iglesia de San Juan de Letrán Thursday, September 23, 2010 Foto: Wikipedia En 1550 el sacerdote cordobés Hernando de Dios obtuvo del Papa Julio III la bula fundacional del Hospital de San Juan de Letrán. Constaba de una casa don función de hospital y de la iglesia. Los beneficiarios habrían de ser enfermos sin medios de fortuna. Se fijó en trece el número de acogidos, en recuerdo de Cristo y los doce discípulos. Fueron patronos en la primera época Alonso Berdugo y Bernardino Velázquez, pero cupo la suerte que el Emperador Carlos V aceptara el patronazgo de la Corona, razón por la cual las armas reales se ostentan en la fachada y retablo mayor. Iglesia de S. Juan de Letran. Del libro Recuerdos y Bellezas de España. 1861. Litografía de S. Isla La iglesia se construye a partir de 1675, pero el edificio toma las galas barrocas en 1739. En este siglo se debilita la función hospitalaria. Al beneficiarse de las gracias espirituales 162

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del templo de San Juan de Letrán de Roma, viene a convertirse en santuario, de gran popularidad. Deja de ser hospital. Durante la invasión francesa fue destruido el convento de la Merced Descalza, lo que motivó que los frailes se instalaran en este edificio en 1819. Al llegar la Desamortización, pasa a servir como ayuda de parroquia de San Ildefonso. En 1899 el edificio fue entregado a la comunidad de María Reparadora, que lo atiende al presente. La exposición del Santísimo Sacramento constituye motivo de especial veneración en el ambiente de la ciudad. La iglesia es actualmente el centro neocatecumenal diocesano.

Ver mapa más grande -Fuente: Monumentos Religiosos de la ciudad de Valladolid. Parte Primera. (Juan José Martín González Jesús Urrea Fernández)

El Alcazarejo Saturday, September 25, 2010 Maqueta de Dionisio Manzano Urdiales Por Miguel Ángel Martín Montes El Alcazar Real fue uno de los elementos que completaba la trama defensiva de la villa de Valladolid Situado en la confluencia del ramal norte del Esgueva con el Pisuerga. Su origen nos es desconocido. En los documentos y hechos históricos se cita la existencia del edificio desde finales del siglo XII, aunque es a partir de mediados del siglo XIII cuando se le nombra con mayor frecuencia, utilizado como punto de referencia dentro de la villa. Desde estos momentos hasta su donación a los monjes benedictinos en 1390, es conocido con el apelativo de VIEJO (Alcaçar viejo), como la primera cerca. El Alcazar Real estaba formado por dos castillos: el Alcazarejo, que se situaba en la Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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parte mas baja junto al río, mientras que el segundo (el alcázar mayor), ocupaba la zona más elevada de la terraza cerca de la iglesia de San Julián. Hipótesis sobre la estrusctura del Alcazar Real durante los siglos XII al XIV. A.Alcazar mayor. B.Alcazarejo. C. Barrio Reoyo El Alcazarejo Tenía forma cuadrada. Cada lado medía 31 m y poseía ocho cubos macizos: uno en el centro de cada lienzo y otro en las esquinas. Su construcción era de mampuesto realizado a base de piedras calizas de mediano tamaño presentando unos muros de 2,30 m de ancho en el que las piedras están cogidas mediante una argamasa formada por cal y arena. Dicho castillo estuvo en pie hasta el año 1704 en que fue desmochado para acabar de completar el actual patio de Hospedería según el proyecto de Rivero de Rada. Poseía sus propias defensas como eran los cubos, un foso y una contracerca o segundo muro defensivo. Situado próximo al Esgueva, en él batían sus aguas, siendo por tanto un elemento defensivo más. Además está rodeado, en la parte del Esgueva, por la muralla de la villa y entre ella y la contracerca del Alcazarejo estaba la Ronda. Restos del Alcazarejo, junto a la Plaza del Poniente Restos del Alcazarejo, junto a la Plaza del Poniente Sólo sabemos que poseía una bodega que se mandó desembarazar para habilitar la capilla para los primeros monjes. Junto a él debían existir unos baños pues el rey manda que se entregue la llave de los mismos a los monjes. También disponía de un espacio interior que correspondía a un jardín, donde a principios del siglo XIV existían naranjos, y detrás, junto al Esgueva y las murallas, existía otro espacio que dedicaron a la huerta. -Fuente: Conocer Valladolid. Curso de Patrimonio Cultural 2007/08 Editado por el Ayuntamiento de Valladolid. ISBN: 978-84-96864-26-9

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El retorno de la Corte (1601-1606). Espejismo y decadencia Monday, September 27, 2010 Palacio Real de Valladolid Al igual que ocurría con el siglo XVI, la centuria del “Seiscientos” (el siglo XVII) no puede analizarse como una unidad. En este caso se distinguen dos periodos meridianamente diferenciados: uno, brevísimo, el Retorno de la Corte, y otro, que duró casi todo el siglo, la Decadencia. En buena medida el regreso de la Corte a la, ahora ya, ciudad de Valladolid obedeció a la lucha por el poder que se produjo entre las distintas facciones cortesanas. Lo cierto es que el auténtico promotor del traslado fue el Duque de Lerma. El espejismo La vuelta de la Corte provocó un vertiginoso crecimiento demográfico. Tan fue así que se alcanzó la cima de hasta sesenta mil habitantes. Con la llegada de esta abrumadora avalancha, fue preciso rehabilitar y acondicionar barrios enteros, que durante cuarenta años habían estado abandonados. La ciudad recuperó su porte señorial. Se impuso una renovada atención a la limpieza de las calles y al cuidado de los edificios, lo que no quiere decir que se acabase con los ancestrales problemas de falta de higiene e insalubridad, provocados, fundamentalmente, por los dos ramales del río Esgueva. Asimismo, la demanda generada por la Corte reavivó, una vez más, la actividad Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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económica. La etapa fastuosa La Corte que Felipe III estableció en Valladolid era mucho más complicada que la que encabezara su abuelo, Carlos I, y llevaba aparejada un gigantesco aparato burocrático. Así las cosas, Valladolid se convirtió, por un breve lapso de tiempo, en una artificial ciudad palaciega. Como en tiempos anteriores se prodigaron las fiestas de toda índole, para tener contenta a la Corte, pero ahora la grandiosidad y la solemnidad se llevaron al paroxismo, como era propio de la sinmedida y la “sinrazón” de la época barroca. Este disipado género de vida trajo consigo el encarecimiento de las subsistencias en toda la ciudad y el endeudamiento municipal, efectos, ambos, altamente negativos tanto a corto como a largo plazo. Felipe III La decadencia. La cruz La marcha de la Corte, a los cinco años, puso de relieve cuan engañoso era el auge y el esplendor. A partir del mismo año 1607 Valladolid comenzó a dar muestras de postración. La población decreció progresivamente, hasta tocar fondo a mediados de la centuria. En 1646 había únicamente dieciocho mil habitantes y Valladolid permaneció en esta cifra durante doscientos años. Este descenso se debió, no sólo a los efectos generalizados de la crisis de la Castilla interior, sino también a las plagas, sequías, inundaciones (1628 y 1636), malas cosechas y crisis de subsistencia (1631 y 1632), que jugaron un papel de singular relevancia. El único sector de la población que se incrementó fue el clero y muy particularmente las monjas. La expansión urbanística se detuvo y la economía se hundió, debido a que en tiempos anteriores no se habían consolidado los sectores productivos. En antaño floreciente comercio perdió su protagonismo y la industria padeció un profundo estancamiento, con la salvedad del sector textil, en determinadas coyunturas. Recreación del Palacio de la Ribera. Foto: domuspucelae.blogspot.com La cara Los signos de la parálisis o la regresión continuaron hasta la década de los setenta, cuando con gran lentitud se inició la recuperación. Valladolid pasó a convertirse en una ciudad modesta, de segundo orden. Pero no quita para que fuese la ciudad más poblada de la deprimida Meseta Norte y para que, en cierto modo, la Chancillería, la Universidad, el Tribunal del Santo Oficio y el Obispado hiciesen de ella una “capital regional”. Fuente: Valladolid, de la noche de los tiempos al siglo de las luces. (Henar Herrero Suárez – Isidoro González Gallego). Editado por el Ayuntamiento de Valladolid. ISBN: 166

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84-87473-21-0 -La Corte de los catarros

La desaparecida Iglesia del Val Wednesday, September 29, 2010 Aspecto que presentaría la plaza si no se hubiese derribado la iglesia En la zona en la que se levanta el castizo Mercado del Val, único superviviente de los tres de similares características que tuvo la ciudad. En la plaza donde está el mercado se alzaba la iglesia de Nuestra Señora del Val, de la que tomó el nombre. Se trataba de un pequeño templo de una sola nave, donde los plateros de la vecina calle de la Platería, constituidos en cofradía bajo la advocación de san Eloy daban culto a esta Virgen, según Antolinez, muy popular en la ciudad. Según un dibujo de Ventura Pérez Con base en el único dibujo que existe, obra también de Ventura Pérez se ha intentado reconstruir la iglesia del Val. Se trata de una imagen confusa y la falta de descripciones escritas de su aspecto ha hecho difícil la labor. ¿Son pinturas semejando jaspes los “berretes” que aparecen en el arco de la puerta y en las pilastras…? ¿Qué hornacina es ésa que se mete en el ventanal…? Y sobre todo, ¿es un donante el sujeto que aparece “levitando” a la derecha del rótulo? Da la impresión de que la iglesia fue instalada reformando un antiguo edificio del siglo XV o principios del XVI, a juzgar por la moldura que enmarca la puerta de medio punto de grandes dovelas. Dado que no disponían de una hornacina para la imagen titular, pondrían sobre la puerta una tabla de pintura, quizás cerrada con una verja. Algunos autores sitúan la iglesia la iglesia del Val en la misma esquina con la calle Zapico, pero en el plano de Bentura Seco se ve perfectamente que estaba mucho mas al centro la plaza Tampoco se ve muy bien si la inscripción y el supuesto donante están pintados directamente en la pared o forman un solo exvoto postizo junto con la hornacina. En el año 1702, según Canesi, se reedificó (o reformó) la iglesia haciéndose la fachada “toda de piedra labrada”, pero conservando el rótulo. En cuanto a los materiales, pues las pilastras y el cuerpo bajo de la fachada parecen estucados y pintados, por lo que no parece lógico que fuera toda de piedra. Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2010)

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-Fuente del texto y las fotografías: Rincones con Fantasma (Juan Carlos Urueña Paredes). ISBN: 84-95389-97-5

La Fuente de la Fama Friday, October 01, 2010 Por Jesús Urrea Fernández A la muerte del alcalde Miguel Íscar se decidió perpetuar la memoria de su excelente gestión municipal construyendo una fuente monumental que se acordó situar en una plazoleta abierta en mitad de los jardines. Para su realización se convocó un concurso que ganó el arquitecto Antonio Iturralde proyectando la taza, un pilón externo y el pedestal o columna sobre la que se situaría una figura femenina alada dispuesta a hacer sonar una trompeta, alegoría de la Fama, cuyo autor, el escultor local Mariano Chicote, modeló en 1883 fundiéndose seguidamente. Primero pintada y después dorada “para que en sus líneas suaves y gráciles se quiebre la luz del sol, dando mayores esplendores a la figura”, el agua que expulsa por su trompeta es como el clamor de la perdurable fama del alcalde. Acusa de forma evidente, por sus líneas abiertas y su fuerza, el gusto románico aunque su anatomía carece de 168

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gracia. En ningún instante se quiso que este primer monumento, erigido en el Campo Grande como ejemplo de lo que podrían conseguir otros munícipes por su íntegro gobierno en beneficio de la ciudad y de sus conciudadanos, tuviese el signo adulatorio de la representación fidedigna de la figura homenajeada. Todo un paradigmático modelo que no pretendía individualizar el rostro del regidor sino el prestigio ganado por su abnegada dedicación al servicio público. Curiosamente el mensaje no fue bien entendido por todos porque el escultor José González Jiménez tuvo en 1884 la iniciativa de modelar en yeso un busto del alcalde difunto ofreciéndolo al Ayuntamiento para que lo colocase en los jardines del Campo Grande, pero la propuesta no prosperó y la idea fue abandonada. -Fuente: El Campo Grande. Un espacio para todos. ISBN: 978-84-936875

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Árboles para la ilustración Saturday, October 02, 2010 Haz click sobre la imagen para verla más grande Por Henar Herrero Suárez Durante el periodo de la ilustración (S. XVIII) Valladolid tuvo un ritmo y un pulso bastante distintos a los del siglo anterior. Los ilustrados, imbuidos de espíritu utilitario, afrontaron críticamente los problemas de su tiempo y suscitaron un amplio movimiento reformador. También empeñaron buena parte de sus esfuerzos en el intento de lograr mejoras tangibles que procurasen el bienestar de los vallisoletanos. La Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valladolid desarrolló numerosas actividades. Entre ellas destacaron sus esfuerzos por embellecer la periferia de Valladolid mediante paseos ajardinados. Uno de los plantíos dieciochescos más importantes fue Las Moreras, en donde se plantaron 475 árboles de esta especie. Se trataba del Espolón Nuevo, continuación del “Viejo”. Los edificios que se aprecian en la ilustración corrían paralelos a las Moreras y este paseo del Espolón Nuevo eran, de norte a sur, la desaparecida iglesia de San Nicolás (2), frente al Puente Mayor (1), el convento de los Trinitarios Descalzos (3), actual iglesia de San Nicolás, el Palacio de los Condes de Benavente (4), junto a la puerta de entrada a la ciudad y al fondo un edificio en el que se puede ver un nido de cigüeñas, el convento de las monjas de Santa Catalina (5), en la calle Santo Domingo de Guzmán, el colegio de los Agustinos de San Gabriel (6), que fue demolido, el convento de San Agustín (7), hoy Archivo Municipal, el monasterio de San Benito (8) y la Catedral (9), con la torre que se caería al siglo siguiente. El número 10 representa el 170

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Espolón y la arboleda, el 11 el Espolón solo, el 12 el plantío de moreras, el 13 el río Pisuerga, el 14 el brazo norte del Esgueva, (junto al actual Poniente) el 15 la Huerta del Rey y el 16, las bajadas al Paseo de las Moreras. El paseo de las Moreras en la actualidad Ciertamente, esta orilla del río ha sufrido transformaciones tan importantes que apenas se puede imaginar su apariencia en el siglo XVIII. ¿Podemos reconstruirla a través de las ilustraciones? Por cierto, el largo banco y la barandilla a lo largo de toda la Ribera ¿existían con anterioridad a este plantío? -Valladolid, de la noche de los tiempos al siglo de las luces. (Henar Herrero SuárezIsidoro González Gallego). ISBN: 84-87473-21-0

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