Vallisoletvm - Tomo 4

Page 1

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)



Dedicado a todos los que aman Valladolid

1


2


Contents Las desaparecidas aceñas del Pisuerga

6

La maldición del Teatro Zorrilla

7

El Caracol de San Gregorio

8

Don Purpurino, desterrado por impúdico.

9

La leyenda del Convento de San Francisco. (Parte 1)

10

La leyenda del Convento de San Francisco. (...y parte 2)

11

El convento de Santa Catalina de Siena

12

La primera vallisoletana del siglo XX.

15

La leyenda del Campo Grande

16

José Muro López

17

Hermanos Fresno. Los historietistas creadores de Benito Boniato

18

Iglesia de San Pedro Apostol

20

El Hospital Clínico Universitario

21

La desaparecida Iglesia de la Merced

23

Los sonidos de ultratumba del Convento de las Claras

24

La antigua Casa de la Inquisición de Valladolid

26

Valladolid 1988. Nacen Las Edades del Hombre.

28

Un paso procesional demasiado grande

29

La antigua Maqbara de Valladolid.

30

Ventura Pérez

32

Cristo atado a la columna de Gregorio Fernández

33

Los antiguos baños públicos de la Calle Los Baños

34

El Esgueva en la Plaza de Portugalete

36

Putas, pulgas y piojos en Valladolid

38

3


4

La antigua iglesia de la Sagrada Familia

40

La condesa Doña Eylo

42

La Plaza de la Cruz Verde

44

La Catedral de Valladolid más allá de la leyenda

45

El Colegio Miguel de Cervantes

49

El callejero olvidado

52

Septiembre de 1903. Alfonso XIII visita Valladolid

53

Procesión y desgracia. El descendimiento

55

La "Belle Époque" de la Acera de San Francisco

57

El último recuerdo del tren burra.

58

La historia de Valladolid a través de sus sellos

60

La desaparecida estación de San Bartolomé

63

La Biblioteca histórica de Santa Cruz

64

Leyenda del Cristo Yacente y muerte de Fernández

66

La "Gran Vía " vallisoletana. Un proyecto que se topó con la Iglesia.

67

La Prisión de Villanubla

68

La playa de Valladolid

70

Gustavo Martín Garzo

72

El primer semáforo de Valladolid

73

El Cine Roxy

74

La Estación de la Esperanza

76

El Museo Anatómico o de Ciencias Biomédicas de Valladolid

79

Valladolid en la primera Guía Michelín

82

El Archivo Histórico Municipal de Valladolid

83

El proceso de Don Rodrigo Calderón

86


La Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid

89

La Plaza de la Universidad

93

Don Narciso Alonso Cortés

95

La fotografía más antigua de Valladolid

97

El profanador de Valladolid

97

Museo Nacional Colegio San Gregorio (Parte 1)

99

Museo Nacional Colegio San Gregorio (...y parte 2)

102

El desaparecido Convento de la Santísima Trinidad

105

La Máquina Enigma en Valladolid

107

El convento de Las Francesas

108

El Museo del Ferrocarril de Valladolid

111

La desaparecida biblioteca infantil del Campo Grande

114

La antigua casa del Portero Mayor de la Universidad

114

El desaparecido Cine Castilla

116

Los retratos del Conde Ansúrez

116

5


Las desaparecidas aceñas del Pisuerga Tuesday, March 29, 2011 Fotografía cortesía de la web Domus Pucelae Por Joaquín Martín de Uña Cuando el uso del cauce de los ríos comienza, a finales del siglo XIX, a utilizarse como productor de energía eléctrica, se amplió la utilización de su fuerza natural en un cometido que igualaba en importancia a los tradicionales batanes y aceñas que desde épocas inmemoriales facilitaron la elaboración de tejidos y de harinas. En nuestra ciudad, los cauces del Pisuerga y de los dos ramales del Esgueva tradicionalmente estuvieron bien surtidos tanto en batanes (que en algún caso derivaron al final de su existencia en fábrica de papel) como en molinos de cereales o aceñas. De las aceñas históricamente conservadas (según los trabajos de los investigadores María Francisca Represa y Eduardo González), las más antiguas fueron las conocidas como Aceñas del Puente, de San Benito o de los Frailes, cuya existencia era ya conocida en 1375, junto a la relación de otras de menor importancia situadas en los ramales de la Esgueva. En el citado año, las aceñas eran propiedad de María del Corral, antes de pasar a ser propiedad de las monjas de San Quince, quienes a mediados del siglo XV se quejaban de que estaban viejas y mal reparadas, ya que el río las inundaba todos los años. Fotografía: Nortecastilla.es No era raro que la propiedad de dichas aceñas fuera compartida por varios propietarios y se sabe que durante los siglo XV a XVII fueron propiedad de los frailes de San Benito y de los religiosos Trinitarios que compartían la molienda de granos y un batán que funcionaba un día a la semana, así como que entre 1548 y 1550 se abrió en la pesquera una compuerta de 5,88 metros para permitir el paso de naves de pequeño calado en uno de los intentos de hacer navegable nuestro río mayor. En 1655, las aceñas del Pisuerga pertenecían a la Trinidad Calzada, que encomendó al carpintero Antonio Pérez la reparación de las ruedas Gordilla y Flaquilla. Desde la margen izquierda del río y salvando un brazo desaparecido, se accedía a las aceñas por medio de un puentecillo de madera que en 1738 se sustituye por otro de piedra con tres ojos. Al año siguiente una crecida del río arrastró el tejado de las aceñas. Las Aceñas Del Pisuerga Video extraído de la serie El Pisuerga pasa por... (Planetazul Producciones) Por el catastro de Ensenada se sabe que las aceñas tenían una producción media entre 6

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


otras de la provincia, pues producía al año 100 cargas de harina y el batán 1.500 reales de beneficios. En 1822, y afectada por el Trienio Liberal y la desamortización de Mendizábal, la orden de San Benito cobra 178.600 reales al ser adjudicadas en subasta a Santos Rávago, alcanzando la subasta la cantidad más elevada en la pérdida de las propiedades benedictinas. Herencias (Juan Antonio Rávago), arrendamientos (Manuel Martín Curiel de San Felices), gestión conjunta (con su problemas por la utilización de aceñas y batán) y subarriendos se suceden en el tiempo. En 1875, las aceñas se utilizaron para elevar hasta la ciudad el agua del río hasta que se construyó el Canal del Duero. El paulatino deterioro parece que se inició en 1883, en que desaparece su casilla central, hasta que en 1902 García Valladolid da fe de que se encontraban ya en ruinas, ruinas que han ido desapareciendo en el transcurso de los años hasta nuestros días en que es difícil conocer cómo fueron unas de las construcciones más antiguas y útiles de nuestra ciudad.

-Fuente: http://www.nortecastilla.es/20091026/valladolid/batanes-acenas-20091026.html

La maldición del Teatro Zorrilla Thursday, March 31, 2011 A mediados del siglo XX comenzó a debilitarse una antigua superstición vallisoletana que, convertida en tabú, se había mantenido en torno al Teatro Zorrilla desde el mismo momento en que fue construido por el arquitecto Joaquín Ruíz Sierra en 1884. Según el testimonio de personas que vivieron en años precedentes a 1950, sobre el teatro, que había sido levantado encima de las ruinas del que fuera desde la Edad Media el mayor complejo conventual franciscano de Valladolid, pesaba una maldición: en el momento en que el aforo del teatro fuese ocupado por completo, la sala sería pasto de las llamas. La idea caló como consecuencia del sentimiento de profanación que suponía haber convertido un espacio sagrado, con enterramientos incluidos, en una sala destinada a espectáculos mundanos y de variedades. Hoy día, el temor producido por aquellas creencias puede producir cierta hilaridad, pero lo cierto es que, en actitud preventiva, durante décadas en la taquilla del teatro, incluso después de que en la sala se inaugurara el 16 de octubre de 1930 el cine sonoro en Valladolid, se estuvo evitando la venta de determinadas butacas para no tentar a la fatídica amenaza, tan irracional como fantástica. Es posible que sobre estos temores, en parte fundados en el riesgo de los modos de iluminación, del atrezzo y de los endebles materiales constructivos del teatro Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

7


decimonónico, pesara el recuerdo de una vieja leyenda que tuvo por escenario justamente ese lugar, un caso alucinante protagonizado por legiones de diablos en las dependencias de aquel enorme convento de San Francisco. Siguiendo una costumbre implantada desde el siglo XIII, fue habitual la realización de enterramientos en el interior de los templos y conventos que, en el caso del mencionado San Francisco de Valladolid, llegaron a ocupar todas las capillas de la iglesia y del claustro, apareciento el suelo repleto de un vasto conjunto de losas con sus correspondientes inscripciones. Junto a los enterramientos de frailes franciscanos, aparecieron otros pertenecientes a distintos linajes que compraban sus capillas funerarias con deseo de prestigio social e inmortalidad, no faltando la presencia de sepulcros de algunos miembros de la familia de Enrique II, con lo que el templo adquirió, de alguna forma, cierto rango de panteón real. Entre las sepulturas del pavimento, dos de ellas, que representaban a un hombre y una mujer, llamaban la atención por carecer de inscripción significativa. En torno a una de ellas se forjó, a principios del siglo XVII, la leyenda del Convento de San Francisco, cuyo protagonista es un celebre jurista cuyo nombre se ignoró en las crónicas, posiblemente debido al impactante suceso ocurrido tras su óbito. Pero esta historia la conoceremos en un posterior artículo. -Fuente: El Sepulcro del Conde Ansúrez y otras historias desconocidas de Valladolid. (Elefantus Books. SE-8416-2010)

El Caracol de San Gregorio Sunday, April 03, 2011 Ya se ha convertido en una tradición, promovida especialmente por los guías turísticos, localizar entre la maraña decorativa de la fachada de la Universidad de Salamanca su famosa rana. Como no podía ser menos que la ciudad vecina, Valladolid también quiso tener su propio talismán, no la Universidad, sino en un centro de estudios de Teología: el prestigioso Colegio de San Gregorio, actual Museo Nacional de Escultura. Al igual que en la capital del Tormes, en Valladolid hubo quien eligió la búsqueda de un caracol como símbolo vallisoletano para probar la agudeza visual y ser recompensado por ello con mismos efectos mágicos que en Salamanca, es decir, buen augurio para aprobar los estudios, casarse y tener suerte en la vida. ¡Paciencia y encuentren al caracol!

8

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


Don Purpurino, desterrado por impúdico. Tuesday, April 05, 2011 Fotografía obtenida de la web http://domuspucelae.blogspot.com En 1949, se instaló en la vallisoletana plaza de Fuente Dorada una escultura de fundición que representaba al dios griego Hermes, a la que con el tiempo se otorgó el mote de Don Purpurino, «por haberse tenido la poca feliz idea de repintarla con purpurina», según cuenta Juan Agapito y Revilla en su libro Arquitectura y urbanismo del antiguo Valladolid. Esta figura procedía del patrimonio de la familia del marqués de Casa Pombo, propietaria del conocido Palacio Villena, un edificio renacentista, construido por Francisco de Salamanca a mediados del siglo XVI y situado frente al Colegio de San Gregorio, donde había ocupado una hornacina del zaguán. La escultura en la Plaza de la Fuente Dorada. ( F o t o : http://www.tamariz.net/purpurino.htm) En seguida la escultura iba a ser vícitma de los prejuicios morales, repitiéndose una historia similar a la que conociera años antes la alegoría femenina de la Acera de Recoletos. Todo empezó desde el mismo momento en que fue instalada y culminó cuando, para mantener la tradición del nombre de la plaza, la escultura férrea de Hermes fue pintada de color dorado. El caso es que desde los ángulos de vista laterales de tan llamativa figura la posición del caduceo insinuaba una erección fálica, dando lugar a un perfil que pronto se convirtió en objeto de escándalo, chanza, burlas y continuos comentarios de los vecinos, que tomando a guasa la escultura tras su repinte metálico comenzaron a denominarla en tono jocoso Don Purpurino. El impúdico perfil de Don Purpurino propició, finalmente su destierro municipal. Fotografía obtenida de la web http://domuspucelae.blogspot.com Los tres años que permaneció sobre el pedestal fue blanco de severas opinones Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

9


puritanas. Como consecuencia, en 1953, la escultura, con un pergamino enrollado en la mano izquierda y una antorcha en la derecha, fue cedida a Tamariz de Campos, por mediación de su alcalde, Alberto Pastor, que la colocó presidiendo una fuente situada en el Corro de San Antón de aquella localidad. -Fuente: El Día de Valladolid. -Fuente: Domus Pucelae

La leyenda del Convento de San Francisco. (Parte 1) Thursday, April 07, 2011 El desaparecido Convento de San Francisco El protagonista de esta historia es un célebre jurista cuyo nombre se ignoró en las crónicas, posiblemente debido al impactante suceso ocurrido tras su óbito. Como era costumbre para las honras fúnebres del juez que había sido enterrado algunos días antes en la iglesia de San Francisco, se encargó a un fraile franciscano del convento la redacción de un discurso como panegírico que ensalzara sus virtudes. Así, el fraile se encerró en la biblioteca conventual para recabar datos y dar forma al escrito. Allí permanecía cada día hasta la llegada de la medianoche, rodeado de libros y legajos de los que extraía notas con dificultad a la luz de las velas, en un momento en que la ciudad estaba sumida en la más profunda oscuridad. Una noche, estando el fraile ocupado en ultimar la recopilación de datos, escuchó las notas desafinadas de una trompeta y un estrépito de voces que rápidamente se aproximaban a la biblioteca. Extrañado y aterrado por algo tan poco habitual en el silencioso recinto, se escondió apresuradamente detrás de unas pilas de libros colocadas bajo unos estantes repletos de papeles donde, sin respirar, contempló cómo se abría la puerta de la librería y entraba un tumultuoso cortejo de personajes enlutados, de rostros horribles, presididos por el propio Lucifer, que con un terrible aspecto diabólico ejercía su autoridad. Este se sentó en el sillón que había ocupado el fraile instantes antes y, con voz seca y autoritaria, ordenó que fuera conducido ante él el alma del jurista, el mismo personaje para el que el fraile confeccionaba el discurso. Conteniendo el aliento, el franciscano pudo comprobar cómo seguidamente llegaba el alma del juez encadenada y arrastrada por horrendos demonios y cómo, una vez en la sala, su figura aparecía rodeada de sofocantes llamaradas. Los enlutados se dispusieron

10

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


a los lados, del mismo modo que los miembros de un tribunal judicial, ocupando la autoridad infernal el puesto de presidente. Ceremoniosamente éste solicitó. “lea uno de vosotros el proceso y la sentencia que contra éste ha dado la Majestad de Dios”. Uno de los enlutados desplegó un largo rollo de pergamino y comenzó a leer una lista de pecados, injusticias y delitos cometidos por el jurista tanto en su vida privada como profesional. Acabada la lectura, se escuchó la sentencia de boca del terrible juez, que le condenaba a la pena perpetua del infierno en cuerpo y alma. Entonces surgió un problema que fue expresado por uno de los malignos, pues mientras el alma estaba allí presente y cautiva, el cuerpo permanecía en la sepultura y aún conservaba en la boca la Sagrada Forma que había recibido en los últimos momentos de su vida para reconfortarle, convertida en una defensa contra el mal que impedía que los diablos pudiesen tocar directamente la cuerpo del juez. Esto hizo fruncir el ceño a Lucifer que, mientras en actitud pensante recorría con su mirada las estanterías de la biblioteca, descubrió la presencia del aterrado fraile bajo una de ellas. Empujado por dos de los enlutados, el fraile fue conducido al centro de la sala y colocado junto al alma de jurista. Allí, le ordenó con rotundidad que en el discurso que estaba preparando relatara todo lo que estaba presenciando, sin omitir detalle, para que la gente conociera realmente cómo había sido aquel funcionario. Poco después, el fraile bajó a la iglesia conducido por los numerosos demonios que habían protagonizado el juicio, que levantaron la losa de la sepultura y sacaron con esfuerzo, puesto que no le podían tocar, el humeante cuerpo del juez… -Fuente: http://domuspucelae.blogspot.com

La leyenda del Convento de San Francisco. (...y parte 2) Sunday, April 10, 2011 Por indicación de Lucifer, el franciscano se colocó el alba litúrgica y se acercó a la sepultura portando un cáliz que, con gran temor, tuvo que acercar a la boca del difunto y de donde salió la hostia de su última comunión hasta caer en el interior del vaso sagrado. Cuando el religioso se dirigía al altar mayor para depositar el cáliz en el sagrario, seguido ceremoniosamente por algunos demonios portando antorchas, en medio de un estruendo de chillidos infernales el cuerpo del juez fue arrebatado por los aires de manos de los horrendos seres y sacado de la iglesia por un hueco practicado en lo alto del la bóveda. Mientras tanto, sobre Valladolid descargaba una fuerte tormenta, con truenos y relámpagos, que atemorizó a la ciudad entera. Días después, durante la ceremonia del funeral, el franciscano relató todo lo que había presenciado para que sirviera de aviso y escarmiento a los fieles, dando gracias de que en tan penoso trance su estado de gracia le hubiera servido para librarse de la furia de Lucifer. Pero en torno a esta leyenda queda pendiente por determinar la identidad del jurista, que intencionadamente se elude en el relato, lo que ha dado lugar a que algunos autores hayan aventurado distintas suposiciones. Una de ellas fue propuesta por Pedro Ladrón de Guevara el realizar ciertas anotaciones a la obra de Juan Antolinez de Burgos. Este

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

11


identificó al personaje como don Rodrigo Ronquillo, Alcalde de Casa y Corte de la Real Chancillería de Valladolid, natural de Arévalo y muy estimado por Felipe II, una teoría que tiene poca consistencia debido a sus contradicciones temporales, que bien pudo estar alentada por el regocijo que producían entre el pueblo los castigos ejemplarizantes a impopulares personajes de alta alcurnia, especialmente a este pesquisidor, tan rechazado por su actuación en el castigo a los Comuneros de Castilla. La historia, que por sus intenciones moralizantes además fue transmitida de forma entusiasta por vía oral entre la comunidad franciscana, e incluso llegaba a mostrar con orgullo a los curiosos el agujero de la bóveda por el que habían escapado los demonios, también fue utilizada por algunos autores con fines doctrinales, dado el carácter ejemplarizante del relato y el impacto que la fantástica historia causaba entre una población atemorizada por las predicaciones religiosas. A pesar de que la historia es recogida por escrito por primera vez hacia 1480, las referencias impresas que nos han llegado se deben a que la leyenda fue recogida y publicada por el historiador Juan Agapito y Revilla en el tomo VI del Boletín de la Sociedad Castellana de Excursiones, donde califica el caso de estrambótico y donde informa que el hecho fue también reflejado por Matías Sangrador y Vítores en el tomo II de su Historia de Valladolid. La truculenta historia en torno a este impopular funcionario de justicia, a su vez fue recogida por José Zorrilla en su novela teatral “El Alcalde Ronquillo o en Diablo en Valladolid”, obra que se estrenó en 1845 en el Teatro de la Cruz de Madrid y, a continuación, en la novela histórica “El alcalde Ronquillo, memorias del tiempo de Carlos V”, publicada en 1868 en Madrid por Manuel Fernández y González, en una época en que hacían furor los dramas históricos de corte romántico. Hoy en día, tanto la leyenda del convento de San Francisco como las supersticiones del Teatro Zorrilla, han quedado para siempre relegadas al olvido. -Fuente del texto e ilustraciones: http://domuspucelae.blogspot.com

El convento de Santa Catalina de Siena Tuesday, April 12, 2011 Foto: P. Requejo (El Mundo.es) Promovió la fundación de este convento doña María Manrique, viuda de don Manuel de Benavides, señor de la Mota de Toro. El Libro Becerro, conservado en el convento y los Estudios de Martí y Monsó, constituye la más sólida información sobre el historial del mismo. Los hijos de doña María pusieron muchas dificultades a su deseo de fundar, cosa que no pudo llevar personalmente a cabo, pero que acometió su hija doña Elvira de Benavides y Manrique, que fue la primera priora.

12

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


El convento según el plano de Bentura Seco de 1738 El convento se denominó de Santa Catalina de Sena y fue colocado bajo la orden dominicana. A requerimiento de doña Elvira, el Papa Inocencio Octavo otorgó en 1488 una bula, autorizando la construcción de “la iglesia, claustro, refectorio y dormitorio”, que disponía de huerta para cultivo de hortalizas y dependencias complementarias. El convento se levantó en unas casas que fueron de don Luis de Velasco, obispo de León. Doña María Manrique hizo testamento en 1483. Su lápida se halla en el convento y fue leída por Martí y Monsó, lo mismo que la de su hija Elvira. En distintos puntos del patio figuran escudos de la familia fundadora, con los timbres de Manrique y Rojas (cinco estrellas). -Fotografías de Ramón Gómez para Nortecastilla.es Otro acontecimiento reseñable es el enterramiento del escultor Juan de Juni, cosa que deja dispuesta en su testamento de ocho de abril de 1577. En un libro de “Inscripciones de las lápidas que se conservan en el pavimento de la iglesia”, del archivo del convento, consta que con Juan de Juni están enterradas Ana María de Aguirre, segunda mujer del escultor, y María de Mendoza, tercera mujer, y una hija llamada Ana María. Estas lápidas están ocultas por el actual entarimado, pero la sepultura, que era propia de Juan de Juni, sabemos se halla cerca del Crucifijo de la Iglesia. Las que fueran huertas del convento en la actualidad Compró sitio en la iglesia para edificar capilla y enterrarse don Juan Acacio Soriano, abogado que fue en la Real Audiencia y Chancillería. Hizo testamento el 21 de abril de 1598 y falleció el día 23 del mismo mes. Era hijo del Doctor don Jerónimo Soriano, natural del reino de Aragón, y apadrinó a una joven de nombre María Magdalena, la cual profesó en el convento. Dejó para el convento paños de tapicería, candeleros, vinajeras, jarros y otros objetos de plata de culto. Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

13


-Fotografías de Ramón Gómez para Nortecastilla.es En 1602 doña María de Castro otorgó una escritura de contrato, adquiriendo la capilla mayor de la iglesia para sepultura suya y de su familia. Era viuda de don Andrés Cabeza de Vaca, caballero del hábito de Santiago y señor de Villamete. En 25 de febrero de 1603 hacía testamento ordenando que la sepultaran en el convento de San Agustín, lo que contradecía su concierto con el convento de Santa Catalina. Dejó por testamento al Conde de Nieva, el cual arregló las diferencias sobre el patronato surgidas entre los conventos de San Agustín y Santa Catalina, quedando elegido éste para tal fin. -Fotografías de Ramón Gómez para Nortecastilla.es El 30 de abril de 1604, en consecuencia de ello, dicho conde de Nieva se concertó con el arquitecto Pedro de Mazuecos para hacer la capilla mayor y entierros de la familia Cabeza de Vaca y María de Castro en el convento de Santa Catalina. Mazuecos redactó las condiciones, las cuales suponían el derribo de toda la capilla mayor de la iglesia. Habrían de fabricarse cuatro arcos triunfales (los que se requieren para la cúpula), dos entierros de piedra de Navares. En 1607, ya concluida la obra, se trasladaron los restos de ambos esposos, siendo colocados en la cripta que hay bajo el presbiterio. Los bultos funerarios fueron realizados por el escultor Pedro de la Cuadra, según escritura de 27 de abril de 1607. El edificio se encuentra situado en la actual calle de Santo Domingo de Guzmán. En julio del año 2009 las monjas abandonaron este edificio y se trasladaron al convento del Corpus Christi, en la calle Prado de la Magdalena, de la misma orden religiosa. Al parecer, problemas con las termitas y la magnitud del monasterio para una congregación tan pequeña, provocó el abandono definitivo de las religiosas. El Ayuntamiento ha dado su conformidad para que el convento de Santa Catalina de Siena, pueda convertirse en un futuro en un hotel o incluso un parador nacional.

Ver mapa más grande Fuente: Monumentos Religiosos de la ciudad de Valladolid (Parte Segunda). Juan José Martín González-Fc. Javier de la Plaza Santiago. ISBN: 84-505-5518-3

14

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


-Web del Convento

La primera vallisoletana del siglo XX. Wednesday, April 13, 2011 Bando por el que se acuerda festejar la próxima entrada del Centenario con el apadrinamiento del primer niño o niña que nazca, y obsequiar con una comida extraordinaria en las instituciones benéficas a los pobres que lo soliciten. (Exposición "Mi ciudad en los documentos. Archivo de Valladolid) Por Victor M. Vela El siglo XX comenzó en Valladolid con un grado de temperatura (así lo marcaba el observatorio de los padres agustinos Filipinos) y el llanto de una niña en la calle Mantería. Quince minutos después de la medianoche del 1 de enero de 1901 nacía la primera vallisoletana del año, de la década, de la centuria. Margarita Manuela Carbajosa Cubero llegó al mundo para estrenar el siglo XX y lo hizo con un pan debajo del brazo. Expediente relativo al nacimiento de la niña Margarita Manuela Carbajosa Cubero, nacida a las 12 y diez minutos del día 1 de enero de 1900. (Exposición "Mi ciudad en los documentos. Archivo de Valladolid) El alcalde Mariano G. Lorenzo publicaba el 29 de diciembre de 1900 un bando en el que invitaba a los vallisoletanos a celebrar la llegada del «nuevo centenario» y anunciaba que el Ayuntamiento lo conmemoraría apadrinando al primer vallisoletano del siglo, otorgando a su favor la cantidad de 250 pesetas y obsequiando con una comida extraordinaria el primer día del año a cuantos pobres lo solicitasen. La afortunada fue Margarita Manuela y los beneficios... muchos. Su padre, un jornalero en paro, pasó a formar parte de la plantilla municipal y el Consistorio se encargó de la manutención, el vestido y la educación de la niña (en el colegio de las dominicas francesas, calle Santiago) hasta que cumplió diez años. -Fuente: Nortecastilla.es

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

15


La leyenda del Campo Grande Saturday, April 16, 2011 Estaban concluyendo los futuros esposos, Ana Bustos de Mendoza y Tello Arcos de Aponte, los preparativos para su boda, la cual se iba a celebrar al día siguiente. Cuando el novio abandonaba la casa de su prometida, se encontró con Juan de Vargas, un pretendiente con el que había contado su futura esposa y al que ésta había prometido esperar durante un año. Ambos se reconocieron y ambos se afirmaron en el derecho con el que contaban para poder contraer matrimonio con ella. La porfía desencadenó en un lance, un duelo, que tuvo como escenario el Campo Grande. Al comprobar don Tello que la lucha se encontraba muy igualada, simuló un engaño para provocar la distracción momentánea de don Juan y aprovechar que volviese la cabeza, para hundir la espada en su rival. No iba a ser el único episodio violento que iba a tener como escenario éste que no era entonces –suponemos que estamos hablando de los siglos XVI y XVII- un parque romántico como le conocemos actualmente. Como hemos visto antes, el Campo Grande, lugar de recibimiento de la ciudad o quemadero de “herejes”, se hallaba bordeado por una sucesión de distintos conventos. Desde la celda conventual de uno de ellos, un fraile capuchino observó cómo un hidalgo, con la espada en la mano, corría detrás de un hombre al que alcanzó y dio muerte. Otro caballero, percatándose del incidente, se acercó para auxiliarle. Fue un gesto inoportuno, pues en aquellos instantes se personó la Justicia, creyendo culpable de la herida mortal a este segundo, siendo detenido en aquellos momentos. Aquel prisionero era don Tello Arcos, el cual en el transcurso del juicio, se declaraba inocente de la muerte de este último, aunque culpable de la de otro caballero, “con espada y a traición”. Por todo ello, fue sentenciado a muerte. Una sentencia que el fraile capuchino, testigo de lo ocurrido en segunda ocasión, consideraba injusta, declarando en otra dirección bien diferente. Con todo, la sentencia se cumplió y la pena se ejecutó. El Campo Grande rodeado edificios conventuales. La meditación en torno al una víctima inocente propiciada desde la aplicación de la 16

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


justicia humana, creaba angustia en el fraile. En una de aquellas ocasiones, el capuchino a la orilla del río Pisuerga repetía de forma continuada, con un balanceo de la cabeza: “¡No hay Dios donde no hay justicia!”. Un pesar que al religioso le obsesionaba. Cuando tenía estas palabras todavía en su boca, por el agua se fue acercando un cuerpo flotando. Fue entonces cuando reconoció el cadáver de don Tello, por cuya muerte estaba teniendo todos estos pesares. Debajo mismo se encontraba otro cuerpo, identificado con el de Juan de Vargas. El primero, elevando la cabeza, se dirigió al fraile, aclarándole sus pesares: “en duelo injusto los dos, a traición asesiné; no preguntéis el por qué de la Justicia de Dios”. Tras pronunciar estas palabras, los cadáveres continuaron deslizándose a través de las aguas del río Pisuerga.

Tradición. (Gabriel Osmundo Gómez). Casa Museo de Zorrilla, Valladolid. La Leyenda del Campo Grande la incluyó Zorrilla, en su reimpresión de las Obras Completas. Hasta entonces la había titulado “Recuerdos de Valladolid”. Pero a partir de entonces la denominará “Justicia de Dios”. El poeta vallisoletano argumentará un origen personal de parte de esta narración, tal y como se lo había escuchado referir en dos o tres ocasiones a un fraile carmelita, amigo de su padre. En concreto, la “imagen de un hombre muerto y una sepultura de doble cadáver a manera de aparición milagrosa”. De la otra mitad se hacía eco el propio Zorrilla, como testigo y actor junto con sus progenitores. Era el momento en que la Justicia, convierte en culpable al que había aparecido a auxiliar al herido de muerte, una situación semejante a la que le ocurrió a Miguel de Cervantes en Valladolid en 1605, con la muerte referida de Gaspar de Ezpeleta. --Fuente: Guía Misteriosa de Valladolid. Autor: Javier Burrieza Sánchez ISBN:978-84-936875-6-4

José Muro López Monday, April 18, 2011 Por Mariano Cañas Nació en Valladolid el 21 de diciembre de 1842; catedrático, Decano del Colegio de Abogados, presidente de la Academia de la Purísima Concepción... Inició la carrera política en 1868, siendo desde entonces jefe de la idea republicana en la ciudad. En 1870 es elegido diputado por Valladolid. Ocupó un puesto importante en las Cortes del reinado de Amadeo de Saboya. En 1873 formó parte del gobierno de la primera República como Ministro de Estado. Es elegido presidente nacional del partido Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

17


republicano progresista en 1895. Muro fue querido de todos por su comportamiento. En los 23 años que representó a Valladolid en las Cortes, empleó toda su influencia en la resolución de cuantos asuntos se le plantearon. El Ayuntamiento en 27 de junio de 1894 le nombra hijo predilecto y da su nombre a una nueva calle. Muere en Madrid el 18 junio de 1907. El día 20 llegan sus restos a la capilla ardiente instalada en la nueva Casa Consistorial, por la que desfilan más de 10.000 personas. Al atardecer fue conducido al Panteón de Vallisoletanos Ilustres. El Norte de Castilla, el día 21, decía: «La comitiva fue impresionante, cuando el féretro llegaba a la plaza de Orates, aún no había salido la cola de la comitiva...» -Fuente: Nortecastilla.es

Hermanos Fresno. Los historietistas creadores de Benito Boniato Wednesday, April 20, 2011 Tebeo apaisado de ocho páginas. Firmado por C. y L. Fresno en 1983 e impreso en Valladolid. Pocos vallisoletanos saben que uno de los comics más entrañables de nuestra infancia, me refiero a Benito Boniato, fue gestado en Valladolid. Sus creadores, Carlos (Soria, 1953) y Luis Fresno (Soria, 1956) empezaron muy pronto a publicar como profesionales. De su Soria natal se trasladaron a Palma de Mallorca, para terminar instalándose en Valladolid, ciudad desde la que iniciaron una trayectoria conjunta. En realidad, sus primeros pasos los dieron en Editorial Bruguera en 1971, cuando Carlos contaba con 18 años y Luis con 15, dando vida a series muy efímeras, como Tiriciano (Tío Vivo, 1971) y Ataúlfo Cartabón (DDT, 1972). Aquella experiencia fue breve, pero les sirvió para librar sus primeras batallas como profesionales de la historieta, un terreno en el que desarrollaron otros personajes humorísticos, como Borricus, un legionario romano, o Supergutiérrez, un superhéroe español, aparecidos en la revista Vida y luz, donde también realizaron historietas de estilo realista, como la serie el Cid Campeador. Paralelamente, durante los años setenta fueron los responsables de confeccionar un suplemento semanal infantil para el periódico local de Valladolid El

18

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


Diario Regional, donde también publicaban una viñeta diaria de humor gráfico. En 1976, volvieron a Bruguera, esta vez para dar vida a la serie Benito Boniato, que alcanzó una notoria popularidad entre los lectores de tebeos de aquella editorial hasta el año 1983. Durante ese período, Carlos y Luis Fresno aportaron otras series a las revistas Bruguera, como Javi y su perro Kiko (Super Zipi y Zape, 1977), Paulino y Pernales, exportación de animales (Tío Vivo, 1979), Gustavo Gavioto (Tío Vivo, 1979) o la saga medieval en tono humorístico Ornelo (Zipi y Zape , 1980). En 1984 Bruguera les encargó la versión en cómic de las aventuras de unos populares muñecos de látex de la empresa juguetera alemana Bully Figuren, Los Astrosniks, de la que llegaron a realizar un total de 10 libros. Los hermanos Fresno El hecho de que su firma única no divida el trabajo entre guión y dibujo se debe a que, en realidad, trabajaban sus historietas a cuatro manos; el guión y su desarrollo partían de ambos, así como los dibujos, aunque con el tiempo uno acabó por especializarse en personajes y el otro en fondos y objetos. Inquietos por naturaleza, fueron desarrollando su estilo caricaturizado como su vertiente realista. Regentaron hasta el año 1990 una librería en la Avenida de Palencia (Barrio de la Rondilla). Dicha librería fue traspasada pero mantiene el nombre de los hermanos. En este cuadro, conservado por los actuales propietarios de la librería, podemos ver la misma tal como era cuando la regentaban los hermanos Fresno, prácticamente igual que en la actualidad. Cerrada la Editorial Bruguera en 1986 abordaron otros encargos, como historietas publicitarias, e incluso llegaron a montar varias exposiciones de caricaturas, hasta crear su propia empresa, Alcañiz-Fresno´s, especializada en edición de revistas, libros y boletines oficiales, y en 1990 inaguraron su propio sello editorial, Quirón Ediciones con sede en Valladolid, donde se dedican a la ilustración de libros de historia militar. -Fuente: biografía de los hermanos Fresno escrita por Antoni Guiral en el tomo de Clásicos del Humor de RBA dedicado a Benito Boniato

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

19


Iglesia de San Pedro Apostol Saturday, April 23, 2011 Aunque no se conoce el momento preciso de su fundación, cabe suponer, dada la primacía de su santo titular, que fuese una de las primeras iglesias, aunque gozase solamente de la consideración de ermita dada su situación, alejada del primitivo recinto urbano y bordeando el antiguo camino que conducía a Palencia. Matías Sangrador afirma que “consta su existencia al finalizarse el siglo XII”, pero la primera alusión documental comprobada data del año 1278, cuando el canónigo Ferrán Domínguez ordena en su testamento entregar “a la obra de Sant Pedro çinco moravedis”. En 1571 el cura párroco manda desmontar al entallador Benito Giralte el retablo mayor del templo “para hazer la yglesia” actual, cuya cabecera está concluida en 1578, momento en el que se paga a Cristobal de Amberes la vidriera “de hazia el prado solano”. Las obras estuvieron paralizadas durante bastantes años, pues en 1606 el maestro de obras Francisco Negrete se comprometía con el cura y mayordomo “para efeto de acabar de fenecer”. La iglesia mayor de la ciudad ejercía sobre la de San Pedro un tutelaje que consistía en la paga anual de una determinada cantidad para atender a sus necesidades y como durante algún tiempo la matriz se desentendió de su obligación, la parroquia procedió judicialmente contra aquella. Por este motivo se condenó en 1627 al cabildo de la catedral a pagar a la fábrica de San Pedro la cantidad de 400 ducados para ornamentos y otros 150 ducados más cada año hasta que se concluyesen las obras que debieron de ser realizadas por el alarife Francisco Bajo. En 1634 construye Juan de Répide el coro alto y otras obras de menor importancia que fueron tasadas el año siguiente por Juan del Valle y Juan de Lencín. Los maestros Antonio Crespo y Tomás Martínez trabajaban en el templo en 1748 y su trabajo fue supervisado por el arquitecto José Morante y costeado parcialmente por el cabildo catedralicio. Finalmente, en 1759, el arquitecto Antolín Rodríguez construyó gratuitamente el camarín existente detrás del altar del Santo Cristo de la Espiga. Su edificio, modesto exteriormente, construido con piedra y ladrillo, dispone de una sola 20

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


nave rematada en testero plano y capillas hornacinas abiertas en sus muros laterales. El crucero no se destaca al exterior y toda la cabecera se cubre mediante bóveda de crucería estrellada, con nervaduras de combados muy atrevidos, decoradas con claves pinjantes de estilo renaciente. La nave se recorre por pilastras de orden toscano que soportan un entablamento volado, sobre el que se disponen vanos termales profundos que facilitan la iluminación del interior. La cubierta consiste en bóveda de medio cañón y el efecto general, excepción de la capilla mayor, es el de un templo clasicista que acusa el influjo de la catedral, permitiendo sospechar la intervención como tracista de algún arquitecto formado en la obra del primer templo de la ciudad, no pudiéndose descartar que fuese el mismo Juan de Répide, que estuvo al frente de la construcción de la catedral. La iglesia (con el nº 8) según el plano de Bentura Seco de 1738 El coro levantado sobre una bóveda con decoración de yeserías de escaso resalte, se sitúa a los pies de la nave y la sacristía, abierta en el brazo derecho del crucero, se cubre con bóveda de cañón adornada con yeserías muy sencillas, comunicándose con el camarín situado detrás del retablo del Cristo de la Espiga, que dispuso de cúpula sobre pechinas. La fachada, construida en piedra su primer cuerpo, dispuso hasta 1950 de una pequeña torrecilla, ofreciendo una composición muy humilde en la que sólo destacaba la portada, de gusto herreriano, adintelada y coronada por un frontón triangular en el que se aloja una hornacina con una escultura de San Pedro. En aquel último año se rehizo el segundo cuerpo y se sustituyó la torrecilla por dos espadañas. Finalmente, en 1967, se procedió a forrar con piedra el segundo cuerpo.

Ver mapa más grande -Fuente: Monumentos religiosos de la ciudad de Valladolid (Parte I). Juan José Martín González-Jesús Urrea Fernández.

El Hospital Clínico Universitario Monday, April 25, 2011 El Hospital Clínico Universitario de Valladolid es uno de los dos hospitales generales existentes en la capital vallisoletana. Está situado en la calle Avda. Ramón y Cajal nº3. Sirvió como heredero del Hospital Provincial de la Resurrección. Es el hospital de referencia del Área de Salud de Valladolid Este de la Comunidad de Castilla y León. Es uno de los dos hospitales docentes de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid. El hospital consta de once plantas sobre una base de escasa extensión; así como tres plantas por debajo del nivel de la planta baja, dotando así a la instalación de 762 camas. Historia Fue inaugurado en 1978, para relevar al Hospital Provincial de la Resurrección, que Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

21


llevaba en servicio activo desde 1889. Este centro fue planteado desde su inicio como un punto de desarrollo de las labores asistenciales, docentes e investigadoras El edificio comienza a ser construido en 1971 tras fuertes presiones por parte del rector de la Universidad de Valladolid, reclamando un centro con las labores anteriormente mencionadas; obteniendo la financiación para el nuevo edificio hospitalario por parte del Ministerio de Educación; que sería emplazado en el lugar que ocupaba el antiguo seminario diocesano. La construcción transcurrió sin datos que resaltar hasta su inauguración el 3 de enero de 1978 ; sin embargo, no sería hasta la publicación de la Orden del 13 de septiembre de 1985 cuando quedaría totalmente integrado en la red sanitaria de la Seguridad Social. Sin embargo, el proyecto no fue concluido totalmente, pues el proyecto de construcción incluía un segundo edificio que sería destinado a servicios materno-infantiles, que ha sido utilizado desde entonces como residencia universitaria. Imagen tomada den 1972 de los trabajos de construcción del Hospital Clínico conforme a la necesidad de aquel momento, que precisaba centros hospitalarios y asistenciales con un gran número de camas, para atender la demanda provocada por el aumento de la población El hospital es un claro referente en el panorama comunitario y nacional, dado que en su interior se albergan la práctica totalidad de especialidades contempladas en territorio nacional dotándolas de las últimas tecnologías. El 1 de enero de 2002 fue transferido, al igual que el resto de instituciones hospitalarias, a la Comunidad Autónoma de Castilla y León, formando así parte del Sacyl. Características El hospital, cuenta con 762 camas de hospitalización, 228 de las cuales en habitaciones individuales, 19 quirófanos, 4 salas de parto y 15 puestos de diálisis.10 No obstante, actualmente se encuentra en proceso de ampliación, adjudicado a Unión Temporal de Empresas de Bernardo García Tapa, Fernando Calvo Pardo y de la vallisoletana S. Mata Arquitectura e Ingeniería S. L., que, aunque mantendrá el número de camas, posibilitará llegar a los siguientes servicios: 23 quirófanos, 6 salas de parto y 28 puestos de diálisis.11 Tiene una superficie construida de 52.420 m2 y tras la ampliación de la infraestructura hospitalaria, se dotará a este de 22.680 metros cuadrados, situando el total de espacio construido en 75.100 m². El edificio tiene once plantas en superficie y tres bajo superficie, y está estructurada en cuatro grandes alas cada una de las plantas (Norte, Sur, Este y Oeste) con un centro común donde se ubican los elevadores y las escaleras, además de zonas de descanso. Su diseño es modular y tiene una disposición vertical, como la gran mayoría de hospitales de su época, si bien, su ubicación en el centro de Valladolid impide la presencia de grandes espacios abiertos o verdes en sus inmediaciones; aunque a cambio si proporciona un mayor número de alojamientos y aparcamientos en zonas próximas.

Ver mapa más grande 22

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


-Fuente texto y fotografía actual del hospital: Wikipedia

La desaparecida Iglesia de la Merced Wednesday, April 27, 2011 Más o menos así se vería la fachada de la iglesia de la Merced si no se hubiese derribado. El convento de la Merced Calzada existió en la calle de su mismo nombre. Fue de muy antigua fundación. Cuando la exclaustración de 1836 fue dedicado a cuartel, y más tarde derribada la iglesia para abrir la calle. La iglesia de la Merced tuvo muchas capillas pertenecientes a las principales familias de la ciudad y, dada su antigüedad, pasaron sus patronatos de unas a otras muchas veces. Durante las obras de reforma de una de ellas tras cambiar de dueño, apareció en un nicho “…un cuerpo como un esqueleto que tenía las insignias de caballero de la Banda, que eran banda y espada y espuelas doradas. Hizo admiración que le durase entera grande barba y cabello igual, y consistente armadura. Viose una tarde arrimado a la pared sin que se desarmase y destrabase la corporal compostura, y al moverle se desvaneció toda aquella fábrica.” La historia local está salpicada de noticias así. El mudar de los tiempos no respeta nada, ni los lutos y ceremonias que se hicieron para honrar el descanso de los nobles fallecidos, ni los suntuosos mausoleos hechos para resistir los siglos. Condes, marqueses y obispos han sido sacados de sus tumbas, trasladados a otras, o simplemente enterrados en cualquier sitio debido a reformas o al derribo de los templos. Dibujo de Ventura Pérez Como en otros casos, para su reconstrucción ha sido fundamental el dibujo que para ilustrar la “Historia de Valladolid” de Antolinez de Burgos hizo Ventura Pérez, pero arreglando sus proporciones. Situación del convento según el Plano de Bentura Seco de 1738 Era una bella fachada clasicista, de calidad similar a la de las Angustias o san Agustín, obra de Pedro de Mazuecos. Su portada fue, tras su derribo, vuelta a montar en el Portillo del Prado. Tenía las estatuas de la Virgen de la Merced y a ambos lados dos santos mercedarios; el de la izquierda lleva un libro y quizá fuera San Pedro Pascual. El de la derecha pudiera ser San Pedro Nolasco, pues parece llevar el báculo de doble travesaño, atributo suyo como fundador de la Orden. Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

23


El convento se conservó hasta fechas recientes. A él pertenece la foto que corresponde a la fachada que daba a la calle de Maldonado. Con ella, ayudado del plano de Bentura Seco y de la planta dibujada en 1849 se ha podido recrear aquel espacio urbano. -Fuente del texto y las ilustraciones: Rincones con Fantasma (Juan Carlos Urueña Paredes). ISBN: 84-95389-97-5

Los sonidos de ultratumba del Convento de las Claras Saturday, April 30, 2011 glesia y Convento de Santa Clara En el Convento de Santa Clara está enterrado el legendario Alonso de Castilla, hijo natural de Pedro de Castilla y de una dama inglesa, obispo aquel de Osma y después de 24

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


Palencia, el cual mantuvo esta relación “en su mocedad”. Fue legitimado don Alonso por el Papa y por el propio monarca castellano, Juan II, padre de Isabel la Católica. El cronista franciscano Francisco Javier Calderón afirma en su crónica que este caballero –Don Alonso- “vivió muy virtuosamente” y que dispuso en esta capilla su enterramiento junto al coro de las monjas. Nunca consintió su voluntad, incluso después de muerto, que fuese enterrada otra persona de su linaje dentro de su misma tumba: “no hay que escrudiñar los ocultos juicios de Dios, y así no discurro en el punto”. Sin embargo, por lo que era más famosa su voluntad post-mortem dentro del convento era por los avisos que realizaba cuando alguien de su linaje se encontraba próximo a morir, oyéndose ruidos de su ataúd. Una tradición y leyenda de la que también se hacía eco el viajero Juan Álvarez de Colmenar –pseudónimo del editor y geógrafo holandés de los siglos XVII y XVIII Pieter van del Aa- en su obra de l’ Espagne et du Portugal” [Leiden, 1707]. El monasterio de religiosas de Santa Clara es importante por la singularidad de la tumba de un caballero castellano, enterrado en el coro de su iglesia. Se pretende que de tiempo en tiempo salen gritos llorosos, que son el presagio de la muerte de alguien de la familia [del linaje de los Castilla]. Se hacía eco de lo que cantaba el Romancero: “Non vos fagáis mortecina, / surgir vuesa faz serena, / non digan que en Santa Clara / dan golpes las tumbas vuesas, / que como Castilla sois, / no será mucho que sienta / en ver vuesa catadura / que cual finada estáis yerta”. Capilla de don Alonso de Castilla. Dentro se haya el sepulcro de este noble, aunque falta su busto funerario. Dado lo tétrico del asunto, si Tirso de Molina hubiera escrito sobre don Alonso, probablemente aseguraría que la estatua se había ido andando El cronista franciscano, fray Francisco Calderón, relacionaba este fenómeno con la posibilidad que tenían las monjas de avisar a los miembros de este linaje para que se convirtiesen y preparasen adecuadamente ante su final: “oiéndose en su tumba un ruido de grandes gopes; con que luego las religiosas auisan a los deste linaje para su Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

25


preparación, pues no saben al que a de tocar la suerte y la experiencia es tan común que le oien las religiosas sin susto, conociendo el fin en la experiencia de tantos años”. Un relato que las monjas Clarisas se lo han ido comunicando de unas a otras, de las más ancianas hasta las más jóvenes, según nos lo comunicó la actual abadesa del convento, que recuerda como las mayores de la comunidad se lo relataban con cierto misterio e inquietud. Sepulcro de don Alonso de Castilla Fotografía cortesía de Javier Baladrón Alonso

-Fuente: Guía Misteriosa de Valladolid. Autor: Javier Burrieza Sánchez ISBN:978-84-936875-6-4

La antigua Casa de la Inquisición de Valladolid Monday, May 02, 2011 Por Luis Fernández Martín S.J. (Real Academia de la Historia) Es sabido que el Tribunal y las cárceles del Santo Oficio de la Inquisición recorrieron diversos lugares en esta población a lo largo de más de tres siglos. En 1488 se estableció la Inquisición en el nº 22 de la calle de Francos (actual Juan Mambrilla), en la casa que fue en el siglo XV de los Zúñiga y que fue después posesión de la condesa de Osorno. De ella salió para el suplicio Don Alvaro de Luna en viernes 19 de Junio de 1489. Mas tarde, no se sabe el año, se instaló la Inquisición en la calle de Pedro Barrueco según afirma Matías Sangrador, quien reconoció en sus sótanos diversas inscripciones hechas por los presos en latín y castellano en los años 1534 y 1551. De esta casa salieron los penitenciados en los autos de fe del año 1559. Sin embargo ni el arzobispo Carranza ni Fray Luis de León ocuparon celdas en esta casa sino en el lugar del tercer emplazamiento que tuvo la Inquisición en Valladolid, emplazamiento que sobrevivió desde 1559 hasta 1809 por espacio de dos siglos y medio. A la casa de la calle de Pedro Barrueco se la llamó “la Inquisición Vieja” gracias al siguiente documento notarial del año 1580. “Luis de Carrión, escribano de Su Majestad, y público del Número de esta villa, en nombre del Licenciado Juan Francisco Geraldo, Oidor de la Real Audiencia de Galicia, arrienda a Alonso Enríquez, vecino de Valladolid, unas casas en la calle que va de la calle de Pedro Barrueco a la iglesia de San Salvador que ha por linderos las traseras de la Inquisición Vieja y la dicha callejuela de San Salvador por un año por veintiun ducados”. Como se ve, la Inquisición ocupaba una casa de la calle de Pedro Barrueco que salía por sus puertas accesorias a la hoy llamada “calle de la 26

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


Galera”. Palacio de los Zúñiga La tercera y más importante ubicación de la Inquisición en Valladolid tuvo lugar en las casas principales que fueron de Pedro González de León. Se sabe por Ambrosio de Morales que estas casas comenzaron a albergar al Tribunal del Santo Oficio y a las cárceles secretas de la Inquisición desde el año 1559. Pero tratemos de precisar la situación exacta de estas casas de Pedro González de León. Los historiadores que han escrito sobre este asunto sitúan las mencionadas casas, unos “en la calle Real de Burgos”; otros, “en un palacio muy antiguo, próximo a la iglesia parroquial de San Pedro”, “en San Pedro”, cerca de la parroquia de San Pedro. Los autores citados se aproximan pero no aportan documentación contemporánea que fije de manera definitiva la ubicación de la casa de la Inquisición. Un documento notarial señala explícitamente la localización de la casa de la Inquisición: “Está en la calle de la Peña de Francia” que solía llamarse también “calle de los Moros”. En esta casa subsistió la Inquisición por espacio de 250 años. La casa de la Inquisición (nº94) según el plano de Bentura Seco de 1738 Sabemos que desde Agosto de 1559 era utilizada la casa de Pedro González de León como lugar de reclusión de presos del Tribunal del Santo Oficio. Pero la propiedad del inmueble no pasó a manos de la Inquisición sino trece años más tarde, en 1572. Ese año el Santo Oficio se decidió a comprar esta casa para instalarse en ella definitivamente. Probablemente para ese año ya había fallecido su dueño Pedro González de León por cuanto la venta la realiza su hija y heredera Doña Mencía de León casada con Don Alvaro de Luna. Tras dos siglos y medio de pervivencia, las casas de la Inquisición perecieron el año 1809 a causa de un incendio. “Durante tres días en la etapa francesa sin que se llegasen a descubrir los verdaderos responsables del incendio. Este incendio ocurrió al amanecer del 7 de diciembre de 1809 cuando servía de cuartel de soldados alemanes y franceses, y como estaba dada la orden de no tocar las campanas de noche se omitió tocar a fuego hasta el día siguiente a las nueve, tiempo en que ya estaba apoderado. Duró el fuego cuatro días y sólo la fachada y habitación de ésta se pudo conservar”. El Colegio Macías Picavea ocupa en la actualidad el solar en el que estuvo situada la antigua casa de la Inquisición La última etapa de este Tribunal de la Inquisición discurrió por pocos años en la calle de Alonso Pesquera, nª 14, llamada entonces de Herradores, en la casa de la Marquesa del Arco. Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

27


El solar a que quedó reducido el edificio de la Inquisición después del incendio fue sacado a subasta por la Administración de Bienes Nacionales en 1843 siendo adjudicado ese mismo año a Don Francisco de Paula Benito en la cantidad de 3155 reales. En tiempos modernos sobre este solar se edificó un Grupo Escolar que un tiempo se denominó “Infante Don Jaime” y en la actualidad se llama “Macías Picavea”.

Valladolid 1988. Nacen Las Edades del Hombre. Wednesday, May 04, 2011 La Iglesia ha creado y conservado a lo largo de los tiempos su patrimonio histórico-artístico para ponerlo al servicio del pueblo en orden a su evangelización. Este inmenso patrimonio, muchas veces olvidado, constituyó la base de la Fundación Las Edades del Hombre. «Las Edades del Hombre» nació como un pequeño proyecto ideado por don José Velicia y un grupo de amigos allegados. Su idea inicial era mostrar al pueblo castellano-leonés sus riquezas pero sin un afán artístico. En palabras de don José Velicia, «Las Edades» son «un pan amasado por muchas manos para recuperar la dignidad de un pueblo». Unido a su carácter religioso y eclesiástico, Las Edades del Hombre tiene como finalidad la promoción de la cultura, a través de los siguientes instrumentos: conservación, desarrollo, protección y difusión del patrimonio que poseen las once diócesis católicas en Castilla y León. Estos objetivos se materializan en toda clase de estudios, investigaciones, y actividades sociales, culturales y artísticas que contribuyen al conocimiento y a los designios para las que dicho patrimonio fue creado. Han pasado 23 años desde que por primera vez abriera sus puertas la primera exposición de Las Edades del Hombre en el marco incomparable de la Catedral de Valladolid. La muestra nació con el objetivo de la iglesia de prestar un servicio a través de su patrimonio. Fue en el año 1988 y se prolongó en el tiempo hasta el 89. En contra de todo pronóstico, Valladolid desbordó a propios y extraños. Una nueva forma de exponer, una ilusión irradiada, un abrir los ojos a nuestros tesoros y un enriquecedor discurso fueron las claves del éxito. Y todo ello poniendo a prueba la más eficaz de las publicidades, el boca a boca. 1.050.000 personas visitaron la exposición a lo largo de los cinco meses y medio que permaneció abierta. Las mejores expectativas situaban el umbral de visitantes en 28

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


30.000, mayor cifra alcanzada en Valladolid con motivo de una muestra. Las colas fueron interminables, los elogios eran constantes, desde todos los puntos de la geografía española se acercaban a conocer la exposición. Esta era la primera fase del proyecto basada en la iconografía. Don José Jiménez Lozano ideo un guion basado en diez capítulos, cuyos títulos: El sueño del Paraíso, El Señor de la Historia, El Ojo hacia lo Invisible, El dolor y la sonrisa, La crisis del xv: El Cristo muerto y sepultado, Los trabajos y los días, La estatura del hombre, El sueño de la muerte y la gloria, El silencio y la pobreza: El encanto y el espíritu de lo minúsculo, El Señor de la muerte y de la vida, mostraban el devenir de la vida de los hombres. El lugar elegido fue la austera catedral herreriana de Valladolid. Por primera vez en la historia se «desacralizaba» una catedral al quedar esta sin culto durante los meses previos, el transcurso y el desmontaje de la exposición. Uno de los desafíos, convertirla en una inmensa sala de exposiciones en la que las obras de arte religioso recuperaran el sentido para el que fueron creadas. Para ello don Pablo Puente Aparicio ideó una arquitectura efímera que comprendía la totalidad de las naves, y que sorprendió, ya que la tristeza, el gris que siempre evoca esta catedral al encontrarse inacabada, fue totalmente renovada, emanando una luz que, amparada por la de los propios iconos expuestos, dio la sensación a vallisoletanos y foráneos de que habían cambiado la catedral. Junto a ello el sorprendente montaje de doña Eloísa García de Wattenberg. En palabras de don Pablo Puente, la clave del éxito de la exposición de Valladolid fue sorpresa; sorpresa por el contenido, sorpresa por la manera de exponerlo y sorpresa por el continente, desconocido e infravalorado. -Olalla González Cuadrado. Departamento de Arte. Fundación «Las Edades del Hombre». Monasterio Santa María de Valbuena. 47359 San Bernardo (Valladolid). -Fotografías de Michael Reckling

Un paso procesional demasiado grande Saturday, May 07, 2011 Fotografía de Luis Alfonso Urdiales (Flickr) En el interior de la iglesia de San Pedro Apostol se guarda el paso de la Sagrada Cena, propiedad de la cofradía del mismo nombre que tiene aquí su sede. En 1942, en vista del buen momento económico, se promovió un concurso a nivel nacional para la adjudicación de la hechura de su paso titular, que fue fallado a favor del Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

29


escultor Juan Guraya. El grupo escultórico terminó siendo enorme, y la anécdota surgió entonces con el problema de dónde guardarlo, pues la primera estructura que tuvo pesaba 5.100 kilos y su frontal medía casi cuatro metros. Puerta de la iglesia de San Pedro Apostol Se echó mano del Ayuntamiento que cedió las instalaciones del Servicio de Limpieza, y allí fue a parar el paso justo al lado del “Tío Tragaldabas”, la popular carroza que sale en la feria de septiembre. Esta compañía tan poco respetuosa le duró poco, pues se consiguió permiso para meterlo durante un tiempo en San Pablo. Hoy se guarda en la iglesia, pues aunque apenas cabe por la puerta, fue aligerado hasta pesar “sólo” 4.500 kilos y dotado de un mecanismo que permite bajarlo en altura y ensancharlo. -Fuente: Rincones con fantasma. (Juan Carlos Urueña Paredes). ISBN: 84-95389-97-5

La antigua Maqbara de Valladolid. Tuesday, May 10, 2011 Portada de la antigua Casa de Beneficencia (Actual Casa del Estudiante) En este solar, localizado en el denominado Prado de la Magdalena, estuvo situada durante los siglos XIII y XIV la MAQBARA de Valladolid, esto es, el cementerio de los musulmanes de la ciudad. Sus restos pudieron ser documentados a través de diversas excavaciones arqueológicas realizadas por la Universidad de Valladolid y la Junta de Castilla y León, durante 1990, previamente a la rehabilitación del edificio, antigua casa de Beneficencia, como casa del estudiante. Los individuos aquí enterrados lo fueron según el rito islámico, claramente especificado en el Corán: en posición decúbito lateral derecho y con el rostro vuelto hacia la ciudad santa de La Meca. Las inhumaciones encontradas son de dos tipos, por un lado las de fosa simple excavada en la tierra y por otro, el que a esta fosa añade junto a las paredes largas un refuerzo de dos muretes paralelos fabricados con adobes, que enmarcaban un angosto espacio en el que se depositaría, no sin dificultad, al difunto.

30

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


En este patio, sito en el interior de la actual Casa del Estudiante estuvo situada la Maqbara de Valladolid Las gentes que utilizaron esta necrópolis fueron los mudéjares, musulmanes residentes en los reinos cristianos, posiblemente llegados a la ciudad desde los territorios meridionales de la península a medida que los cristianos avanzaban hacia el sur. Se dedicaban fundamentalmente a actividades artesanales (albañiles, alfareros, hortelanos, carpinteros…) y al comercio, llegando a ser un grupo importante e integrado en la vida de la ciudad. Durante los siglos XIII y XIV un buen número de ellos habitaba en el barrio de San Martín, perdurando hasta nuestros días el recuerdo de su presencia en la zona en el nombre de la calle de los Moros. La convivencia armónica con la sociedad cristiana debió quedar en cierta medida rota en los inicios del siglo XV, cuando una ley de 1412 obligó a todos los musulmanes de Castilla (del mismo modo que a los judíos) a recluirse en barrios segregados, las famosas aljamas. Los mudéjares vallisoletanos ocuparon la llamada aljama de Santa María, situada alrededor de la calle del mismo nombre. Este hecho debió marcar el abandono del cementerio del Prado de la Magdalena, donde no se han encontrado enterramientos del siglo XV, por lo que es de presumir que los musulmanes buscarían un lugar más cercano a su aljama. Pero pese a su segregación física, la actividad de estos laboriosos artesanos continuó y su importancia dentro de la sociedad vallisoletana fue en aumento, llegando a participar durante el siglo XV en levantamientos políticos junto con el resto de los estamentos de la ciudad. Su integración fue tal que cuando en 1502 una nueva ley obliga a los musulmanes a abjurar de su fe o a abandonar Castilla, la mayoría de los mudéjares vallisoletanos se convierten, al menos nominalmente, al cristianismo. …No cubrirán su faz ni el polvo ni la humillación: esos son los huéspedes del paraíso. Ellos vivirán en él eternamente (El Corán, azora 4, 27/26)

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

31


Ventura Pérez Sunday, May 15, 2011 Convento de los Capuchinos Ventura Pérez es un personaje vallisoletano, nacido en 1704 y muerto en 1784, que escribió un Diario en el que se recogen los acontecimientos ocurridos en Valladolid durante el siglo XVIII y amplió la Historia de Valladolid que había escrito en el primer cuarto del siglo XVII Juan Antolínez de Burgos, enriqueciéndola además con dibujos de los edificios más destacados del Valladolid de aquella época. Estas dos fuentes históricas de primera línea son primordiales para entender el siglo XVIII vallisoletano y también el español. Convento de San Francisco Ventura Pérez nació en Valladolid en 1704. Siguiendo siempre su Diario, sabemos que aprendió a leer, escribir y contar en una escuela de primeras letras para pobres, lo que le permitió superar la barrera del analfabetismo. En 1715 entró como Monaguillo en la Catedral de esta ciudad. Estudió órgano durante cinco años con Tomás Barcenilla, organista de la Catedral de Valladolid, terminando estos estudios hacia 1727. Fue organista durante resto su vida de la iglesia de El Salvador de Valladolid. Con poco más de 20 años, aprende el oficio de ensamblador, participando en obras como la sillería de coro del Convento de San Francisco de Valladolid (hoy en el Museo Nacional de Escultura de esta misma ciudad). El ensamblador se casa en 1736, a los treinta y dos años. Fruto de este enlace fueron cinco hijos, de los que sólo uno sobrevivió a su padre. Ventura Pérez siempre vivió muy modestamente, con unos ingresos muy humildes y sus últimos años los pasó sin recursos y recogido en casa de su hijo, muriendo en 1784 y siendo enterrado en la iglesia de El Salvador de Valladolid. Iglesia del Val En el Diario de Valladolid que escribió durante toda su vida, quedan constatados los acontecimientos ocurridos en Valladolid en aquella época. Es muy interesante el punto de vista del autor, que no pertenece a las élites, sino a las clases populares y nos transmite fielmente el universo sacralizado, sin barreras entre lo sacro y lo profano, en el que vivían. Son protagonistas del Diario las fiestas religiosas, contadas con todo lujo de detalles y haciendo hincapié en las procesiones y toques de campanas.

32

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


Convento de San Diego También aparecen en él lo que hoy calificaríamos como sucesos (accidentes, asesinatos...) y cuestiones políticas y de abasteciemiento. Por todo esto, es una fuente de primera mano sobre la vida en España en el siglo XVIII. Su otra obra es la «Historia de la mui noble y mui Leal Ciudad de Ball[adoli]d, Recojida de Varios autores en este año de 1759» (No confundir con la "Historia de la muy noble y leal ciudad de Valladolid, desde su más remota antiguedad hasta la muerte de Fernando VII" de Matias Sangrador) cuyos dos tomos manuscritos y aún inéditos, se encuentran en la Biblioteca Nacional de España. Tomando como base la Historia de Valladolid de Juan Antolínez de Burgos, escrita en las primeras décadas del siglo XVII, Ventura Pérez la amplió, desarrollándola hasta mediados del siglo XVIII. La aportación más interesante son los dibujos que se incluyen, que muestran las fachadas de los edificios más importantes del Valladolid de aquella época. Como muchos de estos edificios se han perdido, los dibujos son una fuente extraordinaria para conocer su morfología. Los dibujos son infantiles y algo torpes y en ocasiones las proporciones no están bien reflejadas, pero son expresivos. El único hijo de Ventura Pérez que le sobrivivió fue Diego Pérez Martínez, pintor y académico, autor de varios interesantes dibujos del Parque del Campo Grande y Paseo de las Moreras fechados en 1788. Durante algún tiempo, fue Alcalde de Valladolid. -Fuente: Wikipedia

Cristo atado a la columna de Gregorio Fernández Wednesday, May 18, 2011 Por José Delfín Val El 16 de junio de 1623 Gregorio Fernández se comprometía mediante documento escrito ante la cofradía de la Vera Cruz a hacer un paso de El Descendimiento. Y para ajustar los precios de la figuras que lo iban a componer tomó como referencia las de un paso que había hecho cuatro años antes, el “Azotamiento del Señor”, para la misma cofradía. El paso proyectado iba a llevar siete figuras, como así fue y es todavía hoy; y es de sospechar que la historia del azotamiento fuera contada por el escultor con el mismo número de figuras. Bien porque el paso del Azotamiento llevaba muchas figuras de taller, o bien porque Gregorio Fernández quería superarse y mejorar paso a paso, se acordó dejar en manos del platero Francisco Díez lo que en demasía tuviera de bueno y artístico el paso nuevo con respecto al anterior, ya en poder de la cofradía. Es decir, el platero quedaba como Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

33


tasador de la obra fernandina. En la actualidad Cristo está solo y no hay sayones azotadores que envilezcan la escena. Contemplando la figura sola, la escena sin comparsas, tiene dos puntos de vista, dos sensaciones, según sea visto el Nazareno de frente o de espaldas. Cuando hemos fotografiado esta imagen –y las ocasiones en que se nos ha permitido han sido variashemos comprobado que de frente y de un costado a otro, no existe ningún mal tiro de cámara; toda la variedad de gestos que se pueden captar son estéticamente magníficos. Solamente la ofuscación artística surge cuando se fotografía la espalda, excesivamente ensangrentada, que supera con mucho la que pudieran producirse en las procesiones del siglo XVII aquellos llamados “hermanos de sangre”, muchos de ellos pagados, que asombraron a Pinheiro da Veiga porque “les escurrían cuajarones de sangre de más a libra”. La yagas marcadas por los flagelos, para mayor realidad, escribió Gregorio Fernández, “van de corcho y sangre cuajada”. Los ojos son de cristal y parecen mirar realmente. En 1626 se hizo una reconstrucción del paso añadiéndole las figuras que, supuestamente, le puso Gregorio Fernández y que en la actualidad se encuentran formando parte de otros. Pero aquella búsqueda de la autenticidad fracasó: el Cristo es hermoso en su soledad escénica y los acompañantes desvirtúan el esplendor. El paso “El señor atado a la columna” presenta un desnudo anatómico perfecto, una suave fragilidad en las manos, que no se posan en la reemplazable columna (de todo punto extemporánea), en un gesto sereno sin distorsión y una encarnación que recupera la original aplicada por el artista policromador (pudo ser Diego Valentín Díaz). Gustó tanto esta imagen, que Gregorio Fernández y algunos otros escultores se vieron en la necesidad de repetir el asunto por encargo de otras cofradías y conventos. De tal modo que cristos atados a la columna (reproduciendo la columna troncocónica de piedra llevada a Roma desde Jerusalén en 1223 por el cardenal Colonna y considerada como la auténtica) los hay en los conventos del Sacramento y le Encarnación en Madrid; en el convento de Santa Teresa de Jesús en Valladolid; en las Carmelitas Descalzas de Calahorra (Logroño) y en el convento de Santa Teresa, de Ávila. Con esta escultura de Gregorio Fernández quedó fijado el tipo de flagelado. Datos: -Autor: Gregorio Fernández, 1619-1623 -Cofradía que lo alumbra: Hermandad Penitencial de Ntro. Padre Jesús Atado a la Columna (1930) -Días: Lunes, Martes, Jueves y Viernes Santo -Procesiones en las que participa: Rosario del Dolor, Peregrinación de la Promesa, procesión de Regla de la Santa Vera Cruz y en la General de la Pasión. -Propiedad: La Cofradía de la Vera Cruz en su iglesia homónima.

Los antiguos baños públicos de la Calle Los Baños Thursday, May 19, 2011 ¿Desde cuando existían estos baños? La información más antigua que se ha podido localizar corresponde a un documentos de mediados del siglo XIII -1247- y aparece en una carta del Abad de Valladolid, en la que concierta un trueque con el Gabildo de Santa María la Mayor y refiriéndose a unas aceñas dice: "…ubi sunt site ille acense mee in Eseua prope balnea…" es decir: "…donde están colocadas aquellas aceñas mías en el Esgueva, cerca de los baños

34

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


públicos…". Esta noticia nos permite conocer que a mediados del siglo XIII estos baños no solo existían sino que debían de ser bastante conocidos puesto que sirvieron de referencia para situar otras construcciones como es el caso de las aceñas a las que se refiere el documento. Ubicación En pleno centro mercantil de Valladolid era donde se encontraban los baños públicos, en una pequeña calle que comunicaba las iglesias de Santa María de la Antigua y Santa María la Mayor con lo que más tarde sería plaza del Almirante, llamada así porque en ella edificó su palacio el Almirante de Castilla (en el solar donde siglos después se construiría el teatro Calderón). Una calle pequeña que desembocaba en la puerta de los Baños y que acabó siendo conocida como calle de los Baños (en origen calle de la Contra Rua y desde la segunda década del siglo XX calle de Echegaray). De este nombre se deduce que este establecimiento debía de ser la edificación más significativa de la calle. Estarían ubicados en la zona izquierda (accediendo desde la calle Angustias). Eran, según se refiere en el documento, unos baños públicos, o lo que es igual, que podían ser utilizados por diferentes personas, las que con toda seguridad deberían someterse a las normas de utilización que para este tipo de establecimientos solían regir (horarios, días diferentes según se tratase de hombres o mujeres, cristianos, judíos o musulmanes, precio, etc). Ubicación de los baños públicos en la desaparecida calle Los Baños (actual Echegaray) Dimensiones Desde su construcción en una fecha imprecisa probablemente del siglo XII, ocuparon un solar de esta manzana de forma irregular, más o menos triangular, con el acceso por la calle de los Baños y ocupando en esa calle una longitud aproximada de 25 m. desde la esquina de la actual calle Magaña hasta la medianería del edificio angular, en la época que estudiamos casas ocupadas primero por un tendero y luego por un sastre. A partir de comienzos del siglo XV cuando se amplían al añadírseles unas casas, la Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

35


entrada principal a estos establecimientos se realiza desde la que sería conocida como plazuela del Almirante. La antigua Calle Los Baños (actual Echegaray) Su final La construcción de la iglesia de Nuestra Señora de las Angustias, que se inicia en 1604, parece que en pricipio respetó lo que probablemente habrían sido en su día las instalaciones de los baños públicos. Será en el año 1710 cuando se inicie la cimentación de la que será nueva capilla de la Virgen y para esta nueva ubicación, la cofradía compra cinco casas al Cabildo. Probablemente estas casas hubiesen sido parte de los baños públicos y que suponemos ocupaban ese espacio. En cualquier caso y según los documentos estudiados de los años 1523 y 1537, se puede afirmar con bastante seguridad que en esos años los baños ya no funcionaban como tal establecimiento público. Fuente: Los baños públicos en Valladolid. Magdalena Santo Tomás Pérez. ISBN: 8495389-39-8

El Esgueva en la Plaza de Portugalete Sunday, May 22, 2011 Montaje de Juan Carlos Urueña Paredes El espacio urbano de Portugalete se ha visto condicionado a lo largo del tiempo por el ramal norte del río Esgueva. El cauce de este curso fluvial circulaba al descubierto, entrando desde la calle Paraíso en dirección noreste-suroeste para girar hacia el oeste a la altura de la calle Marqués del Duero, volviendo a girar, esta vez hacia el noroeste, al llegar a la altura de la iglesia de la Antigua, dirección que mantiene durante el tramo de la calle Solanilla. A su entrada en la calle Magaña vuelve a girar nuevamente en dirección sureste, continuando pegado y paralelo a la línea oriental de fachadas de esa calle hasta su entrada en la Plaza de Portugalete. El irregular régimen de este curso fluvial, con habituales crecidas que provocaban inundaciones y riadas, ha afectado de manera significativa a lo largo del tiempo a este espacio urbano. Una de las más importantes de todas fue, sin duda, la inundación del año 1788, que arrasó el centro de la ciudad, anegando muchas calles de Valladolid y destruyendo los puentes sobre el río, ocasionando destrozos de tal magnitud que se compararon con los daños causados por el incendio de 1561. Los deterioros propiciados en los inmuebles se vieron magnificados como consecuencia de la debilidad de las propias estructuras de las viviendas, realizadas con materiales endebles, deterioradas 36

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


por el tiempo y, en muchos casos, mal construidas, con cimentaciones poco profundas, circunstancia a la que se añadió la ruptura de las bóvedas que sujetaban las casas que se situaban encima del cauce, junto a los puentes (Merino Beato, 1989, II: 71-80 y 182-189; Alcalde, 1992: 89, 118). A estas antiguas viviendas, levantadas con malos materiales y con poca consistencia en su estructura, corresponderían algunas de las cimentaciones que se han reconocido en parte de los cortes abiertos en la actualidad. En el Plano de Bentura Seco podemos ver el río Esgueva atravesando toda la zona de Portugalete Todas las viviendas que se construyeron en esta zona se remodelaron tras las crecidas, levantando edificios sobre los cimientos antiguos en los mismos lugares, por lo que las nuevas edificaciones volvían a tener idénticos problemas que las anteriores, a pesar de que hay una corriente de opinión entre la ciudadanía que postula la edificación en zonas diferentes, fuera del peligro que representa el Esgueva (Merino Beato, 1989, II: 185). Para solucionar los problemas continuos de crecidas del Esgueva y la mala salubridad que conllevaba su transcurso por el interior de la ciudad, se decidió por parte de la Corporación Municipal la elaboración y realización del proyecto de cubrición del río (Virgili,1979: 101-103), ganándose espacio para el desarrollo urbano interno de la ciudad. A pesar de ser una obra costosa y compleja, el Ayuntamiento se decide a su ejecución a instancias de la Junta de Sanidad, que refleja los problemas derivados de la escasa salubridad originada por el desarrollo al descubierto de este cauce por toda la población, y donde se recogía toda la porquería, aguas fecales, suciedades y escombros del interior de la urbe; a la vez se solventaban de este modo los problemas derivados de las constantes crecidas e inundaciones del río (Virgili, 1979: 101-103; Calderón, 1991: 35-38). Tras la finalización de las obras la plaza de Portugalete se transformó en un amplio espacio diáfano que sería aprovechado para instalar un mercado con casetas de madera y una plazoleta central en el año 1866. Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

37


La cubierta de los dos ramales del Esgueva se inicia en 1848 y ya en 1890 todo el brazo norte está completamente cerrado, mientras que el sur sólo se encontraba en algunos tramos. Tras la finalización de esas obras la plaza de Portugalete se transformó en un amplio espacio diáfano que sería aprovechado para instalar un mercado con casetas de madera y una plazoleta central en el año 1866. En el caso de la calle Magaña, no será hasta el cerramiento del Esgueva cuando adquiera una fisonomía urbana, denominándose por primera vez como calle en la sesión del Excmo. Ayuntamiento de Valladolid celebrada el día 10 de abril de 1863 (Agapito y Revilla, 1982: 256), ya que con anterioridad a este espacio tan sólo se le menciona como el sitio por donde corre el Esgueva o, a lo sumo, como la “calzada del Esgueva”, dejando claro su carácter no urbanizado. Fuente: TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS PREVIOS AL PROYECTO DE CONSTRUCCIÓN DEL APARCAMIENTO SUBTERRÁNEO EN LA PLAZA DE LA ANTIGUA, EN VALLADOLID. STRATO. GABINETE DE ESTUDIOS SOBRE PATRIMONIO HISTÓRICO Y ARQUEOLÓGICO

Putas, pulgas y piojos en Valladolid Tuesday, May 24, 2011 Parecía una opinión generalizada entre los viajeros extranjeros que pasaron y vivieron en Valladolid, a principios del siglo XVIII, que esta ciudad era poco recomendable, desde el punto de vista higiénico. Sin embargo, las "Ordenanzas para el buen gobierno de la república de Valladolid" del año 1549, así como las posteriores reediciones de siglos sucesivos, hasta la última del año 1886, hacen gran hincapié en la limpieza de las calles. Tal es así que la segunda ordenanza se titulaba "Para todo lo que toca a la limpieza del pueblo" contando nada menos que con 15 capítulos. En este sentido, resulta algo difícil hacerse una idea sobre los sistemas de limpieza e higiene de que disponían las ciudades, villas y pueblos en la época medieval y moderna; aunque se puede concluir que debieron ser penosos. Si lo era en una ciudad como Valladolid, comparada con las mejores de Europa: Arras, Bruselas ¿cómo imaginar las poblaciones de menor tamaño? No existía en las villas y pueblos un sistema de alcantarillado, ni canalizaciones, ni desagües, eran las mismas calles que hacían esa función, "las necesidades naturales …se hacían en cacharros y orinales que todos los días se vaciaban en las calles", según describe el viajero Vital. T. Pinheiro es más descriptivo: "…y porque cuanta suciedad y estiércol y pudrición hay en las casas se echa en las calles sin castigo, todas las noches, aún allí donde pasa el río por las puertas …y en lloviendo media hora se reblandece esta brotando lodo que da por la rodilla…". Si existían, en cambio, en algunas viviendas los "pozos negros", los cuales una vez saturados construían otros en la tierra natural. Las necesidades naturales …se hacían directamente donde daba el apretón o en 38

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


cacharros y orinales que todos los días se vaciaban en las calles Esto tenía su contrapartida pues las aguas filtradas de numerosos pozos llegaban a los niveles freáticos contaminándolos. ¿Y el estado de las calles? Parece que parte de ellas se encontraban empedradas. Tenemos noticia de que entre 1497 y 1502 la calle de las Damas (hoy Leopoldo Cano) debió ser empedrada; también la calle "que es comienza desde la casa de carrança …y va hacia la iglesia de sant salvador…(año 1499)". En ellas se vertía todo tipo de inmundicias, de otro modo las Ordenanzas no harían tanto hincapié en esos aspectos. Según señala las prohibiciones de los capítulos 3, 4, 5 de la Ordenanza II: la número 4 dice: "Ningún persona vacié a las puertas caldo de tripas"; la nº 8: "Que en los albañales de las casas no se hechen vacinadas ni mal olor". A ello hay que añadir la existencia de los dos ramales del río Esgueva que pasaban por el centro de la villa y hacían las veces de cloacas, referido en el quinto capítulo de la Ordenanza II "No se pueden hechar en las esguevas ni ríos cueros a curtir". En fin, que las Ordenanzas estaban hechas para ser transgredidas, el resultado del estado de las calles y la ciudad lo describen viajeros com el francés B. Joly; al llegar a Valladolid dice que "entramos por sucias y fangosas avenidas. Es la más sucia tierra de España, y de más lodo"; también el portugués T. Pinheiro, gran adulador de la ciudad escribe, con olor pestífero… de modo que no dura la vida en Valladolid la mitad que en Lisboa, porque come un polvo en verano y lodo en invierno". Al rio Esgueva iban a parar todos los desechos e inmundicias El relato del arquero real holandés Enrique Cock es descorazonador: "Valladolid, tiene en abundancia, pícaros, putas, plaitos, polvos, piedras, puercos, piojos, pulgas, y de continuo nieblas que el día casi se iguala con la noche", para a continuación equiparar a Valladolid con un corral de vacas, si se le compara con Flandes, Roma o Venecia. A todo este cúmulo de aspectos ambientales negativos en los que se desarrolla la vida en los núcleos urbanos, si se le añaden años de malas cosechas o inundaciones (que la hubo y numerosas), se obtienen todos los elementos para que las enfermedades prendiesen inmediatamente en la población originando las temibles "pestes". Años de grandes mortandades fueron 1437, 1441, 1457, 1478, 1488, 1495. En el siglo XVI también fueron cíclicas, la de 1507, año en que se cerraron las puertas de la ciudad; la Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

39


de 1517 originó que la Corte, Chancillería y acaudalados huyeran de la ciudad; la de 1527, y la década de los años 90 fueron terribles, hasta desembocar en la temible pestilencia del año 1599, que causó una mortandad aproximada de unos 500.000 individuos en todo el país. Las enfermedades prendieron inmediatamente en la población originando las temibles "pestes" Hemos de pensar, sin embargo, que estos testimonios sobre Valladolid parecen algo exagerados. Para enmendar todas esas "pes" de Cock que cuelga a Valladolid, está el vallisoletano Dámaso de Frías, quién en su alabanza a la ciudad, no deja lugar a dudas al referir que "si el mundo fuera huevo, Valladolid fuera la yema". -Fuente: Historias de Valladolid. (Miguel Ángel Martín Montes). ISBN:84-95389-95-9

La antigua iglesia de la Sagrada Familia Thursday, May 26, 2011 Estado de la iglesia de la Sagrada Familia poco antes de su demolición, a finales de la década de los sesenta. (A.S. Familia, sin signaturar). En 1898 llegaba a los oídos de García Crespo, párroco de San Ildefonso que desde hace unos años buscaba unos terrenos para levantar una iglesia que ayudase a su parroquia en el cumplimiento de de sus “deberes religiosos y […] la administración de los Sacramentos a los enfermos”, la intención de un conocido industrial de la ciudad, don Pedro Pardo Urquiza, y su mujer, doña Ángela San José Goicoechea, de costear la construcción de una iglesia. En agosto de 1898 se solicitaba la licencia de obras para levantar la nueva iglesia en los solares existentes entre los antiguos números 42 y 44 del Paseo de Zorrilla y su Fielato. El arquitecto elegido para llevar a cabo los planos no sería otro que Jerónimo Ortiz de Urbina, auxiliándole su hijo Antonio en las labores de maestro de obras. La primera piedra se colocaba el 1 de marzo de 1899. Asimismo, la conclusión de la obra llegó siete meses más tarde. El 15 de octubre se inauguraba y bendecía la iglesia, celebrándose “un suntuoso novenario a la Sagrada Familia” (a quien estaba dedicado el templo), según palabras de González García-Valladolid. El día de la inauguración de la iglesia Jerónimo Ortiz de Urbina había proyectado una iglesia de cruz latina de unos 20 metros de largo, ocupando su única nave 13,50 metros de largo y 8 de ancho, el crucero 7 40

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


metros de largo y 2,80 de ancho y el ábside, semicircular, un radio de 3 metros. En cuanto a la altura del edificio se pensó en dar 10 metros por el exterior. La superficie total sería de unos 300 metros cuadrados. La fachada adquiría, un cierto aspecto que podría evocar a las construcciones románicas. Las obras no terminaron en la erección del cuerpo de la iglesia, sino que también se levantó, lógicamente, una sacristía, en el lado de la Epístola y a la altura del ábside. A su vez, esta construcción comunicaría con la casa del capellán y la del sacristán, proyectada ya en 1903. Con el transcurso de los años, la iglesia apenas sufrió modificaciones. En 1906, Pedro Pardo Urquiza hizo colocar una cancela de hierro, adosada a la fachada, con el objeto de “defender la puerta de madera de entrada a la iglesia y evitar que los chicos jueguen en el espacio que queda desde la línea exterior de la fachada hasta la puerta”. Sin embargo, no fue hasta 1937 cuando la fachada principal se cerraba por completo gracias a una verja decorativa. En cuanto al interior, en 1931 la junta directiva de la “Pía Unión” de San Antonio de Papua, presidida por doña Ángela San José Goicoechea, solicitó la edificación de una capilla dedicada al santo, coincidiendo así con el séptimo centenario de su muerte. En este sentido, no dudamos de que la dirección del proyecto corriera a cargo de Antonio Ortiz de Urbina. Ésta, adosada a la iglesia, en el último tramo de la nave y apoyándose en el crucero, debía abrirse al interior por medio de un gran arco de medio punto. Sin embargo, la falta de datos nos ha impedido constatar su construcción final. A finales de la década de los sesenta, la comunidad franciscana, propietaria de la iglesia, negoció con diversas sociedades constructoras para la venta definitiva del solar. Ésta, cerrada al público ya desde el 11 de octubre de 1967 sería vendida a un particular, que trasladó su fachada, piedra a piedra, a una finca particular, hoy de nombre “Los Álamos”, en las afueras de Valladolid, inmediata al Camino Viejo de Simancas. Bendecida el 21 de agosto de 1971, hoy día todavía al menos esta parte del edificio se conserva, adosada a un cuerpo de iglesia, en inmejorables condiciones de conservación. La iglesia sería vendida a un particular, que trasladó su fachada, piedra a piedra, a una finca particular, hoy de nombre “Los Álamos”, en las afueras de Valladolid. Aunque solamente la fachada fue llevada a esta finca, desde un principio se pensó en mantener, lo máximo posible, la imagen arquitectónica de la iglesia. De ahí la creación de una sola nave de tres tramos y la colocación de grandes ventanales entre contrafuertes. Se trata de un lugar apartado, solitario y en medio de un jardín, donde resalta aquel estilo neorrománico que con el paulatino crecimiento urbanístico del Paseo Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

41


de Zorrilla había quedado, desgraciadamente, descontextualizado –la iglesia se situó entre edificios que la superaban en altura, donde hoy se levanta el actual número 74 del Paseo de Zorrilla, c/v a la de la calle Tres Amigos.

Ver mapa más grande -Fuente: El Valladolid de los Ortiz de Urbina. Arquitectura y Urbanismo en Valladolid (1852-1936). Fco. Javier Domínguez Burrieza. ISBN:978-84-96864-51-1

La condesa Doña Eylo Sunday, May 29, 2011 Se casó con el Conde Don Pedro Ansúrez. Aportó a este matrimonio las propiedades y casas principales del patrimonio de la familia, que se encontraban en las extensas comarcas de Tierra de Campos y Liébana. Tuvieron cinco hijos: Mayor, María, Urraca, Alfonso y Fernando. Mayor se casó con el famoso Alvar Fáñez de Minaya, personaje de confianza de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid. Muerto Alvar Fáñez en Segovia en 1114, durante un tumulto, su viuda contrajo nuevo matrimonio con Martín Pérez, señor de Tordesillas. Su descendencia formó el linaje de Meneses, la casa nobiliaria más importante de tierra de Campos hasta mediados del siglo XIV. Y María contrajo matrimonio con el conde de Urgel, Armengol V, aportando en dote matrimonial la recién engrandecida villa de Valladolid. Aunque en Valladolid ya había un núcleo importante de población en torno a lo que hoy es la Plaza de San Miguel, a la tarea del conde Ansúrez y de su esposa, doña Eylo, se debe el auge, promoción y engrandecimiento de Valladolid, que se transforma de aldea modesta en una villa que es el centro de un mercado comarcal (Armando Represa). Tras la tarea de este matrimonio, deja de hablarse de “Valladolid en el territorio de Cabezón”, para hablarse del “territorio de Valladolid”. Doña Eylo y su marido edificaron, hacia el año 1074, su palacio (convertido posteriormente en el Hospital de Esgueva). Siguiendo el espíritu dominante en la época y con fervor religioso, mandaron construir la iglesia condal de Santa María de la Antigua, la Colegiata de Santa María la Mayor, la iglesia de San Nicolás, el barrio de San Martín, y el Puente. Es de destacar que en las inscripciones siempre aparece que las fundaciones de estas iglesias las hicieron el conde Don Pedro Ansúrez y su mujer, la condesa Doña Eylo. A la muerte de ella, sobre los años 1111-1114, el conde ofreció a la Colegiata, en sufragio de su 42

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


alma, sus propiedades de Fuensaldaña. La construcción del Puente Mayor fue iniciativa de la condesa, llevada a cabo cuando su esposo se encontraba ausente, ya fuera luchando contra los moros del reino de Sevilla, acompañando al monarca en el destierro de Toledo o luchando contra el hermano del rey, Sancho II de Castilla. En reconocimiento por sus servicios y lealtad, el rey Alfonso VI de León le concedió el señorío de Valladolid en 1073. La condesa quería dar una alegría a su marido cuando regresara, para mitigar la pena de saber que el primogénito de ambos había muerto a los pocos días de partir él a la guerra. Pero sobre todo, el puente permitiría repoblar el núcleo inicial con familias procedentes de los señoríos que pertenecían a su familia o a la familia del conde, como Carríon, Saldaña y el valle de Liébana. Efectos atribuídos al Conde Ansúrez y a su esposa doña Eylo. (Museo Arqueológico de Valladolid) La construcción del puente era de vital importancia, pues el Pisuerga aislaba a la escasa población vallisoletana, que para trasladarse al norte tenía que desplazarse hasta Cabezón o Simancas y cruzar el río por los puentes que allí existían. La construcción del puente (hacia 1080) supone la transformación de Valladolid y la rápida comunicación con los pueblos de la otra orilla. Era un puente medieval: tendría un perfil abombado, más elevado en el centro que en los márgenes, con arcos de medio punto, luego apuntados, según las técnicas del gótico, y posteriormente, otra vez de medio punto. Parece ser que en la primera construcción el puente era más estrecho y luego el conde lo hizo ensanchar. Con el paso de los siglos, la construcción del Puente Mayor hada origen a algunas leyendas. En 1872, una escritora que residía en Valladolid, doña Eduarda Feijóo de Mendoza, escribió una novela que calificó de “Leyenda tradicional” con el título de El Puente Mayor, y el Ayuntamiento costeó la edición. Según esta leyenda, el malvado moro Mohamed se enamora de una criada mora (que luego resultaría ser la sultana Zoraida, hija del Emir de Ronda). Como los condes no le dan sus consentimiento para casarse, jura vengarse. Cuando doña Eylo le encarga a este moro la construcción del puente, lo hace muy estrecho, para que en caso de defensa no pudieran caber en él muchos hombres armados. Cuando regresa el conde advierte su angostura y un peregrino misterioso (que resulta ser el conde y señor de Llobregat), se ofrece a ensancharle. Se enamora de Zoraida, ésta se bautiza, y se casan. En 1892, periodista Antonio Martínez Viérgol publicó otra leyenda no menor fantástica, en verso, titulada también El Puente Mayor, y en este caso es el diablo el encargado de construir el puente. Obra de la condesa fue también el Claustro de Las Emparedadas, en la iglesia de la Antigua, construido para recoger en él a las mujeres que se llevaban mal con sus maridos y se encerraban por propia voluntad de por vida. Mujer llena de virtudes y de merecimientos, y modelo de esposa y madre ejemplar, mereció la distinción por parte del rey Don Alfonso VI de encomendar al matrimonio la crianza y educación de su hija, la princesa Doña Urraca, más tarde reina de Castilla y León. -Fuente: Mujeres ilustres en Valladolid. Siglos XII-XIX. José Ramón González García, Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

43


Mercedes Rodriguez Pequeño, Elena Maza Zorrilla y Margarita Torremocha Hernández. ISBN: 84-95389-61-4

La Plaza de la Cruz Verde Tuesday, May 31, 2011 Por Jaquín Martín de Uña A un vallisoletano de nuestros días puede no resultarle familiar el nombre de la plaza en que confluyen las calles de Alonso Pesquera, José María Lacort, Mantería, Labradores y Tudela, pero es suficiente conocer que el distintivo de las cofradías penitenciales de la Santa Vera Cruz es generalmente dicho símbolo pintado, bordado o dibujado en el expresado color, con el que se identifica la cruz en que fue crucificado Jesucristo y que para los católicos constituye el Árbol de la Vida, en oposición al Árbol de la Ciencia, del Bien y del Mal, en el que sitúa la Biblia el fruto por el que nuestros primeros padres fueron expulsados del Paraíso Terrenal, por lo que representa el Árbol de la Muerte. El nombre le viene a la plaza de una hornacina, existente en el siglo XVI, que daba cobijo a una cruz del repetido color, que había colocado la parroquia de San Andrés en honor de la Cofradía Penitencial de la Santísima Vera Cruz de Valladolid, debido a las fraternales relaciones mantenidas entre ambas agrupaciones, entre las que se contaba el que la penitencial enterraba en el cementerio de la parroquia, los cadáveres de ajusticiados que no se inhumaban en el Convento de San Francisco. El paso del tiempo hizo desaparecer la hornacina, la cruz y el cementerio (no así la antigua parroquia y la más antigua de las penitenciales vallisoletanas), permaneciendo, no obstante el nombre por el que se conoce la plaza desde que Lope de Rueda, en su Corral de comedias, situado según Don Narciso Alonso Cortés, entre las actuales calles de Alonso Pesquera y Don Sancho, cuando el autor y actor fue contratado (con un salario de 4.000 maravedíes, igual que el de un corregidor) para componer “autos y danzas para las fiestas que se an echo y azen el día de Corpus Xte”., sabiéndose que el gran autor residió en nuestra ciudad durante los años 1551 a 1559.

44

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


La peatonalización de la calle Mantería, que ocupó parte de la antigua plaza, así como la ordenación de la zona, ha convertido a la actual plaza en un espacio irregular, incómodo para los peatones, a quienes lo alargado de la actual plaza obliga a cruzar por pasos muy distantes entre sí, mientras que una falta de rigor en las alturas y estilos de los edificios que la componen, hacen que el lugar se recorra, generalmente a buen paso. La Plaza de la Cruz Verde según el plano de Bentura Seco de 1738 Todo ello sin un solo recuerdo al pasado esplendor y a los elementos que configuraron en el siglo XVIII a una de las plazas con más vida y más apreciada por los vecinos de uno de los barrios más castizos de la ciudad: El barrio de San Andrés.

Ver mapa más grande -Fuente: Paseos por la ciudad. Por su historia, en el recuerdo y con la imaginación. (Joaquín Martín de Uña). ISBN: 84-932336-1-7

La Catedral de Valladolid más allá de la leyenda Wednesday, June 01, 2011 Todas las ciudades tienen un rincón, un edificio o un elemento natural que los representa de forma especial. En Valladolid, existe una construcción, plantada en una de las zonas más elevadas de la ciudad, que puede divisarse desde muy lejos y que lleva más de cuatro siglos anunciando a los viajeros su llegada a destino: la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción. Nuestra Catedral fue proyectada por un famoso arquitecto del siglo XVI, Juan de Herrera, y desde entonces ha sido un tema de preocupación para los vallisoletanos, que siempre han suspirado por verla concluida. Juan de Herrera Por Valladolid corre, desde tiempos inmemoriales, una leyenda que atribuye al rey Felipe Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

45


II –vallisoletano ilustre donde los haya…-la culpa de que la Catedral haya llegado a nosotros inacabada. A comienzos de 1561, este monarca decidió que su Corte abandonara Valladolid para instalarse en Madrid; decisión que dejó a su ciudad natal sumida en una profunda crisis. La leyenda explica que Felipe II necesitaba un gran arquitecto para llevar a cabo sus planes para el futuro Monasterio de El Escorial y que, automáticamente, pensó en Juan de Herrera, sin importarle el trabajo que estaba realizando en Valladolid. La tradición nos cuenta, por lo tanto, que Herrera abandonó la Catedral de Valladolid para dedicarse por entero a El Escorial. Monasterio de El Escorial Esta historia, así contada, ha hecho que los vallisoletanos hayamos mirado con algún recelo a Juan de Herrera e incluso al mismísimo Felipe II. Y que, incluso, hayamos desarrollado cierto rechazo hacia nuestra Catedral; quizás por recordarnos aquel momento de nuestra historia en que pasamos a ser “segundo plato” de la realidad nacional. Sin embargo, ya va siendo hora de que nos reconciliemos con este episodio de nuestro pasado y con este magnífico elemento de nuestro patrimonio arquitectónico. Para hacerlo, tan solo será necesario que pongamos en claro qué hay de cierto en la presunta historia de la construcción de nuestra Catedral. Enseguida comprobaremos que, como casi siempre ocurre, el saber no sólo no ocupa lugar sino que puede ayudarnos a corregir errores que, como este nos lleva a ser injustos con la Historia y sus personajes. El proyecto de Juan de Herrera La construcción del Monasterio de El Escorial se realizó entre 1563 y 1584. Por su parte, la Catedral de Valladolid comenzó a edificarse en 1582. Esto es, cuando Juan de Herrera aceptó el encargo para la ampliación definitiva de la antigua Colegiata de Valladolid que, años después se convertiría en “catedral”, el Monasterio estaba prácticamente terminado. Lo que realmente ocurrió fue que el famoso arquitecto, una vez realizado el proyecto de la nueva “colegiata” vallisoletana, delegó la 46

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


dirección de obra en un arquitecto de su más estricta confianza y de gran prestigio: Diego de Praves, Juan de Herrera regresó, entonces a Madrid y continuó trabajando en muchos otros proyectos hasta el final de sus días, en 1597. ¿Por qué, entonces, la Catedral de Valladolid no está acabada? Escuchemos a la Historia. A principios de los años 80 del siglo XVI, el arquitecto cántabro Juan de Herrera proyectó una Iglesia Mayor para Valladolid, de tres naves, sobria decoración, altura ilimitada, numerosas capillas, predominio del ritmo horizontal y dos imponentes torres que flanqueaban la portada de sus pies. Cuando los canónigos examinaron los planos de Herrera, al momento se imaginaron a sí mismos paseando por aquellas naves de gran tamaño, que serían como las del Templo de Salomón en Jerusalén pero en pleno corazón de Castilla. Como la obra iba a suponer un gasto enorme, Felipe II se encargó de garantizar que el Cabildo tendría ingresos suficientes para sufragarlo. Para ello le concedió el monopolio de la impresión de la Cartilla de la Doctrina Cristiana, con la que alfabetizó y catequizó a los niños, a éste y al otro lado del océano Atlántico. En total, durante varios siglos, la catedral se benefició de la venta de ¡70 millones de ejemplares! de esta Cartilla. Vista desde la Plaza de la Universidad Aun así, el dinero aportado por el Obispado –desde su creación en 1595- no era complemento suficiente para sufragar la construcción y las obras fueron lentas desde su comienzo, hasta paralizarse tras el fallecimiento de Felipe II. La nueva Colegiata había ganado la condición de Catedral en 1596, una vez que Valladolid obtuvo el título de ciudad; pero, desde entonces, las obras tomaron un ritmo tedioso que parecía no tener fin, a pesar de las modificaciones y los recorte hechos al proyecto inicial de Herrera. En medio de aquel hartazgo, con una Catedral que lo era sobre el papel pero que apenas ejercía como tal en la práctica, en 1688 el Cabildo acordó inaugurar lo que se había construido hasta aquel momento, lo cual se llevó a efecto en una solemne ceremonia. La Catedral vista desde la Iglesia de la Antigua En los primeros años del siglo XVIII, el Cabildo consiguió levantar la torre de la nave del Evangelio (la torre de la izquierda si miramos de frente a la Catedral). Esto supuso un Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

47


gran logro, dado que iba a albergar las campanas del templo. La torre era muy esbelta y vistosa y no tardó en ganarse el apelativo de “la buena moza” entre los vallisoletanos. En 1729, el arquitecto madrileño Alberto Churriguera recibió el encargo de continuar con la obra de la Catedral. A él debemos la construcción del cuerpo superior de su fachada principal y probablemente el controvertido atrio con el que se salva la diferencia de altura de la misma con respecto a la calle a la que se abre. Como muchos otros edificios del patrimonio monumental español, la Catedral de Valladolid sufrió el envite del devastador “terremoto de Lisboa” de 1755. La torre se resintió y, finalmente se derrumbó un siglo después, en 1841. Con el paso del tiempo, nuestra Catedral fue sufriendo otras…”amputaciones”. A comienzos del siglo XX, se desarmó la reja del XVIII que cerraba el coro, para que el interior del templo ofreciese un aspecto más “abierto”. Hoy, la reja se exhibe en el Metropolitan Museum de Nueva York, en una de sus salas principales. A finales del siglo XIX, se edificó una nueva torre, esta vez en el lado de la Epístola (a la derecha si miramos de frente a la Catedral). La nueva torre quedaría rematada, en 1923, por una cúpula y una escultura del Sagrado Corazón de Jesús. Durante todo el siglo XX se sucedieron reformas interiores en la Catedral: se eliminó el coro de la nave central, se construyó una tribuna para albergar el nuevo órgano, se instaló el retablo mayor obra de Juan de Juni… Nuestra Catedral no cesó en su empeño por encontrar su identidad y mostrarse espléndida ante sus fieles y ante la ciudadanía en general. Dibujo de Miguel Ángel Soria Atrás quedó el rumor legendario que durante siglos nos hizo dar por cierto una historia de abandonos, traiciones y fatalidades. La Catedral de Valladolid ha sido testigo de excepción de nuestro pasado y ha permanecido velando nuestro devenir y nuestro progreso con discreción y lealtad. En fecha muy reciente, el Ayuntamiento de Valladolid ha concluido la urbanización del entorno de la Catedral, convirtiendo el espacio que la circunda en una de las zonas peatonales más espléndidas, amplias y acogedoras de centro histórico de la ciudad. Nuestra Catedral pudo haber sido uno de los templos más grandiosos del Mundo 48

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


Hispánico, como correspondía a la catedral de la ciudad natal del poderoso Felipe II. Sin embargo, su imperfección es lo que la define en nuestros días y, posiblemente, lo que sustenta su poderoso atractivo y su arrolladora personalidad. La próxima vez que pases por su lado, ahora que sabes cuál es la verdad de su historia, guíñale el ojo. Que nuestra querida Catedral jamás se sienta sola y que sepa, siempre, que los vallisoletanos sentimos por ella un gran afecto y un respeto sin límites. -Un joven vallisoletano dispuesto a culminar el proyecto de Juan Herrera -Fuente: La Catedral de Valladolid, más allá de la leyenda. (Texto basado en el guión original de Javier Burrieza). Editado por el Ayuntamiento de Valladolid. DL: VA292/2011

El Colegio Miguel de Cervantes Friday, June 03, 2011 Pasillos y ventanales amplios, escaleras de madera, baldosas antiguas... La memoria se activa y a pesar del silencio reinante -los niños están en clase- se oye el bullicio de otros escolares, de aquellos pequeños repeinados con pantalón corto y blusita, y esas niñas con guardapolvo y lazo en el pelo con los colores de la bandera nacional, que acudían a la primera escuela pública en el populoso barrio de Las Delicias. El recuerdo de la historia pone en funcionamiento la máquina del tiempo y nos devuelve a enero de 1931, Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

49


pocos meses antes de que se proclamara la II República. Uno de los primeros claustros de profesores Era el 10 de enero, sábado, cuando se inauguraba oficialmente el grupo escolar Miguel de Cervantes con la asistencia de autoridades como el arzobispo Gandásegui, el alcalde de Valladolid, Federico Santander; el grupo de docentes integrado por 14 profesores, así como los 500 niños y niñas escolarizados, a quienes repartieron bocadillos y pasteles. Era todo un acontecimiento en Delicias, ya que vino a satisfacer la creciente demanda de los padres de entonces que se venían quejando al Ayuntamiento de no contar con una centro de primera enseñanza gratuita. La necesidad era evidente. A mediados de los años veinte el populoso barrio solo contaba con una escuela de párvulos y tenía censados 5.000 habitantes, de los que entre 600 y 800 eran niños. Construido sobre un solar de 56.000 pies cuadrados, fue proyectado por el arquitecto escolar Joaquín Muro Antón. «Mide dicho edificio 168 metros de perímetro por once de altura en el cual están instaladas en la planta baja seis clases capaces para 300 alumnos, dotados también de biblioteca... Son dignos de mención, en primer lugar, las grandes dimensiones de las clases con una altura de cinco metros de piso a techo, y los departamentos dedicados a lavabo, urinarios y WC con aparatos sanitarios de china blanca de la mejor calidad». El edificio, de estilo castellano antiguo y construido por Julián Varona, está actualmente catalogado y protegido. María Jesús Renedo es la actual directora del centro que, en su época de esplendor, contó con más de un millar de alumnos y que ahora tiene 180. Imagen de una de las primeras generaciones No en vano, pese a que el edificio de ladrillo caravista y piedra impresiona al visitante, esto no es impedimento alguno para que tras sus paredes las grandes aulas y los espacios altos y diáfanos de su interior estén equipados con los instrumentos educativos y tecnológicos más modernos y punteros de la capital. De este modo, en el CEIP Miguel de Cervantes se hace realidad la Escuela 2.0, siendo éste el primer centro de la capital 50

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


en desarrollar la Estrategia RED XXI. Del mismo modo, todas las infraestructuras del centro han sufrido grandes adaptaciones para responder a las exigencias actuales. La biblioteca se ha remodelado recientemente, el comedor se ha convertido en un espacio educativo más, y el patio de Infantil, dotado con numerosos juegos recreativos tradicionales, cuenta con un remozado arenero en el que los pequeños se trasladan, con su imaginación, a la playa. Las remodelaciones no cesan, pues junto a las instalaciones deportivas existentes, se ha proyectado plasmar una representación de los juegos tradicionales para que alumnos de todas las edades compaginen el ocio en su tiempo de recreo. Esto responde al interés de la Dirección del colegio en que la diversión forme parte de la educación. Pero, como se indicaba antes, las paredes hablan. Algo que el visitante percibe cuando recorre los pasillos del centro, en cuyas paredes se pueden observar numerosos murales sobre diferentes temas que cuentan el día a día de la vida e historia del colegio. Todos ellos son trabajos realizados por los diferentes sectores de la comunidad educativa: alumnos, padres, abuelos, profesores, etc. Personas que, día a día, se esfuerzan en la mejora continua colaborando y participando a través de los cauces para ello establecido. En este sentido, cabe resaltar la gran implicación del profesorado en el funcionamiento del centro, que hace que toda la comunidad educativa tenga una percepción positiva del mismo. Un éxito continuado en el tiempo que se plasma en los distintos hechos relevantes que se han producido a lo largo de su dilatada historia. Entre otros hitos, el CEIP Miguel de Cervantes fue pionero en la Comunidad en elaborar el Catálogo de Servicios y compromisos de Calidad. En 2003 fue premiado por ser un referente de Convivencia en el centro y Plan de acogida. Por último, también perdura en la memoria la visita de S.A.R. el Príncipe de Asturias -Fuente: El Norte de Castilla y El Día de Valladolid -75 aniversario del Colegio Miguel de Cervantes. (Pdf)

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

51


El callejero olvidado Monday, June 06, 2011 A Juan Agapito y Revilla se le debe la primera obra historiada sobre el callejero de Valladolid: el Nomenclator. En ella rastrea tanto el significado como la historia de las calles, cuyas denominaciones variadísimas abarcan numerosos y diversos aspectos: como el nombre de personajes, oficios varios, nombres de árboles y un largo etcétera. Sin embargo, algo que parece tan inmutable como el nombre, resulta que en el caso de las calles es de los más fútil. En este sentido, el autor censuraba el abuso que se hace al cambiar de denominación las calles “como si cada momento histórico hubiera por necesidad de dejar su impacto en el nombre de las calles”. Ejemplar original del Nomenclator Esta actividad se inicia sobre todo a principios del siglo XIX y luego se acentúa en la primera mitad del XX, tiempo en el que al vaivén de los acontecimientos políticos variaron el nombre de las calles dependiendo del color ganador del momento. Sirva de ejemplo la actual c/ General Almirante: durante el siglo XVI se la denominaba “calle que va a San Miguel”, para conocerse hasta el siglo XIX como “calle de la Cruz”, luego como “calle de Berruguete; en el año 1863 se la denominó “Rondilla del Cuartel de Milicias o Calle de las Milicias”. Otro ejemplo es el de la c/Cánovas: primero fue “Lorigueros”, luego “Frenería”, posteriormente “Chapinería”, “Pretineros”, “de Orates” y por último en 1863 se le da el nombre actual. Plano de Bentura Seco de 1738 Sin duda resultaría prolijo señalar todos los nombres de cada una de las calles del Valladolid medieval y moderno, en cambio, llaman la atención algunos nombres, ya desaparecidos, por su particular significado. Por ejemplo, entre la c/Montero Calvo y la c/Alegría había un callejón denominado “del Verdugo”, por encontrarse en él la casa del “ejecutor de la Justicia”, con anterioridad debió llamarse “calle del Lobo”, y entre medias de “Caldereros”. Como nombres curiosos la “calle de Zapico” que según Juan Agapito puede ser una corrupción de la palabra “zapito” o vasija de madera que utilizaban los pastores al ordeñar. Estaba también la “calle del Hostiero” donde se hacían hostias, y la de “Chisperos”, callejón entre c/Montero Calvo y María Guerrero, en recuerdo de las 52

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


herrerías que allí estaban instaladas y que producían numerosas chispas. En fin, “Panta rei” (Todo cambia) ya sentenciaba Heráclito en el siglo VI a. de C. -Fuente: Historias de Valladolid. (Miguel Ángel Martín Montes). ISBN:84-95389-95-9. Extracto del artículo “El callejero olvidado”.

Septiembre de 1903. Alfonso XIII visita Valladolid Wednesday, June 08, 2011 Por Godofredo Garabito En septiembre de 1903 se inauguraron en Valladolid las obras de construcción de la "Granja Experimental de Enseñanza Agrícola". Para la inauguración de las obras iba a contarse con la presencia del monarca Alfonso XIII. La visita regia era un acontecimiento al que la ciudad, cuna de reyes, estaba habituada. No en vano habían estado en ella en el último siglo Fernando VII, Isabel II, doña María Cristina y Alfonso XII. De cualquier modo, exigía lógicamente ultimar los preparativos de una manera especialmente cuidadosa. Era una tarea en la que las diversas autoridades pincianas habían de esmerarse. Pese a las dificultades económicas se acordó por mayoría una serie de puntos interesantes: 1) Inaugurar las obras de edificación de la Granja Experimental, invitando al rey a colocar la primera piedra. Se invitaría al acto a todas las corporaciones oficiales. 2) Iluminar las fachadas del palacio de la Diputación y levantar un arco conmemorativo. 3) Colaborar con el Ayuntamiento para dar solemnidad a las funciones de gala, a las representaciones teatrales y a los toros. Alfonso XIII con uniforme de gala, desciende del carruaje para saludar a los toreros que intervinieron en la corrida regia celebrada el 12 de septiembre de 1903, entre ellos Luis Mazzantini, protagonista de un brindis que primero sorprendió y después conmovió al monarca, que le regaló un alfiler de esmeraldas y brillantes. / Archivo Editorial. 4) Dar una comida extraordinaria a los asilados en los centros de beneficencia provincial. 5) Obsequiar convenientemente a los alcaldes de los pueblos durante su estancia en la capital. Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

53


En los días siguientes la prensa continuó desgranando nuevas acerca de la febril actividad provocada por los preparativos indispensables. Al fin, el viernes 4 de septiembre «El Norte de Castilla» se hacía eco del plan del viaje y estancia reales, presentado por el alcalde don Alfredo Queipo de Llano. La llegada de Alfonso XIII, en tren, estaba prevista para las 16,00 horas del día 9 de septiembre. Desde la Estación del Norte el cortejo se dirigiría a la Catedral, donde se cantaría un solemne Tedeum, tras lo cual el rey saldría para el palacio de Capitanía, donde estaba prevista la recepción oficial. Arcos de triunfo levantados en Valladolid con motivo de la visita real en 1903. entre cuyos actos destacaba la colocación de la primera piedra de la Granja Experimental que hoy ocupa la sede presidencial de la Junta de Castilla y León. Por la noche la plaza de San Pablo había de ser escenario de conciertos de música a cargo de bandas militares, así como de las actuaciones de los orfeones «Pinciano» y «Castilla», sin que faltaran las dulzainas típicas de la tierra. Para el día 10 se preveía la visita a edificios públicos y monumentos de la ciudad, además de una función de gala en el Teatro Calderón. La jornada del día 11 transcurriría entre la celebración del cumpleaños de S.A.R. la Princesa de Asturias, la corrida de toros en honor del joven rey y la función nocturna de fuegos artificiales, con iluminación de la fachada de San Pablo. Alfonso XIII firmando el acta de colocación de la primera piedra del monumento a Colón Al fin el día 12, junto con nuevos agasajos a don Alfonso, se procedería a la inauguración de la Granja Escuela, colocando su primera piedra. La última etapa de la estancia real, el día 13, quedaría henchida con una Misa de campaña en el paseo del Campo de Marte y la colocación de la primera piedra de un nuevo monumento, el dedicado a Cristóbal Colón. El rey emplearía la tarde en visitar Palencia. Por último, en la mañana del día 14 abandonaría la ciudad del Pisuerga rumbo a San Sebastián. De acuerdo con las costumbres imperantes, la visita real era ocasión que merecía un esfuerzo en el terreno de las labores asistenciales y la satisfacción de las necesidades 54

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


de los menesterosos. Por ello el Ayuntamiento acordó costear 2.000 raciones para los pobres de la ciudad durante los cuatro días de estancia del rey, a razón de 250 comidas y otras tantas cenas diarias. Así lo señalan, entre otras informaciones, la aparecida el día 5 en «El Norte de Castilla». Las noticias de prensa en los días y momentos inmediatamente anteriores a la llegada de Alfonso XIII eran ricas en detalles sobre la preparación de las estancias que ocuparía su majestad, en el palacio de Capitanía, la puesta a punto de la iluminación urbana, los últimos retoques previos al acto religioso previsto en la Santa Iglesia Catedral, obsequios preparados para el rey, ofrecimientos de vajillas de plata para servicio de la familia real, recuerdos conmemorativos del acontecimiento y un largo etcétera. Días después de la partida del monarca, el Consistorio decidió agradecer la visita regia cambiando el nombre de la popular «Acera de Recoletos», que pasaba a denominarse de «Alfonso XIII». El Consistorio decidió agradecer la visita regia cambiando el nombre de la popular «Acera de Recoletos», que pasaba a denominarse de «Alfonso XIII» Abundando en el regocijo que también habían manifestado otros medios, el semanario «Castilla», una semana después de haberse despedido el monarca, seguía haciéndose eco del orgullo irrefrenable que henchía a muchos ciudadanos y autoridades: «Ni un solo lunar ha existido en el viaje…». Incluso llega a rozar la exaltación lírica cuando, recordando el paso del rey bajo el arco levantado por la Sociedad Industrial Castellana, afirma: «Las esbeltas chimeneas comenzaron a echar humo oloroso, que completamente parecía incienso quemado en aras del trabajo y de la virtud. El espectáculo fue verdaderamente emocionante, pues desde el Sol para abajo, todo era alegría, cariño, belleza»

Procesión y desgracia. El descendimiento Friday, June 10, 2011 Por José Delfín Val Hay un paso en la Semana Santa de Valladolid que se llevó por delante la vida de un hermano de carga. O al menos así se ha creído. Esa es la razón de que le apoden “El Reventón”, aunque su verdadero nombre es “El Descendimiento”. Consta de siete figuras talladas por Gregorio Fernández entre los años 1623-1624 para la Vera Cruz y arroja un peso de 3.500 kilos. El mote viene dado por un hecho constatado por el cronista Ventura Pérez, quien en su Diario de Valladolid escribió, al referirse a sucesos del año 1741 y bajo el epígrafe Procesión y desgracia, lo que sigue: “En la procesión de Las Angustias del Jueves Santo y al sacar el paso del Descendimiento de la iglesia de la Vera Cruz quedó aprisionado debajo de él un cofrade que fue trasladado en muy grave estado al Hospital General”. No dice el diarista si el desafortunado murió de resultas del percance, pero desde Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

55


entonces el paso recibe el nombre de “El Reventón”, debido a sus tres toneladas y media de peso, que para ser bien movidas han de estar repartidas entre los hermanos de carga. En 1741 no lo estuvieron. El descendimiento Pero hagamos una breve descripción de este paso del descendimiento: De este grandioso paso fue separada la imagen de Nuestra Señora en 1757 para rendirla culto en el altar mayor con el nombre de Nuestra Señora de la Vera Cruz, siendo sustituida por una copia de menor calidad a la tallada por Fernández. La disposición de las siete figuras se conserva tal y como las montó su autor en 1624. Original y posterior copia de Pedro Sedano de la Virgen de la Vera Cruz García Chico publicó el contrato firmado entre el escultor y la cofradía por el cual y en fecha 16 de junio de 1623, Fernández se comprometía “ente Juan Jiménez y Francisco Ruiz, alcaldes ambos de la Vera Cruz, a realizar un paso en madera de la historia del Descendimiento de Cristo Nuestro Señor de la Cruz, con siete figuras que han de ser: Cristo Nuestro Señor cuando lo descendieron, Nicodemos, José de Arimatea, Nuestra Señora, San Juan, La Magdalena y un sayón, todo conforme a la traza realizada anteriormente en cera”. El momento de la pasión de Cristo que se cuenta en esta escena tiene la teatralidad propia del resto de los pasos pero en éste especialmente la secuencia tiene dos partes. Hay una escena a nivel del suelo y otra en lo alto de la cruz donde José de Arimatea y Nicodemo ascienden sirviéndose de sendas escaleras para hacer descender el cuerpo muerto de Jesús. El estudio anatómico del cuerpo muerto es perfecto y la serenidad del rostro no es precisamente la de un hombre que ha muerto en medio de semejante castigo. Este concepto está muy acusado en muchas de las obras de Gregorio Fernández en las que no permanece la violencia, sino la serenidad en los gestos. Datos: -Autor: Gregorio Fernández, 1623; Virgen, de Pedro Sedano, 1757. -Cofradía que lo alumbra: Cofradía El Descendimiento y Santo Cristo de la Buena Muerte (1939) -Días: Jueves y Viernes Santo -Procesiones en las que participa: Regla de la Santa Vera Cruz y General de la Pasión. -Propiedad: Cofradía de la Vera Cruz en su iglesia homónima. 56

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


La "Belle Époque" de la Acera de San Francisco Monday, June 13, 2011 Nada más finalizar la guerra civil, se inauguró el "Corisco", elegante café que tenía una concurridísima terraza en la Acera de San Francisco. La gente necesitaba un poco de diversión para aliviar los sufrimientos recientes. / Col. Crespo Cortejoso La acera de San Francisco era, a principios del siglo XX, cuando en la Plaza Mayor se instalaron los primeros templetes, la arteria principal de Valladolid, una especie de aorta por la que discurría el pulso lento y apacible de la ciudad. Nobles y plebeyos, señores y criados, comerciantes y empleados, militares y paisanos, paletos y carteristas, opulentos con bombín y desarrapados con boina iban y venían casi siempre sin rumbo fijo, solo con la pretensión de formar parte del retablo cotidiano de la que en tiempos fue Corte de España. En la Acera pasaban las cosas importantes, o se hacían tertulias sobre lo que había pasado e otros lugares, como en los casinos, en los cuarteles, en las iglesias o en los barrios. Durante muchos años, el del Norte fue el único café establecido en esta zona porque aunque sus dueños, José Gómez y Juana Sigler, oriundos del Valle del Pas, se establecieron en la calle Santiago, no tardaron en darse cuenta de que el negocio estaba apenas a cincuenta metros y compraron la casa que les permitió abrir también por la Acera, con vistas a la Plaza Mayor. La Acera de San Francisco fue durante mucho tiempo la arteria principal de Valladolid. Su comercio, sus cafés y, sobre todo, su paseo la convirtieron en punto de cita obligado de las muchachas casaderas y su pretendientes que debían burlar la tenaz vigilancia de las "carabinas". ¿Qué tiempos...! / Archivo Editorial Aquel café con dos puertas, que en la Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

57


actualidad se encuentra en fase de reformas fue testigo de cuantos acontecimientos tenían lugar en pleno corazón de la ciudad. Los conciertos de música de la banda de Isabel II todos los domingos y festivos desde la primavera al otoño, las ruidosas inauguraciones de las ferias, el traqueteo de los viejos tranvías, las revueltas estudiantiles y políticas y, sobre todo, el paseo. De doce a dos los festivos y de ocho a diez los días de diario, los pollos pera y las mocitas en edad de merecer establecían un código de miradas y sonrisas con la pretensión de burlar la férrea vigilancia de las carabinas que, ya entradas en años, preferían pagar los 20 céntimos que costaban las sillas distribuidas a lo largo de la Acera y seguir a distancia los inocentes devaneos de las niñas de la casa. Impresionante aspecto de la Acera de San Francisco a la hora del paseo de cualquier día festivo que, a juzgar por los coches aparcados a la derecha, debe corresponder a los felices años veinte. También para los vecinos, el ir y venir de la muchedumbre, constituía todo un espectáculo / A.M.V.A Ese pequeño desembolso por el alquiler de la silla servía también para escuchar cómodamente los conciertos, aunque los más pudientes optaban por la terraza de El Norte, donde los meses de estío se podían disfrutar sus insuperables helados de melba, melocotón, avellana, praliné, fresa o crema Tortoni, especialidad de la casa, como la gaseosa de manzana de la que se decía era el mejor refresco contra el calor. Pocas cosas había entonces tan gratificantes como aliviar los rigores del verano con una copa de helado al arrullo cercano de la mazurca interpretada por una de las bandas militares de la Guarnición o por los cuartetos de cuerda que años después contrataría el propio establecimiento para su terraza. Personajes más cercanos y humildes, pero también enormemente populares en al escena cotidiana de la Acera, fueron los limpiabotas que nacieron como gremio cuando nadie usaba zapatos, sino botas o botines, de ahí su nombre. El limpia era un cotilla simpático y adulador, además de un verdadero artista con el cepillo. -Fuente: El Templete de la Música - Jose Miguel Ortega Bariego. ISBN: 978-84-96864-13-9

El último recuerdo del tren burra. Wednesday, June 15, 2011 Desde el 11 de abril de 1987, se encuentra emplazada en la Plaza de San Bartolomé, lugar donde estuvo situada la estación del mismo nombre y como homenaje al desaparecido y entrañable Tren Burra la locomotora nº 1 (VALLADOLID) 020T Sharp-Stewart. Esta locomotora construida en 1884 fue primorosamente restaurada por Salvador Barrios Rubio, autor del libro “El ferrocarril económico de Valladolid a Medina de Rioseco (1884-1935)” cuando era responsable técnico de producción de los Talleres Generales de RENFE en Valladolid. 58

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


En la base del monumento se puede leer el siguiente texto: “Durante 85 años (1884-1969), desde la plaza de San Bartolomé, todos los días un pequeño y entrañable tren supo unir nuestra ciudad y la Tierra de Campos. Valladolid rinde ahora el más emocionado homenaje a tan querido ferrocarril”. La locomotora en los talleres generales de Renfe en Valladolid durante su proceso de restauración. Foto. Salvador Barrios

Salvador Barrios posa con la locomotora en los talleres Generales de RENFE de Valladolid durante su proceso de Restauración. Foto. Salvador Barrios La máquina y el vagón presidieron durante muchos años los juegos infantiles en el parque de las Moreras. En dicho lugar estuvo abandonada a su suerte. Por problemas de vandalismo y debido a su deterioro y maltrato fue trasladada a las dependencias municipales del matadero, para ser posteriormente restaurada. Durante la restauración, hubo que ponerle la placa con el nombre de la locomotora nº6 llamada RIOSECO y la placa del fabricante correspondiente a la nº 5 Villanubla. Actualmente se conserva en relativo buen estado en la citada Plaza de San Bartolomé. Merece ser conservada como homenaje al impagable servicio que prestó a los vecinos de esta capital durante varias décadas. Locomotora y coche de viajeros. En la Rosaleda hasta finales de los 70. (Foto Javier)

< Ver mapa más grande

-Fuente: El ferrocarril económico de Valladolid a Medina de Rioseco (1884-1935). Salvador Barrios Rubio. ISBN: 84-7852-975-6 Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

59


-Fuente: El Tren burra. Godofredo Garabito Gregorio. ISBN: 978-84-96864-32-0

La historia de Valladolid a travĂŠs de sus sellos Saturday, June 18, 2011 Desde 1850 Correos ha emitido decenas de estampas con la provincia como protagonista que permiten conocer su patrimonio, personajes y acontecimientos mĂĄs relevantes

60

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


Por Marta Recuero La historia de Valladolid está repleta de hazañas, de personajes ilustres, de un patrimonio incalculable y de cientos de acontecimientos que marcaron el devenir de España y de otros países, pero lo que pocos saben es que una parte de esos hechos han quedado plasmados en diferentes sellos de Correos que permiten conocer la crónica vallisoletana desde otra perspectiva. El primer timbre postal, el famoso Penny Black de la reina Victoria, se creó en Reino Unido el 6 de mayo de 1840 de la mano de Rowland Hill, pero en España hubo que esperar hasta 1850 para ver la primera estampa para la correspondencia local y con las colonias, aunque en este caso la protagonista del timbre era Isabel II. Eso sí, no fue hasta 1936 cuando se emitió un sello con una imagen ligada directamente a Valladolid. Se trataba de Gregorio Fernández y con la estampa se conmemoraba el centenario de la muerte del autor de algunas de las piezas más importantes de la Semana Santa vallisoletana. No ha sido el único personaje ilustre de la ciudad cuyo rostro ha quedado plasmado en una estampilla para la posteridad. Las imágenes de la escritora Rosa Chacel, el aventurero Cristóbal Colón, los monarcas Juana I de Castilla y Felipe II, el padre medinense José Acosta, Ponce de León, natural de Santervás de Campos, conquistador de Puerto Rico y descubridor de Florida, el que fuera obispo de Lima y fundador del primer seminario de América Latina, el mayorgano Santo Torivio de Mogrovejo, el comendador de Castilla y embajador de España en Roma Luis de Raquesens, el medinense Bernal Díaz del Castillo, que acompañó a Hernán Cortes en su toma de México, o el Duque de Lerma han circulado en los últimos años por toda España y parte del extranjero estampados en miles de misivas. A todos ellos hay que sumar los sellos emitidos con efigies de personajes que, sin ser vallisoletanos, estuvieron relacionados estrechamente con la ciudad del Pisuerga y su extensa provincia en algún momento de su vida. Es el caso de María de Maestu, quien estudió Magisterio en la Universidad de Valladolid, Federico García Lorca, un asiduo visitante de la capital por su amistad con Jorge Guillén, Fray Juan de Zumárraga, consagrado en Valladolid y convertido en el primer obispo de México, Pedro de la Gasca, obispo de Palencia que reedificó la iglesia Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

61


de la Magdalena, lugar en el que finalmente fue sepultado, o Antonio de Cabezón, músico de cámara del Felipe II que pasó gran parte de su vida en Valladolid y en cuya Catedral se conserva la inmensa mayoría de sus composiciones. En esta lista también se encuentra Juan Sebastián Elcano, recibido con honores en Valladolid tras dar la vuelta al mundo, Santa Teresa de Jesús, quien llegó a la capital procedente de Medina del Campo para fundar en agosto de 1568 el que sería uno de sus conventos favoritos, o el escultor Alonso Berruguete, que vivió en la calle Cuartelillo de la Merced entre 1526 y 1556, desempeñando en ese tiempo el cargo de escribano de la Real Chancillería a la par que esculpía numerosas obras que hoy pueden contemplarse en el Colegio de San Gregorio. El rico patrimonio arquitectónico de la provincia tampoco ha pasado desapercibido y son decenas los edificios que ya forman parte del catálogo filatélico de Correos. Las fortalezas de Villafuerte de Esgueva, la Mota, Torrelobatón, Fuensaldaña y Peñafiel protagonizan hasta el momento la aportación vallisoletana a la serie dedicada a los Castillos de España, mientras que en el año 1966, dentro de la serie Turística, se emitió un sello que reproducía el claustro del Colegio de San Gregorio, una de las joyas arquitectónicas de la capital. Y lo que pocos saben, salvo quienes viven en la comarca de Tierra de Campos, es que en Mayorga se conserva el buzón más antiguo de España que se conoce. Esculpido en piedra en 1793, Correos utilizó su imagen para conmemorar en 2001 el Día del Sello. En el apartado deportivo, Correos estampó para la posteridad el XII Campeonato Mundial de Gimnasia Ritmica, celebrado en octubre de 1985 en el polideportivo Pisuerga (construido para la ocasión), y creo matasellos conmemorativos de la I Concentración Olímpica de la Juventud (14 de julio de 1991), del Campeonato Mundial de Baloncesto Sub 23 (28 de julio de 1993) y del Mundial de Futbol del 82, en el que Valladolid fue una de las sedes. Y en cuanto a los acontecimientos relevantes destaca la estampilla con la que se recuerda la aprobación del Estatuto de Autonomía el 25 de febrero de 1983, por el que Castilla y León recuperó su máximo órgano representativo. Unos meses más tarde, el 21 de mayo, se constituirían las Cortes en la iglesia de Las Claras de Tordesillas. Entre las decenas de estampas con Valladolid como protagonista destaca la serie con la que se rindió homenaje a uno de los libros más alabados de otro ilustre vallisoletano, El Hereje de Miguel Delibes. Los once sellos que componen esta colección son de tarificación A, lo que significa que el franqueo equivale a una carta ordinaria de ámbito nacional (en la actualidad 35 céntimos), que fueron solicitados a la carta por un particular o asociación y que no se venden en estancos. En esta pequeña colección aparecen los escenarios principales de la novela que protagoniza Cipriano Salcedo, los mismos que recorre la Ruta de El Hereje, los palacios de Pimentel, Butrón y Fabio Nelli, el Almacén de la Judería y el Hospital de Expósitos (actual Biblioteca de Castilla y León), el Convento de Santa Catalina de Siena, la capilla de los Condes de Fuensaldaña, la Casa de Alonso Berruguete, la plaza Fuente Dorada, la Plaza Mayor, la iglesia de Santiago y la Puerta del Campo Grande. Pero todos estos ejemplos no son más que una pequeña selección del interminable inventario filatélico de Correos, al que habrá que añadir el próximo 16 de mayo uno de los sellos más 62

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


esperados por los vallisoletanos, el del propio Miguel Delibes. -Fuente: El día de Valladolid

La desaparecida estación de San Bartolomé Monday, June 20, 2011 Estación de San Bartolomé (Foto Javier) Esta estación no estuvo prevista ni en el proyecto original de la Compañía del Ferrocarril (tranvía de tracción animal), ni en los dos proyectos siguientes (tranvía de tracción a vapor y Ferrocarril económico). Los problemas técnicos y administrativos surgidos para llevar el ferrocarril hasta el centro de la ciudad de Valladolid, hicieron que la Compañía solicitara a la Administración permiso para instalar una estación provisional extramuros de la ciudad. De esta forma, se construyó una estación provisional con instalaciones para el servicio de viajeros y de mercancías en unos terrenos de reducidas dimensiones. Entrada a la estación de San Barolomé desde la Avda. Gijón En la plaza donde se asentaba la estación existió en el siglo XVI un Hospital, que se trasladó al general de Valladolid a principios del siglo XVII. Sobre las ruinas del mismo, se construyó en 1628 el convento de las monjas Trinitarias. El convento fue invadido por las tropas francesas en el año 1837, pasándose las monjas al convento de Jesús María. Sobre el solar del convento se construyó la estación. El Ayuntamiento de Valladolid en su sesión de 28 de marzo de 1884 acordó la cesión gratuita, durante un máximo de 15 años, de los terrenos para ubicar la estación provisional mientras se construía la definitiva. Si pasados los 15 años la Compañía quería seguir haciendo uso de los mismos, debería pagar un canon anual. La Compañía del Ferrocarril tomó posesión de los terrenos de San Bartolomé el día 29 de Abril de 1884. Los terrenos ocupados Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

63


medían 4608,16 metros cuadrados y se valoraron en 32257,15 pesetas. En Valladolid, cabecera de línea, nada queda de las dos instalaciones fijas con las que contó, pues tanto la estación de Campo de Béjar, ocupada hoy en día por la Estación de Autobuses, como la de San Bartolomé, desaparecieron bajo la piqueta, sin dejar rastro alguno de su existencia. El solar que ocupara la estación de San Bartolomé es hoy plaza en Valladolid. Esta plaza sufrirá varias remodelaciones a lo largo de los años. La última más importante es la inaugurada en 1987, con la asistencia del Ministro de Obras Públicas. En ella entre el parque de reducidas dimensiones y cobijado por los antiguos árboles se instalaría la máquina del tren de Rioseco, que había estado en las Moreras, y que fue restaurada por Salvador Barrios. Hoy como recuerdo de su antigua estación, la plaza de San Bartolomé sigue siendo un nudo importante, pues por ella tiene acceso a la ciudad las autovías de Palencia y León. -Fuente: El ferrocarril económico de Valladolid a Medina de Rioseco (1884-1935). Salvador Barrios Rubio. ISBN: 84-7852-975-6 -Fuente: El Tren burra. Godofredo Garabito Gregorio. ISBN: 978-84-96864-32-0

La Biblioteca histórica de Santa Cruz Thursday, June 23, 2011 Origen e historia La biblioteca de Santa Cruz es la Sección General de Fondo Antiguo de la Universidad de Valladolid, que recoge todas las obras publicadas con anterioridad a 1835 de la Biblioteca Universitaria de Valladolid y el fondo de la propia biblioteca de Santa Cruz. Fue fundada por el Cardenal D. Pedro González de Mendoza en 1483 como parte integrante del Colegio Mayor de Santa Cruz y para uso de los colegiales que estudiaban 64

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


en la Universidad de Valladolid y residían en este colegio mayor. Empieza a funcionar, por tanto, a fines del s. XV pero se sabe muy poco acerca de ella en esta primera etapa sin poder calcular el número aproximado de libros que la componían. Sus fondos se van formando por las obras que da el propio Cardenal y mediante donaciones y adquisiciones posteriores, puesto que las rentas del Colegio eran muy altas. Ya en las Constituciones que da el Cardenal Mendoza para la organización del Colegio, hay algunas encaminadas a salvaguardar los libros, a las que mas tarde se añaden otras para regular la apertura de la biblioteca nombrando un encargado de la misma que vele por sus fondos. Gracias a estas medidas pudo la biblioteca llegar con bastante integridad a principios del s. XIX. En este momento, año 1807, la Real Chancillería realiza un inventario en el que se muestra que la biblioteca poseía unos 13.000 volúmenes aproximadamente. Durante fines del siglo XVIII y principios del XIX se producen una serie de reformas y cambios en los Colegios Mayores que repercuten tambien en nuestra biblioteca que pasa a depender de distintas instituciones hasta 1850, año en el que, por Real Orden de Isabel II, queda definitivamente integrada en la Universidad de Valladolid. Actualmente, a estos 13.000 vols. hay que añadir otras 11.000 obras de la Biblioteca Universitaria a las que hacíamos referencia en el primer párrafo, procedentes de los colegios de los Jesuitas cuando fueron expulsados de España en 1767, y de las bibliotecas de las Ordenes religiosas al producirse la Desamortización de Mendizábal en 1836. La finalidad de esta biblioteca no es ser un mero depósito de publicaciones antiguas, sino ser un Centro de Investigación sobre Manuscritos, Incunables e Impresos antiguos abierto a toda clase de investigadores, a los que, con ayuda de los medios tecnológicos adecuados, poder prestar todos los servicios que demanden. Web de la Biblioteca Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

65


Leyenda del Cristo Yacente y muerte de Fernández Sunday, June 26, 2011 Por José Delfín Val Cuenta la leyenda que Gregorio Fernández, al sentirse enfermo de gravedad, quiso, antes de morir, esculpir su mejor obra para legársela a los vallisoletanos como agradecimiento y herencia. Y, en una habitación siempre cerrada a los oficiales y operarios de su taller, se puso a esculpir una figura de Jesús muerto. Uno más de la docena larga de yacentes que había tallado durante sus años de esplendor; pero que habría de ser el mejor entre todos ellos; de tal modo que contemplándolo moviera a compasión. Trabajó durante cuatro largos meses, especialmente de noche, y solo, aprovechando que la enfermedad no le permitía conciliar un sueño prolongado. Muchas noches durante ese tiempo abandonaba su dormitorio en el piso alto de la casa y bajaba al taller. Mantenía diálogos con la madera en medio del silencio. Él sabía que su Cristo yacente estaba dentro de aquel bloque de pino cortado en buena luna; y movido por una fuerza interna del espíritu, poco a poco fue quitando la madera sobrante para que la escultura saliera a la vida de los hombres. Cuando terminó la obra, terminó la vida del escultor. Un día abrieron aquél cuarto y apareció el yacente. Y su amigo, el pintor Diego Valentín Díaz, lo policromó llorando la muerte del escultor.

66

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


La "Gran Vía " vallisoletana. Un proyecto que se topó con la Iglesia. Tuesday, June 28, 2011 Vista aérea de la calle de las Platerías, la iglesia de la Vera Cruz y la calle de Felipe II al fondo: lo que pudo ser y no fue La idea de abrir grandes vías en la ciudad se desarrolló ya en el siglo XIX y fue recogida posteriormente en el Proyecto de Ensanches y Reforma Interior de César Cort en el año 1938. Llevar a cabo la vieja idea de unir el centro tradicional de Valladolid con la antigua carretera de Burgos, que llegaba a la ciudad desde Cabezón, por Santa Clara y Cadenas de San Gregorio, hacia necesario, por el otro lado, prolongar la calle de Platerías hasta la plaza de San Pablo y la vez, con una pequeña reforma, enlazarla con las calles Duque de la Victoria y de Gamazo, uniendo así lo que todavía se entendía como el centro de la ciudad (la Plaza de San Pablo) con la Estación. Tramo norte del proyecto, desde la iglesia de la Vera Cruz hasta la salida por la Avda de Burgos Para realizar tan ambicioso proyecto se tendría que haber derribado la iglesia de la Vera Cruz y también al ampliar la calle de Cadenas de San Gregorio se habría derribado el palacio de Villena (anterior Gobierno Civil y hoy dependencia del Museo). Tramo sur del proyecto, desde la iglesia de la Vera Cruz hasta la estación de ferrocarril Es decir, un plan que suponía la trituración de la ciudad histórica. Tan osado y devastador programa no pudo llevarse a cabo, una vez más, no por una pretendida defensa de los vestigios históricos como por el extraordinario dispendio que semejante proyecto entrañaba. No obstante, la herencia del plan Cort resultó traumática para el urbanismo vallisoletano. Reconsiderando el proyecto, se optó por buscar otra vía de entrada. Aún así, acabó trazándose la calle de Felipe II, que quedó estrecha en comparación con el proyecto, que pretendía enmarcar al fondo la fachada de San Pablo, que por eso hoy se ve descentrada del eje de la calle. Valladolid se quedó sin su gran vía, que podría haberse comparado con la Gran Vía madrileña, la Vía Layetana

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

67


barcelonesa o la Gran Vía de Granada, ¿mereció la pena huir de la modernidad para conservar el pasado? -Fuentes: -La ciudad, escenario para unos protagonistas. Valladolid para pensar. Cuaderno 5. Por Mercedes Valbuena Barrasa. ISBN: 84-87473-21-0 -LA SOCIEDAD VALLISOLETANA ANTE EL PROYECTO DE DEMOLICIÓN DE LA IGLESIA PENITENCIAL DE LA VERA CRUZ (1911-1936). MARÍA JOSÉ MARTÍNEZ RUIZ. Universidad de Valladolid

La Prisión de Villanubla Thursday, June 30, 2011 Foto: R. Otazo A principios de los años 80 Valladolid contaba tan solo con una prisión con capacidad para 80 reclusos, era la situada en la calle Madre de Dios, ahora reconvertida en un Centro Cívico. Esta prisión en el año 1981 tenía 174 internos, es decir, más del doble. Estaba situada en el centro de la ciudad, y, según reconoció el Director General de Instituciones Penitenciarias de la época Enrique Galavís, «no estaba en condiciones de satisfacer ni cumplir lo que estipulaba la ley orgánica general Penitenciaria». Antigua carcel actualmente convertida en centro cívico. Estos tres motivos llevaron al Ministerio de Justicia y al Ayuntamiento a entrar rápidamente en negociaciones para solucionar el problema y, finalmente, se llegó al acuerdo definitivo. La inauguración fue multitudinaria, lo que en algunos momentos dificultó el desarrollo de la visita de las primeras autoridades al nuevo Centro Penitenciario.-Foto Cacho La nueva prisión provincial, «que no sería de máxima seguridad, sino normal», se edificaría en el pago llamado Navabuena, cerca de la localidad de Villanubla, a veinte kilómetros del centro de Valladolid. Constaría de cuatro módulos (menores de veintiún años, adultos, peligrosos y condenados a penas cortas), más otro especial para toxicómanos. Tendría además una zona de «arresto fin de semana», otra de régimen abierto y veinte celdas individuales para mujeres.

68

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


El 22 de junio de 1985 el proyecto se hacía realidad con la inauguración de la nueva prisión. El presidente del Congreso de los Diputados, Gregorio Peces Barba inauguró el nuevo Centro Penitenciario de Valladolid construido con 112.360 metros cuadrados con 406 celdas y un presupuesto superior a los 1.700 millones de pesetas. El contacto de las autoridades con los internos fue fugaz y se aprovechó para comunicarles las gestiones hechas para resolver el problema del transporte de los familiares al centro, distante unos 20 kilómetros de la ciudad. El nuevo Centro Penitenciario contaba como ya se ha dicho con 406 celdas distribuidas de la siguiente forma: 96 adultos, 72 penados, 72 jóvenes, 15 toxicómanos, 49 nocivos, 19 aislamiento, 14 fin de semana, 10 régimen abierto (4 de ellas triples), 32 mujeres (2 módulos), 17 ingresos (1 de ellas cuádruple), 10 enfermería (además 2 grandes salas generales). En el edificio podían diferenciarse tres apartados: Infraestructura complementaria desde las diferentes zonas de conexión hasta la parcela del Centro Penitenciario. Edificios penitenciarios propiamente dichos y Zona de viviendas unifamiliares de funcionarios. Una de las torres de vigilancia de la prisión de Valladolid. EL NORTE Los edificios penitenciarios propiamente dichos son: Los de Acceso, que constan de zona de cuerpo de guardia, administración y dirección, relaciones con el público, régimen abierto. En el edificio de Ingresos están: Régimen de fin de semana, ingresos, locutorios, centro penitenciario de mujeres (penadas y preventivas), zona de control del Centro. Desde este edificio se accede a través de un pasadizo a la zona de módulos. En este pasadizo y entre rastrillos, se encuentra un pequeño espacio para despachos. Pasando el rastrillo se accede a los Módulos, distribuidos en siete edificios dependientes unidos por un pasillo central. El objetivo principal en el diseño de los edificios penitenciarios fue el crear una total independencia de funcionamiento entre los diferentes módulos, para optimizar los desplazamientos.

En 1992 se creó el módulo de presos peligrosos recién desarrollada la normativa de los FIES (Fichero de Internos de Especial Seguimiento). Dicho módulo cerró en 2009 siendo trasladado a otra prisión más nueva. En la actualidad en número de funcionarios se ha multiplicado por seis. La prisión en general es un complejo muy antiguo que necesitaría amplísimas reformas. -Fuente: Norte de Castilla (23-06-1985) y Diario el País (Luis Miguel de Dios) / 17-071981

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

69


La playa de Valladolid Monday, July 04, 2011 Sí, sí, has leído bien,"La Playa de Valladolid". Si no eres de la capital del Pisuerga debes saber que Valladolid puede presumir de ser de las pocas ciudades que a pesar de estar a 250 km del mar tiene su playita, que muchas quisieran. Valladolid siempre había utilizado su río para esparcimientos lúdicos y deportivos. En el siglo XIX, los aprendices de curas ingleses del Colegio de San Albano asombraban por su destreza al patinar sobre las aguas heladas del Pisuerga, y en los albores del XX se jugó frente al Puente Mayor uno de los primeros partidos de water polo de este país protagonizado por dos equipos, el Rana y el Cangrejo. Cerca de este escenario se instalaron poco después casetas de baños para hombres -La Carola y el Niágara- y en vista del éxito, una para mujeres -El Jordán-, que tuvo menos aceptación porque el entonces llamado sexo débil no estaba por la labor de mostrar en público sus interioridades. Todas aquellas nostálgicas casetas de madera desaparecieron al construirse las piscinas Samoa, año 1935, pero lo que de verdad añoraba la ciudad humilde que no podía irse al Norte a pasar las vacaciones, era una playa. Y eso fue lo que el alcalde González Regueral propuso a la Corporación Municipal, construir una pequeña playa fluvial desde las Aceñas del Batán hasta las piscinas, casa de baños incluída, que permitiera el lícito esparcimiento de las clases modestas, o sea la mayoría, durante los cálidos meses del estío. Una idea acogida con entusiasmo por todos...menos por el Jefe Provincial de Sanidad, señor Alvarez Romero, que en un escrito del 11 de noviembre de 1949, desaconsejaba el proyecto porque y resumiendo, "los colectores del alcantarillado y el general desembocaban demasiado cerca de la ciudad". Un año después, o se hizo caso omiso del documento o se cumplieron las recomendaciones, ya que en el verano de 1951 entró en servicio una modesta playita con los servicios que también aconsejaba Sanidad: unos vestuarios de 44 metros de longitud por 4,75 de anchura que albergaban seis cabinas para señoras, seis para caballeros, aseos, guardarropa y botiquín. 70

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


Lo mínimo para echar a andar, aunque a todas luces insuficiente para la creciente demanda de bañistas fluviales que obligó al Ayuntamiento a ampliar considerablemente esos servicios y a mejorar también la calidad y limpieza de la tierra, mezclada con pequeñas piedras que eran un martirio para aquellos tritones de agua dulce. El nuevo edificio de la playa del Batán -esa fue su primera denominación- no solo era más espacioso sino mucho mejor dotado que el anterior. En 1953 es adjudicada la explotación de la casa de baños a un vecino de la calle Fuente el Sol, Benigno Valdés Iglesias, quien se comprometió a realizar un desembolso en género para después ponerlo en alquiler. El Ayuntamiento autorizaba al concesionario a servir bocadillos y meriendas en la terraza del edificio, así como refrescos con los precios asignados para bares de tercera categoría. Aquella terraza con vistas a Las Moreras y al río con su recién estrenada playa tuvo mucho éxito porque el baño abría el apetito y se podía comer y beber por muy poco dinero. En la actualidad Así fueron transcurriendo los veranos en la playa del Batán, con guardias municipales de uniforme al acecho de algún bañista que se propasara para imponerle una multa y tener contento al concejal. Y que nadie sin saber nadar, se fuera más allá de la barrera de seguridad indicada en unos discos que avisaban de la profundidad. Cada año la Corporación Municipal libraba una partida presupuestaria para reconstruir lo que las riadas se habían llevado por delante en invierno e ir mejorando paulatinamente la dotación de servicios, pero nunca se atrevió de verdad a afrontar el problema de limitación de espacio de la playa, acotada aguas arriba por la presa del batán y por las piscinas aguas abajo. Y cuando muchos años después se ha superado por fin esa endémica dificultad resulta que el Pisuerga está contaminado y a la gente le ha dado por irse de vacaciones al Caribe.

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

71


Ver mapa más grande -Fuente: Valladolid Cotidiano (1939-1959). (José Miguel Ortega Bariego). ISBN: 8495917-40-8

Gustavo Martín Garzo Saturday, July 09, 2011 Nació en Valladolid en 1948. Su infancia transcurrió en Villabrágima que, junto con Medina de Rioseco, aparecen como escenario de muchas de sus novelas. Cursa Filosofía y Letras en Madrid, especializándose en psicología clínica, profesión que ha ejercido hasta hace unos años. En estos años de estudios universitarios nacen en él dos de sus grandes pasiones: el cine y la literatura. A la crítica literaria llega de la mano de revistas como Un ángel más, de la que fue codirector con Carlos Ortega y Miguel Suárez, y El signo del gorrión, de las que además fue fundador. Su primera novela se publica en 1986, Luz no usada, que en la actualidad considera una novela de aprendizaje. Una tienda junto al agua, su segunda novela, aparece en 1991 y obtiene en León el Premio Emilio Hurtado 1991 por su libro El amigo de las mujeres. En 1993 publica El lenguaje de las fuentes, por el que consigue el Premio Nacional de Narrativa, que obtiene una excelente crítica y acogida en los medios literarios más exigentes, y se da a conocer a un público más amplio. En 1995 recibe el Premio Miguel Delibes por su novela Marea oculta, ese mismo año publica La princesa manca. En 1996 aparece La vida nueva, y en 1997, cuatro textos suyos Los cuadernos del naturalista, Ña y Bel, El pequeño heredero y El pozo del alma una especie de ensayo autobiográfico. En 1999 recibe el Premio Nadal por Las historias de Marta y Fernando. En el 2000 publica El valle de las gigantas y Una miga de pan. 2001 fue el año de El hilo azul y La soñadora, ambos recibidos con entusiasmo por crítica y público. En 2003, publica El libro de los encargos –compilación de artículos-, Pequeño manual de las madres del mundo –relatos-, y Tres cuentos de hadas –libro en la mejor tradición del cuento centroeuropeo-, con el que obtiene el Premio Nacional de Literatura infantil y Juvenil, afianzan la importancia de Gustavo Martín Garzo en la literatura en español. Sus últimos libros son: Los amores imprudentes, y Mi querida Eva, su última novela hasta el momento. Colabora en los más importantes medios periodísticos. En el año 2003 obtuvo el Premio 72

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


de la Fundación Germán Sánchez Rupérez al Fomento de la Lectura por su artículo Instrucciones para enseñar a leer a un niño, y en el 2007 el Premio 150 aniversario de El Norte de Castilla por su artículo Las colinas de Gnog. La tendencia a sumergirse en el mundo de lo fantástico y del misterio, el gusto por el prodigio, el amor que crea y destruye, la infancia, el papel primordial de la mujer y el asombro del perpetuo descubrimiento de la literatura son los temas recurrentes de sus relatos y ensayos. En el año 2006 ha publicado La calle del paraíso, un libro de memorias sobre Valladolid y en el 2007 El cuarto de al lado, un libro con pequeños textos que van desde el poema en prosa hasta el pequeño relato.

El primer semáforo de Valladolid Tuesday, July 12, 2011 Primer semáforo de Valladolid, en la calle Regalado A mediados del siglo XX Valladolid estaba creciendo en todos los sentidos. La ciudad alcanzaba ya los 140.000 habitantes lo que se hacía notar en un espectacular incremento del parque de vehículos a motor, por encima de los 9.000 en 1957. Aunque todavía transitaban carros de tracción animal por nuestras calles, éstas ya estaban empezando a ser tomadas por automóviles y motocicletas que inexorablemente iban a cambiar los ritmos y costumbres de una apacible ciudad provinciana. La gente estaba acostumbrada a cruzar por donde le daba la real gana y era frecuente que los chicos convirtieran la calle en improvisado campo de futbol, sin que los coches que transitaban de vez en cuando supusieran ningún peligro. Pero en pocos años aquella tranquilidad se vio amenazada como lo acreditaba la notable subida en el número de siniestros con víctimas registrados en el casco urbano durante el año anterior, concretamente 2 muertos y 54 heridos como consecuencia de colisiones entre vehículos y 5 muertos y 77 heridos por atropellos. Esta cifras fueron consideradas alarmantes tanto por los medios informativos como por el Ayuntamiento que, al tiempo que recomendaban más cuidado y disciplina a peatones y conductores, se plantearon muy en serio la necesidad de impulsar una reordenación del tráfico. El alcalde don José González Regueral, anunció que en la segunda semana del mes de enero de 1957, una vez concluidas las fiestas navideñas, se iba a acometer la tan demandada reforma del tráfico con la implantación de discos prohibiendo todo lo que hasta entonces había estado permitido. Aunque los semáforos se implantaron por el creciente tráfico de Valladolid, en los primeros meses Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

73


de su funcionamiento aún era posible ver imágenes tan insólitas como ésta, con un carro girando desde la calle Regalado a Duque de la Victoria y el guardia urbano vigilando la maniobra, como si no se fiara de la eficacia del semáforo que se ve a la izquierda La Corporación Municipal encargó a la Sociedad Ibérica de Construcciones Eléctricas la fabricación en hierro fundido, de los postes necesarios para regular el cruce de Duque de la Victoria con General Mola y Regalado que, según los informes técnicos, era el más conflictivo. Los cronistas municipales explicaban en sus comentarios previos a la definitiva instalación las características y funcionamiento de los semáforos, como si la gente nunca hubiera visto uno, hablando del cometido de cada uno de los tres discos luminosos y de la obligatoriedad de que todos, conductores y peatones, respetaran el significado de los colores. Y por fin, en el comienzo de las ferias y fiestas de San Mateo del 57 se produjo la inauguración del primer cruce regulado por semáforos de Valladolid, con una inusual afluencia tanto de vehículos como de viandantes. Durante los días siguientes, el diario El Norte de Castilla tuvo que hacer casi de autoescuela para explicar a los ciudadanos cómo interpretar las nuevas señales. Por ejemplo, «si hay luz roja con una flecha de dirección en verde, la circulación está permitida solamente en el sentido de la flecha, pero no continuar de frente», apreciación necesaria porque no todos los conductores sabían descifrar la complicación del mecanismo. El 6 de septiembre de 1957, el periódico informaba de que técnicos madrileños, supervisados por personal municipal, acordaron desmontar y cambiar de ubicación algunos. El columnista Publio explicaba el 13 de diciembre de 1957 una nueva dificultad: el semáforo «obliga a la gente a permanecer unos momentos quieta, expuesta a la lluvia, si la luz está roja». El debate del tráfico, ya en 1957, era un clásico en EL NORTE, con protestas porque había coches «mal aparcados» en María de Molina o Duque de la Victoria que entorpecían el tráfico. En fin, nada nuevo bajo el sol. -Fuentes: -Valladolid Cotidiano (1939-1959). (José Miguel Ortega Bariego). ISBN: 84-95917-40-8 -El Norte de Castilla (23-09-2010)

El Cine Roxy Monday, July 18, 2011 'Valladolid cuenta con un nuevo coliseo', titulaba a toda página la imponente crónica dedicada el 4 de marzo de 1936 por EL NORTE a una «noticia altamente interesante» como era la inauguración del Cinema Roxy impulsado por los hermanos Emilio y José Lafuente -dueños de los cines Lafuente-. Fachada del Cine Roxy el día de su inauguración El flamante coliseo de María de Molina, entonces huérfano de edificios colindantes, contaba con los últimos adelantos de la época, un diseño modernista a cargo del «notable arquitecto Ramón Pérez Lozana» y un patio de butacas con su ya mítico anfiteatro superior con capacidad para 1.150 74

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


espectadores -150 más que ahora- en una sala. Aquel «elegante cinematógrafo» mantiene aún hoy su espíritu original y ha celebrado su 75 aniversario el último mes de marzo. No fue un cumpleaños precisamente feliz a cinco meses vista de su cierre definitivo para reconvertir los patios de butacas en salones de juego del Casino de Castilla y León, merced al acuerdo alcanzado el 24 de noviembre de 2010 entre su actual propietario, el empresario y presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, y los responsables del negocio ubicado en Boecillo. Afortunadamente la Junta de Castilla y León denegó finalmente en el mes de mayo el traslado, ya que, según explicó el Ejecutivo regional, la normativa actual sólo permite el cambio de ubicación dentro del mismo término municipal en el que se está autorizado. La construcción del cine Roxy fue tal vez el mejor premio al que aspiraban los empresarios hermanos Lafuente visto los éxitos iniciales cosechados por el Cinema que llevaba su nombre. Fue construido en 1936 por el joven y notable arquitecto Ramón Pérez Lozana. Emplazado en la calle María de Molina, de planta rectangular sobre el que se elevan dos pisos. La arquitectura corresponde al tipo moderno. La fachada, de líneas sencillas, alteradas tan solo por una marquesina, buscando los efectos de la luz y decoración a base de grandes ventanales y artísticas vidrieras. La obra a excepción de la que por su naturaleza requería obreros especializados fue efectuada por artistas locales. Decían los hermanos Lafuente en una entrevista concedida al diario El Norte de Castilla: “A lo largo de la actuación en el Cinema Lafuente, hemos podido apreciar la predilección de los espectadores por las películas netamente españolas; ello nos marca la pauta a seguir en nuestro nuevo Cine, esto es: preferencia por las cintas de producción nacional, congratulándonos de poder contribuir así al mayor desarrollo y producción de esta industria en España; pero sin olvidar las grandes marcas extranjeras, de cuyas casas heremos desfilar lo más prestigioso en directores y artistas. Aspiramos a que el Cinema Roxy, sea un espectáculo para todas las clases, ya que a todas nos debemos y a todas van siempre nuestro ferviente deseo de agradar en correspondecia a la gentil acogida que siempre han hecho, sin distinción ni matices a nuestras representaciones…” Con la proyección de Don Quintín el Amargao de Luis Buñuel Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

75


daba comienzo la andadura de este emblemático cine. Equipado con un aparato de proyección R.C.A. PHOTOPONE, reconocido en aquella época como lo más moderno y de calidad y sonido más fiel, hacía que el Cine Roxy pudiera codearse con los mejores del momento. La película que se proyectó en la inauguración fue “Don Quintín el amargao”.

La Estación de la Esperanza Tuesday, July 19, 2011 Por V. Presencio Revilla La calle de la Estación de Ariza está situada en el barrio de La Farola. Tiene una superficie de 2.055 metros cuadrados y una longitud de 211 metros. Por su zona izquierda hay una alta tapia que delimitaba la Factoría de Montaje 1 de FASA Renault, desde hace años ya solares y, enfrente, hay unas vallas de madera que delimitan un pequeño huerto y la casa del guarda de la estación. A continuación hay edificios de la estación, en piedra natural. Sus ventanas y pórticos describen un arco de medio punto. En el andén se encuentran bancos metálicos. En el edificio que sirvió para la estancia del jefe, actualmente se ubica la Asociación Vallisoletana de Amigos del Ferrocarril (ASVAFER), creada en el año 1982. El nombre de esta calle más bien debería de haber sido el de 'Estación de la Esperanza' que es como se la denomina, por estar próxima al Camino de la Esperanza y no de Ariza, que está situada en la localidad que su nombre indica. La línea férrea de Valladolid a Ariza nació fruto de la idea de los gobiernos españoles de 76

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


mediados del siglo XIX de conectar el este y el oeste español. Aparecieron varios proyectos, como el de Valladolid a Calatayud, Medina del Campo a Calatayud, Palencia a Calatayud y el que nos ocupa de Valladolid hasta Ariza. Muchos avatares sufrió la línea, incluso antes de su construcción. La autorización para los estudios previos se concedió el 14 de diciembre de 1863 a Antonio Marqués. El primer proyecto se presentó en 1866. A su vez, se presentaron otras solicitudes de concesiones para líneas similares, lo que retrasó la concesión definitiva hasta 1882 al propio Antonio Marqués. En 1883 se presentó una modificación del proyecto debida, entre otras cosas, a la construcción del Canal del Duero, que obligaba según el antiguo proyecto a más puentes que encarecían la obra. Al año siguiente, 1884, Marqués transfirió la concesión a la Compañía del Ferrocarril del Duero. En torno al año 1884 sobreviene en España una época de penuria que obliga a solicitar a la Compañía del Ferrocarril del Duero a solicitar prórrogas a la concesión, al no haberse iniciado las obras, para evitar su caducidad. Ante la imposibilidad de la compañía de hacer frente a las obras vende la concesión al consorcio promotor de la Compañía del Norte. Aquí es cuando entran en juego las dos grandes compañías de la época: Norte y MZA (Compañía de los Ferrocarriles de Madrid, Zaragoza y Alicante). Desde la fecha de compra por Norte, 1890, hasta la apertura definitiva de la línea, en 1895, tanto Norte como MZA negociaron de manera conjunta la compra de otras líneas para así extender sus redes. Como fin a aquellas negociaciones y contratos, Norte, que ya tenía la línea en construcción, se vio obligada a transferirla a MZA. El 1 de enero de 1895 se inaugura la obra si bien es cierto que, durante los primeros años se mantuvieron obras de consolidación y de remate de las instalaciones. La calle de la Estación de Ariza está situada en el barrio de la Farola y hace referencia a una línea ferroviaria de 295 kilómetros que une Valladolid con Ariza (Zaragoza) por la Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

77


ribera del Duero hasta Almazán (Soria). Desde allí, por el puerto de Alentisque, entra en la cuenca del Ebro y desciende hasta Ariza, empalmando con la línea que une Madrid con Zaragoza y Barcelona, también explotada hasta 1941 por MZA. Curiosamente, siendo Valladolid la ciudad de origen de la línea, no es la estación especifica de este ferrocarril (Valladolid-La Esperanza) el kilómetro 0 de la línea, sino que está a mitad de camino entre esta y la de Valladolid-Campo Grande, por entonces propiedad de Norte hasta la creación de Renfe. Desde su origen esta estación no fue prevista para el servicio de viajeros, sino para el de mercancías. De hecho el proyecto del edificio principal de la estación es llamado Edificio de Empleados, en vez de Edificio de Viajeros. Además, dicho inmueble no disponía de ninguna puerta hacia la población. Queda patente su carácter transversal, y como tal, no parece haber gozado de mucha simpatía por parte de quienes han planificado la explotación ferroviaria en este país. La línea Valladolid-Ariza ha sido uno de los testigos más desafortunados de esta política, conociendo un deterioro mayúsculo que tuvo como consecuencia serias y sucesivas restricciones de velocidad y de peso, pese a contar con un trazado muy favorable. La infraestructura fue deficiente ya desde los inicios. Su ligero carril de 32,5 kilos, no se renovó salvo contadas excepciones, y el precario asentamiento de los raíles (balasto y tierra compactada) se degradó muchísimo. Con estas condiciones que impedían una digna explotación comercial y unos horarios que, sobre todo al final, eran poco menos que ridículos resultaba burlesco pedirle rentabilidad a esta línea, por lo que se cerró al tráfico de viajeros en 1985 y totalmente en 1994 (aunque desde 1985 ya no pasaban casi trenes). Actualmente, conservan tráfico de mercancías los tramos Valladolid-Apartadero de La Carrera (trenes de coches de Renault) y el Allendeduero - Aranda-Chelva - ArandaMontecillo (trenes de contenedores de la lechera Pascual); al margen de la estación de Ariza (perteneciente al Madrid-Zaragoza) y del cruce de Coscurita (del Torralba-Soria). Al ser una línea en la que la economía de construcción predominaba, solo contó con un paso superior y cinco inferiores entre Almazán y Ariza. Los puentes metálicos, tampoco eran el punto fuerte de la infraestructura. Con los años, se resintieron por el aumento del peso del material. Durante la guerra, el tráfico de material militar obligó a reparar la mayoría. Se han construido pasos superiores de carreteras sobre la traza, sustituyendo 78

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


los pasos a nivel, aun con el ferrocarril ya cerrado. En los últimos 15 años de servicio de viajeros, existían muchas limitaciones a 30 kilómetros por hora y, en el mejor de los casos, la velocidad era de 50 kilómetros por hora. La estación sufrió numerosas modificaciones a los largo de los años para dar servicio a las numerosas industrias que se instalaron en sus alrededores, como la Azucarera Santa Victoria, fundiciones y almacenes de hierros, silos de cereal, los depósitos de CAMPSA o la antigua factoría de FASA Renault. Desde 2007, 4 de las vías de esta estación se encuentran electrificadas para suplir la escasez de vías en la Estación de Valladolid-Campo Grande, debida a las obras de adaptación de esta última al servicio de Alta Velocidad.

Ver mapa más grande -Fuentes: -Norte de Castilla -http://esperandoaltren.blogspot.com -http://ferrocarriles.wikia.com

El Museo Anatómico o de Ciencias Biomédicas de Valladolid Saturday, July 23, 2011 Los primeros pasos de éste Museo, datan de finales del siglo XIX y posteriormente tuvo su esplendor en 1917 cuando se creó el Instituto Anatómico Sierra. Este Museo es fruto de la dilatada labor docente del Departamento Anatómico vallisoletano que a lo largo de años ha ido coleccionando modelos y preparaciones anatómicas para la enseñanza. Desde finales del siglo XIX hasta nuestros días están recogidas todas las formas y tendencias representativas del cuerpo humano. Fue fundado por ilustre anatómico palentino D. Salvino Sierra y Val, quien a la vuelta de sus viajes por los principales departamentos anatómicos europeos, quiso que nuestra ciudad no tuviese nada que envidiarlos. Busto plastinado El Museo se encuentra actualmente situado en el pabellón anatómico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid. Consta de dos amplias salas, una de ellas en el segundo piso del bloque central del Departamento y otra que ocupa las galerías del Anfiteatro Anatómico "López Prieto". En ellas pueden admirarse piezas en cera, cartón, escayola, arcilla, plástico, piezas naturales en diferentes técnicas de conservación y preparaciones esqueléticas. Asimismo existe una amplia colección de instrumental, tanto para la práctica como para la docencia de la disciplina anatómica. Piezas anatómicas Existe una extensa colección de piezas modeladas en cera que reproducen

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

79


exquisitamente las direcciones hechas por los anatómicos. París, Viena, Bolonia y Madrid entre otras Universidades poseen colecciones de éste tipo. La más antigua de nuestro museo data de 1860. Los modelos en escayolas y arcilla son también muy numerosos y son de destacar los de la colección de P. Velasco. El cartón es uno de los materiales más recientes y los que pueden contemplarse son de la casa Auzoux de París. El plástico revolucionó las representaciones anatómicas por su manejabilidad y resistencia y en la actualidad los modelos empleados son de éste material. En cuanto a piezas naturales, pueden verse una serie de desecaciones ostológicas, muchas de ellas de principios del S.XX. En la actualidad son completadas con parafinaciones, corrosiones, inclusiones en resina y plastinaciones. La sección de osteología cuenta con más de 500 cráneos y 200 esqueletos con datación de edad y sexo, de gran valor antropológico. No se ha descuidado la anatomía comparada, pudiéndose contemplar una amplia serie de cráneos y esqueletos articulados a parte de los 2500 esqueletos catalogados para uso científico. Entre los esqueletos ilustres del fondo museográfico figura el de Chu-Lin, el otrora famoso oso panda gigante del zoo de Madrid. El museo tiene firmados convenios con zoos de España para hacerse cargo de los animales cuando mueran y emplear sus restos con fines científicos y expositivos. Instrumentos y aparatos La tradición de la práctica anatómica en nuestra Universidad ha dado lugar a una recopilación de instrumental, donde pueden verse cajas para inyecciones, escalpelos o útiles para embalsamamientos. La evolución del material docente puede comprobarse al contemplar desde visores de mano estereoscópicos, hasta transparencias en cristal, pasando por una amplia gama de proyectores, microscópios y 80

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


preparaciones histológicas. En una estantería del museo un bote de cristal alberga el cuerpo de una niña recién nacida con dos cabezas. Su nacimiento está datado en 1883 y sus familiares fueron conservando sus restos en formol de generación en generación hasta que alguien decidió en 1980 entregarlos al museo. "Está sentada en una silla, con una cinta que sujeta ambas cabezas", explica Francisco Pastor, profesor de Anatomía. Fuente: Norte de Castilla Con poco más de seiscientas visitas anuales y la idea erróneamente extendida de que las instalaciones estaban casi restringidas al uso docente para alumnos de la facultad de Medicina, el hasta hace poco conocido como Museo Anatómico, ha pasado a integrarse ahora dentro del Muva (Museo de la Universidad) como espacio expositivo de las Colecciones de Ciencias Biomédicas. Ahora se le quiere dar la visibilidad que merece mediante visitas libres o concertadas con guías a través de un convenio con el Ayuntamiento. Además se le ha dotado de un servicio de vigilancia y en julio y agosto abre sus puertas de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 18:00 horas. La variedad del material recopilado a lo largo de los años bien merece una visita por todos aquellos que admiren la belleza de la vida, del hombre y del arte.

Ver mapa más grande Director: J. F. Pastor Vázquez Departamento de Anatomía Humana Facultad de Medicina C/ Ramón y Cajal, 7 47005 Valladolid - España Teléfono: 983 423056 - Fax: 983 423022 Entrada gratuita Lunes a viernes: 10 a 14h. y 16 a 18h. Visitas libres y concertadas.

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

81


Valladolid en la primera Guía Michelín Wednesday, July 27, 2011 En el año 1900, cuando había poco más de 3.000 automóviles circulando en Francia, los hermanos Michelin decidieron crear una pequeña guía para facilitar el viaje a los primeros conductores del siglo XX. Aquella primera Guía Michelin, que apareció en agosto de 1900, se distribuyó de manera gratuita entre talleres y distribuidores de neumáticos, e incluía un gran número de informaciones prácticas, sobre cómo cambiar un neumático o sobre el mantenimiento del vehículo. En su prefacio, André Michelin escribió: “Esta obra aparece con el siglo y durará tanto como él”. Y no se equivocó. Llega a España en 1910 Después de diez años de experiencia en Francia, la Guía Michelin cruza los Pirineos para guiar los viajes de españoles y portugueses. Nacía así la Guía Michelin España & Portugal, que en 164 páginas recogía información de 61 hoteles y 159 localidades de España, Portugal y Francia. En aquellos años viajar era una aventura, sobre todo teniendo en cuenta que la gasolina se comercializaba en algunas farmacias, droguerías y talleres mecánicos. Una anécdota significativa es que la famosa guía que hoy identificamos por el color rojo de sus tapas imprimía entonces su cubierta en color amarillo. Se editaba en español y estaba impresa en España, aunque en esa época también se conocen ediciones en francés e inglés.

82

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


En este primer número de la guía, en las páginas 130, 131 y 132, se menciona a nuestra ciudad, una ciudad que apenas superaba los 60.000 habitantes y en la que tras unas breves líneas en las que se menciona los principales monumentos se hacía especial hincapié en las distancias kilométricas que separaban a Valladolid de las principales poblaciones de la región y del resto de España, indicando cual era la carretera que convenía seguir para posteriormente mostrarnos un plano de aquella pequeña ciudad que nada se parecía a la Valladolid grande y moderna que conocemos hoy.

El Archivo Histórico Municipal de Valladolid Saturday, July 30, 2011 El Archivo Histórico Municipal de Valladolid se encuentra en la que fuera iglesia de San Agustín. En 1940, la iglesia y el resto del conjunto monástico se encontraban en un estado lamentable, y se llegó a plantear su demolición para construir un cuartel de intendencia. En 1942 el Ejército (al cual habían sido cedidas las instalaciones tras la Desamortización) concretó la cesión de las ruinas de San Agustín al Ayuntamiento de Valladolid, aunque ésta no se llevó a efecto hasta 1966. Desde entonces, se han barajado diferentes opciones para la recuperación de la iglesia optándose finalmente por su rehabilitación como sede del Archivo Municipal. La iglesia es lo único que nos ha quedado de toda la instalación del convento y la que se ha rehabilitado como sede de dicho Archivo. La iglesia de San Agustín, en estado de abandono antes de su conversión en archivo municipal El proyecto de obras para la rehabilitación de la Iglesia de San Agustín se aprobó en el pleno de 8 de junio de 2001. La intervención abarcó 4.303,75 metros cuadrados de los que son útiles 3.089,75 y el edificio fue inaugurado el 2 de mayo de 2003, siendo el traslado del personal el que dio inicio a las actividades, el 18 de agosto del mismo año. Historia del Archivo El archivo municipal conserva documentos desde la Edad Media, pero en las fuentes documentales de la ciudad no se hará referencia al “Archivo” como tal hasta el siglo XIX. Como todos los archivos de los concejos, el Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

83


antecedente de éste lo encontramos en las iglesias, en las que se reunía el concejo y al mismo tiempo se custodiaban los documentos necesarios para sus reuniones y los generados como consecuencia de éstas. Provisión Real de Carlos I. 1549 Los documentos se guardaban en arcas con tres llaves, símbolo por el que podemos identificar a los archivos en esta época. La primera mención al Arca de la Villa la encontramos en una carta plomada de Enrique II, fechada en Alcalá de Henares el 24 de enero de 1375. En el libro de Actas del Concejo de 1499, hallamos un acuerdo, de 4 de septiembre, por el cual el Ayuntamiento ordena que se compre un Arca nueva, que servirá tanto para guardar los documentos importantes como para almacenar los patrones de las medidas utilizadas por el Concejo. La primera referencia de la necesidad de depositar las arcas en un edificio la podemos encontrar en 1549, en las ordenanzas de Carlos I para Valladolid, es el momento en que los documentos han aumentado su volumen y se decide destinar dos arcas para su custodia, una se conservará en el archivo de la Iglesia de San Miguel y otra, en las que se guardarán las copias y traslados de los documentos, se depositará en el edificio del Concejo. La historia del archivo hasta el siglo XIX está íntimamente ligada a las iglesias más importantes de Valladoldi: San Pelayo, Santa María la Mayor, San Francisco y San Miguel. Después del incendio de Valladolid de 1561, los documentos pasaron, aunque no de forma definitiva, a la Casa Consistorial. Durante los siglos XVII y XVIII, la referencia al archivo en la Casa Consistorial es permanente, pero las iglesias siguen siendo un lugar de custodia para los documentos. La iglesia de San Agustín, en estado de abandono antes de su conversión en archivo municipal A principios del siglo XIX, coincidiendo con las nuevas orientaciones filosóficas y políticas, la inquietud por recuperar los papeles municipales se constata en todas las 84

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


reuniones y asambleas, las cuales permiten asegurar que la dispersión de fondos municipales y por consiguiente la pérdida de documentos es un hecho que lleva al Ayuntamiento a disponer de un lugar definitivo para su depósito, intentando rescatar muchos de los que se encontraban desaparecidos. Esta situación se mantiene hasta el 2 de mayo de 2003, fecha en la que se inaugura el actual edificio de San Agustín, destinado a custodiar los fondos del Archivo Municipal. Este nuevo edificio comienza su andadura el 18 de agosto de 2003, con el traslado del personal. El volumen de la documentación del Archivo en la actualidad es de: • 35.000 cajas signaturazas • 889 legajos • 1.000 cajas controladas por las relaciones de entrega de las oficinas • Un fondo fotográfico de 100.000 fotografías • La biblioteca auxiliar cuenta con: -Monografías (derecho local, legislación, jurisprudencia, historia de Valladolid, publicaciones municipales) -Hemeroteca con periódicos y revistas editados en Valladolid -Diccionarios, textos legales actualizados, obras generales de consulta. Desde el mes de julio de 2011 ya es posible consultar online a través de la web oficial del Ayuntamiento (www.valladolid.es) algo más de 300.000 documentos administrativos e históricos procedentes del Archivo municipal. ARCHIVO MUNICIPAL. IGLESIA DE SAN AGUSTÍN C/ Santo Domingo de Guzmán 8 47003 Valladolid Teléfono: 983363870 Fax: 983.363.869 Correo-e: sam@ava.es Horario de atención al público Lunes a viernes de 08,30 a 14,30

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

85


El proceso de Don Rodrigo Calderón Tuesday, August 02, 2011 Don Rodrigo Calderón. (Fragmento del cuadro de Peter Paul Rubens) El cuerpo momificado del valido del Duque de Lerma don Rodrigo Calderón descansa en el Convento de Porta Coeli de Valladolid. En este blog ya se publicó un artículo con fotografías inéditas relativo a dichos restos titulado “La Momia de Don Rodrigo Calderón”. Acerquémonos ahora a la figura de este ilustre y polémico personaje, a su vida y al proceso que le llevó al cadalso: Por Laura García Sánchez (Historiadora) El 21 de octubre de 1621, la plaza Mayor de Madrid amaneció en un clima de máxima expectación. Todo estaba dispuesto para que ese día fuera ejecutado Rodrigo Calderón, el ministro más odiado del pasado gobierno de Felipe III, fallecido unos meses antes. Eran muchos los que esperaban el momento en que por fin se haría justicia y se castigaría la corrupción y hasta los crímenes que había cometido quien fuera hombre de confianza del duque de Lerma, favorito de Felipe III. Pero todo el odio y el desprecio se tornaron en asombro y admiración ante el arrogante gesto y la compostura mantenidos por don Rodrigo Calderón cuando subió al patíbulo. “Tiene más orgullo que don Rodrigo Calderón en la horca”, se diría desde entonces para referirse a quien, incluso en las circunstancias más adversas, hacía gala de una inquebrantable altanería (aunque calderón murió degollado, no ahorcado). Poetas como Góngora o el conde de Villamediana glosarían aquel episodio que encerraba una gran moraleja, la que resumía Villamediana en un cuarteto: “Éste que en la fortuna más subida/no cupo en sí, ni cupo en él su suerteº,/ viviendo pareció digno de muerte,/muriendo pareció digno en vida”. Felipe III Nacido en Amberes hacia 1570, hijo natural de un capitán español, la historia de don Rodrigo Calderón se vincula al gobierno de Felipe III y, más concretamente, a la figura de Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, el famoso duque de Lerma. Gracias a su posición privilegiada como valido del rey a lo largo de veinte años, el duque de Lerma acumuló todo tipo de honores y prebendas, y supo aprovechar 86

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


en su propio beneficio la autoridad que le había sido confiada. Protegido por el favorito del rey Tras un periodo en el que sirvió como paje en la casa del vicecanciller de Aragón, Rodrigo recaló en la del duque de Lerma, cuya confianza se ganó rápidamente por sus gentiles modos, su prestancia y su afectuosidad. Pese a la aparente timidez de Rodrigo, Lerma supo ver en él a un fiel servidor y paulatinamente le fue confiando misiones de mayor responsabilidad hasta convertirlo en su mano derecha. El Duque de Lerma Pero si la ayuda del duque fue inestimable en su ascenso económico y social, tampoco hay que pasar por alto que don Rodrigo supo ganarse la confianza de Felipe III, de quien fue nombrado ayuda de cámara. El cargo significó el primer paso en una carrera cortesana plena de recompensas y favores en la que alcanzó los más elevados y codiciados puestos. Se le concedieron el hábito de Santiago y la encomienda de Ocaña, recibió el condado de la Oliva y el marquesado de Siete Iglesias, fue nombrado capitán de la Guardia Alemana y sucedió el conde de Villalonga en la Secretaría de Estado. El ministro consiguió reunir en su persona todos estos honores, que antes estaban repartidos entre varios individuos. Era inevitable que su meteórico ascenso le granjeara numerosos enemigos. Su actitud personal, altiva y poco diplomática, también lo perjudicó, especialmente en sus relaciones con la alta nobleza. Poco proclive a las visitas, trataba a los grandes señores de la corte con un manifiesto desdén, teniéndolos “lastimados por el poco caso que de ellos hacía”, según afirmaba un cronista. También se enfrentó a la camarilla de la reina Margarita de Austria, que consiguió que Felipe III lo destituyese de su cargo de ayuda de cámara. La reina murió de parto poco después, y los calumniadores acusaron a don Rodrigo de haberla envenenado. Muerte de la Emperatriz Doña María de Austria, asistida por su hija Sor Margarita de la Cruz, acaecida el 24 de febrero de 1603, en las Descalzas Reales de Madrid (grabado por Pedro Perret hijo, 1636, B.N,. Madrid). A fin de apaciguar los ánimos, marchó durante un año como embajador a los Países Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

87


Bajos, donde fue recibido con grandes agasajos y colmado de valiosos regalos. A su vuelta siguieron las murmuraciones y censuras públicas en coplas y pasquines, azuzadas por del duque de Uceda (hijo de Lerma, pero enfrentado a éste) y por diversos religiosos. Lerma se había enriquecido, pero la indignación popular lo respetó mientras se desahogaba en don Rodrigo, considerado como el dilapidador de la economía del reino. La caída del protector En 1618, Felipe III, cediendo a las crecientes protestas por la mala administración del reino, despidió al duque de Lerma, que se retiró a sus tierras. Calderón quedaba ahora totalmente expuesto a sus enemigos. Algunos le aconsejaron que marchara al extranjero, pero eso hubiera supuesto reconocer su culpabilidad. “Avisos y tiempo tuvo el procesado para fugarse y poner a salvo su persona, pero prefirió someterse al fallo de las autoridades antes de confirmar, fugándose, la acusación de criminal que se le hacía”. Confiaba también en que sus títulos fueran suficiente protección. Por ello, se retiró a su casa de Valladolid. Residencia de Don Rodrigo Calderón en Valladolid Encarcelado en casa Pero Calderón había calculado mal y sus rivales no cejaron hasta verlo entre rejas. En la madrugada del 19 de febrero de 1619 fue arrestado en su casa de Valladolid. En las semanas siguientes fue conducido sucesivamente al castillo de La Mota (Medina del Campo), al de Montánchez (Cáceres) y al de Santorcaz (Madrid), donde permaneció incomunicado bajo una atenta vigilancia. Posteriormente fue trasladado a Madrid, donde, con todos sus bienes confiscados, las autoridades habilitaron su casa como prisión, dividiendo la lujosa sala principal en tres compartimentos: uno para vivir, otro para ser usado a modo de oratorio y el tercero como lugar de reunión del tribunal de jueces de su causa. Dieciocho guardias se turnaban para vigilarlo. Antes de su ejecución en Madrid. Dibujo siglo XVII Calderón fue acusado de enriquecimiento ilícito, de diversas formas de abuso de poder –haberse servido de hechizos para manipular al rey y otras personas de la corte, haber alterado la justicia- y de haber tramado nada menos que siete homicidios, entre ellos el de la reina Margarita. Cuando llevaba un año preso se le sometió “al tormento de agua, garrote y cordeles”. Calderón admitió únicamente su participación en uno de los crímenes de los que se le acusaba. Las secuelas de la tortura fueron graves: “Quedó tan estropeado que en lo sucesivo tuvo que emplear una muletilla y una banda, donde sustentar uno de los brazos”. Pese a ello, Calderón confiaba en que Felipe III, que le había dado tantas muestras de aprecio en el pasado, no le dejaría ir al patíbulo, y durante varios meses sus familiares 88

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


creyeron que podrían obtener el perdón. Pero cuando el 31 de marzo de 1621 oyó repicar las campanas por la muerte del monarca exclamó: “El rey muerto, yo soy muerto también”. Sabía que el nuevo rey Felipe IV y, sobre todo, su valido, el conde-duque de Olivares, no lo perdonarían: con su ejecución ejemplar los dos querían mostrar el fin de una época de corrupción administrativa y la llegada de un gobierno dispuesto a restablecer el orden y la moralidad. Olivares, además, tenía contra él agravios personales, pues acusaba a Lerma y a Calderón de haberle negado el título de grande de España. La suerte del antiguo ministro estaba echada. La sentencia no se hizo esperar. El 9 de julio se publicó el fallo. Se desestimaban algunas de las acusaciones más absurdas, como la de haber envenenado a la reina Margarita, pero se consideraban probados dos asesinatos: el del alguacil Agustín de Ávila y el de Francisco Juara. Por ello “le condenaron a que la prisión en que está sea sacado en una mula de freno y silla y le lleven por las calles públicas y le lleven a la Plaza Mayor, y en ella esté un cadalso para este efecto y en él le corten la cabeza, siendo degollado por la garganta hasta que muera de muerte natural”. Una ejecución pública Durante los más de tres meses que transcurrieron antes de la ejecución, Calderón impresionó a sus allegados y al pueblo en general por su fortaleza de ánimo. Arrepentido de su vida pasada, dormía en el suelo y llevaba bajo la camisa un cilicio y una cruz de púas aceradas. El 21 de octubre, a las 9 de la mañana, el alcaide de corte se presentó en su casa acompañado por setenta alguaciles a caballo y treinta a pie para llevarlo al cadalso. Antes de partir se despidió de sus antiguos criados y amigos, diciéndoles: “Señores, ahora no es tiempo de llorar, pues vamos a ver a Dios y a ejecutar su santísima voluntad”. Ya en el patíbulo rezó durante tres cuartos de hora y luego abrazó al verdugo antes de que éste lo vendara. Cuando el tajo cayó sobre su garganta, algunos creyeron oírle pronunciar por segunda vez el nombre de Jesús. La ejecución quedó impresa en la memoria de los madrileños durante largo tiempo. Hubo pronto quien, olvidada la mala fama del reo, se preguntaba si la condena no habría sido injusta. Así lo afirmaba el cronista Monreal: “Este fin tuvo aquel poderoso magnate; si desvanecido y olvidado de su origen en la fortuna, resignado y contrito en la adversidad, quedando la duda, después de su muerte, de si en ésta tuvo más parte el odio de sus enemigos que sus propias culpas”. -Descárgate un espectacular dossier en formato Pdf titulado "Felipe III, poco rey para tanto reino" -Fuente: Historia. National Geographic. Nº 91

La Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid Saturday, August 06, 2011 La Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid fue creada a principios del siglo XV gracias a un privilegio concedido por Enrique III de Castilla, es la primera Facultad de Medicina de España. Además de la licenciatura en Medicina, se imparten los estudios de Logopedia y Nutrición Humana y Dietética. En ella estudiaron o impartieron clase personajes ilustres como Pío del Río Hortega, Misael Bañuelos, Félix Rodríguez de la

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

89


Fuente, o Salvino Sierra entre otros. Historia Hasta el siglo XV, la enseñanza de la Medicina en España se realizaba en el seno de los denominados Estudios Menores equiparándose con disciplinas como la alquimia, la astrología o la botánica. El 9 de junio de 1404, el rey Enrique III de Castilla concedió un privilegio real por el que se creó la cátedra de Medicina de Valladolid. Este privilegio es la prueba más antigua que atestigua el paso de los estudios de medicina desde los Estudios Menores hasta los Estudios Mayores, igualándose con otras materias como teología o leyes. Por ello, se considera que la facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid es la más antigua de España. No se conservan expedientes de estudiantes anteriores al año 1546. Durante el siglo XVI, las lecciones de la Facultad de Medicina se impartían en el edificio histórico de la Universidad, en las aulas situadas hacia el Corral de las Doncellas. En esta época el plan de estudios tenía una duración cuatro años, a lo largo de los cuales los alumnos tenían que demostrar que habían asistido a las actividades académicas. Antiguo edificio de la Facultad de Medicina, del que se conserva el pabellón anatómico, y Hospital Provincial de Valladolid. En 1550, se creó en Valladolid la primera cátedra de Anatomía humana en España y la tercera del mundo en la que se realizaron disecciones de cadáveres humanos, bajo la dirección de Alonso Rodríguez de Guevara, para la enseñanza de esta disciplina según el método de la anatomía descriptiva de Andrés Vesalio, gracias a un permiso firmado por Carlos I de España, conservado en el Archivo General de Simancas: «En cumplimiento de lo cual dichas universidades enviaron sus pareceres y vistos en el nuestro Consejo y porque por ellos consta que hay mucha necesidad y conviene para la salud humana que se haga la dicha anatomía, he consultado con la Serenísima Reina de Bohemia fue acordado que debíamos mandar dar esta nuestra carta por la cual damos licencia y facultad para que en los meses de Noviembre, Diciembre, Enero y Febrero de cada año se pueda hacer anatomía de un cuerpo de los 90

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


que se condenasen por delitos graves a pena de muerte y se ejecutase en ellos la dicha pena, o de los que muriesen en alguno de los hospitales, cual pareciese que más conviene a los médicos de la Universidad de esa dicha villa» Para tal efecto, se inauguró la primera sala de disección del mundo de habla hispana tal y como se recuerda en una placa de mármol blanco situada en la sala inaugurada, ya en las nuevas instalaciones construidas en el siglo XIX, por iniciativa del palentino Salvino Sierra en 1916. Antiguo edificio de la Facultad de Medicina En 1551 se publicó en Valladolid el primer libro de anatomía en castellano: el Libro de la anatomía del hombre de Bernardino Montaña de Monserrate. Hasta finales del siglo XVI, existían cuatro cátedras: dos vitalicias, Prima y Víspera, y dos pequeñas y no permanentes de las disciplinas de Medicina y Anatomía. En 1594 se creó la cátedra de Cirugía, por orden de Felipe II, junto con las cuatro que ya existían. En el siglo XVII, Gaspar Bravo de Sobremonte, considerado el más celebre médico español de su época, defendió en la Facultad el nuevo modelo de circulación de la sangre de William Harvey. Hasta el año 1771 la enseñanza en la Facultad de Valladolid siguió los principios hipocráticos, usando los métodos de Galeno y Avicena. Ese mismo año se comenzaron a utilizar otras fuentes tales como Herman Boerhaave y sus discípulos de la escuela holandesa. Hasta el siglo XVIII, ser profesor de la Facultad era merecimiento suficiente como para ser designado médico de cabecera de reyes como Felipe II o Felipe III y algunos de ellos lograron una gran influencia. Debido a la promulgación en 1807 de la ley de la reforma de la Universidad, fueron eliminadas todas las Facultades de Medicina españolas excepto las Facultades de Salamanca y Valencia. En 1808, el inicio de la Guerra de la Independencia Española y la invasión napoleónica, impidieron la puesta en vigor efectiva de la nueva ley y los estudios de Medicina en Valladolid continuaron. Con el fin de la Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

91


guerra y la llegada de Fernando VII al trono, se elaboró un nuevo plan general de Universidades mediante el cual se permitía a la Universidad de Valladolid conceder la graduación en medicina. En 1827 fue añadido el nuevo ámbito de la cirugía. En el siglo XIX, el Ministerio de Sanidad y la Diputación de Valladolid, encomendaron a Teodosio Torres el proyecto de construcción del edificio de la Facultad de Medicina y un hospital en el Prado de la Magdalena, lugar de recreo de situado al norte del casco histórico de la ciudad, limitado en su entorno por el Palacio de los Vivero, la iglesia parroquial de San Pedro, el convento de la Madre de Dios, la Iglesia de Santa María Magdalena y el Monasterio de las Huelgas Reales. El complejo se organizaba alrededor de un patio que separaba la Facultad y el hospital. Actualmente, se conserva parte del hospital, rehabilitado para usos administrativos, y el pabellón anatómico de la Facultad. En 1845 se suspendió la enseñanza de medicina y cirugía en Valladolid y la Facultad fue trasladada a Salamanca. En 1857, el entonces Ministro de Educación, Claudio Moyano, restableció oficialmente la Facultad de Medicina de nuevo en Valladolid. En octubre de 1889 se inauguraron las nuevas instalaciones de la Facultad en su actual emplazamiento y del Hospital Provincial. En el año 1960 se construyó el edificio del bloque central, conservándose de la antigua facultad únicamente el ala de anatomía. Asimismo se edificaron las instalaciones anexas de la Escuela Universitaria de Enfermería. Durante los últimos años del régimen franquista, la facultad fue uno de los centros más activos del movimiento estudiantil. Las protestas y manifestaciones celebradas en aquellos años terminaron con el cierre temporal de la facultad en 1972. En 1974, los estudiantes de Medicina organizaron un recital de Raimon y un festival con la presencia de Oskorri y Elisa Serna que pese a la asistencia de 2.000 personas tuvo que ser suspendido. En 1975 como respuesta a la condena de siete estudiantes vallisoletanos, representantes de todos los centros universitarios llevaron a cabo un encierro en el Hospital Provincial que terminó con el desalojo y detención por parte de la policía. El 29 de enero del mismo año el rector de la Univeridad, el catedrático de ginecología y obstetricia José Ramón del Sol Fernández acudió a dar clase a la facultad pero se encontró con un aula vacía. A su salida de la facultad fue objeto de una lluvia de huevos 92

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


lanzada por un grupo de estudiantes que le esperaban al grito de ¡Dimisión!, ¡Dimisión!. Desde el 8 de febrero y hasta el 26 de mayo de 1975 la facultad al igual que el resto de centros de la Universidad permaneció cerrado por orden ministerial en un intento de disminuir la capacidad de actuación de los movimientos estudiantiles. El 3 de enero de 1978 se inauguró al lado de la Facultad el Hospital Clínico Universitario, sustituto del antiguo Hospital Provincial. Descripción El Aula Magna Pío del Río Hortega tiene aforo para 450 personas, posee asimismo tres salas de conferencias; una para 250 y otras dos para 70 personas. Cuenta con diez aulas con capacidad de 130 estudiantes y 40 sillas, una sala de conferencias para postgraduados con una capacidad de 64 personas y 6 pequeñas salas con 20 a 30 butacas. La Biblioteca de la Facultad cuenta con más de 25000 volúmenes y posee salas de lectura para 450 personas. Existe también una hemeroteca, suscrita a más de 200 publicaciones y un sistema automático de búsqueda de información. Cuenta con una sala audiovisual con capacidad para 40 personas, un aula informática con capacidad para 30 y una clase de técnicas de emergencias para 30 estudiantes. La Facultad posee un animalario, dirigida por un cirujano veterinario, equipado con los medios para alimentar y cuidar, según las recomendaciones de la Unión Europea, ratas, conejos, perros y cerdos. Existen una serie Hospitales Universitarios y Asociados y centros de Salud de Valladolid en los que se desarrollan actividades docentes de la Facultad gracias a un convenio suscrito entre la Universidad y el Sacyl; el Hospital Clínico Universitario de Valladolid, el Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid, el Hospital General Yagüe de Burgos, el Hospital del Río Carrión de Palencia, el Hospital General de Soria, el Hospital Comarcal de Medina del Campo, el Hospital de León y el Hospital General de Segovia. Ver mapa más grande -Fuente: Wikipedia

La Plaza de la Universidad Tuesday, August 09, 2011 Por Joaquín Martín de Uña La primera referencia cierta de la que sería Plaza de la Universidad, la recoge Don Matías Sangrador del documento de donación de los condes de Ansúrez a Don Salto, primer abad de la colegiata de Santa María la Mayor, por la que se entrega dicha edificación y se fijan las bases económicas para su funcionamiento. La citada institución abacial tuvo su primera sede en la iglesia de Santa María de la Antigua, que desde entonces recobró su función parroquial que aún conserva en nuestros días. El comienzo de la actividad de la colegiata, como habitualmente sucedía en los centros de población medievales, supuso que su entorno se constituyera en el más importante lugar de la vida mercantil y social de la población y en ella se concretaron importantes actividades religiosas, mercantiles, municipales, docentes y sociales de la naciente villa. Desde sus comienzos, el lugar se conoció como Plaza de Santa María o Plaza del Mercado, hasta que el mercado que se celebraba en el entorno de la colegiata (1248 y Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

93


documentalmente probado, en 1260), comenzó a extenderse hacia la amplia zona comprendida entre las actuales Plaza Mayor, de la Fuente Dorada y de la Universidad, que fue el lugar de asentamiento de los primeros gremios artesanos, comenzando a conocerse la amplia zona como Plaza del Mercado Nuevo, denominación que con el paso de los años se transformó en Plaza del Mercado, mientras que la Plaza de Santa María comenzó a conocerse con el complemento de Plaza vieja del Mercado. Nuestra Plaza Mayor fue la sucesora de algunos de los servicios prestados en la Plazuela de Santa María. Siendo la característica más común en las plazas mayores la presencia en las mismas de sus ayuntamientos, o casas consistoriales. La colegiata tuvo gran trascendencia e importancia en el nacimiento de nuestra Universidad. No sólo porque en ella se estableció el primer Estudio General, sino porque durante los primeros años de existencia de los Estudios Generales y subsiguiente Universidad, en la vieja colegiata tuvieron lugar las Sesiones de Grado, así como la entrega de títulos de Doctor a los estudiantes universitarios que alcanzaban dicha categoría académica. Tampoco fue esta plaza vallisoletana ajena a la vida judicial de la ciudad, pues en ella estuvo situado su rollo, una columna de piedra en la que un león sujetaba un banderín con el emblema del Conde Ansúrez y retenía bajo sus garras a un moro, ante el cual se daba publicidad a determinadas sentencias y disposiciones judiciales, sirviendo también de picota, junta a la cual se exponían al castigo público a los autores de determinados delitos. La fachada de la Universidad se situó en la Plazuela de Santa María en 1715, mientras durante años se conservó la primitiva puerta de entrada en la calle de las Librerías y sirvió de telón de fondo a las celebraciones universitarias, en las cuales no era extraña la celebración de corridas de toros. Antigua puerta de entrada de la calle Librerías Antes de que comenzara a edificarse nuestra inacabada catedral herreriana, los terrenos inmediatos a la desaparecida colegiata, estuvieron ocupados por distintas edificaciones que constituyeron las, en algún momento, llamadas Callejas de la Catedral y en una de cuyas casas (posiblemente habitadas por artesanos y profesionales relacionados con la universidad), nació el día 28 de Octubre de 1552, San Simón de Rojas, santo trinitario, cuya capilla actual en la catedral ocupa lo que fuera el solar de la casa de sus padres. 94

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


Dada la importancia histórica del nombre de la plaza, así como la tradicional defensa mariana de los vallisoletanos, resulta sorprendente su cambio debido únicamente a que la fachada de la Universidad se encuentra situada en ella. Hasta mediados del siglo pasado todas las plazas que no fueran la Plaza Mayor, eran popularmente llamadas plazuelas, quizás por considerarla menos importantes en la vida ciudadana. El caso de la antigua Plazuela de Santa María, constituye la excepción a la regla pues sin entrar en disquisiciones sobre su superficie, tanto como eje de la vida ciudadana durante varios siglos, como su emplazamiento en ella de instituciones e historia, la vieja plazuela, lleva ventaja a la actual primera Plaza de la ciudad. -Fuente: Paseos por la ciudad. (Joaquín Martín de Uña). ISBN:84-932336-1-7

Don Narciso Alonso Cortés Friday, August 12, 2011 Narciso Alonso Cortés nació el 11 de marzo de 1875 en Valladolid, ciudad en la que residió de forma casi ininterrumpida hasta su muerte, ocurrida el 19 de mayo de 1972. En 1899 contrajo matrimonio con Victorina Fernández Vicario; de esta unión nacieron nueve hijos. Estudió Derecho y Filosofía, doctorándose muy tempranamente en ambas ramas. Alonso Cortés fue catedrático de Literatura en el Instituto de Santander, responsabilidad que abandonaría para ocupar un puesto análogo en el de Valladolid; institución que llegó Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

95


a dirigir durante doce años. En el número 3 de la Calle Felipe II de Valladolid vivió este ilustre personaje Don Narciso fue el primer director de la Casa de Cervantes de Valladolid y presidió el Ateneo de la ciudad, la Comisión provincial de Monumentos Historico-Artísticos y la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción. Académico de la Lengua desde 1952, el Ayuntamiento de Valladolid lo nombró “Hijo ilustre” en 1916 y le concedió la “Medalla de Oro” de la ciudad en 1955. Resulta muy difícil sintetizar la enorme contribución de Narciso Alonso Cortés a la historiografía, la literatura, la crítica literaria y artística y el humanismo en su sentido más amplio. Ejerció como profesor de Lengua y Literatura y colaboró –cuando no promovióen numerosas publicaciones periódicas culturales. Su producción bibliográfica es vastísima. Investigador infatigable y prestigioso interlocutor entre los estudiosos hispanistas de todo el mundo; biógrafo minucioso, articulista prolífico y gran especialista de la vida y la obra de José Zorrilla, Narciso Alonso Cortés y su magnífico legado bibliográfico son sin duda el legado de la casa de Zorrilla.

96

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


La fotografía más antigua de Valladolid Sunday, August 14, 2011 La fotografía que aquí os pongo es una estereoscópica que se conserva en el Archivo Municipal, en la que se ven las aceñas del Pisuerga aún en pie y la puerta del Puente Mayor. Dado que la puerta se derribó en la década de 1850 o 60 es casi con seguridad la foto más antigua que se conoce de nuestra ciudad. Ésta que aquí veis es una imagen filtrada y mejorada del original cortesía de Juan Carlos Urueña Paredes autor del libro Rincones con Fantasma y que en próximas fechas publicará un nuevo libro sobre nuestra ciudad.

El profanador de Valladolid Thursday, August 18, 2011 Las investigaciones se iniciaron en 2002 a raíz del hallazgo, el día 20 de febrero de ese año, de distintos restos óseos en una capilla abandonada del barrio vallisoletano de La Overuela, en el antiguo poblado de Tafisa, que, como se pudo comprobar más tarde, pertenecían a una anciana cuyo cadáver fue profanado dos semanas antes en el cementerio del Carmen. Los primeros trabajos de identificación se llevaron a cabo por parte de agentes de la Brigada Provincial de Policía Científica y de la Policía Municipal, quienes en enero de 2004 identificaron a Ruben H.E, el cual se llevaba adornos en forma de ángeles del cementerio de El Carmen de Valladolid. La Policía encontró en su domicilio ubicado en la calle Gavilla de Valladolid abundante Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

97


material relacionado con las profanaciones de tumbas ocurridas en dicho cementerio. 'Buque', que es el mote por el que es conocido el autor de los hechos buscaba el cadáver de su abuela entre las sepulturas de el Cementerio de El Carmen y tenía antecedentes por delitos menores y perteneció a grupos radicales de extrema izquierda.

Material intervenido por la Policía en casa de Rubén H.E., en 2004. Fotos: El día de Valladolid La profanación de las cinco tumbas del cementerio de El Carmen de Valladolid se produjo a lo largo del mes de enero de 2004 y, posteriormente, se esparcieron parte de los restos por diferentes zonas de la ciudad, desde el río Pisuerga hasta las proximidades del camposanto, acompañados de objetos simbólicos. Aunque la intención de la Brigada de Policía Científica fue entonces la de remitir parte de unos y otros restos al Instituto Nacional de Toxicología para practicar la prueba de ADN y confirmar así si pertenecían al mismo cadáver, el de una mujer muerta hace diez años, finalmente no fue necesario practicar dicha prueba. Bastó con la reconstrucción del esqueleto realizada en el mismo cementerio para que el juez encargado del caso dictaminara que las piezas que los profanadores dejaron en el ataud encajaban perfectamente con el cráneo, fémures, tibias y vértebras encontradas semanas después a un kilómetro de distancia, en una capilla abandonada ubicada junto a la avenida de Burgos. Los restos óseos fueron nuevamente inhumados en el cementerio de El Carmen. Posteriormente, y en una calle próxima a la avenida de Palencia de la capital, apareció un cráneo que escondía en su interior la ficha auxiliar de un DNI y que fue abandonado junto a un triángulo de madera pintado de azul en el que figuraba la imagen de un ojo y de un símbolo similar al matemático que representa el infinito. Los restos de la calavera fueron trasladados hasta el Instituto Anatómico Forense de Valladolid con el fin proceder a su estudio. Por último, el día 18 del mismo mes se tuvo conocimiento de la profanación de otros nichos más en el recinto del mismo cementerio, después de que el torso de uno de los cadáveres fuera encontrado colgado de un árbol al otro lado de la tapia del camposanto y que otro cráneo apareciese sumergido en las aguas del río Pisuerga.

98

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


Rubén H.E. fue arrestado en febrero de 2004, entonces, por su declaración y el material hallado en su casa, se supo que se creía el dios egipcio Anubis y que pretendía resucitar a su abuela con diversos ritos para los que se surtió de restos humanos de nueve nichos. Fue enjuiciado en noviembre de ese mismo año por el Juzgado de lo Penal 2. Debido a su enfermedad mental, se le consideró inimputable y fue absuelto penalmente, aunque la juez le impuso la obligación de recibir tratamiento durante cuatro años que, al parecer, completó satisfactoriamente con la única salvedad de que faltó a sus citas con el psiquiatra en los primeros meses, según confirmaron fuentes jurídicas. Una vez que cumplido el tratamiento, Rubén volvió a desestabilizarse y retomó las visitas nocturnas a los cementerios. El Profanador De Valladolid En abril de 2010 fue nuevamente detenido como presunto autor de los destrozos causados en una treintena de tumbas y nichos nuevamente en los cementerios de El Carmen y las Contiendas y por pasar pernoctando varias noches consecutivas en dichos cementerios. Fue ingresado en el Módulo Penitenciario del Hospital Clínico, por orden del juez instructor del caso. En la actualidad Rubén, está siguiendo un tratamiento en la Unidad de Rehabilitación del Psiquiátrico Doctor Villacián, una unidad abierta, pero en la que él duerme y come a diario, si bien puede entrar y salir a su antojo, según fuentes judiciales. Su evolución ha sido buena, y en la actualidad se encuentra "bastante bien".

Museo Nacional Colegio San Gregorio (Parte 1) Saturday, August 20, 2011 El Museo Nacional Colegio de San Gregorio es uno de los más importantes museos españoles. Se distingue por la calidad original de su colección de escultura, la belleza del edificio del siglo XV que alberga su exposición permanente (el colegio que da nombre al Museo) y el valor histórico de los inmuebles que completan el conjunto museístico: el Palacio de Villena, la Casa del Sol y la iglesia de San Benito el Viejo. Su exposición permanente presenta un recorrido artístico que abarca desde el siglo XIII hasta el XVIII, en el que la escultura en madera policromada del Siglo de Oro goza de un protagonismo especial. Museo de Bellas Artes. 1880 Más de 150 años de historia El Museo es una fundación estatal con más de 150 años de historia. Su nacimiento en Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

99


1842 se inscribe en el proceso de creación de los museos públicos en España, inspirado por los principios educativos de la ilustración y por el reformismo político de la monarquía liberal. Las leyes desamortizadoras que nacionalizaban los tesoros artísticos de los conventos dieron lugar a los museos de Bellas Artes, entre los que destacó pronto el de Valladolid, instalado en el Colegio de Santa Cruz. El Palacio de Villena se adecuó, a finales de 2009, para sala de exposiciones Bajo la Segunda República, en 1933, el Museo se trasladó a un noble edificio, el Colegio de San Gregorio; fue elevado de categoría y cambió su nombre por el de Museo Nacional de Escultura, para darle un rango científico y secular, y enaltecer la riqueza del patrimonio escultórico de la nación. Desde 2008, y coincidiendo con la rehabilitación y reapertura de su sede tradicional, ha pasado a denominarse Museo Nacional Colegio de San Gregorio. Museo de Escultura.1933 Las colecciones Aunque comprende un arco temporal extenso que recorre desde la Baja Edad Media hasta el siglo XX, la colección no tiene un carácter enciclopédico. Está especializada en un periodo delimitado pero muy brillante, la Edad de Oro de los siglos modernos, y en el arte de la escultura de tema religioso de madera policromada. Aunque inicialmente predominaron los artistas del ámbito castellano y del Norte de la Península activos entre 1520 y 1650 –Alonso Berruguete, Juan de Juni o Gregorio Fernández, acompañados de contemporáneos como Vigarny o Leoni- la ampliación de los fondos con obras de Aragón, Murcia o de nuestros andaluces, como Pedro de Mena o Alonso Cano, ha ido configurando un paisaje cada vez más justo de la escultura “española”, a condición de que este término no se entienda en un sentido restrictivo, pues, a pesar del énfasis tradicionalmente puesto en el castellanismo de la colección, su naturaleza es, en realidad, muy cosmopolita, dado que varios artistas o determinadas obras proceden de Borgoña, Francia, Flandes, Italia o Alemania, lo que da a sus colecciones una dimensión europea que refuerza su complejidad y su encanto. Claustro de San Gregorio. Genaro Pérez Villaamil Sin embargo, junto a los escultores no debe olvidarse el diálogo que estos mantienen 100

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


con sus excelentes pintores contemporáneos, españoles y extranjeros, como Jorge Inglés, Antonio Moro, Rubens, Zurbarán o, ya más tardío, Luis Meléndez. Hay, además, interesantes ejemplares de artes aplicadas y mobiliario, propios de un periodo en el que las fronteras entre las Bellas Artes y las Artes Aplicadas no estaban definidas. Asimismo, la colección es particularmente rica en algunos géneros muy expresivos del quehacer artístico de esas centurias, en particular retablos, así como en sepulcros y sillerías de coro, además de poseer un grupo muy original de pasos procesionales. A estos fondos hay que añadir finalmente algunos artesonados propios de edificio o procedentes de conventos desaparecidos, que enriquecen y dan color al patrimonio del Museo y a la arquitectura interior del Colegio. Dibujo de Miguel Angel Soria El Colegio de San Gregorio, taller espiritual El mérito de las colecciones está en plena correspondencia con la calidad del edificio que las acoge, el Colegio de San Gregorio. De hecho, una afinidad histórica y cultural entreteje la relación entre sus fondos artísticos y la sede, dado que la intensa actividad doctrinal e ideológica del Colegio en los siglos XVI y XVII se plasmó visualmente en el programa, los contenidos y el destino de la mayoría de las obras de arte que en el siglo XIX ingresarían en el Museo. Esta institución docente fue fundada en la última década del siglo XV por un obispo vinculado a los Reyes Católicos, Alonso de Burgos, con el fin de reforzar la formación teológica de los dominicos, función que cumplirá durante décadas con una autoridad indiscutida. Se va a convertir, poco a poco, en uno de los laboratorios intelectuales más activos del conflictivo escenario espiritual del siglo XVI –en él estudiarán los teólogos, místicos, escritores e inquisidores –Bartolomé Carranza, Luis de Granada, Melchor Cano o Bartolomé de las Casas- que dirigieron la vida pública en las Indias, fijaron la posición de la monarquía en materia doctrinal, protagonizaron controversias sobre Erasmo de Rotterdam o sobre el trato a los indígenas y definieron la posición española en el Concilio de Trento. (Ir a la 2ª parte de este artículo)

Ver mapa más grande -Museo Nacional Colegio San Gregorio (Parte 2)

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

101


-Fuente: MINISTERIO DE CULTURA Copyright: Editado por la Secretaría General Técnica. Subdirección General de PublicMuaciones, Información y Documentación. Copyright de los Textos: sus autores ISBN: 978-84-8181-421-7

Museo Nacional Colegio San Gregorio (...y parte 2) Wednesday, August 24, 2011 I Duque de Lerma (Pompeo Leoni) Una arquitectura refinada y fantasiosa Desde el punto de vista arquitectónico, el Colegio representa una de las páginas más interesantes de la transición hacia la modernidad que vive la arquitectura española tardogótica, en su versión hispano-lamenca, distinguida por el gusto del refinamiento, un tipo de belleza fantasiosa y preciosista y el entusiasmado descubrimiento de la variedad y la abundancia de la naturaleza. En su construcción está atestiguada la participación de grandes maestros del momento, como Simòn de Colonia o Gil de Siloe. Capilla Con un marcado carácter civil y urbano, es sobre todo la ornamentación desbordante de algunos espacios lo que ha convertido el Colegio en un unicum en su género: la capilla la escalinata, el armonioso claustro y, sobre todo, su célebre portada. Ésta, con su imaginación complicada y caprichosa, se presenta como un tapiz, entre cuyas filigranas se dan cita personajes contemporáneos, santos antiguos, alegorías clásicas, escudo, símbolos del expansionismo americano y el obsesivo emblema del fundador: la flor de lis. Virgen de la leche. Finales del siglo XV

El “genio del lugar” El interior del edificio ha mantenido en lo esencial su morfología de origen. Se articula en torno a un gran patio cuadrado de dos plantas, verdadero corazón del Colegio, que con sus labores platerescas se cuenta entre los tesoros de la arquitectura española. A las crujías de ambos pisos se abren las estancias que sirvieron de refectorio, biblioteca, sala de mapas, sala capitular, aulas de ejercicios literarios, celdas de los colegiales, etc.

102

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


Gregorio Fernández Es en esas dependencias donde ahora se presenta la exposición permanente, en una adaptación museográfica que ha tratado de respetar al máximo las propiedades genuinas del monumento en su hechura, sus materiales, sus rasgos estilísticos y sus detalles más secundarios. La ubicación de Museo en un edificio histórico brinda al visitante la oportunidad de conocer una tipología arquitectónica muy característica de la España de entonces y apreciar directamente las formas de vida y el ambiente que habitaba la selecta comunidad de colegiales que estudiaban en esta “cárcel dorada”. Claustros a la intemperie, recintos exiguos, puertas bajas y angostas, recorridos tortuosos o escaleras estrechas limitan, sin duda, la comodidad del visitante e imponen condiciones a la presentación de las obras de arte. Pero pueden entenderse, a cambio, como la ocasión de transitar por el mismo escenario que los jóvenes frailes que terminarían por constituir las elites más influyentes de la vida espiritual y política del siglo XVI. Sillería de San Benito el Viejo. Andrés de Nájera y otros Exposición permanente El visitante que es acerque a este Museo debe tener presente que muchas de las obras expuestas fueron concebidas en otra época, para otros recintos y con distinto propósito. En su mayoría, se idearon como imágenes de devoción, instaladas en iglesias y conventos con un destino litúrgico. Quienes tenían acceso a ellas, a veces una minoría, las admiraban en medio de la penumbra, a elevadas temperaturas y por tanto distantes. El Santo entierro de Juan de Juni Casi siempre estaban integradas en conjuntos hoy desmembrados, como retablos o sepulcros, de contemplación sólo frontal. De ahí que, a veces, resulten incompletas, que su dorso esté menos elaborado o que presenten extrañas desproporciones anatómicas, al estar pensadas para verse a distancias inalcanzables. El Museo modifica aquel uso primitivo de las obras de arte y las confiere una autenticidad nueva y distinta. Su función es salvarlas del olvido y traerlas desde los siglos del pasado a la contemporaneidad. Y, con ello, permitir su contemplación y su estudio, hacerlas más accesibles, ofrecerlas a nuestra mirada, mostrar detalles antes Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

103


nunca vistos e iluminarlas intencionadamente para que disfrutemos de su belleza, su originalidad artística y su interés histórico. La disposición de la exposición permanente está estructurada de la siguiente manera: la visita se inicia en la capilla (sala 0), en la que se presenta un excelente conjunto de obras –retablos, sillerías, sepulcros- que evocan el ambiente original de los recintos funerarios del primer Renacimiento español. A continuación, una vez cruzado el Patio de los Estudios, se inicia el itinerario histórico nuclear, en las salas 1 a 20, en ambas plantas del edificio y siempre en torno al patio principal. Sin apartarse de ese orden temporal, que comprende básicamente desde el siglo XV hasta el siglo XVIII, algunas salas de este recorrido se dedican a temas determinados o ciclos iconográficos (salas 2, 12, 19). Paralelamente a este discurso troncal, y ocupando un gran ángulo de patio en la planta baja, tres ámbitos temáticos exponen de manera monográfica aspectos particulares de la colección u ofrecen visiones complementarias de los fondos artísticos y del propio Museo. Son el grupo de salas dedicado a la Memoria del Museo, la sala de Pasos Procesionales y, por último, el conjunto consagrado a las relaciones entre Arte y vida privada. -Museo Nacional Colegio de San Gregorio (Parte 1) Guía en PDF del Museo San Gregorio

-Fuente: MINISTERIO DE CULTURA Copyright: Editado por la Secretaría General Técnica. Subdirección General de Publicaciones, Información y Documentación. Copyright de los Textos: sus autores ISBN: 978-84-8181-421-7

104

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


El desaparecido Convento de la Santísima Trinidad Sunday, August 28, 2011 Del conjunto del convento no se conserva dibujo alguno, pero gracias a la documentación recopilada por María Antonia Fernández del Hoyo ha sido posible hacer esta reconstrucción bastante aproximada. Calculando la perspectiva desde la Plaza de Santa Ana y fiándonos del plano de Ventura Seco, podríamos tener esta vista del convento de los trinitarios si se hubiera conservado. Desde este punto no tendríamos mucho ángulo para ver la famosa espadaña de la iglesia, pero sí las torres del llamado “aposento nuevo”. Montaje digital de Juan Carlos Urueña Paredes El convento de la Santísima Trinidad se alzaba en la actual calle de María de Molina y era tan enorme que desde su portería, que salía a la plaza de Santa Ana, se prolongaba hasta la actual calle de los Doctrinos. Fue sin duda uno de los más grandiosos de Valladolid, comparable en empaque y extensión a los de San Benito o San Pablo. Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

105


La calle en la actualidad Los trinitarios calzados tuvieron muy antigua fundación, debida según algunos a los reyes de Castilla sobre finales del siglo XIII. A finales del XV, la familia Zúñiga se hizo con su patronato que dotó con generosidad. El convento según el plano de Bentura Seco de 1738. Remarcada, la situación de la portería La iglesia del monasterio era similar en tamaño y estilo a la de San Benito y contenía como ésta un gran retablo mayor renacentista; que si el de la primera fue obra de Alonso Berruguete, éste del templo trinitario fue obra de su hijo Inocencio. Contuvo también ricas obras de arte y suntuosos sepulcros de sus patronos y protectores. Montaje digital de Juan Carlos Urueña Paredes Todo fue pasto de las llamas durante la guerra de la Independencia y los franceses terminaron de arrasar la mayor parte de lo que el fuego respetó. Quizá es la pérdida más lamentable del enorme patrimonio destruido en nuestra ciudad. Aposento nuevo Fue célebre el espectáculo de la voladura de la espadaña de la iglesia por los franceses, torre admirada por todos los que llegaron a conocerla, según el diarista Francisco Gallardo, el 13 de febrero de 1811, casi a la vez que se demolía la portería de San Francisco: “Se derribó la torre espadaña de la iglesia que fue de trinitarios calzados. Era obra de mucho mérito por su bella arquitectura y firme construcción. Para derribarla se la dieron barrenos de fuego, y aún costó dificultad, y cuando cayó, fue entera sin desunirse piedra alguna.” Cualquier vestigio del convento, morada del insigne Simón de Rojas, desapareció incluso de la memoria histórica de la gente. Reconstrucción de la fachada de la portería de la Trinidad Calzada, según el único dibujo que se conserva obra de Ventura Pérez 106

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


Pocos saben que en el terreno que hoy ocupa la calle Veinte de Febrero existió una de las iglesias más soberbias que hubo en la ciudad, y que el cine “Roxy” y el teatro “Lope de Vega” ocupan parte del solar de aquel monasterio. -Fuente del texto y las fotografías: Rincones con Fantasma (Juan Carlos Urueña Paredes). ISBN: 84-95389-97-5

La Máquina Enigma en Valladolid Wednesday, August 31, 2011 Máquina Enigma conservada en el Museo de la Academia de Caballería de Valladolid Fotografía extraída de la web Espiral Variable Enigma era el nombre de una máquina que disponía de un mecanismo de cifrado rotatorio, que permitía usarla tanto para cifrar como para descifrar mensajes. Varios de sus modelos fueron muy utilizados en Europa desde inicios de los años 1920. Su fama se debe a haber sido adoptada por las fuerzas militares de Alemania desde 1930. Para muchos expertos y analistas políticos la famosa máquina Enigma fue el “arma” más importante que se empleo en la II Guerra Mundial. Las ordenes e informaciones más decisivas de la contienda fueron transmitidas a través de esta máquina con el objetivo de que no fueran descifradas por el

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

107


enemigo. Se dice que la Enigma provocó más victimas que la bomba atómica. Su facilidad de manejo y supuesta inviolabilidad fueron las principales razones para su amplio uso. Su sistema de cifrado fue finalmente descubierto y la lectura de la información que contenían los mensajes supuestamente protegidos es considerado, a veces, como la causa de haber podido concluir la Segunda Guerra Mundial al menos dos años antes de lo que hubiera acaecido sin su descifrado. Según el historiador Pastor Petit, Alemania regaló a Franco quince máquinas Enigma. Los aparatos llegaron rápidamente y se distribuyeron entre las máximas autoridades militares, quedando una de ellas en la Secretaría General de Estado y otra en el Gabinete de Cifra del Cuartel General del Generalísimo. Su funcionamiento resultó tan satisfactorio para el bando nacional que, en noviembre de 1936, se compraron diez ejemplares tipo comercial (denominadas claves mecánicas A y K).

Se estima que España poseyó alrededor de medio centenar de máquinas Enigma; de éstas, el Cuartel General del Ejército ha conservado las 26 que salieron a la luz a finales de 2008, y que han despertado la curiosidad de investigadores y expertos de todo el mundo. En la actualidad, la mayor parte de las 26 máquinas encontradas se han distribuido, a través del Instituto de Historia y Cultura Militar, a distintos museos militares de nuestro país, entre ellos el Museo de la Academia de Caballería de Valladolid.

El convento de Las Francesas Saturday, September 03, 2011 Señala Manuel Canesi que fundaron en 1487 este convento doña María de Zúñiga y doña María de Fonseca, que eran hermanas, y cedieron para su residencia sus casas situadas en la Calle del Campo. Le denominaron de Santa Cruz, de señoras comendadoras de la orden de Santiago. Tomaron el hábito ellas mismas, creando de esta manera una intitución de rigurosa clausura, destinada a dar acogida a "señoras de distinción, hijas o hermanas de Grandes Títulos de España". sigue manifestando Canesi que la iglesia antigua, construida en el palacio de las dos hermanas, era pequeña. Tenía esculpido el escudo de los Zúñiga, rama de los Duques de Bejar. De ahí vino el nombre de la calle próxima. Antes de su conversión en Centro Comercial

108

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


Pero ya en el siglo XVII el edificio habría de ser renovado, construyéndose iglesia nueva, por intercesión de ora ilustre dama que profesa, doña María Ana Ladrón de Guevara, hija de los Condes de Oñate. Había quedado viuda de don Pedro Pimental, marqués de Viana, y se recogió en el convento. Murió en 1651 y fue sepultada en la iglesia vieja, dejando ya terminada la capilla mayor del nuevo templo. En 1721 dice Canesi que dio fin la obra de esta iglesia. En la actualidad El Convento funcionó como tal hasta la Desamortización. Depués fue concedido a la comunidad de las Dominicas Francesas. Estas lo han mantenido como colegio hasta bien entrado el siglo XX, en que se trasladó a un edificio en la Huerta del Rey. El edificio quedó secularizado. Lo que se conserva es la portada a la calle Santiago, la sacristía, la iglesia, el coro, el claustro y la escalera de éste. El claustro está documentado como obra del siglo XVI. En 1537 el arquitecto Fernando de Entrambasaguas percibía diversas cantidades por los pilares y arcos del claustro. A él habrá que asignar toda la obra. Es un patio completo, de cuatro lados y tres pisos. Los arcos son carpaneles y escarzanos. Los antepechos dibujan tracería calada, gótica, arcaizante para la fecha en esta labor se hace. El modelo del patio es el del colegio Mayor de Santa Cruz. Pese a tal arcaísmo, es obra de notable perfección en cuanto a proporciones y esmerada ejecución. El suelo del piso bajo está formado por una armoniosa combinación de cantos y huesos de "taba", una modadlidad castellana del siglo XVI. Dispone de una espaciosa escalera con un pasamanos metálico y azulejería en el zócalo. Esta claustro y escalera han quedado incorporados a la edificación moderna. Es de advertir en el claustro la fuente baja de piedra. La portada a la calle de Santiago es adintelada, de piedra. Señala Martí y Monsó que el arquitecto Francisco de Mora intervenía en la obra del "pórtico" desde 1953. En las cartas que escribe a la comunidad da cuenta de la visita que había hecho Felipe II al Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

109


convento, por el que sentía un gran cariño. Esta portada, tan clasicista, es lo único que en el edificio acutal puede señalar su participación. Canesi afirma que el templo se concluyó en 1734, y González García Valladolid precisa que la bendición la realizó el obispo de Valladolid don Julián Domínguez de Toledo. La fachada no se ofrece a la calle Santiago, sino en el típico "compás" interior. Es un remanso de tranquilidad. Se trata de una fachada de dos cuerpos. El bajo viene a ser un arco de triunfo. Es una fachada clasicista, pero con molduraje barroco. En el nicho de la Inmaculada de la parte superior se lee la fecha de 1732, adecuada para toda esta fachada. En los nichos van las esculturas de la Inmaculada y dos esculturas, una de las cuales puede ser San Agustín (cuya regla regía en esta comunidad). El cuerpo de la iglesia sirve en la actualidad de Sala de Exposiciones La Comunidad de las Dominicas Francesas, dado que el edificio está declarado Monumento Nacional, al tiempo de trasladarse al edifico de la Huerta del Rey, se llevó los objetos inventariados en el Tesoro Artístico Nacional. Entre ellos se halla un relieve de finales del siglo XVI, atribuido a Esteben Jordán. Una parte de estos objetos han sido adquiridos por el Patrimonio Nacional y destinados al Museo Nacional de Escultura. Portada de la Calle Santiago Actualmente Solo se conserva el claustro rehabilitado como centro comercial, y la iglesia que hoy es la Sala Municipal de Exposiciones de la Iglesia de las Francesas, todo ello en el interior de un bloque de viviendas levantado en los años setenta del siglo XX. -Fuente: Monumentos Religiosos de la Ciudad de Valladolid. (Juan José Martín González, Fco. Javier de la Plaza Santiago). ISBN: 84-505-5518-3

110

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


El Museo del Ferrocarril de Valladolid Monday, September 05, 2011 Aunque el museo como tal no existe (el objetivo es crearlo), mas bien se trata de una exposición ferroviaria, lo denominaré así ya que con suerte esperemos que a medio plazo el abnegado esfuerzo de los miembros de ASVAFER de sus frutos, y además, museo suena más atractivo ¿no? La Asociación Vallisoletana de Amigos del Ferrocarril (ASVAFER) es una asociación sin ánimo de lucro fundada en el año 1982 con el fin de fomentar la afición al ferrocarril en Valladolid, mediante exposiciones, viajes, conferencias, etc. La Asociación actualmente cuenta con unos 90 socios, procedentes de diversos ámbitos, no siempre ferroviarios, y sus actividades principales están relacionadas con la conservación del Patrimonio Ferroviario Histórico de Valladolid, una ciudad con gran tradición ferroviaria desde que, en la década de los 60 del siglo XIX, la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España decidió ubicar en ella sus Talleres Centrales. Estos talleres fueron durante un siglo el principal centro laboral de Valladolid. ASVAFER restaura material ferroviario histórico. Ya se han rehabilitado seis locomotoras diesel de maniobras y otra eléctrica, que se hallan en perfecto orden de marcha. Otra de las restauraciones importantes ha sido la de una locomotora de vapor, aunque sólo a nivel estático.

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

111


También se han recuperado totalmente dos vagones de marcancías, un coche de viajeros y un furgón de correos. Además, se han restaurado exteriormente un automotor térmico (ferrobús). Actualmente ASVAFER tiene diversos vehículos ferroviarios en proceso de recuperación y algunos más ya adquiridos y pendientes de rehabilitar. Las actividades de restauración se llevan a cabo en una nave cerca de la rotonda de locomotoras de la Estación de ValladolidCampo Grande. Esta rotonda es pionera en el mundo por su forma de herradura, lo que hace de ella una pieza única de Patrimonio Histórico Industrial. También recoge y preserva todo tipo de objetos ferroviarios como herramientas, faroles, señales, uniformes, etc. con el propósito de dar a conocer el ferrocarril y su historia. El destino final de estos objetos sería un Museo del Ferrocarril. Anualmente, a principios de septiembre y coincidiendo con las Ferias y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo de Valladolid, ASVAFER organiza en su Sede Social una exposición donde muestra sus actividades, como las maquetas a diferentes escalas. Esta exposición suele contar con gran éxito de público, que en alguna edición ha llegado a superar las 7.500 personas en 9 días. Locomotora diesel rehabilitada Otra de las actividades es la promoción del modelismo tripulado, para lo que ASVAFER dispone de material móvil con galga de 7 1/4. Este tipo de actividad está bastante extendido en muchos lugares de España y otros países. La sede está ubicada en la antigua Estación de La Esperanza de Valladolid y los días de atención a los socios son jueves de 19 a 21 h y domingos de 12 a 14 h. Las instalaciones se pueden visitar, previa cita. También es posible concertar visitas para grupos (colegios, etc.). 112

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

113


La desaparecida biblioteca infantil del Campo Grande Thursday, September 08, 2011 En el Parque del Campo Grande, partiendo del Paseo de los Castaños hacia la Fuente de la Fama, y en una pequeña y casi inadvertida placita, se encuentra una recoleta casilla que en un tiempo acogió una frecuentada biblioteca veraniega infantil, integrada en nuestros días en la biblioteca existente en las proximidades de la pajarera. En nuestros días sirve de marco a un plano del Campo Grande, no precisamente detallado. En la fotografía inferior podemos ver la caseta (cubierta de pintadas) tras su cierre y antes de ser definitivamente tapiada para ser destinada a su uso actual. Una lástima. Ver mapa más grande -Fuente: Paseos por la ciudad (Joaquín Martín de Uña)

La antigua casa del Portero Mayor de la Universidad Friday, September 09, 2011 Información facilitada para este blog por Francisco Javier Medina Cuesta En la calle Doncellas nº 7 y situada prácticamente oculta a la vista de los viandantes si no se va exprésamente a la Facultad, nos encontramos una pequeña y antigua casita que contrasta grandemente con los edificios que la rodean. Esta casa centenaria estuvo ocupada por los sucesivos Porteros Mayores (especie de responsables de lo bedeles) de la Universidad, el último, Andrés Medina Gómez, la ocupó por jubilación del anterior Portero Mayor Sr. Velasco, que la había ocupado durante unos 30 años, y este a su vez sustituyo a otro anterior y así desde su construcción, aunque no se puede asegurar que se construyera para este fin, de dar vivienda a los porteros mayores, a cambio de una cierta vigilancia de las instalaciones a horas no lectivas, pero sí se había ocupado por ellos casi desde su construcción. Como dato de interés hago constar que el Palacio de Fabio Nelli también estaba dividido en 114

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


viviendas todo él, viviendas que estaban a su vez ocupadas por trabajadores de la Universidad, y así fue hasta 1960. La casa era ya centenaria cuando la ocupó el señor Medina allá por el año 1966. Cuando falleció su esposa en 1977 continuó viviendo en ella en compañía de uno de sus hijos Francisco Javier Medina (actual director del área de informática de la UVA) y lo hizo hasta su jubilación allá por el año 1987, así que la ocupó durante 21 años. La flecha señala la ubicación de la casa (años 70) antes de que la misma fuese prácticamente "fagocitada" por las actuales edificaciones. Foto:AMVA Con la jubilación de Andrés Medina se acabó la ocupación de la casa por la figura del Portero Mayor y como la Universidad no podía derribar la misma, dado que era más que centenaria y según la ley no se puede, se pensó en hacer una Biblioteca, o Sala de Estudio o darle alguna funcionalidad académica o científica, pero la realidad es que esta tapiada y en un estado lamentable. La casa constaba de 2 plantas de unos 80 m² cada una, con una escalera de madera de subida de una planta a otra, no de caracol, sino poligonal, toda ella de madera, y en tiempo bueno era un autentico sanatorio, pero muy fría en invierno. Tenia jardín por la parte de dentro todo alrededor y era una maravilla, era como vivir en un chalet en pleno centro de Valladolid. El número de gatos que había por el jardín y alrededores de lo que hoy es la Facultad de Derecho era tan enorme que no aparecían ratas por allí ni de broma (dice Francisco Javier, hijo del último portero mayor). Por último indicar que la labor del Portero Mayor en esa casa era vigilar la zona en horas de desocupación de la Facultad y controlar luces y demás. Era obligatorio vivir allí si se quería conservar el puesto.

Ver mapa más grande Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

115


-Agradezco a Francisco Javier Medina Cuesta su amabilidad por la información facilitada.

El desaparecido Cine Castilla Monday, September 12, 2011 En el barrio Girón, en el mismo área dotacional en la que se encontraba el colegio masculino "El Empecinado" se localizó el cine Castilla. Singular dotación para un barrio tan pequeño, permaneció activo durante muy poco tiempo. Los miembros del Teatro Corsario fueron los últimos que continuaron utilizando el cine hasta principios de 1998. La asociación de vecinos Valle Olid también hizo uso de sus locales -propiedad de la Junta desde el 12 de agosto de 1982, año en que el Ministerio de Cultura le transfirió su propiedad- hasta el año 1995. El edificio, que cuenta con unos locales de 1.892 metros, se encuentra deteriorado por las humedades, las cubiertas están en mal estado, sus fachadas ofrecen un lamentable estado de abandono y todavía quedan secuelas de vandalismo. Edificio del antiguo Cine Castilla El Ayuntamiento viene solicitando su cesión gratuita desde el año 1984, cuando todavía era alcalde Tomás Rodríguez Bolaños. Los diferentes titulares de la Concejalía de Cultura de los equipos de gobierno de Javier León de la Riva recogieron el testigo y, en distintas ocasiones, han mantenido conversaciones con el gobierno regional para que éste le ceda el edificio del Cine Castilla, ubicado en la avenida de los Cerros. El Ayuntamiento quiere hacerse cargo de la gestión pero pretende que antes la Junta realice los trabajos de reconstrucción.

Los retratos del Conde Ansúrez Thursday, September 15, 2011 Retrato 1- El Conde Pedro Ansúrez (Samuel Luna) Oleo/lienzo. 1,25x1 m. Firmado: Luna, 1898 En 1608 el Ayuntamiento encomendó a Pedro Díaz Minaya la realización de una copia del retrato que del Conde Ansúrez (retrato 2) poseía el Hospital de Santa María de Esgueva (hoy depositado por la Diputación en el salón de recepciones del Ayuntamiento) para colocarlo en las casas consistoriales. Retrato 2 En 1639 el pintor Felipe Gil de Mena hizo otros dos retratos del conde y de su esposa Dª 116

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)


Eylo para colocarlos en la capilla mayor de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Antigua con el fin de perpetuar la memoria de quienes habían patrocinado su erección. El presente (Retrato 1) es una copia reducida, hecha a finales del siglo XIX, del retrato original (retrato 2) pintado posiblemente en 1606 seguramente por el mismo Pedro Díaz Minaya para el citado Hospital de Esgueva. -Fuente: Patrimonio Artístico del Ayuntamiento de Valladolid, ISBN: 84-86808-83-9

Vallisoletvm (Marzo/Septiembre 2011)

117


0100960375

Non-customer created content Š SharedBook and its licensors. All rights reserved by their respective parties. Patents pending for the SharedBook technology. NOT FOR RESALE. For personal, noncommercial use only. LIABILITY LIMITED TO COST OF PRODUCT.




Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.