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La tinta del txipirón (Venenos) – Óscar Arroyuelo
from GM 109. LBT EMAKUMEAK: sororitatea eta feminismoa / MUJERES LTB: sororidad y feminismo
by gehitu
LA TINTA DEL TXIPIRÓN
VEnEnOS
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Siento profundo dolor y enorme tristeza porque hay quienes con argumentos fundamentados en la existencia inmutable del dimorfismo sexual de la especie humana, aderezados con prejuicios, falsedades varias e, incluso, con chistes y bromas de mal gusto, están mostrando escaso respeto hacia la diversidad humana y la dignidad de las personas trans y no binarias. Acusan al activismo trans y a la teoría queer de querer borrar a las mujeres del espacio “conquistado” socialmente tras enormes esfuerzos y años de militancia. Al activismo intersex no lo consideran, ni lo mencionan, porque directamente golpea de lleno y hunde la premisa elemental de la que parten. En este turbio ambiente de alejamiento progresivo de actitudes constructivas en defensa de los derechos humanos, la concesión del Premio Ondas a la mejor interpretación femenina en ficción se ha concedido a Daniela Santiago, Isabel Torres y Jedet. Las tres intérpretes de un mismo personaje, Cristina Ortiz, en la serie Veneno. Quien haya tenido la gratificante oportunidad de ver, disfrutar, aprender y emocionarse con esta serie, habrá de coincidir conmigo, que sus actuaciones son convincentes. Las críticas que han inundado las redes sociales van por otro lado. Proceden del pensamiento mainstream feminista (en el sentido de convencional), que se pretende único genuino y posible; y, como tal, deviene en excluyente. Quienes convergen en esta corriente teórica consideran ofensiva la concesión de tal galardón a tres personas transexuales, y una muestra evidente más del “borrado de mujeres”. A las premiadas les niegan la posibilidad de identificarse como tales sobre la base de la abolición del género como constructo social, que defienden desde sus postulados, y del sostén incuestionable de la rúbrica del binarismo sexual como hecho, “objetivo e incuestionable”. Sobre este sustrato biologicista se divide científicamente la especie humana en dos categorías: hombres y mujeres. Eta kito!. Para ellas, volviendo a los Ondas 2020, “este premio es una ofensa a todas las mujeres, especialmente a las feministas que dedicaron su vida, dejando incluso su libertad por el camino, para que hoy las mujeres tengamos presencia social y política, para que nunca más fuéramos "la otredad", ciudadanas de segunda”. Así lo expresa la jurista Paula Fraga Arias, integrante de la Alianza Contra el Borrado de las Mujeres, una organización que pretende “combatir la invisibilización de los derechos de las mismas en base al sexo, como resultado de las políticas de ‘identidad de género’”. Tales reacciones confirman las tesis de los creadores de la serie que está conquistando a
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la audiencia (Javier Ambrossi y Javier Calvo), sobre la enorme importancia que poseen los referentes audiovisuales para colocar en el foco de la atención ciudadana las situaciones de vulnerabilidad y discriminación que sufren las personas trans. Y la necesidad, añadiría personalmente, de que se dispongan los recursos legales que las protejan. Normas que prevengan, dificulten y, en su caso sancionen cualquier discriminación o violencia ejercida contra ellas. Que les permitan ser y hablar por si mismas, sin autorización de siquiatras, sicólogos, religiosos o de terceras personas, ni requerimiento de someterse a cualquier tratamiento médico contra su voluntad. Autodeterminación existencial. Una reinvindicación que también desde estos foros del feminismo “ilustrado” se combate furibundamente. Las lideresas de esta corriente están contentas por haber conseguido parar, hasta el momento, las proposiciones de ley estatales y autonómicas, en relación al colectivo LGTBI y, en particular, al trans, ya que disponen de enorme poder en algunos partidos como -y sobre todo-, en el PSOE. Se alinean en estos postulados la propia Vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, o la ex diputada del mismo partido socialista Ángeles Álvarez, quien fuera una de las primeras y pocas parlamentarias en salir del armario como lesbiana. Lamentable que, finalmente, por lo que pasará su nombre a la historia será por haber tenido un papel fundamental en impedir los trámites en el Congreso de lxs Diputadxs de esas proposiciones de ley contra la discriminación de las personas LGTBI que, a instancias de la FELGTB, presentó el grupo parlamentario de Podemos, en beneficio social de las personas que, como ella misma, se consideran integradas en tal acrónimo. Tampoco es original, dirán quienes leen estas líneas, teniendo en cuenta que sentados en diversas poltronas, hacen oír su voz, personajes como Maroto, que usó los derechos proporcionados por una reforma legal -que previamente había recurrido y reprobado su partido-, para luego casarse con otro hombre felizmente rodeado de “votos en contra” al son de temas eurovisivos. Ahora que el Ministerio de Igualdad intenta retomar e impulsar los trámites relacionados con esas proposiciones legales e impulsar su aprobación, Álvarez, junto con Amalia Varcálcel, Laura Freixas, Marina Gilabert, Alicia Miyares, Rosa María Rodríguez Magda, Victoria Sendón de León y Juana Serna, registraron una carta en el Congreso este mes de noviembre para mostrar su oposición a la llamada Ley Trans porque, lo que pretende «es un imposible: la autodeterminación del sexo». «Si bien la sexualidad está influida por la cultura, no podemos negar que el sexo es un dato objetivo en sus aspectos genético, gonadal, hormonal, anatómico y genital. No puede hablarse de "autodeterminación del sexo" como ejercicio de la libre voluntad», (…)«pretender que el ser mujer u hombre es una mera elección desdibuja la realidad material del sexo, justo aquello que determina el género en que se nos socializa». Y el broche: “No queremos dar pasos en falso que en realidad ponen en peligro la garantía de los derechos LGTBI. ¡!!!!!!!!!!Azucar!!!!!!!!!!! Quienes presentan estas proposiciones de ley, declaró Ángeles Álvarez “están aprovechando el hecho de que tienen una pata en el Gobierno de España (…) para introducir todos estos elementos sin que la sociedad Española sea consciente”. Obviamente no es capaz de aplicarse sus propias palabras, para reconocer cómo desde el puesto de poder que ya ha perdido, como diputada, ha impuesto durante mucho tiempo sus convicciones. Se le olvida que ser lesbiana, (o gay o bisex) o simplemente parecerlo, es una patología, ajena al mundo biologicista que ella defiende, o como poco una simple perversión a perseguir, corregir y, en última instancia, exterminar para una parte importante de la población mundial y para casi la mitad de los gobiernos y estados existentes en todo el mundo. Los derechos se conquistan y las leyes antidiscriminatorias siempre ayudan, en términos reales más que por lo que contienen y regulan por el efecto pedagógico que conllevan.
Conviene conocer el presente y recordar el pasado para aprender a evitar errores. O contribuir a remar contra la diversidad sexual. Y a ello también ayudan los productos audiovisuales como 'Veneno', la serie que recomendamos. Se basa en la obra escrita por la periodista Valeria Vegas, a modo de biografía de Cristina Ortiz, titulada; ¡Digo! Ni puta ni santa. Precisamente es el paralelismo entre ambas vidas, la de dos mujeres unidas por una misma necesidad de ser reconocidas por cómo se sienten y se identifican, una de las aportaciones más extraordinarias de la obra que Atresmedia ha producido. Nos enseñan a entender aspectos de nuestra historia reciente a través de sus vidas, ejemplo claro de contrastes. Una que la construyó sobreviviendo, sin apoyos, maltratada y rechazada por su madre, y olvidada hasta el final de sus días por su familia. Valeria viviendo su propio proceso contando con el respeto y el apoyo de su entorno más cercano, su amiga íntima, su propia madre, y accediendo a una formación universitaria que contrasta con al analfabetismo de la Veneno. Ambas formaron voluntariamente una familia elegida, porque el nexo que las unió era mucho más poderoso que lo que les separaba aunque sus entornos fuesen tan dispares. Lean también, en esta senda de aprendizaje, Vestidas de azul: Análisis social y cinematográfico de la mujer transexual en los años de la Transición española, cuya autora es la propia Valeria Vegas. Y puestos a recomendar lecturas no se olviden, si quieren entender algo de lo que está sucediendo en el feminismo español actual, echar un vistazo al libro que publicará Lola Robles el próximo año 2021, Identidades confinadas:
la construcción de un conflicto entre feminis-
mo, activismo trans y teoría queer. Mientras esperan, a que este libro vea la luz dediquen su tiempo a Las malas (2020), publicado por la Editorial Tusquets Editores S.A.. Obra de la actriz y escritora argentina Camila Sosa Villada. Otra “borradora de mujeres” que ha obtenido el Premio Sor Juana de la FIL 2020 concedido en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, con el que se da reconocimiento al trabajo literario de las mujeres en el mundo hispano con este libro. Las malas es un sentido homenaje al mundo invisible del colectivo 'trans', quienes acaban yéndose “de todos los lugares”, y encuentran su primer lugar de pertenencia en el mundo, como lo hicieron Cristina Ortíz y la propia Camila Sosa, en los parques. El lugar donde se hicieron una familia no biológica y donde ejercieron la prostitución para vivir. Otro anatema para quienes las cuestionan como mujeres. Quienes pretenden decidir quién y en qué condiciones una persona puede ser reconocida como mujer, son quienes desearían silenciar sus voces, y propiciar su confinamiento. Quienes desde las cómodas posiciones económicas, políticas, sociales y culturales que ostentan (privilegios alcanzados, con esfuerzo en muchos casos, pero privilegios al fin y al cabo) pueden influir con sus mensajes en las políticas públicas. Tienen poder para hacerlo, y los púlpitos adecuados para difundir y, hasta ahora, para imponer lo que consideran la verdad. Algo no huele bien. Sus comportamientos, sus posiciones y mensajes, evocan a los que tanto se han combatido y sobre los que tanto se ha teorizado, desde las diversas corrientes del feminismo, los del patriarcado. Y lo son en estado puro y lo representan de nuevas formas si se analizan con detalle y sin apasionamiento. A veces están siendo tan grotescos como dañinos e innecesarios en una lógica de debate y argumentación serena y respetuosa, como fueron los lanzados en 2019 desde la XVI Escuela Feminista Rosario Acuña Profundo dolor y enorme tristeza. Aunque hay esperanzas. Son muchas las feministas que abrazan la diversidad y. hubo luces en las palabras de la ministra portavoz del Gobierno español, María Jesús Montero, afirmando que el Gobierno considera "compatible" la lucha por la igualdad de oportunidades de las mujeres con el reconocimiento y el refuerzo a través de una ley de los derechos de las personas trans, un colectivo al que se le ha negado la igualdad "a lo largo de los tiempos". Que avanzar en la consecución de derechos del colectivo trans no va en detrimento del avance en la lucha por la igualdad de la mujer. Pongamos todes de nuestra parte para conjugar ambos objetivos.
Óscar Arroyuelo Suárez
mailoarroyuelo@gmail.com