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PATEK PHILIPPE EN EL
EN EL TERRITORIO DE LA PERFECCIÓN
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Patek Philippe presenta su primer cronógrafo de pulsera capaz de medir décimas de segundo. Lo hace con un calibre que aporta siete nuevas patentes.
TEXTO R. B.
En la otra página: La caja de perfil elegante es el complemento perfecto para esta nueva interpretación de la complicación cronográfica. Arriba: El fondo de zafiro permite contemplar el nuevo calibre CH 29-535 PS 1/10 que late a una frecuencia de 5 Hz (36.000 alt/h).
Junto a estas líneas: Como todas las creaciones de Patek Philippe que emplean el platino en su caja, luce un distintivo diamante en la carrura, a la altura de las 6 horas.
En la otra página: No solo el color es llamativo en la aguja que marca la décima de segundo, también el material con el que ha sido realizada: Silinvar®.
A PATEK PHILIPPE LE AVALA una trayectoria relojera exquisita... también en el universo de los cronógrafos. Sin embargo, hasta ahora no había abordado la décima de segundo en su reportorio de relojes de pulsera. Es lo que hace la Ref. 5470P-001, un cronógrafo monopulsante que aglutina 31 distintas patentes, de las cuales siete son de nuevo cuño (sistema de indicación concéntrica; muesca en el árbol del barrilete; rueda arrastradora de 1/10 con recuperación del juego; gancho antichoque del cronógrafo; sistema de péndulo antichoque; tratamiento de superficie de la aguja de silicio; y procedimiento del ensamblado de componentes relojeros).
Se puede afirmar que estamos ante el cronógrafo perfecto y por muchas razones. Una de ellas, el incremento de la frecuencia a 5 Hz (36.000 alt/h). Toda una novedad que protagoniza el nuevo calibre CH 29-535 PS 1/10. Otro detalle importante es la lectura de la décima de segundo. Para ello, se han habilitado dos mecanismos de cronógrafo independientes, uno para los segundos y contador de 30 minutos instantáneo; el otro, para la indicación de las décimas de segundo.
La prioridad es ofrecer una buena legibilidad y es donde entra en escena la indicación del segundo y de la fracción de segundo concéntricos. El reloj va dotado de dos agujas centrales. Una de ellas permite leer el segundo de forma tradicional. La otra efectúa una vuelta de esfera en 12 segundos, es decir cinco veces más deprisa que una trotadora común.
Asimismo, había que conservar unas dimensiones lo más compactas posibles, manteniendo el diámetro del calibre de base (29,6 mm) y ofrecer una altura ligeramente superior (6,96 mm en lugar de 5,35 mm), una proeza hablando de 396 componentes. Es la primera vez también que Patek Philippe introduce el Oscillomax® en la colección permanente, algo fundamental para entender las prestaciones del nuevo calibre.
Para que la aguja de la décima de segundo gire sin sacudidas ni vibraciones, Patek Philippe ha construido una estructura de doble capa, con una rueda superior dotada de brazos flexibles y una rueda inferior de brazos rígidos. Gracias a este principio de compensación de tolerancias patentado y de bajo consumo energético, se suprime cualquier vibración de la aguja.
Con un sistema antichoque también doble que permite la resistencia ante impactos y sobre todo la estabilidad del movimiento, una de las sorpresas más interesantes de esta referencia que formará parte de la colección regular se concentra en la esfera: la indicación de la décima de segundo es una aguja trotadora realizada en Silinvar®. Nunca utilizado hasta ahora,. mejora el rendimiento energético y también absorbe mejor el impacto de la parada del cronógrafo. Lacada en rojo, ofrece además una segunda patente, la que permite fijar el cañón en la aguja de Silinvar®.