Independencia Económica
“Pese a la crisis internacional sin precedentes, pese a la oposición permanente y a los palos en la rueda que permanentemente sufre nuestro Gobierno, pese a todas las operaciones a las que somos sometidos, aquí está la Argentina con un crecimiento de más del 9% en los últimos 2 años, generando puestos de trabajo y siguiendo adelante con todas y cada una de las obras a las que nos habíamos comprometido y yendo por más.” Cristina Fernández de Kirchner, Buenos Aires, 7 de septiembre de 2010
Contención de la crisis económica y financiera internacional A mediados de 2008, en los países centrales se desató una crisis financiera de enorme magnitud que amenazó el orden económico internacional en su conjunto y dejó al descubierto la vulnerabilidad de las políticas especulativas neoliberales que las propias potencias en crisis pregonaban. La Argentina, sin embargo, gracias a medidas anticíclicas y de protección de la industria y al nuevo modelo de desarrollo implementado en 2003, pudo sortear el temblor sin sobresaltos.
Entre 2008 y 2009 los principales mercados financieros fueron golpeados por la crisis iniciada en Estados Unidos por las hipotecas de baja calidad. En nuestro país el impacto de la crisis fue sumamente menor al que experimentaron otros países como Grecia, Irlanda o España, ya que las políticas implementadas desde 2003 permitieron la creación de un plan de desarrollo y sostenimiento del consumo interno que apuntaló el crecimiento del país, evitando una caída en la recesión. El modelo argentino implementado por Néstor y Cristina Kirchner se asentó en los denominados superávits gemelos (comercial y fiscal), la acumulación de reservas por parte del Banco Central, y un tipo de cambio real competitivo y estable que procuró evitar la
apreciación del peso mediante la intervención del Banco Central, y luego también del Tesoro con recursos fiscales, cuando el mercado de divisas comenzó a presentar un exceso de oferta. Desde el punto de vista social, el plan lanzado por la presidenta contempló el sostenimiento de la obra pública; la defensa del trabajo nacional a través del Programa de Recuperación Productiva, REPRO, que es financiado con fondos de la ANSES; apreciación del salario mínimo; la incorporación y el aumento de haberes para los jubilados; y la ampliación de la inversión en seguridad social, primero con la entrega de cifras fijas en los planes sociales, y luego, desde finales de 2009, con la creación de la Asignación Universal por Hijo.
El resultado de estas medidas no sólo permitió sobrepasar el freno a la economía mundial provocado por el efecto jazz, como bautizó a la crisis la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la 63º Asamblea General de las Naciones Unidas, sino que también permitió que en el año del Bicentenario la economía argentina se consolidara con un crecimiento del 9,2% y una recaudación impositiva récord de 104.754 millones de dólares.
¿Sabías que...? Los Estados Unidos de Norteamérica invirtieron más de 700.000 millones de dólares en un plan para salvar a las entidades financieras que en gran medida fueron las causantes de la crisis.