Documento de Trabajo Comisión: Patria Grande La integración política de las naciones Sudamericanas como el único camino que garantizará la verdadera independencia "La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del Destino” Simón Bolívar La construcción de la Patria Grande y la integración de los pueblos latinoamericanos se plantea hoy como camino inexorable para la definitiva independencia y desarrollo económico con inclusión social de nuestra región. El sendero recorrido durante la última década partió de la firme convicción de líderes políticos sudamericanos como Néstor Kirchner y Hugo Chávez quienes marcaron que ese era el camino pese a que el pensamiento dominante indicaba que el futuro era la liberalización económica. En esta comisión discutimos cuál fue el recorrido, el rol y liderazgo político y los desafíos que plantea hoy la integración política, económica, productiva y social-cultural de nuestros pueblos. El concepto de Patria Grande alude a los procesos de independencia, a los proyectos que tenían los patriotas como San Martín, Bolívar, Artigas, etc. de una América Latina unida para el definitivo logro de la independencia. La posterior organización de los estados nacionales y las alianzas de sus elites con las potencias centrales para extraer recursos naturales en detrimento del desarrollo industrial de la región, impidió que se retomara ese camino planteado inicialmente. El resultado fue la dependencia y el subdesarrollo frente al poderío económico logrado por Europa y los Estados Unidos a expensas de una relación centroperiferia que impidió el desarrollo inclusivo y la soberanía política de nuestra región. La Guerra Fría planteó luego un escenario internacional de alianzas en torno al eje Este-Oeste que significó la profundización de la dependencia regional con los Estados Unidos. En el siglo XX, el General Perón se planta frente a este escenario de la Guerra Fría y lidera un proceso que dio en llamar Tercera Posición, es decir un sistema de alianzas con países del Tercer Mundo, dado que ni el capitalismo liberal ni el comunismo eran alternativas que pudieran llevar a nuestros pueblos latinoamericanos al logro de la independencia económica, la soberanía política y a la justicia social. En 1972, en un contexto de mayor distensión entre los bloques
este-oeste es cuando plantea que el Continentalismo es el único modo de que el siglo XXI no nos encuentre dominados. El año 2000 llegó y nos encontró en una América Latina profundamente desigual y con una crisis del modelo neoliberal que en muchos países provocó que se eligieran nuevos líderes que encarnaron un cambio de rumbo respecto al pensamiento único que hasta ese momento reinaba y ya daba muestras de agotamiento. En ese contexto asumen como presidentes primero Hugo Chávez, luego Lula, Néstor Kirchner, Evo Morales, Rafael Correa, Lugo en Paraguay, José Mujica, etc. Y le cambian la cara a América Latina. Surge entre ellos una sintonía común y deciden hacer realidad la integración política de la región a través de mecanismos institucionales como el Mercosur y la Unasur. El año 2005 fue quizás el hito que marcó el camino iniciado por los presidentes latinoamericanos que planteaban la voluntad política de iniciar un camino distinto, a partir de aquel “No al ALCA” en Mar del Plata. A partir de allí se afirmó la vocación de integración sudamericana frente a la dominación que significaba en ese momento la firma de un Tratado que establecía un Área de Libre Comercio de las Américas, el cual había sido diseñado para conveniencia de los Estados Unidos. Significó el fin de esa visión que, como planteó Cristina Fernández de Kirchner en 2009, “donde una sola potencia dirigiría el destino de la historia y todo sería ´sine die´ en el curso del tiempo. Pero finalmente los pueblos y la realidad demuestran que la historia jamás se detiene y que estamos ante un nuevo escenario mundial que va a exigir de parte de todos nosotros un gran esfuerzo intelectual; y, además, hacerlo desde la perspectiva regional. Yo me atrevo a decir que, frente a esta globalización que algunos pensaron homogénea y hegemónica vamos a ver una nueva, tal vez no globalización, sino universalización heterogénea, multipolar y multicultural”. La construcción de la Patria Grande se expresa hoy en la constitución de un organismo internacional como la UNASUR, el cual es fundamentalmente un instrumento de unidad democrática en los ámbitos políticos, militares, económicos, sociales y culturales. Hay desafíos por delante, como la idea de poner en práctica el instrumento financiero regional (Banco del Sur), la consolidación del MERCOSUR como bloque económico, la integración productiva, energética y de infraestructura, entre otros. En estos días en que nuestra América Latina ha perdido un gran compañero, al Presidente de Venezuela Hugo Chávez Frías, rendimos homenaje a quien ha sido uno de los fundadores de la UNASUR, a quien ha defendido los intereses de nuestra
región, a quien ha luchado por la unión sudamericana, a quien ha estado siempre desde cada una de sus acciones comprometido con los trabajadores y con los más humildes, a quién fue un liberador de pueblos, pero primero un “liberador de mentes”; a quien en definitiva ha sido un aliado y amigo solidario de nuestro país, un gran compañero de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner en la tarea de construcción de la Patria Grande. El legado de estos dos grandes hombres de nuestro tiempo nos llama a superar las diferencias entre los pueblos latinoamericanos en pos de concretar el sueño de liberación e independencia que tuvieron los libertadores de América, junto con los esfuerzos de Perón, Vargas, e Ibáñez (firmantes del Tratado ABC) el siglo pasado. Hoy, tenemos la convicción de que esto será posible, pues así se han expresado las mayorías populares en cada uno de nuestros países dando el voto a aquellas fuerzas políticas que expresan en sus principios ideológicos que la integración regional es el vehículo para lograr el desarrollo económico con inclusión social