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Corabastos: ¿centro de abastos o centro de desperdicios?
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Alejandro Isaac Núñez Ayala
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anuneza@unal.edu.co Ingeniería Química Martín Fernando Ortegón Morales
maortegon@unal.edu.co Contaduría Pública Adriana Patricia Díaz Cuevas, docente
Si nuestro peligro es hecho por nosotros mismos, entonces tenemos el poder de cambiarlo o al menos redirigir su curso hacia propósitos menos terribles y ojalá hacia adelante4 . Ulrich Beck (citado por Alexander y Gleeson, 2019)
Resumen
[Texto argumentativo] En Corabastos el desperdicio de alimentos que se presenta suele ser el pan de cada día, desde contenedores repletos de alimentos, hasta un sinfín de comida que termina en el suelo son algunos de los ejemplos que evidencian esta problemática. Sin embargo, si observamos el sistema de desperdicios que funciona en la actualidad, se puede evidenciar que la posición de la entidad y el manejo que le ha dado a esta situación es cuestionable. El propósito del texto es sustentar que Corabastos debe replantear el sistema de desperdicios, sin que sea un llamado a la privatización de los contenedores. Para ello, se explorará la relación que tienen el despacho de alimentos, a venta y su destino final con lo que respecta a desperdicios dentro de la central de abastos.
Palabras Clave
Corabastos, Desperdicio, Clasificación de alimentos, Contenedores.
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Corabastos es una central de abastos que se encuentra ubicada en Bogotá, más exactamente en la localidad de Kennedy. Desde 1970 brinda sus servicios a la comunidad, garantiza el abastecimiento de alimentos tanto de la capital como de los municipios aledaños, y, a su vez, regula el precio de los alimentos que llegan a sus puertas. Para lograr organizar y administrar la demanda de alimentos de estas zonas, se necesita tener un buen personal que tenga presente todos los factores que toman parte en estos procesos. Uno de estos es el apartado de residuos que deja el tránsito de alimentos, en el cual se evidencian ciertas falencias.
Para hablar sobre los desperdicios que se presentan diariamente en Corabastos es preciso definir, en un primer momento, la diferencia entre pérdida y desperdicio de alimentos. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) (2011), la pérdida de alimentos es la disminución de la cantidad y la calidad de los alimentos (FAO, 2019), ocasionados por la toma de decisiones incorrectas por parte de los proveedores. Los alimentos que se pierden no volverán a una cadena alimenticia, ni siquiera como semilla. En cambio, el desperdicio es el descarte o uso alternativo (no alimenticio) de alimentos aptos para el consumo humano (FAO, 2019), ya sea por una elección artificial o porque los alimentos presenten un grado de descomposición.
En Corabastos cientos de alimentos son descartados diariamente por presentar golpes o maduraciones. Esta situación tiene su origen en el reglamento interno de Corabastos (2006). De acuerdo con el artículo 65, los alimentos que serán vendidos en la central deben poseer unas características homogéneas y organolépticas excelentes (Corabastos, 2006), lo que puede constituir una deci-
4.Traducido del original: “If our peril is self-made then we have the power to change it, or at least redirect its course to less terrible ends and hopefully onwards”.
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sión subjetiva mediante la cual se cataloguen como desperdicio alimentos en buen estado y aptos para el consumo, pero con ligeras imperfecciones.
Por lo anterior, se puede catalogar de mediocre e ineficiente la administración que se le da a los alimentos madurados. Este problema, más allá de crear una situación desagradable como lo es el desecho de los alimentos, ocasiona una mayor pérdida de estos. Por lo tanto, se debe replantear el sistema de desperdicios de comida en Corabastos para así disminuir el desperdicio de alimentos que se presenta. Es menester un cambio ya que, si este sistema persiste, todo lo que se encuentre en el área de residuos se irá directamente a algún vertedero, aunque no todo sea basura. A continuación, se presentará una serie de argumentos que nos ayudarán a explicar la relación que tiene el sistema actual con el problema de los desperdicios en Corabastos. La elaboración de este ensayo se dio en el marco de un proyecto investigativo realizado por los autores en la asignatura “Introducción a la Ingeniería Agrícola”, cuyo propósito era plantear soluciones al problema del desperdicio de alimentos en la principal central de abastos de la ciudad.
En primer lugar, la metodología de recolección de basura que tiene Corabastos es poco organizada, lo que provoca que todo lo que se encuentre en el área de los desechos se vaya a los vertederos de Mondoñedo o de Doña Juana, sin considerar que algunos elementos aún se pueden usar o se podrían considerar digeribles (hablando de alimentos). La acción que se ha tomado para iniciar la selección artificial de la comida en Corabastos es la creación de contenedores para la recolección exclusiva de orgánicos, los cuales permiten la clasificación de desperdicios y de la comida para uso alimenticio a la hora del despache. No obstante, estos contenedores no se han utilizado de manera eficiente ya que se encuentran abiertos a la intemperie sin ningún tipo de supervisión constante que regule lo que las personas depositan allí.
Una de las actividades que generan más residuos en la central de abastos es el descargue y la preparación de los ali-
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mentos para su venta. En el transcurso de esta actividad, la gente no es cuidadosa y deja caer parte de estos alimentos al piso, los cuales casi siempre son dejados en el suelo por ser “la parte que no se vende” y porque evidentemente no es lo que se lleva de vuelta a las fincas que traen esta cosecha (ver Imagen 1). De acuerdo con un estudio realizado en Bogotá por parte del consorcio NAM-VELZEA (2008), se tienden a despreciar los alimentos que presenten algún mínimo daño, entre los cuales predominan frutas, hortalizas, verduras, hierbas y plátanos. Así, Corabastos genera una gran cantidad de desperdicios que no tienen lugar alguno.
Imagen 1. Alimentos desperdiciados (15 de marzo del 2020), Bogotá, elaboración propia. Archivo personal.
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En segundo lugar, la falta de implementos y contenedores genera desorden en los contenedores orgánicos, lo que dificulta la clasificación de alimentos y la hace ineficiente, ya que las personas mezclan los residuos orgánicos con los inorgánicos en lugar de separarlos adecuadamente. Otro aspecto que contribuye al desorden que se presenta en el apartado de residuos de la central es el traslado temporal de alimentos, actividad realizada por los mismos comerciantes y personas que despachan la comida, y no por alguien capacitado para dicha clasificación. Esta falta de organización no solo se ve representada en la mezcla de desechos y generación de más desperdicios, sino también en la generación de un ambiente desagradable en el que se presentan olores a putrefacción y descomposición.
Este desorden provoca un mayor desperdicio de alimentos, de manera que es necesario realizar un estricto seguimiento sobre quienes depositan en los contenedores. También es necesario que las personas colaboren, de alguna manera, con la organización del sistema de desechos de Corabastos y así hacer la tarea más sencilla y eficiente.
Se puede observar este problema desde relatos personales, como el expuesto por Mary Mar (2019), una mujer procedente de Caldas que encontraba en la comida desperdiciada en la central de abastos su medio de subsistencia: “Había partes donde olía a comida en mal estado y penetraba un aroma muy maluco, como a vinagre. Qué pesar el que me daba, pensar que uno con necesidades y que no era justo que se perdiera la comidita” (pp. 187-188). La situación representada en lo expuesto por Mary Mar es una constante en este lugar. Como se puede evidenciar en la imagen 2, hay alimentos en buen estado que fácilmente pueden llegar al fondo de los contenedores, especialmente en la zona de frutas y verduras. La mezcla de estos desechos, además de ser desagradable y dañina, echa a perder los alimentos que aún son aptos para consumo, en tanto los primeros pueden ser tóxicos. Alejandro Isaac Núñez Ayala / anuneza @unal.edu.co Martín Fenando Ortegón Morales / anuneza @unal.edu.co
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Imagen 2. Contendores orgánicos (15 de marzo del 2020), Bogotá, elaboración propia. Archivo personal.
Por ello, se han realizado varias jornadas de capacitación que cuentan con la participación de la secretaría de ambiente: “La idea fue llevada a 1200 comerciantes y usuarios de las bodegas 81 y 82, con el fin de concienciar a los ciudadanos y ciudadanas sobre el manejo adecuado de los residuos sólidos orgánicos” (Corabastos, s.f., párr. 3). Sin embargo, aunque se llevan a cabo estas jornadas de capacitación, no se evidencian resultados notorios. Así, resulta imprescindible llevar a cabo más jornadas de capacitación que cuenten con un seguimiento estricto, pues, de lo contrario, disminuir esta enorme cantidad de desechos será muy difícil, por no decir imposible.
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En tercer lugar, en Corabastos se producen diariamente grandes cantidades de desperdicios por los estándares de calidad en relación con los alimentos, además del gran tamaño de este centro de abastos. Diariamente se producen en la central de abastos más de 100 toneladas diarias de desperdicios, esta cifra se ha logrado cuantificar por el número de camiones repletos que salen hacia el vertedero de Doña Juana (Canal Capital, 2016). Estos altos niveles de desperdicio son motivados a su vez por la poca participación de las administraciones de Corabastos para tratar el problema de raíz y por la falta de personal cuya única labor sea tratar la comida en descomposición.
La basura y desperdicios de Corabastos se vuelven una masa que, si bien es despreciable, potencialmente no lo es. Aunque se dispute su mala administración y el ineficiente proceso que se lleva a cabo, el interés de la administración por trabajar en el reciclaje y el compostaje es alto y más aún si esto puede volverse monetariamente favorable para la central de abastos (Consorcio NAM-VELZEA, 2008). Prueba de ello es el intento por llevar todos sus desperdicios para la debida separación de residuos orgánicos e inorgánicos de manera constante e informal en el parqueadero 4 (Semana Sostenible, 2018). Sin embargo, esto generó un nuevo problema en relación con la cantidad de alimentos acumulados debido al desagradable olor que presentan los lixiviados.
Un aspecto importante a tener en cuenta es que la cifra de desperdicios, aunque significativa, no da cuenta de la totalidad de desperdicios que se generan diariamente en Corabastos. Esto debido a que los contenedores de carácter orgánico son fuente de alimento para una gran cantidad de personas, quienes han revisado previamente los desperdicios de manera reiterada durante la semana. Cabe recalcar que una de las razones por las cuales estas personas logran encontrar alimentos en buen estado en la basura son los estándares de calidad que se exigen en sus alimentos. Mejorar el sistema de desperdicios de la central de abastos podría representar una forma de negarles el acceso a los alimentos a estas personas. Sin embargo, esta forma de manutención pone en riesgo su salud al enfrentarse a varios desechos. Alejandro Isaac Núñez Ayala / anuneza @unal.edu.co Martín Fenando Ortegón Morales / anuneza @unal.edu.co
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Como señala Mary Mar (2019) en el libro Almas que escriben, hay gente que depende completamente de estos alimentos entre desechos, ya sea por falta de ingresos o por falta de un trabajo que les permita comprar víveres en un supermercado minorista. Es una situación que se presenta en Corabastos, donde la cantidad de personas que aprovechan los alimentos encontrados en los desperdicios es proporcional al tamaño de este centro, pero también en otras zonas del país. Por ejemplo, comunidades indígenas en Vichada dependen de los alimentos que encuentran en los vertederos, lo cual representa un gran peligro para su salud (Ávila, 2019). Es decir, el ambiente en donde se encuentran los alimentos es bastante peligroso, por lo cual el hecho de contraer una enfermedad es muy probable teniendo en cuenta la toxicidad que puede generar todo este revuelto de residuos.
En consecuencia, esto solo puede empeorar la situación por la cual pasan estas personas, en lugar de mejorarla. Es necesario que un ente como Corabastos tenga la capacidad de brindar una solución viable para todos, ya que, si logra solventar el hambre de una sociedad marginada de manera tan ineficiente, lo puede hacer de una mejor manera si se llega a un acuerdo entre Corabastos y los recolectores, sin que esta sea una invitación a que terceros y personas que no se encuentran en esta situación socioeconómica desfavorable se aprovechen.
En conclusión, recalcamos la importancia de organizar los residuos desde el momento que entra un camión a Corabastos para brindar una solución al desperdicio masivo que se presenta año tras año, sin falta alguna, en este importante centro de abastos. Esta propuesta no es sinónimo de replantear los estándares de calidad ni de privatizar el alimento que potencialmente se va a perder. En cambio, es el trabajo que puede hacer la administración de Corabastos, de la mano de sus trabajadores y visitantes.
Aunque al final del día pensemos que hay personas que no tienen alma por desperdiciar comida y que están desaprovechando una mina de oro, además del daño que provoca a la naturaleza, el objetivo no es seguir hablando de lo mismo, ni resolver esta problemática buscando a un único culpable. Dejemos de taparnos los ojos, nosotros también somos personas: hagamos un cambio.
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Referencias
Alexander, S. y Gleeson, B. (2019). Degrowth in the Suburbs: A Radical Urban Imaginary. Palgrave MacMillan.
Ávila, C. (2019, 01 de octubre). Las tribus indígenas que llevan dos años comiendo de la basura. El Tiempo. Recuperado de: https://bit. ly/2MKN0gJ
Canal Capital. [Canal Capital Bogotá]. (2016, 29 de marzo). Cientos de personas se alimentan de desechos de la Plaza de Corabastos [Archivo de video]. Recuperado de: https://bit.ly/37b9eld
Consorcio NAM – VELZEA. (2008. 30 de julio). Gestión de los residuos orgánicos en las plazas de mercado de Bogotá. Secretaría de ambiente. Recuperado de: https://bit.ly/2Y4gbjT
Corabastos. (2006, 07 de junio). Directiva de Gerencia No. 033-06 por medio de la cual se adopta el reglamento interno de funcionamiento. Recuperado de: https://bit.ly/3z3dlfE
Corabastos. (s.f.) Comerciantes de Corabastos se capacitan en manejo integral de residuos sólidos. Corabastos. Recuperado de: https://bit. ly/37bYYcA
FAO. (2019). El estado mundial de la agricultura y la alimentación: progresos en la lucha contra la pérdida y el desperdicio de alimentos. Roma. Recuperado de: https://bit.ly/3k2vXIg
Mar, M. (2019). No tengo fuerzas para rendirme. M. Schimidt (Ed.), Almas que escriben (pp. 183-191). Bogotá: Alcaldia Mayor de Bogotá. Recuperado de: https://bit.ly/2ª9frBY
Semana Sostenible. (2018, 11 de mayo). El gran lío de Corabastos con el manejo de sus residuos en Bogotá. Semana. Recuperado de: https://bit. ly/30b7VRJ
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Te invitamos a ver el siguiente video-ensayo titulado
Las mujeres vulneradas por el Estado, creado por Brandon Stiven Mora Saldaña, estudiante de Ingeniería Agronómica, en el que nos expone cómo las mujeres campesinas son una población vulnerable frente a la cual el Estado no ha mostrado voluntad para mejorar su calidad de vida.