4 minute read
OPINIÓN
Garantizar el agua: un enfoque sustentable para el abasto hídrico
Existe un desafío crucial a nivel global y nacional en cuanto a la distribución adecuada del agua, siendo el uso público urbano la máxima prioridad, dado su carácter esencial para la vida humana. Asimismo, se destaca la importancia de disponer del recurso para usos industriales y agrícolas.
El reto consiste en asegurar el suministro de agua para todos los sectores de manera sostenible, preservando la cantidad necesaria para la población actual, sin comprometer el bienestar de las futuras generaciones.
En el ámbito mundial, la agricultura figura como el principal consumidor de agua, lo que subraya la necesidad de invertir considerablemente para optimizar su utilización. Implementar soluciones integrales a largo plazo es esencial, para cuidar el agua en todos los aspectos. De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), en México, 76% del líquido se destina a la agricultura, 14.4% al uso público, 4.9% al sector industrial integrado, y 4.7% a la generación de electricidad (no hidro).
Así, el agua desempeña un papel crucial en la agricultura, siendo vital para el crecimiento y desarrollo de los cultivos. A pesar de que seis millones de hectáreas cuentan con sistemas de riego en México, hasta 57% del agua utilizada en la agricultura se desperdicia debido a la infraestructura de riego ineficiente.
A finales de 2022, más de 70% de las unidades de producción empleaban sistemas de riego poco eficientes, como el riego por gravedad o rodado. Se destaca la necesidad de que los productores opten por sistemas de riego presurizados, como aspersión y goteo, que ofrecen hasta 90% de eficiencia en el uso del recurso.
Para abordar estos problemas, es crucial implementar programas de concientización y fomentar una cultura del uso responsable, incluyendo el tratamiento de aguas residuales, la reparación de fugas, la captación de agua de lluvia, la modernización de distritos de riego y la tecnificación del riego mediante la agricultura inteligente.
El aumento de la temperatura y la variación en las precipitaciones, combinado con la sobreexplotación y la intrusión marina, han afectado la disponibilidad del agua en las principales cuencas hidrológicas. Se estima que la disponibilidad promedio anual per cápita descenderá por debajo de los 3 mil m³ por habitante hacia 2030, ubicando a México en el lugar 24 entre los países con mayor estrés hídrico.
Según CONAGUA, de los 653 acuíferos en México, 24% está sobreexplotado, 2.7% tiene intrusión marina y 4.9% está bajo salinización. Además, de las 757 cuencas hidrológicas, 104 (13%) tienen déficit.
Propuestas viables incluyen mejorar el monitoreo del uso del agua, desarrollar proyectos climáticos en el sector primario, evaluar y actualizar la distribución de cuencas hidrográficas, e invertir en la modernización y conservación de infraestructura hídrica.
En vista de la escasez inminente de agua, es esencial hacer un uso más eficiente del recurso mediante sistemas de riego tecnificados. Sin embargo, la falta de recursos representa un obstáculo, por lo que se insta al gobierno federal a aprobar mayores fondos para mejorar la infraestructura hidroagrícola.
El tema del agua ya está incluido en varios programas, como el Programa Especial Concurrente para el Desarrollo Rural Sustentable y el Programa de Apoyo a la Infraestructura Hidroagrícola de CONAGUA. Además, se propone la creación de un fondo nacional de infraestructura hidroagrícola con la participación de todos los sectores, considerando al campo mexicano como parte de la solución.
Es fundamental adaptar las capacidades productivas del país a la nueva realidad, cambiando a cultivos menos intensivos en el uso de agua y utilizando tecnologías como el acolchado agrícola. El compromiso de garantizar el acceso al agua y la alimentación de calidad, está respaldado por el artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Es un compromiso colectivo trabajar hacia un plan nacional hidro agroalimentario que garantice el abasto para toda la población. Con suficiente disponibilidad de agua y un campo más moderno, se puede construir un futuro mejor para las próximas generaciones.