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Editorial

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OPINIÓN

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GUILLERMO ROMO

Cambio climático: última llamada

Un tema que no debemos perder de vista en el sector agroalimentario es el impacto del cambio climático en la producción de alimentos. Aquí hemos dado cuenta de los estragos que ha ocasionado al campo y los cultivos.

Se prevé que 40% de las cosechas está en riesgo por factores de sequía, inundaciones y heladas. Son indicadores determinantes para el productor y la agricultura.

El tema del cambio climático, por cierto, está en las prioridades de la nueva secretaria de Medio Ambiente, Alicia Bárcena. Fue relevante que, en su primer discurso, colocara en su agenda el atender los estragos que esto está provocando en México.

En esta edición, detallamos el reporte del Grupo Financiero Monex, titulado: “Sequías y lluvias, rivales de la inflación en 2024”, el cual revela que, durante el primer semestre de 2024, el país se vio severamente afectado por condiciones climatológicas adversas; de enero a mayo, el territorio mexicano experimentó una sequía extrema que lo llevó a máximos históricos de estrés hídrico, para después reportar el junio más lluvioso en 80 años.

Esto ha provocado que los precios de los productos agrícolas se mantengan al alza, pues la escasez de agua obstaculiza el riego de cultivos y el exceso de lluvia está provocando su pérdida, afectando la producción.

Está muy claro el problema que debe atender el siguiente gobierno. Tiene que haber un cambio de ruta en las políticas de uso de suelo. Es urgente que la normatividad en municipios y las entidades federativas se actualice para el tratamiento de agua, cuidado de arroyos, ríos, cuencas y reforestación.

Al mismo tiempo, se necesitan campañas masivas de educación para que la población en general, sobre todo las nuevas generaciones, cambien sus hábitos y estilo de vida, para cuidar al planeta. Se ha hecho poco en esta dirección; hay esfuerzos de empresas y organizaciones que no son suficientes. Por eso, es importante que, desde el gobierno, en todos los niveles, se impulse una agenda estructurada.

Estamos ante la última llamada para hacer un cambio de dirección. La producción y disponibilidad de los alimentos depende de ello.

Pongamos el tema en perspectiva: ¿qué pasaría si un día no hay productos en las mesas de las familias? Pocos podrían pagar un costo elevado por ellos, con tal de tenerlos. El llamado es para todos; nuestras acciones impactan a toda una población. Es momento de actuar y ser responsables.

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