Reseña. Obra: ENSEÑAR A COMPRENDER Lector: NUESTRO SISTEMA DE ESCRITURA Giovana Sarahí Ramírez Nava Autor: Gloria Rincón B. Colaboradores: Grado académico: 2ª Semestre Digitalizador: Edición: Institución: BENMAC Fecha de edición: Editorial: Fecha de reseña: 03 de abril de 2016 Introducción: las investigaciones psicolingüísticas sobre la construcción del sistema de escritura en los niños, en la definición de una didáctica para la enseñanza de la lectura y la escritura en los grados iniciales de la escolaridad que pretenda privilegiar interacciones orientadas hacia el avance en su formación como lectores y productores de textos de los maestros y maestras, los niños y las niñas y a través de ellos una comunidad educativa, al mismo tiempo que desarrollan su autonomía, autoestima, la valoración de la diferencia, la creatividad, la cooperación y el intercambio y, en fin, amplifican sus capacidades como sujetos sociales y constructores de conocimiento. Contenido El aprendizaje de la lectura y la escritura son procesos complejos, de naturaleza social, cognitiva y lingüística y no mero producto del aprendizaje de unas técnicas para codificar y decodificar. En la década de los setenta, la relación con la enseñanza de la lectura y la escritura, los estudios se centraban en la relación lenguaje-actividad sensoriomotriz, más exactamente en la identificación de las condiciones que posibilitaban el desarrollo de las denominadas habilidades específicas para este aprendizaje. la capacidad de segmentar explícitamente una palabra en fonemas (capacidad meta-fonológica o conciencia fonológica) y el aprendizaje de la lectura, planteada inicialmente como condición necesaria. La concepción dominante era la de la lectura como la asociación de unos grafemas con unos determinados fonemas, para llegar a un significado, y de la escritura como representación (transcripción) del lenguaje oral. Las actividades de aprendizaje buscaban la exactitud de la copia de un dictado, del tablero o de un manual y en general, la base era la memoria a corto plazo para poder reproducir las letras de las palabras. Jean Piaget en la Psicología, que consolidó el reconocimiento de los niños como sujetos activos, así como el proporcionado desde la gramática generativa propuesta por Chomsky en la Lingüística, que cuestionó el carácter externa lista y transparente del lenguaje y realzó el papel de la creatividad en el desarrollo de la competencia lingüística, constituyeron el espacio crítico para la revisión de muchas de estas ideas y prácticas. Al concebir a los niños como sujetos activos que construyen conocimientos a través de sus acciones sobre los objetos del mundo y en la confrontación de los resultados de estas acciones con sus propios conceptos y explicaciones así como con las ideas de otros. La escritura como objeto cultural, el niño primero
interactúa empíricamente, tanto con los objetos portadores de texto (por ejemplo, libros, vallas, empaques), como con las letras impresas en ellos. En estas interacciones va construyendo conocimiento acerca de ese objeto. En su investigación, partieron de las siguientes premisas en relación con la lectura y la escritura: • Leer no es descifrar, sino construir sentido a partir de signos gráficos y de los esquemas de pensamiento del lector. • Escribir no es copiar, sino producir sentido por medio de los signos gráficos y de los esquemas de pensamiento de quien escribe. • La lectura y la escritura no se restringen al espacio escolar. Los resultados obtenidos permitieron demostrar que mucho antes de la escolaridad, los niños tienen saberes sobre el sistema de escritura y sobre la práctica de la lectura, aunque sus hipótesis y desempeños no se corresponden con los saberes convencionales de los letrados. pueden distinguirse tres grandes periodos, en el interior de los cuales caben múltiples subdivisiones (cfr. Ferreiro, 1988): a) Distinción entre los modos icónico y no-icónico de representación; b) Construcción de formas de diferenciación, también conocido como pre-silábico; c) Fonetización de la escritura. a) Distinción icónico/no-icónico Inicialmente, los niños consideran la escritura como un objeto más que encuentran en el mundo: —« ¿Eso qué es?» (Señalando hacia un texto escrito). Más adelante, antes de los cuatro años, empiezan a concebir la escritura como un objeto sustituto de otro objeto externo a ella: —« ¿Qué dice allí?» (Señalando hacia un texto escrito; esta pregunta nunca es utilizada para referirse a objetos). La primera manifestación explícita de la distinción entre imagen y texto es la supresión sistemática de los artículos cuando los niños se refieren al contenido de un texto; mientras que, cuando se refieren a la imagen, los conservan. En este período descubren el ordenamiento lineal de la escritura y la arbitrariedad de las formas utilizadas (aunque no todavía la arbitrariedad convencional de nuestra escritura alfabética). b) Construcción de formas de diferenciación: Establecida la diferencia entre dibujo y escritura los niños comienzan a considerar algunas propiedades de la escritura misma (es decir, la toman como objeto de conocimiento en sí misma). La primera es en relación con la cantidad de grafías: dividen los textos entre «los que sirven para leer» y «los que no sirven para leer». Los primeros deben tener una cantidad mínima de grafías alrededor de tres, porque, para ellos, «con pocas letras no se puede leer». La segunda propiedad que los niños exigen para que un texto pueda ser leído es la de variedad de grafías: no basta con que el texto tenga un mínimo de grafías sino que, además, tienen que ser distintas. c) La fonetización de la escritura: Podemos decir que en este momento ya los niños tienen los esquemas que les permiten percibir que la palabra escrita tiene partes diferenciables. A ésta se le denomina la hipótesis silábica: • Inicialmente, hacen una correspondencia entre la duración de la emisión y la palabra
escrita: comienzan a decir la palabra, señalando la primera letra, y terminan de pronunciar cuando se acaba la serie de letras, • Posteriormente, van estableciendo correspondencias entre partes de lo oral y partes de lo escrito, • Finalmente, estabilizan la correspondencia uno a uno: a cada parte de la palabra oral (golpe de voz), corresponde una grafía que, en nuestra lengua, casi siempre es la vocal. También la diferenciación entre la escritura, como sistema de notación del lenguaje escrito, y el lenguaje escrito como tal, permitió comprender que éste último es eso, un lenguaje relacionado pero independiente del oral, con el cual si bien se comparte léxico y sintaxis, se diferencia en aspectos como los siguientes: - Al escribir se hacen unas separaciones que no se hacen al hablar. - En lo escrito existe la ortografía. - En lo escrito debe restituirse el contexto para facilitar la comprensión. Por ejemplo: Si oralmente digo: “Colócalo aquí (señalando la mesa de la sala que está a mi lado), al escribir esta situación debería expresarla por ejemplo así: -“Colócalo aquí”- Le dije a Pedro, señalándole la mesa que estaba junto a mí. Conclusión del autor: Conclusión personal: La escritura que los niños pueden El surgimiento de esta hipótesis es de producir en esta etapa está constituida enorme importancia e implica una por signos gráficos, que tienen rasgos relación directa entre la escritura y el inequívocos de la escritura lenguaje en tanto pauta sonora. convencional, y aún por grafías El abandono de la hipótesis silábica se convencionales (pero que no usan ha hecho necesario; sin embargo, no convencionalmente), aprendidas es inmediato. porque alguien se las ha enseñado, o porque algunos textos les han impactado.