Los caminos de Clío. Paradigmas fundadores. Positivismo
Hombres del siglo XIX. El dogma y la metafísica perdieron peso frente a los argumentos de la ciencia y la razón. Las hipótesis centrales basaban en la evidencia, la experimentación y la capacidad comprobatoria. Encontrar leyes generales reguladoras del devenir social. Búsqueda de la verdad y de la objetividad. Solo mostrar lo que realmente aconteció.
El historiador debe centrarse en recabar documentos que registren y verifiquen los acontecimientos.
La ruptura epistemológica que estos científicos lograron respecto de la religión y sus dogmas trazo caminos innovadores y supuso búsquedas y respuestas ahí en donde solo podían escucharse las voces de la divinidad.
La ciencia y los instrumentos fueron la base argumentativa
Belinda Arteaga
Historicismo
Es importante el historiador y no los hechos la clave de la construcción histórica.
El historiador apela a los hechos, los construye, decide sobre ellos en la medida que los selecciona, los ordena y los interpreta.
La historia como comprensión del ayer mediante la mirada de presente mueve a los historicistas a argumentar que el pasado deja de ser algo muerto y se transforma en proceso vivo y por tanto histórico.
Los valores, las ideas, las pasiones toman su lugar en el proceso.
Materialismo histórico
Marxismo nace en Alemania. Carlos Marx propone resignificar la historia e intenta rebasar tanto el empirismo descriptivo (fundado en hechos) como el idealismo interpretativo que dota al historiador del poder suficiente como para superponerse a su objeto de estudio.
Deslindarse del capitalismo (sistema socioeconómico en el cual los medios de producción y distribución son de propiedad privada y con fines de lucro) para dar paso al socialismo.
Propone la abolición del sistema de propiedad burguesa ya que esta viola la ley, corrompe las instituciones u otros mecanismos ilegales para apropiarse de la propiedad de los trabajadores, el robo de tierras a indígenas.
La escuela de los Anales y la nueva historia. Fundada por Lucien Febvre y Marc Bloch en 1929, años inmediatos de la primera guerra mundial. El historiador en esta corriente se adhiere a un modo de escribir la historia desde el planteamiento de problemas a resolver o preguntas a solucionar, postura heredada de las ciencias naturales exactas y, en segundo término, de las sociales.
Las fuentes a las que ambos aconsejan recurrir no son solo los documentos escritos. La iconografía, os rituales, los mitos orales serán también medios para acceder al conocimiento histórico.