La lengua y los hablantes. El idioma español y sus modalidades. Raúl Ávila. Las lenguas, cuando son habladas en una basta extensión territorial, tienden a diferenciarse. Hay diferencias en el habla de varios países incluso en el mismo país pueden encontrarse modalidades regionales distintas. Las lenguas también se modifican a través del tiempo. Modalidades geográficas. En cada lugar tiene su forma peculiar para hablar y mientras en algún lado su significado es una cosa en otra ya pudo significar otra cosa muy distinta. Es diferente de una región a otra. Si cambiamos de país, necesitamos adaptarnos lingüísticamente al uso de la mayoría. Modalidades históricas. La lengua cambia a través del tiempo, es diferente de una época a otra, las lenguas muertas son las únicas que no cambian, pero la que hablamos en la actualidad sufre modificaciones, se adaptan, se ajustan, se enriquecen y permiten gracias a eso, que podamos utilizarlas para referirnos a los nuevos inventos, a los nuevos descubrimientos y a las nuevas ideas del hombre. Se consta también en la época actual, en el habla de las personas jóvenes, maduras y ancianas. Los nuevos términos que introducen en el español las nuevas generaciones no deben preocuparnos, llenan nuevas necesidades expresivas, además son muy pocos y solo unos cuantos se popularizan y serán aceptados y utilizados por la mayoría de los hablantes. Modalidades sociales. Se habla distinto de acuerdo a cada nivel social, estas maneras de hablar forma clases sociolingüísticas: alta, media y baja. Estas a su vez nos llevan a manifestar nuestros prejuicios sociales. Las diferencias sociales se manifiestan en el uso del idioma.
El uso lingüístico. Todos hablamos inevitablemente de acuerdo con el uso o la norma lingüística de la comunidad a la que permanecemos. Desde el punto de vista referencial todos los hablantes se comunican eficazmente. Se auto regulan para establecer una comunicación eficaz. Las formas que consideramos incorrectas no lo son como señala Hall “porque sean universalmente condenadas o incomprensibles; de hecho, algunas formas incorrectas podrían ser más claras o más simples que las correctas” Se trata de un problema de aceptabilidad en ciertas clases sociales. Nos comunicamos eficazmente cuando logramos el efecto deseado con la menor fricción y dificultad, cuando utilizamos las expresiones más efectivas en relación con las circunstancias.