Años antes…. En Cuarto Grado de Primaria, en clase estábamos resolviendo divisiones…
¡Hoy todos van a pasar al pizarrón a resolver divisiones! Voy ir seleccionando de 3 en 3 alumnos para que pasen.
El primero en resolver bien la división se ganara un punto y los que pierdan se llevaran tarea extra.
ยกNo entiendo las divisiones!
ยกYo te explico, ya acabe yo!
De pronto un grito me asusto.
ÂĄGiovanna! ÂżYa acabaste que ya estas platicando?
Ya
¡No sé qué te estás pensando, todo el día te la pasas platicando como perico y jugueteando con Saúl!
Estas mal, tienes un problema, tienes las hormonas alborotadas, todavía estas chica.
EN FRENTE DE TODOS ME REGAÑO Y A MI AMIGO TAMBIEN LE TOCO PARTE DEL REGAÑO.
Además mira como estas sentada, esa no es una posición de una señorita.
Y solo pensé… ¡Pero si solo ayudaba a mi amigo!
Nunca entendí porque me dijo todo eso, no tenía motivos e hizo que me sintiera mal.
Después del regaño, la maestra me paso al pizarrón, nos dicto la división que teníamos que resolver, me puse nerviosa, me bloquee y no pude resolver la operación.
Ya no quería ir a la escuela porque diariamente me decía cosas, hasta que un día decidí hablar con mi mamá sobre lo que estaba pasando.
Mi mamá fue y hablo con la maestra y a partir de ese día ya no me molesto más.