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La roca COCUSUA01PI033”, esta ubicada en el grupo de rocas en el predio de Terreros hacia el oriente en los predios de la Mina. Esta roca tiene 16 grupos pictóricos
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Catalogación, Registro Sistemático De las pinturas rupestres concesión minera
14986 y GKH-081.CIUDADELA SUCRE
MUNICIPIO DE SOACHA CUNDINAMARCA REGISTRO DE PICTOGRAMAS Y DIAGNÓSTICO DE ALTERACIONES
Informe septiembre 2014
Investigador Principal:
Guillermo Muñoz Castiblanco Director GIPRI, Colombia
Co-investigadores: Fichas de Registro: Colaboradores:
Judith Trujillo Tellez Carlos Augusto Rodríguez Martínez
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David Pérez García Nina Riveros Ricardo Prado Hernando Torres Maldonado Artur Medina Salomón Fique
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Registro y documentación de las pinturas del oriente de Terreros Presentación general del estudio 1-Hace algunos años, el proyecto de registro del arte rupestre se hacía casi exclusivamente con el propósito de tener principalmente una versión general de los sitios, donde los habitantes precolombinos efectuaban sus dibujos en las rocas, fundamentalmente con pigmentos rojos. El objetivo para esta época pionera era poder observar el tipo de motivos que estaban aislados en la geografía del territorio o en grupos pictóricos y diseminados en distintas áreas. Se trataba de una búsqueda inicial, que se ocupaba en resaltar tan sólo algunos aspectos sobre las formas de estos motivos pictóricos. En las primeras décadas del siglo XX, las rocas conocidas con arte rupestre para esta época, estaban dispersas en grandes áreas del altiplano, con ciertas densidades y en algunas zonas, lo cual permitió imaginar algunas recurrencias relativas a temas geográficos y diferencias en los motivos, tal y como lo había intuido en 1920 el investigador Miguel Triana, como límites de etnias e información sobre centros de culto y sitios rituales. La historia de la investigación había buscado y detectado un número escaso de sitios, pero con ellos, había construido una imagen del tema, un edificio de situaciones, y aspectos, que parecerían remitir únicamente a ciertas interpretaciones, fundamentalmente con un acento hacia los asuntos religiosos y rituales, muy seguramente influidos por los desarrollos de estas investigaciones en Europa (Breuil). Pero aparentemente estas teorías no se habían construído con el estudio de los registros mismos, sino como resultado de las influencias de interpretaciones externas. La investigación no se había ocupado de ARGE /SOACHA / GIPRI
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La roca COCUSUA01PI033, se encuentra en el Municipio de Soacha. Este yacimiento esta ubicado a tres kilómetros y medio del casco urbano y a un kilómetro y medio de la conocida Necrópolis de Tibanica. Este fragmento de la pintura de la roca No. 33 se encuentra ubicado en una de las caras principales. La primera versión de este mural se hizo en 1976 en las prospecciones generales realizadas por GIPRI. Esta roca se encuentra en una área que contiene otras rocas, cuyos números corresponden a la 33, 34, 35, 36 y 37 A y B
u n trabajo de registro detallado de todas las áreas existentes, para demostrar y sustentar sus interpretaciones, ni tampoco las transcripciones de los sitios tenían el objetivo de ser especialmente fieles al original. Hoy se sabe que los registros de los pioneros corresponden si acaso al 5% de los sitios actualmente detectados y estudiados, tan sólo en los alrededores de la Sabana de Bogotá. La presencia de arte rupestre con una relativa densidad en casi todos los municipios de Cundinamarca, contiene una diversidad y variedad de temas, además de yacimientos rupestres con pinturas, petroglifos y de talleres de herramientas, que no estaban imaginados en las investigaciones anteriores (Gipri, 1996-2014). Estos nuevos vestigios han venido ampliando el conocimiento del área, por lo menos en lo pertinente al arte rupestre. Pero este panorama se fue igualmente ampliando y complejizando con nuevos aspectos técnicos, que se han venido perfeccionando en los últimos 10 años con los procesadores digitales y la fotografía digital de alta resolución. Nuevos procesos técnicos y teóricos permiten recuperar la información en registros cada vez más especializados, con los cuales es posible tener una reconstrucción más detallada de los yacimientos y una mejor fidelidad de los paneles, de los grupos pictóricos y de los motivos presentes en cada cara del yacimiento. Un aspecto adicional que ha apresurado el proceso de estudio corresponde a presión ejercida sobre estas ARGE / SOACHA / GIPRI
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áreas de patrimonio precolombino con la presencia de empresas de minería y de construcción de vivienda, que fue apresurando diversos impactos en estas áreas. Ante la demanda de la sociedad civil por dicha destrucción se han venido forzando los trabajos de arqueología de rescate en torno a los sitios de hábitat de los antiguos habitantes precolombinos en áreas, en las cuales se pretenden hacer obras de diversa índole. Las presiones de las empresas mineras, de las constructoras de vivienda y de las entidades encargadas de la construcción de líneas de alta tensión, apremiaron aún más los trabajos de prospección arqueológica y demandaron estudios acelerados de búsqueda y eventualmente de excavaciones, en la modalidad de arqueología de rescate. Es muy posible que se necesiten algunos años más para poder procesar todos los elementos y objetos encontrados en no menos de 5 sitios en un área circunvecina de la población de Soacha. El arte rupestre que normalmente está en los mismos sitios, ha sido afectado y al futuro deberá incluirse como parte del proceso de estudio y poblamiento del área e incorporado en vínculos y asociaciones diversas con los registros eventuales de la arqueología de rescate. Así los hallazgos y los trabajos de excavación de la Necrópolis de Tibanica en Soacha, (Universidad de los Andes), las excavaciones en Terreros Soacha (Argé) se complementan en áreas circunvecinas del altiplano, con algunos de los hallazgos del municipio de Usme, con la denominada Necrópolis en la hacienda del Carmen (Universidad Nacional). Además de lo enunciado, también los trabajos de prospección tanto en el Pueblo de Soacha (Argé) como en algunas de sus veredas, en el área de la hacienda de la Nueva Esperanza (EPM) en la zona del Charquito y en las inmediaciones de la hacienda POMA (Argé) amplían significativamente el conjunto de elementos, con los cuales se podrá tener una imagen más determinada de fases, etapas y diversos grupos étnicos y poblamientos en el área. Ya existían algunos trabajos, que permitían imaginar que esta zona del sur de la sabana de Bogotá, no sólo fue densamente habitada en distintas fases del poblamiento precolombino, sino que allí existieron y se prolongaron en el tiempo distintas etapas de ocupación, que incluyen periodos tempranos (Abrigos Rocosos del Tequendama), y otros periodos relativos a las etapas de transición (Aguazuque) y a fases más tardías e incluso recientes, antes de la llegada de los españoles al territorio en el siglo XVI (Tibanica). Lo cierto es que hoy tenemos en esta zona una información adicional sobre el Período Herrera, cuyos trabajos se referían fundamentalmente a otras zonas y municipios del territorio. La idea compleja será al futuro poder relacionar algunos de estos eventos efectuados en el registro arqueológico y las relaciones que posiblemente existían con las representaciones rupestres. Es por esta razón, no basta con saber simplemente que existen los lugares rupestres. Es necesario producir una información cualificada, que colabore en describir las zonas, las rocas y los murales con sus motivos y con ello, tener una información con la cual se puedan construir explicaciones, que determinen un nuevo desarrollo de vías de interpretación sobre el mundo social y cultural de los habitantes del altiplano, y con esta dinámica, poder discriminar con los sistemas de representación y los motivos rupestres algunas fases o la reiteración de temas en el tiempo, que pueden observarse en otros registros arqueológicos, (textiles, cerámica, orfebrería) que podrán relacionarse en futuras investigaciones. Es por ello que resulta esencial resaltar la necesidad de realizar descripciones rigurosas sobre la presencia de arte en esta área, pues con ella, es posible coadyuvar en el conocimiento del mundo intelectual de las comunidades, que habitaron estas áreas en distintos periodos. Las ARGE /SOACHA / GIPRI
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relaciones y diferencias entre los motivos podrán ser ubicados al futuro tanto en la etapa de cazadores y recolectores como en los periodos Herrera, Pre clásico Muisca y Muisca, e incluso en la etapa Colonial y Republicana. 2-El informe que aquí se presenta sobre arte rupestre incluye únicamente las rocas correspondientes al sector, que se encuentra localizado al oriente en los límites del municipio de Soacha y Bosa, en un área, que actualmente desarrolla actividades mineras. (Prospección arqueológica y diagnóstico de arte rupestre en los contratos de concesión minera 14986 y GKH081-Ciudadela Sucre Soacha Cundinamarca). Se han documentado 14 rocas, en las cuales se han realizado todos y cada uno de los trabajos de registro, según el modelo metodológico de GIPRI y las pautas de registro determinadas por el Icanh. Este informe de arte rupestre se hace en convenio de trabajo entre la empresa Argé y la Corporación Gipri Colombia. Se incluyen los mapas generales del área, sobre todo de aquellos que fueron efectuados en la década de los años setenta del siglo pasado y aquellos que se derivan de los trabajos recientes del registro. Adicionalmente se incorporan las fotografías de las láminas de los autores, (Montoya, Gipri), que habían realizado transcripciones en el municipio y en el área de trabajo demarcada desde 1976. 3-Desafortunadamente algunas de estas rocas de esta área, que habían sido visitadas en la segunda década del siglo XX (Triana 1920) han sido severamente afectadas por letreros diversos, producidos en los últimos 30 años. Estos deterioros deben ser considerados como un alteración del patrimonio, de un conjunto de vestigios no renovables que con el paso del tiempo no han sido atendidos debidamente. Tan sólo algunas campañas organizadas por la sociedad civil del municipio han presionado en distintos momentos para su resguardo y manejo. Lo cierto es que estos sitios rupestres no han investigados ni cuidados y han quedado en el abandono. Por años, sin vigilancia ninguna, algunos de estos sitios han sido alterados en la búsqueda de tesoros y muchos de ellos, tienen en sus costados profundos huecos, cuando no tienen letreros diversos y daños en las pinturas indígenas y alteraciones en el contexto y en las rocas. Pero estos deterioros no han sido efectuados en los últimos 30 años solamente. Algunos de estos fueron realizados en los primeros años del siglo XX (represa de Terreros) y en los primeros cuarenta años de este siglo. La represa actual fue organizada con algunas tres o cuatro rocas en sus inmediaciones y estas según referencias tenían murales rupestres, que desaparecieron para siempre. Así que se trata sin duda de una área que ha sido afectada severamente en distintas etapas en el siglo XX. Una de estas rocas de este informe fue fracturada probablemente en los primeros cincuenta años del siglo XX y una sección de esta rodó por la ladera y se detuvo al lado de otra roca, que igualmente tiene murales rupestres (Roca 37 y 37 a), que quedaron mirando hacia el cielo. Esto último haría pensar que al lado de este conjunto de la roca 33 probablemente habían otras que literalmente desaparecieron. En este informe se incluyen además de las descripciones de algunos meses atrás, algunos materiales efectuados en la década de los años setenta y ochenta, que corresponden a una cartografía general, a transcripciones de las rocas y algunos dibujos de los murales, que se hicieron dentro del modelo metodológico antiguo (Gipri) desde 1970 a 1980 en Soacha. Hoy es posible realizar fotografías seriadas, que se ensamblan y que permiten reconstruir con mayor nitidez los trazos rupestres, incluso cuando hay interferencias de letreros extraños. Su calidad depende de la suma de fotogramas, que se unen y que terminan para constituir una ARGE / SOACHA / GIPRI
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versión final de un sólo fotograma, de no menos de 300 megas con tamaños incluso cercanos a la escala original. Con esta cantidad de información digital, es posible discriminar con detalle los píxeles y realizar toda clase de manipulaciones, con el objeto expreso de reconstruir los trazos, incluso de algunos de ellos, que son realmente imperceptibles al ojo humano. Basta con desaturar y saturar algunas bandas de color y, con ello, producir una versión final que no parecería manipulada, con lo cual se aproxima el trabajo final a la reconstrucción de los motivos, aspecto que se quiere acentuar en esta fase de documentación. La valoración del estado general del sitio y el diagnóstico discriminado por roca y por pequeñas áreas se observa inicialmente en las fotografías de las fichas. Sin embargo, se hace una descripción adicional, que incluye el estado de conservación del sitio y las alteraciones sufridas por diversos factores y agentes, que han deteriorado el lugar. (fichas de conservación). En el cuerpo de este informe en lo relativo a la bibliografía se incluyen los materiales allegados del sitio, pero igualmente se agregan algunos títulos de textos que pueden colaborar en una imagen más completa del proceso de estudio de distintas épocas de investigación en el área, y en las investigaciones en el altiplano, en el cual se realiza el trabajo actual de este informe de un predio específico. El proceso de registro y de estudio de las pinturas en el Municipio de Soacha se inició por cuenta del equipo GIPRI en el año de 1970. Poco a poco, se fueron revisando diversos predios, orientados fundamentalmente por los denuncios existentes en el texto del Jeroglifico Chibcha y por el libro de la Civilización Chibcha de Miguel Triana. Las primeras etapas de este trabajo de búsqueda y documentación se iniciaron al oriente de la población, en lo que se llama la zona de Fusungá. El mapa general de esta área ubicó en esta época 58 rocas con pinturas. Se trata fundamentalmente de la zona suroriental del municipio. Para esta etapa existían ya algunas alteraciones en los murales, pero en genral se encontraban en un buen estado. Tanto la zona de Fusungá como el sector del Vínculo y Tibanica eran espacios, en los cuales existían tradiciones agrícolas, fundamentalmente dedicadas al cultivo de trigo y cebada. En una buena parte de esta área se podían observar los límites de algunos de los potreros en muros de piedra y algunas concentraciones de las mismas, apiladas en algunas areas. Las primeras transcripciones publicadas de arte rupestre en este sector corresponden exclusivamente a los materiales producidos por Miguel Triana en los primeros años del siglo XX y a algunos registros de Inés Elvira Montoya, en el sector de Terreros en 1976.Estas dos fotografías corresponden a los primeros trabajos efectuados por el equipo GIPRI en los años setenta. En la parte superior izquierda la roca número Cocusua01pi0018. La fotografía en la parte inferior corresponde a la roca Cocusua01pi0022 de la numeración de este período.
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Transcripción de la roca Cocusua01pi0018 de la zona de Terreros en el Municipio de Soacha. Este levantamiento de la roca y la transcripción de los motivos se efectuó en 1980. Las medidas exactas del yacimiento y la descripción de los motivos fue acompañada por un trabajo de reconstrucción fotográfica en cámaras análogas (archivo GIPRI)
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Introducción Hoy es aún difícil entender lo que significaron las culturas indígenas del altiplano en Colombia, pues en la historia de la investigación se han generado un conjunto amplio de inconsistencias y contradicciones: estas no siempre han sido advertidas en la historia de la interpretación de las etnias, que habitaron este territorio (Lleras, 2005). Las investigaciones en arte rupestre pretenden -con la inclusión de nuevos documentos y temáticas desconocidas-, contribuir significativamente con nuevos aspectos (percepción, sistemas estéticos, lenguajes de representación, técnicas de fabricación, motivos reiterados) a impulsar otros aspectos desconocidos en los ambientes académicos y discutir ampliando de esta manera las posibilidades de construir una imagen mas determinada sobre el mundo espiritual y material de los habitantes precolombinos, que en distintos períodos, habitaron la zona (departamentos de Cundinamarca y Boyacá). Estos grupos fueron denominados como Muiscas en el siglo XVI por los europeos que llegaron al territorio y con esta versión, se indiscriminaron sus posibles diferencias y se hicieron ajenos sus procesos e historia. Las zonas que estas diferentes etnias habitaron contienen un número significativo de yacimientos rupestres, una densidad alta de pinturas, pero también de grabados, que no han sido atendidos suficientemente en lo relativo a su registro y mucho menos estudiados en lo relativo a su sentido y función, por lo cual no están aún incluidos en los planes gubernamentales de conservación y administración del lugar.
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Panorámica general del grupo de rocas cocusua01pi0033 a cocusua01pi0037 y 37 A del sector de Terreros. En la actualidad se pueden observar las construcciones de la Ciudadela Sucre, muy cerca del sitio. De igual manera, se observan los cortes de la mina y la presencia de un carro, que muestra el acceso al sitio actual. Este grupo de Rocas ha sido afectado de diversas maneras con grafitis y con huecos en la base de las rocas.
Muy pocos investigadores conocen estos yacimientos y hoy, desafortunadamente, se encuentran amenazados, por distintos factores, pero especialmente por el crecimiento urbano desmesurado y la organización oficial de zonas de extracción minera.
Lo central es que en el territorio donde habitaron las culturas del altiplano se han venido ubicando un número significativo de vestigios de distintos períodos de poblamiento precolombino, diversas complejidades histórico culturales, que por lo menos desde 12.000 años A.P., constituyen aspectos de diverso orden (arqueológico, antropológico, patrimonial y cultural), que generan un conjunto de inquietudes académico científicas (Necrópolis de Usme, Nueva Esperanza, Necrópolis de Tibanica. En los últimos 44 años se han venido desarrollando investigaciones diversas (GIPRI), sobre un número importante de sitios rupestres en la zona y un número amplio de zonas en otros municipios del altiplano y en las vertientes que llevan las zonas bajas en dos modalidades pinturas y grabados. Con el registro de diversas áreas, donde se ubican pictografías y petroglifos, se han podido iniciar las reconstrucciones del mundo estético y del sistema de representación precolombinos, en probablemente diferentes fases de poblamiento; distinciones que aportan nuevos elementos sobre el lenguaje, el pensamiento y los sistemas peculiares de representación, aún no conocidos ni divulgados suficientemente.
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Antecedentes de Investigación Los antecedentes más remotos de los denuncios sobre el arte rupestre de Soacha se pueden detectar en las primeras referencias, que se encuentran en los textos de los escribanos de cámara y muy posiblemente en el texto de los Relatos de Suesca. Estas primeras informaciones se derivan de un viaje realizado por Gónzalo Jiménez de Quesada en las cercanías de Soacha, en el actual Municipio de Sibaté, donde según las referencias de Fray Pedro Simón, observó con curiosidad la presencia de trazos en rojo indelebles. Muy seguramente corresponden a la visita al valle, que actualmente se llama de la Tupia, donde hay unas cruces cuadradas y cientos de trazos, que son vistos y referenciados por el cronista. Allí sin duda, aparecen unos motivos rupestres en no menos de 15 rocas (San Benito, Tupia y Barrio Pablo Neruda) con diversos murales y grupos pictóricos, una diversidad de trazos y un conjunto complejo de representaciones precolombinas. Estos motivos aparentemente se observaron en los primeros años los conquistadores (siglo XVI) y que registró el adelantado Gonzalo Jiménez de Que-
Láminas del libro del Jeroglífico Chibcha, Publicado en 1970 por el Banco Popular. Se incluyen aquí en este informe algunos de los materiales que encontró Triana en el municipio de Soacha y en el municipio actual de Sibaté. Las denominaciones de los sitios y algunas de sus interpretaciones aparecen en estas planchas.
sada, información que fue copiada por los cronistas (Fray Pedro Simón). Allí se referencian unas pinturas indelebles en ocre rojo, que son cruces y que aún se encuentran en el lugar. La segunda referencia es posible ubicarla en el álbum que fue organizado en 1970 impreso ARGE /SOACHA / GIPRI
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por el Museo de la Casa del Márquez de San Jorge (Banco Popular). Al parecer es un conjunto de transcripciones hechas en diversas épocas y en distintas áreas de los departamentos de Cundinamarca y Boyacá, como producto de los viajes de trabajo en la construcción de las primeras carreteras sobre la primera y segunda década del siglo XX. Se trata de una publicación que había iniciado el autor desde 1920, que se interesaba en la reconstrucción de todos los vestigios encontrados en las culturas del altiplano y que genéricamente se bautizó como CHIBCHA. Tanto el libro de la Civilización Chibcha como el Jeroglífico Chibcha fueron temas y materiales que Miguel Triana fue coleccionando con los años, en paralelo a su labor como ingeniero de vías. En los materiales existentes del libro y en el álbum del jeroglífico no hay información sobre la zona de trabajo que se presenta en este informe, pero las primeras referencias sobre arte rupestre en Soacha en el siglo XX corresponden a este autor. Una tercera referencia corresponde a la tesis de antropología de Inés Elvira Montoya (Universidad de los Andes, 1976) sobre las pinturas al oriente se Soacha en la actual zona de San Mateo, lugar en el cual se realiza este informe. Esta tesis incluye algunos de los trazos y el levantamiento de algunas de las rocas, pero deja sin revisar los sectores existentes hacia el sur oriente del mismo territorio.
Fotografías incluidas en el material de la tesis de Inés Elvira Montoya de 1976. Se puede observar a la distancia para esta época el pueblo de Soacha. Ya para este momento se observa en la parte baja de roca que se habían hecho huecos para buscar tesoros. En la fotografía derecha se observa con nitidez los motivos rupestres, relativos a manos con espirales, a las formas de representaciones recurrentes en el altiplano. Roca 19 de la catalogación de GIPRI.
Una cuarta referencia se encuentra en la publicación de Louis Ghisletti, en donde aparecen las listas de los sitios donde deben buscarse y documentarse murales con pinturas en el departamento de Cundinamarca y Boyacá, lista que no se ha revisado completamente hasta hoy. En la misma década el grupo inicial de GIPRI inicia su trabajo en la zona oriental de Soacha, y desde los primeros hallazgos en las colinas del oriente (Fusungá, Pantoja, Quiba y Bosatoma) de la población, se van ampliando los trabajos de prospección inicial y se comenzaron las actividades de registro de las rocas, de los murales y la descripción detallada de los motivos. Desde esta misma época, se crearon los sistemas de registro y las fichas de descripción de los conjuntos pictóricos. El objetivo era realmente corregir las deficiencias de los trabajos anteriores, relativas una cartografía detallada de ubicación, a una transcripción de yacimientos y su estado espacial, a la descripción de los murales y sus grupos y al registro detallado de los motivos. En las versiones tradicionales tampoco era posible hacerse una imagen del tamaño ARGE / SOACHA / GIPRI
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de las rocas y entender las escalas y la proporción que tenían los murales y las caras, en este, o aquel yacimiento. Los trabajos pioneros (Triana, 1920) no incluían una cartografía, que permitiera saber dónde estaban ubicadas las rocas, ni tampoco la composición de dichos murales, en las caras de las mismas. Estas deficiencias se prolongaron en algunos de los estudios posteriores y son en buena parte el modo como se presentan algunos de los informes actuales. Tampoco se hacía una reconstrucción completa de los trazos y más bien habitualmente se producían unos materiales que distorsionaban la versión original, suprimiendo sus características para presentar una versión mas simétrica de lo que realmente era, al copiar las gráficas publicadas del jeroglífico Chibcha que tenia errores en la descripción rigurosa de los motivos rupestres. Para suplir estas inconsistencias en los levantamientos, el equipo desde 1970 fue poco a poco visitando los sitios y generando una información lo más cualificada posible para tener un registro lo más fiel al original. El trabajo en esta zona ha demandado diversas temporadas (1970-75; 1980-85; 1992-1995 1996-2000; 2006 -2013-14) y con ellas se ha venido teniendo una mejor idea de los diversos sectores donde se ubican las estaciones rupestres. En cada una de estas temporadas de trabajo se organizaron grupos con distintas actividades y se produjeron desarrollos documentales que fueron cualificándose en el tiempo, hasta llegar a la formulación final que aquí se expone en forma sintética. Desde esta época de los años setenta hasta hoy, se han visitado algunos de los sectores para observar su estado de alteración y en algunos casos su desaparición definitiva. Resulta interesante observar que después de estas fechas los trabajos posteriores se dedicaron a hacer simples denuncios de los sitios o a efectuar procesos de divulgación y trabajos de tesis sobre las posibles estrategias de difusión, como modelos pedagógicos de apropiación social o de desarrollo cultural y turístico (J. Vázquez, Heymi Jara,2006), aspecto que muestra la tendencia de estos años hasta hoy. Lo característico de estos trabajos es que en ninguno de estos casos, es considerado importante hacer una reconstrucción de los murales, del levantamiento de las rocas y mucho El mapa incluido en el libro publicado de la Civilización Chibcha muestra con puntos rojos los límites de las zonas de pinturas como frontreras internas de los Muiscas. La zona de Soacha tiene una alta concentración de puntos rojos, que aún no han sido registrados de modo exhaustivo. Hasta hoy el numero asciende a 170 rocas con pinturas.
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Materiales incluidos de la zona de Soacha en el álbum del Jeroglífico Chibcha de Sibaté y Soacha (Triana,1922) publicados por el Banco popular en 1970. Una de las características de este material es su carácter parcial, anunciado con términos como figuras sueltas, jeroglifico decorativo, piedras de los mitos.
menos una reconstrucción sistemática del área y los vestigios rupestres (María Reyes Mora, Alejandra Triana, 2011). Se entiende que esto documentos son culturales, patrimoniales, pero no se hacen trabajos de investigación, que se inicien con una catalogación sistemática. Así que el impulso inicial derivado de las investigaciones de Miguel Triana, con la valoración de una cultura, ni los trabajos de GIPRI interesados en las descripciones rigurosas de los sitios y sus cartografías exactas y en el estudio de su sentido y función, de sus vínculos probables con los mitos, fueron recogidos por estos autores, que desde el año 2000 determinaron otras vías ahora con relativa urgencia, para usar este patrimonio y ocasionalmente para salvar los sitios, ante el avance de los barrios. Tampoco estos grupos se interesaron en las intenciones arqueológicas derivadas del informe de la investigación de la arqueóloga Inés Elvira Montoya (1976), quien quería ver el vínculo entre la cerámica y las representaciones rupestres en la zona de San Mateo fundamentalmente. En general, habría que decir que una buena parte de estos grupos de trabajo (apropiación y cultura y cultura y turismo) tuvieron muy cerca de sus intenciones y de sus proyectos los intereses de la administración del municipio en cada época. Algunos grupos de trabajo tendrían que cumplir con las expectativas de la administración de gobierno o entrar en oposición a estas iniciativas. Resulta paradójico que con muchos años divulgando el arte rupestre de este municipio, no se hiciera una catalogación rigurosa, ni tampoco se observara una red seria organizada, de grupos dedicados al estudio y la investigación del ARGE / SOACHA / GIPRI
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arte rupestre. En el año 2000 la Gobernación de Cundinamarca, el Instituto departamental de Cultura de Cundinamarca, el fondo Mixto y el Instituto Colombiano de Antropología e Historia publicaron un libro denominado Arte rupestre de Cundinamarca como Patrimonio Cultural de la nación, incluyendo un conjunto amplio de municipios en donde se han ubicado desde hace años arte rupestre (Triana 1970, Cabrera Ortiz, 1970, Montoya, 1976, Gipri 19702014), incluyendo tan sólo algunas fotos y gráficas del Municipio de Soacha. En relación a esta amplia área tan sólo reseñaron la presencia de 8 rocas en el municipio de Soacha y una roca con pinturas en el municipio de Sibaté, además de una reproducción de un motivo traído de otra zona, que pintó un artista extraído del álbum de Triana, aparentemente de la plancha 50 y 34 del Jeroglífico Chibcha, que corresponden a la vereda del alto Piedra de El Colegio en Tunja. Lo cierto es que para la época no resultaba importante la búsqueda exhaustiva ni la reconstrucción de los grupos pictóricos y mucho menos la descripción de estos, dentro de las áreas del yacimiento y en las caras de las rocas. Lo único que allí se encuentra es la ubicación en coordenadas geográficas, como resultado del dato derivado de un navegador o GPS, con errores de coordenadas, normales para la época. Desde el punto de vista de la información gráfica y fotográfica se pueden ver fotos de secciones de los murales, fotos que en blanco y negro no permiten observar los trazos, que componen la estructura de los motivos. Otro aspecto a resaltar es que las rocas son identificadas con nombres nuevos, generando la idea que estos grupos pictóricos son hallazgos, es decir rocas con pinturas rupestres nuevas, cuando en su totalidad ya habían sido referenciadas por Lázaro María Girón, Triana, Montoya, Cabrera Ortiz y Gipri. De otro lado, ante la expansión de los sitios que antes eran lugares de cultivo y ahora zonas previstas para la urbanización, se fueron organizando diversos habitantes para protestar por la destrucción de los lugares patrimoniales. Los grupos Muexca y Quika Sues ( 2005 y 2007), integrados por habitantes de Soacha enviaron diversas comunicaciones y ejercieron diversas presiones en distintas instancias del municipio (vestigios en Tibanica) y de la capital del país (ICANH, el Tiempo, Caracol), llamando la atención a los organismos oficiales, para evitar que estas áreas desaparecieran sin ser siquiera estudiadas, ante el avance de las empresas industriales y de los constructores, que urgentemente veían aumentadas sus ganancias con una población, que en la mayoría de los casos, proviene de grupos desplazados por la violencia de otras regiones del país, que ante las presiones ponen en riesgo los espacios naturales que contienen vestigios arqueológicos . En relación a la zona demarcada de este informe las referencias en síntesis corresponden a los trabajos de Inés Elvira Montoya y el equipo GIPRI. Ninguno de los grupos anteriores incluyen esta área como estudio sistemático y eventualmente aparecen algunos fragmentos de algunas de las rocas (María Reyes Mora, Alejandra Triana, 2011) Miguel Triana y los registros en Soacha 1920 En lo que sigue se reseñan con las páginas y el número de plancha las transcripciones que ha hecho Miguel Triana en el texto aludido del Jeroglífico Chibcha. Se trata de un texto publicado por el Banco Popular y reeditado por Carvajal en 1972. 1- Plancha III figuras sueltas del alto pág. 270 2- Plancha IV piedras del Vínculo pág. 270 3- Plancha V Piedra del Rodeo. Segundo Grupo de la Leona: Región de Tequendama. pág. 271 ARGE /SOACHA / GIPRI
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4- Plancha VI Piedra Grande del Carraco potrero del alto, Hacienda de Tequendama. (aparecen las cuatro caras de la enorme piedra pág. 271 5- Plancha VII Piedras del Vínculo: Soacha Jeroglífico mitológico Dios Suacha mirando al valle de Fusungá. pág. 272 6-Plancha VIII Piedra de los Alambiques, San Benito, Soacha pág. 272 7- Plancha IX Signos sueltos de la piedra de la Iglesia Hacienda San Benito: Suacha pág. 273 8- Plancha X La Leona: Piedra de los Mitos región de Tequendama pág. 273 9- Plancha XI Figuras sueltas: Región de Sibaté y Tequendama pág. 274 10- Plancha XII Piedra del Rodeo Región de Tequendama pág. 274 11- Plancha XL Figuras sueltas de las piedras del Alto Hacienda de Tequendama pág. 288 12- Plancha LI Piedra de San Benito Soacha :Jeroglífico de Carácter votivo. pág. 294 13- Plancha LII Piedra de los Destierros (Piedra de las Cruces) Región de Sibaté Soacha pág. 294 Las transcripciones de Triana en general no son claras y las descripciones informativas son ambiguas. En la mayoría de los casos habla de «figuras sueltas» de «,» «Signos sueltos de la piedra», piedras de la región, lo cual no permite saber si se trata de una explicación, que intente determinar que existen más rocas, que las conocidas por el autor, no están en el álbum. Cuando se visita la zona de Soacha Bosa (Proyecto Gipri 1976-83) se encuentran además de las planchas descritas un sin número de rocas y de murales que no aparecen en la publicación de Triana. No se trata de rocas que estén escondidas. Muy al contrario, están a la mano de aquellas que aparecen reseñadas de modo desordenado, tanto para la descripción de cada roca como en la manera de presentar los diferentes dibujos. Según parece los autores como Triana, entre otros, se interesaban en los dibujos que ellos creían más representativos. Así, pueden fácilmente aparecer las planchas con los términos «figuras sueltas», «signos sueltos». Esto quiere decir que no están registradas las rocas y los murales en su totalidad, con todas sus particularidades, sino que se escogen algunos temas, que son precisamente los que se publican en el texto de la civilización Chibcha y fundamentalmente en las gráficas presentes en el jeroglífico Chicha y que crean la imagen de una reconstrucción del mural y una colección completa de los sitios con sus murales. En forma arbitraria, quien copiaba (dibujantes) hacía sus trazos de registro con los elementos más notorios, o con aquellos que le sugerían algo, dejando así cantidad de motivos sin documentar. Este tipo de trabajo no riguroso creó algunas confusiones, que fácilmente se pueden ver cuando se confrontan los murales «in Situ» con las planchas publicadas, que para el común de las gentes es un original, sobre el cual se puede trabajar y claro hacer interpretaciones. Este hecho aparente creó cantidad de problemas para aquellos que tomaron el álbum de Triana como fuente primaria y llegaron a reproducir deformaciones diversas, exageradas geometrizaciones, unificación de trazos, desajustes en las proporciones y con ello, poco a poco se derivaron de este álbum toda clase de interpretaciones y de explicaciones. Por ejemplo la plancha número IV (Piedras del Vínculo -Soacha: Jeroglífico decorativo) nombra un conjunto de «piedras». Sin embargo, existen dos errores. Primero porque no se transcriben las rocas y sus pinturas y segundo porque luego en la plancha número VII se presentan dos rocas en un mismo dibujo. Algunos de los elementos formales de la roca número IV aparecen en la plancha VII como Jeroglífico mitológico, acompañados por una figura antropozoomorfa, que pertenece a otra roca, que se encuentra a un kilómetro de aquella, en la finca del Vínculo en el valle en Soacha. Son numerosos los ejemplos que pueden mostrar lo desordenado que es ARGE / SOACHA / GIPRI
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el álbum de Triana, que el mismo no corrigió y quedó en manos de sus parientes cuando fue publicado. Lo que ahora se entiende es que no siempre este trabajo lo hizo personalmente Miguel Triana, sino que al parecer fueron sus auxiliares de la construcción de la carreteras, amigos y también conocidos quienes que le enviaban dichos materiales. Lo mismo sucede en otras zonas: las rocas reseñadas no suman el conjunto completo de estas en cada sector en los municipios, ni tampoco las transcripciones son juiciosas en la forma del registro. Las transcripciones son frente a los originales, deformaciones en el trazo y la proporción. No se puede tener una imagen completa de los sectores, pues no se presenta en la publicación un mapa ni indicaciones claras de donde puedan ser buscadas las pinturas y si existen grabados o petroglifos. Tampoco en estas publicaciones, es posible tener una ubicación cartográfica, que permita saber que una roca desapareció o que se encuentra en una vereda o finca en una ubicación determinada. El texto del Jeroglífico únicamente trae las planchas con un mapa general del altiplano. Los modos como Triana o el editor del texto titulan las planchas hace pensar que este autor tiene una explicación sobre el sentido de estos murales: «Carácter votivo,» mitológico etc. Sin embargo, no explica en que consiste esta afirmación. Posteriormente se crean algunas descripciones escuetas, que no se interesan en vincular los murales y la cultura. Describir un pictograma no es simplemente dar su estructura formal con trazos elementales; es necesario dimensionar el trazo, transcribir sus matices, determinar las variaciones del color, determinar las superposiciones y los desgastes, poder dar información sobre los grupos pictóricos y sobre el lugar de estos en la roca. Estos, entre otros, son elementos ajenos a la publicación de Triana. Hasta aquí lo que se conocía hasta 1922. Las investigaciones posteriores desgraciadamente no se interesan en el lugar y en confirmar la fidelidad de tales documentos y copian nuevamente los errores ya enunciados. Pérez de Barradas, Wenceslao Cabrera Ortiz, Ignacio Ramírez Sánchez entre otros no se dedican a confirmar el lugar y las características de los pictogramas. Muchos de ellos comentan no haber encontrado los lugares, por lo tanto se reducen a copiar las transcripciones del jeroglífico Chibcha y a multiplicar las inconsistencias. En este caso particular de esta zona y de otras ha sido esencial el estudio de los materiales, de los sistemas de registro, del proceso que significa hacer una reconstrucción histórica y con ello, ha sido muy interesante observar la historia del proceso. El sector de la Tupia no ha sido suficientemente revisado, lo mismo que el sector de San Benito, La Unión. Se debe revisar en forma ordenada la vereda de Chacua, San Eugenio, Villa Nueva y Quiba alta, en los límites con el municipio de Soacha y en las zonas hacia el páramo por las cabeceras del río Aguas Claras. Las Zonas de Tequendama, Alto de la Cruz, Fusungá, Panamá, el Vínculo, Terreros, Canoas, que pertenecen a los municipios de Suacha, Bosa y sin duda pertenecen al grupo general de una zona que en tiempos precolombinos constituye una unidad, que no ha sido suficientemente prospectada. En resumen: Además de los grupos pictóricos presentados en la primera y única publicación existen además un número no inferior a 170 rocas, que contienen pinturas y grabados. Estas se encuentran en los siguientes sectores: 1 San Benito: La de la Iglesia y los Alambiques ARGE /SOACHA / GIPRI
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2 La Tupia: sin nombre especial en este sector 3 La Unión: rocas sin nombre especial. Dividida por lo menos en tres zonas: las rocas del parque arqueológico de Tequendama 4 Las rocas de la cañada hacia el río Bogotá 5 Las rocas que se encuentran frente al el embalse del Muña 6 Las rocas de la finca Poma Los últimos años El trabajo en esta zona ha demandado diversas temporadas (1970-75; 1980-85; 1992-1995 19962000; 2006; 2013-14) y con ellas se ha venido teniendo una mejor idea de los diversos sectores donde se ubican las estaciones rupestres y en cada etapa se han hecho mejores trabajos de registro con nuevas y más complejas técnicas y equipos de descripción. En cada una de estas temporadas de trabajo se organizaron grupos con distintas actividades y se produjeron desarrollos documentales, que fueron cualificándose en el tiempo hasta llegar a la formulación final que aquí se expone en forma sintética. En el mes de enero del 2006 se reiniciaron nuevamente las actividades con la alcaldía del municipio (secretaria de la cultura), el grupo GIPRI y dos arqueólogos de la Universidad Nacional, quienes proyectaban ampliar el conocimiento de las áreas precolombinas del municipio y hacer algunas investigaciones sobre unos sectores que se encuentran en peligro o que eventualmente se podrían convertir en las áreas más vulnerables a mediano plazo. En esta perspectiva, se ha venido discutiendo sobre el conjunto de espacios arqueológicos de diversa índole que posee el municipio de Soacha y algunos debates sobre el modo en que estos temas deberán contemporáneamente ser abordados. Se trata de un balance sobre todo el espacio patrimonial, entendido como un tema amplio, que incluye no solamente el arte rupestre, sino las zonas y etapas de poblamiento de las comunidades precolombinas que habitaron y habitan este sector (sur occidente de la sabana de Bogotá. Localización de trabajo El municipio de Soacha se encuentra en el extremo sur occidental, en el límite de la sabana y en el espacio geográfico en donde se inician los territorios hacia las zonas bajas (tierra caliente), cuyos municipios fundamentalmente tienen pinturas y petroglifos. Así que una buena parte de este municipio se ubica en el área del altiplano (2600 m.s.n.m.) y otra en las zonas caracterizadas como zonas arqueológicas Panches (1800 m.s.m). Esta situación peculiar del área municipal, permite pensar algunas reFragmento del mapa general de arte rupestre de Soacha GIPRI. En la zona sur oriental del municipio zona 1 y 2. El período de registro y documentación se realizó en las temporadas de los años setenta y ochenta. En esta época se identificaron 58 rocas con pinturas en esta área y un total no inferior a 175 para otras zonas del muncipo.(ver tabla anexa)
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laciones y diferencias que existen entre los motivos presentes en pinturas y los trazos de los grabados en las zonas bajas. Precisando un poco más, el municipio de Soacha limita con el municipio de Mosquera y Bojacá al norte; Sibaté, y Pasca en el sur; con el Distrito Capital de Bogotá, el municipio de San Antonio de Tequendama, y Granada en el occidente. En la zona occidental, que limita con Suacha se encuentran los primeros yacimientos de petroglifos en una proporción desmesurada (San Antonio de Tequendama (GIPRI proyecto 1999-2006), semejantes a aquellos que han sido documentados en el municipio de El Colegio con 2200 rocas (1996-2004, 2012), lo cual no indica que no existan grabados en las zonas altas (2600 metros), pero su densidad es aparentemente menor y está muy poco investigada, aunque existen algunas parciales referencias (Bojacá, Sibaté, Mosquera, Facatativá, Guasca, Tibaná, Ramiriquí, Gámeza). Con los datos existentes y fundamentalmente derivados del trabajo de campo producido por GIPRI, el total general de sitios de arte rupestre y eventos rupestres asociados del área de estudio (Soacha y Sibaté) es de 170 rocas, que contienen pinturas, grabados y algunos talleres de herramientas. Estos yacimientos se distribuyen fundamentalmente en las siguientes zonas dentro de municipio de Soacha de norte a sur, de occidente a oriente: San Francisco, El Charquito, Canoas, Alto de la Cruz, Bocatoma, Chacua, Panamá, Fusungá, Pantoja, Quiba. Las zonas que corresponden al valle del río Bogotá en la vereda de Bocatoma corresponden a la presencia de camellones, que también se han venido ubicando en los valles del río Soacha y en el río Tunjuelito, sitios que administrativamente ahora corresponden al Distrito Especial de Bogotá.
Trascripciones del dibujante Ricardo Muñoz en septiembre y octubre de 1980 en las zona de Terreros. La numeración de dichos yacimientos puede verse en el consecutivo del mapa. Allí con absoluta precisión se dimensionaban incluso los trazos, para hacer con ello, una reconstrucción lo más fiel y proporcionada de las peculiaridades de cada uno de los murales.
Cuadro de veredas, sitios y número de rocas del municipio de Soacha-Sibaté. Los nombres de algunos sitios que aquí se incluyen conservan los vocablos indígenas y algunos al parecer se prolongaron en el tiempo, con los nombres de las antiguas haciendas, que debieron constituirse posiblemente en la colonia y que continuaron hasta el período republicano. Así Hacienda Canoas, Hacienda Fute, Hacienda El Vínculo, Hacienda Tequendama, han conservado los nombres de las veredas y de algunos sitios, en los cuales se han ubicado estaciones de arte rupestre. ARGE /SOACHA / GIPRI
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Fotografias recientes efectuadas en la última etapa de registro con fotografia digital de alta resolución. En este material se comparan las diferencias entre lo captado por una foto de 300 megas y los dibujos efectuados en 1980. Se observan las diferencias.
Metodología
Lista producida en diversas temporadas de trabajo en el municipio de Soacha y Sibaté, relativa a las diverss zonas, en las cuales se han localizado rocas con pinturas y grabados (176). Además de la presencia de rocas con motivos rupestres pintados normalmente en óxidos ferrosos en color rojo, tambien se han podido ubicar algunas rocas con petroglifos y algunos talleres de herramientas.
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Actividades de búsqueda y registro. (Documentación gráfica y fotográfica de Pinturas Rupestres y demás manifestaciones conexas.) La zona deberá dividirse en sectores y grupos de búsqueda, teniendo en cuenta las cuadrículas que se pueden limitar con las cartas geográficas existentes (A. Codazzi) y las posibilidades de los navegadores Garmin y de los programas Base camp, para la ubicación de los puntos donde se encuentran los yacimientos rupestres. Se pretende con este procedimiento sistematizar y revisar de modo exhaustivo cada sector y tener al final una imagen en lo posible completa de los yacimientos rupestres. En general para todos y cada uno de los trabajos de registro se cumplen generalmente con las siguientes actividades: -Realizar levantamientos cartográficos, gráficos y fotográficos de las pinturas y de las rocas. -Organizar su numeración y efectuar dibujos de sus particularidades. En esta fase se cumplen las siguientes actividades de campo: 1-Localización geográfica de zonas y rocas (cartas de distintas escalas).
La diversidad de trazos y motivos permiten asegurar que existían técnicas diversas de ejecución. Normalmente son efectuadas con los dedos, pero también se observan intrumentos delgados, que generan las lineas de los motivos. las manos son realmente pintadas y estas tienen como en otras rocas, formas diversas en las palmas (Poma y Terreros)
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Visual general con fotografías ensambladas producidas en 1980: se puede observar el área antigua de la extración y a la izquierda la roca numero 33 y 36 con la escala del dibujanate trabajando en ella.
2- Registro fotográfico y gráfico: Trabajo de fotógrafo y del dibujante, permite transcribir en detalle y con proporciones y medidas las distintas particularidades de las rocas y las pinturas contenidas en ellas. La documentación tendrá un estudio minucioso de cada uno de los grupos pictóricos y sus elementos formales, donde se intenta reconstruir los límites de los motivos, y la restitución de los grupos pictóricos. El desarrollo de las técnicas de localización, el refinamiento en la descripción de los detalles o particularidades de la estructura formal de la pintura o del grabado, al igual que algunas descripciones sobre el estado de alteración y los niveles de deterioro, componen un cuadro de signos y síntomas, un conjunto complejo de registros contenidos en fichas de trabajo de campo que deben configurarse en: 1- Base de datos de cada vereda y zona 2- Base de datos para cada mural 3- Base de datos para cada roca. En las fichas técnicas que se presentan en el anexo correspondiente se pueden observar los temas que se incluyen en la descripción de cada mural y cada roca. A pesar del refinamiento adquirido las actividades tradicionales usadas desde los primeros tiempos de la historia de la investigación del Arte Rupestre como el dibujo continúan usándose, pues con ellos no solamente se genera un tipo especial de registro, que hace referencia al sistema de percepción y agudeza del investigador, sino que con este procedimiento de copiado se educan los estudiantes y auxiliares para que puedan convertirse en investigadores futuros de Desde el siglo XIX se venían realizando obras de arte (acuarelas) sobre las obras de arte rupestre del país. Tanto la Comisión arte rupestre colombiano. Corográfica (1850-59) como el dibujante Lázaro María Girón Finalmente la reflexión sobre el tipo de realizaron diversos trabajos para la reconstrucción de los características presentes en pinturas o yacimientos, incluyendo la vegetación del entorno. Así que grabados pueden en el futuro revelar mucho antes de que se hicieron los reconocimientos en Europa nuevas explicaciones del modo como del arte prehistórico, en Colombia ya existía una tradición. (Soacha Cincha, El Rodeo), que sin duda fue abandonada.
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fueron realizados. También son esenciales los conocimientos que se derivan de estos procesos de descripción pues permiten conocer: 1- Su orden 2- Su composición 3- Su estética 4- Sus sistemas de representación Conclusiones metodológicas Hoy es posible realizar megafotografías que son el resultado del ensamble de tomas en serie con traslapo, que pueden ser unidas (Photomerge) y con ello es posible reconstruir con mayor nitidez (grano fino y alta resolución) los trazos rupestres, incluso cuando hay interferencias de letreros extraños y alteraciónes. Su calidad depende de la suma de fotogramas, y de los mega píxeles de la cámara con la mayor resolución posible. Estas fotografías se unen y terminan generando una versión final de un sólo fotograma, de no menos de 300 megas con tamaños incluso cercanos a la escala original. Con esta cantidad de información digital, es posible discriminar con detalle los píxeles y realizar toda clase de manipulaciones, con el objeto expreso de reconstruir los trazos, recuperar los colores, ampliar las bandas de color e incluso observar algunos trazos, que son realmente imperceptibles al ojo humano. Basta con manipular los píxeles y desaturar y saturar algunas bandas de color y con ello, producir una versión final, que no parecería manipulada, trabajo que solo es posible con tamaños de megafotos. La valoración del estado general del sitio y el diagnóstico discriminado por roca y por pequeñas áreas se observa inicialmente en las fotografías de las fichas. Sin embargo, se hace una descripción adicional, que incluye el estado de conservación del sitio y las alteraciones sufridas por diversos factores y agentes que han deteriorado el lugar. (fichas de conservación)
Resultados del trabajo de campo y laboratorio En este informe se incluyen como parte central las descripciones de 13 rocas, con arte rupestre, que corresponden al proceso de registro y documentación de los contratos de concesión minera 14986 y GKH-081, ciudadela Sucre. El conjunto general de estos yacimientos se encuentran en dos áreas generales distribuidos en el predio dedicado a la extracción.
Fotografías de algumos motivos de las rocas estudiadas del yacimiento 33 y 36 . La utilización de sistemas refinados de megafotografí a digital han permitido reconstruir los trazos, con cieto nivel de detalle.
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Después de demarcar las estrategias de trabajo según el modelo metodológico expuesto arriba, se distribuyeron temporadas de trabajo de búsqueda y de ubicación de los sitios donde existían referencias de arte rupestre. Ya existían algunos datos sobre la ubicación y existían reportes de GIPRI sobre el área (1970-80), con lo cual se facilitó la ubicación y el desplazamiento de los grupos de trabajo, se hizo dentro de las vías construidas por la empresa minera. Algunas horas de trabajo fueron indispensables y diversas jornadas para efectuar el trabajo de registro de las peculiaridades de los bloques rocosos con sus elementos formales y las Megafotografías del yacimento 35 (Terreros, Soacha), en el cual se observan características de las caras, en las después del trabajo de manipulación digital (350 megas + 30 fotogramas cuales se encontraron vestigios de ensamblados) un conjunto de detalles, que no se perciben normalmente. pinturas. El resultado del trabajo de campo de este informe incluye la ubicación en gps Garmin Etrex 30 con error de 3mts. Los puntos encontrados de 13 rocas fueron confirmados al transportar dichos datos (GPX) tanto en el Google Earth, como en Arc Map, procedimientos que confirman la ubicación correcta con la visual del satélite, con errores mínimos de distancia y altitud. No siempre es posible hacer las mediciones en el centro de la roca, y se hace necesario hacerla a un costado de la misma, con lo cual se aprecia un pequeño desplazamiento de las coordenadas hacia algunas de las superficies. Sin embargo el margen de error es insignificante. Algunas de las rocas han sido severamente afectadas por letreros, con lo cual se hizo difícil hacer la reconstrucción de los motivos, pues dichas alteraciones estaban precisamente con pinturas encima de los pigmentos precolombinos y si los colores de las pinturas industriales de alteración son complementarios de los pigmentos rojos se hace aún más complicado describir en la manipulación digital los límites, entre unos y otros. El sector denominado provisionalmente como número 1 del grupo de 13 rocas corresponde al sector norte del predio. Allí se muestran ubicadas las rocas 6- a 10, que han sido ya visitadas en épocas anteriores. En este mismo lugar se encuentran las rocas 1-6 por fuera de los predios de la prospección y que convencionalmente corresponden a las pinturas de San Mateo.
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El sector No 2 corresponde al conjunto de las rocas con arte rupestre numeradas desde el número 14 a la 16, con una numeración adicional de la roca 14 A. Este conjunto esta hacia el sur oriente a 450 metros del conjunto NO 1 (se conserva la numeración antigua realizada en los anos 80) El Sector 3 corresponde a conjunto de rocas con arte rupestre que está aún más al sur de las rocas anteriores del sector 1 y dos con una distancia de 800 metros aproximadamente con unos 10 grados hacia el occidente. Algunas de las rocas ubicadas en este predio han sido alteradas durante años con diversos procedimientos y aun así podrían ser recuperadas con un trabajo de limpieza, tal y como se esta efectuando en el parque de las Piedras del Tunjo en Facatativá. En trabajo de oficina esta relativamente ya descrito en los textos relativos a la metodología. Después de realizar el trabajo de fotografía, que debe ser entendido como un estudio fotográfico, el equipo usa procesadores diversos para realizar el ensamble de los materiales y con ellos llevarlos a las fichas del modelo metodológico GIPRI. Igualmente hace una descripción de los sitios con las fichas destinadas para este fin que se entregan al Icanh. Finalmente se elaboran distintos mapas con distintas resoluciones y grados de información para dar la ubicación exacta de los sitios y sus relaciones con otras zonas.
Formatos del modelo metodológico de Gipri (1979) . Además del trabajo cartográico y del levantamiento fotográfico, se realizaban descripciones detalladas de cada uno de los yacimientos, tanto en sus características formales como en sus proporciones. En la gráfica aparece la desscripción de la roca No 33 y 34 de Terreros en donde se incluyen los 16 grupos pictoricos.
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Formatos del modelo metodol贸gico de Gipri (1979-80) . Los levantamientos de la roca no 35 y 36 incluian como es natural en el modelo metodol贸gico la documentaci贸n de los motivos rupestres-. Cada uno de los trazos es transcrito en escalas y dimensionado en centimetros, como se observa en el material.
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Conclusiones Generales La noción de lo patrimonial se ha venido reformulando en distintas oportunidades, con ello, se ha accedido a una perspectiva que reconoce la importancia de los sitios, el valor documental de los yacimientos arqueológicos, los hallazgos del período pre-cerámico, las fechas y las descripciones de los instrumentos líticos, las investigaciones en los cementerios Muiscas, al igual que los estudios sobre sus condiciones alimenticias (dieta precolombina), pero también esta perspectiva esta expresamente interesada en acentuar que lo esencial es incluir bajo la noción de lo patrimonial el valor cultural que posee la historia de los estudios de la zona. Así, las reflexiones existentes sobre el poblamiento, la historia de las investigaciones, las discusiones producidas en torno a los yacimientos arqueológicos, las temáticas tradicionales y en general todas las interpretaciones de campesinos y obreros serán contemplados como temas que configuran la totalidad de las versiones, aun siendo estos últimos registros contemporáneos. Las tradiciones populares, las teorías sobre estos eventos culturales, las estructuras etnográficas (patrimonio intangible) son incorporadas en la complejidad patrimonial del sitio (EFN; Silva Renan, 2005). Esta versión final de lo patrimonial configura un cuadro complejo de documentos y debates que no se reducen a los simples objetos y artefactos, a los murales y a motivos rupestres y a sus descripciones detalladas, sino al sentido cultural (aproximaciones y teorías) que las diversas generaciones le han dado a esta zona en la construcción de la historia y la cultura regional, temática que eventualmente ayudara al ejercicio complejo de pensar la administración del área. Estos aspectos no están incluidos en este informe , pues el objeto de este informe es simplemente dar cuenta del lugar y de la condición en la cual se encuentran estos vestigios dentro de un área demarcada de prospección arqueológica. ARGE /SOACHA / GIPRI
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Panorámica general del grupo de rocas cocusua01pi0035 a cocusua01pi0037 y cocusua01pi0036 del sector de Terreros, en las cercanías de la Ciudadela Sucre. Al lado de la roca 33 (derecha) se observa el filo de la fractura de la roca 37. Estas alteraciones parece coincidieron con la etapa, en la cual se contruyó la represa de Terreros, con rocas que igualmente tenían pinturas y que desaparecieron para siempre.,
Desafortunadamente, la situación de la zona ha cambiado severamente. Hoy los yacimientos se encuentran rodeados por un número importante de viviendas, de fabricas pues han venido avanzando en forma acelerada barrios de invasión (urbanizaciones ilegalmente constituidas). En la actualidad no sólo se ha perdido información valiosa relativa a la presencia de las diversas etapas del hábitat precolombino en la zona, sino que algunos yacimientos rupestres se han visto afectados drásticamente con dichas construcciones, y, por si fuera poco, con la utilización minera de los sitios. Esta tendencia parece ampliarse dramáticamente en un buen número de municipios de distintos departamentos del país. La presencia de los habitantes sin control en los territorios de un lado y las licencias de empresas mineras de otro, (Tunja, Sáchica, Suacha, Sibaté, Chía, entre otros) ha generado diversas alteraciones y deterioros irreparables. Hoy las entidades estatales esperan que las regiones manejen y administren los sitios arqueológicos, pero estas provincias se encuentran sin la formación adecuada ni el presupuesto indispensable, que permita, como se formula en lo centros de decisión, que los municipios aporten de sus fondos para realizar la investigación y la administración de los sitios. Desde los años setenta esta zona del sur occidente (Suacha, Bosa, Sibaté) fue proyectada como un polo de desarrollo industrial y en los últimos años (2000), como un centro de extracción minera (distrito minero). Poco a poco se fueron ubicando diversas empresas que propiciaron el éxodo de la población hacia la zona sur occidental de la sabana, generando toda clase de impactos en las áreas arqueológicas, dentro de los cuales están los sitios rupestres. En esta ocasión se incluye en la entrega algunas de las antiguas fichas y materiales producidos en ARGE / SOACHA / GIPRI
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la misma área desde 1976 y en algunos años siguientes. Para esta temporada de trabajo, los sitios podían ser visitado sin ninguna dificultad en general. La única molestia correspondía a la vigilancia de la finca de Tibanica que estaba custodiada por un empleado que impedía el paso.
Conclusiones sobre el área de Estudio Sobre el estado de los yacimientos rupestres en Suacha La primera referencia adquirida ocasionalmente sobre el deterioro de las rocas con pinturas del municipio corresponde a la construcción de la represa de Terreros. Un antiguo habitante del lugar declaró que él había visto las rocas con pinturas y que con ellas y con el desplazamiento de cientos de toneladas de material se había construido este embalse artificial (laguna de Terreros). Así que algunos barrios del sector oriental del actual municipio (Ciudadela Sucre, Buenos Aires, Las Margaritas, Bellavista y los cerros de Cazucá) debieron contener yacimientos rupestres, algunos de los cuales se conservan y otros han desaparecido, con el proceso de las canteras y ahora con el desmesurado proceso urbano. La segunda referencia se encuentra en los grafitis comerciales que se pusieron en la vía hacia tierra caliente (Melgar) en la hacienda de Tequendama. Allí fueron tapados algunos murales y con ello unas pinturas, que fueron reseñados por Inés Elvira Montoya en 1974 y que en 1975 no se podían ver y aun continúan sin verse (GIPRI-1975). Zona de registro Zona minera Ciudadela Sucre Se sugiere que estas zonas sean readecuadas y se produzcan acciones diversas para el manejo del sitio, como sitio arqueológico. Existe ya una experiencia exitosa en las areneras del Vínculo en el mismo municipio. Allí se adecuo la zona, se sembraron arboles y se vigila con la administración de la empresa el sitio, para evitar su deterioro futuro. Se deberán hacer diagnósticos sobre los daños producidos por años en las rocas, el suelo y en los murales, algunos de los cuales fueron severamente afectados por grafitis. Se deberá crear un ambiente propicio para que el desplazamiento de arenas levantadas por el viento no continúen generando daños en los murales. Este habiente podría mejorar con la siembra y la organización cerrada de un espacio propicio, que piense en el impacto que produce la extracción minera en las superficies de las rocas con pinturas precolombinas. Se sugiere que sea la misma empresa quien organice el lugar e invierta en esta estructura patrimonial dejando un sitio adecuado para que sea convertido en lugar de investigación y parque arqueológico. Anexos: 1-Bases de datos 2- Mapas 3 -Fichas de registro y conservación ARGE /SOACHA / GIPRI
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Informe Arte Rupestre
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SUACHA, Cundinamarca 2013
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33
Informe Arte Rupestre
1988. El Petroglifo en el Altiplano Cundiboyacense. 46 Congreso Internacional de Americanistas, Holanda Amsterdam. MUÑOZ, C. 1998. Guillermo, et al. Modelo metodológico para documentar arte rupestre. Beca otorgada por el Ministerio de Cultura (Biblioteca Luis Ángel Arango), Bogotá. MUÑOZ Guillermo; TRUJILLO Judith. 2010. New aspects of documentation and recording rock art in Colombia. Session 18 Conservation, Protection and Educational Outgrowths of Recording Rock Art. Edited by Jane Kolber & Cesar Quijada. IFRAO July, 2009, São Raimundo Nonato, Piaui, Brasil. In: Fumdhamentos IX, octubre 2010 Vol III, pp. 931-948. Fundaçao Museu do Homem Americano, Brasil. ISSN: 0104-351X. 2009. Inventarios Gráficos y Geográficos: Un Proyecto de Registro y Conservación del Arte Rupestre en Colombia. In: Rock Art Data Base: New Methods and Guidelines in Archivation and Catalogue. Edited by R. Poggiani-Keller, G. Dimitriadis, C. Liborio, Ma. G. Ruggiero. BAR International Series 1996. Archaeopress. ISBN 978140730530 1 pg.43-53. MÜLLER, Karl. URIBE Borda P. 1938. Jeroglíficos colombianos. En: Revista Cromos, Número 1138. Septiembre. NUÑEZ Jiménez, Antonio. 1959. Facatativá Santuario de la Rana. Andes Orientales de Colombia. Editado por los Departamentos de Investigaciones Antropológicas e Investigaciones Geográficas. Universidad Central de las Villas Cuba. PÉREZ de Barradas. 1941. El arte rupestre en Colombia. Editorial Diana Madrid. PINEDA, Giraldo Roberto. 1999. “Inicios de la antropología en Colombia”. En: Revista de Estudios Sociales, Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de los Andes. En: Revista No. 3. 1994. “El Caso de la Escuela Normal Superior”. En: Digitalizado por Red Académica. Obtenido de la red mundial. http://www.pedagogica.edu.co/storage/rce/articulos/rce28_14deba.pdf PINEDA, Camacho Roberto. 2005. “El laberinto de la identidad: Símbolos de transformación y poder en la orfebrería prehispánica de Colombia”. En: Oro de Colombia Chamanismo y Orfebrería. Editado por el Museo Chileno de Arte Precolombino, Banco de la República, Museo del Oro - Bogotá D.C. RAMÍREZ, Sánchez Ignacio. 1946. Facatativá, Cercado Fuerte al Fin de la Llanura. Reseña histórica edición conjunta. Editorial Marca y editora de Cundinamarca. RESTREPO, Vicente. 1895 Los chibchas antes de la conquista española. Editorial: Bogotá; Imprenta de la luz RIVERA, E. Sergio. 1986. Investigaciones arqueológicas en el Neusa, municipio de Tausa. (Copia mecanografiada depositada en la biblioteca Luis Ángel Arango).
ARGE /SOACHA / GIPRI
34
SUACHA, Cundinamarca 2013
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ARGE /SOACHA / GIPRI
36
SUACHA, Cundinamarca 2013
ARGE / SOACHA / GIPRI
37
PROYECTO DE DOCUMENTACION DE ARTE RUPESTRE SISTEMA DE REGISTRO Y ARCHIVO DE DATOS FORMATO DE YACIMIENTO 01. NOMBRE DEL YACIMIENTO. 030 031 032 033
Proyecto Instituciones Registrado por Fecha
ROCA 33
02. CÓDIGO C o C u S o a País.
Convenio ARGE - GIPRI colombia GIPRI Colombia Julio 2014
Pi 033
Depto. Municipio. Zona. Modalidad Número.
040 050 007 008
Cuaderno de salida Ficha historica Cuaderno Tradición Oral Laboratorio Digital
140 141 150 160 161 170 180
Plancha Coordenadas IGAC Sist. Coordenadas GPS Fot. Aérea Altitud m.s.n.m.
1 LOCALIZACIÓN. 110 120 121 122 123 130 131
Departamento Municipio Vereda Predio Sitio Nombre Dueño Contactos
Cundinamarca Soacha San Mateo Sitio minero Cecanias C. Sucre Arge 2014
N 4 34.085 X
W 74 11.487 Y
GWS 84 GPSmap 62 st GARMIN
Fecha
2.594
Rdo.
N.
CORTE
2.594 m.s.n.m
Roca
Roca pintada o grabada
Línea de corte
Edificación
Población
Árbol
Bosque
1. L O C A L I Z A C I Ó N
CÓDIGO
CoCuSoa País.
P i033
Depto. Municipio. Zona. Modalidad Número.
1a. RECONSTRUCCIÓN CARA PRINCIPAL Exprese gráficamente los levantamientos del yacimiento en la cara principal. Realice una descripción sobre las condiciones del yacimiento en el momento de realizar el levantamiento de la información. PANORÁMICA GENERAL
PANORÁMICA DEL YACIMIENTO
RECONSTRUCCIÓN
Fractura de la roca 37. Estado actual del sitio frente la roca No 33 del registro de 1980 GIPRI archivo
Este conjunto de rocas están ubicadas en el municipio de Soacha, en el Barrio llamado Ciudadela Sucre. Este grupo se encuentra rodeado por la urbanización y por la cantera, que extrae materiales diversos. El proceso de impacto debió iniciarse en 1980, tanto por la urbanización, como por la ampliación de la minería. Este sitio contiene no menos de 6 rocas en donde se observan trazos de las pinturas precolombinas en las distintas caras. Estas rocas fueron visitadas por GIPRI en 1976-80 y se realizaron en estos años algunos registros, con las técnicas utilizadas en ese entonces. Aproximadamente en 1960, fueron destruidas no menos de tres rocas para la construcción de la represa de Terreros. Al parecer para esta misma época se rompió la roca contigua a la numerada como 33. La denominada como roca 37 también fue rota y una parte, que contiene pinturas rupestres (37a), quedó recargada algunos metros más abajo, junto a la roca 35. 1A. R E C O N S T R U C C I Ó N
CÓDIGO C o C u S o a País.
Pi 033
Depto. Municipio. Zona. Modalidad Número.
2. LEVANTAMIENTO DEL YACIMIENTO Exprese gráficamente los levantamientos del yacimiento en sus cinco caras. Localice en el plano cero la cara superior. Reconstruya su volumen e incluya su orientación y escala utilizada.
0
3
1
ORIENTACIÓN Norte
4
0
2
1
Escala 1.2 m 2. L E V A N T A M I E N T O G E N E R A L YA C I M I E N T O
CÓDIGO C o C u S o a País.
Pi 033
Depto. Municipio. Zona. Modalidad Número.
3A. LEVANTAMIENTO POR CARA (FOTOGRAFÍA Y ENSAMBLE) Criterios: Describa en detalle cada cara e incluya los motivos presentes. Incluya escala utilizada Escala
1 1. NÚMERO DE CARA ______ 3 2. NÚMERO DE GRUPOS ______
0,9 m
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 A
B
C
D
E
F
G
H
I
J
K
M
N
O
P
Q
R
S
T
3A. L E V A N T A M I E N T O P O R CA R A S-F O T O S
CÓDIGO C o C u S o a País.
Pi 033
Depto. Municipio. Zona. Modalidad Número.
3B. LEVANTAMIENTO POR CARA (DIBUJO) Criterios: Describa en detalle cada cara e incluya los motivos presentes. Incluya escala utilizada Escala
1. NÚMERO DE CARA ______ 1 2. NÚMERO DE GRUPOS ______ 3
0.9 m
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 A
B
C
D
E
F
G
H
I
J
K
M
N
3A. L E V A N T A M I E N T O
O
P
POR
Q
R
S
T
CA R A S-D I B U J O S
4a. LEVANTAMIENTO POR CARA
(FOTOGRAFÍAS Y ENSAMBLES)
CÓDIGO C O C U S U A 0-1 P I 0 3 3 x
Cara registrada
País Depto. Municipio Zona Modalidad Número
Criterios: Describa en detalle cada cara e incluya los motivos presentes. Incluya su orientación y escala utilizada.
1 _________
1. Número de cara 2. Numero de grupo
ESCALA
1
2
3
4
5
6
7
8
9
1- 2
10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 3 a. L E V A N T A M I E N T O
POR
CARA
4a. LEVANTAMIENTO POR GRUPOS
(FOTOGRAFÍAS Y ENSAMBLES)
CÓDIGO C O C U S U A 0-1 P I 0 3 3 x
Cara registrada
País Depto. Municipio Zona Modalidad Número
Criterios: Describa en detalle cada cara e incluya los motivos presentes. Incluya su orientación y escala utilizada.
1 _________
1. Número de cara 2. Numero de grupo
ESCALA
1
2
3
4
5
6
7
8
9
2- 3
10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 3 a. L E V A N T A M I E N T O
POR
CARA
4a. LEVANTAMIENTO POR CARA
(FOTOGRAFÍAS Y ENSAMBLES)
CÓDIGO C O C U S U A 0-1 P I 0 3 3 x
Cara registrada
País Depto. Municipio Zona Modalidad Número
Criterios: Describa en detalle cada cara e incluya los motivos presentes. Incluya su orientación y escala utilizada.
1 _________
1. Número de cara 2. Numero de grupo
ESCALA
1
2
3
4
5
6
7
8
9
3- 4
10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 3 a. L E V A N T A M I E N T O
POR
CARA
Cara registrada
CÓDIGO C O C U S U A 0-1 P I 0 3 3 x
4b. LEVANTAMIENTO POR GRUPOS
País Depto Municipio Zona Modalidad .
(DIBUJOS)
Número
Criterios: Describa en detalle cada cara e incluya los motivos presentes. Incluya su orientación y escala utilizada.
ESCALA
1
2
3
4
5
1. Número de cara
1 _________
2. Numero de grupo
1- 4 _________
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
50
51
52
53
54
55
56
57
58
59
60
61
3 a. L E V A N T A M I E N T O
62 POR
63
64 CARA
65
CÓDIGO 5. CARACTERÍSTICAS
CoCuSoa País.
Pi 033
Depto. Municipio. Zona. Modalidad Número.
Criterios:Indique en los campos la información sobre el tipo de yacimiento que se registra. Incluya información sobre sus características.
510 Tipo de yacimiento
540. Petroglifo
511. Roca 512. Abrigo 513. Cueva 514. Superficial 515. Pared Rocosa
541. Técnica 5411. Percusión 5412. Abrasión 5413. Rayado 542. Superficie
520 Tipo de manifestación 521. 522. 523. 524. 525.
5421. Bajo relieve
Pictografía Petroglifo Petroglifo pintado Geoglifo Mobiliar
5422. Alto relieve
5423. Bajo-Alto
530 Pictografía
5424. Punteado
543. Surco
531. Técnica
5431. Tipo A
5432. Tipo B
5433. Tipo C
5434. Tipo D
5311. Dactilar 5312. Instrumento 532. Color
C
M
Y
K
5321. 5322. 5323. 5324. 5325. 5326. 5327.
25 25 24 53 38 53
85 70 63 84 80 84
83 69 59 70 84 69
01 0 01 19 5 19
544. Otros 5441. Cúpula
5442. Cuenco
533. Tipo 5331. Positiva 5332. Negativa
5443. Mortero 5445. Afilador
5444. Batea
5446. Plano
5. C A R A C T E R Í S T I C A S
6. BIBLIOGRAFÍA Y REGISTROS
CÓDIGO
CoCuSoa País.
Pi 033
Depto. Municipio. Zona. Modalidad Número.
Criterios: Incluya el material de apoyo de este yacimiento (bibliográfía), dibujo, mapas, referencias del sitio, relaciones de ubicación y materiales existentes. Incluya caras con motivos de la ficha dos. Incluya las transcripciones realizadas.
610. BIBLIOGRAFÍA
Desc. Loc. Dib. Fot. Calco. Frott Mapa
620. TRANSCRIPCIONES
631. Método de transcripción 6
6311. Dibujo
584
6312. Fotografía 6312. Calco
Cant.
Autor
Fecha
x B&N Diap. Papel Dig.
No. de Piezas
Otro No. de Piezas
6. M A T E R I A L D E A P O Y O
7. CONTEXTOS Y ARCHIVOS
CÓDIGO
CoCuSoa País.
Pi 033
Depto. Municipio. Zona. Modalidad Número.
Criterios: Se incluyen diversos análisis del contexto del sitio, la posible interpretación de las representaciones y los vínculos con otros sitios rupestres. Incluya los archivos que el documento generó, (historia de la investigación, archivos digitales y físicos de la investigación, bases de datos, archivos fotográficos). Usar el número de páginas necesarias.
Bloque errático, con tres grupos de pictogramas los cuales se encuentran en buen estado de conservación ya que los factores que inciden en el deterioro del pigmento son primordialmente de origen natural. Los escurrimientos de agua sobre la roca, la acumulación de material orgánico sobre el techo, conllevan al deterioro del pigmento. Los motivos pictóricos que en esta roca se encuentran son muy diversos, entramados de líneas curvas, líneas en zig-zag, sucesiones de puntos improntas de dedos. La técnica parece dactilar, sin embargo la cercanía de los trazos y la proliferación de los mismos pone en entredicho esta hipótesis.
6. M A T E R I A L E S
Y
A RCHI VOS