Inocencias 3ra Edición

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Inocencias 3ra Edición


Innocentia -tertia editio- .Es un peligro que yo lea mucho porque se me comienzan a ocurrir cosas de manera vertiginosa y eso fue lo que pasó con esta tercera edición. Estaba leyendo sobre las exploraciones en América durante el Siglo XVIII y la importancia del registro visual de estas aventuras. Las plantas, las geografía y los personajes se dibujaban y se mandaban a otros continentes como grandes descubrimientos, todos descritos en manuscritos: los códices. ¿Y si hiciera un códice de Inocencias? Y ahí nace esta edición, en donde intento recopilar estas memorias compartidas, asignarles un nombre de origen y mostrarlas. Les invito a ser parte de estos descubrimientos. Glenda


Inocencia.Del lat. innocentia. 1. f. Estado del alma limpia de culpa. 2. f. Exención de culpa en un delito o en una mala acción. 3. f. Candor, sencillez.



Tangere caelum.Cuando era pequeñita y el cielo estaba despejado y limpio, yo miraba ese celeste liso y creía que si estiraba mucho mis brazos lo podría tocar con mis manos. Recuerdo haber pasado largos ratos intentándolo.

Albeley



Pupa vox.Mis padres eran y son titiriteros. En sus giras a ciudades, ellos siempre me llevaban a todos lados. Entre tanta diversión, lo que más captaba mi atención era el micrófono o mejor conocido como "tucrófono" porque claro ¡No era mío sino de los títeres!

Alelí



Timent oculi.Era una niña pequeña que veía a la noche con temor y al tocar la puerta de mi madre y así lograr que ella me salve de mis terribles pesadillas, le susurraba al oído mientras me abrazaba: "Mami, tengo monstruos en los ojos".

Ana María



Parum sanctus.Cuando tenía 7 años, mi abuelita me dijo que a las 12 del día del Viernes Santo, había que halar desde los brazos y las piernas a las personas para que crezcan. Mis primos empezaron a estirarme fuertemente de un lado para el otro, mientras rezábamos. Yo estaba convencida que eso me iba a ayudar.

Anita



Animal cibum.Cuando era niñe, encontraba semillas de guaba en las veredas y postes. Cada vez que veía esa masa negra brillante imaginaba que era un insecto gigante o algún escarabajo que estaba muerto o, quizá, dormido. Me provocaba miedo su presencia porque creía que en cualquier momento se despertaría para atacarme.

Carol



Technica navigator.La primera vez que oí hablar de internet, fue a través de la familia de un señor que trabajaba con mi papá. Se había comprado una computadora, dijo que "iba a "navegar en internet" y que debía tener cuidado porque se podía perder. Yo me imaginé una especie de Odisea, un señor en una barca y unas islas de dónde se sacaba información.

Cecilia



Impedimentum amoris.Escuché a alguien cercano comentar que en el cine no pudieron ver la película porque tenían una pareja adelante. Siempre pensé que una pareja era un sombrero grande, tipo mexicano.

Chichita



Somnibulus.Teniendo cuatro años me percaté que en la noche, al cerrar los ojos aparecían puntos de colores que me acompañaban hasta que dormía. Creía que ellos eran los responsables de mis sueños, entonces para tener bonitos sueños los contaba, saludaba e identificaba, si olvidaba este ritual seguro tendría pesadillas.

Claudia



Dulcis stultus.Cuando tenía cinco años, Ani me llevó a comprar, le pedí un chupete enorme, ella dijo no, me encapriché, decidí no caminar a su lado y quedarme detrás. De repente desapareció y supuse que regresó a casa sin mí. Tengo el relato de mi hermana: había entrado a la tienda a comprar el chupete, salió y no me encontró: pensó que me habían secuestrado y escondido en el camión de las naranjas. Al volver y verme en casa dijo: Esto nunca te lo voy a perdonar, mientras yo no entendía el porqué de aquel lío, yo solo regresé a casa como tantas veces me habían enseñado.

Claudia



Nasus auribus.Cuando tenía 6 años, vi un programa de TV sobre el cuerpo humano. Recuerdo claramente que decía que las orejas y la nariz no dejaban de crecer a lo largo de toda nuestra vida. Como hasta los 10 años me persiguió la preocupación de ser una especie de humano que era nariz y orejas caminando. Todavía reviso mi nariz

Cristina



Praeteritum imaginem.-

Yo estaba convencida que el pasado era en blanco y negro, porque todas las fotos y las películas antiguas carecían de color. Incluso creía que el televisor b/n que tenía mi abuelita lo transformaba todo en pasado. Desireé



Amicus natura.Cuando era niña me mudé a una zona rural y toda mi infancia acudí a los espíritus de la naturaleza para estar a salvo así que cuando recorría largos tramos de camino, para llegar al río, a la finca o a la casa, yo hablaba con los espíritus de la naturaleza: una ráfaga de viento, el trino de una ave, una piedra bonita o una hoja cayendo. Los espíritus siempre está conmigo y con ellos me siento a salvo y sé que todo va a estar bien. Fernanda



Magis carum.-

Tenía como 3 años y estaba sentada sobre mi mamá, cuando pensé que yo era la única humana y que todos eran extraterrestres; que cuando dormía se quitaban las máscaras. Así que tomé a mamá del cuello e intenté sacársela… Pero no salió y a mamá le dolió. Me retaron. Graciela



Captionem ad inferos.-

Cuando era niña pensaba que las líneas que están en las veredas, que dividen las placas de cemento, eran puertas al infierno y que si las pisaba me iba a caer directo hacia él. Entonces cada vez que caminaba por las veredas, lo hacía saltándolas. Hasta hoy, a veces recuerdo eso y evito pisarlas. Ibeth



Nubes utrem.-

El papá se tenía que ir a una de esas conferencias en EEUU por su trabajo; mi ñaño y yo ya sabíamos qué pedirle de encargo (no todos los días se viajaba en avión en los 80s). "Papá, ¿y si nos traes una nube?" Le dijimos en unísono mientras le entregamos un frasco de vidrio. Juan Carlos



Domun viventem.-

De pequeño pensaba que la casa donde viví una temporada tenía conciencia. Era antigua con muros gruesos y patio interior. Creía escuchaba y observaba todo lo que pasaba en su interior. Creía que tenía una especie de voluntad mágica para dar suerte o no, según le caían mejor o peor sus habitantes. Julio César



Plantis clavus.-

Cuando era una niña de 5 me gustaba jugar con tierra: yo les llamaba pasteles de chocolate. Para mi mamá era un suplicio cortar mis uñas por el mugrero que creaban mis "pasteles", así que me decía, "ve esas uñas de sembrar papas". Mi abuelo trabajaba la tierra así que de inmediato se vino a mi mente la imagen de plantas saliéndome de las uñas. Katherine



Arbor librorum.-

Me dijeron que los libros se hacen de los árboles. Y pensé que si los leía aprendería a subir a las copas. Aún lo creo. Entre más gordito el libro, más alto el árbol. Me dolió al caerme del capuli de la abuela. Marcelo



Labor amoris.-

Cada visita al pediatra para mi era una aventura mágica. Mi pediatra era un súper héroe de capa blanca que solo al chequearme ya me sentía súper bien y el malestar desaparecía como por arte de magia. Él tenía súper poderes que ahora los descifro: amor y paciencia. María Elena



Alex infantem.Desde pequeña veía a las palomas ya grandes y surgía mi pregunta ¿Dónde están sus bebés ? Nunca vi palomas más pequeñas, entonces creí que sus hijos eran las tórtolas por qué eran más chiquitas y tenían un color café opaco. Siempre veía un grupo de palomas y uno de tórtolas a su lado, e imaginé todo como un patio de juegos con los papás conversando y sus hijitos en la guardería.

Natasha



Impatiens diaboli.-

Cuando estaba en la escuela me dijeron que si miraba para atrás durante la misa, iba a ver al demonio. Me moría del miedo y, por si acaso, jamás regresé a ver hasta que un día me harté, volví la mirada y… nada. El diablo se había cansado de esperarme. Santiago



Aperta meridianam.-

Cuando subía a la terraza, tenía una vista de todo el sur de Quito, pero yo creía que ese era todo el mundo, que ahí mismo estaban todos los continentes del mundo: América, Europa, África, Asia y Oceanía, y que en el horizonte estaba el mar y rodeaba lo que veía. Sebastián



Iratus pulmenti.-

En la tv pasaban Hulk y le tenía pavor. Mis hermanas y mi mamá decían que si no me tomaba la sopa (nunca fui fan de la sopa), mi mamá se convertiría en Hulk y se pondría verde. Yo les creía. Teniendo a mi mamá sentada junto a mí, no podía mirarla por miedo a que estuviera transformada en Hulk… y me tomaba la sopa. Sonia



Corpus mendacium.Ahora de adultos sabemos que las ocasionales manchitas blancas en el crecimiento de las uñas de las manos, corresponden a alguna deficiencia de nutrientes en nuestra dieta. Pero, hace 30 años, una manchita blanca (o varias) significaba haber dicho una mentira! Cuantas ocasiones intente pintarme las uñas con un marcador rosado, huyendo de mi mamá; fue una de las mayores “tragedias” de mi primera infancia, y ahora adulta, cuando confronte a mamá sobre la veracidad de su acusación, con evidencia científica… su argumento final fue: Seguramente dijiste una mentira!

Tatiana



Dormiens vegetabilis.-

Cuando de pequeña me decían que una persona se quedaba en estado vegetal, pensaba que se convertían en zanahorias y brócolis gigantes (acostados en una cama). Ahora que soy doctora, me doy cuenta de mi tremenda imaginación. Yosalve



Periculosum fuga.-

Cuando era pequeña y escuchaba que pasaba un helicóptero, pensaba que eran los extraterrestres que venían a llevarme y salía corriendo como loca, gritando por el barrio que venían por mí. Paula



Rudis mare.-

Cuando era pequeña, íbamos a la playa y siempre veía las montañas de sal, así que dije a mi mami: ¡Ah, por eso el mar es salado, todos los días le ponen sal para que sepa así! La risa que mi mamá se pegó fue tanta que hasta ahora comenta esa historia. Katty



Rudent cunabula.-

Me preocupa mucho que los conejos no tengan un hospital donde puedan nacer sus conejitos. Pobrecitos ¿Dónde los atienden?

Amelia



Clamamus in montibusYo pensaba que detrás de esas montañas que veo desde el balcón de mi casa estaba Guayaquil y gritaba "ABUELITA" porque pensaba que ella me iba a escuchar. Sergio



Informis mulierEn casa de mis padres llegaba el periódico todos los días. Una noche leí en una página "ya viene la MUJER SIN ROSTRO". Durante dos semanas veía los noticieros junto a mi papá, asustada, esperando que hablen de la temida MUJER SIN ROSTRO. Yo moría de miedo. Nunca dijeron nada: con el tiempo me enteré que era sólo la publicidad de una telenovela venezolana.

Glenda


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