Es un peligro que yo lea mucho porque se me comienzan a ocurrir cosas de manera vertiginosa y eso fue lo que pasó con esta tercera edición. Estaba leyendo sobre las exploraciones en América durante el Siglo XVIII y la importancia del registro visual de estas aventuras. Las plantas, las geografía y los personajes se dibujaban y se mandaban a otros continentes como grandes descubrimientos, todos descritos en manuscritos: los códices. ¿Y si hiciera un códice de Inocencias? Y ahí nace esta edición, en donde intento recopilar estas memorias compartidas, asignarles un nombre de origen y mostrarlas. Les invito a ser parte de estos descubrimientos.