PACK PARA TRABAJAR HÁBITOS, RUTINAS Y PROCEDIMIENTOS
TABLA DE CONTENIDOS Objetivos: Incorporar hábitos y convertirlos en rutinas. Automatizar los pasos para resolver tareas de la vida cotidiana o del ámbito escolar. Estos son objetivos fundamentales, tanto en casa como en el colegio, y tanto si se ha diagnosticado un TDAH u otras dificultades específicas de aprendizaje, como si no. En este pack que os presentamos encontraréis las herramientas que os ayudarán a conseguirlo.
Descripción de los materiales Pizarra ¡Yo Puedo! Libros de autoinstrucciones Marcapáginas Pósteres
Orientaciones didácticas Entrenamiento en autoinstrucciones Orientaciones para el uso de la pizarra ¡Yo Puedo! Uso combinado de los materiales
Implicación de la familia y del resto del colegio Material imprimible
Descripción de los materiales Pizarra ¡Yo Puedo!
Especialmente pensada para incorporar hábitos personales, escolares, responsabilidades, rutinas y fomentar conductas adecuadas, utilizando el registro sistemático y el refuerzo positivo. Permite un uso individualizado, y está disponible en dos versiones, para que tanto el niño como la niña se puedan identificar fácilmente.
Disponible en versión niño y versión niña, y en catalán, castellano y euskera. La pizarra está hecha en un material autoadhesivo y despegable que se puede utilizar sobre cualquier superficie lisa; incluye una peana que se puede utilizar como soporte de sobremesa, un rotulador Velleda y unas orientaciones didácticas específicas.
Está especialmente pensada para un uso individual en casa, o en el aula de refuerzo, ya sea para consolidar actitudes escolares (p. ej. hacer los deberes cada día) o para consolidar hábitos personales (p. ej. lavarse los dientes; hacerse la cama, etc.).
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Libros de autoinstrucciones
El entrenamiento en autoinstrucciones es una técnica mediante la cual el sujeto se da a sí mismo un conjunto de órdenes o instrucciones para la regulación autónoma de la propia conducta.
El material se presenta en dos libros de 30 páginas cada uno; uno para la franja de entre 6 a 10 años, y otro para 10 a 15 años. Encuadernados en espiral (para que sean fáciles de consultar, ocupen poco espacio sobre la mesa, y se puedan sostener de pie). Incluyen una introducción metodológica de las autoras.
Disponibles en catalán, castellano y euskera.
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Marcapáginas
¡Novedad 2018!
Presentados en unas prácticas cajas archivadoras, son una selección de los Libros de autoinstrucciones. Su formato individual, permite a padres y educadores personalizar su uso, de tal manera que se puede dar al estudiante aquella autoinstrucción específica que se esté trabajando en cada momento. De este modo, la tendrá siempre presente y al alcance, ya que la puede utilizar como marcapáginas o llevarla siempre dentro de la libreta. Igual que los Libros, están agrupados en dos niveles: para 6-10 años y para 10-15 años. Los marcapáginas correspondientes a hábitos tienen el fondo de color crema, y los que corresponden a procedimientos, de color celeste.
Están disponibles en catalán, castellano y euskera.
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Pósteres
¡Novedad 2018! En el ámbito educativo el entrenamiento en autoinstrucciones se ha utilizado con éxito para introducir y automatizar hábitos y procedimientos no solo con niños con dificultades, sino con todos los alumnos de forma grupal. Por esta razón, junto con las profesionales de Sant Joan de Déu, hemos seleccionado 5 autoinstrucciones básicas que pueden ser trabajadas con todo el grupo-classe. El formato póster permite colgarlas en la pared del aula, en los pasillos del centro educativo o incluso en la propia habitación del estudiante. Por supuesto, cada centro y cada profesional adaptará la aplicación a sus necesidades y a su realidad, pero sugerimos que se utilicen los pósteres para lograr conseguir unos objetivos básicos para todo el grupo y que estos no queden reducidos únicamente a los alumnos con necesidades especiales. Con estos últimos se puede profundizar en aspectos concretos de forma individualizada o en grupos reducidos, con el resto de materiales de autoinstrucciones, que contemplan un amplio abanico de tareas y competencias: desde los pasos para preparar la mochila del colegio, hasta los pasos para hacer una redacción, o las tablas de multiplicar. Finalmente, queremos hacer notar que el uso de los pósteres con todo el grupo-clase, suele producir un efecto de refuerzo altamente positivo y motivador en los alumnos con los que se había trabajado individualmente.
Disponibles en catalán y castellano.
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Maravillosamente ilustradas por Violeta Serratosa (VforViu), que ha adaptado sus dibujos a las distintas franjas de edad, los alumnos se sentirรกn rรกpidamente reconocidos e interpelados por estas imรกgenes, consiguiendo captar su atenciรณn, y facilitar su aprendizaje.
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Orientaciones didรกcticas
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Entrenamiento en autoinstrucciones
Las autoinstrucciones nacieron en los años 60 a partir de la idea de Donald Meichenbaum de asociar la técnica de solución de problemas al modelo de Aleksandr Luria, que reconoce el lenguaje interno como “director y controlador” del comportamiento. ¿En qué consiste el entrenamiento en autoinstrucciones? Es una técnica mediante la cual el sujeto se da a sí mismo un conjunto de órdenes o instrucciones para regular de forma autónoma la propia conducta. El objetivo de este entrenamiento es enseñar al niño y al adolescente una forma de actuación rápida y eficaz para lograr el éxito en una tarea o en una conducta. La mayoría de los niños hacen este proceso de forma automática, pero los niños con dificultades tienen que aprenderlo y entrenarlo. Desde las primeras aplicaciones de las autoinstrucciones, que se hicieron en niños hiperactivos, se ha puesto de manifiesto la eficacia de esta técnica aplicada al tratamiento de niños impulsivos, con déficit atencional, con falta de autocontrol, con trastornos de ansiedad y con dificultades de aprendizaje en general. En el ámbito educativo se ha utilizado con éxito para introducir y automatizar hábitos y procedimientos de trabajo no solo con niños con dificultades, sino con todos los alumnos de forma grupal. La incorporación del formato póster, permite aplicarlo al grupo-classe.
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El procedimiento completo consta de cinco fases: I. Modelado cognitivo: El adulto (terapeuta o educador) actúa como modelo y lleva a cabo una tarea mientras va diciendo en voz alta cada cosa que hace. II. Guía externa en voz alta: El niño lleva a cabo la misma tarea mientras el adulto verbaliza las instrucciones. III. Autoinstrucciones en voz alta: El niño vuelve a hacerlo mientras se va diciendo a sí mismo en voz alta las instrucciones para resolver la tarea. IV. Autoinstrucciones enmascaradas: El niño lleva a cabo la tarea y verbaliza las instrucciones en un tono de voz muy bajo. V. Autoinstrucciones encubiertas: El niño guía su propio comportamiento a través de instrucciones internas, mientras va desarrollando la tarea. Las autoinstrucciones se refieren a diferentes elementos, según el tipo de tarea. Por ejemplo: Autointerrogación: ¿Qué debo hacer? ¿Qué he entendido? ¿Qué me preguntan? ¿Qué datos tengo? ¿Y si lo hago de otra manera? Análisis de tareas: ¿Cuáles son los pasos que hay que seguir? ¿Cuál es el primer paso? ¿Cuál es el siguiente paso? Autocomprobación: Repasaré este paso porque no estoy muy seguro de haberlo hecho bien. Comprobaré si el resultado que me ha salido es lógico de acuerdo con lo que me pedían. Repasaré todos los pasos. Autorrefuerzo: “¡Me está saliendo muy bien!”, “¡Ahora está mejor!”, “¡Hace cinco minutos que no me levanto de la silla!”, “¡Lo he conseguido por mí mismo, sin preguntar!”, “He descubierto el error y lo he corregido: ¡fantástico!”. Para que este entrenamiento sea efectivo, es necesario que: ȣȣ Sea constante y sistemático. ȣȣ Se adecue a las características del destinatario. ȣȣ Implique al niño. ȣȣ Use imágenes que inciten al uso de las autoinstrucciones. ȣȣ Incluya verbalizaciones que el niño ya utiliza en el control de su propia conducta. ȣȣ Facilite la generalización de las autoinstrucciones mediante el uso reiterado en una amplia y variada gama de situaciones. Esperamos que os sean útiles para ayudar a los niños y adolescentes a desarrollar las conductas que les permitan llevar a cabo con éxito las tareas que deben afrontar diariamente.
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Orientaciones para el uso de la pizarra ¡Yo Puedo! 1. Expresad de manera clara y concisa qué objetivo (qué conducta) se quiere alcanzar y escribidlo en las casillas de la izquierda. 2. Comenzad con uno o dos objetivos; os recomendamos no fijar más de cuatro a la vez. Algunos ejemplos de objetivos posibles: cepillarse los dientes, poner la ropa para lavar, hacer los deberes en el horario establecido, llevar la agenda a casa, prepararse la cartera, no gritar, respetar el turno, etc. 3. Estableced claramente qué se conseguirá cuando se alcancen los objetivos. Es importante utilizar refuerzos positivos, tanto para mantener la motivación del niño/a durante la semana, como para consolidar los logros. 4. Especificad, para cada objetivo, cuándo se obtiene un 0, un 1 o un 2. 5. Determinad qué puntuación hay que obtener para conseguir la recompensa. 6. Haced una valoración diaria con el niño/a de la consecución de los objetivos fijados. Al final de la semana, sumad los puntos conseguidos y mantened la recompensa que se haya acordado.
espec cuandi foi c a d obtiene se 0, 1 , 2
sum p ad con unto los seg s uid os
escribid el objetivo
id def inensa mp reco
determinad puntuacion f inal
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Ejemplos de refuerzos positivos a) Sociales: comentario positivo, reconocimiento de la tarea, sonrisa, felicitación, elogio, contacto físico (beso, abrazo, apretón de manos, palmada en la espalda...), expresión de satisfacción, reconocimiento individual (frente a los hermanos/los compañeros de clase), reconocimiento colectivo (familia/compañeros), ponerlo de ejemplo, elegirlo para determinadas actividades, darle atención, un punto extra, etc. b) De actividad: salir a jugar un tiempo establecido (en el parque/patio), disfrutar de tiempo libre, sentarse junto a..., leer, escuchar música, ser el encargado de... (repartir material, borrar la pizarra, ayudar al profesor...), hacer encargos, ser el primero en..., hacer algún deporte, tiempo de descanso, juegos didácticos, juegos recreativos (ordenador, wii... mejor si puede ser con alguien, en todo caso establecer el tiempo que se podrá utilizar), reducción de las tareas que le cuestan, ampliación de las tareas que le gustan, salir a la pizarra, compartir algo con un hermano/compañero, cantar, bailar, representar, demostrar habilidades, contar chistes, dirigir el juego o las actividades de grupo, charlar (contar una película, eventos...), etc. c) Materiales: juguetes, cromos, cómics, revistas, recortables, material para hacer manualidades (plastilina, barro, pinturas, papeles...), material de escritura (rotuladores, lápices colores, libretas...), globos, pelotas, llaveros, adhesivos, carteles, libros (de imágenes, de lectura, del interés del niño/a...), rompecabezas, puzzles, construcciones, juegos recreativos, etc.
El objetivo final es pasar de la motivación externa (padres > pizarra > refuerzos positivos), a la automotivación interna.
Ejemplos de reforzadores internos Sentimiento de orgullo, satisfacción por el trabajo realizado; ser más rápido/mejor en..., tener pensamientos positivos (¡Lo he hecho bien!, ¡Fantástico !, ¡Conseguido!, ¡Lo estoy consiguiendo!, ¡Realmente soy capaz de..!, ¡He mejorado!, ¡Se fijan en mí!, ¡Voy bien !, ¡Soy un artista!, ¡Soy un crack!), sentimiento de superación de un reto, tener el maestro o los padres contentos, experimentar un éxito, sentirse bien consigo mismo, sentirse capaz, etc. Estos pensamientos y sentimientos deberían ser suficiente para mantener la conducta deseada una vez se haya incorporado y automatizado. En el ámbito escolar podéis usar la pizarra para trabajar actitudes, objetivos y retos de grupo.
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Uso combinado de los materiales Todos estos elementos se pueden utilizar de manera independiente unos de otros o bien de forma combinada para sacar el máximo provecho. Siempre prevalecerá, en última instancia, el criterio del docente o del padre o madre, ya que son quien mejor conoce las necesidades y las particularidades de cada caso.
En este sentido, en cada uno de los elementos encontraréis orientaciones específicas. A continuación, sin embargo, os damos unas orientaciones de uso combinado: ÖÖ Los padres o el tutor, abordan con el Libro de autoinstrucciones correspondiente la conducta o conductas que se quieren trabajar, siguiendo los pasos del entrenamiento en autoinstrucciones. ÖÖ A continuación, se entrega el marcapáginas concreto de aquella conducta específica en la que se quiera incidir, para que lo tenga siempre a mano, y lo pueda consultar en momentos claves (p. ej., a la hora de salir de clase, o cuando debe organizarse para hacer los deberes). ÖÖ Mediante la pizarra, se profundiza de manera diaria y sistemática en aquella misma rutina que, una vez consolidada, el niño consigue la recompensa pactada. ÖÖ Finalmente, con el póster en el aula conseguimos que aquél hábito que se ha trabajado de forma individual, el estudiante vea que no aplicable al resto del grupo. Se refuerza su autoestima (¡Soy especial!), y se consigue que todo el grupo-classe siga unas pautas de comportamiento comunes y coherentes.
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El orden de introducción de los elementos (especialmente los Marcapáginas y la Pizarra) deben determinarlo los padres o el docente, ya que variará en función de cada caso y de cada conducta. En algunos casos convendrá reservar marcapáginas para el final del proceso, mientras que en otros se querrá utilizar mucho antes. Por ejemplo: Si tenemos el caso de un estudiante que nunca recuerda qué deberes tiene que hacer y los padres siempre deben recurrir al grupo de whatsapp de la clase, podemos empezar a trabajar la conducta con la autoinstrucción Pasos para antes de salir de clase. A medida que vamos trabajando esta autoinstrucción la complementamos y la reforzamos con la pizarra, fijando como objetivo, p. ej. «Repasar la lista de deberes antes salir de clase». Y, si lo consideramos conveniente, le damos el marcapáginas para que lo tenga presente en el momento de plegar y le ayude a ganar seguridad. Otras posibilidades de uso son: Queremos incorporar un nuevo hábito, y esperamos que se convierta en rutina; optamos por utilizar la pizarra, ya que el sistema de motivación por incentivos creemos que puede dar resultado especialmente en aquél alumno concreto, al tiempo que queremos conseguir la impliación de la familia. Pero durante el proceso nos damos cuenta de que la dificultad del niño no radica en la motivación, sino en recordar la secuencia de los pasos para afrontar la tarea. En este caso, nos ayudamos del Libro de autoinstrucciones para especificar los pasos y, si conviene, le damos el marcapáginas durante un tiempo determinado (previamente pactado con él) para que lo tenga a su alcance y le sirva de refuerzo. Otro caso: ya estamos utilizando el Libro de autoinstrucciones para organizar la conducta tanto en cuanto a hábitos como en cuanto a aprendizajes; el niño ya conoce la metodología y la sabe aplicar sin necesitar mucho apoyo. En este caso, podemos entregarle uno de los marcapáginas con una autoinstrucción que aún no se haya trabajado para que se lo lleve a casa o a la escuela.
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Implicación de la familia y del resto del colegio Tanto los materiales de autoinstrucciones (libros y marcapáginas), como la pizarra ¡Yo Puedo! son materiales creados a partir de la experiencia de la Unidad de Trastornos del Aprendizaje Escolar de St. Joan de Déu. Ahora bien, la versión que presentamos está pensada para poder ser útil a todos los niños y niñas en edad escolar, ya que trabajan hábitos y procedimientos que son fundamentales para todos. En este sentido, los materiales están pensados tanto para ser usados en el centro educativo, como en casa.*
En el ámbito escolar, las autoinstrucciones se pueden utilizar para introducir hábitos o procedimientos de manera colectiva, especialmente si disponemos de los pósteres, al tiempo que cada alumno tenga su propio libro que acabará haciendo suyo. Además, los marcapáginas nos permitirán, siempre que sea necesario, poner el foco sobre una instrucción concreta, o bien personalizar su uso y así atender las diversas necesidades que hay en todo grupo clase. Consideramos que el uso de las autoinstrucciones como metodología no debe limitarse solo a los alumnos con dificultades, o en el trabajo del psicopedagogo o psicopedagoga, sino que se puede hacer extensivo al resto de alumnos de un aula, y por eso es bueno que los tutores también estén al caso.
* Excepto los pósteres, que sí que restringirémos su uso al centro educativo
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Por otra parte, consideramos que es importante fomentar y facilitar, la implicación las familias y del resto de la escuela (especialmente los tutores de cada grupo). Cuando se trata de incorporar hábitos y rutinas, la responsabilidad no puede recaer, solo, en la escuela, ya que sin el apoyo familiar, costarán mucho más de adquirir. Por eso es útil y necesario que el estudiante tenga su propio Libro de autoinstrucciones o su propio juego de marcapáginas, y que lo trabajen con los padres en casa.
Ahora bien, se puede dar el caso que si los materiales no han salido del colegio, los padres no los conozcan, o que no se sientan lo suficientemente seguros para usarlos. Por eso os hemos preparado una mini guía fotocopiable (véase el anexo de estas orientaciones) para que si os parece adecuado la podáis entregar a la AMPA, al tutor o tutora, o aquellos padres y madres concretos que decidáis, para alentarles a usarlos.
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Adquisición de hábitos y procedimientos con las autoinstrucciones Con el Entrenamiento con autoinstrucciones enseñaremos una forma de actuación rápida y eficaz para lograr el éxito en una tarea o en una conducta. El objetivo es aprender a regular la propia conducta de manera autónoma. Consiste en 5 pasos en que el adulto acompaña al estudiante hasta que ya ha incorporado el hábito o el procedimiento. 1. Modelaje: El adulto actúa como modelo y lleva a cabo una tarea mientras va diciendo en voz alta cada cosa que hace. 2. Guía externa en voz alta: El niño lleva a cabo la misma tarea propuesta por el adulto mientras este verbaliza las instrucciones. 3. Autoinstrucciones en voz alta: El niño lo vuelve a hacer mientras se va diciendo a sí mismo en voz alta las instrucciones para resolver la tarea. 4. Autoinstrucciones enmascaradas: El niño lleva a cabo la tarea y verbaliza las instrucciones en un tono de voz muy bajo. 5. Autoinstrucciones encubiertas: El niño guía su propio comportamiento a través de instrucciones internas, mientras va desarrollando la tarea. Las Autoinstrucciones de Go Books! y St. Juan de Déu están disponibles en dos niveles de edad: para 6-10 años y para 10-15 años y en catalán, castellano y euskera. En la página siguiente encontraréis ejemplos del libro de autoinstrucciones y de los marcapáginas para practicar.
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Octubre Martes 3
Miro qué tengo que hacer.
ej 3-8 mates: p 24 ej 10-11 lengua: p 15
Octubre Lunes 2
PASOS PARA HACER UNA TAREA
Me concentro.
Decido cómo hacerlo.
Lo pongo en práctica.
Lo repaso.
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·8·
Horario del curso
Miro el horario de mañana.
Cojo todos los deberes que he hecho.
·6· natu
rale
za
Cojo la agenda, los libros y las Lo pongo todo dentro de la carpetas que necesitaré. mochila. de la
esa
cias
a ingl
Cien
Lengu
Compruebo que lo tengo todo.
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Pasos para preparar la mochila del colegio
Muestras autoinstrucciones
Muestras puntos de libro
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Rendir al máximo (I) 1 No me distraigo con nada.
2 No estoy para otras cosas (las dejo para el final).
3 Pienso en hacer los ejercicios rápido y bien.
4 Miro cuánto tiempo tardo.
5 ¡Ya terminé!
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HACER OPERACIONES CON FRACCIONES A) Con el mismo denominador: 3 2 1 + = 5 5 5
+
B) Con distinto denominador: m.c.m. no comunes y comunes de mayor exponente. 31 3 2 21 10 + = + = 35 5 7 35 35
3 2 + 5 7
m.c.m. (5, 7) = 35
A) Con el mismo denominador: 7 5 2 = 13 13 13 B) Con distinto denominador: m.c.m. 8 3 5 2 1 = = 3 4 12 12 12
m.c.m. (3, 4) = 12
1º) Numerador × numerador
×
2º) Denominador × denominador 3º) Si se puede, simplificamos el resultado. “dividir numerador y denominador por el mismo número” 3 4
·
1 = 5
3·1 3 = 4·5 20
1º) Numerador × denominador = numerador 2º) Denominador × numerador = denominador 3º) Simplificamos el resultado si se puede. 3 4
··
2 = 5
3·5 15 = 4·2 8
÷
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