“Discusiones en clases de matemática: qué, para qué y cómo se discute”. María Emilia Quaranta.
Introducción. “Puesta en común”. (Confrontación, discusión, reflexión, debate, etc.). Es una exposición, por parte de todos o algunos de los alumnos, de los resultados de una tarea o de los caminos que condujeron a esos resultados. La didáctica de la matemática constituye una fuente de conocimientos esencial para la tarea docente. ¿Qué son los momentos de discusión? Su valor central reside en que son potencialmente fructíferos para la generación de confrontaciones, reflexiones y argumentaciones. Conforman una de las modalidades que adquiere la interacción entre pares en el aula: se trata de un intercambio entre todos los alumnos de la clase conducido por el docente. Las discusiones no pueden quedar libradas a las contingencias de una clase o a la espontaneidad de los alumnos. Deben ser organizadas intencional y sistemáticamente por el maestro, a quien le corresponde un papel central e insustituible en su desarrollo. Corresponde al docente hacer que los conocimientos que se han construido inicialmente contextualizados en relación con algunos problemas puedan ser, en cierta medida, en estas instancias d discusión, descontextualizados y generalizables. Momentos de discusión y concepción didáctica. Para muchos docentes la organización de momentos particulares en los que se discuta acerca de contenidos específicos es dificultosa. Consideramos la propuesta de organizar momentos de discusión, confrontación y reflexión en la enseñanza de la matemática desde un determinado enfoque, una concepción de la didáctica de la matemática caracterizada, entre otras cosas, por el tipo de trabajo en relación con la solución de problemas y la reflexión acerca de lo realizado. Campo de aprendizaje y la enseñanza-------resolución de problemas. La resolución de problemas por sí sola genera automáticamente aprendizaje matemático, poniendo en juego y desarrollando habilidades lógicas y matemáticas involucradas en los procesos de resolución. Lo esencial en el aprendizaje de la matemática es construir el sentido de los conocimientos y que la resolución de problemas es una actividad ineludible para ello. Los problemas aparecen como el medio fundamental para la enseñanza de un concepto.
Constituye un cambio de enfoque radical, ya que la resolución de problemas no se reduce al momento de la “aplicación” de los previamente “enseñado”. Charnay (1994) afirma que la actividad debe proponer un verdadero problema por resolver, debe permitir utilizar los conocimientos anteriores y, al mismo tiempo, ofrecer una resistencia suficiente para llevar al alumno a hacer evolucionar esos conocimientos anteriores, a cuestionarlos, a conocer sus límites, a elaborar nuevos. El aprendizaje matemático, se basa en la resolución de problemas acerca de lo realizado: los procedimientos empleados, los conocimientos involucrados deben convertirse en objeto de reflexión.