9 de diciembre de 2015
La formación profesional del maestro.
1. Los maestros son, y han sido desde siempre, gente de oficio, "profesionales", que hay distintos modelos de profesiones docentes, y que la tendencia que manifiesta la profesionalización es de un proceso que se agranda "cuando la puesta en práctica de normas preestablecidas cede el lugar a estrategias guiadas por unos objetivos y una ética". 2. El maestro es un profesional del aprendizaje, de la gestión de las condiciones de aprendizaje, y del control interactivo en clase. 3. Las habilidades profesionales son "los conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para el funcionamiento de las tareas y roles del maestro"; estas habilidades son de orden cognitivo, afectivo, conativo y práctico. Asimismo, éstas son dobles: de orden técnico y didáctico en cuanto a la preparación de los contenidos, pero también de orden relacional, pedagógico y social en cuanto a la adaptación a las interacciones en clase. 4. La formación "partirá de la práctica" y "hará reflexionar sobre las prácticas reales"; ésta tiene que "cuestionarlas y hacerlas explícitas con el fin de que salgan a la luz". 5. Los maestros y formadores han adquirido sus conocimientos profesionales "sobre el terreno, en acción, por sus propios medios, a través de su experiencia", y estos conocimientos les parecen esenciales. 6. Los formadores "no disponen de las herramientas necesarias para analizar las prácticas y las situaciones" y los conceptos generados por la investigación didáctica y pedagógica podrían ayudarlos a explicitar sus acciones. 7. La práctica pedagógica "está regida por los hábitos del maestro; esto es, por un sistema
de
esquemas
de
pensamiento
y
acción
microdecisiones que se toman en clase, sobre la marcha".
que
sustenta
las
múltiples
9 de diciembre de 2015 8. Lo que llaman a menudo como "la intuición" en realidad se trata de habilidades de recolección de indicios muy precisos, que están en relación con un conocimiento profundo del grupo en general y de cada alumno en particular, así como de los contenidos didácticos de referencia. 9. El actor pedagógico persigue sus objetivos a través de las continuas regulaciones sobre la sucesión de indicios, y a través del procesamiento de la información, de las tomas de decisión y de la correspondiente puesta en práctica de las mismas. 10. El maestro se adapta continuamente a las vicisitudes de la dinámica propia de cada secuencia. 11. Nuestros automatismos y costumbres tienen que ver con nuestras percepciones, con nuestras emociones y con el funcionamiento de nuestra mente. 12. Nuestro habitus es el conjunto de nuestros esquemas de percepción, evaluación, pensamiento y acción. Gracias a esta "estructura estructurante", a esta "gramática generativa de prácticas", somos capaces de enfrentar, al precio de pequeñas acomodaciones, una gran diversidad de situaciones cotidianas. 13. Cuando la adaptación es más importante, o bien se reproduce en situaciones parecidas, se estabiliza la diferenciación y la coordinación de los esquemas existentes, y se crean nuevos esquemas. 14. Los saberes procedimentales (los saberes sobre los procedimientos, y no los del saber-hacer) evolucionan a medida que avanza el ciclo de vida profesional. 15. Reconocer la importancia del habitus en la acción pedagógica equivale sin duda a describir con mayor realismo la manera en que los maestros ejercen su oficio. Bibliografía. Leopoldo Paquay, Marguerite Altet, Evelyne Charlier, Philippe Perrenoud, “La formación profesional del maestro”, Ed. Fondo de Cultura Económica, México, D.F., 2005.