21 de abril de 2015
La práctica objeto de estudio. Miguel Parada Bazdresh. ¿Cómo se estudia una práctica? ¿Y una práctica educativa?¨ La respuesta la tienen las ciencias sociales. Los elementos característicos de la práctica educativa enunciado por Carr implican “algo” más que lo necesario en el caso del estudio de las prácticas sociales. Específicamente, es necesario el concurso activo de quien practica la educación (educador, educadora, educando, educanda) pues son estos sujetos quienes pueden “identificar, recuperar y sistematizar” los elementos, efectiva y realmente introducidos en la acción intención. Hay muchos esfuerzos de estudio e investigación de la educación con énfasis en la mirada a la práctica. Sin embargo, y sin demeritar un ápice los esfuerzos citados, son todavía pocos los estudios que incorporan sistemáticamente los aportes y significados de los prácticos de la educación. El primer gran fruto de esta orientación es, sin duda, haberle dado vida a los elementos cotidianos de la práctica educativa. Ahora se escudriña al maestro, al alumno, al contenido, a la interacción, al aula, al contexto, a las instituciones, etc., para encontrar cómo influyen y constituyen el hecho educativo. Una de las direcciones de este esfuerzo consiste en trabajar con docentes en la indagación de su quehacer educativo con el doble propósito de contribuir a la solución de los problemas de la docencia y al estudio de las prácticas educativas como fuente de material para encontrar los constitutivos del hecho educativo en la acción. Elementos propuestos por Bruner para distinguir una acción intencional: Contexto (social, cultural, histórico) de la práctica.
21 de abril de 2015 Subjetividad de los participantes (alumnos, docentes, directores, dirigidos, autoridades, subordinados). La intersubjetividad entre los participantes. El contenido en cuestión (racionalidad científica o técnica). El modelo o forma y situación articulada utilizada, conscientemente o no por el docente para presentar el contenido. Características del proceso cognoscitivo. Y desde y en la práctica, el asunto que se nos plantea ahora es: ¿es posible concebir la docencia de una manera integral, no con base en “sumar” las visiones parciales de cada una de sus partes o de poner en el centro alguna de ellas? La educación, esclava de los hechos, se realiza al momento de articular todos sus elementos. La práctica estudiada sistemáticamente ya no se compara con un modelo previo, externo a ella, considerado ideal o conveniente. Ahora nos permite reconocer cuáles son las intenciones que “explican” la articulación concreta observada en esa práctica; es decir, podemos acceder a “ver” la metodología “real” de la educación.