Julio Sepúlveda Rondanelli: La Pluma de un Maestro Masón Artículos Publicados en Anuarios y Temas Masónicos de la Respetable Logia de Investigación y Estudios Masónicos Pentalpha Nº119
Anuario Pentalpha Nº 5 (1989)
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MONTESQUIEU Y LA SEPARACIÓN Y EQUILIBRIO DE LOS PODERES H.·. Julio Sepúlveda R. 1.-Breve Introducción Habría querido hablar de Democracia y Masonería pero el R.·. M.·. me asignó este tema. Pensó acaso que refiriéndome a la otra materia me tentaría y tendría que caer en la situación contingente hoy en Chile. Habremos sin embargo que tocarle en frases finales. Es inevitable. 2.-Montesquie: su vida y sus escritos Nace en 1689, cerca de Burdeos, en el Castillo de la Bréde. Su nombre es Charles-Louis de Secondat, barón de la Bréde y de Montesquieu. Su padre era noble y a la muerte de su madre hereda la baronía de La Bréde. En la Universidad de Burdeos estudia derecho y titulado de abogado se traslada a París, donde cultiva la literatura, la historia y la filosofía. Por orden cronológico sus obras son: Sobre la Condena Eterna de los Paganos; Sobre la Política Religiosa de los Romanos; Sistema de las Ideas; las Cartas Persas; Diálogo de Sila y de Eucrátes; el Templo de Gnido; Traducción General de los Deberes; Viajes por Europa; la Monarquía Universal; Consideraciones sobre las Causas de la Grandeza y la Decadencia de Roma. 3.-El Espíritu de las leyes Es su obra más célebre que termina en 1748. La publica en forma anónima en Ginebra y luego hacen suyo sus conceptos los filósofos de la Ilustración en lo que tiene de denuncia de despotismo y de vindicación de la libertad y la tolerancia, mientras arrecian los ataques del clero y en 1751 es incluida en el índice de los libros prohibidos por la Iglesia. Finalmente, se destaca su Ensayo sobre el Gusto escrito a pedido de D'Alambert para su publicación en la Enciclopedia, después de su muerte en París en 1755. 4.-Montesquieu Masón Durante su permanencia de dos años en Inglaterra. Montesquieu ingresa a la Masonería y se convierte en admirador del sistema político que no le influye mucho en sus concepciones. Seguramente ahí conoce las teorías de John Locke (1632-1704), que no obstante ser médico se dedica a estudiar a Hobbes, Gassendi y Descartes. Si la obra fundamental es Su Ensayo sobre el Entendimiento Humano, tiene varias publicaciones sobre la Tolerancia que influyen en Montesquieu y especialmente en Voltaire. Instalado en París ingresa a la L.·. Las Nueve Hermanas que presiden Lalande y Franklin en cuyas columnas se sentaban Lafayette, el abate Siéyes, el poeta André Chenier, Danton, Desmoulin, Brissot, Voltaire y una docena más de celebridades de la época. 5.-Su clasificación de las formas de gobierno Para Montesquieu hay 3 clases de gobierno: el republicano, el monárquico y el despótico. El "republicano es aquel en que el pueblo entero o parte del pueblo tiene el poder, el monárquico es aquel en que gobierna uno solo, con arreglo a leyes o a leyes fijas y establecidas; por el contrario, en el Gobierno despótico una sola persona, sin ley y sin norma lleva todo según su voluntad y su capricho". Si el pueblo entero es, en la República, dueño del poder soberano, estamos ante una democracia; si el poder soberano está en manos de una parte del pueblo, se trata de una aristocracia. Página 13
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6.-Su teoría de la separación y equilibrio de los poderes El más valioso aporte que Montesquieu hace a la ciencia política es sin duda su tesis de la separación de los poderes públicos. Su actualidad es tal que los tratadistas de Derecho Constitucional sostienen unánimemente que si esa separación o equilibrio no existe no puede hablarse de Democracia. Así, Andre Hauriou dice que "fue un autor francés quien siguiendo al filósofo y ensayista inglés Locke, habría de mostrar a la luz pública el nacimiento de este nuevo poder político y su separación respecto del poder real. Este hombre fue Montesquieu, que si bien no fue el primero en exponer el principio de la separación de poderes, fue sin embargo, el sistematizador, introduciéndole entre las ideas y la filosofía del siglo de las Luces y por así decirlo popularizándolo". Es pues, un elemento tipificador de la democracia. Aunque precursor de la Revolución Francesa, ya que Montesquieu murió en 1755, mucho influyó en las instituciones políticas creadas por ella. Aún más influyó en el establecimiento del Congreso de los Estados Unidos en cuyo favor Washington dijo estas palabras textuales: "el espíritu de abuso y de usurpación tiende a consolidar los poderes de todos los departamentos en uno sólo y a crear así, cualquiera que sea la forma de Gobierno, un verdadero despotismo... La concentración de poderes en una sola mano es la esencia de la tiranía..."
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DISCURSO CON OCASIÓN DEL 25º ANIVERSARIO DE LA RESPETABLE LOGIA "PENTALPHA" Nº 119 H.·. Julio Sepúlveda R. Se me ha encomendado el benévolo y privilegiado encargo, que me honra y agradezco, de decir algunas palabras con ocasión del vigésimo quinto aniversario de nuestra Respetable Logia de Investigación Masónica, a la que sus fundadores le pusieron el simbólico nombre de "Pentalpha". Nos trae su denominación, viejas resonancias helénicas de los tiempos de Pitágoras, el célebre filósofo de Crotona, nacido en Samos. En su admiración por los números y las figuras geométricas concibió una estrella de cinco ángulos, que es nuestro nombre patronímico. Es la misma estrella de la bandera nacional, feliz coincidencia. Con este símbolo nos habíamos encontrado en la enseñanza esotérica del grado de compañero. Era la estrella radiante. Como el centro del quehacer masónico es el hombre, ahí está dibujado con la cabeza erguida y los brazos y las piernas abiertas, representados por los cinco picos o puntas de la figura. Las palabras son el lugar en que residen las ideas, decía Ortega y Gasset, en uno de sus primeros escritos. Tendremos que viajar a ese rincón maravilloso para enhebrar esta exposición y poder proseguirla. No fue tarea fácil organizar esta Logia sui géneris, comenzaremos por advertirlo. Para ponerla en marcha, en forma regular, se requería la aprobación del Gran Maestro, quien en dos oportunidades encontró resistencia en el Consejo de la Gran Logia. Provenía ella de un Ilustre Hermano que años más tarde fue Jefe de la Masonería Capitular. ¿Temería acaso que en sus investigaciones se llegara a temas reservados para ser estudiados en el Escocesismo? Ciertamente no lo sabemos. En 1959 existía el Seminario de Estudios Masónicos, cuyo director era nuestro Hermano Eduardo Phillips Müller, abogado distinguido, de muy vasta cultura, quien en las dos oportunidades a que aludimos, fue escuchado por el Consejo. La segunda vez el Gran Maestro, Aristóteles Berlendis, propuso que el Gran Orador informara al respecto. Ocupaba dicho cargo el Hermano Jaime Galté Carré, ex Venerable Maestro de la Respetable Logia "Deber y Constancia" Nº 7, donde nos conocimos y admiramos sus condiciones parasicológicas, verdaderamente extraordinarias. Con su informe favorable, el 15 de Septiembre de 1965, el Consejo aprobó la creación de "Pentalpha", cuyo vigésimo quinto aniversario de su fundación, un cuarto de siglo de fecunda existencia, celebramos esta noche, muy honrados por la asistencia del nuevo Gran Maestro, respetable H.·. Marino Pizarro. Se había ganado la batalla tras largos 5 años, gracias a la tenacidad teutónica del H.·. Phillips Müller y los 15 Maestros que en agosto de 1959 habían elevado la solicitud a la Gran Logia de Chile, vieron, por fin, coronados sus masónicos anhelos cuando el 15 de Diciembre del año 1965 señalado, el propio Gran Maestro procedía a instalar la Logia de Investigación. Digno de destacar es que trabajan hasta nuestros días los siguientes miembros fundadores: VV.·.MM.·. Eduardo Phillips Müller, nuestro primer Venerable Maestro; Carlos Gayán Salinas, el primer Secretario y Ernesto Behnke Manosalva, el primer Bibliotecario. Suelen llegar a nuestras tenidas los hermanos Héctor Ortega y Juan Dixon. Desde el Oriente Eterno nos acompañan con su espíritu esclarecido quienes fueron maestros de Maestros: Oscar Ortega Sepúlveda, que nos ha legado verdaderos tratados de enseñanza; Luis Sandoval Smart, erudito Jefe del Departamento de Ritos y Simbolismo; Antonio de Lezama, el insobornable republicano español, valeroso defensor de nuestros principios laicos y Ernesto Silva Román, que con su pseudónimo de "canciller de hierro" se forjó un dilatado campo de respeto en el periodismo nacional de pasadas décadas. Página 5
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Dijimos, al comenzar, que esta Logia era sui-géneris. En afecto, sólo está compuesta de hermanos masones que tengan el grado de Maestro y no posee la facultad inherente a los demás Talleres, de iniciar, aumentar de salario y exaltar que son propias de todas las restantes Logias dependientes de la Gran Logia de Chile. Además, su número de miembros es limitado, ya que la forman hermanos que tengan real propósito de investigar. Es posible que en otros países existan Talleres similares. No se sabe de su existencia en América Latina. Sólo en Londres, donde nació la Masonería Especulativa, como sabemos, se creó la primera Logia de Investigación. Es la famosa Quatuor Coronati Lodge Nº 2076, formada allá por el 28 de noviembre de 1884. Son los objetivos principales de la Logia de los Cuatro Coronados: establecer un centro y lazo de unión para los masones estudiosos, de cualquiera parte del mundo, que tenga cariño por la investigación masónica; someter los descubrimientos y las conclusiones de los estudios, conjuntamente con las críticas y discusiones que provoquen; publicar manuscritos escasos y valiosos y trabajos masónicos importantes, accesibles a todos los masones del mundo y mantener una biblioteca masónica. Podríamos decir que esta singular Logia ha sido visitada en Londres por varios Hermanos de nuestro Taller y que en alguna medida ha servido de modelo a la nuestra. En cuanto a los propósitos más concretos de "Pentalpha" quedaron ellos fijados por el discurso que en su instalación, en 1965, pronunció su Venerable Maestro Eduardo Phillips, distinguido hermano ausente por motivos de salud, lo que sinceramente mucho lamentamos. Espiguemos de dicha hermosa plancha, sólo tres frases que le dieron al Taller fisonomía y perfil definitivo. Dijo hace ya 25 años, estas frases que siguen actuales y vigentes: "Esta Logia no nace de disensiones internas de otras Logias, ni es el fruto de anhelos irrealizables. Es más bien el producto de una inquietud ante el efecto desorientador que está teniendo en nuestros Templos el conturbado mundo en que hoy vivimos". "Estamos convencidos de que la desorientación intelectual y espiritual que amenaza a la Orden no tiene otra causa que el desconocimiento de lo que es nuestra institución, tanto en su naturaleza como en sus fines. El mejor correctivo que puede ponerse a tal amenaza es el establecimiento de una Logia que se consagre por entero y en forma exclusiva a la investigación y al estudio de lo que en esencia, constituye nuestra Orden, o sea, su historia, su rito, su simbolismo y su jurisprudencia". "No pretendemos cerrarle los ojos a la Orden ante el mundo exterior ni sustraerla de la misión que en él le incumbe. En absoluto. Lo que sostenemos es que mal puede realizarse obra de trascendencia alguna en el ámbito profano si no se está en posesión de un claro sentido de lo que es nuestra institución y de lo que ella persigue". Hoy más que ayer. Terminó su discurso el H.·. Phillips, que ya es histórico con estas palabras: "La Logia "Pentalpha" Nº 119, nace como una expresión de un gran amor. De un profundo amor a la Orden y a lo que ella significa. Y no hay amor ocioso, cobarde o complaciente. Y los que nos hemos empeñado en darle vida no seremos ociosos, ni cobardes ni complacientes en la tarea que voluntariamente nos hemos impuesto". Resumiendo la pieza oratoria de nuestro primer V.·. M.·. vemos en ella reforzados los principios de la Masonería en cuanto "promueve entre sus adeptos la búsqueda incesante de la verdad" Página 6
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para "a través de sus miembros proyectar sobre la sociedad humana la acción bienhechora de los valores e ideales que sustenta". Para ello ha fijado como la gran tarea del Taller la investigación masónica. El H.·. Tomás Carlyle, historiador y pensador inglés del pasado siglo, sostenía que la historia de las naciones no es sino que las biografías de sus grandes hombres. He solido repetir este pensamiento en los aniversarios de algunas Logias para afirmar que su historia no es sino que la vida y obra de sus miembros más destacados. Entre ellos, en el caso presente, los hermanos fundadores que ya hemos mencionado y todos sus Venerables Maestros. Celebramos nuestro vigésimo aniversario en el año 1985 y desde esa época se comenzó a editar el anuario de sus actividades, pare dar a conocer a los miembros del círculo de la correspondencia los trabajos que se presentaban en vez de hacerlo a través de cuadernillos. La iniciativa correspondió al ex V.·.M.·. Oscar Cáceres. No sólo fue el autor de la idea sino que ha sido su infatigable realizador. Con su propia grabadora toma las versiones exactas de las planchas que se leen y todos los comentarios pare transcribirlos íntegros en un impreso que se vende aprecio de costo. Merece pues el H.·. Cáceres un homenaje especial en este cuarto siglo de existencia de esta Logia de Investigación Masónica. También lo merece un H.·. que desde el Oriente Eterno nos acompaña y que ponía en sus interesantes trabajos y comentarios la sabiduría captada con su lectura de autores extranjeros, especialmente alemanes, y que ponía sus notas de humor en la seriedad de nuestras Tenidas. Me refiero como ya lo habéis comprendido al ingeniero civil Juan Eduardo Knockaert a quien rindo este póstumo homenaje de reconocimiento por su constante y hábil cooperación. El primer anuario fue entregado en abril de 1985 y contiene ocho intervenciones de los HH.·. de "Pentalpha", que son los siguientes: "Los ingleses y los landmarks", por el B.·. Raúl Sharpe; "Notas sobre Hiram Abif, según un masón inglés", por el H.·. Henry Lowick-Ruseell; "Descensos a los infiernos", por el H.·. Manuel Sepúlveda Chavarría; "La Triple Invocación Fúnebre", por el H.·. Eduardo Phillips M.; "Jesucristo", por el H.·. Juan Arrate D.; "La Iniciación" por el H.·. Orlando Melo O. nuestro actual Venerable Maestro; "Occidente al encuentro de su propia religiosidad", por el H.·. Eduardo Phillips M.; "¿Qué es la Masonería?" por el H.·. Oscar Cáceres Vidal. Se contienen, además, todos los comentarios que provocaron los interesantes trabajos leídos. En el anuario Nº 2 se contiene la Tenida realizada el 2 de octubre de 1985 en que se celebró el vigésimo aniversario de "Pentalpha" y se rindió un homenaje al miembro fundador, Q.·.H.·. Eduardo Phillips, y cuyas planchas estuvieron a cargo de los HH.·. Carlos Gayán y Hugo Acuña, respectivamente. A continuación se publican todos los trabajos leídos en 1986 que fueron 15 y en que, por su extensión y profundidad, merecen destacarse "La Teología de la Liberación" del Dr. Sergio Urrutia Cifuentes y "Apuntes sobre las Matemáticas Pitagóricas" del profesor Ernesto Behnke Manosalva. El volumen tuvo un total de 291 páginas, más del doble del primer anuario. En el tercer anuario se comienza por reproducir el Reglamento Especial de esta Logia de Investigación Masónica, aprobado por Decreto del Gran Maestro Nº 283 de 10 de agosto de 1966 y que consta de 19 artículos. Se contienen enseguida importantes planchas leídas por los HH.·. ya señalados precedentemente y por los miembros de "Pentalpha", Francisco Sohr, Samuel Mardones y Víctor Veloso, éste autor de un vibrante estudio sobre el Gran Maestro Eugenio Matte Hurtado y su tiempo. El anuario Nº 4 contiene trabajos de 1989 y actualmente está por editar su Nº 5 que contendrá las últimas exposiciones leídas en nuestras Tenidas. Todo ello será posible, repito, a la labor Página 7
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encomiable del hermano Oscar Cáceres Vidal que personalmente graba, transcribe e imprime a mimeógrafo las investigaciones que la Logia hace y se encarga además de la venta, a precio de costo de estos anuarios, elocuentes testimonios de la labor de la Logia "Pentalpha". Merece por ello nuestra sincera admiración y gratitud. La presencia entre nosotros del nuevo Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, Ilustre Hermano Marino Pizarro, que sinceramente agradecemos porque le da extraordinario prestigio a esta Tenida de celebración del cuarto de siglo de existencia de nuestra Logia de Investigación Masónica y a quien saludamos con la más cordial fraternidad, me mueve a agregar algunas reflexiones más. Su programa se Sintetiza con sus propósitos de revitalización, renovación, trascendencia y unidad e integración de la Orden. Compartimos sus anhelos y deseamos que se realicen, pues son también los nuestros. Para ser sincero será necesario que olvidemos estos ya pasados 16 años que coincidieron con una dictadura política en nuestro país que algunos hermanos siempre combatimos, por estimar que atropelló nuestros principios. Revitalizar es dar nueva vida, es reavivar, hacer resurgir. En la sociedad de masas en que vivimos la Masonería debe conservar su calidad de institución elitista en el sentido masónico que debemos dar a este concepto: sólo deben ser iniciados quienes tengan reconocida honorabilidad, condiciones intelectuales y, sobre todo, afán de estudio. Nos preocupa sin embargo, que en cantidad no seamos más que lo que hacían vida activa hace 40 años, mientras la población del país se ha triplicado. La renovación la vemos en su nueva oficialidad. Ojalá que ello se traduzca en una efectiva transformación y rejuvenecimiento. La trascendencia la entendemos como una mayor proyección hacia el mundo profano recargado hoy, más que antes, en agudos problemas que necesitan nuestra participación y que amenazan con agudizarse. La unidad e integración de la Orden es otro de los grandes propósitos masónicos del actual jefe de la Masonería Simbólica. Dentro de la diversidad del pensamiento de los Hermanos, parece fundamental el acuerdo para interpretar algunos de nuestros principales principios. Una singular homogeneidad para actuar en el mundo profano es necesaria. Integrarse es formar parte de un todo y en consecuencia comportarse sirviendo un común afán de superación. La investigación es una actividad del espíritu humano que responde al misterioso anhelo del masón por saber. No pertenece al sabio, sino al que aprende. Procura la intima alegría, el gozo inefable de traer a la superficie de la luz las cosas escondidas. La francmasonería es una institución tradicional. Tradición viene del verbo latino "tradere" que significa entrega. No tiene nada que ver con cosas exóticas, añejas o trasnochadas. Es el encargo vital que hacen los masones de generación en generación, en virtud de su propia naturaleza iniciática y de sus, inmarcesibles ideales. Preguntemos, parodiando a Federico Nietzche, calificado pensador ateo, ¿Ansía tu inteligencia de masón el saber, como el león en el desierto su alimento?. Si así es, están abiertas para todos las puertas de "Pentalpha" Nº 119. Gracias a la práctica de tolerancia intelectual que existe en nuestras Tenidas, el inconformismo religioso y filosófico, heredado de la vieja impotencia metafísica española y de su inclinación a traducir sus creencias o descreimiento en actitudes políticas, ha podido manifestarse más amplia y libremente que en medio de la mentalidad católica. Página 8
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Decía en su discurso de 1965 nuestro distinguido H.·. fundador y primer V.·.H.·. Eduardo Phillips, respondiendo a la pregunta ¿Qué van a estudiar o a investigar estos hermanos que no se haya estudiado antes o investigado por autores masónicos ya consagrados y que han dispuesto de un material que nosotros no poseemos?, y se contestaba puede ser efectivo aquello del material de investigación y no en forma tan absoluta. Pero poseemos algo que el autor europeo o el norteamericano, por lo general, no tiene: una auténtica y descarnada libertad de pensamiento para investigar. Podemos emprender la tarea sin temor a que nuestras conclusiones puedan ser deformadas por prejuicios religiosos o intereses nacionalistas. En una palabra, se dan entre nosotros las posibilidades de realizar una verdadera obra de investigación". Se proclamaba así nuestra libertad de pensamiento que es hoy un esfuerzo para volver a ser, los masones chilenos, lo que fuimos en pasados tiempos: hombres que no adhieren a ningún dogma dado y que siguieron la ruta filosófica señalada por Bayle, Locke, John Toland, Voltaire y algunos enciclopedistas, y tantos otros pensadores posteriores, sin olvidar el legado moral de la vieja filosofía griega. Renovémosle, para terminar, afecto sentido y sincero, admiración y gratitud a nuestro verdadero fundador y primer Venerable Maestro, Eduardo Phillips Müller, que comparte esta noche con nosotros aún ausente de esta solemne tenida la satisfacción espiritual de ver una obra masónica realizada y en plena proyección. El ha sido alma y motor de "Pentalpha", porque le dio ánimo a quienes lo acompañaron en la empresa dura de crearla y hasta hoy sigue participando en la afanosa actividad de buscar la verdad o de aproximares a ella. Si la masonería tiene una filosofía ecléctica, no podemos desconocer que hunde sus raíces más profundas en un racionalismo da avanzada. Desde allí parten a volar, como mariposas ávidas de sol, nuestros grandes valores o principios de tolerancia, libertad y justicia social. Son ellos, como lo ha dicho un célebre autor, la cara humana de la humanidad.
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EL LIBERTADOR BERNARDO O'HIGGINS Y FRANCISCO DE MIRANDA, EL PRECURSOR H.·. Julio Sepúlveda R. Nos proponemos, encuadrados en este titulo, referirnos al Libertador de Chile y fundador de nuestra República don Bernardo O'Higgins Riquelme en apretada síntesis que permita analizar la influencia que Francisco de Miranda ejerció en el pensamiento del prócer chileno. Su padre, don Ambrosio, envió al hijo después de tenerlo durante un lustro en un colegio en Lima, a Inglaterra, donde en Londres conoce al venezolano Francisco de Miranda cuando el joven Riquelme, que así se apellidaba todavía, tenía alrededor de 20 años. Muy decisivo en la vida futura del Libertador fue este encuentro. Como Bolivar y Andrés Bello, el General Miranda había nacido en Caracas. En plena juventud viajó a España y se integró a su ejército y años más tarde, con el grado de capitán, formó parte de las fuerzas militares que la monarquía española, en beligerancia con Inglaterra envió a los futuros Estados Unidos de América que luchaban por su independencia. Allí se hizo amigo de Jorge Washington y luchó en los tercios de Lafayette, combatiendo a las tropas inglesas. Obtenida la independencia de los Estados Unidos, pudo Miranda establecerse sin dificultades en Londres. Lograda la liberación de Norte América, se propuso ahora luchar por la independencia de la otra mitad. A ello se dedicó el resto de su azarosa existencia hasta su muerte ocurrida en la prisión de La Carraca en Cádiz en 1816, donde se le mantuvo prisionero más de dos años. Miranda estuvo también enrolado, en plena revolución, en el ejército francés, donde ganó las galas de general de división. Compañero de Doumariez y amigo de Petion, llegó a comandar el ejército de Bélgica. Sus éxitos militares fueron notables pero, vinculado a la Gironda, estuvo expuesto a la guillotina, en tiempos del terror desencadenado por Robespierre. Triunfante Napoleón, que lo admiraba, ordenó que el nombre de Miranda se inscribiera en el Arco de Triunfo de París. Honor que ningún otro americano ha merecido. Miranda era en verdad un hombre extraordinario y de muy amplia cultura. En su juventud estudió varios idiomas, llegando a dominar, además del castellano, el inglés, el francés, el alemán y el latín. Poseía una clara inteligencia, y en Londres llegó a poseer una magnífica biblioteca, donde se reunió con O'Higgins muchas veces a fines del siglo XVIII. Acudió a visitarlo desde Richmond en cuya Academia terminaba sus estudios para recibir clases de matemáticas que el venezolano impartía. Desde el comienzo se creó entre ellos una afinidad espiritual que culminó un día en una emotiva entrevista que el propio O'Higgins se ha encargado de relatar y que Vicuña Mackenna primero y los demás historiadores se han encargado de divulgar. En ese diálogo, en que entre sollozos el joven chileno abraza al Precursor y éste lo insta a luchar por la libertad de la patria común con mucho valor, secreto y constancia" ¿Qué puntos de contacto podía percibirse entre el chileno y el venezolano, sin contar la diferencia de edad?" se pregunta Eugenio Orrego Vicuña, y se responde "desde luego el ideal común, el propósito decidido de luchar por su consecución, el valor personal, el subordinamiento de toda ambición, o sea, la abnegación de sí mismo, cierto espíritu democrático. Miranda había visto con hondura, porque el discípulo se mostraría toda su vida republicano intransigente, siendo de notar que a una suerte de fanatismo puesta en los principios se debería más tarde el fracaso de las tentativas monárquicas posteriores a la Independencia.
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El hermetismo, la discreción suma, el necesario disimulo, les unía en otro aspecto. Francisco de Miranda era un ilustre masón, iniciado en la Logia "América" de Virginia en 1780 y que posteriormente, presentado por Lafayette, se afilió a la masonería francesa, la que después de su Gran Revolución adoptó el lema de libertad, igualdad y fraternidad. Desde muy joven O'Higgins adhirió a esos principios, los que junto con su amor a la patria y a la emancipación americana constituyeron el repertorio de los valores a cuyo servicio consagró su vida. Consecuente con ellos Juró en la Logia Lautarina que "nunca reconoceré por gobierno legitimo de mi patria sino aquel que sea elegido por la voluntad libre y espontánea de los pueblos; y siendo el sistema republicano el más adaptable al gobierno de las Américas, propenderé por cuantos medios estén a su alcance, a que los pueblos se decidan por él". En tiempos de Patria Vieja obtuvo de Juan Martínez de Rozas que se convocara al país a la elección del primer Congreso Nacional, el que se constituyó el 4 de Julio de 1811. Era el primer esfuerzo para institucionalizar la democracia. Difícil fue para O'Higgins defender el sistema republicano, pues en la Gran Logia de Buenos Aires surgieron voces que se inclinaban por la monarquía. Entre ellas la de su Presidente, el Director Supremo de las Provincias Unidas, Juan Martín de Pueyrredón, que había apoyado con decisión la Independencia de Chile. Idea que también compartieron San Martín y Bolívar. Cuando el Libertador envió a Antonio José de Irrisari con la misión diplomática de obtener el reconocimiento de nuestra condición de estado libre, se encontró con que diversos países condicionaban dar este paso con la instalación de una monarquía. Impuesto de esta noticia, por la prensa argentina, John Prevost, representante norteamericano, le escribió a O'Higgins indagando. El Director Supremo le contestó indignado: "Mi sorpresa fue grande cuando leí en los periódicos de Buenos Aires que el Gobierno de Chile había tomado participación en el establecimiento de una monarquía en el continente sudamericano, y mientras no lo vea, jamás podré creer que el señor Irrisari haya perdido su carácter e infringido mis instrucciones, prestándole oído a semejante proposición. Espero que Ud. estará convencido de mis sentimientos republicanos, y puedo asegurar, más bien moriría antes que manchar mi nombre con semejante abandono de mis deberes y de mis principios. Comentando el tema a Gaspar Marín, le escribía: "¿Será posible que perdiéramos el fruto de tantos sacrificios levantando un trono en reemplazo del que acabamos de derribar?" Y afirmaba con énfasis: "mientras yo tenga influencia en los destinos de mi patria, arrostraré cualquier sacrificio antes de tolerar que se busquen reyes para gobernarla". O'Higgins luchó por la libertad de Chile primero, y enseguida del Perú, del régimen de monarquía absoluta que España le impuso durante más de dos siglos; luchó por la libertad de los esclavos, obteniendo la libertad de vientres, mientras años después se obtuvo su liberación; luchó por la libertad de conciencia, autorizando en Valparaíso un cementerio para disidentes y evitando que en la declaración de la independencia se incluyera la frase "defendiendo la fe en que nacimos" que se pretendió incluir en su texto. "Yo al menos, no descubro el motivo que nos obligue a protestar de la fe en la Declaración de nuestra Independencia", dijo al rechazar la inclusión de esta frase ...Era el Libertador católico, pero ampliamente tolerante. Como anota Encina, "su concepto de la tolerancia religiosa y su empeño en concluir violentamente con las supersticiones y prácticas que repugnaban su espíritu de progreso, lo habría llevado a chocar con el sentimiento religioso del país, aún no mediando sus medidas represivas contra el clero realista. Página 60
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O'Higgins fue ardoroso partidario de la igualdad. En carta a Juan Florencio Terrada Terrada, a quien conoció en la Logia Caballeros Racionales Nº 3 de Cádiz, le decía en 1812: "detesto la aristocracia y la igualdad es mi ídolo". Por eso apenas asumió el gobierno, en 1817, promulgó dos decretos que prohibieron usar escudos de armas y los títulos de nobleza que ostentaban algunas familias de la antigua aristocracia. Buscando la igualdad, como expresión del respeto que nos debemos todos los hombres, -afirma Barros Arana, - O'Higgins "abolió para siempre los títulos de nobleza y el uso de cualesquiera distinción hereditaria”. Así fue como adquirimos de hecho una de las hermosas garantías de nuestro derecho público; “en nuestra nación no hay clases privilegiadas". Pensaba el Libertador que el medio más eficaz para crear la igualdad de oportunidades era difundir la instrucción pública y a ello, como gobernante, dedicó su atención preferente. Movido por su espíritu igualitario intenta la supresión de los mayorazgos y la libertad de los esclavos. En cuanto a la fraternidad fue un principio que practicó siempre. Así su trato humanitario con los negros libertos de Mendoza a quienes instruyó militarmente en el Ejército de los Andes; su actitud en los campos de batalla, protegiendo a su tropa, evitando el derramamiento de sangre innecesario; sus gestiones en Perú para evitar la guerra contra la confederación Perú-Boliviana, acaudillada por el Mariscal Andrés de Santa Cruz. Gesto humanitario impregnado de fraternidad que mucho le honra, fue su generosa abdicación. Pudo el 28 de Enero de 1823 resistir a la aristocracia santiaguina, porque los soldados le obedecían y era fácil con ellos disolver la reunión. No lo hizo. No quiso exponer al país a convulsiones internas, que seguramente desembocarían en sangrientos sucesos. Prefirió despojarse del mando que había ejercido durante 6 años. Postura que se inspiraba en la falta de ambición y abnegación que Miranda le habla inculcado, junto con el amor a su patria. Por cumplirse en este mes un nuevo aniversario del natalicio del Libertador y el 23 de Octubre próximo 150 años de su muerte, renovémosle el homenaje de nuestra admiración y nuestra gratitud a quien desde sus años mozos se inspiró en nobles ideales, al héroe del Roble, Rancagua, Chacabuco y Cancha Rayada, al estadista progresista y tolerante, forjador de nuestra bella tradición republicana y democrática. Reconozcamos en Bernardo O'Higgins y la Logia Lautaro que presidió, al hombre superior y a la herramienta eficaz, capaces de mantener las cordiales relaciones de los gobiernos chileno y argentino de la época y de consolidar nuestra Independencia Nacional. Labor sacrificada y visionaria que culminó creando las condiciones indispensables para promover el desarrollo educacional y la incipiente cultura chilena, libre de los prejuicios, las supersticiones y el fanatismo que durante siglos la avasallaban. Resumen de la obra inmensa que la patria debe al ¡Libertador Bernardo O'Higgins!
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Temas Masónicos Nº 5, Parte I (1998)
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DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS Q.·.H.·. JULIO SEPÚLVEDA R. Respetable Maestro, Venerables Hermanos: Un somero estudio comparativo de la Constitución que desde este año nos rige, con la anterior de 1955, nos revela que la revisión hecha a los Principios ha profundizado su contenido, variado su redacción e incorporado nuevos preceptos. Como consecuencia de todo ello, esta parte fundamental del estatuto que nos rige es mucho más extensa que la anterior. Sin tiempo para analizar hoy todo su contexto, comparemos los inicios de ambas declaraciones. La de 1955, que repetía las mismas palabras de la Constitución del 38, decía: La Francmasonería es una institución universal, fundamentalmente filosófica, destinada a trabajar por el advenimiento de la justicia, de la solidaridad y de la paz en la Humanidad . La vigente, expresándose con más latitud en su inciso primero, dice: la Francmasonería es una institución universal, esencialmente ética, Filosófica e iniciática, cuya estructura fundamental la constituye un sistema educativo, tradicional y simbólico. Se ingresa a ella por medio de la Iniciación. Fundada en el sentimiento de la Fraternidad, constituye el centro de unión para los hombres de espíritu libre de todas las razas, nacionalidades y credos . En ambas redacciones se comienza por declarar el carácter universal de la Masonería; adjetivo que se emplea como sinónimo de internacional o mundial y que en el hecho describe, más bien, una aspiración que una realidad, pues en estas horas el Masonismo, costo lo sabemos, no tiene existencia en todos los países del nautilo. Ambas Constituciones aluden también al carácter fundamentalmente filosófico de la institución. Pero en los nuevos Principios se pone, desde el comienzo, de relieve el carácter moral e iniciático de la Orden. Y se pondera esta última cualidad al decirse, expresamente, que se ingresa a ella por medio de la Iniciación, destacando, así, a un primer plano, el ceremonial de ingreso, cuya importancia y trascendencia es parte del esoterismo masónico. Se incorpora a las características esenciales de la Masonería el sentimiento de la fraternidad , en la cual se funda y que constituye, o acaso con más propiedad debiera constituir el centro de unión para los hombres de espíritu libre de todas las razas, nacionalidades y credos . En esta primera parte de la Constitución, que ahora se titula escuetamente De los Principios , se menciona la estructura fundamental de la Orden Masónica, que está constituida por un sistema educativo, tradicional y simbólico . Se eleva, de este modo, a la dignidad de valor doctrinario a la docencia masónica que se nutre del pasado y utiliza como herramientas de sus enseñanzas a los símbolos, cuyo lenguaje es más rico mientras mayor sea la cultura y la capacidad del Masón frente a ellos. Bastaría lo dicho para comprender lo que es la Masonería. Y sobre todo para saber lo que no es. De la parte del texto, tan ligeramente comentado, todo fluye con meridiana claridad. No era indispensable agregar como más adelante se reitera, por razones de tradición, que la Orden no es una secta, ni es un partido.
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Alargar este esbozo sería apartarse de lo que debe ser una simple instrucción preliminar. Por eso dejamos para otra oportunidad el comentario de nuevos conceptos, algunos de los cuales tienen un contenido más polémico, que los que ahora levemente hemos rozado. Estos principios constituyen nuestro valioso acervo doctrinario. Para quienes los abrazamos con sinceridad son cosas siempre grandes. Como decía el ilustre Hermano Goethe, para parecer permanentemente nuevo, basta poner la mirada en las cosas grandes, porque ellas son las que vivifican y enaltecen, al paso que las de menor alcurnia empequeñecen y deprimen . Respetable Maestro, Venerables Hermanos: La Logia Pentalpha N° 119, por su naturaleza y sus fines, por sus especiales peculiaridades y sus ambiciosas intenciones, tiene una vasta labor por desarrollar en la difusión de los principios masónicos. El tema es tan amplio como hermoso, pues hunde sus raíces en la generosa filosofía que proclamamos. Constituyen estas idealidades la vasta, tensa y densa red de afinidades que nos une en la lucha incesante por una humanidad mejor.
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COMENTARIO A INSTRUCCIÓN PRELIMINAR DE JULIO SEPÚLVEDA RONDANELLI El H.·. Phillips expresa que nunca estuvo conforme con la Declaración de Principios de la Constitución anterior, como tampoco lo está con la de la actualmente vigente. Agrega que una Declaración de Principios debe expresar, en términos muy breves y en la mejor forma posible, lo que es peculiar, esencial y permanente de una Institución. En la Constitución anterior se dio lugar a un postulado de tipo político. Tratándose de una institución iniciática, como la nuestra, estima que tal declaración es un error. Los postulados políticos son por esencia temporales. Los de una Institución iniciática son, a la inversa, por esencia, intemporales, perennes. Anota que durante la Gran Maestría del H. Sótero del Río se le encomendó la redacción de un proyecto de Declaración de Principios que, en definitiva y con ligeras modificaciones, fue aprobado por el Consejo. La elección del actual Gran Maestro trajo otro criterio sobre este respecto. El párrafo De los Principios de la actual Constitución trató de condensar nociones y conceptos de diversas fuentes. De ahí que su redacción aparezca poco clara, redundante, confusa e innecesariamente verbosa. En suma: se perdió una magnífica oportunidad para mejorar algo que estaba medianamente bueno. Ahora quedó peor.
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MORFOLOGÍA DE LA IDEA RELIGIOSA (Teísmo, Deísmo, Panteísmo, etc.) (Seminario) La Religión es un fenómeno que se presenta en todas las sociedades humanas desde las más primitivas hasta las más evolucionadas. Pueden variar sus ritos y ceremonias, sus dogmas y su organización social; pero todas ellas encierran una Concepción del Universo, o dicho con otras palabras, todas ellas implican la creencia en varios Dioses o en su solo Dios. La Religión es un hecho vivido por los pueblos y los individuos; pero a medida que avanza el desarrollo de la conciencia humana, llega un momento en que el hombre quiere pensar y comprender las creencias religiosas. Fruto de esta acción es el análisis y las clasificaciones de estas creencias como adecuado vehículo que permite llegar a un concepto de Dios. A lo largo de la historia se han establecido variados conceptos sobre la divinidad. En esta oportunidad se van a analizar aquellos que tienen especial valor por ser el fruto de la Filosofía occidental. Con el fin de precisar las ideas, comenzaremos por la definición de los diferentes conceptos de Dios que dan algunos diccionarios y algunos tratados de Filosofía. A. TEÍSMO Según el Diccionario Filosófico de Lalande: "Doctrina que admite la existencia de un Dios personal, causa del Mundo. El Teísmo, más que una religión es un sistema filosófico" Para Kant, "el Teísmo es la doctrina que cree poder determinar por analogías la naturaleza de Dios". Lo opone al Deísmo, que es la afirmación de que la razón humana sólo puede conocer la existencia de Dios; pero no sus atributos. Cournot distingue un teísmo personal, el del común de las gentes, que da a Dios atributos antropomórficos" y "un Teísmo racional en que la idea del Ser Divino se identifica con la suprema razón de todas las cosas". Según Ferrater Mora: El Teísmo se define generalmente como la creencia en Dios en cuanto creador y rector del Universo. En este sentido, el Teísmo se distingue del Deísmo, el cual excluye a Dios del gobierno del mundo y funda la creencia en la divinidad en una vivencia íntima, en un sentimiento personal interno que constituye, a la vez, la base de la moral y de la religión. El Teísmo, en cambio, admite la revelación y la providencia, pero estos caracteres no bastan tampoco para diferenciarlo de otras creencias, especialmente del Deísmo ya indicado, que se encuentra en continua lucha con el Teísmo, a la vez que ambos se interpenetran y mutuamente se influyen. En cierto modo, el Teísmo parece estar situado en aquel punto preciso en que ya no puede admitirse la despersonalización de Dios, pero en que puede explicarse en cierto modo la revelación, cuando menos la revelación positiva. Por esto el Teísmo se ha enfrentado, sobre todo en los últimos tiempos, con el Ateísmo y el Panteísmo, porque éstos son siempre despersonalizaciones de Dios: uno por la reducción de Dios a la naturaleza y el otro por la reducción inversa. Las direcciones llamadas teístas coinciden por ello frecuentemente con las Página 121
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direcciones personalistas, porque el carácter de Dios como persona es subrayado en ellas de manera esencial y constante".
En el curso de Filosofa de Cuvillier se dice: "Desde el punto de vista filosófico la idea de Dios aparece como el punto culminante de la síntesis metafísica. La cosmología y la sicología racionales tratan de unificar nuestra concepción, la primera del mundo exterior y la segunda del mundo interior. Pero, más allá de una y otra, ¿no se puede concebir, según la expresión de Kant, una "unidad absoluta de la condición de todos los objetos del pensamiento en general"?. Es a este problema último al que responde la idea de Dios. Desde este punto de vista: Dios es el principio de unidad del universo. Diferentes concepciones de Dios. Pero este principio de unidad del universo puede, a su vez, ser concebido de dos maneras completamente diferentes. a) Puede ser buscado fuera del universo: Es la solución Teísta; b) Puede ser buscado dentro del universo: Es el Panteísmo. El Teísmo es, pues, la doctrina según la cual Dios es un ser o un principio trascendente al mundo. Es decir, difiere substancialmente de él y sobrepasa el orden de realidad que lo constituye. Una variedad del Teísmo es el Deísmo que, aún cuando admite la existencia de un Dios trascendente y aún, generalmente personal, niega toda revelación sobrenatural. El Panteísmo, es la doctrina según la cual Dios es inmanente al mundo, es decir, substancialmente idéntico a él y contenido en su naturaleza: Dios es entonces "el Alma del Mundo", la ley que preside sus transformaciones, o bien la substancia única de la cual todo lo que existe constituye los modos o manifestaciones, o aún, el Espíritu absoluto inmanente al espíritu humano. Influencia de las creencias religiosas. Pero estas concepciones religiosas, relativamente simples en sí mismas, no han dejado de sufrir la influencia de las creencias colectivas, y no parece temerario suponer que estas influencias, las han enriquecido. Es así como el teísmo antiguo, bastante próximo en esto al panteísmo, no llegó jamás a separar tan radicalmente a Dios del mundo como lo hizo el teísmo moderno, bajo la influencia del cristianismo. Por eso la idea de un Dios personal permanece en él extremadamente vaga. Del mismo modo, la idea de un Dios infinito y todopoderoso parece ser más que nada el aporte del pensamiento oriental y cristiano. Al comparar la idea que se han hecho de la divinidad los filósofos de la Grecia con la de los modernos, es más fácil de advertir entre una y otra, diferencias tan profundas que resulta una verdadera antinomia. Dos caracteres, por no citar otros, faltan completamente en la teología griega. Estos son los caracteres que entre los modernos han sido considerados como inseparables de la esencia de la divinidad: el ser "infinita" y el ser "todopoderosa". Jamás en la filosofía griega, la cosa está fuera de duda, más aún entre los estoicos que en Platón, el "infinito" ha sido considerado como una imperfección, como un "no-ser". Los filósofos griegos han subordinado siempre la divinidad a un principio inteligible (Platón) o lo han identificado con lo inteligible (Aristóteles) o sin la ley del universo (Estoicos). Es necesario llegar hasta Plotino, es decir, Página 122
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en la época en que se hace sentir la influencia oriental, para que lo infinito llegue a ser un atributo positivo y que el Ser Supremo sea concebido, no como una inteligencia rigurosamente determinada, sino como una actividad cuyo poder no es limitada ni condicionado por nada. Conceptos de Dios en la antigüedad clásica. a) El Dios de Platón. No es fácil precisar cuáles han sido las concepciones filosóficas de Platón sobre Dios. Sobre este punto los historiadores de la filosofía han discutido mucho. A pesar de las diferentes interpretaciones, aparece que para Platón, Dios es un alma y un alma inteligente que gobierna al mundo teniendo como objetivo lo mejor (o el bien). Es esta alma la que introduce en todas partes el orden, la proporción y la armonía: "Dios es la medida de todas las cosas (Las Leyes IV). De ahí que lo divino es "bello, sabio, bueno y toda suerte de cosas del mismo género" (Fedro), porque nosotros sabemos que el Bien es en esencia, orden, medida y proporción. Bajo esta denominación, Dios es esencialmente causa, es decir, que él es, si no creador, por lo menos organizador. Es la causa que ordena el mundo, que limita las cosas, las mide y se introduce hasta en lo indeterminado y por él todo lo que existe es engendrado (las cosas toman las formas que tienen) (Timeo). Pero él no es Todopoderoso, porque en todas las cosas hay algo indeterminado y es "imposible que el mal sea completamente destruido". b) El Dios de Aristóteles. Según Aristóteles, el mundo es eterno. El movimiento (o el devenir) por medio del cual él manifiesta su existencia es eterno como él. Pero este movimiento no tiene en sí mismo su razón de ser, porque todo cambio tiene como finalidad lo mejor. Es, pues, imposible explicar el movimiento en forma suficiente por las causas segundas, en la serie de las cuales se podría remontar hasta el infinito: Es necesario detenerse, es necesario admitir por sobre las causas segundas una causa primera, un principio que constituye la razón de ser de todo movimiento y que el mismo no está sometido al movimiento, en una palabra, un Primer Motor Inmóvil. Este primer motor inmóvil, este acto puro, sustraído del devenir, del espacio y del tiempo, en que nada queda en él en estado de potencia, en que todo está acabado, perfecto, plenamente realizado, esta forma de las formas, rico con todas las determinaciones del ser, hacia el cual aspira la materia indefinida, es Dios. Por eso siendo Dios forma pura es pura inteligencia. Pero el objeto de esta inteligencia no puede ser el mundo imperfecto. La inteligencia divina no puede tener por objeto sino lo que hay de más perfecto, a saber, la inteligencia misma. Dios es, pues, el pensamiento del pensamiento. Es una inteligencia que se contempla a sí misma. Tal es esta concepción estrictamente racionalista de un Dios que "ignora al mundo y que no lo ha creado". Es poco sentimental y menos aún religiosa. Sin embargo, Aristóteles introduce algunas concesiones a las creencias de su tiempo y declara que Dios es vivo, que es feliz y que los dioses se preocupan de los hombres. Esto significa aceptar el politeísmo y la providencia.
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El Panteísmo antiguo. El Estoicismo: Fueron llevados por su hylozoismo (consideran a la materia dotada de vida) hasta el panteísmo. Según ellos, el mundo es un ser vivo y hay en él, como en el ser humano, una parte dirigente, un alma, y esta "alma del mundo es Dios". Sin embargo esta alma no es substancialmente distinta del mundo mismo. Dios y el mundo son un solo y un mismo ser. Dios es la fuerza o la causa eficiente suprema de la cual todas las otras no son más que partes. No debemos olvidar que los estoicos son materialistas. Cuando dicen que Dios es el alma del mundo, eso significa que Dios también es un soplo, un espíritu ígneo. Dios es material. Pero esta materia está toda penetrada de pensamiento. El fuego divino es un fuego artista, es una razón seminal, es decir, una lógica que contiene en sí el germen de todos sus desarrollos ulteriores. Los estoicos han hecho razonamientos para mostrar las armonías de la naturaleza que revelan un mundo hecho para el hombre y un orden providencial. El Panteísmo alejandrino. Plotino, el fundador de la Escuela, combina la concepción estoica con la de Aristóteles y de Platón. Su Dios es una Trinidad. Él está compuesto de tres hipóstasis eternas: pero desiguales. El principio de todo lo que es, superior a toda existencia determinada, es lo Uno absoluto e infinito. De lo Uno procede la Inteligencia o el Verbo (Logos), que es el conjunto de las Ideas en el sentido platónico de la palabra, al mismo tiempo que el pensamiento que se piensa a sí mismo, como lo había concebido Aristóteles. De la inteligencia procede, a su vez, el Alma que engendra por su propio movimiento el espacio, el tiempo y la naturaleza. Es el Alma del Mundo de los estoicos. Esta doctrina es un panteísmo, porque no admite otra existencia que la de Dios. Es por emanación, como el fuego irradia el calor, no por creación, como Dios engendra todo lo que existe. Pero es un panteísmo que no absorbe a Dios en el mundo, puesto que cada principio permanece inalterable en sí mismo, al mismo tiempo que se desarrolla por debajo de él. El Teísmo moderno. La filosofía alejandrina marcó una transformación profunda de la idea de Dios; pero en el pensamiento moderno esta transformación se ha acentuado aún más bajo la influencia de las creencias cristianas. El Dios de los filósofos modernos no es ya solamente la inteligible de Platón y Aristóteles. a) Es un Dios infinito. Como tal él es, si no inconcebible, por lo menos incomprensible: la inteligencia humana no puede abarcar todas las perfecciones de su esencia y es solamente por analogía con todo lo que nosotros comprobamos como una perfección, como nosotros podemos determinar sus atributos. b) Las relaciones de Dios con el mundo no son ya las mismas que en la filosofía antigua. Para el teísmo antiguo, Dios era principio de inteligibilidad mucho más que principio de existencia: el orden Página 124
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del mundo era su obra; pero no el mundo mismo. El Dios de Platón no era más que un demiurgo, un Dios arquitecto, organizador. Para Aristóteles el mundo era eterno como Dios. El Dios del teísmo moderno es un Dios creador, es decir que, según la expresión de Santo Tomás, él ha hecho el mundo "de la nada". Todo existe por él y él no tiene necesidad de nada para existir. Él es, según la expresión de los teólogos, el ser por sí o, según la fórmula cartesiana, el Ser causa de sí mismo. c) Por último, el Dios del teísmo moderno es un Dios personal y libre. Además de sus atributos metafísicos, él posee atributos morales: "Esta causa inteligente, dice Leibniz, debe ser infinita en todos sus modos y absolutamente perfecta en poder, sabiduría y bondad". Por otra parte, Dios es Providencia, es decir, que gobierna el mundo teniendo como fin el bien. El Deísmo, por el contrario, admitiendo la existencia de un Dios personal, niega, lo más a menudo, que este Dios se ocupe del mundo. Sobre la concepción misma de la providencia hay divergencias entre los autores teístas. Así Leibniz y Malebranche afirman que Dios elige necesariamente el mejor de los mundos posibles. La opinión de Santo Tomás no era ésta, pues afirmaba que Dios, sin poder hacer jamás algo contrario a su sabiduría y bondad, puede siempre hacer cosas mejores que las que ha hecho. El Panteísmo moderno. Ha tomado en los tiempos modernos diferentes formas de las cuales las dos más importantes, desde el punto de vista filosófico, son las que han expuesto Spinoza y Hegel. Spinoza define a Dios como "un ser absolutamente infinito", es decir una substancia constituida por una infinidad de atributos de los cuales cada uno expresa una esencia eterna e infinita. La substancia es "lo que es en sí y es concebido por sí". De estas definiciones se deduce que Dios es la substancia única. "Fuera de Dios, ninguna substancia puede ser dada ni concebida". Dicho en otras palabras, Dios contiene en sí todo lo que existe. Es la causa inmanente y no la causa transitiva de todas las cosas. La Substancia divina se desarrolla o despliega en una infinidad de atributos infinitos. Pero de estos atributos nosotros conocemos solamente dos: el pensamiento y la extensión. Sin embargo, dar a Dios el atributo del pensamiento, no es atribuirle el entendimiento y la voluntad, pues esto sería una concepción antropomórfica. El entendimiento y la voluntad de Dios no pueden parecerse al entendimiento y a la voluntad humana sino como "el perro, constelación celeste, se parece al perro, animal que ladra. Del mismo modo, atribuir a Dios la extensión no es afirmar que sea corporal, pues se trata de la extensión indivisible". Las cosas particulares no son más que los modos de los atributos divinos: Los espíritus son los modos del Pensamiento de Dios y los cuerpos son los modos de su Extensión. El Panteísmo de Hegel. Para Hegel lo absoluto es la idea, la abstracción lógica. Página 125
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En esta forma el Ser y lo Racional se confunden. La lógica es una ontología y el proceso dialéctico que procede por tesis, antítesis y síntesis reproduce el movimiento del Ser que engendra los contrarios por su propio desarrollo. Primero la idea, pensamiento puro, verdad en estado absoluto. Lo absoluto, al negarse a sí mismo, deviene en naturaleza, es decir, existencias exteriores, extrañas al pensamiento puro y por fin, volviendo sobre sí misma, se hace Espíritu, es decir, conciencia, pensamiento que se conoce a sí mismo. De los tres momentos de esta dialéctica inmanente, por medio de la cual la Idea se exterioriza en naturaleza, para retornar sobre sí misma, bajo la forma de conciencia, ni el primero ni el segundo son aún Dios, pues Él no es ni idea pura ni pura naturaleza. Él es espíritu y es el Espíritu absoluto. Es decir, que Él es la idea hecha plenamente consciente de sí. El pensamiento conociéndose enteramente a sí mismo. Hegel parece admitir que es solamente en el espíritu humano en el que Dios toma conciencia de sí mismo. Es por medio del arte, de la religión y sobre todo de la filosofía como esta conciencia se desarrolla. Se puede decir que Dios no es, hablando en propiedad, sino que por lo menos se realiza cada día más en la humanidad. B.- EL DEÍSMO (DEL DICCIONARIO DE FERRATER MORA). La corriente Deísta que fue iniciada a comienzos del siglo XVII alcanzó gran predicamento en el curso del mismo siglo y del XVIII. El Deísmo se distingue del teísmo en que mientras este último está constituido por la creencia en Dios como creador y supremo rector del mundo, en el cual la existencia del mal es siempre justificada como necesaria, el primero reconoce la existencia de Dios como creador de la armonía y maravilla del universo, pero la excluye de la vida espiritual e histórica del hombre, sumergida en el mal y en el pecado. Por eso es característico del Deísmo la negación de la Providencia y, por lo tanto, de la Gracia. El Deísmo filosófico se fundó en las bases de la religión natural racional defendida por Herbert de Cherbury y se relacionó con el libre pensamiento de la época, oscilando entre la única admisión de la religión natural y las tendencias en las cuales esta religión era identificada con la revelada. Entre los más importantes deístas se menciona a John Toland, Matthew Tindal (1636-1733) que en su obra "El Cristianismo es tan antiguo como la creación" (1730) reconoce la coincidencia absoluta de la religión natural y revelada que por lo tanto pueden comprenderse racionalmente, Thomas Woolston (1669-1731), autor de un "Bosquejo de la religión natural" (1722). Contra los deístas -así como contra los defensores del sentimiento interno como única base de la religión y de la moral- se dirigieron, no sin aceptar en muchos casos la noción de religión natural, los defensores de la ortodoxia, que acusaron al deísmo de irreligioso y ateo. Entre ellos está el obispo William Butler (1692-1752) que en su "Analogía de la religión natural y revelada con la constitución y en curso de la naturaleza" intenta demostrar cómo el deísmo y la religión revelada parten de los mismos supuestos, obligando al primero a reconocer la verdad de la segunda.
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El Agnosticismo. (Del Diccionario de Ferrater Mora). En su uso actual, el término agnosticismo fue empleado primeramente por Th. H. Huxley en 1869. Huxley oponía los agnósticos a los gnósticos, pero los agnósticos no defendían, en su opinión, contra los gnósticos, una determinada doctrina: se trataba más bien de un método que no pretendía, ni mucho menos, limitar el uso del entendimiento y de la experiencia, sino por el contrario, fomentarlo hasta donde fuese posible. Ahora bien, esta posibilidad no era para Huxley ilimitada. Por el contrario, reconocía taxativamente la existencia de los limites más allá de los cuales la pretensión al saber desembocaba en una total ignorancia. El famoso apotegma de E. Du Bois Reymond en su obra sobre la conceptualización científico natural: Ignoramos el ignorabimus, está dentro de la misma vía. Este tipo de agnosticismo, sin embargo se dirigía tanto contra lo que se consideraba un dogmatismo metafísico como contra el dogmatismo materialista, a diferencia de lo que ocurre con Ernst Haeckel, que aceptaba el apotegma de Du Bois - Reymond, pero sólo en el primer sentido. En términos generales puede decirse que el agnosticismo sostiene la incognoscibilidad en principio y radical de lo trascendente y otorga justamente a lo trascendente el título de lo incognoscible. Tal doctrina se ha referido generalmente a la actitud espiritual que, absteniéndose de todo juicio sobre las proposiciones religiosas, las relega a un plano considerado inaccesible para la razón humana. Desde el punto de vista estrictamente filosófico, el agnosticismo es más bien la identificación de lo absoluto con lo incognoscible, tal como ha sido defendida por Spencer. El agnosticismo se distingue de la mera afirmación de la limitación del conocimiento en que mientras ésta no presupone un límite determinado para conocer, el primero traza límites precisos y hace de ellos el sentido de lo que puede ser conocido. El agnosticismo puede también entenderse de otras dos maneras: en primer lugar, puede llamarse agnóstico a quien sostiene que lo trascendente, la cosa en sí, el nóumeno, etc. son entidades que no pueden conocerse; en segundo lugar, es agnóstico el que afirma que la misma pregunta por lo trascendente carece de sentido. En el primer caso el agnosticismo no niega propiamente la metafísica, pues aunque formalmente la relega al reino de lo afectivo, suponiendo que hay una necesidad metafísica ineludible que no podrá ser jamás satisfecha. De hecho un agnosticismo de esta clase deja abierto un boquete por donde la metafísica puede penetrar y desarrollarse. Todas las afirmaciones acerca del carácter "consolador" de la metafísica, de la religión, etc., son desde este punto de vista agnósticas. Y aun este tipo de agnosticismo podría escindirse en dos tendencias: aquella para la cual lo trascendente no es accesible a ninguna "facultad" y resulta tanto impenetrable para el conocimiento como para la voluntad o la vida emocional y la que afirma que si bien el entendimiento es impotente para penetrar la realidad en sí, ésta queda abierta a otras actividades espirituales. El Dios de los místicos (Cuviller) Para los místicos, Dios es por sobre todo objeto de experiencia interior y fuente de vida espiritual. Este aspecto se distingue claramente del teísmo y el panteísmo. El Dios que los místicos adoran se les aparece como un "Dios vivo", muy diferente del Dios abstracto de la especulación filosófica: "Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob, escribe Pascal en sus memorias, no de los filósofos y sabios". Página 127
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La mayor parte de los psicólogos han escrito que: "los grandes místicos se preocupan muy poco de las doctrinas y de los libros". Es que, en efecto, sus estados internos no podrían seguir en todos sus detalles las enseñanzas de una iglesia que deben parecerles frías. (Delacroix: "Los grandes místicos cristianos"). Por otra parte, el psicólogo Ribot afirma: "En todas las grandes religiones que han llegado a su apogeo aparece la oposición entre los dogmáticos y los místicos". El ateísmo (Del Diccionario Filosófico de Lalande) Doctrina que consiste en negar la existencia de Dios. La definición de este término no puede ser más que verbal. El contenido de la idea varía necesariamente en forma correlacionada con los diferentes conceptos posibles de Dios y de su modo de existencia. "Ninguna acusación ha sido más prodigada que la del ateísmo. Bastaba en otras épocas para que una persona fuera denominada así que no participare de las opiniones dominantes o de las creencias oficiales de una sociedad por muy groseras o aún impías que pudieran ser". Este término parece, pues, tener más que nada un valor histórico que hay que determinar en cada caso, más bien que un significado teórico definido: lo que para uno es afirmación de la divinidad, puede ser ateísmo para otro. Este término está más relacionado con las polémicas religiosas que con las teorías filosóficas y por eso tiende a ser eliminado del vocabulario de ellas. Sin embargo Lachelier dice que este término tiene dos significados fundamentales: a) Una significación teórica: El ateísmo es la doctrina de los que no experimentan la necesidad de remontarse en la vía de la causalidad hasta una causa primera y que están poco familiarizados con las explicaciones regresivas. b) Una significación práctica: Es la actitud de los que viven como si Dios no existiese. El ateísmo en este caso no consiste en negar la existencia de Dios, sino el valor de su eficacia en la conducta humana. Leído y estudiado el documento anterior, en forma individual, por cada participante, se procede a su discusión y análisis. H.·. Cáceres.- Me corresponde hacer algunos comentarios sobre el Teísmo y con el fin de precisar bien el concepto es conveniente recordar que el hombre se sentía viviendo dentro del mundo y emparentado con dioses y animales. Rendía culto a ciertos seres que consideraba superiores; pero no hacía la distinción clara entre el Mundo y un Ser Supremo separado de él. Se entiende por mundo, el conjunto de todos los seres que existen y que podemos conocer por medio de nuestros sentidos incluyendo el hombre en él. Hay varias clases de Teísmo. A veces se dice que el Dios del Teísmo tiene que ser creador, personal, providencial y revelado; pero puede haber un Teísmo que no asigne a Dios todos esos atributos. En la tradición bíblica aparece el Dios creador que se proyecta después en el concepto de los Teístas modernos. H.·. Knockaert.- Lo interesante es la relación que se establece entre Dios y el Hombre. H.·. Cáceres.- Exactamente, y para establecer esa relación tenemos que incluirlo dentro de la concepción del universo. Desde este punto de vista el Teísmo es, en general, el concepto que más Página 128
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satisface las aspiraciones y deseos más profundos del ser humano. El Dios Providencia que se preocupa del Hombre y del Mundo es el que más satisface el ansia de sobrevivir y de salvación que el Hombre siente. Los medios que emplea para hacer propicia la voluntad de Dios, pueden ser muy variados, según la cultura de la persona y del medio social en que vive, pero en lo esencial son secundarios. El Deísmo, el Ateísmo y los otros conceptos de Dios no han dado vida a concepciones del Universo que hayan sido vividas por grandes masas humanas. Podríamos analizar los otros conceptos de Dios. H.·. Sepúlveda.- Yo estimo que todas las doctrinas de los filósofos presocráticos quedan catalogadas dentro del ateísmo, de acuerdo a lo que afirma el Diccionario Enciclopédico de Espasa Calpe, que fue redactado por los Jesuitas, porque en todas esas doctrinas no se menciona a Dios. H.·. Phillips.- Me permito una observación. Creo que en estricto rigor y ateniéndonos al sentido de los términos no se puede hablar de ateísmo respecto de la filosofía presocrática, porque ateísmo niega la existencia de un Dios revelado, personal y providencial. Hasta antes del cristianismo es sencillamente absurdo hablar de ateos, pues ningún filósofo griego habló de un Dios providencial, revelado y personal y que tuviese una figura de ser. Tiene razón en cuanto a que no eran materialistas, pues los elementos más antiguos o primordiales como el aire, el agua y el fuego que se consideraban el origen de todas las cosas llevaban los atributos de la divinidad, pues eran inmutables, eternos y permanentes y estos atributos eran también los que se le asignaban a la divinidad. Además tenían vida. Si alguien habla de ateísmo refiriéndose a estos filósofos no es correcto, pues se les está atribuyendo un pensamiento en relación al cristianismo. H.·. Knockaert.- Tiene razón, pues lo que ha variado es el significado que se le da a los términos. H.·. Phillips.- A mí me interesa que quede bien claro que la concepción de un Dios personal, providencial y revelado fue introducida en la cultura occidental por el judaísmo, después por el cristianismo y por último por el islamismo que son las tres religiones que conciben la existencia de un Ser Supremo con estos atributos. Cada una de ellas ha tenido un profeta y sagradas escrituras. Para el cristianismo fue Jesús y el Nuevo Testamento; para el judaísmo, fue Moisés y el Antiguo Testamento y para el Islamismo fue Mahoma y el Corán. H.·. Knockaert.- Además eran dioses antropomórficos. H.·. Phillips.- Es natural, pues si se le dan atributos de inteligente, dotado de vida, etc., tiene que atribuirle una forma que sea semejante al hombre. Este Ser debe ser permanentemente vivo. Esto tiene mucha importancia para nosotros, pues si recordamos el problema que se suscitó con la Gran Logia de Londres cuando era S.·. C.·. M.·. el H.·. O. Froedden sobre el significado de la fórmula del GADU, éste le afirmó al representante de la Gran Logia de Inglaterra que los masones chilenos lo interpretaban como un principio generador, a lo que respondió que para ellos ese significado no era suficiente, pues un principio generador no se adora. (Debía interpretarse como un Dios Personal). H.·. Knockaert.- Hay una cosa muy interesante: Estos filósofos griegos del siglo V I y V A. de C., vivían en medio del pueblo que creía en los dioses del Olimpo como Zeus, Afrodita, etc., si ellos creían también en esos dioses no lo sé; pero querían explicar el origen y formación del mundo en forma independiente de los dioses de la mitología y del politeísmo. Ahora bien, ¿qué relación hay entre la concepción religiosa de estos politeístas y las explicaciones que ellos daban sobre la concepción del mundo? Este es el problema.
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H.·. Phillips.- Debemos hacer una aclaración sobre la religiosidad de los griegos. Los dioses del Olimpo eran alegorías, la manera cómo el pueblo se representaba los fenómenos que estaban a su vista. Pero la verdadera religiosidad estaba en los misterios, de donde procedemos nosotros. C. de Coulanges ha dicho en "La ciudad antigua" que lo que llamamos religión cristiana ha sido un substituto de los dioses antiguos. En cambio sigue en vigencia una religiosidad para una minoría selecta, que es la de los misterios y que es la de nosotros. En un libro de Schopenhauer se afirma que la francmasonería es lo único que queda de los misterios antiguos. No tiene por qué extrañarnos que los ingleses tengan la idea de que la francmasonería tiene un origen europeo. Cuando yo ingresé a la "Quatuor Coronati" me dijo el secretario que era necesario que hiciera un trabajo de investigación y me preguntó sobre qué tema quería hacerlo. Yo le contesté que podría ser sobre la opinión que yo tenía de que esta institución provenía de los misterios pitagóricos. Él me contestó: Sí, pero la Gran Logia de Inglaterra no fue fundada por los pitagóricos. La masonería inglesa no nació como una institución iniciática. Posteriormente, en la segunda constitución vino a nacer el tercer grado que es lo auténticamente iniciático. La primera Constitución de Anderson establece que ella es un punto de reunión de hombres que de otra manera no se conocerían. En buenas cuentas era un club más. H.·. Knockaert.- Eso es. H.·. Cáceres.- Estoy de acuerdo con la definición dada por el H.·. Phillips sobre Teísmo y estimo que ahora deberíamos analizar el concepto de ateísmo. H.·. Sepúlveda.- ¿Deben separarse los conceptos de panteísmo y ateísmo o siempre el panteísmo debe ser ateo?. H.·. Phillips.- Es siempre ateo. Según mi concepto la separación data de la filosofía de Spinoza. Hasta antes de él, no se hablaba de panteísmo como doctrina religiosa. Para él, Dios está en todo. No es algo ajeno al ser humano. H.·. Sepúlveda.- El H.·. Knockaert sostiene que las concepciones presocráticas son panteístas. Yo digo que son ateístas. ¿Quién tiene la razón? H.·. Cáceres.- Depende de la connotación que se les dé a los términos. H.·. Knockaert.- Los presocráticos tienen una oposición científica. Ellos no se preocupan de averiguar quién creó el agua, el aire, etc. H.·. Cáceres.- El ateísmo es una posición negativa y las definiciones deben ser positivas. H.·. Phillips.- El ateo no es como se cree corrientemente, la expresión máxima de la irreligiosidad. El ateo se limita a negar la existencia de un Dios personal, revelado y providencial. En otras palabras el ateo se limita a negar la creencia cristiana, judía y mahometana. H.·. Cáceres.- Según lo anterior los conceptos de Dios se reducirían a dos: Teísmo y Ateísmo. Así, dentro del ateísmo se incluiría también el deísmo, porque el deísmo es el concepto de un Dios que no es providencial. H.·. Phillips.- Eso lo dijo ya Kant. Página 130
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H.·. Sepúlveda.- El deísmo es la religión natural. H.·. Knockaert.- Teísmo es el Dios personal, providencial y revelado y ateísmo sería todo lo demás. H.·. Cáceres.- Tendríamos entonces dos conceptos fundamentales; pero dentro de cada uno de ellos habría varios matices. H.·. Phillips.- Yo le podría citar varias coincidencias. La primera entre Deístas y Teístas es que los primeros admiten la existencia de un Dios personal; pero niegan que ese Dios personal tenga alguna participación en la vida humana. Yo acoté estas diferencias en un artículo publicado en la revista masónica con motivo de cumplirse los 250 años de la fundación de la Gran Logia de Inglaterra. H.·. Cáceres.- Si aceptamos estas dos definiciones, lo interesante es la posición que tiene el ser humano con respecto a ellas, es decir cuál es la concepción del universo para cada una de ellas, o, dicho con otras palabras, cómo influye en la vida de la persona el ser ateo o ser Teísta. H.·. Phillips.- Estamos trasladando el problema del estudio de la idea de Dios al problema de la posición del hombre frente a esta noción. Yo creo que la posición más honesta y más sensata es la del agnosticismo y debemos reconocer humildemente que la razón humana no está capacitada para comprender la idea de Dios (o para concebir conceptualmente a Dios). H.·. Sepúlveda.- Pero hay una réplica a la afirmación suya y consiste en que es la posición más cómoda, porque no entra al fondo del problema. H.·. Phillips.- Démosle cualquier nombre a esa posición. H.·. Cáceres.- Quien ha llegado a la conclusión de que formarse un concepto del Ser Supremo es extremadamente difícil, pues en él deberíamos incluir a todo el universo y también a los valores morales, puede hacerse partidario del agnosticismo. H.·. Sepúlveda.- Es que deberíamos definir lo que es el universo. H.·. Cáceres.- La totalidad de lo que existe. H.·. Sepúlveda.- Es que debemos analizar esta definición, porque ha ido cambiando de los griegos hasta acá. Además tiene una importancia masónica muy importante, pues la masonería se define como una institución universal y entonces podemos preguntarnos: ¿hay masonería en otras galaxias? H.·. Knockaert.- Universal quiere decir que incluye a todos los hombres y hay que distinguirlos del cosmos. H.·. Cáceres.- Lo que quiero averiguar es cuál de estas posiciones llegan más al corazón del hombre, me refiero al Teísmo y al Ateísmo, porque nosotros, a veces, pecamos de un exceso de racionalismo y no le damos importancia a los sentimientos y a las vivencias más íntimas que son las que le dan impulso a la vida. Así tenemos la filosofía existencialista que al contrario de lo que decía Descartes dicen: Existo, luego, pienso. H.·. Phillips.- Unamuno decía: "Siento, luego, existo". Página 131
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H.·. Arrate.- Los filósofos modernos aceptan unánimemente que antes de la razón está el sentimiento. H.·. Sepúlveda.- Esa idea la introdujo Pascal. No es nueva. H.·. Knockaert.- Hay un problema: ¿A qué nivel de humanidad estamos hablando? H.·. Cáceres.- El problema que planteo es cuál es la concepción del universo que más satisface al hombre y que está relacionada con estas ideas que estamos discutiendo. Yo creo, como lo dije antes, que para las grandes masas humanas es el Teísmo, el Dios providencial. Y no sólo para ellas sino que para todos los que tienen un temperamento más afectivo y que no son puramente racionalistas, pues en los casos de peligro, de angustia, tienen a quién dirigirse y pedir algo. Creo que no hay una contradicción entre ser Teístas y Agnósticos, aún cuando los diccionarios tratan de ser más precisos. Puede aceptarse la existencia de un Ser Supremo que en alguna forma tiene una relación con el ser humano; pero al cual no le damos atributos determinados, porque comprendemos que nuestra inteligencia no es capaz de hacerlo. Así se habla a veces del Destino, de la Justicia Inmanente. En buenas cuentas se está pensando en un ser superior; pero al que no se define en forma precisa. H.·. Knockaert.- Eso está dicho en la masonería en dos palabras cuando se dice que debemos buscar la verdad. H.·. Cáceres.- Este concepto yo lo he encontrado en muchas personas y hasta puede servir de terapia para vivir con más tranquilidad. En este sentido el filósofo William James tiene razón con su pragmatismo cuando afirma que al no saber qué conceptos son verdaderos, debemos elegir a aquellos que nos sean más útiles. H.·. Sepúlveda.- Miguel de Unamuno también se refiere al ansia de ayuda que necesita el ser humano. H.·. Phillips.- Esquilo, en "Agamenón", tiene una frase muy significativa: "Oh, seas quien fueres si así te gusta que te invoquen, en ese nombre te invoco". Hay un punto que es de vital importancia con respecto a los HH.·. que dicen que la masonería tiene una filosofía. La masonería no tiene una filosofía ni puede tenerla. H.·. Sepúlveda.- Tiene una filosofa ecléctica. H.·. Phillips.- Tampoco. La masonería le abre un cauce a la investigación del hombre. Son preguntas que se plantea. Desde el momento que tuviera una filosofía, tendría que negar a las demás. H.·. Sepúlveda.- Yo le hice esa pregunta a un hermano y él me contestó: "La Masonería es filosófica, porque nos invita a pensar". H.·. Phillips.- Ese es el concepto pitagórico. Pitágoras nunca quiso ser llamado sofos, sabio, sino únicamente filósofo, amigo del conocimiento.
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H.·. Cáceres.- Vuelvo a insistir en que esta posición del Agnosticismo, aunque el término fue creado en el siglo XIX, después de Kant, es muy antigua, como lo indica la cita de Esquilo, hecha por el H.·. Phillips. Se puede aceptar la existencia de un ser absoluto y estar convencido de que la razón humana no es capaz de conocerlo, es decir, es incapaz de asignarle atributos. Muchos lo aceptan y viven en una relación con Dios que es inefable. Algo de esto hay en la vida de los místicos. El problema de Dios es muy difícil, porque no se pueden formular conceptos sobre él que puedan ser aceptados por todos como sucede en las matemáticas, por ejemplo. El Panteísmo es también una posición interesante. Podría citarse el caso de Hegel. Indudablemente que según la tradición, este filósofo sería tildado de Ateo. H.·. Sepúlveda.- Depende de qué punto se mire. Yo lo he expresado en un trabajo al respecto. Depende de quién haga la clasificación. Así se puede afirmar con respecto a la misma persona: este es ateo, o este es agnóstico según quien lo clasifique. Hay zonas crepusculares en que se hace difícil distinguir lo que un filósofo es, especialmente cuando no es manifiestamente teísta. Así, Bertrand Russell, que era considerado por muchos como ateo, afirmó: "yo no soy ateo, yo soy agnóstico". H.·. Arrate.- Erich Fromm incluye en un mismo grupo a los teístas y deístas y los separa de los ateístas. H.·. Phillips.- Lo importante es que cada uno de nosotros llegue a un concepto masónico. H.·. Knockaert.- La masonería no es filosofía, ni religión, ni nada de eso. Es tal vez una academia de donde se viene a discutir y a meditar. H.·. Cáceres.- Esto nos está llevando a otro problema: ¿Qué es la Orden? Hemos dicho que es una institución iniciática. La iniciación significa nacer a una nueva vida. En los misterios antiguos, por medio de la iniciación el alma se liberaba de las reencarnaciones. En la época moderna, se puede decir que por medio de ella se llega a un plano superior de conciencia; pero no es por medio de una enseñanza basada en conceptos, no es por medio de la ciencia, ni de la filosofía, sino por medio de alegorías y símbolos que son los que llegan al fondo del alma. Cuando en las Constituciones se trata de definir lo que es nuestra institución se emplean conceptos y de aquí nacen los problemas. Debía decirse simplemente que es una institución iniciática. H.·. Sepúlveda.- Ética e iniciática. H.·. Phillips.- No, porque ¿cuál era la finalidad de la iniciación en los misterios? Era el perfeccionamiento moral del individuo para llegar a identificarlo con la idea de la divinidad. H.·. Cáceres.- Voy a citar a Plotino, que parece que no fue iniciado. En una de las Eneades dice que el secreto de los misterios antiguos consistía en que al neófito se le colocaba ante ciertas situaciones concretas que lo obligaban a buscar por sí mismo la verdad, a llegar al conocimiento de lo Absoluto y cuando esto se lograba, por el propio esfuerzo, esa verdad era inefable, no se podía expresar por medio de palabras. Entonces, por naturaleza era un secreto.
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Con respecto al símbolo del GADU, cada hermano debe tener de él una interpretación personal y vivirlo con una convicción íntima. H.·. Knockaert.- Antiguamente el significado de la iniciación podía ser ese; pero ahora no, porque ¿a dónde vamos a llegar cuando se sabe que no podemos conocer la verdad? H.·. Phillips.- Siento no haber traído un recorte de El Mercurio en que se da la noticia de que un sacerdote Luterano alemán fue excomulgado, porque afirmó que Dios es un concepto matemático. Hoy día en Inglaterra el Pitagorismo está más vivo que Platón, pues el avance de la ciencia ha venido a comprobarlo. Esto nos está alejando del concepto judío de la divinidad. H.·. Knockaert.- Hoy día el concepto de materia se ha ido diluyendo. Empezando por el átomo y el esquema que hizo Bohr y todos los que lo han seguido, hasta llegar a explicarlo solamente como un conjunto de ecuaciones. Ya la materia no es algo tangible. H.·. Arrate.- Yo creo que la ciencia está borrando hasta el vestigio de la idea de Dios. Varios HH.·. De un Dios personal y revelado, sí. H.·. Phillips.- El fundamento general del Pitagorismo está en que las matemáticas son ciencias exactas, que no varían. Y estos atributos son los mismos que se le dan a la divinidad. Por eso afirmaban que los números eran el principio de todas las cosas.
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LAS IDEAS DE DIOS O DE GRAN ARQUITECTO DELUNIVERSO EN LAS CONSTITUCIONES DE LA GRAN LOGIA DE CHILE Q.·.H.·. JULIO SEPÚLVEDA RONDANELLI Por su propia naturaleza ésta, será una exposición relativamente breve y, como las Constituciones por las cuales se ha regido la Masonería chilena desde su fundación hasta nuestros días han sido ocho, de las cuales seis he podido solamente compulsar, seis también serán los capítulos de esta plancha a la que agregaré, al final algunas sintéticas conclusiones. 1.- Nuestra primera Constitución está por cumplir 120 años de existencia, ya que fue promulgada en Valparaíso el 18 de diciembre de 1862, por el Gran Maestro Juan de Dios Arlegui. Para el objeto que nos preocupa sólo tienen interés sus artículos 1° y 2º en las partes que transcribimos textualmente: Artículo 1°.- La Orden Masónica tiene por objeto la beneficencia, el estudio de la moral universal y la práctica de todas las virtudes. Tiene por base la existencia de Dios, la inmortalidad del alma y el amor a la humanidad. Artículo 2°.- La Masonería no se ocupa ni de las diversas religiones existentes en el mundo, ni de las constituciones Civiles de los Estados: a la altura en que se coloca debe respetar y respeta tanto la fe religiosa, como las simpatías políticas de sus miembros. En consecuencia, en sus reuniones toda discusión que tienda a ese objeto, queda expresa y formalmente prohibida . No aparece así en nuestra primera Constitución la idea del G.A.D.U. Parece ser un hecho probado que la idea de referirse a Dios y a la inmortalidad del alma fue tomada del Gran Oriente de Francia, que fue el primer poder masónico que concedió regularidad a las primeras Logias chilenas y de cuya tutela éstas se desprendieron sólo en 1862, para dar nacimiento a la Gran Logia de Chile. Y esto a raíz de haber impuesto Napoleón III al Mariscal Magnan como Gran Maestro del Gran Oriente de Francia. Viniendo este concepto desde Francia, podría presumirse que la idea de Dios sería la que la Ilustración había prohijado en el siglo XVIII, esto es, el deísmo o religión natural y que tuvo en Voltaire, iniciado a los 80 años en la Logia las Nueve Hermanas en 1788, a uno de sus más conocidos personeros. Para Abbagnano, y ya lo hemos dicho, el Deísmo es la doctrina de una religión natural o racional fundada en la manifestación natural que la divinidad hace de sí misma a la razón del hombre, y no en una revelación histórica . Sin embargo, el estar a la información que nos proporciona el H.·. Benjamín Oviedo, fue otra la orientación que desde Francia quiso darse al Masonismo en el año 1848. Un masón de apellido Blanchet, de espíritu místico y exaltado, pidió y obtuvo la reforma de los principios para restituirle a la Masonería el carácter religioso que le era propio. El Gran Oriente de Francia habría aceptado manifestar más claramente ese carácter a los ojos del mundo profano . No pareció bastante con seguir afirmando la práctica de la caridad. Se estimó necesario, para restituirle a la Masonería ese carácter religioso, proclamar estos dos principios: la existencia de Dios y la inmortalidad del alma. Los masones chilenos que en 1862 redactaron la primera Constitución se limitaron a copiarlos, sin entrar a agregarle más conceptos.
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Estos conceptos que nos vinculaban con el Teísmo, se encuentran también en una obra de Andrés Cassard, editada en Barcelona en 1871 que en lo que denomina su Discurso Preliminar afirma: El Dios solo, único y verdadero, el Dios creador y conservador de todas las cosas, lleno de bondad, de verdad y misericordia, que premiará o castigará a cada uno según sus obras, y que es el solo digno de los homenajes de todos los hombres, es el Ser Supremo que se adoraba en los sagrados recintos de los Templos Antiguos dedicados a la Masonería; que es la sola religión de los Templos Masónicos Modernos . Cassard, aunque ha sido muy controvertido, no era un masón cualquiera. Nacido en Cuba, se radicó en Nueva York, fue V.·. M.·. de una de sus Logias y alcanzó el grado 33°. Además fue el representante del Gran Maestro Arlegui ante la Gran Logia de Nueva York, hasta que ella reconoció a la Gran Logia de Chile como Poder regular e independiente. 2.- La Constitución de 1862 fue reemplazada por la de 1912, promulgada el 15 de mayo de ese año por el Gran Maestro Víctor Guillermo Ewing. Su artículo primero decía: La Francmasonería es una Institución esencialmente filosófica y progresista; tiene por objeto la investigación de la verdad, el estudio de la moral y la práctica de todas las virtudes. Trabaja por el mejoramiento moral y material y por el perfeccionamiento intelectual y social de la Humanidad. Reconoce al Gran Arquitecto del Universo y tiene por principios la tolerancia mutua, el respeto a los demás y de sí mismo y la libertad absoluta de conciencia . Se compone de hombres libres, sometidos a las leyes del país en que viven, que se reúnen en asambleas regidas por esta Constitución y por Reglamentos particulares que estén en armonía con ella . El artículo 2° agregaba: La Masonería respeta tanto la fe religiosa como las simpatías políticas de sus miembros . Nace aquí, después de cincuenta años, el reconocimiento del Grande Arquitecto del Universo. Aunque hay opiniones que señalan que este concepto fue copiado o adoptado de la Constitución Argentina. Por nuestra parte estimamos que en Chile, como en general en la Masonería Latina, esta idea, dentro del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, proviene de la Declaración que los Supremos Consejos hicieron en Lausanne (Suiza) en 1875. Dicha declaración en sus dos primeros incisos dice textualmente: La Francmasonería proclama, como ha proclamado desde su origen, la existencia de un Principio Creador, bajo el nombre de GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO ... No impone ningún límite a la libre investigación de la verdad y para garantizar a todos esta libertad, exige de todos igual tolerancia . Para demostrar que esta concepción es mucho más amplia que la de Dios, contenida en nuestra primera Constitución, nos parece útil recordar algunos de los conceptos emitidos al respecto por el IH.·. Jean Marie Raymond, que desempeñó durante 15 años, a comienzos de este siglo, el cargo de Soberano Comendador del Supremo Consejo de Francia. Comenzaremos por decir que Raymond llama al G.A.D.U. nuestro Símbolo Fundamental. En el cuadernillo que contiene sus observaciones al respecto -publicado en 1954- hace un resumen de las principales doctrinas de las escuelas filosóficas de Francia, Inglaterra y Alemania. De la escuela francesa cita a Descartes, Condillac y Augusto Conste y dice que los tres arribaron a una misma apreciación: la supremacía del hombre. De la escuela inglesa destaca a Frances Bacon, Locke y John Stuart Mill y de la alemana menciona a Spinoza, Leibnitz, Kant, Schelling, Hegel, Feuerbach, Bunchner y Haekel. La mayoría de Página 94
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los filósofos mencionados, si no todos, son agnósticos, panteístas y aún ateos. Bastaría este hecho para concluir que la tesis que Raymond sostiene sobre el G.A.D.U. es totalmente contraria a la tendencia anglo sajona. La fundamenta en la razón y la lógica, que para él son dos facultades del pensamiento humano. A través de sus breves páginas nos va diciendo que la humanidad asciende lenta pero segura, hacia el ideal de perfección que encarna en la felicidad suprema para todos y para cada uno... y que es este el ideal que la Masonería nos enseña con la alegoría del Grande Arquitecto del Universo . Más adelante nos agrega que la Orden ha dado el nombre de Grande Arquitecto del Universo, para sintetizar la Grande Obra Universal . Sostiene que es necesario reconocer que la fuerza superior que pone todo en movimiento -los mundos y los hombres- existe realmente y que los masones de los siglos anteriores dieron a esta fuerza el nombre de G.A.D.U. . Se pregunta, ¿puede hacerse una crítica razonable a este nombre simbólico? y se contesta: Nuestro Gran Símbolo representa así la totalidad de la vida: pues todo lo que ha sido la vida pasada, lo que es la vida presente y lo que será la vida futura, no representa sino la continuación indefinida de la vida, la que no habiendo tenido principio, no puede tener fin . Termina el autor francés que venimos diciendo: Progresar es el objeto de la vida. Es necesario, pues, que el hombre, que lleva una vida material, se libere más y más a fin de llegar al ideal hacia el cual le conduce el sentimiento de justicia que en él anida. Ciudadano de nuestro globo terrestre, el hombre es ciudadano de todo el universo. A medida que crece y se desenvuelve, la inteligencia que lo anima, avanza hacia cumbres más elevadas y descubre horizontes más extensos . Se dirige incesantemente hacia la Gran Luz para saciar allí su sed de saber, para realizar su deseo de perfección indefinida, para adquirir más poder, grandeza y virtud, y acercarse así a ese infinito maravilloso que presentimos, al cual debemos todo, del cual podemos esperarlo todo: el GRANDE ARQUITECTO DEL UNIVERSO . ¿Son estas las ideas que impulsaron a los redactores de la Constitución y que tan parcamente se limitaron a decir en su artículo 1° que se reconoce al Gran Arquitecto del Universo , sin agregarle una frase explicativa que insinuara su contenido?. No lo sabemos. Sabemos en cambio, que el IH.·. Luis A. Navarrete y López se hizo cargo de redactar un nuevo ritual de primer grado para reemplazar al anterior que contenía una clara connotación teísta. 3.- La Constitución de 1912, fue reemplazada por la de 1930, promulgada el 10 de enero, pero que comenzó a regir desde el 8 de junio. El título preliminar que contiene la declaración de principios se había aprobado en una Asamblea Extraordinaria que se realizó el año 1926 en el mes de septiembre. Su artículo 1º en sus dos primeros incisos expresa: La Francmasonería es una institución esencialmente filosófica que tiene por objeto el perfeccionamiento intelectual, moral y físico de sus miembros y, por consecuencia, de la sociedad profana. Con este fin, incita a sus adeptos a investigar la verdad y a practicar todas las virtudes. Reconoce al Grande Arquitecto del Universo . O sea, sobre la materia que nos interesa, se limita a repetir, a la letra, la frase de la Constitución de 1912. Nada agrega sobre este concepto, aun cuando el inciso tercero señala que tiene por principios la tolerancia y la libertad de conciencia: de ahí que respete la fe religiosa y las simpatías políticas de sus miembros , ideas que no están directamente relacionadas con lo que hemos llamado nuestro símbolo fundamental.
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Cuando se promulgó esta Constitución estaba por terminar su período de Gran Maestro el IH.·. Héctor Boccardo Benvenuto y hacía tiempo que se habían cambiado los dos primitivos rituales de primer grado, de clara inspiración teísta. En ellos se hablaba de la fe que hay que poner en Dios en un instante de peligro; se obligaba al profano a arrodillarse y a humillarse para encomendar nuestras obras al Todopoderoso invocando la protección del Señor. 4.- El 1° de abril de 1938 el Gran Maestro Adjunto IH.·. Víctor Behm puso en vigencia a contar del 4 de junio de ese año una nueva Constitución. Ella había sido acordada por la Asamblea de la Gran Logia el 26 de septiembre de 1937 y el 7 de marzo de 1938. En su declaración de principios que sólo consta de dos artículos no se menciona al G.A.D.U. para nada. Comienza diciendo que La Francmasonería es una institución universal, fundamentalmente filosófica, destinada a trabajar por el advenimiento de la justicia, de la solidaridad y de la paz en la Humanidad . En los incisos 2° y 3° de su artículo 2°, la Constitución del 38 agrega: Acepta los postulados de Libertad, Igualdad y Fraternidad y, en consecuencia combate la explotación del hombre por el hombre, los privilegios y la intolerancia . La institución estima que las concepciones metafísicas son del dominio exclusivo de la conciencia. No prohíbe ni impone a sus miembros ninguna convicción religiosa, pero rechaza toda afirmación dogmática y todo fanatismo . No parece sino que las reformas de nuestras liturgias introducidas en 1912 por un grupo de hermanos de orientación filosófica preferentemente racionalista y positivista, encabezados en esa época por el IH.·. Navarrete y López, encontraron años más tarde amplio eco. Esos amplios principios se expresaban ahora en el propio texto constitucional. En las últimas reuniones internacionales de los Supremos Consejos, como en el celebrado en Bruselas en 1935, no se había tocado el tema de la divinidad. Además ya el Gran Oriente de Francia había resuelto excluir de sus rituales y de su Constitución toda alusión referente al G.A.D.U. Cabría agregar respecto a esta Constitución, que el proyecto respectivo había sido redactado el año 1937 por los II.·. HH.·. Hermógenes del Canto, Víctor Behm y Guillermo López Larrais, quienes estimaron prudente no decir nada respecto al G.A.D.U. 5.- La Constitución de 1956 fue promulgada por el IH.·. Alejandro Serani Burgos, que hace sólo algunos meses decora el Oriente Eterno, y en lo que se refiere a la Declaración de Principios, repitió lo que había dicho en sus artículos 1° y 2° la Constitución anterior, esta es la de 1938. Sólo es posible advertir el cambio de una palabra en el inciso 2° del artículo 2°. La Constitución anterior decía que Acepta los postulados de Libertad, Igualdad y Fraternidad ... etc., la de 1956, en cambio, prefirió decir que: Sustenta los postulados de Libertad, Igualdad y Fraternidad y, en consecuencia, combate la explotación del hombre por el hombre, los privilegios y la intolerancia , con lo cual le dio más fuerza a dichos postulados. Mantuvo la frase que antes habíamos subrayado en orden a que la Institución estima que las concepciones metafísicas son del dominio exclusivo de la conciencia . Lo que equivale a decir que las ideas de Dios, Causa Primera, Todopoderoso, motor inmóvil o G.A.D.U., quedan sujetas a la libre apreciación de cada masón. Se resguarda así, en forma efectiva, la libertad de conciencia.
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6.- La Constitución que nos rige fue promulgada en el año 1971 por el Gran Maestro René García Valenzuela, aun cuando su estudio comenzó en 1965 bajo la presidencia del Gran Maestro Sótero del Río Gundián, quien alcanzó el 2 de abril de ese año a dictar un Decreto sobre reestructuración de la Francmasonería Chilena. Su inesperada muerte en 1969 no le permitió dar término a la obra que se había propuesto. Concretándonos al motivo central que nos preocupa se advierten en el nuevo texto constitucional diversas modificaciones. Algunas son meramente formales: ya no se habla de Declaración, sino simplemente De los Principios; tampoco ellos están contenidos en artículos sino que en lo que podríamos denominar un preámbulo con 13 párrafos, para no denominarlos incisos. En el antepenúltimo y último de estos párrafos se alude al G.A.D.U. en la forma que pasamos a transcribirlos. Proclama al G.A.D.U. como Principio Generador y como Símbolo Superior de su aspiración y construcción éticas. No prohíbe ni impone a sus miembros ninguna convicción religiosa . Y en último párrafo de los principios, termina así: Francmasones, Logias y Grandes Logias se empeñan constantemente en el perfeccionamiento del Hombre y de la Sociedad, a través del Amor, la Solidaridad, la Justicia y la Paz, para Gloria del GRANDE ARQUITECTO DEL UNIVERSO . Quiero llamar la atención sólo sobre tres de las palabras empleadas. Principio Generador , ¿de qué?, del hombre y del mundo, del cielo y de la tierra. Imposible no evocar el Génesis o Libro Primero de Moisés, que comienza diciéndonos, en el principio creó Dios los cielos y la tierra . Y, ¿Qué es la Gloria ? Abbagnano afirma que en la terminología bíblica y en la de la escolástica medieval, la gloria es por un lado, el honor que el hombre rinde a Dios y por otro, la recompensa que Dios da al hombre admitiéndolo en el gozo de sí. En este último sentido, Santo Tomás, dice que la gloria es la perfecta fruición de Dios . Parece que hemos vuelto así al Teísmo que señalaba nuestra primera Constitución, sin la obligación que ella establecía de creer además en la inmortalidad del alma. Hasta 1953 el ritual de iniciación decía que el G.A.D.U. era el símbolo de unión entre creyentes e incrédulos. Hoy dice que es el símbolo de unión entre las diversas creencias. 7.- Conclusiones Masónicas: 1° Como se desprende de esta breve exposición en nuestra historia constitucional y en lo que a principios se refiere no ha existido continuidad en los conceptos fundamentales sobre Dios y el G.A.D.U. Resumiendo: En 1862 la Masonería tiene por base la existencia de Dios, la inmortalidad del alma y el amor a la Humanidad; en 1912, se limita a reconocer al G.A.D.U.; lo mismo hace en 1921 y 1930; en 1938 y 1956, nada dice al respecto; y finalmente, en 1971, proclama al G.A.D.U. como principio generador y símbolo superior de su aspiración y construcción éticas. Además, hay que rendirle gloria. 2° Durante mucho tiempo la Francmasonería Chilena interpretó simbólicamente al G.A.D.U. como un Principio Superior e Ideal . Y se afirma que el IH.·. Orestes Froedden viajó a Londres a defender esta interpretación. A su regreso se modificó el ritual de iniciación en la forma que hemos indicado.
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Por su parte, la Gran Logia Unida de Inglaterra, desde 1959 ha sostenido que no es suficiente creer en un Principio de Vida, Principio Creador y Motriz, en su sabiduría infinita, en la perfección de su noción . El principio fundamental de nuestra Orden, es la creencia de un Dios vivo, como lo afirma Henri Bittard, (Citerior N° 191-2-3). En Estados Unidos también se profesa la creencia en la existencia de un Dios vivo y personal. 3° Estas distintas interpretaciones sobre el G.A.D.U. han roto el Universalismo de la Masonería y provocado su división. Lo más grave es lo sucedido en Francia en que existen dos Supremos Consejos y tres obediencias simbólicas: el Gran Oriente que suprimió el símbolo del G.A.D.U.; la Gran Logia de Francia que lo admite con una interpretación deísta y la Gran Logia Nacional Francesa de tendencia anglosajona, es decir, teísta. 4° Pienso que entre nosotros, el G.A.D.U. es un Símbolo Fundamental que debe ser interpretado libremente por cada masón conforme a su formación esotérica y la libertad de conciencia que la Orden le garantiza. La masonería no puede imponer una concepción o creencia determinada ni en materia religiosa, ni filosófica ni política, porque dejaría de constituir un centro de unión para los hombres de espíritu libre de todas las razas, nacionalidades y credos , como lo quiso la constitución de Anderson de 1723; y 5° Es conveniente que todo masón tenga una concepción sobre el origen del mundo y sus fenómenos más relevantes. Pero no debe mantener una posición cerrada sobre Dios, el Todopoderoso, el motor inmóvil de que nos hablaba Aristóteles, de G.A.D.U. o de la Causa Primera, porque destruye la Tolerancia y la Fraternidad que debe existir dentro de la Orden. Salud, Fuerza y Unión.
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Temas Masónicos Nº 8 (2002)
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NOCIONES SOBRE LA IDEA DE DIOS Q.·.H.·. JULIO SEPÚLVEDA RONDANELLI Las tendencias principales sobre el Ser Supremo: Teísmo, Deísmo, Panteísmo, Agnosticismo y Ateísmo. Esta exposición ha sido escrita sin mayores pretensiones. No he sido un entusiasta estudioso de tan vasto tema y sólo en los últimos años he tenido acceso a alguna literatura que me permita comprender mejor la idea masónica de Grande Arquitecto del Universo, que está, indudablemente ligada con la idea de Dios.-Por eso la he denominado nociones, esto es, conocimientos elementales. No se trata, por consiguiente de un estudio científico, metafísico o teológico profundo, sino sólo de la enunciación de un ángulo de la problemática de Dios, que como lo expreso en su subtítulo, queda limitado a las tendencias principales sobre el Ser Supremo, que dentro de mi criterio, posiblemente errado, se agrupan los cinco ismos que he dejado enunciados, esto es Teísmo, Deísmo, Panteísmo, Agnosticismo y Ateísmo. Es probable que haya algunas más o que con criterio religioso se opine que sólo existan dos: el teísmo y el ateísmo y que, como veremos, el panteísmo, el agnosticismo y aún el deísmo, sólo sean negaciones del Ser Supremo, concebido como dogma teológico. Lo expresado sería suficiente para señalar las limitaciones de este estudio. Sin embargo, me parece conveniente agregar algunas palabras más a esta explicación preliminar. Las obras consultadas y que señaló en la bibliografía final, provienen de autores de distintas épocas, nacionalidades y tendencias, todos ellos inmersos en lo que llamamos civilización Occidental. He procurado, de este modo, darle a la exposición un carácter objetivo. Debo agregar, que muchos de los antecedentes recogidos provienen de la gran Enciclopedia Espasa Calpe de 92 tomos, escrita, como se sabe por sacerdotes jesuitas. He utilizado además algunas Historias de la Filosofía y cuatro diccionarios filosóficos que me parece útil reseñar: 1º el de Nicolás Abbagnano, filósofo y sociólogo italiano contemporáneo que se inscribe en la corriente existencialista; 2º el de José Ferrater Mora, muy conocido en Chile su largo ostracismo en nuestro país y que además es masón; 3º el de Voltaire, iniciado en la Logia "Las Nueve Hermanas" de París, el que no obstante los años en que fue escrito conserva su actualidad y la fina ironía de su autor; y 4º el de Walter Brugger, sacerdote ignaciano, que me ha sido muy provechoso para precisar algunos conceptos teológicos. Finalmente resulta casi innecesario advertir que el tema no es sólo de cultura general sino que eminentemente masónico. Se nos habló de Dios en la noche ya muy lejana de nuestra iniciación se nos pidió que nos preocupáramos más adelante de su estudio así como del Gran Arquitecto del Universo, concepción esta última, que para Raymond constituye nuestro Símbolo Fundamental, aún cuando lo considera como una simple alegoría. No nos referiremos, sin embargo, a este símbolo por temor de alargar demasiado nuestra intervención que quedará así limitada al tema que, concretamente, se ha enunciado. Para explicación preliminar, con lo dicho parece suficiente y entramos en materia.
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2.- TEÍSMO La expresión se deriva de Theós que en griego significa Dios. Podemos definirlo como la doctrina que afirma la existencia de un Dios creador y ordenador del universo, esencialmente personal y providente, el cual es conocido, en cierta medida, a través de la Revelación y de la razón, ayudada por la gracia. Para Walter Brugger, sacerdote jesuita, autor de un Diccionario de Filosofía, Teísmo "es la doctrina que considera a Dios como ser personal supramundano, el cual por su acto creador llamó al mundo de la nada a la existencia". Abbagnano sostiene que "el término aplicado genéricamente desde el siglo XVII a la creencia en Dios, por oposición al ateísmo, fue definido por Kant en su significado específico por oposición al Deísmo". Ferrater Mora precisa los conceptos cuando nos dice " que el Teísmo se define generalmente como la creencia en un Dios personal creador y rector del Universo". En este sentido, agrega, el teísmo se distingue del Deísmo, el cual aunque sigue afirmando la existencia de Dios, lo excluye del gobierno del mundo y funda la creencia en la divinidad en una vivencia íntima, en un sentimiento personal interno que constituye a la vez, la base de la moral y de la religión. "El teísmo, en cambio, admite la revelación y la providencia, y se opone firmemente a cualquier intento de reducir la verdad revelada a una verdad conocida por medio de la razón común a todos los hombres". El teísmo se opone al deísmo, al panteísmo y al ateísmo. Frente al deísmo defiende "no sólo la conservación de las criaturas por Dios y su continua cooperación, sino también su providencia y la posibilidad de su intervención extraordinaria con la revelación y el milagro". El teísmo se destaca nítidamente del panteísmo, -que sostiene la existencia de una única substancia o naturaleza.-por la acentuación del carácter personal de Dios y de la diversidad de Este con respecto al mundo. Su oposición al ateísmo resulta obvia, al negar éste la existencia de Dios que es básica para el teísmo. Ingredientes fundamentales del teísmo son la revelación, la gracia y aún el milagro. La revelación, en su sentido religioso, es la manifestación que de lo oculto hace Dios y los teólogos distinguen entre la revelación natural y la revelación sobrenatural. Por gracia hay que entender, en el sentido teológico a que se alude, no sólo al don gratuito, o sea, sin retribución, sino que específicamente a la donación que Dios hace al hombre con referencia a la salvación o a alguna condición esencial de la salvación, independiente de los méritos del hombre mismo, si es que existieran. En cuanto al milagro se le concibe como "un suceso patente y extraordinario que, sobrepujando las fuerzas puramente naturales, tiene en Dios su autor inmediato o mediato".La posibilidad del milagro se infiere de la omnipotencia de Dios. En concepto del teísmo, Dios es un ser no sólo personal, si no que, además providente. ¿Qué es la providencia?. Para el autor religioso citado es "la actividad por la cual Dios guía a las criaturas al fin que les está señalado. Página 153
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La providencia comprende, primero, el plan eterno, vivo en el espíritu de Dios, de conducir a cada una de las criaturas en particular y al conjunto de todas ellas a su objetivo supremo: la glorificación divina. En segundo lugar la providencia abarca la ejecución del plan antedicho, o sea el gobierno del mundo, que no es sólo el resultado de la sabiduría de la omnipotencia de Dios, sino efecto de su amor y bondad. Relacionadas con el teísmo hay dos expresiones sobre las cuales es útil hacer una breve referencia, son ellas la teología y la teodicea. La teología es para los creyentes una verdadera ciencia, que trata de Dios, de su existencia, naturaleza y atributos, así como de su relación con el mundo. Se distingue habitualmente dos clases de teología: la teología natural y la teología revelada. La teología revelado es dirigida por la "luz de la fe", en cambio la teología natural más propia del filósofo que del teólogo, tiene como criterio la luz de la razón. Teodicea es un término vulgarizado por Leibniz, que tituló una de sus obras como "Ensayo de Teodicea sobre la bondad de Dios, la libertad del hombre y el origen del mal" (1710). Analiza en ella la justicia divina mediante la solución de los problemas fundamentales del mal y de la libertad humana. Puede decirse que la teodicea es la disciplina filosófica que trata de conciliar el problema de la existencia del mal con la bondad divina. Hoy se considera a la teodicea como una parte de la teología racional. Son teístas quienes creen en un Dios personal, cualquiera que sea la religión que profesen. Son además monoteístas y admiten el dualismo, esto es, la concepción de un Dios personal y realmente distinto del Universo. En el mundo Occidental en el que estarnos inmersos los teístas son en su gran mayoría cristianos. "Tal cristianismo, sostiene Armando González Rodríguez, un verdadero erudito sobre la materia, es uno solo, pero ha venido evolucionando y diversificándose desde la misma muerte de su fundador, hasta llegar a ofrecernos el cuadro de tres grandes familias cristianas, geográficamente distribuidas que son: el cristianismo europeo oriental, o iglesia greco-ortodoxa; el cristianismo europeo noroccidental, o de las confesiones protestantes, y el cristianismo europeo meridional o mediterráneo, el de la Iglesia Católica romana". Es de esta última iglesia de donde han salido los principales pensadores teístas. Históricamente puede distinguirse dos escuelas filosóficas cristianas: la patrística y la escolástica. Entiéndase por filosofía patrística el conjunto de ideas de la época de los Padres de la iglesia o de la antigüedad cristiana, cuyo principal representante es San Agustín. Con el nombre de escolástica se designa al sistema filosófico-teosófico predominante en la Edad Media y que tuvo como figura cumbre a Tomás de Aquino, fallecido en 1274. En su obra "La Summa Teológica" armoniza la teología agustiniana con la filosofía aristotélica. 3.- DEÍSMO La palabra deriva del latín Deus que significa Dios. Suele definírsele diciendo que Deísmo es la doctrina que reconoce un Dios como autor de la naturaleza, pero sin admitir revelación ni culto externo. No obstante no es tarea fácil precisar bien el sentido de deísmo. Etimológicamente considerada, la expresión es sinónimo de teísmo y denota la creencia en Dios, Pero el uso de estos dos términos ha atribuido, desde hace mucho tiempo, diversos significados a estas dos palabras. Página 154
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Puede afirmarse que hoy la palabra teísmo es usada para denominar un sistema o doctrina en la cual se admite la existencia de un Dios personal, creador y providencial del mundo: el teísta en cuanto tal sólo afirma y nada niega. En cambio, el significado de la expresión deísmo, en parte es positivo y en parte negativo. El deísta afirma, como el teísta, la existencia de un Dios personal; pero se distingue de él en que niega alguno o algunos de los atributos de Dios y especialmente el hecho de la revelación divina. Para el deísta solo existe la religión natural: la fundada en la revelación divina es un simple mito. Brugger, el autor católico ya citado, en su breve diccionario afirma que "el Deísmo aparecido en Inglaterra en la segunda mitad del siglo XVI, reconoce un Dios personal creador, pero niega su ulterior influjo en el mundo, rechazando, por tanto, la conservación y el concurso de Dios con las criaturas, el milagro y toda revelación sobrenatural". "No existe una religión revelada, sino únicamente una religión racional o natural", subraya. Y agrega que el deísmo inglés condujo en Francia a la Ilustración materialista y atea y que en Alemania tuvo adeptos desde mediados del siglo XVIII. Abbagnano cree que Deísmo "es la doctrina de una religión natural o racional fundada en la manifestación natural que la divinidad hace de sí misma a la razón del hombre, y no una revelación histórica". Sostiene que el deísmo es un aspecto de la Ilustración de la que es parte integrante. En su sentido Más lato, -comenta Ferrater Mora- deísmo es la creencia o tendencia que afirma la existencia de Dios en oposición el ateísmo y también al panteísmo". Así considerado al deísmo tiene la misma significación que teísmo. Pero el modo en que los deístas del siglo XVII y XVIII propugnaron sus doctrinas estableció una distinción tajante entre ambos conceptos. Kant fue quien precisó la diferencia y así deísta fue el que creía que Dios era la causa del mundo, mientras que para el teísta era autor del mundo. Bishop opina que los deístas admitían la existencia de la providencia y la inmortalidad del alma, no obstante lo cual rechazaban la revelación cristiana y todo misterio religioso. Su superioridad a la secta y al dogma no tardó en degenerar, según este autor, en una indiferencia que resultó desastrosa para el espíritu de Pascal. Por eso este último sostuvo que el deísmo estaba tan distante del cristianismo como el ateísmo. Según el teólogo Inglés Clarke, pueden distinguirse cuatro clases de deístas, habida razón de lo que niegan. A la primera clase pertenecen los que admiten un Dios personal, pero sin providencia, esto es sin que guíe a las criaturas. Es un Dios que no se preocupa poco ni mucho de las acciones de los hombres, ni de los fenómenos que tienen lugar en el mundo; un Dios inteligente y poderoso que después de haber sacado el mundo de la nada lo abandonó a así mismo. Forman la segunda clase de deístas aquellos que admiten un Dios providencia, pero sólo de los fenómenos materiales, no del hombre en cuanto ser moral. Estos deístas hacen de las leyes humanas la única fuente de nuestros derechos y deberes, destruyendo así los fundamentos de la moral y la creencia en una vida futura. La tercera clase de deístas incluye a aquellos que admiten en Dios providencia con la cual gobierna no sólo el mundo material sino también a los hombres a quien intima su voluntad; con todo, se niegan a creer en la inmortalidad del alma y en los premios y penas de la otra vida. Por último los deístas de la cuarta clase son los que al decir de Clarke, tienen bajo todos aspectos ideas sanas y exactas acerca de Dios y sus atributos. Página 155
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Estos admiten todas las verdades de la religión natural, aún el dogma de la vida futura: solo niegan el principio de la autoridad y de la revelación. Estos últimos, dice Clarke, son los verdaderos deístas y los únicos que merecen que se dispute con ellos, con el fin de convencerlos de la verdad de la religión cristiana. Hemos visto ya que se tiende a ligar el deísmo con la Ilustración, corriente cultural europea del siglo XVIII caracterizada por la revisión, a la luz de la razón y de la experiencia, de la concepción del mundo y del hombre en todos los terrenos. Kant (1724-1804) escribió: "La Ilustración es la liberación del hombre de su culpable incapacidad. La incapacidad significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía de otro. Esta incapacidad es culpable porque su causa no reside en la falta de inteligencia sino de decisión y valor para servirse por si mismo de ella. Ten el valor de servirte de tu propia razón: he aquí el lema de la Ilustración. Resumiendo, puede decirse que la Ilustración comprende tres aspectos diferentes y conexos: 1º. La extensión de la crítica a toda creencia o conocimiento, sin excepción alguna; 2º. La realización de un conocimiento que para abrirse a la crítica incluya y organice los instrumentos para la propia corrección; y 3º. El efectivo uso, en todos los campos, del conocimiento así logrado, con la finalidad de mejorar la vida individual y asociada de los hombres. El deísta mas connotado es, sin duda, Voltaire, a quien los que desconocen el tema o se dejan llevar por su fanatismo han supuesto ateo. Racionalista y combativo atacó la intolerancia y criticó mordazmente a la Iglesia Católica. Espiguemos del "Diccionario Filosófico" de Voltaire sólo dos frases Amor a Dios; "Las disputas sobre el amor a Dios han encendido tantos odios como las disputas teológicas. Los jesuitas y los jansenistas se estuvieron batiendo durante cien años para probar que secta de las dos adoraba a Dios de un modo más conveniente y para ver cual de los dos causaría mas daño a su prójimo. Ejemplo, Fenalón y Bossuet". Dios y Dioses: "El conocimiento de un Dios no lo adquirimos por la Naturaleza, porque si así fuera, todos los hombres tendrían de él la misma idea, y ninguna idea, nace con nosotros. Las ideas no son como la luz, que llega a nosotros en cuanto abrimos los ojos. La idea de Dios tampoco es una idea filosófica, porque los hombres conocieron dioses antes de que hubiera filósofos.... ¿De dónde, pues, trae el origen esta idea?. Del sentimiento y de la lógica natural, que con la edad se desarrolla hasta en los hombres más groseros. "... Voltaire cree que hay un Dios que es principio y causa del universo. Pero, como muchos otros, no estaba dispuesto a admitir que tal Dios se ocupase de los hombres, de su historió y destino; de lo contrario, no podría explicarse la existencia del mal. En cuanto a los deístas ingleses estos representaron, por el número y calidad de sus defensores, la abundancia de sus escritos y la influencia por ellos ejercidas, el grueso de la tendencia deísta moderna. Mencionaremos a Richard Hocker (1551-1600) y Benjamín Wiichcotr (1609-1683) entre los primeros y a Eduard Herbert de Cherbury, Mattews Tindal, Thomas Woolston, John Anthony Collins y John Toland entre los mas in fluyentes. También pueden ser considerados como deístas Locke y Hume, quienes a diferencia de los mencionados, colocaron el deísmo dentro de un contexto filosófico mas amplio. 4.- EL PANTEÍSMO Es el sistema o doctrina que identifica e Dios con el Uní verso. Según el panteísmo habría solo una Única substancia o naturaleza a saber: el ser existente por sí, absoluto, eterno, infinito e Impersonal. Esta substancia es concebida por los pensadores adscritos al panteísmo de muy diversas maneras. Página 156
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Así para Spinoza es siempre una substancia inmutable, para Bergsson es la vida, para Hegel ser abstracto indeterminado, para Fitche el absoluto, para Schopenhauer voluntad ciega y para von Hartman, el iniciador del neovitalismo, es idea y voluntad a la vez. Abbagnano lo considera "la doctrina de Dios como naturaleza del mundo". Si se concede la primacía a Dios y se concibe el mundo como una simple manifestación suya, recibe entonces el nombre de acosmismo. El término fue usado por primera vez por John Toland (1670-172 ) quien dio origen también a la expresión. "libre pensador". Se suele afirmar que el panteísmo es una forma de ateísmo. Y como tal se califica a Scheler porque concibe a Dios como unidad o como autoconciencia del mundo, como origen y fin únicamente de la Naturaleza, Abbagnano analizando si el panteísmo es una forma de ateísmo dice textualmente: "tampoco se trata aquí de una profesión de ateísmo, sino más bien de la acusación que a menudo se formula contra quienes identifican a Dios con el mundo. Durante mucho tiempo se lanzó la acusación de ateísmo contra Spinoza por su Deus sive Natura; en realidad como señala Hegel, se debería haber hablado mas bien de acosmismo. Acusaciones de ateísmo le fueron formuladas asimismo a Fitche, después de la publicación de un artículo en el Diario filosófico de Jenn (1798), " Sobre el fundamento de nuestra creencia en el gobierno divino del mundo", en el cual identificaba a Dios con el orden moral del mundo. La polémica que siguió a este artículo obligó a Fitche a renunciar como profesor de la Universidad de Jena", Y agrega el autor que venimos citando", Fitche como Spinoza, rechazaba la acusación de ateísmo; y como quiere que se juzgue el asunto, lo cierto es que el panteísmo no es ateísmo profesado". (Página 108) Ferrater Mora cree que tanto Toland como Fay, que a comienzos del siglo XVIII crearon la expresión, "entendían por" "panteísta" al que cree que Dios y el mundo son la misma cosa, de modo que Dios no tiene ningún ser fundamentalmente distinto del mundo y por panteísmo la correspondiente creencia, doctrina o filosofía". Si el nombre de panteísmo es relativamente moderno, la creencia o doctrina que representa es muy antigua. En efecto, la identificación de Dios con el mundo ha sido afirmada, o dada por supuesta, en varios sistemas del pasado, tanto orientales como occidentales. En su muy dilatada historia se pueden distinguir siete etapas: 1º. El panteísmo indio, que es el más antiguo de todos; 2º. El panteísmo materialista de los antiguos filósofos griegos; 3º. El neoplatonismo; 4º. El emantismo y el monopsiquismo semíticos; 5º. El panteísmo latino medioeval; 6º. El que comienza en los albores del Renacimiento y llega hasta Kant; y, 7º. El panteísmo idealista. El panteísmo resulta así el sistema filosófico que identifica a Dios con todas las cosas. Se puede hablar de un panteísmo perfecto y de un panteísmo imperfecto, según sea esa identificación total o parcial. Dentro del panteísmo perfecto puede a su vez distinguirse un panteísmo real, objetivo u ontológico y un panteísmo lógico, subjetivo o ideal. El primero en su forma más rígida se aproxima al escepticismo, pues fuera de la existencia de un ser único, considera los demás como vana ilusión y pura nada. Barus Spinoza que es el principal representante del sistema sólo admite una sustancia real y divina, de la cual son modos o manifestaciones, asimismo reales, todos los demás seres. Cultores del panteísmo subjetivo o trascendentalismo ideal son Fitche, Schelling y Hegel.
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La existencia de Dios se demuestra por pruebas metafísicas, no por pruebas históricas, titula Hegel al capítulo VI de su obra "Las Pruebas de la Existencia de Dios", traducida al español sólo en 1955. Aunque sea difícil comprender a Hegel, de esta breve cita se desprende que no acepta los argumentos del Cristianismo sobre Dios y por el conjunto de pus doctrinas se le considera representante del panteísmo idealista. Antes de morir en 1831 alcanzó a decir: "no hay más que un hombre que me haya comprendido y no aún éste me ha comprendido bien". Se refería a Shelling. Mayor claridad hay en las concepciones metafísicas de Spinoza. Cree como Descartes que por sustancia debe entenderse "aquello que no necesita para existir, y en rigor sólo podría ser sustancia Dios". Spinoza define a Dios como el ente absolutamente infinito; es decir, la sustancia que consta de infinitos atributos, cada uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita. Este ente coincide con la única sustancia posible. Es el ente necesario y se queda identificado con la sustancia; los atributos de ésta son los infinitos atributos de Dios. Y este Dios de Spinoza, igual a la sustancia, es naturaleza. "Deus sive natura", dice Spinoza. La sustancia - o sea Dios - es todo lo que hay, y las cosas todas son afecciones suyas. Es, pues naturaleza en un doble sentido: en el que todas las cosas proceden de Dios, de que es el origen de todas las cosas; a esto llama Spinoza natura naturans; pero, por otra parte, Dios no engendra nada distinto de Él; de modo que es naturaleza en un segundo sentido: las cosas mismas que emergen y brotan; y a esto llama natura naturata. El sistema de Spinoza es, pues:, panteísta", concluye el pensador español. Ferrater Mora opina que "tomado de un modo general, como una ideología filosófica, y especialmente como una concepción del mundo por medio de la cual pueden filiarse ciertas tendencias filosóficas, puede llamarse panteísmo a la doctrina que, enfrentándose con los términos, Dios y mundo, -no por tanto previamente a ellos,- procede a identificarlos". Estima este autor que el panteísmo su en este sentido una forma de monismo, o por lo menos de ciertos tipos de monismo. Fue el filósofo alemán Wolf (1679-1754), discípulo de Leibnitz, el primero en usar el término monista para referirse a los pensadores que no admiten mas que una sustancia. El mismo pensador considera dualistas a quienes sostienen que existen sustancias materiales y sustancias espirituales. El más Célebre divulgador del monismo materialista fue tal biólogo alemán Ernesto Haeckel, fallecido en 1919. Definía el monismo diciendo: "insistimos particularmente en la unidad fundamental de la naturaleza orgánica e inorgánica, de las cuales la primera ha comenzado relativamente a evolucionar de la última. No puede trazarse un límite exacto entre dos dominios principales de la naturaleza, no se puede establecer una distinción absoluta entre el reino animal y el reino vegetal, o entre el mundo animal y el mundo humano. En consecuencia miramos también toda la ciencia humana como un solo edificio de conocimientos, rechazamos la distinción habitual entre la ciencia de la naturaleza y la del espíritu. La segunda no es más que una parte de la primera, o recíprocamente ambas no forman sino una". Brugger, en su diccionario refuta al panteísmo enfatizando en que "incurre ante todo en contradicciones internas a`, introducir necesariamente a Dios, inmutable y simple, en el cambio y la pluralidad del mundo, pues los determinantes y modos de manifestación afectan también de manera necesaria a su fundamento ontológico. Página 158
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"Esta doctrina, añade, ase como también la negación de la inmortalidad personal, socavan los fundamentos de la moral; la desaparición de toda diferencia entre Dios y hombre destruye las bases esenciales de la religión". Cree finalmente que "el panteísmo contradice nuestra conciencia, pues si no fuéramos sustancias independientes no podríamos tener conciencia ninguna del yo". Reconoce que adhirieron a diversas formas de panteísmo los siguientes pensado res: Plotino, Escoto Eriúgena, Ostwal, Haeckel, Taine, Spinoza, Goethe, Schleiermacher, Eucken, Fichte, Shelling, Hegel, Gentile, Crece y Eduard von Hartman, este último filósofo alemán fallecido en 1906 e iniciador del neovitalismo. 5.- AGNOSTICISMO Es la doctrina filosófica que declara inaccesible al entendimiento humano toda noción de Absoluto, Infinito y Dios. Desde una actitud positivista reduce la ciencia y la circunscribe al conocimiento de lo fenomenal y relativo. La expresión agnosticismo fue acuñada por Thomas Henry Huxley (1825-1895) biólogo y médico inglés, representante del evolucionismo, para señalar la tendencia de quienes se niegan a admitir soluciones en los problemas que no pueden ser tratados con los métodos de las ciencias positivas, especialmente los problemas metafísicos y religiosos. En sus "Ensayos" este pensador declara que el agnosticismo es "la antítesis de lo gnóstico de la Historia de la Iglesia que pretendía saber mucho acerca de las cosas que yo ignoraba". El diccionario abreviado Espasa-Calpe se limita a decir que el agnosticismo es "la teoría que niega a la inteligencia humana capacidad para conocer la existencia de lo absoluto, de Dios y de sus atributos", Partidarios de este sistema fueron Darwin, Herbert Spencer, Augusto Comte y Friedirich A. Lange. Este último que vivió entre 1828 y :875, acepta el materialismo como principio de investigación en las ciencias naturales, pero le niega todo valor como tesis metafísica dogmática y se le considera como neokantista. Se ha querido ver en la filosofía de Kant la base del agnosticismo, especialmente en su obra "La Crítica de la Razón Pura. El término apareció en el campo del positivismo y más exactamente entre los científicos ingleses de la segunda mitad del siglo XIX, Introducido por Huxley en 1869 fue de inmediato aceptado por Darwin para designar la desconfianza en la resolución de los problemas, sobretodo metafísicos y religiosos-, a los que no puede aplicarse los métodos de una verdadera investigación científica. La palabra, derivada del griego, significa desconocido o doctrina de la incognoscibilidad de lo suprasensible y por consiguiente, la negación de la metafísica como ciencia, especialmente en lo referente al conocimiento de Dios. Niega a la razón humana la capacidad para conocer con certeza la existencia y con mayor razón la esencia del ente metempírico o trascendente. Desde este amplio punto de vista el primer agnóstico sería Protágoras, que tenía por imposible la existencia de los dioses, Por ello fue desterrado de Atenas. Jaime Balmes dice: "descuella entre los sofistas y escépticos Protágoras de Abdera. (Tracia), quien sostenía que no hay verdad absoluta, que todo es relativo y que el conocimiento es solo de apariencia, no de realidad; y que por tanto el hombre es la medida de todas las cosas".
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Esto refleja su creencia en que cada individuo es juez único del bien y del mal. Dijo, además "no sé si los dioses con o no son". El profesor Guillermo García Latorre ha escritos "el agnóstico ataca al ateo cuando niega a Dios y al teísta que afirma su existencia, al manifestar que nada se puede decir de Dios y de su existencia o inexistencia. No afirma ni niega a Dios, lo ignora". Y agrega: "para el agnóstico el conocimiento humano tiene límites más allá de los cuales todo saber es fantástico; no niega ni afirma nada, pues negar o afirmar es ir más allá de los datos positivos... Los autores católicos estiman que el agnosticismo conduce al ateísmo, pues la expresión "más allá de nuestra experiencia no sabemos nada" la califican de ateísmo, como también e todas las creencias que no se amoldan rígidamente a la ortodoxia cristiana". El positivismo en la filosofía moderna fue fundado por el escocés David Humo (1711-1776), pero su principal representan te es Augusto Comte (1798-1857) creador también de le sociología. Según el pensador francés todas las ciencias en su desarrollo deben recorrer tres estados o fases: la teológica, que explica los acontecimientos recurriendo al influjo sobrenatural de los dioses o de Dios; la metafísica, que trabaja con conceptos esenciales universales y fuerzas de la naturaleza y la positiva, que reduce lo real a los hechos que puedan ser objeto de experiencia. La doctrina de Comte le niega toda autoridad y derecho de ser a la metafísica. Esta no debe existir, no existe por lo demás, es pura nada. Nada conocemos, nada podemos conocer, ni del fin de las cosas, ni de su esencia, ni de su objeto. La Enciclopedia Universal Espasa Calpe, redactada por jesuitas, señala al agnosticismo como antifilosófico y anticientífico. Pero reconoce que es la "tendencia de varias escuelas de filosofía derivadas del positivismo, que declaran incognocible lo que no es accesible a la experiencia. El criticismo, el positivismo y el evolucionismo, son los sostenedores de tal opinión". Menciona como partidarios del agnosticismo el poeta Goethe, a Comte, Mansel, Spencer, Helmhotz, Da Bois, Reymond, Lozte, Huxley y Paulsen. Agregas "el agnosticismo es pariente próximo del escepticismo, que es su mas tímida manifestación. Hume le preparó el camino; Hamilton al insinuar que el principio de la causalidad es debido a la impotencia intelectual casi lo planteó y Kant al sentar que el noúmeno no es mas que un concepto limitativo lo favoreció visiblemente. Es consecuencia forzosa del rumbo que tomó desde poco más de un siglo la filosofía, que, abominando de las bases de la lógica y metafísicas antiguas confió todo su acervo a la explicación del enlace de los fenómenos a solo el método de la observación, recurriendo en la explicación de lo no conocido al expedito medio de la exclusión . La influencia del positivismo ha sido tan grande que se ha llegado a decir por Julián María que "Casi toda la filosofía del siglo XIX esta dominad, en lo esencial por el positivismo y toda ella acusa, de un modo o de otro, su influjo". Es en Francia donde su presencia ha sido más viva y constante y entre sus cultivadores no pueden dejar de mencionarse a Emilio Litré, considerado jefe de la escuela, desde la muerte de Comte, a Hipólito Taine, a Ernesto Renán y a Juan María Guyan, autor de "La Irreligión del Porvenir". En Inglaterra, dejando a un lado a Darwin que fue un naturalista mas bien que un filósofo, pero que con su obra "El Origen de las Especies", publicada en 1859 influyó sobre el pensamiento Página 160
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filosófico, el positivismo estudia de preferencia problemas éticos y lógicos. Destacan Geremías Bentham y Jhon Stuart Mill. Herbert Spencer, como Comte, cuyas obras leyó y criticó fue a la vez sociólogo y filósofo. Es considerado precursor y seguidor de Darwin. Precursor por su noción de que toda evolución orgánica es un paso de "la homogeneidad a la heterogeneidad", de lo simple a lo complejo, anunciando así la doctrina biológica de Darwin. Pero Spencer fue influido por éste y utilizó sus argumentos en sus obras de psicología, ética y sociología. Con estas ideas estableció una interpretación racionalista del mundo, apoyándose siempre en bastas científicas. Nació de esta manera el evolucionismo, como teoría universal, aplicada al mundo físico y moral, al individuo y a la sociedad. Creemos que también entre los agnósticos debe incluirse inglés el nombre de Bertrand Russel, filósofo y matemático laureado con el premio Nóbel y fallecido hace solo algunos años. En sus obras "Ciencia y Religión" y "¿Por qué no soy cristiano? expone latamente su pensamiento. El primero de estos libros pone en evidencia los desacuerdos entre científicos y teólogos, agudizada desde los tiempos de Copérnico (1473-1543), cuando la astronomía empezó a tener un concepto del Universo distinto del configurado por la Biblia. Armando Rodríguez estima como agnósticos puros a Renán, Taine, Spencer, Albert Lange, Hans Vaihinger, Croce, Santayana, Unamuno y Ortega y Gasset. Y aún cree que el pragmatismo, con William James y Dewey, es también una forma de agnosticismo. Después de lo precedentemente expuesto cabe preguntares ¿Puede seriamente sostenerse que el agnosticismo es antifilosófico y anticientífico, como lo sostiene la Enciclopedia Universal EspasaCalpe? 6.- ATEÍSMO Los diccionarios corrientes se limitan a decir que el ateísmo es la opinión o doctrina del ateo. Y por ateo entienden al que niega la existencia de Dios y como sinónimo de irreligioso. Brugger en su diccionario filosófico dice textualmente: "Ateísmo es la negación de la existencia de Dios. El ateo práctico esté convencido de dicha existencia, pero la niega con su conducta; el ateo teórico la rechaza en sus opiniones. El materialismo y el positivismo encierran un grosero ateísmo al no admitir ningún ser espiritual, y suprasensible. El panteísmo en sus diversos matices constituye un ateísmo velado, sobre todo por la negación de un Dios personal y supramundano". Enseguida indica que "no se tiene como formas del ateísmo el politeísmo ni el deísmo". Abbegnano, en las dos páginas que le dedica el tema en su diccionario, comienza diciendo que "Ateísmo, por lo general, es la negación de la causalidad de Dios". Y después de recordar que el primero y más bello análisis del ateísmo que recoge la historia de la filosofía es el de Platón en el libro X de las Leyes, sostiene que en la edad moderna la coincidencia entre el materialismo y ateísmo ha sido afirmada por Berkeley, a quien precisamente esta coincidencia indujo a sostener la irrealidad de la materia. Si se admite que la materia es real, -nos, tiene, - la existencia de Dios resulta inútil porque la materia misma resulta causa de todas las cosas y de las ideas que tenemos. La existencia de la materia es el principal fundamento del ateísmo, del fatalismo y de la misma idolatría. Ferrater Mora, en su diccionario no contempla la expresión ateísmo, pero en cambio, dedica casi siete páginas a hablar de Dios, deteniéndose a considerar: 1) El problema de Dios, comentando especialmente las ideas que sobre é1 se han tenido en occidente; Página 161
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2) La cuestión de la naturaleza de Dios, tal como ha sido dilucidada por teólogos y filósofos y 3) Las pruebas de la existencia de Dios. No hay, sin embargo,, en su amplio estudio una referencia concrete al ateísmo. La palabra ateísmo es de origen griego, como que esta doctrina o teoría que niega la existencia o causalidad de Dios, tuvo sus orígenes en la antigua Grecia. Son numerosos los filósofos de la Hélade que profesaron el ateísmo, entre ellos se encuentran Tales de Mileto, Anexímenes, Heráclito, Jenófanes Especialmente Lucipo y Democrito, que son los creadores del materialismo y quienes sostuvieron que la materia es la causa del mundo. Para Tales el agua es el principio original de todas las cosas y su sor subsista bajo la diversidad y el cambio de las cualidades que la afectan y a ella vuelve todo por disolución o corrupción. Así en vez de explicar la diversidad de lo real en virtud de representaciones antropomórficas y de referirlas por último el misterio insondable del Caos o a la oscuridad de la noche, este sabio lo hace refiriéndose a un hecho de la experiencia. Concibe la materia como algo vivo y animado, por lo que su doctrina se llama hylozoísmo. Anaxímenes, también de Mileto, (585 a 524 A.de C.) consideraba al aire como anterior al agua, prefiriéndolo como principio entre los cuerpos simples. Las cosas nacen por condensaciones y rarefacciones, es decir, surgen del aire, al ser dilatado o comprimido el fuego, el agua y la tierra. El aire es elemento vivo y dinámico. Es como el alma humana, un aliento o hálito, que se opone a la pasividad de la materia y al mismo tiempo la informa. Heráclito, nacido en Efeso, posiblemente el 540 A, de C., piensa que "sobre los que se sumergen en los mismos ríos fluyen siempre distintas aguas". El sol es nuevo cada día. Este cosmos no fue hecho por dioses o por hombres, sino que siempre fue, es y será, al modo de un fuego eternamente viviente, que se enciende con medida y se extingue con medida. Jenófanes de Colofón decía que "si el ganado y los caballos o leones tuviesen manos y pudieran hacer las cosas que hacen los hombres, dibujarían a los Dioses como ganado, caballos o leones". La verdadera divinidad en cambio, no tiene ninguna forma; cuando menos un Dios, el mayor entre los dioses y los hombres, no es de manera alguna similar a los mortales sea en figura, sea en pensamiento. A Leucipo, nacido en Mileto, se le considera el fundador del atomismo, expuesto y desarrollado por Demócrito. Este, nacido en Abdera (460 e 370 A. de C.), sostiene que los tomos constituyen el ser de "las cosas que son y, por tanto, no sólo de las físicas, sino de las que parecen inmateriales. Los átomos son eternos e incausados porque son lo primero a partir de lo cual las cosas llegan a la existencia. Con ello nace verdaderamente el ateísmo, el presuponer que la materia es principio y causa del mundo. Leucipo y Demócrito son los verdaderos creadores del materialismo. Han adherido al ateísmo además: Lucrecio en la antigua Roma, que expone en su poema "De la naturaleza de las Cosas", toda la doctrina de la filosofía epicúrea; en el siglo XVIII Diderot, Helvetius y La Matrie; en el pasado siglo Feurbach, Marx, Engels, Schopenhauer, Stirnerner y Nietzsche, que fue quien creó la frase "Dios ha muerto". En el siglo XX se agregan los nombres de Lenta, que también tuvo preocupaciones metafísicas, y los existencialistas Heidegger y Jean Paul Sartre, fallecido sólo hace algunos meses. A esta lista ese puede agregar el nombre de Bertrand Russel, a quien antes hemos incluido como agnóstico, porque como tal se definió en el debate que tuvo con el sacerdote ignaciano F.C. Copleston por la B.B.C. de Página 162
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Londres en 1948. Ambos se pusieron de acuerdo para entender por el término Dios, un ser personal supremo, distinto del mundo y creador del mundo. En su obra "¿Por qué no soy cristiano?" dice: "cuando yo digo que no soy cristiano tengo que decir dos cosas diferentes: primera, por qué no creo en Dios ni en la inmortalidad; y segunda, por qué no creo que Cristo fuera el mejor y el más sabio de los hombres, aunque le concedo un grado muy alto de virtud moral". Respecto al argumento de la primera causa escribió Russel lo siguiente: "se mantiene que todo cuanto vemos en el mundo tiene una causa, y que al ir profundizando en la cadena de las causas llegamos a una Primera Causa, y que a esa Primera Causa le damos el nombre de Dios"... "Si todo tiene que tener alguna causa, entonces Dios debe tener una causa. Si puede haber algo sin causa, igual puede ser el mundo que Dios, por lo cual no hay validez en este argumento"... No hay razón por la cual el mundo no pudo haber nacido sin causa; tampoco, por el contrario, hay razón de que hubiera existido siempre, No hay razón para suponer que el mundo haya tenido comienzo. La Idea de que las cosas tienen que tener un principio se debe realmente a la po breza de nuestra imaginación". Se considera al ateísmo sinónimo de irreligiosidad y aun que filosóficamente las dos posiciones no siempre pueden coincidir, correspondería dentro de esta tendencia decir algo sobre quienes niegan la existencia de Jesús. Hay varios autores que han escrito sobre la materia, entre ellos Emilio Bossi, cuyo seudónimo es Milesbo autor de un libro denominado "Cristo nunca ha existido". Pero para nosotros la mayor autoridad sobre este polémico tema es el Ex Maestro Dr. Adeodato García Valenzuela, ex- Gran Maestro de la Gran Logia de Chile. En la página 150 de su obra "Jesús", edición 1935, nos dice: "Si fuese menester consignar en pocas líneas y sintetizar, todavía más, los resúmenes parciales que se hallan a lo largo de esta tesis, podría anotar lo siguiente: 1º. La personalidad humana de Jesús no dispone de un sólo documento histórico que la demuestre. En el estado presente de la investigación histórico-científica, se puede afirmar perentoriamente que nunca existió un Jesús de carne y hueso. 2º. La inexistencia de un Jesús legendario se desprende como corolario ineludible de la proposición anterior. 3º. En las postrimerías de la antigua Era y en los albores de la presente, se creó y elaboró mentalmente un Jesús o Cristo espiritual que tomó forma corpórea pasajeramente para satisfacer la idea metafísica de que el espíritu redentor no puede actuar sino encarnado en un cuerpo material. 4º. Este Jesús espiritual, pasajera y teológicamente encarnado, fue mitologizado, a fines del I y comienzos del II siglos, dándosele el carácter de un hombre engendrado por el Espíritu Santo en el vientre de María, nacido en Betelehm, muerto y resucitado en Jerusalén. La mitología así constituida, fue inventada por el post cristianismo y difundida por los Evangelios. ¿Fue el muy IH.·. Adeodato García Valenzuela simplemente un irreligioso? o ¿Fue un verdadero ateo?. Nadie podría contestar mejor esta pregunta que su propio hijo el distinguido H.·. Hernán García Valenzuela que se encuentra hoy entre nosotros. Otro V.·.H.·. que (fue miembro del Consistorio y llegó a obtener altos grados), el doctor Arturo H. Lois Fraga, se proclamaba también ateo y en un folleto que me obsequió allá por el año 1934 hace afirmaciones como las siguientes: Página 163
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"El hombre cree que al adorar a Dios, adora u un ser muy distinto y muy superior y se engaña; no hace sino que adorarse a sí mismo". "Es Dios el que se ha hecho a imagen del hombre y no el hombre a imagen de Dios". "La forma de hombre dada a Dios, el atribuirle cualidades humanas a objetos o seres inanimados o imaginarios es lo que la creencia considera o llama- antropomorfismo y que declara hoy la base falsa en que descansan todas las religiones". Y concluye en su pequeño opúsculo diciendo: "De lo que ha expuesto se deduce claramente y conforma los estudios de Ramón y Cajal, que las arraigadas convicciones de los místicos, sectarios y creyentes, constituyen más que todo un, verdadero estado cerebral.... El concepto de Dios en cada persona, en cada secta, es muy distinto, se trata de asociaciones de ideas, asociaciones desistematizadas, creadas durante el período juvenil, mediante la constante sugestión, llegando a ser tan difícil deshacer las conexiones nerviosas, como corregir la anatomía del encéfalo y cambiar la personalidad". Salvador de Madariaga en su obra póstuma "Dios y los españoles" (pág. 24) se pregunta "¿Existe Dios?. La mayoría de los modernos contestataria que no. Por errónea qué sea, -por lo menos para mí, lo es y mucho- ésa es la actitud que el hombre instruido de hoy suele tomar, a ella inducido por los progresos de la ciencia. Varias son las causas da este error. La creencia en Dios ha sido institucionalizada durante siglos por la Iglesia, la cual ha ido adoptando e imponiendo ideas tan ingenuas como absurdas sobre la estructura del Universo, brotadas las mas del fértil cerebro de Aristóteles. Cuando estas ideas resultaron falsas a la luz de la ciencia moderna, muchos, quizás los más tiraron la soga tras el caldero y a Dios tras las esferas y los epiciclos. .- CONCLUSIONES E INTERROGANTES He procurado hacer una exposición abreviada, objetiva y coherente sobra las principales tendencias que existen referentes a Dios. Quedan ellas entregadas a las críticas tolerantes y fraternas de los Queridos hermanos. Hemos omitido referencias a la historia de las religiones y especialmente el examen de las pruebas de la existencia de Dios y las réplicas de que han sido objeto. Pero no podernos dejar de expresar algunas conclusiones masónicas que dejaremos solo insinuadas. Cada hermano, haciendo uso del libre examen que nos libera y emancipa de todo prejuicio puede repensar cuales son sus inclinaciones sobre este polémico tema. Como masones debemos si encuadramos en nuestras doctrinas tradicionales que nos alojan de todo dogmatismo y, por consiguiente, excluir el Teísmo de nuestras predilecciones. "La religión, desde las épocas más remotas, guía al hombre mediante la fe religiosa, fe que, en último análisis, significa una entrega confiada a la sabiduría y voluntad revelada de Dios. La revelación de este modo viene a ser el camino que lleva al conocimiento religioso; es decir, al conocimiento de Dios", afirma, el Q.·.H.·. Luis Gómez Catalán. Pero la Verdad que los masones debemos buscar infatigablemente, no es por cierto, la verdad revelada. Respecto a las demás tendencias para concebir el ser Supremo ha prevalecido entre nosotros el Deísmo o religión natural, con el cual se vincula el concepto de Gran Arquitecto de Universo. El Panteísmo, el Agnosticismo y aún el Ateísmo eran compatibles con nuestro ritual, de iniciación cuando nos decía que el Grande Arquitecto era el símbolo de unión entre creyentes y no creyentes. Pero desde 1953 este concepto se restringió y el Grande Arquitecto, según el ritual vigente, es únicamente Página 164
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símbolo de unión entre las diversas creencias. ¿Cuál es el sentido que debemos darle a la expresión "creencias ? -La primera acepción que la da el diccionario de la Real Academia Española es la de "el firme asentimiento y conformidad con alguna cosa". Si esta fuera la acepción que los masones debemos darle, sabrían en este concepto las cinco tendencias sobre el Ser Supremo que hemos descrito. Pero si a la palabra creencia se le da exclusivamente un alcance religioso, se limita a la verdad revelada, o sea, a la que emana de la fe. ¿No podría sostenerse que el ateísmo es la creencia en que Dios no existe?. Bastaría considerar las más antiguas tradiciones masónicas y la actual declaración de principios de la Gran Logia de Chile para comprender que el ateísmo se opone a la concepción del Gran Arquitecto del Universo. Actualmente no aparece en el texto de nuestros principios la frase que decía: "La institución estima que las concepciones metafísicas son del dominio exclusivo de la conciencia", que figuraba en la Constitución de 1938, bajo cuyo imperio fuimos iniciados. Tampoco había en ella referencia alguna a Dios, ni al Gran Arquitecto. La tendencia anglosajona ha logrado que se introduzcan estos cambios, que ya no hay tiempo de comentar, pero sobre los cuales algún día me propongo hacer un estudio más acucioso. Solo así podríamos responder a otros dos interrogantes. ¿Es la Masonería compatible con una posición panteísta y con el agnosticismo? Y para terminar, una breve referencia a Pierre Teilhar de Chardin, notable pensador y científico, de honda raigambre católica a quien la Iglesia con las sutilezas de sus practicas obligó a abandonar su traje talar y cuyos libros sólo pudieron publicarse después de su muerte, ocurrida en 1955. ¿Será posible encontrar la meta última y plena de sus investigaciones, que el jesuita llamaba el punto Omega y que es Dios? ¿Será posible en el futuro conciliar, como él sostenía, la ciencia, la filosofía y la religión? No os admiréis QQ.·.HH.·. porque siguiendo a Cornelop, uno de los discípulos predilectos del H.·. Wirth así lo creía el muy I.·. y PH.·. Hermógenes del Canto que sostenía que el autor masónico citado creía que "la mejor interpretación de Grande Arquitecto del Universo es como Símbolo y Principio Rector de la Masonería y del Universo" y agregaba nuestro Gran Comendador Ad Vitam "he aquí un principio de conciliación entre religión, filosofía y ciencia alcanzable a través de la arquitectónica universalista de la Francmasonería". ¿Son estos vaticinios sueños de utopía? ¿Podrá la masonería servir de puente de unión entre las verdades de la ciencia, los principios de la filosofía y las creencias de la religión?
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