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Psicopolítica y salud mental La necesidad de Byung-Chul Han

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Editorial

Editorial

PSICOPOLÍTICA Y SALUD MENTAL LA NECESIDAD

DE BYUNG-CHUL HAN

POR PABLO PALMA SOZA

Psicólogo, Doctor en Psicología Social. Diplomado en Filosofía Docente Psicología Universidad Autónoma de Chile Sede Talca

La psicología de corriente principal ha sido tradicionalmente centrada en lo individual y lo patológico, intentando con diversas técnicas lograr que las personas en vez de cambiar su situación vital la acepten para así, superarla; por ejemplo, las muy populares terapias cognitivo-conductuales de tercera generación buscan la aceptación psicológica y la trascendencia (Moreno, 2012). Por otra parte, la psicología ha desdeñado a la filosofía desde su transformación en una ciencia positivista que busca ser aceptada en las ciencias denominadas duras, como la física y la química (Palma, 2021). En este escenario la psicología no mira posibilidades fuera del positivismo recalcitrante y los experimentos, lo que lleva a que inherentemente ignore ciertos saberes que podrían serle de utilidad para abordar la tremenda crisis de salud mental que se está presentando en el mundo por diversos factores, pero principalmente por los ciclos económicos (Gili, Campayo & Roca, 2014). Para el efecto del sistema económico preponderante y que tanto ha permeado la vida social, la psicología tradicional no da abasto para este análisis, dado que sus explicaciones son principalmente individuales y biologisistas y si bien existen áreas de la psicología, como la social que está a la búsqueda de explicaciones sociales, grupales y colectivas a los fenómenos psicológicos, su interés está lejos de la patología o las nuevas formas de patologización.

Cuando surgen nuevas formas de acción que complican o pueden potencialmente complicar la salud mental de las personas es necesario recurrir a todas las fuentes de explicación, diagnóstico e intervención, en este sentido es importante que la psicología y la filosofía conversen en cuanto al posible desarrollo de temáticas afines y explicaciones complementarias (Palma, 2021).

Dentro de las diversas propuestas de la filosofía, epistemológica y ónticamente diversas que podemos encontrar, una que muestra una orientación direc-

ta, casi filológicamente rastreable, es la propuesta de Byung-Chul Han, filósofo surcoreano radicado en Alemania que plantea una serie de postulados centrados en las nuevas formas de explotación del neoliberalismo del siglo XXI, con su planteamiento central en la autoexploración y la sociedad del cansancio (Han,2017).

En la misma lógica la autoexploración no puede ser de afuera, de forma disciplinaria, como en el siglo XX, la única forma de que funcione tiene que ser desde dentro, por algo es auto, en este sentido el mecanismo de implementación sería la psicopolítica, concepto de Han, que sería la evolución del concepto de biopolítica de Foucualt (2000), donde la disciplina era en el cuerpo, en la conducta a través de las instituciones, como la cárcel, el ejército y la escuela. Han propone que esta disciplina no es suficiente para el siglo XXI y por tanto el neoliberalismo asume nuevas formas de control y poder, en este caso de una biopolítica a psicopolítica, en concreto que el ejercicio de control es la psique y no el cuerpo (Han,2014). Es decir el control es una disciplina mental que se introduce desde muy pequeños en la mente de todos, de esta forma los sistemas de control físico pasan a segundo plano y siguen existiendo; sin embargo, el control mental es el primordial, control en tanto a dirigir la estructura mental a un exitosísimo radical , donde el exceso de positividad y la felicidad como un imperativo de vida son lo más importante a lograr, dejando lo negativo fuera de la esfera de lo humano, incluso medicándolo , paleándolo en una desesperada cruzada para que el ser humano exista sin sufrimiento (Han,2021). La propuesta de Han sobre los efectos del neoliberalismo es siniestra, su diagnóstico certero pero pesimista no deja mucho espacio para el cambio o la esperanza, dado que este control es sobre la psique o mente en términos actuales, es de suma importancia ver sus efectos sobre la salud mental. Si bien Han desliza ciertas patologías lo hace

desde el punto de vista filosófico, sin adentrarse en la mecánica de la comprobación empírica (lo que sería neoliberal de hecho), cortando los puentes entre un entendimiento de la salud mental desde la psicopolítica, o incluso intervenciones en esta línea que alejen a la psicología clínica tradicional de lo individual determinista.

Si bien no se puede traicionar a Han tratado de positivista (en términos científicos clásicos) la psicopolítica para tratar de “medir” su efecto sobre la salud mental, pienso que a su vez no se debe dejar tan importante concepto de enfermedad fuera, por tanto ¿cómo nos acercamos?, una opción es analizar los términos de salud mental desde una perspectiva principalmente fenomenológica hermenéutica que permita acercar este concepto a la propuesta de Han, pero el peligro es que este paradigma en los últimos tiempos también ha mutado hacia una lógica científica para poder tener espacio en las revistas de investigación principales. Es por esto que se puede proponer alternativas intermedias para el entendimiento del problema, una opción es lo planteado como alternativa para las ciencias sociales en lo que podríamos denominar análisis lógico conceptual basado en el sistema planteado por Wittgenstein (2013), el cual se puede operacionalizar como un método de análisis lógico conceptual (Gómez, 2006). En concreto analizar el concepto de psicopolítica y salud mental en el lenguaje, la lógica y sus límites en este encuadre conceptual.

Si este análisis es posible tendremos la oportunidad de acercar la salud mental y la psicopolítica en un territorio neutro, o lo más neutro posible a las implicaciones epistemológicas de ambas tradiciones, que parecen tan contrarias pero que a la luz del avance del neoliberalismo y sus respectivos daños a la salud mental se hace necesario poder estructurar para no descartar a priori un concepto que podría entregarnos entendimiento de efectos en salud mental y principalmente guiar procesos interventivos, sociales y políticos, en la terapia clínica tradicional.

El desafío es como hacer entender al mundo psicológico tradicional, positivista y en concomitancia con el poder neoliberal imperante, que el control psicopolítico y la autoexploración existen como fenómenos no puramente especulativos sino con efectos empíricos claros en la salud mental de las personas. No puedes culpar a la biología o a la familia de la depresión de una persona que viaja dos horas en trasporte público para ir a trabajar, que gana lo mínimo legal, que es explotado y humillado en su trabajo, que no tiene acceso a lograr sus más profundos anhelos y que además se le culpa de todo esto a él mismo, es decir, que es él quien no cuenta con un pensamiento positivo, que no genera su propia realidad, que no quiere salir realmente de la pobreza y que por eso es su culpa y que por tanto la solución es medicar los síntomas y asistir a coach de vida y gurús de la positividad que pondrán en ti y tu pensamiento positivo toda la responsabilidad de poder ser exitosos y felices. A esa persona con depresión no se le puede culpar por un sistema que lo explota y lo aliena y además lo culpa de que eso ocurra.

Es el pensamiento de Han en la psicopolítica, sociedad del cansancio, la sociedad paliativa entre otros elementos, el que nos puede entregar un entendimiento ecológico sobre los efectos de un sistema neoliberal que concentra todo en lo individual despolitizando los proceso liberadores del ser humano. Ya no se necesita el látigo o el castigo, basta con el consumo desmedido como objetivo de vida y el crédito como la única forma de alcanzarlo, convirtiéndonos en un hámster en una rueda corriendo y nunca alcanzando nada pues cuando logramos pagar el auto, resulta que ya no está de moda y por tanto necesito otro.

Es más, la psicopolítica y el pensamiento de Han en general, podrían convertirse en una forma de intervención psicoterapéutica, crítica, al margen, disidente si se quiere de la corriente principal que plantea que la principal causa de nuestros padeceres es el sistema imperante. Si bien podemos disminuir los síntomas con la terapia tradicional, no podemos eliminar la causa todas las veces evaluando la relación que teníamos con el papá. No siempre la solución va a estar ahí y por tanto necesitaremos una terapia que pueda, en primer término, reconocer las fuerzas neoliberales que están sobre nuestros hombros, y en segundo término pueda activar al individuo a aceptar esa realidad o a generar una acción política que se oponga. Como una vez me dijeron en un curso espiritual, se puede alcanzar el crecimiento espiritual de dos formas, alejándose del mundo o cambiándolo; en este curso le enseñaremos la primera, o sea la meditación. Acá ocurre lo mismo, con la filosofía de Han podemos generar una terapia que pueda al menos dar la posibilidad a las personas de elegir entre ambas opciones, más allá de ejercicios conductuales, medicación o psicoanálisis eternos.

La propuesta de Han no sabemos si él quisiera aplicarla a la psicología y la salud mental o si vería en esta disciplina un dispositivo más de control, lo que sí sabemos es que los abordajes actuales sobre salud mental no son capaces de dar cuenta de problemas tan complejos que afectan la incidencia, frecuencia tan altos de la salud mental en tantas partes del mundo y seguimos buscando en la psicología tradicional una respuesta mágica que aún no llega. El análisis lógico conceptual pudiera ser una alternativa para aunar en un campo común de conocimiento ambos conceptos que se necesitan, Han necesita los conceptos de salud mental para mejorar su teoría o pensamiento a nivel explicativo y de validación del mismo, y por otro lado la salud mental necesita nuevas formas de explicación y solución de problemas que la psicología tradicional, cómoda amiga del poder solo puede paliar, la unión más que necesaria es imprescindible.

BYUNG-CHUL HAN, FILÓSOFO SURCOREANO RADICADO EN ALEMANIA

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