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ENTREVISTA AL ACADÉMICO ALEXANDRE GOTTREUX DESAFÍOS DE LA EDUCACIÓN ANTE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

POR GABRIELA PAZ MORALES URRUTIA Poeta, periodista, gestora cultural y crítica literaria

Las herramientas de inteligencia artificial (I.A.) colaboran con distintas labores humanas hace más de 60 años, sin embargo, recién este 2023 se instaló con fuerza en los medios de comunicación y la opinión pública un debate ético sobre su uso, al alero de la irrupción del Chatbot, Chat-GPT Bard, entre otras herramientas de accesibilidad liberada y fácil uso. Ante estos instrumentos digitales, uno de los principales campos de aprensión es el de la educación. La inteligencia artificial (IA) tiene el potencial de transformar la enseñanza de muchas maneras positivas, pero también plantea desafíos importantes respecto a su uso, implementación y regulación. Para aclarar el panorama entrevistamos a Alexandre Gottreux, académico en Innovación Educativa.

-¿Cuáles son los principales desafíos de la educación ante la Inteligencia Artificial?

-Lo esencial es comprender que la Inteligencia Artificial, a diferencia de las otras tecnologías emergentes, viene a provocar una revolución que tendrá un impacto universal y que modificará las formas del cómo se habita en este planeta y del cómo nos relacionaremos. Por tanto, el mundo de la educación tiene la obligación de hacer eco de este proceso, puesto que el impacto que tendrá será enorme, especialmente en el mundo del trabajo.

Las nuevas competencias que se requieren en este nuevo escenario tendrán una fuerte vinculación con acciones que refuerzan las habilidades mentales superiores y que, en todos los informes internacionales, han demostrado estar muy disminuidos en las ejecuciones que se están llevando a efecto en los colegios y las universidades. El ejemplo más claro es que en aquellos trabajos donde se efectúan acciones repetitivas o que solo requieren de habilidades más básicas, están siendo hace un tiempo fuertemente reemplazadas por las tecnologías mediadas por Inteligencia Artificial.

Todo lo anterior lleva a la educación a enfrentar un conjunto de desafíos, que tienen distintos enfoques y que se pueden observar en la estructuración curricular de los cursos; los procesos metodológicos y didácticos que se disponen para ellos; la fuerte y necesaria vinculación con formas distintas de evaluar y el nuevo enfoque que se le debe dar al uso de los conocimientos factuales, que requieren de ser situados y con impactos sociales relevantes.

Esto implica un cambio paradigmático que debe repensar los planes de estudios, poniendo al centro de la articulación curricular, las habilidades y competencias que vayan con relación a la formación de una ciudadanía activa, crítica y flexible, capaz de adaptarse a escenarios cambiantes y con demandas muy específicas, donde la capacidad de problematizar será esencial. Muy distinto al momento actual, donde en el mundo del trabajo se valora mucho más la resolución de los problemas. El mundo que se aproxima es uno donde ejercer un pensamiento divergente y creativo, será más valorado y necesario.

A lo anterior, se suma la necesidad de cambiar los enfoques didácticos y evaluativos, potenciando el trabajo transdisciplinar. Ello quiere decir que la educación del futuro debe ir de la mano en la búsqueda de nuevos diálogos epistemológicos entre distintas disciplinas, dejando de lado las visiones atomizadoras del conocimiento y para eso, se requiere fortalecer el trabajo evaluativo en una mirada de procesos con metas a la vista y con retroalimentaciones permanentes. Lo interesante de esta educación revolucionaria, es que tendremos el apoyo necesario para resolver problemas de este tipo, que antes implicaba mucho tiempo y que, gracias a la articulación de distintos algoritmos, es posible de ser resuelto en tiempos que antes eran impensados. Si bien tenemos hace un tiempo, con la llegada de la internet, un gran cúmulo de información que crece exponencialmente día a día, hoy tenemos la posibilidad de categorizarla, compararla, sintetizarla y evaluarla con la ayuda de la Inteligencia Artificial.

Con lo anterior, un desafío esencial de la educación será el posicionarse respecto de temas éticos que involucrará el uso de esta tecnología, puesto que la construcción de los algoritmos del futuro requiere de estar en sintonía con problemas socialmente relevantes. Las instituciones formadoras no pueden dejar de lado la necesaria alfabetización que implica este cambio, ya que se ha ido posicionando una forma de comprensión de este fenómeno en una mirada tecnocrática, dejando muchos cuestionamientos sobre los mal usos que se le pueden dar, o lo que la misma UNESCO ha advertido sobre el cómo la Inteligencia Artificial puede crear un abismo aún más grande entre los países desarrollados y aquellos en vías de desarrollo. Por tanto, el principal desafío para la educación que emerge de toda esta reflexión, es que la Inteligencia Artificial debe estar al servicio del fortalecimiento de la inclusión y la equidad, para preparar a los seres humanos a un mundo que requiere de urgentes respuestas y nuevas problematizaciones, en un escenario de problemas ambientales urgentes, radicalización de discursos de odio, aceptación de la diversidad, conflictos bélicos, nuevas demandas laborales, entre otros.

-¿Qué medidas ministeriales se están tomando al respecto?

-La inteligencia Artificial lleva casi sesenta años con nosotros, sin embargo, la irrupción del Chatbot, Chat-GPT en sus versiones más actuales, con una fácil accesibilidad y de forma gratuita, hizo que se posicionara en todos los medios de comunicación y redes sociales el concepto, pero también muchas preguntas y miedos. Esto ha llevado a que muchas instituciones educativas y Estados de todo el mundo estén preocupándose de los avances de esta tecnología emergente, colocando a algunos en posiciones de incluso prohibir y perseguir su uso. No obstante lo anterior, hay quienes han visto en estas tecnologías posibilidades de potenciar necesarios cambios en los procesos productivos y por supuesto en la educación que ha sido altamente resistente a cambios profundos por muchas décadas. Los ministerios de educación de muchos países han ido con distintos ritmos considerando el desafío que la Inteligencia Artificial propone, es así como algunos han estructurado profundos cambios en sus políticas públicas y en sus bases curriculares, como es el caso español o de China; otros recién están comprendiendo el problema en su globalidad.

Al señalar que es necesario comprender esta problemática en su globalidad, implica que no solo basta con conocer las implicancias conceptuales que posee esta tecnología o todo su entramado técnico que se ha ido desarrollando durante tantos años, sino que además implica que aparte de la alfabetización digital, se requiere un tinglado que permita cualquier cambio en lo curricular, didáctico y evaluativo. Por ello esta pregunta requiere una respuesta global que considere tanto lo relativo a la comprensión de su uso tecnológico como a sus posibilidades de ejecución en una dinámica pedagógica.

Al tener en cuenta esto, el ministerio lleva hace bastante tiempo ejecutando cambios muy potentes en las políticas públicas, potenciando procesos reflexivos pedagógicos a través del Marco para la Buena Enseñanza, resignificando la evaluación en todo el proceso educativo a través del decreto 67 o fortaleciendo la diversificación e inclusión en la educación a través del decreto 83, entre otras políticas que lo hacen sin duda un constructo robusto para ejercer los necesarios cambios.

Ahora, a la luz de la especificidad del trabajo técnico y comprensivo de la Inteligencia Artificial, el Centro de Innovación del Ministerio de Educación ha estado realizando capacitaciones permanentes, seminarios, webinars o entregando documentos rectores para comprender la Inteligencia Artificial en su uso ético u operativo, tal como es el caso reciente de la “Guía Docente para usar Chat GPT”, que promociona un uso didáctico de esta herramienta.

No obstante lo anterior, aún está al debe la in- corporación de un debate que implique la ejecución curricular de un trabajo alfabetizador de la Inteligencia Artificial en todos los niveles de la educación básica y media y el levantamiento de un debate que lleve al cuestionamiento de los procesos formativos en la Educación Técnica y Superior.

-¿Cómo las tecnologías de IA podrían favorecer los procesos educativos?

-Las posibilidades que poseen las distintas aplicaciones que funcionan con Inteligencia Artificial son infinitas, ya que al trabajar como redes neuronales las posibilidades van a depender de las formas en que el usuario se interrelaciona con ellas. Esto quiere decir que las instrucciones entregadas o los famosos “prompts” son dados de una u otra forma, las respuestas serán diversas y distintas.

Por tanto, al pensar el cómo estas tecnologías pueden favorecer el aprendizaje, inmediatamente se puede deducir que son también innumerables las formas de fortalecer el aprendizaje y en el que tendrán una importancia relevante el proceso creativo y didáctico del o la docente.

El ejercicio consciente del uso de la Inteligencia Artificial por parte del o la docente, llevará a que el trabajo guiado por solo la comprensión memorística o factual de los contenidos quede fuera del aula e incluso, el trabajo sostenido en una mirada disciplinar, se cuestione por uno de carácter más holístico o inter o transdisciplinar. Lo que conocemos por la educación hoy, ya no tiene cabida ni sentido.

Esto es un cambio fundamental que será tensionado por las competencias necesarias que tendrán el campo laboral del futuro, en el que la ejecución de acciones estructuradas por cánones iterados, serán reemplazados por bots.

La demanda lleva a que los centros de Formación Inicial Docente, profundicen en planes de trabajo didácticos, en el que las habilidades de pensamiento de orden superior vayan de la mano de comprensiones problematizadoras de cada ámbito de estudio y que tengan, además, una conexión permanente con la realidad próxima y con conocimiento de las problemáticas de la humanidad en su orden más general. Se hace urgente la necesidad de fortalecer la innovación en clave de comunidades de aprendizaje.

La Inteligencia Artificial ha avanzado a pasos agigantados en poco tiempo, lo que nos debe hacer conscientes que los potenciales uso en la educación tendrá muchos cambios en poco tiempo, y por tanto debemos ser capaces de generar nuevas formas de trabajo académico. Hoy estamos en un formato de Inteligencia Artificial de mandatos, el llamado “prompt engineering”, en el que la elaboración de respuestas está dado por inputs dados por el ser humano, sin embargo, las proyecciones de los algoritmos están demostrando capacidades de ir profundizando en la capacidad de identificar, analizar y delinear problemas, lo que permitirá la formulación del problema enfatizando su definición, delineando su enfoque, alcance y límites: lo que en una óptica pedagógica es altamente revolucionario.

-¿Cuáles son las principales reformas que debe implementar la educación chilena ante la IA?

-La educación en Chile ha ido en un proceso muy dinámico, profundizando aspectos esenciales para ejercer el cambio necesario a partir de una serie de políticas públicas que han ido colocando un marco muy potente en la forma de comprender el ejercicio docente y directivo en los distintos ámbitos educativos. Estas acciones han ido en frecuencia con un cambio necesario para fortalecer los procesos de profesionalización docente; la modernización de la gestión; el cambio epistemológico de la evaluación y su concepción; la necesaria atención a la diversidad y su inclusión y los diversos estándares profesionales para las distintas formaciones iniciales docentes, entre otras.

Por tanto, las reformas que se han ido dando son una base fundamental para ir enfocando los giros que dará la educación a futuro con la irrupción de la Inteligencia artificial y que le da una base legal a los cambios que se pueden generar en educación básica y media. A nivel universitario, tiene demandas muy específicas y que están situadas en las que el mundo laboral requiera en este nuevo escenario.

Teniendo en cuenta lo anterior, considero que las reformas más necesarias serían:

- La urgente necesidad de alfabetizar en el origen, uso y funcionalidad de la inteligencia artificial, lo que permite que la población tenga la capa- cidad de discernir respecto de sus proyecciones y usos, dejando de lado las interpretaciones que los medios informativos han hecho y que han promovido una sensación apocalíptica del arribo de estas tecnologías.

- Fortalecer un currículo que permita el trabajo en metodologías activas, donde la resolución de problemas sea el centro de la acción educativa. La Inteligencia Artificial permitiría actuar como un apoyo, un ayudante al trabajo de delinear caminos de resolución. Esto implica que el trabajo disciplinar o multidisciplinar, pasen a acciones más inter y transdisciplinares.

- Promover nuevos instrumentos de medición de la gestión, ya no basados en resultados, como lo han hecho el SIMCE u otros instrumentos estandarizados, puesto que este tipo de evidencias no mide procesos que son la esencia de una educación más modernizadora. Se debiera trabajar a partir de una red de habilidades y competencias que permita determinar los logros de estas mismas, en un formato parecido al que se hace hoy con las evaluaciones DIA.

- A nivel universitario se hace urgente los rediseños curriculares que transversalice el uso y comprensión de la Inteligencia Artificial, ya sea a través de una integración dirigida o de cursos específicos. Aparte, es necesario que desde la academia se fortalezcan los procesos investigativos, la ejecución de seminarios y congresos que permitan el registro y el intercambio de experiencias.

Alexandre Gottreux Sánchez es profesor EGB, UMCE, licenciado en Comunicación Social de la Universidad ARCIS, magíster en “Docencia e investigaciones universitarias” Universidad Central de Chile, se encuentra realizando un doctorado de “Didácticas Específicas: Historia, Geografía y Ciencias Sociales” en la Universidad de Valencia, España. Es asimismo, académico de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, profesor de la cátedra de innovación educativa y cátedra de tecnologías educativas de la Universidad de Chile. Es, además, asesor de instituciones educativas para temas de políticas públicas y desarrollo de procesos de innovación, miembro del equipo de investigación sobre metaverso y educación y profesor de la cátedra de TIC aplicada; Integrante de grupo de investigación latinoamericano EDU/IA; Integrante de la red Iberoamericana EDUTIC.

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