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UNA NUEVA ERA COMIENZA, UNA VIEJA ERA TERMINA

POR EDGARD “GALO” UGARTE

Licenciado en Teoría de la Música, Universidad de Chile, Cantautor, compositor y guitarrista

Este mes de agosto, específicamente el día 15, se celebran 54 años del Festival más importante en la historia de la música rock y pop: el mítico Festival de Woodstcok de 1969. Fue el cierre de una década y el comienzo de otra y, sin duda, dejó una huella imperecedera en todo lo que vendría después. En este número, les ofrecemos la primera parte de una crónica que busca atender a diversos aspectos involucrados en lo que fue este evento crucial para la música popular del siglo XX y que sigue ejerciendo una gran influencia hasta nuestros días.

UNA ÉPOCA “MOVIDA”

Los años 60 del siglo pasado fueron una época determinante. Además de la Guerra Fría y de la carrera espacial, surgen una serie de movimientos sociales. En Estados Unidos, los afrodescendientes salen a la calle a exigir sus derechos en un país donde en varios estados se les segregaba. Especialmente después del año 1955, cuando Rosa Parks se negó a sentarse en el asiento reservado a los “negros” del bus. En ese momento, un joven pastor protestante llamado Martin Luther King tomaría ese legado y en los ’60s se transformaría en una de las figuras más señeras de la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos. Los ‘60s también sería la época donde surgirían los movimientos estudiantiles que buscarían una mayor democratización y cambios en las reglas de poder de las universidades. Adquiere más fuerza también el movimiento por la liberación de la mujer, donde ya no solo se buscaba una mayor inserción en el mundo laboral y la igualdad de oportunidades, sino que ya se hablaba de los derechos reproductivos. Y también los homosexuales, que aún eran criminalizados por la sociedad, llevan a cabo su primera marcha del orgullo gay. En lo musical, el rock ha evolucionado a un sinnúmero de subgéneros, de estilos que ya van dejando aquel sonido colérico de Elvis y otros exponentes de fines de los ´50s y principios de los ´60s para mezclarse con otros géneros como el soul o el blues. Nacen discos conceptuales en un afán de dotar al rock de un nuevo contenido artístico e incluso en ocasiones en un intento de intelectualizarlo más. Todo esto en medio de una sociedad aún bastante conservadora, que todavía estaba convencida de que “América”, como ellos se llaman a sí mismos, era un país “elegido por Dios”. Y es que una parte de la población sí vivía tiempos dorados: ahora el ciudadano común “blanco” en su conjunto y no solo una minoría de ellos, como solía pasar en tiempos pretéritos, son beneficiados por la creciente bonanza económica. Muchos jóvenes ahora pueden empezar a cumplir sus sueños de conseguir una vida plena, sin mayores preocupaciones. El “sueño americano” para ellos no era solo algo escrito en un papel, sino algo que se iba volviendo una realidad concreta. Sin embargo, todo ello cambiaría drásticamente cuando EE.UU. decide entrar en la Guerra de Vietnam. Miles de jóvenes que recién comenzaban a vislumbrar una vida prometedora fueron enviados a combatir. Cientos de ellos regresaron dentro de ataúdes. Otros miles, tullidos o con grandes traumas emocionales. La sociedad comenzó a cuestionar el hecho de que a esos jóvenes el mismo gobierno que les había prometido un futuro esplendor ahora los enviara a ser exterminados o gravemente traumatizados. Luego, se cuestionó también que EE.UU. entrase en una guerra que no le pertenecía, en un lugar tan lejano y con una cultura tan distinta. Surgieron entonces movimientos, sobre todo de jóvenes que se opusieron a la guerra. Las ideas pacifistas adquirieron una enorme relevancia. Estos jóvenes también se decidieron por una vida en comunidad y por practicar el “amor libre”. Eran los “hippies”.

Donde Todo Comenz

Principios de 1969. El productor Michael Lang y el músico Artie Kornfeld se ponen en contacto con John Roberts y Joel Rosenman, dos empresarios de la ciudad de Nueva York que se proponen construir Media Sound, un gran complejo de estudios de grabación en Manhattan. Lang y Kornfeld querían iniciar un proyecto similar, pero mucho más modesto, en Woodstock (pueblo ubicado en el condado de Ulster en el estado estadounidense de Nueva York) al que llamarían Studio-in-the-Woods. Sin embargo, esto no convenció mucho a Roberts y Rosenman, quienes contrapropusieron un concierto de artistas conocidos por frecuentar el área de Woodstock (como Bob Dylan y The Band). Kornfeld y Lang aceptaron el nuevo plan, y Woodstock Ventures se formó en enero de 1969. Las oficinas de la empresa estaban ubicadas en un piso extrañamente decorado de 47 West 57th Street en Manhattan. Burt Cohen y su grupo de diseño, Curtain Call Productions, supervisaron la transformación psicodélica de la oficina.

Por ese entonces, ya se habían celebrado importantes festivales de rock, como el año 1967, cuando se realiza el Festival Internacional de Música Pop de Monterrey, que logró reunir a una espectacular lista de grupos y artistas, entre ellos Simon & Garfunkel, The Who, Jimi Hendrix y Janis Joplin junto a su grupo Big Brother and the Holding Company. Entonces, la idea del concierto finalmente derivó en un festival. Su nombre: Feria de Arte y Música de Woodstock.

A pesar de su nombre, el festival no tuvo lugar en Woodstock. La intención de los organizadores era abrir un estudio de grabación en esta localidad del estado de Nueva York y por eso pusieron en marcha el festival, que inicialmente se iba a celebrar en la cercana Wallkill. Pero a última hora los vecinos se opusieron y solo la intervención de un granjero, de nombre Max Yagur, salvó a la organización del desastre ya que les alquiló por unos 75.000 dólares el campo de alfalfa ubicado en Bethel, a algo menos de 100 kilómetros al suroeste de Woodstock, donde finalmente se celebró el evento. En abril de 1969, Creedence Clearwater Revival se convirtió en el primer grupo en firmar un contrato para el evento. Una vez que Creedence firmó, todos los demás se “pusieron a la fila”. Por otra parte, muchos ilustres invitados fueron convocados a la cita, pero tuvieron que rechazarla por distintos motivos. Bob Dylan, prefirió acudir al festival de la Isla de Wight que se celebró en Reino Unido apenas unos días depués. Los Led Zeppelin prefirieron realizar una gira en solitario por Estados Unidos antes que participar en un festival en el que serían “otra banda en la lista”, según declaró su manager, Peter Grant. The Doors en un principio aceptaron al instante al saber que era un festival de rock en Nueva York, ya que Ray Manzarek, el tecladista, opinaba que Nueva York era uno de los mejores mercados para The Doors, pensando que el festival iba a ser en Central Park, pero la banda luego rechazó la invitación cuando se les hizo saber que iba a ser en una granja cerca de Woodstock, ya que pensaban que solo sería un “Monterey Pop Festival” de “segunda clase”. Aparte de esto, Jim Morrison estaba con el proceso judicial, por el incidente del concierto en Miami, el 1 de marzo de 1969, motivo que también lo imposibilitaba de asistir. Pero quienes sin duda hubieran sido la gran atracción indiscutida del festival fueron los también convocados The Beatles, quienes rechazaron Woodstock porque se habían retirado de los escenarios en 1966. Hay otras versiones que apuntan a los problemas de Lennon para conseguir el visado para entrar en EE.UU. tras ser arrestado por consumo de drogas o a la imposición de este a que también se incluyera en el cartel a su recién creada Plastic Ono Band. Fuera como fuera, al final los asistentes se quedaron sin presenciar una actuación que hubiera sido histórica. The Byrds y Frank Zappa también estuvieron en negociaciones para actuar en el festival pero, por diferentes razones, al final quedaron fuera del cartel. La venta de boletos se limitó a las tiendas de discos en el área metropolitana de la ciudad de Nueva York, o por correo a través de un apartado postal en la Oficina de Correos de Radio City Station ubicada en Midtown Manhattan y los organizadores proyectaron la asistencia de unas 50.000 personas al evento. Sin embargo, se vendieron alrededor de 186.000 entradas anticipadas. Pero el asunto fue aún más allá y la asistencia desbordó por completo a los organizadores. Muchos se empezaron a colar sin haber pagado boletos. A los organizadores no les quedó otra opción que aceptar los hechos y el evento, que un principio fue concebido como un asunto principalmente comercial, se transformó en un evento gratuito que simbolizó todo lo que se estaba viviendo socialmente en esos momentos. Se calcula que finalmente en torno a 500.000 personas acudieron al festival (y algunas fuentes elevan la cifra a cerca de un millón). Todo esto provocó un gran caos, con escasez de comida y el bloqueo de los accesos al recinto. Tanto que algunos grupos tuvieron que llegar en helicóptero hasta las inmediaciones del escenario, donde se improvisó una zona de aterrizaje.

La lista de convocados finalmente fue la siguiente: Richie Havens, Sweetwater, Bert Sommer, Tim Hardin, Ravi Shankar, Melanie, Arlo Guthrie, Joan Báez, Quill, Country Joe Mc Donald, Santana, John Sebastian, Keef Hartley Band, Incredible, String Band, Canned Heat, Mountain, Grateful Dead, Credence Clearwater Revival, Janis Joplin, Sly & the Family Stone, The WHO, Jefferson Airplane, The Grease Band (sin Joe Cocker), Joe Cocker & The Grease Band, Country Joe & The Fish, Ten Years After, The Band, Johnny Winter, Blood Sweat & Tears, Crosby, Stills, Nash & Young, Paul Butterfield Blues Band, Sha Na Na, Jimi Hendrix. El festival inicia el viernes 15 de agosto de ese 1969. El asignado para dar el puntapié inicial al festival fue el artista folk Tim Hardin. Sin embargo, finalmente la primera actuación fue la de Ritchie Havens. Lo que sucedió fue que nadie fue capaz de encontrar a Hardin, que estaba muy drogado para tocar. Además de este hecho, Havens tuvo que alargar su repertorio -que iba a ser de solo cuatro temas- ya que, a causa de los problemas de acceso al festival, tampoco aparecieron otros de los artistas programados antes de su actuación, que originalmente figuraba en el quinto lugar. Este hecho permitió que el nombre de Havens pasara a la posteridad como uno de los más importantes del festival. Tanto así, que tras su muerte en 2013, sus cenizas fueron lanzadas desde un avión sobre el lugar donde se celebró el festival.

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