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Pymes en Chile: Los cuatro nudos que amarran el desarrollo.

Los cuatro nudos que amarran el desarrollo PYMES EN CHILE

La cuarta parte de la población adulta en Chile declara estar desarrollando un negocio formalizado. Se trata de un sector que genera casi cinco millones de empleos en forma directa, pero que no está recibiendo los incentivos adecuados.

Hay quienes creen que en Chile no se entiende bien la real diferencia entre una economía de país desarrollado y otra de un país que no lo es. Entre una confusa danza de macrocifras, hay quienes sostienen que el ejercicio es más simple: mirar –por ejemplo- una economía modelo como la alemana.

El país que ha sido la locomotora industrial de Europa durante años exhibe un secreto a voces: el motor de su dinamismo no está en los grandes consorcios como Siemens o VolksWagen. Está en las Pymes, impulsadas con fuerza desde el ámbito público.

En nuestro país, por cierto, no se puede decir lo mismo. La versión 2018 de la Encuesta Ambiente Pymes señala que -a pesar del hecho de que uno de cada cinco personas trabaja en una instancia de este tipo, que generan casi cinco millones de empleos en forma directa POR BAREFCA ABUSLEME

y que responden a una dinámica económica de servicios que se expande vigorosamente- el sector se encuentra atrapado en cuatro aspectos fundamentales.

Uno, falta de atención por parte del Estado: para el ente público -históricamente- son más importantes los grandes grupos empresariales; dos, falta de ayuda en capacitación para enfrentar los desafíos del futuro, que -en el fondo- ya están presentes; tres, ser considerados en lo local-municipal, para desarrollar un mayor nexo en ese ámbito socioeconómico; y cuatro, contar con herramientas estables y variadas para el financiamiento. El estudio -a cargo de la plataforma laboral 2x3, apoyada por la aceleradora de negocios ImagenLab y Corfo- anota que durante el año 2018 se produjo la mayor creación de Pymes del último tiempo: 132.140, implicando un aumento del 12% con respecto a 2017. Según el ministerio de Economía, la región que registra el mayor crecimiento es Arica y Parinacota, con

un 70%, seguida por Los Ríos, Tarapacá y Atacama, que muestran un aumento cercano al 30% en promedio. La Región Metropolitana, en tanto, exhibe una variación positiva interanual del 25%.

De acuerdo al informe Radar Pyme -elaborado por la empresa RedCapital- durante el año 2018 se crearon 30.142 sociedades a través del Diario Oficial y 101.998 vía sistema RES (más conocido como “Tu empresa en un día”). Ante ello, una de las principales recomendaciones que se hace es potenciar nuevas herramientas para que esta última alternativa -abierta y digitalizada- siga fortaleciendo el sistema de creación de empresas.

“Jugarse la carta”

Tomás Serey, coordinador del Instituto de Emprendimiento de la Universidad del Desarrollo (IE), señala que un 25% de la población adulta (18-64 años) se declara estar emprendiendo con un negocio en etapa inicial,

dato considerado como “relevante”, ya que muestra que a nivel social, económico y cultural, el emprendimiento se desarrolla como un fenómeno atractivo para la sociedad.

La citada universidad lleva adelante desde hace casi una década la versión chilena del Global Entrepreneurship Monitor (Proyecto GEM), encuesta y estudio que analiza la situación del emprendimiento en el país. Entre ese mundo y las Pymes la relación es estrecha.

Cada proyecto formalizado pasa a ser una Pyme. GEM indica que casi el 99% de estos negocios en etapa inicial declara tener menos de veinte trabajadores, por lo que un altísimo porcentaje de los emprendimientos son nuevas Pymes o Pymes en surgimiento.

Así, más de 2.800.000 personas adultas del país indican estar poniendo en marcha una pequeña o mediana empresa. Es decir, la cuarta parte de la población mayor de edad.

Tomás Serey, coordinador del Instituto de Emprendimiento de la Universidad del Desarrollo.

Reint Gropp, presidente del Instituto Hall para la Investigación Económica de Alemania.

Carmen Escobar, analista de la consultora Perspectiva Empresarial.

Claudia Cañete, directora ejecutiva de ASIGAR.

Marisol Arriagada, directora del programa PYME de la Universidad Católica.

A diferencia de lo que pasa en países como Alemania, por ejemplo, el estudio muestra que la transición entre una pequeña empresa a una empresa mediana o grande es muy difícil. En rigor, un porcentaje muy reducido de emprendimientos logra pasar a tramos mayores en un período inferior a los tres o cuatro años.

Explica Tomás Serey: al ser el país un mercado relativamente pequeño (18 millones de habitantes), las Pymes deben tener claridad en que se debe entrar a mercados externos (exportar) para seguir evolucionando. “Se trata de un aspecto particularmente relevante para el crecimiento del negocio, lo que involucra capacidad de analizar la competencia en los distintos mercados e implementar estrategias de entrada”, señala el experto.

Por todo eso, Carmen Escobar -de la consultora Perspectiva Empresarial- subraya que lo importante es “estar abierto a responder y anticipar las necesidades del mercado, escuchar, salir y conocer las tendencias y no sólo producir en función del gusto de uno mismo. Enfrentar la competencia local y global exige adaptación constante y no existe una preparación formal para ello”. La analista señala que la Pyme cuenta con una ventaja comparativa frente a las empresas grandes: la velocidad de respuesta. “Deben jugarse esa carta”, enfatiza.

Las bondades de Alemania

“Se trata de un esquema basado en la cooperación y el consenso más que en la competencia, abarcando al conjunto del entramado socio-económico, desde el ámbito financiero al industrial, pasando por el Estado”, precisa en la prensa el profesor Reint Gropp, presidente del Instituto Hall para la Investigación Económica (IWH) de Alemania, al explicar cómo es el sistema que ordena la economía en su país.

Las Mittelstand (empresas pequeñas y medianas) conforman el 95% del modelo germano. Y, más allá de la maximización de la rentabilidad para los accionistas, este tipo de compañías generan planes a largo plazo, exhiben una fuerte inversión en capacitación de su per

sonal, destacan por su alto sentido de la responsabilidad social y generan una intensa identidad regional.

A pesar de su tamaño, muchas de estas empresas compiten en el mercado internacional y son exportadoras. El sistema financiero, las cooperativas y los poderosos bancos públicos se encargan de que el crédito se encuentre al alcance de los interesados, no teniendo el tamaño del negocio como un dato prioritario.

Se trata de una filosofía muy distinta a lo que se da en Chile. De hecho, Claudia Cañete -directora ejecutiva de la Asociación de Instituciones de Garantía Recíprocas (Asigar)- califica la situación para las Pymes nacionales como “desafiante”.

Aclara: “Se trata de un segmento en el que los costos de evaluar riesgos son altos como porcentaje de los créditos y, por lo tanto, las fuentes de financiamiento agregan un spread alto para cubrir esa asimetría de información. Además, en el último tiempo el mercado bancario está más restrictivo y las evaluaciones incluyen mayores resguardos que se traducen en que se estén prestando montos menores”.

Y aunque en Chile –claramente- no existe un sistema como el alemán, la representante gremial explica que en los últimos años se han agregado nuevas fórmulas de financiamiento para el mundo Pyme, aunque la banca sigue siendo la más relevante.

Una de esas alternativas se relaciona con la entidad que representa: las sociedades de garantías recíprocas. Se trata de una instancia a la que un proyecto Pyme puede acceder a financiamiento a través de fondos de inversión privados, family office o compañías de seguro. Otra de las fórmulas existente es el tradicional factoring y otra nueva que cita la experta son los crowdfunding, en los que las Pymes pueden captar pequeños inversionistas de manera on-line.

Las cuatro ataduras

Los resultados de la Encuesta Ambiente Pymes 2018 corresponden a la primera versión de una encuesta

que busca ser periódica. Se incluyen respuestas de 4.000 profesionales de todas las regiones del país que encabezan Pymes. El 95% de esos negocios cuentan con cinco empleados o menos.

Las prioridades esenciales se engloban en cuatro aspectos que requiere de profundas miradas conceptuales, pero también de acciones pragmáticas:

1. Las Pymes merecen más atención. Cada vez más se siente que los gobiernos priorizan a las grandes empresas por sobre las pequeñas, siendo que éstas dan un impulso clave a la economía nacional.

El informe señala que más del 50% de los propietarios de Pymes piensa que los gobiernos se preocupan más por atraer y apoyar a grandes empresas, mientras que menos del 20% cree que ayudar a emprendedores es es una prioridad. Ya sea con la existencia de un mejor acceso a créditos o a través de impuestos preferen

ciales, los dueños de Pymes indican que las grandes corporaciones copan la atención del sistema público, en desmedro de sus necesidades.

2. El financiamiento es un gran problema. El acceso a estas herramientas es un asunto crítico. Más del 19% considera que es el mayor obstáculo que afrontan al iniciar un negocio.

3. Los asuntos locales importan. Las Pymes reportan variados problemas a nivel de las municipalidades en donde se ubican, apuntado a diversas acciones de burocracia o de reglamentaciones lentas que reducen las capacidades para sacar adelante los negocios de forma exitosa. Señalan que con una mayor coordinación se pueden generar diversas sinergias en favor de los ciudadanos y ciudadanas.

4. La capacitación para el futuro es clave. A medida que aparecen nuevas tecnologías y cambian los empleos tradicionales, la capacitación es más importante que nunca. Existe una relación considerable entre las comunas que más capacitaciones y cursos entregan, con una buena evaluación de las Pymes.

Como plantea Carmen Escobar, de Perspectiva Empresarial: cuando se analiza la situación de las Pymes “estamos hablando de un tema de Estado”. La consultora subraya que este “es el sector más dinámico del país, el que produce más empleo y es la mayor fuente de innovación y valor para la economía”. Claramente, los árboles de las macrocifras no dejan ver el bosque.

APUNTES DE EXPERTOS

Para el contexto actual, las voces expertas recomiendan a las Pymes tomar decisiones que impliquen una evolución eficiente. Tomás Serey (Proyecto GEM/UDD) subraya la necesidad de diferenciar lo urgente de lo importante. “Los temas del corto plazo no dejan espacio para reflexionar y planificar el largo plazo, pero es algo esencial. Se requieren buenos indicadores de gestión que garanticen procesos correctos de tomas de decisiones”, indica.

Por su parte, Marisol Arriagada, directora del programa Pyme de la Universidad Católica, señala que la

evolución debe considerar cuatro puntos: foco constante en las necesidades de los clientes, lo que implica también estar al tanto de la competencia; poner atención a las tendencias existentes en sus sectores, tomando en cuenta temáticas relacionadas a nuevas tecnologías o transformación digital; desarrollar innovaciones, tanto en procesos como en productos o servicios, buscando siempre la eficiencia; y –finalmente- entender la necesidad de la colaboración. “El mundo moderno implica, por una parte, desarrollar procesos de diferenciación y eficiencia, pero –a la vez- buscar claves para la

colaboración, fortaleciendo alianzas y complementariedades con proveedores, clientes, comunidad e –inclusocompetidores”, acota la experta.

Finalmente, Claudia Cañete (Asigar) recalca que con las sociedades de garantías recíprocas (SGRs) hoy existe más competencia en las alternativas de financiamiento para las Pymes, dando opciones distintas a la banca tradicional. “Las SGRs otorgan también certificados técnicos, sustitutos de boletas de garantía, pero que no inmovilizan capital, por lo tanto respaldan no sólo los créditos sino que también proyectos de crecimiento”, explica.

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