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CULICOIDES – EL MOSQUITO DE TROYA
El mecanismo de transmisión del VEHE es idéntico al del VLA, ocurriendo durante la alimentación de mosquitos mordedores del género Culicoides.
La presencia del VLA en España está intrínsecamente ligada a la distribución de esta clase de insectos hematófagos que es uniforme a lo largo de la península ibérica, con una amplia variedad de especies descritas, aunque no todas comparten distribución geográfica u hospedador del que alimentarse⁵.
También se ha descrito el potencial de diferentes especies de Culicoides presentes en Europa para actuar como vectores de VEHE⁶.
Es por ello, y considerando la presencia del virus en el norte de África, que el riesgo de introducción del VEHE en nuestro país era potencialmente elevado, tal y como exponíamos en uno de nuestros últimos trabajos7.
La aparición de los brotes registrados en el extremo oriental de Andalucía e Italia, muy probablemente, se deba al arrastre por fuertes corrientes de viento de insectos Culicoides infectados desde el Norte de África, sin descartar otros factores antropogénicos⁸.
Además, la probabilidad de que estas enfermedades se vuelvan endémicas en estos territorios es muy alta, como ya ha ocurrido en Israel tras los brotes de VEHE registrados desde 2006⁹.
Al igual que el VLA, el VEHE ocasiona fiebres hemorrágicas en rumiantes susceptibles.
Ungulados Silvestres
La enfermedad hemorrágica epizoótica afecta, principalmente, a especies de ungulados silvestres, asociada generalmente a cérvidos silvestres y, en concreto, al ciervo de cola blanca (Odocoileus virginianus)10 .
En esta especie, donde VEHE ocasiona alta mortalidad, los signos clínicos más frecuentes son:
Fiebre
Debilidad e inapetencia
Salivación excesiva
Edema facial
Hiperemia de la conjuntiva y de las mucosas de la cavidad bucal
Estomatitis
Coronitis
En los casos más graves, deshidratación, diarrea y diátesis hemorrágica preceden a la muerte del animal infectado11
De manera similar, el VEHE-2, conocido como virus Ibaraki, puede ocasionar la muerte en ganado bovino infectado12, aunque el VEHE generalmente ocasiona infecciones subclínicas o asintomáticas en estos animales13.
En los distintos brotes registrados en explotaciones bovinas a nivel global se han observado signos clínicos como:
Pérdida de apetito
Fiebre y depresión
Secreción nasal
Úlceras orales y salivación excesiva
Coronitis y cojera
Aumento de la disnea
Pérdidas económicas relacionadas con la producción de productos cárnicos y lácteos11
Las pérdidas económicas producidas por el brote de VEHE-7 en Israel se estiman en torno a los 2 millones de US$14.
En Italia y España, los brotes registrados han afectado principalmente al ganado bovino, observándose muertes de animales infectados en algunos casos.
El VEHE presenta una menor patogenicidad en ganado ovino y caprino que no parece contribuir a la epidemiología de la enfermedad15 .
No obstante, es importante monitorizar la futura evolución del virus en Europa, ya que existen diferentes especies de Culicoides que, potencialmente, pueden transmitir la enfermedad y las cabezas de ganado ovino, bovino y caprino aún no han tenido contacto con este virus. Por ello, la evolución de esta enfermedad es incierta, existiendo la posibilidad de un aumento de la patogenicidad y virulencia del virus en esta población de rumiantes domésticos.