Dossier de Prensa
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XVII Premio Unicaja de Novela
Fernando Qui単ones
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XVII Premio Unicaja de Novela
Fernando Quiñones al ianza e ditorial
Dossier de Prensa Creado en 1999 como fruto de la colaboración entre la Fundación Unicaja y Alianza Editorial para conmemorar la figura del escritor gaditano Fernando Quiñones, el premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones reafirma el compromiso de una de las editoriales de mayor prestigio del panorama cultural español con la literatura de creación y la promoción de autores en lengua castellana. XVII Edición del Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones El XVII Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones está dotado con 20.000 euros en concepto de anticipo de derechos de autor, y la publicación de la novela por parte de Alianza Editorial. La presente edición del Premio Unicaja de Novela ha registrado una significativa participación a nivel internacional, con un total de 186 novelas presentadas, recibiendo obras procedentes de toda la geografía española, y de distintos países tales como México, Reino Unido, Italia, Argentina o Brasil, entre otros. El jurado ha estado compuesto por Nadia Consolani (viuda de Fernando Quiñones); por el escritor y ganador de la anterior edición del Premio Unicaja de Novela “Fernando Quiñones”, Guillermo Roz; por los escritores Marta Rivera de la Cruz y Antonio Rodríguez Almodóvar; y por la directora editorial de Alianza Editorial, Valeria Ciompi. La novela con el título Hotel Transición, del escritor y periodista Jesús Ruiz Mantilla, es, según la calificación del jurado, que la ha votado como ganadora, una obra que retrata la historia contemporánea española en la que destaca la destreza del autor por “combinar candidez y mordacidad, nostalgia y crítica social” en una novela en la que se produce “un cruce de caminos entre el presente y el pasado, tejido con la lucidez narrativa y la perspectiva de una pluma afilada”.
Hotel Transición es una novela con tintes autobiográficos, que combina la inocencia con la mordacidad y la nostalgia con la crítica social. «Este es un texto en construcción de un país en destrucción.»
ˇ © VERA ZÁPOTKOVÁ
Jesús Ruiz Mantilla periodista y escritor, ha cultivado a lo largo de su obra la narrativa y el ensayo. Es autor de las novelas Los ojos no ven; Preludio; Yo, Farinelli, el capón; Gordo –con la que ganó el premio Sent Soví 2005–; Ahogada en llamas; y La cáscara amarga. Dentro de otros géneros, ha escrito Placer contra placer y la obra. Contar la música, que refleja su trayectoria como cronista musical a lo largo de dos décadas en el diario El País. En este periódico es donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera dentro de las secciones de Cultura así como en los suplementos Babelia y El País Semanal. También ha colaborado con el programa La ventana de la Cadena Ser, cuando lo dirigía Gemma Nierga. Con Hotel Transición, ha ganado el XVII Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones.
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XVII Premio de Novela Fernando Quiñones
Jesús Ruiz Mantilla
Hotel Transición ALIANZA LITERARIA (AL)
15,50 x 23,00 cm 272 páginas Rústica ISBN 978-84-9104-292-1 Código 3472528
€ 18,00 EBOOK 978-84-9104-293-8
Chucho, un niño locuaz, inquieto y curioso, vive en el hotel que dirige Rocío, su madre. Allí se alojan personajes estrambóticos, solitarios y misteriosos que hacen un alto en mitad de la convulsión de un país que despide a la dictadura franquista para despertar a la democracia y las libertades entre nubes en el horizonte y una esperanza cautelosa. Recién muerta su abuela Carmen, el ser que más quería, Chucho queda a expensas de las tensiones y conflictos paternos y familiares. En medio de un hábitat con personajes que se resisten a entregar sus privilegios de vencedores franquistas, mientras otros luchan, desde la tristeza de derrotas muy presentes, por la reconciliación.
acontecimientos que marcaron aquellos años y los actuales, desde el atentado a Carrero Blanco, la muerte de Franco y el golpe del 23-F a la catarsis actual en su transformación de ciclo, pasando por el Watergate, la legalización del PCE y otras desapariciones como la de Mao, John Lennon o Adolfo Suárez; unido a la fascinación que le producían series de televisión como Bonanza u Hombre rico, hombre pobre y las más recientes Los Soprano, True detective o Mad men, imbricadas en un diálogo a modo de espejo, tan crudo como satírico y esperanzador, entre aquellos años y los actuales.
Al tiempo que Chucho va dejando la infancia para pasar a la adolescencia y a la vida adulta, el país también va madurando a su alrededor en medio de una fascinante transición íntima y colectiva que cambiará la faz de casi todas las cosas. Sus vivencias y recuerdos personales, sus ilusiones y decepciones, se van cruzando con los
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Entrevista a Jesús Ruiz Mantilla Los hoteles contienen muchas historias, como materia literaria no tienen precio, ¿no cree? De ahí que me haya salido esta historia. Además tienen el valor de los misterios que no se resuelven, porque tratan de personas que van de paso. Hay mucho material autobiográfico en la novela -o que podría parecerlo. ¿No da vértigo adentrarse sin red en las historias familiares? Da mucho vértigo, pero quienes me han servido de inspiración saben perfectamente que son meramente un punto de partida manipulado después por mi imaginación o la conveniencia del relato. Son quizás esbozos reales, apuntes al natural, pero el oleo, el lienzo final, con sus trazos, colores y formas responden mucho más a mi mente, un tanto calenturienta, que a la realidad. Sitúa parte de la acción en la transición. De hecho por sus páginas desfilan acontecimientos clave como el asesinato de Carrero Blanco, el asalto al Congreso, etc. ¿Ha hecho un ejercicio de nostalgia tipo “Cuéntame”? ¡Líbreme Dios! Con todos mis respetos hacia esa serie, que me parece encomiable. He querido inspirarme en otras, sobre todo en el tono, mucho más crudo, oscuro, surrealista y también orgiástico en muchos casos, con dos rombos. No apta para horarios donde los niños pueden ver la tele en familia. Pero sí para lectores jóvenes que quieren iniciarse en la historia e intrahistoria reciente de este país. Ya metidos en la harina de la transición, mójese, ¿fue tan modélica como nos dicen unos, o tan poco ejemplar como rechistan otros? Pues ni una cosa ni la otra. Lo que sí ha llegado el momento es de analizarla profundamente en su gloria y su miseria, para tratar de construir un futuro con ella como referente de muchas cosas que tienen que ver con la conquista y consolidación de las libertades, pero también como ejemplo de cómo no se deben pasar por alto ciertas prebendas y usos, como esa permisividad, esa tabla rasa con las prácticas de corrupción como si fuera lo más normal del mundo que ha acabado salpicando a todas las esferas del Estado. En la novela se establece un diálogo entre el Chucho maduro, más descreído, que rememora aquellos años y el Chucho adolescente. ¿Qué tal se llevan los dos? alianzaeditorial.es
Más o menos. Aunque el mayor juzga con mucha exigencia al niño y adolescente que fue. Carga el peso del pasado y quiere liberarse en gran parte del mismo para brindarse una oportunidad de futuro un poco más feliz. Ambos conviven razonable y vigilantemente el uno dentro del otro. ¿Y quién ha envejecido peor?, ¿Chucho o España? Chucho, sin duda. Dentro del entorno europeo, si nos miramos en el espejo de alrededor, no andamos tan mal. Al menos hemos sabido encauzar los descontentos en opciones de regeneración democrática quizás algo exóticas, pero bastante decentes y no en partidos fascistas que superan el 20% de los votos, como en Francia, por no hablar de Italia, Reino Unido, Dinamarca, y ya exageradamente: Polonia o Hungría, qué asco. Un horror. Hotel Transición es también una reflexión sobre la realidad y las apariencias de las relaciones amorosas. ¿Son nuestras historias reflejo de las historias que hemos presenciado? Los adultos de hoy, ¿amamos de más o de menos? Yo creo que el amor ha sido motor del mundo siempre y lo sigue siendo. El más complejo, pero también el más noble, encierra en su misma esencia pureza y bajos instintos animales. Efectivamente, Hotel Transición es una especie de abanico de múltiples historias amorosas, con sus motivaciones, en las que el sexo está presente como tal en diversas variantes: desde el abuso pederasta de miembros de la iglesia a la obsesión, desde diferentes opciones hetero y homosexuales, a la traición y la liberación absoluta: amor y sexo siguen siendo una de las mayores claves y enigmas a resolver en nuestro universo como especie. Gracias a Dios, ¿qué sería de nosotros los novelistas, si no? No faltan referencias a series de televisión, ¿se encuentra el talento hoy en día allí como proclaman algunos? Muchísimo, sobre todo en Estados Unidos. Se han convertido en una gran inspiración, incluso para narradores. Vila Matas reconocía a Mad Men como una gran influencia directa en su obra en un reciente artículo en Babelia. Yo, también. Mad Men y unas cuantas más. Por eso quería entablar un diálogo con muchas de ellas: desde Bonanza, Hombre Rico, hombre pobre o Capitanes y reyes y Starsky y Hutch a Los Soprano, Mad Men, House of Cards, A dos metros bajo tierra o True Detective…
También se moja con algunos escritores muy conocidos… También, también. Dentro de la novela expongo las teorías y los mecanismos de construcción del género que más me interesan. Unos salen más perjudicados que otros con arreglo al criterio del personaje que lo formula, pero no coincido con él en todo lo que dice, aviso, sin ánimo de escaquearme. Y la música también está muy presente en la novela, como en su vida y su carrera profesional. Es compañera en todo momento. Escribo escuchando música, está novela ha sido inspirada por Mahler, Wagner, Bach, Chopin, Miles Davis… En otras, les ha tocado a Beethoven, Mozart, Debussy, Chet Baker, John Coltrane. Dentro, como personajes, andan diseminados Pink Floyd, los Beatles, David Bowie… Y Hotel Transición plantea una apuesta metaliteraria arriesgada, mediante la cual se nos van desvelando los mecanismos de construcción de la propia novela. ¿No tiene miedo de “asustar” a los lectores más convencionales (si tal cosa existe)? Una de las virtudes de la novela contemporánea más experimental es que atrae a cientos de miles de lectores. Lo que hacen en Francia Houellebecq, Carrère o Laurent Binet, o aquí exploran Cercas y Muñoz Molina, algo que yo denomino la transparencia literaria, conecta increíblemente con el público. Consiste en desvelar y hacer cómplice al lector de los mecanismos del relato. En un tiempo en que demandamos a políticos, periodistas, empresas y organizaciones transparencia total, ¿creíamos los escritores que los lectores no iban a pedirnos a nosotros algo parecido? ¿Y es quizá éste el camino que debe seguir la literatura hoy? Uno de los múltiples. Vivimos una época de sano eclecticismo donde quienes elegimos una u otra senda no vamos a reprochar a los demás que no sigan por ahí. En la variedad, enorme y riquísima, encontramos ahora el gusto y el mal gusto también, pero somos ya demasiado mayorcitos como para elegir con arreglo a lo que nos da la gana.
© DANIEL MORDZINSKI
alianzaeditorial.es DiseĂąo de cubierta: Elsa SuĂĄrez Girard / www.elsasuarez.com.