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SALUD & MENTE

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PUBLIRREPORTAJE

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Nuevamente tenemos el gusto de contar con la sabiduría de la coach Silvia Romero, quién con su vasta experiencia en el coaching empresarial, esposa y mamá de 3 hijos, en esta ocasión nos comparte y, como siempre, nos da atinados tips acerca de los retos de ser una mujer todóloga y tener, así como mantener una actitud positiva siendo mamá y empresaria.

Era una tarde y estaba en mi habitación cuando escuché el grito angustiado de uno de mis hijos llamándome: “¡Mamá, mamá, mamá!” Las mamás sabemos cuándo le pasa algo a nuestros hijos; identificamos sus emociones cuando los escuchamos y los vemos; sabía que algo le pasaba, así que corrí a su encuentro y cuando me vio me dijo: “Mamá, mamá, ¡mi pececito!”, “¿Qué?” le pregunté, “¡Mi pececito!”, insisitó. Confieso que cuando supe que se trataba del pececito, sentí alivio al escuchar que no era algo grave para mí, pero sí para él, así que me avoqué a entenderlo y atenderlo. “¿Hijo que pasa con tu pececito?” le pregunté. Se me tiró encima y con mucha tristeza, me dijo “¡no está en su pecera mamá! ¡No está!” Pude sentir su angustia y tristeza, la angustia de mi hijo por su mascotita. “¿Estás seguro que no está?” le pregunté una vez más. Y corrimos a la planta baja a verificarlo y efectivamente, el pececito no estaba en su lugar, pero sí estaba la muchacha que me ayudaba junto a la pecera con cara de susto y sin poder explicar qué pasó. En forma instantánea, los tres empezamos a buscar alrededor y algo maravilloso pasó: lo encontramos, el pobrecillo aún estaba vivo y dando sus últimos coletazos. ¡Mi hijo lo levantó, lo tiró a la pecera y, cuando vio que el pez estaba vivo, me abrazó y me dijo “mamá… ¡eres la mejor mamá del mundo!”. ¡Su carita estaba iluminada y yo feliz de haber podido ayudarlo!

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Sin embargo, esa experiencia me dejó una profunda reflexión y dudas de mí, respecto a mi actuar en mi responsabilidad como mamá/emprendedora/ profesional. ¿Cuántas veces mis hijos habían pasado solos momentos de angustia y celebración sin mí porque yo pasaba mucho tiempo trabajando o viajando por lo mismo?

Y es que, aunque es padrísimo emprender y trabajar es un privilegio

tener hijos y poder disfrutarlos, la realidad es que ese doble rol en las mujeres, nos exige a veces estar en “donde debemos estar” y no en “donde queremos estar”; o estar en “donde tenemos que estar” y no en donde “debemos de estar” y todo ello nos puede generar conflictos internos, estrés, preocupaciones y hasta sentimientos de culpa que nos dañan emocionalmente y afectan a los demás, ya que si no estamos bien, todo se torna más complicado para ti y para los de tu alrededor.

Por ello, recomiendo siempre fortalecer nuestra autoconfianza y automotivación como emprendedoras, mamás y seres humanos, reconociendo y apoyándonos en nuestras fortalezas y aciertos, así como aceptando y trabajando en nuestras limitaciones y aprendiendo de nuestros errores.

Habrá momentos en que dudes de ti misma y de tu emprendimiento… ¿Quién no? pero si te gusta lo que haces y tienes claro el beneficio que con tu trabajo y tu misión de empresa le dejas a otras personas (incluyéndote a ti misma), será más sencillo que no pierdas el enfoque para seguir disfrutado en las buenas y luchando en la adversidad por la misión en la que crees. Disfruta cada día, cada logro porque es tuyo y es de tu equipo.

Y, ¿como mamá? ¿qué hacemos?. En lo personal, he aprendido que no podemos ni debemos de estar pegadas a nuestros hijos todo el tiempo por su bien y por el nuestro, aunque nos sobre el tiempo, ellos necesitan el suyo (acorde a su edad, claro). He aprendido que, aunque quisiéramos, no siempre podremos rescatar al pececito, pero sí apoyarlos en sus logros y acompañarlos a superar sus momentos difíciles. Fomentar que sean personas de bien, independientes y felices, siempre han sido mis pilares como madre, nutrirlos para que en las buenas disfruten y en las malas no pierdan el sentido de la vida que es lo más valioso que tenemos. Pero, y ¿nosotras? ¿y tú, ¿dónde quedamos? No te olvides que la persona

más importante que conoces eres TÚ, nunca te olvides de ti como per-

sona y mujer. Eres emprendedora, eres profesional, eres mamá, pero antes que nada, eres un ser humano que también necesita nutrirse de buenos momentos y espacios que te permitan seguir fluyendo a plenitud. ¡Así que nada de culpa al darte tus espacios y tus momentos, tienes el derecho y hay que ejercerlo para estar bien!

A disfrutar de la vida y de los diferentes retos y roles que ella nos regala… ¿Estás lista? ¡Felicidades mujeres, felicidades!

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