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DOG & TIPS x Pili González

Mi perro no entiende lo que es ¡NO!

MOTIVOS POR LAS CUÁLES TU PERRO NO TE HACE CASO CUANDO DICES “NO” Y QUÉ HACER EN SU LUGAR.

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La mayoría de nosotros usamos la palabra “no” tantas veces al día y en contextos tan variados que es probable que nuestros perros lleguen a considerar que es un sonido completamente irrelevante. Incluso, la palabra “no” pudiera convertirse en una porra motivadora para que nuestra mascota siga haciendo lo que nos disgusta, ya que independientemente de lo que haga (o deje de hacer), los humanos pasamos el día gritándole.

Aunque los perros son muy inteligentes, y con el tiempo aprenden a descifrar algunas de las palabras de nuestro idioma, en muchas ocasiones nos olvidamos de que no nacen entendiendo español, o sabiendo exactamente como esperamos que se comporten en todos los contextos en los que comparten la vida con nosotros. “No” es una de las palabras que más usamos y que esperamos que nuestros perros entiendan. A continuación, te describo algunos motivos por las cuáles tu perro no te hace caso cuando le dices “no” y qué hacer en su lugar.

MOTIVO 1.- USAS LA PALABRA “NO” PARA TODO.

¡No te subas ahí! ¡No te salgas! ¡No me brinques encima! ¡No muerdas! ¡No agarres ese juguete! ¡No jales la correa! ¡No ladres! ¡No vamos a jugar ahorita! ¡No! ¡No! ¡No! ¿Qué pasaría si cambiáramos el “no” por palabras que indiquen direcciones claras de lo que esperamos que nuestro perro haga en cada situación? Es decir, en vez de gritarle “no te subas al sillón” podemos decirle “abajo”, o en lugar de decirle “no muerdas ese zapato” usa la palabra “suelta”, y así sucesivamente, disminuyendo las ocasiones en los que usamos la palabra “no”. Llevando a cabo este cambio relativamente sencillo, lograríamos que la comunicación con nuestros perros fuera más clara y efectiva. Además, este es un acercamiento positivo, porque en vez de regañar al perro por todo lo que no nos gusta que haga, directamente le indicamos lo que queremos/ esperamos a base de instrucciones claras, facilitándole la vida, y ahorrándonos el tiempo y estrés de “correcciones” que no suelen dar grandes resultados.

MOTIVO 2.- SUPONES QUE EL PERRO ENTIENDE LO QUE LE PIDES.

“Buenísimo, ya no le digo a Rocco que no agarre mi chancleta... Pero por más que le grito '¡Rocco, suelta! Mi chancleta sigue en su boca'…” Imagínate que te encuentras con una persona de otro país que está intentando comunicarse contigo en un idioma desconocido. No importa si esta persona habla lentamente, que divida sus palabras en silabas, o que te grite desesperadamente... lo más probable es que nunca entiendas lo que te quiso decir porque desconoces el idioma. Sin embargo, es probable que logres captar las intenciones del comunicador tomando pistas en su tono de voz, posición corporal y expresiones faciales. Entenderlo por completo, resulta imposible. Esto no quiere decir que si no le contestas o no haces lo que te pidió estés siendo grosero(a) o desobediente, simplemente no estás recibiendo o entendiendo el mensaje. Ahora imagina que

ya no estás hablando con otro humano, si no que estás intentando entender a un miembro de otra especie, por ejemplo, una vaca, la comunicación se vuelve mucho más complicada. Teniendo en cuenta lo anterior ¿Por qué esperamos que nuestros perros entiendan lo que significan nuestras palabras si ni siquiera nos hemos tomado el tiempo de enseñarles lo que significan? Cuando utilizamos la misma palabra en un contexto similar, los perros pueden llegar a descifrar lo que significa. Por ejemplo, las palabras “vamos” o “comida” suelen ser antecedentes de un paseo o un premio, lo que genera una asociación positiva en el perro. La palabra “no” suele estar acompañada de un tono molesto y una posición corporal rígida, por lo que el animal puede deducir que estamos enojados, aunque no necesariamente entiende la razón, o hacia quien va dirigido el enojo. ¿Pero qué pasa real-

mente con las otras palabras que usamos? ¿Qué significa

“abajo” para un perro si nunca ha aprendido su significado? Para él es nada más otro ruido que emiten los humanos.

TIP.- Recuerda que nuestros perros se comunican principalmente a través del cuerpo, modificando su postura y posición para expresar lo que sienten y lo que quieren. Así que para “escuchar” lo que dice tu perro, tienes que observar detenidamente su cuerpo.

MOTIVO 3.- EL PERRO NO ENTIENDE LA INSTRUCCIÓN.

La mayoría de los perros no entienden lo que les pedimos y por eso no lo hacen. Es importante enseñarles el significado de nuestras palabras/instrucciones. Cada palabra tendrá un proceso diferente de enseñanza según su significado. Hagamos un ejemplo con la instrucción “abajo”. De manera muy simplificada, en vez de decirle a tu perro que no se suba al sillón, coloca un tapete, o su camita junto al sofá de la sala en el que descansas. Cuando el perro se suba al sillón, bájalo cuantas veces sean necesarias, diciendo “abajo” y dirigiéndolo a su tapete/ cama. Cuando esté relajado y acostado en su cama, recuérdale lo bien que lo está haciendo, ya sea con un premio, una caricia suave o un reconocimiento verbal. Repite este procedimiento muchas veces por varios días, el perro aprenderá que “abajo” significa que debe bajarse del sofá. Ten en cuenta que el perro no está siendo desobediente o que quiere molestarte, por lo general nuestros sillones son mucho más cómodos que el piso. Asimismo, los muebles retienen el olor de los humanos, lo que los hace un lugar más atractivo para descansar.

Tip.- No dejes que tu perro tenga acceso al sillón si no estás cerca para corregirlo.

Nuestros perros pueden entender lo que esperamos de ellos, y lo que no nos gusta que hagan si nos comunicamos de manera efectiva. Entre más claros y constantes seamos, más rápido aprenderán nuestros perros lo que queremos decirles. Tampoco olvidemos darnos el tiempo de entender lo que nuestros perros buscan comunicarnos a nosotros.

PILI GONZÁLEZ

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