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LILIA GONZÁLEZ
Desde hace 19 años es reportera del periódico El Economista, en la sección de Empresas y Negocios. Su labor es reportar todo lo que sucede en el sector privado, y dentro de ese segmento participa activamente en Industrias, donde la automotriz es una de las más importantes en su quehacer periodístico. Además tiene tres años colaborando en el diario El Universal
¿Siempre quisiste dedicarte a lo que haces hoy, o tuviste otra opción?
Desde niña tenía planes de ser conductora, mi ídolo era Lolita Ayala. Tuve la fortuna de que la vida me fuera colocando en este camino, aun cuando mi papá me pedía que estudiara Derecho, pues argumentaba que de qué iba a vivir.
¿Qué es lo que más amas de tu trabajo?
Me encanta entrevistar a las personas, conocerlas, de cada una aprendo mucho. Cubro diferentes círculos y me apasiona la economía. En el sector automotriz es muy interesante observar su evolución, desde el ámbito de la tecnología hasta los nuevos participantes.
¿Qué obstáculos has encontrado en tu camino profesional?
Me parece que como mujeres seguimos rezagadas. El trabajo es bastante pesado; somos mamás, esposas, trabajadoras, en fin, a veces esas partes chocan, no te dan los espacios que requieres, y te siguen pagando menos que a un compañero varón.
¿Cuál es tu filosofía de vida?
Disfrutar todo lo que tengas en el momento. Me encanta descubrir cosas y gozarlas al máximo.
¿Consideras que como mujer ha sido más complicado alcanzar tus metas?
Sí, desde el principio de mi carrera. Mi intención era estar en el área política, pero el director del diario decidió que no era para mujeres, y me colocaron en otra área.
En lo profesional, ¿qué sueños tienes?
Me encanta ser reportera, investigar e informar a mis lectores; ese contacto con ellos es lo que me llena el alma.
Es responsable del Departamento de Comunicación y Mercadotecnia de Chirey México, un puesto con una enorme responsabilidad, pero que, lejos de intimidarla, realiza con gozo y disciplina.
No fue fácil llegar hasta donde está. Para empezar, en un principio no tenía claro cuál iba a ser el rumbo de su vida. Tomó un camino, luego otro y uno más, hasta que encontró un filón que le apasionó.
Hoy, su experiencia en el mundo automotriz la convierte en un pilar de la industria, cuya voz pesa en un ámbito, todavía, de preponderancia masculina.
¿Cómo llegaste a esta industria?
Tengo 13 años en la industria automotriz. Al principio buscaba algo que tuviera que ver con el Derecho, puesto que soy abogada; sin embargo, a veces la vida es la que te pone en donde debes estar. Y es así que empezó mi historia en Renault, en el ámbito de la publicidad; estuve casi seis años en Renault. Después me fui a Kia casi cuatro años, me tocó lanzar MG con el departamento de Mercadotecnia y Comunicación a mi cargo, y ahora estoy en Chirey, es la segunda marca china que lanzo en México, y significa un gran reto. Entre mi vida personal y mi trabajo no fue fácil, pues también se juntó con una pandemia.
¿Siempre quisiste dedicarte a esto, o tuviste otra opción?
Me cambié de carrera tres veces y me titulé de abogada, aunque nunca la ejercí. Al final terminé haciendo marketing, y hoy ya es en lo que tengo expertise. Aunque tres veces intenté decidir mi destino, la verdad es que la vida decidió por mí.