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Belleza dentro del caos

Mario Rojas R.

En ocasiones el teatro sirve como reflejo de nuestra propia vida y nos sirve para cambiar la realidad. El actor David Montalvo precisa que no es necesario que la gente viva las cosas terribles que se plantean en una puesta en escena para hacer conciencia y transformar su vida.

“No necesitamos pasar por cosas tan horribles para entender lo que estamos haciendo mal, no debemos llegar a esas dimensiones horrorosas para cambiar nuestra vida. Cuando vemos el reflejo en el escenario hacemos catarsis y podemos empezar nuestro proceso de transformación personal”, dice.

La obra de teatro El eterno verano de la guerra plantea la historia de un soldado mexicano que regresa luego de combatir con el ejército estadounidense y es internado en un sanatorio psiquiátrico a causa de eventos postraumáticos. Su familia lo rechaza porque no cumple con las expectativas que depositaron en él, quedando así en manos de un viejo amor, quien será su única compañía y apoyo.

Al mismo tiempo que se desarrolla la trama de la vida del joven soldado, coincidirán en el Chicago Bar, un prostíbulo con apariencia de refugio, las historias de un padrote, un reportero, un indocumentado y dos apostadores que se juegan la vida sin sentido. El espectador identificará las bajas pasiones con las que se coexiste como sociedad en este infinito país que es México.

“Es una obra devastadora con un retrato sórdido de nuestra realidad. La escribió Hugo Alfredo Hinojosa y se basa en cosas que él veía y escuchaba de chico; de ahí toma inspiración para escribir este texto atemporal, lo cual la vuelve todavía más sórdida y bestial, es decir, que la oscuridad humana hace que se repitan ciclos”.

-Como si no aprendiéramos nada como humanidad… -Exacto. Y más que aprender, sospecho que es parte de la condición humana: todos tenemos luz y una oscuridad horrorosa que cuando no la queremos ver nos lleva a hacer actos que la sociedad condena y que moralmente son brutales.

La puesta en escena aborda temas como la trata de personas, la prostitución y la guerra, tanto física entre seres humanos, como interna con uno mismo.

“De ahí nace todo porque cuando uno no hace la paz consigo mismo genera caos y afecta a los demás. Este soldado que regresa de la guerra trae todos los demonios sueltos en su cabeza y es incapaz de cambiar. Sólo el amor, a uno mismo y a los demás, lo redimirá y generará la belleza dentro del caos”, concluye David.

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