Revista CSS El Pino nº21

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Nยบ 21 diciembre 2020



en portada Agustina González Bethencourt protagoniza esta portada con el gesto de la célebre ilustración del movimiento feminista. Es una alegoría a la fortaleza de todas las mujeres y hombres que dan vida al Centro Sociosanitario El Pino: residentes y usuarias/ os, personal de todas las categorías profesionales, familiares, voluntariado… y a todas/os el CSS El Pino nos ha marcado. En contraportada Cerramos una década de historia de la revista del CSS El Pino con una imagen: esta revista termina con la foto con la que la iniciamos hace 10 años. La foto de la contraportada del número que tienes en tus manos es la misma de la primera portada.

Fotografía de portada: Ibán López (Aguaviva diseño y comunicación).

Juego ¿Quién es quién? Los protagonistas de estas fotos ya han crecido mucho… ¿Sabes quiénes son? PISTAS: • Le gusta mucho el deporte. • Va vestida de blanco y suele llevar una trenza. • Come mucho pero no engorda.

Centro Sociosanitario El Pino Avenida Juan XXIII, nº 13 35004, Las Palmas de G.C. Tel.: 928 292 545 | Fax: 928 246 240 www.grupoicot.es síguenos en: /grupoicot

EQUIPO Fotografía, diseño y maquetación: Ibán López. Aguaviva diseño y comunicación. Edición Grupo ICOT Impresión Gráficas Abemak

Solución:

Coordinación: Carmen Sueiro Virginia Báez Alejandro López Fran Couto Gabriela Agostini

• La conocían como “la mujer del peninsular”. • A su familia le decían “los pollos”. • Es de Buen Lugar (Firgas). • Le gustaba mucho bailar y los viajes del Imserso. • Es muy golosa.

De arriba a abajo: Raquel Pérez (fisioterapeuta en las plantas 4 y 6), M. Luisa Marrero (Susa) (residente de la planta 6).

Dirección y redacción: Diana Jorge

PISTAS:

CENTRO SOCIOSANITARIO EL PINO - LA REVISTA 3


CSS El Pino antes y después

Un pino de diez

Alejandro López Director del CSS El Pino Llegué al CSS El Pino en diciembre de 2011 a la llamada de Don José María Cabrera, por aquel entonces director (primer director de la etapa de ICOT), en calidad de psicólogo sanitario. Puedo decir que en este centro he crecido y me he formado como persona y como profesional y que el tiempo pondrá los logros colectivos obtenidos en su justo lugar. Al principio era un geriátrico clásico, aunque se notaba el interés y el esfuerzo de la dirección y la coordinación técnica por llevar a cabo un proyecto renovador e innovador en el campo de los mayores y la salud mental. Se notaba desde el inicio que no se pretendía “pasar de puntillas” precisamente por la gestión del centro. Enseguida me di cuenta de que esta organización, el Grupo ICOT, fomenta la iniciativa y la proactividad de sus profesionales, dejando trabajar y poner en marcha diferentes propósitos; no recuerdo recibir un “no” por respuesta a ninguna iniciativa que propusiera como psicólogo sanitario o neuropsicólogo; antes bien, se favorecía y dotaba de medios para poder llevarla a cabo.

Pronto, en 2012, la dirección y la coordinación del CSS El Pino establecieron que la línea a seguir debía ser la por entonces incipiente y novedosa atención centrada en la persona, una filosofía de trabajo que pone la dignidad, los derechos y la autonomía de las personas en el centro de la práctica asistencial.

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CENTRO SOCIOSANITARIO EL PINO - LA REVISTA

Se dio la circunstancia de que los gestores del Instituto AS del Cabildo de Gran Canaria, a quien pertenece el centro sociosanitario El Pino, apostaron también fuertemente por el modelo en aquel momento, marcando ese camino para todos los recursos de su red. Debo decir que mi empresa recogió el guante con determinación. Y me puse a trabajar… al principio en la planta 6ª, que fue la planta que me “tocó” en suerte como psicólogo, desarrollando, junto a todo el equipo multidisciplinar (auxiliares, enfermeros, médicos, terapeuta ocupacional, animador, fisioterapeuta y trabajador social) el proyecto “nuestro centro es la persona”, siendo la planta 6 el “piloto” de tal iniciativa. Pusimos en marcha nuevos protocolos y procedimientos, partiendo, no ya del historial clínico o médico de la persona usuaria, sino de su “historia de vida”, ese relato subjetivo y autocontado, profundamente personal y autobiográfico que todas las personas tenemos de nosotros mismos. Se trataba, en definitiva, de partir de la identidad de cada persona usuaria. Se planificó toda la actividad interprofesional del equipo a partir de las personas y sus necesidades. Fueron tiempos de ilusión, creatividad y sinergia. Se pusieron en marcha proyectos emblemáticos, muchos aún vigentes como: “Despertar en paz”, “En primera persona”, “Construyendo sueños”, “Música en tu mesa”, “El guateque” y muchos etcéteras. Notábamos a los residentes y a los trabajadores felices. Esta felicidad y filosofía de trabajo se trasladó finalmente a todas las plantas, siendo el primer pilar de la transformación vivida en el Pino. Una de las cosas que más me impresionó de la manera de trabajar en el centro a mi llegada fue la espectacular celebración de las fiestas populares canarias y de otra índole como el día del Pino, el día de Canarias, Navidad, fin de año, etc. Asimismo, no es infrecuente ver por el Pino a algunos de los artistas y rostros


populares de nuestra cultura y deportes: Jaime Marrero, Maestro Florido, Piedra Pómez, la Orquesta de Chicago, Nancy Fabiola, Mary Sánchez, Lea Zafrani, veteranos de la UD Las Palmas y muchos más que no es posible nombrar por motivos de espacio y a los que pido disculpas por la omisión. Esto le ha dado al CSS El Pino siempre una tonalidad mágica y especial. En estos eventos se produce un esfuerzo colectivo de primer orden para trasladar a los jardines del centro a más de un centenar de usuarios, la mayoría en silla de ruedas, para que, junto a sus familiares, puedan disfrutar de un día especial en el escenario y carpas instaladas al efecto.

Tras un largo proceso de 4 años, en 2018 conseguimos ser el primer centro del mundo con la doble acreditación por una entidad externa (CEOMA) como libre de sujeciones físicas y químicas (farmacológicas), hito que cobra mayor valor si cabe al ser concedido a un centro público de alta dependencia. No existe un certificado de calidad asistencial de mayor valor en el ámbito sociosanitario. Y lo hemos logrado. Una empresa canaria, un centro canario y con profesionales canarios: estar a la vanguardia de la calidad asistencial y con cuidados dignos.

Hemos podido mostrar este logro con orgullo dentro y fuera del archipiélago, obteniendo el reconocimiento, no solo de otras administraciones públicas y privadas, a las que hemos asesorado y trasladado nuestra experiencia, sino también de ámbitos científicos punteros a nivel mundial, como el artículo sobre la investigación que llevamos a cabo, de manera interdisciplinar en el centro, sobre los beneficios de la descontención química y que fue publicado en “International Psychogeriatrics”, una revista científica de altísimo impacto vinculada a la Universidad de Cambridge. Hemos participado asimismo, en múltiples jornadas y congresos del ámbito de la geriatría, la psicología y la enfermería. En todos estos años el Pino ha cambiado, indudablemente, o mejor dicho, las personas hemos cambiado. Las personas usuarias, por ejemplo, los verdaderos protagonistas de esta historia, han visto alargada su esperanza de vida gracias a nuestros cuidados, pero la contrapartida ha sido el aumento significativo de la dependencia. Este no es el mismo centro que recibimos en el año 2010. El tiempo de espera, además, en los listados de dependencia, hace que la persona, después de dos o más años de su solicitud, ingrese con un mayor grado de requerimiento. Es por esto que, junto con los profesionales del ámbito social, es necesario contar con un equipo médico y de enfermería competente y en número suficiente para atender la gran cantidad de necesidades de los usuarios, derivadas de pluripatologías algunas muy complejas y con unas necesidades asistenciales diarias muy delicadas.

Desde aquí aprovecho para agradecer y reconocer públicamente la labor de los equipos médicos y de enfermería del centro. Sin ellos, a buen seguro que los servicios de atención primaria y hospitalaria estarían mucho más saturados y provocaríamos trastornos a las personas usuarias con los traslados. Especial mención también para nuestro personal auxiliar, entregado, abnegado y trabajando siempre sea cual sea la condición que le toca. Son el primer eslabón de la cadena, el grupo humano que está en contacto directo con el usuario, piel con piel. La primera barrera de protección de nuestros residentes frente a la situación que nos está tocando vivir con la pandemia por el coronavirus COVID-19. No abundaré en nuestra vivencia y actuación en esta pandemia, de sobra conocida por el anterior número de nuestra revista y las apariciones en medios de comunicación locales y nacionales. Solamente decir que, si alguien tenía dudas sobre nosotros, dudas por supuesto legítimas, creo que ya nadie puede discutir que hemos estado a la altura de un reto para el que no estábamos ni preparados ni dotados. Y con esfuerzo, tesón, sufrimiento y pasión, estamos saliendo adelante. Sin escatimar todos los recursos a nuestro modesto alcance. Dándolo todo.

Y al mismo tiempo que luchamos y trabajamos por evitar los contagios, luchamos por no desandar lo andado, por seguir cuidando con dignidad, sin ataduras físicas, químicas ni morales.

A partir del año 2014 comienza otro proyecto de gran envergadura y relacionado directamente con la dignidad en los cuidados: la descontención física y química de todos los usuarios del centro. Era una práctica extendida, por considerarse adecuada, que los usuarios con demencia estuvieran sujetos con contenciones a sus sillas o camas para evitar posibles riesgos como caídas, auto o hetero agresión. Asimismo, quisimos erradicar la práctica de sobremedicar a las personas de edad institucionalizadas.

Nada me llena de mayor orgullo que ver a los familiares nuevamente en el centro cerca de sus seres queridos, o a los usuarios trabajando en sus espacios comunes con sus fisioterapeutas, animadores o psicólogas. Por supuesto adaptados a la nueva realidad, pero ahí estamos, no nos van a parar.

EL FUTURO El futuro no existe, porque el futuro es hoy. Nuestra visión es extender el modelo por todo el sector, que no sea posible otra manera de cuidar. Con todos nuestros defectos y con toda la humildad, podemos decir que hemos dejado el centro mejor de como lo encontramos. Pero hay margen de mejora y nos gustaría poder seguir contribuyendo aún más a unos cuidados públicos de máxima calidad, como sin duda todos nos merecemos. CENTRO SOCIOSANITARIO EL PINO - LA REVISTA 5


10 años10 logros Francisco Couto Coordinador técnico asistencial

En tantos años en el Centro Sociosanitario El Pino es evidente que hemos tenido momentos buenos, momentos malos, e incluso, en mi opinión, algunos momentos brillantes. Me gustaría aprovechar este artículo para rendir homenaje a todos los trabajadores del centro, recordando 10 logros significativos conseguidos en este periodo de gestión por parte del Grupo ICOT.

1. Atención centrada en la persona.

En el año 2015 presentamos en el congreso regional de la Sociedad Canaria de Geriatría y Gerontología, celebrado en Lanzarote, un póster que aglutinaba todas las acciones que se venían desarrollando en el centro y que tenían como núcleo el modelo de atención centrada en la persona. Todas se pusieron en marcha desde el principio de la gestión y han ido creciendo, se han incorporado nuevos proyectos y se han convertido en una de las líneas maestras del trabajo desarrollado. Actualmente la atención centrada en la persona y en la vida se respira por cada poro de la piel de nuestro centro.

Sin lugar a dudas, las celebraciones de las fiestas es uno de los rasgos más distintivos de la gestión en estos años. Por el centro han pasado muchos artistas, colectivos, asociaciones, etc- Se han desarrollado cientos de actividades, que nacieron de la creatividad, el ingenio y el cariño de los profesionales del Pino, y que han disfrutado los residentes y familiares. Cada año hemos ido a más, buscando mayor interactividad, aumentando el número de eventos… Todos estamos deseando que se vuelvan a realizar.a los residentes y usuarios de centros de día del CSS El Pino. Cada actividad intergeneracional da vida a nuestros mayores.

2. Intergeneracional.

4. Voluntariado

Nuevamente hablamos de un proyecto pionero. Comenzó como algo muy sencillo: una clase del colegio Claret y algunos mayores de la planta 6. Después pasó a ser mágico. En la actualidad ya son tres colegios, dos institutos y más centros educativos que se quieren unir a los residentes y usuarios de centros de día del CSS El Pino. Cada actividad intergeneracional da vida a nuestros mayores. 6 6

3. Las fiestas del Pino, nuestro ADN.

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Hablar de voluntariado en El Pino es hablar de la ONG Iniciativas Humanas, sin duda otro proyecto pionero, clave y determinante en las líneas maestras del centro. Iniciativas Humanas es solidaridad, es compromiso, es integración, es apoyo, es ayuda, es lo que han necesitado muchos de nuestros residentes durante tantos años; es tanto, que a veces es difícil hasta explicarlo.


5. La apuesta por la ciencia.

Durante todos estos años, desde la dirección y la coordinación del centro se ha potenciado la realización de investigaciones científicas, con las que estar en la vanguardia de los cuidados a los mayores; y se han presentado en los congresos regionales, nacionales y también a nivel internacional. Además, en las instalaciones del Pino se han organizado las Jornadas Sociosanitarias, así como otros congresos y conferencias. El Centro Sociosanitario El Pino se ha convertido en un punto neurálgico en Canarias del conocimiento científico en el cuidado de las personas mayores. De la misma forma, es centro de referencia para la formación práctica de profesionales de índole sociosanitaria.

8. La revista del CSS El Pino.

Los 21 números de esta revista, con edición profesional, con un equipo de diseño, fotografía y redacción, pero también con la participación de todas las personas que conforman la gran familia del CSS El Pino, ha sido un logro enorme para este equipo. Nos sentimos orgullosos con el reconocimiento que nos hacen los residentes y familiares después de cada entrega.

9. Cuidados dignos hasta el final de la vida. 6. La gestión del COVID-19.

Quizás sea el reto más difícil al que nos hemos enfrentado, como profesionales y como seres humanos. Es una lucha diaria y constante, con muchos altibajos y en la que estamos inmersos todavía, con visos de que durará bastante, por lo menos, hasta que exista una vacuna que garantice la seguridad de todos nuestros residentes y usuarios. Sentimos el agradecimiento y el reconocimiento de entidades públicas sanitarias y sociales, de prensa y televisión a nivel local y nacional, pero el que más nos llena cada día es el apoyo de las familias y residentes de nuestro centro. Les prometemos seguir con nuestro compromiso de dar los mejores cuidados posibles.

Sin duda uno de los grandes momentos de nuestra vida es cuando dejamos de estar en ella. El equipo de profesionales del CSS El Pino, coordinados por el equipo de psicólogas, han desarrollado una acción integral de atención en los momentos previos, durante y posteriores al tránsito, que abarca la atención específica para residentes y familiares. Es una labor muy difícil y de la que nos sentimos muy orgullosos.

10. La torre de Babel. 7. Primer centro libre de sujeciones físicas y farmacológicas.

En noviembre de 2017, el CSS El Pino culminaba años de esfuerzo certificándose como el primer centro acreditado libre de sujeciones físicas y farmacológicas. Fueron años de duro trabajo que continúa hoy en día. Ya no concebimos el cuidado de personas con sujeciones y los residentes y familiares de nuevos ingresos desde que llegan solicitan la aplicación del programa.

En el edificio del CSS El Pino conviven cinco plantas de residencia de mayores, tres plantas de centros de día, un centro de rehabilitación psicosocial, una planta de valoraciones del Gobierno de Canarias con un laboratorio, una planta de atención de salud mental del centro de salud de Canalejas y dos plantas de mini residencias de salud mental. Es un espacio físico donde conviven residentes, usuarios, proveedores, familias y trabajadores de múltiples servicios, de diversos organismos y empresas. En la torre de Babel que es el CSS El Pino todos hablamos el mismo idioma, conviviendo en armonía, con respeto y en pro de la integración social de todos los residentes y usuarios de todos los servicios. CENTRO SOCIOSANITARIO EL PINO - LA REVISTA 7 CENTRO SOCIOSANITARIO EL PINO - LA REVISTA 7


Terapia ocupacional: actividad actual

El equipo de terapia ocupacional del CSS El Pino está compuesto por: Santiago Olmedo (planta 2), Ismael Ruano (planta 3), Elena Alemán (planta 4), Inmaculada Gómez (planta 6), Alba Acosta (planta 7), Juan Abel (planta 8), Sara Arribas (planta 10), y para la sustitución de vacaciones está Ylenia Franquiz. Nuestros objetivos son: 1. Mejorar/ mantener/ fomentar la independencia y la autonomía. 2. Cohesionar/ organizar la actividad asistencial de cada planta. 3. Innovación y proyección social corporativa y de la disciplina. Desarrollo profesional del terapeuta. Cuando se inició la crisis sanitaria debido a la COVID-19 se produjo una deprivación sensorial que ha afectado tanto a las capacidades funcionales como a la calidad de vida y bienestar de los residentes.

Los abordajes utilizados por los terapeutas ocupacionales son distintos en función de las necesidades, dificultades y de los objetivos a alcanzar: • Reeducación y entrenamiento en la realización de las AVD. • Entrenamiento en el uso de adaptaciones y productos de apoyo. • Modificación del entorno. • Rehabilitación física. • Ocio y tiempo libre.

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Como medidas de prevención, los profesionales tenemos puesto en todo momento la mascarilla (al igual que los residentes), la pantalla protectora y guantes, que nos cambiamos antes de estar con cada residente. En las actividades grupales, a las medidas de seguridad establecidas se le suma la distancia de seguridad entre los participantes. En cuanto al material utilizado, es desinfectado tras su uso.

Las actividades que realizamos son muy variadas y dependen de los intereses del usuario y del análisis previo de la actividad realizado por el terapeuta ocupacional para adecuarla a las necesidades de cada persona.

“La terapia ocupacional es una profesión que se ocupa de la promoción de la salud y el bienestar a través de la ocupación.” Federación mundial de terapeutas ocupacionales (WFOT).


La vida sigue.

Fisioterapia Raquel Pérez, Marta Mª Fernández y Juan Jesús Aguiar. Fisioterapeutas Puede que durante estos últimos meses el mundo se haya parado en cierta medida, pero el cuerpo humano pide movimiento y no puede esperar. Es por ello que nosotros, los fisioterapeutas, tenemos una máxima en estos momentos: no dejar que nuestros residentes se vean obligados a frenar sus actividades físicas.

La vida sigue para ellos, y nosotros les hemos ayudado a superar esta época de la mejor manera posible, manteniendo su funcionalidad y capacidades físicas para que puedan seguir realizando con normalidad las actividades de la vida diaria y no pierdan del todo esa rutina de ejercicio que estaba establecida.

Gracias al empeño de muchos de nuestros mayores y a nuestras ganas de seguir mejorando y/o manteniendo su estado físico, hemos superado con creces esta circunstancia de “parón”. Seguiremos ofreciéndoles todo lo que esté en nuestras manos para retrasar al máximo la aparición de limitaciones, pues el movimiento es vida y no podemos dejar que el cuerpo pare.

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La vida sigue.

Departamento gerocultor Yessica Cabrera Gerocultora Actualmente nos toca vivir de forma poco común y también trabajar de una manera que nunca imaginamos: sectorizadas. Se trata de un sistema de trabajo organizado, divididas por pasillos para evitar posibles riesgos de contagios. Siempre permanecemos en un mismo pasillo de la planta y cada sector tiene su propio lugar de descanso e, incluso, un lugar sectorizado para cambiarnos al principio y al final de la jornada. Esta organización ha cambiado nuestro día a día. He de reconocer que al principio nos surgieron inseguridades. Nadie dijo que fuera fácil, pero tampoco imposible, y aquí seguimos, a pie de batalla día tras día, superándonos y haciendo que nuestros mayores vivan de la mejor manera posible.

Estoy muy orgullosa del trabajo que hacemos. Tiene sus sacrificios pero también beneficios. Contamos con un gran equipo de auxiliares y formamos una gran familia. Yo soy gerocultora de este centro desde hace 12 años.

Hemos conseguido controlar la pandemia gracias al trabajo consciente de prevención y al uso de medidas y material (mascarillas, pantallas protectoras, guantes, batas, geles hidroalcohólicos...). Los cambios de organización en el centro no están siendo fáciles ni para nosotras ni para los residentes pero, sin duda, nos hará más fuertes. De eso no tengo duda.

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Animación sociocultural:

actividad actual Carmen Sueiro TASOC Las actividades de animación sociocultural en nuestro centro han cambiado mucho por esta situación que estamos viviendo. Hemos tenido que reinventarnos y adaptarlas a la situación que nos rodea, pero no por ello dejamos de hacer actividades, simplemente las hacemos de otra forma. Ahora son más individualizadas o en grupos más pequeños (según sectorización).

Sabemos que esta situación es difícil tanto para nuestros residentes como para sus familiares, pero no nos queda otra que cuidarnos y esperar a que esto acabe lo más pronto posible. Como novedad, estamos preparando un programa de radio diario, realizado por nuestros residentes/usuarios a través de la megafonía del centro. Es una forma de orientación temporal y entretenimiento para nuestros mayores. Además, cada mayor que prepara el programa trabaja la comunicación oral, la búsqueda de noticias y la lectura.

Seguimos celebrando los cumpleaños de nuestros residentes; de una forma más íntima pero igual de cercana. También seguimos haciendo actividades manuales para las decoraciones temporales de las plantas (Navidad, Carnaval…), pero ahora apoyándonos mucho más en los equipos de gerocultores, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales. Sin su ayuda no podríamos realizar todo este trabajo. El voluntariado y las actividades intergeneracionales también han dado un giro y ahora se hacen a distancia, a través de carta o de audios. Nuestros voluntarios y los menores que nos visitaban siguen teniéndonos muy presentes y de vez en cuando nos escriben alguna carta de ánimo o nos envían un dibujo.

Nuestra labor principal en estos momentos es que los residentes se comuniquen con sus familiares, ya sea mediante una visita en persona, por videollamada o llamada, a través de una foto o de la grabación de un vídeo haciendo alguna actividad. CENTRO SOCIOSANITARIO EL PINO - LA REVISTA 11


CUMPLEAÑOS en tiempos de COVID-19 Carmen Sueiro TASOC En estos tiempos tan raros que estamos viviendo no podemos dejar de celebrar que seguimos aquí, por eso queremos seguir celebrando los cumpleaños de nuestros mayores, aunque sea de una manera diferente, pero siempre alegre. Cuando uno de nuestros residentes va a cumplir años nos ponemos en contacto con la familia para saber si le quieren traer una tarta, un presente, etc.

El día del cumpleaños colocamos un cartel/ felicitación en la habitación del residente para que todo el que entre en la habitación le felicite y se sienta querido e importante.

Le cantamos el cumpleaños feliz entre todos y, para que el día sea redondo, le ofrecemos un desayuno especial (con anterioridad le preguntamos al residente qué le gustaría desayunar y pedimos el visto bueno del médico y de la terapeuta ocupacional). Si al residente le gusta la música, acompañamos el desayuno con música de su cantante favorito. Da gusto ver las caras de nuestros residentes, al sentirse más especiales si cabe.

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O N I P L E S S EL C

A C R A M TE

ESPECIAL

«El CSS El Pino me ha marcado» En este especial hemos querido conocer qué representa el CSS El Pino para diversas personas vinculadas con el centro: residentes, familiares, trabajadores, voluntarios... Y una cosa está clara: el CSS El Pino nos ha marcado a todas/os. Aprovechamos la fuerza del gesto del movimiento feminista para simbolizar la impronta que deja el CSS El Pino. Por eso hemos fotografiado a Agustina González Bethencourt (en la portada) y a Cesárea Ortega Naranjo (en esta página), con esta pose de fortaleza. Al mismo tiempo, con el guiño a esta célebre ilustración reafirmamos la historia de vida de las mujeres que residen en el CSS El Pino y que en su juventud tuvieron que luchar muy duro para conseguir la igualdad de derechos entre mujeres y hombres. Las nuevas generaciones debemos seguir trabajando por la plena igualdad, pero nuestras abuelas cambiaron nuestro futuro. Estas mujeres que ahora vemos tan mayores, son auténticas heroínas.

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¿Qué significa el CSS El Pino para ti?

P E L CSS E L

INO

A C R A M E T

Responden a esta pregunta trabajadores que llevan más de 10 años en la empresa, residentes, familiares, antiguos compañeros, colaboradores y más personas que han dejado su impronta en El Pino y que, sobre todo, El Pino les ha marcado a ellos.

Ada Aliño

enfermera del CSS El Pino desde 2007, hace casi 14 años. Trabajar en el Centro Sociosanitario El Pino ha sido para mí una experiencia y una aventura. Siempre he intentado sacar adelante el trabajo de las plantas en las que he estado, poniendo en primer lugar y como objetivo prioritario a las personas que cuidamos. Llevo 14 años en este centro, por eso formo parte de la historia de estas paredes, y he visto pasar ya tres empresas diferentes con distintas formas de trabajar. Al principio, sólo había tres plantas abiertas y en pleno funcionamiento: la 2, la 3 y la 4. El equipo interdisciplinar era pequeño, como una segunda familia de uniforme. El Pino no es un centro estático, está vivo y a veces sufre revoluciones. Con ICOT llegó el crecimiento, de tres plantas pasamos a once abiertas y en pleno rendimiento. Con la apertura de plantas llegaron nuevos recursos y una nueva forma de trabajar. Hemos aprendido y conocido los programas libres de sujeciones físicas y químicas, ICOT nos impulsó a cambiar el chip de la forma tradicional de cuidar a la forma de acompañar en una asistencia libre al residente. Trabajar con un equipo interdisciplinar enorme costó el precio del concepto trabajar en familia, a veces me cruzo con compañeros que no conozco y echo de menos aquella unión, pero si este es el precio de una asistencia más personalizada, estoy dispuesta a pagarlo. Hoy, en plena crisis de COVID-19, debo decir que me siento orgullosa de cómo hemos llevado la situación. El Pino con ICOT se ha convertido en un centro en el que cada día vivimos un nuevo reto asistencial. Mire donde mire sólo veo cambios a los que nos tenemos que adaptar sí o sí por el bien y la salud de las personas que cuidamos.

Quiero felicitar a ICOT en su 10º aniversario, por ser guerrera, por vestirse de ninja ante este bicho y por esa capacidad de cambio constante que tiene sin la cual habríamos sucumbido en los primeros meses de esta lucha. Gracias a todos y todas.

Esta enfermera cubana algo escandalosa se siente orgullosa de todos sus compañeros y compañeras, me siento orgullosa del Pino. Si alguien pudiera abrir una ventana por la que ver mi corazón, bien firme y grande podría ver a este centro, en el que he dejado y pienso dejar lo mejor de mi vida profesional.

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Marta Sánchez

recepcionista del CSS El Pino desde 2006, hace más de 14 años. En todos estos años he aprendido mucho aquí. Me encanta estar con los mayores, aprendo mucho de ellos, nuestros mayores son muy sabios. Lo que más me gusta es el contacto con la gente, atender a nuestros residentes y usuarios, familiares, trabajadores, proveedores, etc. Para mí El Pino es mi familia, me encuentro como en mi casa.


Cristina,

nieta de Paulina Navarro

residente desde 2006.

Mi casa, el CSS El Pino. Hace ahora 14 años, un 6 de marzo de 2006, después de 13 meses de espera en la clínica de La Paloma, llegué aquí, al CSS El Pino. Empecé en la segunda planta, donde sólo estábamos cinco personas. Allí teníamos tres meses para adaptarnos, y si no, podía volver a mi casa. Yo me adapté rápidamente a la dinámica del centro: despertar, desayunar y, después de un tiempo prudencial, te bañaban y te vestían, porque hay que decir que yo soy de movilidad reducida y necesito ayuda, ya que no puedo andar, de ahí que lleve silla de ruedas. Tengo 66 años y he perdido la posibilidad de hacer la transferencia yo solo; necesito ayuda de dos personas.

Realizo diversas actividades, como todos los compañeros: leer el periódico, matemáticas, algo de lengua, naturaleza, etc. Luego suelo jugar al dominó y, sobre todo, música, me gusta la música popular, la música canaria y algún tema en inglés.

Estas son mis andanzas por el CSS El Pino, y las que nos quedan por delante. Un saludo para todos y todas.

Hace 10 años que mi abuela entró en el CSS El Pino. Voy a contarles todo el popurrí de sentimientos de esta experiencia. Al comienzo de esta andadura teníamos incertidumbre, dudas e incluso miedo por el desconocimiento de cómo se vive en una residencia, cómo es el trato del personal y cómo son los cuidados médicos. Además, temíamos que mi abuela no se sintiera como en su casa y pensara que no la queríamos por llevarla allí. Ay… si nos hubieran dicho hace unos años todo lo que sabemos ahora… cuánto hemos aprendido y cuántos mitos falsos nunca volveremos a creernos. Toda nuestra desconfianza se disipó en cuanto vimos que en su primera semana en la residencia dejó de estar deprimida y apática, pasando a estar mucho más habladora y con más apetito. Quien la conoce sabe que ella si no come, es mala señal. Las compañeras de habitación que ha ido teniendo durante todos estos años (Gloria, Asunción, Josefa y Lidia) nos han dado muchas alegrías, a mi abuela y a toda la familia. Asunción conseguía que mi abuela le hiciera favores a cambio de caramelos, ¡vaya dos! Hoy día se echan mucho de menos esos momentos en el salón con los otros familiares, hemos pasado muchas tardes llenas de risas y momentos únicos.

Yo sé que a mi abuela le gusta vivir en su “casa grande”, una de sus zonas favoritas es el invernadero, siempre le han encantado las plantas, además le queda cerca del “gimnasio”. Adora a todos los cuidadores, los fisioterapeutas que ha ido conociendo, los de animación… a todos les lanza besos y les suelta un piropo, e incluso ha adoptado algún nieto más.

José Luis Ramos Zerpa

residente desde 2010

Cómo pasa el tiempo de rápido… ya hace una década. Es una pena no poder celebrarlo junto a ella, por esta maldita pandemia, pero hay que destacar que en estos 7 meses, desde la residencia nos han hecho estar informados, con videollamadas, emails de Virginia cada semana, poder enviarle su regalo de cumpleaños… Para mi abuela su cumpleaños es sagrado, así como visitar a la virgen del Pino para agradecerle que tengamos buena salud. Ella siempre le da las gracias a “Pinito” por todo lo bueno que pasa, pero yo siempre estaré agradecida a todo el equipo que forma el Centro Sociosanitario El Pino, porque estos 10 años han sido maravillosos e inolvidables. CENTRO SOCIOSANITARIO EL PINO - LA REVISTA 15


Ya por el año 2013 fui nombrada Gerente del IAS y me siguió acompañando, aunque un poco más de lejos, El Pino y su equipo y, aunque seguí mis pasos hacia una etapa política ilusionante, no faltaba nunca a las entrañables fiestas de Carnaval, del día del Pino…

Al Pino y a su gente les debo muchísimo, gracias por darme la oportunidad de escribir estas letras, ha sido muy bonito recordar todos los momentos felices que me unieron a este centro y que espero me sigan uniendo.

Gracias de corazón a todos los que han hecho posible aquel pequeño proyecto del año 2005/6, que aunque a mí me pareció ambicioso, no alcanzaba a visualizar en lo que finalmente se convertiría. Mi enhorabuena a todo el equipo y sigan en el camino de la excelencia: ¡ellos lo merecen!

Esther Monzón.

Fue directora del CSS El Pino y gerente del IAS. Actualmente es directora del CSS Taliarte.

Allí aprendí a amar mi profesión, a empatizar con los demás y, sobre todo, a valorar que la juventud es un regalo que nos han dado ellos y que el cuidado de nuestros mayores es el trabajo más satisfactorio que he conocido jamás si se hace con profesionalidad, cariño y respeto.

Sin saberlo en esos momentos, aquel proyecto me ha venido acompañando en mi trayectoria profesional y personal a lo largo de todos estos años. Pasé de ser directora de la primera fase a ser técnico de la unidad técnica de evaluación y calidad del IAS, donde se redactó el pliego para la gestión de la segunda fase del Pino. Más tarde fui nombrada coordinadoras del IAS en el centro y allí pasé muchas horas de nuevo dentro del edificio, orgullosa de su crecimiento y del quehacer de los buenísimos profesionales. Se desarrollaron nuevos programas muy innovadores, bajo el prisma de la atención centrada en la persona, y de ahí derivaron otros que han colocado al Pino en un centro de referencia internacional por ser el primer centro libre de contenciones, liderado todo ello por Alejandro, un gran director y sobre todo un gran profesional. 16 CENTRO SOCIOSANITARIO EL PINO - LA REVISTA

Carlos Gómez

terapeuta ocupacional que trabajó en el CSS El Pino. Mi primer día en el CSS El Pino fue el uno de diciembre del año 2010, justo un mes antes de que naciera mi hijo Carlos. En total fueron cerca de nueve años, en los que fue creciendo mi vínculo al colectivo de las personas mayores y terminaron por formar parte de mi familia.

La evolución en un centro así es constante, estoy muy orgulloso de haber formado parte de proyectos tan importantes como la descontención o la atención centrada en la persona, sin olvidarme de las primeras salidas al exterior de la planta 3ª o del grupo de voluntarias de la cuarta y amigos. Tantos buenos recuerdos y amistades que nunca olvidaré.

No recuerdo con exactitud las fechas, siempre me he caracterizado por mi falta de memoria, pero sí recuerdo que mis hijos eran muy pequeñitos cuando fui por primera vez al Pino, como directora de la primera fase. Sería el año 2005 o 2006. Aquel proyecto recuerdo que me ilusionó muchísimo, era el reto de la puesta en marcha un proyecto muy ambicioso, convertir el Pino, centro hospitalario de referencia de nuestra infancia, en un centro sociosanitario que alojaría a nuestros mayores. Ahí conocí a profesionales maravillosos, muchos de ellos aún siguen ahí, y a muchos mayores y familiares felices de estar en uno de los mejores centros de la isla, por no decir de la autonomía.

Tras mi experiencia, considero que el bienestar y la calidad de vida de nuestros mayores tienen que estar por encima de cada una de las profesiones, para lo que es muy importante crear un ambiente de trabajo óptimo, de respeto y compañerismo. Un fuerte abrazo.


enfermera que trabajó en el CSS El Pino. Fue mi primera experiencia laboral al acabar la carrera y hasta ahora las más gratificante porque crecí como profesional y, sobre todo, a nivel personal, dándome cuenta de que ser enfermera es mi gran pasión.

cambió lo asistencial superfluo por el acompañamiento terapéutico en pro de una calidad de vida para los y las mayores, que a la vez acompaña al personal en su crecimiento profesional y personal.

Noelia Martel

Agradecida por las posibilidades que me brindaron compañeros y familias, pero sobre todo a ellos, que no son solo canas y arrugas, son una historia de vida que aún late.

Tuve la suerte de trabajar en mi querida planta 6, llevándome solo buenos recuerdos y una familia para toda la vida (tanto compañeros como a residentes).

El cariño y el amor que nos demuestran los residentes día a día es inexplicable, me quedo con todos los momentos vividos, muchas anécdotas, consejos llenos de sabiduría, abrazos que llegan al alma, besos que curan heridas y lágrimas en las despedidas, que nunca serán fáciles, porque todos y cada uno de ellos tienen un precioso lugar en mi corazón. Nunca olvidaré esas sonrisas en sus caras de agradecimiento por lo más mínimo, cuando la que tanto tiene que agradecerles soy yo, por su amor infinito, su cariño inagotable y tratarme siempre como ellos me llamaban: “SU NIETA”. GRACIAS POR TANTO, GRACIAS POR TODO.

Sobrinos y resobrinos de

Carmen Sosa Santana, usuaria y residente desde 2007 hasta 2019.

Empezó en el centro de día en el año 2007, en palabras de ella: «por acompañar a su hermana Agustina, animar a los viejos y ayudar a las niñas». Podías verla en costura, cargando garrafas de agua por los pasillos, dándole caramelos a escondidas a los diabéticos, llevando sillas de ruedas y saliendo a la calle para hacer “mandaos” como comprar el pan, el desayuno del personal y la lotería.

TASOC que trabajó en el CSS El Pino. Cuando pisé el El Pino me preguntaron: ¿virtud? «Paciencia»; ¿Defecto? «Cuando la pierdo»; ¿Qué haces muy bien? «Cocinar». Quizás estas tres respuestas pueden definir mi paso por El Pino, el lugar que durante 8 años se convirtió en mi casa y que me permitió cocinar la atención integral, agregando otros ingredientes: al mayor y a mis compañeros.

El camino tuvo alegrías y penas, pero gracias a la calidad humana que allí habita, se resurge, creciendo junto a un equipo que poco a poco

En el año 2014, de regreso a casa, se cayó bajando las escaleras del transporte y, como consecuencia, tuvo su primera fractura de cadera y la pérdida de autonomía. En 2017 volvió con plaza de residencia y en 2019 falleció, acompañada de su familia y sintiéndose querida por todo el personal que fue a darle el último adiós.

Sus familiares queremos destacar con estas líneas que en el Centro Sociosanitario El Pino siempre le permitieron ser ella misma, con sus cambios de humor y particularidades. Agradecemos los cuidados y el cariño que sabemos aún le tienen.

Vanessa Cabrera

Desde el primer momento fue todo un personaje que se hacía notar por su espíritu inquieto y el uso de expresiones como «váyase al coño», «fíjate tú». Era fácil de encontrar porque hablaba alto debido a su sordera. Durante una conversación hacía por entender pero, si no lo lograba, ella misma cambiaba de tema o salía al rescate su amiga Lorenza para explicarle. Tuvo varias amistades, con Petra pasaba los ratos e iba a verla a su habitación cuando estaba enferma, para hacerle compañía.

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También la iniciativa del “buchito de café” ha quedado como una huella indeleble para dar satisfacción a los acogidos en El Pino de seguir estando presentes en la sociedad con esos paseos desde la residencia a las cafeterías cercanas. Y la colaboración en las fiestas mensuales de cumpleaños que organiza la Fundación La Caixa con sus voluntarios.

Esta ha sido nuestra labor, deseando que nuevas generaciones se incorporen a nuestro voluntariado para que los mayores no se sientan solos y sigan dándonos su sonrisa como agradecimiento a nuestras visitas.

“ Asociación Iniciativas Humanas. Juan Francisco Fonte Ojeda. Secretario de Iniciativas Humanas y voluntario en el CSS El Pino.

Doce años de iniciativas humanas con sus voluntarios en El Pino.

Ha sido una entrega total de nuestro voluntariado en conjunción con la dirección del Pino y sus técnicos, creando un sólido equipo de apoyo en favor de nuestros mayores, que siempre nos han acogido con sus sonrisas y vivencias, participando durante unas horas de nuestra compañía.

Fruto de este encuentro han surgido iniciativas para hacer más agradable la estancia de los residentes, como juegos de salón, bailes, talleres y otros entretenimientos. Ahí está, entre otras, la puesta en marcha del invernadero, con la participación de Iniciativas Humanas, y la desinteresada colaboración en el taller de costura, que en la reciente pandemia de Coronavirus pusieron todo su entusiasmo en confeccionar mascarillas para los residentes y personal del centro cuando estas no existían en el mercado, al iniciarse el virus allá por los meses de marzo y abril. 18 CENTRO SOCIOSANITARIO EL PINO - LA REVISTA

Ángel Araña

hijo de Isabel López Reyes, residente hasta 2019. Mi madre, como yo digo, se fue al lugar perfecto el primero de mayo de 2019.

Mi experiencia, y creo la suya, en el centro, fue especial. Desde el principio fue de amistad y de como si de una familia se tratase. El cariño, y diría el amor, con la que la trataron, fue especial.

La presencia de los voluntarios pertenecientes a la asociación Iniciativas Humanas va pareja a la puesta en marcha del Centro Sociosanitario El Pino a partir del año 2008. Por lo tanto, a lo largo de 12 años más de un centenar de voluntarios de nuestra asociación han estado de forma permanente cada semana en las plantas de esta residencia, en turnos de mañana y tarde, en labores de acompañamiento.

Aprendí mucho de mi madre, cuando por las tardes me sentaba con ella a hablar de la vida, la familia, los sentimientos... A la vez, el trato, tanto con las y los profesionales, como con los usuarios, supuso un enriquecimiento personal comparable a cualquier máster; eso sí, lleno de amistad y cariño. Con los usuarios y usuarias llegó a ser casi familiar, trato que hoy día sigue. Gracias a todo el inmenso corazón que es El Pino, tanto los trabajadores como los usuarios. Y, aunque en la distancia: un abrazo para tod@s.


afianza la autoestima de saberse queridos e importantes.

Fundación La Caixa Anastasia, voluntaria de la Fundación la Caixa.

Pienso que cumplir años es motivo de celebración, por eso la actividad de celebrar el cumpleaños de las personas mayores me parece importante para los residentes con o sin familiares.

Enorme satisfacción y gratitud produce saber que distintas familias solicitan la admisión de sus hijos en el colegio impactadas por el enriquecimiento recíproco que se deriva de esta preciosa experiencia de vida. ¡Muchas gracias!

En el rato que pasamos juntos nos convertimos en una gran familia, compartiendo merienda, risas, canciones y hasta algún que otro baile, haciendo de ello no sólo una actividad lúdica sino también saludable.

Colegio Claret

Antonio Paneque Profesor del colegio Claret. Han pasado ya diez años desde que se puso en marcha el programa de intercambio entre los residentes de El Pino y el colegio Claret. Año tras año se han sucedido las visitas recíprocas y se han realizado numerosas actividades de encuentro entre residentes y alumnos, y todas ellas se han revelado de un extraordinario valor.

Para los jóvenes, en efecto, acercarse a la sabiduría, ternura y fortaleza de los mayores supone un regalo impagable: significa para ellos pisar tierra firme, respirar hondo, sumergirse en las raíces de la vida y mirar al futuro serenos, sin sobresaltos. Mientras que, para los mayores, el contacto con nuestros alumnos es fuente de consuelo y aliento, hace reverdecer su energía vital y suscita en ellos esperanza y ganas de vivir, a la vez que

IES Politécnico Las Palmas Cassandra Rodríguez Mújica

Profesora de geografía e historiay coordinadora del proyecto intergeneracional “Memorias del 36”. En octubre de 2018 arrancaba el proyecto intergeneracional “Memorias del 36” en el que participaban, de un lado, los alumnos de 1º de Bachillerato del IES Politécnico y, de otro, los mayores del CSS El Pino. Tanto la dirección del instituto como la del centro sociosanitario, apostaron por abrir sus respectivas instituciones al entorno y beneficiarse mutuamente de todo el potencial que presentan tanto jóvenes como mayores.

Para los jóvenes, implica compartir parte de su tiempo, sintiendo que pueden ser útiles, hacer algo valioso y desinteresado por los demás y aprender de la enorme experiencia de nuestros mayores. Para estos, supone romper con la rutina, sentirse valorados, recordar su juventud, abrir sus mentes y sentir el calor humano.

El momento más entrañable es cuando toca soplar las velas de la tarta porque es también cuando abren los regalos y nos enseñan lo que les han regalado, pero sobre todo nos dicen quién se lo ha hecho. También suelen contarnos algún acontecimiento o recuerdo de su vida. Y lo mejor de todo, a mi modo de ver, es que al acabar la fiesta les hemos hecho sentir que son importantes, que les queremos y deseamos que sean felices y que cumplan muchos más.

La situación en la que nos encontramos actualmente nos obliga a buscar nuevas alternativas de colaboración, pero sabemos que más pronto que tarde, podremos volver a retomar las visitas y los actos lúdicos que tanto disfrutábamos juntos. CENTRO SOCIOSANITARIO EL PINO - LA REVISTA 19


Las fiestas del CSS El Pino: rememorando 10 años Una de las cosas que nos caracteriza en el Centro Sociosanitario El Pino es la espectacular celebración de las fiestas, como el día del Pino, el día de Canarias, la Navidad, el Carnaval, el fin de año, etc. Esto le ha dado al CSS El Pino siempre una tonalidad mágica y especial.

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Famosos en El Pino Por El Pino hemos visto artistas reconocidos y rostros populares de nuestra cultura y deportes. Son tantos los que han acudido para hacer disfrutar a nuestros residentes y usuarios, que no caben todos en estas páginas, además, algunos han venido más de una vez. Les mostramos una pequeña recopilación.

Mary Sánchez y los Bandama actuando en el CSS El Pino. Mayo de 2013.

La reina Letizia, en aquel entonces princesa, inauguró el CSS El Pino el 30 de noviembre de 2010.

Actuación de Maestro Florido en el Día del Pino de 2012 y 2016.

Penélope Cruz rodó en el CSS El Pino una escena de la película ‘La red avispa’ en marzo de 2019.

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Tuvimos la suerte de poder disfrutar del concierto de un quinteto de cuerda de la Orquesta Sinfónica de Chicago en enero de 2014.

Lea Zafrani actuando en el Centro Sociosanitario El Pino por el 105 cumpleaños de su tía Soledad Guillén, el 24 octubre de 2017.

Actuación de Yanely Hernández y Lili Quintana de En clave de Ja en la celebración del Día de Canarias de 2014.

Actuación de Pepe Benavente en el Día del Pino de 2012.

Tuvimos la inmensa suerte de disfrutar en el CSS El Pino de la voz de Nancy Fabiola Herrera, una de las grandes mezzosopranos de la actualidad a nivel internacional. La cantante canaria es una las artistas más relevantes del panorama operístico. Agosto 2017.

Visita de los veteranos de la Unión Deportiva Las Palmas en 2016 y 2017.

Actuación del humorista Jaime Marrero. Marzo 2014.

El humorista Gregorio Figueras, integrante de “Piedra Pómez” actuó en el CSS El Pino el Día Canarias de 2015.

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Día mundial del Alzheimer No recuerdan que llevan mucho tiempo sin ver a su familia. No saben cuánto hace que no les abrazan. Pero sienten el cariño en las palabras y en los cuidados que reciben. Se han olvidado de mucho, pero no de sentir. La memoria emocional es lo último que se pierde. Con Alzheimer, aunque no sepas quién eres, siempre sabrás lo que sientes.

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Los artífices de la revista Una década dando vida a nuestra revista. Con este número 21, la revista del CSS El Pino cumple 10 años. En cada edición hemos puesto mucho esfuerzo y cariño. Siempre ha sido un reto y hemos perseguido continuar mejorando. Espero que lo hayamos conseguido y que les guste ojear sus páginas. Durante todo este tiempo le han dado vida muchas personas, pues en cada ocasión han colaborado distintos profesionales del centro, así como representantes del Instituto As del Cabildo de Gran Canaria, familiares, usuarios y residentes, voluntarios y otros colaboradores. Son muchos autores los que han firmado los artículos. Entre todos la hemos creado, número a número. Pero ¿quiénes son realmente los artífices? Pues aquí los tienen, en esta foto pueden ver a los que estamos detrás de estas páginas.

De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Ibán López, Diana Jorge, Alejandro López, Francisco Couto, Gabriela Agostini, Virginia Báez y Carmen Suerio. De todos nosotros, somos Carmen Sueiro y yo las que hemos estado desde el principio, juntas y solas creamos los primeros números. Siempre hemos formado un equipo extraordinario y hacer la revista con ella ha sido una de las experiencias profesionales más gratificantes de mi vida. Quiero aprovechar para felicitarla por hacer un magnífico trabajo y agradecerle haber sido mi compañera durante todos estos años. ¡Gracias Carmen!

Si consigues algunos números antiguos puedes ver cómo la revista fue creciendo, tanto en número de páginas como en calidad de contenidos. A medida que se iban incorporando colaboradores, nuestra revista se enriquecía. En los últimos años se sumaron Alejandro López y Fran Couto, y más recientemente Virginia Báez y Gabriela Agostini. Todos ellos son indispensables para el logro de los buenos resultados de los últimos números.

Ahora te propongo un juego: ve al corcho donde están expuestos todos los números de la revista, observa las portadas y busca el número de la evolución.

Diana Jorge Responsable de comunicación y marketing del Grupo ICOT.

Eso es, hay un momento en el que la revista dio un vuelco a nivel gráfico, fue ahí cuando Ibán López comenzó a encargarse del diseño y maquetación, página a página. Es el artista que consigue que navegar por los contenidos sea tan agradable. Muchos sabrán quién es, pues le han visto innumerables veces de fotógrafo en las fiestas, sacando esas fotos que han ido retratando a las personas que llenan de vida este centro, y plasmando en la revista esos grandes momentos vividos. La revista del Centro Sociosanitario El Pino es muy especial para mí y me gusta pensar que cada número ha sido muy esperado por todos ustedes. Realmente deseo que el trabajo de estos artífices haya servido para que pasen un buen rato ojeando sus páginas y que tengan guardada alguna revista como un agradable recuerdo, por esa foto o ese artículo que también para ustedes fue especial.

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La salud mental después del Covid -19 Equipo técnico de las mini-residencias de salud mental.

Este año está marcado por la crisis causada por el Coronavirus, que ha tenido un importante impacto en toda la población y en particular en las personas con problemas de salud mental grave. Las personas que ya padecían algún trastorno mental se encuentran atravesando el enorme reto de prevenir sus posibles recaídas y adaptarse a una realidad cambiante que apenas les permite mantener la continuidad de su rehabilitación psicosocial.

Otro de los retos con los que nos encontramos es seguir luchando contra el estigma, es decir, las actitudes y creencias negativas preconcebidas hacia las personas con afecciones de salud mental.

En este sentido, muchas personas pueden pensar que este colectivo no tiene la capacidad de llevar a cabo las medidas de seguridad e higiene adecuadamente. Sin embargo, la realidad que nos hemos encontrado en las mini-residencias del CSS El Pino señala lo contrario. No solamente han sido capaces de mantenerse durante meses en los sectores asignados para reducir esta gran “familia” de 72 personas a pequeños núcleos de convivencia, sino que han interiorizado la necesidad de hacer uso de las mascarillas para preservar la salud del resto de residentes y del personal que les cuida. 26 CENTRO SOCIOSANITARIO EL PINO - LA REVISTA


Muchos preguntan si las personas mayores del centro se encuentran bien y entienden que este esfuerzo es necesario para protegerles. Otros ya hablan de todo lo que vamos a hacer y los lugares a los que iremos cuando esto termine.

Cuando un usuario ingresa en este dispositivo, el objetivo es potenciar su autonomía en las actividades de la vida diaria, así como el mantenimiento de su funcionalidad como individuo y en la comunidad. Para ello, es fundamental el desarrollo de actividades en los recursos comunitarios más próximos, haciendo uso del transporte público, acudiendo a realizar sus compras diarias o tomar algo en una cafetería, e incluso continuar con sus actividades formativas externas al centro. En 2020 este entrenamiento se ha visto mermado por la pandemia. Se ha incrementado su dependencia para la realización de estas actividades cotidianas, requiriendo más apoyo individualizado del personal y constituyendo, por tanto, otro de los principales obstáculos que ha debido solventarse para poder llegar a todos/as manteniendo una asistencia de calidad.

Afortunadamente contamos con un personal cuidador que se ha adaptado a los cambios constantes a una velocidad de vértigo, minimizando los efectos en los residentes debido a su gran esfuerzo. Estos cambios habrían sido mucho más difíciles sin la paciencia, el cariño y dedicación que ponen en su trabajo diario con los usuarios/as.

Tras la realización de diferentes talleres de hábitos saludables para integrar las medidas de seguridad e higiene, hemos observado que tan solo una minoría presenta problemas para adoptarlas. Por lo general, los usuarios/as suelen entender las necesidades de mantener la distancia, el uso de la mascarilla y el lavado de manos. No obstante, debido a sus dificultades cognitivas (memoria, atención…) y para el control de impulsos, requieren del acompañamiento del personal para llevarlas a cabo durante el día. Este tipo de apoyo ya se realizaba antes de marzo, ya que estas problemáticas constituyen uno de los principales motivos por los que se encuentran recibiendo ayuda en la residencia. Además, pese a que las infraestructuras no han sido las más adecuadas para los nuevos requerimientos del COVID-19, ha habido que adaptar ciertas zonas para que personas con necesidades concretas pudieran mantener su bienestar durante el confinamiento (por ejemplo: zona de fumadores).

Toda crisis lleva consigo una mejora. La lectura positiva que hacemos de este año es que las residencias de salud mental han entrado en una nueva fase de reinvención en la que se requiere nuevas soluciones para nuevas realidades. Una atención más individualizada que permita abordar mejor cada caso en particular y continuar con las actividades comunitarias de una manera segura para todos/as. Los residentes de salud mental también necesitan una nueva normalidad para continuar su proceso de recuperación e inclusión social. CENTRO SOCIOSANITARIO EL PINO - LA REVISTA 27


La residente: Aurelia Chaparro A mi abuela Aurelia la llamamos en casa, cariñosamente, Minina. El apodo surgió como lo hacen todos los de los abuelos, entre la espontaneidad y la dificultad de las primeras palabras. No nos debe engañar el aspecto frágil de Minina, acentuado por el desgaste de ciento tres años de una vida que no perdona en el cuerpo los incontrolables efectos del tiempo. Siempre fue una mujer de carácter, pero tan tierna y con una mirada tan profunda y sincera que solo es posible definirla como una mujer bondadosa y cariñosa, especialmente con aquellos que lograban penetrar su resistencia inicial, posiblemente edificada a base de algunos desengaños y no pocas vivencias que sirven para llenar varias vidas. Seguramente fue una muchacha popular en su Don Benito natal (provincia de Badajoz, Extremadura) siendo, sin duda, la más presumida de sus cuatro hermanas (Antonia “Toni”, Nieves y Estefanía “Fany”). Aparte estaba su hermano Antonio quien, por varón (ya sabemos como eran los tiempos de principios del siglo pasado) ocupaba un lugar privilegiado en la familia. Sus padres, Antonio y Caridad, eran personas con buena posición en el pueblo, lo que dio a Aurelia una infancia sin complicaciones económicas y muy feliz (así me lo cuenta ella siempre), resultando sorprendente que sus vecinos más antiguos la reconocieran cuando tuve la suerte de acompañarla de visita a Don Benito, junto con su hermana Nieves, contando ambas ya con más de 80 años, para recordar aquella inolvidable juventud. Allí ella reconoció, y yo conocí, la casa donde nació en 1917 y donde pasaría sus años 28 CENTRO SOCIOSANITARIO EL PINO - LA REVISTA


Su amado hijo Domingo -Dominguín lo llamaban, sin calcular las consecuencias para la autoestima de dicho diminutivo- se casó en Las Palmas de Gran Canaria con Rita -a donde Aurelia y su marido lo habían seguido al quedarse en la isla redonda por amor- y tuvo dos hijos: yo mismo, Pablo, y mi hermana, Eva. Fueron años felices que dedicó a su familia.

Ya adolescente, sus padres se mudaron al centro de Madrid (nunca me ha dicho dónde exactamente) en donde asaltó la inesperada muerte de su madre; desgracia que tuvo que vivir en primera persona al encontrarla desvanecida, ella misma, al volver de unos recados. Tras la guerra civil española, la segunda que vivía Aurelia tras la I Guerra Mundial, un amigo palmero de su hermano Antonio, llamado Domingo, con quien había compartido momentos en el referido conflicto, fue de visita a la casa familiar, quedando prendado de Aurelia. La historia posterior se puede resumir, y es mucho resumir, en 60 años de matrimonio -todavía recuerdo la celebración de sus bodas de oro- y un hijo -Domingo-, nacido dos años después del final de la II Guerra Mundial en Santa Cruz de Tenerife, a donde se habían mudado siguiendo los orígenes canarios de Domingo padre. Recuerdo muy bien cuando me contó cómo lloró desconsoladamente cuando se despidió de su padre y sus hermanas a pie de barco, y lo que le costó adaptarse inicialmente a la vida en las islas. Hoy es una canaria más, pero no ha perdido ni su acervo ni su acento extremeño, pese a haber pasado más años de vida aquí que en su tierra natal. En esos tiempos en Santa Cruz pudo criar a su hijo, no sin la ayuda de su inseparable hermana Nieves, viajar por medio mundo (Estados Unidos, gran parte de latino américa y prácticamente toda Europa), diseñar muebles que se fabricaron en la carpintería que mi abuelo gestionaba como uno de sus muchos negocios o abrir un comercio de ropa de bebé sin demasiado éxito comercial.

Desde entonces nada fue igual, pero hoy puede confesar que ha vivido una vida plena, con sus ciento tres años admirándola y tras tres guerras y dos pandemias mundiales, que se dice pronto, sigue sonriendo y aferrándose extraordinariamente a este mundo, como ejemplo y guía de todos nosotros, pese a que el brillo de sus ojos deja entrever, muy profundamente, la tristeza de haber olvidado a su hijo.

más felices. Ha sido de las pocas veces que la he visto llorar. Las demás han sido por la confusión que genera cumplir años tan extraordinariamente como ella lo hace.

En el año 2000 perdió a su marido, un lustro después a su inseparable hermana Nieves -ya antes se habían ido sus hermanos Antonio y “Toni”-; después a su hermana “Fany”. Pero el gran golpe que la vida le asestó fue la muerte de su único hijo cuando en 2011 su corazón falló.

Homenaje a Aurelia Chaparro en su 103 cumpleaños (11/9/2020). Captura este código QR con tu móvil para ver el vídeo:

CENTRO SOCIOSANITARIO EL PINO - LA REVISTA 29


El rincón del

Sabio Marcial Fernández

Mi nombre es José Marcial Fernández Jorge, tengo 87 años y soy isletero de nacimiento. Estudié en el Grupo de Franco hasta los 1416 años y empecé a trabajar con 16. De joven trabajé embarcado en la costa, yendo a pescar en los veleros pequeños. Pescaba samas, burros, chopas, etc. Luego se vendían en el mercado del puerto. Además de pescador, también fui peón. Trabajaba en lo que me iba saliendo: en el matadero, en los cueros más de 30 años… Trabajé hasta los 70 años repartiendo libros. Siempre he sido muy trabajador.

Para conseguir un buen trabajo tienen que estudiar e ir a una academia. La base fundamental para un buen futuro es el estudio. La vida es dura.

Ahora parece que hay más trabajo, pero es más difícil de conseguir. Me salvé porque ya me dieron la jubilación, pero la cosa está fastidiada para encontrar trabajo. 30 CENTRO SOCIOSANITARIO EL PINO - LA REVISTA

Nunca he tenido que dar consejos a mis hijos porque siempre fueron buenas personas. Lo más grande que puede tener un hombre es la honradez, que todo el mundo se fíe de él. Por ese lado estoy contento por mí y por mis hijos, porque somos muy honrados. ¿Para qué vivimos? Para ser felices. Buscar una pareja, casarse…

Consejos de Marcial a las nuevas generaciones: • • • • •

Que trabajen. Hay que vivir dentro de la ley, comportarse bien. Que se porten bien con las demás personas. Hay que tratar a las personas mayores con cariño y respeto. Que sean pacíficos, que no estén buscando pleito.


El empleado Santiago Olmedo ¡Hola a todo el mundo! Mi nombre es Santiago Olmedo Alaja, tengo 27 años, soy terapeuta ocupacional y vivo en Las Palmas de Gran Canaria, aunque soy de un pueblito de Extremadura. Me vine a esta maravillosa isla por trabajo y tengo por seguro que aquí me quedo ya para siempre. Mis aficiones son ir a la playa, hacer excursiones por la naturaleza y descubrir rincones nuevos de la isla, escuchar música y viajar. Cada vez que puedo me doy un salto a la Península para poder ver a mis familiares, aunque no es tan frecuente como me gustaría. Llegué hace tres años ya, de los cuales llevo dos y medio trabajando en el CSS El Pino. Empecé en la planta cuarta, donde me acogieron desde el minuto uno como a uno más, y tiempo después me cambiaron a la planta 2. Actualmente sigo en esa planta y estoy encantado. Mi función en el centro es promover la salud y el bienestar a través de la ocupación. Mediante actividades individualizadas y grupales se trabajan diversas habilidades. El objetivo es conseguir la máxima autonomía en cada persona en su desempeño diario. Con la llegada del coronavirus se han vivido momentos muy duros en el centro. Los residentes son los que más se han visto afectados, produciéndose una deprivación sensorial que ha afectado tanto a las capacidades funcionales como a la calidad de vida y bienestar de los residentes. Cuando todo empezó, los técnicos que estuvimos en el centro dejamos de lado nuestras funciones para echar una mano a los que yo considero un pilar fundamental en el centro y que han estado en todo momento al pie del cañón: los auxiliares. Junto a ellos, enfermeros, personal de limpieza y de mantenimiento, viví una montaña rusa de emociones en la que pasamos momentos muy malos y, a pesar de todo, también momentos muy buenos.

Ya con anterioridad sabía que el equipo de empleados del Pino trabajaba al unísono y que todos hacíamos piña, pero fue a raíz de este virus cuando me di cuenta que en verdad parecíamos una familia. Además de por los residentes, nos preocupábamos los unos por los otros y nos apoyábamos en los momentos más duros.

Por suerte, la cosa ha mejorado mucho desde que empezó todo, tenemos más información y puede decirse que El CSS el Pino ha sido de los mejores a nivel nacional con los protocolos

establecidos. Esto ha hecho que tengamos una nueva normalidad y se vuelvan a retomar las actividades que se realizaban siempre, pero con los medios de protección adecuados. Por último, me gustaría dar las gracias a todos y a cada uno de los trabajadores del centro por todo su trabajo realizado en las épocas más duras, por haber afrontado todo con entereza y valentía y haber seguido viniendo a trabajar por y para nuestros residentes. Esto es un reflejo más de que podemos con todo si permanecemos unidos. De esta saldremos más fuertes, ¡un millón de gracias a todos!

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