Discurso del presidente Alejandro Maldonado en el Congreso de la República Señor presidente del Congreso de la República, diputado Luis Armando Rabbé; señor presidente del Organismo Judicial y de la Corte Suprema de Justicia, don Josué Felipe Baquiax Baquiax; señores diputados integrantes de la Junta Directiva del Congreso de la República, señoras diputadas y señores diputados al Congreso de la República de Guatemala, señores ministros, secretarios, viceministros y altos funcionarios del Estado, señora Procuradora General de la Nación, excelentísimos y honorables representantes del cuerpo diplomático y organismos internacionales acreditados en Guatemala, señor expresidente de la Asamblea Nacional Constituyente y exvicepresidente de la república, don Roberto Carpio Nicolle; distinguidos dignatarios de la nación, distinguidos representantes del sector económico, académico, de colegios profesionales y sociedad civil, distinguidos invitados especiales, amigos de la prensa, damas y caballeros. A pocos y veloces años de que nuestra independencia patria arribe a sus 200 años, la historia nos convoca para conmemorar la emancipación política, en particular para reflexionar acerca de su significado, celebrar la fecha en un acto de consecuencia generacional, pensar en su mandato es un compromiso que tenemos para revitalizar el ideal de los padres de la república, esa directiva está contenida en acta solemne suscrita el 15 de septiembre de 1821, la memorable acta recoge una manifestación de voluntad popular, los sujetos institucionales que comparecieron representaban los factores de poder legítimo de su tiempo, entre ellos los diputados. Se hizo constar la presencia del pueblo describiendo que se encontraba manifestando en las calles, plaza y corredores de la sala de palacio, esta mención alude a una voluntad que se reconocía como fuente de la soberanía del Estado, el hecho de que se hubieran reunido en uno de los salones del palacio es revelador de que se asumía una decisión que en el acta se señala como un asunto grave con toda la responsabilidad de la representación política e institucional que ostentaban, esto es que no conspiraban fuera del sistema sino que se emancipaban dentro de las reglas del mismo al enumerar los asuntos acordados por la diputación e individuos del ayuntamiento ratifican que lo hacen con voluntad general del pueblo de Guatemala.
Así disponen que habrá que formarse un congreso que, según su redacción, debe decidir el punto de independencia y fijar en caso de acordarla la forma de gobierno y la ley fundamental que debe regir, comienza entonces ordenando convocar una asamblea que asumiera la opción definitiva y a la vez que se encargara de redactar la ley fundamental, es decir la Constitución, estableciendo la forma de gobierno los firmantes acordaron el respaldo legitimador de esa asamblea de diputados y de representantes suyos que habría de reunirse en la capital para que, según sus palabras, determine lo que sea más justo y beneficioso. La breve reseña del acta tiende a señalar que los próceres delegaron a un congreso la responsabilidad de confirmar la independencia patria, por lo que de ahí surgió la primera constitución centroamericana, en este recinto de la soberanía tiene significado conmemorar la independencia como resultado del carácter y la visión de los fundadores de la nación centroamericana, debemos ser cuidadosos para entender el mensaje trascendente que enviaron hace casi dos centurias, ellos delegaron en los diputados del pueblo la enorme responsabilidad de materializar los contenidos e ideales de la emancipación. No podían ser solo ellos, los patricios, los que trazaran el rumbo del bien común dentro de la solidaridad, debemos comprender que desde entonces sigue vigente y exigente su mandato para que los representantes populares desarrollen los valores fundamentales que dieron vida a la república que crearon, dieron el paso inicial de coraje y de clarividencia cívicos, siendo indudable que confiaban en que sus sucesores políticos proseguirían la obra que ellos iniciaron, esto es así porque esta persistencia es de todos los días, constante e inacabable, de la cual sus sucesores deben recoger su legado, enriquecerlo y fortalecerlo. Los diputados y otros dignatarios sabrán sin duda acoger las urgencias y prioridades de la nación, de tal suerte que desde hoy hasta el día de terminación de su encargo, cada uno de los diputados y servidores públicos pueden interpretar los mensajes que la notable acta contiene, aprobando, cumpliendo y ejecutando las leyes necesarias para que la democracia resplandezca en sus valores de pureza y efectividad de igual manera, esa exigencia abarca a todo servidor que disfruta la honra de habérsele encomendado la administración y a quienes se les ha confiado la impartición de justicia, de hacerlo, se honrará el legado histórico que el Acta de la Independencia hizo constar, señores y señoras, diputados, como Presidente de la República, cargo que este Congreso me discernió en representación del pueblo, quiero ofrecer nuestra mejor voluntad en ese compromiso político de coherencia que todos tenemos con Guatemala. 10 de septiembre de 2015