Había Una Vez REVISTA DE LIBROS Y LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL
N°27 AÑO 2018
AHORA ES...
Nuestro fondo editorial y su imagen se mantienen, pero a partir de este año podrán encontrar el nuevo sello impreso en la portada de los libros, lo que nos llena de emoción y entusiasmo.
NOVEDADES
Mireya Tabuas Ilustraciones de
ISBN: 978-956-15-3222-9
Gato encerrado
Gato encerrado
Idana Rodríguez
Un chico recibe la visita de un gato todos los lunes. Él lo llama F16, por la forma como este aterriza en su cuarto. El gato se desaparece por dos semanas. El chico se apoya en su manual de detective para buscar al felino. Descubre muchas verdades insospechadas.
Idana Rodríguez
Gato encerrado Mireya Tabuas
Divertida historia que juega con lo detectivesco; y lleva al protagonista a cambiar todo su esquema de hipótesis y sospechosos, así como a relacionarse positivamente con sus vecinos.
Ilustraciones de Xxxxxxx
Plutón
El color Esteban Cabezas del invierno
Esteban Cabezas
Patricia Truffello
Uda sequi sollicae. Xeribus explit quatem re culparia aut molectus, quaspedio. Nam, opti inum sae con perem re nobis dolestorent ea quat. Ullaut omnient, quatum sed quae nonseque natum quid et autem. Pid que con cus saerenis aut el ipit eictate ndelicta quis sunto odit ium rectuscius istibus solorrum fugitin non consequam facculparit dolenda quam que provit asit doluptur aut magnatiorum id qui odio temporem hil et quat peribea quatestiam, si autem eum quas mo ipiciani optate nonse et, volorec ature, con re, cum iuste con.
William Shakespeare
NARRAT
IVA
GRÁFICA
Plutón
El color del invierno
Roberto FuentesXxxxxx
27-06-18 17:54
ISBN: 978-956-xx-xxxx-x
ISBN: 978-956-xx-xxxx-x
El color del invierno El mundo paralelo +12 Patricia Truffello de Rocío N A R R ATIVA
lustraciones por Natichuleta
El mundo paralelo de Rocío
ISBN: 978-956-15-3220-5
Gato encerrado_LOMO_CHILE.indd Todas las páginas
Rocío cree que es la única que vive en un mundo paralelo. Y si bien sus papás le piden que se concentre, porque ya tiene diez años, ella sí pone atención a muchas cosas, como al arcoíris que se ve por la ventana. Un día escucha que Pablo, su vecino y compañero de curso, tiene una nueva mascota, un perro llamado Zombi. ¡Qué original! Aunque por qué le habrá puesto ese nombre tan curioso. Rocío ya tiene un plan para averiguarlo.
Xxxxxxxx
Marco Antonio de la Parra - Rodrigo López
Patricia Truffello
Roberto Fuentes
Adaptación:
Marco Antonio de la Parra Ilustraciones:
Rodrigo López
06-07-18 12:51
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Loqueleo Chile
Poemas para gente reciente
Andrés Kalawski
Mireya Tabuas Ilustraciones de
Escribir para abajo
+8 Escribir para abajo
CUENTO
+6
GRACIELA MONTES JUAN LIMA
Roberto Fuentes
Rocío_TAPA.indd Todas las páginas
Alejandra Acosta
2019
El mundo paralelo de Rocío
¿Qué resulta de la amistad entre un niño tímido y una niña muy distraída? Un libro conmovedor que nos invita a mirar nuestro entorno de manera diferente.
Andrea Maturana
loqueleocl
Andrés Kalawski Ilustraciones de
Matías Apsé
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Índice 04
Editorial
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Entrevista: Evelyn Arizpe
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Columna: Paola Uribe
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Reportaje: Los personajes femeninos en la literatura para niños y niñas: entre la representación patriarcal y la creación de voces propias
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Columna: Constanza Mekis
20
Reportaje: Mujeres editoras en la LIJ: una vía hacia la formación de lectores
28
Columna: María Paz Garafulic y Magdalena Palma
30
Reportaje: Imaginarios femeninos en la literatura para adolescentes y jóvenes: ¿Normatividad o subversión?
36
Entrevista: Emil Ferris
38
Reportaje: Mujeres haciendo cómic
44
Mis favoritos: Verónica Herrera
46
Nuestra Ilustradora: Sol Undurraga
54
Recordando a... Carmen Bravo-Villasante
59
Dossier: Mujeres chilenas en la LIJ
84
Recomendados
86
Mediadores
102
Comité de valoración FHUV
RHUV Nº27 ◊ Año 2018
Editorial
Mujer y literatura
H
ablar de la mujer hoy no es fácil, serlo tampoco. La efervescencia del momento que vivimos y la reivindicación latente de su rol hacen que transitemos por un terreno en que todo se está moviendo, en permanente cambio y transformación. La literatura no ha estado ajena a estos cambios y ha reaccionado a tiempo con publicaciones que se han tomado espacios y temas que antes parecían deshabitados. Así hoy vemos un auge de biografías, compilaciones y antologías en que las mujeres son heroínas, bacanes, rebeldes y valientes. ¿Somos todo eso? ¿Queremos serlo y la literatura nos muestra y abre un camino que otras transitaron antes? Es muy pronto para aventurarse a respuestas, pero en el intertanto podemos visibilizar el fenómeno para tratar de comprenderlo. Es ese el esfuerzo que intenta hacer esta edición de nuestra Revista Había una Vez. En este número 27 reunimos voces que teorizan sobre la literatura y la mujer hoy, y que se preguntan cómo relacionarnos con patrones o roles que desde los libros históricamente señalaron un “deber ser” de lo femenino. Además quisimos reconocer a 75 mujeres, escritoras e ilustradoras, que creemos han dejado una huella o que se perfilan como promesas en la literatura infantil y juvenil chilena y con ello evidenciar que mujeres creadoras y con agallas ha habido en el mundo literario siempre. Mientras vivenciamos los cambios, esperamos que la literatura siga ejerciendo la magia de abrir y mostrar caminos posibles, que permitan a futuras mujeres escribir y vivir su propia historia, cada vez con mayor libertad.
Magdalena Palma Directora Ejecutiva Fundación Había Una Vez
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RHUV Nº27 ◊ Año 2018
Entrevista
Evelyn Arizpe, investigadora mexicana:
«El libro álbum es un espacio hospitalario para todos» Por Josefa Torres, editora RHUV
Evelyn Arizpe es profesora e investigadora especializada en literatura infantil y juvenil en la Universidad de Glasgow, en Escocia. Sus estudios han ido en la línea de la educación, la respuesta lectora, los libros álbum y la competencia visual.
H
ace unos años desarrolló el proyecto internacional «Visas Visuales», gracias a un premio de la Asociación de Alfabetización del Reino Unido (UKLA), en el que investigó las respuestas de los niños migrantes a libros álbum y novelas gráficas sin palabras, y las formas en que crean significado y narración a través de sus propios textos multimodales. El libro que resultó de este proyecto fue galardonado con el Premio de Alfabetización Edward B. Fry de la Literacy Research Association en 2015. En su reciente paso por Chile, nos contó sobre su experiencia y los alcances del libro álbum.
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¿Cómo comenzaste a trabajar con niños migrantes? En nuestras investigaciones, de a poco nos empezó a interesar un grupo de niños migrantes porque nos dimos cuenta que tenían respuestas un poco distintas a los niños locales. Por ejemplo, el libro Zoológico de Anthony Browne, lo interpretaron totalmente distinto, dijeron «qué bueno que esos animales feroces estén en sus jaulas», porque en la tradición musulmana no hay mascotas. Es un detalle, pero nos dimos cuenta de que había diferencias culturales que debíamos considerar y conversarlas, estemos de acuerdo o no con ellas. En Reino Unido, sobre todo en Escocia, había alumnos de todas partes del mundo en la misma sala de clases y yo me preguntaba cómo se comunican y qué sucede cuando leen el mismo libro, ¿lo leen igual? o ¿puede ser el libro un puente de comunicación? ¿Por qué crees que el libro álbum es un buen género para acoger la diversidad? El libro álbum es un espacio hospitalario para todos, y no solo para niños sino que para personas de todas las edades, porque es un objeto. Tiene un potencial que realmente pocos otros objetos tienen. Para empezar, es multimodal y tiene distintos sistemas semióticos, no es solo la imagen y el texto y el juego que hacen entre los
dos, sino también es el diseño, lo táctil y, al abrirlo, es una invitación a hablar con otra persona. Puede ser una conversación con uno mismo pero también nos impulsa a hablar con otras personas. Lo hemos visto en los niños que están tan entusiasmados con los libros que quieren contarlo y buscan la manera de comunicarlo, aunque no hablen el idioma del texto, entonces ves cómo el libro álbum despierta la necesidad de contar, de crear, de decir lo que uno piensa sobre lo que ve. En ese sentido, ¿el libro álbum es mejor que el texto tradicional? No es que sea mejor, pero el álbum sí genera algo distinto en los niños. El álbum nos presenta un campo de juego equitativo, cualquiera puede ver la imagen, hables el idioma que hables. La imagen atrae, convoca e invita a una reacción, entonces ya estás involucrado y harás lo posible por leerlo o contarlo. ¿De qué manera esta literatura acoge a los niños migrantes? Creo que los acoge porque no les da miedo. Nos contaban un ejemplo en Chiapas, con los niños que llegan a la frontera sur de México, donde el gobierno les organizó una serie de ayudas pero los chicos no se querían acer-
«El mediador debe tener la creatividad de ver lo que hay en el libro que pueda aprovecharse, con el cuidado de que no se vuelva una herramienta moralista didáctica»
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car, hasta que llegaron los mediadores de la lectura con un acervo de libros. Ahí los niños comenzaron a interactuar, luego lo hicieron sus padres, ahí te das cuenta que estos libros funcionan como imanes. Por otro lado, producto de los distintos niveles de interpretación y las diversas temáticas que ofrecen los libros álbum, creo que ayudan a mostrar que hay otras historias de niños que han pasado por cosas duras y que generalmente terminan siendo esperanzadoras. También los niños pueden encontrar algún tipo de identificación, no necesariamente con un personaje, puede ser con una emoción o una imagen particular que suscite un recuerdo, una memoria y eso creo que es difícil de hacer con otro tipo de literatura. Y cuando el niño se identifica, ¿cómo se trabaja el libro? Ahí es donde está el trabajo del mediador, quien debe ser muy sensible, un muy buen lector y conocedor de los libros, e idealmente que conozca al lector también para saber dónde hay que ir y dónde no. Es fundamental que respete las respuestas de los niños, tanto como los silencios o la posibilidad de que el chico no quiera leer más el libro en cuestión. Tiene que saber invitar a través de preguntas abiertas y manejar los tipos de respuestas, así como tener la flexibilidad de que si el niño no quiere hablar de la obra, puedan jugar con alguna imagen e incluso dibujar. Hay un libro precioso sobre migración llamado Stepping Stones de Margriet Ruurs y el artista sirio Nizar Ali Badr, que hace imágenes con pequeñas piedras. Uno puede trabajar ese libro realizando manualidades, con cualquier material. Por eso, el mediador debe tener la creatividad de ver lo que hay en el libro que pueda aprovecharse, con el cuidado de que no se vuelva una herramienta moralista didáctica, ahí está el peligro. Los libros sirven para abrir conversación pero no deben ser utilitarios, lo importante es hacer un trabajo a través de la metáfora, de lo estético. Es importante saber que no hacemos terapia, no estamos capacitados para eso. El libro contiene mucho pero también puede causar una emoción muy fuerte que no sabemos manejar, por eso hay que ser cuidadosos. ¿Qué otras estrategias recomiendas para mediar estos libros? Pienso que el libro álbum da para hacer muchas actividades y que eso es parte de la diversión de entrar al mundo de la obra. Obviamente, la mediación puede quedar en la conversación posterior, pero siento que dan para tanto más. Por ejemplo, hace un tiempo hicimos un trabajo con La niña de rojo de Aaron Frisch, con niños de secundaria y funcionó muy bien. Les dimos cámaras
«El álbum nos presenta un campo de juego equitativo, cualquiera puede leer la imagen, hables el idioma que hables» desechables y les pedimos que hicieran una fotonovela, imaginando el recorrido que hubiera hecho Caperucita en el barrio de cada uno y que fueran registrando todo lo que esta niña debiera haber visto, que retrataran lo que le hubiera sucedido, con quiénes se hubiera encontrado. Surgieron cosas increíbles, sobre todo con la sensación de miedo de estar a la deriva, de estar en un barrio desconocido, hicieron unas historias muy ingeniosas. Creo que con esa actividad el libro les significó más todavía. Lo importante es hacer actividades creativas, que inviten a los niños y jóvenes a crear. ¿Qué resultados has visto después de hacer estas mediaciones? Estamos buscando maneras de evaluar y de decir que el resultado no va por si estos niños aprenden a leer, aunque eso efectivamente suceda. Lo que queremos demostrar es que con la mediación de libros álbum se produce un acercamiento de los niños a la lectura. Se podría decir que son índices pequeños, pero en un grupo de niños vulnerables es un avance muy grande. El hecho de que se acerquen al libro, lo abran, lo escuchen, que se atrevan a hacer preguntas o a hablar sobre ello… puede sonar pequeño pero es muy significativo para un niño en ciertas circunstancias.
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También hemos visto que el libro álbum engancha, lo dejas visible e inevitablemente los niños se acercan, no asusta, el formato es distinto. Efectivamente se producen encuentros: con uno, con el otro y te abre el mundo a cosas que no habías pensado antes; lo vemos en los discursos de los niños cuando luego de leer dicen «es que nunca había pensado esto» y es que comienzan a ver que las cosas son ambiguas, ven los grises, y se dan cuenta de que ellos también tienen cosas que contar, que sus interpretaciones son válidas y eso les entrega mucha seguridad. Algo muy positivo que pasa también con estos libros es que les da la oportunidad de preguntarse por qué el autor elige este color, por qué el tema, cómo logra esto y eso los hace pensar en que ese libro es una obra creada, que no salió de la nada y que está llena de decisiones y trabajo. Creo que a la larga estas lecturas los hacen más críticos, y esa es la finalidad que, aunque un poco didáctica, se consigue a través de una experiencia estética. Y es bueno que los niños sean críticos, sobre todo pensando en la cantidad de imágenes a las que están expuestos por todos los medios y a todo momento; por eso es muy bueno que aprendan a leer por capas. ¿Cómo eliges estos libros que transmiten un mensaje, sin mermar la calidad literaria? Es difícil, una de las cosas que hemos estado trabajando es pensar en la selección. Depende mucho del contexto y es difícil hablar de la calidad de ilustración y los textos. En México mucho tiempo se publicaron libros muy bellos pero que no eran para niños, eran de poetas como Octavio Paz que se tomaban y se ilustraban. Lo primero para fijarse es que tienen que ser libros que les hablen a los niños, que los interpelen. Esto tiene que ver con el lenguaje, lo que no significa que deba ser simple o ingenuo; muchas veces se confunde la simpleza con la sencillez. En el fondo de todo eso está la visión que tenemos de la infancia. Si pensamos que los niños tienen capacidades visuales y literarias escogeremos buenos libros, y debemos tener claro que hay que dejarles tiempo a los chicos para que lean y relean. Ahora también estamos muy fijados en la representación, dónde están las niñas, las personas de color, los discapacitados…
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¿Cómo ves la inclusión de los grupos minoritarios en la LIJ? En parte creo que hay presión política y académica, sobre todo en EE.UU. y el Reino Unido, donde se ha hecho mucha crítica de la representación, han realizado varios estudios cuantitativos y los resultados son sorprendetes, porque uno pensaría que hay más consciencia de incluirlos, pero no es así. O si lo hacen, lo hacen de forma que la historia resulta ser estereotipada. Se da mucho la historia de que nadie acepta al niño con x problema hasta que ayuda a otros, hasta que se vuelve héroe, y recién ahí lo acogen. Hay que tener mucho cuidado con ese tipo de estereotipos, con la mujer también. En la ficción, hay obras como El libro de los cerdos de Anthony Browne, que es un llamado de atención y los niños efectivamente piensan en el rol de las mujeres, pero veo que hay más cuentos sobre niñas rebeldes que hacen las cosas distintas que las mujeres mayores, creo que esas representaciones siguen igual. ¿Cuáles son tus libros álbum favoritos para leer con niños? El que estamos usando mucho ahora es El señor Minino de David Wiesner. Trata el tema de la convivencia entre dos mundos distintos, sin ser ni didáctico ni moralizante, y es muy divertido. Además tiene intertextualidad, metaficción, y aunque no tenga palabras, tiene un lenguaje muy rico. Otro favorito para el tema de la migración es Stepping Stones de Margriet Ruurs y Nizar Ali Badr; también me gusta mucho Centígrados y paralelos de Víctor Solís, es una propuesta distinta que creo que inspira y a los niños les gusta mucho. Por último, Bárbaro de Renato Moriconi también me encanta, es maravilloso, es una verdadera sorpresa al final, lo he leído con mucha gente y gusta mucho, causa mucha risa. Finalmente, creo que hay que leer muchos libros, y disfrutarlos. Que no se nos olvide que la lectura es un placer, que si bien puede llevar a muchas otras cosas, es un placer. Hace poco estuve en Ucrania presentando la colección de libros sin palabras de Ibby y al mostrar el libro del Señor Minino, un niño sentado en primera fila, al verlo, exclamó: «ohhhhh, Mister Wuffles». Esa emoción de encontrarse con un amigo, aunque suene cliché, es verdad.
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RHUV Nº27 ◊ Año 2018
Columna
Las princesas pelean y los héroes lloran: nuevos protagonismos, otras perspectivas Por Paola Uribe Valdés, socióloga, encargada del Programa de Equidad de Género del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural.
Una nueva generación de historias que hablan de la multiplicidad de vidas que llevan niñas y niños hoy, dan respuesta a las demandas de crianzas alternas cada día más presentes y exigentes de una sociedad que intenta ser más justa.
C
uentos para dormir con biografías de mujeres activas, de profesiones diversas: astronautas, politólogas, escritoras, cantantes, exploradoras, acróbatas, matemáticas, doctoras, bomberas y muchas más. Antihéroes: sensibles, empáticos, capaces de sentir miedo, escribir y transitar por espacios públicos y privados. Protagonistas que equiparan las tareas de cuidado, los invierten o subvierten, que eligen lo que desean para sus vidas, confían en sus habilidades, no dependen de la belleza para amar y muestran diversas formas de construir lazos afectivos. ¿Qué alcances tienen? Estoy convencida de que los cuentos infantiles no sexistas pueden aportar a la construcción de otros imaginarios sociales, al mostrar maneras más inclusivas y alternativas de habitar en una cultura de reciprocidades, equitativas e igualitarias, que transgredan las representaciones estereotipadas del dualismo masculino/femenino, activo/pasivo, héroe/ princesa, fuerte/débil, estableciendo nuevas miradas sobre las relaciones sociales y las posibilidades individuales. Esta preocupación no es nueva, la diferencia está en la masividad; a partir de los años setenta, autoras/es como Adela Turin, Tomie de Paola, Christian Bruel y Lygia Bojunga, escriben sobre los problemas que sortean quienes se alejan de la norma de comportamientos (niñas activas, niños sensibles), la extrema timidez, los regaños de progenitores inconformes, la soledad de un matrimonio mal avenido con un final poco frecuente, temáticas que se alejaban de lo habitualmente difundido durante décadas con protagonismos femeninos pasivos, bellos, amables y confinados a lo doméstico, mientras que la antítesis masculina destacaba la fortaleza, valentía e inteligencia. Relevando la importancia (asumo) de la transmisión de mensajes en la construcción de subjetividades e imaginarios y sus consecuencias en la vida adulta. Los cuentos ofrecen distintas perspectivas según las experiencias, formación e historias de quien los lee. Son tantos los alcances de un mismo relato como encua-
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dres ideológicos existentes. Por ello, si bien no podemos desligarnos de la marca cultural que nos rige, podemos apelar a ciertos espacios de fuga, a la socialización de las lecturas y al compromiso de las y los agentes que están en contacto con las niñas y los niños. Pues somos su primer filtro de acceso a los libros infantiles y establecemos el juicio de lo «correcto» para su formación y desarrollo integral. En este proceso de socialización primaria en ocasiones evadimos temáticas, blanqueamos o censuramos narraciones en busca de una supuesta estabilidad psicológica del infante, lo que puede resultar una obviedad cuando nos enfrentamos a discursos que reproducen discriminaciones o desigualdades, pero a mi juicio, todos los temas pueden ser de interés si están bien tratados. Lo que no significa asumir un lugar pasivo o condescendiente, debemos tener muy claro el ejercicio de reproducción de la lectura en voz alta y tomar posición, reflexionar conjuntamente acerca de lo escuchado, abriendo el debate y la conversación. Por ejemplo, al cambiar los lugares de enunciación de los protagonistas, cuestionar los personalismos, la excepcionalidad del héroe por sobre las condiciones del grupo, la competencia como lugar único de lo masculino o dejar el final abierto de un cuento de hadas a la imaginación de las infancias. Si crecemos escuchando que el príncipe azul nos rescatará y tendremos un final feliz, desmarcarse de ese patrón es muy difícil, más romper y cuestionar los discursos instalados. Hemos aprendido a comprender la sociedad con una distribución de poder inequitativa y ligado a lo masculino, que nos mandata a lo privado, adoctrinadas en la espera. La limitación de movimientos y la falta de autonomía en la toma de decisión tiene consecuencia en las brechas que hombres y mujeres vivimos en distintos ámbitos. Entonces, en ocasiones, nos volvemos cómplices al naturalizar las conductas que desvalorizan, violentan o ridiculizan el quehacer femenino, por lo que debemos sospechar de la universalidad de la cultura y el lenguaje. Analicemos algunos aspectos del llamado boom editorial de protagonismos femeninos y/o relatos escritos por mujeres.
Primero, que la autora sea mujer no asegura eliminar contradicciones, sesgos, omisiones, y desplazamientos del relato. Tampoco el hecho que la escritura sea de un hombre lo condena al lugar del opresor. Más bien debemos enfocarnos en si quiebran patrones tradicionales de conducta que desvalorizan lo femenino buscando alternativas posibles para relaciones más equitativas entre hombres y mujeres. Segundo, el éxito de ventas de escritoras con protagonismos femeninos desmantela la idea de que son poco comerciales. Más bien esta aseveración interpela una decisión marcada por prejuicios de género, donde se asume que el público prefiere historias masculinas ante la necesidad de identificación de los niños con un protagonista hombre que les permita empatizar y ver reflejados sus anhelos, mientras las niñas extrapolan sus vidas a un personaje varón. Nuevamente desplazamientos bajo supuestos de modelos de conductas diferenciadas, un juicio binario que asigna colores, juguetes, gustos y acciones definidas según un constructo sociocultural de la diferencia sexual. Tercero, no basta con que las mujeres escribamos, sino con querer leerlas, esto se traduce en espacios para la publicación, en el lugar que las posicionamos en las estanterías de librerías o bibliotecas, en la mediación y uso de sus escritos para que sus voces siempre presentes adquieran una repercusión en el espacio público. Cuarto, la socialización diferenciada tiene consecuencias psicológicas, cuando hemos sido aconsejadas con amor a desplazar nuestros intereses por los de otros, la lucha interna por «no aburrir» o considerar que lo que se dice o ilustra es relevante, no es menor. Por lo que propiciar e incentivar su creación debiese ser un trabajo conjunto.
Paola Uribe, socióloga, Magíster en Estudios de Género y Cultura mención Humanidades con formación en gestión de bibliotecas públicas y literatura infantil y juvenil. Cofundadora del núcleo de investigación Letras en Género en Biblioteca de Santiago. Actualmente se desempeña como Encargada del Programa de Equidad de Género del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural.
Debemos sortear una serie de barreras invisibles para acceder al circuito del libro y la lectura, desde decidirse a escribir hasta convencer a otros para que nos lean. Por tanto, si queremos derribar las fronteras invisibles antes expuestas y responder a las demandas por una educación no sexista, todos debemos ser partícipes de este proceso: autoras/es, ilustradoras/es, editoras/es, libreros, mediadoras/es y educadoras/es. Revisar nuestras prácticas, las contradicciones, discriminaciones, omisiones y sesgos que generan y perpetúan las brechas. No es una tarea fácil, pero cada día somos más conscientes de que no basta con aumentar las cifras de mujeres en el espacio público, si seguimos siendo objetivadas, violentadas y desvalorizadas, si no confiamos en nosotras mismas, en nuestros conocimientos y capacidades. La búsqueda de equidad e igualdad plena de derechos sociales, culturales, políticos y económicos entre los sexos, no solo tiene alcances sobre el futuro, sino también en el presente con infancias más libres que garanticen su integridad, seguridad y certidumbre al tensionar y evidenciar aquello que antes no veíamos. Los pequeños actos cotidianos marcan una diferencia, de la cual la literatura infantil no está ausente. HABÍA UNA VEZ | 13
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Reportaje
Ilustraciones de Ana Hasbún | anahasbunp@gmail.com | cargocollective.com/anahasbunp
Los personajes femeninos en la literatura para niños y niñas Se presenta un panorama que ejemplifica al menos la presencia de dos claras orientaciones: aquellos textos que reproducen el discurso patriarcal desde una actitud reguladora de las conductas femeninas y aquellas obras donde se indaga críticamente en los modos de representación de niñas, adolescentes y mujeres, y se construyen voces y características alternativas.
Por Paolo Acevedo Béjares, profesor de Estado en Castellano y Magíster en Literatura Latinoamericana y Chilena (Universidad de Santiago de Chile). Diplomado en Literatura para infancia, adolescencia y juventud (CiEL Chile / Universidad de Chile). Coordinador del área de Lenguaje 2° Ciclo de Fundación Belén Educa.
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E
n La dominación masculina (1998) el intelectual francés Pierre Bourdieu recuerda que la cultura occidental construyó los discursos sobre lo femenino en contraposición a lo masculino, arguyendo una supuesta primacía originaria de los hombres por sobre las mujeres, dando forma a las divisiones hasta hoy vigentes entre ambos géneros. Afirma que el efecto de esta subyugación simbólica existe cuando estas percepciones trascienden a lo largo del tiempo, reproduciendo y naturalizando esta ideología. Una comprensión del modo como opera este proceso no puede dejar fuera a los artefactos culturales, en cuanto registros metafóricos de la realidad. Si las historias que leímos o escuchamos en nuestra infancia quedan grabadas en nuestra memoria, el estudio de la literatura escrita para niños y niñas adquiere relevancia para este tema, pues constituye un espacio discursivo privilegiado para la selección y transmisión de representaciones del mundo a un público lector en formación que, desde una perspectiva adulta, requiere ser disciplinado y educado en los valores y estructuras ideológicas de las sociedades a la que niños y niñas pertenecen, y de la cual serán futuros ciudadanos, feligreses y consumidores integrados al sistema cultural imperante. Una lectura de las representaciones de lo femenino en la narrativa escrita para público infantil no puede soslayar el carácter literario que tienen estos textos, por lo cual es importante atender a las estrategias discursivas utilizadas en estos para transmitir estas imágenes al lector. Para María Nicolajeva, en estas obras se utiliza a los personajes como vehículos para comunicar roles, deberes, derechos y conductas sociales esperadas y que se expresan a través de las características y formas de actuar que estos tienen dentro de cada relato. Si los personajes son los portadores de estas perspectivas de mundo, interesa ilustrar las tendencias que adquiere la construcción y transmisión de imágenes acerca de lo femenino en algunas obras ficcionales escritas para público infantil, especialmente en aquellas en que niñas o mujeres aparecen como personajes principales. A continuación, se presenta un panorama que ejemplifica al menos la presencia de dos claras orientaciones, a saber: aquellos textos que reproducen el discurso patriarcal desde una actitud reguladora de las conductas femeninas y aquellas obras donde se indaga críticamente en los modos de representación de niñas, adolescentes y mujeres, y se construyen voces y características alternativas. La selección de las obras que aquí se propone no pretende ser acuciosa sino más bien representativa de algunas visiones que se pueden colegir de los textos.
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El cuento folclórico como origen de las representaciones patriarcales Si se consideran los cuentos folclóricos como antecedente y sustrato de las narrativas para niños y niñas, resulta pertinente observar las representaciones de las figuras femeninas que presentan estos relatos, en cuanto «literatura ganada» para este público lector. Un ejemplo de la reproducción de los discursos patriarcales es la recopilación de cuentos tradicionales realizada por Charles Perrault en el siglo XVIII, que recogen la necesidad de custodiar y (re)educar en algunas conductas sociales y sexuales de la época. Si bien relatos como La Bella Durmiente del bosque o Cenicienta o el zapatito de cristal llevan por títulos y tienen a niñas y jóvenes como protagonistas de la trama, puede observarse que estos personajes no son agentes de su propia vida, sino que aparecen como objetos de las decisiones y acciones de un personaje masculino, quienes resuelven el problema o el destino de las protagonistas cambiándolo o «liberándola» a través de un beso o del matrimonio. Al contrario, cuando estas transgreden los mandatos patriarcales, desobedeciendo a la figura adulta o masculina o tomando decisiones, los relatos ilustran la cancelación de esta posibilidad mediante un sino trágico, en el que se naturaliza el castigo o la muerte del personaje, como en el caso de Caperucita Roja o Barba Azul. En todos estos casos, el discurso patriarcal es amplificado por la moraleja incorporada al final de los relatos, que justifica el final que experimentan estas mujeres. En otros cuentos populares ganados para la infancia se valora a aquellos personajes femeninos que reflejan las conductas y roles sociales esperados, lo cual demuestra su clara intención didáctica. Epítetos como «abnegada”, «inocente», «bella», «limpia», «angelical», «bondadosa», «obediente», «hacendosa», «silenciosa», entre otros, constituyen parte de la caracterización que se transmite a los lectores y que reproducen las visiones hegemónicas y se contraponen a otros personajes tipo, como la bruja o la madrastra, que simbolizan la descomposición de estos mandatos de género. En las narraciones contemporáneas escritas para este público que reproducen estos discursos se presentan niños y niñas que perturban el orden establecido y se ficcionaliza un proceso de disciplinamiento de estos a través de la coacción adultocéntrica, garantizando con ello el crecimiento y formación de los hombres y mujeres latentes en estos cuerpos. En novelas como Mary Poppins (1934) de P. L. Travers y La niñera mágica (1964) de Christianna Brand, las protagonistas encarnan valores asociados a la maternidad y operan como sujetos que vigilan a niños y niñas, protegiéndolos de las carencias afectivas y suprimiendo la rebeldía y los malos hábitos, utilizando una serie de poderes mágicos que evocan
«Ejemplo de la reproducción de discursos patriarcales es la recopilación de cuentos de Charles Perrault». la huella de los cuentos maravillosos. En Una niña mal educada (1998) de Babette Cole, la pequeña Lucrecia Crum es presentada a los lectores a través de sus malos hábitos tales como gritar, patalear, eructar, escupir o decir groserías, lo cual obliga a sus padres a aplicar una terapia en la que ellos mismos replican estas conductas con mayor intensidad, y cuyo efecto es lograr que la niña cambie su actuar. Este relato reproduce la ideología rousseauniana del siglo XVIII que pretende lograr que la niña se autorregule y transite desde una actitud propia de la barbarie hacia una conducta civilizada. Así, la elección de una niña como protagonista no es casual: al dotarla de rasgos «monstruosos» al inicio del relato enfatiza la
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Escrituras infantiles actuales que deconstruyen los imaginarios de lo femenino
relevancia que adquiere el cambio, pues su conducta no responde a los mandatos femeninos hegemónicos. Un caso similar puede observarse en la serie de novelas María la dura (2009) del chileno Esteban Cabezas, en la cual la hiperactividad de la protagonista exige la intervención institucional, mediante la acción de la psicóloga que recomienda a los padres que María aprenda artes marciales para encauzar sus energías. Tanto la caracterización física como psicológica del personaje expresan la idea de descontrol que esta representa en la novela, lo que justificaría la vigilancia a la que es sometida en cada historia. La mujer-monstruo, es decir, aquella que ilustra una deformación de los mandatos patriarcales también es presentada en las narraciones infantiles como ejemplos de la conducta que no deben seguir los lectores y que se asocian a la tradición de los cuentos populares: es el caso de Cruela de Vil en 101 Dálmatas (1956) escrita por Dodie Smith, la esposa en Los cretinos de Roald Dahl (1980), la bruja protagonista de la serie Winnie the Witch (1987) de Valerie Thomas, que aunque humorística mantiene la construcción de la sujeto como una alteridad negativa de lo femenino. En todos estos ejemplos, la construcción de las protagonistas obedece a una intención didáctica que no indaga críticamente en la representación de las mujeres, sino que las utiliza como recurso para transmitir los valores de la cultura patriarcal dominante, a partir de las dicotomías bien/mal o civilizado/bárbaro propias del pensamiento de la Modernidad. 18 | HABÍA UNA VEZ
No obstante, existen también una serie de ficciones contemporáneas escritas para niños y niñas que buscan subvertir esta tendencia, deconstruyendo la ideología patriarcal. Un primer grupo transmite una ambigüedad de las representaciones malignas de las mujeres transmitidas en los cuentos folclóricos. Las brujas (1983) de Roald Dahl, que incentiva a descubrir si madres, abuelas o profesoras son brujas ocultas en estos cuerpos femeninos adultos, expone la fractura de esta perspectiva al mostrar que esta representación demoniáca carece de fundamento. En La bella Griselda (2010) de Isol la protagonista es una princesa que tiene la capacidad de descabezar a sus pretendientes sólo con la mirada, destreza que, si bien podría considerarse como malévola, en este relato permite al personaje central construir su propia vida, pues a través de este mecanismo es capaz de obtener lo que ella desea de sus pretendientes (sus cabezas) y elegir con quien casarse, a diferencia de las princesas de los cuentos populares cuyo destino dependía de la acción de personajes masculinos. En Secreto de familia (2003) de la misma autora, la madre-monstruo es redimida desde la perspectiva infantil, cuando la niña narradora interroga la validez del modelo maternal dominante mediante el contraste entre su propia madre y otras, aceptando la diferencia entre las familias y los sujetos, con lo cual se pone en duda la construcción identitaria unívoca de lo femenino. Un segundo grupo de relatos propone la presencia de un personaje infantil femenino portador de la visión crítica del adultocentrismo y el patriarcado. Son niñas curiosas, autónomas, inteligentes, críticas, aventureras, que cargan con características y valores tradicionalmente asignados a los personajes masculinos. En Alicia en el País de las Maravillas (1865) de Lewis Carroll la protagonista cuestiona la autoridad adulta situada en un mundo paralelo al suyo que lo facilita. En Las tres mellizas (1983) de Roser Capdevila las protagonistas viajan al mundo de los cuentos infantiles para cambiar parte de estas historias, mientras que en Matilda (1988) de Roald Dahl el ingenio, valentía y espíritu de superación de la protagonista son premiados a tal punto que estos rasgos propician una transformación de su vida, que la llevará incluso a obtener una nueva madre y dejar el espacio familiar que no valoraba
«Existe una serie de ficciones contemporáneas que busca deconstruir la ideología patriarcal».
sus características personales. En la misma perspectiva se pueden leer la colección Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes en que se destacan los atributos de estas mujeres para que sean valorados y replicados por las lectoras, incentivando el discurso de género a través de la ficción biográfica. Otras narraciones confieren a la protagonista una voz portadora de una visión crítica del sistema de dominación. En La bolsa amarilla (1976) de Lygia Bojunga, la pequeña Raquel cuestiona los mandatos de género y las conductas exigidas a los niños y decide actuar en consecuencia con sus tres deseos, validando así la posibilidad de que los niños pueden forjar su propio destino, enfrentándose en el relato a los personajes que representan la vigilancia. El acierto en esta novela es crear una «ficción de oralidad» –siguiendo el término empleado por Nelson Osorio- para dar cuenta de un pensamiento crítico desde una posición subalterna, a la vez que el proceso de maduración de la protagonista ficcionaliza un viaje de formación en el que Raquel discrimina entre los deseos que representan una carga, al ser mecanismos de defensa del modelo patriarcal, de aquellos que le permiten construir una identidad propia, como la opción por escribir, en la que la protagonista puede construirse como sujeto con una voz propia. Dos relatos de la también brasileña Ana María Machado se inscriben en esta perspectiva: en Bisa, Bea, Bel (1982) la protagonista entra en conflicto con otros personajes femeninos que pretenden aconsejarla para que cumpla con las pautas de comportamiento exigidas a las mujeres, mientras que Niña bonita (1986) propone al lector cuestionar la idea de la belleza en términos etnocéntricos, aun
cuando constituye una narración en tercera persona. En definitiva, el panorama aquí propuesto pretende demostrar las tensiones que existen en estas producciones literarias escritas para la infancia, en cuanto textos que asumen una comunicación literaria performativa de las visiones de mundo de sus lectores, ya sea para reproducir o cuestionar las representaciones femeninas existentes. Esta característica presente en el corpus de obras infantiles es de vital relevancia tanto para el estudio crítico de estas ficciones, como en el aporte de estas –en cuanto objetos artísticos portadores de discursos- a una comprensión más profunda de los imaginarios occidentales en torno a los sujetos femeninos. Dicha tarea devuelve a estas narraciones su carácter epistemológico, esto es, como relatos portadores de conocimiento acerca del modo como las sociedades sueñan y transmiten a los lectores infantiles los imaginarios sociales.
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RHUV Nº27 ◊ Año 2018
Columna
Marcela Paz y la creación de IBBY Chile Por Constanza Mekis, Presidenta IBBY Chile.
Durante los últimos años, hemos sido testigos de cómo mujeres chilenas han salido a las calles a exigir derechos y a denunciar las violencias a las que se han visto expuestas solo por el hecho de ser mujer. Gracias a esto, han surgido iniciativas que buscan destacar la voz y logros de diversas mujeres que han marcado algún precedente, de modo de visibilizar al quehacer femenino en la historia, lo que nos ha hecho ver que este no estuvo relacionado exclusivamente con tareas domésticas y de crianza, como muchas veces se nos hizo creer.
M
enciono este contexto, porque creo que esta lucha que se está dando nos hace valorar aún más la osadía de Marcela Paz de decidirse a abrir una filial de IBBY en Chile en los años sesenta. Aún más si tenemos en cuenta el agitado contexto sociopolítico de aquellos años, tanto en nuestro país como en el resto del mundo. Nos encontramos con la carrera espacial, la crisis de los misiles en Cuba, el muro de Berlín, la primavera de Praga, Martin Luther King, el asesinato de Kennedy… una agitación en que las humanidades y las artes también respondieron (¡y de qué manera!), pensemos en el surgimiento del Op-Art, en la aparición de Simone de Beauvoir que entrega su definición del feminismo, surgen grupos como The Beatles y The Rolling Stones que transformarían la escena musical; en el cine se estrenaban películas emblemáticas como Blow Up de Michelangelo Antonioni y El ángel exterminador de Luis Buñuel; esos años se publicaron grandes e icónicas novelas latinoamericanas como Rayuela del argentino Julio Cortázar, Paraíso de José Lezama Lima, Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, Zoo Loco y El reino al revés de María Elena Walsh. Solo por nombrar algunos. Justamente es a comienzos de la década del sesenta que Marcela Paz acepta la invitación de la española Carmen Bravo-Villasante (filóloga, folclorista, investigadora y académica de literatura infantil) para formar la filial en Chile de IBBY, ¿imaginan la tremenda empresa en que se metió esta mujer? Admirable. Sobre todo si se tiene en cuenta que aún no se formaba ninguna filial de IBBY
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en Latinoamérica, el resto de los países lo hicieron años después: Brasil en 1968, Bolivia en 1975, Perú en 1980, Costa Rica en 1981, Colombia en 1982, Argentina en 1985, Uruguay en 1993, Panamá en 2002 y México en 2008. Aunque seamos justos, Marcela Paz a esas alturas de su vida ya había hecho bastante en el campo de la literatura: el año 1933 publicó su libro Tiempo, papel y lápiz, el que fue ampliamente elogiado por la crítica de aquellos años, entre ellos por Alone, a quien se le ha catalogado como una de las voces más influyentes de la literatura chilena del siglo XX. Al iniciar de esta manera su carrera literaria, no le quedaba más opción que continuar publicando éxitos, por lo que al año siguiente, en 1934, sale a la luz su obra Soy colorina, la que le significó el premio Club Hípico de Santiago. La pluma inquieta de Marcela Paz recibió varios reconocimientos, entre ellos el premio Los Andes y el premio de Honor de la editorial Rapa Nui, por su emblemática obra Papelucho, a estas alturas uno de los personajes más queridos y recordados de la literatura infantil nacional. Esa carrera literaria en el Chile de la primera mitad del siglo XX fue reconocida por IBBY internacional el año 1968, entregándole el diploma al Mérito y haciéndola parte de la Lista de Honor de aquel año, siendo la primera latinoamericana en recibir tal reconocimiento. Años más tarde recibiría el Premio Nacional de Literatura (1982), convirtiéndose en la tercera mujer en obtener tal galardón. Como destaca el sitio Memoria Chilena, el premio fue otorgado por unanimidad en «atención a su dedicación
especial al cultivo de la literatura, en especial a la narrativa infantil; al hecho de haber creado un personaje literario de alcances nacionales y universales; como una distinción a las numerosas mujeres que en nuestro país cultivan la literatura en forma sobresaliente». Como podemos apreciar, las cientos de iniciativas de Marcela Paz en el campo de la literatura infantil y su certera pluma, no podían pasar desapercibidas en nuestro país. Volvamos al Chile del año 1964 con un IBBY en formación. Cuando Marcela Paz aceptó formar la filial de IBBY en nuestro país, contó con la ayuda de otras grandes mujeres dedicadas a los libros infantiles, entre ellas Maité Allamand, Pepita Turina, Alicia Morel, Chela Reyes, Gabriela Lezaeta, Virginia Cruzat, María Silva Ossa, Amalia Réndic y Lucía Gevert. Ellas serían las encargadas de velar por la literatura infantil y juvenil de Chile… ¡Gran tarea se habían propuesto! En un comienzo IBBY-Chile era una institución pequeña, pero no por eso menos inquieta, ¿¡y cómo iba a ser de otra manera, con un grupo de mujeres fuertes y amantes de la literatura!? Ellas comenzaron con concursos de cuentos infantiles (quizás sea hora de retomarlos) y visitas a los colegios, en las que buscaban conversar de tú a tú, de lector a lector, con los niños de aquellos años. Para ese entonces, Papelucho y sus aventuras ya era bastante conocido por los escolares nacionales, así que imaginen lo que significaba que la autora los visitara para conversar. No me cabe duda que esas visitas revolucionaban el funcionamiento y orden cotidiano de los colegios. En un artículo del escritor y miembro de IBBY Chile, Manuel Peña Muñoz, nos cuenta que: «en los años 70 se impulsó, durante tres años consecutivos, la creatividad literaria de niños y jóvenes, a través de un concurso nacional de cuentos y poesías. El resultado fue la publicación del libro Los Niños Cuentan (1977) editado por el Ministerio de Educación. Allí escribieron niños que con el correr del tiempo se convirtieron en destacados narradores nacionales como Arturo Fontaine Talavera». Marcela Paz inició la filial de IBBY en Chile y lo hizo desde un comienzo con fuerza y con la convicción de la necesidad de contar con esta institución en nuestro país, creando fuertes cimientos para mantener y hacer crecer a IBBY Chile, de lo contrario hoy no contaríamos con nuestros 54 años de historia y con un futuro lleno de proyectos y sueños. Marcela Paz, mujer chilena de comienzos del siglo XX, fue capaz de romper barreras y estereotipos de época, que la podrían haber relegado a su casa y contar cuentos únicamente a sus hijos, pero su inquietud fue más fuerte y quiso regalarnos a todos los chilenos y a todos los lectores a su querido Papelucho, velando siempre porque los niños lectores en Chile tuvieran libros de calidad en sus manos. Hoy no puedo hacer más que extender mis agradecimientos a la gran Ester Huneeus. ¡Que nos siga ayudando a encontrar caminos de paz y humanidad!
Constanza Mekis, Presidenta Ibby Chile. Bibliotecaria, Magíster en Lectura y Literatura Infantil y Juvenil, Universidad de Zaragoza. A cargo por 20 años de la Coordinación Nacional de Bibliotecas Escolares CRA. Ex Directora para América Latina de la International Association School Librarianship, IASL. El 2004 recibió el Premio anual Cámara Chilena del Libro por su destacado compromiso con la promoción de la lectura. Ha colaborado para el Máster en Promoción de la Lectura, coordinado por la Universidad Alcalá de Henares y Fundación Germán Sánchez Ruipérez y ha participado como maestra en la Diplomatura de postgrado en bibliotecas escolares, cultura escrita y sociedad en red de la Universitat Autònoma de Barcelona y el Centro de Altos Estudios Universitarios CAEU de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), Barcelona, España, 2012.
International Board on Books for Young People, IBBY, fue fundado por Jella Lepman (1891 -1970), quien consideró que el libro infantil tenía el poder de relacionar a niños de distintas partes del mundo, conociéndose entre sí, sería más fácil conservar la paz mundial.
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RHUV Nº27 ◊ Año 2018
Reportaje
Mujeres editoras
en la LIJ:
una vía hacia la formación de lectores
No solo de escritores e ilustradores vive el mundo literario; el trabajo editorial es fundamental en la llamada cadena del libro. Aquí les presentamos a seis mujeres dedicadas a la edición, quienes nos cuentan sus historias, desafíos y orgullos.
Ilustraciones de Mokaiccino | cargocollective.com/mokaiccino
Por Josefa Torres, editora RHUV
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Verónica Uribe, Editora Ekaré Sur La historia de Verónica en el mundo del libro comenzó por azar. «Yo trabajaba en el Banco del Libro de Venezuela y me invitaron a participar en la creación de una editorial de libros para niños. Un día, Virginia Betancourt, la directora, me dijo: “Debes irte a Nueva York a hacer una pasantía. Y luego, junto a Carmen Diana Dearden montarán la editorial.” Me pareció un proyecto estupendo, una oportunidad única. Y aunque tenía mucho susto por la responsabilidad y mi total ignorancia del trabajo editorial, me fui a Nueva York en 1977. Al año siguiente publicamos los primeros cuatro títulos de Ediciones Ekaré. Cuando regresé a Chile, Claudia Larraguibel y yo nos asociamos para fundar una editorial chilena de libros para niños. Como distribuiríamos también el fondo de Ekaré, la bautizamos como Ekaré Sur. Y allí, por un corto tiempo, dirigí esta pequeñisima editorial independiente; ahora continúo como editora».
¿Por qué elegiste editar libros para niños? Me parece que es en esa combinación de lenguajes, el de la palabra y el de las imágenes, donde está la clave de la fascinación que suscitan los libros ilustrados. También me parecía que podía contribuir a la formación de lectores. ¿Y no es ese acaso el sueño de todos los que trabajamos con libros? ¿Cuáles son tus criterios para seleccionar una obra y editarla? Una buena historia muy bien contada. No es nada fácil de encontrar. En esta industria, ¿qué dificultades has encontrado en el camino? Las financieras. Es muy difícil para una pequeña editorial equilibrar los presupuestos, que son justamente eso: supuestos, casi siempre optimistas. ¿Cuáles son tus grandes logros y orgullos como editora? Haber contribuido a que dos editoriales pequeñas, de muy pocos recursos económicos, hayan logrado mantenerse en el tiempo: Ekaré cumple 40 años y Ekaré Sur, 10. Aunque hace tiempo no estoy en Ekaré, fui parte de esa historia, incluso cuando se decidió abrir en el año 2002 una pequeña oficina en Barcelona. Esto hizo posible que sobreviviera a la desastrosa situación que se desató en Venezuela. Y me siento feliz y orgullosa de Ekaré Sur porque pude desarrollar en mi país lo que aprendí en Venezuela. ¿Cuáles son los libros regalones que has editado? Todos son regalones porque se trabaja mucho tiempo
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en cada uno de ellos, con el mismo cariño e intensidad. Pero sí hay libros que tienen historias editoriales curiosas, como La composición, que tardamos 20 años en producir, desde que firmamos el primer contrato con Antonio Skármeta hasta que salió el libro. ¿Qué libro te hubiese gustado editar? Donde viven los monstruos de Maurice Sendak. Estuvimos muy cerca de hacer la traducción al castellano, pero Alfaguara se nos adelantó. ¿Cuál es el sello que le entregas a tu trabajo en la editorial? Me gusta que todos participen en el trabajo editorial, escuchar todas las opiniones, aunque a ratos llegue a ser un proceso caótico. Creo en el trabajo intenso y dedicado, que significa mantener en el pensamiento un proyecto, un manuscrito, una escena, largamente. Y en el humor, siempre. ¿Cómo ves el presente y futuro de la industria editorial para niños y jóvenes?; ¿Cuáles crees que son sus desafíos? Chile está viviendo un momento muy creativo en el campo editorial. Han surgido diversas propuestas originales, jóvenes, entusiastas. Esto es muy estimulante. Lo mismo ha sucedido con los libros para niños: pequeñas editoriales que se esfuerzan por presentar opciones de lectura distintas. Y, algo indispensable, una conciencia cada vez mayor en los organismos del estado acerca de la importancia de crear lectores, de fomentar la lectura. El mayor desafío: mantener la diversidad para que cada lector pueda hacer su propio camino de lectura.
María Paz Garafulic y Jennifer King, Confín Ediciones María Paz fue una ávida lectora desde su infancia, lo que la llevó a valorar la lectura como una práctica humana y cultural que contribuye al desarrollo y bienestar del individuo. Jennifer viene del mundo de la comunicación visual, y siempre ha tenido el «bichito» editorial. Ha trabajado en varias revistas y se encantó con las posibilidades que brindaban los libros de información, y lo mucho que había por hacer. Las socias se conocieron por la Fundación Había una Vez y un proyecto editorial que editaron juntas el año 99: libros para colorear que enseñan acerca de los pueblos originarios, Pinta y Recuerda, Aymara, Mapuche, Selk’Nam y Rapa Nui. ¿Qué las llevó a dirigir una editorial? Detectamos un vacío en el mundo de la edición chilena. Los libros estaban marcadamente segmentados por edad y temáticas y la visualidad era aún un componente más decorativo que sustantivo. Desde ahí tomamos la decisión de aportar con una nueva modalidad de libros, libros para todos, que entremezclaran armónicamente contenidos y una propuesta gráfica innovadora e interesante, siendo este el principal atractivo para acercar al mundo de la lectura a los “no lectores”. ¿Por qué eligieron editar libros juveniles? Son libros que podríamos calificar como “juveniles” asociando el término a dinamismo, atractivo y vitalidad; pero consideramos que hacemos libros para toda edad; libros que pueden leerse en cualquier momento, desde cualquier página, que entregan información sin saturar, que divierten a la vez que entregan contenidos, que pueden simplemente mirarse y disfrutarse. ¿Cuáles son sus criterios para seleccionar una obra y editarla? Calidad, calidad, calidad y conocimientos transversales. ¿Cuáles son sus logros y orgullos como editoras? Haber logrado posicionar una modalidad de edición muy especial, característica de nuestras obras, identificada por nuestros lectores. Tenemos un «estilo» Confín y haber logrado eso con poco más de 10 libros publicados es todo un éxito.
donde intercalamos hitos históricos y culturales entretenidos de cada uno, además de los estadios, anécdotas, personajes, moda, arte. Es alucinante y entretenido; encontramos fotos históricas inéditas del equipo chileno. El Universo: Ciencia y Ficción, que ha sido nuestro constante éxito, uno de los primeros libros de astronomía para todos, en Chile. Este nos permitió iniciar relaciones con la Premio Nacional María Teresa Ruiz, y la filósofa Margarita Schultz, hoy grandes amigas y autoras Confín. ¿Cómo ven el presente y futuro de la industria editorial para niños y jóvenes?; ¿Cuáles creen que son sus desafíos? Nos parece que es un mercado que está creciendo exponencialmente. Pequeñas e innovadoras editoriales surgen cada tanto con nuevas propuestas y contenidos de alto nivel. A la par, las grandes casas editoras reformulan sus propuestas haciéndolas más modernas y atractivas para su público objetivo. Crece así en cantidad y en calidad lo que podría augurar un gran futuro, pero este solo se manifestará en la medida en que los hábitos de consumo se modifiquen y el libro sea un objeto cultural y socialmente valorado. De ahí la tremenda importancia de trabajar en el ámbito del fomento lector y en la revalorización de la lectura y los libros como práctica esencial para el desarrollo de individuos, sean niños, jóvenes o adultos.
¿Cuáles son los libros regalones que han editado? Participa, 50 Acciones por un mundo mejor trata una temática casi completamente abandonada por el medio editorial y educacional chileno, la formación ciudadana y la educación cívica. Sentimos que es un aporte para que lectores de toda edad integren conceptos básicos de lo legal y ciudadano en su accionar cotidiano, que es la base de nuestra convivencia y vida en sociedad. CRACKS es bastante regalón también. Fue nuestro tercer libro. Es la historia de los mundiales de fútbol FIFA, desde el primer mundial donde participó Chile, en 1930, HABÍA UNA VEZ | 25
Berta Concha, Liberalia Gracias a una familia lectora y a un par de profesores que le inculcaron el gusto por la lectura, Berta Concha lee desde muy chica. Luego, con su llegada a México en 1973, pudo comenzar una formación sistemática en todos los oficios de la cadena del libro como lectora profesional, traductora, revisora de pruebas, correctora de estilo, y especializarse en la promoción y distribución internacional de libros, así como familiarizarse con las librerías y la logística.
¿Qué te llevó a dirigir una editorial? Cuando regresé a Chile, en 1997, no encontré trabajo en ninguna editorial ni librería. Como conocía los varios oficios de la cadena librera; como había detectado grandes vacíos en la oferta del libro en el país (sobre todo en el tramo infantil y en el de bibliografías académicas) y como sabía dónde encontrar soluciones, decidí fundar una empresa que abordaría el desafío de esa cadena progresivamente, hasta culminar en lo mejor que sé hacer: editar. ¿Por qué elegiste editar libros para niños? En Liberalia Ediciones no editamos sólo libros para niños; no obstante, damos protagonismo a los libros para niños y jóvenes porque queremos contribuir con la formación de seres humanos sensibles, curiosos, solidarios y también maravillados con la vida y sus diversidades. ¿Cuáles son tus criterios para seleccionar una obra y editarla? Son decisiones colectivas. Tenemos un equipo editorial muy profesionalizado, que siempre está analizando la oferta editorial en Chile y en el extranjero. Constantemente detectamos carencias e inventamos colecciones u obras relacionadas con nuestros objetivos y con las preguntas contingentes del país. A la vez, estamos abiertos a los proyectos que nos proponen «de oficio» autores e ilustradores, siempre que dialoguen con nuestras perspectivas y compromisos como editores. ¿Cuáles son tus logros y orgullos como editora? Haber integrado un equipo muy profesional y no haber publicado jamás un libro por oportunismo, sin estar convencida de sus valores y su aporte a la cultura, a la formación sensible e intelectual de chicos y grandes. ¿Cuáles son los libros regalones que has editado? Probablemente lo más original e interesante es una colección que llamamos Palabras, integrada por tres títulos que publicamos en 2011, idea de Cecilia Beuchat. Ella escribió y seleccionó una rica diversidad de textos literarios,
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lingüísticos, informativos y muy lúdicos, con ilustraciones extraordinarias de tres jóvenes artistas chilenas: Leo, leo, palabreo, para niños que comienzan a leer; Palabra que sí, para niños de hasta 10 años; y Palabras, regalo palabras, para lectores de más de 10 años. También nos sentimos felices de haber publicado la novela gráfica El Cardenal, de Kote Carvajal y Lucho Insunza, que IBBY reconoció con la Medalla Colibrí 2018 en la categoría de novela gráfica. ¿Cómo ves el presente y futuro de la industria editorial para niños y jóvenes? En Chile hemos recorrido un buen camino en los últimos quince años, desde el punto de vista de la edición como desde la perspectiva de la expansión de la red de librerías y bibliotecas. Pero aún hay muchísimo por recorrer rumbo a una industria editorial sólida y diversa, capaz de hablar dentro de Chile en el mismo tono y con la misma calidad con que se habla en el resto del mundo. Tenemos una sorprendente generación de ilustradoras e ilustradores, pero nos faltan escritores. El apoyo del Estado chileno ha sido fundamental en esta evolución, tanto para la creación de contenidos, como para la dinámica comercial, centrada en el nicho de libros destinados a la educación. Hay que agregar, también, el sustantivo impulso a la «internacionalización» de nuestras editoriales y creadores, gracias a los apoyos en la asistencia a ferias internacionales como Bolonia, Buenos Aires o Bogotá. ¿Y cuáles son los desafíos? Hoy tenemos unas 450 bibliotecas públicas, tendríamos que tener 4.500, para que lean quienes no tienen recursos económicos y para restañar el tejido social: en las bibliotecas ocurren milagros de apertura al mundo y hacia los demás. Pero, por el momento hay que comenzar por lo que está más a la mano: leer más y mejores lecturas; hablar de libros con los niños, jóvenes y adultos en la familia, con los colegas y los amigos. Habría que introducir buenos libros -no importa el soporte- en todos los intersticios de la vida personal y colectiva.
Francisca Jiménez, Ediciones Mis Raíces Su relación con el mundo editorial comenzó con el libro Artesanías para Jugar, Región Metropolitana. Fue un proyecto de largo aliento en el que se seleccionaron a destacados artesanos de Santiago y otras comunas de la región para dar a conocer este patrimonio a un público infantil. Después de su publicación en 2008, siguió con la temática de la artesanía pero enfocada específicamente a la de los pueblos originarios. ¿Qué te llevó a dirigir una editorial? Quise hacer libros y colecciones según mis propios intereses, sobre temas relacionados con la puesta en valor del patrimonio cultural chileno y latinoamericano. Dirigir Ediciones Mis Raíces me ha dado gran libertad para poder publicar libros que no existían en el mercado y seguir una línea editorial, aunque sea de nicho.
meses partí a Galvarino, en la Región de la Araucanía, a hacer talleres interculturales basados en el libro -para probar cada uno de los paso a paso que aparecían en él- en escuelas rurales, muchas de ellas unidocentes y multigrado. También la colección Mujeres Chilenas, de la escritora Isabel Ossa, que fue el primer proyecto de un tercero que edité para Mis Raíces.
¿Por qué elegiste editar libros para niños? Cuando viví en Alemania durante mi adolescencia tuve acceso a editoriales que ponían en valor la literatura infantil y juvenil y, sobre todo, las ilustraciones. Además, mis padres siempre me regalaron libros, todavía tengo una edición de 1974 de Perejil Piedra de María Silva Ossa con los dibujos de Coré. También tenía casi todos los libros de Fernando Krahn y María de la Luz Uribe. Desde siempre me sentí muy cercana a la literatura infantil, y con la llegada de mis hijos, la necesidad de hacer libros se acrecentó.
¿Qué libro te hubiese gustado editar? Cualquier cuento de los hermanos Grimm. El trabajo que hicieron al recopilar cuentos de la tradición oral centroeuropea me parece notable.
¿Cuáles son tus criterios para seleccionar una obra y editarla? El criterio principal es que la temática de la obra se relacione con el rescate del patrimonio cultural y con la memoria. En cuanto al estilo, prefiero que el uso del lenguaje sea sencillo y fácil de comprender. También, es necesario velar por una ilustración que sea compatible con el texto. En ese sentido, es necesario buscar ilustradores para ciertos textos y viceversa. El trabajo editorial consiste, principalmente, en coordinar la edición del texto con la ilustración, una disciplina que está en alza en Chile y con muy buenos exponentes.
¿Cómo ves el presente y futuro de la industria editorial para niños y jóvenes?; ¿Cuáles crees que son sus desafíos? Veo que en Chile, en general, cada vez son más las editoriales que están surgiendo, no solo dedicadas a la literatura infantil sino que también a un público adulto. Esto demuestra que, de alguna forma, hay interés de parte de las personas por la lectura. En el caso de la industria editorial para niños hay excelentes libros y una gran oferta hecha en Chile para nuestro mercado y para el mundo. Eso en cuanto a lo infantil, pero en lo juvenil pienso que hay mucho por hacer. Es un público difícil, hiperconectado, pero que a la vez necesita hablar sobre ciertos temas. Pienso que hoy el gran desafío está en hacer que los jóvenes lean y consuman más literatura hecha en Chile. Si para esto es necesario hacer productos más gráficos y más atractivos, bienvenido sea. Los jóvenes son el gran desafío de la industria.
En esta industria, ¿qué dificultades has encontrado en el camino? En general, no es una industria fácil. Se requiere de mucha creatividad y estar atenta a las tendencias. Como en todo mercado, hay mucha competencia. En mi caso, las ideas han sido muchas pero el financiamiento es lo que decide qué libro se hace y cuál no. ¿Cuáles son los libros regalones que has editado? Artesanía Mapuche para hacer y conocer fue un gran paso y una apuesta después de haber editado Artesanías para Jugar. Además lo terminé mientras estaba embarazada de mi cuarto y último hijo. Con una panza de casi siete
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Ana María Pavez, Amanuta Gracias a una madre bibliotecaria que le inculcó el gusto por la lectura, Ana María lee desde chica. «En las vacaciones ella recorría las librerías de libros usados de Valparaíso para comprar libros de Enid Blyton, de los que yo y mi hermana éramos fanáticas. Los veranos estaban marcados por los misterios y aventuras de los personajes de estas series», cuenta.
¿Qué te llevó a dirigir una editorial? Nunca pensé en dirigir una editorial. Lo mío nunca fue la literatura sino las matemáticas. Lenguaje era el ramo que menos me gustaba en el colegio, y los libros que me hacían leer por obligación me cargaban. Luego en la universidad estudié economía. Años más tarde, ante la falta de libros infantiles con temáticas relacionadas con nuestros pueblos originarios, nuestra historia y nuestra cultura tuve la idea de hacer un libro infantil, pero no una editorial. Así creamos Kiwala conoce el mar, junto con mi actual socia Constanza Recart y la ilustradora Paloma Valdivia. Cuando quisimos publicarlo no encontramos ninguna editorial que quisiera hacerlo como nosotras lo habíamos creado. Nos ofrecían modificaciones, que cambiaban sustancialmente el libro. Por eso no tuvimos otra opción que crear nuestra editorial, sin tener idea lo que significaba y en lo que nos estábamos metiendo. Solo queríamos que nuestro libro llegara a la mayor cantidad de niños en Chile. ¿Cuáles son tus criterios para seleccionar una obra y editarla? Editamos libros infantiles ilustrados, por lo que hay varios criterios que deben cumplir las obras. A veces solo recibimos el texto, que debe ser original y de calidad, lo que es difícil de cumplir, por la cantidad de libros ilustrados que existen. En caso de que la obra ya está ilustrada, deben cumplirse los requisitos del texto y además la ilustración debe ser de calidad. Una última alternativa es que buscamos temas y realizamos encargos a autores y luego buscamos ilustradores para ese texto. ¿Cuáles son los libros regalones que has editado? Hay varios regalones. La colección de cuentos clásicos de Gabriela Mistral: Caperucita Roja, La Cenicienta, La Bella Durmiente, Blanca Nieves en la casa de los enanos. Recibí estos textos de mano de Manuel Peña, quien los tenía recopilados y tuvimos la idea de hacer de cada texto un libro único, con ilustraciones modernas y encuadernación
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especial, con portadas en serigrafía en cartón. Otro regalón es La pobre viejecita, el texto es del poeta colombiano Rafael Pombo. Nos costó mucho encontrar un ilustrador, hicimos varias pruebas, buscamos mucho. En un festival de ilustración conocí a Marcos Guardiola, un ilustrador español que no tenía ningún libro publicado, y le hicimos este encargo. Él supo interpretar muy creativamente este texto, y el libro quedó muy bien logrado. Otro es No des puntada sin hilo. Estuvimos varios años haciendo pruebas con ilustradores hasta que le propuse a Maureen Chadwick que ilustrara con bordados. Fue un total logro, ya que el resultado fue un libro maravilloso. ¿Tienes alguna temática preferida para la literatura infantil? Me gusta mucho lo informativo, ya que creo que en estos libros es donde más trabajo editorial hay, especialmente en Chile, ya que no hay autores que se dediquen a escribir libros informativos para niños. Por lo tanto hay que hacer mucho trabajo de edición de texto y luego hay que trabajar mucho con el ilustrador y el diseñador. Son libros con mucho trabajo, pero que creo que es donde podemos hacer un aporte. ¿Cómo ves el presente y futuro de la industria editorial para niños y jóvenes?, ¿cuáles crees que son sus desafíos? Muchas veces me pregunto para qué seguir haciendo libros si hay tanto hecho. Cada vez que voy a una feria tengo este pensamiento. Pero luego aparece algún tema o algo nuevo. Creo que ese es un desafío grande, para todos, el seguir haciendo libros, pero novedosos y originales. Otro de los desafíos es que los niños lean. Creo que cada vez es más difícil que los niños y jóvenes lean. Las redes sociales ocupan muchos de los espacios de ocio de los niños, y creo que son muy pocos a los que les gusta leer. Aunque este puede ser un tema para los mediadores, creo que los editores también nos tenemos que hacer cargo de esto.
Cracks, Confín
Leo, leo, palabreo, Liberalia
Artesanía Mapuche para hacer y conocer, Mis raíces La pobre viejecita, Amanuta
La composición, Ekaré
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RHUV Nº27 ◊ Año 2018
Columna
Leamos juntos Por María Paz Garafulic, directora fundadora de FHUV y Magdalena Palma, directora ejecutiva de FHUV.
Cuando nos encontramos con información como la desplegada por un diario de circulación nacional hace unos meses atrás, que encabezaba la nota señalando que los niños chilenos menores de 6 años son los niños con peores índices de salud mental del mundo, reafirmamos nuestra convicción de que el trabajo en primera infancia no es solo una acción necesaria desde un punto de vista pedagógico, sino desde el punto de vista humano.
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onde hay trastornos de salud mental, hay dolor, donde hay dolor, hay niños que requieren de atención, cariños y miradas que les permitan posicionarse en el mundo desde su esencia. Este ha sido el objetivo del proyecto desarrollado por Fundación Había una Vez en dos jardines infantiles de la comuna de Melipilla en sectores altamente vulnerables, donde las dificultades son pan de cada día y donde los libros no eran más que objetos que cada tanto hacían un guiño a los niños prometiéndoles tiempos mejores. El proyecto «Leamos juntos» consistió en el desarrollo de espacios lectores –bibliotecas de aula dotadas de una excelente colección bibliográfica-, actividades de fomento y animación lectora, involucramiento de las familias a través del programa «La Mochila Viajera» y un intenso programa de capacitación para los equipos pedagógicos, que transitaron temáticas tan diversas como cuerpo y lenguaje, narración en voz alta, técnicas de mediación lectora, entre otras. Explicado el dónde, Melipilla y el qué, extensas acciones de fomento lector, cabe reflexionar sobre el elemento distintivo, el que hace la diferencia entre una linda biblioteca con bellos
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libros y otra, el cómo. Cómo se intervino en estas comunidades habitualmente asediadas por distintas propuestas que lejos de aliviar sus tareas las abruman generando rechazo e incomodidad. Nuestra respuesta. Desde el afecto, desde la convicción y la seguridad de que el trabajo desarrollado en conjunto con los beneficiarios tiene muchísimas más posibilidades de lograr impacto y alcanzar su objetivo principal: generar un compromiso efectivo y afectivo de la comunidad en torno a la iniciativa. Y misión cumplida. 12 meses, 6 salas, casi 200 niños, una comunidad de 170 adultos entre equipos pedagógicos y docentes fueron encantados por la propuesta de Había Una Vez, por sus palabras que manifiestan el poder de la lectura como elemento vinculante, como una forma de encuentro con uno mismo, con los demás y con el mundo que nos rodea.
Algunos ejemplos que dan cuenta del efecto e impacto de la iniciativa Pregunta: ¿Cuál es su gusto por la lectura? Destinatario: Equipos pedagógicos de ambos establecimientos. Resultado: «Me gusta mucho leer» y «me gusta leer», pasaron de un 55% en la fase de diagnóstico a un 90% en la medición de cierre.
María Paz Garafulic, abogada de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Fundadora de la Fundación Había Una Vez el año 2005. Ha ejercido su carrera profesional en ámbitos como el acceso a la justicia, desarrollo de la ciudadanía, fomento de la lectura y cultura. Ha realizado actividades académicas en Chile y el extranjero. También ha participado en programas de formación ciudadana en ONGs y universidades y es cofundadora de Fundación Probono. Miembro del Comité Asesor del Capítulo Chileno del National Museum of Women in the Arts de Washington y socia de Confín Ediciones.
Afirmación: «Hoy en día, estoy logrando establecer un vínculo emocional y afectivo con el niño/a, posicionando el libro como un objeto de apego entre ambos». Destinatario: Equipos pedagógicos de ambos establecimientos. Resultado: Pasa de un 22,2% a un 77,8% en el Jardín Mi Mundo Esperanza y de un 30% al inicio a un 100% al cierre en el jardín Pequeños Poetas. Afirmación: «Actualmente veo que mi hijo/a tiene gran interés por llevar libros a la casa para leer en familia». Destinatario: Apoderados de ambos establecimientos. Resultados: En ambos jardines las opciones estoy de acuerdo y estoy muy de acuerdo pasaron de un 15,1% a un 61,5%.
Magdalena Palma, Directora Ejecutiva de la Fundación Había Una Vez. Periodista, licenciada por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Diplomada en Políticas Públicas y magíster en Diseño Avanzado por la Universidad Católica de Chile. Con 12 años de experiencia en gestión, desarrollo de contenidos y dirección de proyectos del sector público, específicamente en el área de museos.
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Reportaje
Imaginarios femeninos en la literatura para adolescentes y jóvenes:
Ilustraciones de Jabakok | instagram.com/jabakok/
¿normatividad o subVersión? La construcción de la identidad femenina en la literatura escrita para adolescentes y jóvenes, generalmente, se ha nutrido del mito naturalizado del patriarcado. Para nuestro pesar, hay disponibles en el mercado varios libros en los que se aprecia un sistema ideológico rígido, centrado en la dominación masculina y la consecuente subordinación femenina. Sin embargo, hay escritoras que han apostado por contar historias en las que se pone en evidencia la violencia androcéntrica así como la lucha de las mujeres por darse cuenta de las normas que las constriñen, y por construir una voz propia desde la cual se auto-determinan como sujetos autónomos, y como portadoras de una historia colectiva gestada desde la rebeldía y la sororidad.
Por Claudia Andrade, doctora de Literatura, docente universitaria, investigadora de LIJ y escritora de narrativa juvenil, y Camila Valenzuela, Feminista. Escritora. Académica.
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a literatura para adolescentes y jóvenes –al igual que aquella escrita para niños y niñas– se inscribe dentro de una serie de prácticas culturales cuyo propósito es, por un lado, transmitir y perpetuar modelos de socialización para su público lector y, por otro, configurar un imaginario en torno a dicha etapa de la vida que se percibe como un periodo de transición entre la niñez y la adultez. En consecuencia, los textos escritos para estos-as destinatarios-as dialogan con un complejo sistema de creencias y preconcepciones respecto de cómo debe ser y qué se espera de un adolescente o un joven en una determinada sociedad, qué aspectos sobre su corporalidad y subjetividad son concebidos dentro de parámetros de aceptación/rechazo por parte de la cultura adulto-dominante, en qué medida participa o no del sistema político y económico hegemónicos, qué se permite, transa o reprime, qué se normativiza y se instala en el centro, qué se silencia y se traslada hacia el margen. Esta normatividad adulta se concibe como un sistema de dominación en el que dicha perspectiva se posiciona como un espacio simbólico de poder; por ello, la especificidad de esta literatura –lo que la define y caracteriza– radicaría, precisamente, en que ofrece una construcción discursivo-literaria en la que opera una multiplicidad de estrategias que se construyen desde una cierta intencionalidad de quien enuncia (componente apelativo) y desde una cierta expectativa del efecto esperado en los-as receptores-as concretos-as (componente perlocutivo).
«No soy un pájaro; y ninguna red me atrapa; soy un ser humano libre con un espíritu independiente» Jane Eyre. 34 | HABÍA UNA VEZ
En este contexto, nos planteamos una serie de preguntas: en qué medida las llamadas «novelas juveniles» han colaborado o no en la naturalización de imaginarios femeninos construidos desde la ideología patriarcal, cómo la narrativa actual ha hecho frente a este panorama, qué propuestas han surgido para visibilizar la escritura de las mujeres, entre otros planteamientos que intentaremos abordar a continuación. Dominación masculina e identidad femenina La constitución de la familia nuclear como eje social y la primigenia división sexual del trabajo fueron dos factores que sentaron las bases para un sistema ideológico rígido, centrado en la dominación masculina y la consecuente subordinación femenina. Dichos antecedentes establecieron el primer germen de la categoría de género sexual, delineando la sociedad espacialmente: hombre-padre perteneciente al espacio público, mujer-madre que debe criar y cuidar del espacio privado. Esos resabios histórico-sociales apelaron a cierto esencialismo del cuerpo humano, al valor predeterminado del cuerpo que lo dispone para realizar la tarea de hombre-cazador o mujer-reproductora. Se trató, por tanto, de un determinismo
biológico que, en un primer momento y bajo un tono de falsa inocencia, le dictó a la mujer quedarse en el espacio doméstico por la aparente razón de que estaba anatómica y ‘naturalmente’ configurada para ello. Más tarde, esa noción sería alimentada y nutrida por una serie de argumentaciones simbólico-culturales que perpetuarían el modelo patriarcal, cuya justificación y validación deviene en un mito que, siguiendo a Roland Barthes (1991), transforma lo social, cultural e ideológico en un hecho natural. Estamos frente, entonces, a una representación colectiva determinada socialmente y luego invertida para no parecer como aquello que verdaderamente es: un artefacto cultural. El mito así concebido se naturaliza y, con ello, vuelve claro y unívoco el camino para obtener el final feliz; un camino trazado por determinados roles de sexo-género donde el hombre es un ser activo, valiente y racional, y la mujer –buena y útil– debe ser pasiva, ingenua y obediente. Esta ideología silenciosa actúa a través de mecanismos solapados que dan cuenta de un imaginario sexo-género, aunque jamás de forma evidente. Así, se crea una realidad maniquea y petrificada donde habitan personajes homogéneos y estereotípicos siempre delineados por un lenguaje aséptico. En ellos, se recalca la pasividad femenina mediante historias donde el hombre va en búsqueda de la aventura, escoge a la princesa-trofeo según su grado de belleza y, generalmente, la rescata de una situación conflictiva; a ella, en cambio, solo le queda esperar pacientemente en el espacio interior por la llegada de su príncipe azul. En efecto, la literatura contemporánea para adolescentes y jóvenes ha hecho eco de estos imaginarios de feminidad impuestos y reproducidos por la ideología patriarcal, a través de una serie de obras que pretenden establecer determinados modelos de identidad y conducta para las mujeres: están las dulces y buenas que respiran amor romántico (La selección, Delirium, After, ¿Es cierto que el amor lo cambia TodoTodo?, Bajo la misma estrella, Bad Boys Girl); también las hay hipermasculinizadas, chicas que van a la guerra, usan armas y matan personas, para terminar encontrándose con el príncipe azul que las llevará a su destino real: el matrimonio y la maternidad (Los juegos del hambre, Legend, Juntos, Partials, Oscuros); están las princesas con tatuajes o chicas hipersexualizadas, que se visten de cuero y simulan no tener necesidad de salvación hasta que aparece el héroe para mostrarles, precisamente, que no pueden ni nunca podrán ellas solas (Cazadores de sombras, Crónicas Lunares, Los 100, Traición). Bajo este marco, entonces, es posible afirmar que todos y cada uno de estos imaginarios femeninos normativizados se construyen bajo la premisa de que las mujeres han nacido para un solo fin: servir los intereses de los hombres.
Estas conceptualizaciones –desarrolladas bajo el sesgo de un pensamiento patriarcal, pero reproducidas de forma neutra– consolidaron una ideología de sexo-género que, a su vez, perpetuó un determinado modelo de feminidad hegemónica. Desde esa perspectiva se puede entender por qué, pese a las luchas y reivindicaciones feministas, la concepción del hombre como síntesis y expresión de la humanidad haya prevalecido a lo largo de la historia. Su dominio sobre la razón y los discursos legitimados le ha permitido redefinir su pasado y proyectar su futuro, mientras relega a la mujer a un imaginario basado en la otredad o alteridad. Aisladas de su carácter histórico, acorraladas por la mística de la plenitud femenina y confinadas a la domesticidad, las voces de las mujeres han sido persistentemente silenciadas para validar, cultural y socialmente, lo que Pierre Bourdieu (2000) califica como «[…] una relación de dominación, inscribiéndose en una naturaleza biológica que es en sí misma una construcción social naturalizada» (p.37). En consecuencia, a partir de dicho pensamiento androcéntrico, la identidad femenina devino dicotómica: como fluir de la naturaleza, indomable y salvaje; o como el «ángel de la casa», buena y virginal, figura ejemplar y modelo a seguir.
El apartado titulado «Dominación masculina e identidad femenina» se inscribe dentro del desarrollo de la investigación de tesis del Doctorado en Literatura de la Universidad de Chile, patrocinada por CONICYT y denominada: «Construcción del imaginario femenino en los hipertextos de cuentos maravillosos realizados por cuatro autoras chilenas: Eudomilia Gallardo, Enriqueta Petit Pas de Morvan, Blanca Santa Cruz y Gabriela Mistral (1920-1930)».
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Las novelas que se atreven La construcción de la identidad femenina en la literatura escrita para adolescentes y jóvenes, generalmente, se ha nutrido del mito naturalizado del patriarcado. Para nuestro pesar, hay disponibles en el mercado varios libros –que llegan a cientos de miles de lectoras y lectores– en los que se aprecia un sistema ideológico rígido, centrado en la dominación masculina y la consecuente subordinación femenina. Sin embargo, hay escritoras que han apostado por contar historias en las que se pone en evidencia la violencia androcéntrica así como la lucha de las mujeres por, primero, darse cuenta de las normas que las constriñen, y segundo, construir una voz propia desde la cual se auto-determinan como sujetos autónomos –y ya no objetos de deseo masculino– y como portadoras de una historia colectiva gestada desde la rebeldía y la sororidad. En este contexto, se enmarcan las novelas argentinas La chica pájaro de Paula Bombara (2015) y Elisa, la rosa inesperada de Liliana Bodoc (2017), cuyas protagonistas enfrentan vivencias que las transforman y frente a las cuales la sociedad, muchas veces, se muestra indiferente e incluso cómplice: por un lado, Mara escapa de una situación de violencia de género; por otro, Elisa es víctima de la trata de personas y de abuso sexual. Siguiendo en la línea de narrativa realista, destacamos Piedra, papel o tijera de Inés Garland (Argentina, 2009), cuya protagonista descubre la violencia de la dictadu-
ra de su país, Como una película en pausa de Melina Pogorelsky (Argentina, 2016), que aborda la construcción de la identidad de género sexual, y El final del sendero de Carolina Brown (Chile, 2018), donde Simona, el personaje eje de la narración, busca su lugar en un mundo al que, pareciera, no pertenecer. Por su parte, en literatura de fantasía, sobresale la mexicana Verónica Murguía, quien, en sus novelas Loba (2013) y El fuego verde (2016), relata las historias de Soledad y Luned, respectivamente, personajes que se cuestionan su hacer en un mundo predominantemente masculino. Todas las obras mencionadas, desde distintas veredas, discuten abiertamente el modelo patriarcal hegemónico imperante a través de protagonistas femeninas que, de a poco, adquieren conciencia de la opresión de la que son víctimas y que se empoderan para hacer frente a ella. En este sentido, no podemos dejar de mencionar la narrativa gráfica de corte autobiográfico escrita e ilustrada por mujeres. Sin duda, libros como Virus tropical de PowerPaola (2014), en el que la autora colombiana repasa con humor los hechos que la marcaron cuando era niña, adolescente y joven mujer, e Ídolo de Marcela «Maliki» Trujillo (2017), donde la dibujante chilena expone la vulnerabilidad masculina y la toxicidad de ciertas relaciones de pareja, refrescan el panorama de la historieta con una propuesta feminista que discute y subvierte la norma androcéntrica.
«Es urgente que escritores-as, editoresas y mediadores-as reflexionen sobre los imaginarios femeninos que construyen». 36 | HABÍA UNA VEZ
Dos apuestas de posicionamiento y difusión Junto a esta narrativa que se atreve, encontramos dos iniciativas gestionadas desde y para mujeres cuyo objetivo es visibilizar a escritoras de fantasía, terror y ciencia ficción –géneros que, tradicionalmente, han sido considerados como «exclusivos de los hombres»– en el circuito literario. Para ello, se han valido de diferentes recursos (como reseñas, artículos y entrevistas) para promover autoras –sus libros, temáticas y técnicas–, siempre desde una postura crítica respecto del ejercicio escritural femenino. La primera es La Nave Invisible (https://lanaveinvisible. com), un proyecto español colectivo «con vocación feminista», gestado en 2016 y que pretende «[…] luchar por dar visibilidad y reconocimiento a las autoras de género que parecen tenerlo más difícil para darse a conocer por el simple hecho de ser mujeres». La segunda es La Ventana del Sur (http://www.laventanadelsur.cl), una propuesta chilena creada en 2017 por Soledad Cortés junto a las hermanas Camila y Cristina Miranda, que no solo busca el posicionamiento de las escritoras de estos géneros, sino también constituirse en un espacio
«Estos textos dialogan con un complejo sistema de creencias respecto de cómo debe ser un adolescente».
de aprendizaje colaborativo a través de la realización de talleres grupales de escritura, clubes de lectura y actividades de difusión tanto en redes sociales como en ferias especializadas. Necesidad de reflexión, necesidad de cambio Si el primer paso para generar una transformación respecto del imaginario femenino fue realizar una denuncia ideológica importante sobre las discriminaciones más evidentes en la narrativa adolescente-juvenil –como la gran cantidad de héroes masculinos en comparación con heroínas mujeres o la enorme oferta editorial dirigida a adolescentes y jóvenes también hombres–, el segundo paso es, sin duda, la emergencia de protagonistas femeninas que ya no habiten pasiva y únicamente el espacio privado, sino que se erijan con una voz propia que critique el sistema patriarcal y su reproducción sin cuestionamientos. Sin embargo, las posibilidades de estas «nuevas» heroínas continúan siendo limitadas: por un lado, están las «súper mujeres», quienes con belleza, tatuajes, armas y mucho cuero, enmascaran su condición de subordinadas tras un discurso maquillado de falsa igualdad; por el otro, están aquellas que, disfrazadas de mujeres aparentemente autónomas e intelectuales, viven en constante agresión hacia sus cuerpos por no atraer al príncipe azul ni el final feliz del matrimonio y la crianza. ¿Qué es lo que tienen en común? Ambos prototipos de heroínas se nutren del mismo lugar: el mito naturalizado de la dominación masculina. Es, pues, urgente que escritores-as, editores-as y mediadores-as reflexionen sobre los imaginarios femeninos que construyen y reproducen, para así presentar a sus destinatarios-as propuestas literarias que no naturalicen la violencia contra la mujer ni los estereotipos de género sexual, sino que propongan figuras femeninas autónomas y autoconscientes. BIBLIOGRAFÍA CITADA Barthes, R. (1991). Mitologías. México: Siglo XXI Editores. Bourdieu, P. (2000). La dominación masculina. España: Anagrama.
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Entrevista
Emil Ferris, autora de Lo que más me gusta son los monstruos:
«Todos los monstruos, de todos los géneros, son interesantes para mí»
Emil Ferris, Fotografía de Nancy Stone, Chicago Tribune.
Por Hugo Hinojosa, docente UAHC, estudiante de Doctorado en Literatura PUC y especialista en narrativa gráfica.
Emil Ferris (1964) es autora de la novela gráfica Lo que más me gusta son los monstruos (2017), obra con la que debuta como escritora/ dibujante. La historia ocurre en el Chicago de los años 60 y cuenta la historia de Karen Reyes, una niñalobo lesbiana que intenta resolver el asesinato de su enigmática vecina, una sobreviviente del holocausto. 38 | HABÍA UNA VEZ
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a obra ha salido en la mayoría de los listados de cómic del 2017 como la mejor obra del año (Publishers Weekly, The New York Times); ganó dos premios Ignatz a la artista destacada y novela gráfica destacada; y tres premios Eisner al mejor álbum gráfico nuevo, mejor escritora/artista y mejor colorista. El libro ya está en Chile bajo la publicación de Reservoir Books.
La primera impresión al ver tu obra es «monumental» y «ambiciosa». ¿Cómo fue que llegaste a la idea tras My favorite thing is monsters? Originalmente comenzó como una especie de visión. En mi mente, vi a una mujer trans negra alta que envolvía protectoramente a una perturbada pequeña niña-lobo hispana en su impermeable. Me pregunté a mí misma qué había visto y quiénes eran las personas. Me dijeron quiénes eran y qué había pasado. Poco tiempo después escribí un breve relato sobre ellos. Luego adapté aquella historia en forma gráfica. Sabemos que el trabajo de producción de la obra fue arduo y duro, ¿cómo afrontaste el proceso de crear una novela gráfica de estas características? ¿Qué decisiones decidiste tomar? Decidí que no renunciaría a terminar este libro, sin importar qué. Decidí que era el trabajo más importante del que tenía que ocuparme cada día. Si me sentía inspirada o no, trabajé. Me entregué al proceso de una manera «paso a paso». Me involucré en charlas motivacionales diarias. Fue difícil. Me dije a mí misma que si simplemente terminaba el libro y a algunas personas les gustaba, podría estar feliz con ese resultado. Te llevo a otro plano. Más allá de la necesaria discusión actual sobre el género, y la tradición socialmente impuesta de protagonistas masculinos, ¿qué te llevó a poner mujeres en el frente de la obra? Nunca he entendido estas ideas sobre el género. Todos los monstruos, de todos los géneros, son interesantes para mí.
ganan un mundo de historias más rico cuando se escuchan todas las voces. Por otro lado, tu protagonista es una niña ¿por qué decidiste recurrir al espacio de la infancia (sin ser una obra infantil)? Es un gran desafío tratar de trabajar desde la perspectiva de un niño, porque siempre se trata de preguntarse cómo tu protagonista ve las cosas. Es también la posición más accesible de todos los tiempos. Todos han tenido algún tipo de infancia, excepto Frankenstein... bueno, la suya no fue la más feliz, creo. ¿Cómo confrontaste el mundo de la imaginación infantil frente al mundo realista de la adultez? No soy una persona que deposite demasiada confianza en el sentido de «realidad» del mundo en general. De esa forma, Karen fue accesible para mí en un nivel profundo. ¿Acabo de decir que soy una «niña vieja»? Sí. Sí, supongo que estoy diciendo eso. Finalmente, ¿qué se podría esperar de tus próximos trabajos? Estoy poniendo mi mejor esfuerzo en la segunda parte, porque quiero que sea un cierre efectivo para la primera. ¿Las obras que siguen? Bueno, quiero ofrecer la experiencia de lectura más generosa y profunda de la que soy capaz, y quiero que el lector tenga alegría mientras esté en el libro... y quizás espero que vayan a sentir algo. El mayor cumplido es cuando las personas permiten que el libro viva dentro de sus bellas y únicas imaginaciones.
En este sentido, ¿cómo ves o lees el rol de las mujeres dentro del mundo del cómic? ¿Es un espacio en disputa? De alguna manera, soy tan nueva en los cómics que, aunque sé que hay un historial de discriminación, no estaba aquí para eso. No obstante, me han negado trabajos de arte por ser mujer. Siento que todos nosotros y nosotras, en cómics, tenemos una gran deuda con gente como Nicole Hollander, Lynda Barry, Phoebe Gloeckner, Mimi Pond, Trina Robbins, Aline Kominsky-Crumb, Julie Doucette, Alison Bechdel y Carol Tyler, entre muchas otras. Estas son mujeres que rompieron barreras y todos les debemos mucho. La experiencia de ser mujer es que una, muy a menudo, es excluida de las cosas basándose únicamente en el sesgo. El talento y la habilidad (incluso la maestría) no han sido cosas que, en el pasado, inclinaran la balanza a favor de una mujer. Pero afortunadamente esto está cambiando. ¡Y es genial que así sea! Todos pierden cuando alguien es discriminado. Todos
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Reportaje
Mujeres haciendo
cómic (y leyendo cómic hecho por mujeres)
Ilustraciones de Pipidummy | saltypipi@gmail.com | instagram.com/pipidummy/
Mientras las estudiantes se tomaron las calles, las autoras de cómic están visibilizando su trabajo con más ímpetu. Son mujeres de diversas edades y trayectorias, que han tomado la página en blanco para hablar de su vida, sus luchas políticas y sus sueños. Por Isabel Molina, periodista, directora de Grafito Ediciones y socia de Plop! Galería.
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«Que el cómic sea un ecosistema más justo depende de todas las partes implicadas».
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a frase es parte de un manifiesto del Colectivo Autoras de Cómic de España que busca, entre otros objetivos, hacer del cómic un espacio igualitario. Hermanado con el colectivo francés Créatrices de Band Desineé contre le sexisme, creado en 2015 como respuesta ante la creciente misoginia de este ámbito, este espacio articula a autoras que han decidido sacar la voz para aclarar algunas cosas con respecto a las obras producidas por mujeres. Y tal como los movimientos internacionales feministas han tenido una fuerte repercusión en el espacio nacional, este tipo de articulaciones artísticas se han hecho notar en Chile. Algunos ejemplos de iniciativas creadas son las ferias de fanzines, con gran presencia de autoras en especial jóvenes; la presencia anual del Festival Comiqueras; la creación de la revista Brígida y del podcast La polola, con Maliki y Sol Díaz, autoras de cómic. ¿Desde dónde surge la necesidad de reunirse por parte de las trabajadoras del cómic? ¿Tienen estas agrupaciones una estructura diferente a la tradicional? Al respecto Sol Díaz señala que «me parece que viene de una necesidad de decir las cosas sin censura, sin preguntarle ni necesitar a nadie. Creo que es una visión muy potente de hacer las cosas desde uno mismo, de ser autónomas». Por otro lado, Catalina González, fundadora del sitio chileno «La comiquera, cómics con mirada de género» (www. lacomiquera.cl) y quien hace pocos meses empezó a armar una plataforma de mujeres que trabajan en cómics, explica que «no sé si prefieren otro tipo de organización, pero sí pienso que faltan aún iniciativas que las reúnan, ya sea a través de asociaciones, organizaciones, o al menos reuniones de algún tipo que permita conocerse, trabajar juntas y difundir también el trabajo de todas». El factor de colectividad es importante para González quien explicita que «es responsabilidad de todas apoyar a la red de mujeres que están creando cómic en Chile y fomentar su participación en instancias relevantes de la industria como eventos, charlas e inclusión en bibliotecas y librerías». Por su parte, la guionista Bernardita Ojeda Labourdette, responsable del texto de Varua Rapa Nui, explica que un aporte que están haciendo estos nuevos grupos es que desarrollan formatos que se ven más cercanos y amigables para el público que no suele leer cómics, «quizás es distinta la aproximación al momento de difundir el material, en el caso de las mujeres hay más difusión en formato podcasts o en revistas como Tribuna Femenina o Brígida».
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Cómic femenino v/s cómic hecho por mujeres Parte de los planteamientos que proponen (y disputan) gran parte de las creadoras comienza desde las categorías: ¿es lo mismo el cómic hecho por mujeres que el cómic femenino? Al parecer, algo que parece una sutileza, tiene una gran implicancia. Tal como en su momento se discutió la categoría de «literatura femenina» su equivalente con el cómic es fuertemente cuestionado. «Al igual que nuestros colegas no se ciñen a su masculinidad para su creación, nosotras no nos ceñimos a nuestra feminidad», expresan las autoras francesas de Créatrices de Band Desineé contre la sexisme en su sitio web. «¿Por qué lo femenino debería estar fuera de lo universal? Establecer estas diferencias, sobre la base de estereotipos, únicamente genera efectos negativos en la percepción que tienen las mujeres de sí mismas, sobre la confianza en su capacidad y sus resultados» rematan en su manifiesto. ¿Y de qué se habla en estos cómics? En una mirada a la revista Brígida, publicación chilena aparecida este año y que, en dos números ha convocado a creadoras latinoamericanas para colaborar con sus viñetas, eligiendo cada una el tema, aparecen las relaciones interpersonales, demandas feministas, la vida cotidiana y también la introspección. Melina Rapimán, historietista y creadora de la revista de cómic hecho por mujeres Tribuna femenina (2009), señala que «veo diferencias en los contenidos, en los discursos. Estamos todavía resolviendo temas autobiográficos. Quizá con el tiempo, cuando logremos algún tipo de paridad, podamos hablar de otras cosas». La exploración de la autobiografía es algo que se puede apreciar en los títulos publicados por Marcela Trujillo (Maliki) como Diario iluminado de Maliki 4 ojos o Maliki en tinta china en Chile, en el que con una honestidad a toda prueba narra episodios de su vida; o la ensoñación de la libertad de la infancia que describe Margarita Valdés en Chikijet; o la crudeza de No abuses de este libro de Natalia Silva (Natichuleta), cuya historia gira en torno al abuso que sufrió por parte de la pareja de su mamá. Fuera de nuestras fronteras, un nombre imprescindible es el de Paola Gaviria (Powerpaola), dibujante ecuatoriana – colombiana cuya obra ha sido publicada en distintos países de América Latina a partir de su primera novela gráfica Virus Tropical (que también llegó al cine como
«¿De qué se habla en estos cómics? En una mirada a la revista Brígida, aparecen las relaciones interpersonales, demandas feministas, la vida cotidiana y la introspección». HABÍA UNA VEZ | 43
animación). Son múltiples las temáticas que aparecen, según Bernardita Ojeda «hay mucha experimentación en los temas, donde se aborda desde el lesbianismo, la transexualidad, la soledad, el abuso sexual y otros, desde una mirada cotidiana». No solo en libros afloran estos temas. Sin duda internet es una herramienta que permite también publicar con más libertad. González comenta sobre las autoras que «hoy se atreven a hablar de temas como la menstruación, el acoso callejero o incluso a trabajar géneros como el terror o el humor. Muchas no esperan que una editorial las publique, sino que usan plataformas digitales o las mismas redes sociales para subir sus historias y hacerse ver». Algunos ejemplos son el de Lesbilais, web cómic de Victoria Rubio, en el que aborda temáticas en las que reúne humor gráfico y feminismo en viñetas que aparecen periódicamente y que también difunde en formato de fanzine. Otra autora que también escribe sobre feminismo haciendo al mismo tiempo una fuerte crítica social, es Katherine Supnem, en fanzines y web cómic, además de realizar charlas y ser parte de la organización del Festival Comiqueras, a cargo del colectivo de historieta Tetas tristes. También en redes sociales, especialmente en Instagram, se pueden ver trabajos de autoras como Sofía Flores Garabito, que desarrolla historietas que exploran estados emocionales,
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elementos oníricos y una cotidianidad marcada por la reflexión. También algunas autoras escogen temáticas personales y las relatan a través de otros personajes como lo hace Sol Díaz con las viñetas Bicharracas, que posteriormente se convirtieron en libros, o en las novelas gráficas La hoja naranja y la recientemente publicada Nacer bajo tierra, en las que desde el tono humorístico hasta uno más reflexivo, elabora un discurso sobre el mundo y sus relaciones. Este recurso también lo ocupa Catalina Bu que transfiere al «Solito» de Diario de un solo I y II ciertas viviencias con humor y cierta melancolía frente a la rapidez de la vida actual. Las técnicas que ocupan las dibujantes son diversas. Situadas en un contexto en que hay más libertad para experimentar que hace unos años, lo cierto es que el panorama es bastante variado. Ojeda comenta que «hay más trabajos en blanco y negro (quizás por un tema de presupuesto) y no hay tanta experimentación». Y es que la impresión de estos trabajos, que en el caso de los fanzines son autogestionados, también obliga a las creadoras a trabajar con pocos recursos. También la facilidad para trabajar fuera de un taller y trasladarse con menos materiales hace que en muchos casos los artículos de trabajo sean algunos marcadores y libretas de dibujo.
«Más festivales, publicaciones de libros y revistas y, hasta editoriales que se enfoquen en el cómic que hacen mujeres, son algunas metas que podrían barajarse». Algo similar opina Rapimán cuando establece una relación entre la urgencia de relatar aspectos más personales que hace que actualmente se trabaje con líneas sueltas, sin pensar tanto técnicamente, pero que en un futuro escenario de mayor igualdad, la experimentación surja como un desafío mayor que en la actualidad. Nuevos cómics, más lecturas Se podría establecer que esta nueva producción de cómic trae aparejada una mayor cantidad de lectores de distinto sexo. Mal que mal, son nuevos formatos, temas y lugares donde encontrar los libros y fanzines. Sobre este último hay que recalcar que las librerías han aumentado los catálogos de novela gráfica y que las librerías especializadas también han crecido. Para Sol Díaz, quien asiste a diversas ferias de libros dentro de Chile (recientemente estuvo en Valdivia y viajará a la de Osorno), este trabajo «está llegando a todos los espacios y frentes comunicativos y expresivos, es como un gran grito que teníamos acumulado y que se desborda en todos los lugares». En ciudades como Concepción o Antofagasta existen festivales y otros espacios que permiten que autores y lectores se encuentren y se den escenas locales que podrían expandirse.
Rapimán destaca por su parte un factor importante: el proceso tras este fenómeno. «Me parece que este espacio se ha estado construyendo de a poco desde hace décadas. En Chile, producto de la cápsula del tiempo que tuvimos en dictadura, vamos quizá un poco tarde, por lo que es muy importante seguir construyendo nuevos discursos. Ya existían mujeres haciendo historieta antes, pero estaban invisibilizadas». Sin embargo, hay grandes desafíos por delante. González establece que «aunque ha aumentado la visibilización de mujeres haciendo cómics, aún existen espacios a los que no llegan, ya sea por prejuicios, poca difusión o simplemente poco interés. Aún queda mucho trabajo respecto a conocer las mujeres que están haciendo cómic en Chile así como los tipos de historias que están creando». Más festivales, publicaciones de libros y revistas y, quizás hasta editoriales que se enfoquen en el cómic que hacen mujeres, son algunas metas que podrían barajarse. Lo que sí está claro, tal como dice Melina Rapimán, es que allá afuera «hay un mundo de mujeres, un mundo de posibilidades».
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Mis favoritos
Verónica Herrera, folclorista y narradora oral:
Cuentos y cantos para los niños Educadora de párvulos de profesión, Verónica ha dedicado su carrera a la recopilación folclórica infantil y a los cantos y cuentos para pequeños. También ha escrito textos de folclore para la educación preescolar y básica. Con su guitarra canta y encanta a grandes y chicos, revalorizando el uso de nuestra tradición en la narración oral. El uso de canciones populares, adivinanzas y trabalenguas la convierten en un imán cuando le toca el turno de mediar la lectura.
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Un libro que hace reír Papelucho de Marcela Paz. No se puede evitar llorar con este libro El niño que enloqueció de amor de Eduardo Barrios. Mi autor favorito Hernán Rivera Letelier. MI ilustrador favorito: Sol Díaz. Mi mejor novela juvenil: Palomita Blanca de Enrique Lafourcade. Mi libro álbum favorito es: Cosita Linda de Anthony Browne. Autores literarios que me han inspirado: Gabriela Mistral, Fidel Sepúlveda, Oreste Plath, Magdalena Vial y María Luisa Vial. El mejor regalo literario para un niño: Un libro de folclor poético, que contenga adivinanzas, trabalenguas, rimas y canciones tradicionales. Un libro que no puede faltar a la hora del cuentacuentos: La Colección Atrapalecturas de Cecilia Beuchat. Para cautivar a un adolescente no lector: El Principito de Antoine De Saint-Exupery. La biblioteca donde encuentro todo: Centro Lector Lo Barnechea y Biblioteca Nacional. El libro que hoy tengo sobre mi velador: La Patria de Cristal de Elizabeth Subercaseaux. .
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RHUV Nº27 ◊ Año 2018
Nuestra ilustradora
Las horas de Sol: Una conversación en tiempo real con Sol Undurraga Por Claudio Aguilera, periodista y socio fundador de PLOP! Galería. Investigador y curador de ilustración.
Ganadora del premio Opera Prima de la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Bolonia en 2018, la ilustradora chilena conversó con Claudio Aguilera sobre su obra, sus procesos de trabajo y los desafíos de la mujer en la historieta e ilustración contemporánea.
Ilustraciones de Sol Undurraga
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Sol Undurraga Sol Undurraga, arquitecta, desde hace años se dedica a la ilustración. Este año ganó el premio a la Opera Prima de la Feria de Literatura Inafantil y Juvenil de Bolonia con su libro La Plage, de editorial L’Agrume. Vive entre Alemania y Chile, donde trabaja con varios lápices, papeles y procesos digitales. Ilustra para periódicos y revistas, para diversas instituciones, así como creando ilustraciones para textos y libros. Actualmente trabaja para Editorial Nobrow, Editorial La Joie de Lire y Diario El País.
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on las cinco de la mañana, amanece en la playa. El sol comienza su lento ascenso. Algunos pescadores ya han salido al mar. Parece ser un día normal. Pero atención, ¿qué hace un elefante rosado con sombrero arrastrando un bote con un cocodrilo y un oso polar a bordo? ¿Qué lleva en una pequeña maleta la pareja de conejos que camina hacia la orilla? No hay respuestas. O mejor dicho, hay miles de respuestas. Una por cada lector que se aventure en La plage, el libro de la ilustradora chilena Sol Undurraga editado por el sello francés L’Agrume. Una publicación en la que cada nueva ilustración es una invitación a sumergirse entre colores, personajes e historias, y se transforma en una refrescante experiencia que incluso atrajo al jurado de la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Bolonia, quien a principios de este año entregó el premio Opera Prima a la publicación, dando una enorme visibilidad a la obra y al talento de su autora. «Sol Undurraga ha orquestado una compleja narración visual que vive en todos los rincones de la página; el texto, breve, contrarresta la generosidad de los densos cuadros llenos de narraciones ocultas e irónicas, donde un repertorio de fantásticos bañistas conviven con mujeres, hombres y niños en traje de baño. El libro ofrece a los lectores nuevas posibilidades de observación y es la prueba de una sorprendente libertad de expresión artística», fueron algunas de las razones para otorgar el reconocimiento.
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Zoom in Son las cinco de la tarde en Santiago. En Alemania, país en el que reside la ilustradora desde hace un tiempo, ya anocheció. La casa está en calma. Teo, el pequeño hijo de Sol, duerme. LUNES, 17:01 Hola, ¿Qué tal? ¿Tienes tiempo ahora? Todo bien por acá. Sí, tengo…hasta que Teo llore. Ja, ja, ja. Así son las cosas ahora. Así es. Todo a tope. ¿Te veías así hace 5 años? (Ya empieza la entrevista) ¿Te respondo? ¿Esa es la pregunta? Sí. Ja, ja, ja. Buena pregunta. No, para nada. No me veía. El proyectarme nunca ha sido mi fuerte. La verdad es que no lo hago para no caer con un tremendo porrazo que me deje coja. Lo hago por tramos cortos. ¿Y tú, Claudio, te veías? No, pensé que ya no sería papá. Y me daba mucha pena. Yo no quería ser mamá. O no lo quería pensar. Pero ahora que lo soy siento que algo se agrandó dentro de mí. Qué hermoso. A mí Teo me dio energía. Y todo es más intenso y menos grave. ¿Le dio más sentido también? ¿Una razón? Puede ser. ¿Crees que todo tenga una razón? No, no lo creo. Pero para mí tener un hijo le ha dado una razón a muchas cosas. O quizá simplemente ya nada importa tanto. Eso es muy cierto. Y llena tanto. Creo que es eso, le da liviandad a la vida y eso es hermoso. En tu caso, la maternidad coincidió con un gran momento de tu carrera como ilustradora Llegó todo al mismo tiempo. Teo venía con el paquetito bajo la mano… Con la marraqueta… Esa misma. ¿No te sorprende la rapidez con que ha sucedido todo? Sí, es impactante. En menos de dos años las cosas se giraron para otro lado. Hay veces que me da miedo que todo avance tan rápido. Hay cosas y personas que me gustaría tener mucho tiempo.
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¿Cómo enfrentas ese miedo? Sigo dibujando, pero le tengo miedo al tiempo. Intento no pensar en eso y cuando viene ese miedo pues me hostigo escuchando podcast. Antes salía bastante y lo curaba todo juntándome con amigos. Lo cierto es que vivir lejos no ayuda. El tiempo es un gran miedo de quienes vivimos lejos. ¿Pero estando allá tienes más posibilidades de mostrar tu trabajo, no? Donde estés lo puedes mostrar… Un minuto, Teo llora.
Zoom out En un mapa de Chile conviven Gabriela Mistral con Condorito, José Miguel Carrera con Los Prisioneros, una ranita de Darwin con el milodón, mientras que un par de mochileros contemporáneos se detienen a centímetros de dos selk’nam preparados para iniciar la ceremonia del Hain, y los estudiantes exigen mejor educación a un costado de un marcial Bernardo O’Higgins. Norte y sur, pasado y presente, se reúnen en las páginas del libro Atlas Americano (Amanuta), un detallado recorrido por el continente que incluye cientos de dibujos de líneas simples, colores provocativos y toques de humor, combinación que se ha transformado en el sello de Sol Undurraga. Un estilo forjado a través de largas horas de meticuloso trabajo, observación, juegos visuales que a momentos recuerdan la obra de los pintores surrealistas y una cuidada paleta que ya se puede rastrear en sus primeras imágenes creadas para prensa y proyectos editoriales, así como en sus historietas dibujadas bajo el nombre de Mujergallina. Desde tus inicios veo una gran coherencia en tu trabajo. ¿Encuentras? Yo siento que lo he cambiado mucho y no importa tanto. A pesar de que en la escuela te dicen que encontrar el estilo es como una meta enorme, a mí me aburre mantener siempre el mismo estilo y pensaba que lo estaba cambiando, pero es bueno saber que por lo menos se ve la misma persona por detrás. Claro, hay cambios, pero hay una manera de ilustrar que permanece. Eso alivia. Y por lo que he visto, el hecho de trabajar para editoriales importantes o un diario como El País de España no te ha alejado de las ferias alternativas. Sigo yendo todo lo que puedo. Me gustan mucho.
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¿Más que una feria gigantesca como Bolonia por ejemplo? Bolonia me gusta porque veo a mi banda favorita de ilustradores. Es una oportunidad única de vernos. Además me encanta ir a mirar libros y encontrar algo nuevo. Lo que también me gusta es esa sensación de mujer ejecutiva que me viene. Después llego a la casa y sigo chancleteando en el escritorio con la taza de café. Espera, Teo llora de nuevo. Sí, continuamos más tarde. Yo voy a ver a Eloísa.
Zoom in, zoom out Arquitecta de profesión, con vocación de nómade (antes de ir a Alemania, ya había vivido en España, México y Estados Unidos), se lanzó a la ilustración en 2011 en un viaje que la ha llevado a ser seleccionada en distintas exposiciones alrededor del mundo. Pero la decisión no fue fácil. «Al principio me sentía caminando sobre huevos. Y todavía lo siento. Ser ilustrador es algo que no te hace el camino muy seguro, pero siempre pienso que si persisto, la única opción es ser mejor. Y así lo hago», confesó en una entrevista en 2014. MARTES, 17:08 ¡Hola! MARTES, 18:29 Hola, estoy. Es súper tarde. Me quedé dormida. No te preocupes, me pasa lo mismo. Quería preguntarte por tus procesos de trabajo. ¿Planificas tus ilustraciones o los personajes y situaciones van a apareciendo poco a poco? Planifico la ilustración antes de hacer el dibujo final, pero siempre me voy entusiasmando y es como un vicio. Por eso dejé el computador, me demoraba muchísimo porque me ponía a hacer zoom infinito. Ahora trabajar con el papel y el lápiz me ayudan a no enviciarme con el detalle. ¿Qué rol cumple el color en tus obras? A pesar de que soy una amante del negro, el color en mi trabajo es fundamental. La verdad es que es una parte que gozo mucho, como cuando planifico un plato o pienso en lo que le puedo poner a un sándwich. El color da el tono de lo que intento hablar. Hay veces que uso ciertos colores para dar una atmósfera que busco, aunque a veces resulta y otras no pasa nada. El color es algo que he amado siempre, debe ser esa enorme influencia que tuve de una profesora de arte en mi colegio, que me llegó a marcar tanto que terminé por tomar unos cursos con Vilches cuando era bien chica. 52 | HABÍA UNA VEZ
«Ser ilustradora es algo que no te hace el camino muy seguro, pero siempre pienso que si persisto, la única opción es ser mejor».
¿El grabador Eduardo Vilches?
¿A través de la ilustración? ¿Con los libros?
LO AMO. Genio. Me encantan sus serigrafías.
Sí, lo busqué con la arquitectura, pero me quedó enorme el traje. Ahora lo intento con libros-dibujo-papeles-ilustración-cómic.
Autorretratos en azul y negro. A mí también. UFF, ME MATA. HERMOSAS. Amaría llegar a ser así de sintética. Hace poco lo vi en la inauguración de una exposición de Nemesio Antúnez en la Biblioteca Nacional junto a su esposa, la investigadora y profesora de cine Alicia Vega. Ohhhh. Mujeraza. Tengo su libro. Qué mujer más power. Su trabajo con niños me hechiza hasta lo más profundo. Es verdad, es una inspiración: llevar el arte a los lugares que no llega. Es lo que quiero hacer de mi vida. Lo daría todo por darlo todo.
De alguna manera hacer libros ilustrados es llevar el arte a lugares que no llegan. ¿No crees? Me gusta más ser ilustradora que artista. La imprenta tiene algo menos sofisticado y llega a más personas. Y eso me gusta. Es lindo hacer libros, pero también hay veces que es tremendamente peligroso. ¿En qué sentido? Porque pueden ser como un virus. Se imprimen tres mil ejemplares y ¡zaz! ¿Qué pasa si el libro es una metida de pata y nadie se dio cuenta? Puede ser un libro que influencie de manera pésima, que sea racista, sexista y no te diste cuenta de lo que hiciste. ¿Cuántos lectores serán? HABÍA UNA VEZ | 53
Unos 20 mil, creo. Pensando que se comparten en familia o en bibliotecas. Es mucha gente. Pero no más que en la televisión, donde meten la pata todos los días y se ve mucha violencia sin que a nadie le importe. Y ahora está Youtube también. Pienso en lo que le pasó a Marcela Trujillo. Fue una vergüenza. Ese humor de bullying es horrendo y he aprendido a detestarlo. ¿Has sentido alguna vez que las mujeres son discriminadas en el mundo del cómic? Me sentía mucho más discriminada en la arquitectura. En el cómic lo único que he hecho han sido cosas buena onda entre colaboraciones y cosas mías autopublicadas. Nunca he estado en la boca del lobo entonces no he sentido discriminación, pero después de lo que pasó en Angulema hace unos años cuando se reveló que entre los finalistas a los premios no había ninguna mujer, no cabe duda que el mundo del cómic es misógino. Hiciste la portada del número 1 de la revista Brígida, que reúne historietas hechas por mujeres, y que salió justo antes de que saliera a la luz el movimiento feminista en Chile. ¿Sientes que son tiempos de cambio? El cambio en la sociedad con el feminismo es enorme. Acá en Alemania también está conmovido, pero no hay tanta imagen de teta, porque el género es algo que se debiera optar. Me gusta haber aprendido eso porque es necesario y es una manera de tener libertad y respeto por el otro. Esta lucha de feminismo es importantísima y es bueno que todos nos sumemos a ella. Para mí es difícil y me doy cuenta que nací en un país machista y cargo cosas de ahí que me cuesta mucho cambiar. Pero lo intento porque es necesario hacer un cambio para el futuro. 54 | HABÍA UNA VEZ
El tiempo corre. Las historias, las palabras y las imágenes se acumulan. Mientras conversamos, la prestigiosa editorial suiza La joie de lire prepara el lanzamiento de un nuevo libro de Sol Undurraga: Colette y Zorro, la historia de dos personajes que pasan su fin de semana en mil y una actividades. Y una vez más, cada día y cada página, como en la vida, traerá innumerables sorpresas y maravillosos encuentros para aquellos que tengan los ojos, y el corazón, bien abiertos.
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RHUV Nº27 ◊ Año 2018
Recordando a...
Carmen Bravo-Villasante, mensajera de las hadas Por Manuel Peña Muñoz, escritor y experto en literatura infantil y juvenil
Ilustración de María Paz Muñoz C. | marimu.cl
Autora de gran riqueza interior, entregada de lleno a su profesión, gran apasionada de los libros bellos, y dedicada por entero a la literatura, ha dejado una huella importante en las letras españolas y un recuerdo muy bello entre quienes fuimos sus discípulos y amigos.
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ste año se conmemora el centenario del nacimiento de la escritora española Carmen Bravo Villasante (1918-1994), precursora de los estudios de literatura infantil en España, autora de múltiples libros, investigadora, traductora y formadora de expertos en LIJ en España y Latinoamérica. En su recuerdo, la Biblioteca Nacional de Madrid realizó una exposición de sus libros titulada «Más que un hada para la literatura infantil» y se le rindió un homenaje en El Escorial en el que participaron su hija Carmen Ruiz Bravo-Villasante y el investigador Jaime García Padrino, entre otros. También, en septiembre de este año, se realizó la exposición «Bravo-Villasante. Retazos de una vida», organizada por el Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Castilla-La Mancha, en colaboración con el Centro de Estudios de Promoción de la Lectura y Literatura Infantil, CEPLI, y la Biblioteca Pedro C. Cerrillo. Carmen Bravo-Villasante nació en Madrid en el barrio de los Austrias cuyo entorno arquitectónico le dio una predisposición hacia el mundo estético. Desde niña se aficionó a la lectura, leyendo los libros de la inmensa biblioteca familiar en la que estaban
las obras de los clásicos españoles y europeos. Realizó sus estudios en el Colegio Francés y en el Instituto-Escuela, uno de los más avanzados de la época. Más tarde se doctoró en Filosofía y Letras con una tesis sobre La Mujer vestida de hombre en el Teatro Español del Siglo de Oro. Se especializó en Filología Germánica publicando sus primeros artículos sobre Rainer María Rilke en 1945. A partir de esta fecha, dictó conferencias, escribió artículos, redactó prólogos, tradujo cuentos, rescató novelas olvidadas y se relacionó con el mundo cultural de España, Europa y América. Interesada en las biografías y epistolarios, escribió Vida de Bettina Brentano (1959), Biografía de Juan Valera (1959), Emilia Pardo Bazán, vida y obra (1962) Una vida romántica: La Avellaneda (1967) Biografía y Literatura (1969). Cotejó la correspondencia amorosa entre Benito Pérez Galdós y Emilia Pardo Bazán. Tradujo del alemán a los grandes autores del siglo XIX. Asistió a los congresos y ferias del libro de Frankfurt, Bolonia y Bratislava. Visitó la Biblioteca Internacional de la Juventud de Munich y firmó sus obras en las Ferias del Libro del Parque El Retiro de Madrid.
Exposición Carmen Bravo-Villasante. Retazos de una vida, 1918-2018, © Centro de Iniciativas Culturales de la UCLM
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Su piso en la calle Arrieta de Madrid era un verdadero museo de libros infantiles antiguos y modernos. En las estanterías se alineaban ediciones históricas en medio de objetos de arte, antigüedades y curiosidades de sus viajes. Famoso fue su Curso de Literatura Infantil y Juvenil Iberoamericana y Extranjera que impartió en el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid. Este curso fue un semillero de investigadores que luego escribieron las historias de la LIJ en Latinoamérica y recogieron el rico folclore de la infancia. Gracias a su impulso se fundaron las respectivas secciones de IBBY en Latinoamérica. Como investigadora publicó Historia de la Literatura Infantil Española (1959), Antología de la Literatura Infantil en Lengua Española (1962), Literatura Infantil Universal (1978), Dos siglos de libro infantil (1980) e Historia y Antología de la Literatura Infantil Iberoamericana (1988), entre otros. Por su trabajo mereció el Premio Fray Luis de León y el Premio Nacional de Literatura Infantil en 1980.
Tuvo que regresar a Madrid a cuidarse junto a los suyos. Su hija Carmen la acompañó siempre. Pese a que estaba decaída, siguió escribiendo con entusiasmo. Su fallecimiento causó gran conmoción entre quienes la querían como una persona cálida, de gran capacidad intelectual y simpatía humana. Recibió un homenaje póstumo en el Congreso de IBBY, en Sevilla, en 1998, en el que seguramente le hubiese gustado estar. Su importante biblioteca pasó a formar parte de la Universidad de Castilla-La Mancha gracias a la gestión de Pedro Cerrillo (Q.E.P.D.) a quien también recordamos con afecto. Todos sus magníficos libros forman parte del Campus de Cuenca, dependiente del CEPLI para servir a los futuros investigadores y críticos.
«El gran momento de la lectura es la infancia y la juventud».
En el mes de mayo de este año presentamos en la librería «La sin Tarima» de Madrid el libro Correspondencia con Carmen Bravo-Villasante: cartas y tarjetas postales comenCarmen Bravo-Villasante tadas de editorial Diwan y Círculo Cantarabia. El libro de mi autoría reúne su biografía y 32 documentos en los que me Como antologadora publiimpulsa a dedicarme a la có Una, dola, tele, catola. literatura infantil. Lo preEl libro del folklore infantil sentamos junto a su hija (1976), Adivina, Adivinanza Carmen como una contri(1978), China, china, capuchibución al estudio de su obra. Quienes la conocimos na (1981), Colorín, colorete (1983), Cuentos populares y tuvimos el privilegio de tratarla, podemos dar de Iberoamérica (1984) y muchos otros. Con el editestimonio de que era una autora de gran riqueza tor José J. Olañeta de Mallorca, publicó las ediciones interior, entregada de lleno a su profesión, gran apade los cuentos clásicos como El Serpentón Verde y sionada de los libros bellos y dedicada por entero otros cuentos de hadas de Madame D´Aulnoy. a la literatura. Ha dejado una huella importante en Estando en Dinamarca en 1996 con motivo del las letras españolas y un recuerdo muy bello entre Premio Andersen, fue hospitalizada de urgencia. quienes fuimos sus discípulos y amigos.
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Mujeres chilenas en la LIJ Nuestra historia literaria nacional es riquísima, y contamos con grandes exponentes que nos han deleitado con sus obras. Por ello, hemos querido destacar a 75 mujeres, escritoras e ilustradoras, que desde el comienzo del siglo XX y hasta hoy, han dejado una huella o se erigen como promesas en la literatura infantil y juvenil chilena. Aquí encontrarán datos de sus vidas, sus obras, sus maneras de ver y crear. ¡Buena lectura!
Mujeres chilenas en la LIJ Elvira Santa Cruz Ossa (Roxane), Blanca Santa Cruz Ossa, Berta Lastarria, Henriette
Morvan, Magdalena Petit, Marta Brunet, Esther Cosani, María Luisa Bombal, Gabriela Mistral, Marcela Paz, Yola Huneeus, María Teresa Budge, María Silva Ossa, Chela Reyes, Maité Allamand, María Cristina Menares, María Romero, Elena Poirier, Alicia Morel, Marta Carrasco, Lidia Jeria, Isabel Allende, Gabriela Lezaeta, Cuca Burchard, Enriqueta Flores, Elena Aldunate, Jacqueline Balcells, Cecilia Beuchat, Ana María Güiraldes, Beatriz Concha, María Luisa Silva, María Eugenia Coeymans, María de la Luz Uribe, Verónica Uribe, Andrea Maturana, Ana María del Río, Paulina Mönckeberg, Raquel Echeñique, María José Thomas, Bernardita Hurtado Low, Carmen Cardemil, Paloma Valdivia, Loreto Salinas, Lola larra, Bernardita Ojeda, María José Viera-Gallo, Sara Bertrand, Patricia Trufello, Loreto Corvalán, Soledad Sebastián, María José Ferrada, Sol Díaz Castillo, Leonor Pérez, Isabel Hojas, Sol Undurraga, Alejandra Acosta, Catalina Silva, Bernardita Muñoz, July Macuada, Francisca Solar, Marcela Trujillo, Pati Aguilera, Virginia Herrera, Ángeles Vargas, Maya Hanisch, Francisca Yáñez, Karina Cocq, Paula Vásquez, Camila Valenzuela, Arelis Uribe, Catalina Bustos, Frannerd, Antonia Roselló y Violeta Boyd.
Ilustración de Paula Balbontín | instagram.com/ Balbonta
Elvira Santa Cruz Ossa
Roxane (1886-1960) Elvira Santa Cruz Ossa, más conocida con el seudónimo de Roxane, fue una periodista, pedagoga, escritora y editora histórica de la revista «El Peneca». Esta mujer fue reconocida por su inmensa labor en esta publicación, una de las primeras revistas dirigidas al público infantil de la editorial Zig-Zag, que buscaba entretener y educar a los niños, y que marcó muchas generaciones de chilenos y fue difundida en Latinoamérica. Motivada por su espíritu libertario y democrático, buscaba que la revista llegara a todo el público infantil chileno, independiente de su clase social, por lo que abarató su costo y abrió la participación a los niños invitándolos a colaborar con creaciones literarias. Además, se preocupó por mejorar la calidad literaria de la revista y dotarla de un gran atractivo visual, por lo que
Blanca Santa Cruz Ossa (1886- 1969) Escritora y editora chilena, hermana de Elvira Santa Cruz Ossa (Roxane), se destacó por difundir y recopilar cuentos basados en leyendas y mitos de países extranjeros, además de rescatar relatos chilenos. Escribió una enorme cantidad de libros y realizó diversas compilaciones. Entre sus obras se encuentran Cuentos rumanos (1929), Cuentos maravillosos del Japón (1935) y Cuentos Chilenos (1936). Estos últimos se caracterizan por ser narrados por el personaje de Mama Chayo, una anciana campesina que relataba historias a los niños con voz cálida y ambiente maternal junto al fogón. En 1939, publicó Leyendas y Cuentos Araucanos, que recopila once narraciones tradicionales de este pueblo. Posteriormente, se dedicó a difundir cuentos folclóricos del repertorio universal, tales como Cuentos de España (1936), Cuentos ingleses (1936), Las hadas en Francia (1936), Leyendas moriscas (1936), Cuentos mitológicos griegos (1937), Cuentos italianos (1938), Cuentos chinos (1940), entre otros. Todo este trabajo refleja su preocupación por divulgar los relatos de otras culturas y países, además del rescate de la propia tradición e historia nacional.
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Berta Lastarria (1883-1945) Fue una escritora que destacó por sus libros para niños en las décadas del veinte y treinta. Sus títulos más importantes fueron Lo que cuentan las hojas (1923), Lo que cuentan las nubes (1932), y Lo que cuentan las olas (1933).
llamó a colaborar a su primo Mario Silva Ossa, más conocido como «Coré», quien dotó de gran sensibilidad y color las portadas de la revista. Asimismo, Roxane también editó las revistas «Simbad» y «El Cabrito», publicaciones que igualmente se dirigían al público infantil. Además de su labor editorial, Roxane realizó diversas obras destinadas a los niños, las que financió con las ganancias de su trabajo periodístico. Una de estas iniciativas fueron las colonias escolares de verano dirigidas a los niños y jóvenes de escasos recursos. Por otra parte, fue reconocida como una mujer feminista para su época e integrante de una organización que promovía la mayor participación de la mujer en la sociedad. También publicó libros infantiles, entre ellos Flor Silvestre (1914), novelas juveniles como Takunga (1943) y teatro como La Familia Busquillas (1917) y otras obras en las que hacía sobresalir su punto de vista femenino.
Henriette Morvan (1900-) Enriqueta Petit Pas de Morvan, más conocida por su seudónimo Henriette Morvan o Damita Duende, fue una escritora, periodista y editora chilena, y una de las grandes precursoras de la literatura infantil durante los años treinta y cuarenta. A fines de los años treinta comenzó a realizar una serie de colaboraciones en la revista «Zig-Zag» dentro de una colección titulada Damita Duende —de ahí su sobrenombre— donde incluyó una recopilación de leyendas y fábulas. Algunas de las revistas que estuvieron bajo su dirección con esta editorial fueron «El Cabrito» y «Campeón». También escribió para niños una serie de relatos que incluía un número invariable de doce cuentos, como Doce cuentos de príncipes y reyes (1938) y Doce cuentos de juguetes (1943), entre muchos otros.
Magdalena Petit (1903- 1968) Dotada desde pequeña de una gran educación, Magdalena Petit comenzó sus estudios de medicina, y luego dejó la carrera para entrar al Conservatorio Nacional a estudiar piano. Sin embargo, terminó por dedicarse a la literatura. Escribió novelas, teatro, ensayos, biografías y libros infantiles, además de diversos artículos, columnas de opinión y crítica sobre contingencia nacional, cine y teatro. Su popularidad se debe en gran parte a sus novelas con base histórica, entre las que destacan La Quintrala, que fue premiada por el diario La Nación en 1932; Los Pincheira y El Caleuche, y también biografías de personajes históricos: Don Diego Portales: (el hombre sin concupiscencia) (1937), Biografía de Gabriela Mistral (1946), El patriota Manuel Rodríguez (1951) y San Martín y el Ejército Libertado: (un hombre y su ideal) (1965).
Esther Cosani (1914- 2001) Esther Cosani, cuyo verdadero nombre es Rita Cosani Sologuren, fue una escritora e ilustradora de raíz española y peruana y una de las principales precursoras de la literatura infantil en la década de los treinta y cuarenta. Escribió variados cuentos para niños, entre los que destacan Cuentos a Pelusa (1943), con sus propias ilustraciones, y Cuentos a Beatriz (1957), inspirado en las travesuras de sus hijos.
María Luisa Bombal (1910-1980) Fue introductora del surrealismo en la novelística chilena, exponiendo formas de narraciones imaginativas, poéticas, sugerentes y simbólicas. Sus obras se centran en personajes femeninos y su mundo interno.
La última niebla. Colombo, 1934 En esta novela, se expone la vida y mundo interno de una mujer que se siente atrapada en su matrimonio y su monótona vida cotidiana. La protagonista de la obra se casa con su primo, en un matrimonio falto de pasión y novedad. Todo cambia cuando conoce a un hombre desconocido con el cual tiene un único encuentro amoroso que la hace ver el amor y la vida con otros ojos. Esta es una obra que cautiva por su forma de narrar los hechos, ya que estos están impregnados de un ambiente angustioso, atrapante, que refleja el estado anímico de la protagonista ante su propia vida y la forma de vivirla. A través de distintos elementos de la obra se representan de manera simbólica los conflictos de una mujer reprimida que desea vivir y sentir intensamente su vida, y las dificultades que tiene para hacerlo.
Marta Brunet (1897-1967) Esta autora destaca en sus cuentos un amor por el campo y pone a sus personajes en situaciones muy humanas. En ellos aparecen animales e insectos del campo típicos de Chile, como las aves de la cordillera, el chuncho, el cóndor, entre otros. Uno de sus cuentos más conocidos es ¿Por qué la loica tiene el pecho colorado?, que cuenta de manera poética la razón de esta característica física, un cuento que mezcla la naturaleza con la fantasía y la bondad. Otra de sus obras, e indudablemente la más divulgada, es Cuentos para Marisol (1930). Debido a su importante carrera literaria, ganó diversos premios como el concurso de cuentos organizado por El Mercurio (1929); el concurso de la Sociedad de Escritores de Chile, en la categoría novela (1933) y también llegó a ser reconocida con el Premio Nacional de Literatura en 1961.
Gabriela Mistral (1889- 1957)
Poeta, diplomática y pedagoga. Gabriela Mistral fue una de las principales exponentes de la poesía y literatura en Chile y Latinoamérica, y la primera latinoamericana en ganar el Premio Nobel de Literatura en 1945. Además, se dedicó a la educación, oficio que consideraba fundamental y de gran valor. Entre sus temas de interés se encontraba la maternidad, el americanismo, la educación, la mujer y el indigenismo, pero fundamentalmente se preocupó por el niño, la infancia y su condición social. Escribió gran cantidad de obras en prosa, rondas y poemas. En 1951 se le reconoció con el Premio Nacional de Literatura.
«Hacer leer, como se come, todos los días, hasta que la lectura sea, como el mirar, ejercicio natural, pero gozoso siempre. El hábito no se adquiere si él no promete y cumple placer». HABÍA UNA VEZ | 65
Marcela Paz (1902-1985)
Ilustración de Conifrán | instagram.com/soyconifran
La sorpresa de un diario de vida Marcela Paz (seudónimo de Ester Huneeus) fue precursora del género del diario de vida en la literatura infantil, comenzando con él incluso antes de la aparición de Papelucho en 1947 -aunque el primero, inédito hasta hoy, comenzó a cobrar vida en 1934-. Ese mismo año, la autora presentó al Concurso Club Hípico de Santiago un compendio de 12 cuentos, con el que recibió el primer lugar por unanimidad. Al año siguiente fue publicado por editorial Ercilla con el título Soy Colorina. Dentro de estos relatos se encuentra Hojas de un diario, donde Paz recurre al diario de vida para dar voz a una niña de ocho años que pasa por el divorcio de sus padres. Así mismo comenzó Papelucho. Como apunta Manuel Peña Muñoz, «Papelucho es un niño real que por primera vez se expresa en un libro mediante una primera persona, lo que cambia totalmente el ángulo de la visión infantil. Ya no se contempla al niño desde un narrador omnisciente, sino desde el punto de vista del propio niño». Y es que la construcción discursiva que otorga el soporte íntimo de un diario secreto, donde el personaje-autor relata sus aventuras, reflexiones y sentimientos sin tapujos ni abierto al escrutinio adulto, resulta una excelente estrategia para dar voz a los que, hasta ese momento de la historia literaria infantil chilena, no habían tenido.
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Yola Huneeus Ilustradora chilena, creadora de los dibujos de la portada y del interior del mítico primer Papelucho, que fue editado en 1947. Hermana de Ester Huneeus, más conocida como Marcela Paz, autora de Papelucho.
María Teresa Budge (1898-1995) Fue directora de la revista «Margarita» y escribió 3 novelas, siendo Nuestras sombras (1940) la más famosa. En ella, Patricia, una niña de 14 años, debe abandonar su hogar durante un verano para ir a vivir a Olmué con su tía Melania, producto de la separación de sus padres. La novela, que representa la transición de la infancia a la complejidad de la adultez, está marcada por la frase «Nuestras sombras son más grandes que nosotros mismos», especie de lema que recorre toda la obra, a través de las reflexiones que la niña escribe en su diario de vida.
María Silva Ossa (1918 – 2009) Escritora chilena, destacó en el género poético pero también incursionó en la escritura de cuentos infantiles. Entre sus obras destacadas están De la tierra y el aire, En la posada del sueño y Perejil Piedra.
Perejil Piedra,
Editorial Lord Cochrane, 1947. Publicado en 1947 por editorial Lord Cochrane, cuenta la historia de un niño y un burro volador que recorren diversas épocas y lugares conociendo a curiosos personajes. Es un libro para niños escrito en un lenguaje que también hace reflexionar a los adultos. Está ilustrado por el hermano de la autora, Coré, destacado ilustrador de esa época. La historia transcurre en diversos escenarios: montes Himalayas, la India, el Tibet, la tierra de los Jíbaros, la Isla del Olvido y el Recuerdo, acompañadas de escenas futuristas que involucran maquinarias tecnológicas y que reflexionan sobre la ecología y el cuidado de nuestro planeta. Para el experto en LIJ Manuel Peña, este es un libro raro dentro de la literatura infantil chilena, «sobre todo por los que dice y por las circunstancias políticas e históricas en que nace su escritura. Sigue la línea del cuento folclórico de tono coloquial, pero luego se transforma en un cuento de fantasía desmesurada rozando incluso la ciencia ficción».
Chela Reyes (1904- 1985)
Chela Reyes, seudónimo de María Zulema Reyes Valledor, fue escritora de fábulas, cuentos, rondas y canciones para los niños, además de escribir para adultos. También fue una de las fundadoras del PEN Club de Chile. En 1939 obtuvo el premio literario Atenea entregado por la Universidad de Concepción por su novela Puertas Verdes y Caminos Blancos, premio que por primera vez era entregado a una mujer. Entre sus obras infantiles, se encuentran Historia de Una Negrita Blanca (1950), publicada por la editorial Rapa Nui, que relata las fantásticas aventuras soñadas por una negrita. No obstante, su obra más representativa es La pequeña historia de un pececito rojo (1966), que recibió el Premio de Literatura Infantil zonal dispuesto por la Organización Internacional para el Libro Juvenil (IBBY) con sede en Finlandia. Posteriormente, publicó La Paloma Paseadora (1974), libro de poemas y relatos cortos ilustrado por Carlota Godoy y A la ronda, ronda, del agua redonda (1977).
María Cristina Menares (1914-2012) Poeta y música chilena, agregada cultural en varios países y galardonada con diversos premios literarios. Entre sus poemarios se encuentran: Pluma y nidal lejano; La estrella en el agua; Raíz eterna; Lunita nueva; La rosa libre; Cuentos de patria o muerte; y Onírico vuelo a Rapa Nui.
El crítico literario Hernán Díaz Arrieta, «Alone», comentó sobre Lunita nueva, el 22 de mayo de 1949:
«La poesía pura y delicada de María Cristina Menares ha enriquecido nuestra literatura infantil con esta obra hecha de gracia y sencillez, donde todos los temas que apasionan a la infancia desfilan danzando, animados por un impulso interno como el que empuja este Remolino de papel en la página veintinueve: Remolino de papel, torbellino de color, gira, gira con el soplo
Maité Allamand (1911 – 1996) Escritora chilena, transcurrió su infancia en el campo, un espacio que sin duda influyó más tarde en su obra, así por ejemplo su primer libro se tituló Cosas de campo (1933). Fue directora del Pen Club y perteneció a IBBY. También obtuvo diversos premios, entre ellos, el Municipal de Cuento, en 1961. Algunos de sus libros son: El buzón colorado, Cerrín quería crecer, La comadre embotellada, La niña de las trenzas de lana, El sueño y la lumbre y Los pescadores de reflejo.
«Al niño chileno hay que darle libros chilenos, que le muestren todo lo bonito que tenemos aquí: nuestros árboles, pájaros y flores».
María Romero (1909- 1989)
Periodista y antóloga. Proveniente de una familia intelectual e interesada por la literatura, se relaciona desde muy joven con poetas y escritores como Pablo Neruda y Gabriela Mistral, entre otros. Más tarde trabaja como secretaria de la educadora Amanda Labarca, etapa en la que decide editar diversos libros para niños. Uno de ellos es Los mejores versos para niños, que apareció en 1950, ilustrado por Rose Marie von Campe. En 1955, fue ilustrado por Elena Poirier y editado por la misma casa editorial Zig-Zag. Otros títulos son Antología de poesía infantil, Antología de Amado Nervo y Antología universal de grandes poemas.
que te da mi corazón». HABÍA UNA VEZ | 67
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Elena Poirier1 (1921-1998) Dibujante e ilustradora. Aficionada al dibujo desde niña, continuó su carrera artística a lo largo de toda su vida. A los 14 años se inició como ilustradora de cuentos infantiles para la Editorial Zig-Zag donde contó con el apoyo de Mario Silva Ossa, más conocido como Coré. Asistió a cursos libres en la Escuela de Bellas Artes.
Alicia Morel (1921 - 2017)
Destacada escritora que contribuyó a las letras nacionales con poemas, cuentos, novelas y hasta guiones de radio. Nació en Santiago en 1921 y siempre reconoció la influencia que sus lecturas de infancia -Perrault, los hermanos Grimm, Andersen, Lewis Carroll- tuvieron en su obra, así como la fascinación que le provocó la naturaleza desde sus primeros años, los que vivió en el Cajón del Maipo. Su padre fue un gran promotor de su carrera literaria y quien editó su primer libro En el campo y la ciudad, el cual recogía los poemas que Alicia había escrito entre los 12 y los 16 años. Una de las obras por la que es más recordada, y que marcó la infancia de muchos chilenos, son los Cuentos de la hormiguita Cantora y el duende Melodía. En un principio las aventuras de estos entrañables personajes eran escuchadas a través de la radio, las que luego se compilaron dando origen al libro, el cual fue ilustrado por Elena Poirier. Otras reconocidas obras de Alicia Morel son El increíble mundo de Llanca, Perico trepa por Chile, novela escrita en conjunto con Marcela Paz y Cuentos araucanos. En la década del 60, junto a otras destacadas escritoras, funda la sección chilena de IBBY, Organización Internacional para el Libro Infantil y Juvenil, la que incluso presidió.
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La otra orilla. Ediciones Ekaré, 2007
Marta Carrasco
(1940-2007) Fue ilustradora y artista plástica. Estudió Bellas Artes en la Universidad de Chile. Entre sus obras más representativas se encuentran La otra Orilla, Juan Peña y El club de los diferentes. En 1984 obtuvo el premio J Apel·les Mestres.
Lidia Jeria Dibujante de historietas e ilustradora. Comenzó su trabajo en la revista «Ritmo», participó en diversas publicaciones, tanto de Zig-Zag como de Quimantú, especialmente en la revista «Zorro» de la que fue una de sus dibujantes habituales. También publicó en revistas picarescas como «Pingüino», «Cosquillas» y «Viejo verde». En 1971 viajó a México, país en el que viviría por 30 años. Murió en Quilpué en 2008.
La otra orilla es de esos libros que pueden leerse una y otra vez y siempre, al cerrar sus páginas, nos dejarán con una sonrisa. La historia es sencilla y compleja a la vez, pues a través de dos personajes infantiles, Graciela y Nicolás, nos habla de dejar de lado los prejuicios y aceptarnos diferentes, de convivir y compartir. Marta Carrasco se luce con una prosa delicada e ilustraciones evocadoras que también nos relatan y nos invitan a ser testigos del paisaje, del río que suena y que separa las dos orillas y de una amistad que nace a partir de reconocernos en el otro.
Isabel Allende (1942)
Una de las escritoras chilenas de más reconocimiento a nivel mundial, Isabel Allende nació en Lima, Perú, mientras su padre desempeñaba labores diplomáticas en esa ciudad. Trabajó como periodista en la revista «Paula», en televisión y también en la revista infantil «Mampato», donde publicó sus cuentos La abuela Panchita y Laucha y lauchones y de la cual llegó a ser directora suplente entre los años 1973 y 1974. Ha incursionado en la literatura juvenil a través de su trilogía fantástica Las memorias del águila y del jaguar (compuesta por La ciudad de las bestias, El reino del dragón de oro y El bosque de los pigmeos) y de El cuaderno de Maya. Dentro de su fecunda carrera literaria ha incursionado en la novela, cuentos y obras dramáticas; ha publicado 23 libros en más de 35 idiomas y cuenta con más de 70 millones de ejemplares vendidos. El año 2010 recibió el Premio Nacional de Literatura.
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«Antes no existían las distracciones que tienen los niños de hoy y nos empeñábamos en ser felices con nuestras posibilidades, la lectura. Aprendí a leer por curiosidad y ¿por qué no escribir yo los cuentos?»
Gabriela Lezaeta (1923) Escritora de novelas y cuentos. Obtuvo varios premios por su labor literaria, entre los cuales destaca el Premio María Luisa Bombal (1985) por su novela La Tertulia Musical de los Irizarte. Fue miembro fundador de IBBY. Algunas de sus obras destacadas para niños son Cuentos del fin del mundo (Andrés Bello) y Marco y Andrea en el Olimpo (Arrayán).
Cuca Burchard
Enriqueta Flores
María Luisa Burchard Aguayo, pintora y ceramista, de nombre artístico Cuca Burchard, incursionó en la ilustración en algunos libros de la autora Elena Aldunate. Aunque no tuvo estudios formales de arte, realizó cursos de cerámica. Cuca Burchard fue una artista muy apreciada en Chile y el extranjero.
Escritora, profesora de Castellano y Postgrado en Evaluación Educacional. Su producción literaria, dirigida especialmente a adolescentes, se caracteriza por su estilo realista y detallado. Una de sus obras más famosas en Una niña llamada Ernestina, con la que ganó el primer premio en el Concurso de Lite-
ratura Juvenil Marcela Paz, en 1989. La novela retrata temas de adolescencia y juventud como la amistad, las fantasías y los primeros amores.
Elena Aldunate Escritora feminista, cuentista y libretista de radio. Perteneció al grupo de escritoras de la generación del 50. Escribió en distintos géneros: cuento, novela y relato corto dentro de los géneros de la ciencia ficción, literatura femenina y estética costumbrista. Estudió danza y teatro en la Universidad de Chile y la Universidad Católica de Chile respectivamente, lo que abandonó tras casarse a los 19 años.
en Chile. Entre sus obras destacan las siguientes: María y el mar (Santiago: Editorial del Pacífico, 1953), Juana y la cibernética (Santiago: impresión de 1963), Ventana Adentro (1961), Ur...y Alejandra (Santiago: Editorial Universitaria, 1961, 1987, 1989, 2001), El señor de las mariposas (Santiago: Editorial Zig-zag, 1967), Angélica y el delfín (Santiago: Eds. Aconcagua, 1976), Del cosmos las quieren vírgenes (Santiago: Editorial ZigZag, 1977), Francisca y el otro (Santiago: Pomaire, c1981), El molino y la sangre (Barcelona: Acervo, 1993, c1992), Cuentos de Elena Aldunate: la dama de la ciencia ficción (Santiago de Chile: Editorial Cuarto Propio, 2011).
La primera etapa de su obra se enfocó en temáticas feministas, hasta que en la década del 70 incursionó en la ciencia ficción. Con este género se consagró como autora y destacó entre sus pares como una de las más destacadas e interesantes creadoras en este estilo. Es considerada como una de las pioneras de la ciencia ficción chilena y recibió el apodo «la dama de la ciencia ficción»
El valor de sus obras radica en la originalidad de su perspectiva frente al mundo. Están cargadas de pensamiento filosófico que reflexiona sobre nuestra posición como habitantes de este planeta. Otro rasgo importante es el protagonismo femenino en obras de ciencia ficción, que no es común. Todas estas características evidencian su originalidad e innovación.
(1929-1995)
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(1930)
(1925 - 2005)
Colu mna Jacqueline Balcells (1944) Su verdadero nombre es Jacqueline Marty Aboitiz. Balcells es el apellido de su esposo, el que adoptó para su nombre de autora. Cursó sus estudios en el colegio Terraustral El Sol en Santiago de Chile y los complementó en la Cruz Roja, para trabajar como arsenalera en el Hospital Militar. Posteriormente estudió periodismo en la Universidad Católica. Inicia su trayectoria literaria por el año 1982, cuando vivía en Francia. De regreso en Chile en 1986, sigue publicando y luego se asocia con Ana María Güiraldes. En su escritura predomina la creación de mundos fantásticos y maravillosos. Su obra más representativa es El niño que se fue en un árbol (1986), conjunto de cuentos, entre los que se destaca La Pasa Encantada, pues figuró en París como uno de los relatos más leídos por los niños franceses en 1984. Posteriormente, publica: El archipiélago de las Puntuadas (1987); La Hacedora de Claros y otros
cuentos, (1988); El polizón de la Santa María (1988), por el cual ingresa a la Lista de Honor del IBBY en 1990; El país del agua (1991); Cuentos de los reinos inquietos (1993) y Siete cuentos rápidos y cinco no tanto (1993). Por el cuento Leo contra Lea de la colección J’aime Lire de Bayard Presse recibió el premio Bonnemine D’Or en 1992, que se entrega al cuento más popular entre los jóvenes lectores. Junto a Ana María Güiraldes ha escrito: Aventuras en las estrellas (1987), Misión Alfa Centauro (1988), La rebelión de los robots (1989) y Cuentos secretos de la historia de Chile (1992). En esa fecha inician una serie de libros ambientados en un período histórico determinado y al que titulan Un día en la vida de... Entre estos destacan: Senefru, princesa egipcia; Espladián, caballero andante; Quidora, joven araucana; Chimalpopoca, niño azteca y Maximim, poeta romano.
Ana María Güiraldes (1946) Profesora de castellano y escritora. Sus primeras publicaciones aparecieron en la revista infantil «Pocas Pecas» a fines de los años 70. Sus relatos se caracterizan por la presencia de humor absurdo y un lenguaje sencillo. Ha trabajado en dupla con la escritora Jacqueline Balcells. En 1992, su novela Un embrujo de cinco siglos fue incorporada a la Lista de Honor de IBBY.
Cecilia Beuchat (1947)
Profesora titular de la Universidad Católica de Chile. Escritora de cuentos para niños. Actualmente se dedica a hacer talleres literarios para adultos. Entre las múltiples actividades que me toca realizar, los talleres de escritura creativa centrados en la poesía, son las que más disfruto. Después de dirigir durante décadas talleres con niños y adolescentes, de los más diversos tipos de realidades educacionales, puedo afirmar que es una forma ideal para trabajar con poesía. El taller es una instancia en que los alumnos desarrollan capacidades expresivas individuales y donde pueden dar a conocer sus creaciones a otros. Además, brinda una atmósfera de confianza, que proporciona libertad y permite que cada uno avance a su ritmo. Ofrece un momento único para encontrarse consigo mismo y para conocer a otros y compartir la audición y la lectura de sus creaciones. Favorece la formación de personas críticas, reflexivas y autónomas. La poesía impulsa a niveles de pensamiento más elevados, porque siempre sugiere que hay algo más que aquello que capta el ojo y que hay significados sutiles si los buscamos. Esta modalidad de trabajo da una sensación de pertenencia, la comunidad de aprendices se valora y se estimula. Muchos alumnos, sobre todo de segundo ciclo y educación media, que no gustan de la poesía, la descubren en el taller de escritura. Los temores desaparecen en los que aman la poesía y todos pueden confesar libremente su pasión, sin que se los tache de anticuados. En el hecho de provocar nuevas maneras de ver las cosas, los alumnos se enfrentan a perspectivas novedosas, soluciones originales, que rompen los esquemas y que nos asombran con resultados creativos inesperados. Creo que un encuentro placentero con la poesía ofrece a los alumnos una extraordinaria posibilidad para transformarse en lectores, y acrecienta su gusto por la lectura y la literatura.
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Entrevista Beatriz Concha (1942) Desde 1978 se dedica a la ilustración de libros infantiles, actividad que combina con la creación de sus propios relatos. A lo largo de su carrera profesional ha ilustrado más de quinientos libros y ha sido galardonada con diversos premios, entre los que se encuentra la Medalla en la Bienal de Ilustración Infantil de Tokio, Concurso Noma 1995.
Entrevista
María Eugenia Coeymans (1943) Socióloga, experta en comunicación interpersonal y escritora de literatura infantil y juvenil.
3 lugares que acercan la cultura a los niños
En Chile, está «Caleta de Libros» de la Corporación Cultural Crea Mundos: kioskos con libros para prestar en playas durante el verano en Arica, Coquimbo, Cartagena e Iloca, y a lo largo del año, en La Serena y Curicó. Adultos y niños se encuentran con la lectura, junto al sol estival y las aguas del Pacífico. En Francia, cerca de Poitiers, está Futuroscope, un parque temático dedicado al cine en todas sus manifestaciones. Atrae la atención por su vínculo con la literatura, la ciencia, el arte y la música. Gracias al 3D, se comparte la mesa con Saint-Exupéry y sus amigos Mermoz y Guillaumet. En Taiwan, está la librería Eslite de Taipei, abierta las veinticuatro horas, es el corazón de un edificio con mercancías que rodean los libros, provenientes de pequeños productores y de gran delicadeza. Se entrelaza la vida cotidiana, el ir y venir de compras con la literatura y los libros. Un paraíso infantil con libros y juegos.
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María Luisa Silva María Luisa Silva ha publicado libros de cuentos infantiles y versos como El Problema de Martina, La Armadura del Caballero Godofredo y Lirin Lirón la luna en camisón.
3 libros esenciales El Príncipe Feliz, Oscar Wilde. Al morir el príncipe, le hicieron una bella estatua adornada con joyas y oro, desde donde podía contemplar todo su reino. ¡Pero él lloraba! Desde arriba pudo contemplar la pobreza y el dolor de su pueblo. Lo supo una golondrina que fue a refugiarse en ella, quien lo ayudó a repartir sus joyas a los más necesitados. La estatua quedó fea y las autoridades decidieron derrumbarla. Lloré con el final. ¿Por qué el príncipe no invitaba a nadie a su palacio? ¿Por qué no visitaba a su gente? ¿Por qué creía que todos eran tan felices? Años después aún me lo pregunto. Papelucho, Marcela Paz Hay valores que nos ayudan a enfrentar situaciones difíciles en la vida. Uno es el sentido del humor; ese que nos alegra con solo recordar una situación y que está siempre enriqueciendo la memoria. Papelucho, ¡qué buen amigo fue para mí! Recordar sus travesuras y aventuras me ha hecho reír muchas noches, ayer y hoy. Mujercitas, Louise May Alcott Me emocionó el recuerdo de Santiago lluvioso, con chimeneas encendidas y yo mirando el libro que me había regalado mi padre: Mujercitas, la historia de cuatro hermanas que viven con su madre, a la espera del regreso del padre. Me motivó la generosidad, esperanza, y alegría de esta familia. Quise ser como ellas, como Jo: imaginativa, generosa, fuerte. O como Margaret: dulce, y romántica. O como Amy: hermosa, coqueta, con mucho carácter. O tal vez, como el ángel que era la pequeña Liz.
Violeta Diéguez Escritora nacida en Valdivia. Estudió Pedagogía en Castellano en la Universidad de Chile. Actualmente escribe y enseña sobre literatura infantil a futuras educadoras de párvulos.
María de la Luz Uribe (1936 - 1995) Nació en Santiago de Chile, donde estudió Educación de Párvulos en la Universidad de Chile. Años más tarde, sacó un postgrado en literatura en la Universidad de Roma. Junto a su esposo, el autor e ilustrador Fernando Krahn, publicaron más de veinte títulos para niños en los que prevalece el sentido del humor, el sinsentido y el verso. Los libros de María de la Luz y Fernando cuentan historias en verso de liviano humor, con personajes amables y queribles. Algunas de sus obras son Doña Piñones, La Historia del Uno, Quita y Pon con un hilo de voz y Cuenta que te cuento, obra que fue seleccionada en el VI Simposio sobre literatura Infantil y lectura en como una de las cien obras de la Literatura Infantil española del siglo XX. María de la Luz, luego de abandonar Chile con su marido tras el golpe de Estado, vivió largos años en Sitges cerca de Barcelona, España, donde murió en 1995. Esta autora escribió mucho más de lo que publicó. Después de su muerte, su familia encontró decenas de cuadernos y carpetas con sus diarios de vida, sus reflexiones y poesía.
Verónica Uribe (1942) Es periodista de profesión, reconocida editora de libros para niños y fundadora de Ediciones Ekaré. Ha publicado numerosas adaptaciones de cuentos y versos de la tradición criolla, indígena y europea, algunas de las cuales han sido traducidas a otros idiomas. En Venezuela, país en el que vivió por varios años, trabajó en el Banco del Libro y en IBBY, ambas instituciones relacionadas con el fomento lector. Ha sido parte del jurado de varios concursos de literatura infantil, entre ellos, el Premio Hans Christian Andersen. En 1978 fue parte del equipo fundador de Ediciones Ekaré, en Venezuela. Actualmente es una de las directoras editoriales de este sello y lo representa en Chile. Algunos de los libros que ha escrito son: El libro de oro de las fábulas, Imágenes de Santiago del Nuevo Extremo y El mosquito zumbador.
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Andrea Maturana (1969) Es licenciada en Ciencias Biológicas y ha realizado estudios de Arte y Teatro. Su obra se compone de cuentos para niños, relatos cortos y novelas. Algunas de sus obras infantiles son: La Isla de la Langosta (2011), Siri y Mateo (2012), Eva y su Tan (2005) y La vida sin Santi (2014). Eva y su Tan fue elegido como el mejor libro en la categoría autor por la sección nacional de la Organización Internacional para el Libro Infantil y Juvenil IBBY, al incluirlo en su Lista de Honor 2007.
«En los libros encontré refugio, conexión, emoción. Supe que no estaba sola, que otros sentían o pensaban lo mismo que yo».
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Ana María del Río (1948) Escritora feminista y profesora de literatura castellana, Ana María del Río ha destacado por sus novelas y relatos tanto para niños como adultos, siendo ganadora de premios como el María Luisa Bombal y el Letras de Oro o el Municipal de Santiago. Algunas de sus obras para niños son: La historia de Manu, La Bruja Bella y el Solitario, ambas de editorial Santillana, Un esqueleto de vacaciones y Lita, la niña del fin del mundo, de editorial Zig-Zag.
Paulina Mönckeberg (1948) Diseñadora gráfica de la Universidad de Chile, destaca por ser la creadora de la Agenda Pascualina.
Pascualina Pascualina llegó al mundo en 1989, deleitanto a niñas y adolescentes, y convirtiéndose en un referente del cómic para toda una generación de mujeres. Si bien era una agenda -el regalo que todas las chicas esperaban para Navidad- el personaje y sus amigos cautivaron con su historia, logrando que se escriba hasta hoy.
Raquel Echeñique (1977) Ilustradora y diseñadora de la Universidad Católica de Chile. Participó en el colectivo Siete Rayas con Alberto Montt, Francisco Javier Olea y Loreto Corvalán, entre otros autores. Ha ilustrado más de una veintena de libros en diversas editoriales como Amanuta, Lom y Ekaré Sur. Ha recibido reconocimientos como integrar la Lista de honor IBBY 2006 por La niña de la calavera, escrito por Marcela Recabarren, y la Medalla Colibrí 2012 categoría libro informativo por El Alerce, gigante milenario, escrito por Alicia Hoffman, ambos publicados por Editorial Amanuta. Expuso en diciembre de 2011 en PLOP! Galería en la muestra colectiva «Con todo respeto» junto a Paloma Valdivia, Isabel Hojas y Carmen Cardemil.
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María José Thomas (1966) Estudió literatura en la Universidad de Chile y realizó un postgrado en psicodrama. Ha trabajado con niños durante más de diez años en talleres de creación literaria. En el año 2001 publicó su primer libro titulado La estrella viajera.
¡Bravo Rosina!
Ilustrador Claudio Muñoz, Ediciones Ekaré, 2005 Es un cuento que rescata un memorable recuerdo de infancia de su protagonista Rosina. Su querido abuelo vuelve de un largo viaje en barco al puerto de Valparaíso. Desde ese día la casa de Rosina se revoluciona, su abuelo ha instalado un estudio de grabación. Diferentes artistas frecuentan la casa y la música envuelve el ambiente, pero Rosina no tiene permitido entrar al estudio porque todavía es muy niña. Aun así, encuentra un refugio que le permite disfrutar y empaparse del ambiente musical, hasta que ocurre un hecho extraordinario que cambiará su vida. ¡Bravo Rosina! es un relato cargado de nostalgia, que nos reconecta con los abuelos, muchas veces héroes de nuestra infancia y nos transporta a esos momentos mágicos que nos marcaron para siempre. Tanto el texto como las cálidas y luminosas ilustraciones de Claudio Muñoz nos permiten volver por un momento a nuestra infancia.
Es profesora, escritora, gestora cultural, documentalista y poeta chilena vinculada al movimiento de «escritores patagónicos». Sus trabajos se enmarcan en el género de la literatura infantil y juvenil, siendo una de las dos exponentes de este género en el sur de Chile, junto con Antonieta Rodríguez, a quien se le vincula con el Grupo Polígono de Puerto Montt. Estudió Pedagogía en Castellano en la Universidad Austral de Chile y en la Universidad de Los Lagos, y actualmente se desempeña como docente en Palena. Ha realizado pasantías profesionales en la Universidad de Sherbrooke (Provincia de Québec, Canadá, 1996) y en el Centro Internacional del Libro Infantil y Juvenil de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez (Salamanca, España, 2004). Además, fue locutora entre 1999 y 2003 en la Radio Estrella del Mar de Palena.
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Bernardita Hurtado Low (1953)
Paloma Valdivia (1978)
Autora e ilustradora. Estudió Diseño en la Pontificia Universidad Católica Chile y realizó el posgrado de Ilustración Creativa en la Escuela de Arte y Diseño Eina, Barcelona, España. En 2018 su libro Nosotros de editorial Amanuta (2017), ganó el Premio Fundación Cuatrogatos.
Su literatura, de acuerdo a Gabriela Mariel Espinosa, incluye «diversos elementos del mundo marítimo entremezclados con relatos sobre sujetos que sienten en carne propia la soledad más profunda» como en el caso de Río o Derrotero, poemas publicados en Furia y paciencia (2002). En 2004, recibió el Premio Elena Caffarena entregado por el Servicio Nacional de la Mujer. Algunas de sus obras literarias son: Furia y paciencia (Ediciones Kultrún, 2001 y 2010), Aromas de infancia (Ediciones Kultrún, 2004), Alto Palena (Ediciones Kultrún, 2010).
Carmen Cardemil Ilustradora. Ganó dos veces la Bienal de ilustradores de México, y el IBBY Internacional por su libro Las cabritas de Martín.
Un libro que me marcó: Antes de aprender a leer, me pasaba horas mirando libros. Recuerdo La Ratita presumida: era chiquito y troquelado con la forma de una ratita, que aparecía coquetísima, con una escoba de verdad en la mano. La ratita encontraba una moneda. Las ilustraciones la mostraban pensando en comprar zapatos y carteras. Yo seguía apasionadamente sus aventuras. Se compraba una cinta de seda, y después de ponérsela al cuello, perfumada y maquillada, se sentaba en la ventana a ver pasar a los animales vecinos. Todos se enamoraban de ella, le hablaban de amor y ella se tapaba los oídos. Después aparecía un pretendiente muy elegante: ¡un gato! Hasta a mí, en mi inexperiencia, me parecía que ese amor no podía terminar bien. Al recordar este libro, pienso que antes de que la palabra escrita estuviera al alcance de todos, ya estaba el arte para representar historias, y contarlas en silencio a quien tuviera ojos para ver. Quizás al recuerdo de la experiencia íntima y universal de descifrar así un relato se deba el interés que sentimos por algunos libros sin texto, y el placer de escribir con emoticones. HABÍA UNA VEZ | 75
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Columna
Loreto Salinas Ilustradora. Sus últimos títulos son Animales Americanos y Jardín de Chile de editorial Hueders, en los que explora la flora y fauna.
Rescatar la flora y fauna por medio de la ilustración La ilustración es una gran herramienta para dar a conocer la naturaleza de manera cercana y emotiva, transmitiendo conocimiento a partir de la emoción y desde ahí movilizar. En los libros e ilustraciones busco resaltar la belleza de la biodiversidad, las espectaculares y complejas relaciones entre seres vivos y su entorno, comprender a la naturaleza como una gran red de relaciones esenciales para nuestro bienestar. Durante la construcción de los libros uso mi desconocimiento ante un tema como elemento potenciador, plasmando el asombro por lo que voy descubriendo. A través de mi emoción espero reconectar a los niños con la naturaleza e inspirarlos en el pensamiento de la conservación. Como autora siento la responsabilidad ética de atesorar la vida natural. Una de mis miradas es el tema de la diversidad de la selección de las especies, incluyendo animales que a primera vista no lo parecen. Mostrar también la realidad de los estados de conservación, sin filtro, enseñando que hay animales y plantas que están extintas, generando consciencia. Es importante despertar empatía en los niños desde la apropiación por proximidad de la flora y fauna local. 76 | HABÍA UNA VEZ
Bernardita Ojeda Diseñadora, ilustradora y directora audiovisual, ha publicado varios libros. Es la creadora de las series animadas Clarita, Chanchiperri y Hostal Morrison. Actualmente dirige Pájaro, productora de contenidos y animación.
Lola Larra (1968) Claudia Larraguibel (Lola Larra), escritora, ha publicado novelas como Al sur de la Alameda y Sprinters.
3 momentos clave como escritora Crecí en Caracas y, como mi madre trabajaba en el Banco del Libro, pasaba muchas tardes en las oficinas de esa emblemática institución de promoción de la lectura. Había una pequeña librería y un Centro de Documentación, al que llegaban libros de todo el mundo. Leyendo, entre los largos pasillos de estanterías, supe que quería escribir. A mediados de los 90 me mudé a Madrid con la excusa de hacer un Máster de Periodismo. Secretamente creía que, estando en el centro de la edición en español, tendría más oportunidades de convertirme en escritora. Tiempo después, recibí una llamada largamente esperada. Tenía una cita con Carmen Balcells, la legendaria agente literaria. Le había enviado mi primera novela y quería conversar conmigo. Carmen no me dijo nada sobre mi manuscrito sino que me pidió que le contara desde cuándo escribía, y qué era lo primero que había escrito en la vida. Recordé unos viejos cuadernos en los que a los 11 años había intentado escribir una novela. Al finalizar la reunión me hizo prometerle que le enviaría esos borradores y se despidió diciéndome: «Haz tus deberes, que son escribir y escribir. Yo haré los míos». El 2006 pedí un permiso de 6 meses en mi trabajo en España y regresé a Santiago. Quería investigar para un libro sobre Colonia Dignidad, el germen de lo que luego sería Sprinters. En el camino se me cruzaron las tomas de la revolución pingüina y escribí Al sur de la Alameda. Me quedé en Chile. Tantas vueltas por el mundo para volver al país en el que nací y sólo entonces escribir los dos libros con los que me siento más contenta.
Columna Escritora de novelas como Verano robado (2006), Memory Motel (2011) y los cuentos Cosas que nunca te dije (2015).
Lecturas que me marcaron Hay un tiempo anterior a la escritura y la lectura, un tiempo “analfabeto” donde los libros son una presencia muda. De niña estos libros estaban al alcance de la mano. Libros de historia, de filosofía, demasiado serios como para indagarlos. En mi habitación tenía un estante con libros: Las aventuras de Tom Sawyer, Los tres Mosqueteros, Corazón, Mujercitas, El Diario de Ana Frank, comics pulp italianos, La Divina Comedia, La Odisea, que son parte de las lecturas infantiles en Italia, donde crecí. Quizás porque en mi infancia leía muchos libros de mitología greco-latina, es decir epopeyas donde siempre ocurre algo espectacular, al dar con El viejo y el mar de Hemingway descubrí algo que me marcó: podía existir ficción sin movimiento. Podías escribir una historia donde no pasara nada y su protagonista no fuera un héroe. Esa novela me enseñó que no se necesita vivir mucho para contarlo todo. De adolescente me enamoré de Rimbaud. También leí historias góticas y fuera de control, como Cumbres Borrascosas, los cuentos de Poe, o novelas cercanas a quien yo era a mis 16 años como Franny and Zooey de Salinger, que me fascinó porque su protagonista era una chica y se sentía desencajada con el mundo. Creo que cuando eres niño o joven debes leer algo que te haga sentido por razones que no necesitas explicarle a nadie. Se trata de estar menos solo, de sentir que ese libro ya no es una presencia muda, sino tu amigo.
Patricia Trufello (1967) Es abogada y desde el 2007 se ha dedicado de lleno a la escritura. La voz de las cigarras, Alfaguara infantil, 2013 Ana, al quedar huérfana de padre y madre a los cuatro años, se ve obligada a vivir con dos tías viejas y odiosas, que día a día le hacen notar el desprecio que sienten por ella. Un día aparece un desconocido, que para sorpresa de la joven resulta ser nada menos que su padre. Ana se ve en la obligación de irse a vivir con él. Esta situación desencadenará en ella la obsesión por descubrir la verdad de su pasado, camino que no estará exento de sufrimiento, dolor y angustia. Así Ana emprende un particular viaje, que en realidad son dos: por una parte, un traslado íntimo desde la infancia hacia la madurez, y por otra, un desplazamiento terrestre por diversos, apartados y enigmáticos lugares para desentrañar las mentiras en torno a su origen y a encontrar su verdadera identidad.
Sara Bertrand (1970)
Escritora. Ganadora del Premio New Horizons Bologna Ragazzi Award 2017 con su libro La mujer de la guarda y el premio Banco del libro de Venezuela 2016 con Cuando los peces se fueron volando.
Por qué escribí Pertenezco a esa generación de hijas cuyas madres salieron de casa con euforia, herederas de la segunda ola feminista, el mundo se abrió para ellas y no estaban dispuestas a renunciar a él. Querían estudiar, trabajar, descubrir el mundo de un modo impensable para sus antecesoras. Nosotras, obligadas por su mandato, fuimos madres antes de pensar si queríamos serlo. Fuimos esas mujeres-niñas. Y llegábamos del colegio a preparar la leche, cerrar cortinas, prender la luz, la estufa. Hacer hogar. Nuestra percepción de machismo tuvo que ver con ese silencio impuesto por nuestras madres, sabíamos que el mundo nos esperaba, que estudiar y trabajar estaba en nuestro futuro, pero un murmullo soterrado, pero persistente, nos recordaba que también éramos casa. Debíamos aprender a hacer comida, aseo, además de estudiar, jugar, leer, pues, hiciéramos lo que hiciéramos, una parte de nosotras permanecía anclada ahí. Sacarse la casa de encima, ese entramado de obligaciones transmitidas de manera torcida, como si nuestras madres nos pidieran que fuéramos independientes, pero nunca tanto, ha sido nuestro desafío. Así, mientras ellas pelearon por un espacio que les había sido negado, a nosotras nos toca pelear por algo más delicado: el derecho a decidir, a definir nuestro sexo, a preguntarnos qué queremos hacer y hacerlo. Traigo el tema porque estoy en esa conversación. Después de escribir Cuando los peces se fueron volando, Álbum familiar y La mujer de la guarda, libros sobre el mundo de la infancia, memoria y ausencia, ahora escribo sobre la experiencia femenina de crecer en medio de ese frenesí con todas sus contradicciones y matices. Camino fuera de territorio se llama la novela que, espero, será publicada el próximo año.
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María José Viera-Gallo (1971)
Loreto Corvalán (1957) Artista visual e ilustradora chilena, trabaja y vive en Francia desde 1985. Geógrafa de profesión, realizó un posgrado en la Escuela de Bellas Artes de Nantes 1992, después de haber obtenido el Diplome National d’Expression plastique en la Escuela de Bellas Artes de Toulouse en 1991. Fue parte del colectivo Siete Rayas. Ha ilustrado los libros Horacio no quiere ir a la escuela (Pehuén Editores) y La Minga (Zig - Zag). En 2013 ganó el premio Invenciones de Nostra Ediciones.
Soledad Sebastián Diseñadora con mención Comunicación Visual, de la U. Tecnológica Metropolitana. Su desarrollo dentro de la ilustración es principalmente en el ámbito infantil, ilustración de cuentos, juegos, textos escolares y material didáctico. Actualmente se dedica a ilustrar para diferentes editoriales.
«A mí, antes que todo, me interesa la temática del respeto a la diferencia y del mestizaje».
María José Ferrada (1977)
Es periodista y escritora chilena, máster en Estudios de Asia y Pacífico por la Universidad de Barcelona. Esta escritora se ha destacado en los últimos años por su trabajo en el ámbito literario poético para el público infantil y juvenil, reposicionando a la poesía como un elemento atractivo, cercano, simbólico y que expresa realidades complejas y también cotidianas. Sus libros infantiles han sido publicados en Chile, España, Argentina, Colombia, Brasil, México e Italia. Ha sido ganadora de numerosos premios literarios, entre los que destacan la Medalla Colibrí en 2014 en categoría escritora lírica con su libro Notas al margen (ilustrado por Francisca Yáñez, Alfaguara Chile, 2013) y la Medalla Colibrí en 2018 en categoría «No ficción», por Mi cuaderno de haikus (Amanuta, Chile, 2018). En 2017 su libro Un jardín (ilustrado por Isidro Ferrer, A buen paso, España, 2016) fue mención honrosa en los Ragazzi Awards de la Feria Internacional del libro infantil y juvenil de Bolonia. Actualmente, está trabajando en nuevos proyectos y publicación de libros con la editorial Alboroto en México y en Chile con editorial Amanuta.
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3 Sol Díaz Castillo Diseñadora gráfica, dibujante e ilustradora de cómics y cuentos ilustrados. Es autora de los libros Bicharracas (Ril), Sin Nada (autoedición), ¿Cómo ser una mujer elegante? (Ril), Pancha la chancha (Lom), La hoja Naranja (Ril), La historia ilustrada de un embarazo (Catalonia), entre otros.
«Al final, me di cuenta de que no es que no me gustara ser mujer, es que no me gustaba cómo me enseñaban a ser mujer. Las Bicharracas nacen desde esta rabia».
Leonor Pérez (1973) Licenciada en Arte y profesora de Artes Plásticas de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Diplomada en Ilustración por la Universidad Autónoma de México. Fue profesora por varios años, hasta que decidió dedicarse por completo a la ilustración. Ha trabajado para la mayoría de las casas editoriales en México, Estados Unidos y Corea. Fue seleccionada con dos libros para la exposición anual de ilustradores Le immagini della fantasia 2012 (Italia).
La artesana de nubes Bianca Estela Sánchez, ilustraciones de Leonor Pérez, FCE, 2014
Isabel Hojas (1977) Es Licenciada en Artes Visuales de la Universidad Católica de Chile. Ha ilustrado numerosos libros infantiles, entre los que destacan Lágrimas de Oro (2007); Gabriela, la poeta viajera (2007), que obtuvo el premio Marta Brunet 2008 y quedó seleccionada en la Lista de Honor IBBY 2010 por sus ilustraciones; El insólito viaje de Jemmy Button (2008); Sabores de América (2009), que integra la lista de libros seleccionados en The White Ravens 2010; y Pedro de Valdivia, fundador de Chile (2010).
Una mujer, una casa antigua, la soledad, el paso del tiempo… se mezclan y conviven en estos versos que permiten entretejer las ilusiones más fantásticas y bonitas para pintar el mundo de otro color, pese a las muchas miserias que pueden aparecer en el camino y que insisten en dejar todos los momentos en el más frío color gris. En esta singular obra, lo que se expresa muy bien con las palabras, se enriquece con las finas ilustraciones que precisan, sugieren y amplifican las emociones.
Sol Undurraga (1981) Arquitecta. Hoy trabaja ilustrando en periódicos y revistas, para diversas instituciones, textos y libros. Actualmente trabaja para Editorial Nobrow, Editorial La joie de Lire y Diario El País.
Entrevista
3 libros ilustrados favoritos para niños y/o jóvenes De la hermosa editorial Planta Tanguerina, es De aquí ninguno pasa. Lo encuentro genial, bello, entretenido, social, educativo, rebelde... fue amor a primera vista. Lo miro siempre, se lo muestro a mi hijo y a mis amigos. Es un libro nada de mamón, todo lo contrario, un libro algo chistoso. Además conozco, superficialmente, al ilustrador, y como su vida me gusta y me cae bien como persona, el libro me gusta más.
El Faro, un cómic que siempre recuerdo, puedes llegar a sentir el olor de la historia, la que me conmueve por lo hermosa y simple. Cuando veo un faro siempre pienso en este libro, es imposible olvidarlo porque los cómics de Paco de Roca son geniales, fuertes, conmovedores. Como Arrugas que no se olvida pero es un tema que me pesa tanto y me hace llorar que intento no recordarlo y no lo compro por miedo.
El tercero son los chistosísimos cómics de Hanselmann. Me río tanto con este humor, aunque a veces duele y uno tiene que estar bien madurito para leerlo porque dos de los protagonistas son bien malditos con el pobre Búho, que es otro de los personajes principales. Además que todo les vale madre, pero me río mucho, a veces me acuerdo de algunas historias cuando camino por la calle y me sigo riendo.
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Catalina Silva (1981) Es Diseñadora Gráfica de la Universidad de Chile y ha tomado diversos talleres de ilustración. Ha publicado libros de literatura infantil como Mi lista de envidias (Gata Gorda, 2014), Cuento de Navidad (Amanuta, 2013), Lluevo (Quilombo 2012) y El Patas de Hilo, cuentos basados en relatos campesinos (Amanuta, 2010). Por Mi lista de envidias obtuvo el Premio Municipal de Santiago categoría infantil (2015) y la Medalla Colibrí (mención honrosa) en categoría libro álbum IBBY Chile.
Alejandra Acosta (1975)
Mi lista de envidias
Diseñadora gráfica e ilustradora, vive y trabaja en Santiago de Chile. Se desempeña como docente en la Escuela de Diseño de la Universidad del Desarrollo y es profesora de Gestión y Producción de Publicaciones Ilustradas en el Diplomado de Ilustración de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ha publicado su trabajo con editoriales como Amanuta, Libros del Zorro Rojo, Sexto Piso, Fondo de Cultura Económica y Random House Mondadori, entre otras. Ha obtenido en diversas ocasiones la Medalla Colibrí de IBBY Chile a la Ilustración: en 2012 por Aventuras y orígenes de los pájaros; en 2013 por El Árbol; y en 2015 por Pajarario, seleccionado para la Lista de Honor IBBY. En 2016 ilustró La Mujer de la guarda (Babel Libros) de Sara Bertrand, ganador del New Horizons Bologna Ragazzi Award. Acaba de publicar junto con Andrea Maturana, el libro álbum Axolotl, editado por el sello Loqueleo, el sello infantil y juvenil de Santillana. Actualmente se encuentra trabajando en un segundo libro para la editorial Zorro Rojo y preparando una serie de talleres intensivos que dictará desde octubre en su estudio ubicado en el Barrio Las Lilas.
Delicado álbum escrito por Irene Bostelmann e ilustrado por Catalina Silva. Se trata de una niña que durante una conversación con su abuela descubre lo que significa la envidia y ante esta novedad se declara no envidiosa. Durante el transcurso de la conversación empieza a darse cuenta de que hay muchas cosas que le producen un «dolor en la guata», como cuando su amiga Cami saca un queque de amapola para la colación, o cuando la misma sale llena de estrellitas del dentista y ella tiene su mano pelada, también aquellas veces que va a la casa de Cami y su mamá le deja un postre de piñones en la mesa de noche. Estos pequeños momentos de dolor se ilustran con una técnica mixta en donde son protagonistas las intervenciones textiles. Estas puntadas de hilo retratan los pequeños dolores de la protagonista que luego resultan ser su lista de envidias. Delicados trazos, hilo y ventanitas recortadas son algunas de las expresiones visuales que nos invitan a entrar al corazón de la niña y a conectar con su proceso de autodescubrimiento.
Bernardita Muñoz (1975) Es psicóloga y doctorada en Educación en la Universidad de Bristol, Inglaterra. Ha escrito libros infantiles como El pequeño universo, La señora Clo, El pulpo, La desaparición de León y Los lunares de Lía, y la novela juvenil El diario de Noelia.
«El mejor capital cultural que podemos legarle a nuestros hijos es leerles libros desde que nacen». 80 | HABÍA UNA VEZ
ta s i v re t n E
July Macuada Ilustradora y diseñadora, se ha dedicado a la ilustración de libros por 8 años.
Duerme, niño duerme, Ekaré sur, 2013 Este libro, escrito por Laura Herrera, adapta una canción de cuna inglesa al mundo chilote, lo que resulta en un libro de verso simple que intenta dar tranquilidad a un niño preocupado, antes de ir a dormir. Las ilustraciones evocan los miedos y la paz, se despliegan en un delicado juego entre la luz y la sombra, entre el azul y el amarillo, que envuelven en una manta íntima todo el relato. La escritura, la ilustración y el diseño quedan al servicio de un libro que ha sido distinguido en Chile, Venezuela y Estados Unidos, y editado en tres idiomas: español, portugués y chino.
Marcela Trujillo, Maliki (1969) Es pintora, ilustradora y dibujante de cómics autobiográficos. Ha escrito libros como Las crónicas de Maliki 4 ojos, Maliki en tinta china, y la novela gráfica Ídolo, entre otros.
“Lo que me motivó a hacer cómics fue la interacción que se genera con las personas”.
Francisca Solar (1983)
Periodista de la U. de Chile con diplomados en Criminología y Escritura Audiovisual mención Ficción. Escritora infantil y juvenil. Diez libros a la fecha: 5 juveniles y 5 infantiles, los que se han publicado en 16 países y 4 idiomas. Actualmente, está dedicada 100% a la literatura, no sólo escribiendo/publicando sino que realizando talleres, visitas de autor en todo Chile, además de charlas de mediación lectora para profesores.
3 autoras imprescindibles para todo lector juvenil Si tuviera que recomendar tres autoras imprescindibles en literatura juvenil, la primera sería Joanne Rowling. Si bien se le asocia a la literatura infantil, su magnífica saga Harry Potter evoluciona rápidamente a juvenil a mitad de camino (últimos tres tomos) y su nueva saga Animales Fantásticos es claramente una aproximación más oscura y madura a su celebrado Wizarding World. Por otro lado, la alemana Cornelia Funke es una prolífica escritora infantil y juvenil de fantasía, y sus sagas Mundo de Tinta y Mundo del Espejo son referentes ineludibles del género. La complejidad lingüística de las novelas de Jane Austen no debería dejarse a los adultos. Recordemos que Elizabeth Bennet, protagonista de su célebre Orgullo y Prejuicio, tiene apenas 20 años en la historia. La juventud se vive de distintas maneras según la época o locación geográfica, pero las preguntas y deseos a esa edad son siempre los mismos, por lo que los temas en esta obra bien podrían considerarse atemporales.
Pati Aguilera (1980) Patricia Aguilera Alvarez es diseñadora en comunicación visual y se dedica a la ilustración, diseño editorial y gestión cuntural. Cofundadora de AjíColor, estudio de diseño e ilustración; PLOP! Galería, espacio dedicado a la difusión de la ilustración, historieta y gráfica; y de Brígida, revista de cómic hecho por mujeres.
Tres temáticas que te gustaría ilustrar en algún proyecto futuro Lo primero es crear mi propia versión de Caperucita Roja. Hace un tiempo empecé a coleccionar libros de este clásico y me encantan porque año tras año en todo el mundo se publican nuevas versiones o adaptaciones ilustradas. El desafío es que un libro mío sea parte de mi colección.
También hay temas, que si bien no ilustro yo, me interesa que puedan ser ilustrados, por eso creamos PLOP! Galería y recientemente la revista «Brígida», un espacio para las mujeres dibujantes. Y pronto espero poder publicar una revista ilustrada para niños en la que estamos trabajando, que me parece es algo que hace mucha falta en Chile.
Lejos mi temática favorita son las relacionadas con la comida. Tengo varias ideas en espera, como terminar la segunda versión de Para chuparse los dedos o un recetario de cocteles chilenos; también me gustaría ilustrar un herbario y algo más inusual como un abecedario de postres, solo por darme un gusto porque también amo los abecedarios.
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Virginia Herrera (1984)
Ángeles Vargas (1980)
Es Licenciada en Artes Visuales y ha realizado diplomados y talleres de ilustración. Ha participado en publicaciones colectivas e individuales en editoriales como Librosdementira, Zig-Zag, Liberalia, Pehuén, Origo y Sol y Luna. Además, ha trabajado realizando arte para animación de diversos proyectos audiovisuales. En 2012 obtuvo el premio concurso del Libro Ilustrado Infantil y Juvenil convocado por Pehuén Editores.
Nació en Chile. Es ilustradora y diseñadora gráfica. Por su trabajo obtuvo el Premio de Amster Coré 2013 en Diseño e Ilustración, en 2012 un premio de edición por la Organización de Editores Chilenos, y un BIB 2013 (Bienal de Ilustración de Bratislava) con Mención de Honor. Ha ilustrado diversos cuentos para niños y trabaja para varias editoriales y revistas chilenas.
Un año
Ángeles Quinteros y Ángeles Vargas, Editorial Saposcat, 2018. Es un poemario que trata sobre las estaciones del año y cómo se manifiestan en la naturaleza y en nuestras emociones. El tema se desarrolla en breves poemas tipo haikus, complementados con expresivas ilustraciones que funcionan de manera esencial para construir el significado de los poemas.
Maya Hanisch (1981) Diseñadora gráfica, autora e ilustradora de libros infantiles. Ha recibido el Premio Fondo de Fomento a la Lectura 2010, el Fondo del Libro 2014, en Chile, y el Premio Nami Island 2015 en Corea del Sur.
Son poemas breves, con un lenguaje simple pero que evocan imágenes y emociones profundas y reflexivas. Este libro invita a grandes y a chicos a su lectura por la delicadeza y profundidad de sus imágenes poéticas. Ideal para todos aquellos que estén interesados en descubrir la poesía pero que aún no se han dado la oportunidad de disfrutarla.
Francisca Yáñez (1971) Ilustradora, diseñadora gráfica y artista visual para diferentes editoriales e instituciones relacionadas con cultura, infancia y derechos humanos.
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Karina Cocq (1984)
Paula Vásquez
Karina Cocq Muñoz es licenciada en Artes Plásticas de la Universidad de Chile, especializada en Ilustración Infantil y Juvenil en Centre Universitari de Disseny i Art de Barcelona. Se ha desempeñado como ilustradora de publicaciones infantiles para LOM Ediciones, SM, Editorial Planeta y Norma, entre otras editoriales e instituciones. Recibió mención honrosa en el IV Catálogo Iberoamericano de Ilustración y fue seleccionada por segunda vez en su VI versión (2015).
3 Consideraciones al ilustrar para primera infancia
Ayelén y los frutos mágicos
Autora e ilustradora Karina Cocq, Cocorocoq ediciones, 2017 Este cuento es la primera obra de la ilustradora Karina Cocq, y fue ganadora del Concurso Nacional de Creación Musical y Cuentos Ilustrados para la Primera Infancia, Chile Crece Contigo (CHCC) 2016. La historia trata de una niña a la que le gustaban muchos los animales, pero nunca había visto uno porque le daba miedo salir de su casa. Un día, probó unos frutos que la hicieron convertirse en distintos animales de la naturaleza, y con ello pudo ver desde otra mirada el mundo y perder su miedo a conocerlo. El contraste entre la acuarela y grafito tendencia un orden de lectura de los distintos elementos de la imagen, y producen un atractivo especial a la ilustración. Los colores terrosos otorgan un carácter cálido a la historia, y dialogan con el contexto natural y silvestre en el que se desarrolla esta. Un cuento inspirado en el pueblo mapuche, que recoge lo mágico de la tierra y las posibilidades de conocer el mundo que nos rodea.
Camila Valenzuela (1985)
Nieve negra, SM, 2014 Una cautivadora novela de misterio, que mezcla dos relatos, dos tiempos, dos diseños, la misma ciudad en dos épocas diferentes. Pasa del blanco y negro al color a medida que se va avanzando. Las dos caras de la moneda que, como las dos mitades perfectas de una manzana, construyen el todo. Con un guiño a la clásica Blancanieves, nos hará descubrir algunos recónditos rincones de nuestra vida, lo que más tememos de nosotros mismos, aquello que quizá prefiramos no conocer nunca.
Ilustradora. Ha publicado libros infantiles en Santillana Infantil y Juvenil, Zig-Zag y Planeta.
Ilustrar para primera infancia ha sido un gran desafío, ya que con pocos elementos hay que comunicar mucho. Dejé de lado los detalles, fondos trabajados y las amplias paletas de color y centrarme en la simpleza, el contraste y la repetición. Para mí es muy importante que la ilustración sea sencilla y que transmita lo que tengo en la cabeza sin muchas vueltas. Así, trato de que cada personaje, objeto o línea comunique algo. Me gusta hacer a los personajes muy definidos y expresivos. Trabajo el contraste entre las figuras y el fondo, para que los personajes u objetos resalten en la página y atraigan la atención del niño. Por esto, muchos libros de primera infancia trabajan con fondo blanco y líneas negras. Uso una paleta de colores brillante reducida y me gusta emplear la repetición de elementos para lograr una unidad a lo largo de la obra.
Arelis Uribe (1987) Periodista de profesión, es autora de Quiltras, conjunto de siete cuentos protagonizados y narrados por mujeres, ganador del Premio a la Mejor Obra Publicada en 2017, otorgado por el CNCA.
«Las sensibilidades que tengo cuando hago periodismo me acompañaron al momento de escribir ficción. Son las mismas preocupaciones: la violencia, la desigualdad, las identidades de los bordes». HABÍA UNA VEZ | 83
Catalina Bustos (1989) Ilustradora. En 2014 publicó Diario de un Solo (Catalonia), el que se convirtió en uno de los libros más vendidos en Chile, seguido de su segunda parte en 2015.
3 actividades para inspirarme Encontrar inspiración nunca es igual y muchas veces llega andando en metro o conversando con amigos. He aprendido a dialogar con mi mente y trabajar en ella como si fuera una libreta, hasta que tengo algo que valga la pena. Abrir libros: he comprado muchos libros por sus ilustraciones, interés en el contenido o la estética de su edición. Los ojeo y siempre encuentro algo que echa a andar mi creatividad. Caminar: pasear a mis dos perritas es toda una aventura, y hace que las caminatas sean muy entretenidas. Conversas, se acercan otros perros, y toda la gente se transforma en personajes de «Ghibli». Eso me hace muy feliz y vuelvo motivada a mi taller. Escuchar música: la música influye 100% en mi rendimiento, por eso elijo la que me haga sentir como si estuviera dibujando en una película. Hice un playlist que se llama “música para dibujar” que me funciona muy bien.
Frannerd (1987) Francisca Meneses es diseñadora gráfica de la Universidad Diego Portales. Ha ilustrado varios libros para niños y jóvenes.
3 momentos claves en tu proceso de formación como ilustradora Llevábamos tres meses viviendo en Londres y quedé cesante. Nos quedaba plata para pagar un arriendo más y en un acto de locura gasté todo lo que me quedaba en la cuenta en productos para mi tienda online que reabrí ese mismo mes. Esta dura experiencia me comprobó que la perseverancia y la determinación son herramientas clave para ser freelance, pero nada se compara con el poder de creer en uno mismo. Aprendo cosas de mí y de mi trabajo todos los días, pero creo que el último gran momento formativo lo tuve el año pasado cuando me cansé de mi lado perfeccionista. Me fijé mucho en dibujar proporcional, en dibujar lindo, que está bien, pero descuidé mucho el mensaje; lo que quería decir. Pensé “haré mi mejor trabajo en el dibujo, seguiré practicando mis debilidades, pero necesito priorizar lo que quiero decir”. Me di cuenta de que lo que más me gusta es conectar con la gente, y las ilustraciones que más busco o que más me mueven el piso, son en las que el autor se abre en un acto de absoluta sinceridad. Empezar a trabajar con la vulnerabilidad (bajar todas las murallas y mostrar mi lado más defectuoso: lleno de contradicciones y dudas) ha sido lo más duro y hermoso que me ha pasado; porque así como bien se define uno, está más vulnerable a ser atacado y criticado, pero es también un acto de aceptación y liberación infinita, personal y plástica.
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Violeta Boyd (1993)
Colum na
Autora de Rompiendo tus reglas, historia que escribió en Wattpad, con la que obtuvo más de 40 millones de lecturas. El libro fue editado por Planeta.
Escribir es un viaje Escribir es un viaje, uno que nunca acaba. El mío empezó con los cuentos que mis padres me leían antes de dormir. Luego llegó un trabajo de lenguaje en el que tuve que crear un cuento. Allí, el viaje tomó su rumbo y me enamoré. Comencé escribiendo fanfics, luego le siguieron historias que jamás concluí. Una noche, le enseñé los capítulos de una historia a una amiga, quien me comentó sobre Wattpad, la plataforma de lectura. Me percaté de la enorme cantidad de cuentos, historias y variedades que se pueden encontrar. Empecé leyendo, hasta que una semana después decidí crear una historia y escribir bajo el seudónimo Vhaldai. Así, en mi tiempo libre nació Rompiendo tus reglas. Con lo irreal del crecimiento de mi historia vino la responsabilidad. Compartir mis historias fue lo que yo necesité para hacer más organizada mi mochila viajera. Mi forma de crear cambió, aprendí a anotar todas las ideas pese a lo ridículas que me parecieran, comencé a crear mapas de capítulos con los acontecimientos más importantes, a crear calendarios con eventos significativos, y fichas de personajes con su información más relevante. Pero no solo eso, también a ser más responsable con lo que escribo, por eso, mis escritos dirigidos a los adolescentes van con un mensaje positivo, algo que ellos puedan rescatar y usar en la vida diaria.
Antonia Roselló (1988) Antonia Roselló se dedica a la ilustración hace un par de años. El 2015 publicó su primer libro ilustrado para niños Papá Rockero, y en junio de 2016 publicó ¿Y si nevara este invierno?, ambos con editorial SM.
RHUV Nº27 ◊ Año 2018
Recomendados
Libros
recomendados
Les presentamos una selección de libros sobre mujeres, o escritos e ilustrados por ellas, que han sido recomendados por mediadores y por nuestro Comité de Valoración. Para ver más de nuestras recomendaciones visita fhuv.cl/que-leer/
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RECOMENDADOS POR
MEDIADORES
Lectura en pañales
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Primeros lectores
Lectores
Lectores avanzados
Grandes lectores
R ec o mendad o s p o r
Profesión: cocodrilo
Mediadores
Escritora: Giovanna Zoboli Ilustradora: Mariachiara di Giorgio La lectura de Profesión: cocodrilo es delicada y sorpresiva desde el comienzo. Este celebrado libro casi sin palabras utiliza la cotidianidad para proponernos una nueva manera de abordar la relación que tenemos los animales. El señor cocodrilo, protagonista de este libro, se levanta como cada mañana muy temprano y sigue una rutina que parece conocida: vestirse, comer escuchando la radio, abrigarse, salir a la calle y tomar el metro. A medida que avanza la mañana, el tiempo se hace más corto y la velocidad invade el relato, vemos al protagonista moverse por la ciudad para llegar a tiempo a su destino. En la ciudad donde se desarrolla esta historia conviven animales humanos y no-humanos que comparten las acciones de cada día e interactúan con los contratiempos propios de habitar un mismo espacio. Las ilustraciones de la italiana di Giorgio le otorgan a este libro el ritmo necesario para que acompañemos al protagonista en su viaje de la noche al día, para que solo hacia el final se revele en qué consiste su profesión. Nos sorprendemos con las decisiones que va tomando el personaje durante su camino al trabajo, la elección de las corbatas, que compre un pollo en la mitad
del trayecto, que haga estiramientos antes de ponerse a trabajar. Las autoras de este libro proponen una estructura que recoge aspectos propios del cómic y del álbum, además, se valen de diferentes planos para que nos detengamos en algunos momentos específicos del libro. Así, cuando buscamos al cocodrilo en el metro, nos damos cuenta que los humanos tienen las actitudes más curiosas y los animales se acomodan como pueden para continuar el viaje. La cotidianidad humana es materia para que nos preguntemos por el valor y el lugar que el zoológico ocupa en nuestras ciudades. Asimismo, la historia del protagonista, nos permite cuestionar la diferencia entre lo que hacemos y quiénes somos. De esta forma, las autoras presentan una de las propuestas editoriales más atractivas del año, de esos libros a los que podemos volver muchas veces y que nos sorprenderá en cada lectura. La producción y el estudio de los libros sin palabras está lleno de mujeres imperdibles: Helen de Oxenbury, Iela Mari, Gerda Muler, Annette Tamarkin, Barbara Lehman y, por supuesto, Emma Bosch.
Editorial: Pípala Año: 2018
Recomendación: Primeros lectores
Por Magdalena Aguayo, máster en Literatura Infantil y Juvenil de la Universidad Autónoma de Barcelona.
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R ec o mendad o s p o r
Mediadores
Editorial: Loqueleo Año: 2016
Recomendación: Lectores
Cuentos en verso para niños perversos Escritor: Roald Dahl / Ilustrador: Quentin Blake
Cenicienta es rescatada por el príncipe del abusivo trato que recibe por parte de su madrastra y hermanastras; Blancanieves se refugia en la casa de los enanitos a cambio de limpiar, cocinar y lavar para ellos; Caperucita es una cándida niña que debe ser advertida y protegida de los peligros que la rodean. Las figuras femeninas en los cuentos tradicionales siempre han sido sujetos pasivos o bien relegados al ámbito doméstico, pero poco protagonistas de su propia historia. Con su habitual humor, Roald Dahl nos presenta su versión de conocidos cuentos clásicos: La Cenicienta, Juan y la habichuela mágica, Blancanieves y los siete enanos, Rizos de oro y los tres osos, Caperucita roja y el lobo y Los tres cerditos. Escritos magistralmente en verso, e ilustrados por Quentin Blake, estas reescrituras subvierten los roles de los cuentos tradicionales, los buenos son malos, los débiles se hacen fuertes; no se endulza, todo puede ser, aunque atente contra lo políticamente correcto. Si bien el enfoque del libro no es redimir a las mujeres, sino revolver el orden general preestablecido de estos tan conocidos relatos, hay
algunos personajes femeninos que parecen especialmente atractivos por romper con estereotipos de mujeres sumisas y moderadas. A «Ceny», por ejemplo, no le importan los títulos de nobleza, ella le pide a su hada madrina “algo más difícil e infrecuente / un compañero honrado y buena gente”; Caperucita con calma saca un revólver y dispara al lobo de quien toma su piel para hacerse un grandioso abrigo, incluso traspasa los límites de su propia historia y es requerida por los tres chanchitos para que los socorra cuando se ven amenazados por su propio lobo; Rizos de oro, nada de diminutivos, es una niña atrevida y mal educada que debe hacerse responsable de sus actos, no se puede eximir por su edad, por su género ni por su belleza. Mujeres con carácter, mujeres «de armas tomar» (literalmente), una interesante propuesta con la que el icónico escritor inglés abre puertas y permite desafiar las fronteras que se impusieron históricamente a los personajes femeninos.
Por Daniela Sánchez Allende, máster en Literatura Infantil y Juvenil de la Universidad Autónoma de Barcelona. Encargada del Área de Proyectos de la Fundación Había Una Vez.
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R ec o mendad o s p o r
Madre, entre el sol y la noche
Mediadores
Escritora: Stéphane Servant Ilustradora: Emmanuelle Houdart Este es un tipo de libro álbum en el que la dimensión y posibilidad semántica de sus ilustraciones hacen de ellas su protagonista, y el texto está a disposición para entregar una de sus múltiples lecturas. Madre, entre el sol y la noche, realiza un recorrido arbitrario y condensado por la relación entre una madre y una hija. Habla la hija para describir a la madre, y desde esa voz habla la madre, para dar a conocer lo que en esencia significa concebir a otro ser humano y convivir con él. El temor, las luchas internas y externas, la dependencia mutua, la frustración, las ansias de libertad, acaso los estados o sensaciones que nos remiten a «lo oscuro», la noche. Pero también el amor, la compañía, la total entrega y la enseñanza, con la certeza de un lazo que recorre la experiencia vital de manera irrevocable bajo una luz sagrada. Se acoge la felicidad y el dolor de manera simultánea, madre e hija se sitúan en ese «entre», un lugar plagado de claroscuros digno de captar como lo hace este álbum. Las imágenes de Emmanuelle Houdart están cargadas de simbolismo; revelan y sugieren; ocultan e inquietan, nos enfrentan sin concesiones a los estados de ánimo posibles. Se vale de la naturaleza (vegetación, animales, agua, fuego) para explorar quizás,
en la animalidad, el vínculo, lo que tiene de incivilizado y salvaje, pero también dialoga con objetos culturales a los que se aferra una relación para conectar o desconectarse: libros, celular, ropas e instrumentos, enraizando el diálogo en ese terreno de lo visible e invisible. El texto de Stéphanie Servant viene a asentar esta explosión visual, con una lírica diáfana, en apariencia simple, pero que sabe comunicar con precisión este entramado. Estamos ante un libro que evidentemente traspasa la idea de libro álbum exclusivo para niños, mito que los especialistas tienen más que asumido, pero que sería necesario poder traspasar a todo tipo de lectores, a esa madre y a esa hija o hijo que si abrieran estas páginas, se rendirían ante ellas, bajo una noche donde el sol irrumpe.
Editorial: Libros del Zorro Rojo Año: 2016
Recomendación: Lectores
Por Bernardita Bravo Pelizzola, licenciada en Letras, coordinadora de bibliotecas SIP Red de Colegios.
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R ec o mendad o s p o r
Mediadores
El problema de las mujeres Autora: Jacky Fleming
Editorial: Anagrama Año: 2017
¿Conoces a Sarah Forbes, Annie Oakley, Nan Aspinwall, Louise Gleizes, Margaret Bulkley? ¿No? No te preocupes, yo tampoco. En realidad no recuerdo que en mis clases de historia se hayan mencionado muchas mujeres. ¿Por qué? ¿Dónde estaban las mujeres cuando se hacían los grandes descubrimientos técnicos y científicos? Al parecer estaban en su casa, con sus padres, maridos e hijos, bordando hermosos cojines o trabajando en tareas menores, que cualquiera podría haber hecho, como alimentar, cuidar, lavar y educar. También se las vio realizando una tarea muy importante: aplaudiendo las proezas de esos grandes hombres.
Recomendación: Lectores
Las explicaciones para estas ausencias en el mundo de la creación y presencia en el hogar y el mundo privado, son muchas. Al parecer, 50% de población a veces es menos que 50%, es decir hay menos. Y si no lo entiendes, y eres mujer, es que tienes la cabeza pequeña y biológicamente estás predispuesta a que el llanto y la histeria afecte tu visión y entendimiento. Estás en lo cierto si piensas que hay algunos secretos tras estas verdades. Algunas mujeres cayeron en tentación, y obtuvieron logros en materias que no les correspondían, pero eso no prueba nada, son excepciones, como las hay a toda buena regla.
¿Ríes? ¿No crees lo que te digo? Entonces debes leer este libro. Son estas y otras reflexiones, las que Jacky Fleming nos presenta. Afirmaciones e ilustraciones llenas de humor e ironía, para indicarnos los sinsentidos del silencio en la historia del aporte femenino. Desliza entre sus líneas nombres de mujeres que tú podrás buscar, que otros, hombres y mujeres, han decidido rescatar desde lo que llama el «Basurero de la Historia». Belleza, moda, estereotipos, quedarán expuestos más allá de tratar de presentar datos fiables, invitándonos a reír y reaccionar, poniendo en entredicho las imágenes que poseemos y hemos construido sin reflexión, dándoles el carácter de verdad. Jacky Fleming (Londres, 1955), dibujante feminista, ha publicado 7 libros, de los que El problema de las mujeres es el más reciente y ha sido galardonado con el Prix Artémisia Humour. Te invito a leer entre líneas y dibujos. ¿Quién preparaba la comida de esos grandes héroes y genios científicos? Y estando tan ocupadas las mujeres y siendo tan débiles ¿cómo y cuándo tuvieron tiempo de escribir Orgullo y prejuicio, pensar en El segundo sexo o perfeccionar la radioactividad? Parece que tendremos mucho por leer e investigar.
Por María José Tapia, profesora, magíster en Psicología, mediadora de literatura y promoción de la Lectura. CtG La tentación de Leer todo.
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Mi mamá
Mediadores
Autora: Kang Gyeong Su
El libro trata de la relación de una madre con su hija a través de los años, y de las distintas situaciones por las que pasa la hija y en las que acude, discute o dialoga con su madre. El tema es tratado con sencillez y sutileza, mostrando diversas situaciones cotidianas por las que pasa una hija y las nuevas etapas a las que se enfrenta, y cómo según estas se va transformando la relación con su madre. La historia es muy elocuente a través del único texto que aparece en sus hojas: la palabra «Mamá»; su tipografía de esta palabra va cambiando de acuerdo con las distintas emociones con las que la hija la expresa según el contexto. Por esto, las ilustraciones entregan un carácter potente al texto y lo llenan de emoción y sentimientos. No se necesita una gran interpretación de las imágenes y el texto, sino sentir lo que va pasando en cada una de ellas, y en las que seguramente, con al menos alguna, el lector se sentirá identificado. Si bien la obra refleja la historia del crecimiento de una niña que siendo adulta contrae matrimonio, se podría jugar con las distintas posibilidades de vida que tiene una mujer y la forma en cómo la madre está presente o no en estas situaciones, según la
experiencia de cada niño o niña. Es un libro que podría dar pie a una buena conversación literaria con los jóvenes, en cuanto a la reflexión de su propia experiencia y las distintas capas que contiene el texto en las que se van revelando diferentes informaciones. Es un libro que podría ser disfrutado tanto por los pequeños, desde una visión más literal de la historia, hasta por los jóvenes e incluso adultos, ya que además de describir situaciones en las que un adolescente o adulto podría sentirse identificado, entrega un final cíclico, en donde nos damos cuenta que todos podemos ser tanto hijos (as) como madres o padres. El libro es un aporte en cuanto a la expresividad de sus ilustraciones y a lo sugerente de la palabra «Mamá» que aparece en cada página. Es un libro álbum muy atractivo en el que el diálogo entre texto e imagen es muy poderoso y se complementan de forma armoniosa. Es una historia conmovedora que logra despertar la empatía por las situaciones cotidianas que refleja y por la descripción particular de esa necesidad profunda en la que todos y todas, alguna vez, hemos acudido a nuestra madre.
Editorial: LOM Año: 2018
Recomendación: Lectores
Por Trinidad Cabezón, licenciada en Letras, coordinadora de proyectos en Fundación Había Una Vez.
HABÍA UNA VEZ | 93
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Mediadores
El fuego verde Autora: Verónica Murguía
Editorial: SM Año: 1999
Recomendación: Lectores avanzados
¿Cuántas veces me he preguntado qué habilidad tienen algunos escritores que, desde que toman la pluma, son capaces de crear un manto de oro que envuelve y cobija al lector? Eso es lo que hace Verónica Murguía en esta novela, escrita con delicadeza, soltura y poesía. Aunque el inicio es lento, apenas se entra se visualiza el entretejido de palabras bellamente liadas que invitan a quedarse. Pronto aparece un mundo, mezcla de realidad, fantasía y modernidad que deleita la imaginación y moviliza emociones y juicios. La obra está ambientada en la Edad Media y su protagonista, Luned, es una osada chica de 15 años, que se niega a seguir las costumbres de la época y convertirse en una mujer tradicional. Aspira a ser libre, independiente y correr por el bosque para encontrarse con la naturaleza. Un día aparece en su aldea Demne el cuentero, y ella, hechizada por la palabra bien narrada, acepta su invitación de ir a vivir a la ciudad. Allí aprenderá a leer, a escribir, y también el oficio de cuentacuento. En este viaje se enamorará, se sentirá traicionada y maldecirá la vida inhumana de la sociedad medieval. Es una novela de iniciación en la cual la Luned pasa de la infancia a la madurez. A través del viaje que emprende desde el bosque a la ciudad de Corberic, descubrirá esa sociedad injusta y cruel que expone en la
horca al ciudadano hereje o expulsa al leproso del pueblo sin brindarle atisbo de compasión. La autora posee un conocimiento profundo de la época, que retrata fielmente. Consigue que el lector sienta la ciudad como si estuviera viviendo en ella. Podríamos decir que es una novela costumbrista, pero esa calificación cambia cuando Murguía le incorpora un mundo fantástico habitado por elfos traviesos, hadas malignas y la sabiduría de la maga que protege a la protagonista. Incorpora el mundo del bosque que pone a prueba a la adolescente. Otro tema interesante es evidenciar el rol de la mujer dedicada a sus labores e impedida de realizar sus sueños. Luned se niega a seguir la tradición y tiene la valentía de enfrentarse a quienes se le oponen. Lucha por lo que realmente anhela: ser cuentacuento. La pluma de la autora impresiona por su maestría en el manejo del lenguaje; destaca su capacidad para recrear de manera poética y viva a personajes sólidos y consistentes, el ambiente físico, el sensorial y el emocional. Es un placer pasearse por ese tren de palabras armónicamente unidas. Estamos frente a una gran obra que mezcla costumbres, fantasía y temas de actualidad, para leerla pausadamente, deteniéndose a reflexionar, cuestionar y madurar cada situación que se va presentando.
Por Pilarica Echeverría, profesora de castellano y animadora de la lectura.
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Del color de la leche
Mediadores
Autor: Nell Leyshon
En 2012 la escritora inglesa Nell Leyshon publicó The colour of milk. Un año después se publicó en España de la mano de la editorial Sexto Piso, con traducción de Mariano Peyrou y un prólogo (bien interesante) de Valeria Luiselli. En este libro se cuenta la historia de Mary, una muchacha de una familia muy humilde formada por la madre, el padre, el abuelo y las cuatro hijas, que pasan todo el día trabajando para poder apenas subsistir. El título del libro hace referencia al pelo blanco (del color de la leche), rasgo particular de la protagonista, quien, además, es coja. Quizás porque el padre considere que esto último hace que Mary sea menos capaz para el trabajo en el campo, es enviada a la casa del sacerdote para que cuide de su esposa convaleciente. Esa casa está apenas a un kilómetro de la suya y es como si se hubiera marchado al otro lado del mundo. De este modo parece que Mary escapa de una vida dura y golpeada para vivir en un mundo más regalado (incluso puede uno pensar: más humano). La novela cuenta con la voz narradora particular y poderosa de Mary quien, en primera persona y por su propia mano, nos va contando los hechos que relata tal cual ocurrieron.
Una voz honesta, veraz, perseverante, atinada y, sobre todo, una voz que deja constancia de la vida que muchas mujeres han vivido a lo largo de la historia y viven también en estos días.
Editorial: Sexto Piso Año: 2013
Creo que son pocas las ocasiones en las que un lector, una lectora, puede ver y sentir de manera tan evidente, tan deslumbrante, tan dolorosa, la estructura de poder machista que una y otra vez ejerce la violencia contra las mujeres, que las afrenta, que las agrede, que las golpea. Que las asesina. Es esta una lectura enganchosa, que nos atrapa desde las primeras páginas. Una lectura que cuenta con unos personajes magistralmente perfilados (y completamente verosímiles) que hacen avanzar sin pausa, sin tregua, una historia perfectamente tramada. Y, sobre todo, una lectura que, según se suceden las páginas, nos hace contener la respiración y nos impide despegarnos del libro hasta la última línea. En conclusión, se trata de un libro absolutamente deslumbrante, uno de esos libros maravillosos que han venido para quedarse, un clásico contemporáneo que os recomiendo encarecidamente y que, os garantizo, no podréis olvidar una vez hayáis leído.
Recomendación: Lectores avanzados
Por Pep Bruno, narrador oral, escritor y editor.
HABÍA UNA VEZ | 95
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Mediadores
Sophie en los cielos de París Autora: Katherine Rundell
Editorial: Salamandra Año: 2017
Recomendación: Lectores avanzados
«Nunca hay que darle la espalda a una posibilidad» es la frase que Charles Maxim utiliza a menudo, especialmente cuando se trata de consolar a la inquieta Sophie. La niña llegó a su vida por casualidad: tras el naufragio de un barco en el Canal de la Mancha, apareció flotando sentada en la cubierta de un violonchelo. Como nadie reclamó a la pequeña – que en ese entonces tenía solo un año de vida – Charles Maxim decidió quedársela, asumiendo así su cuidado y tutela. El erudito nunca había tenido contacto con niños y desconocía los aspectos básicos de la crianza. Sin embargo, sus libros de poesía le habían enseñado que solo haría falta querer a Sophie y las cosas resultarían bien. Entre profundas lecturas, una casa caótica y desordenada, y una peculiar apariencia personal, Sophie ha crecido feliz en compañía de su tutor. Lamentablemente, la Agencia Nacional de Protección de Menores no opina lo mismo. En sus informes, el rol de Maxim es fuertemente cuestionado. La notificación que indica que la joven debe ingresar a un orfanato no tarda en llegar. Cuando los plazos están a punto de expirar, Charles decide hacer caso a
Sophie, quien asegura que aunque fuera bebé, recuerda a su madre tocando en la banda del barco y luego flotando entre los sobrevivientes. La insistencia de la joven lleva a la pareja a fugarse hacia París, donde viven una maravillosa aventura de la mano de intrépidos «tejabundos», pequeños vagabundos que habitan en los tejados. Entretenida novela que cautiva a lectores jóvenes y adultos con sus adorables personajes, sumergiéndolos en una aventura desbordante de magia y fantasía. La sensibilidad, agudeza y valentía de Sophie le posicionan como una mujer adelantada para su época y como un ejemplo a seguir por las chicas de hoy. Las poéticas descripciones de lugares, emociones y rutinas logran transmitir las particularidades de un maravilloso mundo donde los conflictos son enfrentados de manera positiva y donde siempre hay espacio para seguir las corazonadas. Libro de gran calidad que mezcla una entretenida historia de aventuras con el complejo mundo de los sentimientos humanos.
Por Ofelia Muñoz, bibliotecaria documentalista, con especialización en fomento lector y literatura infanto-juvenil. Bibliotecaria Colegio Villa María.
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Flush: una biografía
Mediadores
Autora: Virginia Woolf
Imposible no rendirse ante las cuatro patas de Flush. De pelaje rojizo y espíritu inquieto, el cocker spaniel de la poeta victoriana Elizabeth Barrett (1806-1861) protagoniza esta biografía singular, que Virginia Woolf escribe con un rigor tan estricto como fascinante. Un libro publicado por primera vez en 1933, que llega a las bibliotecas chilenas gracias a una reciente edición de Montacerdos, traducida por la escritora Constanza Gutiérrez. En el prólogo, Lorena Amaro explica que este fue uno de los títulos más populares en la vida de Woolf: en sus primeros meses de circulación vendió casi 20 mil ejemplares. Pero, también dice, debieron pasar décadas para que fuese leído con interés crítico o para que se dimensionara su carácter experimental. El libro reconstruye cronológicamente la agitada vida de Flush: primero, sus tiempos de juventud y libertad en el campo; luego, la reclusión junto a su ama enferma en Londres y, finalmente, la emancipación madura en la luminosa Florencia. Cada uno de estos lugares marca las experiencias y el conocimiento del mundo que va adquiriendo Flush, un protagonista que se enfrenta a dilemas de su época y evoluciona al ritmo de los tiempos, pero que nunca deja de ser un perro.
Justamente, ese es uno de los grandes aciertos del libro: el modo en que Woolf narra desde la óptica perruna. Flush no entiende las conversaciones entre humanos, pero sí puede interpretar sus estados anímicos a partir de las posturas que adoptan o el tono de su voz; no sabe de mapas, pero sí distingue y describe a la perfección el olor de cada calle y puede hacer acertados diagnósticos sobre la humanidad a partir de su experiencia como mascota. Estamos, sin duda, ante una lectura gozosa, que entretiene, enternece y cautiva. El tono, apegado al estilo biográfico -la autora cita a Elizabeth Barrett, se documenta, contextualiza- le da ritmo y coherencia a la narración. Sabemos de la época en que transcurre la historia gracias a las descripciones, tanto de Flush como del narrador, pero también sabemos de la relación entre la mascota y su ama. Una pareja que pasa por altos y bajos, que pone a prueba su lealtad, que se acompaña en tiempos difíciles, que se esfuerza por entender al otro, que se quiere con la intensidad de la juventud y también con la templanza de los años. Una lectura más que recomendada.
Editorial: Montacerdos Año: 2018
Recomendación: Grandes lectores
Por Bernardita Cruz, periodista. Encargada de comunicaciones de Ediciones Ekaré Sur.
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Libro digital
Florence Editor: Annapurna interative
App Store Año: 2018
Recomendación: Lectores avanzados
Florence es un libro nuevo, sin palabras, que está top en los rankings actuales de juegos interactivos (lugar donde, lamentablemente, figuran los libros interactivos por no existir un género aún de libro interactivo en el App store –lo JURO-). Muy novedoso, es más o menos lo que nos imaginábamos todos cuando recién se comenzó a hablar de libros interactivos hace alrededor de diez años atrás, pero sin texto. Básicamente es un cómic interactivo, en narración visual, bellísimo y sobre todo para mujeres, acerca de una mujer joven, Florence, y una etapa importante de su vida. Recomiendo partir por los ajustes (el ícono de engranaje) para cambiar el idioma a español primero. Hay poco texto, pero a veces hay gráficas o títulos, tapas de libros, lugares, que debemos reconocer. Lo hicieron multilingüe en la primera edición, lo cual es una novedad para la industria de libros interactivos, espero que sea una señal para adelante. Me cuesta mucho encontrar libros interactivos interesantes para reseñar porque, justamente, casi nunca están en español, es muy frustrante. Se trata de Florence Yeoh, una chica de 25 años, que parece más joven, aunque uno se acostumbra, quien vive una etapa clave de su vida. Desde el inicio de la historia vive sola y se levanta todas las mañanas para ir al trabajo, una millenial, joven
adulta cualquiera. Los colores juegan un rol importante porque al principio es bastante gris la cosa, y vamos viendo cambios de estado de ánimo reflejado en los mismos. Es una historia lineal que casi no se puede terminar en una sentada, pero al abrirla de nuevo, se puede continuar desde donde dejaste, como un ebook. La fórmula de avanzar por el libro es lo original, es entretenidísimo leerlo. Se desplaza de distintas maneras, principalmente con sweeps del dedo, pero en varias direcciones. También hay flechas y círculos animados que indican por dónde ir. Requiere de bastante intuición en partes, pero en realidad, a los mayores nos cuesta más. Algunas de las páginas requieren resolver puzles para poder seguir adelante, fáciles eso sí, creando sinapsis. Está ilustrado de maravilla por el equipo de «Annapurna Intercative», una empresa de cine en Los Angeles, EE.UU. que incursiona en interactividad. Lo logré en dos sentadas, y a modo de spoiler son veinte capítulos totales. No les contaré de qué se trata, pero Florence conoce a un joven, obvio. Y no es un final feliz, el desenlace es bastante adulto y reflexivo. Me parece que el libro es una reflexión de vida para adolescentes en adelante, incluso mujeres de mi edad. Nos muestra de una manera sencilla y en idioma visual, una etapa preciosa de la vida, y
Por Jennifer King, comunicadora visual británica, ex directora de la Revista HUV, profesora UDP y directora de Confín Ediciones.
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cómo las etapas –aunque parezcan tristes– siempre son positivas a la larga. Habla de la vida futura, actual o pasada de muchas mujeres. Es moderno, real y sensato, desmitifica de alguna manera los finales Disney de la vida, por lo tanto muy necesario también. No tiene sexo, drogas ni rock and roll, pero es material para chicas mayores de 15, por la conversación que propone. El capítulo 3, «Música», es mi favorito (se pueden volver a los capítulos, uno por uno desde la página de inicio); obliga a colocar el teléfono o Ipad de lado, y proceder horizontal. Al acabarse la batería de su Smartphone, Florence lo apaga, se saca los audífonos y los guarda, siendo inmediatamente envuelta por una música ambiental de cello, la cual sigue. Ese gesto de seguir la música y la secuencia animada interactiva que desenlaza es realmente encantadora. Aprovecha la tecnología dispuesta de una manera bella, y nos alenta a leer –visualmente– hacia delante, abriendo el apetito. Leí en algunas críticas online que algunos encontraron demasiado corta esta novela gráfica (le pondremos así, porque esto es, en definitiva), sin embargo, a mí me pareció genial el largo, ya que los lectores a los cuales va dirigida, son poco pacientes –la generación SnapChat– pero está pavimentado el camino, espero, para la creación de muchos capítulos más. Eso me parece lo más interesante del proyecto, sus posibilidades de continuidad. Partes preciosas para estar atentos: la manera de disponer de las discusiones y conversaciones sin texto, usando formas de manera onomatopéyica, e incrementos de ritmo, ingredientes que, bien aprovechados, hacen tan genial este género de App/ libro interactivo. La música es un aporte narrativo clave, ayuda en cada momento y es original para el libro. Realmente estoy encantada. Todas somos Florence. Obvio. #todasomosflorence
TIENDA ONLINE WWW.AMANUTA.CL DESPACHO A TODO CHILE HABÍA UNA VEZ | 99
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Libro adulto
Siete casas vacías Autora: Samanta Schweblin
Editorial: Páginas de espuma Año: 2015
Recomendación: Grandes lectores
Los siete cuentos de Samanta Schweblin son siete casas a las que nos invita a entrar, hacer una pausa y observar a sus habitantes y a sus cosas. Adoptar una distancia casi científica frente a estos hogares. Observar a sus habitantes con un microscopio, la raza humana, observarnos como seres exóticos de comportamientos absurdos. Es como cuando encendemos el televisor y vemos un programa de animales salvajes, leones por poner un ejemplo. Vemos cómo se desangran en una feroz pelea. Nos genera rechazo, compasión o asco, pero no nos parece natural, y lo es ¿o tal vez no? Esta interrogante está latente en Siete casas vacías. En algunos cuentos lo cotidiano se vuelve aterrador, y en otros lo terrible se naturaliza. En Nada de todo esto, una madre y su hija van a mirar casas de otras personas. La madre opina, critica, hace y deshace, invade, mueve cosas, las toma consigo. Es una especie de rito o catarsis necesaria. La apropiación de lo ajeno traducida en objetos, que luego entierra en su jardín. Todo esto sucede en la apacible cotidianeidad de la vida hogareña de una madre y su hija. Mis padres y mis hijos
cuenta la desaparición de los hijos del protagonista y de sus padres que estaban desnudos jugando. Palabras como secuestro, adultos, menores, desnudos, inundan el relato. «Por primera vez me pregunto qué tan peligroso es que tus padres anden desnudos con tus hijos» se pregunta el protagonista. En Pasa siempre en esta casa el viejo vecino es incapaz de botar la ropa de su hijo muerto y la bota al jardín de al lado cada cierto tiempo. Una extraña acción se vuelve usual, rutina, un problema comunitario más producto de un dolor brutal. La respiración cavernaria, uno de los relatos más magistrales del libro, narra de manera lenta y angustiante la espera de encontrar la muerte. Lola, la anciana protagonista padece de un dolor terrible que silenciosamente lleva y lo transforma en la culpa de otros. En Cuarenta centímetros cuadrados una suegra relata una anécdota a su nuera a modo de predicción o quizás maldición. Un relato del pasado resulta ser casi una amenaza, aterradora y determinante. Un hombre sin suerte es un cuento que trata de un hombre que se va preso por comprarle unos calzones a una niña pequeña. En Salir una mujer
Por Elisa Villanueva, licenciada en Letras, Master in books and digital media studies, Leiden University, coordinadora de proyectos en Fundación Había Una Vez.
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sale de su casa con el pelo mojado, toalla y sandalias. Vuelve y todo está igual, incluso su marido: «Abro despacio y todo, todo en el living y en la cocina, está aterradoramente intacto.» Se habla sobre aquellos momentos o periodos en los que todo se estanca y algunos salen, viven, cambian y al volver todo sigue igual. Terrible para quien retorna, natural para los que allí habitan. ¿Qué es lo normal? ¿Cuál es el camino? ¿Quiénes están locos? En Siete casas vacías vivir se transforma en una enfermedad. Un camino en el que todos los personajes inventan sus propias fórmulas para seguir adelante. Ya sea por una carencia afectiva, un dolor, la rutina o por simplemente pertenecer o ser alguien. Al leer los siete cuentos de Schweblin, la vida y la humanidad se vuelven un intento tan miserable que incomoda. Nos volvemos lectores morbosos de nuestro propio espectáculo. Somos pequeños seres aferrándonos a lo que nos toca cruzarnos de repente, y bajo la mirada de la autora pareciera que todo intento es extraño y a veces ridículo pero empatizamos, lo acogemos porque también es nuestro.
«Pienso que las cosas suceden siempre en el mismo orden, incluso las más insólitas, y lo pienso como si lo hiciera en voz alta, de un modo ordenado que requiere la búsqueda de cada palabra. Cuando lavo los platos se me da bien este tipo de reflexiones, basta abrir la canilla para que las ideas inconexas finalmente se ordenen». (Fragmento del cuento Pasa siempre en esta casa, página 39).
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Libro profesional
Querida Ijeawele Cómo educar en el feminismo Autora: Chimamanda Ngozi Adichie
Editorial: Random House Año: 2017
La simpleza de una frase como «Enséñale a tu hija que los roles de género son una solemne tontería» se transforma en una de las contundentes sugerencias que hace Chimamanda Ngozi Adichie a una joven madre que enfrenta por primera vez el desafiante proceso de crianza de su hija. Con un lenguaje cercano, sencillo y desde esa misma sencillez, muy profundo, Chimamanda comparte con su amiga su visión de la educación en el feminismo. La ternura de su voz conmueve, porque habla desde la verdad propia del ser humano, aquella que no discrimina entre hombres y mujeres, ni niñas y niños, y nos lleva a espacios que habitamos y en los que olvidamos nuestra calidad de iguales.
Recomendación: Grandes lectores
Se trata de educar en el feminismo, pero no solo a la madre de una niña, sino a todos, madres, padres, jóvenes y adultos, para que hoy el foco esté en la formación, en la igualdad y justicia, en el respeto y en la consideración del otro y la otra como personas valiosas, merecedoras de caminos de crecimiento, de felicidad y amor. El libro trata de feminismo,
sí, pero también de educación, de la formación humana que reclama hoy la sociedad para lograr individuos que se conviertan, como dice la autora, en «mejores versiones de sí mismos y mismas», en que se piense en ellos como personas libres de las camisas de fuerza que significan los roles de género aun comúnmente aceptados. El abanico de recomendaciones es amplio, desde generar condiciones para que la pequeña crezca siendo una mujer segura de sí, honesta, atenta y sobre todo consciente de su valía, hasta temas como la apariencia física, el reconocimiento de las diferencias, el matrimonio y el deber de agradar que suele recaer en las niñas, entre muchos otros que dan cuenta de la convicción de la autora sobre la plena igualdad que debe imperar entre hombres y mujeres. Dentro de las quince sugerencias me resonó una en especial. «Sé una persona plena» dice Chimamanda haciendo un llamado directo, casi increpando, a su amiga a encontrar en su quehacer, trabajo, un espacio de plenitud y bienestar. Pero va más allá. Es una llamada a superar el concepto
Por María Paz Garafulic Litvak, socia y directora de Confín Ediciones y directora fundadora de Fundación Había Una Vez.
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de la maternidad como una pausa en la vida de la mujer, como una suspensión temporal de su capacidad de goce y crecimiento. Como lo reafirma en otros capítulos, su plenitud, será un modelo a seguir para su hija, para que integre, a medida que crezca, que el ser mujer y madre no es un obstáculo para la concreción de sus potencialidades y sueños, sino más bien una oportunidad. En lo que nos atañe más cercanamente, la lectura y el lenguaje, surgen dos bellos llamados, no exentos de humor. «Enséñale el amor por los libros… mediante el ejemplo» y si es necesario «págale para que lea. Recompénsala». Como hizo una mujer que ella conocía que pagaba a su hija cinco centavos por página… «una empresa cara, pero una inversión que vale la pena». Porque leer, sostiene, le permitirá entender el mundo y cuestionárselo, la ayudará a expresarse y llegar a ser aquello en que desee convertirse. La lectura es entonces, para la autora, uno de los ejes de la educación en general y de la educación en el feminismo en particular. Recomienda también enseñarle a su
hija a cuestionar el lenguaje, porque las palabras crean realidades y fijan estereotipos, prejuicios y creencias. El lenguaje puede perpetuar formas de opresión y a la vez, dar espacio para el cambio y para la superación de los paradigmas de una cultura basada en la supremacía del hombre. Valiosos consejos para las madres, pero también para los padres de niños y niñas y para todos quienes tienen la enorme responsabilidad de educar en contextos más justos, igualitarios, solidarios y respetuosos. Un mensaje para que los seres humanos puedan construir una vida, el devenir, que deseen, desde su interior, capacidades, aptitudes y valores y no desde el imperativo impuesto por una sociedad que aún no reconoce suficientemente la intrínseca igualdad entre hombres y mujeres. En síntesis, una educación en el feminismo, pero también en la justicia y la esperanza.
«Enséñale a tu hija que los roles de género son una solemne tontería». (Fragmento de Querida Ijeawele, Cómo educar en el feminismo)
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RECOMENDADOS POR NUESTRO
COMITÉ DE VALORACIÓN
Lectura en pañales
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Primeros lectores
Lectores
Lectores avanzados
Grandes lectores
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Pipí, caca y mocos
Comité de Valoración
Escritora: Sophie Dussaussois / Ilustradora: Amélie Falière Editorial: Océano Travesía
Año: 2018
¿Has pensado qué necesita tu cuerpo para que esté en forma? ¿Sabes qué son los desechos y los nutrientes? ¿Sabías que el cabello te protege del sol y el frío? En este libro podrás conocer más de las cosas que nos causan curiosidad, hallar las respuestas de aquellas preguntas que quedaban sin responder, y descubrir cómo funciona tu cuerpo, cómo funcionan las plaquetas cuando te caes y te haces una herida, cómo la sangre se coagula y se transforma en costra o de que existe un pigmento llamado bilirrubina que es el responsable del color amarillo de la orina y que si bebes mucha agua tu pipí será amarillo claro.
Recomendación: Primeros lectores
Una propuesta entretenida, visualmente atractiva que nos lleva a comprender más sobre nosotros, nuestra fisiología, naturalizando aspectos corporales tan cotidianos como son los mocos, el pipí y la caca. La autora logra naturalizar la escatología como algo completamente normal, al combinar preguntas, humor y datos biológicos sobre nuestra fisiología humana, dando la posibilidad de realizar una lectura de carácter informativa, reflexiva y eficaz.
La vida amorosa de los animales Recomendación: Lectores
Escritora: Fleur Daugey / Ilustradora: Nathalie Desforges Editorial: Océano Travesía
Año: 2017
Todos los animales, desde insectos a peces, tienen la capacidad y necesidad de seducir para preservar su especie. En este entretenido libro informativo ilustrado, se nos cuenta sobre el amor y reproducción entre animales, derribando muchos mitos y extendiéndolos también a la vida amorosa y sexual de los seres humanos. Libro bien documentado y lleno de curiosidades que sorprenden y dan gusto de aprender, como que hay animales que pueden cambiar de sexo a su antojo, que hay muchos animales homosexuales, que existen bailes y regalos para cortejar y que también hay familias de animales que duermen toda la vida en la misma rama, porque el cuidado de su clan es lo más importante. Es un libro interesantísimo que desarma algunas estructuras rígidas de nuestra sociedad y que puede aportar mucho al aprendizaje de niños y jóvenes. HABÍA UNA VEZ | 105
Los derechos de los niños (un árbol de pan, un abrigo y una nube donde jugar) Recomendación: Lectores
Autora: María José Ferrada Ilustradora: Francisca Yáñez Editorial: Planeta
Año: 2018
«El niño y la niña cruzan la puerta. Del otro lado, está la voz de la madre, el abrazo del padre y todos los colores del día. El niño y la niña ponen su silla encima del mundo, se sientan. Hablan. No importa su color, su edad. No importa el nombre de su dios. No importa si son niño o niña. Dicen que su raza son todas las flores amarillas, dicen que su país es un territorio de canela. Los niños deciden rodear la ciudad, formar un hilo que todo lo una y todo lo sane. Los niños abrazan el mundo y el mundo les sonríe». ¿Sabes que todo niño y niña tiene derecho a ser nombrado, protegido y educado, a no ser discriminado, a tener una vida sana y segura? ¿Sabes que los derechos son inalienables, que no se pueden quitar y universales, que son para todos? Este libro es una invitación, un acercamiento a veintitrés relatos inspirados en cada uno de los derechos de los niños y niñas. Escritos por María José Ferrada, quien los desglosa con sencillez, los enumera como las listas que hacen los niños, siempre desde la mirada pequeña y su relación con todo aquello que debe configurar su entorno, un nombre hecho de sal y nubes, una casa tibia o una manta que sirva contra el frío. Versos acompañados de ilustraciones adosadas al papel, miniaturas dibujadas a grafito, escenarios a manos de Francisca Yáñez, quien interviene las páginas logrando que ambos lenguajes se fusionen, cada palabra construya una imagen que resuene como un sonido fuerte para que el mundo lo escuche, empatice y nosotros les garanticemos su respeto, pues la humanidad debe al niño y a la niña lo mejor que puede darle. No hay que olvidarlo, como no se debe olvidar que existe un árbol de pan, un árbol de leche que le pertenece a todos los niños y niñas. La hibridez de la propuesta resulta muy interesante. Por un lado, es un libro ilustrado que trata sobre los derechos de los niños, donde cada derecho está acompañado de un texto poético y una ilustración que le otorga distintas capas de lectura, desde el derecho como tal, la interpretación de la autora y la mirada visual de la ilustradora. Una tríada que logra suscitar en el lector empatía, emoción y reflexión más allá de la edad. Terminar el libro con un texto informativo que permita profundizar sobre el tema fue una buena decisión, al entregar más detalles sobre el camino que se tuvo que transitar hasta llegar al año en que todos los estados miembros de las Naciones Unidas aprobaran unánimemente el texto de la Convención, incluido Chile.
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Axolotl
Comité de Valoración
Autora: Andrea Maturana | Ilustradora: Alejandra Acosta Editorial: Loqueleo
Año: 2018
Axolotl, escrito por Andrea Maturana e ilustrado por Alejandra Acosta es un libro álbum que funciona como un homenaje a Julio Cortázar. También es una invitación para adentrarse en el mundo de este destacado autor, hay muchos guiños a otras de sus obras, pero es con el cuento Axolotl con el que dialoga directamente, adoptando otra perspectiva.
Recomendación: Lectores avanzados
Las ilustraciones evocan paisajes acuáticos surreales que permiten que el personaje principal, un escritor de origen axolotl se vaya adaptando a la vida en la tierra; se acuesta sobre piedras buscando las aguas que algún día habitó: «Ya no vive en el agua; dejó de percibir el mundo con sus ojitos vestigiales, su impresionante olfato y sus extrañas agallas externas». Estas mismas ilustraciones evolucionan con las emociones de este axolotl ahora hombre. Las imágenes transitan entre paisajes acuáticos y etéreos a construcciones urbanas y muy rectas que evocan la imposibilidad de nadar y moverse libremente como antes. Las lágrimas como única posibilidad de conectar con su hábitat natural. Axolotl se va a acostumbrando a ser humano, sin perder el sentimiento de incomodidad. Nos recuerda que todos somos, fuimos o seremos axolotls, habitando terrenos a los que muchas veces nos cuesta pertenecer y es en la escritura donde el protagonista se encuentra: «las palabras fluyen y comienzan a ser suyas».
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Un mundo raro Autora: María José Ferrada / Ilustraciones: Motoko Toda Recomendación: Lectores avanzados
Editorial: Ediciones Libros del Cardo
Año: 2017
María José Ferrada caracteriza a seis niños que poseen distintas y peculiares habilidades, podrían ser defectos. Pero la autora se encarga de mostrarlos como virtudes que los diferencian. El libro está dividido en tres secciones: una presentación de cada niño y sus habilidades, y luego dos llamadas «otras historias», en donde los personajes y sus habilidades interactúan entre ellos. Profundizando la visión del texto se deja entrever una metáfora del bullying y la diferencia como una virtud y no como un problema. En base a breves textos narrativos, la obra instala sutilmente temas difíciles de abordar como el bullying y las diferencias interpersonales. Además de mostrar a la amistad como nuestra «brújula» construida por todos quienes nos rodean. Existe una delicadeza al tocar temas tan actuales como complejos. Se establecen varias capas narrativas que, de forma poética, van mostrando diversas situaciones de los niños en un mundo imaginario y abstracto en donde todo parece ser posible. Así, María, Sara, Juan, Rodrigo, Antonia y Carolina poseen cada uno una habilidad que los distingue del resto. Habilidades muy particulares que se sitúan al borde de entre lo admirable y el objeto de juicio social.
Marcamos la diferencia en literatura infantil y juvenil Representamos a numerosas editoriales, tales como: A buen paso, Apila, Brief, Combel, Diábolo, La Fragatina, Norma Cómics, Patria, Parramón, Tramuntana, etc.
Seleccionamos libros que tratan de una amplia temática: valores, sexualidad, integración, ciencia, historia, ciudadanía, entre otros.
Libros álbum Cómics infantiles y juveniles Libros de conocimiento para todas las edades Literatura clásica Audio libros
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Ventas institucionales: caterina.paglia@bibliografica.com
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Estamos todas bien
Comité de Valoración
Autora e ilustradora: Ana Penyas Editorial: Salamandra Graphic
Año: 2017
«Entre todos me casaron… yo al principio no quería, él era mucho mayor que yo, pero al final pensé… mira, me caso con el médico y así salgo del bar». Relata Maruja. «No, no, no. De eso no se hablaba… a veces hacía alguna broma, muchas mujeres no lo disfrutaban y jamás tuvieron un orgasmo…», señala Herminia.
Recomendación: Lectores avanzados
La autora elige a sus abuelas para contar la historia de toda una generación de mujeres, de vidas heroicamente anónimas. Abordando con profundidad y crudeza sus biografías de postergación y entrega. Dos historias de vida, que permiten reflexionar respecto de la memoria histórica, la represión, la mirada feminista de una época. En Estamos todas bien, su autora emplea un sinnúmero de recursos ilustrativos, dibuja sobre fotografía, emplea texturas, se apoya en collages e ilustra magistralmente la cotidianidad de dos mujeres de pasado brillante con un presente en extinción, negadas durante toda su vida por la sociedad y relegadas a los papeles secundarios, siempre a la sombra de un «otro». En este cómic están también relatadas las historias de vida de nuestras abuelas y sobre sus hombros, nuestras vidas, consecuencia y resultado de postergaciones y sacrificios que hoy posibilitan a otras mujeres un espacio de protagonismo y reconocimiento.
HABÍA UNA VEZ | 109
Pequeño Ciudadano es una colección de libros informativos que involucra a jóvenes lectores en temas de interés público
Colección
Se exploran temas en tres ámbitos: Historia y sociedad, Ciencias y Patrimonio cultural edicionesSMChile ediciones_sm edicionessmchile 110 | HABÍA UNA VEZ
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Me llamo Lucy Barton
Comité de Valoración
Autora: Elizabeth Strout Editorial: Duomo
Año: 2016
Lucy, una sensible escritora, ha tenido algunos problemas con lo que sería una cirugía menor y debe permanecer hospitalizada por más de dos meses. Al cabo de tres semanas se siente absolutamente desanimada: extraña mucho a sus hijas y su marido tiene poco tiempo para visitarla. Cuando la tristeza la está consumiendo, aparece su madre, a quien no veía desde que dejó su miserable casa en la juventud. Tratando de unir fragmentos de una relación deteriorada, en los cinco días que dura la visita, Lucy y su madre van sacando recuerdos del pasado para tratar de cerrar las heridas que dejaron años de padecimientos y necesidades. Colgada de las conversaciones que tuvieron en aquellos días, la Lucy de la actualidad repasa todas las etapas de su vida e intenta mirar con franqueza los roles que ha asumido en su camino.
Recomendación: Grandes lectores
Novela íntima y emotiva que repasa el transitado tema de la relación madre e hija. Desde la perspectiva de la protagonista, el complejo mundo de las interacciones familiares va pasando frente a la mirada del lector, no con el objetivo de juzgarlo, sino más bien, con la idea de asumir que cada vida es una historia única.
Pájaros desde mi ventana Recomendación: Grandes lectores
Autora: Elvira Hernández Editorial: Alquimia Ediciones
Año: 2018
«Echar a andar motores es un signo de época. Del siglo que recién pasa como mariposa huidiza. Nunca hemos de flotar en el espacio. Somos un planeta con rotación y traslación. Nuestro fuselaje reluce como los sueños». Pájaros desde mi ventana, un vuelo poético sobre la reciente obra de la galardonada poeta, ensayista y crítica literaria Elvira Hernández. Un poemario que se presenta como un pequeño inventario de pájaros, donde la ornitología nace desde la observación aguda de reconocimiento y memoria. Versos que dialogan desde el título con el lector, interpelándolo desde la sagacidad de la palabra, la palabra que llega al poema para decirnos algo, para identificar el plumaje, el vuelo y el canto de tiuques, gaviotines, tórtolas, y tantas aves que nos llevan a mirar al otro, al humano que convive en una época en donde sólo nos vemos en las pantallas que iluminan el mundo.
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La princesa de hielo Autora: Camilla Läckberg Ilustradores: Léonie Bischoff – Oliver Bocquet. Editorial: Maeva Ediciones
Año: 2015
«Cuando sea mayor daré la vuelta al mundo, pero acabo de morir en extrañas circunstancias». La escritora Erica Falck debía escribir un texto sobre la vida de Alexandra, su mejor amiga de infancia a quien encontró muerta, a quien no veía hace más de doce años. Esto, sin saber que a medida que más se adentraba en los detalles de su vida, más entendería la sensación de que la verdadera historia iba por debajo de las palabras. Novela gráfica basada en La princesa de hielo, la primera novela de la saga de crímenes Fjällbacka, publicada en 2003, convirtiéndose en una de las obras más traducidas y leídas de Camilla Läckberg, autora referente dentro de la literatura policíaca y connotadísima dentro de las letras nórdicas. Läckberg presenta al misterioso pueblo de pescadores, Fjällbacka, a través del regreso de la escritora Erica Falck y el aparente suicidio de su amiga de infancia. Erica junto al policía responsable del caso, el detective Patrik Hedström, un antiguo compañero de colegio, serán los encargados de escudriñar los secretos que todos en Fjällbacka quieren olvidar.
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Recomendación: Grandes lectores
REVISTA HABÍA UNA VEZ
Edición Nº27 | Año 2018 Directorio FHUV: Ricardo Ariztía Clara Budnik Bettina Chiffelle Evelyn Didier Rebeca Domínguez María Paz Garafulic Vivian Lavín Leonardo Moreno Miguel Yaksic
Comité de Valoración: Amparo Arias, Trinidad Cabezón, Jorge Cancino, Bernardita Cruz, Anita Domínguez, Macarena Fernández, Cristián Gajardo, María Paz Muñoz, Ofelia Muñoz, Tere Mujica, Álvaro Soffia, Daniela Sánchez, Francisca Santibáñez, María José Tapia y Elisa Villanueva.
Agradecimientos: A todos quienes participaron en este número.
Coordinación Revista HUV Directora Ejecutiva: Magdalena Palma Editora: Josefa Torres Directora de Arte: María Paz Muñoz C.
Ilustración de portada: Sol Undurraga
Equipo FHUV: Trinidad Cabezón, Alejandra Castillo, Carmen Paz Hernández, María Paz Muñoz, Alejandro Oyarce, Magdalena Palma, Daniela Sánchez, Josefa Torres y Elisa Villanueva. Comité Editorial: Claudio Aguilera, Rebeca Domínguez, María Paz Garafulic, Hugo Hinojosa, Constanza Mekis, María Paz Muñoz, Magdalena Palma, Manuel Peña y Josefa Torres.
Ana Hasbún | p. 12 Mokaiccino | p. 20 Jabakok | p. 30 Pipidummy | p. 38 María Paz Muñoz | p. 54 Conifrán | 64, 67, 73, 75, 78 Paula Balbontín | 62, 66, 71, 74, 76 ISSN 0718-7009
Colaboradores: Paolo Acevedo, Magdalena Aguayo, Claudio Aguilera, Pati Aguilera, Claudia Andrade, Evelyn Arizpe, Sara Bertand, Cecilia Beuchat, Violeta Boyd, Bernardita Bravo, Pep Bruno, Cata Bu, Carmen Cardemil, María Eugenia Coeymans, Berta Concha, Bernardita Cruz, Pilar Echeverría, Emil Ferris, Frannerd, Verónica Herrera, Hugo Hinojosa, Francisca Jiménez, Jennifer King, Lola Larra, Constanza Mekis, María Isabel Molina, Ofelia Muñoz, Ana María Pavéz, Manuel Peña, Loreto Salinas, María Luisa Silva, Fran Solar, María José Tapia, Sol Undurraga, Paola Uribe, Verónica Uribe, Paula Vásquez, Camila Valenzuela y María José Viera-Gallo.
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Representantes legales: Rebeca Domínguez y María Paz Garafulic San Francisco de Asís 216 Las Condes, Santiago. (+562) 32659725 / 32659728 contacto@fhuv.cl Impreso en GraficAndes
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HABÍA UNA VEZ | 113
ISSN 0718-7009