Había Una Vez Nº25

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Había Una Vez REVISTA DE LIBROS Y LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL

N°25 AÑO 2016


EDITORIAL

Florecen los libros sobre nuestro patrimonio natural

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legó la primavera! y cuesta quedar indiferente a sus aromas, sus colores, los brotes de flores en cada árbol y el sonido de los pájaros cantando desde temprano en la mañana. Junto a ella, vemos cómo han florecido en nuestro país los libros, autores e ilustradores interesados en nuestro patrimonio natural. Pese a que el boom de los libros informativos lleva un tiempo, temas como flora, fauna, ecología, ciencia y botánica de Chile están empezando a tomar una fuerza inesperada. Cada vez son más los actores que desde diversas veredas (investigación, ilustración, narración) han retomado la ruta iniciada por los primeros naturalistas, que recorrieron y registraron los distintos paisajes y especies de nuestro extenso y diverso país, dejando un enorme legado. Partimos de la base de que nuestro entorno nos importa.

Y mucho. No solo lo admiramos por nuestros paisajes y la vida que esconde, sino que también sentimos que es nuestra responsabilidad. Por eso, en este número de Revista Había Una Vez conectamos el trabajo de los primeros exploradores naturalistas con el desbordante talento de los ilustradores científicos y botánicos de hoy y damos cuenta de cómo los nuevos libros reviven apasionadamente la naturaleza, poniendo el énfasis en lo local y llamandonos a conocer, querer, cuidar y proteger lo que es nuestro. Los invitamos a esta pequeña muestra de naturalismo del siglo XXI. Contamos con una portada de una ilustradora de lujo, con entrevistas a varios referentes en el tema, reportajes de cómo ha ido evolucionando este mundo y, por supuesto, los mejores títulos que son la prueba de todo lo anterior. ¡Bienvenidos y que la disfruten!

Magdalena Palma Directora Ejecutiva Fundación Había Una Vez


Índice 04

Entrevista

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Columna

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Reportaje

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La ilustración botánica está en flor

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Chile, el país imaginado por la literatura

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Nuestra tierra de leyendas

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La naturaleza a través de un libro informativo

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Las mariposas de la biblioteca

48

Descubrir la naturaleza en la ciudad

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Columna

58

Nuestro Ilustrador

66

Recordando a...

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Mis favoritos

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Dosis de lectura

74

Recomendados

76

Mediadores

90

Comité de valoración FHUV

96

Novedades


ENTREVISTA Por Magdalena Palma, directora ejecutiva de Fundación Había Una Vez

Alicia Hoffmann, investigadora del Instituto de Ecología y Biodiversidad, escritora e ilustradora de libros de ecología:

“ Me gusta hacer libros que PERMITEN a los niños interesarse en la observación de la naturaleza” Médico de profesión, al poco tiempo de titulada cambió su rumbo y descubrió que lo que quería era estudiar la naturaleza y cómo esta se relaciona con las personas. La ecología se ha convertido en su gran pasión. Pronto se dio cuenta de que hacer libros para niños y adultos sería su camino para transmitir la importancia de conocer y proteger el entorno. Aquí, nos transmite su disfrute al estudiar el planeta.

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Forma parte del Instituto de Ecología y Biodiversidad, una corporación de institutos de investigación de ecología dependientes de las universidades de La Serena, Santiago (Católica y de Chile), Concepción, Valdivia y Magallanes. Trabajó haciendo talleres de ciencia para niños que, liderados por Bruno Phillipi, se abrían lugar en distintos colegios como una actividad muy solicitada. Ahí fue donde descubrió que a los niños les encantaba la iniciativa: “los niños me esperaban en la puerta, ansiosos por empezar el taller. De hecho, una niña me dijo una vez que los talleres eran lo mejor que le había pasado”. Pero a los 6 años se cansó y, como una aparición divina, “pensando en mi futuro, en qué iba a hacer, se nos ocurrió hacer libros para niños”. Así empezó su largo camino por la fusión del estudio científico y la manufactura de libros, que ella misma ilustraba manualmente a partir de fotografías. Una vez publicado el primero, Aves de Chile (RIL, 2000), fue perfeccionando la fórmula y diseño hasta producir libros de gran calidad informativa y estética. Años después,

Ilustraciones de Alicia Hoffmann

legar a entrevistar a Alicia a su casa, comunica tanto como sus libros. Alejada del ruido en la Comunidad Ecológica de Peñalolén, vive como en el campo, rodeada de un frondoso jardín lleno de especies que han ido recolectando con su marido. Se mezcla un chagual a punto de florecer, con el aroma de las fresias, el vaivén de unas suculentas voladoras que cuelgan de un añoso árbol y unas codornices que caminan por el jardín, haciéndose espacio entre los perros. Sobre la mesa, unas ilustraciones de animales y aves recién terminadas para un próximo proyecto. El tiempo parece detenido en este mágico lugar, pero Alicia no se detiene nunca. Está llena de planes en marcha relacionados con su gran pasión: la ecología.

“Los niños me esperaban en la puerta de su clase, ansiosos por empezar el taller de ciencia” HABÍA UNA VEZ

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El Alerce, bajo el sello de Amanuta, recibió la Medalla Colibrí, distinción de Ibby Chile y el Centro Lector Lo Barnechea, por ilustrar y dar cuenta del desarrollo histórico del alerce en Chile. Más tarde, todos sus libros, salvo este, los ha ilustrado ella, a mano, con lápiz y pluma, en base a fotografías. ¿Cuál es su verdadera pasión? ¿La investigación o el dibujo? -A mí me gusta hacer cosas. Me gusta estudiar. Y los libros me han permitido eso. Libros que no son parte del currículum, pero que amplían o complementan los temas que estudian los niños, con la idea de interesarlos en la observación y en el estudio de la naturaleza y la ecología, en las relaciones positivas y negativas de las personas con lo que las rodea.

“Estos libros funcionan porque están hechos con ejemplos de animales y plantas que existen de verdad, lo que les abre el mundo a los niños con una visión más amplia” 6 | HABÍA UNA VEZ

Pero esto debe haber sido muy pionero porque antes la ecología no era tema... -Es cierto que el interés por la ecología ha aumentado mucho en los últimos años. En el apuro de que todo lo que está pasando, el daño que se le está haciendo al planeta, hay más conciencia y se hace necesario vivir en forma más ecológica. ¿Cómo ha sido este camino? -Mi primer libro en esta línea fue Aves de Chile (2000). Era un libro sencillo porque es una página por cada especie. Cada una es un tema en sí. No hay otro libro en Chile en el que exista tanta información de cómo viven, cómo comen, cómo hacen sus nidos las aves, además de que se incluye mucho dato de cada especie. Pero hay que decir que ninguno de estos libros los he hecho sola: siempre se hace en equipo, en el que se incluye un ecólogo y un especialista porque cada uno aporta lo que sabe. Ahora, al equipo se incorporó un ingeniero y una diagramadora editora. Ecología del agua, por ejemplo, tuvo un mejor diseño. Este libro fue elegido en el programa de difusión de apoyo a los niños del Ministerio de Educación, entidad que compró 246.000 libros, lo que fue un ingreso importante para el Instituto, pero sobre todo, un auténtico éxito para nosotros, un reconocimiento, ya que sus contenidos lo hacen importante. ¿Por qué cree que funcionan estos libros? -Este y el resto de los libros funcionó porque están hechos con ejemplos de animales y plantas que existen. Son libros integradores. Estas informaciones les abren el mundo a los niños, con una visión y un conocimiento más amplio y de una forma más entretenida que la que sale en los textos escolares. Por ejemplo, incorpora fórmulas que permiten comparar las imágenes del mismo arbusto tanto durante el invierno como en el verano. O comparar a distintas plantas en diferentes zonas del país.


¿De dónde viene ese gusto por conocer este mundo que nos rodea? -Soy doctora pero ejercí en el hospital San Juan de Dios solo 6 meses y no lo resistí. En ese tiempo oí que venía un profesor alemán a organizar un instituto de investigación en botánica. Y me dije: “¡eso quiero hacer yo!”. Solo tenía que cruzar la calle para poder hablar con aquel profesor, al que me imaginaba como Darwin, pero que era mucho más joven. Así, renuncié al hospital. El placer por este mundo es de familia. Vivíamos junto a la familia de mi prima, Adriana, ocho años menor que yo. Salíamos de paseo con mis tíos, de excursión a la cordillera. Ellos sabían mucho de naturaleza, les interesaba todo. Sabían mirar y admirar. Mi padre era más bien práctico: le gustaba y sabía mucho, pero ellos eran además, soñadores. En la familia, todos dibujábamos. La Adriana pintó durante mucho tiempo; mi hermano era un estupendo dibujante (¡y dibujaba de memoria!). Mis cuatro hijos también han pintado en alguna ocasión y entre mis nietos también hay varios artistas. ¿Cuáles son los grandes mensajes que te gustaría transmitir? -Ahora estamos trabajando con problemas referidos a la relación del hombre con los ecosistemas y los efectos positivos y negativos que ejercen las actividades humanas sobre dichos ecosistemas. En caso de tratarse de influencia negativa, el foco está en transmitir qué se puede hacer para compensarla o disminuirla. Ese es un foco bien directo en el libro que estamos haciendo ahora. Pero, sin duda, lo más importante es aprender a apreciar la belleza de las cosas y las relaciones ecológicas que existen entre ellas; las relaciones entre animales y plantas; las relaciones entre polinizadores y dispersores de semillas; los depredadores… en fin, todo lo que hacen los seres vivos para relacionarse entre sí y cómo las personas hacemos uso de la naturaleza en nuestro favor, y también cómo le producimos daño y cómo deberíamos aprender a reparar el impacto.

¿Cómo llega uno hasta las generaciones más jóvenes? -A mí me gusta hacerlo a través de los libros. Hay una tendencia muy fuerte a leer en ebook, pero el poder transmitir el gozo que uno siente al hacer un libro no tiene comparación. Por ejemplo, un árbol puede inspirarnos para contarle a un niño o a un adulto sobre cómo funciona ese árbol. El aspecto estético de las cosas y de conocer cómo funciona aporta mucho, porque es lo que más cariño expresa. Por otra parte, el ejemplo de cómo viven tus padres y la gente que te rodea es muy importante. ¿Hay un boom de libros de naturaleza? Hoy hay muchísimo más interés por los libros de naturaleza, pero no todos ellos se compran demasiado. Es decir, en las librerías no tienen mucha venta. En mi caso, el que más se vende es

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Aves de Chile, ya que hay un interés directo por reconocer cuáles son las aves que se pueden ver, por describirlas y adquirir más información acerca de ellas y de sus hábitos. Pero debe ser muy estrecha la colaboración entre la ilustración y la información. Si fuera solo texto sería aburrido; si solo fuera ilustración, creo que el libro quedaría cojo. ¿Qué opina de cómo se está desarrollando el mundo de la ilustración de naturaleza? Hay mucho, muchísimo trabajo y bueno. Se están haciendo unos dibujos preciosos. También creo que se está intentando hacer más atractivos unos temas que son muy interesantes, pero que quizá no han logrado transmitir su importancia si no están acompañados de una bonita estética. Por eso, la tendencia es a poner especial dedicación a la ilustración en este tipo de libros. ¿Cuáles son los grandes temas ecológicos que interesan a Chile? No soy una voz autorizada para hablar de estos temas, pero uno de los asuntos que me preocupa personalmente es que la educación está carente de un enfoque hacia lo que es nuestro. Y esto lo digo en el sentido de que sería muy positivo educar para conocer y aprender a cuidar, para después poder saber cómo evitar que se destruya parte de la naturaleza. En la actualidad, en los colegios no se enseña lo de aquí, no hay identificación propia, y solo se expone el tema de manera muy universal, muy general y amplia. Esto resulta ser muy anónimo. Mi orientación -que es la misma orientación que tiene el Instituto- es la de estudiar las relaciones ecosistémicas aquí, en nuestra tierra, estudiar nuestra fauna y nuestra flora. El siguiente paso es enseñarlo también a los demás (a los niños y adultos) y despertar el interés, el cariño y el saber que todos podemos hacer algo por solucionar los problemas ecológicos que azotan a nuestra naturaleza.

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Cuéntenos de su próximo libro que trata sobre minería y ecología. La minería tiene muy mala imagen en cuanto al medio ambiente. Pero lo cierto es que Chile es un país minero. De hecho, el cobre es la fuente más grande de ingreso. El nuestro es el país que tiene más reservas de cobre en el mundo. Es decir, el cobre va a seguir siendo necesario y es inevitable que Chile siga comprando y vendiendo cobre. Leí el otro día que en los próximos años la mitad de la producción del cobre nacional se extraería entre la IV (La Ligua) y la VI región (Rancagua). Eso repercute en una enorme alteración en los ecosistemas. Lo único que podemos hacer es enseñar a los mineros lo mismo que se les enseña a los niños. Por eso, el libro tiene una parte de economía y otra, de la historia de la minería, desde cuándo empezó el hombre a trabajar la piedra para hacer puntas de flecha, por ejemplo, de cómo se descubrieron los minerales y la historia del cobre en Chile, desde los pueblos precolombinos hasta el siglo XX, con la gran minería. Que la gente conozca con dibujos, fotografías, gráficos cómo se ha ido expandiendo interesa mucho. Y, al mismo tiempo, que se vea cómo afecta a las comunidades del altiplano, el uso excesivo del agua, su contaminación junto con la del suelo y el aire. Pero es necesario aprender a manejarlo, a disminuir en lo posible este impacto negativo. ésta es la idea de hacer el libro. Si bien las minas producen un impacto ecológico importante, hay formas de manejarlo y deben preocuparse de las comunidades locales. Hasta 1960 no había conciencia de que la minería producía daño. Los relaves y residuos se tiraban al mar, al desierto y así pasaba. Solo desde entonces empezó a conocerse. Y esto se ha disparado en los últimos años. ¿Cómo es su relación con la lectura? He sido muy lectora siempre. Me gusta mucho estudiar. Mi libro clásico es Confieso que he vivido, de Pablo Neruda, con una linda descripción de los bosques del sur.

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COLUMNA

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Por Ivonne Reifschneider, fundadora y presidenta de la Fundación Huilo-Huilo

La magia del mundo natural La naturaleza es fuente inagotable del pensamiento y la imaginación

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os primeros acercamientos a la naturaleza y a la magia de los cuentos, la poesía, las leyendas y las fábulas fue, en mi caso, a edad muy temprana, y siento que me marcó profundamente. Esta experiencia me sumergió en un mundo que ha sido fuente de imaginación y motivación a lo largo de mi vida.

Chile es un país de grandes atributos naturales que, a menudo, pasan desapercibidos o son subvalorados, siendo muchas veces casi invisibles o inexistentes. Nuestros bosques, montañas, cursos de agua y el imponente Pacífico, han sido claves en el desarrollo cultural y del pensamiento de nuestros pueblos originarios, teniendo una fuerte influencia a través de la Historia. Todo esto forma parte de nuestro patrimonio natural y cultural que es la base de la identidad, autoestima y oportunidad de desarrollo sustentable del país. Reconocidos naturalistas como Rodulfo Amando Philippi, Claudio Gay, Marianne North, María Graham y Charles Darwin, entre muchos otros, recorrieron nuestro territorio registrando valiosos testimonios. Se maravillaron con la belleza y la singularidad de las especies, muchas de ellas endémicas, las que fueron describiendo e ilustrando en hermosas láminas o notas de viaje. Sus testimonios fueron esenciales para conocer la diversidad de nuestros ecosistemas y poder apreciarlos.

“La experiencia de un niño en contacto con la naturaleza, le permite acceder a un mundo sorprendente y dinámico” 10 | HABÍA UNA VEZ

Su impacto en los niños La experiencia de un niño en contacto con la naturaleza, le permite acceder a un mundo sorprendente y dinámico, que cambia constantemente, renovándose a través del ciclo de la vida presente en las estaciones del año. La magia de los otoños con bellos colores que van desde el amarillo ocre, anaranjado y rojo muy profundo; cielos claros, transparentes y estrellados, que cambian desde un azul intenso, pasando por blancas y suaves nubes a grises y negros amenazantes cuan-


do se desata una tormenta y el silencio de los inviernos nevados seguido del renacimiento de la vida animal y vegetal en bosques, praderas, y montañas. Es fundamental que cada niño desarrolle esta capacidad de observación, que le permitirá conocer y vivenciar por sí mismo los sucesos, hacerse su propia opinión de las cosas transmitiendo con fundamento y seguridad lo observado, desarrollando un pensamiento propio, personal, crítico y argumentado. Su testimonio, a través del relato, tomando notas y escribiendo o dibujando lo que vivió, constituye una base fundamental para el desarrollo del pensamiento, la imaginación y de su propia capacidad para asombrarse con la naturaleza. Si bien esta experiencia directa con la naturaleza es muy importante, a través de la literatura y de los libros se logra una herramienta fundamental para llevar a más niños el testimonio del misterio de bosques, montañas y pequeños seres que son parte de ecosistemas integrados, en que cada uno tiene un papel esencial en el ciclo de la vida. No solo el bosque y las montañas son un mundo para conocer y encantarse, sino también lo es la fauna nativa, que es totalmente desconocida y su personalidad tímida y críptica hace aún más difícil un encuentro con ella. La naturaleza se funde con la imaginación La aventura de sumergirse en este mundo tan cercano, pero tan desconocido a la vez, es recurso inagotable de conocimiento. La ilustración y la fértil imaginación de un niño acercan su pensamiento a este mundo natural, desentrañando misterios y valorando la vida en sus diversas y variadas formas. Las obras serán testimonio y creación, no solo de adultos, sino también de los niños que las integrarán a su vida. Acercar a los niños este mundo natural y mágico es parte esencial de su crecimiento e identidad que quedará grabado en recuerdos, aventuras y vivencias indelebles en su mente y, principalmente, en su capacidad de apreciar el patrimonio, porque solo lo que se conoce se puede valorar y cuidar realmente.

Ivonne Reifschneider López, chilena, es hija y nieta de inmigrantes alemanes, suizos y españoles. Sus primeras vivencias estuvieron estrechamente ligadas a la naturaleza. Su familia sureña le permitió conocer el bosque nativo y recorrer maravillosos paisajes, teniendo estrechos encuentros con la fauna propia de ese lugar. Su madre la introdujo en el mundo de las letras y la poesía desde muy temprana edad. Las entretenidas e interesantes lecturas de cuentos, fábulas y leyendas de su padre, le enseñaron a apreciar, durante numerosas caminatas y recorridos en el valle de Santiago, y a aprender y conocer sus valores naturales. Todo esto marcó definitivamente un modo de vida apegado a una visión mágica de su entorno. Arquitecta de profesión, muchos de sus trabajos han estado inspirados en la naturaleza, aún en una época en que no era una tendencia habitual. Ha incursionado en el mundo literario y docente, y en la actualidad está ligada al desarrollo social sustentable a través de la Fundación Huilo Huilo, de la cual es fundadora y presidenta. Con esta organización ha impulsado proyectos de conservación del bosque húmedo templado, promoviendo estudios, investigaciones y publicaciones que permiten conocer y entender los ecosistemas, parte de la identidad e historia de nuestro país. Además, ha realizado talleres para la comunidad basados en este pensamiento, definiendo una nueva mirada hacia cada integrante del bosque, logrando acercar el patrimonio natural y cultural a las comunidades del territorio.

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REPORTAJE

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La ilustración

botánica está en flor

Ilustraciones de María José Herrada

La ilustración botánica vive uno de sus grandes momentos. Florece con frescura y perfección. Siguiendo el camino de los exploradores y viajeros de antaño, apasionados por la observación del siglo XIX, en nuestro siglo y en nuestro país esta práctica artística está alcanzando cotas muy altas. Y todo porque disfrutamos de unos ilustradores muy talentosos. Vamos a hacer un recorrido por la historia de la ilustración botánica y la actualidad, pasando por los más bellos y detallados dibujos de naturaleza. Por Isabel Molina, periodista, directora de Grafito Ediciones y socia de Plop! Galería.

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ara los otros niños era un roble. Para mí era un nothofagus macrocarpa. Tener un abuelo ingeniero forestal y un padre que trabajó en el Departamento de Ecología de la Facultad de Biología de una universidad moldeó mi percepción de la naturaleza. No fui la única. Pertenezco a una generación que aprendió a reconocer su entorno a través de las enciclopedias, programas como Al sur del mundo y los juegos al aire libre. Una generación que actualmente se ha reencontrado con la flora y fauna también a través del dibujo de creadores que, seducidos por la inagotable gama de formas que adquiere la flora, se dedican en forma profesional o como pasatiempo a la ilustración botánica. Lo que todos tienen en común es la fuerte atracción por observar con detención y paciencia un determinado espécimen con el fin de extraer aquellos elementos únicos que solo puede captar el ojo humano y no una lente.

Al igual que muchos de estos ilustradores, en algún momento (en mi caso, en la adolescencia) realicé un herbario. Tomando como guía el libro Plantas medicinales de uso común en Chile, de Adriana Hoffmann, me adentré en la tarea de estudiar las propiedades y formas de las plantas para después buscar las especies y almacenarlas adecuadamente. Hoy ese interés sigue vivo a través de la creación de libros y de exposiciones. Un momento dulce para la ilustración botánica En la actualidad, la ilustración botánica vive un gran momento. Las charlas y presentaciones de libros relacionados con ella se llenan. Fue el caso de la presentación de Plantas de los bosques de Chile, de Martin Gardner, Josefina Hepp y Paulina Hechenleitner. Ilustrado por Gülnur Eksi, Isik Güner y Hülya Korkmaz, fue publicado por el Royal Botanic Garden Edinburgh en mayo pasado en la Biblioteca Nacional, asociado a la exposición Chile, naturalmente bello, abierta entre abril y agosto de 2016 y que congregó a cientos de personas.

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Los primeros trazos El trabajo de campo fue una de las principales características de la labor que desarrollaron los primeros naturalistas en el territorio chileno. Según los estándares de las ciencias naturales, entre los siglos XVIII y XIX estaba todo por descubrir, analizar y clasificar. Herborizar, es decir recoger plantas silvestres para estudiarlas y coleccionarlas, era una actividad indispensable en la metodología de los hombres de ciencia que llegaron desde Europa a Chile para localizar nuevas especies vegetales. Durante esa época sobresalen nombres como el del sacerdote francés Louis Feuillé (1660–1773), uno de los pioneros de la investigación botánica en Chile, y Amadée Frazier (1682–1773), ya que ambos realizaron los primeros estudios de la flora en nuestro país. Registro de su paso por aquí y de sus observaciones son las valiosas publicaciones Relation du voyage de la mer du sud aux cotes de Chili et du Peru (1716) y Journal des observations physiques (1714 y 1725).

“El trabajo de campo fue una de las características de los primeros naturalistas. Entre los siglos XVIII y XIX estaba todo por descubrir, analizar y clasificar”

Alianza de diferentes disciplinas La travesía de estos viajeros sentaron las bases para los siguientes estudios sobre botánica. Es destacable cómo en el siguiente siglo estos trabajos estuvieron cruzados con otras disciplinas, no solo científicas, sino también pertenecientes a las ciencias sociales y humanidades. Es el caso de Historia Física y Política de Chile, de Claudio Gay (1800 – 1873), obra monumental que supuso 11 años de viajes por Chile y una vasta descripción de la vida social y política, además de las referentes a la flora y fauna de este territorio. Similar a la anterior en cuanto a la amplitud de sus contenidos es la obra de Ignacio Domeyko (1802-1889), naturalista polaco que recorrió Chile, dedicado a temas relacionados con la mineralogía principalmente, pero que también abordó las costumbres, saberes y prácticas desarrolladas en Chile por sus habitantes en diversas localidades.

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Otro destacado investigador en este ámbito fue Rodulfo Amando Philippi (1808-1904), cuya gestión al mando del Museo de Historia Natural incluyó la creación del Jardín Botánico. A partir de sus travesías por el norte y el sur de Chile es un ejemplo de la férrea disciplina con que los naturalistas asumieron sus tareas de investigación. Mujeres exploradoras En la labor de exploración y registro destacan en este período María Graham (1785–1842) y Marianne North (1830–1890). Ambas nacidas en Inglaterra, visitaron Chile con una diferencia de varias décadas. Mientras que Graham llegó en 1822; North lo hizo en 1884, por sugerencia del naturalista inglés Charles Darwin. Sus registros tienen diferente tono, inscribiéndose el de Graham en una crónica de su paso por el país que involucra un retrato de la sociedad de la época y escenas de la vida cotidiana, así como también descripciones de localidades, las que se acompa-

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ñaban de ilustraciones de las especies de distintos paisajes y, dentro de estos, de plantas nativas, lo que se puede leer en su obra Diario de mi residencia en Chile (1822). La estadía de North, en cambio, estuvo destinada desde un inicio a realizar su labor como ilustradora botánica. Durante cuatro meses, se dedicó a pintar flora chilena, legando un detallado trabajo que se puede apreciar en la galería ubicada en el Royal Botanic Gardens, de Kew, en Inglaterra. En 1999, la editorial Pehuén publicó La flora chilena bajo la mirada de Marianne North, de María Victoria Legassa y Antonia Echenique, que da cuenta de la contribución de la ilustradora y naturalista al conocimiento de nuestro patrimonio natural. Entrada triunfal al siglo XX El desarrollo de esta disciplina se vería apuntalado por nombres como el del abate Ignacio Molina (1740–1829), Eduard Poeppig (1798–1868) y Pedro Pissis (1812–1889). A principios del siglo


XX sobresalen nombres como Carlos Muñoz Pizarro; Eugenio Sierra, español que llegó a Chile en el Winnipeg y que regresó a su tierra después de 1973, y Fusa Sudzuki, ingeniera agrónoma y botánica especializada en árboles frutales, quien recibió, en 1994, el Premio Amanda Labarca de la Universidad de Chile por su trayectoria y obra. El desarrollo de publicaciones durante esta centuria estuvo aparejado a la instauración de las carreras universitarias ligadas a la botánica, desde la Ingeniería Forestal a Paisajismo. Y, por otro lado, la fundación de jardines botánicos en Viña del Mar, Valdivia, Punta Arenas y Hualpén (Concepción), al interés cada vez mayor del público general por conocer nuestro medio ambiente.

“Hoy las redes sociales son las principales herramientas de los profesionales de la ilustración científica”

Voces actuales del naturalismo Si en el siglo XIX Claudio Gay se demoró cerca de tres décadas en publicar los 30 volúmenes de su Historia física y política de Chile, hoy las redes sociales son las principales herramientas de los diversos profesionales dedicados a la ilustración científica. La disciplina sigue fusionando la ciencia y el arte en un lenguaje visual específico, además de continuar basándose en habilidades como la ejecución de una práctica del dibujo impecable, una observación detallada de los especímenes a plasmar y la prolijidad del trabajo final. La ilustración de animales, plantas o cuerpos humanos (en libros de medicina) se enmarca dentro de este amplio concepto de la ilustración científica. La representación fiel de la morfología del modelo implica un frágil equilibrio entre la representación figurativa y la abstracción. Estas permiten al autor resaltar las características fundamentales a registrar, que junto al uso de escalas conforman la ilustración botánica. Esta disciplina se incluye a su vez en una categoría más extensa: el arte botánico, en el que el autor experimenta más libremente composiciones, temáticas y técnicas. A este respecto, entre los nombres más importantes en Chile destacan Francisco Ramos, quien

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dibujarla”. Hay que decir que Lira ha realizado exposiciones para indagar sobre los cruces entre artes visuales y dibujo botánico. Algo similar comparte la ilustradora Elisa María Monsalve, quien se formó con Geraldine y está por comenzar un libro de huertos: “En Chile se ha ido gestando algo muy bueno en torno a la ilustración. Hay una tendencia muy fuerte que indica que algunos trabajan en torno a la ilustración botánica más ‘dura’ y otros lo hacen de una manera más libre. Pero ambos métodos tienen el mismo propósito, eso sí, que es difundir y propagar el conocimiento de las ciencias”. En ese espacio aparecen los nombres de Loreto Salinas, por ejemplo, quien publicará próximamente con Hueders un libro para niños que incluye coloridas imágenes de flores chilenas. O de las ilustradoras argentinas María Elina, Cecilia Afonso Esteves, quienes, como señala Monsalve, trabajan en torno a referencias científicas y botánicas, pero todas llevadas a imágenes surrealistas y oníricas.

ha formado a un gran número de jóvenes en su taller y ha trabajado junto a la botánica Adriana Hoffmann, Patricia Domínguez, Felipe Portilla, Geraldine MacKinnon y Andrea Ugarte. La ilustración de hoy Sobre el momento en que vive la ilustración botánica, Andrea Lira, quien estudió esta disciplina en el New York Botanical Garden (y en Chile con Ramos y MacKinnon), señala que “en general, ahora hay una mayor demanda por aprender a dibujar y estudiar a las plantas, por lo que muchos ilustradores colaboran con botánicos para compartir conocimientos y salir de excursión para identificar especies de flora nativa y luego

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Próximas experiencias Una aproximación a estas tendencias se realizará en PLOP! Galería a través de una exposición que se inaugurará el 12 de noviembre bajo el concepto de naturaleza ilustrada y que incluirá los trabajos de Andrea Ugarte, Francisco Ramos, Geraldine MacKinnon, Elisa María Monsalve, Loreto Salinas, Antonia Reyes y Andrea Lira. El objetivo es mostrar la ilustración científica y otras ilustraciones que incorporan elementos o temas relacionados con la botánica, dando cuenta del diálogo que tiene lugar entre los autores y las tradiciones. Talleres, espacios para sembrar talento Este tipo de formación también prolifera, así como las publicaciones en redes sociales de ilustradores explorando técnicas aplicadas a esta disciplina. Los talleres abiertos al público son el


espacio de aprendizaje e intercambio de quienes se dedican hoy a la ilustración botánica. Francisco Ramos realiza su taller en Herbarium, lugar ubicado en Peñalolén, que ofrece otros cursos ligados al ámbito como, por ejemplo, uno dedicado a huertos. Por su parte, Geraldine MacKinnon ofrece talleres en su casa, bajo diversas modalidades. Desde hace unas semanas está impartiendo talleres monográficos y bien específicos, y de corta duración: solo flores, vegetales comestibles, solo de moluscos y crustáceos que se encuentran en la arena, etc. A ello se suman sus cursos en la Universidad Católica y una experiencia muy novedosa que es el Curso de Ilustración Botánica de Campo, una expedición al bosque chilote en dependencias de la Fundación Senda Darwin. Realizado en Ancud, Chiloé y organizado por el IEB (Instituto de Ecología y Biodiversidad), dura varios días, en los cuales los alumnos tienen la posibilidad de realizar una experiencia formativa realmente intensa. Monsalve, quien fue parte de su primera edición, explica que ahí es donde “se genera una instancia única porque todos los asistentes aman las plantas y quieren aprender sobre ellas. Allí se aprende de ilustración botánica, pero también a observar un bosque, las diferentes plantas, empiezas a entender la morfología y comportamiento de los musgos, las epífitas, conoces cómo clasificar las hojas, se abre un universo inesperado”. La próxima versión se realizará entre el 18 y el 27 de noviembre de 2016 y participan también las profesoras Javiera Díaz y Fernanda Oyarzún.

El arte y la ciencia en la vida cotidiana El interés por la botánica también se refleja en la creciente producción de objetos de uso cotidiano que incluye representaciones que se inspiran en esta disciplina. Si bien la ilustración botánica se realiza con fines de divulgación científica y su medio de circulación son las publicaciones de esta categoría, cada vez es más común verlas plasmadas en libretas, stickers, postales y textiles, creados por las diferentes marcas. Es el caso de Hued Hued, dedicada a la creación de papeles murales y textiles ilustrados con elementos chilenos (entre ellos patrones florales), y el de Acaena, Kai Kai y Flor de Chile. Así, la ilustración naturalista nos conecta con el medio ambiente y con el territorio en que habitamos, cuyos rincones visitamos cada vez que abrimos una página bellamente ilustrada.

Otra modalidad que supone una herramienta a la hora de formar en ilustración botánica son los talleres interdisciplinarios como el que ofrecerá Andrea Lira y al que ha llamado “Experimentación con pigmentos florales para capturar la naturaleza”. Se realizará a finales de noviembre en su taller y contará, además, con la presencia de una experta en plantas medicinales, de manera de poder abordar paralelamente la alquimia para hacer los pigmentos y las técnicas de dibujo botánico y pintura.

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REPORTAJE

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Chile, el país imaginado

por la literatura

Julio Verne, Daniel Defoe, Herman Melville, Edgar Allan Poe y Neil Gaiman se inspiraron en el maravilloso paisaje americano en general -y el chileno, en particular- para componer el entorno ideal y fantástico de sus obras. Es posible que los niños de aquella época solo vieran estas bondades de la naturaleza como un imaginario de fantasía, gracias al ojo explorador de estos autores.

Ilustraciones de Elisa Monsalve

Por María José Frazzoni, redactora mariajosefrazzoni@gmail.com

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n El forastero misterioso, Mark Twain se refiere a la vida como una visión y un sueño donde nada existe, excepto el espacio vacío en el que no somos más que un pensamiento, criaturas inventadas por nuestra propia fantasía. Mientras que George R.R. Martin, (autor de Juego de Tronos) uno de los grandes creadores de ficción, sostiene que un lector vive mil vidas antes de morir en comparación con quien no lee. Y es que sabemos que los libros son dispositivos efectivos para detonar la imaginación sin establecer límites, como si fueran tierras sin fronteras por las que cualquiera puede transitar sin necesitar pasaporte. Lo más cercano a viajar Aunque hoy nos parezca un concepto poco exclusivo, hubo un tiempo en que leer era privilegio de pocos, probablemente el momento más preciado era sentarse a escuchar historias y dejarse envolver por las palabras que tomaban forma antes de desaparecer en la nada. Sí, eran otros tiempos, escuchar historias de aventureros que emprendían excursiones por tierras nunca

antes exploradas era lo más cercano a viajar, y quizás, la única manera posible de conocer el mundo. La literatura entregaba un espacio ilimitado para vagar por la infinita imaginación, en soledad o en compañía de personajes eternos, revelaba lugares de naturaleza inextinguible e indestructible que liberaba la mente para soñar otros mundos, cada vez mejores. Chile, inspirador de historias Entre estos mundos, apareció en medio de la geografía literaria, el paisaje más austral del mundo, generando la fascinación precisa para inspirar las obras de grandes novelistas a través de sus singularidades. Chile, en la fantasía universal, construido por quienes nunca estuvieron aquí, pero que supieron de nuestro país por lecturas, relatos o simplemente porque imaginaron el paisaje, emerge como un territorio aislado, ubicado en los confines del mundo, sacudido por terremotos y volcanes. Por la enorme diversidad de paisajes y climas, la visión que los europeos tenían de Chile en el siglo XIX, era la de un país de lo más salvaje y

“Eran otros tiempos: probablemente el momento más preciado era sentarse a escuchar historias y dejarse envolver por las palabras que tomaban forma antes de desaparecer en la nada” 22 | HABÍA UNA VEZ


tropical lleno de especies animales y vegetales que aún no llegaban al Viejo Continente, mientras que sus habitantes eran más parecidos a criaturas de la mitología clásica que a personas del mundo civilizado. El tiempo y la nave imaginaria de Verne Como un náufrago, Julio Verne, navegó entre la monotonía de una sociedad escéptica frente a los productos de la imaginación y sus conocimientos geográficos adquiridos a través de numerosos viajes. Para la época era un adelantado. Su interés por la revolución industrial y adelantos tecnológicos, lo llevó a encontrar un cauce de expresión para la desbordada fantasía de su literatura, convirtiéndose en un especialista de los relatos de viajes y aventuras de corte científico. Entre las extravagantes situaciones que se le presentaban y los momentos poéticos que con dramática tensión combinaba, Los hijos del capitán Grant fue una de sus más apasionantes y mejores novelas.

Para crear la ambientación perfecta, Verne fue capaz de saltar las barreras del tiempo y el espacio para trasladarse, bajo la mirada de los emigrantes europeos de 1800, a una tierra virgen y áspera. De esta manera las aventuras de la novela se centran en el viaje de Mary y Robert, los hijos del capitán Grant, quienes parten a bordo del Duncan en busca de su padre que ha naufragado; para encontrarlo solo cuentan con las indicaciones de un mensaje suyo hallado en el mar, dentro de una botella. Las coordenadas los llevan a navegar por el océano para llegar hasta donde los puntos aislados se van uniendo, los contornos se hacen conocidos y, finalmente, surge el nuevo continente, con sus lagos, riachuelos y ríos, con sus montañas, valles, aldeas y ciudades que se despliegan en todo su esplendor. Verne se inspiró en un Estrecho de Magallanes en el que desde su horizonte se distinguían las costas bajas de la Patagonia. Y a través de su nave imaginaria, el Duncan, navegó por numerosos manantiales de agua potable, bosques, ríos de abundante pesca,

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despertando el vuelo de las aves bajo los rayos del sol austral. Y así, era seguido por las atentas miradas de los fueguinos, desde las desérticas rocas de Tierra del Fuego. La naturaleza mística de la Cordillera de los Andes inspiró un capítulo entero de esta historia, en el que se describen las vértebras inferiores de la enorme espina dorsal en que se apoya toda la armazón del Nuevo Mundo. Aquí la travesía comienza en el paso de Antuco, con un cielo puro y la brisa marina refrescando los ardores del sol que se ocultaba entre los inmensos bosques, cuyos árboles tocaban las nubes con sus copas. El cielo más claro del mundo inspiró las noches de los personajes en lo alto de la cordillera cubierta de nieves perpetuas con brillantes estrellas que formaban la Cruz del Sur para guiarlos. Los zorros, llamas, chinchillas, focas y ballenas también tienen lugar en medio del paisaje fértil de este relato, pero es la figura del cóndor la que aparece como reina de los Andes del sur. El ave se transforma en el protagonista amenazante al intentar llevarse por los aires a Robert, atrapado entre sus garras. Defoe, del escritor a la isla Las islas más australes de nuestro país, donde el cielo se une con el océano y el horizonte,

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“Julio Verne navegó entre la monotonía de una sociedad escéptica y los conocimientos geográficos adquiridos en sus múltiples viajes”


“Si bien Robinson Crusoe se inspira en la isla desierta del Pacífico donde vivió Alexander Selkirk, su descripción recuerda a otros lugares del mundo”

desaparece en el infinito, entrelazándose con los hielos eternos. Se convierte también en una postal que ha servido como fuente de inspiración para otros grandes novelistas como Daniel Defoe y Herman Melville. La puerta de entrada a la Patagonia, ese lugar mágico donde la vida se desarrolla a su ritmo, la naturaleza no solo es un testigo de la historia, sino que también es capaz de desatar cuadros de fantasía y ficción incomparables. La obra más famosa en esta categoría es Robinson Crusoe, la novela de Daniel Defoe basada en el verídico naufragio del marinero escocés Alejandro Selkrik, en el archipiélago de Juan Fernández. Enmarcada en la literatura del siglo XVIII, a través de los recursos de la ilustración y la influencia del movimiento romántico, se entrega por completo a la imaginación y la subjetividad con libertad de expresión e idealización de la naturaleza. De esta manera, la capacidad para transportar al lector al universo creado por Defoe, convierte a Robinson Crusoe en una obra maestra de la literatura universal, recomendable para todos. Si bien la novela nace como inspiración de los cuatro años que Alexander Selkirk pasó en una isla desierta que hoy lleva su nombre, la ambientación que el autor escogió para el relato se centra en Inglaterra, Marruecos, Brasil, Portugal y España. Du-

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rante el desarrollo de la novela, la isla ficticia del archipiélago real, en la que el protagonista vive 28 años se ubica cerca de la desembocadura del río Orinoco, en la zona ecuatorial del Océano Atlántico, con una descripción climática, de fauna y flora lejana a la realidad de nuestra isla austral. El protagonista navegaba por cuevas en la penumbra del alba entre frondosos árboles con espinas, descansaba en playas donde el sol quemaba la arena, exploraba valles cubiertos por neblina y su fiel amigo era un loro en un lugar donde los gatos se multiplican a gran velocidad. Sin embargo, la relación entre la obra y Chile deja como herencia el bautizo de la que hoy conocemos como isla Robinson Crusoe, que pasó a llamarse así en honor a la fama mundial de la pieza literaria. La costa chilena, musa de Melville En las mismas aguas australes se inspiró también Herman Melville, otro autor que se abrió paso en la literatura de fantasía y aventura de un mundo por descubrir. Con la historia de Benito Cereno, el autor desarrolló un estilo reconcentrado, denso y muy ambiguo, sin abandonar el tono épico de sus novelas anteriores. Al desmarañar las historias de sus protagonistas como un juego de espejos con un constante intercambio de roles, la transformó en su obra más inquietante.

Las reflexiones del protagonista, el Capitán Délano, siempre giran en torno al mar, nuestras aguas, que se transforman en la musa inspiradora de Melville. Luego de anclar en la bahía de una isla desierta del litoral chileno, describe el amanecer de las costas de Chile como una totalidad gris donde todo es silencio y calma, donde el mar, aunque cruzado por las largas ondas del oleaje, parece fijo, con la superficie bruñida como un plomo ondulado que se ha enfriado y solidificado en el molde de un fundidor. El cielo aparece siempre totalmente gris. Y las bandadas de aves de color gris turbio estrechamente entremezcladas con jirones de vapores de un gris igualmente opaco pasaban a rachas en vuelo rasante sobre las aguas, como golondrinas sobre un prado antes de una tormenta. Para Melville y sus personajes siempre hay sombras presentes en este lugar, que anuncian la llegada de otras más profundas. Aunque uno no quiera ser parte de esta historia, a veces deprimente, su atmósfera entra sin permiso en el cuerpo del lector para quedarse. Las historias de hielo de Allan Poe Nuestro continente blanco es también un territorio que ha llamado la atención de escritores de distintas latitudes. Las aventuras de Arthur Gordon Pym, la única novela de Edgar Allan Poe

“Experiencias de vida y muerte, barcos fantasmales, cadáveres que se aparecen en las aguas del sur, hambre y sed de pesadillas: ingredientes básicos para Poe”

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y uno de sus textos más misteriosos y extraños, repleto de detalles que parecen ser símbolos y sugerencias que han hecho correr mucha tinta a los analistas literarios, concluye sobre el suelo de nuestro frío territorio. La obra es un diario de viaje de un marino aventurero que pasa por todo tipo de situaciones en su odisea. Con realismo a lo largo de la historia, Poe describe con precisión y gran detalle las características de la geografía visitada y los comportamientos de las aves que observa en la costa insular. No hay precisión sobre el origen de los conocimientos que Poe tenía sobre estos antecedentes de la Antártica, ya que en ese entonces había muy poca literatura científica al respecto, y en América se desconocían los detalles de los grandes viajes que Poe describe con enorme precisión. Experiencias de vida y muerte, barcos fantasmales llenos de cadáveres que se le aparecen de camino a las aguas del Pacífico Sur. Hambre y sed de pesadillas. Tras penurias terroríficas, Las aventuras de... es un viaje a los misterios que esconde nuestra tierra en los confines del mundo. Poe se transforma en el cultor de un mito propio para la Antártica. Una Antártica fabulosa, con aguas tibias que llegan al polo, con hostiles habitantes negros y gigantes custodiando entradas al interior del mundo. Estructura mítica que volverá a representarse varias veces más, en esa frontera entre la ciencia y lo imaginario que continúa rondando al legendario del continente blanco. El mundo de fantasía para Gaiman Para Neil Gaiman (autor inglés, conocido por su novela gráfica El hombre de arena, además de El océano al final del camino, Coraline, Stardust... ), los libros eran sueños al alcance de la mano, y quizás para los niños del pasado, los paisajes de Chile fueron solo lugares fantásticos; tal vez las inmensas ballenas que solo se ven en las heladas aguas del sur del mundo o las majestuosas aves cordilleranas solo podían pertenecer al mundo de los sueños y cobrar vida en la imaginación.

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REPORTAJE

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Nuestra tierra

de leyendas Un hermoso recorrido por Chile de una forma muy particular. A través de mitos y leyendas inspiradas en nuestra geografía, nuestra flora y nuestra fauna, se transmiten las historias de generación en generación como narraciones orales que plasman la imagen y las creencias de nuestra cultura.

Ilustraciones de Virginia Donoso

Por Manuel Peña Muñoz, escritor y especialista en literatura infantil y juvenil. www.elcaballerodelosalerces.cl

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n tiempos de la Conquista, los españoles avanzaron hacia el sur desde Perú y llegaron al desierto nortino. Al pasar por el interior de Iquique, un español se enamoró de la hija de un cacique. La pidió en matrimonio, pero el cacique le dijo que se la entregaría a condición de que hiciera florecer el desierto. El español enamorado cavó la arena y apareció un hilillo de agua. Reverdeció el valle y floreció un oasis con limoneros, mangos y papayos. Había nacido el poblado de Pica que quiere decir “una flor en la arena”, en lengua quechua. Más al sur, los lugareños creen en el alicanto, el ave de alas doradas que sobrevuela las montañas para guiar a los mineros por los senderos andinos. Pero si el pájaro advierte que lo están siguiendo, desorienta al ambicioso hasta desbarrancarlo. Solo conduce a la mina de oro al lugareño que no ambiciona riquezas, pues premia al desinteresado.

El místico norte Entre Copiapó y Coquimbo existió una joven enamorada de un minero. Un día, el apuesto joven se fue a los cerros en busca de una veta de oro, pero nunca más regresó. La joven murió de pena llorando al amado ausente. La lluvia mojó su sepulcro y al día siguiente había flores rojas sobre su tumba. Había nacido la añañuca que salpica de rojo el desierto florido… En esta región también se realizan las pruebas de la Noche de San Juan, la noche del 23 de junio, que es cuando se puede ver el futuro debajo de una higuera. Quien se ponga bajo su follaje a medianoche, aprenderá a tocar la guitarra con toda la facilidad del mundo. En esta noche misteriosa hay que lavarse las manos y la cara con agua de vertiente, pedir tres deseos y mirar hacia la cordillera para ver cómo salen volando desde el cerro los brujos a celebrar su aquelarre. La imaginación florece en el valle central En una casa de barro, una vieja cuenta la historia de La flor Lililá al calor del brasero. La flor es especialmente mágica ya que sus pétalos pueden curar la ceguera del rey. “No me toques, pastorcito, ni me dejes de tocar Mi hermano mayor me ha muerto por la flor Lililá” Tres hermanos han ido a buscar esta flor milagrosa custodiada por un dragón encantado, pero solo el menor de los tres regresará con ella, tras vencer al guardián de fuego. Más allá, al interior de San Felipe, un viejecito de ojos celestes cuenta fantásticas historias de animales que hablan con voz propia: El caballito de los siete colores y Los pájaros jugaron a la chueca, son algunas de ellas. El que habla es el tío Ventura que relata sus cuentos y leyendas en una casa del valle del Aconcagua, como un Homero de nuestros campos.

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“Un minero se fue en busca de oro, pero nunca regresó. Su enamorada murió de pena. La lluvia mojó su sepulcro, generando flores rojas sobre su tumba. Había nacido la añañuca”

Los legendarios caminos del sur Más al sur, por los campos de San Vicente de Tagua Tagua, una mujer se untó la cara con ungüentos mágicos para salir de la casa transformada en oveja, pero cuando regresó no encontró la pomada y permaneció para siempre convertida en animal. En vendimias y cosechas, se narran los cuentos La carreta sin bueyes y El toro de los cachitos de oro. Marta Brunet se preguntó una vez: “¿Por qué la loica tiene el pecho colorado?” Y se respondió a sí misma con una hermosa narración poética en torno al avecilla que sobrevuela los campos del río Maule. El tesoro mapuche Los mapuches crearon la serpiente Trentren Vilú. Un día, desde el océano, apareció otra, la serpiente Caicai Vilú. Encolerizada hizo subir el nivel de las aguas. Asustados, los mapuches corrieron montaña arriba. Las aguas subieron amenazando al pueblo. La serpiente Trentren Vilú los ayudó

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porque la montaña creció en altura. Los que no alcanzaron a subir, se transformaron en peces. En este mito de origen aparecen las serpientes del bien y del mal, y se narran secuencias en las que aparecen animales y peces.

se convertían en copihues rojos en recuerdo de sus enamorados muertos en la batalla.

Y es que el mapuche siente la presencia de la naturaleza y le atribuye significados mágicos. Por eso, el moscardón representa el alma de los muertos; el grito del zorro alerta un posible robo; la culebra representa las enfermedades y peligros. Este pueblo venera a los árboles, cuidándolos como un tesoro y evitando su tala. El pehuén o araucaria es un árbol que vive miles de años alimentando al pehuenche de la cordillera. El canelo es el árbol sagrado y a su sombra se celebran las reuniones de carácter mítico ritual. A su vez, esta es zona de copihues, la flor roja de los bosques sureños. Las jóvenes mapuches subían a los árboles para ver si venían sus enamorados, pero solo divisaban humo y muerte. Acongojadas bajaban de los canelos en medio de lágrimas que

En el lago Llanquihue vive un monstruo de larga cola, semejante a un dragón. Aletean misteriosas aves sobre el cráter del volcán Osorno y sobrevuelan hombres convertidos en pájaros nocturnos, disparando flechas desde la altura. La vegetación está dominada por la fantasía. Hay plantas que devoran y flores que hacen soñar.

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Personajes mágicos de lagos, islas y canales

Al cruzar el canal de Chacao, el viajero llega a Chiloé, isla mágica por excelencia, llena de supersticiones y mitos alojados entre sus gentes. Todo lo que rodea al hombre chilote tiene su explicación fantástica hasta la humilde papa que forma parte de su dieta alimenticia. Antiguamente, un cacique del pueblo huilliche deseó contemplar a sus dioses pues sabía que cuando la tierra temblaba era porque los dioses se abrazaban. Se asomó a un acantilado donde suponía que podría verlos, pero su curiosidad fue castigada porque los dioses lo hundieron en la tierra y lo transformaron en el mísero tubérculo


que, por esa razón, tiene muchos ojos ciegos: para que nunca vieran lo que no se debe ver… En esos canales, habita la Pincoya, la hermosa joven sentada sobre un tronco de oro en medio del océano. Los lugareños dicen haberla visto con el torso de mujer y las piernas unidas en forma de cola de pez. Allí vive también el Millalobo, el rey del mar, que vive bajo el agua sentado en una piedra en el fondo del océano, con un solo brazo levantado, dirigiendo las mareas y los movimientos de los peces. Los misteriosos hielos Chiloé también es rico en predicciones agoreras. Si canta el chucao a mano derecha vendrán buenas noticias, pero si canta a mano izquierda habrá enfermedades y desgracias. Más al sur está Magallanes donde comemos el fruto del calafate si queremos regresar. Y más allá aún, el continente blanco que nos sobrecoge por su inmensidad. Allí, en medio de la nieve, hay focas, lobos marinos y pingüinos que miran asombrados con sus trajes de etiqueta. Aquí se narran leyendas de los buques que venían a

cazar ballenas en la gélida zona antártica. Algunos regresaron con su cargamento de barriles de aceite de cetáceo, pero otros no volvieron jamás. Fue el caso de un barco noruego que se hundió en las heladas aguas pereciendo todos sus tripulantes. En medio de las vastas soledades hay un cementerio de tumbas sin flores, consagradas a la Virgen de los Hielos que guarda los restos de estos marinos noruegos. Un epitafio reza: “Gracias por todo”. Al pasearnos entre las tumbas cubiertas de nieve, nos sobrecoge el silencio. El viento hace rodar la imaginación... Más allá, en una caverna escondida en medio de los témpanos, se encuentra oculto el Santo Grial, el santo cáliz que contiene la sangre derramada por Cristo en la cruz desde su costado atravesado por la lanza de Longinos. Al término de la Segunda Guerra Mundial, alguien dice que un submarino alemán trajo el Santo Grial para resguardarlo en la Antártica, donde se supone que está más seguro… Quién sabe...

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REPORTAJE

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La naturaleza a través de un

libro informativo El ser humano se ha impuesto el gran desafío de aprender sobre el entorno en el que vive. La ciencia le ha ayudado desde siempre. Pero verter la ciencia en un libro de manera entretenida, motivadora y con información rigurosa es otro arte que busca promover la formación de individuos curiosos, críticos y reflexivos. A continuación, les contamos una experiencia de cómo un libro informativo puede lograr este objetivo.

Ilustraciones de Loreto Salinas

Por Carolina Torrealba, bióloga y directora de la editorial Ciencia & Vida

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a ciencia es una manera de pensar que descansa sobre preguntas metódicas, diálogo y consenso. Es una búsqueda sinfín y uno de los más potentes desafíos que como humanidad tenemos: comprender nuestro entorno y a nosotros mismos. Pero el pensamiento crítico que la ciencia ejercita no es solo materia de laboratorios, es también una poderosa herramienta de equidad en un mundo en el que el conocimiento y el diálogo son fundamentales para construir una democracia sana y robusta. Es por ello que la cultura científica tiene un papel fundamental en la sociedad -desde la primera infancia- al promover la formación de ciudadanos más curiosos, soñadores e inquisitivos. Sin embargo, y a pesar de ello, como sociedad no nos hemos hecho cargo de esta responsabilidad, y el mundo editorial no está ajeno a esta deuda. Los libros de no ficción escasean en las estanterías locales y, más aún, los que abordan temáticas científicas; y si acotamos la búsqueda de títulos científicos en el ámbito infantil y juvenil, el escenario pasa a ser semidesértico. No es de extrañar entonces, que la noción popular de la ciencia es de una disciplina lejana, representada por seres completamente desvinculados de las preocupaciones y sentimientos de la comunidad y que se ocupa de temas ajenos a los intereses de la población común. Basta recordar al doctor Van der Dunkel en el entrañable libro El Hombre Luna, de Tomi Ungerer, aquel científico encerrado en un castillo en medio de un bosque deshabitado, que dedicó su vida a construir una nave para llegar a la luna. Quizás porque nos quedamos con esa serie de referentes que plagaron la literatura, el cine y la televisión que se explica el temor que los chilenos sentimos frente a la ciencia, según constató la encuesta de percepción ciudadana de la ciencia, recientemente realizada por Conicyt.

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Creando personas curiosas y reflexivas En Ciencia & Vida –editorial al alero de la fundación científica del mismo nombre- nuestro objetivo es contribuir a fortalecer el rol de la ciencia en la sociedad, del patrimonio natural e intelectual del país en materias científicas. Y para lograrlo, registramos el patrimonio científico y lo entregamos a la sociedad vinculado con el imaginario cultural de Chile. No queremos entregar conocimientos, queremos estimular la formación de individuos curiosos y reflexivos, ciudadanos que piensen de manera autónoma, que observen, critiquen, debatan. Que aprecien la generación de conocimiento en la sociedad; su valor cultural, económico y social. Acercar la ciencia a los niños Sin embargo, lejos de decepcionarnos, la experiencia cotidiana nos anima a actuar, puesto que encantar a jóvenes y niños con la ciencia es siempre terreno fértil. Más aún, el entrenamiento para convertirse en científico profesional pasa, en parte, por recuperar algo de nuestra infancia; el motor de la investigación es la curiosidad y el asombro, los mismos que gobiernan la infancia y la juventud, y que a veces adormecemos en la universidad y en la vida profesional. Esa capacidad de admirarse con la naturaleza y dialogar con ella, esa que nos mueve a desafiar la lógica e intentar aprehender aquello que nos turbó.

El sabelotodo quedó obsoleto. Hoy en día el verdadero valor de cualquier formación no está solo en los conocimientos; la entrega lineal de éstos es casi absurda en esta era en la que la información está a un clic de distancia. Hoy el desafío es filtrar la información, reunirla, enlazarla, cuestionarla. Fuimos educados con paradigmas que no se corresponden al mundo que nos ha tocado vivir, o sea, para un mundo mucho más estático que el actual. Es esa educación –formal e informal- que debemos cambiar con urgencia.

Para niños y jóvenes, la separación entre ciencia y naturaleza es artificiosa: la experiencia de la naturaleza va de la mano de la exploración, análisis comparados, experimentación y la cadena de nuevas preguntas que nacen de una posible respuesta. Pongamos a un niño a pasear por el litoral: observan, analizan, buscan, comparan, tocan, ordenan, cuestionan y vuelven al acecho.

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Un experimento inigualable Bajo ese paraguas conceptual nació, por ejemplo, Entremareas (Editorial Ciencia & Vida, 2015), con la idea de mostrar un ecosistema patrimonial chileno, vincularlo con nuestra cultura y con el conocimiento generado en Chile. La estrategia utilizada para todos los proyectos en los que nos embarcamos, es siempre interdisciplinar y Entremareas fue una linda muestra de ello. La idea original e ilustraciones vinieron de la mano de la diseñadora y acuarelista María José Carmona, los textos de la pluma del poeta Floridor Pérez, la edición científica del ecólogo y Premio Nacional de Ciencias, Juan Carlos Castilla. Asimismo, la interdisciplinariedad se tomó también la dirección editorial al coeditar el libro junto a Daniela Correa, directora cultural de la Biblioteca Nacional. El trabajo editorial fue entonces un experimento en sí, cuyo norte fue proveer el espacio en el cual este grupo de notables personajes pudiera encontrarse, conversar y crear, y cuyo objetivo era lograr plasmar el asombro que este equipo desbordaba. El formato resultante del proceso de edición es consecuente con las ideas inicialmente planteadas y, por lo mismo, el libro no busca entregar información,

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sino despertar curiosidad, motivar a la búsqueda de la información y generar asombro. Por ello, se eliminó el contenido educativo que alguna vez se proyectó, se creó un reverso pintable, limpio y que diera espacio a la imaginación. Adicionalmente se desarrolló una plataforma digital complementaria (www.entremareas. cl) que proporciona información adicional como punto de partida de la búsqueda: se incorporaron materiales descargables, fichas de las especies y guías educativas para su uso en bibliotecas y salas de clases. Además, la plataforma recibe a sus visitantes con un video de animación tipo booktrailer con la cueca larga, zapateada por los animales ilustrados en el libro y cantada por el músico Nikolás Botinelli. Así, el resultado de aquel proceso editorial experimental fue un proyecto que involucra un libro-escenario, muy maleable, que se pliega y despliega como un acordeón, que no sólo se lee, sino que también se canta, se baila y se pinta. Y que tiene su versión digital, animándonos a ahondar en el tema o simplemente a visitar a nuestros animales en movimiento,


intentando también ofrecer ayuda a los bibliotecarios, profesores y otros mediadores de la lectura. Aderezar con arte, música y poesía

“El sabelotodo quedó obsoleto. Hoy en día el verdadero valor de cualquier formación no está solo en los conocimientos”

Tenemos la convicción de que la interdisciplinariedad solo es posible en la medida que el trabajo colaborativo sea intrínseco al proceso de creación. La forma y contenidos finales de un libro informativo son el resultado de un trabajo editorial modelado por la conversación entre los autores, editores, instituciones y cualquier otra persona o entidad clave a lo largo del proceso. Finalmente, el hecho vincular el patrimonio científico y natural con los otros modos de expresión –muy ligados a la naturaleza- como son la poesía y la ilustración, permite construir una emocionalidad particular que logra capturar al lector en aquel ecosistema que se describe. De este modo, la naturaleza actúa como un aglutinador alrededor del cual convergen la ciencia, la poesía, las acuarelas y la música, haciendo un vínculo espontáneo, evidente y que, sin embargo, nuestra cultura y educación se empeñan por segmentar. Es imposible respetar lo que no se conoce, lo que no se quiere; es necesario conocer y admirar primero. Como ciudadanos tenemos el deber moral de conocer nuestro entorno, mostrarlo a nuestros hijos y motivar en ellos el deseo de descubrirlo, quererlo y cuidarlo. Este tipo de libros son una invitación a celebrar el asombro que nos provoca la naturaleza, aquel que como sociedad encauzamos a través de la investigación científica, a través del arte, la música, la poesía... Se busca motivar a los lectores, a detenerse, observar y asombrarse. Y lo que se admira, luego se respeta y se cuida. Y, por último, entenderlo y hablar de ello con naturalidad y rigor.

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REPORTAJE

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Las mariposas de la biblioteca El proyecto Mariposa es una iniciativa de fomento lector de la profesora y actual encargada de biblioteca infantil, Inés Rojas, que consiste en observar de principio a fin el ciclo de vida de una mariposa. Con la ayuda de una lupa y del maravilloso mundo que encierran los libros informativos y también literarios, además de la enorme curiosidad que despierta un fenómeno de la naturaleza en los niños, este proyecto es la viva prueba de que la ciencia puede transformar el saber en el placer por leer. Y viceversa.

Ilustraciones de Itza Maturana

Por Inés del Carmen Rojas Profesora de educación básica y encargada de la biblioteca infantil del colegio Institución Teresiana, de Santiago

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l proceso lector y los rápidos cambios que las prácticas lectoras están experimentando en estos tiempos son factores que invitan a realizar una reflexión pedagógica sobre el actuar docente dentro de la biblioteca infantil, especialmente en la práctica diaria. Debido a ello, les mostramos esta propuesta didáctica que ha tomado como base la incursión sobre la utilización de textos informativos como herramienta de estímulo para el hábito lector y multiplicador de las oportunidades de los niños para construir su conocimiento y abrir su mente. Todo ello unido a un proyecto de acción, observación e intervención. El proyecto Mariposa Esta iniciativa consiste en asomarse al misterio de la vida como un milagro de transformación permanente que despierta el asombro, invita a socializar, leer, escribir, investigar, cuidar, saber esperar... Y prepara las alas del corazón, para dar libertad a un ser vivo, en este caso la mariposa, que embellecerá la naturaleza, La idea surge de unir conocimientos, a través de los libros y la observación, de manera entretenida, experiencial y práctica. Criar mariposas y conocer su ciclo de vida de principio a fin fue el gran desafío propuesto a los niños. Usando los libros informativos sumados a la ilimitada curiosidad de los niños, se siguieron todas las fases de este ciclo vital. Uno de los objetivos iniciales era vincular los contenidos de dos sectores de aprendizaje de los segundos básicos (Ciencias Naturales y Lenguaje y Comunicación). Las unidades que más se acercaban al tema y que se integraron armónicamente eran “Hábitats y ciclos de vida de algunos seres vivos”, para identificar ciclos de vida de algunos animales, y “Leo un artículo informativo”, para reconocer las características del texto informativo, respectivamente. Además, los niños fueron invitados a incursionar también en la lectura complementaria del libro La cuncuna Filomena, de Gisela Hertling.

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“La idea surge de unir conocimientos, a través de los libros y la observación, de manera entretenida, experiencial y práctica”


El libro informativo, solo para curiosos empedernidos El texto informativo podría ser definido como “una puerta abierta al mundo y a las realizaciones humanas y, por tanto, un elemento de culturización incuestionable que, además, puede contribuir a la consolidación del hábito lector en aquellos niños y jóvenes que no se sienten atraídos por los libros de ficción y que, en cambio, sienten más curiosidad por el mundo que les rodea” (Mónica Baró, 1996). Otra definición más explícita (Borda, 1996) es que el libro de no ficción es aquel que permite la aproximación al conocimiento de cualquier ámbito del saber humano, estimulando la curiosidad por saber más. En resumen, diríamos que es una puerta abierta al mundo y a las realizaciones humanas; un elemento de culturización incuestionable y contribuye a la consolidación del hábito lector. La clave del libro de no ficción es compartir el conocimiento En este proyecto se utiliza el texto informativo como un guía para la promoción de la lectura

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de los niños, que les permite disfrutar, conocer, relacionar y comprender el mundo que les rodea, ya que les provee información que conduce a descubrir con sentido de asombro y fascinación. Así, leen, descubren y dominan un tema, dándoles así una satisfacción personal. Además, nos muestra modelos de pensamiento analítico (el conocimiento) y a menudo sirve como punto de partida para inquietudes que duran toda la vida (Carter, 2007). Así mismo, se necesita de un guía que les transmita a los niños sugerencias relacionadas con algunas temáticas de interés personal y, además, pueda vincular e integrar las distintas disciplinas de ese mismo tema; para que el lector se dé cuenta de que el conocimiento es un todo significativo, que solo cobra sentido, si se socializa y comparte con otros interesados. Es importante recordar que la promoción de la lectura con materiales informativos favorece el paso de la lectura literal a la lectura comprensiva crítica. En otras palabras, lleva a los lectores hasta el alto nivel de sus habilidades y competencias, contemplando siempre las posibilidades que brinda el vincular el placer de leer con el placer de saber (González, 2011), mediante una lectura integradora donde las áreas del currículum Lenguaje y Ciencias Naturales puedan dialogar, enriquecerse y potenciar nuevos aprendizajes que perdurarán por siempre. El perfil de los participantes Para el desarrollo de esta propuesta didáctica de lectura, se seleccionó a un grupo de alumnos de segundo básico, compuesto por 32 niños de alrededor de 7 años, ya que son estudiantes que ya son capaces de dominar el ejercicio básico de la lecto-escritura. Además, se caracterizan por ser un grupo que demuestra una constante motivación por conocer, investigar y compartir sus aprendizajes. Se buscaba niños comunicativos, expresivos y cercanos; ingeniosos a la hora de crear y compartir sus aprendizajes; demandantes a la hora de obtener resultados.

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“El libro informativo es un guía que permite disfrutar, conocer y comprender el mundo que nos rodea y que provee información asombro y fascinación”

Nació la motivación Durante la hora de recreo, muchos alumnos frecuentan la biblioteca. En uno de esos encuentros, los niños trajeron a la biblioteca infantil unas orugas que habían encontrado entre las plantas. Fue una gran novedad porque no conocía esas orugas y, en época de invierno, es poco frecuente observar mariposas debido a las bajas temperaturas. Les solicité que me invitaran al lugar donde las habían encontrado y me percaté del gran número que había de esta especie y que se encontraban en distintas etapas de desarrollo. Luego, había un taller con un segundo básico y los niños comenzaron a preguntar qué eran esos seres vivos y de dónde venían. Los invité a participar del proyecto Mariposa para trabajar con libros que se encontraban en la biblioteca y que podrían servir para investigar o para conocer sobre ellas. Ahí, encontramos ejemplares de textos informativos sobre insectos y textos literarios sobre las orugas y las mariposas. Luego, como forma exploratoria, se constataron los conocimientos previos de los alumnos respecto a las orugas y las mariposas por medio de una rueda de preguntas. Los niños algo sabían sobre estos insectos, pero ante la pregunta de lo que deseaban aprender sobre ellos, surgieron otras: ¿Cómo se reproducen?, ¿Qué comen?, ¿Dónde van cuando nacen?, ¿Cómo crecen?, ¿Cómo se forma el capullo?, ¿Todas comen el mismo tipo de hojas?, ¿En cuál estación del año nacen?, ¿De qué color son sus alas?, entre otras. Los libros, los grandes compañeros Hasta aquí, ya se iba dilucidando la parte preliminar. Y todo ello dio pie para que las investigaciones del proyecto de las mariposas se realizaran con exploración directa de las orugas en su hábitat y con el apoyo de una lupa, pero además con la lectura de diversos textos informativos como Insectos, de Bárbara Taylor, Invertebrados Enciclopedias Español Invertebrados Obras ilustradas, de

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George Else, La gran enciclopedia de los insectos, de Christopher O´Toole, La mariposa y la oruga (Colección Ciclos vitales), de Watts Barrie, entre otros. Pero también tuvieron cabida algunos literarios: La pequeña oruga glotona, de Eric Carle, La cuncuna Filomena, de Gisela Hertling, y El taller de las mariposas, de Gioconda Belli.

“Este proyecto no hace más que reafirmar que la biblioteca es un espacio para compartir, socializar y construir sentido entre todos los lectores”

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De los conocimientos adquiridos tanto por la revisión bibliográfica como por la aplicación de algunas etapas del método científico (focalizar-explorar-reflexionaraplicar), los niños utilizaron diferentes recursos de lectura para descubrir, por ejemplo, que el nombre científico de esta oruga es Pieris brassicae, que es una especie introducida y que habría llegado en un barco al puerto de Valparaíso de Chile desde donde logró reproducirse. Durante la hora del cuento escucharon La cuncuna Filomena, a la que durante el relato le suceden transformaciones (metamorfosis) y cuando se transforma en mariposa vuela y conversa con el sol. Una vez que terminaron de escuchar, vinieron los comentarios e interrogantes. ¿De dónde surgió la oruga?, ¿Por qué le suceden estos cambios?, ¿Cuándo no necesita de comida?, ¿Cuánto tiempo transcurre de capullo a mariposa? Un grupo dibujó las escenas de la historia y mostró su creación, los demás compañeros completaron la información escribiendo cada una de las etapas que reconocían. Para concluir, se dio un tiempo para la creación literaria de cómo comprendieron dicho proceso.


La primera mariposa Y, por fin, nació una mariposa en la biblioteca infantil y fue motivo de gran alegría para cada uno de los niños. Estaban sorprendidos de su color, tamaño y belleza. Como este momento fue mágico, la noticia fue difundida a otros niños, quienes llegaban expectantes a ver lo sucedido, en un clima de silencio, respeto y sorpresa. Tuvimos a este ser alado, tres días y para que se alimentara lo pusimos en un arreglo floral. Enternecedora fue una niña que trajo de regalo una flor para que la mariposa comiera. Con esta flor fue donde los niños vieron cómo aparecía la espiritrompa (aparato bucal de los insectos). Al tercer día liberamos a la mariposa para que volara en libertad. Los niños se despidieron de ella, como un ser especial, bello, frágil y maravilloso. Este proyecto no hace más que reafirmar que la biblioteca es un espacio para compartir, socializar y construir sentido entre todos los lectores. Un lugar donde todos nos involucramos y celebramos. Además, queda constancia de que los libros son grandes aliados de la ciencia, de la naturaleza y de la curiosidad. Los objetivos de esta iniciativa se cumplieron a cabalidad e, incluso, la comprensión lectora y la observación del proceso de metamorfosis les permitió experimentar sensaciones de asombro, sorpresa, gratitud… finalmente, el agradecimiento al milagro de la vida. Extracto del Trabajo Final de Máster “Literatura infantil y juvenil”, de la Universidad Autónoma de Barcelona, de Inés Rojas.

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REPORTAJE

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Descubrir la naturaleza

en la ciudad La vida urbana también tiene su escape, su pulmón verde; tiene un espacio donde se impone la naturaleza, que se quiere dar a conocer, jugando como local. Con libreta en mano, al más puro estilo naturalista decimonónico, en esta crónica hacemos un recorrido por algunos de los más emblemáticos parques urbanos de Santiago, para aplicar la observación y la paciencia de antaño y descubrir (y describir) las numerosas especies naturales que podemos encontrar en cada uno de ellos.

Ilustraciones de Felipe Muhr

Por Pablo Álvarez, editor de Ediciones Ekaré Sur

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A “Un día, quién sabe desde dónde, llegó hasta la franja de tierra de una calle de ciudad una ráfaga de esporas, y se formaron setas. Nadie se dio cuenta excepto el trabajador Marcovaldo, que cada mañana cogía el tranvía precisamente allí. Este Marcovaldo tenía una mirada poco adaptada a la vida de la ciudad: carteles, semáforos, escaparates, rótulos luminosos, anuncios, por más estudiados que estuvieran para llamar la atención, nunca lograba captar la suya que parecía vagar en la arena del desierto. Mientras que una hoja que se marchitaba en una rama, una pluma que se enganchaba en una teja nunca se le escapaban, no había tábano sobre el lomo de un caballo, boquete que no hiciera la carcoma en una mesa, una piel de higo aplastada en la acera que Marcovaldo no notara y no le llevara a reflexionar, descubriendo los cambios de estación, los deseos de su alma y la miseria de su existencia.” Ítalo Calvino, “Primavera”, Marcovaldo 50 | HABÍA UNA VEZ

trás van quedando los días grises, fríos del invierno y, poco a poco, con timidez, veo que aparecen las primeras magnolias soulangeanas. Se adelantan a la primavera con sus tonos blancos y rosáceos. Confirmé esto en el oratorio del Parque Bicentenario. ¿Por qué un espacio público, como un parque, tiene un oratorio en su centro? Fue la primera pregunta que me hice en mi excursión de domingo, cuando pretendía recorrer los parques urbanos de Santiago. ¿Qué quería ver? ¿Las aves de la zona central? ¿Los árboles nativos? ¿Las flores silvestres? ¿Oratorios instalados en espacios públicos? Me imaginaba a Claudio Gay, con su propia libreta en mano, en sus expediciones por todo Chile, entrando por selvas y bosques, subiendo grandes montañas solo por la posibilidad de ver un jilguero cordillerano. O viajando hasta las tierras australes para observar un pequeño churrete. Así que agarré mi guía Aves de Chile, de Álvaro Jaramillo, mi libreta de bolsillo y puse un cartel en la bicicleta que decía: Claudio Gay es mi copiloto. ¿Qué beneficios habría tenido para la ciencia si los conductores de las micros amarillas, en lugar de Jesús, hubieran llevado a Claudio Gay a su lado? Seguramente, los micreros de antaño habrían reconocido cientos de subespecies chilensis: el que


paga y exige su boleto, el que pide que lo lleven por $100, el que sube por atrás, el que se hace el dormido, el que mira embebido por la ventana, el que se golpea contra la ventana, profundamente dormido, fatigado después del trabajo, soñando con una marraqueta y una paila de huevos. Listo el plan de ruta El tramo de mi expedición fue el siguiente: Parque Bicentenario, Parque Uruguay, Parque Balmaceda, Parque Forestal, Parque de los Reyes, Parque Fluvial y un pequeño desvío al sur para terminar en el Parque Quinta Normal. En total, unos 13 kilómetros solo de parque urbano. Lamentablemente faltaron dos de los más emblemáticos: el Parque Metropolitano y el Parque O’Higgins. Pero Claudio Gay era mi copiloto, y lo importante no era recorrer la mayor cantidad de lugares posible en poco tiempo, sino observarlos, registrarlos, habitarlos por un momento.

Empieza el recorrido en el Bicentenario Partí en el Parque Bicentenario (para ir en bajadita, dirán algunos), proyectado por el arquitecto Teodoro Fernández. Me sorprendí con su pequeño zoológico, tan civilizado, tan fino: unos Phoenicopterus chilensis (flamenco chileno) daban espectáculo a todos aquellos que los sobrealimentaban. Cisnes de cuello negro, patos que aún no he logrado dilucidar a qué subespecie pertenecen, quizás alguna tagua escondida entre los juncos. Me impresionó la belleza del Agelasticus thilius thilius (trile), muy sociable, con esas alas que adivinan un amarillo intenso al momento de emprender su elegante vuelo, en el caso del macho. Me detuve un momento a mirar a los perros en cautiverio: finas razas que jugaban, con educación, dentro de una jaula, supervisados por sus amos, pequeñas extensiones de sus vidas; algunos llevaban ropas ridículas; otros, los más estrafalarios peinados. En el parque todo está nor-

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mado, sectorizado, formalizado. Hay un espacio para que los humanos adultos se recreen; otro, para que los humanos en desarrollo lo hagan; un tercero para que los humanos con revoluciones hormonales las sigan reprimiendo y, por último, un sitio también para que las extensiones de los humanos se diviertan con otros de su especie. Seguí mi camino, luego de recorrer casi el kilómetro y medio de longitud del parque. Hay una interesante ciclovía bolivariana que une el oriente con el poniente, el mundo de los ricos con el de los pobres. ¿Qué ciclista se aventuraría a recorrer entera esta ruta de unidad social? El camino lleva por el Parque Uruguay, donde se pueden ver las transformaciones del río Mapocho, cambian sus escenarios, las paredes frontales, las imágenes que lo adornan. Ahora veo menos pájaros y más humanos circulando por los bordes del parque, mirando el río, su fluir constante. El Parque de las Esculturas, en la otra orilla, alberga abigarradas formas y abigarrados amantes que retozan sobre el pasto. Veo, a la distancia, el Puente del Arzobispo y me quedo como suspendido entre la imagen del puente y la furia del río que baja sin descanso. Por un lado el río; del otro, el monumento a Rodó, de Tótila Albert: me quedaría ahí eternamente. Pero tengo una misión y debo seguir mi ruta descendente. Pedaleo por el Parque Balmaceda, que fuera proyectado por el paisajista austriaco Oscar Prager en la década del 30. Sus más de 80 años los confirman esos árboles espigados y robustos: antiguos pimientos, plátanos, encinas, pinos y algún otro árbol introducido. En el Forestal, punto neurálgico de la ciudad La Plaza Italia es el punto simbólico que por décadas ha dividido la ciudad: los de arriba y los de abajo (¿habrá sido en un tiempo la expresión “del Parque Bicentario pa’ abajo”?). Aquí comienzo mi recorrido por uno de los parques más antiguos de Santiago, y uno de los más emblemáticos y visitados, con más de 100 años de existencia: el Parque Forestal. A inicios del siglo XX, y con mo-

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“Los 80 años del Parque Balmaceda quedan confirmados por los antiguos pimientos, plátanos, encinas, pinos y algún otro árbol”


tivo del Centenario de la República, se le encargó al francés Jorge Dubois que proyectara un gran parque en el centro de la ciudad. En 1910, el país, ya con 100 años, tuvo su gran parque urbano afrancesado en plena capital. Pude ver las variadas especies de árboles que se plantaron para embellecer el entorno: pimientos, acacias, tilos, magnolios, plátanos, araucarias, pinos y palmas traídas desde el mismo Ocoa, tierra de poetas. Todo un sincretismo arbóreo. Vi perros correr libremente; vi a otros que intentaban hacerlo, pero las correas de sus amos no se lo permitían. También vi niños correr por el parque, con y sin celulares, y divertirse sobre unos juegos horrorosos; otros perseguían monstruos que mi guía de pájaros no registra. Vi a Cristian Warnken, que tenía apariencia deslavada, como en blanco y negro, como de otra época, que hablaba con un peumo al que llamaba Enrique. Parecía delirar. Lo abracé y sentí su orfandad de poeta con todos sus padres muertos. El parque se me acabó en el monumento a Prat y me acordé que no está muerto. En mi horizonte, la Estación Mapocho. Senderos que siguen los raíles de los trenes El Parque de los Reyes nace a las espaldas de la Estación. Donde antes partían los trenes hacia la costa o al norte, ahora parten los senderos hacia el sector poniente de la ciudad. Este parque joven y lleno de vitalidad recibe a los más diversos paseantes de las comunas de Santiago Centro, Renca, Recoleta, Independencia, Quinta Normal. Lo más impresionante son las vistas del río Mapocho que sigue su descenso furioso. Grandes murales, espacios muertos, vacíos, debajo de la autopista, como si se tratara de pasadizos que sólo los habitantes del río, sus personas y sus perros, conocieran. A la derecha, el río; a la izquierda, una gran laguna; arriba, Santa Teresa de Los Andes, ¿nuevamente una figura religiosa? Esta vez no fueron los Legionarios de Cristo, sino los microbuseros los que, en 1993, donaron esta imagen al recién inaugurado parque. Sigo el camino y

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veo un skatepark; veo a los muchachos saltar en sus tablas. Me detengo en las canchas viendo un partido de fútbol; aquí no juegan los blancos contra los negros ni los rojos contra los azules, sino que veo camisetas de todos los colores: Deportivo Cali, Atlético Nacional, Alianza Lima, Sporting Cristal, Millonarios, Colo Colo, Boca Juniors, River Plate, Universidad de Chile, Racing Club Haitien. El partido es entretenido, las lenguas y los reclamos son estímulos para seguir mirando. Ganó el Cono Sur al caribe: 6 - 4 fue el resultado. El corazón del río La ruta de los parques parecía nunca acabar. Ahí está el Parque Fluvial Padre Renato Poblete, en plena comuna de Quinta Normal. Veinte hectáreas de un parque que tiene un poco más de un año de vida. Las palmas son los árboles con mayor altura. El resto de las especies aún es muy joven. Los espejos de agua al atardecer son bellas postales de una ciudad convulsa, de un sol que se esconde hacia el poniente, rosáceo y anaranjado en estas fechas, que tiñe todo el ambiente. Descanso un momento y miro hacia todas las direcciones: el cerro Renca, el San Cristóbal, a lo lejos, ya más pequeño, pero siempre imponente, ese “sueño de piedras que soñamos” y que Pablo Domínguez hubiera pintado con tanto ardor. El parque más antiguo de Santiago Tengo hambre y la tarde empieza a refrescar. Me despido del río y tomo un desvío hacia el sur por Matucana. Viejas fábricas y construcciones de ladrillos que las oficinas de diseño desearían tener en sus barrios. Llego al cité Las Palmas y ya siento el olor a sopaipillas, empanadas fritas, “completos”, sánguches y ceviches. Entro al Parque Quinta Normal, quizás el más antiguo de Santiago, fundado en 1841 y refaccionado recientemente por Teodoro Fernández. La ballena azul sigue ahí, tan blanca. Los trenes siguen ahí, tan estáticos. Me acordé, de repente, de

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“Las palmas son los árboles más altos del joven Parque Fluvial. Los espejos de agua al atardecer son bellas postales de una ciudad convulsa, de un sol que se esconde hacia el poniente, rosáceo y anaranjado en estas fechas, que lo tiñe todo”


la primera novela de Joaquín Edwards Bello y de los paseos por el parque. Quise estar en el Matucana que cantara Violeta Parra. Vi la casa quemada del Tony Caluga. Sentí la humedad del parque, que fue pensado, en su origen, como un centro de experimentación agrícola. Estuve tentado de entrar al Museo de Historia Natural y ver el tiempo detenido. Pero decidí tirarme en el pasto, bajo la sombra de la gran secuoya que vive en el parque desde su inauguración

hace más de 170 años. Miré los trozos de cielo entre el follaje primaveral e inspiré profundo. Un alcornoque, un eucaliptus, una araucaria, un ginkgo. Un chincol empezó a picotear a mi lado. Seguramente buscaba las migas de la empanada que me acababa de comer. Más allá, unos niños que parecían chincoles, jugaban a ser artistas pintando imágenes de Cars, una princesa de Disney o algún minion. Y sentí esperanza por la ilustración en Chile.

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COLUMNA

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Por Memoriosa, encargada de la bitácora de “Chile para Niños”, de Memoria Chilena.

Los naturalistas en la Biblioteca Nacional Los naturalistas nos enseñaron tantas cosas acerca de nuestro paisaje y de los seres con los que compartimos esta gran casa nuestra que es la Tierra, que habría que rendirles homenaje.

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e gusta vivir en la Biblioteca Nacional porque en ella hay muchos libros y, dentro de ellos, hay historias, explicaciones del mundo y algo que a mí me interesa mucho: las flores, los árboles y los animales. Lo descubrí en uno de los salones más bonitos de la biblioteca: la sala Medina. En ella se guardan libros antiguos, mapas, cartas de navegación y muchos otros tesoros, entre ellos, unos elaborados por unos señores muy interesantes y observadores: los naturalistas. ¿Saben quiénes eran? Para que los conozcan ahora, tendremos que viajar un poco en el tiempo… Empezamos: cuando Chile se independizó de España, hace más de 200 años, se le pidió ayuda a especialistas de otros países para que pudieran investigar sobre la geografía y naturaleza de Chile. Ellos llegaron con sus lápices y sus libretas para tomar notas e hicieron los primeros informes detallados de nuestra flora y fauna, así como también de nuestros ríos, cerros, ciudades y playas. Domeyko, Philippi y Gay son algunos de los naturalistas que vinieron a nuestro país a realizar estas expediciones científicas. Y lo mejor es que muchos de los dibujos y las investigaciones que realizaron se encuentran en mi casa, la Biblioteca Nacional. Una bitácora muy especial Y como estuve pensando que tal vez también a ustedes les gustaría verlos se me ocurrió una idea. Lo subí todo a mi bitácora. ¿La conocen? Se llama “Chile para Niños” (chileparaninos.cl) y en ella voy anotando todas las cosas interesantes que encuentro en mis paseos por las distintas secciones de la biblioteca y

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por otros lugares que me gustan mucho como los museos, los parques, las calles de la ciudad. El primer tema al que los invito es Exploradores y dibujantes. Lo escribí como homenaje a los naturalistas. En él podrán encontrar un libro que, según el Búho Medina (un amigo mío, muy sabio y que, al igual que yo, vive en la biblioteca), es “un verdadero tesoro”. Se trata de uno de los tomos del Atlas de la historia física y política de Chile, del naturalista francés Claudio Gay, quien viajó a Chile en 1828 para hacer investigaciones sobre la fauna, la flora y el paisaje chileno. Escribió nada menos que 30 volúmenes dedicados a la historia, la botánica, la zoología y la agricultura de nuestro país. Y los dibujos de su atlas son tan detallados y coloridos que parece que en cualquier momento fueran a moverse, como hacen los animales y los pájaros de verdad. Los invito a recorrer sus páginas. La selección natural de Darwin En Exploradores y dibujantes, también podrán encontrar un video en el que los científicos de hoy nos hablan de la travesía y los descubrimientos de otro gran naturalista: Charles Darwin (1809-1882). Él fue un señor muy observador que descubrió que los seres vivos de nuestro planeta van cambiando a lo largo de los años porque deben adaptarse a las condiciones de donde viven. Lo mismo pasa con aquellas especies que se han extinguido (es decir, que ya no existen). El naturalista dice que han desaparecido porque no han podido adaptarse adecuadamente al medio ambiente. Eso se llama, selección natural, o sea, que sobreviven los que mejor se desenvuelven y los demás desaparecen. Seguramente estarán pensando lo mismo que yo: los naturalistas nos enseñaron tantas cosas acerca de nuestro paisaje y sobre los seres con los que compartimos esta gran casa que se llama planeta Tierra. A los amantes de la naturaleza les cuento que he anotado cosas sobre animales y plantas. Los invito a navegar y descubrir, igual como lo hicieron los naturalistas, las riquezas de nuestro patrimonio natural.

Memoriosa es el personaje principal de “Chile para Niños” (chileparaninos.cl), un sitio web infantil del espacio Memoria Chilena (memoriachilena.cl). Es una niña de siete años, curiosa, alegre y activa, que, entre otras cosas, se encarga de escribir una bitácora en la que va contando todos los descubrimientos que va haciendo en su casa, la Biblioteca Nacional o, como la llama ella, “el palacio de los libros”. De grueso pelo negro y mejillas sonrosadas, su característica más loable es que habla de asuntos de grandes traduciéndolos al lenguaje de los niños, por lo que ellos también pueden comprender todo lo que ocurre y lo que está a buen resguardo en la Biblioteca Nacional, una institución que ya tiene más de 200 años. Así , os más pequeños pueden acercarse al patrimonio nacional. Junto a sus amigos, el sabio Búho Medina (situado en la sala homónima en honor al investigador y bibliófilo, José Toribio Medina) y la Mariposa, imagen del sitio Memoria Chilena, realiza este arduo trabajo, pero tan estimulante, viviendo las más interesantes aventuras. En “Chile para Niños” se pueden encontrar los minisitios de Memoriosa, sobre los misterios de la naturaleza y sus fenómenos, la historia, la ciencia, todos muy bien guardados como grandes tesoros de la Biblioteca Nacional. Memoriosa cumple un importante rol como mediadora no solo de la lectura, sino que también de la cultura.

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NUESTRO ILUSTRADOR

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Por Claudio Aguilera, fundador de Plop! Galería

Geraldine MacKinnon, ilustradora científica:

“ Lo bello de la ilustración

científica es que, además de información, transmite la esencia del autor” Pieza clave en el resurgimiento de la ilustración naturalista en Chile, Geraldine MacKinnon lleva grabada en su genética la pasión por la naturaleza. Ha ilustrado la portada de este número de la revista Había Una Vez y nos cuenta cómo el dibujo científico debe asumir un rol en la protección de nuestro amenazado medio ambiente.

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Geraldine Mackinnon Ilustradora naturalista botánica. Miembro de la American Society of Botanical Artists, trabajó en el Royal Botanic Garden Edinburgh. Hoy, a cargo del Curso de Ilustración Botánica UC.

U Ilustraciones de Geraldine Mackinnon

n artista busca descifrar cada detalle de una caracola o del plumaje de un pájaro exótico. Observa. Elige colores. Intenta una y otra vez registrar la infinidad de gamas, texturas y matices que presenta la naturaleza. Entender la estructura del ala de una mariposa. Moldear para siempre los delicados pétalos de una flor. La escena se ha repetido sin grandes variaciones durante siglos. Lápiz en mano, hombres y mujeres han querido capturar el mundo que nos rodea a través de una técnica que exige rigurosidad, concentración e infinita paciencia. Heredera de una larga tradición que incluye a exploradores, pioneros de las ciencias y artistas viajeros, la chilena Geraldine MacKinnon es parte de una nueva generación de ilustradores naturalistas que no solo siguen manteniendo vigente el arte de sus antecesores, sino también demostrando que en un mundo de imágenes de

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alta resolución, el ojo y la mano humana siguen siendo la mejor herramienta para conocer y proteger a la naturaleza. Un largo viaje Pero tal como lo hicieron naturalistas como Claudio Gay, Alexander von Humboldt o Marianne North, ella tuvo que hacer un largo recorrido antes de llegar a su destino. Un viaje que se inició en su infancia cuando pasaba largas horas mirando enciclopedias y los libros de medicina de su papá, la llevó a querer estudiar Arqueología, para terminar Arte y Pedagogía, vivir en Isla de Pascua y perfeccionarse en Escocia, lugar de origen de su bisabuelo. “Crecí en una parcela de frutales muy linda, llena de árboles de los que se podía comer todo el año. Había conejos, vacas, chanchos, perros, culebras, ratones y pájaros”, recuerda hoy evocando una infancia donde se conjugaron la naturaleza, la

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lectura, la curiosidad y la creatividad, aspectos que han ido acompañando toda su vida. “Gran parte de mi tiempo estaba afuera jugando. Por otro lado, dibujé desde los tres años y aunque nunca entré a talleres especiales de arte, siempre hice cosas por iniciativa propia”, agrega. Con un imaginario rebosante de historietas, cine y dibujos animados de Disney de los años 40 y 50, su paso por la Escuela de Arte fue bastante distinto de lo que había imaginado y, una vez finalizada la carrera, decidió estudiar pedagogía. Fue entonces cuando su viaje la llevó a Isla de Pascua donde trabajó como fotógrafa arqueológica y profesora de Artes en un liceo local. Fue ahí donde pudo recuperar esa antigua conexión con el paisaje que los años de academia habían hecho peligrar. De regreso al continente, recibió un encargo que cambiaría su futuro: ilustrar una serie de especies isleñas, tarea que emprendió, como ella misma reconoce, con más voluntad que conocimiento.


“Cuando descubrí la ilustración de naturaleza como una posibilidad de plantearme mi trabajo, se me abrió el mundo. Era una carrera impensada para mí. No sabía que uno pudiera dedicarse a eso en Chile. Ignoraba todo al respecto. Pero me llevaba a mi raíz de niña lectora, dibujante y conectada con las plantas y animales, mis grandes amores. Así que decidí que como fuera, me dedicaría a eso, y empecé a estudiar y a practicar”, dice hoy. La ilustración botánica como carrera La semilla estaba plantada. Decidió hacer de la ilustración botánica su carrera. Para eso comenzó a perfeccionarse de manera autodidacta, comprar por internet todos los libros que podía y, posteriormente, tomar clases con Francisco Ramos, su primer maestro. Más tarde asistió a una pasantía en Royal Botanic Garden Edinburgh, donde hizo oficial su nueva profesión.

“Hace años, cuando empecé, éramos un puñado de personas entre los pocos maestros y algunas aprendices; ahora hay muchísima gente con ganas de aprender y trabajar en esto”

Actualmente, Geraldine MacKinnon es una de las ilustradoras naturalistas más solicitadas del país. Sus obras se encuentran en colecciones nacionales e internacionales, es miembro activo de la American Society of Botanical Artists (ASBA) y es artista en residencia del Museo Nacional de Historia Natural. Además, imparte el Curso de Ilustración Botánica RBGE, en el Instituto de Geografía de la Universidad Católica, ideal para todos quienes quieren dedicarse a esta labor, talleres en lugares tan diversos como la Biblioteca Nacional o Chiloé que congregan a un creciente número de estudiantes. “Hace años cuando inicié este camino, éramos un puñado de personas, entre los pocos maestros y algunas aprendices”, comenta refiriéndose al gran auge que la disciplina experimenta actualmente. “Ahora las cosas han cambiado, hay muchísima gente con ganas de aprender, de trabajar en esto o para tenerlo como un hobby muy serio. Somos un país que está recién aprendiendo este oficio, pero estoy segura de que en unos años más

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seremos muy competitivos a nivel internacional, sobre todo en botánica, que no es tan fuerte en muchos países de Latinoamérica”, reflexiona. En una época en la que la tecnología es cada vez más accesible y que permite fotos sofisticadas, parece sorprendente que la ilustración siga siendo la mejor herramienta para capturar la naturaleza. ¿A qué lo atribuyes? -Pienso que es así porque el dibujo hecho a mano es muy versátil y el artista puede seleccionar qué aspectos del modelo debe enfatizar según el criterio que guía la ilustración. En lo personal, creo que ninguna imagen es tan tremendamente atractiva ni enigmática como una bella ilustración pintada a mano. Porque detrás de la perfección y la técnica impecable hay una persona y eso nunca deja de ser impresionante. En el trabajo artístico, la autoría y el individuo son fundamentales. En la ilustración naturalista, el ‘yo’ pareciera hacerse a un lado, para dar cuenta del entorno. -En la ilustración científica también es posible distinguir las manos de los autores. Cada quien tiene un estilo y elige ciertas técnicas, aunque el trabajo sea muy realista.

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“El dibujo hecho a mano es muy versátil; creo que ninguna imagen es tan tremendamente atractiva ni enigmática como una bella ilustración pintada a mano”


Observar las composiciones ayuda mucho a reconocer a los ilustradores. Pienso que lo bello y atractivo de la ilustración de ciencias es que precisamente, además de la información que transmite, lleva la esencia del autor, el aura benjaminiana, y esto sucede solo por ser hecha a mano. Uno de los grandes desafíos de un ilustrador científico es, justamente, trabajar con científicos. ¿Cómo ha sido tu experiencia?

“Los científicos son personas muy receptivas y respetuosas del trabajo artístico. Valoran la capacidad que tenemos de llevar un objeto o un texto a una representación visual”

-Ha sido un agrado. Son personas muy receptivas y respetuosas del trabajo artístico. Valoran mucho la capacidad que tenemos los artistas de llevar un objeto o un texto a una representación visual. Es una dupla muy interesante sobre todo si ambos son abiertos de mente. Lógicamente, existen científicos y artistas más “cuadrados”, pero en mi caso he tenido la suerte de que siempre me han dado el espacio para ser yo, porque cuando científicos quieren trabajar conmigo, es porque les agrada mi forma de representar la naturaleza. Además, se estudia y aprende mucho. Eso hace que este trabajo sea muy dinámico. Con el tiempo me he transformado en toda una investigadora y estoy aplicando esta nueva habilidad en muchos otros aspectos e inquietudes de mi vida.

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Para ti la ilustración naturalista incluye un compromiso ético y político. ¿Por qué? -A través de los proyectos en los que elegimos participar, las especies que queremos retratar, las causas que decidimos apoyar, estamos enviando un mensaje hacia los demás. El hombre ha utilizado la imagen como medio de comunicación, educación y adoctrinamiento a lo largo de toda la historia. Hoy la imagen es la gran protagonista en las sociedades con gran acceso a la tecnología. Por ello, los ilustradores de naturaleza tienen un rol en la difusión de las especies y de ideas en torno a ellas. Incluso has elaborado un manifiesto Post naturalista que invita a replantear la profesión. -En este momento histórico, aunque seguimos descubriendo especies nuevas todos los días, lo crucial es procurar que lo que conocemos no

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sea totalmente destruido. Los ilustradores de naturaleza tenemos mucho que aportar en esto y existen muchas formas de hacerlo; solo tenemos que saber inventarlas. Naturaleza para niños Consciente del enorme crecimiento que ha tenido la ilustración en Chile durante los últimos años, Geraldine MacKinnon valora que se haya “posicionado como una opción de vida válida y respetable. Eso me parece fantástico, sobre todo porque antes, incluso hasta en mis años de estudiante, era considerado un arte menor. Nada más injusto y equivocado”. Frente a esta nueva oferta de libros ilustrados para niños, reconoce que, ahora que tiene una hija pequeña, está “poco a poco volviendo a mirar libros infantiles y me encanta poder volver a hacer ese camino con ella”.


Hoy los niños tienen cada vez más acceso a libros informativos sobre naturaleza hechos en Chile, como Animales americanos, de Loreto Salinas, o Chile es mar, de Patricio Otniel. ¿Qué opinas de ellos? -Son libros muy valiosos y hermosos. Un gran aporte y además un estímulo para otros escritores e ilustradores. La generación actual tiene la ventaja de contar con publicaciones adaptadas a sus edades donde se exponen los ecosistemas, flora y fauna de nuestro país. Las teorías de la educación vigente y más actuales, como la Place Based Education (Educación Basada en el Lugar) hablan de la importancia de cultivar el conocimiento y el amor por el lugar donde se vive. Este enfoque educativo plantea que mientras más conocemos y apreciamos nuestro lugar, más lo cuidamos, lo respetamos y nos interesa colaborar con nuestra comunidad. Parece una obviedad, pero estos planteamientos no tienen muchos años y no han llegado con fuerza a nuestro sistema. El que haya publicaciones donde se apunta en esa dirección, es definitivamente un enorme avance.

¿Cuál es tu visión de grandes autores, como Beatrix Potter, que han tenido un rol tan importante en la ilustración científica y en la ilustración para niños? -Me encanta Beatrix Potter. Ella es un personaje que nos remite a lo más romántico de ser ilustradora de ciencias y autora infantil. Las investigaciones que llevó a cabo con líquenes y hongos le fueron reconocidas (hace no mucho) por la comunidad científica y sus cuentos se leen hasta hoy. Ella es de una generación de mujeres británicas que se volvieron muy importantes, porque fueron de las primeras activistas ecológicas que surgieron. ¿Te interesa explorar esa veta? -He tenido algunas ideas relacionadas con la infancia, pero no es el momento de hacerlo. Estoy iniciando una etapa nueva que aún no se define bien, pero no está directamente conectada con la niñez. Sin embargo, jamás digo que nunca haré algo. En mi vida he tenido muchos cambios, nada es definitivo.

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RECORDANDO A...

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Por Manuel Peña Muñoz, escritor y experto en literatura infantil y juvenil

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Marianne North,

la cazadora de flores Una de las precursoras de la ilustración botánica. Esta mujer de armas tomar fue una viajera entusiasta del siglo XIX, que disfrutó pintando lo que observaba a su paso. Tras visitar muchos y variados destinos de maravillosa riqueza natural, Marianne North llegó a Chile para instalarse e ilustrar al detalle la flora y la fauna de un país con un enorme tesoro que descubrir.


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urante el siglo XIX, muchas mujeres europeas se aventuraron a viajar a países exóticos animadas por un espíritu de curiosidad intelectual y científica. Querían avistar los pájaros, coleccionar helechos, descubrir los secretos de la naturaleza. Una de estas viajeras intrépidas fue la inglesa Marianne North que, siendo muy joven, recorrió muchos países en compañía de su padre, un importante político y terrateniente británico. Juntos visitaron Marruecos, Egipto, Siria, Italia y Grecia. En las viejas ciudades recorrían museos y ruinas históricas para regresar siempre con un cargamento de herbarios y libros de arte. Era una época en la que los ingleses viajaban a lugares lejanos con el afán de conocer las culturas antiguas y empaparse de viejos estilos de vida.

Emprendiendo el vuelo hacia el mundo

Ilustración de María Paz Muñoz C.

Al morir su padre en 1869, Marianne deja Hasting (al sur de Inglaterra), su ciudad natal, y viaja a Canadá con una amiga para conocer un nuevo continente. A diferencia de otras damas de la sociedad victoriana, que se quedaban en casa con sus bordados y mermeladas, Marianne quiere conocer otros paisajes. Ahora sigue sola su viaje interminable. Visita Estados Unidos y Jamaica, donde se extasía con sus playas de arenas doradas. En Brasil, permanece un año en una cabaña en la selva, pintando lianas y árboles del río Amazonas y sus alrededores. Luego, sigue su periplo hacia las españolas islas Canarias donde registra la flora nativa de una de ellas, Tenerife.

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Con su maleta viajera, su silla plegable, su atril y su caja de pinturas, se aventura a visitar Japón, Singapur, Borneo, Java y Sri Lanka. En India pinta la flor del loto, las caléndulas, el jazmín blanco y la orquídea. En ciudades y pueblos pinta las flores silvestres que le llaman la atención. Sigue el recorrido por Australia y Nueva Zelanda por donde viaja en vapor, tren, carreta o lomo de mula con tal de llegar a un paisaje nunca revelado. En África pinta los tamarindos, los baobabs y los nenúfares de un estanque. En una época en que aún no se conocía la fotografía, considera que el registro de las plantas y flores debe ser fidedigno, pero a la vez expresado con belleza. Marianne es una viajera incansable, deseosa de captar la naturaleza con sus pinceles de pelo de marta y sus pomos de óleo. Mezclando colores en la paleta, consigue el tono justo de un pétalo o un pistilo. Había querido ser cantante de ópera, pero en la ilustración botánica encontró su vocación y su camino.

Ilustraciones de Marianne North

Su bella última parada

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En 1884, con 54 años, llega a Chile, donde permanece durante cuatro meses dibujando plantas en Quilpué, Cajón del Maipo, Molina y otros pueblos de la zona central y sur del país. Este será el último viaje que emprenda a la caza de flores y pájaros. En la cordillera austral pinta las araucarias a sugerencia de Charles Darwin, quien había sido amigo de su padre. Le interesa pintar los árboles nativos en su medio ambiente, junto a sus aves, insectos y flora. Su pincelada es detallista. Pinta la corola de una


Ilustraciones de Marianne North

flor, un nido un diminuto colibrí. Es científica y a la vez romántica porque ama la naturaleza adelantándose a una época ecológica y de protección del medio ambiente. Sus pinturas parecen decirnos: “Cuiden estos árboles, son bellos. Observen las flores que crecen silvestres en la ladera del camino. Miren las aves y su hermoso plumaje. ¡Cómo es posible que usen las plumas en un sombrero!”.

Precisión en pincel y color Marianne pinta litres, espinos, peumos y canelos. Cada hoja es pintada con toda precisión en color, brillo y textura. Pasea a caballo por las quebradas buscando una cascada, un musgo apegado a una piedra, un liquen, un árbol en flor. Visita al senador por Santiago y Coquimbo, Benjamín Vicuña Mackenna, en su hacienda de Concón donde pinta la palma chilena, los boldos y los cactus de los cerros de Valparaíso. También orugas, mariposas, caracoles y toda clase de jazmines, begonias, rododendros, amapolas, lirios, dedalitos de oro... Pero también integra al ser humano en el paisaje pues registra la arquitectura rural. Y pinta un cacharro de greda de Pomaire para expresar la alfarería de la zona y el color de la tierra. Corredores de pilares de patagua, patios coloniales con sus fuentes de agua, una tinaja, un pozo junto al camino… Estas pinturas son un fiel registro del paisaje y su entorno, por lo que tienen hoy día un carácter documental. En Chile, las autoras Antonia Echenique y María Victoria Legassa se interesaron tanto en su obra artística que publicaron el libro Flora chilena bajo la mirada de Marianne North (1999), editado por Pehuén. A finales de su vida, Marianne North hizo una donación de 832 ilustraciones al Royal Botanic Gardens, de Kew, en Londres, que se exhiben allí hasta hoy. Tras su muerte en 1890, a los 60 años, víctima de fiebres tropicales contraídas en sus múltiples viajes, sus hermanas publicaron sus diarios de viaje titulados Recuerdos de una vida feliz y Más recuerdos de una vida feliz (1830-1890). A más de un siglo de su muerte, nos sigue sorprendiendo la vida y obra de esta precursora en el arte de la ilustración botánica, que dejó huella en el conocimiento de nuestra flora y fauna. Y también en la historia de su época.

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MIS FAVORITOS

* Marisol Misenta, Isol:

Viaje a su mundo de libros Se llama Marisol Misenta, pero la realidad es que todos la conocemos como Isol. Dibujante y autora integral de libros ilustrados (textos y dibujos) argentina, tras pasar por la carrera de Licenciatura en Arte, en la UBA, de Buenos Aires, dedicó su talento a la ilustración de prensa y libros. Su vida transcurre en su ciudad natal, dedicada a los libros, la ilustración, las letras y la música (¡también es cantante!). Su estilo literario personal, reconocible a la legua, irónico y a la vez sutil, la ha hecho merecedora de un buen número de premios como el Astrid Lindgren Memorial Award (ALMA), otorgado por el gobierno de Suecia, en 2013, y como finalista del Hans Christian Andersen Award (IBBY) (2006 y 2007). Pese a su apretada agenda, nos concedió unos minutos para contarnos todo acerca de los libros que más le gustan.

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El mejor regalo literario para un niño Contagiarle el disfrute de las narraciones, compartiendo cuentos y libros ilustrados desde un lugar de interés genuino de parte del adulto, como un espacio de juego y aventura para ambos. Ofrecerle, además, una variedad según el interés del niño, que tenga calidad literaria (y plástica, si se trata de los libros ilustrados). Un libro que hace reír Debo aquí defender a la gran subestimada del campo literario: la historieta. Con Astérix y Obelix (GosciniUderzo), Mafalda (Quino) o Calvin y Hobbes (Matt Groening), risas aseguradas y cerebros despiertos. No se puede evitar llorar con este libro Me cuesta llorar con los libros, pero libros-álbum emocionantes y tristes puedo recomendar: El pato y la muerte (Wolf Erlbruch) y Flon Flon y Musina (Elzbieta)

Para cautivar a un adolescente no lector El idioma de los gatos y otros cuentos, de Theodore Sturgeon, Crónicas marcianas (Ray Bradbury) o novelas de aventuras como Las minas del rey Salomón (H. Rider Haggard). También libros-álbum como Emigrantes (Shaun Tan) e historietas como El Eternauta (Oesterheld/Solano López). Un libro que no falte a la hora del cuentacuentos Alguno para contar por capítulos uno por día. Mi papá nos contaba Los caballeros de la Mesa Redonda (una versión simplificada de la colección Robin Hood) y El cascanueces y el rey de los ratones (E. T. A. Hoffman). Los dos llevan a mundos fantásticos y misteriosos. Mi mejor novela juvenil No leo mucho ese género, pero adoro La historia sin fin. Para más grandes, tal vez, El libro de todas las cosas, de Guus-Kuijer, y El curioso incidente del perro a medianoche, de Mark Haddon.

Ilustración del libro El pato y la muerte, de Wolf Erlbruch

El ilustrador que más me gusta Wolf Erlbruch, de Alemania, autor de El pato y la muerte y La señora Meier y el mirlo. Pero tengo muchos ilustradores amados: Beatrice Allemagna (Italia), Kitty Crowther (Bélgica), Anne Herbauts (Bélgica), Olivier Douzou (Francia)… La biblioteca donde encuentro todo En realidad es un desorden porque es la mezcla de todas la bibliotecas de mi casa (en mi estudio, en el living, en el sótano), la de mis padres, la de mis niños… a veces, termino buscando los títulos e imágenes en internet para ahorrar tiempo si quiero consultar algo. Y, a veces, buscando una cosa, encuentro libros que no recordaba tener y es una linda sorpresa. El libro que hoy tengo sobre mi velador Demasiada felicidad, de Alice Munro. Cuentos duros y a la vez enternecedores, con personajes femeninos lejos del estereotipo superficial. Atrapante.

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DOSIS DE LECTURA

* REINO ANIMAL

POESÍA Autora: Gabriela Mistral

Selección de: Pedro Pablo Zegers Ilustración de Juliet Menéndez

Ilustraciones originales: Fito Holloway Editorial: Pehuén Ediciones

Ocho perritos Los perrillos abrieron sus ojos del treceavo al quinceavo día. De golpe vieron al mundo, con ansia, susto y alegría. Vieron el vientre de la madre, la puerta suya que es la mía, el diluvio de la luz, las azaleas floridas. Vieron más: se vieron todos, el rojo, el negro, el ceniza, gateando y aupándose, más vivos que las ardillas; vieron los ojos de la madre y mi grito rasgado, y mi risa. Y yo querría nacer con ellos. ¿Por qué otra vez no sería? Saltar de unos bananales una mañana de maravilla, en can, en coyota, en venada; mirar con grandes pupilas, correr, parar, correr, tumbarme y gemir y saltar de alegría, acribillada de sol y ladridos hija de Dios, sierva oscura y divina.

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Emigración de pájaros Como si nos saludasen desde lo alto la llegada a la extremosa región a la madre más lejana, viene por los aires altos como por obra de gracia, cortando el azul celeste, la mayor “gente” emigrada. Vienen, vienen los pelícanos… -¿Qué ves, mamá, que no veo y miras embelesada? -Para que los veas, párate. ¡Qué lindas recién llegadas! Son las gentes del mar último, pelícanos en bandadas. -¡Miéntalos, mamá, ja, ja, ya veo ya la bandada. -Porque es pura nieve y hielo la Patagonia extremada, vienen las aves del mar en esa cinta azorada. Tantas son que cubrirían el potrero si abajaran. -Gritan, mamá, gritan todas. Será que temen y llaman.

Corderito Corderito mío, Suavidad callada: Mi pecho es tu gruta De musgo afelpada. Carnecita blanca, Tajada de luna: Lo he olvidado rodo por hacerme cuna. Me olvidé del mundo y de mí no siento más que el pecho vivo con que te sustento. Yo sé de mí solo Que en mí te recuestas. Tu fiesta, hijo mío, Apagó las fiestas.

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RECOMENDADOS

* Los libros más recomendados y las últimas novedades editoriales

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RECOMENDADOS POR MEDIADORES

Lectura en pañales

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Primeros lectores

Lectores

Lectores avanzados

Grandes lectores


RECOMENDADOS POR MEDIADORES

El cuaderno perdido de Claudio Gay Escritora: María José Ferrada

Rescatar y divulgar entre los niños la maravillosa obra del naturalista francés Claudio Gay es lo que pretende este libro publicado por Ediciones de la Biblioteca Nacional. Tomando como pretexto el descubrimiento que hace el búho Medina, sabio personaje del portal “Chile para Niños”, de un cuaderno olvidado en medio de los anaqueles de la biblioteca, el lector se acerca, en un recorrido por la tierra, el aire y el agua, a algunos representantes de la fauna nacional. A través de las páginas del libro se nos presentan diferentes especies ilustradas con gran precisión por Gay, acompañadas de textos de María José Ferrada, quien conjuga de manera graciosa y oportuna datos científicos con lenguaje literario y comentarios personales de quien, dentro de la ficción, escribió el cuaderno. Es así como nos enteramos, por ejemplo, que la lagartija es ovípara, al tiempo que nos hace preguntarnos si “lavará su traje

con la lluvia de la mañana” o que el pájaro de siete colores vive entre juncos y que lleva un curioso moño que lo hace parecer un emperador japonés. El cuaderno perdido de Claudio Gay es un libro que, a primera vista, puede pasar desapercibido, pues su tamaño y cubierta no necesariamente hacen honor a lo que se encuentra entre sus páginas. Pero, sin duda, es un aporte en cuanto al rescate de la obra de un gran estudioso de nuestra naturaleza y también como medio de divulgación de algunas de nuestra especies. Se agradece la calidad de la impresión, del papel y de la edición en general, que permiten valorar como corresponde el trabajo de Claudio Gay. También está disponible en digital y su descarga es gratuita.

Editorial: Biblioteca Nacional Año: 2016

Recomendación: Lectores

Por Daniela Sánchez Allende, licenciada en Letras por la Univ. Católica. Encargada de Área de Proyectos de la Fundación Había Una Vez dsanchez@fhuv.cl

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RECOMENDADOS POR MEDIADORES

Geografía de pájaros. Chile Central Escritores: Fernando Claro y Juan José Donoso Ilustradora: Pilar Mackenna

Editorial: Centro de Estudios Públicos Año: 2014

Desde el tucúquere a la tagua, pasando por el pitío, el chincol, la tórtola y el tiuque, este libro convierte al lector, de la edad que sea, en un observador atento de las aves que habitan en la zona central de Chile. El recorrido comienza en la cordillera de los Andes, sigue por campos y ciudades, y termina en la costa y los humedales. Si bien los protagonistas absolutos son los pájaros, estamos frente a un volumen generoso, que no escatima en información relevante sobre la flora y fauna de cada zona, y que denota cuidado en cada detalle.

Recomendación: Lectores

En total, esta obra reúne a 44 especies. Para cada una hay una doble página, ilustrada por la talentosa Pilar Mackenna. Cada ave es presentada por su nombre y una frase corta que funciona como un atractivo gancho para el lector: imposible no tener ganas de saber más del “pajarito hiperactivo” (chercán), de “la gran imitadora” (ten-

ca) o de “el flojo” (mirlo). ¡Bravo por la idea! Acerca de todos los pájaros recibimos datos claves, curiosidades y las coordenadas aproximadas para su avistamiento, muy en consecuencia con la invitación de los autores a disfrutar de la contemplación de “nuestros compañeros emplumados”. Un gran acierto es la reproducción de la onomatopeya de algunos cantos, un juego que desafía al lector a ensayar trinos y silbidos. Para terminar, un glosario con términos como “carroña”, “hábitat”, “migración” o “equilibrio ecológico”, y bibliografía para aprender más sobre las aves. Un libro, repito, generoso, que con un lenguaje directo y sencillo, a la vez, despierta la curiosidad y obliga a estar atento a nuestra rica geografía de pájaros. Indispensable para amantes de las aves y para los que nunca pensaron que lo serían. Como yo.

Por Bernardita Cruz, periodista.

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RECOMENDADOS POR MEDIADORES

Animalium Escritora: Jenny Broom Ilustradora: Katie Scott Hay libros que nos gustan desde antes de tenerlos entre las manos. Es lo que pasa con las ediciones de Big Picture Press, una editorial de libros de gran formato, sobre grandes temas (las ciudades, los mapas, el espacio, la historia, entre muchos otros) y “accesibles a lectores de todas las edades, habilidades y nacionalidades”. Lo que me pasó con Animalium superó cualquier expectativa inicial, porque es un libro informativo impecable en sus aspectos editoriales y una obra que sorprende desde el marco conceptual en el que se presenta. El prefacio del libro, a cargo de Dra. Sandra Knapp, del Museo de Historia Natural de Londres, es una invitación a los seres humanos a observar y a pensar con relación a los animales.

solo las que se conocen y han recibido un nombre”. Animalium está organizado como un museo y propone varias lecturas: se puede entrar solo a las salas que te interesan, ver las ilustraciones o visitar las exposiciones en el orden propuesto por las autoras. Cuando Geneviève Patte estuvo en Santiago, dijo que en la selección de recursos había que incluir libros hermosos. En esa selección, creo que Animalium va con otros libros, pero llama la atención antes, porque es hermoso, sus ilustraciones son cuidadas y su tamaño impresionante. Probablemente es esto lo que hace que sea difícil reseñar este libro, porque no quieres hablar de él, quieres que otros lo tengan en su poder y lo disfruten al máximo.

“Compartimos nuestro espacio con unos dos millones de especies diferentes, y estas son

Editorial: Big Picture Press/ Impedimenta/Océano Travesía Año: 2015

Recomendación: Lectores

Por Magdalena Aguayo, docente de literatura infantil, de la Universidad Diego Portales.

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RECOMENDADOS POR MEDIADORES

Yo, Jane Escritor e ilustrador: Patrick McDonnell

Editorial: Océano Travesía Año: 2015

Recomendación: Primeros lectores

Abro la portada y me encuentro con una foto de Jane Goodall, de cuando tenía seis años, con un chimpancé de peluche en sus brazos y un rostro lleno de vida. O sea, me encuentro con un ser real. Sigo y constato que el libro atrapa por las ilustraciones. La mayoría de ellas aparece en la página de la derecha, dejando en la de la izquierda el texto. Sobre el fondo blanco de la página vemos una pintura casi infantil que complementa al texto. En otra, vemos a Jane corriendo por el jardín detrás de aves e insectos, o curioseando cómo las gallinas ponen huevos. Siempre acompañada de Jubilee, su peluche chimpancé. Cuando las ilustraciones se despliegan en una doble página es porque los sentimientos de Jane son demasiado intensos. El texto es muy sencillo, no sobrepasa las dos oraciones y narra la pasión de Jane por la naturaleza desde su primera

infancia. Resulta un gran acierto intercalar en una doble página los acertijos, los juegos de palabras y los dibujos con que Jane se divertía en sus horas libres. El libro también muestra cómo Jane, leyendo a Tarzán, comienza a soñar con su vida en África. Hace realidad su sueño y se encuentra en África; al final hay una foto de ella tendiéndole la mano a un chimpancé. Hasta aquí, el niño puede leer de manera autónoma, sin la ayuda de un adulto. Al final del libro, aparece una breve pero interesante información sobre la labor científica de Jane. También hay un mensaje escrito por ella sobre el aporte que cada persona puede hacer al mundo para hacerlo un lugar más amable y más habitable. Si bien estos textos no son apropiados para lectores iniciales por lo largo y por el tamaño de la letra, sí son un puente perfecto para que el adulto mediador los comparta con el niño.

Por Pilar Echeverría, profesora de Castellano y animadora de la lectura. pcarcer@gmail.com

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RECOMENDADOS POR MEDIADORES

En el zoológico Escritora e ilustradora: Suzy Lee

Dentro de En el Zoológico, de la coreana Suzy Lee, hallamos varios de los recursos utilizados en los libros de la autora, tales como el formato horizontal, que evidencia la relación entre personajes y entorno, la técnica del carboncillo, que trabaja bien el movimiento y la estática (y en este caso, la libertad y la prisión), la niña protagonista y el uso de la imaginación en situaciones cotidianas, la importancia de las guardas, que anticipan o complementan el sentido de la obra... Aquí, además, la presencia de un texto en apariencia simple, será un aporte para completar el sentido de las imágenes. Una niña va al zoológico con sus padres. De repente, los pierde de vista al seguir a un colorido pavo real que contrasta con el paisaje, donde predomina el gris. Es el punto de partida para trazar dos caminos de un mismo recorrido. Por un lado, el

de la niña, un mundo de colores donde los animales viven y conviven en entornos sin rejas, retozan o corren felices y donde ella puede compartir con ellos el espacio y el juego. Por otro, los padres, en cambio, deambulan, mostrándose desesperados, buscando a su hija con un desolador escenario de fondo: jaulas, bloques de cimientos...

Editorial: Fondo de Cultura Económica Año: 2004

En el relato escrito, la narradora es la niña, que no deja de hablar en plural aunque aparentemente se haya separado de sus padres y siga su camino en solitario. Mientras en la mente infantil encontramos esa libertad y arrojo esencial afines a los animales, con los que dialoga sin recelo, los adultos parecen estar ya domesticados, así como domestican al resto, a quienes no pueden ni saben “ver”. Un relato para todas las edades, que propone una reflexión sobre el ser humano y su relación con la naturaleza.

Recomendación: Primeros lectores

Por Bernardita Bravo Pelizzola, asesora de Bibliotecas SIP bernardita.bravo@gmail.com

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RECOMENDADOS POR MEDIADORES

Tres espejos Escritor: Sebastián Vargas

Editorial: SM Año: 2015

Juguemos un juego. Si digo: rojo, lobo y bosque, apuesto a que sé qué aparece en tu mente. Si digo, espejo y magia, también surgirán alternativas. Pero si digo espejo, magia y amor, te invito a entrar en esta novela. Ambientada en la China antigua, relata la historia de amor de dos jóvenes del campo, separados por la guerra. En un lenguaje por momentos casi poético, habla de viajes, del dolor de dejar el hogar, pero también de caminos que conducen al interior de uno mismo.

Recomendación: Lectores

Dos novelas en una, que el lector puede elegir cómo leer. En la historia aparecen tres espejos; dos de ellos provienen del mundo de las historias mil veces contadas, que navegan entre la fantasía y la realidad, elementos mágicos al servicio de los personajes; un tercer espejo lo definirá todo, símbolo de una promesa, de magia poderosa, aquella a la que nos entregamos precisamente porque

ignoramos que está ahí y que es la que finalmente cumple los deseos. En su materialidad, el libro es de formato novedoso, con dos puertas de entrada a elegir. Puedes abrir el libro por Luna, la voz femenina, paciente, amorosa, esperanzada, honesta, llena de sabiduría, pero sobre todo fiel a sí misma y a lo que quiere. O por Espada, la voz masculina, personaje ansioso y temeroso, pero fuerte para enfrentar lo que el destino le depara. O, por último, puedes alternar los capítulos, para obtener así ambas miradas, sufriendo, temiendo y queriendo contarle a cada uno de los personajes lo que sabes del otro, decirle que espere, que no flaquee, que siga adelante. Ganadora del premio Barco de Vapor Argentina 2012, esta novela te lleva a leer algo nuevo y clásico a la vez, viajar en el tiempo y volver a los libros donde el amor sigue siendo un espacio de cobijo.

Por María José Tapia Grüzmacher, coordinadora del Programa Bibliotecas CRA y Fomento Lector. Fundación Belén Educa. mjtapia@beleneduca.cl

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RECOMENDADOS POR MEDIADORES

Antes no había nada Escritora e ilustradora: Chiara Carrer

Es un jardín. Su crecimiento tuvo que ser lento porque su floración es extraña y bellísima. Va de poesía, con preguntas abiertas a las observaciones y datos científicos, como si fuera el diario íntimo de una romántica alemana o la bitácora de un explorador del siglo XIX. Pero es un jardín, una colección de técnicas e instrumentos artísticos variados (de la ilustración naturalista a la abstracción) con los que Carrer da vida a plantas y árboles diversos. Un jardín abierto para todo lector curioso de las formas y de los colores, que le guste contemplar, que quiera saber más de los silencios a su alrededor. Esta frase reveladora lo explica todo: Lo que es musgo para nuestros ojos/es un bosque/para los de una hormiga. Y más adelante: Así en nosotros mismos/crecen con desmesura/ selva bosque/ jungla foresta/y rápidamente/en nosotros mismos estamos/perdidos.

Por su extensión, 130 páginas, hace pensar en una novela gráfica, que podríamos llamar poesía gráfica o un larguísimo poema visual, que hace una aportación innovadora al panorama de la producción de poesía tan desgastado por la repetición del mismo tipo de rimas y métricas.

Editorial: Petra Año: 2015

Como sucede con los libros ejemplares, la singularidad de éste se explica, en parte, por su editora: Peggy Espinosa. Chiara Carrer hizo con Peggy otro libro igual de deslumbrante: A cada quien su casa (Petra Ediciones, 2013) en el que la autora explora la noción de hogar, cómo se construye y se habita. “Antes no había nada, después comencé a imaginar mi propio jardín”, dice Carrer. “¿Pero qué es un jardín?”. Esta es la pregunta que abre el libro. La autora responde que es una colección de cosas amadas. Para muchos lectores esta obra se convertirá en una de ellas.

Recomendación: Lectores

Por Adolfo Córdova, periodista, escritor y promotor de la lectura. www.linternasybosques.com

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RECOMENDADOS POR MEDIADORES

La ciudad de las bestias Escritora: Isabel Allende

Editorial: Debolsillo Año: 2009

¿Te ha pasado que hay veces cuando las cosas que nos parecían irreales terminan pareciendo tan reales que nuestra mente apenas las logra comprender? Las cosas pueden ser y pueden no ser, tú decides qué pensar; pero, en ocasiones, se necesita creer para ver. Esta historia se desarrolla principalmente en la región del Amazonas, lugar real y mágico a la vez, al que Kate Cold lleva a su nieto Alexander a una enigmática expedición en busca de la bestia. En compañía de Nadia Santos y Walimaí, se enrolarán en una aventura que irá más allá de su propia imaginación, transformando su vida cotidiana a medida que se introduce en el corazón de la selva.

Recomendación: Lectores avanzados

En esta aventura se encontrarán con seres primitivos asombrosos que son la memoria del pueblo y descubrirán que sus costumbres y formas de vida están en armonía con la naturaleza, la que los conectará

con su animal totémico, trasladándolos a un estado espiritual superior, que les permitirá combatir cualquier adversidad que se presente. En esta obra, Isabel Allende muestra un estilo directo, fácil de leer, con un hilo conductor que guía al lector durante toda la trama, en un tiempo narrativo lineal. Además, está basada en hechos reales, con elementos naturales de flora y fauna, haciendo notar una profunda investigación, tanto de la historia del pueblo como del lugar en cuestión, aunque disfrazados con toques de ficción. Esta cualidad hace sentir al lector que puede vivir esta aventura por sí mismo, motivándolo a continuar con la lectura, casi sin detenerse a respirar.

Por Lía Delia Arancibia, 14 años, estudiante de Quillota, 1º medio.

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RECOMENDADOS POR MEDIADORES

Memorias de un perro escritas por su propia pata Escritor: Gonzalo Marín / Ilustrador: Adrian Gouet Viajemos a finales del siglo XIX, a la vida de un perro callejero muy inteligente y audaz. Se preguntarán ustedes cómo un perro va a ser tan inteligente. Puede sonar raro, pero existe y se llama Rompecadenas. Basada en la novela de Juan Rafael Allende (que se publicó en 1893, ¡hace mucho tiempo!), Memorias de un perro escritas por su propia pata trata de un perro que narra acerca de aspectos de su vida: el hambre, el amor, dueños crueles y violentos hasta que conoció, finalmente, al gran Don Querubín Toro y Manso. El relato aborda temas políticos, sociales y culturales de la sociedad chilena de la época, en un tono gracioso y de fina ironía, trasladándonos a las calles de Santiago con una realidad que, por qué no decirlo, aún persiste. Estamos frente a una novela gráfica, una obra literaria con la facilidad de ser ilustrada al estilo de un cómic. Adaptada por Gonzalo Marín (en los textos) y

Adrián Gouet (en las ilustraciones), del libro original de Juan Rafael Allende, es recomendable sobre todo por el encanto que provoca el querido Rompecadenas. Esta historia tiene la capacidad de hacerte sentir algo triste, en algún momento del relato, pero también muy feliz por las experiencias de Rompecadenas. Podrás reírte de todo lo que te cuenta el autor o empatizar con lo que le sucede al protagonista. Nos transportamos al Chile de 1893, con sus lindas ilustraciones que son el complemento perfecto de lo que Rompecadenas nos quiere decir. Los pequeños detalles son los que hacen la diferencia, porque los gestos de los personajes cuando se encuentran con el quiltro son bastante reales o las de él al momento de contar sus aventuras como un perro sabio con cara de convicción. Por eso, la invitación es a revisar con cautela cada detalle y a encantarse con cada ilustración que, sinceramente, atraen y completan la historia.

Editorial: Letra Capital Año: 2015

Recomendación: Lectores avanzados

Por Valentina Álvarez, 16 años, estudiante de Instituto Sagrado Corazón de San Bernardo.

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RECOMENDADOS POR MEDIADORES

LIBRO DIGITAL

Alexander von Humboldt, un explorador científico Escritor: Tom Janota Ilustradora: Marion Janin

App Store Año: 2015

Recomendación: Lectores avanzados

Celebrando a la naturaleza es que llegamos de forma directa a esta historia biográfica de Alexander von Humboldt, el padre de la geografía moderna y explorador prusiano de inicios del siglo XIX. Un libro digital traducido al español, levantado por el profesor de ciencias en educación secundaria norteamericano, pero arraigado en México, Tom Janota, con ilustraciones de la talentosa francesa Marion Janin. Este libro ilustrado no es interactivo, sin embargo, su formato digital democratiza su obtención ya que es difícil dar con la versión impresa. Se trata de una biografía cercana y completa del científico, que narra su vida desde la juventud hasta sus exploraciones por Sudamérica y el Caribe. El autor fue premiado con un año sabático para estudiar por completo a von Humboldt. Este libro es el resultado de esta investigación. Lo interesante –y notable– es que de una investigación acadé-

mica de este calibre, resulte un libro juvenil. Quizás es por esta razón, y la cercanía de Janota con los lectores adolescentes, que el libro logra atrapar interés, manteniendo su dinamismo y ritmo editorial transversalmente. El tono es cercano y lineal en su cronología biográfica, lo cual provoca empatía con sus protagonistas. Aunque está escrito en tercera persona, existen varios destaques y citas directas tomadas en primera persona desde las memorias reales de Humboldt; estas generan acercamientos relevantes al contenido. Su estructura es fácil de seguir y, además, recalca la perseverancia que debió practicar Humboldt para hacer posibles sus viajes de estudio y exploración al otro lado del Atlántico. El libro también incluye temáticas e idiosincrasias del siglo en cuestión, que atormentaban profundamente a Humboldt, tales como la esclavitud y trata de

Por Jennifer King, Comunicadora visual británica, ex directora de la Revista HUV, Profesora UDP y directora de Confín ediciones. jennifer@confin.cl

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RECOMENDADOS POR MEDIADORES

LIBRO DIGITAL personas, poniendo estos conceptos, más bien contemporáneos, sobre la mesa. El relato introduce al compañero de viaje de Humboldt (poco conocido en la historia general), Aimé Bonpland. Era un doctor especializado en botánica con quien hacía buen tándem investigador y viajero. Asimismo, se dan a conocer otros científicos importantes de la época, como José Celestino Mutisuno, quien se encontraba en Bogotá y estudió bajo la tutela del renombrado científico suizo Carl Linaeus –el más famoso clasificador de animales y plantas, cuyo sistema es utilizado hasta hoy. El libro contextualiza y justifica la importancia histórica de los exploradores, científicos y botánicos en las expediciones desde el Viejo Continente. Una perspectiva innovadora e interesante tratada como ficción. Se trata de un libro de información con ritmo e intención literaria. Destacan la excepcional edición y el hermoso diseño: el relato y las magníficas ilustraciones dan paso a una lectura de imágenes propia de la disciplina exploradora. Con un estilo cuasi-botánico, Janin ilustra los personajes y la magia de su labor científica de una manera detallada y prolija, apelando a una mano ilustrativa contemporánea que, sin embargo, es asonante con los registros botánicos originales. Su técnica análoga, con grafito y detalles mínimos en lápiz de color, junto al abundante uso del blanco, vinculan al lector con el contenido de la historia e instan a avanzar en el visionado.

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RECOMENDADOS POR MEDIADORES

LIBRO ADULTO

La firma de todas las cosas Escritora: Elizabeth Gilbert

Editorial: Suma Año: 2013

Estamos frente a la última novela de Elizabeth Gilbert, la autora de Comer, Rezar, Amar, que sigue la lógica del relato de viajes. Pero esta vez hablamos de un viaje introspectivo por el mundo del conocimiento. Alma Whittaker crece en Filadelfia, en los albores del siglo XIX y, a través de la figura de su padre, un explorador botánico británico, comienza a adentrarse en el estudio y conocimiento de las plantas y especialmente de los musgos. Por medio de libros, observación y conversaciones con expertos de la época, la protagonista empieza este viaje sin retorno por el mundo del saber y la ciencia, con los costos y renuncias que supone tomar ese camino para una mujer en aquellos tiempos.

Recomendación: Grandes lectores

dolores y procesos de cambio, tal como sucede en la naturaleza misma. Pero sus certezas se derrumban al enamorarse de Ambrosio, un artista que enfrenta sus ideas racionales y la invita a hacerse cuestionamientos espirituales, poniendo a prueba sus saberes y creencias. El libro nos sorprende con el relato de una mujer moderna, que no frena su sed de conocimiento frente a las convenciones sociales de su tiempo. También permite gozar con la descripción detallada de plantas y seres vivos, y con los descubrimientos científicos y emocionales que va realizando la protagonista.

En este deseo de comprender el mundo, Alma transitará también por un proceso de conocimiento interior no exento de

Por Magdalena Palma, directora ejecutiva Fundación Había Una Vez mpalma@fhuv.cl

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RECOMENDADOS POR MEDIADORES

LIBRO PROFESIONAL

Dime. Los niños, la lectura y la conversación Autor: Aidan Chambers

Pese a lo silenciosa y solitaria que parece ser la lectura, Dime, surge como una invitación a abrir y enriquecer la experiencia a través de la conversación, el diálogo y el intercambio, compartir las visiones y vivencias que va dejando la lectura en el lector. Una invitación a compartir un modo de contemplación… “una manera de dar forma a los pensamientos y emociones excitados por el libro y por los significados que construimos juntos a partir del texto…” Chambers contempla varios elementos, como las cuatro formas de hablar: hablar para sí mismo; para otros; hablar juntos y de lo nuevo. Así se valora el significado de la conversación literaria, que trasciende el silencio de la lectura y la transforma en una forma de comunicación. Pero, ¿cómo pasan los niños y jóvenes de ser meros receptores de textos a juiciosos críticos? Dime se centra en el rol

que ha de jugar el mediador de la lectura –bibliotecarios y docentes, sobre todo- al motivar a los niños a expresarse. El énfasis principal está en escuchar la vivencia del lector, el gozo o su falta, pensamientos, sentimientos, recuerdos y lo que sea que el lector quiera comunicar. Para que ello ocurra, el niño debe confiar y sentir que “todo” puede ser “comunicado honorablemente”, sin riesgo de que sea rechazado, menospreciado o desechado. La propuesta entonces se basa en dignificar la voz lectora del niño, abriendo un espacio de intercambio sin juicios ni preconceptos. Especial importancia adquieren las preguntas, primer puente y llamado a compartir la experiencia lectora. Chambers entrega estrategias y técnicas específicas. Es con la palabra “dime” que el autor encuentra la mejor formar de abrir y compartir la experiencia lectora.

Editorial: Fondo de Cultura Económica Año: 2007

Recomendación: Para mediadores

Por María Paz Garafulic Litvak, socia y directora de Confín Ediciones y directora fundadora de Fundación Había Una Vez www.fhuv.cl

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RECOMENDADOS POR EL COMITÉ DE VALORACIÓN FUNDACIÓN HABÍA UNA VEZ

Rebeca Domínguez, Paola Uribe, Cristián Gajardo, Magdalena Aguayo, Bernardita Cruz, Francisca Santibáñez, Ofelia Muñoz, María José Tapia, Aylín Fuentes, Jorge Cancino, Amparo Arias, Álvaro Soffia, Daniela Sánchez, María Paz Muñoz, Trinidad Cabezón y Aminie Filippi.

Lectura en pañales

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Primeros lectores

Lectores

Lectores avanzados

Grandes lectores


RECOMENDADOS POR COMITÉ FHUV

Recomendación: Primeros lectores

El gran libro de los grandes insectos y arácnidos Escritora: Emily Bone Ilustrador: Fabiano Fiorin Editorial: Usborne

Clasificación: Ciencias naturales

La ballena jorobada

Año: 2014

Exquisiteces para los más curiosos, verdaderos entomólogos en potencia. Con maravillosas ilustraciones permite a los niños, hacerse pequeños y ver a los insectos y arácnidos más de cerca, en la plenitud de sus detalles. Además, cuenta con algunas páginas desplegables, que lo hacen aún más atractivo. Como objeto, el libro es hermoso, además de resistente, pues sus páginas son de cartulina, como hojas de block, lo que permitirá su uso una y otra vez antes de que pueda deteriorarse. El lenguaje es apropiado, entrega información de insectos y arácnidos grandes sin saturar y, sobre todo, invita a observar.

Escritoras: Bernardita García y María José Pérez Ilustrador: Alfredo Cáceres

Recomendación: Lectores

Editorial: Amanuta Año: 2015 No todos los niños leen ficción. Hay algunos que prefieren los textos informativos. Pensando en ellos, Amanuta edita este libro. Valiéndose de ilustraciones simples y coloridas, el texto ofrece la posibilidad de conocer a estos sorprendentes cetáceos. Como alterna datos científicos con antecedentes históricos, no es necesario recorrer el libro de principio a fin, ni de una sola vez. Se puede acceder a cada capítulo, en el orden que el lector prefiera. Así, podemos aprender sobre características físicas, su localización geográfica y las travesías que realiza y los alimentos que prefiere.También temas relacionados con la preservación.

Clasificación: Ciencias naturales

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RECOMENDADOS POR COMITÉ FHUV

Un año con los gorriones

Recomendación: Lectores

Escritor e ilustrador: Thomas Müller Editorial: Lóguez

Año: 2015

Un libro álbum informativo que nos relata cómo es la vida de esta simpáticas y cantarinas aves durante un año: la forma en que construyen su nido, el crecimiento de sus crías, su alimentación, sus costumbres y los desafíos a los que se ven enfrentadas. La narración está escrita con gracia e ironía y junto a las ilustraciones muestra el paso de las distintas estaciones del año y el actuar de los gorriones en cada una de ellas. Además, el libro termina con una sección sobre distintos tipos de gorriones e información sobre su estado actual en Europa Occidental. Este libro es parte de la colección “Un año con”, de Lóguez Ediciones, escrita por Thomas Müller, que busca dar a conocer, a través de un texto preciso complementado de bellas y atractivas ilustraciones, cómo transcurre la vida durante un año de diferentes tipos de aves. Recomendación: Lectores

Clasificación: Ciencias naturales

Animales americanos Escritora: María Pía Escobar Ilustradora: Loreto Salinas Editorial: Hueders

Clasificación: Ciencias naturales

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Año: 2015

¿Sabías que una rana dardo es del tamaño de la palma de la mano? ¿O que la chinchilla chilena se encuentra en estado crítico de conservación? Aquí hay una invitación a iniciar un recorrido guiado de norte a sur y de este a oeste por nuestro continente, a través de un extenso y colorido viaje por 78 animales, donde podrás conocer su variedad de formas, tamaños y proporciones, además de sus modos de habitar, estados de conservación y ciclos de vida. Un libro que nos sitúa desde el comienzo en el asombroso universo animal, con cuidadas ilustraciones, agrupadas desde el árbol de la vida hasta la ubicación exacta de cada uno en el mapa.


RECOMENDADOS POR COMITÉ FHUV

Las monadas de Monina

Recomendación: Primeros lectores

Escritora: Ana María Güiraldes Ilustrador: Javier González Editorial: Sol y Luna

Año: 2014

Monina, una simpática monita, comienza a asistir al jardín infantil. Pese a que la profesora Monalisa se esfuerza por hacer que Monina entre en la rutina y siga las instrucciones de la clase, la terca monita se empeña en poner todo al revés. Sin embargo, aunque el comportamiento de Monina deja mucho que desear, su primer día de jardín deja agradables sorpresas...

Clasificación: Literatura

Historia de la vida: Evolución Escritora: Fiona Munro Ilustradora: Kattie Scott Editorial: Impedimenta

Recomendación: Lectores

Año: 2016

Es un libro informativo con un contenido cronológico que grafica la evolución de la vida en la Tierra. A través de un recorrido visual por un desplegable de casi dos metros, muestra más de 80 especies, entre plantas y animales, que habitaron en el pasado en nuestro planeta. Además, la obra sugiere al lector, dos tipos de lectura que se complementan: una icónica y otra textual. Una buena opción para los amantes de la naturaleza, con el tema principal muy bien resuelto. Clasificación: Ciencias naturales

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RECOMENDADOS POR COMITÉ FHUV

Pajarario

Recomendación: Lectores

Escritora e ilustradora: Alejandra Acosta Editorial: Quilombo Ediciones

Año: 2014

Este libro reúne emociones y sentimientos, según la mirada femenina, a través de un vaivén entre la ilustración y la representación de pájaros chilenos. Cada emoción lleva consigo tres imágenes, similares entre sí, pero desiguales, separadas por detalles que las acercan tanto a las aves como a los humanos. Cada página impar ilustrada va ataviada por una transparencia que juguetea con el significado del texto lo que al superponerse, crea otra imagen con una variedad de lecturas añadidas. Alejandra Acosta manifiesta aquí un excelente trabajo artístico, por supuesto, pero además de investigación, por un lado, y sensibilidad, por el otro. Clasificación: Literatura Recomendación: Lectores

El delfín chileno Escritoras: Bernardita García y M. José Pérez Ilustrador: Alfredo Cáceres Editorial: Amanuta

Año: 2015

Esta obra tiene el valor de difundir el conocimiento sobre nuestro territorio y su mar (Chile es un maritorio), del cual conocemos todavía muy poco. Nos centramos en las aguas desde Valparaíso hasta el Cabo de Hornos y ponemos foco principal en el delfín chileno (tonina, delfín negro), el más pequeño de la familia de los odontecentos y único delfín endémico de Chile, nos sumergimos en datos que cuentan sus carcaterísticas, sus hábitos y algunas curiosidades que lo rodean.

Clasificación: Ciencias naturales

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RECOMENDADOS POR COMITÉ FHUV

Todos por el árbol

Recomendación: Lectores avanzados

Escritora: Anita Guzmán Valdeavellano Ilustradores: Víctor Riveros, Paola González, Marisol Abarca Editorial: OchoLibros

Año: 2011

Este libro busca acercar a los niños y jóvenes a la sustentabilidad ecológica, sobre todo en torno a los árboles de Chile. Puede parecer un texto un tanto confuso, en cuanto que mezcla términos y conceptos demasiado técnicos que es posible que interfiera en la lectura de un público joven o uno general, con, por el contrario, otros aspectos o visiones muy infantiles. Sin embargo, la parte científica está muy bien trabajada, documentada y lograda.

Clasificación: Literatura

Niña Alga va a la Antártica

Escritora e ilustradora: Catherine Thomann Editorial: Uqbar

Recomendación: Lectores

Año: 2010

Fermín, un viejo marino, encuentra a una curiosa pequeña en la playa, a quien adoptó con el nombre de Niña Alga, y a un pez transparente, Pez Hielo. Se van a casa de Fermín, quien los cudiará, pero a Pez Hielo algo le pasa: empieza a sufrir por estar lejos de casa. Niña Alga lo va a devolver a los mares del Sur y allí se ve envuelta en más de una aventura. Al pasar por ellas, la autora también va haciendo un breve repasito visual por las especies marinas de la Antártica chilena, sin profundizar demasiado, pero sí haciendo mención a ellos y su hábitat. Es la excusa para tansmitir la información a través de unas lindas ilustraciones combinadas con técnicas de collage.

Clasificación: Ciencias naturales

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NOVEDADES EDITORIALES

Las reseñas de esta sección son las cedidas por las editoriales. No tienen una valoración de la FHUV

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NOVEDADES EDITORIALES

El cultivo de plantas en viveros es, en general, una disciplina artesanal cuyos conocimientos se transmiten verbalmente de generación en generación. En este libro, gracias a la labor de Juan Vidal y al conocimiento generado por el Instituto Milenio de Ecología y Biodiversidad, entregamos información práctica para todos los que deseen emprender la aventura de propagar las plantas de los bosques nativos del sur de Chile.

“En Pratdip somos leyenda”, dicen sus habitantes. También dicen que les temen. Que el resto huye cuando el viento susurra nuestro nombre, “pero estamos por todas partes. Venimos de más allá de la oscuridad. Somos dips. ¿Sientes el miedo?”

Después de sentirse solo durante largo tiempo y luego de mucho pensar, un niño decide hacer una petición a sus padres. Pasa enero, febrero, marzo, abril… y siempre recibe la misma respuesta en todas las formas posibles. Y él va experimentando una serie de emociones al mismo tiempo que percibe y analiza a sus evasivos interlocutores. Pero, justo cuando la esperanza de ver su deseo realizado está a punto de disolverse, su vida cambia.

Flora Nativa Juan Vidal y colaboradores Ilustraciones de María José Carmona Amanuta

Dip. Más allá de la oscuridad Eva Sánchez Gómez Edelvives

La espera Daniela Iride Murgia Fondo de Cultura Económica

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NOVEDADES EDITORIALES

El océano específico Kyo Maclear Ilustraciones de Katty Maurey Corimbo

Exploradores urbanos Juan Luis Celis Ilustraciones de Catalina Mekis Santillana

Poemas infantiles Efraín Barquero LOM

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En este libro de agradables ilustraciones, una niña ha de ir con su familia de vacaciones al océano Pacífico, al que ella llama océano Específico. Ella prefiere quedarse en la ciudad con sus amigos y sus cosas. Los primeros días en la casa de la playa, no está contenta, se aburre. Con el paso de los días, sin embargo, decide acompañar a su mamá a la orilla del mar, y entonces queda atrapada por su belleza y su ritmo. “El océano tiene vida propia, va hacia adelante y hacia atrás, oscilante, ruidoso o silencioso”.

¿Cómo se llama ese árbol tan grande que da sombra a mi ventana? ¿Y ese pájaro que vuela como un helicóptero? ¿Todas las abejas pican? ¿Qué hacen las mariposas en las flores? ¿Las babosas son lo mismo que las lombrices? Estas y muchas otras preguntas aparecen cuando paseamos por los parques, plazas y jardines de Santiago.

Es un privilegio que los niños puedan leer y disfrutar de la poesía de Efraín Barquero (Premio Nacional de Literatura 2008), uno de los poetas más importantes y significativos de la literatura chilena, destacado por su mirada transparente y de conmovedora ternura sobre el mundo del campo, la naturaleza, los animales, las plantas, los afanes y los trabajos, vistos en su profunda humanidad y con la dignidad que portan y se merecen.


NOVEDADES EDITORIALES

Koko se considera a sí misma “desordenada, desmemoriada y bastante despistada”. Es una niña que vive en el futuro, en una tierra yerma y devastada a causa de una hecatombe ecológica. Koko tiene, además una cola similar a la de los simios que le permite trepar a los árboles. Emprende un viaje lleno de riesgos y poblado de personajes peculiares. En el camino conoce a Grandia, la terrible mujer de un solo ojo, quien pretende comérsela, y a un brujo bueno llamado Jörgund, quien vive en dos mundos.

Koko

Estamos frente a la historia de un pequeño héroe que recupera y reconstruye su confianza después de haber sufrido tal vez la peor experiencia posterior a un abuso sexual: la indiferencia ante lo ocurrido. Solo es posible reconstruir la confianza donde hay un Otro, alguien que, amorosamente, abre un espacio para reconocer el sufrimiento y sanarlo. Ese espacio maravilloso es la confianza.

Azul

Ricky, el niño fanático del baloncesto y las bromas, es contratado junto a su primo Dante para investigar la desaparición de un libro que esconde un oscuro secreto. Pero durante este proceso irán saliendo a la luz otros misterios espeluznantes, como el del sanguinario hombre lobo de Quilicura.

Ana Belén Ramos Óceano Travesía

José Andrés Murillo Ilustraciones de Marcela Peña Penguin Random House

El hombre lobo de Quilicura Pepe Pelayo SM Chile

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NOVEDADES EDITORIALES

Tras los gigantes del fin del mundo Isabel Guerrero S. Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONYCIT)

Tren Tren y Cai Cai María Teresa Johansson Ilustraciones de Juan Urrejola Recrea Libros

La ciudad desolada, El hogar de Miss Peregrine 2 Ransom Riggs Planeta

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Aquí tienes un libro dirigido a niños de 3 a 8 años, a través del cual podrán aprender acerca de la ballena azul, uno de los mamíferos más entrañables de las costas del sur de Chile. Todo el conocimiento que se adquiere cuando se alía uno a un grupo de científicos que estudia a este enorme animal chileno.

Tren tren y Cai Cai pertenecen a la mitología mapuche y a través de ellos se explicaba el origen de los terremotos y maremotos. Tren Tren es una serpiente terrestre que tiene dominio sobre toda la Tierra; Cai Cai, por su parte, es la serpiente marina y su influencia es sobre el mar. La historia cuenta la batalla de poderes que se da entre estas dos serpientes. Tren Tren es victorioso, ya que no logra ser inundado por Cai Cai, a pesar de que finalmente la Tierra queda desmembrada para siempre.

Continúa el viaje extraordinario con la huida de Jacob Portman y sus insólitos amigos en busca de una cura para su querida maestra, Miss Peregrine. Perseguidos por sus enemigos, al llegar a Londres encuentran una ciudad destrozada por las bombas en las que el peligro acecha en cada esquina. A pesar de su valentía y fortaleza, deberán enfrentarse a retos que desafiarán sus asombrosas habilidades. ¿Cómo sobrepasar todos los obstáculos de un mundo en el que humanos y peculiares libran guerras paralelas?


NOVEDADES EDITORIALES

Lovecraft propone una imagen del mundo nueva para terrores novedosos. Crea una nueva mitología habitada por seres vivos, muertos o aletargados, venidos de estrellas que aún no conocemos, provenientes de ignotas dimensiones situadas más allá del tiempo y el espacio, que esperan para desalojar definitivamente a la humanidad de su sitial predominante. Estudioso de la mística, el ocultismo y otras disciplinas, edifica un museo del horror que espantó a sus contemporáneos y todavía hoy provoca terror en los nuevos lectores.

Historias de horror

Rose Howard está obsesionada con los homónimos. Le fascina que su nombre tenga un homónimo -en realidad, un homófono- y, a propósito, le da a su perra un nombre con dos homónimos: Rain (Rein, Reign). Esto, según las reglas de Rose sobre los homónimos, es muy especial. No todo el mundo entiende las obsesiones de Rose, ni sus reglas, ni muchas de las cosas que la hacen diferente. Ni siquiera su padre que la ha criado solo. Y todo se complica cuando una tormenta azota al pueblo y Rain se pierde.

Una niña llamada Rose

Como todos los días, Hieronymus sale a jugar, pero esta vez sucede algo inesperado: al caer por un acantilado, aterriza en un mundo de extrañas criaturas que roban su gorro, su mochila y su pelota. Para recuperarlos, Hieronymus debe emprender una travesía llena de apariciones extraordinarias y armarse de valor y astucia, porque nada es lo que parece. Un álbum sin palabras que transforma el mágico mundo de El Bosco en un emocionante escenario de aventuras.

Howard Phillip Lovecraft Editorial Lea, Zig-Zag

Ann M. Martin Ediciones B

El Bosco Thé Tjong-Khing Ekaré Sur

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NOVEDADES EDITORIALES

Clickable Poem@s Luis Correa-Díaz RIL Editores

Lirio Ignacio Ortega Santillana

Leyendo en Red Carmen Paz Hernández y María Paz Garafulic Confín

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Se trata de un libro que replantea la visión tradicional de la poesía empezando por el lenguaje tecnológico, conectado y multicultural. En este espacio, Luis Correa Díaz explora y experimenta con discursos cruzados que dialogan e interactúan entre sí para lograr como resultado poemas contemporáneos, multisensoriales, reinterpretables y provocadores.

A veces las tormentas y el frío nos obligan a abandonar aquello que más nos gusta y a buscar refugio, lo que puede convertirse en la oportunidad perfecta para descubrirnos, explorar nuevas posibilidades y esperar una primavera llena de colores. Esta es la historia del pequeño Lirio, quien, obligado a resguardarse del invierno en casa de su abuela, descubre una pasión algo original para un niño de su edad.

Un manual, una guía, una bitácora o, simplemente, un relato biográfico del emocionante nacimiento y desarrollo del programa Leyendo en Red, una iniciativa conjunta que la Fundación Luksic y la Fundación Había Una Vez pusieron en marcha hace ya unos años. Para que el día de mañana sean muchas más las comunidades que, enlazadas por las palabras, construyan una nueva realidad, que brinde oportunidades para todos, niños, jóvenes y adultos lectores y también no lectores.


CÓMIC Por Felipe Muhr

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REVISTA HABÍA UNA VEZ #25 | Año 2016 Directoras Fundadoras: María Paz Garafulic Rebeca Domínguez Directora Ejecutiva: Magdalena Palma Editora: Aminie Filippi Directora de Arte: María Paz Muñoz Comité Editorial: Rebeca Domínguez, María Paz Garafulic, Magdalena Palma, Aminie Filippi, Constanza Mekis, Manuel Peña, Claudio Aguilera, Bernardita Cruz y Pablo Álvarez. Colaboradores: Ivonne Reifschneider, María Isabel Molina, María José Frazzoni, Manuel Peña, Carolina Torrealba, Inés Rojas, Pablo Álvarez, Claudio Aguilera, Daniela Sánchez, Bernardita Cruz, Magdalena Aguayo, Pilar Echeverría, Bernardita Bravo, María José Tapia, Adolfo Córdova, Lía Delia Arancibia, Valentina Álvarez, Jennifer King y María Paz Garafulic.

Agradecimientos

Ilustración de portada, gentileza de: Geraldine MacKinnon

Alicia Hoffmann, Isol, Paula Fuentealba, Trinidad Cabezón y al equipo de "Chile para niños". También al Comité de Valoración LIJ de la Fundación Había Una Vez, conformado por:

Ilustraciones interiores gentileza de: Alicia Hoffmann, María José Herrada, Elisa Monslave, Virginia Donoso, Loreto Salinas, Itza Maturana, Felipe Muhr y María Paz Muñoz y archivo de Marianne North. Representantes legales: Rebeca Domínguez y María Paz Garafulic. Avenida Apoquindo 4760, Oficina 11a Las Condes, Santiago. (+562) 23213301 / 22075744 contacto@fhuv.cl

www.fhuv.cl @fhabiaunavez

/Fundación-Había-Una-Vez @fhabiaunavez

104 | HABÍA UNA VEZ

Revista Había Una Vez es una publicación de la Fundación Había Una Vez, financiada por el Fondo del Programa de Intermediación del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile. Agradecemos la participación de todos quienes cordialmente colaboraron en este número, especialmente a:

Rebeca Domínguez, Paola Uribe, Cristián Gajardo, Magdalena Aguayo, Bernardita Cruz, Francisca Santibáñez, Ofelia Muñoz, María José Tapia, Aylín Fuentes, Jorge Cancino, Amparo Arias, Álvaro Soffia, Daniela Sánchez, María Paz Muñoz, Trinidad Cabezón Aminie Filippi.


Nuestra Fundación se dedica a la promoción del libro y la lectura en niños y jóvenes -especialmente de sectores vulnerables-, desarrollando una serie de programas relacionados con la implementación, activación y certificación de bibliotecas, así como también con la gestión de proyectos de fomento lector y la capacitación de mediadores. Misión Promover el valor de la lectura a través de programas y acciones de fomento lector que aporten al desarrollo y bienestar personal, comunitario y social. Visión Contribuir, como un referente a nivel nacional, a la formación de lectores críticos, creativos, conectados con su individualidad y conscientes del mundo que los rodea.

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Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Programa de Intermediaciรณn Cultural. Convocatoria 2015.


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