El salto cuántico

Page 1

La Realidad y sus Mitos

El Salto Cuántico Tercer Mito

H.C. Elías


EL SALTO CUÁNTICO Tercer Mito de la Realidad

Extracto del libro “La Realidad y sus Mitos” ©H.C. Elías

Registro Indautor 03-2015-072909540400-1


“El Salto Cuántico”

Tercer Mito de la Realidad

Hasta el momento nos hemos referido a la conciencia y a su esencia (ser) con la capacidad de observar-percibir. Esta conciencia individual pertenece a una Conciencia Divina de la misma manera en la que cada punto dentro de un holograma se asocia a la imagen completa. Hablamos de una infinidad de realidades relativas o individuales, las cuales solo son percibidas-observadas por la conciencia individual cuando ella misma es observada. También mencionamos que hay una diferencia entre realidad y existencia. Respecto a sí misma, la conciencia siempre existe [existencia trascendente], respecto al observador, podría dejar de existir (desaparecer) de su realidad (la del observador) [existencia inmanente]. Dentro del dominio de la física cuántica el término “salto cuántico” frecuentemente se aplica al cambio de estado de un electrón que pasa de un nivel de energía menor a otro mayor (estado excitado), o de uno de mayor energía a otro de menor dentro de un átomo, mediante la absorción o emisión de un fotón. Dicho cambio es discontinuo y no está regido por la ecuación de Schrödinger: el electrón salta de un nivel menor a otro de mayor energía de modo prácticamente instantáneo. A este tipo de saltos cuánticos usualmente se los denomina transiciones electrónicas. Los saltos cuánticos son el único mecanismo de absorción de energía que posee el electrón y de emisión de esa misma energía en forma de radiación electromagnética, esta absorción-emisión ocurre en unidades cuantizadas llamadas fotones. Cuando la partícula pasa de un nivel de energía a otro, es como si dejara de existir en la realidad del observador sin embargo existe en la realidad de otros observadores, por lo tanto el que el observador no pueda observar su trayecto no quiere decir que sea discontinuo, simplemente que se lleva a cabo en otras realidades que el observador no puede percibir en su realidad relativa. Así que no hay tal cosa como el salto cuántico, pues la aparente discontinuidad en sus estados, es justamente eso, aparente. Para entender esto imaginemos una persona parada en el corredor donde hay dos puertas que pertenecen a un mismo recinto. De pronto se abre una puerta y el observador ve a una persona parada cerca de la puerta en el interior del recinto, luego la puerta se cierra, y se abre la segunda puerta y ¡sorpresa! ve a la misma persona dentro del recinto pero


ahora cerca de la segunda puerta. Si el observador no supiera que las puertas pertenecen a un mismo recinto, diría, ¡esto es algo mágico!, pues la persona simplemente desapareció de un lugar y apareció en otro sin seguir ninguna trayectoria continua, por tanto debe tratarse de un fenómeno cuántico es decir, aparición, desaparición, aparición. Pero si se entera que detrás de ambas puertas existe un mismo recinto, sabrá que simplemente llegó de una puerta a la otra de forma continua pero no observable desde la realidad del observador parado en el corredor. Algunos ¡¿eruditos?! en el tema de la realidad, sugieren que para pasar de una realidad a otra se debe dar un “salto cuántico”, pero, ¿será cierto? Para dar respuesta a esta perturbadora pregunta, imaginemos que cada realidad alterna está representada por una función de onda diferente:

Salto cuántico

Salto cuántico

Y desde luego una separada de la otra. De acuerdo a la idea del salto cuántico cambiar de realidad equivaldría a desparecer de una función y aparecer en la otra como por arte de magia. Para quienes proponen esta idea, la conciencia que es observada dejaría de existir durante el salto, lo que de hecho ocurre, sin embargo, se trata de un problema de perspectiva, aunque es cierto que deja de existir, no lo hace con respecto a sí misma como lo sugieren quienes pregonan esta idea, sino que, como lo hemos mencionado anteriormente, ésta no existencia se da desde la perspectiva del observador y con respecto a su realidad. Así es que desde la perspectiva de la conciencia observada no hay tales discontinuidades ya que percibe de forma continua fragmentos de realidades alternas que no son observables desde la perspectiva del observador. Cuando vuelve a ser percibida por el observador es cuando la conciencia observada vuelve a percibirse a sí misma dentro de la realidad del observador como fragmento de su propia realidad.


Por otra parte dado que la Única Realidad solo está formada por historias posibles o individuales a manera de superposición de estados, no puede existir algo de naturaleza diferente. Por lo tanto no puede haber entre ellas un algo diferente a cada estado o “función de onda” que represente una historia posible, pues en última instancia todo es Conciencia, por lo que el esquema anterior representa una visión errónea, ya que no solo no hay salto, sino que ni siquiera existe “ese algo” que supuestamente habría de ser saltado cuánticamente para cambiar de realidad. Una mejor representación sería algo así,

Si en vez de unas cuantas realidades esquematizáramos una infinidad, se tendría algo como esto, donde el color gris representa la infinidad de realidades relativas súper puestas, por lo que dejan de ser distinguibles individualmente y solo se ven como una especie de “nube”.

Así que para pasar de una realidad a otra no se requiere de ningún salto ya que son tantas que el paso es continuo tal y como lo muestran ambos esquemas. Esto sugiere que no hay niveles de energía no permitidos, lo que hay son estados no perceptibles desde la realidad del observador. Alrededor del año 1300 d.c. el Rabino Joseph ben Snalom de Barcelona sostenía que: “en cada transformación de la realidad, en cada cambio de la forma, o cada vez que el estado de una cosa es alterado, el abismo de nada es cruzado y por un evanescente momento místico se hace visible”. Esto no es más que la definición de un “salto cuántico”. Veamos porque podemos aseverar tal cosa analizando a fondo la frase del Rabino. En cada transformación de la realidad, en cada cambio de forma o cada vez que el estado de una cosa es alterado, nos sugiere un cambio entre dos estados o niveles de energía diferentes; luego dice que el abismo de nada es cruzado, esto equivale a “aparecer”“desaparecer”-“aparecer”. Hasta aquí ambas definiciones son totalmente equivalentes,


pero la diferencia radica en la última frase, cuando menciona “por un evanescente momento místico se hace visible”. Es claro que desde la perspectiva del observador esto no ocurre, ya que solo se podría hacer visible desde la perspectiva de la conciencia observada. El abismo de nada no es otra cosa que la superposición de la infinidad de realidades relativas o posibilidades de la conciencia observada. Es así que la diferencia entre ambas definiciones es que la que corresponde al Rabino Joseph ben Snalom se establece desde la perspectiva de la conciencia observada, en cambio, la que se enuncia dentro del dominio de la mecánica cuántica está descrita desde la perspectiva del observador. Como hemos mostrado, en última instancia la falacia del “salto cuántico”, no es más que una cuestión de perspectiva. Desde la conciencia que observa, la conciencia observada deja de existir en su realidad de forma intermitente, en tanto que desde la perspectiva de la conciencia observada no deja de existir, cualquier cambio de estado en ella debido a la percepción de fragmentos de diferentes realidades o posibilidades que conforman ese “abismo de nada”, ocurre de forma continua. Salto cuántico respecto al observador en R1

R1 R1

RA1

RA2

RA3

Abismo de Nada Observador en R1

Observador en R1

Observador en RA1 Observador en RA2 Observador en RA3 Conciencia observada R1

Realidad del observador

RA1-2-3

Realidades alternas

Cuando observamos un mismo evento pero lo interpretamos de diferente manera, la causa se llama perspectiva. El observador en R1 ve a la conciencia observada en un estado y luego en otro. En cambio la conciencia observada, durante lo que su observador define como salto cuántico, percibe el “abismo de nada” o la superposición de todos sus estados o realidades posibles, lo que ocurre cuando solo es observada por la Conciencia Divina como puente entre varias


realidades donde es observada por conciencias individuales y que percibe conscientemente, hasta finalmente ser observada nuevamente por la conciencia en R1 o la realidad de partida. Ahora con respecto al concepto de realidad relativa debemos agregar una nueva palabra a las cuatro anteriores, conciencia, existencia, observación y percepción‌ perspectiva.


Ingeniero Físico con especialidad en física cuántica por la Universidad Iberoamericana (UIA). Creador de la Teosofía Cuántica. Ha realizado estudios de Hebreo Bíblico en la Universidad de Jerusalén (en línea). Ha estudiado Sagradas Escrituras, Evangelios Apócrifos, Kabbaláh, Geometría Sagrada, antiguos manuscritos sumerios y egipcios, Decodificación Biológica de las Enfermedades, entre otros más. En la actualidad cuenta con 64 publicaciones. elias.hiram@yahoo.com.mx


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.