Símbolos ancestrales y partículas elementales

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ACERCA DE LA NADA Y EL VACÍO X SÍMBOLOS ANCESTRALES Y PARTÍCULAS ELEMENTALES

H.C.ELÍAS


SÍMBOLOS ANCESTRALES Y PARTÍCULAS

ELEMENTALES H.C. ELÍAS


Extracto del libro Acerca de la Nada y el Vacío ©H. C. Elías REG. INDAUTOR 03-2016-080810504800-01


MÁNDALAS

La palabra mándala es de origen Sánscrito y significa círculo o punto.

El símbolo más antiguo que deja su significado a la imaginación de cada uno, es el círculo, el cual puede definirse como un punto inmaterial que sirve de centro a la rotación inmutable.

Todo mándala asocia el aspecto de la conciencia cósmica con la conciencia humana. El mándala consta de tres principios de organización: el punto central, la irradiación desde ese punto, y el límite exterior circular.

El punto central es un centro de energía, lugar que es el origen de toda existencia en el espacio y el tiempo. También puede significar la unidad, la totalidad y la perfección. El círculo y la esfera se derivan del concepto de punto el cual no tiene dimensionalidad, es el origen y final de todos los senderos posibles y representa la existencia individual y su espiritualidad.

Es el corazón del cosmos, la energía que proviene del vacío y del silencio, y es ahí donde reside lo divino, lo invisible y lo metafísico, símbolo de la unidad misma.

La irradiación desde el centro se desplaza de forma centrífuga hasta la periferia exterior para reunir de nuevo la esencia del centro.

El límite exterior representa lo infinito y lo absoluto. Es el modelo perfecto que representa el microcosmos y el macrocosmos.


En el mándala dos aspectos importantes se unifican: la inmovilidad del centro y la armonía de la periferia.

Cada mándala clásico contiene un mantra que representa su formulación sagrada. Es así que el mantra se considera el alma del mándala.

Sri Yantra es el mándala más importante de la tradición hindú, que simboliza la creación a partir de la unión de los aspectos femenino y masculino de la divinidad.

La figura del Sri Yantra está formada por el encuentro de nueve triángulos; de entre ellos, cinco tienen su vértice hacia abajo y representan a Sakti, el aspecto femenino de la divinidad, y los otros cuatro, con el vértice hacia arriba, representan a Siva, el aspecto masculino. El conjunto se articula alrededor del bindu, el punto central que es el origen de toda manifestación. Dado que está compuesto por nueve (nava) triángulos (yoni), se le denomina también Navayoni Chakra, la rueda de los nueve triángulos.

Fig. 140


La manifestación se representa por un punto llamado bindu. En la primera etapa de la manifestación, a este punto se le llama para bindu, es el núcleo de energía concentrada, el germen del sonido último, y representa los aspectos dinámicos y estáticos de lo masculino y lo femenino (Shiva y Sakti), unidos en uno. Contiene todas las potencialidades del devenir.

Cuando la creación comienza, este punto se transforma en apara bindu: “El punto esencial en medio del yantra es la Sakti suprema, que crece y toma la forma de un triángulo” (Kamakalavilasa). El punto recibe un rayo y en su seno se opera la polarización de Shiva y Sakti, las energías dinámicas y estáticas comienzan a relacionarse y los dos puntos suplementarios emergen, para formar una tríada: el triángulo primordial, llamado mula-trikona. Estos puntos se representan por unas sílabas sánscritas y las tres vibraciones básicas de la pronunciación de estas sílabas emanan de un único sonido primordial. El triángulo hacia abajo representa el modelo de la primera forma del deseo original (el yoni, imagen del sexo femenino), en el proceso creador. Simboliza el principio dinámico de la creación. El elemento estático predomina en el para bindu, que representa el elemento masculino. Toda la creación proviene de estos dos principios, el punto y el triángulo, y de la felicidad de su unión. Así se dice que: “el Sri Yantra es el cuerpo de Shiva y Sakti”. Así mismo, el triángulo primordial representa las tres cualidades de Sakti: la joven, la bella, la terrorífica; así como el triple proceso de: creación, preservación y disolución. (Brahman, Vishnu y Shiva).

En la mística Judía al principio masculino se le asocia con el tiempo, en tanto que al femenino con el espacio. Esto parece contradecir lo expuesto en el párrafo anterior, donde el aspecto femenino se asocia al principio dinámico de la creación, en tanto que el masculino al estático, ya que sonaría más congruente si el tiempo se identificara con el principio dinámico, y el espacio con el estático.


Esta aparente diferencia, desde mi punto de vista, solo reafirma su similar esencia, pues en última instancia el tiempo es espacio, y el espacio es tiempo. Al unirse el tiempo penetra en el espacio, tanto como el especio compenetra el tiempo. De esta forma los nueve triángulos representan el marco de espacio tiempo para nuestro nivel de conciencia, en el cual los eventos han de ser percibidos e interpretados como realidad.

A la luz de lo que he presentado en relación al código encriptado en las partículas elementales que he expuesto en el capítulo anterior, podemos ver una estrecha relación con este mantra. Para ello contemos el número de “pétalos” en el círculo interno de la figura, el resultado es 8, y hagamos lo mismo para los “pétalos” en el círculo externo, al cual le corresponden 16. Recordemos que el total de triángulos en el interior es 50, si unimos el número de triángulos con los pétalos del círculo interior obtenemos el número 58 y si lo hacemos con el total de pétalos correspondientes al círculo exterior, el número sería 66. Resumiendo tenemos 3 números, 50, 58 y 66.

En la tabla 74 concerniente a los fermiones aparece el número 66 como el total de letras que aparecen en la conformación de tales partículas.

En la tabla 76 vinculada a los bosones aparecen los otros dos números, es decir, el 50 y el 58 correspondiendo respectivamente al total de nombres y al total de letras que participan en la conformación de este tipo de partículas.

Otro número importante es el 150, o total de lados o vértices de cada triángulo que participa (50 x 3), valor que de acuerdo a la tabla 76 corresponde al total de letras que conforman los bosones.


Resumiendo, los números 50, 58 y 150 están asociados con los bosones, en tanto el número 66 con los fermiones. De acuerdo a la figura 140 el primer conjunto corresponde a la zona interna del primer círculo, en tanto que el número restante al círculo externo.

Tampoco es coincidencia que se trate en total de nueve triángulos básicos, 5 asociados al principio femenino y 4 al masculino, número que coincide con el número total de bosones, incluidos los dos bosones hipotéticos que propongo. De acuerdo a lo visto en capítulos anteriores podríamos agrupar a estos bosones en dos grupos, en el primero estarían los bosones Z,W⁺,W‾, el gluón y el fotón, en total cinco; en el segundo grupo el bosón de Higgs, el gravitón y los bosones hipotéticos α y β, en total cuatro.

Esto nos lleva a concluir que este mantra representa principalmente a las partículas elementales conocidas como bosones en su parte interna, y al vínculo que tienen con los fermiones, vínculo representado por el segundo círculo interno. En otras palabras, el mantra Sri Yantra representa el fundamento material de lo que percibimos como realidad. Por último recordemos los significados codificados de cada número que participa. Nuevamente de acuerdo a las tablas 74 y 76, obtenemos las palabras Espíritu, Puerta, Revelación, Unidad. De aquí que el mándala represente la puerta revelada al espíritu de la unidad.

Otro aspecto importante lo podemos inferir si vemos detenidamente la figura 140, en ella resulta claro que el círculo medio relacionado con los fermiones en cierta forma envuelve al interno de los bosones, lo que podría indicar que los fermiones son capaces de absorber y por tanto de emitir bosones. Situación que de acuerdo a la mecánica cuántica es de hecho cierta.


TRISKEL Otro importante símbolo es el que se conoce como Triskel de origen druida, el cual está conformado por un círculo exterior que representa al mundo y el infinito, dentro de este círculo hay tres espirales con giros dobles que forman a su vez tres círculos, estas espirales nacen de un mismo punto.

Cada espiral representa una de las tres partes de las cuales está conformado todo en el universo, siendo idénticas en tamaño pero diferentes en naturaleza. El tres es el número más sagrado para la cultura celta, representa la perfección y el equilibrio; el Triskel es la representación más perfecta del número mágico “3” de los celtas, esquema que se encuentra también en la Triqueta.

El Triskel en conjunto representa la eterna evolución a través del conocimiento, la trinidad máxima del druidismo, mente, alma y cuerpo en perfecta armonía y equilibrio.

La tarea y filosofía del druida es la búsqueda del eterno aprendizaje.

Su forma de espirales en movimiento representa la evolución y el desapego a situaciones que alejen al individuo de su centro común tanto físico, como mental y espiritual.

La primera espiral representa los límites y capacidades, sensaciones y sentidos del cuerpo; la segunda representa el camino de las ideas y el pensamiento, la razón y la conciencia; finalmente el tercer espiral es conocida como triskillan representa el duro camino del alma, este en específico es el más nubloso por la dificultad de aprender del mundo de los dioses y del espíritu. En definitiva el Triskel representa el aprendizaje perpetuo y la evolución del ser y del universo.


“Tu mundo es una esfera sagrada... En su interior cohabitan las tres partes de ti, idénticas en tamaño, pero diferentes en naturaleza. Cada una de estas partes es tú mismo y contiene tu evolución y tu alma." Tradición oral celta en uno de los libros sagrados.

Fig. 141 En el plano interior las espirales representan el pasado, presente y futuro, en tanto el círculo exterior, el Continuo Infinito Presente donde los tres tiempos cohabitan y son simultáneos pero en diferentes dimensiones. El triskel es la puerta que se abre para entrar en el plano energético de los dioses. El giro de los brazos rematados con esferas representa el detonante capaz de lograr el desapego de lo material alcanzando así la trascendencia. Desde mi punto de vista, este símbolo celta cuyos orígenes se pierden en la bruma del tiempo, está muy ligado a lo que denominé quantum de vació, cuya unión en grupos de tres da origen a las partículas elementales, mismo que representa un puente entre la esencia y la forma. Cada espiral indica la unión de los cuanta de vacío entre sí, así como el vínculo con sus compañeras súper simétricas. Los puntos representan la sefirót Yesod, la cual como explique en su momento es dual de cada sefirót Malkjut, representadas en el Triskel por


las espirales. Por último los 3 círculos externos, sugieren un arreglo fractal. Si recordamos las figuras que representan cada partícula elemental fácilmente podemos ver que intervienen tres árboles de la vida en un arreglo fractal, en primer término la sefirá Malkjut en todas, en el segundo nivel fractal las sefirót que hemos dibujado dentro de la sefirá de Malkjut y en tercer nivel fractal, las sefirót dentro de cada sefirá perteneciente al segundo nivel fractal. Desde luego este símbolo es fundamental pues representa la conformación básica del mundo material y por tanto de todo lo que percibimos como real. Mientras que el Mantra Sri Yantra se relaciona con el sonido fundamental “OM” y representa la acción conjunta de las partículas elementales, fermiones y bosones en la conformación de la “realidad” y la percepción del mundo material, el Triskel encierra el secreto de la estructura de cada partícula, y representa la puerta entre el mundo material y el espiritual, el puente entre la esencia y la forma.


FLOR DE LOTO En lo referente a las partículas elementales mencioné que hay una geometría revelada y otra oculta, y comenté que esta geometría multidimensional era algo semejante a una serie de hexágonos inmersos en estructuras similares a estrellas de David. Si vemos la figura del “Om” dentro de la flor de loto, sugiere justamente la idea de una geometría fractal multidimensional en torno al quantum de vació de donde surge la materia y que actúa como enlace entre la esencia y la forma.

Fig. 142


LAS 5 GEOMETRÍAS Por último retomemos el comentario de Madame Blavaski en relación a las 5 geometrías inscritas en el círculo y que se mencionan en el libro “Las Estancias de Dzyan”. Habla acerca de un triángulo, una línea vertical, un cuadrado, una línea horizontal y un pentágono, cada uno inscrito en un círculo. Como lo hiciera anteriormente, es fácil ver que esto corresponde a la secuencia de número 3 1 4 1 5, clara aproximación al número Π, por lo que no resulta extraño que dichas geometrías se representen inscritas en un círculo. Aplicamos el significado místico de las letras hebreas conforme a su valor ordinal. Haciendo esto el 3 significa Revelación, el 1 la Nada, el 4 Puerta o Palabra, el 1 el infinito, el 5 el Espíritu, y el círculo la alef y la tav, es decir, la Nada y la Materia. Considerando esto el código oculto en la simbología de Dzyan sería: La Nada se revela a sí misma como materia mediante la palabra que es la puerta al Espíritu infinito.


LA FLOR DE LA VIDA Otros símbolos importantes utilizados en capítulos anteriores, son: La flor de la Vida, la Pentaflor, la Estrella de 12 picos y la Estrella de David. La Flor de la Vida es parte de lo que se considera Geometría Sagrada, que es la creencia de que existe una lógica matemática, geometría y física que subyace todo el universo. La Flor de la Vida se trata por tanto de un símbolo con un fuerte valor religioso y místico, que contiene en sus formas la lógica de la Creación. Claramente el contenido de este párrofo corrobora lo que demostré en capítulos anteriores, que la Flor de la Vida representa la geometría del Nombre revelado de la Divinidad HVHI.

Fig. 143 Esta figura geométrica está compuesta de 19 círculos completos del mismo diámetro y 36 arcos circulares que forman un conjunto de forma hexagonal, el cual se incluye a su vez en un círculo mayor. Los 19 círculos completos pequeños de la figura se solapan creando patrones radiales simétricos similares a flores de 6 pétalos.


Recordemos la tabla 76, en el primer renglón aparece como suma de los valores representativos de las celdas donde cada nombre de Di-s se ubica el número 1963. Resulta curioso que se componga de dos números, el 19 y el 63, este último inverso de 36, que de acuerdo al párrafo anterior representan el total de círculos y arcos que conforman la Flor de la Vida. El valor reducido de este número no depende del orden de sus componentes, es decir, no importa si lo consideramos como 19 63 o como 19 36, es el mismo, en particular, uno. De acuerdo al significado místico de las letras, el uno se corresponde con la alef y por tanto representa la Nada. Esta relación es muy importante y reveladora pues confirma que la Flor de la Vida es la geometría de la Nada en su aspecto finito, o quantum de vacío, el cual es un fractal de la Nada y por tanto contiene la totalidad de la Nada, el infinito dentro de lo finito. Esto corrobora que la Flor de la Vida representa la geometría holográfica del Nombre revelado de la Divinidad o HVHI. Desde luego hay muchos más símbolos y geometrías pero creo que estos son suficientes para transmitir la idea de que la simbología ancestral contiene mucha más información de la que nos ha llegado a través del tiempo, o de la que queremos aceptar y reconocer como fuente de auténtico conocimiento en lo concerniente a la manera en la que se ha conformado el multiverso asociado al nivel de conciencia colectivo que nos corresponde.



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