Senderos de la realidad ojo por ojo o la otra mejilla

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Senderos de la Realidad

¿Ojo por Ojo o La Otra Mejilla?

H.C. Elías


¿Ojo por Ojo, o La otra Mejilla?

Extracto del libro “La Realidad y sus Mitos” ©H.C. Elías

Registro Indautor 03-2015-072909540400-1


Y entonces… ¿Ojo por Ojo o, la otra mejilla? Desde la perspectiva de la oruga, ojo por ojo es sinónimo de fortaleza, para ella se trata de justicia que resarce el daño ocasionado por una afrenta. La otra mejilla es signo de debilidad. Como se trata de fuerza y debilidad, para la oruga las dos posturas son diametralmente opuestas, así que, desde su perspectiva solo es posible asumir uno u otra, pues por definición, al menos para ella, se contraponen. Desde la perspectiva de la Mariposa, con respecto a su “mundo”, ojo por ojo es un asunto de justicia que conlleva estabilidad y compensación. Dado que su historia más probable refleja el ser, ojo por ojo no es otra cosa que un evento de justicia del ser en sí mismo. El reflejo representa la compensación y estabilidad manteniendo la congruencia y continuidad entre el “interior” y el “exterior”, esto lleva a un estado de equilibrio. A manera de ejemplo, si el ser está dominado por el miedo y acostumbra aprovecharse de otros seres para su beneficio, extrayendo lo más posible de cada uno sin otorgar a cambio una compensación justa, el equilibrio se rompe y esta ruptura debe ser compensada para que la continuidad “interior”-“exterior” se mantenga. En este caso particular el cáncer aparecerá en su cuerpo, su entorno aumentará su estrés, se sentirá amenazado, inseguro, incapaz de disfrutar en paz el fruto de sus logros o mejor dicho “abusos y robos”. Si el ser está entregado al amor, en cuanto más da, el “espacio” que se genera en su interior debe ser compensado recibiendo en abundancia. Al dar el equilibrio se rompe, al recibir la estabilidad se restablece. Si un ser continuamente esta compartiendo lo que tiene, la compensación garantiza un cuerpo saludable libre de enfermedades, un entorno lleno de felicidad, paz, armonía, etc. El asunto de la otra mejilla, desde la perspectiva de la Mariposa encierra fortaleza. De acuerdo a la compensación asociada a ojo por ojo entre más es lastimado, el mayor daño es para quien intenta dañarlo. Si el ser en vez de responder con violencia ante la violencia lo hace con amor, ejerce su libre albedrío rompiendo la causalidad en su realidad relativa iniciando un proceso de divergencia producto de la fortaleza del ser en el amor, reflejándose, en última instancia, este ser en la nueva realidad relativa. Un ejemplo de esto es la resistencia pacífica de Gandhi, logrando independizar a la India del Imperio más poderoso sobre la tierra, el Imperio Británico. Desde la perspectiva de la Mariposa con respecto a su “mundo”, ambas posturas reflejan fortaleza, una no excluye a la otra, por el contrario se complementan, ya que representan la misma cara de la moneda.


Mientras que la oruga no puede asomarse al mundo de la Mariposa por ir más allá de su capacidad de comprensión y sensibilidad, la Mariposa, desde su perspectiva si puede comprender plenamente el “mundo” de la oruga incluso más de lo que la propia oruga puede hacerlo. Desde la perspectiva de la Mariposa en el “mundo” de la oruga “ojo por ojo” no es asunto de justicia, sino de venganza ejercida por un ser sobre otro que considera que su ego ha sido dañado o violentado. Esto en sí mismo representa un estado de inestabilidad y ruptura del equilibrio. Un asunto en el que la venganza responde a la violencia con violencia. En esto caso aquel que ejerce la venganza, reafirma su ser en el miedo y sin posibilidad de ejercer su libre albedrío continuará atrapado en una realidad relativa que continúe reflejando violencia, agresión, pérdida constante, insatisfacción, etc. Desde la perspectiva de la Mariposa “ojo por ojo” no es una fortaleza como lo supone la oruga, sino una debilidad que esclaviza al ser dentro del dominio del miedo. En cuanto a “la otra mejilla”, desde la perspectiva de la Mariposa en el “mundo” de la oruga, el ser se victimiza a sí mismo, por tanto se trata de una debilidad cuya raíz es el miedo. Esto no represente ruptura de causalidad y por tanto no hay ejercicio del libre albedrío. De esta forma, en el “mundo” de la oruga, “ojo por ojo” representa la venganza que ejerce un ser sobre otro respondiendo con violencia la violencia, dentro de un esquema causal, lo que, en última instancia, no lo hace responsable de sus acciones, sino que la responsabilidad recae en quien ejerce su libre albedrío apoyado en la fe de Di-s bajo el dominio del miedo y predetermina los parámetros de los fragmentos de realidad relativa que serán traídos a la existencia por el observador en su realidad relativa. En este mundo ojo por ojo implica actuar. En el mundo de la Mariposa, “ojo por ojo” es un asunto de justicia del ser sobre sí mismo, justicia que se ejerce mediante la compensación, el equilibrio y la estabilidad. En este mundo ojo por ojo se deriva del ser y no del hacer como en el mundo de la oruga. En el mundo de la oruga “la otra mejilla” refleja pasividad, victimización, actitud que está vinculada al miedo y es producto de la causalidad. En el mundo de la Mariposa “la otra mejilla” representa la ruptura de la causalidad por ejerció del libre albedrío en conjunto con la fe de Di-s bajo el cobijo del amor. Por la importancia que reviste, vale la pena meditar un poco acerca del porqué la idea de que la violencia se combate con violencia está tan arraiga. Pues de esto se deriva que “ojo por ojo” se entienda como acción para el ejercicio de la justicia (venganza) y no


como el reflejo compensatorio del ser que garantiza la continuidad y congruencia entre el interior y el exterior. Pienso que al menos en aquellos que comparten el Génesis Bíblico como fundamento de sus creencias la idea de una humanidad dominante por mandato Divino está profundamente arraiga. Sin embargo esta idea se basa en un trágico y gravísimo error de interpretación. Error que ha esclavizado a la humanidad al miedo. En mi libro “El Legado Olvidado de los Adám”, demuestro que el Génesis Bíblico relata la existencia de dos Razas Adámicas y no una como los intérpretes de las Sagradas Escrituras nos han hecho creer. Los primeros Adám fueron creados de la nada macho y hembra desde el inicio, no como los segundos Adám (Adán y Eva) que fueron formados de la “tierra” y luego la mujer separada del hombre. Los primeros Adám fueron hechos a la imagen y semejanza de Di-s, se les bendijo, y se les mandó dominar sobre todas las criaturas. Los segundos Adám no fueron hechos a imagen y semejanza de Di-s, sino conservando cierta imagen y semejanza con los primeros Adám, después de la caída se les maldijo, no se les mandó dominar, sino guardar, preservar y cuidar el huerto. Estas son solo algunas de las diferencias a las que me refiero en mi libro, sin embargo, las que me son de interés en esto punto, solo son estas. Esa falsa idea de que fue a Adán y a Eva a quienes se les mandó dominar y sojuzgar a las criaturas, siendo además creados a imagen y semejanza de Di-s ha sido el pretexto perfecto para justificar la destrucción, el deseo de poder, el ejercicio de la violencia, la necesidad de dominio, en pocas palabras, la esclavitud al miedo. Sin embargo la indicación que se da a Adán es la de guardar, preservar y cuidar. Esto define un mundo más parecido al que pertenece la Mariposa. Un mundo de hermandad entre el hombre y todo lo demás; animales, plantas, minerales. Este mandato conlleva la idea de que todo tiene vida, de que todo está entrelazado, de respeto y de movimiento desde el reposo, con lo que se potencializa la cultura del ser en vez del hacer. Bajo este mandato, el ser no requiere destruir la naturaleza para obtener la energía y materias primas necesarias para desarrollar diversas tecnologías. De haber comprendido correctamente el Génesis nos habríamos percatado de que, debido al entrelazamiento con todos los seres, la telepatía es una habilidad propia del ser,


por lo que el uso de aparatos de comunicación no sería necesario. Esto evitaría la destrucción de la naturaleza, la sed de dominio, la compulsión por obtener poder y acumular riquezas, el abuso sobre otros seres, etc. Si hubiésemos comprendido que el ser es el responsable de la salud y no las medicinas, nuevamente la competencia por los mercados no implicaría la destrucción de la naturaleza ni todas las cosas que ya cite. Solo son dos ejemplos sencillos pero contundentes. Si queremos ejercer nuestro libre albedrío para salirnos de esta causalidad, debemos empezar por aceptar que no fuimos hechos a imagen y semejanza de Di-s, y que tampoco fue a nuestra raza Adámica a la que se le fue dado el mandato de dominar y sojuzgar. Sin embargo se nos dio algo más grande, la habilidad que tiene Di-s de generar movimiento desde el reposo, es decir, se nos dotó con un ser capaz de reflejarse a sí mismo en su realidad relativa. Esto es mucho más poderoso que la limitada y autodestructiva generación de movimiento a partir del movimiento con la que fueron dotados los primeros Adám. De aquí que jamás generaremos paz mediante el combate de la violencia con violencia, la paz es algo que surge del interior como habilidad del ser. Es claro que esta disertación podría extenderse y extenderse, sin embargo considero que es suficiente para transmitir la idea central de que la humanidad se encuentra atrapada bajo el yugo del miedo y en gran parte por adjudicarse atributos que nunca le han pertenecido.


H. C. Elías


Ingeniero Físico con especialidad en física cuántica por la Universidad Iberoamericana (UIA. Ha realizado estudios de Hebreo Bíblico en la Universidad de Jerusalén (en línea). Ha estudiado Sagradas Escrituras, Evangelios Apócrifos, Kabbaláh, Geometría Sagrada, antiguos manuscritos sumerios y egipcios, Budismo, Hinduísmo, Judaísmo, Cristianismo y estudios afines. elias.hiram@yahoo.com.mx


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