Las Leyes de la Realidad Estabilidad Sexta Ley
H.C. ElĂas
Estabilidad Sexta Ley
Extracto del libro “La Realidad y sus Mitos” ©H.C. Elías
Registro Indautor 03-2015-072909540400-1
Estabilidad
“En el mundo de la ilusión el principio de causalidad es el responsable de la estabilidad. Toda perturbación proviene del libre albedrío actuando conjuntamente con la fe de Di-s”.
La estabilidad es la propiedad de mantener un estado determinado o de volver a dicho estado después de haber sufrido una perturbación. Ubicarse en un estado de equilibrio u oscilar en torno a él, ambos definen estados estables. Cada realidad relativa con sus parámetros pre determinados representa un estado estable. Después de la perturbación infringida por el libre albedrío en conjunción con la fe de Di-s, se restablece la estabilidad en todo el “entramado” de realidades relativas en la onceava dimensión. En el mundo de la ilusión la estabilidad definida como oscilación en torno a un punto de equilibrio se da por doquier, la noche sigue al día, y el día a la noche, los planetas giran en torno al sol, el electrón en torno al núcleo, las moléculas en los cristales. En fin la oscilación define ciclos y cada ciclo un estado estable. En ausencia de aire, un péndulo oscila con la misma amplitud en torno a su punto de equilibrio continuamente. Este es su estado estable. Es claro que la estabilidad ya sea por estar en un estado de equilibro o por oscilar en torno a este, se da en el dominio de la causalidad, y por tanto es un proceso inconsciente. Recordemos que en el dominio de la causalidad o determinismo nuestras decisiones, pensamientos, sentimientos y acciones están pre determinadas, por lo que actuamos como autómatas inconscientes. Cuando se ejerce el libre albedrío bajo la fe de Di-s se rompe la cadena causal actual, esto se puede interpretar desde esta perspectiva como una perturbación, pero una vez finalizada la interacción, la estabilidad se restablece, solo que ahora en otra cadena causal distinta. Cuando se ejerce el libre albedrio conjuntamente con la fe de Di-s es como si detuviéramos el péndulo en alguno de sus dos extremos de máxima amplitud de
oscilación y lo giráramos algunos grados y luego lo soltáramos nuevamente. Durante el giro se rompe la causalidad, luego la nueva dirección de oscilación del mismo péndulo restablece la causalidad, ya que reinicia la oscilación hasta que vuelva a ser detenido y girado unos grados, y así sucesivamente… Si la perturbación se intenta en algún punto intermedio de la oscilación, se provocará un “choque”, luego el movimiento será irregular, para finalmente volver a recuperar su estabilidad pero con una amplitud menor. Es por esto que el libre albedrío junto con la fe de Di-s para que logre un cambio debe ejercerse en los extremos, es decir, donde el amor contiene la menor cantidad de miedo, o donde el miedo contenga el menor amor posible. Para entender mejor esta idea, imaginen que empujan a alguien en un columpio, si quieren “detenerlo” cuando no ha llegado a su máxima altura, provocan un movimiento irregular y luego la oscilación se restablece pero con menor amplitud. Pero si esperan a que llegue a su máxima altura, lo pueden detener sin problema, así fácilmente podrían girar el disco donde se sostienen las cadenas y con una nueva orientación soltarlo y la oscilación reiniciaría suavemente. El ritmo de la oscilación no puede detenerse indefinidamente, de hecho se da en el instante más pequeño que puede existir (10⁻⁴⁴segs.). Esto significa que el libre albedrío en conjunto con la fe de Di-s debe reorientar de inmediato la causalidad como parte de otra realidad relativa. También es el tiempo en el que la conciencia es consciente pues si así no fuera no podría ejercer libre albedrío ni la fe de Di-s. En el plano emocional esta oscilación lleva a las personas a pasar de estados de paz a estados de estrés, de la euforia a la depresión, de la felicidad a la tristeza, etc. Dado que se trata de una ley, ¿estamos condenados a vivir esclavizados a la oscilación y por tanto a la estabilidad? Aunque es cierto que no podemos detener indefinidamente la oscilación, si podemos permanecer en un estado consciente de percepción. Recordemos que la conciencia es la que observa materializando todo cuanto la historia más probable “contiene”, luego sigue la percepción sensorial consciente, así como la extrasensorial que puede o no ser consciente de la ilusión. Esta información se traduce en el cerebro y se convierte en imágenes tridimensionales que se desarrollan en secuencia temporal, así como en sensaciones. Y esto es a lo que le damos la connotación de “real”. En la realidad alterna, en sí el mundo de la ilusión, están los opuestos y se lleva a cabo la oscilación que mantiene la estabilidad.
Estabilidad en este sentido implica compensación. Parece que estuviéramos atrapados sin salida, pero si hay una, y se llama percepción consciente enfocada. La siguiente figura seguramente nos ayudará a comprender esta idea.
Amor
Miedo
Amor
Miedo
De la figura vemos claramente que la estabilidad no se ve afectada, si la conciencia es capaz de percibir conscientemente solo una parte de la oscilación. Aunque los sentimientos, pensamientos, acciones y decisiones están predeterminados y sujetos a las mencionadas leyes, la conciencia puede decidir qué va a decodificar de la información contenida en cada realidad relativa adscribiéndole una connotación de “real” mediante la percepción consciente enfocada. Aquí no se trata de expandir la percepción, sino de enfocarla. Y esto se logrará teniendo un muy bien definido sistema de creencias, un claro conjunto de convicciones, acercarse al amor o al miedo, imaginar a detalle la posibilidad e infundirle sentimientos. Luego la ventana de percepción podrá ser “compartida” mediante la ley de comunicación con otras conciencias de tal suerte que percibirán lo mismo conscientemente. Imaginemos que somos los “chamanes” de la tribu y no ha llovido, la gente sufre por eso, y nosotros por amor decidimos enfocar nuestra percepción a la posibilidad de que llueva, porque de hecho la lluvia es parte de la posibilidad aún cuando no la percibimos, por eso, debemos dejar de percibir la sequía y solo percibir la lluvia. Para lograr esto primero la creencia de que el chaman puede hacerlo debe ser parte tanto de él como de la tribu, el chaman debe actuar bajo la convicción de que puede hacerlo, luego simplemente debe imaginar la lluvia sintiendo sus efectos, como lo son el agua escurriendo por su cara, el golpeteo de las gotas en su cuerpo, el olor a tierra mojada, el lodo que salpica los pies, el viento con cierta sensación de frío en la piel, el cielo nublado, etc. Entre más completa la imagen acompañada del sentimiento, más pronto el chaman
valiéndose de su libre albedrío, la observación de su conciencia y el resto de la fe de Di-s percibirá la lluvia y por “comunicación”, los miembros de la tribu también. Antes de comenzar con el rito descrito en el párrafo anterior debe agradecer a la Conciencia Divina porque algo como la lluvia exista en al menos una historia posible. La oscilación no desaparece o se interrumpe, es la conciencia la que percibe conscientemente solo aquella parte de la oscilación que desea al ejercer su voluntad mediante el libre albedrío, su observación consciente y el resto de la fe de Di-s. Esta percepción selectiva no excluye la compensación como elemento fundamental de la estabilidad. Lo que se obtiene siempre se paga con lo que se pierde. El rico posee mucho de lo que al pobre le falta, mientras que el pobre posee cosas que frecuentemente están fuera del alcance del rico. El millonario que gusta de finos manjares y que tiene la fortuna necesaria para satisfacer sus deseos y asegurarse la satisfacción de su gula, el estrés no se lo permite, y envidia el apetito y la digestión del pobre quien no posee fortuna, gozando más de su sencillo alimento que él sin apetito y con el estómago arruinado. El precio del poder es la renuncia al amor, el precio de la fama, la tranquilidad. Nadie puede tenerlo todo. Mientras la brújula de la voluntad señale hacia el tener, la pérdida irremisiblemente estará presente. Al igual que la conciencia puede “engañar” a la oscilación, ¿podrá hacerle lo mismo a la compensación? La solución es simple, pero muy difícil de llevar a cabo por todos los apegos que nos esclavizan al mundo de la ilusión, esta consiste en cambiar la orientación de la brújula de la voluntad, del tener… al DAR, entonces la GANANCIA siempre estará presente. Cuando se piensa en compensación inmediatamente se nos viene a la mente la idea de Karma y otras vidas. Como hemos visto esto no es reencarnación sino que es encarnación múltiple “simultánea” o resonancia mórfica. Dado que en última instancia el Karma no es más que compensación, la “ruptura” de la causalidad “kármica” ocurre, como dije en el párrafo anterior, cuando el DAR sustituye al tener. Una cosa es liberación del Karma, lo cual solo ocurre mediante el ejercicio de la libertad trascendente y otra la ruptura de la causalidad en el karma a la que acabo de referirme.
El libre albedrío como parte de la fe de Di-s perturba la estabilidad, la percepción selectiva enfoca el estado estable deseado, sin alterar la estabilidad; por último, el dar rompe la estabilidad kármica.
Ingeniero Físico con especialidad en física cuántica por la Universidad Iberoamericana (UIA). Ha realizado estudios de Hebreo Bíblico en la Universidad de Jerusalén (en línea). Ha estudiado Sagradas Escrituras, Evangelios Apócrifos, Kabbaláh, Geometría Sagrada, antiguos manuscritos sumerios y egipcios, Hinduísmo, Budismo, Judaísmo, Cristianismo y estudios afines. elias.hiram@yahoo.com.mx