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Cómo cambiar el patrón de pensamiento emocional?
Por:Habacuc Cardona, CECP, CBCP
Lectura de 7 min.
Cuando reflexionamos en cómo nuestros pensamientos se tornan negativos, nos damos cuenta de que es como cuando mezclamos dos colores. Imagina que estás sentado(a) en una mesa blanca y, de repente, se vira un envase con pintura negra. Cuando observamos, notamos que en un instante ya la mesa está manchada de negro. Eso es lo que se ve, porque aun cuando la mesa sigue siendo blanca por debajo de la pintura, la realidad es que el negro interrumpe ver su color original. Ahora, si lo comparamos con nuestros pensamientos, te darás cuenta de que son los pensamientos negativos los que hacen que la mesa blanca se vea negra. Esa mesa eres tú. Las manchas negras son tus emociones negativas, juntamente con las acciones que has tomado al expresar esas emociones que se adhieren a ti y despiden un aroma. Por eso, no tan solo la dieta crea la química de tu cuerpo, sino que también la carga negativa que llevas influye en ese olor. Es así que cada vez que entras a una casa o hueles la ropa de alguien puedes percibir ese aroma. Lo interesante es que hemos aprendido muy bien el proceso de ir desde neutral a negativo, o sea de felicidad a ira con facilidad. Se nos hace natural y fácil molestarnos o pensar negativo, porque sencillamente hemos sido enseñados a ser así. Es importante que entiendas que no pasa nada contigo; no eres una mala persona, ni estás defectuoso(a). Los pensamientos tienen diferentes orígenes: vienen de tu verdadero ser o son estructurados por la crianza y la sociedad, o estimulados por las adicciones. No obstante, existe una realidad
que desconocemos… Cada vez que pensamos segregamos químicos y esos químicos han sido creados para que sientas lo que estás pensando, o sea, una emoción, sea tristeza o felicidad. El problema es que esos químicos, según estudios científicos, son extremadamente adictivos y terminamos, muchas veces, atados a ellos. En otras palabras, nos convertimos en adictos a esas emociones que son generadas, no por la mente, sino por la necesidad que genera el cuerpo, porque las necesita como si fueran alcohol o azúcar. Así es como ya no eres tú mismo actuando (la mesa blanca tiene pintura negra), y en este punto, esas emociones, de las que has creado adicción, se expresan con tanta frecuencia que construyen tu personalidad. La personalidad significa la realidad de tu persona y son esas expresiones manifestadas las que crean tu realidad. Llaves para cambiar de pensamiento Quiero compartir contigo unas simples pero poderosas acciones que podrían ayudarte a manejar el odio, la ira o cualquier otra emoción negativa. Cuando percibas una de estas emociones, utiliza una llave que abrirá una puerta que te llevará instantáneamente a sentirte diferente. Lo que permitirá que solo caigan a la mesa blanca gotas de pintura negra y no toda la paila. Las llaves son como unas pequeñas herramientas que las podrás utilizar en diferentes momentos. Por ejemplo: cuando un(a) desconocido(a) te ofende accidentalmente o te hace sentir mal, puedes decir “qué curioso”. La realidad es que muchas personas están cargadas o sencillamente fueron criadas por personas con mucha densidad, lo que en realidad no es su culpa. Engancharte en esa vibración densa y comenzar una discusión no debería ser una alternativa. Así que decir “qué curioso” te ayudará a soltarlo al momento y seguir tu camino, evitándote generar amargura, odio, tristeza o muchas otras cosas. Cuando utilizas la palabra curioso, el cerebro no sabe cómo definirla emocionalmente, así que te deja en neutro. Puedes repetir “qué curioso” muchas veces, e inclusive podrías sentir deseos de reír, y si es así, ríete. Me ha pasado en muchas ocasiones, que de esos momentos difíciles se me pega una pavera que he tenido que secar mis lágrimas de la risa.
Generar vibración positiva Si sientes que no has botado el golpe y la situación permanece en la mente, entonces debes hacer algo positivo que eleve tu vibración. Quizás oír una pieza musical o una nueva canción que te cause felicidad. Podrías planificar tus próximas vacaciones, imaginándote lo hermoso que serán. Tal vez te sea difícil al principio y no sientas los resultados dramáticamente, pero, créeme, si lo sigues intentando, lograrás manejar el proceso, a tal punto, que te convertirás en maestro(a) de la misma forma en que eres maestro(a) para ir a la tristeza, a la ira, la ansiedad o cualquiera otra emoción negativa. ¡Otro patrón saludable puede ser amar la emoción negativa! Cuando detectes un pensamiento negativo o sientas algún tipo de miedo, dile que lo amas. Dilo tres veces, mentalmente o en voz alta: ¡te amo, te amo, te amo! Esta llave es fantástica para abrir otra puerta interesante, porque no se trata de amar el mal, sino de aceptarlo.
Lo que te voy a decir ahora fue un despertar para mí, porque fui criado dentro del concepto de rechazar ‘lo malo’ y aceptar ‘lo bueno’. Pero, en realidad, aparte de lo que conocemos como bueno o malo, ser alcohólico, se califica como algo malo, pero darte unos traguitos ya es algo aceptable o bueno, según las normas sociales. Por tal razón, lo que es ‘bueno’ y aceptado por la sociedad te podría llevar a ser alcohólico. Por eso, es sumamente importante que reflexionemos en el balance, porque el universo mismo es un balance. Un día se compone de doce horas de noche y doce horas de día; hombre y mujer; adentro y afuera; arriba y abajo; negro y blanco. Así que un ‘buen ser humano balanceado’ debe sentir emociones negativas, porque son parte de nosotros mismos. La posibilidad de lo negativo vive dentro de nosotros… Está ahí... Querer negarla es desbalancear la realidad al igual que no aceptarla. En la cultura asiática, se rigen por el yin y el yang. Como puedes
ver, son dos mitades divididas perfectamente a la mitad que componen un todo en harmonía. De manera que no es posible experimentar una paz total si no has estado en una guerra. ¿Cómo apreciarla? ¿Cómo entender la paz? Pienso que buscar y descubrir la manera de aprender a controlar las emociones negativas debe ser un proyecto de vida, que vamos haciendo sin prisa, solo viviendo y experimentando. Por ejemplo, en un divorcio en que una pareja engañó al otro, esa persona engañada podría generar un sentimiento de ira que le impulse a bajar de peso, mudarse o hacer una evolución que, de otra forma, no lo hubiera logrado. No estoy diciendo que es la ira la emoción que se debe usar para transformarnos, pero ciertamente es útil en algunos casos. Quiero compartir contigo una experiencia que tuve a mis 30 años. Deseaba hacer un cambio en mi vida, porque estaba obeso y quería tener un cuerpo de fisiculturista. Fue así como, viendo una revista de fisiculturismo, me encontré un anuncio de una competencia, en la que se ofrecía un premio de $25,000 dólares al que pudiera transformar su cuerpo en tan solo 30 días. Recuerdo que cuando se lo comuniqué a una persona que era muy importante para mí, en ese momento, se echó a reír y me dijo, “¿tú, con un cuerpo atlético y haciendo ejercicios?” Me dio tanta rabia y me sentí tan humillado que se encendió en mí una llama interior. Recordaba esa frase en cada sesión de pesas. ¿Saben qué sucedió? Llamé, me registré y gané. Competí contra 65,000 personas de todo el mundo. Cuando me llamaron para decirme que había ganado, demás está decir a quien fue la primera persona que llamé para darle la noticia.
ANTES DESPUES
Más tarde, al cumplir mis 40 años, comprendí que le debía mi triunfo. Ese gesto negativo era el perfecto, el adecuado, el que necesitaba para impulsarme. Aunque nunca rechacé a la persona, ciertamente, llevé esa espinita dentro… a tal punto que resultó ser un acto de falta de conciencia de mi parte. Fue así como una emoción negativa logró llevarme a alcanzar una meta extraordinaria, que jamás olvidaré. La vida está creada de una forma misteriosa, pero magistralmente hermosa. Tiene la capacidad de convertir los momentos más tristes o desagradables en bálsamo para nuestras almas. Sin duda, la razón por la cual nos herimos, molestamos, odiamos o tenemos miedo es por la falta de conciencia. Algo necesitamos aprender. No puedo concebir en mi mente ver a Dios estresado nervioso o deprimido, y la razón es porque Él todo lo sabe. Por tal razón, es prudente acercarnos al que todo lo sabe, para poder extraer de Él todo el conocimiento, de manera que podamos convertirnos en luz, tal como Él lo es.
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