3 minute read

Si ingiero 4 libras de comida, ¿por qué no peso 4 libras más?

Por: Ruben Meerman y Andrew Brown, UNSW Este artículo es una publicación original de Lectura de 5 min.

El mundo está obsesionado con las dietas de moda y con la pérdida de peso, sin embargo, muy pocos sabemos realmente cómo desaparece de la balanza un kilo de grasa. Ni siquiera los 150 médicos, dietistas y entrenadores personales a los que entrevistamos, que en sus respuestas mostraron una sorprendente brecha en sus conocimientos de salud. La respuesta errónea más común fue creer que la grasa se convierte en energía. Si esto fuese así, se podría desencadenar un desastre universal, pues ese es el proceso que siguen las reacciones nucleares, aplicando la fórmula de Einstein (energía es igual a masa por la velocidad de la luz al cuadrado), en las que una cantidad muy pequeña de masa puede dar lugar a una cantidad enorme de energía y cada uno de nosotros nos convertiríamos en bombas andantes. El problema de esta idea es que viola la ley que todas las reacciones químicas obedecen: la de conservación de la materia [la materia no se crea ni se destruye, se transforma]. También hubo especialistas que respondieron que la grasa se convierte en músculo, algo que es imposible. Y otros asumieron que escapa a través del colon. Solo tres de los expertos entrevistados dieron con la respuesta correcta. Esto significa que el 98% de los profesionales de la salud que participaron en la encuesta no fueron capaces de explicar cómo funciona la pérdida de peso. Entonces, si ninguna de las opciones que dieron es correcta —ni la energía, ni los músculos, ni el retrete—, ¿a dónde va la grasa? Los hechos esclarecedores sobre el metabolismo de las grasas La respuesta correcta es que la grasa se convierte en dióxido de carbono y agua. El dióxido de carbono lo exhalamos, y el agua se mezcla en la circulación hasta que se pierde en la orina o en el sudor. Así, por ejemplo, si se pierden 10 kg de grasa, 8,4 kg salen por los pulmones y los 1,6 kg restantes se convierten en agua. En otras palabras, casi todo el peso que perdemos se exhala. Esto resulta sorprendente para muchos, pero la realidad es que casi todo lo que comemos sale de nosotros a través de los pulmones. Cada carbohidrato que digerimos y casi todas las grasas se convierten en dióxido de carbono y agua. Lo mismo ocurre con el alcohol. Y las proteínas también comparten el mismo destino, a excepción de una pequeña parte que se convierte en urea y otros sólidos que se excretan en forma de orina. El único alimento que llega al colon sin digerir e intacto es la fibra dietética (un ejemplo de ello es el maíz). Todo lo demás se absorbe en el torrente sanguíneo y los órganos y, después, se queda allí hasta que lo vaporizamos. Los kilos que entran frente a los kilos que salen Cada noche exhalamos 200 gramos de dióxido de carbono. La razón por la que ganamos o perdemos peso es mucho menos misteriosa si hacemos un seguimiento de cada kilo de alimento que comemos, y no solo de esos enigmáticos kilojulios o calorías. Según las últimas cifras del Gobierno de Australia, los australianos consumen 3,5 kg de alimentos y bebidas cada día. De estos, 415 gramos son macronutrientes sólidos, 23 gramos son fibra y los 3 kilos restantes son agua. Lo que no se cuenta es que también inhalamos más de 600 gramos de oxígeno, y esta cifra también afecta a nuestros mi-

This article is from: