Luis Cruz-Villalobos
DE QUÉ SIRVIÓ LA POESÍA
HEBEL
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Luis Cruz-Villalobos DE QUÉ SIRVIÓ LA POESÍA HEBEL
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Luis Cruz-Villalobos
DE QUÉ SIRVIÓ LA POESÍA
HEBEL Ediciones Micro-Bio | Poesía 5
DE QUÉ SIRVIÓ LA POESÍA | POESÍA © Luis Cruz-Villalobos, 2016 Los poemas de esta obra son parte del libro “Poemas 1516. Obra Compilatoria”, Registro de Propiedades Intelectual Nº 274.405. © HEBEL Ediciones Colección Micro-Bio | Poesía Santiago de Chile, 2016. www.issuu.com/hebel.ediciones www.benditapoesia.webs.com Imagen de portada y contraportada: grabado antiguo de autor desconocido. Qué es HEBEL. Es un sello editorial sin fines de lucro. Término hebreo que denota lo efímero, lo vano, lo pasajero, soplo leve que parte veloz. Así, este sello quiere ser un gesto de frágil permanencia de las palabras, en ediciones siempre preliminares, que se lanzan por el espacio y tiempo para hacer bien o simplemente para inquietar la vida, que siempre está en permanente devenir, en especial la de este "humus que mira el cielo".
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a Alfredo PĂŠrez Alencart
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Para nuestros mayores La poesía fue un objeto de lujo Pero para nosotros Es un artículo de primera necesidad: No podemos vivir sin poesía. Nicanor Parra
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Víctor Ilich
DE QUÉ SIRVIÓ UN PRÓLOGO
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De qué sirvió la poesía. De nada. Sirvió para ganar dinero. Lo ha sido todo. Así declaman algunos versos del comienzo de este poemario. ¿Como un ejercicio retórico de autocomplacencia intelectual y estético? Quizás. Quizás no. Ondulante, dubitativo como las ondas del mar en plena deliberación. Como un pez que atraviesa la oscuridad profunda en búsqueda de algo mejor. El respiro aparece en la segunda parte, aunque nuestro poeta habla de no tener respiro, puede que sea un síntoma de su pluma agitada, inquieta. De qué sirvió la poesía. Para incomodar ¿como las palabras que se ocultan? ¿Para derrochar el tiempo o invertir en papel impreso? Para ofender lo útil: el dinero. Sí, eso es. ¿Para descubrir el velo o para mantenerlo? Los poemas de LXV comienzan como un diálogo en contrapunto y terminan como un anhelo. Debo reconocer que la poesía de nuestro autor me obligó a salir a la superficie. Quería lucha, batalla, heridas, sangre. Quería golpes en el agua. Ver el sol. Quería gozo a rabiar. Si he de ser su lector, quiero ser un pez volador. Quiero volar. Quiero conocer el aire aunque sea un instante. Quiero dejar atrás mis alas rotas de pez para volar con palabras nuevas a zonas más concretas. Quiero ser hijo del viento. ¿Tú me guiarás, LXV? De qué sirve la poesía juega con la retórica, en parte. Escribe, reflexiona, avanza, verso tras verso. Su poesía es un ejercicio permanente. Una búsqueda del anzuelo. Una búsqueda que todos hacemos, conscientes o no de ello. Piensa en otros. Los acompaña. ¿Les regala un pedazo de su tiempo para, finalmente, dejarnos a la intemperie de la orilla amarga? No sería justo eso. Quién dijo que la poesía sería o debía ser justa. ¿Concreta en lo íntimo el anzuelo que tanto anhelo? ¿Todo son
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aproximaciones? ¿Un mensaje espurio sin mensajero? No, me rebelo. Entropía de palabras en busca de equilibrio. Nuestro poeta es un pez volador, con la afición de cambiar sus alas. ¿A qué me refiero? Descubra usted mismo el velo. ¿A dónde quiere llegar? ¿Dónde está su anzuelo? Quizás el pez volador del que habla lo sepa. Lo sabe. ¿Es crítica encubierta? ¿Es duda? ¿Es certeza? ¿Es mirar por un espejo? De qué sirvió la poesía. Hay que descubrirlo. No hay recetas, es un camino personal como aprender a andar en bicicleta. De qué sirvió un prólogo. Como desafío. Como un autoexamen. Confío en que este prólogo alguien lo leerá como una advertencia: Cuidado con la red. Confieso que añoro el contacto con la red. No es fácil ser pez. Porque la incomodidad es sal que da vida. De qué sirvió, LXV, tu poemario, sino para atrapar a este otro pez volador. ¡Basta de palabras y saca la red del mar! Y disfruta de verdad tu conquista de una vez por todas, sin angustia ni culpa. Porque no solo de peces vive el hombre, “denme alas / nuevas y un cielo infinito / para todos”. Víctor Ilich San Vicente de Tagua Tagua, verano de 2017, con ascuas de fuego sobre mi cabeza y un fuego inmenso en mis huesos que aun queriendo apagar no puedo. Gracias, LXV, por compartir tu fuego
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Elicura Chihuailaf
UN PRELUDIO NECESARIO
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LA LLAVE QUE NADIE HA PERDIDO La poesía no sirve para nada me dicen Y en el bosque los árboles se acarician con sus raíces azules y agitan sus ramas al aire saludando con pájaros la Cruz del Sur La poesía es el hondo susurro de los asesinados el rumor de hojas en el otoño la tristeza por el muchacho que conserva la lengua pero ha perdido el alma La poesía, la poesía, es un gesto un sueño, el paisaje tus ojos y mis ojos muchacha oídos corazón, la misma música Y no digo más, porque nadie encontrará la llave que nadie ha perdido Y poesía es el canto de mis antepasados el día de invierno que arde y apaga esta melancolía tan personal Elicura Chihuailaf (poeta mapuche)
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Parte I
DE QUÉ SIRVIÓ LA POESÍA
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Todo lo que se formula se hace más tolerable. ¡La expresión!, ese es el remedio. […] Todo lo que es expresado pierde intensidad. […] Seguro me habría echado a perder si no hubiera escrito. Emil M. Cioran
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de nada sólo fue luz luz perdida sin rumbo en línea recta de ningún lugar a ninguna parte
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fue un tedio mal entendido mal dirigido mal amado mal pensado mal definido mal pertrechado mal sentido mal actuado
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un desbarajuste del paso mezcla entre idea veloz rampante que llega y parte y afecto remoto ensoĂąador difuso y frugal
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una pĂŠrdida de tiempo y de espacio en el plano de lo cuantificable de lo Ăştil de lo sustentador de las cosas un derroche de aire y materias
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un suspiro mal habido en muchos de los casos un suspiro con direcciĂłn equĂvoca un suspiro que en lugar de materializarse en la humedad de un beso se tornĂł palabra oblicua y detenida
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esta silente voz que me susurra al oído del oído no ha sido más que lava ardiente y quemante que me salpicó la ropa tornándome antorcha bajo el mar
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sirvió para ganar dinero hacerme rico multibillonario ilustrado déspota galán genocida caucásico asesino en serie energúmeno depravado inhumana sabandija tal cual sin que nadie jamás lo notara ni yo mismo
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fue un beso una flor de tres pétalos un poco de rocío una pequeña pluma suspendida un espejo un montón de cenizas secretamente aún vivas un abrazo de madre un beso de nadie
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fue el palpitar de mis horas de nostalgia por un paĂs que no existe
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lo ha sido todo en ocasiones pardas otoñales tan comunes tan continuas lo ha sido todo en extensos espacios y tiempos qué más decir y qué más callar.
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Parte II
HAIKUS DEL PEZ VOLADOR
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el poeta es un pez volador la poesĂa es su vuelo todo este mundo es un mar y su anhelo es el cielo LXV
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mi vuelo mi paz y libertad mi angustia
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ser siempre de un mundo que estรก algo mรกs allรก
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quiĂŠn fue el que me dio alas submarinas
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no soy ave sรณlo un pez condenado a volar sin respiro
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a veces me sumerjo muy hondo en el cielo azul
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conozco un mar que no tiene agua sino sรณlo tenue veneno
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mi corazรณn quedรณ cautivo una tarde de una golondrina
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no me llamen dĂŠjenme caer al mar de mi pena
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mi vuelo es la eternidad plena disfrazada
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no nado bien ni veloz en el mar solo en el ĂŠter
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las gaviotas me han llamado hijo y yo les creĂ
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el viento besa mis ojos oscuros y siempre desnudos
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camaradas escampemos un dĂa hasta morir
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dicen que en nuestro paraĂso no hay mar
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vivir pleno resulta ser estar muriendo
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el sol es mi amigo y el verdugo que me ciega
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un día oscuro la nube más blanca me abrazó
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los pรกjaros cantan con sus gargantas yo con mis alas
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un día volé tan lejos que caí en la costa mortal
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sueĂąa el hombre ser pez volador y el pez volador sueĂąa ser nube
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denme alas nuevas y un cielo infinito para todos
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que los mares me liberen de sus aguas que me ahogan
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soy pez volador y empedernido hijo del viento.
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Parte III
POEMAS PRECISOS
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La poesía se aferra al instante y no admite la esperanza o el consuelo de la razón. María Zambrano
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los poemas deben leerse el día preciso el exacto día sólo allí deben leerse uno no puede adelantar su lectura ni tampoco atrasarla los poemas son sensibles tienen sus mañas y no se les puede pasar por alto pues si así se hace saldrán veloces con sus dagas ladrando oscuros bajo la niebla y lloverán su llanto sobre nuestras camas en fin los poemas deben ser respetados
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asĂ como los hombres para que amen de buena gana
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hoy ha sido el día del santo poema titulado por Teillier a un niño en un árbol cómo no caer en esas aguas tan profundas cómo no llegar de súbito a la tierra de la infancia cómo no dormir sobre las ramas cómo no llorar un poco por la muerte por la pena por el llanto y también por las palabras Teillier me besó la frente con su canto y también las llagas
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me acun贸 me lanz贸 por el aire me llev贸 a su tierra me sedujo e ilumin贸 bella y arduamente el preciso instante con sus palabras
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este día también fue el día de un haiku de Kerouac no tan puro ni tan hondo y alto como la sinfonía de Teillier pero sí agudo oriental y luminoso como la katana de los maestros que centellante detenía cualquier vivir así el haiku sin necesidad de tanta palabra corta el aire y también lo amasa lo hace humo y al mismo tiempo lo vuelve nada y allí quedamos mirando el suelo y también el techo temerosos de caer en medio de los pasos
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que suelen avanzar a los altos abismos y las profundas cumbres.
santiago primavera mmxvi
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